Cruzadas cristianas

Historia medieval. Edad Media. Guerras religiosas. Cruzados. Cristianismo. Objetivos. Causas. Tierra Santa

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Cruzadas
Historia universal. Guerra santa. Origen. Causas

Cruzadas
Historia universal. Guerra santa. Liberar la Tierra santa

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LAS CRUZADAS

LAS CRUZADAS: Las Cruzadas eran las guerras realizadas por los cristianos durante los siglos XI y XIII, de 1095 a 1291, cuyo objetivo era reconquistar en Santo Sepulcro de la mano del dominio musulmán. Estas guerras fueron luchas de carácter religioso principalmente. Los cristianos marchaban desde el occidente hacia el oriente para así combatir por la cruz. Este signo era muy importante para los cruzados, tan así que incluso lo bordaron en rojo sobre sus vestiduras: de aquí es donde se origina el nombre de las famosas cruzadas. Las Cruzadas fueron realizadas por grandes civilizaciones, ya sean los de las fronteras de Germania, los franceses y los ingleses, y juntos lograron combatir a los infieles, que eran los musulmanes. Toda Europa de Occidente, animada por un gran fervor religioso, luchó durante dos largos siglos para expulsar de esas regiones a los mahometanos. Por esto las cruzadas pasaron a ser más que una lucha por defender la religión cristiana, porque fue tan grande en la historia, que lograron aprobar una profunda unidad que imprimió el cristianismo a la civilización europea durante la época feudal. Las causas de las cruzadas fueron tanto religiosas como políticas y sociales. A mediados del siglo XI, un nuevo pueblo musulmán, el de los turcos seléuidas, conquistó el califato árabe de Bagdad. Impuso su dominación desde Jerusalén hasta las costas del Golfo Pérsico. Otras causas contribuyeron a iniciar las cruzadas y a mantener durante casi dos siglos la guerra santa contra el islam: la fe religiosa, el temperamento belicoso de los señores feudales, el atractivo de la lucha en países desconocidos y el afán de conquistar tierras, riquezas y poder en el occidente. Los sultanes o reyes turcos arrebataron al imperio de Bizancio el Asia Menor, estableciendo su capital en 1

Misea, ciudad que no distaba más de cien kilómetros de Constantinopla. Luego derrotaron a los musulmanes del Cairo (Egipto), se apoderaron de Jerusalén (1078) y conquistaron a toda Palestina y a Siria. Éstas conquistas repercutieron en Europa: el emperador de Bizancio, Alejo I (1087− 1118), solicitó a protección para los cristianos de oriente al Papa Urbano II. La gestión no fue mal recibida por el Papa, pues la concesión de la ayuda pedida podía significar la reunificación del cristianismo bajo, bajo la égida de los pontífices romanos. Los peregrinos cristianos que regresaron de los Santos Lugares, relataron las persecuciones y crueldades de que habían sido objeto por parte de los turcos, que no guardaban para con ellos la tolerancia practicada hasta entonces por los musulmanes del califato del Cairo. Resumen de las Causas. • Religiosas: La más importante era recuperar el Santo Sepulcro y arrojar a los turcos Seldyúcidas que maltrataban a los cristianos. También querían la vuelta de los griegos cismáticos al seno de la Iglesia. • Sociales: El ardor de los señores feudales. • Políticas: Proteger la civilización cristiana de occidente de la amenaza musulmana

PRIMERA CRUZADA: Se cree que las Cruzadas comenzaron el día jueves 27 de noviembre de 1095, en una cuidad de Francia llamada Clermont−Ferrand. Ese día, el Papa Urbano II convocó a muchos seglares y clérigos que asistían a un concilio en esa ciudad, y mientras los predicaba, dio la idea de armar una Cruzada para recuperar Jerusalén, y les pidió a sus oyentes que se unieran a ella. Sin embargo, ellos aceptaron decididamente y fueron en busca de más aliados. Se reunieron alrededor de 60.000 personas y se formaron cuatro grupos con ellas, a cargo de Godofredo de Bullón, donde cada uno tendría su destino; así estuvieron listos para partir en agosto del año 1096. Aunque varios eran franceses, otros provenían del sur de Italia, y de las regiones de Borgoña y Flandes. La idea era que todos los grupos llegaran por separados a Constantinopla, donde se realizaría un contraataque, junto al emperador Alejo I Comneno y su ejército, en contra de los Selyúcidas, que habían conquistado Anatolia. Cuando esto se lograra y todo estuviera bajo control, todos los cruzados realizarían una campaña contra los musulmanes de Siria y Palestina, siendo Jerusalén su objetivo fundamental. El emperador Alejo presionó a los cruzados para que éstos le devolvieran cualquier territorio bizantino que habían conquistado antes, y los cruzados empezaron a tener sospechas contra los bizantinos. Sin embargo, atacaron Antonia y sus habitantes se rindieron frente a los bizantinos. Luego, los cruzados se encontraron con el ejército Selyúcida, y lo vencieron casi completamente. Después les tocó conquistar Antioquia, y apenas llegaron allá, un ejército turco los atacó, que aunque llegaron, lo hicieron demasiado tarde. Aquí, en Antioquia, los cruzados permanecieron descansando hasta fines de noviembre de 1098. Iniciando el último tramo de su viaje, evitaron atacar ciudades, porque así sus tropas se mantendrían intactas y numerosas. Llegaron a las fronteras de Palestina y acamparon muy cerca de las murallas de Jerusalén. Al verse en frente de Jerusalén, que estaba protegida por un ejército muy numeroso, no se detuvieron, ya que vieron que el suyo estaba bien preparado para el ataque. El 15 de julio tomaron Jerusalén y masacraron a casi todos sus habitantes, dejándola purificada de la sangre de los infieles.

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Godofredo de Bouillon. Una semana más tarde, los cruzados eligieron a Godofredo de Bouillon como gobernante de la ciudad. Bajo su mando, el ejército realizó campañas militares para derrotar a las tropas egipcias que los atacaban, y así, poco a poco, los cruzados lograron ingresar a Europa, dejando a Godofredo y a pequeñas fuerzas sobre los territorios conquistados, para así organizar y establecer un gobierno. Godofredo se conforma con ser el rey y el defensor del Santo Sepulcro, haciendo de Jerusalén una monarquía feudal que defendía a los peregrinos de Palestina.

SEGUNDA CRUZADA:

La segunda cruzada se origina en 1114, a causa de la consternación que sintió la cristiandad en occidente cuando cayó Edesa, una importante ciudad cristiana, en manos de los turcos que quedaban en Jerusalén. Para las fuerzas cristianas de Jerusalén, era necesario contar con otro hombre, tan elocuente como el Papa Urbano II, llamado Bernardo de Clairviaux. Éste hombre llegó a ser la figura principal de la Iglesia en Occidente. Él sólo quería defender aquellos lugares en que Jesús había estado, y al saber que estos lugares estaban siendo amenazados por los infieles, sólo se preocupó de convencer a los nobles de Europa para defenderlos. Luis VII, el rey de Francia de esa época, fue el primero en escuchar a Bernardo. Pero había un problema: Luis VII había estado en conflictos con el Papa anteriormente, por causa del nombramiento de un arzobispo, y más encima había matado a muchas personas que habían estado buscando refugio en una iglesia, aunque no tuvo intención de hacerlo. Aún así, el rey estaba completamente dispuesto a reivindicarse con la Iglesia, y ésta era la mejor forma de hacerlo. Durante la ceremonia del Domingo de Resurrección de 1146, Bernardo aprovechó la presencia de varios nobles súbditos para predicar su idea de hacer una segunda Cruzada, y al igual que en la primera, toda Francia estaba dispuesta a luchar. El emperador germánico, Conrado III también estuvo dispuesto a luchar junto a los franceses y se aliaron. Iniciaron sus rutas separadas a través de los Balcanes, y se reunieron nuevamente en Constantinopla, en la corte del emperador Manuel Comneno, nieto de Alejo, quien para dejar que continuaran la Cruzada, hizo que Luis y Conrado se inclinaran ante él. Los dos ejércitos se internaron en Asia Menor, pero los musulmanes, donde pocos cristianos quedaron vivos. Conrado enfermó y regresó a Constantinopla y continuó en barco hasta Jerusalén. Con esto, la cruzada alemana terminó, pero los franceses siguieron y se fueron a Attalia, donde fueron fuertemente atacados por los turcos. Algunos sobreviveron, y cuando llegaron a Attalia, el rey decidió que sería mejor embarcarse hacia el puerto de San Simeón, para luego irse a Antioquia. Sólo una parte del ejército se embarcó, pero los otros continuaron por tierra, donde constantemente fueron atacados por los turcos. Al final, todos llegaron a Antioquia. Hasta ahora, la Cruzada era un total fracaso, pero en Antioquia se quiso atacar a las fuerzas del Islam en Endesa, sin embargo, Luis VII optó por llevar a su ejército hasta Jerusalén donde en vez de combatir, se dedicaron a orar. Por otro lado, la reina Leonor viajó hasta Oriente sólo para ver combatir a su esposo, Luis VII, y horrorizada con lo que él estaba haciendo lo amenazó con el divorcio. Luis, para complacer a su señora y al ejército, decidió atacar a los musulmanes. Pero esto fue una gran equivocación, porque atacó a Damasco, ignorando que ésta estaba aliada a las cruzadas. Como consecuencia, muchos nobles de las cruzadas de devolvieron a Francia. Al ver la difícil situación en la que se encontraban, luego de haber estado tres días frente a Damasco, 3

los cristianos se marcharon. Luego, Luis y Conrado permanecieron un tiempo en Tierra Santa y después regresaron a sus respectivos países. Todo fue un fracaso, tanto para los reyes como para la cristiandad y para Bernardo de Clairviaux, lo que dejó a los estados de oriente es una posición aún menos defendible que antes.

TERCERA CRUZADA: Con el fracaso de la segunda cruzada, los musulmanes reunieron más fuerzas: Saladino, sucesor del gobierno islámico, logró reconquistar Jerusalén junto a un gran ejército. Aunque el rey de Jerusalén, Gui de Lusignan, se rindió, todos los caballeros templarios y hospitalarios de Jerusalén fueron degollados en el campo de batalla. Así fue cómo Saladino se apoderó de las fortalezas de Jerusalén el día 2 de octubre. En este momento, los cruzados sólo poseían Tiro (Líbano). Saladino les cerró el paso a los cruzados. Con esto, los cruzados mandaron a pedir ayuda a Tiberiades, que sin previo aviso, fueron también atacados por las tropas de Saladino, aniquilándola completamente. Ante esto, las pocas tropas cruzadas que quedaban se rindieron ante Saladino. Él estaba en plena victoria; reconquistó más ciudades, liberando a los musulmanes y esclavizando a los cristianos. Cuando el Papa Gregorio VIII se enteró de éstas tragedias, mandó a Europa pedir ayuda, donde se formó la tercera Cruzada (29 octubre de 1187). Al igual que en las anteriores, los europeos se entusiasmaron mucho con esta idea, a la que se aliaron el emperador germánico Federico I, el rey francés Felipe II Augusto, y el rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León. Ellos tres formaron la Cruzada más grande de la historia, pero el resultado fue bastante pobre. Mientras viajaban a Tierra Santa, Federico I murió en Anatolia y la mayor parte de su ejército regresó a Alemania. Sin embargo, Los otros dos reyes llegaron a Palestina con su ejército intacto, pero fueron incapaces de reconquistar Jerusalén: Saladino los atacó. Esto hizo que Ricardo dividiera su ejército en cinco partes para atacar a Saladino, lo que fue un éxito. Los cruzados intentaron avanzar a Jerusalén nuevamente, y cuando estaban por llegar, las tropas de Saladino aparecieron nuevamente. Saladino y Ricardo firmaron un contrato que duraba cinco años y que consistía en el libre peregrinaje de los cristianos por Jerusalén, aparte de poder reconstruir el reino paleocristiano de la franja palestino−siria, si bien este reino sería más reducido que el primero y mucho más débil a nivel militar y políticamente que el primero, aunque conseguiría aguantar un siglo más.

ÚLTIMAS CRUZADAS: Con la muerte de Saladino, se produjo una fragmentación del imperio, donde muchos caballeros alemanes tomaron varias ciudades de Palestina. La falta de poder musulmán hacía muy favorable la toma de Jerusalén por parte de los cruzados. En 1185 el nuevo rey de Constantinopla, Isaac Angel Comneno, sube al trono, y tras diez años de reinado, es depuesto por su hermano Alexis III Angel Comneno. Mientras esto ocurría, en Roma se elegía al nuevo Papa, Inocencio III, quien alentó a los venecianos y a los francos para iniciar la cuarta Cruzada, cuyo objetivo era recuperar Jerusalén. Alexis siempre estuvo dispuesto a defender los tesoros históricos y religiosos de la ciudad. Como Alexis quería recuperar el trono, y por esto huyó a Europa y pidió ayuda a las tropas francas y venecianas para recuperarlo. Ambos pueblos, olvidando el verdadero objetivo de la cruzada que les pidió el Papa, se tomaron Constantinopla. Una vez hecho esto, los cruzados no recibieron ningún pago y por esto saquearon la cuidad entera, robando muchas reliquias y varias cosas importantes. Inocencio III no pudo hacer nada al respecto mientras veía como fracasaba su cuarta cruzada y por esto mandó a Constantinopla dos legados para ver qué era lo que había ocurrido. Por mientras, con todo esto, se nombró al 4

nuevo patriarca de Constantinopla: Balduino de Flandes. Junto a otros nombramientos, se fueron fragmentando las partes para formar un nuevo imperio: Romania. Los cruzados terminaron por fundar el imperio latino de Constantinopla. Los bizantinos aprovecharon las disensiones de los señores feudales latinos para restaurar, en el año 1261, el imperio Bizantino. Después de 1204, el entusiasmo por las cruzadas declinó en Europa. La quinta cruzada contra Egipto y la sexta cruzada contra Palestina, fueron nulas, un fracaso. La séptima y octava cruzada (obra de San Luis de Francia) tampoco lograron un buen éxito, aunque lucharon fuertemente contra el Islam. En 1248, San Luis fue a Egipto, donde fue tomado prisionero y tuvo que pagar un pesado rescate por su libertad. En 1270 emprendió una expedición a Túnez, pero víctima de la peste, murió. En 1291, los turcos expulsaron a los últimos cristianos de Siria. Dos siglos más tarde, los cristianos aún no lograban derrotar el Islam. El fracaso de las cruzadas pudo haber producido una vigorosa reacción musulmana contra la cristiandad. Pero, en esa época, que era en el siglo XIII, la vertiginosa formación de un imperio en Asia apartó completamente a los turcos de Europa, ante la necesidad de oponerse a los nuevos conquistadores que les salieron al paso desde Asia. Al principio del siglo XIII, un pueblo tártaro−mogol, dirigido por Gengiskhan, un pode3roso guerrero, formó mediante sus conquistas un imperio que se extendió desde Rusia hasta China y desde Liberia hasta Persia y el norte de la India. Bajo los sucesos de este guerrero, los mogoles penetraron en Mesopotamia y en el año 1258 destruyeron el califato de Bagdad. Por mientras, otros mogoles conquistaron las tierras orientales de Europa, y dominaron el sur de Rusia y amenazaron las fronteras del Sacro Imperio romano−germánico. Las conquistas mogólicas repercutieron sobre las cruzadas, pues la presencia del nuevo y poderoso enemigo que amenazaba a Europa por el este, no le dio tanta importancia a los que luchaban contra los turcos. Éstos, por su parte, quedaron muy debilitados por la pérdida de sus territorios de Mesopotamia y Persia, que por dos siglos dejaron de ser un peligro para Occidente.

CONSECUENCIAS DE LAS CRUZADAS:

Las cruzadas no significaron un triunfo militar, pues los territorios logrados por los primeros cruzados fueron mas tarde totalmente recuperados por los turcos. Sin embargo ejercieron una gran influencia en la vida social, económica y espiritual de Europa: contribuyeron a debilitar la nobleza feudal, cuyos miembros pagaron las expediciones a Oriente al precio de su sangre o de sus bienes. La clase guerrera de los nobles se fue empobreciendo, debido a que perdieron parte de su antiguo poder y esto contribuyó a facilitar el acrecentamiento de la autoridad de los reyes. Los refinamientos de Oriente modificaron lo rústico de los caballeros feudales, que en un tiempo posterior fueron introduciendo sus gustos y lujos en Europa. Las moradas castellanas comenzaron a decorarse con tapices y finos muebles; la indumentaria femenina se transformó por el uso de telas ricas y joyas de Oriente; los nobles no estaban contentos con la comida, y comenzaron a degustar cosas nuevas como especias y varias frutas, como los melones, duraznos, ciruelas, etc. Por el lado del combate, también se notó la influencia oriental: surgieron nuevas armas, como las catapultas romanas, las torres de sitio y las ballestas. Se cultivaron nuevos alimentos, como el azafrán, el arroz, la caña de azúcar. Nuevos instrumentos para la industria también surgieron: uno de ellos es el molino de viento. Las cruzadas también dio origen a la fabricación de vidrio y de tapices. Por el lado económico, las Cruzadas fueron un gran impulso para el comercio con Oriente. El Mediterráneo se abrió para que salieran las flotas europeas y la expansión mercantil de Génova y Venecia también se facilitó. En el ámbito cultural, las cruzadas fueron muy fructíferas como consecuencia del contacto de la civilización feudal y cristiana con la bizantina y musulmana, que mantuvieron intactas varios aspectos en Occidente del legado cultural grecorromano. .

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CONCLUSIÓN: Las cruzadas no consiguieron tomar Tierra Santa, ya que tenían que enfrentarse a los poderosos turcos selyúcidas y los árabes de Egipto. Pero lo que sí lograron conseguir fue: Desde el punto de vista social: • Mejorar las relaciones entre las naciones cristianas de Occidente para combatir al infiel, que era el movimiento musulmán. • La comunidad de intereses y peligros de los cruzados, debilitaron las luchas del feudalismo. • Fortaleció la autoridad del monarca, al no tener que luchar contra los grandes vasallos. • Se elevó el nivel moral de pueblos por el interés espiritual de la lucha. Desde el punto de vista político y militar: • Impidieron que los turcos y árabes, intentaran la conquista de Europa, retrasando la conquista de Constantinopla cuatro siglos. . • Los cruzados se acostumbraron a la disciplina y perfeccionaron el ate militar. • Se instituyeron torneos, como escuela militar de los caballeros. Desde el punto de vista comercial y cultural: • Los frecuentes viajes y los contactos con Oriente, fomentaron el comercio y la marina. Los puertos de Venecia, Génova, Pisa, Marsella aumentaron de tráfico. • Se perfeccionaron cultivos e industrias, aportando nuevas mercancías al mercado Europeo, como la caña de azucar, las especias, etc. • Se desarrollan el estudio de la geografía y del arte de navegar. Los conocimientos que los árabes tenían de las matemáticas y la medicina se aprovecharon. • Se desarrolló la literatura de naturaleza heroica y de aventuras. BIBLIOGRAFÍA: • www:google.comlas cruzadas. • www.artehistoria.com • Enciclopedia Encarta 2001. • Libro La Antigüedad y la Edad Media.

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