Diversidad Cultural y Currículum en la Formación del Ciudadano. Centro y Latinoamericano del siglo XXI. Lic. Kattia Chaves Herrera

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Diversidad Cultural y Currículum en la Formación del Ciudadano Centro y Latinoamericano del siglo XXI

Lic. Kattia Chaves Herrera

Seminario “Análisis de problemáticas curriculares a la luz del contexto costarricense y centroamericano” Profesora Zaida Molina 30 de octubre de 2010

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Resumen Dos distintos enfoques con respecto a la incorporación de la cultura al currículum se encuentran en disputa. El primero incorpora el rescate del patrimonio cultural singular en oposición al punto de vista de una visión globalizada del mundo con perspectiva tecnológica y futurista. Enfocada en la realidad latinoamericana, Peralta (2006) es partidaria del primer enfoque, considera la pertinencia cultural del currículum como parte de la formación de valores culturales, la identidad cultural, y el mantenimiento de patrimonio cultural singular. La influencia añeja del movimiento que impulsa el concepto de una cultura globalizada sobre la cultura regional se pone en evidencia mediante el análisis histórico de los contenidos curriculares. Como una respuesta alternativa a las tendencias de tipo extremistas como las anteriores, Coll y Martín (2006) analizan la propuesta de entrada simultánea por competencias clave y saberes fundamentales del currículum. Cox (2006) es también partidario de la entrada simultánea. Fumagalli y Madsen (2003) enfocados en el currículum centroamericano también proponen que éste sea de tipo equilibrado. Hay quienes sin embargo, ven esta equidad como un atentado a la diversidad. En la colaboración hacia un currículum armonioso a nivel cultural, los psicopedagogos encontramos un campo más de acción. ¿Podría la focalización cultural convertirse en etnocentrismo y elemento propicio para la segregación cultural de los mismos educandos? Palabras clave: Currículum, Centroamérica, cultura, diversidad, etnocentrismo, Latinoamérica.

Abstract Two different approaches are in dispute regarding culture incorporation to the curriculum. The first approach incorporates the rescue of singular cultural heritage. In opposition, the other one sustains the point of view of a globalized world with a technological and futuristic perspective. Focused on the Latin American reality, Peralta (2006) is in favor of the first approach, considering the cultural relevance of the curriculum as part of the formation of cultural values, cultural identity, and maintenance of unique cultural heritage. An ancient movement that promotes the concept of globalized over regional culture becomes evident by the historical analysis of the curriculum. As an alternative to those extremist points of view, Coll and Martin (2006), and Cox (2006) analyzed the proposal for a simultaneous input of key skills and basic knowledge to the curriculum. Fumagalli and Madsen (2003), focused on the Central American curriculum, also propose that this type of curriculum will be the ideal one. There are those who, however, see this fairness as a violation of diversity. In working toward a harmonious cultural curriculum, psychopedagogists have to deal with one more component. Could the cultural focus become ethnocentrism and a conductive element for cultural segregation of learners? Clue words: America.

Curriculum, Central America, culture, diversity, ethnocentrism, Latin

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Introducción La influencia de la cultura en el curriculum es fascinante. Ya desde el primer cuarto del siglo pasado Vygotsky investigaba la mediación cultural o la influencia de la cultura expresada por parientes y otros adultos en el desarrollo del niño, de su lenguaje y su conocimiento. Vygotsky (1978) afirma: “Todas estas funciones superiores se originan como relaciones reales entre individuos humanos". Cerca de un siglo después de que Vygostky aportara su teoría de la mediación cultural a la pedagogía, dos distintos enfoques con respecto a la incorporación de la cultura al currículum se encuentran en disputa. El primero es el enfoque curricular que incorpora el rescate del patrimonio cultural singular en oposición al punto de vista de una visión globalizada del mundo con perspectiva tecnológica y futurista. Un puente entre ambos enfoques es propuesto por Hegarty (2006) como parte de un currículum de entrada simultánea por competencias clave y por saberes fundamentales, esencial en la selección de los aportes culturales para la formación de un ciudadano tanto local y mundial. Hay quienes sin embargo, ven esta equidad como un atentado a la diversidad.

Desarrollo Enfocada en la realidad latinoamericana, Peralta (2006) es partidaria del primer enfoque, considera la pertinencia cultural del currículum como parte de la formación de valores culturales, la identidad cultural, y el mantenimiento de patrimonio cultural singular. Según la autora, el carácter neutro del currículum es la base de su inoperancia en diferentes ámbitos resultando en “complejos problemas de identidad cultural, unidos a escasa autoestima y capacidad de creación, falta de manejo de las poblaciones con los distintos ámbitos e interacción cultural” (p.60). Peralta recomienda el establecimiento de un modelo de análisis para hacer la selección cultural dentro del proceso curricular y la superación de la réplica indiscriminada de modelos creados para otros contextos. La autora indica la necesidad de de crear un “puente” entre la antropología sociocultural y la educación. Este puente, para Peralta, se genera mediante la participación de las comunidades educativas y los educadores con la finalidad de rescatar y promover la colaboración entre culturas y los seres humanos por medio de la recopilación de información, ejecución, contextualización del currículum y creatividad curricular. Entre las actividades sugeridas por Peralta (2006) para la práctica de esta integración entre la cultura comunitaria y el currículum se encuentran: La creación de un área dentro del aula llamado “Mis abuelos y yo” donde los niños exponen herramientas o fotografías de actividades laborales realizadas por sus abuelos y que algún modo reflejan las fuentes de trabajo de la comunidad; otra actividad es la visita de los familiares a los centros de trabajo para observarles realizar su labor. Este tipo de reencuentros y valoración de la cultura del estudiante produce el efecto positivo en la autoestima del estudiante y la conexión de escuela con su propia comunidad fortalece su aprecio por su propia educación. Peralta reitera que la contextualización

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del currículum aumenta la creatividad del estudiante y rescata el patrimonio cultural de la comunidad. Asimismo la autora señala que cuando el educador promueve este tipo de encuentros culturales éste adquiere “en su quehacer una dimensión de rescate cultural que trasciende su labor, colaborando así a un encuentro más respetuoso entre culturas y, por tanto, entre los seres humanos” (p.136). Podríamos interpretar a partir de esta aseveración que la autora reconoce el hecho de que en las distintas regiones de un mismo país latinoamericano se encuentran interactuando distintos tipos de culturas. Esta realidad es producto de la histórica migración entre sectores regionales del mismo país, o la inmigración desde otros puntos de Centroamérica o Latinoamérica que contribuyen con su propia cultura al currículum escolar. Es este innegable concepto de intercambio transcultural lo que conlleva al planteamiento alternativo de un currículum enfocado en la incorporación de una cultura globalizada como respuesta a las inquietudes que despiertan el enfoque de la cultura singular expuesto por Peralta (2006). La influencia añeja del movimiento que impulsa el concepto de una cultura globalizada sobre la cultura regional se pone en evidencia mediante el análisis histórico de los contenidos curriculares. Un ejemplo de este proceso es la decadencia en importancia y consistencia en la incorporación de la cultura indígena costarricense al currículum costarricense de la Educación General Básica y la Educación Diversificada. Hasta los años 1970, el currículum incluía la historia y cultura de los aborígenes de Costa Rica con todo detalle. Los libros utilizados en las escuelas públicas ilustraban toda clase de aspectos culturales de la vida de los indígenas de las regiones Brunca, Huetar y Chorotega, entre los cuales se encontraban sus juegos, diferencias entre estos grupos, localidades, lenguas, vestimentas, etc. Los estudiantes costarricenses celebraban el 12 de octubre conocido como el “Día de la Raza” desde 1968 haciendo alusión a las costumbres indígenas, sus vestimentas, comidas y eventos históricos con colorido, música y participación de las comunidades. Poco a poco estos ricos elementos del currículum se han ido disminuyendo o anulando. El concepto de esta festividad patria fue variado a nivel legislativo denominándose el “Día de las Culturas” a partir de 1994 con el fin de resaltar en forma conjunta tanto los aportes culturales de los españoles, los indígenas y los afrocaribeños. Los que hemos vivido este tipo de transiciones curriculares educativas atestiguamos “el duelo cultural” por la desaparición paulatina de costumbres culturales que tuvieron valor trascendental en cierto momento y que se han tornado hacia el movimiento de globalización. Este movimiento y su influencia en las políticas curriculares manifiesta una visión futurista y unificada de la humanidad en torno a ciertos valores universales que propulsan el avance tecnológico, la facilidad y éxitos de los intercambios e interacciones culturales internacionales con finalidades comerciales. De esta visión se deriva el concepto de “aldea global”. Como una respuesta alternativa a las tendencias de tipo extremistas como las anteriores, Coll y Martín (2006) analizan la propuesta de entrada simultánea por competencias clave y saberes fundamentales del currículum. Según esta propuesta existe:

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“…la necesidad de tener en cuenta, en las decisiones sobre qué enseñar y aprender en la educación básica, tanto las necesidades de aprendizaje derivadas del entorno social y cultural inmediato como las derivadas de los procesos de globalización. O, otros términos, tanto las necesidades de aprendizaje relacionadas con el ejercicio de la ciudadanía en las sociedades de pertenencia como las relacionadas con el ejercicio de una ciudadanía mundial. ” (p.14). Un reflejo de este concepto es nuestro orgullo nacional, el Dr. Franklin Chang Díaz, quien se ha sentido ciudadano del mundo desde que miró el planeta desde el espacio exterior. Siendo legalmente ciudadano de dos países, ha experimentado al igual que muchos otros inmigrantes la pertenencia a dos culturas y a la vez ha sobresalido el rescato de valores que ambas culturas le aportan a su éxito personal y a la contribución social que éste ha conllevado. La experiencia transcendental de un joven costarricense volando hacia el espacio sideral es sólo un ejemplo del modo en que los centroamericanos y latinoamericanos en general día a día cruzamos fronteras en búsqueda de mejores oportunidades de desarrollo personal, social y económico, y es una dinámica hacia la cual intenta dar respuesta en enfoque curricular de entrada simultánea. Cox (2006) es también partidario de la entrada simultánea. Al respecto aporta que: “es una garantía para elaborar unas propuestas curriculares que hagan compatibles la aspiración de educar al alumnado para el ejercicio de una "ciudadanía universal" con la aspiración de educarlo para el ejercicio de una ciudadanía enraizada en la realidad social, cultural, nacional y regional de la que forma parte.” (p.14) Estos conceptos son la base del currículum que da soporte al Bachillerato Internacional, ofrecido en Costa Rica por el Liceo de Costa Rica y el Liceo de Palmares. El mismo enlaza a las naciones bajo el alcance de los mismos estándares curriculares de calidad y “alientan a estudiantes del mundo entero a adoptar una actitud activa de aprendizaje durante toda su vida, a ser compasivos y a entender que otras personas, con sus diferencias, también pueden estar en lo cierto” (BI, 2010), como lo indica su declaración de principios. Estos valores de comprensión, compasión y aprecio a otras culturas son pertinentes a la vida de los centroamericanos y latinoamericanos en general. Desde el año 1960 se propulsaba una visión cultural latinoamericana mediante los libros propiciados por la Alianza para el Progreso, distribuidos en Latinoamérica de forma gratuita y en donde se planteaban las diferencias y semejanzas de los distintos países latinoamericanos y los beneficios de fomentar un mundo “Sin Fronteras” como se titulaba unos de los libros de la educación general básica. El sueño de Martí y Bolívar sigue vivo y latente en los que plantean un currículum de entrada simultánea. Los costarricenses hemos experimentado de modo particular la inmigración de refugiados de guerra, de oportunistas, soñadores y pasajeros en rumbo hacia el norte. Hay quienes se han abrazado a la patria y criado sus descendientes en la sabana de la palma, brisa y sol; pero lo que es seguro es el

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hecho de que nuestras aulas escolares han alojado con dicha y orgullo niños y jóvenes de distintos orígenes culturales. Los maestros conocemos lo que significa la diversidad aún dentro de los mismos sectores costarricenses en donde la brecha económica ha aumentado y evidencia las diferencias de estimulación temprana ofrecida a los niños y el nivel de aprestamiento, dependiendo del sector de origen. Éste desarrollo, entre otros, son fundamentales para un para que el proceso de lectura-escritura se den en forma exitosa. Debemos remontarnos por sobre pretensiones filosóficas y románticas hacia el enfoque de una realidad cultural y social que demanda de nuestros políticos y educadores el sustento de un currículum que ofrezca la mejor preparación de nuestros niños y jóvenes para competir en el mercado laboral con las mejores herramientas, la mejor preparación académica, técnica o profesional posible, que haga uso de los avances tecnológicos, las mejores destrezas, la ética profesional, el trato humano, el respeto y valoración hacia la diversidad cultural, el bilingüismo y el desarrollo de las capacidades artísticas; de manera que nuestros jóvenes se encuentren aventajados y no lo contrario, rezagados y con baja autoestima ante los retos que el futuro les depara. Necesitamos preparar también aquellas mujeres que decidan ser madres y amas de casa a tiempo completo, para que sean capaces de asistir a sus hijos con sus tareas escolares sin la angustia que representa para gran parte de la población en este momento el sentirse en desventaja o víctimas de la analfabetismo por desuso. Es preocupante el hecho de que mientras la participación de la comunidad en la elaboración del currículum es discutida, hay más padres de familia desempleados por no haber tenido oportunidades educativas que se ajustaran a sus necesidades, convirtiéndolos en un número más de la tasa de deserción de los colegios. Comunidades muy lejos del ideal de colaboradores en la creación del currículum, sino más bien, aquellas en las cuales los maestros tienen que viajar agachados en el autobús pues las protestas por servicios de transportes ponen en peligro sus vidas debido las pedradas que vuelan por las ventanas del autobús. Esa es una triste realidad, pero es la realidad vivida en muchas comunidades luchando por la supervivencia o simplemente por mantener el status quo al que se han acostumbrado. Mientras esto sucede en algunas comunidades costarricenses y latinoamericanas, otras gozan de las mejores instalaciones escolares, servicios, maestros y liderazgo que apunta hacia la mejor preparación de los estudiantes. Estudiantes que a la larga, como nuestro Franklin Chang, cruzarán fronteras para cumplir sueños de astronautas que no se pueden llevar a cabo en Costa Rica. Es debido a esta desigualdad de oportunidades que el currículum con visión universal y basado en los derechos humanos debe propulsar el rescate de los valores culturales singulares de una nación, sin descuidar el fomento de la preparación académica de sus educandos de modo que no sean ellos los que en un futuro lanzarán pedradas indiscriminadamente como si éste fuera el único modo a su alcance para resolver sus conflictos sociales. Meyer (2006), citado por Cox (2006) resume este concepto con gran claridad: “El nuevo individuo se supone que debe ser capaz de funcionar en, y contribuir a, un sistema social y económico que trasciende al estado nacional (...).Los derechos del individuo necesitan ser ubicados en el sistema global mismo. (...) El individuo debiera ser capaz de funcionar como un ciudadano supra-nacional (...), y reflexionar desde un punto de vista más universal sobre la historia local y

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nacional (...) En otras palabras, el estudiante individual va a llegar a ser miembro de una nueva identidad en desarrollo llamada “humanidad”. (Meyer, 2006, p .266). Fumagalli y Madsen (2003) también proponen un curriculum equilibrado. Ellos afirman que “el desafío de lograr una educación “relevante” para todos, requiere de algo más que de una cobertura universal”. Para los autores, se hace necesaria una reflexión crítica que dirija el cambio curricular hacia la inclusión de todos los sectores culturales y su diversidad lingüística la cual se valore en lugar de verse como un problema. Esta aseveración es importante también en el sentido de que apela al concepto de selección de aspectos culturales a ser “superados” versus los que deben ser “fortalecidos”. Sin la participación indiscriminada de los actores del currículum, es dudoso el éxito al cernir e incorporar los valores a fortalecer y los antivalores a combatir. Las comunidades son resistentes al cambio cuando las decisiones tocantes a su diario quehacer y forma de vida son decididas por una minoría considerada externa a las necesidades y puntos de vista de los beneficiarios del currículum. Fumagalli y Madsen abogan por la no discriminación mediante la participación activa de los docentes en el enriquecimiento del currículum, aspecto asimismo defendido por Peralta (2006). Es determinante el desafío hacia la unidad social que es para los autores la base de todos los demás agregados positivos a este currículum multicultural. Nuevamente vemos el sueño de Martí y Bolívar de una Latinoamérica que se sobrepusiera a sus diferencias en camino hacia la unificación de fortalezas por el bien común. Fumagalli y Madsen (2003) concretamente se refieren a la cohesión de América Central favoreciendo la interculturalidad y el multilingüismo que rescate las lenguas indígenas. El análisis y conocimiento crítico de las comunidades, según los autores, deben ser incluidos en la enseñanza. Como resultado de esta incorporación, se desarrollarán políticas educativas según las necesidades de cada comunidad. El combate al analfabetismo por parte del ejército de educadores costarricenses, ha sido expuesto en las estadísticas mostradas por Fumagalli y Masen. Las mismas demuestran que Costa Rica en 1990 poseía la tasa de analfabetismo más baja en América Central con apenas un 2.6%. Evidentemente, Costa Rica atrae inversionistas extranjeros que ofrecen servicios relacionados con tecnología y comercio a diferencia de los que en los años 70 fuera producción industrial. Son las oportunidades educativas competitivas a nivel mundial las que ofrecen esperanza de alcanzar una calidad económica de vida que promueva mayor estabilidad y consistencia familiar. Por otro lado, el rescate de valores propios de la idiosincrasia costarricense no puede ser dejado de lado por la educación, pues los buenos modales y el respeto, entre otros valores, son también el atractivo del los que desean ofrecer un buen servicio al cliente de todas partes del mundo. Las escuelas costarricenses aún no censuran la enseñanza de valores morales y religiosos, y mientras esto perdure, se nos hace necesario involucrar a las comunidades como lo recomienda Peralta (2006) en la contribución con un currículum al rescate y preservación del aprecio a la familia, el diálogo familiar, el respeto, la honradez, la responsabilidad, la solidaridad, la prevención contra las drogas y el alcoholismo, y el respeto por la vida entre otras

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nociones pues, como bien lo indicó Vygotsky (1931-publicado en 1978) hace ya cerca de noventa años “a través de otros, nos volvemos nosotros mismos”. ¿Podría la focalización cultural convertirse en etnocentrismo y elemento propicio para la segregación cultural de los mismos educandos? Hegarty (2006) analiza el marco curricular como uno de los elementos de acción en la persecución de una educación de calidad para todos. A pesar de que el autor aboga por la igualdad educativa de los niños con necesidades especiales, su argumento es prácticamente válido cuando pensamos en la unicidad de los elementos culturales que rodean la formación de los estudiantes dentro de una misma nación. Hegarty (2006, p.131) afirma que la evidencia que existe demuestra que es posible “atender las necesidades individuales…sin la necesidad de desarrollar un currículum separado”. Por lo tanto, afirma Hegarty, “debería haber un solo marco curricular para todos los estudiantes”. Un punto a favor de la entrada simultánea por competencias claves y por saberes fundamentales es el hecho de que aunque se rescate la cultural local, el estudiante se expone a otras culturas con el objetivo de expandir su marco de referencia cultural, desarrollar el aprecio por la diversidad y se le prepara para convivir armoniosamente en una Pangea del siglo XXI, en donde las fronteras y distancias se superan para dar lugar a un intercambio virtual y físico más eficaz y dinámico que nunca antes en la historia. Prácticamente podemos afirmar que el etnocentrismo se está convirtiendo en sinónimo de analfabetismo. Hay quienes sin embargo, ven esta equidad como un atentado a la diversidad. Martin (2006, p.114) afirma que la falta de atención a “la diversidad, puede acabar incluso ampliando las desigualdades entre grupos”. La coherencia en las políticas educativas a nivel institucional son para esta autora, fundamentales para el desarrollo de las mismas. Este concepto se traduce en que la calidad de un centro educativo no subyace en el éxito individual de la práctica docente, sino en la coherencia del cuerpo docente en cuanto a compartir la misma visión y en el mantenimiento conjunto de expectativas de progreso por parte de todos los estudiantes, independientemente de sus diferencias culturales, sociales, fisiológicas o cronológicas. Para la autora es necesario que la evaluación no se centre en medir aspectos cognitivos, sino que incorpore competencias, o capacidades de otro tipo, como por ejemplo la capacidad de trabajar en grupo, o de mostrar aprecio por su propio éxito. Es mediante estos esfuerzos curriculares que se estarán respetando la individualidad sin bajar las expectativas de éxito indiscriminadamente. Además de las modificaciones pertinentes a la evaluación, la consideración holística del alumnado y la agrupación de disciplinas académicas; la autora ofrece una vía más para la atención de las diferencias individuales. Ésta solución es sumamente interesante por su relación con los servicios de apoyo lingüístico y de acomodación cultural en los que el psicopedagogo de la escuela puede fungir como ente armonizador del currículum. Martin (2006, p.119) asevera que “Los docentes necesitan que haya personas expertas en las diferencias individuales y en cómo atenderlas; personas que ayuden a saber enfrentarlas de forma

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más competente, y no tanto que trabajen directamente con estos alumnos, que son su responsabilidad.”

Conclusiones En la colaboración hacia un currículum armonioso a nivel cultural, los psicopedagogos encontramos un campo más de acción que tome en cuenta las necesidades individuales. Asimismo se requiere un accionar que unifique el cuerpo docente hacia el mantenimiento de expectativas de aprendizaje por parte de todos los estudiantes. Ésta visión procurará la anulación de la discriminación basada en puntos de vista innatistas superados por la legislación que asegura la igualdad de oportunidades de acceso educativo y la adecuación curricular para la atención de necesidades individuales. No podemos ser miopes culturales y a la vez debemos ser sensibles a las necesidades y limitaciones que cada cultura, de algún modo, transmite. Estas limitaciones deben ser superadas hacia la consecución de una autoestima sana en los estudiantes, además del rescate y aprecio por los valores culturales que engrandecen una nación o grupo étnico. La historia ha demostrado que las posiciones extremas son peligrosas pues atentan contra la paz social. Por lo tanto, el currículum debe incentivar el aprecio hacia la diversidad como un elemento armonioso, de paz social, que promueve el respeto y valoración de las diferencias y la exaltación de habilidades para la convivencia social. Stanley C. Alley (2004, citado por Maxwell) dijo que “La persona mas útil en el mundo hoy día es el hombre o la mujer que sabe como relacionarse bien con los demás. Las relaciones humanas son la disciplina más importante en la ciencia de la vida.” No cabe duda que desde todo punto de vista, ésta aseveración es una realidad. Latinoamérica posee una herencia cultural rica, extensa y tan variada como la cantidad de regiones étnicas y geográficas que la conforman. Hemos aprendido históricamente a cruzar los límites lingüísticos y nuestras creencias heredadas, para compartir con otros hermanos latinoamericanos en armonía y hacia la búsqueda de mejores oportunidades de realización personal y el mantenimiento de la paz social. A través de organizaciones como la UNESCO nos hemos enfocado hacia la consecución de metas comunes mediante la colaboración y comunicación de esfuerzos regionales para divisar senderos hacia la paz. Benito Juárez dijo ( discurso triunfante, 15 de julio de 1867): "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz". Es también mediante el respeto a las individualidades culturales, que sustenten y construyan la paz, como podemos fortalecer en Centro y Latinoamérica el currículum de entrada simultánea en un contexto cualitativo y competente a nivel internacional.

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Bibliografía Bachillerato Internacional (2010). Principios y Estrategia. Recuperado el 28 de octubre de 2010 de http://www.ibo.org/es/mission/

Cox, Cristián. (2006). Jóvenes y Ciudadanía Política en América Latina: Desafíos al Currículo”. PRELAT, 2, 64-73. Martín, Elena (2006). Currículo Y Atención a La Diversidad. PRELAT, 2,112-19. Peralta, E. (1996) Una Aproximación Bello.

tina: Su Pertinencia Cultural: . Barcelona: Editorial Andrés

Hegarty, Seamus (2006, Dic.). Diversidad del Currículo y Necesidades Especiales de Educación de Seamos. PRELAT, pp.128-33.

Fumagalli, L. y Madsen, N. (2003). La búsqueda de una educación relevante: un derecho de todos. Seminario Internacional. Recuperado el 24 de octubre de 2010 de http://www.oei.es/reformaseducativas/reforma_curricular_cohesion_social_AL_fumagall i_madsen.pdf Maxwell, John C. (2004) Winning with People: Discover the People Principles that Work for You Every Time. Tennessee: Thomas Nelson. Vygotsky, Lev S. (1978). Mind in society: Development of higher psychological processes. Cole, M., John-Steiner, V., Scribner, S., Souberman, E. Cambridge, MA: Harvard University Press.

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