Cuadro 4 MÉTODOS PARA LA ESTIMACIÓN DE VALORES

28 5 VALORACIÓN ECONÓMICA DEL AGUA 5.1 Antecedentes Como se ha señalado, el agua es un recurso natural escaso, y en la actualidad está siendo cad

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VALORACIÓN ECONÓMICA DEL AGUA

5.1

Antecedentes

Como se ha señalado, el agua es un recurso natural escaso, y en la actualidad está siendo cada vez más valioso en términos económicos y más esencial en términos de necesidades sociales (Solanes, 1996). Para la valoración económica de los recursos naturales se han desarrollado distintas metodologías. Freeman (1993) destaca una clasificación de métodos de valoración realizada por Mitchell y Carson (1989, citado por Freeman, 1993), donde la valoración se hace sobre la base de dos características. La primera, es si los datos provienen de observaciones de gente actuando en situaciones reales del mundo donde vive con las consecuencias de sus opciones, o si proviene de las respuestas de la gente a preguntas hipotéticas de la forma ¿qué haría usted sí..?, ¿estaría dispuesto a pagar..?. La segunda característica es si el método entrega valores monetarios directamente o si los valores monetarios deben ser inferidos a través de alguna técnica basada en un modelo del comportamiento y opción individual.

Sobre la base de estas dos características metodológicas, cualquier método para la estimación y valoración de los recursos ambientales puede ser ubicado en una de las cuatro posibles categorías (Cuadro 4): método observado directo, método observado indirecto, método hipotético directo, método hipotético indirecto.

Cuadro 4 MÉTODOS PARA LA ESTIMACIÓN DE VALORES Comportamiento observado Hipotético Directo - Precio de mercado - Juego de orden (bidding game) competitivo - Preguntas de disponibilidad a pagar - Mercados simulados Indirecto - Costo viaje - Ranking contingente - Valores de propiedad - Actividad contingente hedónica - Referéndum contingente - Gastos evitados - Análisis conjunto - Votación de referéndum Mitchell y Carson (1989) citado por Freeman (1993)

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Ferreiro (1994) señala que el proceso de valoración del agua, en términos económicos, debe tener en cuenta el carácter final o de bien intermedio que distingue unos usos de otros; por ejemplo de carácter final se encuentra el agua de bebida y para actividades de recreo, y de carácter intermedio el agua para usos industriales y generación de energía hidroeléctrica.

Para la valoración económica de recursos naturales que tienen multiatributos, como el agua, los economistas distinguen una clasificación de los distintos valores a considerar que dependen del uso del recurso (Freeman, 1993; Turner et al, 1994; Castro y Barrantes, 1998). Para identificar las funciones que confieren valor al agua, debe considerarse el componente de uso y el componente de no-uso.

- El valor de uso corresponde a la medida de bienestar que le reporta al individuo o sociedad la utilización del recurso en una u otra forma, al respecto, Freeman (1993) define el valor de uso como el valor económico asociado con el uso "in situ" de un recurso. La valoración de uso puede desglosarse en valor de uso directo y valor de uso indirecto: -

valor de uso directo: en el caso del agua, corresponde a todo el flujo de agua que es utilizado .

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valor de uso indirecto: corresponde a la porción de agua demandada por los ecosistemas y la cantidad que forma parte del embalse y que se considera un activo fijo en términos de capital natural, directamente no tiene un uso económico, pero es fundamental para que exista un flujo constante de utilización económica directa (Castro y Barrantes, 1998)

- El valor de no uso se refiere a todas aquellas fuentes del valor que no implican una utilización propiamente dicha del agua. El valor de no uso puede desglosarse en valor de opción y valor de existencia: -

valor de opción: que corresponde a la reserva de uso para un momento en el futuro. Se obtiene del valor del agua que hoy día es disponible, pero que no se utiliza, y que puede servir para el desarrollo de otras opciones económicas en el futuro

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-

valor de existencia: está ligado a los valores más inmanentes de los objetos, con independencia, parcial o total, de la proyección que sobre ellos tenga el ser humano. Freeman (1993) destaca que el valor de existencia adquiere importancia frente a la irreversibilidad de pérdida de un recurso; por ejemplo: la preservación del Gran Cañón en Estados Unidos en su estado natural, en contraste con recursos tales como ríos y lagos que no generan valores de existencia significativos debido a la disponibilidad de sustitutos. La suma de estos valores constituye el Valor Económico Total del Agua (Figura 10).

Valor económico total del agua

Valor de uso

Valor de uso directo

Valor de no uso

Valor de uso indirecto

Valor de opción

Valor de existencia

FIGURA 10. Componentes de valor económico total del agua (Castro y Barrantes, 1998).

Frederick et al (1996) señala que para la valoración de los usos particulares del agua hay que considerar los siguientes elementos: cantidad, calidad, tiempo y ubicación. El elemento cantidad por ejemplo juega un papel importante en la valoración del uso del agua para la navegación, ya que si disminuye la navegación no se puede realizar.

Para la valoración de los usos no extractivos del agua existe ausencia de mercados, por lo que la disponibilidad de información observada de precios para fundamentar la valoración es muy limitada. Lo anterior ha motivado el desarrollo de metodologías específicas de valoración, que permiten evaluar los beneficios que se derivan de la disponibilidad de

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espacios naturales; dentro de los cuales el agua puede analizarse como un bien específico (Ferreiro, 1994). Basándose en la clasificación entregada anteriormente, los métodos que se han usado más frecuentemente para la valoración de usos no extractivos del agua corresponden a métodos observados indirectos y métodos hipotéticos indirectos.

En el caso particular de la valoración del uso recreacional del agua se destacan la metodología del costo de viaje, y la de valoración contingente: En este último, además del método tradicional, existe un método de valoración particular conocido como análisis conjunto, que está comenzando a considerarse como una buena alternativa de valoración tanto de usos recreacionales como ambientales.

5.2

Método del costo viaje

El método de costo viaje asume que los costos incurridos en la visita a un sitio en alguna manera reflejan el valor que tiene el sitio para la persona. Esta metodología se basa en la relación de complementariedad entre la satisfacción o disfrute que pueda proporcionar un bien ambiental, la reserva o flujo de agua existente en un área natural, y la demanda de bienes y servicios de mercado para hacer efectivo aquel disfrute, según la teoría de la función de producción de utilidad (Freeman, 1993; Ferreiro, 1994).

Freeman (1993) señala que este método está basado en el reconocimiento, que el costo del viaje al sitio, es un componente importante del costo total de una visita y que, para cualquier sitio, existirá usualmente una amplia variación en el costo del viaje a través de una muestra de visitantes al sitio. En términos prácticos, para medir el valor del uso recreacional de un lugar, se utilizan cuestionarios para preguntarles a los visitantes desde dónde han viajado; de las respuestas se puede estimar el costo del viaje y derivar la curva de demanda que relacionará el número de visitas con el costo viaje (Turner et al, 1994). Turner et al (1994) señalan que esta metodología presenta algunos inconvenientes entre los cuales se destacan:

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-

Costo del tiempo: además de los insumos gastados en el viaje, existe tiempo destinado a este viaje, por lo tanto, es necesario asignarle un valor a este tiempo.

-

Viaje para visitar varios lugares: es posible que en un mismo día se visiten varios lugares y el costo del viaje hay que asignarlo entre los distintos lugares visitados.

-

Sitios sustitutos: un visitante puede viajar grandes distancias para llegar a un lugar porque disfruta particularmente el sitio, mientras que otro sólo llega porque no tiene otro sitio cerca de su casa y disfruta comparativamente menos el lugar. Por lo tanto, es incorrecto asignarles el mismo valor de uso a estos visitantes.

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Decisión de adquirir casa: aquellas personas que adquieren casa en el lugar, incurrirán en costos de viaje relativamente bajos, pero que no reflejarán el alto valor que le dan al lugar, ya que adquirieron una propiedad.

-

Visitantes que no pagan: a veces los estudios de costo viaje omiten a los visitantes que no han incurrido en costos de viaje, por ej. aquellos que han llegado caminando al lugar, sin embargo, ellos también pueden darle un valor alto al lugar

5.3

Método de valoración contingente

En este método se solicita a una muestra representativa de la población considerada, que haga explícita, en términos de su disponibilidad a pagar, la intensidad de su deseo por contar con la disponibilidad del bien ambiental, frente a la alternativa de no poder disfrutarlo o incluso de que el bien como tal dejara de existir.

Los estudios técnicos y los trabajos aplicados en esta área tratan, sin embargo, con frecuencia la valoración global de la experiencia recreativa o estética de la visita al área natural. Para valorar específicamente la parte asignable al recurso hídrico debe distribuirse el valor total del paquete que constituye la experiencia recreativa entre los distintos constituyentes de su valor, a partir del análisis de las características del área y de las

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motivaciones de los individuos por cada uno de tales constituyentes (Freeman, 1993; Ferreiro, 1994).

Entre los problemas que se pueden presentar al aplicar este método Turner et al (1994) señalan: -

Entendimiento de la disposición a pagar: Algunos critican la validez del método ya que las preguntas acerca de la disposición a pagar por un bien no siempre son bien entendidas por la gente, y los valores pueden reflejarar pobremente el valor real. Sin embargo, Turner et al (1994) señala que en una serie de experimentos se ha demostrado que existe una buena correlación entre lo que la gente menciona estar dispuesta a pagar y lo que finalmente paga.

-

Disposición a pagar / Disposición a recibir: En teoría uno puede preguntar cuánto está dispuesto a pagar por mantener un bien o cuánto está dispuesto a recibir en compensación por dejar el bien. Existen diferencias en los valores que entregan los encuestados y normalmente la disposición a pagar es menor que la disposición a recibir, ya que la sensación de pérdida exige por parte del encuestado una mayor recompensa.

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Sesgo Parte/total: Se ha notado que cuando a la gente se le pregunta primero por su disposición a pagar por una parte del bien (ej. : un lago que se encuentra en un sistema de lagos) y después se le pregunta por la disposición a pagar por el sistema completo de lagos las cantidades resultantes son muy similares.

-

Sesgo de un punto inicial: En muchos estudios se ha partido de un valor como punto inicial sobre la base del cual se pregunta a la gente; sin embargo, algunos críticos creen que este punto inicial no es buena influencia ya que al comparar resultados con y sin valor inicial existen grandes diferencias en los valores que estarían dispuestos a pagar.

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5.4

Método de análisis conjunto

El análisis conjunto (AC) es una técnica utilizada para analizar la estructura de preferencia de un sujeto dado (consumidor) con respecto a un objeto determinado (bien). El AC asume que cada objeto bajo evaluación se compone de varias características o atributos y que cada atributo se puede separar en niveles. Estos atributos y sus niveles pueden ser de forma métrica y no-métrica. El fundamento sobre el cual se basa el AC es la posibilidad de estimar el valor de utilidad asociado a cada nivel de cada atributo del objeto por medio de un modelo estadístico aplicado a los puntajes o valores de los perfiles o conceptos alternativos del objeto. Esta técnica se ha popularizado en los últimos 10 años y ha emergido de los campos de la sicología matemática y psicometría, pudiendo clasificarse dentro de los métodos hipotéticos e indirectos. Se basa en preguntas sobre situaciones hipotéticas que deben ser evaluadas por las personas, y requiere de un análisis estadístico posterior para poder obtener valores monetarios. Los principales usos de esta técnica se han llevado a cabo en la industria del marketing, siendo una herramienta importante para la medición de las preferencias del consumidor entre alternativas de productos de atributos múltiples. Sin embargo, esta técnica ha sido escasamente extendida al campo de los recursos naturales, algunos ejemplos son la valoración y disposición a pagar por excursiones de caza, sitios e instalaciones para la recreación, el turismo, la calidad de agua, etc. (Mackenzie, 1992, 1993; Holmes et al. 1996; Griner y Farber, 1996; Toy et al. 1989).

Este método difiere de los métodos más convencionales de valoración, ya que utiliza una técnica de descomposición del producto en lugar de una composición para modelar las preferencias del usuario. En los modelos de composición, la percepción explícita del encuestado acerca de cada atributo de un producto se mide separadamente y su preferencia por el producto se estima desde los datos de los atributos individuales (Reddy y Bush, 1998). AC en cambio, toma una visión integral del bien, se pide al encuestado el puntaje de preferencia para un concepto o tarjeta que representa el producto entero (por ejemplo, un sitio recreacional).

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El análisis conjunto (AC) fue diseñado para situaciones donde las variables independientes múltiples (métricas o no-métricas) son interdependientes y afectan la clasificación de una variable dependiente. En otras palabras, si la preferencia de un consumidor de un producto es puesta como la variable dependiente y los atributos del producto seleccionado como las variables independientes, el AC puede inferir los valores y grado de importancia de cada nivel-atributo subyacente en cada tarjeta, determinar cuáles atributos son más importantes, qué combinaciones de atributos son más atractivas y su influencia sobre la elección del consumidor. Para llevar a cabo un análisis conjunto la información debe ser colectada de una muestra de consumidores o usuarios del objeto analizado.

Una vez determinados los atributos y sus niveles, se agrupan dentro de un conjunto de alternativas o perfiles de combinación factorial. Debido a que la cantidad de atributos y niveles genera un alto número de combinaciones, para simplificar el proceso, se aplica el método de “arreglo ortogonal” para reducir el número de perfiles al mínimo necesario para obtener los parámetros del modelo (Smith et al. 1999).

El diseño ortogonal es una matriz que ayuda

al estudio de las relaciones entre los

parámetros de entrada y sus correspondientes funciones de salida; los “arreglos ortogonales tienen una propiedad de par balanceado así que cada nivel de un parámetro ocurre en el experimento con cada nivel de cada otro parámetro el mismo número de veces”. Esto permite que la máxima cantidad de información sea derivada usando pocos perfiles. La matriz es ortogonal sólo si se cumple lo siguiente:

-

el número de frecuencias de cada nivel debe ser igual dentro de cada columna

-

todas las filas que tienen idéntico nivel-atributo en una columna dada debe tener un igual número de frecuencias de todos los otros niveles-atributo en las otras columnas

-

la matriz para un número determinado de columnas debe ser la que con la cantidad mínima de filas satisfaga las condiciones ya señaladas

Otro aspecto a tener en cuenta es la selección de los atributos correctos y sus niveles, los que deben estar relacionados con el objetivo del estudio. El número de atributos a incluir

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depende del objetivo del estudio, del tiempo asignado para la entrevista, el nivel de compromiso del encuestado y de la forma de AC.

Las formas más comunes de AC son “el ordenamiento de tarjetas” y el “AC adaptable”. En un ordenamiento de tarjetas, se pide a los encuestados jerarquizar un conjunto de conceptos; cada concepto es impreso sobre una tarjeta y considera todos los atributos. A medida que aumenta el número de atributos, aumenta la cantidad de información en la tarjeta y el número de tarjetas. Un alto número de tarjetas, más de 6 a 8, puede generar confusión en el entrevistado y por lo tanto puede disminuir la confiabilidad de sus respuestas (Curry, 2000).

El AC adaptable (ACA), muestra a los encuestados dos conceptos a la vez en un formato de “comparación de pares”. Cada concepto es perfilado en no más de cinco atributos (normalmente 2 o 3). ACA usa perfiles parciales y se les pregunta a los encuestados sólo sobre los atributos más importantes o relevantes, posibilitando de esa manera manejar hasta 30 atributos.

Los niveles de los atributos deben ser mutuamente exhaustivos y excluyentes. Cada perfil que se propone incluir en el análisis debe representar un sólo nivel de cada atributo.

La

bibliografía señala que el aumento del número de niveles de un atributo aumenta la importancia del mismo (Wittink et al. 1992). Sin embargo, no está clara la fuente (puede ser psicológica) y magnitud de este efecto; mientras tanto, aunque es difícil de alcanzar cuando hay atributos binarios, se sugiere minimizar su impacto asignando el mismo número de niveles a todos los atributos. Wittink et al. (1992) informan que este efecto en la modalidad ACA sería la mitad que la que ocurre en datos de perfil completo.

El AC puede ser aplicado a individuos, segmentos de mercado o mercados completos. A nivel individual, el AC puede utilizarse para predecir que situación preferiría ese usuario. En este caso un tamaño de muestra de 1 sería suficiente. Para segmentos de mercado, AC tiende a estabilizarse después de 30 a 50 respuestas. Típicamente estudios con múltiples segmentos tienen tamaños de muestra que van desde 200 a 400 encuestados. La modalidad

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de la consulta puede ser de diferente tipo -vía Internet, por correo, entrevista, etc., excepto telefónica.

El número mínimo de tarjetas (NT) que cada encuestado necesita evaluar en la forma “ordenamiento de tarjetas”, debe ser igual al número de niveles atributo (NN) en el estudio menos el número total de atributos (NA) más una. Se recomienda incluir 1.5 a 2 veces el número mínimo para cubrir errores del

entrevistado. Se sugiere también como paso

importante un pretest para comprobar que los encuestados están interpretando correctamente los atributos y niveles y para eliminar aquellas combinaciones que los encuestados puedan considerar inconvenientes o absurdas.

Además del ordenamiento o jerarquización de las tarjetas se pide al encuestado asignar un valor de utilidad o puntaje, en una escala de formato normal entre 0 y 100, donde “0” es el nivel más bajo de cada atributo o perfil menos preferido y “100” el nivel más preferido. Un nivel menos preferido “0” no significa que no tenga utilidad. Los valores absolutos de utilidad no tienen significado inherente y pueden ser evaluadas sólo en relación con otras utilidades debido a que los encuestados en una entrevista de AC son consultados sólo acerca de conceptos o perfiles.

La importancia relativa de los atributos se obtienen frecuentemente de las utilidades promedio. Esto se hace tomando la diferencia entre la utilidad menor y la mayor para cada atributo (rango), agregando esas diferencias a través de todos los atributos para obtener un total, luego dividiendo la diferencia de cada atributo por el total y multiplicando por 100. Por las características del método todos los resultados son relativos y no absolutos.

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