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DESCARTES. 1.LA CUESTIà N DEL Mà TODO. “Razonemos como razonan los geómetras”, la famosa sentencia platónica se convierte en la inspiradora del orden preciso que requiere toda razón que pretenda obtener la certeza esperada. De este modo la matemática aparece como la clave para realizar esa búsqueda, como modelo del método a seguir. El método es el arte de descubrir y de exponer, consiste en suponer que, cuando nos enfrentamos a un problema, éste está resuelto, y analizar paso a paso las consecuencias de esa solución. En este análisis se alcanzan los elementos más simples y evidentes, partes que deben ser intuidas por la razón, por la propia inteligencia. Una vez intuidas por la razón se realiza la sÃ−ntesis de dichas partes. La matemática manifiesta el poder creador y ordenador de la razón, lo que evidencia que el conocer es una certeza pero a la vez una intuición. AquÃ− se suceden varias facetas, tales como: -El esfuerzo por matematizar la experiencia; se pretenderá extender la matematización a terrenos como la fÃ−sica. Se coloca la matemática como el horizonte al que tiende todo lo racional, todo lo cientÃ−fico. -La matemática hace de un problema particular un problema general. De aquÃ− que puedan resolverse infinitud de casos similares. El carácter general de las matemáticas permite el paso de lo singular a lo infinito. -Lo importante del método matemático es ver a la matemática como el prototipo de la racionalidad, como el método del pensamiento racional. Para Descartes el método es su obsesión principal. Todo buen resultado dependerá del método empleado, pues no solo basta con ejercitar la razón, sino que hay que hacerlo correctamente. Como solo hay una razón, el método deberá ser también solo uno, válido para todos los hombres y para todas las ciencias. Descartes considera que solo existe una ciencia y que ésta es la sabidurÃ−a humana, y la razón es también una y siempre la misma aunque sea aplicada a objetos distintos. Aunque hablemos de varias ciencias, es solo por la diferencia de sus objetos, diferencia que no debe implicar el uso de métodos de investigación distintos. La tradición Aristotélico-Tomista consideraba, por el contrario, que cada ciencia debe emplear diferentes métodos en función de los distintos objetos que cada una estudia; Descartes afirma que solo hay una ciencia y un método. AsÃ−, trata de buscar una sólida construcción filosófica evitando la incertidumbre y el error; él mismo afirma que “es la búsqueda del orden y la disposición de las cosas hacia las cuales es necesario volver el espÃ−ritu para poder descubrir alguna verdad” Descartes definió el método como “el conjunto de reglas ciertas y fáciles, las cuales, el que las observe nunca admitirá lo falso como verdadero, y sin malgastar inútilmente su ciencia llegará al conocimiento de todas las cosas de que es capaz” El método entendido como conjunto de reglas a seguir para llegar a la verdad supone un orden, no el orden de las cosas, sino el orden de mi pensamiento de las cosas. 2.DUDA CARTESIANA. La historia de la filosofÃ−a es una sucesión inacabada de opiniones que después son refutadas una y otra vez por otro filósofos. Por ésta razón, Descartes quiso emprender con firmeza y seguridad la 1
construcción de una nueva filosofÃ−a que tenga perdurabilidad y certeza, para lo que se propuso eliminar las posibles fuentes de error con una solución tÃ−picamente moderna; la reclusión en el ámbito de la razón totalmente ajeno a la realidad. Esta reclusión nos permite no caer en el error, pero también hace casi imposible la posterior recuperación de la realidad exterior. La duda cartesiana tiene las siguientes caracterÃ−sticas básicas: -Es metódica, es decir, Descartes la emplea para superar el escepticismo u encontrar una proposición que resista cualquier duda imaginable. -Es universal, ya que pone en cuestión todos los conocimientos, tanto los de sentido común como los que se originan a partir de la ciencia, incluida la matemática. El único tipo de creencias que Descartes no cuestiona es el de las verdades religiosas. -Es exagerada, radical. Descartes duda de aquello que tras un análisis y estudio comprueba que es falso, pero también de aquello sobre lo que pueda caber una mÃ−nima duda, aunque no pueda demostrar que es falso él lo considera como si asÃ− fuese. -Es teórica, no práctica, no podemos extenderla a la vida práctica, a la conducta. En la vida práctica es inevitable seguir opiniones que no son del todo probables. -La duda no descubre verdades nuevas en las que no creyeses al principio, sino que hace evidentes esas verdades. Antes de la duda, crees in tener propiamente conocimiento, en algunos casos por tradición, en otros por intuición…, después de la duda ganas evidencia. -La duda es como una historia, tiene un comienzo, una serie de etapas y un final; de tal manera que lo que vale al principio no vale ni en el medio ni en el final. -La duda no se aplica a todas las creencias tomadas de una en una, se aplica a los fundamentos de las creencias. La duda metódica tiene tres pasos fundamentales, en primer lugar hay que dudar de los sentidos, ya que estos nos han engañado en varias ocasiones; en segundo lugar hay que dudar de la realidad, ya que el sueño no se distingue de la vigilia; en tercer lugar hay que dudar de la razón, ya que al razonar a veces nos equivocamos. Descartes cuestiona todos los ejercicios de la razón al decir que quizás Dios nos haya hecho de tal manera que nos engañemos siempre. Esta es la hipótesis del genio maligno. AquÃ− Descartes no sabe aun si existe Dios, solo supone la existencia de un ser omnipotente que podrÃ−a estar engañándole, pudiendo ser o Dios o el genio maligno. La conclusión de la duda es que se puede dudar de todo, de los sentidos, de la razón, de la existencia de los cuerpos incluido el propio, de las otras personas y de sus mentes, de la experiencia, del sentido común, de las ciencias…De lo único que no podemos dudar es de que estamos dudando. El genio maligno puede hacernos dudar de todo, pero no puede hacer que nos engañemos mientras pensamos que nos estamos engañando. De aquÃ− deducimos que si no existiésemos no podrÃ−amos ni siquiera dudar y llegamos a la primera verdad, a la certeza de nuestra existencia como cosa pensante. AsÃ− podemos decir que si dudamos es porque existimos, y dudar es función de pensar. De aquÃ− saca Descartes su principio “cogito, ergo sum”, “pienso, luego existo”, intuyo una conexión necesaria entre mi pensar y mi existir, un existir como algo pensante. AsÃ− vemos que la duda desemboca en una certeza, que es la realidad del pensamiento. El yo es una sustancia cuya esencia es pensar, es una res cogitans.
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Con esto se trata de distinguir el cuerpo del alma, el cogito señala que la mente es un ámbito privilegiado para la verdad ya que de los estados mentales no cabe duda alguna; es decir, las proposiciones que describen la vida psÃ−quica son incorregibles. Esta primera verdad ya habÃ−a sido anticipada por San AgustÃ−n con su “si fallor, sum”, “si me equivoco, existo” El cogito convierte en criterio de verdad y tomaremos como regla general que las cosas que concebimos más claras y más distintas son todas verdaderas. 3.COMPARACIONES 1.Aristóteles y Tomás de Aquino. Tanto Aristóteles como Santo Tomás, defendÃ−an que cada ciencia debÃ−a emplear distintos métodos de investigación en función de los diferentes objetos que cada una de ellas estudia, por el contrario, hemos observado anteriormente como Descartes afirma que únicamente existe una ciencia y un método, válido para todos los hombres y para todas las ciencias. Para Descartes, aunque hablemos de distintas ciencias, es solamente debido a la diferencia que hay entre sus objetos, lo cual no implica usar métodos de estudio distintos. 2.Platón. Con Platón podemos observar un paralelismo muy acentuado, al decir Descartes “la búsqueda del orden y la disposición de las cosas hacia las cuales es necesario volver el espÃ−ritu si se quiere descubrir alguna verdad”. Esto nos recuerda directamente al famoso mito de la caverna platónico, donde se proponÃ−a que el prisionero liberado debÃ−a “orientar la mirada hacia la luz (el sol) para conocer el mundo y dejar de vivir en la oscuridad” 3.David Hume. Descartes y David Hume coincidirán en que no se puede conocer o distinguir lo que es verdaderamente real; según Hume porque los sentidos nos engañan y según Descartes por la dificultad de distinguir las ideas claras y distintas de las que no lo son. Una gran diferencia es que Descartes emplea la metafÃ−sica como instrumento para llegar a un conocimiento seguro, mientras que Hume, al contrario, critica los conceptos metafÃ−sicos Dios mundo y alma, ya que dice que son ideas falsas porque no tenemos experiencia alguna de ellas. Otra diferencia importante es que Descartes cree que la existencia de un ser perfecto e infinito es necesaria, para que coloque en nosotros, seres imperfectos y finitos, las ideas de perfección e infinitud; entonces, Dios existe. Por su parte, Hume refuta este argumento diciendo que no tenemos impresión de dios, y una idea la que no le corresponde una impresión es falsa. Pero no debemos olvidar que la diferencia mas grande entre ambos pensadores es que Hume es empirista, mientras que Descartes es racionalista.
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