DISCURSOS EN LA RECEPCION' PUBLICA SR. D. MARIANO CATALINA MADRID LEIDOS ANTE LA EL DIA 20 DE FEBRERO DE

DISCURSOS LEIDOS ANTE LA REAL A C A D E M I A EN SR. D. ESPAÑOLA LA RECEPCION' PUBLICA M A R I A N O C A T A L I N A E L DIA 2 0 D E F E B

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LOS JESUITAS Y EL CULTO MARIANO: LA CONGREGACIÓN DE LA NATIVIDAD EN LA CASA PROFESA DE MADRID
TIEMPOS MODERNOS 9 (2003-04) Los jesuitas y el culto mariano ISSN 1139-6237 Fermín MARÍN BARRIGUETE LOS JESUITAS Y EL CULTO MARIANO: LA CONGREGACIÓN

Director: MARIANO D. URDANM~
DIARIO OFICIAL ORGANO DEl GOBIERNO CON5 TI TUelONAL' DE lO~ ES TAOOS UNIDO~ Mt XICANOS Director: MARIANO D. Registrado como artículo de 2a. clase .

2004, de 20 de febrero)
ANEXO IV I. IDENTIFICACIÓN DEL CERTIFICADO DE PROFESIONALIDAD Denominación: CORTINAJE Y COMPLEMENTOS DE DECORACIÓN Código: TCPF0309 Familia Profesiona

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DISCURSOS LEIDOS

ANTE

LA

REAL A C A D E M I A EN

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LA RECEPCION'

PUBLICA

M A R I A N O

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DISCURSO DEL SR.

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MARIANO

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SEÑORES

ACADÉMICOS:

D e u d a de gratitud, nunca bien p a g a d a , contrae quien alcanza el honor de llamarse vuestro c o m p a ñ e r o . T o d o s un día, con generoso alarde, esforzasteis la p a l a b r a para d e m o s t r a r el p r o f u n d o reconocimiento del c o r a zón: ninguno, q u e yo sepa, cumplió á satisfacción propia este gratísimo deber; antes bien creo q u e c a d a cual salió de aquí triste y pesaroso, por no h a b e r acertado á expresar clara y vigorosamente lo q u e sentía. V e r d a d es q u e la gratitud, como p l a n t a rara y preciosa, c u a n d o arraiga en b u e n a tierra, no se satisface con a r r o j a r inútil hojarasca, ni se cansa de producir regaladas flores y sazonados frutos. ' Modestia n a t u r a l y verdadera, siempre ignorada de quien la atesora, os a c o m p a ñ ó á este recinto, y con ser ella tan g r a n d e , no bastó á ocultar vuestros méritos. Quién vino aquí cargado de laureles, briosamente g a nados en el c a m p o d o n d e se representan los actos h u m a n o s y so da vida y voz á los g r a n d e s personajes que ya no existen, y se contraponen y revuelven las pasiones del a l m a , y se lucha f r e n t e á f r e n t e y brazo á brazo con todos y c a d a u n o de los espectadores; quién t r a j o el a b u n d a n t í s i m o y fecundo caudal recogido con penas y vigilias en las recónditas f u e n t e s de la palabra, a u m e n t a d o con el estudio de idiomas casi desconocidos

y propio, más q u e otro n i n g u n o , p a r a limpiar, fijar y d a r esplendor á la lengua patria: unos, p u l s a n d o la lira d e P i n d a r o y T i r t e o , arrebatasteis en e n t u s i a s m o á los e n c a n t a d g s oyentes; otros con la elocuencia de D e m ó s tenes y Cicerón, penetrasteis en el revuelto p a l e n q u e de la política, conquistando allí alto r e n o m b r e con las a r m a s poderosas del bien decir: cuál, amoroso cultivad o r del derecho, t r a j o los timbres q u e conquistó en el foro; cuál, investigador sutil de la esencia de las cosas, alcanzó en los estados sin límites de la filosofía, corona merecida: todos vinisteis a q u i con méritos propios y verdaderos; tan propios como vuestra modestia al desconocerlos, t a n verdaderos como los servicios q u e aquí estáis prestando. F u e r a i m p e r t i n e n t e , Señores Académicos, q u e yo i n t e n t a r a d e m o s t r a r m i falta d e títulos literarios p a r a ingresar en esta ilustre Corporación: sé q u e no los tengo, y verdades tan claras no h a y p a r a qué d e m o s t r a r l a s . P e r o a s e g u r a r q u e sin motivo alguno m e habéis elegido, sería ofenderos; y esto, aun á riesgo de parecer i n m o desto, no he de hacerlo yo. Quizá, a n i m a d o s por el generoso deseo de favorecerme, hayáis supuesto en mí cualidades y a p t i t u d e s de q u e carezco: no es imposible que, sin t e n e r en c u e n t a mis fuerzas, y p e n s a n d o sólo en mis propósitos, m e hayáis creído capaz de contribuir y aun de ser útil p a r a alguno de los provechosos t r a b a jos en q u e la A c a d e m i a se e m p l e a : yo no hallo n a d a digno de vosotros, ni en m i h u m i l d e inteligencia, ni en el escaso c a u d a l de mis conocimientos; p e r o seguro e s toy de q u e por algo m e habéis elegido, y de q u e a l g u n a esperanza f u n d a s t e i s al acordaros de mí: ignoro cuál; pero en todo caso, m i deseo es no desvanecerla; sobrepujarla, mi deber.

Si por merecimientos de a m o r á la literatura patria y de admiración y respeto á los q u e con provecho la cultivan, se otorgaran las sillas de esta A c a d e m i a , yo tendría la mía al lado de la p r i m e r a : si el vivísimo e m p e ñ o de consagrar la existencia entera al m a y o r lustre d e ' l a s letras españolas, f u e r a mérito b a s t a n t e p a r a form a r parte de la Corporación q u e las representa, t a m puco m e creería f u e r a de lugar en su recinto; pero ni áun este a m o r y este e m p e ñ o p u e d o a t r i b u i r m e c o m o cualidades propias: recitólas en mis primeros años d e a q u e l q u e , a p e n a s traspasó los límites d e la edad d e la razón, y a era vuestro c o m p a ñ e r o ; d e . a q u e l l a p r e c o c í sima inteligencia que, sin h a b e r llegado á su m a d u r e z , pasó por los puestos m á s elevados de la ciencia, d e las letras y de la política; de a q u e l laborioso y malogrado escritor q u e , á poco m á s de siete lustros d e existencia, b a j ó al sepulcro, d e j a n d o n o m b r e m á s q u e estimable entre los l i t e r a t o s , recuerdo cariñoso en sus amigos y u n a silla vacía en la A c a d e m i a . C o n su n o m b r e , si no su inteligencia y su saber, legóme el carino q u e os profesó, la g r a t i t u d q u e os debía y el noble a f á n d e ser vuestro c o m p a ñ e r o . D e s d e la niñez guió mis pasos en la tierra: con la palabra, y m á s aún con el ejemplo, m e inspiró a m o r al t r a b a j o y afición al cultivo de las letras: la veneración q u e por esta casa t u v o t o d a su vida, hízola necesidad d e la mía: á sus consejos debo lo poco q u e sé: m i e n t r a s vivió m e colmó de beneficios; y con ser ellos tantos, áun m e trasmitió al morir el m á s valioso de los q u e él h a b í a disfrutado: el de vuestra a m i s t a d y vuestro afecto. S u s o m b r a bienhechora no m e h a a b a n d o n a d o j a m á s ; y p e r d o n a d m e . Señores Académicos, si creo firm e m e n t e q u e á ella m á s q u e á n a d a d e b o el honor de e n c o n t r a r m e entre vosotros. E s t e recuerdo t r i b u t a d o en

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el m o m e n t o m á s solemne d e m i vida al A c a d é m i c o q u e m e sirvió de p a d r e , tal vez no sea oportuno, pero satisface u n a necesidad de m i a l m a , y viene á p a g a r en p a r t e una d e u d a sagrada de g r a t i t u d . T a m p o c o p u e d o eximirme de recordar á otro insigne A c a d é m i c o q u e p o r espacio de m á s de treinta años contribuyó con su saber y laboriosidad á las t a r e a s de esta Corporación. A p t i t u d e s múltiples, laboriosidad incansable, firmeza en los propósitos, facilidad p a r a aprender y a m a b l e generosidad p a r a emplear ciencia y t r a b a j o en beneficio de sus s e m e j a n t e s : tales eran las cualidades del S r . D . Alejandro Olivan. Si recorremos su d i l a t a d a existencia, nos causará asombro ver q u e con la m i s m a facilidad y discreción t r a t a b a de las m á s a r d u a s m a t e r i a s políticas y administrativas, q u e escribía m a nuales y cartillas p a r a enseñanza de la j u v e n t u d : q u e así c o m p o n í a versos en griego y p a t e n t i z a b a en esta casa sus conocimientos filológicos, como e m p r e n d í a y consum a b a t r a b a j o s imposibles sin p r o f u n d o estudio de las ciencias naturales. H o n r a de la A c a d e m i a el escritor, gloria de la patria el repúblico, modelo d e h o n r a d e z y afabilidad el h o m b r e , dejó con su m u e r t e un vacío en las letras, en la administración y en la sociedad q u e difícilmente p o d r á llenarse. T e n g a n otros la gloria de reemplazarle d o n d e sea posible, q u e á quien h a d e ocupar aquí su asiento, n o le es d a d o más q u e rendir t r i buto de admiración y respeto á su m e m o r i a . Si ejercen influencia saludable ó perniciosa en la m o r a l i d a d de los pueblos las representaciones teatrales, cuestión ha sido h a r t o discutida en todos tiempos, sin q u e j a m á s h a y a n llegado á ponerse de a c u e r d o adversarios y defensores; cosa no r a r a c i e r t a m e n t e , p u e s a p e n a s h a b r á m a t e r i a d e g r a n d e interés p a r a la h u m a -

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nidacl en q u e no h a y a sucedido lo mismo: la inteligencia h u m a n a es limitada y los principios de todas las cosas tienen raíz y asiento más allá de las f r o n t e r a s de la razón. H a y , pues, e n pro y en contra del teatro, como escuela de costumbres, respetables autoridades; p e r o t o d a s coinciden en afirmar la poderosísima influencia que por su esencia y por su f o r m a debe ejercer. Nacido al a m p a r o de la religión, fué siempre e l e m e n t o eficacísimo de progreso; y en n i n g u n a época h u b o señal más segura del grado de ilustración de los p u e blos, q u e el desarrollo y perfeccionamiento de su teatro. L a Iglesia Católica, m a e s t r a legítima de t o d a b u e n a enseñanza, propagadora incansable de toda verdad, misionera fervorosa de la civilización, caudillo i n v e n cible contra el error y la barbarie; la Iglesia Católica acogió con benevolencia al t e a t r o , y en m u c h a s ocasiones le protegió y alentó g e n e r o s a m e n t e : en otras le condenó con sobrada razón y e j e m p l a r energía: n u n c a dejó de reconocer su i m p o r t a n c i a ni el grande influjo que había de ejercer en la vida de las naciones. E n las literaturas a n t i g u a s estuvo colocada la poesía d r a m á t i c a al lado de la épica: ignoro si las l i t e r a t u r a s m o d e r n a s d a r á n al teatro el lugar p r e e m i n e n t e en la poesía; pero es indudable que lo o c u p a , según el espíritu y las c o s t u m b r e s de nuestra sociedad. L a s causas de esta predilección con que los p u e blos modernos m i r a n las representaciones teatrales, y en general la literatura d r a m á t i c a , entiendo que r e s i den en la índole m i s m a de nuestro siglo, en la precocid a d prodigiosa de las ideas, en la actividad desordenada de los espíritus, en las aspiraciones insanas de las inteligencias, en el e n f r i a m i e n t o de los corazones, en lo enfermizo de las conciencias, en la espantosa confusión

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de doctrinas y de procedimientos, en las antítesis s o ciales q u e vaticinan u n a crisis universal. C o m o en todos tiempos, y tal vez m á s q u e en otros no t a n agitados, h a y en éste en q u e vivimos verdaderos a m a n t e s de la ciencia q u e se consagran con incansable ardor á estudiarla y d e p u r a r l a h a s t a d o n d e á la h u m a n a i n t e l i g e n cia le es lícito, y por ellos d i s f r u t a m o s de v e n t a j a s q u e nuestros a n t e p a s a d o s no pudieron gozar; pero en este t i e m p o , m á s q u e otro ninguno curioso y antojadizo, h a y u n a incontinencia de saberlo todo, un vértigo en las diversas clases sociales por discutirlo todo y a p r e n d e r de prisa, lo q u e e s t u d i a d o despacio y con c a l m a no siempre se llega á saber, q u e si no e n g e n d r a n el caos y la barbarie, p r o p a g a n la a n a r q u í a moral é intelectual. L a p r e n s a periódica, elemento poderosísimo p a r a ilustrar al pueblo, h a querido, con l a u d a b l e propósito s e g u r a m e n t e , enseñarle m á s y con m a y o r u r g e n c i a de lo q u e f u e r a razonable, c o n t r i b u y e n d o así á p r o p a g a r , en este fecundísimo siglo, la m á s b á r b a r a de las ignorancias, q u e es la de saber, no poco, sino m a l . A r r a s t r a d o el vulgo p o r estas vías de progreso, ha p r e t e n d i d o e n s e ñ a n z a en todo; y el t e a t r o , viva r e p r e sentación de actos h u m a n o s , y en relación directa con los sentidos y con los sentimientos de la m u c h e d u m b r e , ha venido á t o m a r p a r t e en la satisfacción de ese deseo público, convirtiéndose en c á t e d r a de moral, ó de otras cosas. P a r a mover el a l m a del espectador y elevarla, por la a d m i r a c i ó n y el entusiasmo, á las m á s altas r e giones de la moral, no b a s t a ya p i n t a r en el p o e m a d r a m á t i c o vicios y defectos sociales d e u n a época determ i n a d a , y censurarlos y corregirlos por medio de acción sencilla y verdadera; no b a s t a p r e s e n t a r grandes pasiones y t r e m e n d a s luchas del corazón h u m a n o , ni siquie-

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r a h e c h o s heroicos y sublimes de los personajes q u e ilustran la historia: no; este era círcvilo estrecho y mezquino p a r a las aspiraciones docentes de nuestro s i glo. Preciso h a sido e n s a n c h a r l o , y llevar al t e a t r o p r o b l e m a s sociales no resueltos en m u c h o s volúmenes por filósofos y legisladores, f e n ó m e n o s psicológicos q u e constituyen verdaderas excepciones en la n a t u r a l e z a h u m a n a , y extravies morales que preocupan la inteligencia y afligen el espíritu. L a s más repugnantes e n f e r m e d a d e s y los más a b o m i n a b l e s misterios del a l m a , se sacan hoy á la escena; y ¿ q u i é n sabe si, a n d a n d o el tiempo, se explicarán t a m b i é n en ella los de la n a t u r a l e z a física, y podremos a p r e n d e r en el teatro m a t e m á t i c a s y medicina, y a s t r o n o m í a y ciencia prehistórica, y h a s t a e c o n o m í a política? Se equivocan sin d u d a , los q u e sostienen q u e todo p u e d e exponerse y explicarse en la escena; y m e a v e n turo á asegurar q u e están c o m p l e t a m e n t e en error los pocos q u e afirman q u e la l i t e r a t u r a d r a m á t i c a es indiferente y estéril p a r a el bien y p a r a el m a l . R e p r e s e n t a n d o las obras d r a m á t i c a s escenas d é l a vida h u m a n a , con la v e r d a d q u e el decoro y la moral consienten, no p u e d e n por ménos de impresionar y servir de ejemplo al auditorio; el cual, no sólo discierne la enseñanza que la fábula en sí contiene, sino que, al recogerla con los sentidos, recibe la impresión d e un h e c h o real: es, pues, evidente q u e la doctrina b u e n a ó m a l a de la obra h a de ejercer influencia en el espectador. E l asunto, el plan d e la acción d r a m á t i c a y los caracteres de los personajes, constituyen la base de la moral del d r a m a ; pero la f o r m a , el diálogo, las m á x i m a s y sentencias que en las situaciones se e n g e n d r a n , hieren á veces con m á s f u e r z a el espíritu del e s p e c t a d o r que la acción m i s m a de la

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o b r a . Sirvan d e ejemplo estas dos redondillas de uno de nuestros m á s ilustres poetas, puestas en boca de un personaje q u e , al increpar á su amigo p o r q u e h a p e r seguido á u n a m u j e r casada, le dice: Mendigo de amor has sido persiguiendo á u n a mujer casada, que eso es querer desperdicios del marido. E l que tiene tal empeño, tras de vivir con zozobra, sólo alcanza, lo que sobra al apetito del dueño.

E l p e n s a m i e n t o q u e encierran estos ocho versos ha sido expuesto y desarrollado en m u c h a s obras d r a m á ticas: pocas conozco d e d o n d e se deduzca lo ridículo del vicio q u e se quiere corregir con t a n t a claridad y concisión. T e n g a el a u t o r d r a m á t i c o principios sanos y s e g u ros, nútrase de b u e n a doctrina, persevere en el l a u d a ble e m p e ñ o de censurar el vicio y aplaudir la virtud, siempre q u e fuere oportuno, y no h a y a miedo de q u e sus obras dejen de influir benéficamente, p o r más q u e al escribirías no se h a y a p r o p u e s t o desarrollar y r e s o l ver problemas filosófico-sociales, q u e m u c h a s veces acaban p o r fatigar c o n f u n d i e n d o , en vez de instruir d e leitando. Sin m á s propósito q u e entretener h o n e s t a m e n t e , se h a n escrito casi t o d a s las .comedias de nuestro teatro antiguo, y con ser t a n m o d e s t o su fin, si no tuvieran otras incomparables c u a l i d a d e s acreedoras á la universal admiración, les bastaría con t e n e r un código moral aplicable á todos los t i e m p o s y á todas las sociedades, p a r a gozar como bien conquistado el puesto p r e e m i n e n t e q u e ocupan.

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E n comprobación de q u e sin necesidad de pensamiento social concebido á priori, se p u e d e moralizar en el teatro al desarrollar con a r t e cualquier fábula h o n e s t a y entretenida, tengo en mi abono casi todas las obras de nuestros poetas d r a m á t i c o s del siglo xvii: á u n o solo llamaré en m i a y u d a , pero es tal, q u e ni vosotros le h a béis de rechazar, ni yo podía elegir otro mayor para encubrir m i i m p o n d e r a b l e p e q u e n e z . D o n P e d r o C a l d e r ó n d e la B a r c a m e a c o m p a ñ a : en sus obras h e buscado t e m a p a r a m i discurso: ellas m e ofrecen a b u n d a n t í s i m o y bien Sazonado f r u t o . C o n tal c o m p a ñ í a y con t a n b u e n o s materiales espero cautivar vuestra atención breves m i n u t o s ; pues a u n q u e el trabajo sea infeliz, como mío, la m a t e r i a es como suya, y ni á u n m i torpeza lia de poder quitar sus e n c a n t o s á p e n samientos engendrados en la m e n t e del gran C a l d e r ó n . D e sus peregrinas concepciones dramáticas, estudiando su teatro desde elevadísimas regiones y á grandes rasgos, disertó ya en este m i s m o recinto un insigne poeta, cuya reciente pérdida lloran las letras españolase otro docto y laborioso Académico t r a t ó aquí t a m b i é n con r a r a brillantez y p r o f u n d a crítica de los A u t o s S a c r a m e n t a l e s del Príncipe de nuestros d r a m á ticos: a m b o s cumplieron á maravilla el fi'n i m p o r t a n t í simo que se h a b í a n propuesto, d e j a n d o á otros la h u milde t a r e a de estudiar en sus p o r m e n o r e s las obras del maravilloso ingenio y sacar la enseñanza moral q u e en todas ellas resplandece. ¿Cómo se llama una dulce p e s a d u m b r e que á un tiempo hiela y abrasa todo el corazón, corriendo desde los ojos al alma?....

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L a pesadumbre •

Qi'S brazos del desdén nace, crece en poder del deseo, vive en casa del favor y muere en la de los celos

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