Desarrollo desigual, desigualdad global y sostenibilidad ecológica: tendencias y patrones recientes

CLM.ECONOMÍA, Nº 10, Primer Semestre de 2007. Págs. 163-192 Desarrollo desigual, desigualdad global y sostenibilidad ecológica: tendencias y patrones

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CLM.ECONOMÍA, Nº 10, Primer Semestre de 2007. Págs. 163-192

Desarrollo desigual, desigualdad global y sostenibilidad ecológica: tendencias y patrones recientes Philip A. O’Hara Curtin University (Australia) Resumen El artículo examina las tendencias y patrones del crecimiento, desarrollo humano, capital social y sostenibilidad ecológica a escala mundial en las pasadas décadas. Comienza con una visión general del patrón relativo de crecimiento del PIB per cápita en los últimos años, para determinar cómo afecta el proceso de propagación a largo plazo a las posiciones de los continentes, zonas y naciones. El crecimiento diferencial afecta a la desigualdad relativa en el mundo. Posteriormente se estudian los diferenciales de desarrollo humano y cómo afectan a la posición de estas áreas, prestando especial atención a la salud, la educación y la renta. También se analizan otras dos dimensiones adicionales: los niveles de confianza y la utilización ecológica de los recursos. La distribución de la confianza afecta a todos los esfuerzos humanos, tanto personales como económicos, y por tanto resulta crucial para el desarrollo y la desigualdad relativa. Finalmente, se explora la distribución global de la sostenibilidad ecológica y cómo influye en la capacidad de las áreas para avanzar material y socialmente en el futuro. Por último, se establecen algunas conclusiones derivadas del impacto conjunto de los cuatro factores en el crecimiento y el desarrollo, en términos relativos, a través del mundo. Palabras clave: desarrollo desigual, desigualdad global, crecimiento económico, desarrollo humano, capital social, sostenibilidad ecológica. Clasificación JEL: E22, 015, 047, Q57, Z1 Traducción: Gema Fernández-Avilés Calderón (UCLM).

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Abstract This paper examines trends and patterns throughout the world over recent decades for growth, human development, social capital and ecological sustainability. The paper commences with an overview of the relative pattern of recent growth of real GDP per cápita, in order to establish how the process of long wave motion affects the positions of continents, regions and nations. Differential growth affects relative inequality in the world. Then we examine human development differentials and how this affects the position of these regions, paying special attention to health, education and income. Two further dimensions are examined, including levels of trust and ecological utilization of resources. The distribution of trust affects all human endeavors, both personal and business, and is therefore critical to development and relative inequality. Finally we explore the global distribution of ecological sustainability and how it impacts on the ability of regions to advance materially and socially into the future. Then we make some conclusions about the cumulative impact of all four areas on relative growth and development throughout the world. Key words: uneven development, global inequality, economic growth, human development, social capital, ecological sustainability. JEL Classification: E22, 015, 047, Q57, Z1

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DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

1.- Introducción. En este artículo se estudian las tendencias y patrones recientes del desarrollo desigual en la economía política global y de las distintas áreas. Se hace una especial referencia al crecimiento económico, al desarrollo humano, al capital social y a la sostenibilidad ecológica, y a cómo difieren entre continentes, áreas y naciones. El crecimiento del PIB per cápita es un indicador del nivel de expansión material/de mercado, y más cuando las áreas están montadas sobre la parte alta de una onda larga sostenible o están ubicadas en la parte baja de una ola de este tipo. Los niveles diferenciales de crecimiento a largo plazo influyen en la desigualdad global y a escala de área, y este artículo pone de manifiesto estos patrones y procesos de rendimiento diferencial. Es por ello que analiza las diferencias continentales y a escala de área en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), añadiendo a la renta indicadores de salud y educación. Ello resulta ciertamente importante para la desigualdad global, puesto que muchas naciones funcionan bien en lo que a crecimiento del PIB se refiere pero están retrasadas en cuanto a IDH. También ocurre lo contrario, puesto que algunas naciones y algunas áreas están más avanzadas en materia de IDH que en PIB. El ilustrar tales diferencias ayuda a complementar otras medidas de rendimiento y desigualdad más limitadas, proporcionando una visón más equilibrada de la cuestión. El tercer nivel de análisis incluye el capital social, en concreto los niveles de confianza dentro de la comunidad. La confianza se ha establecido como un factor crucial que afecta a todas las formas de procesos y objetivos humanos, y la tenencia de capital social es clave para la salud de las naciones, continentes y áreas. Por tanto, modificamos el análisis del PIB y del IDH investigando la distribución

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asimétrica de la confianza. De este análisis se derivan cambios ciertamente sustanciales. Finalmente se estudia la situación global, de área y nacional del capital ecológico, especialmente el Índice de Vida Planetario, los niveles cambiantes de capacidad biológica, la huella ecológica y el balance neto resultante (superávit o déficit) de recursos ecológicos. La naturaleza del desarrollo desigual y de la desigualdad se modifica cuando se van incorporando nuevos datos y nueva evidencia. Por último, se resume el impacto conjunto de los cuatro factores en lo relativo a los patrones de desarrollo y de desigualdad en el mundo.

2.- Patrones de onda larga del crecimiento desigual. La primera dimensión que se necesita evaluar es el patrón histórico reciente del crecimiento del PIB per cápita en el mundo. Estamos especialmente interesados en si ciertas áreas están manteniendo un crecimiento duradero a largo plazo (onda larga en alza) o si están teniendo importantes problemas para conseguir dicho crecimiento duradero (onda larga a la baja), o si su patrón es una mezcla entre ambas.

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La idea de “ondas largas” hace referencia a las transformaciones evolutivas que las economías mantienen a través del tiempo, especialmente variando los niveles de crecimiento duradero. Estos patrones de onda larga en alza y onda larga a la baja no están determinados, pero sin embargo parecen ser realmente duraderos a lo largo de la historia. Una onda larga al alza se define como un patrón de largo plazo de crecimiento elevado (por encima del 2,5% per cápita), dividido en un alza “moderada” (entre el 2,5%-3,0%) y un alza “elevada” (por encima del 3%). Por otra parte, una onda larga a la baja se da cuando el patrón de crecimiento per cápita es bajo, del 2% o menos, durante periodos bastante largos, con distintas intensidades en el rango crecimiento positivo – crecimiento negativo. Entre ellas hay intervalos de “resultados mixtos”, crecimiento entre el 2,1% y el 2,5%, donde se evidencia una posible transición de una a otra. Son “resultados mixtos” porque el crecimiento no es suficiente para estar en la primera situación y es

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demasiado alto para estar en la segunda. Las ondas largas se definen de esta manera cuando al menos se han evidenciado 15 años de cumplimiento de los requisitos de crecimiento; por tanto, una década de cumplimiento de los requisitos de un determinado tipo de crecimiento sólo puede ser clasificada como una onda corta. Habiendo dicho esto, en este artículo se utiliza la siguiente taxonomía. Fases de onda larga: Fuertemente al alza: mayor del 3%. Al alza: 2,6% - 3%. Frontera: 2,0% - 2,5%. A la baja: menos del 2%. Fuertemente a la baja: menos del 1%. El patrón general de desarrollo desigual y de desigualdad global puede obtenerse de los cambios en el crecimiento per cápita de las diferentes áreas del mundo. Estos cambios y patrones se resumen en el Cuadro 1, que se muestra más abajo. El primer resultado es que el periodo de posguerra (1950-1973) mostró de manera clara una onda larga al alza en la economía mundial, con un alza muy fuerte en Oriente Medio, Europa del Este y Asia; un alza moderada en los países (OCDE) capitalistas avanzados; y una baja moderada y razonable en América Latina y

Cuadro 1 Tasas de crecimiento del PIB per cápita, áreas y naciones, 1950-2005. 1950-1973 b 1974-2004G 1974-1979 1980-1989 1990-1999 2000-2005

Mundo

2,93

1,4

1,46 Q

Países desarrollados (OCDE)

3,33

1,83

1,92

1,91

Europa del Este

3,82

2,13

0,22

0,9 v

Fase de onda larga 1990-2005

1,58 Q

1,13 Q

1,73Q

A la baja

1,83

1,46

A la baja

-2,7 F

4,0 Q 7

Resultados mixtos (onda corta al alza)

1,23Q

2,78 Q

0,35 Q

1,32 Q

-0,6

1,81 Q

0,33

-0,76

-0,49

1,86Q

1,61

0,68

2,30

1,960

Resultados mixtos

3,68

4,3

2,82

2,34

5,08

6,85

Fuertemente al alza

China

2,95

8,4

3,59

5,95

7,87

8,63

Fuertemente al alza

Japón

8,13

2,3

2,35

2,13

1,54

A la baja

América Latina y Caribe África Subsahariana Q

2,67

2,02 b

Oriente Medio / Norte África Q 4,73 v Asia

1,19 Q

1,24Q

A la baja A la baja

Fuente: Adaptado de Maddison b (2007), UN G (2006, pp. 9), WB Q (2007), Fidrmuc F (2003, pp. 586); v1966-73 ó 1990-2004; i Estados Árabes 7 Europa Central y del Este.

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Caribe, así como en China. El único resultado pobre se dio en el África sub-sahariana (ASS) que conseguía emerger con un resultado mixto, aunque está casi en los escalones más elevados de la onda larga a la baja. Por tanto, la Edad de Oro, se caracterizó por una onda larga al alza para la mayor parte del mundo. La “era neoliberal”, 1973-2004, como la denomina Maddison (2007), presenció el surgimiento de una onda larga a la baja en la mayoría de las áreas del mundo. Las economías capitalistas avanzadas (OCDE) experimentaron un crecimiento ubicado en las cotas más altas de esta onda a la baja. Lo mismo ocurrió en los países de Oriente Medio y del Norte de África. América Latina y el Caribe obtuvieron resultados estándar dentro de este tipo de ola. El Este de Europa reveló un resultado más pobre ya que sus instituciones fueron destruidas a finales de los ochenta y los noventa (algunas se restablecieron el la presente década). De nuevo, el África sub-sahariana tuvo el peor resultado, con cifras negativas en términos per cápita en muchos años, ya que las guerras, las enfermedades, la sequía y la discontinuidad arrasaron el continente. Para la mayor parte del mundo tuvo lugar una onda corta a la baja durante los setenta, los ochenta, los noventa y la década actual. En el primer quinquenio de esta última las condiciones son significativamente mejores que en los noventa (que fue peor que las dos décadas anteriores), especialmente en el África sub-sahariana y en oriente Medio; pero la onda larga a la baja todavía está en movimiento 1. La denominada “era neoliberal” (aunque no en el caso de Asia) fue testigo de una importante forma de desarrollo desigual en el mundo, ya que muchas partes de Asia continuaron en la onda al alza de la Edad de Oro en los noventa y en la década actual. Por tanto, Asia como área, especialmente el Este de Asia, mantiene la única dinámica positiva real en el mundo. La onda larga al alza asiática es muy dinámica y especialmente robusta en China, India, Corea del Sur, Taiwán, Malasia y Tailandia. Por tanto, el único patrón de crecimiento per cápita de onda larga al alza significativo en el

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1) A pesar de estas conclusiones generales relativas a la existencia de una onda larga a la baja para todas las áreas excepto Asia, determinadas naciones aisladas parecen estar manteniendo un crecimiento sostenido a largo plazo (onda larga al alza). Por ejemplo, Irlanda, con un crecimiento medio anual per cápita del 5,2% (1975-2004) y del 7,3% (1990-2004); Chile, con un 3,9% (1975-2000) y 3,7% (1990-2004); Botswana, con un 5,7% (1975-2004) y 4,2% (1990-2004); Mozambique, con un 2,6% (1975-2004) y 2,5% (1990-2004). (UNDP 2006, pp. 331-334).

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mundo ha tenido lugar en Asia, liderada por China (estando Japón fuera de la dinámica). Con crecimientos de 6 puntos porcentuales (Asia) y de 8-10 puntos (China), la ola asiática al alza constituye el principal desarrollo positivo en el mundo.

3.- Fundamentos estructurales y rendimiento desigual. Es importante comprender el papel de los factores estructurales a la hora de inhibir o posibilitar el avance económico de los principales continentes del mundo. El primero de éstos está relacionado con la generación de manufacturas de alta tecnología y especialmente con la capacidad de exportar tales bienes de alta tecnología. El Cuadro 2 proporciona un resumen de la extraordinaria importancia de los bienes de alta tecnología para el avance económico. El Cuadro 2 muestra dos periodos en función de las tasas de crecimiento de diferentes tipos de naciones: aquellas basadas en la especialización primaria, basadas en recursos, y tres tipos de manufacturas. Se observa que durante los sesenta y los setenta las naciones pudieron especializarse en bienes primarios, recursos naturales y varias clases de tecnología mientras obtenían como mínimo un crecimiento razonable. De hecho, fue el caso de aquellas naciones concentradas en manufacturas de tecnología baja-media que crecieron más rápidamente, quizás debido a la importancia de las técnicas de producción de masa fordistas. Más recientemente, sin embargo, esta circunstancia se ha convertido en una fuente de avance menos significativa, ya que los bienes de alta tecnología son,

Cuadro 2 Crecimiento del PIB per cápita (media anual). Según especialización en exportaciones, 1962-2000.

1962-80 1980-2000 Fuente: UN (2006, pp. ix, 60).

Primarias

Manufacturas basadas en recursos naturales

Manufacturas de alta tecnología

Manufacturas de tecnología media

Manufacturas de alta tecnología

1,5 -0,15

1,75 0,4

3,25 1,0

3,18 -0,8

2,85 3,8

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de lejos, el mejor camino al crecimiento. La mayoría de los bienes primarios y recursos naturales no petrolíferos tienen una elasticidad demanda-renta especialmente baja, una elasticidad demandaprecio elevada y una considerable volatilidad debido a la naturaleza competitiva de sus precios y mercados 2. Ahora, en el nuevo milenio, resulta esencial para las naciones seguir actualizadas en lo que se refiere a los requerimientos tecnológicos que exigen los mercados exportadores. Las manufacturas a gran escala, y especialmente en el área de tecnología media, están fracasando a la hora de proporcionar un fundamento estructural al avance económico. Ahora las naciones tienen que especializarse en sectores de alta tecnología como la biotecnología o los productos electrónicos de última generación, y/o necesitan progresar al rimo que lo hace la tecnología con costes laborales reducidos y elevados niveles de productividad del trabajo. El África sub-sahariana y América Latina podrían aprender de la exitosa experiencia asiática, cuyos países utilizaron de manera muy inteligente la política industrial, los vínculos Estado-mercado y las políticas de infraestructuras y educación para mejorar su ventaja tecnológica y comercial. Un problema importante para las naciones y las áreas, vinculado a la no satisfactoriedad (en cuanto a sus capacidades) y la inadecuación de los recursos humanos, es la incapacidad para incrementar la inversión hasta el nivel requerido de PIB. La UNCTAD (2003), por ejemplo, sitúa en el 25% la participación mínima de la inversión en el PIB para iniciar el proceso de desarrollo industrial. Todas las áreas no suficientemente desarrolladas están por debajo del requisito de participación inversora en el PIB, como puede verse en el Cuadro 3. El Cuadro 3 muestra cómo los países recientemente industrializados de primer orden (principalmente en Asia) están teniendo grandes participaciones de la inversión en el PIB. Oriente Medio ha visto decrecer rápidamente esta ratio en las últimas

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2) Durante la década actual los precios de muchas materias primarias y minerales se han incrementado sustancialmente, pero es demasiado pronto para determinar si esta circunstancia es parte de su volatilidad o una nueva fase de alza. Los datos de las Naciones Unidas (UN, 2006, p.12) muestran en el periodo 20002005 una moderada expansión de los precios de las materias primas no petrolíferas en los países en desarrollo y un descenso en los precios de las manufacturas. Desde entonces se han producido algunos incrementos.

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

Cuadro 3 Participación media de la Inversión en el PIB (%). Principales países y continentes en desarrollo. 1960-69, 1990-2003.

1960-1969 1990-2003

Primer nivel de países recientemente industrializados

China

13 34

21 34

Países Latino semiindustrializados América

18 19

19 21

América Central y Caribe

Europa Central y Europa del Este

África Sub-Sahariana

Oriente Medio

13 17

n.d. 21

n.d. 17

38 23

Fuente: Adaptado de UN (2006, pp. 38).

décadas, lo cual genera cierto pesimismo cara a su futuro 3. El África sub-sahariana, Centro América y el Caribe ni siquiera son capaces de alcanzar el percentil 20. El ligero incremento en América Latina resulta claramente indicativo de su todavía largo camino hasta alcanzar los niveles requeridos. Esta baja propensión a la inversión se agrava con los problemas derivados de la inversión extranjera directa, como se indica en el Cuadro 4. Estos datos muestran que la participación de la inversión extranjera dirigida a los países en desarrollo ha permanecido prácticamente constante durante las pasadas décadas. En Asia ha aumentado significativamente y en Sudamérica, África y, especialmente en el África sub-sahariana, se ha reducido. Algunas investigaciones ponen de manifiesto que el éxito, en lo que a inversión extranjera directa se refiere, exige que se dirija al establecimiento de redes de producción y cadenas de materias primas (Dicken 2007). Estas redes y cadenas están relacionadas con

Cuadro 4 Participación de la Inversión Extranjera Directa: 1970, 2003 (Mundo = 100). Países en desarrollo

Asia

Sudamérica

África

África Sub-sahariana

70,5 70,0

7,0 16,0

12,5 7,5

9,5 3,0

1,0 0,3

1970 2003 Fuente: Adaptado de UN (2006, p. 25).

3) La situación de Oriente Medio es, de alguna manera, compleja. Los países de esta área tuvieron resultados mixtos en términos de PIB y, en general, peores indicadores en materia de IDH, confianza y sostenibilidad ecológica. Kunibert Raffer (2007) ha examinado con cierto detalle el rendimiento actual y las predicciones a futuro de estas economías.

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las estructuración sistemática de alianzas estratégicas, las joint ventures, la subcontratación y los procesos de interiorización de las empresas por medio del modelo dominante de los consumidores (por ejemplo, las zapatillas Nike) y de la conducta productora (por ejemplo, automóviles) de las cadenas globales de producción. La principal dificultad radica en establecer conexiones fuertes, poderosas, entre el ámbito doméstico y estas redes y cadenas. Los vínculos interiores fuertes suelen llevar a una opresión de la inversión interna por parte de la inversión extrajera directa, mientras que si dichos vínculos son débiles provocan un efecto expulsión (caso de América Latina) o una escasa inversión extranjera directa (África sub-sahariana). La política industrial, el gasto en educación/infraestructura y el desarrollo tecnológico juegan un papel clave en esta cuestión 4.

4.- Tendencias y patrones de la desigualdad global. El patrón de desarrollo desigual expuesto anteriormente en forma de deceso relativo de Occidente, Sudamérica, África y Oriente Medio, junto con la expansión, también relativa, de Asia, está afectando al patrón de desigualdad global. En general, encontramos que aquellos países subdesarrollados /en desarrollo que no son capaces de establecer unos niveles medios de crecimiento correspondientes a una onda larga han retrocedido en términos relativos, mientras que crecen por encima de la media mundial experimentan ganancias. La desigualdad disminuye cuando los países con PIB más bajo crecen más rápidamente que los que están en la cima de la escalera del PIB 5. Por ejemplo, considerando el patrón de desigualdad en las últimas décadas, excluyendo a China, se obtienen los resultados expuestos en el Cuadro 5. 4) La política industrial resulta de especial interés a este respecto a la luz de lo ocurrido en las economías capitalistas avanzadas y, especialmente, en países asiáticos como Japón, Corea del Sur, Taiwán e incluso China. Véase, por ejemplo, el reciente número especial de International Review of Applied Economics, Vol. 21, No 23, Julio 2007: particularmente, Lenihan et al (2007) y Wren (2007).

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5) En este artículo el énfasis se pone en la desigualdad entre países y áreas, más que dentro de los países. Y ello porque la evidencia pone de manifiesto que el componente entre áreas es el factor dominante en la desigualdad. Por ejemplo, UN (2006, pp. 14-15) muestra que el componente entre áreas es el culpable del 87% (1960), 91% (1980) y 85% (2001) de la desigualdad global; mientras que el componente dentro de las áreas explica el 13% (1960), 9% (1980) y 15% (2001) de la misma.

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

En el cuadro anterior se incluyen cuatro categorías de países en tres referencias temporales: los “más pobres”, con menos de la mitad del nivel de PIB mundial (en Cuadro 5 media y per cápita); los Desigualdad en la Renta a “pobres”, entre la mitad del escala mundial (Ratio PIB PIB medio mundial y esta per cápita / PIB per cápita mundial): proporción de última referencia; los “ricos”, población mundial, excluyendo con un PIB per cápita entre la a China. 1960, 1980, 2001. media mundial y el doble de 1960 1980 2001 ésta; y los “más ricos”, que < 0.5 Los más pobres 0,47 0,475 0,525 superan el doble de la media 0.5 - 1.0 Pobres 0,12 0,135 0,19 mundial en términos per 1.0 - 2.0 Ricos 0,18 0,16 0,08 > 2.0 Los más ricos 0,29 0,295 0,21 cápita. Las cifras hacen referencia a la proporción de la población mundial en 1960, 1980 y 2001, respectivamente. Fuente: Adaptado de Maddison (2007), UN (2006, p.8).

Excluyendo a China, los resultados muestran claramente que la desigualdad global se ha incrementado durante el periodo 19602001. Desde 1980, o justo tras el comienzo de la era neoliberal, el porcentaje de población mundial que vive en los países “más pobres” ha aumentado desde el 47,5% hasta el 52,5%. Igualmente, la proporción de población mundial que vive en los países “pobres” ha crecido desde el 13,5% hasta el 19%. La proporción de gente que vive en los países “ricos” se ha reducido a la mitad (del 16% al 8%) y la de los que viven en los países “más ricos” ha caído del 30% al 21%. Claramente, en términos relativos, el mundo se ha estado haciendo mucho más desigual debido a que la onda larga a la baja ha sido más perniciosa en el África sub-sahariana, América Latina y Oriente Medio que en las economías capitalistas avanzadas de la OCDE. Sin embargo, éste no es el final de la historia, como indica el Cuadro 6. Cuando se incluye en el análisis una nación tan grande como China, con 1.300 millones de habitantes, los resultados deben ser convenientemente ajustados. China, junto con una buena parte de Asia, está manteniendo una ola larga al alza más potente que cualquier otra área del mundo 6. Esto significa, fundamentalmente, que parte de la gente de los países “más pobres” son, de alguna manera, menos pobres. Como resultado, proporcionalmente, la 173 6) Sobre esta cuestión véase O’Hara (2006b), quien examina los patrones y tendencias de las instituciones chinas, de su crecimiento y de su desarrollo.

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población mundial se mueve Cuadro 6 de “más pobre” a “pobre”, Desigualdad en la Renta a pero también de “rica” a escala mundial (ratio PIB “pobre”. Como la gente de per cápita / PIB per cápita China y Asia se mueve de la mundial): proporción de categoría “más pobre” a la población mundial, incluyendo a China. 1960, 1980, 2001. categoría “pobre”, esta última categoría crece proporcio1960 1980 2001 nalmente en comparación < 0.5 Los más pobres 0,59 0,593 0,41 0.5 - 1.0 Pobres 0,095 0,105 0,37 con la “más pobre” y la “rica”. 1.0 - 2.0 Ricos 0,143 0,125 0,06 Por tanto, en proporción, es > 2.0 Los más ricos 0,175 0,18 0,163 menos la gente que entra en Fuente: Adaptado de Maddison (2007), UN (2006, p. 8). el club de los ricos, los más ricos y los más pobres, mientras que se agranda el conjunto de “pobres”. Éste es el principal cambio que ha tenido lugar en la economía política mundial en las últimas décadas al proceder a la inclusión de China en el análisis. Cuando se adopta un punto de vista del desarrollo que sobrepasa le crecimiento del PIB per cápita surgen algunas diferencias en estos patrones de desigualdad. A este respecto, véase el Cuadro 7. El Cuadro 7 muestra el IDH, que es un indicador compuesto de la renta, la salud y la educación, que trata de proporcionar una visión más amplia del desarrollo que el PIB (UNDP 2006).7 Las cifras muestran el porcentaje del IDH de cada área en relación al de los países pertenecientes a la OCDE de renta alta. La última columna informa de su incremento o descenso, en puntos porcentuales, a lo largo del periodo 1975-2004. Los cambios experimentados por el IDH son muy parecidos a los cambios en PIB per cápita mostrados anteriormente. El área con un mayor incremento relativo es el Este de Asia y el Pacífico (incluyendo China): 16 puntos porcentuales. Ninguna otra área

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7) El IDH mide tres dimensiones del desarrollo humano: la esperanza de vida (una variable proxy de la salud); la tasa de analfabetismo en los adultos y la tasa de matriculaciones en el sistema educativo formal (variable aproximadoras del conocimiento); y el PIB per capita en términos de PPP (aproximación al nivel aceptable de vida). El resultado para cada uno de los tres componentes viene dado entre 0 y 1, y cada uno de ellos pondera un tercio en la construcción del índice global. El IDH se complementa con el IDH-1 y el IGH-2 (Índices Humanos de Pobreza), IDG (Índice de Desarrollo a escala de sexo) y el GEM (Medida de autorización o concesión de poderes a escala de género) (véase la nota a pié de página 9 para más detalles sobre el IDG) (UNDP 2006, pp. 393-401).

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

Cuadro 7 Cambios en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), 1975-2004. Porcentaje del IDH de los países de renta alta (OCDE). Renta alta OCDE Europa Central, Europa del Este y CIS América Latina y Centro América Este de Asia y Pacífico Estados Árabes Sur de Asia África sub-sahariana

1975

1985

1995

2004

∆IDH

100 n.d. 78,0 64,7 62,8 62,2 62,8

100 88,6 Q 81,9 70,6 64,4 53,1 53,1

100 84,9 82,3 74,9 68,5 58,8 51,3

100 85,3 85,2 81,1 73,7 64,5 50,5

-3,3pp +7,2pp +16,4pp +10,9pp +2,3pp -12,3pp

Fuente: Adaptado de UNDP (2006, p. 265), Q 1990 (comparado con la OCDE 1990).

mostró un comportamiento similar, excepto América Latina y los Estados Árabes, que incrementaron su IDH relativo dos tercios y la mitad, respectivamente, de lo que lo hizo el Este asiático. En el sur de Asia se observaron pocas mejoras; en Centro Europa y Europa del Este se registró una caída de carácter marginal, mientras que en el África sub-sahariana el retroceso fue importante (tuvo un IDH estático de 0,48 entre 1989 y 2004; UNDP 2006, p. 265). Los datos del IDH tabulan la posición relativa de 177 países tanto para IDH como para niveles de PIB. Estas posiciones, numeradas del 1 al 177, se agregan por continentes/áreas. Se suman las diferencias entre la posición en PIB y la posición en IDH y sólo se tienen en cuenta, en este artículo, los casos donde se encuentran divergencias PIB/IDH iguales o superiores a 10 (por ejemplo 10-73). El Cuadro 8 muestra estas divergencias sobre una base continental,

Cuadro 8 Posiciones superavitarias en IDH en relación al PIB: número de países entre corchetes. Continente

Σ +IDH-PIB

Σ +PIB-IDH

Σ Superávit / Déficit Posiciones IDH

África sub-sahariana Oriente Medio y Norte de África Europa del Este América Latina y Centro América Asia Occidente

+151 [10] +87 [5] +314 [13] +244 [14] +88 [5] +22 [2]

-758 [28] -144 [7] -0.00 [0] -54 [3] -10 [1] -11 [1]

-607 -57 +314 +190 +78 +11

Fuente: Adaptado de los datos brutos ofrecidos por UNDP (2006, varias páginas).

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indicando los resultados netos en forma de superávit o déficit agregado de posiciones IDH. Son comunes las diferencias sustanciales entre las posiciones IDH y PIB. Algunas áreas han mejorado de forma notable en posición IDH, que supera de lejos su posición PIB, mientras que otras muestran mejoras en su posición PIB pero no en su posición IDH. Los resultados agregados son bastante notables. Demuestran que los países del África sub-sahariana tienen un nivel de desarrollo humano muy por debajo de su nivel de PIB 8. Sus niveles de PIB son los más bajos del mundo, pero sus niveles de desarrollo humano están incluso muy por debajo de sus exiguas cifras relativas al PIB. En términos cuantitativos, el África subsahariana está 607 posiciones IDH por debajo de su posición PIB. No hay ningún otro resultado continental cercano a éste, ni positivo ni negativo. Por ejemplo, el IDH de Oriente Medio está 57 posiciones por debajo de su homónimo en PIB, lo que sugiere que los niveles de PIB sobreestiman ligeramente el desarrollo humano en esta zona 9. Esto es especialmente preocupante en el África sub-sahariana, ya que generalmente se supone que la tenencia de más recursos humanos, como la educación y la salud, que los puramente económicos puede ser la base del avance económico. Los recursos del África sub-sahariana en lo que se refiere a salud y educación son realmente exiguos, lo cual es una fuente de problemas para el avance socio-económico a largo plazo. Las mayores tasas de crecimiento del África sub-sahariana registradas en los últimos años del nuevo milenio probablemente van a esconder los límites de carácter humano a su crecimiento a largo plazo. Esta zona del mundo no solo necesita solventar sus graves problemas de la epidemia del SIDA, que está minando el continente, sino también sus problemas de infraestructuras, de gobierno, de sequías e inundaciones, que continúan asolando la zona.

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8) Para profundizar en esta cuestión, especialmente en relación al SIDA y al VIH, véase O’Hara (2008), quien estudia los aspectos circulares y acumulativos de este problema, particularmente para el África subssahariana. 9) El Índice de Desarrollo relativo al sexo (GDI), vincula las variables del IDH al sexo (mujeres y varones). Por tanto, se puede tener un IDH-GDI diferencial. Las naciones con diferencial negativo en este sentido (favoreciendo a los varones) incluyen, por ejemplo, a Omán (-10), Arabia Saudita (-10), Japón (-5), Pakistán (-4) y Toga (-4); se dan diferenciales positivos (a favor del colectivo femenino) en Kenia (+5), Sri Lanka (+4) y Balarus (+3). (Véase UNDP 2006, pp. 363-366, 396-397).

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

Especialmente problemática en términos de diferencias PIB-IDH es la situación de Guinea Ecuatorial (con un diferencial de -90), Botswana (-73), Sudáfrica (-66), Namibia y Swazilandia (ambas -50), Gabón (-43) y Chad (-39); Lesotha (-26), Gambia (-19), Zimbabwe (-18) y Burkina (-17) muestran menores diferencias, estando situadas en un nivel más bajo de la escalera de IDH y por tanto teniendo una menor capacidad social. Por otra parte, en tres áreas los niveles de PIB infraestiman su nivel de desarrollo humano. El colapso del Este de Europa y por tanto su moderada expansión del PIB infraestima sustancialmente su desarrollo humano (314 posiciones- país). Tajikistan (+34), Moldova (+33) y Uzbekistan (+32) tienen bajos IDHs pero mucho menores indicadores de PIB, lo que sugiere un considerable potencial social, por encima de sus resultados económicos; Albania (+26), Georgia (+23), Azerbaijan y Belarus (ambos +12) tienen un mucho mejor IDH pero menores diferencias entre las posiciones IDH y PIB. Los muy modestos niveles y tasas de avance del PIB de América Latina infraestiman ligeramente su desarrollo humano (190 posiciones-país). Sudamérica normalmente tiene más recursos humanos (IDH) que rendimiento económico (indicador basado en el PIB). Éste es, especialmente, el caso de Uruguay (+19), Chile (+18), Venezuela (+17), Perú (+12) y Argentina (+10). Las cifras relativas al PIB en Asia infraestiman un poco su potencial humano (78 posiciones-país); especialmente en Filipinas (+19), Sri Lanka (+13), Vietnam (+12) y Japón (+11). Y los niveles de PIB occidentales son indicativos, en media, se su nivel de desarrollo humano. En consecuencia, el análisis del IDH y del PIB-IDH proporciona una considerable especificidad tanto al desarrollo global como a la desigualdad global, al complementar los niveles de renta con indicadores de salud y educación.

5.- Desigual distribución global del capital social. Hasta ahora se han examinado los indicadores de crecimiento e inversión, comparados con los índices de desarrollo humano, prestando una especial atención a sus ramificaciones nacionales,

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zonales y globales. En lo que sigue, se investiga el impacto de la economía social y del medio ambiente en el desarrollo de la dinámica de la desigualdad. Los avances académicos más relevantes se han hecho en relación al papel de la confianza, las redes y socialidad a la hora de expandir la disponibilidad de servicios así como de fomentar la inversión y el crecimiento. Avances similares han surgido del medio ambiente natural a la hora de proporcionar un flujo continuo de recursos, alimentos y materiales para la población humana; incluyendo también otras especies en la evaluación del crecimiento y desarrollo global. Un indicador importante del capital social es el nivel de confianza en una comunidad 10. La investigación ha mostrado que la confianza social puede tener importantes ramificaciones tanto para la provisión de servicios ajenos al mercado como para estimular las redes corporativas. La confianza social permite a la gente obtener más fácilmente los servicios derivados de la amistad, la comunidad, la comprensión, la comunicación y el asesoramiento. Facilita bienes ajenos al mercado como el trabajo, la alimentación, el vestido y calzado y los regalos. Además, una mayor confianza social puede impulsar los objetivos corporativos y empresariales, como la inversión, las redes y los vínculos comerciales (Helliwell 2000, Zak y Knack 2001). La investigación en esta cuestión, más que en cualquier otro aspecto del capital social, demuestra su característica de aspecto fundamental en relación a la capacidad de los individuos a la hora de organizar muchos aspectos de su vida. Las World Values Surveys han estado proporcionando en los veinticinco últimos años valores para alrededor de 60 países del mundo. De estos estudios han salido cuatro oleadas de encuestas: 1981, 1990, 1995 y 2000. Una de las preguntas alude a si “se puede confiar en la mayoría de la gente”, en contraposición a “no se puede ser tan prudente” (en relación a la gente) o “No sabe”. Los resultados para algunos países importantes de los principales continentes se muestran en el Cuadro 9.

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10) El concepto de capital social ha surgido en los últimos 30 años como un concepto clave para la economía, los estudios relativos al desarrollo, la ciencia social y la empresa. En términos generales, hace referencia a un proceso por medio del cual la interacción entre la gente lleva a una mejor comunicación y, por tanto, al flujo de servicios de utilidad, a menudo fuera de los mercados establecidos (véase O’Hara, 2007). Un aspecto crucial del capital social es la confianza. Algunos de los artículos seminales en la literatura sobre la cuestión pueden verse en Ostrom et al (2003).

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

Cuadro 9 Niveles de confianza. Áreas y países, 1981, 1990, 1995, 2000. Continentes y Áreas

Este/Centro Europa

América Latina

África sub-sahariana Neoliberal

Europa Occidental

Asia

Norte de Europa

Fuente: Adaptado de EVSG & WVSA (2006)

Países

1981

1990

1995

2000

Cambio

Polonia Rusia Hungría República Checa Brasil México Argentina Chile Sudáfrica Nigeria Reino Unido Australia Estados Unidos Portugal Francia España Alemania Italia Corea China Japón India Noruega Suecia Dinamarca Holanda

n.d. n.d. 33,1 n.d. n.d. n.d. 27,0

20,7 37,5 24,6 30,2 6,6 33,5 23,3 22,1 28,3 21,7 43,6 n.d. 51,7 20,7 22,8 33,7 37,8 32,8 34,2 60,3 41,7 35,4 60,7 66,1 55,5 50,3

n.d. 23,9 n.d. n.d. n.d. 31,2 17,5 21,4 18,2 16,4 31,0 39,9 35,6 n.d. n.d. 28,7 41,8 n.d. 30,3 52,3 46,0 37,9 64,8 59,7 n.d. n.d.

9,8 23,7 21,8 23,9 2,8 21,3 15,4 22,2 11,8 25,3 29,8 n.d. 35,8 9,8 22,2 32,7 32,9 31,8 27,3 54,5 43,1 41,0 n.d. 66,3 64,1 59,4

-52,7 % -36,3 % -34,1 % -20,1 % -57,6 % -35,8 % -33,9 % 0,0 % -58,5 % +16,6 % -32,1 % -16,5 % -11,6 % -52,7 % -7,5 % +1,6 % +7,2 % +29,8 % -28,2 % -9,6 % +5,6 % +15,8 % +16,8 % +16,9 % +39,7 % +55,9 %

11

n.d. n.d 43,9 47,8 40,5 n.d. 24,0 32,2 30,7 24,5 38,0 n.d. 40,8 n.d. 55,5 56,7 45,9 38,1

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Muchos de estos resultados son alarmantes y modifican las conclusiones que se obtuvieron de las cifras relativas al PIB y al IDH. En primer lugar, de la comparación basada en el PIB y el IDH resultó que Europa del Este y América Latina estaban mejor en desarrollo humano que en PIB. Los indicadores de confianza ponen claramente de manifiesto que las bajas cifras de PIB son un mejor reflejo o incluso una sobreestimación, de los niveles de desarrollo. Los cambios económicos y sociales que han ocurrido en los últimos 11) Las World Values Surveys y las European Values Surveys son un análisis de valores y normas relativas a muchas cuestiones de interés que cubren 60 países y el 80% de la población mundial. Incluye una red de estudiosos que entrevistan a los miembros de cada comunidad, principalmente a los hogares, y aplican métodos de investigación científica social a cuatro oleadas: 1981-83, 1990-93, 1995-97 y 1999-2002. Se ha llevado a cabo una quinta oleada para 2005-06, pero todavía no está disponible, con el detalle necesario para el análisis científico.

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veinte años en Centro Europa y Europa del Este han llevado a un descenso ciertamente sustancial en los niveles de confianza en la comunidad. Éstos son del orden del 30% en Rusia, del 53% en Polonia, del 34% en Hungría y del 20% en la República Checa. La destrucción de ciertas instituciones estatales y sociales a favor de las relaciones de mercado y de formas de comunicación de carácter más anónimo han tenido como consecuencia un cambio significativo en el estilo de vida de la mayoría de la gente. Ello ha reducido el nivel de confianza social y ha llevado a la sustitución de bienes y servicios de mercado por bienes y servicios de no mercado. Es probable que las mayores tasas de crecimiento registradas tras las masivas caídas de los noventa hayan evaluado adecuadamente los bienes y servicios disponibles para la comunidad y que la capacidad de no-mercado sea bastante baja. Esto indica que las mayores tasas de crecimiento del PIB per cápita obtenidas recientemente no pueden continuar por mucho tiempo ya que el superávit de capacidades sociales no es grande. Sudamérica también sufrió descensos masivos en confianza hacia niveles muy bajos, o en el caso de Brasil desde niveles muy bajos a niveles prácticamente nulos. Dichos descensos son del orden del 58% en Brasil, del 36% en México y del 34% en Argentina, indicativos de que en Sudamérica el bajo crecimiento del PIB puede ser un mejor reflejo de su potencial que el IDH en muchos de los países del área. Algunos países, el más notable es Chile, no siguen esta tendencia; de hecho, Chile es probablemente el país más avanzado de Sudamérica. En general, Sudamérica ha tenido dificultades en materia de PIB (y de inversión) y capital social que inhibirán su progreso a largo plazo. Problemas similares han surgido en las principales naciones neoliberales, como el Reino Unido (-32%), los Estados Unidos (-17%) y Australia (-12%) donde la confianza ha caído significativamente en las últimas décadas 12. Esto indica que la moderada expansión reciente del PIB a través de las relaciones de mercado refleja de forma adecuada el potencial social, y que los recursos sociales son relativamente limitados más allá del mercado. El mercado, las relaciones corporativas y las relaciones laborales se han expandido 180

12) Para más detalles sobre los niveles de confianza y otras formas de capital social en Estados Unidos véase O’Hara (2006, cap. 9).

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

notablemente en las tres últimas décadas, mientras que las relaciones familiares y comunitarias han retrocedido. Como se desprende de la parte alta de los cuadros relativos al PIB y al IDH, estos países tienen mucho menos potencial a la hora de ampliar sus dimensiones sociales, como su capacidad de confiar unos en otros. El otro resultado importante que se desprende de los indicadores de capital social está relacionado con las tendencias escandinavas. Los resultados derivados del análisis del PIB y del IDH muestran que Escandinavia (y parte del Norte de Europa) está a la cabeza, o muy próxima a ella, en lo que se refiere a desarrollo humano y niveles de avance material/de mercado. Las cifras de confianza indican que también esta área también avanzó en materia de capital social. Los principales incrementos tuvieron lugar en Holanda (56%), Dinamarca (40%), Suecia (17%) y Noruega (17%), en el periodo 1981-2000. Esta circunstancia refuerza los resultados derivados del IDH al mostrar que estos países están al frente del desarrollo social. El éxito de la vía democrática social de avance tanto en los objetivos individuales como sociales, en la medida en la que continúa, debería tomarse como una lección de política y un estilo de vida para el resto del mundo. Finalmente, los exitosos resultados en PIB y en IDH para gran parte del Occidente europeo continental y Asia posiblemente no se extienden a las dimensiones de progreso social-confianza. Europa occidental no vio cambiar mucho los niveles de confianza en España, Alemania y Francia, teniendo lugar el mayor incremento en Italia (30%) y el descenso más pronunciado en Portugal (53%). Igualmente, Japón y China no experimentaron cambios importantes en los niveles de confianza, pero tuvo lugar un significativo aumento de los mismos en India (16%) y una importante caída en Corea del Sur (28%). No parecen derivarse más conclusiones de relevancia para estas áreas a la luz de los indicadores expuestos. Por lo que se refiere al África sub-sahariana, los resultados son escasos y variables, con el mayor descenso en Sudáfrica (-59%) y un significativo incremento en Nigeria (1%7). Aunque para Sudáfrica otros resultados adicionales incidirían más en la dirección negativa (los relativos al SIDA, la guerra, la sequía, el hambre y los trastornos sociales, de los indicadores aquí utilizados no se puede aludir a dichas posibilidades. No obstante,

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probablemente los niveles de confianza no penetran bien en el caso del África sub-sahariana. En general, excepto para los países escandinavos y otros aislados como Italia e India, donde se han registrado los principales incrementos de confianza, necesariamente se debe ser escéptico en relación a las posibilidades de expansión del capital social a la mayoría de las restantes naciones y continentes en el futuro inmediato. Los cambios institucionales y de gobernanza, que aumentan las relaciones de mercado mientras ignoran los trastornos sociales que a menudo resultan de dichos cambios, necesitan ser reconsiderados. Si hay que aprender una lección de la revolución del capital social, ésta es que la confianza y la socialidad son necesarias para el progreso socioeconómico. No sólo se necesita progresar en la medición estadística de tal progreso sino también en el desarrollo de políticas estatales y empresariales que sitúen esta cuestión en el centro del escenario.

6.- Capital ecológico y sostenibilidad. La última dimensión del desarrollo desigual y la desigualdad global está relacionada con el capital ecológico 13. ¿Qué sugieren los indicadores de biocapacidad y destrucción ecológica acerca de cómo reinterpretar las tendencias en desarrollo y desigualdad global? El año 2007 será visto en el futuro como un punto de referencia histórico en el que los principales partidos finalmente se pusieron de acuerdo en los problemas presentes y emergentes relacionados con el calentamiento global y la extinción de especies. Este hecho ha sido el resultado del avance en las ciencias medio ambientales, incluyendo el desarrollo de buenas estimaciones del retroceso del stock de capital ecológico y las maneras de medir su probable impacto en el cambio climático en el mundo.

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13) Los conceptos de capital ecológico y sostenibilidad han sido desarrollados con cierto detalle en los últimos veinte o treinta años. Mucho ha sido el trabajo que se ha realizado, por ejemplo, en las páginas de la revista Ecological Economics, para hacer avanzar el estado y la medición de estos conceptos. Por ejemplo, entre algunos artículos clave que analizan la biodiversidad y el calentamiento global, respectivamente, pueden verse Eppink et al (2007) y Kahn et al (2006).

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

El surgimiento de conceptos duraderos y estimaciones de calidad ha contribuido a incluir las cuestiones ecológicas en las estructuras y procesos institucionales de toma de decisiones. Por ejemplo, ahora se reconoce que las actividades económicas tienden a ser no productivas en el sentido de que generan desorden y destruyen el capital ecológico. La energía negentrópica procedente del sol genera el potencial para la actividad económica ya que contribuye al desarrollo de la flora y la fauna. La actividad económica contribuye a la merma entrópica de esta energía al destruir las especies y el hábitat (Gallaway 2001). Por tanto, los costes de oportunidad del PIB, el consumo, la inversión empresarial e incluso el IDH han sido enormes. Los supuestos económicos de débil sostenibilidad mantienen que se puede intercambiar el nivel de decrecimiento de especies y hábitat por más maquinaria, equipamiento y consumo sin impacto a largo plazo. Recientes estudios han mostrado que ello es un error, ya que históricamente los costes del crecimiento económico y el consumo ostentoso no han sido moderados, lo que puede llevar a un mayor calentamiento global en el futuro. Es necesario investigar los cambios en el stock de capital ecológico y cómo influyen en el proceso de desarrollo desigual y en la desigualdad. El Índice de Vida Planetario (IVP), por ejemplo, proporciona estimaciones de la diversidad biológica de la Tierra 14. Intenta medir poblaciones de 1.313 especies vertebradas a modo de

Cuadro 10 Índice de Vida Planetario (IVP) y sus componentes (IVPT, IVPM, IVPF), 1970-2003. 1970=1.000. 1970 1980 1990 2000 2003 1970-2003 %∆

LPI

TLPI

MLPI

FLPI

1.000 987 885 730 712

1.000 967 812 715 690

1.000 947 885 736 730

1.000 1.070 952 653 720

-29 %

-31 %

-27 %

-28 %

Fuente: Adaptado de WWF (2006, pp. 2, 4).

14) El Índice de Vida Planetario está basado en el análisis de 3.600 poblaciones de más de 1.300 especies vertebradas de todo el mundo, de las cuales 695 son terrestres, 274 marinas y 344 de agua dulce. La información procede de diversas fuentes: revistas científicas, literatura de las ONGs e Internet. Las plantas y los invertebrados fueron excluidos debido a la falta de datos (WWF/GFN/ZSL 2006.) Pueden verse más detalles en Loh et al (2006).

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aproximación a la biodiversidad. Presta especial atención a tres clases de vertebrados, de diferentes medios: especies terrestres, marinas y de agua dulce. El Cuadro 10 proporciona estimaciones para estas especies para varios años del periodo 1970-2003. Las estimaciones anteriores muestran claramente que desde 1970 el número global de especies vertebradas en la Tierra ha descendido casi un 30%. En el caso de las especies terrestres, marinas y de agua dulce el descenso, en términos relativos, ha sido similar. Gran parte de este descenso ha sido consecuencia de la destrucción del hábitat, durante el periodo 1950-1970 en climas templados y desde 1970 en climas tropicales. La desaparición de bosques tropicales entre 1970 y 2003 (especialmente praderas y bosques) dobló la media de las especies terrestres. Los bosques tropicales del Sureste de Asia fueron los que experimentaron una desaparición más rápida entre los setenta y la década actual (casi exclusivamente para tierras de cultivo más que para pastos o industria). El índice marino varía de forma notable según el área, con los océanos de Sur mostrando la caída más notoria, el doble de la caída media (en los océanos Ártico/Atlántico se registra un incremento del índice). En el período 1970-2003 se observan retrocesos muy importantes en el número de poblaciones en los océanos Índico y del sureste asiático, así como en los del Sur, consecuencia de la reducción de poblaciones de bacalao y atún. Entre 1990 y 2000 se estimó una destrucción de la tercera parte del área total de mangles, afectando fuertemente al stock de pescado destinado al comercio. Ello representa la mitad de los mangles de Sudamérica y la tercera parte de los de Asia (WWF/GFN/ZSL 2006, pp. 8).

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Las poblaciones de agua dulce han retrocedido algo menos de un tercio como consecuencia de la destrucción del hábitat, el exceso de pesca, el riego, la polución, las especies invasoras y a los trastornos en el flujo. La mayor destrucción y fragmentación se observa en Europa, seguida de Centro América y Norte América, y de Asia. El mayor impacto ha tenido lugar en los bosques mediterráneos, zonas arboladas y de matorral. En las áreas en desarrollo/subdesarrolladas la agricultura fue la causa principal de este trastorno, pero en los países desarrollados el principal culpable fue la industria.

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

Cuadro 11 Capacidad biológica, huella biológica y superávit/déficit ecológico, 1961-2003. Por áreas. Hectáreas per cápita. Mundo Estados Unidos UE-25 Asia-Pacífico< Capacidad-Huella Capacidad-Huella Capacidad-Huella Capacidad-Huella =Sup/Déf =Sup/Déf =Sup/Déf =Sup/Déf

África Capacidad-Huella =Sup/Déf

Capa- Hue- Sup/ Capa- Hue- Sup/ Capa- Hue- Sup/ Capa- Hue- Sup/ Capa- Hue- Sup/ cidad lla Déf cidad lla Déf cidad lla Déf cidad lla Déf cidad lla Déf

1961 1970 1980 1990 2003

3,12 2,81 2,46 2,08 1,85

1,61 2,13 2,24 2,36 2,27

+1,51 +0,78 +0,22 -0,28 -0,42b

7,72 6,90 6,14 5,40 4,77

5,38 7,92 8,34 8,71 9,75

+2,34 -1,02 -2,20 -3,31 -4,98

2,60 2,38 2,37 2,24 2,22

2,83 3,97 4,59 4,76 4,91

-0,23 -1,59 -2,22 -2,52 -2,69 b

100 77 +23 3,45 1,15 +2,30 100 96 +4 2,67 1,20 +1,47 100 118 -18 2,28 1,21 +1,07 100 145 -45 1,60 1,13 +0,47 100 171 -71Q 1,28 1,10 +0,18

Fuente: Adaptado de GFN (2006), WWF/GFN (2005a,b), WWF/GFP/ZSL (2006). Q 2000 b 2001 < los datos de Asia-Pacifico utilizan índices de capacidad y huella con “Capacidad biológica”=100.

Es necesario estudiar el grado relativo de destrucción ecológica del mundo, así como de sus principales áreas. Y en este sentido, las medidas de “capacidad biológica” y “huella ecológica” permiten la evaluación del “déficit o superávit ecológico”. El Cuadro 11 presenta estos datos con cierto detalle. La capacidad biológica es el número de hectáreas que un área tiene que tener para acoger la oferta de especies biológicamente productivas que alberga; incluyendo la producción de materiales biológicamente útiles y para utilizar la basura generada por el hombre. Se suele expresar en términos de población humana (per cápita) del área. La huella ecológica es el número de hectáreas de tierra y agua que un área utiliza para generar los recursos que demanda su población humana y para absorber los desperdicios de ésta. Igual que la anterior, se suele expresar en términos per cápita. El balance es la diferencia entre capacidad y huella 15. Las estimaciones permiten un buen resumen del estado ecológico del mundo en relación a las probables actividades humanas futuras. Durante los ochenta el mundo, considerado como un todo, pasó del superávit al déficit. Por tanto, los últimos 20 años han constituido una fase crítica en la historia del planeta Tierra en el 15) Más concretamente, la biocapacidad es el número de hectáreas (per cápita) necesario para un área (nacional, el mundo) para reproducir sus recursos biológicamente productivos. La huella ecológica estima el total del área (normalmente hectáreas per cápita) que se utilizan para proporcionar alimentación, fibra y madera para la población de un área (por ejemplo, país, mundo).La diferencia entre ambas es el superávit o déficit en términos de hectáreas per cápita (GFN 2006, p. 6.) Para más detalles véanse Wackernagel et al (2005) y Kitzes (2007).

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sentido de que empieza a quedarse sin recursos. Esta circunstancia representa un severo límite al progreso material futuro, especialmente a través del calentamiento global, indicando la necesidad de restricciones en la población humana, el uso inteligente de la tecnología y los recursos y la protección de los stocks (críticos) de capital ecológico. Los continentes y las áreas pueden evaluarse de forma muy diversa en cuanto al estado de su capacidad, huella y déficit/superávit ecológicos. Por ejemplo, de acuerdo con la información disponible, la mayor caída en capacidad per cápita e incremento en huella tiene lugar en Estados Unidos, que ha mantenido un periodo históricamente relativamente corto de asentamiento generalizado de población humana. Esto ayuda a explicar su relativamente alto nivel de capacidad biológica per cápita en comparación con la UE y África. Son necesarios importantes cambios en el estilo de vida americano para reducir la mayor huella ecológica per cápita del mundo. Los procesos industriales despilfarradores y el estilo de vida consumista de Estados Unidos necesitarán una seria transformación en aras de la supervivencia de otros animales y plantas y de que la población humana no se vea afectada en el medio-largo plazo.

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Una historia similar puede contarse para Europa, donde la huella duplica, igualmente, la capacidad. La densidad poblacional, el exceso consumista y el derroche de residuos han sido, históricamente, parte del estilo de vida europeo. Mientras que en los Estados Unidos el desplazamiento al déficit tuvo lugar en los setenta, en Europa esta circunstancia se dio a finales de los 50. Los mayores déficit se dan en Holanda (-4,0), Grecia (-3,9) y Bélgica/Luxemburgo (-3,7), mientras que únicamente existe superávit en Finlandia (+5,4), Suecia (+2,7) y Letonia (+2,1). Por tanto, el declive relativo en el crecimiento del PIB característico del núcleo europeo resulta agravado por el fuerte incremento en el déficit ecológico. Esto hará decrecer la polución y la destrucción del hábitat que depende de la tecnología inteligente y el exceso consumista. Por otra parte, el elevado IDH relativo y los niveles de capital social de ciertas naciones de Escandinavia y del norte de Europa parecen haberse reforzado debido a su mejor rendimiento en materia de sostenibilidad ecológica.

DESARROLLO DESIGUAL, DESIGUALDAD GLOBAL Y SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA: TENDENCIAS Y PATRONES RECIENTES

La ola larga al alza asiática está exacerbando la destrucción ecológica ya que su superávit ecológico pasó a déficit durante los setenta y crece a niveles extremadamente bajos durante la década actual. La mayor huella ecológica, en relación a la población, se da en China e India, donde el avance de la polución medio ambiental y de la destrucción del hábitat presenta niveles peligrosos. La tarea de reducción de su huella va a ser dura, pues tienen un nivel relativamente bajo de experiencia tecnológica y desarrollo en comparación con Occidente. La profundidad de la misma también tiene un impacto negativo en su calidad de vida y potencial de recursos en el futuro. Es la principal limitación a su progresión económica y a la continuación de su onda larga al alza en los próximos años. La situación ecológica de África es única. El superávit actual enmascara una serie de problemas profundamente arraigados relativos al progreso futuro y a la sostenibilidad. Aunque su huella es la más baja del mundo, también tiene, de lejos, la mayor capacidad biológica. Esta circunstancia plantea importantes problemas relativos al intento de mejorar la situación socio-económica mediante el uso de recursos. Los bajos niveles de PIB actuales e incluso los bajos niveles de IDH se agravan por los niveles extremadamente bajos de recursos ecológicos. Existen diferencias en el área: Mozambique, Ghana, Mali y Madagascar tienen un gran superávit ecológico, y Egipto y Algeria un gran déficit; pero la grave situación, especialmente de reducida biocapacidad, inhibirá el desarrollo en el futuro inmediato. Las mejoras potenciales en lo material, la calidad de vida y el crecimiento sostenido del enorme continente africano están limitadas en todas las esferas. En términos de desarrollo desigual y desigualdad global, África está sometida a restricciones y al subdesarrollo en lo que a recursos económicos, humanos, sociales y medio ambientales se refiere.

7.- Conclusiones. Las conclusiones que se derivan de este artículo hacen referencia a que las recientes tendencias en el desarrollo desigual muestran la dominancia de una onda larga a la baja para las principales economías, así como para la mayoría de países en vías de

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desarrollo o subdesarrollados. La renta mundial ha sido baja en las últimas décadas debido a un incremento de la incertidumbre global, a la falta de demanda y a la insuficiencia de mercados. El crecimiento ha sido un poco más elevado (aunque todavía débil) en las economías capitalistas avanzadas que en las áreas subdesarrolladas o en vías de desarrollo. Es por ello que ha aumentado la desigualdad entre países y especialmente entre continentes. La introducción de China modifica esta conclusión, incrementando el estándar de vida material del segundo grupo más pobre de población mundial. El crecimiento de la desigualdad global viene, por tanto, matizado por el reconocimiento de la mejora del estándar de vida relativo de los países menos pobres de Asia. En las décadas futuras estos países probablemente van a desplazarse al segundo escalón y finalmente al escalón más alto en lo que a nivel de renta se refiere. Cuando esto ocurra, la desigualdad global probablemente volverá a aumentar, a menos que el avance material de África, América Latina y el Este de Europa presione al alza en las próximas dos o tres décadas. Hay muchos países en el mundo que tienen una posición más elevada en la escalera mundial del éxito en materia de IDH que en su homónima de PIB. Las grandes cifras positivas para posiciones PIBposiciones IDH son la característica de gran parte del Este de Europa y, en menor medida, de América Latina, y sobre todo de Asia. Por tanto, el Este de Europa y América Latina tienen un mucho mayor nivel de desarrollo humano que el que indica su nivel de PIB. Naciones como Cuba también han alcanzado esta posición, con niveles elevados de salud, educación y longevidad. Los que están en la cúspide de los niveles de PIB, como los de la mayoría de Occidente, en conjunto tienen una posición PIB similar a su posición IDH.

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La gran tragedia es que los países del África sub-sahariana suelen tener una enorme divergencia entre sus posiciones PIB e IDH, ya que sus bajas posiciones PIB se ven agravadas por pésimas posiciones IDH. Esta situación es debida al SIDA, a los conflictos, a las inundaciones y sequías que han socavado la energía de todo un continente. Esto es, de hecho, una parodia ya que el IDH revela un una desigualdad global y un desarrollo desigual mayor que los niveles de PIB. Los países del Oriente Medio tienen posiciones PIB

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relativamente bajas pero posiciones IDH aún más bajas. Sin embargo, comparado con la situación del África sub-sahariana esta situación está lejos de constituir un problema. Cuando el capital social entra en escena aparecen nuevas y muy interesantes conclusiones. La principal es que mientras que los países escandinavos tienden a liderar el pelotón del IDH, con posiciones PIB e IDH relativamente similares, en niveles de confianza están bien por encima del resto del mundo; muchos muy por encima de la mayoría de las naciones neoliberales notablemente avanzadas, como el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, junto con Francia, Alemania y Austria, en términos de arraigamiento social. En general, en las tres categorías de PIB, IDH y capital social, Escandinavia está por encima de cualquier otra área o país en materia de rendimiento y desarrollo socio-económico. La otra tendencia importante es que América Latina, el Este de Europa y las economías neoliberales avanzadas han sido testigos de importantes y sustanciales retrocesos en materia de confianza. América Latina y el Este de Europa tienen un IDH por encima del indicador de PIB, pero en sus países parece faltar o estar retrocediendo rápidamente el capital social. En general, su tejido social se está degenerando y su posición económica es precaria y volátil. El capitalismo neoliberal también tiende a tener una posición económica y social débil, ya que la economía entra en declive debido a la falta de presión de la demanda y los mercados y el sistema social está fragmentado debido a lo inadecuado de las redes de apoyo social. Finalmente, el Índice de Vida Planetario está agonizando lentamente, ya que las poblaciones de especies terrestres, marinas y de agua dulce han descendido, globalmente, alrededor de un 30% en los últimos 30-35 años. Los hábitat están siendo destruidos, por la expansión de la agricultura en la periferia, por los desarrollos industriales en la semi-periferia y por un consumo que lleva a elevados niveles de residuos en los principales países. El calentamiento global se está extendiendo y son necesarios importantes cambios para prevenir un serio impacto en el medio ambiente, en la sociedad y en la economía en los próximos 40 años. Estados Unidos y Europa están liderando el mundo en cuanto a destrucción de poblaciones de fauna y flora mientras que el consumo humano resulta insaciable. Su estilo de vida adicto a los

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excesos en el lujo y a la avaricia personal está destruyendo el planeta, ya que la huella de la humanidad inhibe la capacidad biológica y las formas de vida. Los países en desarrollo de Asia parecen estar siguiendo el ejemplo de Occidente, en la medida en que su cada vez mayor espíritu consumista e industrialización destruye los cimientos de la diversidad de especies. África está por detrás de los demás en términos de huella de la humanidad pero está en peor posición en cuanto a niveles de capacidad biológica. Esta circunstancia significa un importante límite a la capacidad de África para expandir su tejido económico y social en el futuro y, por tanto, para contener la marea actual de creciente desigualdad entre el África sub-sahariana y el resto del mundo. En general, se podría decir que la desigualdad está aumentando y que probablemente continuará esta tendencia, ya que África no consigue alcanzar los recursos sociales y medio ambientales necesarios para solventar sus problemas socioeconómicos de una forma sostenida. Asia está contrarrestando parte de esta desigualdad con la expansión de los procesos económicos, siguiendo a Occidente en la destrucción de sus activos ecológicos, y tiene por delante importantes límites en su camino a la supremacía. América Latina y el Este de Europa han experimentado ajustes económicos de notable dificultad, pero es poco probable que su tejido social pueda mantener un progreso sostenido debido al deterioro en materia de confianza. Occidente está teniendo problemas económicos y sociales, debido a que el neoliberalismo y los mercados estrechan la reciprocidad y el arraigamiento. En general, los países escandinavos son los líderes del mundo en el establecimiento de instituciones económicas, humanas, sociales y medio ambientales que probablemente solucionarán los problemas de sostenibilidad en el largo plazo. Si otros países fueran capaces de aprender de ellos y adaptasen su estilo de gobernanza y progreso, cabría la posibilidad de ser un poco optimistas cara al futuro. La falta de uniformidad y la desigualad, junto con la no sostenibilidad, probablemente girarán a la baja, hablando en términos relativos, si otros países pueden aprender alguna de las lecciones de Escandinavia. Se trata de un punto de luz en un mundo, de otra manera, volátil e incierto. 190

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