diálogo Ciencias sociales: nuevos tiempos, nuevos desafíos

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Cuarta Época No.4 diálogo Guatemala, 28 de septiembre de 2014 Ciencias sociales: nuevos tiempos, n
Author:  Sergio Santos Rico

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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Cuarta Época

No.4

diálogo Guatemala, 28 de septiembre de 2014

Ciencias sociales:

nuevos tiempos, nuevos desafíos

Foto: Hugo de León Pérez

“FLACSO y los desafíos de los nuevos tiempos”, Ricardo Lagos – “Las ciencias sociales en Centroamerica: su creatividad y su desorden”, Edelberto Torres-Rivas – Las Ciencias Sociales en Centroamérica: su creatividad y su desorden – Discurso pronunciado por Carlos Figueroa Ibarra con motivo de recibir la distinción “Profesor Investigador Emérito René Poitevin” por parte de la Sede Guatemala de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

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n el artículo que Ricardo Lagos envió, con motivo de la asamblea general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de mayo recién pasado, acá en Guatemala, señala que hacer ciencias sociales en países como el nuestro ha sido un verdadero reto dado el contexto social, político, económico y cultural existente. Por ello, señala, la capacidad para generar un pensamiento de avanzada y mostrar sus formas posibles de aplicación a través de políticas públicas, es el gran desafío que enfrenta FLACSO. En esa dirección, Edelberto TorresRivas, ex secretario general FLACSO, comparte un breve ensayo sobre la situación actual de las ciencias sociales

en la región centroamericana. En su trabajo rechaza y argumenta por qué no debe aceptarse la queja generalizada de que dichas disciplinas “están huérfanas de modelos teóricos”, condición que según algunos, “permite hablar del desorden que define la actual existencia de la producción en la sociología, la ciencia política, y las disciplinas particulares asociadas a ellas.” En este número presentamos también, una versión resumida del discurso que con motivo de habérsele otorgado la distinción de “Profesor emérito René Poitevin”, pronunciara Carlos Figueroa Ibarra, en la que describe sucintamente, la crisis política por la que recientemente

atravesó esta Facultad, con motivo del fallido proceso de elección del nuevo director de FLACSO-Guatemala, y que diera como resultado un postergación de dicho acto y, a la vez, el nombramiento de mi persona como director encargado de la Sede de FLACSO-Guatemala, por parte de nuestro Secretario General Adrián Bonilla,. Los invitamos, pues, a compartir este nuevo número de nuestro suplemento diálogo, con el cual le damos continuidad a un proyecto de difusión de las ciencias sociales que en este 2014 cumple 18 años de existencia ininterrumpida. Virgilio Reyes

FLACSO y los desafíos de los nuevos tiempos RICARDO LAGOS Ex Presidente de Chile

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acia 1957, en los orígenes de la flacso, las ciencias sociales identificaban el desarrollo y la modernización como los dos grandes desafíos que enfrentaban los países de la región, y ambos temas constituyeron las orientaciones básicas que inspiraron tanto la docencia como el pensamiento analítico en el seno de esta nueva institución. Poco después se inicia una época de quebrantamientos democráticos y predominio de dictaduras, con unas pocas excepciones, y de implementaciones débiles de políticas de sustitución de importaciones en cuanto a esfuerzos por superar los déficits propios de unas economías agrarias, periféricas y exportadoras de productos básicos. En lo social, las estructuras oligárquicas de origen colonial continuaban proyectando una larga sombra, en un contexto de procesos crecientemente acelerados de urbanización y migraciones urbanorurales, de ampliación de capas medias

como resultado de modernizaciones estatales, de emergencia de empresariados modernos y proletariados industriales, y de aparición de sectores marginales caracterizados por una inserción en mercados de trabajo informales y la residencia en asentamientos urbanos deficitarios en infraestructura física (pavimentación, electricidad, energía, servicios sanitarios, agua potable, etc.). Desde Chile, flacso no sólo supo asimilar los desarrollos científico-sociales estadounidenses y europeos, sino también adecuarlos a las muy distintas realidades latinoamericanas y plantearse de manera crítica y revisionista frente a ellos, generando un corpus de conocimientos que integran hasta hoy el patrimonio intelectual latinoamericano. Los años 60 y 70 del siglo pasado fueron testigos de efervescencias políticas de cuño moderno, de agotamientos de procesos de crecimiento y una ola de quebrantamientos institucionales. Así, pasaron a ocupar un lugar prioritario en la agenda de desafíos para los países de la región tanto la democracia, la transición a ella y su consolidación, como la modernización de las políticas públicas, particularmente las económicas y las sociales. La flacso , leal a su vocación latinoamericana, se constituyó en un actor impor-

tante en la configuración de esa agenda, desde Chile y sus nuevas sedes en Ecuador, México y Costa Rica, conservando esa orientación crítica y revisionista que hasta hoy la caracteriza. La implementación de esa agenda ha sido exitosa. Hoy, la región contempla 18 democracias electorales. Se han elaborado respuestas razonablemente exitosas a los desafíos de infraestructura física y social, políticas sociales bien focalizadas que han disminuido los niveles de pobreza, las condiciones materiales de vida han mejorado significativamente, la cobertura de los servicios de salud y educación tiende a la universalidad, sin desconocer que todavía subsisten bolsones de pobreza y pre modernidad que siguen reclamando ser superados. A la vez, la interacción entre políticas económicas modernas y los procesos de globalización nos presentan hoy un panorama muy distinto del de 25 años atrás, reforzado por el buen desempeño reciente de las economías, que coexiste con claros-

mas Piketty, después de los 20 mil dólares por habitante no es el ingreso per cápita el que determina la mejoría de los indicadores sociales, sino la distribución de dicho ingreso. Y aquí entonces es donde está el talón de Aquiles de nuestra América Latina. ¿Cómo mejoramos la distribución de ingreso ahora que nos acercamos a cifras donde es este elemento el determinante para mejorar los indicadores sociales? Siendo la nuestra, una región tan desigual del punto de vista de la distribución de ingreso, es este hoy el tema central de las preocupaciones económicas y sociales. Hacia allí hay que dirigir las miradas para lograr crecimiento que mejore la distribución y políticas fiscales que apunten a esa dirección. Y finalmente, la necesidad de tener nuevas políticas en el ámbito social porque, como ya se señaló, son los sectores medios emergentes los nuevos demandantes en este ámbito. La agenda de disminución de pobreza sigue siendo válida, pero a esta agenda las nuevas cohortes de sectores medios emergentes que se incorporan, exigen un análisis y una agenda distinta. Todo lo anterior implica entonces que hemos sido capaces de correr la frontera de lo que es posible lograr en nuestra América Latina. En efecto, tenemos mejores instrumentos de investigación en las ciencias sociales, incluyendo por cierto la economía, y existe un mejor manejo de nuestras políticas públicas, para hacerse cargo del cambio en la agenda que obliga a un cambio también en los análisis y desvelos de nuestros científicos sociales. Surgen entonces en esta nueva etapa nuevos rasgos culturales que explican también la escasa o nula afinidad entre esta clase media emergente y las organizaciones corporativas clási-

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curos derivados de experimentos fundamentalistas neoliberales. El desenlace de estos procesos es que las sociedades latinoamericanas enfrentan hoy desafíos nuevos, que si bien en muchos casos se superponen a rezagos importantes que aún plantea el pasado, comienzan a cobrar preminencia en la determinación de los destinos de los países. El reto para las ciencias sociales contemporáneas reside entonces hoy en proporcionar conocimientos válidos sobre los cambios que han experimentado nuestras sociedades, y desde una perspectiva crítica identificar los desafíos que esos cambios implican, procurando explorar la naturaleza exigida a las posibles respuestas a esos desafíos en términos de políticas públicas. Es probable que el cambio más importante experimentado en las realidades latinoamericanas resida en una modificación de las estructuras sociales, a través de fenómenos que frecuentemente se designan usando la noción de emergencia de nuevas clases medias. Además de su impacto en la matriz social, estos fenómenos poseen un carácter generacional: los integrantes de estas nuevas capas o clases medias pertenecen a cohortes de edad relativamente jóvenes que han experimentado en su etapa formativa los procesos de cambio económico, de condiciones materiales de vida y educacionales acaecidos entre las últimas cuatro a cinco décadas. En términos ocupacionales, se trata de una clase heterogénea: comprende tanto personas con educación superior que trabaja en niveles altos del sector servicios, privado y público, como las que trabajan en niveles intermedios (profesores, profesionales administrativos, personal paramédico, etc.); asalariados que mayoritariamente cuentan sólo con educación media (secretarias, cajeros, empleados administrativos, vendedores de tiendas, etc.) y se desempeñan en

las llamadas rutinas no manuales; el estrato de independientes o trabajadores por cuenta propia no profesionales ni técnicos, cuyas competencias descansan más en la experiencia que en la educación formal, que van desde mecánicos de automóviles a vendedores de quiosco; y en cuarto lugar, los pequeños empresarios. En suma, pienso que en el momento actual América Latina, se encuentra al final de un gran ciclo político, económico y social. De un ciclo político porque tenemos democracias firmemente consolidadas, pero ahora lo que está en la agenda es que ya no basta la elección periódica de nuestros gobiernos y sus representantes. Hoy hay una ciudadanía que exige participar de una manera activa, que tiene mayores conocimientos a través de las nuevas redes de comunicación (Internet, facebook y otros) y se siente por ello más empoderada para expresarse. Esto significa un gran desafío para las nuevas instituciones políticas que deberán surgir, lo cual permitirá recuperar la legitimidad muchas veces perdida, de nuestras instituciones políticas. Es lo que por desgracia ha sucedido con nuestros parlamentos, nuestros partidos políticos y, porque no decirlo, a veces hasta la legitimidad propia de quienes están gobernando. Habrá entonces que esperar el surgimiento, no sólo en América Latina, sino en el mundo, de las instituciones políticas que emerjan producto de esta nueva realidad tecnológica. Es aquí donde reside el desafío fundamental y en donde las ciencias sociales tienen tanto que seguir aportando. Pero también es el fin de un gran ciclo económico, aquel en donde se ponía el énfasis y la necesidad de aumentar el ingreso per cápita porque a través de este indicador lográbamos también mejoras sustantivas, como se ha dicho, con políticas bien focalizadas para lograr un mejoramiento de los indicadores económicos sociales. Las cifras de cobertura educacional o las que dicen relación con el aumento de la esperanza de vida o la disminución de la mortalidad infantil, por señalar algunos pocos indicadores, han ido en la dirección correcta. Lo que ocurre, es que, como se ha demostrado por muchos, esta relación entre mejores indicadores sociales y crecimiento del ingreso per cápita, tiende a atenuarse a medida que se alcanzan mayores niveles de crecimiento económico. Según algunos autores, como por ejemplo Tho-

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cas. Frente al sindicato como vehículo de reivindicación, la preferencia por el movimiento social es clara, y lo mismo acontece en el ámbito político, donde el partido también se ve desplazado por el movimiento o la independencia política. Lo anterior no implica que estas capas medias emergentes estén desprovistas de conciencia respecto del conjunto de riesgos que asumen, o que se les ha transferido. Pero frente a ellos la demanda no es por una protección estatal de naturaleza corporativa, que es la tradicionalmente reivindicada por los sindicatos, sino por una cobertura universal de riesgos fundamentada en una titularidad de derechos sociales, económicos y culturales igualmente universal, inherente a la condición de ciudadana y ciudadano, que tienen como contrapartida las correspondientes obligaciones del Estado. Un ejemplo claro de ello son las reivindicaciones básicas que caracterizan al movimiento estudiantil chileno contemporáneo, que se pueden sinteti-

zar en la fórmula Educación Gratuita, Universal, de Calidad. Por lo tanto, insisto, el desafío que enfrentan los países de la región reside en transitar desde contextos en que la superación de niveles de pobreza y condiciones materiales de vida exigía prácticas de políticas sociales focalizadas, a un contexto de estructuración social emergente, que en la medida en que comienza a predominar presenta nuevos actores que demandan prestaciones universales que son la concreción de derechos propios de la ciudadanía social. Ciertamente, ello no libera al Estado de atender tareas aún inconclusas en términos de pobreza y modernizaciones postergadas, pero igualmente no lo exime de desarrollar las capacidades, identificar los recursos, y comenzar a diseñar políticas adecuadas a nuevas realidades sociales. Los fenómenos esbozados aquí constituyen a mi juicio uno de los retos centrales del tiempo presente para la flacso

en su conjunto, en términos de generar conocimiento y mostrar sus formas posibles de aplicación a través de políticas públicas, tal como lo hizo en el pasado respecto de temas tan cruciales como la marginalidad urbana o los presupuestos de un desarrollo democrático, para mencionar sólo algunos, orientándose siempre por la inspiración de ese espíritu crítico y propositivo que ha llegado a ser parte de su naturaleza. Y la flacso, como institución enraizada en la diversidad de países en los cuales está emplazada, debe ser capaz de generar un pensamiento conductor, a partir de esta diversidad de situaciones nacionales, que sirva de identidad del nuevo pensamiento latinoamericano. Así se enfrentará mejor el nuevo gran ciclo que comienza.

LAS CIENCIAS SOCIALES en CENTROAMÉRICA: su creatividad y su desorden

Edelberto Torres-Rivas

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a queja resulta inaceptable. Se escucha frecuentemente que las ciencias sociales están huérfanas de modelos teóricos, como en el reciente pasado, y por eso hay una orientación que permite hablar del desorden que define la actual existencia de la producción en la sociología, la ciencia política, y las disciplinas particulares asociadas a ellas. No siempre se establece cuáles son los graves problemas que darían cuenta de la crisis en que desde hace un buen tiempo se encuentran las ciencias sociales. ¿Crisis? Es muy difícil proponer un diagnóstico aceptable de los síntomas que han venido afectando la creación intelectual, del malestar que las afecta; se

tiene la sospecha que ha sido frecuente y a veces hasta de buen gusto, prescribir enfermedades o malestares en la existencia de las ciencias humanas. Las ciencias sociales siempre tienen problemas porque su referente natural es la sociedad en crisis. Las ciencias sociales son muchas y variados los lugares de concentración de la creación del conocimiento. No estamos pensando en Alemania, Inglaterra o Estados Unidos. Pensamos en América Latina y más propiamente en Centroamérica, en lo que va de este siglo, donde, según se dice, la crisis es más bien la existencia de bajos niveles de enseñanza, pocas buenas investigaciones y publicaciones especializadas; esta es una queja relativa, pues varía de uno a otro país, y también en el tiempo. Tal vez la crítica más decisiva es sobre la casi inexistencia de estudios de ciencias sociales con una visión centroamericana; en este siglo ya no hay revistas o publicaciones regionales, cosa que no ocurrió en el pasado inmediato. Pero es útil recordar con sentido crítico que las ciencias sociales en Centroamerica (1960-1985) nacieron con una óptica regional, característica que se ha venido perdiendo, con la excepción de Costa Rica, y que es prudente recuperar para mejorar la calidad de antaño. La crisis en la creación de conocimiento social, hoy día, se debería a la debilidad de los paradigmas existentes,

en tanto no estimulan la crítica, el descubrimiento, sino la comprobación, la verdad sabida. Ya lo dijimos, unos modelos que se desacreditan y se olvidan y otros que surgen con dificultad. La relación de las investigaciones utilizando modelos o teorías de alcance medio ha dado como resultado, propiamente, una gran dispersión temática; eso que se ha llamado “desorden” teórico porque se debilitaron las matrices ortodoxas. La “lealtad” a Marx sobre todas las cosas, se proclamaba en la región tratando de explicar el conflicto armado como un claro ejemplo de la lucha de clases. Hubo una ortodoxia cuyas virtudes teleológicas no están comprobadas. Pero hay algo cierto, la aplicación de la teoría marxista estimulaba, ordenaba, justificaba numerosos esfuerzos en direcciones precisas. La sedicente teoría de la dependencia, por ejemplo, atrajo el interés de economistas y sociólogos, y otras disciplinas, en un período determinado, en las décadas de los años ochenta y noventa. Se puede afirmar que fueron útiles los resultados de las condiciones de competencia teórica, porque el monismo doctrinario ha sido sustituido por el juego de matrices eclécticas, que se abren a la libre escogencia, donde todo cabe como posibilidad explicativa. Es difícil hacer la síntesis de lo que ocurrió en los centros académicos públicos y en las instituciones privadas en el comienzo

ropeos propusieron la separación entre la economía y la política; fue este un concepto de derecha, exitoso en los medios empresariales que los economistas neoliberales impusieron desde 1980. El neoliberalismo entró también en las universidades y no solo fue una inspiración como modelo de crecimiento económico sino que se mantiene como un estilo de pensamiento. Al incluir la metodología de las matemáticas en la disciplina económica se intentaba reducir o evitar toda influencia externa –léase proveniente de las ciencias sociales– en los estudios económicos. La separación de la política significó dejar lo social fuera y trabajar con modelos matemáticos puros. En Centroamérica, sometida a una fuerte crisis económica en los años ochenta (la crisis de la deuda), las recetas liberales –en realidad conservadoras–, sirvieron para aplicar los ajustes estructurales a la sociedad y convertir la crisis en estancamiento. La ciencia económica todavía mantiene en su interior una fuerte polémica, pero con una franca retirada de las sugerencias de la libertad de mercado y del Estado subsidiario. Y aquí otro cambio a señalar. A fines de siglo XX,

diversas influencias intelectuales fueron llegando de las academias del exterior, que se observaron primero como un extraño debilitamiento de la sociología y paralelamente, la emergencia de la política como ciencia; se dice debilitamiento para expresar varios hechos observables, tales como la disminución relativa de los estudios sociológicos en el pensum general de la disciplina como un todo. Fue decayendo también el número de estudiantes y graduados y pari pasu, de investigaciones, publicaciones y otros materiales tradicionalmente calificados como estudios sociales. No fue una pérdida de popularidad sino de adherentes y entendemos que es la ganancia de un nuevo sentido cultural. De la sociedad pasaron a ser importantes el Estado y no el gobierno, la democracia (elecciones, partidos, ideologías y competencia política, etc.), la ciudadanía y no el sujeto, los conflictos y no la lucha de clases. La ciencia política llenó espacios vacíos y desbordó los que estaban llenos. Fue como una revolución en el aula, porque curiosamente, los estudios sobre el Estado ocuparon la atención de las fuerzas y los temas de izquierda, que abundaron por todas partes. En Centroamérica no importó mucho saber distinguir los límites y precisar jurisdicciones académicas entre una y otra disciplina. En Costa Rica, por ejemplo, se creó una licenciatura y una maestría en ciencias políticas y se mantuvo la otra en ciencias sociales. Se empezó “haciendo” sociología y se terminó con conclusiones de ciencia política. Coincidió, casualmente, la democratización postconflicto (1982-1986) que empezó en tres países de la región (Guatemala, El Salvador y Nicaragua), con los temas de la politología, modo que las investigaciones sobre el Estado democrático, los partidos políticos, los sistemas electorales y otros aspectos emparentados con lo anterior cobraron interés y popularidad. Se trata de fenómenos de la realidad cotidiana; la esta-

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del nuevo siglo. Desde el punto de vista epistemológico hubo un movimiento hacia lo microsociológico, en muchos casos utilizando teorías limitadas en su intención comprensiva, próximas a las calificadas por el viejo Merton como “teorías de alcance medio”. Hubo una época en que también fueron utilizadas las ideas paradigmáticas de Parsons y compañeros de la Escuela de Chicago, agrupados en el funcional estructuralismo; la antropología más moderna, en estas latitudes, se basó en estas teorías de origen estadounidense. Para no ser mal comprendido, digamos que nadie ha prohibido la utilización del marxismo como el gran modelo explicativo del siglo XX, ¿por qué se le deja si fue en referencia a su riqueza analítica que las ciencias sociales en América Latina crecieron y se diversificaron? El marxismo tiene una múltiple significación y, por lo menos, dos planos que tienden a superponerse y confundirse. Uno, es lo que llamaremos la dimensión política, donde aparece la razón del socialismo utópico al socialismo científico, la alternativa de sociedad no capitalista, y las estrategias marxistas de la lucha por el poder, que se hicieron populares en los mismos sitios donde se enseñaba sociología. La otra expresión de señalada importancia es la versión filosófica de Marx, el de la teoría que resume la Ideología alemana y su propuesta universal en la Introducción a la Crítica de la Economía política, el ser social determina la conciencia social; la ciencias sociales marxistas parecen volver en versión apolítica, abriéndose paso entre el fárrago de su pasado y la dispersa producción social contemporánea. Esta no es una predicción sino la referencia a algunos síntomas visibles. En las ciencias sociales recientes ha habido un interés por renovarse y aproximarse a nuevos paradigmas científicos; algo ha sucedido con discutible éxito en las ciencias económicas. Al contrario de lo que ocurría en los años anteriores, cuando se utilizó el término de la economía política y las teorías del desarrollo, importantes pensadores eu-

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dolatría explica los numerosos estudios sobre autoritarismo, dictaduras y democracia. Sin embargo, de todo esto no puede derivarse que las ciencias sociales están en crisis, si no es en modalidades heterónomas; por ejemplo, la ya mencionada sociología. Lo pertinente es apuntar que en el desarrollo de estas novedades no hubo ningún paradigma ni modelo a seguir. El marxismo, a pesar de su enjundia, fue hecho a un lado porque ni el Estado, el poder, la autoridad, son aspectos temáticos que el marxismo no atiende como lo hizo Weber y los cien seguidores surgidos en Estados Unidos. En Centroamérica, el momento más importante por la originalidad creativa que ella tuvo ocurrió con la llamada generación de la guerra, que se movía convulsivamente entre la academia y la revolución y todavía creía en las virtudes transformadoras de la realidad por el conocimiento. Esa es historia sabida. Las tareas y programas de la FLACSO se vieron invadidas por estas preocupa-

ciones cuando nacieron al impulso de la Secretaría General, hacia los años 1980-1985, las unidades centroamericanas: Guatemala, República Dominicana, El Salvador y Costa Rica. Esos fueron justamente los años álgidos de la guerra civil, que habrían de marcar las diversas formas de conocimiento local o regional sobre los cambios y los retrasos societales, con predicciones no todas laudatorias y no siempre acertadas. Los estudios sobre el conflicto armado provocaron un sinnúmero de reuniones, investigaciones y publicaciones hechas por académicos o centros estadounidenses, o de otros países. De hecho, Centroamérica fue más pensada en el exterior. No es porque se menciona de último que la historiografía es poco importante en la región, especialmente en Nicaragua, Costa Rica y Guatemala. De hecho existe un movimiento de revisión histórica, especialmente del siglo XIX, período que corresponde a la formación definitiva de los Estados nacionales; creemos que es la disciplina

histórica que reúne el mayor número de graduados y especialistas, y también de importantes investigadores que vienen de otras disciplinas universitarias. Finalmente, en toda la región han aparecido cursos de entrenamiento, investigaciones, panfletos, libros, seminarios y modus vivendi sobre el problema del feminismo, el ambiente, la violencia criminal y la inseguridad, las pandillas, las drogas y en Guatemala y Honduras, especialmente, los estudios sobre las poblaciones indígenas. En rigor, la significación del reconocimiento de la multietnicidad y la pluriculturalidad han provocado no solo políticas estatales, movimientos sociales, expresiones culturales sino una generosa especialidad científica. Hoy día, probablemente son los estudios multiétnicos los que como “disciplina” movilizan más recursos financieros y humanos, que tiene más lectores y más iniciativas publicitarias. Y aún falta mucho por hacer.

Discurso pronunciado por Carlos Figueroa Ibarra con motivo de recibir la distinción “Profesor Investigador Emérito René Poitevin” por parte de la Sede Guatemala de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)* Guatemala 13 de agosto de 2014. Quiero en primer lugar agradecer de manera sentida y profunda a los colegas de FLACSO-Guatemala que tomaron la iniciativa de otorgarme la distinción cuya entrega nos tiene ahora reunidos. Mi agradecimiento va en particular a los integrantes del Consejo Académico de FLACSOGuatemala y en particular a la doctora Beatriz Zepeda, directora de la institución en el momento que se tomó la iniciativa de otorgarme la distinción “Profesor e Investigador Emérito René Poitevin”. Confieso que fue algo inesperado para mí cuando por medio de Virgilio Reyes, el Consejo Académico me comunicó telefónicamente que había decidido honrarme con tal distinción. En realidad pasaron unos días antes de que internalizara plenamente lo gratificante que ha resultado para mí tal reconocimiento. Y la razón de la demora es muy sencilla: la noticia me * Versión resumida.

fue comunicada en los primeros días de junio de 2014, cuando todavía procesábamos los acontecimientos de las sesiones del Consejo Superior y la Asamblea General de FLACSO de los días 29 y 30 de mayo. Y cierto es que la situación de la Sede Guatemala con motivo de los avatares que ha implicado la elección de un nuevo Director o Directora, no me han permitido saborear plenamente el honor que he recibido. Para empezar, no tuve cabeza sino hasta el lunes en la tarde para comenzar a invitar a amigos, familiares y seres queridos al evento que hoy nos reúne. Así que los amigos y amigas, y familiares que me acompañan hoy lo hacen a pesar de la premura con que fueron invitados por mí. Les agradezco a todos su presencia. Evoqué aquella pequeña escuela (la Escuela de Ciencia Política de la USAC), ubicada en uno de los edificios de la Ciudad Universitaria, al cual estudiantes y profesores llamaban coloquialmente “El Gallinero” y pensé en todo lo que a las ciencias

sociales les ha acontecido en estas cuatro décadas. Para empezar, poco tiempo después de 1974, en alguno de mis viajes a Guatemala –pues me encontraba estudiando el posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México–, pude ver cómo René Poitevin, Víctor Gálvez Borrell, Mario Luján, Jorge Romero Imery, Raúl Zepeda entre otros, celebraban jubilosamente que finalmente el Consejo Superior Universitario de la USAC, había aprobado la creación de la Escuela de Ciencia Política con las carreras de ciencia política, sociología y relaciones internacionales”. Vivíamos en aquellos años la plenitud de la dictadura militar. Pero era una dictadura militar en la que la represión había menguado. Finalmente el primer ciclo insurgente había terminado, el país atravesaba una calma que después supimos, solamente fue un breve interregno entre dos grandes tormentas represivas. Además, el gobierno de turno buscaba legitimarse después del

fraude electoral de 1974. Fue en ese breve espacio en el cual nació la Escuela de Ciencia Política, aunque las ciencias sociales en Guatemala habían nacido mucho antes. No es posible desligar a las ciencias sociales del contexto político y social en el que se desenvuelven. Es verdad de Perogrullo afirmar que cualquiera que haga una historia del desenvolvimiento de las ciencias sociales, tiene que vincular el mismo a la sociedad en la que se desenvuelven. Y en este tenor hay que recordar el contexto del despegue de las ciencias sociales en Guatemala. Y en el contexto que vivimos hoy en la Sede Guatemala de FLACSO, hace que convenga recordar que los congresos centroamericano y latinoamericano celebrados en Costa Rica en 1974, se realizaron en el momento en que la ferocidad pinochetista acosaba a FLACSO en Chile. Ésta terminaría cerrando sus actividades en esa República, porque el oscurantismo dictatorial que combinaba neoliberalismo con anticomunismo consideraba a FLACSO como un reducto del marxismo que amenazaba a la cultura cristiana y occidental. Pocos años después, el contexto había cambiado radicalmente. Centroamérica vivía el estallido revolucionario iniciado en Nicaragua y que se propagaba a El Salvador y Guatemala. La insurgencia se expandía en Guatemala y la dictadura militar volvió a ser terrorista. Una de las organizaciones revolucionarias del país secuestró al hijo de uno de los más prominentes empresarios y además de dinero pidió que se publicara un manifiesto en los distintos diarios

guatemaltecos. Como lo supimos en aquel momento, a los analistas del ejército de Guatemala les pareció que aquel manifiesto manejaba muy bien las categorías usuales en las ciencias sociales y concluyó que aquel manifiesto solamente podría haber salido de la Escuela de Ciencia Política de la USAC. Y con tal conclusión obró en consecuencia. A través del Ejército Secreto Anticomunista amenazó de muerte a siete académicos, en cuenta a quien hoy les habla. Tres de los siete académicos, Jorge Romero Imery, Ricardo Juárez Gudiel y Julio Alfonso Figueroa finalmente fueron asesinados. Los otros cuatro nos salvamos porque pudimos salir al exilio. La anécdota acaso valga para ilustrar lo que probablemente pensaban los funcionarios civiles y militares de las dictaduras militares latinoamericanas: que las ciencias sociales eran subversivas. De la anterior consideración ha pasado ya algún tiempo. Hoy es un lugar común en Guatemala decir que hay ciencias sociales críticas y también hay ciencias sociales sistémicas. Hay enfoques teóricos que buscan conservar lo establecido y otros que buscan transformarlo. Desde un horizonte académico todas las teorías son legítimas y con capacidad para producir conocimientos nuevos. Es en el marco de este horizonte académico, que en sus poco más de 27 años de existencia, FLACSOGuatemala ha dado aportes fundamentales a las ciencias sociales en este país. Recibo la distinción “Profesor e Investigador Emérito Rene Poitevin”

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De izquierda a derecha, Dra. Walda Barrios, Dr. Virgilio Reyes, Dr. Carlos Figueroa Ibarra y Mtro. Vicente Quino.

en un momento crucial de la historia de FLACSO-Guatemala, el cual puede tener repercusiones para todo el sistema FLACSO. Se trata de preservar el espíritu que ha animado al mencionado sistema FLACSO y el cual pude percibir en los cuatro años que tuve el honor de ser Consejero a título individual en su Consejo Superior. Se trata de un espíritu fuertemente apegado a lo institucional, respetuoso del Acuerdo constitutivo de FLACSO y de sus distintos reglamentos. Un espíritu apegado también a los usos y costumbres que rigen el desenvolvimiento de dicho sistema. FLACSO es un organismo internacional y autónomo, pero también es concebido como un organismo intergubernamental. Esto implica un sistema en el cual el consenso es la norma y la imposición algo impensable. La democracia tal como es concebida en la institución es una democracia de consenso. Los Consejos Académicos de las Sedes, y los órganos de decisión respectivos en los Programas y Proyectos, son actores fundamentales como también lo son los gobiernos signatarios del Acuerdo FLACSO. La autonomía de FLACSO implica la libertad para elegir los temas de investigación, los enfoques teóricos que deben guiarlos y la libertad de cátedra en el caso de los proyectos docentes. FLACSO no deber ser refugio para funcionarios gubernamentales temporalmente desempleados, sino el espacio para profesores investigadores de carrera con estabilidad laboral, críticos y autónomos en su pensamiento. Si bien es cierto que FLACSO como institución tiene que ser ajena a todo tipo de militancia, también hay que recordar que no puede ser tratada como un ministerio. Su relación con el Estado y con los gobiernos de turno es de respeto y coadyuvancia en la solución de los problemas nacionales y sociales, independientemente de la tesitura política de dichos gobiernos. La relación del Estado y los gobiernos de turno con FLACSO debe ser de respeto a su autonomía y de cumplir con el acuerdo gubernativo para financiar sus actividades. Finalizo estas palabras reiterando mi gratitud a FLACSO-Guatemala por la distinción recibida, y hago votos porque los próximos tiempos de esta institución que ya ha cumplido 27 años en el país, cumpla muchos más caminando ascendentemente pero en el sendero que ha venido transitando.

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FLACSO es catalogado como uno de los mejores centros de pensamiento mundial Según la más reciente publicación de “2013 Global Go to Think Tank Index”[1] de la Universidad de Pensilvania, enero 2014, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales continúa ocupando espacios entre los mejores Think Tanks del mundo. Esto sin duda es un reflejo de más de 56 años de trabajo de la entidad promoviendo el desarrollo económico de la sociedad, la reducción de la desigualdad, el fortalecimiento integral de la democracia y el libre intercambio de ideas y visiones críticas de la realidad. Top Think Tanks Worldwide (non-US) Entre los mejores 100 del mundo. Puesto: 73 Top Think Tanks Worldwide (US and non-US) Entre los mejores 100 think tanks del mundo. Puesto: 95 Best Government Affiliated Think Tanks En el puesto 18 en el mundo Best Transdisciplinary Research Program at a Think Tank Puesto 28 en el mundo Best University Affiliated Think Tanks Puesto 21 en el mundo Think Tanks with the Most Innovative Policy Ideas/Proposals Puesto 27 en el mundo Think Tanks with the Most Significant Impact on Public Policy Puesto 49 en el mundo Think Tank with Outstanding Policy-Oriented Public Programs Puesto 39 en el mundo Thinks Tanks with the Best External Relations/Public Engagement Program Puesto 46 en el mundo Think Tanks with Best use of Internet Puesto 28 en el mundo Think Tanks with the Best Use of Media (Print or electronic) Puesto 31 en el mundo REF: 2013 Global Go to think Tank Index and Abridged Report, January 2014. University of Pennsylvania. http://www.ecologic.eu/sites/files/news/2014/gotoreport2013_final.pdf [1] 2013 Global Go to think Tank Index and Abridged Report, January 2014. University of Pennsylvania. http://www.ecologic.eu/sites/files/news/2014/gotoreport2013_final.pdf

NOVEDADES EDITORIALES Diccionario Biográfico del Movimiento obrero urbano de Guatemala 1877-1944 Arturo Taracena A./Omar Lucas Monteflores Editorial de Ciencias Sociales ISBN: 978-9929-585-34-8 No. de págs: 380 1ª Edición, 2014 Guatemala-Guatemala

Eterna Violencia. Vida de las mujeres ladinas en Guatemala Cecilia Menjivar FLACSO/El Pensativo ISBN: 978-9929-8090-9-3 No. de págs: 294 1ª Edición, 2014 Guatemala-Guatemala

Se posterga elección de director/a de FLACSO-Guatemala La elección a director/a de la FLACSO, Sede Académica Guatemala, prevista para la Asamblea General extraordinaria a celebrarse en el país el 30 de septiembre de 2014, fue suspendida por decisión del Consejo Superior en consulta con el Gobierno de Guatemala. Por tal motivo, la dirección de la institución está encargada a la Secretaría General, la que ha delegado al Dr. Virgilio Reyes como su representante en el país. El consejo Académico y la Comunidad Académica de la Facultad expresamos nuestro reconocimiento y agradecimiento a los cientos de intelectuales y organizaciones de la sociedad civil las muestras de solidaridad y simpatía para nuestra institución, en la demanda de respeto a nuestra institucionalidad, autonomía y forma de gobierno. Queremos reiterar que FLACSO-Guatemala continuará empeñada en el compromiso de promover la enseñanza a nivel de posgrado e investigación en los distintos campos de las ciencias sociales y seguir cooperando con las instituciones públicas, universidades y organizaciones de la sociedad civil con el afán de generar esfuerzos en pro del desarrollo, la democracia, la integración regional, el fortalecimiento de la justicia y los derechos humanos y del bienestar social.

JORNADAS DE FORMACIÓN CONTINUA Y SENSIBILIZACIÓN

El personal académico, administrativo y de servicios de FLACSO-Sede Académica Guatemala participó durante agosto y septiembre en las Jornadas de Formación Continua y Sensibilización, en el marco del Proyecto Medidas para la Inclusión Social y Equidad en Instituciones de Educación Superior en América Latina (MISEAL, Proyecto ALFA III) y como parte del plan de trabajo del Área de Identidades y Cultura. En el primer taller, impartido por la Mtra. Anneliza Tobar, se abordó el tema Discapacidad e Inclusión Social (7 y 8 de agosto); en el segundo taller, la Dra. Claudia Dary trabajó Etnicidad e Inclusión Social (21 y 22 de agosto), y en el tercero, la Mtra. Ana Lucía Ramazzini desarrolló Género e Interseccionalidad (17 y 18 de septiembre). Este espacio de formación posibilitó un intercambio entre la comunidad que integra esta Facultad.

FLACSO-Guatemala y la Comisión Conmemorativa del 70 Aniversario de la Revolución de Octubre invitan a la presentación del libro

“El Guatemalazo”

Obra original de Gregorio Selser Comentarios Dr. Jorge Solares

Jueves 16 de octubre, 17:30 horas Auditorio René Poitevin FLACSO-Guatemala, 4-44 zona 10, ciudad de Guatemala

Publicación bimestral de FLACSO-Guatemala Director: Dr. Virgilio Reyes Coordinador editorial: Lic. Hugo Leonel de León PBX (502) 2414 7444 - flacsoguate.edu.gt - http:www.flacso.edu.gt Se autoriza su reproducción total o parcial siempre y cuando se cite la fuente.

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