Cuaresma (lunes 3ª semana)

Cuaresma (lunes 3ª semana) Te prefiero a ti, Señor, éxodo, promesa y esperanza. CANTO Una nueva vida, tu misma vida, una nueva familia, tu misma fam

3 downloads 115 Views 3MB Size

Recommend Stories


DEVOCIONALES PARA ADULTOS SEMANA 3: LUNES
DEVOCIONALES PARA ADULTOS SEMANA 3: LUNES "Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Mo

Lunes San Juan Bautista de La Salle. Abril Semana V de Cuaresma
7 Lunes San Juan Bautista de La Salle Abril Semana V de Cuaresma 'Q‡6O‡Jn 8,1-11 En aquel tiempo, Jesús se retiró

SEMANA 3 BOSQUEJO SEMANA 3 BOSQUEJO
SEMANA 3 — BOSQUEJO 40 Experimentar BOSQUEJO a los siete Espíritus de Dios como las siete lámparas de fuego que arden delante del trono de la admini

SEMANA 3 BOSQUEJO SEMANA 3 BOSQUEJO
SEMANA 3 — BOSQUEJO 46 47 BOSQUEJO La iglesia es la columna y el fundamento de la verdad y todos los santos tienen la responsabilidad de sostener

Story Transcript

Cuaresma (lunes 3ª semana)

Te prefiero a ti, Señor, éxodo, promesa y esperanza.

CANTO Una nueva vida, tu misma vida, una nueva familia, tu misma familia. Hijos tuyos para siempre. Por medio del bautismo renacemos, en agua que nos salva nos bañamos, pasamos de la carne y de lo humano al mundo de la gracia y de lo eterno.

PRIMERA LECTURA Lectura del segundo libro de los Reyes. 2 Re 5, 1-15a En aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era hombre notable y muy estimado por su señor, pues por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria. Pero, siendo un gran militar, era leproso. Unas bandas de arameos habían hecho una incursión, trayendo de la tierra de Israel a una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán. Dijo ella a su señora: «Ah, si mi señor pudiera presentarse ante el profeta que hay en Samaría: él lo curaría de su lepra.» Fue y se lo comunicó a su señor diciendo: «Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel». Y el rey de Siria contestó: - «Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel.» Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos y una carta al rey de Israel que decía: «Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra.» Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, diciendo: «¿Soy yo dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Daos cuenta, y veréis que está buscando querella contra mí.» Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran: «¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel.» Llegó Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:

«Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio.» Naamán se puso furioso y se marchó diciendo: «Yo me había dicho: Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá , invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi arte enferma y sanaré de la lepra» . El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio» Dándose la vuelta , se marchaba furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle: - «Padre mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: «Lávate y quedarás limpio»! Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio. Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando: -«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel». Palabra de Dios La curación no es fruto de un ritual sino de la acción salvífica de Dios que actúa a través de la palabra del profeta. Y el Señor actúa de manera sencilla. ¿Cuál o cuáles son nuestras “lepras”? “Lepras” que puede sanar la sencillez de una caricia o palabra de afecto, la cercanía de un amigo y un abrazo… Quizá como el personaje del texto, esperamos un “gran milagro” cuando el Señor sana de manera muy sencilla, va directo al corazón.

Salmo responsorial Sal 41, 2. 2; 42, 3. 4 Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios? Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. Me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría; y te daré gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.

“Prefiero tu vela vacilante a mi bombilla fija, tu campo a través a mi camino hecho, Señor”

Espero en el Señor, espero en su palabra; porque de él viene la misericordia, la redención copiosa.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30 Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino. Palabra del Señor ¿Qué esperaban? Una manifestación espectacular, grandiosa. Sin embargo llega Jesús, el hijo de José y María. Esperaban un milagro, un signo que les diera absoluta seguridad. Eso no es fe. El único milagro es Jesús, su palabra, su vida, el testimonio de su muerte y resurrección. ¿Valoramos en todo su calado lo que significa “Dios con nosotros”? ¿Esperamos algún “milagro” donde basar nuestra fe? No nos suceda como a los compueblanos de Jesús.

CAMINAR SIMPRE CON LA CANDELA DE LA FE

ORACIÓN DE LOS FIELES Unidos a todos los que han reconocido y confiesan a Jesús como salvador, nos dirigimos al Padre, fuente de toda luz, diciendo:

ILUMÍNANOS, SEÑOR, CON TU LUZ. Haz, Señor, que la Iglesia recoja y encarne la esperanza de tu pueblo, dormida bajo las capas de la costumbre, el cansancio y el dolor. Que los pobres sean el corazón de los pastores de tu Iglesia y lugar de discernimiento de su actividad. Por cuantos trabajan en nuestra sociedad en el campo de la educación y en los medios de comunicación social, para que ofrezcan sus orientaciones como buena noticia.

Por las víctimas del fundamentalismo religioso y de quienes defienden sus ideas excluyentes en nombre del pueblo. Te pedimos, Señor, que tu Iglesia sea verdaderamente luz de las gentes con su palabra y sus obras y se ponga al servicio de la Luz.

CANTO DE OFERTORIO Si vienes conmigo y alientas mi fe si estás a mi lado ¿a quién temeré?

CANTO DE COMUNIÓN Como el ciervo que a las fuentes de agua fresca va veloz, los anhelos de mi alma van en pos de ti, Señor. Señor, ven a nuestras almas, que por ti suspiran, ¡ven, Señor! Del Señor, Dios de los cielos tiene sed mi corazón. ¿Cuándo al fin, podrá este siervo ver tu rostro, gran Señor? Con canciones de alabanza, con canciones en su honor, jubiloso he de acercarme a la mesa del Señor. De este pan comamos juntos en fraterna y santa unión, vamos todos al banquete invitados del Señor. Allí el Pan que da la vida, allí el Vino que da ardor, es la Sangre del Cordero, es el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN A través de las tinieblas que me rodean condúceme Tú, siempre más adelante. La noche es oscura y estoy lejos del hogar; condúceme Tú, siempre más adelante. Guía mis pasos, no puedo ver ya lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez es bastante para mí. Yo no he sido siempre así, ni tampoco he rezado siempre para que Tú me condujeras. Deseaba escoger y ver mi camino, pero ahora, condúceme Tú, siempre más adelante. Ansiaba los días de gloria y, a pesar de los temores, el orgullo dirigía mi querer; ¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya. Tu poder me ha bendecido tan largamente, que aún sabrá conducirme siempre más adelante: por el llano y por los pantanos, sobre la roca abrupta y el bramar del torrente, hasta que la noche haya pasado y me sonrían en la mañana esas caras de ángeles que había amado hace tanto tiempo y que durante una época perdí. Condúceme, dulce luz.

CANTO FINAL Eres Madre muy sencilla, criatura del Señor, Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y de amor. Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló, aceptaste ser su esclava siempre dócil a su voz. Yo quiero ser arcilla entre sus manos, yo quiero ser vasija de su amor. Yo quiero ser arcilla entre sus manos, yo quiero ser vasija de su amor. Quiero dejar lo mío para él.

Cuaresma (martes 3ª semana)

CANTO Vengo ante ti, mi Señor, reconociendo mi culpa. Con la fe puesta en tu amor que tú me das como a un hijo. Te abro mi corazón y te ofrezco mi miseria, despojado de mis cosas quiero llenarme de ti. Que tu Espíritu, Señor, abrase todo mi ser, hazme dócil a tu voz, transforma mi vida entera.

PRIMERA LECTURA Lectura de la profecía de Daniel 3, 25. 34-43 En aquellos días, Azarías, puesto en pie, oró de esta forma; alzó la voz en medio del fuego y dijo: «Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia.

Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.» Palabra de Dios Aunque no hay príncipes, ni profetas, ni un lugar para ofrecer…., lo m{s importante es el corazón, como decía Jeremías el profeta, interioridad; un corazón contrito y humillado, un corazón que reconoce sus faltas y que se pone enteramente en las manos del Señor. Gesto de humildad no sólo de Azarías sino de todo el pueblo.

Salmo responsorial Sal 24. 4-5ab. 6 y 7bc. 8-9 Recuerda, Señor, tu ternura. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas, acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.

Ahora -dice el Señor-, convertíos a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35 EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».

Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano». Palabra del Señor Dios abre la gracia del perdón de una manera insospechada. Nuestra gran deuda ha sido perdonada. ¿No deberíamos actuar de la misma manera? Cuando experimentamos la misericordia del Padre no podemos andar calculando los límites del perdón y la acogida. Listón muy alto el que nos pone el Señor. Para superarlo contamos con Él.

¿Perdonar? ¡Siempre!

ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos a Dios, rico en misericordia, a quien vemos todopoderoso precisamente por su capacidad inagotable de perdonarnos. HAZNOS COMPASIVOS COMO TÚ ERES COMPASIVO. Para que la Iglesia sea ella misma sacramento de reconciliación que destaque por su práctica de acogida y comprensión, sobre todo para aquellas situaciones que tienen difícil salida humana. Para que desaparezcan los rencores, represalias y violencias entre los pueblos y entre las personas. Para que se encuentren fórmulas eficaces y generosas de condonar la deuda externa de los países del Tercer Mundo.

Para que creamos en el perdón como fuente de humanidad para cada uno de nosotros. Gracias, Padre, porque tu amor y tu perdón no tienen fin. Gracias por todos los seres que son capaces de perdonar. Gracias por el perdón que otros nos han dado y gracias por el perdón que hemos dado. Todo ha sido fruto de tu gracia. GRACIAS, SEÑOR.

La presencia del Señor cambia nuestros corazones

CANTO DE OFERTORIO Adonde no hay amor, pon amor y sacarás amor.

CANTO DE COMUNIÓN Un día orando le dije a mi Señor, Tú el alfarero y yo el barro soy; modela mi vida a tu parecer, haz como Tú quieras, hazme un nuevo ser. Me dijo no me gustas, te voy a quebrantar, y en un vaso nuevo te voy a transformar, pero en el proceso te voy a hacer llorar porque por el fuego te voy a hacer pasar.

Quiero una sonrisa cuando todo va mal, Quiero una alabanza en lugar de tu quejar, Quiero confianza en la tempestad Y quiero que aprendas también a perdonar.

ORACIÓN Sobre buenos y malos haces salir el sol. A todos das fuerza y vida. Con tu calor, unos derriban y otros levantan, unos matan y otros crean vida. Tú lo sabes todo y mandas el sol a todos. Amas—pero no eres neutral. Amas con el mismo amor a todos pero no de la misma manera. Amas a Caín y le dices: ¿dónde está tu hermano? Amas a David y le dices: La pasión te ha cegado. Le has robado al pobre su único cordero. Amas a los explotadores, les dices: La sangre de los trabajadores ha bajado a la tierra y ha subido hasta el cielo. Quítanos este corazón de piedra y danos un corazón de carne.

para que amemos, y perdonemos, y levantemos y construyamos.

CANTO FINAL Madre, óyeme, mi plegaria es un grito en la noche; Madre, mírame, en la noche de mi juventud. Madre, sálvame, mil peligros acechan mi vida. Madre, lléname de esperanza, de amor y de fe. Madre, mírame, en la sombra no encuentro el camino. Madre, llévame, que a tu lado feliz cantaré: la, la, la, la, la, la, la, la, la, la...

Cuaresma (miércoles 3ª semana)

CANTO Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, porque en él está la salvación. .

PRIMERA LECTURA Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1. 5-9 MOISÉS habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella. Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán: "Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación." Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos? Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy? Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos.» Palabra de Dios

La “tierra” es el mismo Dios. La “posesión” de Dios o la amistad con el Señor no es una conquista ni mérito nuestro sino regalo del mismo Dios. Nosotros nos mantenemos en ese camino de cumplir con los mandamientos (sobre todo el primero y principal del amor). Hacia esa tierra nos hemos encaminado y Él espera (camina a nuestro lado compartiendo con nosotros, hablando, etc.). Disfrutemos la posesión de esa tierra, del amor de Dios.

Salmo responsorial Sal 147. 12-13. 15-16. Glorifica al Señor, Jerusalén. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. El envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19 EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos». Palabra del Señor

-El amor da otra dimensión a las leyes. -Hay quien se contenta en cumplir la ley porque exige menos que el amor. -Un cristianismo de ley, rigor y cálculo, es una tentación corriente.

ORACIÓN DE LOS FIELES Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor, que resplandece como luz del mundo y digámosle: Que tu palabra, Señor, sea luz para nuestros pasos. Cristo amigo de los hombres, haz que sepamos progresar hoy en tu imitación, para que, lo que perdimos por culpa del primer Adán, lo recuperemos en ti, nuestro segundo Adán. Que tu palabra sea siempre luz en nuestro sendero, para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en ti. Enséñanos, Señor, a trabajar por el bien de todos los hombres, para que así la Iglesia ilumine a toda la sociedad humana. Que por nuestra sincera conversión, crezcamos en tu amistad y expiemos las faltas cometidas contra tu bondad y tu sabiduría.

CANTO OFERTORIO Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

Lámpara para mis ojos es tu palabra, Señor.

CANTO DE COMUNIÓN El Señor es mi pastor, nada me podrá faltar, él conducirá mi vida hacia la justicia y paz. Tu amor y misericordia siempre me acompañarán, y habitaré en tu tienda junto a ti en la eternidad. Él es mi Dios, Él es mi Dios, mi Salvador, mi Salvador, me da la vida, me da la vida, me da el amor. Tu presencia me acompaña, y tu amor me hará feliz, eres para mí la Vida pues te siento junto a mí. Luz y guía en mi camino, tu palabra es para mí, que me da seguridad y alegría en mi vivir.

No quieren salir de “su tierra” pues no les gusta su mensaje

ORACIÓN Señor, tú tienes palabras de vida eterna, Señor, tú irradias una luz maravillosa. Cuando yo me encontraba sumido en tristeza, la palabra del Señor, sólo su palabra, fue mi alegría duradera. "Las palabras del Señor "alegran el corazón". Cuando yo me sentía agitado y nervioso y no aguantaba por más tiempo consejos y recomendaciones, la palabra de Dios calmó mi tempestad interna. "La ley del Señor es descanso del alma". Me equivoqué muchas veces y pensaba con orgullo que estaba en lo cierto. Pero la palabra de Dios me convenció de que no sabía nada. "El precepto del Señor instruye al ignorante". Andaba en tinieblas, caminaba en la noche, me acostumbre a la oscuridad y el frío en el corazón. Y la palabra de Dios iluminó mi vida.

"La norma del Señor da luz a los ojos". Derroché mi fortuna y me vestí de harapos, me tuve que alimentar con bellotas y mendrugos. La palabra de Dios fue mi tesoro y mi banquete. "Más preciosos que el oro, más dulce que la miel.

CANTO FINAL

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres; y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Cuaresma

(jueves 3ª semana)

CANTO Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros: conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. PRIMERA LECTURA Lectura del libro de Jeremías 7, 23-28 ESTO dice el Señor: «Esta fue la orden que di a mi pueblo: "Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien". Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara. Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás: "Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca». Palabra de Dios El culto y la liturgia han de ser expresiones de una interioridad, transparencias vivenciales de una fe, signos visibles de la comunión con Dios. Esto es lo que el profeta dijo, lo que el pueblo no quiso escuchar, porque la sinceridad había sido arrancada de sus bocas. Con ritos, cultos, procesiones, etc., no “conquistamos” ni llegamos al Señor si no hay autenticidad y limpieza de corazón. Lo dijo Jesús: “Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón." Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: "No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras."

Ahora -dice del Señor-, convertíos a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23 EN aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. El, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de

Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.» Palabra del Señor “ El reino de Dios ha llegado a vosotros”, y se hace realidad en las curaciones de Jesús, en el perdón que ofrece y donde abre un campo de fraternidad entre las personas; se hace presente donde las personas nos acercamos en paz y armonía, donde tendemos la mano y acogemos, donde somos capaces de eliminar discordias y crear espacios de encuentro; se hace presente cuando el Señor está ahí y hacemos caso de Él.

Juntos en el

amor de

Dios

ORACIÓN DE LOS FIELES Glorifiquemos a Cristo, que, para hacer de nosotros criaturas nuevas, ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su cuerpo, y supliquémosle diciendo: Renuévanos con tu gracia, Señor. Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de misericordia, bondad y humildad, y haz que tengamos paciencia con todos. Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren, para imitarte a ti, el buen Samaritano. Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a tu servicio, para que vivan su virginidad en bien de la Iglesia. Concédenos la abundancia de tu misericordia, y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.

CANTO DE OFERTORIO El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.

CANTO DE COMUNIÓN Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta le puedo tocar, Jesús está aquí. Ya no busco a Cristo en las alturas, ni le buscaré en la oscuridad. Dentro de mi ser, en mi corazón, siento que Jesús conmigo está. Yo le contaré lo que me pasa, como a mis amigos le hablaré. Yo no sé si es El quien habita en mí o si soy yo quien habita en El. Mírale a tu lado caminando en las alegrías y el dolor. A tu lado va siempre al caminar. El es un amigo de verdad.

ORACIÓN Dichosos los que procuran la paz.... Los de amable cara, blando el corazón. Los que se empeñan en gestiones cotidianas. Ellos son maestros de sabiduría. Dichosos los que curan la paz… enferma y dolorida, Los que calman la guerra. Manos sanadoras, veteranos cuidadores de la salud de la paz, un bien escaso, pero el más preciado y hermoso de este mundo. Porque en ello está su recompensa. Dichosos los que siembran la paz... Artesanos de sabrosas palabras, cargadas de buenas y rectas intenciones, de concretas acciones, decididas, serias. Semejante a un apretón de manos, a un beso, a un abrazo creciente de perdón. Porque, en ellos, la humanidad se muestra en alza. Dichosos los que siembran, curan y procuran la paz de cada día… los que la tienen por patria, por amiga, por novia o por familia. Los que ganan la paz. Los que se sienten en paz, antes de dedicarse a protegerla. Los que haciendo piña, la mantienen en pie. Porque la cosecha será un campo de justicia.

Tarjeta roja a los enemigos de la paz y la concordia

CANTO FINAL Madre de todos los hombres, enséñanos a decir: "Amén". Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe. Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla. Cuando aparece la luz y nos sentimos felices. Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo.

Cuaresma (viernes 3ª semana)

CANTO Abre mis labios, Señor, para poderte alabar, abre mi corazón para poderte adorar.

Conviértete al Señor, tu Dios PRIMERA LECTURA Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10 ESTO dice el Señor: «Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta. Tomad vuestras promesas con vosotros, y volved al Señor. Decidle: "Tú quitas toda falta, acepta el pacto. Pagaremos con nuestra confesión: Asiria no nos salvará, no volveremos a montar a caballo, y no llamaremos ya «nuestro Dios» a la obra de nuestras manos. En ti el huérfano encuentra compasión». «Curaré su deslealtad, los amaré generosamente, porque mi ira se apartó de ellos. Seré para Israel como el rocío, florecerá como el lirio, echará sus raíces como los cedros del Líbano. Brotarán sus retoños y será su esplendor como el olivo, y su perfume como el del Líbano. Regresarán los que habitaban a su sombra: revivirán como el trigo, florecerán como la viña; será su renombre como el del vino del Líbano. Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos? Yo soy quien le responde y lo vigila. Yo soy como un abeto siempre verde, de mí procede tu fruto». ¿Quién será sabio, para comprender estas cosas, inteligente, para conocerlas? Porque los caminos del Señor son rectos: los justos los transitan, pero los traidores tropiezan en ellos.» Palabra de Dios

Este texto del profeta recuerda al “hijo pródigo” de la parábola. Reconocimiento del pecado, confesión, retorno al Padre Dios. “Los amaré generosamente”, pues así es el amor de Dios, incondicional, salvador; porque sólo Dios salva y jamás los ídolos, llámense “Asiria” o cualquiera obra de nuestras manos. Oseas es el profeta del amor de Dios.

Salmo responsorial Sal 80, 6c-8a. 10-11ab, 14 y 17 Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz. Oigo un lenguaje desconocido: "Retiré sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré. Te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti; ¡ojalá me escuchases, Israel! No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué de la tierra de Egipto. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!; Los alimentaría con flor de harina, los saciaría con miel silvestre."

Convertíos -dice el Señor-, porque está cerca el reino de los cielos.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34 EN aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»

Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que éstos.» El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor

La fe del corazón que proclaman los labios, debe llevar a la práctica de los mandamientos. Y aunque no estamos lejos del reino de Dios, no podemos quedarnos lejos, sino que lo vamos poco a poco acercando, construyendo. ¿Cómo? Cumpliendo los dos mandamientos principales: abrirnos para recibir el amor de Dios y hacer de él donación.

Cuando damos y somos generosos más nos parecemos a Dios Padre

ORACIÓN DE LOS FIELES Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en la cruz nos dio la vida, y digámosle con fe: Tú que has muerto por nosotros, escúchanos, Señor. Maestro y Salvador nuestro, que nos revelaste con tu palabra el designio de Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión, aleja de nuestra vida toda maldad. Que sepamos, Señor, abstenernos hoy de los manjares del cuerpo, para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados. Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal y lo consagremos a tu servicio, mediante obras de misericordia. Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes y llénanos de tu gracia y de tus dones.

CANTO DE OFERTORIO Adonde no hay amor pon amor y sacarás amor.

CANTO DE COMUNIÓN Aunque yo dominara las lenguas arcanas y el lenguaje del cielo supiera expresar, solamente sería una hueca campana si me falta el amor. Si me falta el amor, no me sirve de nada, si me falta el amor, nada soy. (bis) Aunque todos mis bienes dejase a los pobres, y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar, todo aquello sería una inútil hazaña si me falta el amor. Aunque yo desvelase los grandes misterios, y mi fe las montañas pudieran mover, no tendría valor, ni me sirve de nada si me falta el amor.

ORACIÓN Señor, haz de mí un instrumento de tu solidaridad. Donde haya hambre, que yo regale pan y enseñe a conseguirlo honradamente. Donde haya enfermedad y falta de higiene, que yo promueva la sanidad. Donde haya niños desescolarizados, que yo busque los recursos necesarios. Donde no haya techos o estén rotos, que yo trabaje por viviendas dignas. Donde haya desaliento e inhibición, que fomente la participación y la esperanza. Donde haya desunión entre vecinos, que yo impulse la colaboración comunal. Haz que no busque mi vanidad, sino el bien de mis hermanos; que no trabaje por mi reconocimiento, sino por su desarrollo material y espiritual; que no promueva el agradecimiento hacia mí, sino su dignidad; y que mi satisfacción consista en haber amado con obras. Gracias, Señor, porque cuanto más doy, más recibo; cuanto más trabajo, más ayudo; cuanto menos me busco a mí mismo, más eficaz soy; y cuanto más comparto con los pobres, más resucitas Tú en mí, porque Tú eres..."la Solidaridad".

El amor siempre vence al dolor y la muerte

CANTO FINAL Hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, Madre mía del cielo. Si en mi alma hay dolor, busco apoyo en tu amor y hallo en ti mi consuelo. Hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, mi plegaria es canción. Yo te quiero ofrecer, lo más bello y mejor que hay en mi corazón.

Cuaresma (sábado 3ª semana)

CANTO Mientras recorres la vida tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va. Ven con nosotros al caminar, Santa María, ven.

PRIMERA LECTURA Lectura de la profecía de Oseas 6, 1-6 Vamos, volvamos al Señor: porque él ha desgarrado, y él nos curará; él, nos ha golpeado, y él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia y comprenderemos. Procuremos conocer al Señor. Su manifestación es segura como la aurora. Vendrá como la lluvia, como la lluvia de primavera que empapa la tierra». "¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti, Judá? Vuestra amor es como nube mañanera, como el rocío que al alba desaparece. Sobre una roca tallé mis mandamientos; los castigué por medio de los profetas, con las palabras de mi boca. Mi juicio se manifestará como la luz. Quiero misericordia, y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos." Palabra de Dios

“Tu amor es como nube mañanera”, superficial. El Señor quiere misericordia y no superficialidades, quiere un corazón auténtico, limpio y no hipócrita. “Al tercer día nos hará resurgir”, nos volverá a la vida. Porque es un Dios de vida que ha vencido la muerte; ésta ya no tiene poder alguno.

Salmo responsorial Sal. 50, 3-4.18-21 Quiero misericordia, y no sacrificio. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos.

No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14 EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: - "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh, Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador." Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Palabra del Señor

El fariseo se busca a sí mismo, su autocomplacencia, se regodea en sus méritos. Realmente no necesita a Dios, es un ateo. El publicano busca a Dios porque se siente hundido, solo, y ansía a Dios. Aquí ya deja de importar su pecado y alza sus manos a Dios. El publicano no tiene méritos, los méritos son de Dios. ¿Cómo es nuestra oración? Exposición de méritos o búsqueda apasionada de Dios desde nuestra fragilidad y pecado?

El fariseo perdió su tiempo el publicano ganó el perdón

ORACIÓN DE LOS FIELES Proclamemos la grandeza de Dios, que ha querido que la Virgen María participara en la gloria de Jesucristo, -haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella. Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, -y a todos abundancia de salud y paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia, -concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, -y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. Tú que coronaste a María como reina del cielo, -haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

CANTO DE OFERTORIO Te doy gracias, Señor, de todo corazón, delante de los ángeles cantaré para ti.

CANTO DE COMUNIÓN Salió un hombre de su casa y se fue al templo a rezar; se creía justo y bueno y a Dios se lo fue a contar. Un hombre a la misma hora y tras ganarse el jornal, creyéndose pecador al templo se fue a llorar. Un fariseo y un publicano fueron al templo a hablar con Dios, el fariseo perdió su tiempo el publicano ganó el perdón. Orgulloso el fariseo así le dijo al Señor: yo no soy como otros hombres, ni como ese pecador. El publicano rezaba sintiendo temor de Dios, protege mi pobre vida, perdóname tanto error.

ORACIÓN Señor, quiero vivir el día de hoy, no como un juego reglado donde todo es consecuencia de... ni como un juego competitivo en el que hay vencedores y vencidos, ni como un juego de dados que confía el resultado al azar, ni como un juego monótono que no despierta interés... sino como una fiesta inacabable, llena de ritmo y vida, agarrado a los brazos de todos tus hijos, aferrado al acuerdo universal de tu amor.

CANTO FINAL El ave cantemos, cantemos el ave, a nuestra Señora la Virgen del Carmen. Ave, ave, ave, María, ave, ave, Virgen del Carmen. Las flores alfombran tu monte Carmelo, te sirven de orquesta las aves del cielo.

Paseo María Agustín, 8. Zaragoza www.parroquiadelcarmen.es

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.