CUENTOS MITOS Y LEYENDAS Provincia Chiquitos

CUENTOS MITOS Y LEYENDAS Provincia Chiquitos 1 L PRESENTACIÓN as políticas asumidas por el Gobierno Autónomo Departamental en el ámbito cultural

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CUENTOS MITOS Y LEYENDAS Provincia Chiquitos

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PRESENTACIÓN

as políticas asumidas por el Gobierno Autónomo Departamental en el ámbito cultural están definidas por dos áreas de acción: la valoración de la cultura a través de la implementación de espacios adecuados para la expresión de manifestaciones culturales en un ambiente de intercambio que permita rescatarlas y fortalecerlas; además del fomento al respeto, valoración y afirmación de todas las identidades culturales del departamento. En este marco, la presente colección rescata para las futuras generaciones un conjunto de cuentos, mitos y leyendas que reflejan la identidad cultural de cada una de nuestras subregiones. A través de ese imaginario, místico en algunos casos, cada narración nos abre paso a múltiples dimensiones en su lectura. En ellos se ven reflejados valores, fé, analogías con la realidad actual, simbolismos y cosmovisiones. Pero esencialmente, este material es un espacio para que los jóvenes expresen las diversas facetas que representa la memoria oral de sus pueblos, incentivando nuevos valores en el género literario, apostando al continuo desarrollo cultural cruceño y que hoy finalmente ponemos al alcance de la población en general.

Rubén Costas Aguilera GOBERNADOR DEL DEPARTAMENTO DE SANTA CRUZ

Gestión 2015

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SOBRE ESTA EDICIÓN

a Secretaría de Desarrollo Humano, con el propósito de estimular la creatividad de los estudiantes y principalmente recuperar el acervo cultural guardado en la memoria oral y escrita de cada provincia; a través de su Dirección de Cultura y Turismo, encara desde la gestión 2012 el Concurso de Cuentos, Mitos y Leyendas. El presente material es el resultado de las obras ganadoras de estos concursos: Cuentos con temáticas y contenido regional, acompañados de ilustraciones y con redacción vertida en español. No obstante, se buscó privilegiar a aquellos documentos que se presenten en su dialecto regional con su correspondiente traducción. Los participantes en esta primera etapa fueron estudiantes desde 5to de primaria hasta 5to de secundaria. Se estimuló que sus obras estuviesen desarrolladas en base al diálogo con personas de la tercera edad que habiten en sus municipios, fomentando así el diálogo intergeneracional. Cada relato juvenil es amplio y diverso en cada lugar; refleja el contexto natural, cultural e histórico; creatividad en la redacción, descripción de lugares, personajes y diálogos narrados con modismos de la zona. El jurado compuesto por personalidades ligadas al ámbito literario y cultural, deliberó y definió los cuentos, mitos y leyendas que mejor mostraban la singularidad de su población. Esta publicación pretende contribuir a rescatar, revalorizar y promover este tipo de expresiones, además de compartir el conocimiento transmitido de generación en generación por la tradición oral como parte de su patrimonio intangible. Y como fin definitivo, fortalecer la identidad cultural de cada una de las subregiones del departamento.

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ÍNDICE Título

Pag.

Don Cirilo Carrillo

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El Viborón

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La Duenda y Jacinto

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Las Buracas de Oro

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El Encanto de la Laguna de Sanjuanama

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Ñanumaite, Dios del Monte en la Vida Real

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Historia de Aguas Calientes

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El Hombre que salió del Horcón

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DON CIRILO CARRILLO Estudiante: Yeny Nayeli Cuellar Carrillo Unidad Educativa: Luis María Oefner

Don Cirilo Carrillo era un anciano muy conocido en Santiago de Chiquitos, tenía tres hijos varones y cuatro hijas mujeres y muchísimos nietos. Era alto, delgado y moreno, trabajaba carpiendo su chaco y sembrando yuca, camote, maíz, frejol, zapallo, sandía y plátanos.

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Como trabajaba de sol a sol, para refrescarse le gustaba ir al río a bañarse junto a un lugar donde había piedras. Siempre usaba jabón de paí, que le hacía Doña Josefa Moreno con cebo y lejía. Un día agarró su jaboncito, su toalla, su ropita para cambiarse, sus abarcas y se fue al sector de las piedritas a bañarse acompañado de sus nietos, entre ellos Judith Garleni, que siempre lo acompañaba a todos lados, porque era su nieta adulada. 7

Llegaron al río y mientras jugaban sus nietos en el agua, él decidió bañarse, tomando su jabón de paí que es negro, empezó a jabonarse, grande fue su sorpresa que al asentarlo en una piedra vio que era un sapo. Se espantó demasiado quedando mudo del susto, caminó preocupado a casa, contó a su familia lo que le había sucedido, empezó a sentir dolores y hasta no se daba cuenta de lo que hacía. Tomaba su cafecito, pero el susto no pasó, cada día se notaba más preocupado y desilusionado, porque empezó a decaer, se olvidaba de todo, no se daba cuenta donde estaba, no sabía dónde asentaba las cosas, hablaba cosas que no iban al caso. Cada día empeoraba… asustado, parecía como ido, en otro mundo… su familia lo llevó al médico, pero en vano fueron los remedios. Hasta que un día en el que salió a recoger totaí del campo para hacer aceite, pero Don Cirilo no volvió a casa. La gente santiagueña preocupada salió en su búsqueda, los soldados del Regimiento Vergara también salieron a buscarlo por muchos días. Pero todo fue inútil, no se encontraron ni rastros de Don Cirilo hasta hoy en día, la familia quedó con la incertidumbre de ¿Qué pasó…? ¿Dónde está…? Solo sabemos que Dios es grande y cuida de sus hijos. Don Cirilo sigue presente en el corazón de su familia. 8

EL VIBORÓN Estudiante: Mikaela Calzadilla Claure Relator: Abuelito José Antonio Unidad Educativa: Luis María Oefner

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Se cuenta que en los ríos hay un viborón que cuando se van a pescar con hartos amigos, o bien solo, sale, se come a las personas sin dejar rastros… Cuenta un amigo, que es verdad, cuando salió a pescar solo, el viborón salió para comérselo y el corrió, el viborón no se rindió. Y después de contar la gran aventura el hombre desapareció y no se volvió a saber más de él en años; es por ello que dicen que si el viborón te ve no se rinde hasta matarte para que no sepan de su existir. Su cabeza es en forma de flecha para mejor movimiento y en temporadas de pesca aprovecha salir, duerme hasta que siente un humano y sale silenciosamente. Es de color verde con puntos negros en todo su cuerpo. Cuentan que ese viborón hoy en día sigue vivo. Sus parientes son las anguilas quienes también matan y advierten a los pescadores, tener muchísimo cuidado, porque el viborón ya dejó huevos y cuando ellos nazcan tendrán muchísima hambre y por lo tanto es peligroso todavía; no se lo puede ver y los que lo pudieron ver murieron en las garras del viborón.

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LA DUENDE Y JACINTO Estudiante: Jaquelin Estefany Vino Aguilar Relator: La vecina Cata Unidad Educativa: Luis María Oefner Maestro (a) Delicia Justiniano Taboas

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Cuenta mi vecina del barrio que hace muchos años, había una vez un niño llamado Jacinto que a la edad de seis años iba a jugar solito bajo un árbol de manga. En uno de esos atardeceres Jacinto entraba a su casa dándole a su madre un billete ensangrentado y su madre asustada preguntó a Jacinto: ¿De dónde trajiste esto? Y Jacinto humildemente responde, de allá arriba del árbol siempre me cae mamá. Y así sucesivamente todas las tardes sucedía lo mismo. El carnicero del barrio contaba que siempre se le perdía dinero de su caja, dicen los vecinos que la duende era quien robaba al carnicero y lo escondía bajo la carne, luego cada una de las tardes lo llevaba a aquel árbol donde jugaba el niño. Pasaron los años, el niño llegó a ser jóven, tuvo su corteja y los chicos del colegio se ponían celosos al verlo con ella. Un día cuando terminaron las clases el jóven estaba saliendo del colegio, cuando vio un grupo de jóvenes que le miraban con rabia y con ganas de pegarle. El jóven inocentemente pasó por su lado, cuando uno de ellos lo empujó y lo pateó, Jacinto cayó al suelo y cuando se paró el jóven, se asustó al ver que entre ellos se estaban peleando, Jacinto asustado corrió a su casa. Tras que Jacinto escapó no había visto que la duende estaba en el árbol vigilándolo. Jacinto 13

nunca supo que la duenda lo protegía. Pasaron tan rápido los años… ya Jacinto tenía veinticinco años y llegó el día de su casamiento; mientras Jacinto entraba al templo, la duende lo observaba, finalmente cuando el padre estaba terminando la ceremonia y dijo: marido y mujer, puede besar a la novia; del cielo cae una moneda de oro con una lágrima a las manos de Jacinto. Feliz y un poco asombrado al fin se dio cuenta que había alguien que cuidaba de él. La duende había tirado aquella moneda con una lágrima, como símbolo de dejarlo a Jacinto para siempre para que el formase una familia solo. Cuando Jacinto llegó a tener una familia se mudaron a su casa propia que se encontraba a dos cuadras del trillo por donde pasaba el tren. Jacinto tenía la moneda de oro como collar, del recuerdo de la duende, una de esas noches oscuras cuando Jacinto retornaba a casa cruzando el trillo, uno de sus amigos lo asaltó y apuñaló, por la moneda de oro que le había regalado la duende. Dice que al lado del trillo creció un árbol de toborochi donde había muerto Jacinto, cuenta la gente de aquel lugar que cuando pasan a las diez de la noche se escucha la duende llorar amargamente arriba del toborochi, lamentándose por haber dejado de proteger a Jacinto. 14

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LAS BURACAS DE ORO Estudiantes: Roger Hurtado Soria, Eliezer Abner Suárez Cuéllar, Nardy Velarde peinado, Elian Elvis Suárez Tejaya. Relator: Luis Alberto HurtadoYaibona. Unidad Educativa: Luis María Oefner Maestro (a): Delicia Justiniano

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Una tarde mi padre me contó una leyenda de acá de Santiago que su abuelo le había contado, y dice así: Hace mucho, pero mucho tiempo en Santiago vivía un hombre llamado Julio. Era un hombre malo, ambicioso y avaro con su dinero, no quería a las personas que entraban a su casa a husmear; fue acumulando su riqueza y tanta fue su suerte que encontró oro en el cerro, se puso muy contento por la gran riqueza que tenía en su poder. Y así pasaron los años, don Julio continuo acumulando y acumulando su riqueza. Entonces llegó el día en que don Julio se enfermó y quedó a unos pasos de la muerte, antes de morir llamó a un ayudante que trajera su burrito y dos buracas. Le dijo al ayudante: Tenés que ayudarme a esconder el oro a donde nadie lo encuentre.Sí señor, contestó el ayudante. Entonces en el burrito cargó las buracas con el oro y comenzaron el viaje hacia una cueva llamada Yacapichá, en esa cueva escondió el oro que estaban en las buracas y de malo mató a su ayudante y de paso a su burrito y ahí mismo los sepultó, para que nadie supiera donde había escondido el oro. Después volvió a su casa a esperar su muerte. Una noche el cielo se puso nublado y comenzó una tremenda lluvia. Don Julio fue a mirar la cueva donde había escondido su 17

tesoro y vio que la cueva se había derrumbado, en ese instante don Julio cayó muerto al suelo de ver la tragedia que había sucedido. Desde ese entonces, el tesoro quedó perdido en la cueva de Yacapichá. Algunas personas que supieron del tesoro de don Julio comenzaron a buscarlo pero nunca lo encontraron y el tesoro quedó perdido para siempre. Y así termina la leyenda que mi abuelo le había contado a mi padre y que él me contó a mí.

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EL ENCANTO DE LA LAGUNA DE SANJUANAMA Estudiantes: Roger Hurtado Soria, Elian Elvis Suárez Tejaya, Eliazar Abner Suárez Cuéllar, Nardy Velarde Peinado. Relator: María Magdalena Céspedes Cabral Unidad Educativa: LMO Maestro (a) Delicia Justiniano

Una ancianita y su nieta caminaban por un camino estrecho de herradura, la distancia era bastante larga y al relieve del suelo, algo complicado, no permitía avanzar de una manera acelerada, pronto el cansancio se apoderó de la viejita, a cada paso que daba sentía como si sus piernas fueran de plomo, pesadas. Un sudor frio empezó a bañar su rostro, por momentos se paraba,

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descansaba un rato y luego continuaba la marcha arrastrando los pies. En cambio la adolescente imprimió velocidad, aburrida, sin paciencia por la tardanza de la abuelita. Después de ese tedioso caminar llegaron a la laguna San Juanama, la muchacha seguía la marcha manteniendo una distancia prudencial, pero la abuelita sedienta se aproximó a la laguna con intenciones de beber unos sorbos de agua. En ese instante sintió que un remolino de viento la envolvió suavemente y la introdujo dentro del agua. No supo que sucedió en ese intervalo, cuando se dio cuenta estaba en un palacio lujosamente amoblado, que irradiaba de ese hermoso ambiente, una totalidad sorprendente de colores, que resplandecían como si estuviera en un mundo de ensueño. Llegó un hombre a su encuentro, era nada menos que Don Felipe, un amigo que había muerto hacia un año en un accidente; cuando cargaba un panacú pesado, por descuido dejó clavado su facón con la punta hacia arriba, se resbaló y él mismo se clavó en la nuca. La recibió muy amable y después de saludarla a Doña Pascuala, pues así se llamaba la viejita, la condujo a la presencia del Rey, que al mirarla se sorprendió, luego expresó: ¡NO! No es esta señora la quiero para mi esposa, yo quiero a 20

Pabla; bueno pero ya está aquí, llamen al médico para que la operen de su bocio. Apareció el cirujano, observó el bocio, luego suavemente introdujo la mano dentro del cuello y lo sacó sin ninguna dificultad, sin dolor alguno, fue como meter la mano al agua y sacar un objeto. Posteriormente explico la anciana: “El rey mandó enganchar una carroza grande y lujosa para que me lleven donde está ubicada la torre, a un santuario el de Chochís. En todo el trayecto desde San Juanama, se distinguían toda clase de animales domésticos bien mantenidos, una infinidad de aves domésticas y silvestres se veían esparcidas por el campo. Granjas repletas de: maíz, arroz, caña, yuca, girasol y otros cultivos de frutas, impresionante por su verdor maravilloso”. El paisaje estaba cubierto de plantas ornamentales cargadas de flores desde el tronco hasta la punta de las ramas, las que más prevalecían eran las flores de orquídea que desprendían un perfume embriagador, toda una perfecta creación. Cuando volvió al tercer día, me hicieron una hermosa despedida con abundante chicha, Felipe me encomendó: ¿Cuándo te traigan chicha colorada no lo vas a tomar? ¿Por qué? Si bebes ya no podrás salir, ¡te quedarás para siempre! ¡Pedí chicha natural! Así lo hizo, la señora rechazó la chicha colorada y pidió la otra 21

que la tomó con avidez. Al día siguiente el Rey le hizo preparar charque, queso y chancaca para su tapeque (fiambre) y nuevamente vino un viento en forma de remolino, la envolvió suavemente la condujo al mismo lugar en que desapareció. Mientras tanto, la nieta impaciente por la tardanza de su abuela que no aparecía, llegó a Santiago toda nerviosa. Doña Pascuala muy conocida en la población, empezaron a preguntar a la niña: ¿Dónde está la abuela? Yo me adelanté y la dejé cerca de la laguna. ¿Y por qué no aparece? No sé cuál será el motivo de su tardanza. El cacique ordenó la detención de la muchacha hasta que apareciera. Enseguida enviaron una comisión juntamente con la jóven para que indique el lugar exacto. De donde la había dejado; llegaron al lago y solo encontraron un atadijo de ropa de la anciana. Con este hallazgo se irradió más la desconfianza de las autoridades y presionaron a la muchacha: ¿qué hizo con el cuerpo de su abuela? ¡La mataste! ¡Hablá! Al no responder nada, tendieron un cuero, la echaron y empezaron a flagelarla dándole diez azotes. Al día siguiente quince, al tercer día estaban por darle veinte; cuando de improviso: Llegó Doña Pascuala tranquila y 22

sonriente, pero sin bocio. Las autoridades quedaron turbadas, ellos cometieron un acto de injusticia castigándola a la pobre niña inocente, estaban arrepentidos, sin poder dar una explicación razonable, la ancianita toda feliz, llorando abrazó a su nieta al verla en esa situación tan deplorable, con el cuerpo marcado por los azotes. Después narró detalladamente a todos los presentes este suceso increíble, pero cierto, de la sorpresa espiritual que le depara el destino con el más allá.

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ÑANUMAITE, DIOS DEL MONTE EN LA VIDA REAL Estudiantes: Ronald Salvatierra, Erick Evert Suarez Relator: Unidad Educativa: LMO

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Un día mi padre y mi abuelo fueron a la pesca de noche en el río Tucabaca, cocinaron y al rato descansaron. Después salieron a pescar, escucharon un grito y mi abuelo pensó que eran otros pescadores, y mi abuelo le respondió; pa`l caso era el dueño del monte y más mi abuelo le respondió, los gritos se asomaban más y más, cuando de repente sintieron llegar un fuerte viento que venía hacia ellos, de apurau se olvidaron su ollita con comida y el padre de mi abuelo lo mando a traer la ollita, mi abuelo obedece y se va a traerla, por suerte no le paso nada y ese fuerte viento se aproximaba cada vez más hacia a ellos. Por suerte había una chocita cercana donde vivía un viejito y rápidamente cruzaron la tranquera y luego escucharon una voz que le decía: agradezcan que llegaron a esta choza, si no me los comía. El Ñanumaite es un espíritu que vive en los montes, otros lo conocen como el dueño del monte o el gritón, cuando encuentra un cazador, empieza a cercarlo introduciéndolos en las profundidades de la selva, hasta que el cazador esté totalmente perdido, algunos cazadores, vieron que este personaje salía de un palo, pensaba que era un viejito, cuando se aproximó el grupo agarró a un jóven y se lo llevó para siempre.

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HISTORIA DE AGUAS CALIENTES Estudiante: Yordi D.S. Unidad Educativa: Aguas Calientes

Se dice que en un pueblito alejado llamado Guapomó habían juntas, de donde todas esas personas llevaban agua de los hervores, muchos niños, acarreaban agua para sus casas pero en algunos casos no regresaban. Las madres muy preocupadas fueron a mirar de qué lugar los niños sacaban el agua y la razón por la cual no regresaban. Fue ahí donde después de apostarse en un lugar apartado, lograron ver que era el jichi que se los comía a los niños. De esa manera las madres decidieron organizarse para enfrentar

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la situación, es así que planearon juntar un cerro de leña lo más alto posible, para posteriormente prenderle fuego y quemar al jichi y efectivamente dentro de las llamas salió la figura de una fiera. Dejando ya de desaparecer los niños. Después de muchos años, ese lugar se convirtió en los hervores y hoy es un lugar turístico muy visitado.

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EL HOMBRE QUE SALIÓ DEL HORCÓN Estudiantes: Sara Yaibona Montero, Rut Noemi Do Santos Salvatierra Relator: Isidora Montero Tejaya Unidad Educativa: LMO

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En Santiago de Chiquitos había una familia que estaba integrada de cuatro personas: Jacinto el papá, María la mamá, Julia la hija mayor y Antonieta la hija menor; ellos iban a la iglesia a la novena de un amigo que se llamaba Julio, quien había fallecido de un problema del corazón. Ellos ya estaban en el cuarto día de la novena, en el camino se dieron cuenta que su tranquera paraba abierta, sin ninguna explicación. Jacinto el papá decía: Si yo la cierro bien con el güembé, así mismo le decía a su esposa María. Quien después de preparar su chicha, les daba la bendición a sus hijas antes de dormir. En la madrugada los gallos cantaron, se escucharon unos pasos en el corredor de su casa y en el horcón se escuchaba una piedra que se movía, golpeaba y al moverse reflejaba una luz desde afuera hacia adentro y después se escuchaba más de esos pasos, cuando amaneció Jacinto se fue a buscar leña al cerro y María se puso a hacer el desayuno, las dos niñas se pusieron a comentar lo sucedido la noche anterior. Llegó la noche y se fueron nuevamente a la novena de su amigo Julio y cuando regresaron sucedió lo mismo, la tranquera de nuevo abierta. Terminó la novena y después de tres días Jacinto se fue a cazar taitetú (chancho del monte) quedando solas su esposa con sus dos hijas. 29

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Nuevamente durante la noche escucharon los pasos de alguien que venía hacia el corredor de su casa, pero hubo una diferencia, cuando brilló la luz se escuchó la canción viva Santa Cruz, ellas de curiosas se asomaron a la ventana y vieron a un hombre que salió del fuego y que estaba al lado del horcón, luego se fué caminando hacia el corral de ganado que ellos tenían, abría la cimbra y se entraba, se paraba al lado de una planta de mandarina que había en ese lugar; después de dos horas se volvía a escuchar sus pasos, también la canción viva Santa Cruz, se volvía a encender el fuego junto al horcón él llegaba junto al horcón y se desaparecía. Quedando todo nuevamente en completo silencio; ellas salieron y ya no se escuchaba ningún ruido, ni la canción viva Santa Cruz, ni el fuego. Al día siguiente, llegó Jacinto de cazar taitetú del monte, luego de haber descansado, María su esposa lo llamó para desayunar, momento en el cual Julia su hija mayor le contó lo que había sucedido la noche anterior. Jacinto y María, contaron a sus compadres Julián y Candelaria, días después junto a otros vecinos decidieron cavar donde salía el hombre. Después de que cavaron un buen pozo Candelaria le dijo a Jacinto que eso era un entierro, cansados de tanto cavar decidieron seguir al siguiente día, cuando llegó la noche de nuevo 31

salió el hombre misterioso y ellos se asustaron porque temían de que algo les pasara con el ganado que tenían en el corral después de que pasaron las dos horas el hombre volvió, y de nuevo volvieron a escuchar sonar la piedra y de nuevo también la canción viva Santa Cruz el fuego volvió a perderse. Al día siguiente María volvió a reunir a sus compadres para que le ayudaran a cavar el pozo después de media día cuando ya era el almuerzo encontraron un pequeño cantarito, ellos se admiraron y decidieron abrirlo después del almuerzo cuando lo abrieron encontraron joyas que en esos tiempos eran muy valiosas desde ese momento ellos empezaron a vender las joyas y esa familia fue la más rica en ese tiempo porque tenían todo, una casa, víveres, animales, chaco y además sirvientes, ellos eran la familia más felíz del pueblo de Santiago de Chiquitos. Es por eso que la gente quedo rica de la noche a la mañana. Y no es el único caso que cuenta la señora Isidora Montero Tejaya, todavía en esos tiempos siguieron desenterrando varios entierros en Santiago de Chiquitos.

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