dataspace sueña la humanidad con ovejas mecánicas?

dataspace ¿sueña la humanidad con ovejas mecánicas? toda máquina expresa su funcionamiento a través de ritos y de ceremonias. no hay máquinas sin ritu

1 downloads 89 Views 38KB Size

Story Transcript

dataspace ¿sueña la humanidad con ovejas mecánicas? toda máquina expresa su funcionamiento a través de ritos y de ceremonias. no hay máquinas sin rituales. María Inés García Canal, Foucault y el poder vivimos uno de esos raros momentos donde a partir de una nueva configuración técnica, es decir, de una nueva relación con el Cosmos, se inventa un estilo de humanidad. Pierre Lévy en el arte telemático no existe creación sin participación y no existe participación sin distribución... interactividad en arte, como arte: cultura como conexión. Roy Ascott

Con Dataspace, el Laboratorio Arte Alameda se parece menos a una tienda, a una tienda especializada en objetos de arte me refiero –como parecen la mayoría de museos-, que a una feria de juegos mecánicos, y a veces, merced a la disposición de las piezas en el recorrido, a esos túneles negros de los trenes del terror plagados de sorpresas tecnológicas. Esta es una exposición viva, abierta, mutante, con artistas presentes en una edición y otros en otras (y es probable que vayan a haber más), o como en el caso de Lozano-Hemmer con distintas piezas en cada una de las ediciones, dos hasta la fecha. Incluso las piezas que se exhiben por segunda vez también dependen para su montaje final de las características del espacio y de factores como la convivencia con el resto de las obras. Un proyecto en constante redefinición a cargo de Príamo Lozada –curador del Laboratorio y especialista en arte electrónico. Un panorama, como todos los panoramas incompleto pero representativo, del arte electrónico que se está produciendo en México, dando lugar a un mapa en constante movimiento de fronteras difusas, de demarcaciones ambiguas. Y quizás el término arte electrónico tampoco sea el que más se ajuste para definir a todas las piezas de los artistas presentes en Dataspace, como por ejemplo Semimscope de Arcángel Constantini, que tiene mucho más de juego mecánico-óptico de tintes psicotrópicos: un simulador electro-mecánico de imágenes en movimiento con un motor eléctrico que hace rodar una tela (la pieza completa se compone de cuatro de estos artefactos) y estrobos controlados por sensores

fotoluminiscentes que modifican la velocidad al ser activados. Proyecto basado en el fenómeno de la persistencia de la visión, creando según Virilio en La máquina de visión, una imagen fática: imagen enfocada que fuerza la mirada y retiene la atención, mientras el contexto desaparece la mayor parte del tiempo en la indeterminación. Constantini además plantea una alegoría a la low-tech al ser los objetos representados en la tela partes metálicas que remiten a usos industriales, dejando patente esa idea con una instalación compuesta por un montón de artilugios – inanimados, separados de un todo- rescatados de los inmensos basureros de la Ciudad de México. Lo mismo sucede con la pieza de arte sonoro de Mario García Torres, Aplican restricciones, una obra, evidentemente producida por medios digitales, de carácter obsesivo que repite hasta la saciedad las coletillas de los anuncios radiofónicos, creando un ambiente opresivo con puro sonido y poniendo en evidencia el carácter subliminal y repetitivo de la publicidad. exasperante incluso. una de las características del arte electrónico es el dotar de sentido lúdico a artefactos y componentes de uso en principio industrial, cuando no claramente de origen bélico. básicamente se trata de la reinvención de la tecnología, de la apropiación imaginativa de los recursos dando lugar a una arquitectura móvil del discurso. en definitiva un arte que se debe a la experimentación, por otro lado palabra clave en todo proceso artístico desde sus primeras manifestaciones, y a la idea del artista como aquél que explora, descubre y concretiza virtualidades de las que no tiene certeza alguna. en este terreno incógnito no importa tanto el medio como la posibilidad de articular una voz propia, autoral, usando esos nuevos medios, que están más relacionados con la problemática de los descubrimientos físico-mecánicos de la revolución industrial que con los hallazgos de la historia de la estética, sobre todo si nos referimos a las artes visuales. dependiendo el proyecto se usará un medio u otro, si es que definitivamente ese medio no se inventa. de ahí la importancia de la colaboración para la creación de las diferentes piezas de artistas e ingenieros. de arte y universidad, dando lugar de nuevo a la figura del artista inventor a la manera de Leonardo da Vinci. en esta era de descubrimientos tecnológicos regresamos a las prácticas que animaron a ciertos artistas integrales del Renacimiento. el arte se vive como un acontecimiento, ya no solamente como representación, y tiene su antecedente inmediato en las obras participativas de la década de los sesenta.

esto último queda patente en la pieza Llegaste con la brisa de Mariana Rondón, una invención -en colaboración con Yurián, ingeniero- que en palabras de la artista hace referencia al imaginario genético de la humanidad. de alto contenido poético, este robot con dos grados de libertad (dos movimientos) recrea el mito del nacimiento al fabricar pompas gigantes de jabón, en una suerte de útero industrial, donde se proyectan imágenes que se desvanecen al explotar las burbujas. la combinación de la imagen en movimiento, imágenes tomadas por la artista quien también es cineasta, el artefacto mecánico –úterocontrolado por sensores y el sonido ambiental nos pone frente a un arte de la experiencia, atmosférico, puesto que todo sucede ante la mirada del espectador, que contempla a un organismo vivo, en eterna gestación. de hecho, las “necesidades” de la máquina son muy parecidas al de un organismo vegetal, puesto que como las plantas necesita ciertos niveles de humidificación para poder respirar y para que las burbujas puedan tener lugar. nada más alejado de la idea de obra terminada, o un producto artístico inmutable para ser consumido de manera pasiva. este tipo de práctica artística se presta a la creación continua dando lugar a obras de arte “abiertas” en su proceso, ya que cada modificación revela un nuevo aspecto de su funcionamiento e idiosincrasia. esto también sucede en Defrost, pieza de Iván Abreu, que sufrió modificaciones respecto a la versión presentada en la primera exhibición de Dataspace, proyecto desde un origen comisionado a Príamo Lozada, en el Centro Conde Duque de Madrid dentro de las actividades paralelas de ARCO 05, que contó con México como país invitado. esta pieza dotada de un complejo mecanismo de resistencias eléctricas que reproduce térmicamente la imagen de video proyectada sobre un muro, tuvo serios problemas para volver a funcionar después de intentar una modificación que en teoría iba a simplificar y mejorar el proceso. la idea original le surgió al artista al ver por el espejo retrovisor las formas abstractas que se formaban un día lluvioso en el cristal trasero de su automóvil. materializar una idea como esa sin el apoyo de la industria – es un objeto único- denota la complejidad técnica de estos artefactos mecánicos y poéticos a la vez, pero extremadamente delicados en su funcionamiento. este tipo de arte esta dirigido a un público menos interesado en la narración o en los contenidos que en los efectos, preocupados menos por la historia que por las sensaciones, las cuales mudan rápidamente de registro, dando lugar a una cultura que se consume rápido y que no dura. como sucede en la pieza de Lilia Pérez Romero, Frontera, un mecanismo digital que alude a la hipervigilancia policial a la que

estamos sometidos los ciudadanos de este milenio, que consiste en la grabación de los movimientos de los brazos del usuario, ya no podemos usar la palabra espectador, mediante dos videocámaras de circuito cerrado colocadas en los ángulos superiores de una pantalla que actúan como sensores –mediante una programación específica- y provocan que los personajes, cuatro, que aparecen aleatoriamente en la pantalla sigan los movimientos de las manos del usuario imitándolo con movimientos pregrabados. una pieza redonda en su ejecución y que produce una buena dosis de extrañeza al dotar de reflejos miméticos a unas imágenes en el fondo pixelizadas y bidimensionales, sin alma, pero que sin duda están ahí: imitando nuestros movimientos en tiempo real. solo les faltaría anticiparse a los nuestros. de una tecnología similar consta Público subtitulado, pieza de Rafael Lozano-Hemmer que se presentó en el Centro Conde Duque pero no esta vez en el Laboratorio. en esta pieza unos sensores detectan la presencia del público y hacen que se proyecten palabras (compra, ningunea, moraliza....) sobre cada uno de los asistentes, en un ejercicio de acoso sobre la intimidad de los “participantes”, al materializarse como objeto de proyección de un modo no voluntario y convirtiéndolos en actores activos de la pieza, al igual como nos siguen las cámaras en los aeropuertos: sin que nos demos cuenta y con nuestra participación totalmente espontánea, solo por el hecho de estar ahí, convirtiendo esos espacios en gigantescos sets de actores involuntarios. en esta ocasión, Lozano-Hemmer sigue con la reflexión acerca del uso de la tecnología con la pieza Entanglement, subescultura 6, una instalación interactiva que hace referencia a un término de la física cuántica (enredo/entrelazamiento), en el que dos partículas subatómicas se comportan como una sola. así, dos neones iguales con sendos interruptores colocados en diferentes espacios, pieza pensada para operar incluso desde dos ciudades diferentes, se mandan mails a través de su conexión permanente a internet haciendo que desde el interruptor de una de las piezas se apague o se prenda la otra, creando una asincronía entre causa y efecto de la que no podemos percibir más que la interacción de otro usuario que esté operando en ese mismo momento el interruptor del otro neón. pieza que alude a la incomunicación y a la aleatoriedad de los procesos cibernéticos que deja al usuario con una buena dosis de perplejidad. y hablando de la red, Dataspace cuenta con dos proyectos en medios de comunicación cibernéticos que exploran la posibilidad de creación de nuevos formatos en conjunto con otras disciplinas, y donde los cliks, según Gilberto Prado, dan cuenta de nuestra presencia en el mundo telemático, tratándose de una estructura de participación colectiva en

transformación dando lugar a un cybercollage. esto ocurre en el caso de Después de las horas, pieza de Claudia Algara, quien combina la poesía con la acción en red y la cultura de clubes –intervención en espacios públicos-, en concreto con volantes que la artista reparte los primeros días de exposición con poemas de su creación, que también aparecen en la página web, y en los que se invita al público a convertirse en usuario al participar en un diálogo de retroalimentación que se da en red y cuyo registro pasa a formar parte de la pieza. la otra pieza en red es Stockartist, de David Hinojosa, quien realiza una parodia del mercado del arte y lo absurdo de los mecanismos de cotización de la obra de un artista, al permitir que el usuario de la red que se meta en dicha página altere a su antojo el ranking de un determinada obra, simulando el negocio bursátil a través de un proceso de subasta. dos piezas, sin contar Público subtitulado de Lozano-Hemmer, no se materializaron (por diversos motivos) en esta la segunda edición de Dataspace presentada en el Laboratorio Arte Alameda: Fluids del colectivo Graph-Tec, una instalación de realidad mixta basada en elementos naturales, y la sorprendente Mistizaje de Enrique Rosas, instalación interactiva –otra invención- donde el usuario se acomoda en un extraño sillón donde recibe desde unos lentes como de realidad virtual, pero que proyectan hacia los párpados cerrados, una secuencia lumínica destinada a provocar un mismo tipo de frecuencia que se sincroniza con los algoritmos del programa a través de las ondas cerebrales. logrado esto, las imágenes que se proyectan: diversos aspectos irreconocibles de un cubo fragmentado, se convierten finalmente en un cubo cerrado y la imagen se dota de sentido. experimental, lúdico, sensorial y por si fuera poco excelentemente bien logrado. sin duda con este tipo de práctica artística podríamos hablar de un exotismo de las máquinas que repelería a los ludditas. si generalmente al hablar de máquinas pensamos en automatismo o uniformización, estos artilugios muestran la diversidad del ingenio y sus aplicaciones “maquínicas” a través de la tecnología. una tecnología que no se adelanta a su tiempo, sino que más bien surge a raíz del desarrollo de unas necesidades concretas que se van perfilando poco a poco. dichas prácticas revelan aspectos humanos de estas nuevas tecnologías, al usarlas de un modo lúdico pero que al mismo tiempo sirven para mostrar sus contradicciones. estamos frente a un arte de la comunicación planetaria que se antepone a un arte de culto, restringido en su alcance y significaciones, y que coloca a los artistas de nuevo a la

vanguardia porque con su trabajo y curiosidad se convierten en especialistas de la experimentación en la percepción sensorial. en definitiva, el campo del arte electrónico –y aquí me refiero tanto a la labor de artistas e ingenieros como a la de curadores y teóricos- es un espacio abierto para un ejercicio de reflexión y de confrontación con lo que esperamos de nuestro tiempo, o con lo que nos depara. y quizá de los pocos medios realmente útiles -y lúdicos- que tenemos a nuestro alcance para entenderlo. y lo más importante, citando a Prado de nuevo: ese sueño de futuro ya transforma nuestro presente. y no aplican restricciones. rubén bonet ciudad de méxico, febrero 06

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.