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DE A G R I C U L f u R A í ARTESÍ; DIRIGIDO Á LOS PÁRROCOS
Dd Jueves 1° de Marzo de iSo^,,, D^ /tf utiHdad de plantar el trigo. ^ J O ^ n «ste país se ha adoptado el m'étodo de plantar el trí^ ;go C01510 muy útil y ventajosoj pues en algunos pueblos han jcogido en este año, ie]j.dp d& gran consideración el ^hprrO; en esta parí^; Poi? lo ^ i i ^ o , y. fe iáen, que h%fPÍí»Ytado encasa este género de siembra, tengo pensado,í-ij^-r.cerla en mucha mayor cantidad. Seria útilísimo introducir generaln^ente este método , como yo lo procuraré hacer en £slaj)Ql^l4GÍon que, miro ^n9%i%da á(,ello." .. .:'. •ñ-ihab.erse ex|:endidp; t a p p en^est^jpurfjlo »>;el útil, inéTtpdp de plantar el.-tiigp i. ha sidp jpaf.jlas e?gí;ri(?ncia? que han hechp algunos labradores de Ift grande utilidad qu^iígs t^ae j y así se van animando en varips pueblos á imitarlos. Sien el presente, agp pinta cpmp en ios anteriores, se extfncferá muqhp .«?$«, pr^ctica^j pues, 4,W*s A4 gr^f^^^'^P^r 1^0 que se consigue de simiente', prpduce.Pií^texcera -ga^e ' -
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* Extracto de una carta de l)ón Manuel Josef Ruiz de Oláíía, hacendado dé la vilIa-de'Trebiana éA la Rioxa : véanse los Semanarios nn. 1 6 1 , 16a, 311 y «97 pág. 173 tora. XII. a Habla el mismpjen carta posterior. , TOMO XV. " ' í
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mas , y el mayor gi^úir'que ocasiona esta labor es de poca consideración, como que: solo asciende á unos doce reales por fanega, siendo así que en la siembra se ahorran ocho ó nueve celémihes. En Ik Iprbjdtna tósccha llevaré cuenta exacta jde_gastos, y prqducto para.que se pueda formar juid ó cabal, 'lo que ¡fé-«TOnseguirá* fácilmente por. ser grande en este año la. extensión de terreno sembrada por el método nuevo. =; Tretiano 7 de enero ¿e 1804.
Arfé de Uestllaréirünt^aguarálentedercañas.^ xLn medio del. atraso qué en esta ultima guerra han padecido varias colonias dé Ámé'rlcá, los colónos de la Jaraayca, con el deseo de adelantar las operaciones de los ingenios de azúcar, llevaron de Inglaterra al chimico Hi^g/fti que ha introducido varías reformas íitiles muy á güst;o de aquellos jtí^türál'ésJ, Mas adélattítí-tíraíáyiíios de -sUs óbser-vaeionefe tsobri¿ el ínodb' de aacáí íél^¿S5üeát'í ahorá «©16 hátííátémos 'de las mejoráá qué ha-propuésto dicb» s¿bio en -la destila-i. eiondel aguardiente de cañas , haciendo antes algunas re-i_fléxíqhésV''
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!•. ' ^t)dás las>^ustáricías quié-¿OHtíéií^'"rhucíIago' azuearai 'áó''^i'ódHdén y me'diajate la-férmeiitacion'páleóiíl 'ó' espíritu atdiente ^• áceyté^ésentírát'éi • a^bni^ i^^a^a süstáhéía' saliiiotéft-ea!',' ácido acetoso $ cuya ¿áhtidáá v«*íacííforíne á la naturaleza4e la süstandá, fermentada, y á-lás-eircunstái*i
mucQíáo^ázücaracraJ 'que '1|uédá^ -después dé' ésfá' primera fer•ÉiSéntacíón! visibfó'íy'qüé> ábuíhda tanto' mas, quanto sea
^?»miíytfaFJu-.r,jy niutritivo á c^ausa. 4e^sUjP|-in£Íj>io azucarado , ctínfortalatt^ p p r é l alcool q¡ue'jeontiea^,.y ÍJicanté. por el.pocQ spido carbónito que queda-en,í|élj,.;i^|i •estos líquidos sig^ue': deíiotitinuo una fermentación lenta ^ invisible ' , ea que se va acabando de descomponer el principio azucarado para formar, mas alcool y ácido carbóni•J2P sicJTjJf fpararla cantidad d^ e§tp9 dos principio? qu^tra?-{pijraupMÍas vasijas! énoqiie sp. -gtfiírdajQ,, •-;,•,: -. , qué sp'.xnm^^ ^§'ÍOf toaeJe^ pierjáenel njal gMtp..'y;,qwdan,gratps;al;p!íi}adar.iii) r.. ; :.o -jh - ;3!En, las; mez(flas ;á-mp.stps!ode ijué- se sacan Jos mejorea vinos precede siempre la fgfmentacion vinpsa.á la aceto^ sa;,.pero en las masas de que se forman,'mostps.acerbos, QOlIiet«fin,ks:.que isje ferm^tanipac*¡sacar]jcl «ruro , acoiii-rt gafiái uiia f^tgentacion á'la «pttaí.j' yíselfoitaa ácido acei-n tpsip, (vinagre) ieá e,j./mismo moíneíftO(€a^que sé verificarla fermentación vinosa, con detrimento,del que ha de hacer la destilación. ~t Véase reJatte di fecer el vino en.los :ml. i o 6 , i c i r v iipúKáonés j^qtreiiiiya£t 4^ fepmáitaií.'Quant» añres coaMeiice lá feíwseniactón en las cubas, tinajas^ ótbiásyyiquantb mas serntunente hastaqu$ X En el ingenio de Conttéiéfl^^^lt^'ilMtéii^'^EingSrTtMB. f. i
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parezca que está hirviendo» mas aguardiente se sacará. Parece que Ja temperatura mas conveniente para conseguir esta fermentación es la de veinte y ocho grados y medio (R), y aun suele pasar de este grado el calor del; clima en las Antillas. En tal caso las casas en que han de fermentar las cubas deben defenderse del sol, de los vientos , y sobre todo del ayre fresco de la noche , procurando mantenerlas en la temperatura mas igual que sea posible, y de suerte que no pase nunca de los veinte y nueve grados. A mas de las precauciones que se toman para defen-^ derlas del fresco de la noche, se necesitará á veces excitar la fermentación añadiendo agua caliente ; pero es muy esencial el observar , que una temperatura mas alta que la. de veinte y nueve grados atrasa la fermentación tanto como latque baxe de veinte y siete ; y que las cubas ó t i nas han de estar!levantadas, del suélo,^ &a\ lugár^ dé estar enterradas como sei acostumbra en nuestro clima. En las Antillas ha enseñado la experiencia que las cubas , toneles ó tinas, que solo contienen cabalmente lo que basta para cargar un alambique ó alquitara', se háa. de preferir á las 4 cpianto mayor sea.el; cuidado é intdigencia deií que di)%é la: ópeiadbn^ Bicho: ácido f unido con el alcool, • forma-^eraeni la destilación,, y en el estado actual de nuestros conocimientos ita se sa^ be de'Hinguii medio praeó^uaMe én las operaciones,engirande; pata quitar al xum'recién destUado este éter, desagrada*; »4
13^ ble. AI contrario, los aguardieates mas fuertes, con que se haya usado del auxilio de las mejores sustancias salinas, parece que contienen mayor cantidad de este éter acre é ingrato al paladaif. ¡Higgihs4legó á descubrir (después de infinitos experimentos que acreditan^ su constancia) un medio de estorvarqué se forrfie este éter, y que se disminuya la pérdida del mucíiago azucarado, que se verificaba en la fermentación del ácido acetoso. Se valió para esto de la piedra caliza ^^qxie es muyi^comun en las islas ; la desmenuzaba dezándola ,/sidb alambique que ésté fermentando, y bontinuanidjo en'-écbáBsela' poco á'poco se consigue neutralizar todo el que se forma despuesw Con to^o eso advirtió fí/^^mí que está operación es demasiado delicada para- csohfiarla- á Ja ^«itequersuele trabajar en loeiftgenijM -y potqüs apenas hay itíatre^^éftíos qüienítetiga idea,; de lasfseña,{és en qué se--conoce.ia^etfeg:á'safura:£!ion«del ácido. Aunque la proporción ajae sei faa'pdicho es lá que mejor ha probado en la^Jamayca , hay casos, en que la espuma excesiva^ ó la;s raspas m&z.cla.áas con los caldos re—' quiers^Kniayar camldáü ^de cal. ".n J . - ( -• í> y .Üná'i4je las grandes ventajas que se conáiguen^con-te
138 separación del ácido acetoso , es la de, precaver la acción corrosiva que tiene sobre el alambique : efecto que hace al licorj destilado ííiíuyipérjudicialá- la; salud. , , Qu^ndo] losícáldós! que, seiérnientan. se, componen de . raspas y; dé espunaag ^ y ^e. Inetea .dtíntro¡, de. ellos las ces^ tas llenas de cal, sé Jeyantaá la,superficie del líquido una cantidad considerahle.de partes herbáceas y otras impuri-, dadés mezcladas con: una sustancia semejante á la levadura; y entonces sei hacdéi teáer mucho cuidado en espumar mas á tíien^cía^ yíseparár jdiphas materia* como, perjudiciaíes á la opef^cion. Si los caMos sxjn de ttielazas tíoijiuíi^^ó filtradas , conviene quitarles la primera espuma negruzca que se.presenta : la película que se forma después, de color amarilloi baTO,,.iy{>qué.:se.cttbre .desuna especie-de moho,, awnqu^! al parecer sea -de la ¡clase .de las levaduras ( s e gún: algunas pruebaft que han hecho los jpan^eros ) ^s me-, neater separarla igualmente, aunque se saque un poco menos d«alcool, por no exponerse á que el, licor pierda el buen sabor : fuera de que;todavía no está bien demostrado que conservando esta* materia se saque: mas espíritu ardientei. •.•• o:' '••, :, ;•' - -•.;-, ,•:• ., : E),espues dé espumado el caldo de cana se h* de agitar fuertemente , dando al mismo tiempo á la cesta un^novimiento oscilatorio á fin de facüitar la expulsión del ácido, carbónico : estas dos operaciones contribuyen-áiguajar la tempeíatúra^e» *odao eljíqaido yty á impedir qiíei,$e preci-' piten 6!ifípos^ri''laíS;aiel&zas^, querpor su,naturales ?on vis-cosafí íAl paíó,: que jseAsuele, ^emplear en .est» se de^be sustituir una tabla de un pie de~largo y ,medio de ancho, con, tantos agujeros dé unta pulgada de diámetro , como se.,puerámhacejr en ella .siitipifqmcip dfeisnisolidez , y se.le po*, ne?:Hn flsaflgo ep oiádiDcEíta f hecho galerías J5^f^q.5e;,ipspacipsasj)aca contj-» nuar la explQtaciqíi» 4f§?g''^3J¡i4pla'Í!Po.f l^e^io ;de una bomba de vapor qué:saca de coníipuo.taa extraordinaria caa-i> tidad de agua j que habiéndosersu^peodldo ea ima ocasión* se anegó la mina en dos días y medio. Quando yo andaba^ '-1 Escrita «n Ginebra-á 2 ^^ diciembre de 1803 , dirigida á Pictefj' y^_publicada _en la Bibjljpt. •bnt> ;• L • : ... • í,;
143 por sus galerías oía sobre mi cabeza el ruido de las olas del mar. Otra mina semejante de estaño reconocí en Saxonia en «1 lugar de Geyer , qué consiste, no en un filón , sino en tin monte enteró de granito en que se halla diseminado el estaño en granitos menudos. Ya hace algunos años que se explota esta mina en que se abren galerias que de quando en quando se ensanchan un poco : estos ensanches los llenan de haces de leña, le ponen fuego como en un horno, y el calor quebranta lá roca haciendo en ella hendiduras profundas. De esta suerte pueden los mineros separar fácilmente con sus piquetas grandes porciones de granito que contiene estaño , y continúan su trabajo hasta que dexan hecha una bóveda circular de unos quarenta pies de diámetro y quhicé dé alto. Semejantes escavaciones se hallan á lo largo de las galerias á unos quince pies de distancia una de 'étra , y así se camina á la profundidad de unos seiscientos pies , baxo de espaciosas bóvedas sobrecargadas del peso enorme de una montana granítica , sin que las. sostengan machones , pies derechos , ni otro algún apoyo.; - 'Este tíiétodo fácil, económico y atrevido habia dado muíehk celebridad á la'niina de Geyer ^ quese citaba como un 'exémptó dé las ventajas del fuego para la expíotaciorí de las minas en masa , con tanta mas razón quanto estaba baxo la. dirección del consejo de minas del Elector de Saxonia establecido en Freifterif. " ' En él mes dé raa.yQ último baxe á lo mas profundó de áíchá. mina á •fin de reconocer fas labores , y quedé'sorprehendido al ver tantas y tan espaciosas bóvedas sin pilares para sostenerlas; creciendo todavía mi admiración al examinar con atención' los: lados, llenos, de grietas, en toadas direcciones que no-se sabia hasta adonde penetraban;. Asustado de verme én aquellas ííavernas , hice algunas ob^ servacióhes al Síéi|:er' ó capitán de'lós'míhéros sobre el peligro de que se hundiese la mina , y me respondió sonriéndose, que .eso era imposible , que el techo era sólido , que ías grietas no eran de consecuencia , y que esta manera de fesplótaí: era la nías cómoda: yo le añadí : «que era á la
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verdad muy fácil y expedita; pero que temía funestas consecuencias sino se tenia la precaución de sostener las bóvedas con pilares sólidos" : él no hizo caso , y después de quatro horas salí de la mina dándome por muy feliz en haber vuel-r to á ver la luz del dia. Volví á Geyer, y al acordarme ide aquellas grietas y masas enormes de piedra que vi prontas á desprenderse sobre mí, se me erizaban sin querer los cabellos. Salí de Geyer para Griffinstein, parage en que se admiran seis grandes pirámides-naturales de granito , y compuestas de piezas separadas, que se levantan á mas de cien pies, sobre un monte de gneiss. Me acompañaba el Steiger de la mina de Geyer, y en el camino le hablé del peligro que á mi ver amenazaba á los mineros sino usaban de mas precaución j pero todas mis razones no pudieron disminuir la ciega confianza que la rutina había inspirada en un método sancionado por no haber tenido malas consecuencias en tantos años. Nos despedimos por la tarde; yo pasé i Méiringen , y él se volvió á la mina... mas ay ¡que fue para no volver á ver mas la luz del soli dos días después se hun? dio ésta, y quedaron allí sepultados los que estaban d^ux tro. El hundimiento se verificó con un ruido espantoso, que hizo creerá k gente sencilla de aquellos contornos que había llegado el fin del mundo. En donde estaba el monte se abrió una sima cuyo fondo no se percibe. Yo llegué á Freiberg al mismo tiempo que esta triste not ticia, que tózo la mayor sensación en el consejo de mina? y en la corte del Elector, quien, perdió la mina mas; rica ¿e estaño que había en .sus estados. £1 capitán general jdje minas Barón de Frebra me dio la enorabuena de la fortuna que tuve en haber escapado de aquella desgracia. Como yo fiíí el último que la visité,, y como esta catástrofe demuestra los peligros djs un método de explotación muy acrediT tado, y en que se ha te;^o demasiada confianza, me parece que podrá ser muy útil la publicación detesta noticia.
MADRID: EN LA IMPRENTA DE VlLLALPANDa,