Cuaresma: celebrar y experimentar la misericordia de Dios

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León

SUPLEMENTO DEL BOLETÍN OFICIAL DEL OBISPADO DE LEÓN • 2.ª quincena de febrero 2016

LAS CHARLAS CUARESMALES SE CENTRAN EN EL AÑO JUBILAR Y LLAMAN A LA PRÁCTICA DE LAS OBRAS DE MISERICORDIA D

Cuaresma: “celebrar y experimentar la misericordia de Dios” El color morado del tiempo litúrgico que se abría el pasado día 10, Miércoles de Ceniza, con el simbólico rito de imposición de la ceniza, y la mayor austeridad celebrativa que anuncian las palabras de este rito, “Conviértete y cree el Evangelio”, son signos propios de la Cuaresma que ya se vive en toda la Diócesis de León. Un tiempo que la tradición cristiana configura en torno al tríptico del ayuno, la oración y la limosa, pero que este año en el centro de ese perímetro triangular y como pieza central sitúa la misericordia. La celebración de esta Cuaresma del Año Jubilar de la Misericordia ha tomado una nueva dimensión en toda la Iglesia y también en la Diócesis, un tiempo favorable ante el que el Papa Francisco ha pedido “vivir con mayor intensidad como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios”.

El obispo Julián López invita a todos los fieles en este “tiempo favorable” a “centrarse en lo esencial de la vida cristiana y a poner en práctica las obras de misericordia, corporales y espirituales”

Y en esa línea se ha situado precisamente el ya tradicional ciclo de las Charlas Cuaresmales organizado por la Diócesis que, a partir del mismo lema elegido para este Año Jubilar, “Misericordiosos como el Padre”, ha promovido la reflexión en aspectos como el de “Dios Pa-

La riqueza de planteamientos y diversidad de miradas hacia la misericordia ofrecidas en estas Charlas Cuaresmales ha permitido profundizar en la idea que lanza el Papa Francisco en el mensaje para la Cuaresma cuando afirma que “la misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia”, generando un impulso para “amar al prójimo y vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales” que recuerdan que “nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos para ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu”. Y a esta invitación de Francisco se suma el obispo Julián López al recordar

dre, rico en misericordia” abordado por el sacerdote Jenaro Barreales; el de “Cristo, rostro de la Misericordia del Padre”, glosado por el rector del Seminario Redemptoris Mater, Manuel Flaker; el de “María, Madre de misericordia”, explicado por el profesor Juan Carlos Fernández Menes; o el de “La caridad, testimonio de la misericordia”, analizado por Sor Consuelo Ajenjo, de las Hijas de la Caridad”.

que la Cuaresma es un tiempo favorable “de modo especial porque todo en ella invita a entrar en nosotros mismos, a reconocer nuestros fallos y debilidades y a situar a Jesucristo en el centro de nuestra vida”. El prelado legionense completa este mensaje con una llamada a aprovechar “este tiempo de gracia y misericordia en el que la Iglesia pone a nuestro alcance con mayor abundancia los medios de la salvación” y que desde la austeridad propicia que “nos centremos en lo esencial de la vida cristiana y pongamos en práctica las obras de misericordia corporales y espirituales”.

además en Iglesia en León 2 Editorial “Otras obras de misericordia”

Carta del Sr. Obispo 3

“Celebrar la Cuaresma...”

4-5

Actualidad diocesana

· El Obispo lleva a Filipinas la voz... · Año de la Misericordia: jubileos... “El perdón jubilar”

Agenda 8

Mirador 6

Editorial

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Desde mi pueblo

La necesitamos mucho…

La comunicación, el compartir entre compañeros: novedades, problemas, soluciones, ánimos.… La competitividad, retener, es lo opuesto. Existieron “(¿existen?)” los escalafones, algo muy distinto a la emulación hacia el bien. Y mucho peor. Aún funcionan las “notas”, las “oposiciones” e incluso los juegos donde se impone y propone la competitividad. La economía neoliberal la tiene como su meta sagrada; y así nos va. “Entre vosotros no ha de ser así”. Es posible vivir de otra manera. La competitividad genera sospecha, desunión, rivalidad, enfrentamientos. La comunicación, “comunión”, amistad, confianza, colaboración, agradecimiento y alegría.

Se divierten sin competir.

Tenemos muchos medios para comunicarnos, salvada la inviolable intimidad de cada uno, pero aún nos falta la conversión de un modelo al otro. Abrirse, compartir, no retener los hallazgos: ideas, soluciones, adelantos. ¿Aún buscas tener la patente? ¿De qué? Abre tu tienda al Señor, dice una canción actual. Al Señor y a los hermanos, claro; tu casa, tus “saberes”. Y una letrilla antigua también decía: Moneda que está en tu mano quizá la puedas guardar pero lo que está en el alma se pierde si no se da. ¡Qué lástima!, ¿no? Nicolás G. León

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SUPLEMENTO DEL BOLETÍN OFICIAL DEL OBISPADO DE LEÓN Publicación quincenal - 2.ª quincena de febrero de 2016 - N.º 445 Edita: Secretariado de Comunicación Social de la Diócesis de León. Director: José M.ª Martínez Llamazares Plaza de Regla, 7-24003 LEÓN • Teléfono: 987 21 96 80 Ext. 227 E-mail: [email protected] • Web: www.diocesisdeleon.org Impresión: Printed 2000 • Depósito Legal: LE-28-1960

Otras obras de misericordia Vivir el tiempo de la Cuaresma en el Año de la Misericordia es poner en ejercicio las llamadas obras de misericordia, corporales y espirituales. Tienen éstas su enunciado clásico, pero pueden y deben ser traducidas a las situaciones de hoy. Una adaptación de esas obras es la que ofrecemos, inspirada en sugerencias del papa Francisco, como manifestaciones concretas de amor hacia los demás. Obras de caridad en nuestro mundo de hoy serán, entre otras, sonreír y mostrar la alegría a los demás como manifestación del gozo interior del creyente; dar las gracias a cuantos nos hagan un favor por pequeño que sea; recordar a quienes tenemos cerca, con palabras y con gestos, que los queremos y les deseamos lo mejor; saludar con sinceridad y satisfacción a los que a diario se relacionan con nosotros, en la vecindad, en el trabajo, en la calle; aprestarnos a escuchar las confidencias de los demás, sin prejuicios, sin curiosidad malsana, sin envidia, con ternura; “perder el tiempo” en ayudar a quien nos necesite en nuestro alrededor, inclusive adivinando lo que esperan aunque no nos lo pidan; estar dispuesto a levantar el ánimo con prudencia y cariño a quien ande decaído, deprimido o triste; ser generoso y abierto para celebrar los éxitos del otro, y disfrutar con sus capacidades triunfos; apartar lo que no vas a usar y hacerlo llegar como regalo discreto a quien lo pueda necesitar; echar una mano a quien deba descansar de sus tareas, ocupando su lugar, aunque solo sea momentáneamente; estar dispuesto humildemente tanto a corregir, siempre con amor, como a no callar por miedo o indiferencia; bajar a tener pequeños detalles de respeto y afecto, sobre todo con los que tenemos cerca; ayudar a los demás a superar los momentos malos, los disgustos, las dificultades.

programas diocesanos EL ESPEJO DE LA IGLESIA. Viernes 13:30 a 14:00 h. INFORMATIVO DIOCESANO. Domingos 9:45 h.

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prensa DIARIO DE LEÓN. Sábados. Página de Religión dedicada la vida de la Iglesia. LA NUEVA CRÓNICA. Domingos. Artículo de Antonio Trobajo.

televisión SANTA MISA. Diario 11 h. Domingo 12 h.

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Carta del Obispo Celebrar la Cuaresma del Año de la Misericordia

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ueridos diocesanos: Un año más, al llegar el miércoles de ceniza, la Iglesia, haciendo suya la invitación de san Pablo, nos dice: «En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé». Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación” (2 Cor 6,2). Ya desde la primera invitación al Año jubilar de la Misericordia en la carta apostólica “Misericordiae Vultus”, el papa Francisco pedía que esta Cuaresma “fuese vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios”, recordando las incontables páginas de la Sagrada Escritura que se nos ofrecen en este tiempo litúrgico para que las meditemos diariamente y descubramos con más facilidad el rostro misericordioso del Padre (MV 17). Y citaba estas palabras del profeta Miqueas: “Tú, Señor, volverás a compadecerte de nosotros y a tener piedad de tu pueblo. Destruirás nuestras culpas y arrojarás en el fondo del mar todos nuestros pecados” (cfr 7,18-19). Por eso os invito a prestar una especial atención a las lecturas dominicales del ciclo C en el que nos encontramos, de la mano de san Lucas, el evangelista de la misericordia.

No echemos en saco roto la gracia de Dios (cf. 2 Cor 6,1) pues, aunque todo tiempo es “tiempo favorable” y toda nuestra vida es una oportunidad abierta a la acción misericordiosa divina, la Cuaresma lo es de un modo especial porque todo en

ella invita a entrar en nosotros mismos, a reconocer nuestros fallos y debilidades y a situar a Jesucristo en el centro de nuestra vida. Lo ha vuelto a recordar el papa Francisco en el mensaje para la Cuaresma 2016 que lleva como título «Misericordia quiero y no sacrificio (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar» y dado a conocer el día 26 de enero. He aquí estas palabras, verdaderamente centrales de su pensamiento: “La misericordia «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (MV 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él” (n. 2).

“Aunque todo tiempo es ‘tiempo favorable’ y toda nuestra vida es una oportunidad abierta a la acción misericordiosa divina, la Cuaresma lo es de un modo especial porque todo en ella invita a entrar en nosotros mismos, a reconocer nuestros fallos y debilidades y a situar a Jesucristo en el centro de nuestra vida” Aprovechemos, pues, este tiempo de gracia y misericordia en el que la Iglesia pone a nuestro alcance con mayor abundancia los medios de la salvación comenzando por la palabra de Dios. En la Cuaresma la predicación debe ser más rica y

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abundante, buscando la conversión de la mentalidad y de la conducta, y se ha de facilitar un acercamiento más intenso a las fuentes de la gracia: los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía que nos ayudan a revivir el Bautismo que nos hizo hijos de Dios y nos fortalecen, en cuanto miembros vivos de la Iglesia, en el combate diario contra las fuerzas del mal que luchan dentro de nosotros. La Cuaresma es también tiempo de austeridad para que nos centremos en lo esencial de la vida cristiana y pongamos en práctica las obras de misericordia, corporales y espirituales, como recuerda expresamente el papa en el mensaje citado: “Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo” (n. 3). Además, este es el ayuno que Dios quiere, la solidaridad efectiva con los necesitados, la práctica del perdón de las ofensas, etc. (cf. Is 58,1-9), sin olvidar la abstinencia en los días penitenciales, la oración y la limosna. En la Cuaresma Dios mismo sale a nuestro encuentro en Jesucristo y en la Iglesia, y hace más fácil el que nos sintamos queridos, perdonados y sostenidos por su presencia. Dejémonos amar y reconciliar por Él.

† Julián, Obispo de León

Día a día

4 En el 51º Congreso Eucarístico Internacional, donde presidió una celebración

El obispo lleva a Filipinas la voz de apoyo Dar de comer de la Iglesia de España a los “hermanos de Asia” al hambriento Con la presencia en la solmene eucaristía con la que el día 31 de enero se clausuraba el 51º Congreso Eucarístico Internacional en la ciudad de Cebú, en las Islas Filipinas, el obispo Julián López ha concluido el viaje que le llevó a Filipinas en su calidad de representante de la Conferencia Episcopal Española. El obispo participó en los actos más destacados de este Congreso y mantuvo un encuentro con unos de los seis misioneros leoneses que desarrollan su actividad en este país, el padre comboniano Miguel Ángel Llamazares González, a quien transmitió el mensaje de apoyo y cercanía de todos los diocesanos a los misioneros leoneses que desde hace años trabajan en las Islas Filipinas. Además, el obispo Julián López asumió un protagonismo especial en el Encuentro Parroquial que se desarrolló en 14 parroquias de la ciudad de Cebú, al presidir la celebración eucarística que acogió la parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, concelebrada por medio centenar de sacerdotes y diez obispos. En su homilía, el obispo Julián López destacó la condición de peregrinos de todos los participantes en este Congreso para encontrarse con los cristianos de Cebú y de toda Asia y hacer realidad el lema “Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria”.

Entrega del “II Memorial Pere Tena de Pastoral Litúrgica” El obispo de León, Julián López, ha recibido el premio “II Memorial Pere Tena de Pastoral Litúrgica” en el transcurso de un acto que se celebraba en el Seminario Conciliar de Barcelona el pasado día 3, un galardón que en esta segunda edición el prelado legionense ha compartido con el padre claretiano Juan María Canals, director hasta 2014 del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia. En su intervención de agradecimiento el obispo Julián López aseguró que la liturgia ha sido el “núcleo de mi vida personal desde la niñez y en la tarea pastoral” y también aprovechó para elogiar el trabajo del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona.

El obispo de Astorga, en la fiesta de Santo Tomás El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, acudió el pasado día 1 de febrero a los actos que la Diócesis organizó con motivo de la fiesta de Santa Tomás de Aquino, patrono de las instituciones académicas. El nuevo obispo asturicense remarcó en su homilía la importancia del “trabajo intelectual y el estudio para la vida y la misión de la Iglesia en el mundo de hoy” y quiso acompañar a los cinco seminaristas de Astorga que desde este curso acuden al Seminario Mayor de León. Los actos se completaron con una sesión académica en el que el director del Instituto Bíblico y Oriental, Jesús Garcia Recio, pronunció una conferencia sobre el tema “Del Oriente Biblico al Cristianismo”.

Seguro que muchos de nosotros recordamos al pobre que se acercaba a nuestra casa y pedía a nuestra madre: “¡Señora, un trozo de pan, por el amor de Dios!”. El pan era la comida básica en Palestina -y en nuestras casas no hace tantos años-. Por eso, dice el Padrenuestro: “El pan nuestro de cada día, dánosle hoy”.

De cómo hayamos compartido “nuestro pan”, se nos pedirá cuentas al final de nuestra existencia terrena: “Porque tuve hambre y me disteis de comer…” (Mt 25,35). En la “cultura del descarte” en la que estamos viviendo; en medio de la “globalización de la indiferencia” que nos está contaminando, leemos en la carta de Santiago: “¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podría acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos o faltos de alimento diario y uno de vosotros les dice: “Id en paz, abrigaos y saciaos”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?” (Sant 2,14-17). Para un cristiano el partir el pan con los demás pertenece a lo esencial de su fe. ¿Por qué razón? Muy sencillo: el Señor es “Pan partido y repartido”; “Cuerpo entregado”; “Pan de vida eterna”… Y yo, ¿soy cuerpo entregado a Dios y a mis hermanos? Teodoro Valbuena

de la vida Diocesana Año de la Misericordia: jubileos de la Vida Consagrada y de los Enfermos y Discapacitados En un espacio de nueve días el Año de la Misericordia ha concentrado dos celebraciones especiales: el jubileo de la vida consagrada, el día 2 coincidiendo con la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que además puso el broche de clausura al Año de la Vida Consagrada; y el jubileo de los enfermos y discapacitados, el día 11 coincidiendo con la Jornada Mundial del Enfermo en la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. Ambas citas jubilares estuvieron presididas por el obispo Julián López y han permitido acercar el mensaje de toda la Iglesia en este Año Santo, que se resume en el lema “Misericordiosos como el Padre”, a dos realidades claves en la vida diocesana: las personas consagradas, los 731 religiosos y religiosas de la Diócesis; y la Pastoral de la Salud, con 9 capellanes que atienden el servicio pastoral en todos los centros hospitalarios y residenciales de la Diócesis, con especial presencia en el ámbito de la residencias de personas mayores, y un numeroso grupo de voluntarios que colaboran a diario en la visita a enfermos y que forman parte de asociaciones como la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes o del voluntariado de San Froilán.

Higinio Méndez recibe su ordenación y se convierte en el cuarto diácono permanente de la Diócesis La Diócesis ha incorporado a su cuarto diácono permanente, Higinio Méndez Alonso, tras el rito de ordenación en una eucaristía que presidía el pasado día 7 el obispo Julián López en la Catedral, y en la que también fue instituido como lector Juan Lanero Fernández. El obispo Julián López manifestó en su homilía que “con gozo recibimos a Higinio y a Juan para el servicio de nuestra Iglesia diocesana” y subrayó el hecho singular de que esta nueva ordenación tenga lugar “en este Año Jubilar de la Misericordia, lo que nos invita a ver en esta liturgia una expresión más de la bondad del Señor”. Haciendo referencia a la experiencia vital de Higinio Méndez en el ámbito de la seguridad ciudadana y de Juan Lanero en el ámbito de la docencia universitaria, el obispo Julián López destacó la aportación de estos “hombres que se fían de Dios” a la Iglesia de León porque el hecho de que“en esta época nuestra, de gran sequía vocacional, el que personas adultas, padres de familia, profesionales, catedráticos, etc, personas situadas ya en la vida, escuchen la llamada del Señor no deja de ser un signo de los tiempos” El sagrado Orden del Diaconado Permanente fue reinstaurado por decisión del Concilio Vaticano II como un grado propio del Ministerio ordenado. En el año 1997, por iniciativa del entonces obispo Antonio Vilaplana, en la Diócesis de León se reinstauró la figura del diácono permanente. En 2010, por empeño del obispo Julián López, la Diócesis decidió impulsar este Ministerio ordenado con la puesta en marcha del Plan Básico de Formación para el Diaconado Permanente, con un periodo de estudios de cinco años, que ya ha completado quien desde el pasado día 7 es el cuarto diácono permanente de la Diócesis, Higinio Méndez.

5 “Es tiempo de justicia, es tiempo de misericordia” Comenzamos, en este tiempo litúrgico, nueva Cuaresma y nueva Pascua. Y este año Cáritas nos invita a dejarnos orientar por dos claves complementarias que serán las guías de cada uno de nuestros pasos: justicia y misericordia, siguiendo las palabras del profeta Miqueas: “Practica la justicia, ama la misericordia y camina humildemente con tu Dios” (Mi. 6,8) “Practica la justicia. Deja tu huella” es nuestro lema anual de campaña que nos recuerda la necesidad de tantas personas que tienen muchas y graves dificultades para vivir como hijos e hijas de Dios. Practicar la justicia es poner las bases para que no ocurran, ni vuelvan a ocurrir, situaciones inhumanas. Actuar en justicia conlleva descubrir la voluntad de Dios y hacerla realidad en la tierra. A ello nos llama el tiempo de Cuaresma-Pascua. Es tiempo de justicia. Relacionada con la justicia se encuentra la misericordia. Es deseo del Papa Francisco que las relacionemos, que las vivamos unidas. Se nos pide que la Cuaresma de este Año Jubilar sea para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la palabra y a las obras de misericordia. Mediante las obras corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados…. mientras que las obras espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Nunca hay que separar unas de las otras. ¡Caminemos humildemente en este tiempo de Cuaresma practicando la justicia, dejando huella y siendo misericordiosos tal y como es nuestro Padre celestial!.

Mirador

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RINCÓN LITÚRGICO LA LUZ EN LA LITURGIA (y III) “Yo soy la luz del mundo” Jn 8,12 En la antigüedad las lámparas en la liturgia eran de aceite. En los Hechos hay una cita interesante, trata de la llegada de San Pablo a Troádes y la celebración de la Eucaristía, dice: “había abundantes lámparas en la estancia superior donde estábamos reunidos” (Hch 20,8). San Paulino de Nola afirma: “altares brillantes rodeados de numerosas lámparas”. Antes se prescribía que las velas que se usasen fueran de cera virgen de abeja; a esto se le daba un simbolismo: la carne virginal de Jesucristo nacido de la Virgen María. La mecha, figura del Alma Santísima, y la llama, su divinidad. El fuego y el consumirse hacen presente la calidad de Cristo que se ha consumido en hacer la voluntad del Padre. Así los cristianos son invitados a quemarse, a consumirse para configurarse a Cristo en su misterio Pascual. En la historia se ha usado velas con diferente forma: rectas, enroscadas, grandes y pesadas, sencillas, gruesas, decorados artísticamente, etc. Lo normal es que fueran blancas, aunque estaba permitido el uso de velas amarillas en los funerales, los oficios de tiniebla y del Viernes Santo. En la Ordenación general del Misal Romano en nº 39 se dice: “Colóquese un mínimo de dos cirios encendidos o incluso cuatro o seis, y si celebra el obispo de la diócesis siete”. Lo de los siete cirios es una antigua tradición romana (Ordo Romanus I) que indicaba siete cereóstata que precedían al obispo. Igualmente los cirios acompañan a la Cruz en la procesión y el evangeliario en la proclamación del evangelio. Se tiene que tener en cuenta la luz en la celebración. Es importante la abundancia de la luz artificial o natural. Del mismo modo cuidar los candelabros y las velas en el Altar. Es necesario que tengan un gusto y dignidad. Manuel Santos Flaker

El perdón jubilar El ser humano está especialmente necesitado de perdón y misericordia. Lle-

va en su espíritu grandes anhelos de perfección pero a la vez se ve sometido a los oscuros impulsos de su orgullo, de su ambición y sensualidad. Frecuentemente cae en la contradicción de querer lo que aprueba su conciencia y de hacer lo que le reprocha. Tiene a su favor que es capaz de ver y aun reconocer sus errores y de corregirse. Pero tiene en contra que puede olvidarse de sus principios morales y tratar de justificar sus malas acciones. La experiencia del tiempo en que vivimos es una buena prueba de que las personas y los grupos humanos son más proclives a denunciar los abusos cometidos por otros que a reconocer los propios. Nos cuesta pedir perdón cuando faltamos a alguien y perdonamos difícilmente a quienes consideramos culpables de algo.

“Sólo cuando el perdón es el resultado de un cambio interior en el que el amor se impone sobre la enemistad, puede uno disfrutar de la alegría del perdón. El perdón alcanza plenitud de verdad desde la fe en el amor de Dios” Cuando se trata de perdonarnos unos a otros, el perdón puede quedarse en formalidades que no siempre llevan consigo verdaderas actitudes de reconciliación y de paz entre hermanos. Sólo cuando el perdón es el resultado de un cambio interior en el que el amor se impone sobre la enemistad, puede uno disfrutar de la alegría del perdón. El perdón alcanza plenitud de verdad desde la fe en el amor de Dios. El sentido de culpa puede reducirse al ámbito de la conciencia moral de la persona pero alcanza su plenitud cuando se percibe ante la suprema mirada del Creador. Según el libro del Génesis, Dios no abandona a los padres de la humanidad cuando le desobedecen sino que sale a su encuentro y abre su vida a la esperanza. La Alianza de Dios con su Pueblo es una historia de amor en la que no faltan las humanas infidelidades pero descubre siempre la infinita misericordia de Dios sobre quienes invocan su perdón. Frente a los falsos criterios humanos que tratan de separar a los pecadores de la comunidad, Jesús, Maestro de vida, los acoge cuando se acercan a él buscando el perdón y la salvación. Los cristianos, a lo largo de la historia, han tenido a veces la tentación de separar de la Iglesia a los pecadores para evitar que dañen su pureza y santidad. Pero Cristo murió por la salvación de todos y la Iglesia es madre llamada a acoger a todos sus hijos, a moverles a la santidad y a celebrar su reconciliación. “Misericordia quiero y no sacrificio”, es el título del Mensaje del Papa para esta Cuaresma. ”Dios quiere –dice el Papa Francisco- alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él”. El abrazo del Padre al hijo que regresa a la casa paterna expresa al vivo la alegría que es fruto de una verdadera conversión. La misericordia divina ensancha el corazón del pecador arrepentido y le impulsa a vivir en santidad. “Sed misericordiosos como el Padre vuestro es misericordioso”. Con estas palabras del evangelio de Lucas, recogidas en la Bula del Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco nos llama a todos a acoger el perdón de Dios y a practicar la misericordia. Gonzalo Flórez

Vida y Evangelio

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R E F L E X I Ó N S O B R E E L E VA N G E L I O D E L A M I SA D O M I N I C A L 6 de marzo de 2016 (IV DOMINGO DE CUARESMA)

13 de marzo de 2016 (V DOMINGO DE CUARESMA) Lc 15, 11-23

Jn 8,1-11

“También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me toca de la fortuna’. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor…”

“Por su parte, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen a una mujer…”

El padre misericordioso

El que esté sin pecado…

Esta hermosa y conocida parábola nos ayuda a profundizar en la contemplación del rostro misericordioso de Dios. Es el rostro de un padre cariñoso, bueno y paciente que siempre está dispuesto a estrechar entre sus brazos al hijo que se ha alejado del hogar. La historia resulta enormemente evocadora y en ella descubrimos muchos elementos que reclaman nuestra atención: El hijo menor decide irse de casa y pedir su parte de la herencia para malgastarla. El Padre no se opone ni se lo impide. Su amor le lleva a respetar absolutamente la libertad de su hijo, a pesar del dolor de la separación. Tras sufrir las consecuencias de su decisión el hijo reconoce el error cometido y comienza a recorrer un camino interior de arrepentimiento y de conversión. Es el camino que conduce de vuelta al calor del hogar y al amor paternal de Dios. La reacción del padre es sobrecogedora: siempre ha esperado el retorno del hijo y, cuando se produce, se adelanta lleno de alegría para abrazarlo. No pide explicaciones, ni pone condiciones; simplemente perdona. Y al perdón le sigue la fiesta, porque el retorno al amor primero siempre es motivo de una celebración gozosa. Pero no todos los miembros de la familia participan de la celebración. El hermano mayor pone la nota discordante. Él rechaza la alegría del reencuentro y del perdón. En su concepto de “justicia” no entran los disparatados excesos de la misericordia. La lectura de esta parábola nos ayuda a recordar que el Dios revelado por Jesucristo no es un Dios de la venganza o el temor; es el Dios del amor y la ternura, abierto siempre a la misericordia y el perdón.

Si en el Evangelio del domingo pasado se nos mostraba por medio de una parábola el rostro misericordioso del Padre, en el que hoy leemos es el mismo Jesús el que realiza un ejercicio práctico y concreto de perdón con una mujer pecadora. El pecado era de relevancia, puesto que el adulterio era reprobado por la ley de Israel y estaba castigado con la muerte. Presentan aquella mujer ante Jesús con el objetivo de hacer un “simulacro” de juicio, ya que la sentencia parecía estar bastante clara de antemano. Pero, paradójicamente, no es uno, sino dos los juicios con los que nos encontramos. De manera encubierta y sibilina los escribas y los fariseos también quieren juzgar a Jesús. De hecho es a él a quien se le interroga. Tratan de provocar que el Señor se pronuncie respecto a la pecadora con “una pregunta trampa”: si Jesús abogaba por la clemencia estaría contraviniendo la ley judía; y si justificaba el castigo iría contra su propia predicación. Ante esta tesitura Jesús calla y escribe en el suelo hasta que de sus labios sale una frase sorprendente y desconcertante: “El que esté libre de pecado que le tire la primera piedra”. Con sus palabras no niega la culpa de la mujer, pero tampoco la condena. Lo que Jesús hace es elevar la pregunta a otro nivel mucho más profundo: el nivel de la propia conciencia de cada uno. Una vez que se ve libre de sus acusadores la adúltera encuentra en Jesús la medicina que necesitaba su pecado. La solución no es la condena, porque Jesús no ha venido a condenar, sino a salvar. Por el contrario, pasa por la misericordia que invita un cambio de vida y que brinda siempre nuevas oportunidades para rehacer el camino. José Sánchez

Del Catecismo de la Iglesia Católica 1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

Fe y Cultura

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agenda Exposición “La ‘Pulchra’ en el Camino de Santiago” (Iglesia de Palat del Rey: lun-vie 10-14 h. y 17-20 h.; sab 10-14 h.)

Martes, 16 de febrero: - Charlas Cuaresmales Diocesanas (PP. Agustinos, 20 h.)

Miércoles, 17 de febrero: - Formación Voluntariado S. Froilán (Seminario, 16 h.) - Charlas Cuaresmales Diocesanas (PP. Agustinos, 20 h.)

Jueves, 18 de febrero: - Charlas Cuaresmales Diocesanas (PP. Agustinos, 20 h.)

Viernes, 19 de febrero: - Celebración Penitencial Diocesana (PP. Agustinos, 20 h.) - Teatro-monólogo sobre Santa Teresa de Jesús-“Las huellas del camino” (Parroquia San Lorenzo, 20 h.)

Sábado, 20 de febrero: - Escuela Formación “Beato Antero Mateo” (Seminario, 10 h.) - Formación Diaconado permanente (Seminario, 11 h.) - Encuentro vocacional de Gente CE (Seminario, 11 h.)

Domingo, 21 de febrero: DOMINGO II DE CUARESMA - Asamblea Adoración Nocturna-ANE (San Isidoro, 10:30 h.) - Comienzan Ejercicios Espirituales Sacerdotes (Residencia Sacerdotal, León). Hasta día 26 - Oración de Taizé (Parroquia San Lorenzo, 20 h.)

Lunes, 22 de febrero: FIESTA DE LA CÁTEDRA DE S. PEDRO - Formación Permanente del Clero (Seminario, 11 h.) - Charlas cuaresmales (S. Isidoro, 19 h.). Hasta el día 25 - Jornadas de Formación Cofrade (Monasterio HH. Carbajalas, 20 h.), hasta el dia 25.

Miércoles, 24 de febrero: - Retiro Acción Católica General (Centro P. Llorente, 17 h.)

Viernes, 26 febrero: - Celebración penitencial (S. Isidoro, 19 h.)

Sábado, 27 febrero: - Asamblea Adoración Nocturna Femenina-ANFE (S. Isidoro, 10:30 h.) - Ejercicios Espirituales para seglares (MM. Carbajalas, 10 h.). Siguen día 28 (10 h.) - Retiro cuaresmal Grupos Lectura Creyente (Seminario, 11 h.)

Domingo, 28 de febrero: DOMINGO III DE CUARESMA

Lunes, 29 de febrero: Convivencia del Clero Joven (Crémenes, 11 h.)

Una exposición...

“La ‘Pulchra’ en el Camino de Santiago”, grabados de vida que graban la fe

La Catedral y todo en derredor, la Pulchra como hito central, el primer templo de la Diócesis como símbolo luminoso de la fe. Representaciones y visiones de una Iglesia icono alrededor de la que se disponen grabados de vida que graban la fe. Porque si para grabar hay que labrar huecos y relieves en la plancha, el artista José Luis Holguera ha labrado esos contornos desde la experiencia del que camina, del peregrino que en grabados de vida es capaz de grabar la fe. Una experiencia que se ha plasmado en la exposición “La ‘Pulchra’ en el Camino de Santiago” que se puede visitar en Palat del Rey, donde la creatividad de Holguera se pone al servicio del misterio de la belleza sin límites que induce a lo transcendente. Y lo hace a partir de una técnica como la del grabado, que en el arte cristiano ha sido desde sus mismos orígenes uno de los medios más eficaces para alimentar la piedad, para dotar de mayor belleza a los libros litúrgicos y para abastecer a los talleres de los creadores con modelos que no tenían posibilidad de conocer directamente. Grabados que se actualizan en esta exposición de Palat y que se han completado con cuidados textos del poeta y cronista oficial de León Máximo Cayón Diéguez.

Un disco... “Consumada en el amor”, música para una humilde y luminosa santidad Santa María de Jesús Crucificado, “la pequeña árabe”, ha sido la figura inspiradora del disco que bajo el título “Consumada en el amor” acaba de publicar el cantautor Alberto Ramos. En diez piezas musicales este artista recupera textos poéticos de esta religiosa carmelita que fuera beatificada por San Juan Pablo II en 1983 y cuya vida de fe es un extraordinario ejemplo de santidad hoy en día para los cristianos de Oriente Medio que sufren la violencia y la persecución. Además, María de Jesús Crucificado (Mariam Bouardy, 18461878) es todo un referente dentro del Carmelo. La humildad desde una luminosa santidad es el legado de Santa María de Jesús Crucificado que Alberto Ramos ha musicado en este disco, disponible en el convento de las Carmelitas Descalzas y en la Librería Diocesana, y cuyos beneficios se destinarán a apoyar a los cristianos de Oriente Medio a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).

...y la Tira de Juárez

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