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Registro y relevamiento simbólico/ documental Bóveda: Propietario José M. y Juan E. Otamendi. Primer asiento: 22/12/1862. Origen: José Otamendi a perpetuidad. 3/10/1922: se adquiere una demasía de terreno. Biografía sumaria: De acuerdo a los datos obtenidos en el archivo del cementerio, y cruzando dichos datos con bibliografía1 y el archivo de la Gran Logia de la Argentina, existe la presunción que los miembros de la Familia Otamendi inhumados en esta bóveda son: Juan Eduardo Otamendi. (1862/1920) Ingeniero argentino, nacido en Buenos Aires, hijo de don Augusto Felipe Otamendi. Diputado provincial y rector del Colegio Nacional de Buenos Aires (1911/1915). En 1918, ejerció el cargo de presidente del Consejo Escolar de Quilmes, ciudad de la provincia de Bs. As., donde su padre poseía chacras y tuvo participación activa dentro de dicha comunidad. Con respecto a José Ma. se referiría a don José María Otamendi, de quien sólo se hallaron los siguientes datos: oriundo de Buenos Aires, hacendado, iniciado masonamente en la Logia Confraternidad Argentina, de la ciudad de Buenos Aires.2 Desde el exterior de la bóveda se puede observar, entre otros miembros de dicha familia, el nombre de Nicanor Otamendi. En la bibliografía consultada3, se encuentra bajo este nombre a uno de los nueve hijos de José Martiniano Otamendi; nacido en 1823 y fallecido, en combate, en 1855. Militar de profesión, cuando joven se dedicó a tareas rurales en los campos de su familia. Formó parte del ejército del sur de la provincia de Buenos Aires (creado luego de la Batalla de Caseros), con el grado de teniente coronel de las citadas milicias. Fecha de construcción: No se halla en dominio ni en fachada. Ubicación: •
Cementerio de la Recoleta
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Catastral: Sección: 9; Tablón: 82/93; Sepultura: 2, 3 y demasía (correspondiente al tablón 82) y 1 (correspondiente a tablón 93).
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Cutolo, Vicente O. “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. (1750-1930)”. Editorial Elche; Bs. As. ; Argentina; 1968; tomo 5º. 2 Datos obtenidos en el archivo de la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones de la República Argentina. 3 Cutolo, Vicente O. “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. (1750-1930)”. Editorial Elche; Bs. As. ; Argentina; 1968; tomo 5.
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Mapa
Plano general
Detalle
Descripción:
Características particulares •
Estilos: Ecléctico, con predominio de elementos del lenguaje neoclásico y estructura simétrica.
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Símbolos presentes: Friso: calavera con tibias cruzadas; acacias y lazo. A ambos lados del portal: pilastra jónica, en cada uno de sus pedestales se encuentra un relieve con tibias cruzadas unidas por lazo. Coronación: cruz de la Trinidad; en su base de sustentación, clepsidra alada.
En fachada consta: “Familias de Dn. José M. y Dn. Juan E. Otamendi”. La determinación de los miembros de la familia Otamendi allí inhumados, se torna dificultosa ya que no existen fechas de fallecimiento de los mencionados José M., Juan E. y Nicanor Otamendi.
GLOSARIO
ACACIA: Árbol sagrado en el Antiguo Egipto donde representaba el nacimiento y la muerte. También es sagrado en el Antiguo Testamento: Moisés ordena construir con su madera el Tabernáculo y el Arca de la Alianza. En la doctrina hermética simboliza el testamento de Hiram que enseña “que hay que morir para revivir en la inmortalidad”. Resignificando estas tradiciones los masones utilizan la acacia como símbolo de la inmortalidad del alma, de la inocencia y de la iniciación. En un monumento funerario representa la incorruptibilidad del alma y la inocencia y pureza de los actos del difunto.
CALAVERA: En un sentido amplio, ha llegado hasta nuestros días, como emblema de la caducidad de la existencia. Shakespeare la utiliza así. Sin embargo en las culturas más primitivas, la calavera es, en realidad, “lo que resta” del ser vivo una vez destruido su cuerpo. Adquiere, de este modo, un significado de “vaso de la vida y del pensamiento”. Así aparece en los libros de la alquimia medieval. En la masonería, la calavera decora la “Cámara de Reflexiones”, recinto donde se encierra a los profanos para hacerle meditar acerca del ”…trance de la vida inteligente a las transformaciones de la muerte…”4 antes de la ceremonia de iniciación. Con las tibias cruzadas indica el grado de Maestro Masón.
CLEPSIDRA ALADA: Originariamente el nombre designa a un reloj de agua, pero la masonería hizo extensivo el término al de arena. Para los cultos de los Misterios representaba, por su forma, la inversión de relaciones entre el mundo superior y el inferior. A partir del Renacimiento comenzó a representar la idea del fluir del tiempo y de la inexorabilidad de la muerte. Constituye un atributo de una logia, es decir, una imagen de la que se valen los masones para simbolizar sus doctrinas y mitos. En su interpretación señala que el tiempo es una creación humana y que la vida en este mundo es sólo aparente. En la funeraria masona 4
FRAU ABRINES, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Ed. Kier Buenos Aires. 1947.
indica que el tiempo de la vida fue bien empleado y que ha llegado a su fin. Puede tener alas de pelícano, y en ese caso se aúnan dos símbolos. El pelícano, para la masonería representa el renacimiento perpetuo.
CRUZ: Según Cirlot 5 del símbolo de la cruz se pueden hacer dos lecturas: el de la cruz propiamente dicha y el de la crucifixión. En el primer sentido la cruz puede ser pensada como “eje del mundo”, conexión, por lo tanto, entre los planos celeste y terrestre. Está, además, cruzada por el travesaño, símbolo de nivel que se corresponde con el mundo material. Muestra la conjunción de contrarios entre el principio espiritual y vertical con el orden material y horizontal. De ahí su transformación en sentido agónico de lucha e instrumento de martirio. Los masones la ven como el símbolo de un suplicio injusto. Espacialmente sus cuatro brazos representan las cuatro estaciones, los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos. En asociación con la rosa representa los gozos y las penas de la vida. En las bóvedas relevadas aparecen formas estilizadas de cruces como la corniculada doble, diseño probablemente derivado de la rueda solar y la trebolada o de la Trinidad que posee tres tréboles, uno en su ápice y uno en cada transepto. En posición inclinada representa la humildad y el sufrimiento y con un paño colgando de su centro recuerda la cruz del penitente. La cruz de San Andrés, también llamada decussata recuerda el martirio de dicho santo crucificado con la cabeza hacia abajo. Se encuentra dentro de los símbolos cristianos desde la Edad Media y representa la humildad y el sufrimiento. Tiene forma de X y está presente en la bandera de Escocia, por eso tiene una significación especial para todos los ritos masones escoceses.
LAZO: Tiene innumerables variantes en la mitología y en la iconografía como imagen de ligadura. Su sentido místico viene dado por la inversión del símbolo que, en vez de presentarse como ligadura exterior, aparece como conexión interior. Lazo místico es, para la masonería, el vínculo de carácter fraternal que une a todos los miembros de la orden. Por eso se designan a sí mismos como “Hermanos del lazo místico”.
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CIRLOT, Juan E. Diccionario de símbolos. Ed. Siruela Madrid. 2000