DIA DEL MUNDO RURAL 2009 EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

DIA DEL MUNDO RURAL 2009 “EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN” 1 DIA DEL MUNDO RURAL 2009 LEMA: EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN Estos materiales se compone

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DIA DEL MUNDO RURAL 2009

“EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN”

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DIA DEL MUNDO RURAL 2009

LEMA: EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN Estos materiales se componen de: - Cartel - Documento de reflexión y trabajo - Celebración de la Eucaristía. - Manifiesto - Presentación audiovisual Se puede encontrar en el Movimiento Rural Cristiano. Apartado de Correos nº 57. 26200 Haro. La Rioja. Teléfono: 941 41 70 67. Correo electrónico:[email protected] Internet: http://ruralescristianos.org/

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DIA MUNDO RURAL 2009

EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN Introducción Es el derecho de poder alimentarse por sus propios medios, con dignidad. Este derecho fue reconocido por primera vez en 1948, en la Declaración universal de los derechos humanos. “Cada persona tiene derecho a un nivel de vida suficiente para asegurar su salud, su bienestar y los de su familia, especialmente por la alimentación …” Art.25. Este derecho se concreta en 1966, en el Pacto relativo a los derechos económicos, sociales y culturales, ratificado por 157 países: “Es el derecho fundamental de cada persona estar protegido contra el hambre” Art.11. En 1999, en el Comité de derechos económicos, sociales y culturales en su Observación nº 12 indica la forma de entender este derecho a la alimentación y precisa la responsabilidad de cada Estado en tres obligaciones:  espetar: no cuestionar la situación de los que ya tienen acceso a la alimentación. R Proteger: no privar a ninguna persona del acceso a los recursos que aseguren la alimentación. Dar efecto: hacer todo para permitir que cada uno tenga acceso a una alimentación adecuada, sea por sus propios medios, sea por una ayuda alimentaría o financiera. Estas obligaciones no son una opción política que los Estados puedan seguir o no seguir. Aquellos Estados que han ratificado el Pacto tienen la obligación de transcribir el derecho a la alimentación en su legislación nacional. Pese a lo anterior, nos encontramos con una crisis alimentaría ha dejado sin comida a miles de personas en todo el mundo. Las últimas cifras dadas por la FAO (junio 2008) elevan a 862 millones el número de personas que padecen hambre en el mundo. A esta cifra hay que añadir los 2.000 millones de personas que padecen hambre oculta y los nuevos 100 millones de hambrientos que instituciones como el Banco Mundial calculan que esté generando la actual crisis de los precios de los alimentos. Expertos de la ONU han hablado de un “silencioso homicidio de masas” o un “tsunami silencioso”, porque, todavía hoy, el hambre es causa de muerte para 3,5 millones de niños al año. También en Europa para 74 millones de ciudadanos, que viven por debajo del umbral de la pobreza, la cesta de la compra resultará insostenible. La crisis ha afectado muy seriamente a unos sesenta países y, en cuarenta de ellos, ha provocado protestas y revueltas sociales significativas ante la carestía de alimentos. La actual crisis de alimentos no tiene nada de natural, es el resultado de las políticas neoliberales impuestas durante décadas por instituciones internacionales que ahora

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se agrava por una serie de factores. Comencemos por decir que en el mundo actual hay comida para todos. Sin embargo las tres cuartas partes de la población mundial corren el riesgo de pasar hambre, no porque haya escasez, sino debido a la distribución. Según Jacques Diouf, Director de la FAO, en el actual desarrollo, la producción agrícola podría alimentar sin problema a 12.000 millones de personas, es decir, el doble de la población actual. El problema radica en la distribución y en las posibilidades de acceso a dichos alimentos. Sorprende que el 70% de las personas que sufren el hambre y la malnutrición vivan en el mundo rural. Pero, como veremos, la aplicación de los principios neoliberales en el sector agrario, especialmente en los países en vías de desarrollo, es una de sus causas. El incremento de precios afecta a todos los alimentos básicos especialmente a los tres cultivos principales del planeta: arroz, maíz y trigo. Los precios del trigo han aumentado un 130% entre los meses de marzo 2007-2008. El precio del arroz ha aumentado casi un 17% en 2007 y otro 30% en marzo de 2008. El aumento también se registra en las verduras, frutas y aceites comestibles. Y en cadena siguen los demás. Aunque posteriormente los precios han bajado, este descenso, solo lo han notado los precios que cobran los agricultores pero no los precios del comercio Estamos hablando de un impacto mortal para casi la mitad de la humanidad, ya que, según datos oficiales, en el mundo alrededor de 3000 millones de personas sobreviven con dos dólares diarios, de los cuales el 80% se destina a la compra de alimentos. Para darnos una idea más clara: UNICEF, en su informe 2008, dice que “en el mundo entero mueren diariamente, como promedio, más de 26.000 niños menores de cinco años siendo la desnutrición la causa subyacente de hasta el 50%” de tales defunciones. 1.- ¿Cómo se ha llegado a la situación de crisis actual? Varias e interrelacionadas son las causas de la actual crisis alimentaria: 1.1.- Aumento de la demanda En los últimos años la producción de los alimentos básicos ha crecido menos que la demanda. Para hacer frente a este consumo se han utilizado una buena parte de las reservas que ahora se encuentran en sus mínimos. Esto es debido a unas políticas agrarias que:  an incentivado la reducción de la producción (como viene ocurriendo en la Coh munidad Europea); han impuesto, en los países en vías de desarrollo, la producción de cultivos para la exportación, desatendiendo las necesidades alimentarías internas (por ejemplo, Kenia se ha dedicado a producir flores). La producción para la exportación, impuesta por los organismos financieros in-

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ternacionales (el FMI exigía esta política en los años 90 a los países con Deuda), favorece la balanza comercial con el exterior, pudiendo pagar la Deuda externa, pero deja desabastecidos los mercados internos que se ven obligados a comprar en el exterior. Los productos manufacturados que llegan son más caros y endeudan todavía más a los pequeños productores. Veamos un ejemplo: Níger en 2005. Una de las naciones más pobres del mundo. Su Gobierno, bajo las presiones del capital internacional, había liberalizado el mercado de cereales. Comenzaron a llegar a Níger los grandes exportadores e importadores. Su llegada monopolizó el mercado, nacieron empresas agrarias que producen exclusivamente para la exportación, a expensas del mercado local. Las familias dedicaron sus escasos recursos a producir arroz para el mercado internacional. El país empezó a importar productos alimenticios y los precios subieron, mientras que los sueldos y el empleo no. Desaparecieron de la bolsa de la compra la leche, los huevos, el pollo o el pescado que aportan los nutrientes de origen animal esenciales para el normal desarrollo de los niños menores de dos años. En septiembre de 2005, tras una plaga de langosta y una fuerte sequía, se desató la crisis. Los nigerianos no tenían dinero suficiente para comprar los productos importados que llenaban las estanterías de los supermercados y comenzaron a morir de hambre; las clínicas se llenaron de madres con pequeños pacientes en la delgada línea entre la vida y la muerte. La alarma internacional hizo atracar las naves de ayuda en los puertos del río Níger, mientras otras naves, paradójicamente, zarpaban de ellos con productos para la exportación. La crisis se atribuyó a las langostas y a la sequía, pero no eran más que excusas: la producción agraria había descendido solamente un 7,5% respecto al año anterior. El verdadero problema era la desaparición de la agricultura local, que había hecho que el país dependiera de las importaciones. Este es un ejemplo de lo acaecido en la inmensa mayoría de los países periféricos a lo largo y ancho del planeta. Se han cambiado las reglas de juego y ha desaparecido la soberanía alimentaria de los pueblos: se ha abandonado la inversión en la producción autóctona y el apoyo a los/as campesinos/as y pequeños agricultores. 1.2.- La especulación financiera de los alimentos Para entender lo que está sucediendo hay que establecer una relación entre la reciente crisis del capitalismo financiero ocurrida en Estados Unidos y parte de la unión Europea, y el alza de los precios de los alimentos. La crisis sufrida por los grandes capitales financieros al estallar la bomba de los préstamos “subprime”, ha hecho que los capitales financieros buscasen inversiones seguras y con futuro en las bolsas agrícolas, y han invertido en alimentos. Se trata del mercado de los futures (o también commoditys), lo que significa invertir en productos básicos, como los alimentos, con precio de futuro ya fijado de antemano en el mercado internacional. Se han invertido miles de millones de euros en los futures de alimentos. Son compras y ventas en la bolsa de futuro, es decir, que uno compra algo que se va a producir en un futuro próximo (por ejemplo, en los próximos dos años) pero que todavía no existe. Parece surrealista pero la dimensión especulativa del capitalismo está alcanzando grados increíbles y muy peligrosos para todos.

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Muchos fondos de inversión se han desviado a los mencionados futures de alimentos en busca de una inversión segura y lucrativa. Compraron con la interposición y mediación de las grandes multinacionales de la alimentación las cosechas futuras de trigo, arroz y maíz y una larga lista de alimentos básicos para la subsistencia de miles de personas. Había a la vista una inversión apetitosa para el capital. La lógica del sistema capitalista elevó inmediatamente los precios de los futuros alimentos, de las futuras cosechas. Surgió al momento un efecto encadenado a esta especulación financiera: los precios de los alimentos ya presentes en el mercado se elevaron también automáticamente. Iniciado el proceso, muchos pequeños capitales especulativos atemorizados por la crisis inmobiliaria, muchos pequeños fondos de pensiones y de inversión del mundo entero, acudieron a la compra de futures de alimentos. Es así como una ficción especulativa de alza de precios futura se ha confirmado ya en la realidad con la repentina alza de los precios de los alimentos presentes en el mercado. La especulación capitalista, que pertenece a la lógica del sistema, hasta ahora no se había manifestado en una operación tan gigantesca de especulación con los alimentos en el mundo entero. Las multinacionales de la alimentación (Monsanto, Novartis, etc.) están consiguiendo sus anhelados objetivos: el monopolio u oligopolio de los alimentos y el control de los precios de estos en los mercados. 1.3.- La subida del precio del petróleo Todos hemos asistido a las espectaculares subidas del petróleo: de menos de 30 dólares el barril en 2000 a más de 140 en 2008. Como consecuencia lógica tenía que subir el precio de la gasolina, de los transportes, de los costes de producción. En una palabra, todo. Hay que recordar que muchos fertilizantes, pesticidas y materiales para el embalaje, son derivados del petróleo y, por tanto, se han visto encarecidos. También la utilización de máquinas agrícolas y la conservación y transporte de las mercancías son más costosas porque dependen del petróleo. Posteriormente el precio del petróleo ha descendido y esto no ha tenido la respuesta contraria. Las grandes multinacionales de los cereales y los grandes productores de los fertilizantes, de simientes y de manufacturas alimentarías a escala mundial son los que han trasladado estos costes mayores a los alimentos. Los productores, sin embargo, han seguido percibiendo el mismo o inferior precio por su producto, sufriendo en cambio el aumento de coste de elementos necesarios para su producción. 1.4.- La desmantelación de la soberanía alimentaria Los problemas para resolver la crisis alimentaria se deben a que la liberalización ha socavado la capacidad de los países para alimentarse a sí mismos. En las últimas décadas el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), junto con la Organización Mundial del Comercio (OMC) han forzado a los países periféricos a amoldarse a sus reglas de juego y abandonar su soberanía alimentaria. Las reglas de juego habían cambiado trágicamente en 1995, cuando el acuerdo en la OMC sobre agricultura entró en vigor. Las políticas neoliberales socavaron las produc-

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ciones nacionales de alimentos y obligaron a campesinos y campesinas a producir cultivos comerciales para compañías multinacionales y a comprar sus alimentos a las mismas en el mercado mundial. Los tratados de libre comercio han forzado a los países a “liberalizar” sus mercados agrícolas: reducir los aranceles a la exportación y aceptar importaciones. Al mismo tiempo, las multinacionales han seguido haciendo dumping (ponen en el mercado productos por debajo de su precio de costo) con los excedentes de sus mercados, utilizando todas la formas de subsidios directos e indirectos a la exportación. La eliminación de barreras tarifarias y no tarifarias no sólo causó la erosión de la autosuficiencia alimentaria de los pueblos, sino también la destrucción del campesinado, es decir la supresión de un modo de producción, para hacer del campo un sitio más apropiado para la acumulación intensiva del capital, logrando, como premisa necesaria y en ocasiones violenta, el abandono de las tierras por parte de los campesinos y pequeños agricultores: millones de campesinos acudiendo y abigarrando las ciudades africanas, asiáticas y latinoamericanas, miles de pequeños agricultores, en España y otros países, abandonando el campo y el mundo rural silenciosa y calladamente. El resultado es evidente. Egipto, el antiguo granero de trigo del Imperio Romano, se ha convertido en el primer importador de este cereal. Indonesia, una de las cunas del arroz, hoy importa arroz transgénico y México, cuna de la cultura del maíz, importa hoy maíz transgénico. EEUU, la Unión Europea, Canadá y Australia son los mayores exportadores. Esta transformación es traumática para cientos de millones de personas, pues la producción campesina no es sólo una actividad económica: es un modo de vida milenario, una cultura, lo cual es una razón de que miles y miles de campesinos desplazados o marginados, desesperados por su situación, hayan recurrido al suicidio. Mientras estallan los disturbios por hambre en todo el mundo, los organismos internacionales, responsables de la situación, siguen con la misma receta ya fracasada: más liberalización, más apoyo a las semillas y fertilizantes industriales, más “ayuda” alimentaria y una rápida expansión de los agrocombustibles. Robert Zoellick, actualmente presidente del Banco Mundial, anuncia que los precios de los alimentos seguirán altos por varios años, y que es necesario fortalecer la “ayuda alimentaria” para gestionar la crisis. El sabe de lo que habla. Desde su anterior puesto, como jefe de negociaciones de EEUU en la OMC, hizo todo lo que pudo por romper la soberanía alimentaria de los países, en función de favorecer los intereses de las multinacionales de los agro-negocios. El ahora presidente del Banco Mundial, receta la “ayuda alimentaria” en un apoyo encubierto a las mismas multinacionales, que son las que venden al Programa Mundial de Alimentos los granos, que ”caritativamente” les entregan a los hambrientos con la condición de que ellos mismos, los países pobres, no produzcan los alimentos. Y la pregunta es: ¿llegará la ayuda que tiene que ir a la producción agrícola, a los campesinos? No, cuando el precio del trigo sube la ayuda alimentaria se frena. La generosidad de los países del Norte se manifiesta solo cuando tienen excedentes. Numerosos movimientos sociales y organizaciones gubernamentales en todo el mundo, señalan que los reiterados fracasos de la Ronda de Doha de la OMC, reunida re-

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cientemente y afortunadamente dividida ya en su propio seno, son una bofetada contra las políticas comerciales internacionales y un triunfo para los campesinos, trabajadores y pueblos empobrecidos. La OMC carece de legitimidad para negociar tratados comerciales que afectan a millones de personas. Los intereses de EEUU y la UE han comenzado a chocar en la Ronda de Doha, con los de India, China o Brasil. 1.5.- El auge de los agrocombustibles El verdadero problema de la crisis alimentaria actual es la desaparición de la agricultura local que ha hecho que los diversos países dependan totalmente de las importaciones. Lo que está aconteciendo es que las economías nacionales, especialmente las economías emergentes y los países pobres, dependen en exceso de las importaciones agroalimentarias. Actualmente suman 14 millones las hectáreas que se dedican a la producción de agrocombustibles, lo que representaría solamente el 1,5% de la tierra agrocultivable del planeta. La FAO estima que sería de entre el 2,5% y el 3,8% la cantidad de tierra cultivable que “podrá ser utilizada” para agrocombustibles en el año 2030. Las tierras dedicadas a agrocombustibles están compitiendo con la producción de alimentos y son estas tierras, generalmente más próximas a los centros urbanos, las que deberían garantizar el abastecimiento local de alimentos, abundantes, frescos y baratos. Hoy en día, las principales fuentes de biomasa para la producción industrial de agrocombustibles son de dos tipos: para el etanol, el maíz (en EE UU) y la caña de azúcar (en Brasil) y para el agrodíesel, las oleaginosas, la soja, la colza y la palma (en gran parte importadas de Malasia e Indonesia). Al desaparecer maíz y otros alimentos de los circuitos alimentarios para ir a la producción de agrocombustibles, se ha producido escasez y también alza de precios. Ciertamente, el uso de granos para la producción de agrocombustibles, tienen un peso central en la responsabilidad de la crisis alimentaria, aunque no son más que uno de los recursos utilizados por el capital para su dominio del mercado agroalimentario. No hay que olvidar que son en especial los granos futures, es decir los que tienen un precio fijado por el capital especulativo en el mercado internacional, los que han causado la acentuación de la actual crisis. El maíz ha sido el producto más demandado en la producción de agrocombustibles. Estados Unidos, en la cosecha 2007-2008, ya destinó el 25% de todo el maíz que produce a la producción de etanol. Es el mayor exportador de maíz del mundo y los efectos se dejaron sentir. El primer caso con repercusión internacional en los medios, y que ha sido el ejemplo más conocido de la competencia entre alimentos y combustibles, fue la llamada “crisis de la tortilla”, en México, ocurrida en los primeros meses de 2007. Es sabida la dependencia que México tiene de las importaciones de maíz de Estados Unidos y las consecuencias nefastas que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado entre estos dos países más Canadá, ha tenido para la economía mexicana. La demanda de agrocombustibles desencadenó un aumento no sólo del precio del maíz, sino también de otros granos, de la carne, del pollo y de los productos lácteos. Es importante también la demanda de soja, el sustituto natural del maíz en la producción

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de raciones. El maíz, elemento fundamental en la demanda de raciones para la alimentación del porcino y las aves, cada día es más y más utilizado como materia prima industrial. Ante los impactos reales que los agrocombustibles tienen respecto a la agricultura y la alimentación, interesadamente tratan de defender el “lado positivo” de aquellos. Se les presenta como oportunidad para el desarrollo para los países del Sur y como un elemento que favorece la conservación del medio ambiente. En realidad la producción desenfrenada de agrocombustibles a escala industrial es un mercado que no existe y es creado artificialmente como mercado de futuro y potencial de exportaciones. Detrás de todo está la fiebre especulativa que trata de invertir en tierra agrícola y agua, aunque esto tenga como consecuencia serios resultados alimentarios negativos. Los agrocombustibles lejos de ser solución para el cambio climático y el calentamiento global, lo agravan. El balance energético de los agrocombustibles, es decir, ver a la hora de la verdad, cuánto de energía consumen en relación a lo que dicen producir (considerando toda la cadena productiva), dan un balance negativo. Por otra parte la introducción de los agrocombustibles fortalece la expansión del modelo agroindustrial en el uso de la tierra agrícola y favorece el agronegocio. Al introducirse de forma masiva, y no es posible otra forma dada la escasez energética individualizada de los productos agrícolas utilizados, las consecuencias inevitables son serias consecuencias negativas ya no sólo alimentarías sino para la ecología del planeta. Con la expansión de los monocultivos energéticos aumentará exponencialmente el cambio del uso de la tierra, se destruirán ecosistemas tradicionales, y se aumentará la pérdida de los hábitats y la biodiversidad. No importa que los agrocombustibles se produzcan con especies comestibles o no comestibles. De hecho el impacto lo sufren de igual modo la tierra y el agua. En definitiva es la lucha por unos futures que tengan el precio más alto (alimentos o energía) y es la presión sobre las áreas agrícolas que afecta a la soberanía alimentaria de los pueblos. Una vez más vemos que la crisis actual es a la vez alimentaria y energética. El modelo comercial que ha hecho que la agricultura se convierta en agronegocio, sólo funciona sobre la base de los alimentos transformados en mercancías y cotizados en dólares en el mercado internacional. Pero el transporte a escala mundial de los alimentos, tal como se está realizando, necesita cantidades inmensas de combustible creando mercados insostenibles sean de flores, frutas, hortícolas, etc. Todas ellas viajan hoy alrededor del globo, incluso en avión. Los agrocombustibles no son solución de la crisis y pueden agravarla más todavía. Será necesaria una alternativa que garantice la soberanía alimentaria y la soberanía energética como transición a una sociedad, una agricultura y una economía post-petrolera.

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Para el trabajo en grupo: 1. ¿Qué te ha llamado la atención? 2. ¿Qué no he entendido? 3. ¿Qué otros obstáculos o problemas ves?

2.- Respuestas y medidas necesarias Como hemos podido ver, el hambre y la crisis alimentaria tienen causas estructurales y estructurales deberán ser las soluciones. Algunas actuaciones deberán ser urgentes y las más a medio y largo plazo para que se garantice el derecho a la alimentación de todas las personas. Y, desde luego, de nada sirven las propuestas de medidas si estas no se llevan a la práctica y se quedan en buenas intenciones que se repiten año tras año pero que no significan compromisos económicos concretos. Acabar con la pobreza y el hambre es una cuestión de voluntad política: si los gobiernos no asumen el compromiso moral, político y económico de poner fin a esta guerra silenciosa millones de personas seguirán condenadas a morir de hambre o a vivir sumidos en la pobreza. Para hacer frente a la emergencia alimentaria actual y para prevenir posibles conflictos es necesaria una “autoridad” internacional eficaz, renovada y renovadora. Es necesaria una “autoridad” y una política seria destinada a hacer frente a la dramática situación del hambre en el mundo, agravada por la crisis alimentaria, porque la Conferencia de la FAO (celebrada en Roma del 3-5 de junio de 2008) no ha conseguido la bajada de los impuestos y de los límites a las exportaciones de mercancías alimentarías (que pedían los países pobres) ni ha sugerido criterios para limitar la especulación en las bolsas de alimentos. Señalamos algunas respuestas para caminar hacia la realización del derecho a la alimentación de todas las personas. 2.1.- Soberanía alimentaria Ante la situación mundial es importante incrementar la producción porque actualmente la producción no se ubica en las regiones más necesitadas. Y esto debe realizarse desde un modelo de soberanía alimentaria, es decir, desde el derecho de los pueblos a decidir qué producir, cómo hacerlo y con qué destino. Frente a las políticas neoliberales, incapaces de eliminar el hambre, en sintonía con las propuestas de organizaciones campesinas (Vía Campesina y Movimiento de los Sin Tierra), movimientos rurales cristianos de la FIMARC, sindicatos y organizaciones

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no gubernamentales … pensamos que el modelo de soberanía alimentaria permite resolver mejor los problemas del hambre en el mundo y abrir la perspectiva de una verdadera soberanía: la soberanía de los campesinos sobre lo que producen, transforman y venden; la soberanía de los consumidores sobre lo que consumen; la soberanía de los Estados sobre lo que controlan y de los ciudadanos organizados sobre el tipo de modelo de desarrollo económico que quieren en función de sus necesidades, expectativas y modelos de vida y de alimentación. Frente a una agricultura industrializada de grandes productores y explotadores locales, que transforman la población rural en braceros agrícolas o en desocupados que emigran, hay que apostar por una agricultura familiar y por una soberanía alimentaria. Hay que seguir apostando por una agricultura destinada a la alimentación y no por una agricultura pensada en satisfacer demandas o normativas comerciales externas. Apostar por una agricultura familiar que permita producir alimentos y ser respetuosa con la naturaleza. No podemos olvidar que el alimento, antes de ser un bien comerciable en los mercados, es un medio necesario para la supervivencia. Los compromisos políticos en temas agrícolas y alimentarios deben dar máxima prioridad a la producción doméstica de alimentos para poder disminuir la dependencia exterior. Y, también, esos compromisos políticos deberán favorecer y facilitar el acceso de las poblaciones campesinas a la tierra, al agua, a las semillas, a los mercados … 2.2.- Apoyo a los pequeños agricultores Es imprescindible promover una política de apoyo, de ayuda a los millones de agricultores más pequeños del mundo (450 millones), a través de microproyectos para que puedan aumentar las tierras a su disposición; para que puedan disponer de semillas y fertilizantes y utilizar maquinaria agrícola … de forma que su producción pueda aumentar. Con ello se debe producir un acceso al mercado local e internacional de los pequeños agricultores pobres para que tengan la posibilidad de disfrutar de los precios más altos. La concesión de microcréditos no debe estar condicionada por obligaciones que supongan crear dependencia del exterior. 2.3.- Terminar con las subvenciones a la exportación (Dumping) Las políticas agrícolas que se desarrollan en EEUU y la UE son extremadamente proteccionistas y subvencionadas, que les permite salir a los mercados con una competencia desleal, a precios por debajo de su coste de producción. Frente a ellos, los productos de los países pobres, para poder competir, trasladan la bajada de los precios a unos míseros salarios y a unos precios irrisorios a los agricultores. Luchar contra el hambre y la crisis alimentaria supone renunciar a mucho del proteccionismo agrícola y a los costosos subsidios a la agricultura que se produce en los países industrializados. Aunque, es verdad, que tampoco podemos confiar milagrosamente en la liberalización del comercio internacional, porque cada país debe poder proteger su agricultura a fin de garantizar un ingreso decente a sus agricultores y alimentos

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básicos para todos. Además de terminar con las subvenciones a la exportación (el Dumping), hay que lograr que la ayuda alimentaria internacional sea a través de donaciones en dinero y no tanto de la donación de sus mercancías (generalmente sobrantes), porque estas terminan hundiendo las economías más pobres, porque hunden los mercados locales y a los pequeños agricultores. Sin embargo, las donaciones en dinero (si hay control y se evita la corrupción) pueden impulsar el desarrollo de los mercados locales y la producción de los pequeños agricultores. 2.4.- Anular las políticas desarrolladas por los organismos internacionales Como hemos visto en la primera parte, las políticas desarrolladas e impuestas, en las décadas anteriores, por los organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio, etc.) llevó a algunos países a especializarse en algunas mercancías para la exportación (con lo que podían repagar la Deuda), olvidando la producción de los alimentos necesarios para satisfacer las necesidades internas. Pues bien, hay que anular y desterrar las políticas de las instituciones financieras internacionales (FMI, BM, OMC) hacia los países más pobres y vulnerables, que les ha conducido a un mayor empobrecimiento. Son necesarias reformas profundas que regulen el comercio internacional, que éste sea transparente y más justo. Es preciso cambiar las reglas del comercio y dotar a los intercambios de un nuevo marco, fuera de la Organización Mundial de Comercio o esta totalmente modificada, que: p riorice la producción local y regional frente a la exportación; autorice a los países a protegerse contra las importaciones demasiado baratas; permita unas ayudas públicas a los agricultores, siempre que no sirvan directa o indirectamente a exportar a bajos precios; garantice la estabilidad de los precios a nivel internacional mediante unos acuerdos internacionales de control de la producción. 2.5.- Suprimir las políticas de subvención y fomento de la producción de agrocombustibles Como hemos visto, la crisis de los precios del petróleo ha incentivado la búsqueda de otros carburantes, entre ellos los agrocombustibles. Para producirlos una parte de las tierras se destinan a la producción de las materias capaces de ser transformadas en agrocombustibles: para el etanol, el maíz y la caña de azúcar; para el agrodiesel, la soja, la colza y la palma africana. La producción de agrocombustibles, además de detraer hectáreas de tierras de cultivo a la producción de alimentos, está fuertemente subvencionada (por ejemplo en EEUU la producción del etanol) lo que hace más ventajoso cultivar (maíz) para los agrocombustibles que para la producción alimentaria. Por ello, se deben eliminar las políticas que conllevan subvenciones a la producción de agrocombustibles y primar la producción para la alimentación.

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2.6.- Ejercer control sobre las actividades financieras especulativas Se necesita un nuevo orden económico que ejerza un mayor control sobre las actividades financieras especulativas, en especial las que afectan a los precios de los alimentos y a los llamados mercados de futuras cosechas. Habría que conseguir que los alimentos no entrasen en la Bolsa. Algunos dirigentes mundiales siguen propugnando medidas liberalizadoras y alertan de los peligros del proteccionismo. El proteccionismo se ha convertido en un tabú innombrable siquiera cuando se trata de proteger a los pobres. Cuánto contraste con los miles de millones de ayuda que reciben los grandes bancos y las empresas financieras para evitar su quiebra ante los juegos especulativos. Guardan silencio sobre la necesidad de una intervención regularizadora y estabilizadora del mercado y no pasa siquiera por sus mentes la necesidad de poner las bases para una soberanía alimentaría de cada país y región. Tenemos que recordar que el alimento, antes de ser un bien comerciable en los mercados, es un medio necesario para sobrevivir. Los gobiernos deben asegurar la soberanía alimentaria nacional. 2.7.- Hábitos de consumo moderado Hay que desarrollar una política educativa hacia el consumo responsable. Los hábitos de consumo de los países industrializados son, a menudo, insostenibles, crean destrucción y pobreza y por lo tanto es urgente cambiarlos, ya que ponen en peligro no solo la vida de los habitantes de los países del Sur, sino incluso nuestra propia supervivencia. Es obvio que los hábitos de consumo no son los mismos en el Norte y en el Sur. Ahora bien, si los hábitos de consumo, no solo alimentario, de la clase media mundial fuera más moderado y eco-compatibles, también los 862 millones de individuos hambrientos podrían beneficiarse. Por lo tanto, no podemos ser indiferentes, nuestro consumo debe ser justo y responsable. Aprender a consumir responsablemente significa dar primacía a las necesidades humanas para todos; significa consumir lo necesario y evitar el derroche; cuidar de no deteriorar de manera irreparable el medio ambiente. Consumir responsablemente significa aprender a reutilizar, a reciclar y a utilizar productos y energías alternativas que no perjudiquen al medio ambiente Si los ciudadanos cambiamos nuestros patrones de consumo obligaremos a cambiar los criterios de producción y comercialización. Si empezamos a comprar alimentos locales y de temporada, si hacemos la compra más a menudo y compramos menos … obligaremos a un cambio en los criterios de producción y comercialización para que sean más responsables y respetuosos.

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Para el trabajo en grupo: 1. Personalmente, ¿como puedes dar respuestas a esta situación? 2. En grupo, parroquia o movimiento ¿que medidas se pueden tomar o en que acciones se pueden implicar? 3. Institucionalmente, ¿cómo podemos formular cambios, exigir esfuerzos, aunar ideas? 4. Que otras accionar transformadoras y evangelizadoras se pueden proponer.

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CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA: DÍA DEL MUNDO RURAL PAN PARA TODOS (al comenzar la celebración, frente al altar, habrá un canasto vacío que se irá llenando con pequeños panecillos, o chuscos de pan u hogazas grandes, que se compartirán al final de la misa, con un vino dulce o bebida del lugar) MONICIÓN DE ENTRADA (SALE ALGUIEN MIENTRAS SE LEE LA MONICIÓN Y ECHA LOS PRIMEROS PANECILLOS). Después de la Eucaristía todos nos iremos a comer a nuestras casas. En el mundo son muchos los millones de personas, que hoy, como tantos otros días, no tendrán nada que meterse a la boca. Desde el movimiento rural cristiano, en esta fecha en la que celebramos el día del mundo rural, queremos ser voz de tantos que en el mundo entero no tienen voz, y siguen sin tener que comer, porque no sólo pensamos, sino que creemos con el Evangelio de Jesús en la mano, que todos tenemos derecho a la alimentación. Si Cristo Jesús, se hizo pan para todos, misión nuestra es que ese pan que es Cristo, en forma de justicia, de derecho a la alimentación, llegue a todos los pueblos de la tierra. Que esta Eucaristía nos ayude a tomar conciencia, desde la solidaridad universal, de este problema que afecta a tantos países. PETICIONES DE PERDÓN Pidamos a Jesús que nos libere de nuestro egoísmo y codicia, y nos ayude a tomar conciencia de nuestra misión por hacer que su justicia llegue a todos los rincones de la tierra. Jesús, pobre entre los pobres, que nos llamas a compartir nuestros bienes con los pobres y necesitados. Señor ten Piedad. (Sale alguien mientras se lee la petición y echa más panecillos). Jesús, pan de la unidad, que nos llamas a vivir unidos en la lucha por la justicia. Cristo ten piedad. (Sale alguien mientras se lee la petición y echa más panecillos). Jesús, hombre del pueblo, que nos llamas a trabajar por la promoción de todos los pueblos de la tierra. Señor ten Piedad. (Sale alguien mientras se lee la petición y echa más panecillos). MONICIÓN A LAS LECTURAS. “¿Cuántos panes tenéis? –Pregunta Jesús-“. Sólo cuando ponemos lo que tenemos al servicio de los demás, conseguimos que se multiplique el pan que la humanidad necesita: el de la justicia y la dignidad humana, que consigue que todos los pueblos tengan los mismos derechos y posibilidades, como el derecho a la alimentación.

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Lecturas (traducción de la Biblia latinoamericana). Primera: “Lectura del profeta Isaías” EL AYUNO QUE AGRADA A DIOS (Is 58, 1-10) •58 1 Grita con fuerza y sin miedo. Levanta tu voz como trompeta y denuncia a mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la familia de Jacob. 2 Según dicen, me andan buscando día a día y se esfuerzan por conocer mis caminos, como una nación que practica la justicia y no descuida las órdenes de su Dios. Vienen a preguntarme cuáles son sus obligaciones y desean la amistad de Dios. 3 Y se quejan: “¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?” Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios obligan a trabajar a sus obreros. 4 Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba. 5 ¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé? 6 ¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. 7 Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. 8 Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yahvé te seguirá por detrás. 9 Entonces, si llamas a Yahvé, responderá. Cuando lo llames, dirá: “Aquí estoy.” Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; 10 si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad se volverá como la claridad del mediodía. Salmo: CANTAMOS LA CANCIÓN: DANOS UN CORAZÓN DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR. DANOS UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR 1.- Hombres nuevos, creadores de la historia, constructores de nueva humanidad. Hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar. 2.- Hombres nuevos, luchando en esperanza, caminantes, sedientos de verdad. Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad. 3.- Hombres nuevos amando sin fronteras por encima de razas y lugar. Hombres nuevos, al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan.

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Evangelio (Mt 14, 13-21) PRIMERA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES 13 Al conocer esa noticia, Jesús se alejó discretamente de allí en una barca y fue a un lugar despoblado. Pero la gente lo supo y en seguida lo siguieron por tierra desde sus pueblos. 14 Al desembarcar Jesús y encontrarse con tan gran gentío, sintió compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Cuando ya caía la tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: “Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora. Despide a esta gente para que se vayan a las aldeas y se compren algo de comer.” 16 Pero Jesús les dijo: “No tienen por qué irse; denles ustedes de comer. ¿Cuántos panes tenéis?” 17 Ellos respondieron: “Aquí sólo tenemos cinco panes y dos pescados”. 18 Jesús les dijo: “Tráiganmelos para acá.” 19 Y mandó a la gente que se sentara en el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los discípulos los daban a la gente. 20 Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos! 21 Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. ¡HOMILÍA: Prepararla con las orientaciones/reflexión del material.

PETICIONES. Ayúdanos Señor a construir un mundo de hermanos donde reine la justicia, y a nadie le falte el pan de cada día: ENSÉÑANOS A TRABAJAR POR LA JUSTICIA Por la Iglesia que todos formamos, para que sea pobre con los pobres de la tierra, luchando por el derecho a la alimentación de todos los pueblos y porque todos los derechos universales sean respetados, junto a todo tiempo de asociaciones y en unidad a los hermanos de otras religiones y confesiones. Oremos. Por los que sufren víctimas de la injusticia, la discriminación, el hambre y la guerra, para que no pierdan la esperanza. Oremos. Por los organismos internacionales, para que procuren siempre una justa distribución de las riquezas de la tierra. Oremos. Por los ciudadanos de toda la tierra, para que adquiramos hábitos de consumo, como el reciclaje, el consumo moderado, el cuidado del medio ambiente y otros, para hacer sostenible la vida de nuestra madre tierra. Oremos. Por el Movimiento Rural Cristiano de adultos y de jóvenes, que hoy celebra el día del mundo rural, y por todas las entidades, asociaciones, entidades sociales y religiosas y partidos políticos, que trabajan por la promoción y desarrollo del mundo rural en España y en el mundo. Oremos.

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Por los que han fallecido en el esfuerzo por buscar la paz y la justicia entre todos los pueblos, para que sigan haciéndolo desde la plenitud de la vida. Oremos. Señor, que la fuerza de tu Espíritu sea para los militantes del movimiento rural y para toda la Iglesia, impulso de lucha a favor de la justicia y la igualdad entre todos los pueblos de la tierra. Por Jesucristo … Ofertorio. Te presentamos Señor este pan y este Vino, que se van a convertir en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesús, que se hizo pan de vida para toda la humanidad hambrienta de justicia y dignidad. (Salen un grupo de personas y llevan junto al pan-vino, unos panecillos para echar en los cestos: un niño, un joven, un matrimonio, un soltero, un agricultor, un obrero, un abuelo) GESTO FINAL: Con la gente que haya acudido a la Eucaristía y quiera, se comparten los panecillos y un vaso de mosto o vino dulce del lugar, porque cuando se comparte el pan, la “dulzura de Dios” llena la tierra. Momento en el cual los militantes, aprovechan para mantener un diálogo con la gente, regalarles una octavilla con lo principal de la campaña,… imaginación al poder hermanos)

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MANIFIESTO DÍA DEL MUNDO RURAL DEL 2009

EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN. El derecho a la alimentación es un derecho universal. Está en la raíz de todos los derechos humanos. Cada persona debe tener acceso a una comida suficiente para poder vivir y para satisfacer sus necesidades, exenta de sustancias nocivas y culturalmente aceptables, o tener los recursos para poder comprarse comida. El derecho a la alimentación es un derecho humano que va unido al derecho a la vida. No se cumplen los derechos humanos cuando se permite el hambre en el mundo de tantos millones de personas. DENUNCIAMOS: Sin negar los avances realizados en la lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo, nos parece sin embargo inaceptable que hoy, 60 años después de la declaración universal de los derechos humanos, siga habiendo 3000 millones de pobres y de ellos 865 millones están en nivel de desnutrición y que el 70% de estos vivan en mundo rural. Es difícil resistirse a la apisonadora de la globalización del mercado, al calentamiento climático, el aumento del precio del petróleo y la voluntad de desarrollar los agrocombustibles a partir de productos alimenticios, que podrían hacer que la poca soberanía alimentaría que tiene los países desaparezca del todo. Que en los últimos años (y antes de la llamada crisis) ha aumentado el numero de hambrientos en 40 millones de personas. Que los Estados, que son en primer lugar los obligados a cuidar y velar por este derecho ante sus ciudadanos, se dediquen a discursos grandiosos que se quedan en bonitas palabras y no pongan los medios para solucionar este gran problema La fuerza del derecho debe oponerse al derecho del más fuerte. Que con el dinero repartido a los bancos en USA para reactivar la economía hay suficiente para solucionar la pobreza y el hambre en el mundo. ¿Y si se repartiera lo que la UE se está dando en tolos los países del norte a los bancos?: se solucionaba el hambre de forma permanente. Que las leyes del mercado que imponen las multinacionales y los gobiernos del norte producen hambre y miseria en el tercer mundo. PENSAMOS: - Que la comida, el agua sean derechos antes de ser bienes económicos. - Que la salida de la crisis pasa por alcanzar la soberanía alimentaria de los pueblos; devolver el control de la producción de alimentos a las familias campesinas y garantizar su acceso a la tierra, a las semillas y al agua; sacar la agricultura de los tratados de libre comercio y de la OMC y poner fin a la especulación con el hambre. - Que es el momento de construir las alternativas propuestas, desde hace años,

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por los movimientos sociales, tales como el comercio en circuitos cortos, reglas del comercio mundial justas y equilibradas , por la adopción de una legislación especifica , la gestión pública de los servicios y bienes básicos, el cierre de los ciclos en la producción industrial de los productos agrarios, la agricultura ecológica, la apuesta real por las energías renovables, el comercio justo y la democracia participativa. Que acabar con la pobreza y el hambre es una cuestión de voluntad política: si los gobiernos no asumen el compromiso moral, político y económico de poner fin a esta guerra silenciosa millones de personas seguirán condenadas a morir de hambre o a vivir sumidos en la pobreza. - Que se precisa del apoyo a los pequeños agricultores y terminar con las subvenciones a la exportación. - Que hay que anular las políticas desarrolladas por los organismos internacionales hasta ahora por los nefastos resultados. - Que se precisa ejercer control sobre las actividades financieras especulativas - Que es imprescindible tener personal y comunitariamente hábitos de consumo moderado porque que otros hermanos nuestros no puedan acceder a este derecho. - Que estamos convencidos de que sólo el poder de los pueblos organizados y la movilización pueden lograr los cambios necesarios, por esto nuestra tarea principal es informar, concienciar, debatir, organizar, y movilizar a la gente. NOS COMPROMETEMOS A : - Boicotear los productos de las multinacionales que invaden nuestros mercados mediante la publicidad, y a promover los productos locales, respetuosos de la cultura y mucho mejores para la salud - A explicar a nuestras familias, nuestros grupos y nuestras comunidades el peligro que representan estos productos - A evitar el uso de semillas hibridas y genéticamente modificadas, componentes químicos que dañan nuestros recursos naturales - A promover sistemáticamente la agricultura biológica y el comercio justo de estos productos - Queremos empezar por dar respuesta a los hambrientos de nuestra propia casa como un buen medio para solucionar el hambre en el mundo. Lo que queremos con el derecho a la alimentación es permitir que las persona crezcan en dignidad, libertad, justicia, paz y equidad de forma universal. Movimiento Rural Cristiano Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos

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Movimiento Rural Cristiano Apartado de Correos nº 57. 26200 Haro. La Rioja. Teléfono: 941 41 70 67 Correo electrónico:[email protected] Internet: http://ruralescristianos.org/

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