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CUATRO VIENTOS
INTRODUCCIÓN En este estudio vamos a aprender otra forma de ministración de parte de nuestro Padre para todos aquellos que le estamos siguiendo, para todos aquellos que queremos seguir inmersos en la presencia bendita de nuestro Buen Dios. Vamos a ver la manera de como nuestro Padre utiliza todo lo que está a su alcance para ministrar nuestra vida y darnos aliento para seguir adelante. Dispongamos pues, nuestros sentidos, para entender lo que el Señor tiene preparado para cada uno de sus hijos y descubrir cómo Él nos ayuda todos los días de nuestra vida.
DESARROLLO Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y diles: “Huesos secos, oíd la palabra del Señor. Así dice el Señor Dios a estos huesos: He aquí, haré entrar en vosotros espíritu, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, haré crecer carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré espíritu en vosotros, y viviréis; y sabréis que yo soy el Señor”. Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos. Entonces Él me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: “Así dice el Señor Dios: Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán”. Y profeticé como Él me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército. Ez 37:4-10 Si notamos, la orden para el profeta fue desatar a los cuatro vientos sobre el valle que estaba lleno de los huesos secos, para que el espíritu de vida llegara a ellos y los pusiera de pie, como un poderoso ejército lleno de esa vida que transfería el Padre. Vamos a aprender que estos cuatro vientos existen para edificación de todos aquellos que estamos delante de su presencia o buscando el rostro del Padre. Estos cuatro vientos proceden directamente de la mano del Padre para que sus hijos puedan hacer uso de ellos.
LOS VIENTOS 1. Allí se apoderó de ellos un temblor; dolor como el de mujer que está de parto. Con el viento solano tú destrozas las naves de Tarsis. Como lo hemos oído, así lo hemos visto en la ciudad del Señor de los Ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; Dios la afirmará para siempre. Sal 48:6-8 Este viento también es conocido como viento del oriente, y es el que se levanta del desierto y trae castigo, destrucción y desolación. Es un viento que trae consigo un calor insoportable, es el viento que sopla en verano y recoge el calor del ambiente para luego llevarlo a donde quiera que vaya. Este es el viento que se levanta en tormenta contra la nave donde iba Jonás a Tarsis, desobedeciendo y huyendo de Dios. Jon 1:1-4 Aunque él florezca entre los juncos vendrá el solano, viento del Señor que sube del desierto, y su fuente se secará, y su manantial se agotará; despojará su tesoro de todos los objetos preciosos. Os 13:15 Este viento también posee las características de secar las fuentes de ingreso, quitar los lugares de frescura y abastecimiento, y también despoja de tesoros y bienes que se han logrado, a las personas que a la manera de Jonás, huyen de la presencia del Padre y le desobedecen. Mientras estaba éste hablando, vino otro, y dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor. Y he aquí, vino un gran viento del otro lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y esta cayó sobre los jóvenes y murieron; solo yo escapé para contártelo. Job 1:18-19 Cuando existe desobediencia a la manera de Jonás, y se trata de huir de la presencia del Padre, este viento tiene el poder de debilitar y destruir los cimientos de “la casa”. Debemos tener mucho cuidado, ya que este viento puede destruir los frutos logrados con el tiempo y puede también matar o destruir a nuestros hijos, sean nuestros hijos en la carne o también nuestros hijos en el espíritu. Por lo tanto, debemos examinar nuestro corazón, y sacar toda desobediencia de adentro de nosotros para que este viento no nos envuelva y no haga estrago en lo que hemos logrado hasta este día.
Era necesario que este viento pasara por el valle de los huesos secos, para limpiar toda desobediencia y llevarse todo lo que no iba a dar fruto y no iba a servir en el ejército nuevo que se iba a levantar luego de ser restaurados y llenos del espíritu de vida.
2. Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y Aarón, y dijo: He pecado contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros. Ahora pues, os ruego que perdonéis mi pecado solo esta vez, y que roguéis al Señor vuestro Dios, para que quite de mí esta muerte. Y Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor. Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo; ni una langosta quedó en el territorio de Egipto. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel. Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días. Ex 10:16-22 Debemos notar que este viento es diferente al anterior. A este viento se le conoce como viento del occidente, y es el que viene de la mano del Padre y nos ayuda a ahuyentar las plagas y maldiciones que están afectando a nuestra vida. Este viento desplaza el calor del viento del oriente y trae consigo a la lluvia, es el viento del invierno que anuncia que ha cambiado la época de sequía y se avecina la temporada del agua nueva. Este viento puede quitar el calor de nuestras vidas, pero si endurecemos nuestro corazón delante del Padre, puede venir acompañado de nubes negras que cierran los cielos de tal manera que ocultan el sol y desatan gran cantidad de agua que trae destrucción. Y con el cielo cubriendo de oscuridad al sol, pareciera como que nunca más va a amanecer, pero debemos seguir confiando que cada mañana es nueva la misericordia de nuestro Padre. Notemos que este viento occidental ya es menos severo que el viento del oriente; podemos interpretar que cada nueva etapa en nuestra vida, debería ir siendo menos severa de la que vamos saliendo en victoria. Era necesaria la presencia de este viento en el valle de los hueso secos para quitar toda basura, toda plaga y maldición que había sobre ellos, para que pudieran ser un ejército libre de todo esto y que pudieran ver las nuevas manifestaciones de Dios.
3. El viento del norte trae la lluvia, y la lengua murmuradora, el semblante airado. Pro 25:23 Este es el viento conocido como viento del norte y es frío, pero despeja el cielo. Es el viento de las últimas lluvias, quita las nubes negras y nos permite ver de nuevo el cielo en todo su esplendor. Este viento deja al descubierto de nuevo el sol de la misericordia de cada día. Podemos interpretar entonces, que este, es el viento que limpia nuestros aires, que limpia el ambiente espiritual que nos rodea o envuelve. Viene anunciando que el invierno o temporada lluviosa se está terminando para dar paso a una nueva etapa en nuestras vidas Mi amado habló y me dijo: “Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven conmigo. Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido. Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia. Levántate amada mía, hermosa mía, y ven conmigo. Cnt 2:10-13 Notemos que en esta etapa la lluvia ya se ha ido, no para siempre debe llover sobre nuestra tierra, debe existir una nueva etapa donde podamos gozarnos con los beneficios que ahora la tierra nos está brindando: no solo se va la lluvia, sino que aparecen nuevas cosas. Ahora es como un respiro para la vida de cualquier persona, aparecen las flores que con su color y alegría nos indican que los frutos vienen pronto. Es el tiempo de podar, es tiempo de quitar lo que está de más para ver nuevo crecimiento o para ver retoñar lo que creíamos que podía estar muerto. Ya se oye algo diferente, la tórtola está cantando en nuestra propia tierra; se oyen cantos de alegría, cantos de esperanza, ya no es el sonido de la lluvia torrencial sino el sonido del canto de la tórtola, es la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Es el tiempo de presentar frutos maduros que puedan producir, con su semilla, una nueva generación en todo, es tiempo de darnos a conocer por medio de los frutos maduros del Santo Espíritu. Nuevas fragancias aparecen, fragancias y aromas agradables que producen que las demás personas quieran estar a nuestro lado debido a que olemos bien.
En esta etapa ya no existe el calor sofocante sobre nosotros ni lluvia torrencial, es la época de este viento del norte que es frío, es el viento de otoño que sopla procedente del norte donde hay frío y hace caer las hojas de los árboles, se encarga este viento de botar lo que ya no es necesario en nosotros para dar paso a todo lo nuevo que viene. Era necesario que este viento estuviera presente también en el valle de los huesos secos para limpiar el ambiente espiritual que había sobre ellos. El Padre quería otorgarles una nueva oportunidad para que volvieran a desarrollarse y darse a conocer con todos estos nuevos beneficios.
4. Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno había pasado ya, Pablo los amonestaba, diciéndoles: Amigos, veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas, no solo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas. Pero el centurión se persuadió más por lo dicho por el piloto y el capitán del barco, que por lo que Pablo decía. Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría tomó la decisión de hacerse a la mar desde allí, por si les era posible arribar a Fenice, un puerto de Creta que mira hacia el nordeste y el sudeste, y pasar el invierno allí. Cuando comenzó a soplar un moderado viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegaban costeando a Creta. Hch 27:9-13 Este viento es conocido como el viento del sur y es un viento moderado, tibio o templado. Al leer la escritura podemos interpretar que en medio de todo lo que estaba sucediendo en esa embarcación, que podría representar la vida, el Padre envió a esos navegantes este tipo de viento para que pudieran apacentarse, pensar y tomar determinaciones acertadas para la situación que estaban atravesando. Este viento tiene la característica que al hacer contacto con las personas, transfiere su calma y hasta su temperatura. Además, es el viento que conserva las flores y los frutos, que aparecieron en la etapa anterior, en buen estado para ser utilizados en el momento que fuese necesario. Este es el viento de la primavera, en donde todo es alegría, brillo y en donde todo lo bueno sucede. En esta etapa el sol es radiante pero no quema, no hay calor excesivo, no hay lluvias torrenciales y el frío es moderado.
Escucha esto, Job, detente y considera las maravillas de Dios. Sabes tú como Dios las establece, y hace resplandecer el relámpago de su nube? Sabes tú la posición de las densas nubes, maravillas del perfecto en conocimiento, tú, cuyos vestidos están calientes cuando la tierra está en calma a causa del viento del sur? Job 37:14-17 Podemos notar claramente como las vestiduras de Job están marcadas por este tipo de viento. Con este viento podemos declarar sobre nuestras vidas que ya se ha ido todo lo demás, para entrar en esta etapa en donde todo es tibio, templado y moderado; acá todo resulta, todo sale bien, es la etapa en donde podemos ver las maravillas del Padre actuando sobre nosotros, es la etapa de la abundancia y de la prosperidad.
El Rey David era ya viejo, entrado en días, y lo cubrían de ropas pero no entraba en calor. Entonces sus siervos le dijeron: Que se busque para mi señor el rey una doncella para que atienda al rey y sea quien lo cuide; que ella se acueste en tu seno y entrará en calor mi señor el rey. Se buscó a una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita y la trajeron al rey. La joven era muy hermosa; ella cuidaba al rey y le servía, pero el rey no la conoció. 1 Re 1:1-4 Debemos tratar de permanecer en esta etapa hasta el fin de nuestros días, sabiendo que debemos atravesar por todo el proceso, donde los diferentes vientos soplarán a nuestra vida, hasta que lleguemos al cumplimiento de nuestro diseño y propósito en la tierra.
CONCLUSIÓN Para que podamos tener una vida plena y llena de las bendiciones de nuestro Padre, es necesario someternos a la influencia de estos cuatro vientos que proceden directamente de la mano de Dios. Al igual que el valle de los huesos secos, debemos permitir que nos visiten estos cuatro vientos para nuestro levantamiento como ejército poderoso. Cada una de las etapas que marcan estos vientos, son muy importantes y necesarias en la vida de todo aquel que quiera cumplir con el propósito que el Padre estableció en su vida.