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Semanade laFamilia
Mi familia y yo... celebramos al Señor Domingo
“Mi familia y yo…
Domingo
celebramos al Señor”
SIGNO La imagen de la sagrada familia (se propone que se adorne en un lugar cerca al altar la imagen de la Sagrada Familia de Nazaret y que permanezca durante toda la semana).
EUCARISTÍA DE APERTURA MONICIÓN DE ENTRADA Hermanos: En toda la diócesis, estamos celebrando en estos días la Semana de la Familia, que nos da, un año más, la oportunidad de orar, profundizar y exaltar la riqueza de esta institución natural, que el Hijo de Dios quiso consagrar naciendo en el seno de la familia de Nazaret, modelo que debemos imitar. Contemplamos la familia cristiana en el marco del Año de la misericordia. Hagamos nuestro el lema de esta semana: “Mi familia y yo… serviremos al Señor”. Invoquemos en nuestra celebración al Espíritu Santo para que cada familia, arraigada en Cristo, sea fuente de vida, signo vivo del amor de Dios y escuela de fe y de misericordia en nuestro mundo, que necesita, con urgencia, la esperanza de Dios y la transmisión del Evangelio. Nos unirnos a todas las familias de nuestra Diócesis de Cúcuta, para ser testigos que el Evangelio de Cristo tiene arraigo en nuestra sociedad, y que la familia edificada sobre la fe en Cristo aporta a la sociedad una vida nueva, capaz de generar alegría, fecundidad y amor a los hombres. Iniciemos cantando.
Mi familia y yo... celebramos al Señor Domingo
MONICIÓN A LAS LECTURAS Los cristianos debemos ser hombres de Dios, que den testimonio del Señor en todos los momentos de nuestra vida, escuchemos la voz de Dios para que podamos salir y llevar su mensaje de vida y salvación a nuestros hogares. Escuchemos.
ORACIÓN DE LOS FIELES Unidos a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo e imagen de la humanidad nueva, elevemos a Dios, Padre de la gran familia humana, nuestra oración y digámosle: R. “Renueva nuestras familias, Señor” Por la santa Iglesia de Dios: para que en su interior y en las relaciones con el mundo, dé la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar y valorar a cada persona. Roguemos al Señor. Por los gobernantes: para que protejan a la familia y promuevan la defensa de sus derechos, que comprendan que es la familia nuclear y tradicional como se garantiza el cumplimiento de la voluntad de Dios inscrita en la ley natural. Roguemos al Señor. Por todos los hogares cristianos: para que sean imágenes vivas de la Sagrada Familia de Nazaret, testigos del abrazo de Dios a los hombres y portadoras de esperanza y germen de vocaciones religiosas y sacerdotales. Roguemos al Señor. Por los padres, para que movidos por el Espíritu Santo guíen a sus hijos en el camino del amor y de la santidad. Roguemos al Señor. Por los ancianos: para que en los últimos años de su vida no les falte el cariño familiar, y por los miembros difuntos de nuestras familias: para que el Señor les conceda el descanso eterno. Roguemos al Señor. Escucha Señor la oración de tu Iglesia, que pone su confianza en tu amor y su mirada en el hogar de Nazaret. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Mi familia y yo... celebramos al Señor Domingo
ORACIÓN DE LOS PADRES POR LOS HIJOS Señor, Padre todopoderoso, te damos gracias por habernos dado estos hijos. Es una alegría para nosotros, y las preocupaciones, temores y fatigas que nos cuestan, las aceptamos con serenidad. Ayúdanos a amarlos sinceramente. A través nuestro has hecho surgir vida; desde toda la eternidad tú los conocías y amabas. Danos sabiduría para guiarlos paciencia para instruirlos vigilancia para acostumbrarlos al bien mediante nuestro ejemplo. Fortaleces nuestro amor para corregirlos y hacerlos más buenos. Es tan difícil a veces comprenderlos ser como ellos nos desean, ayudarlos a hacer su camino. Enséñanos tú Padre bueno por los méritos de Jesús tu Hijo y Señor nuestro. Amén.
ORACIÓN DE LOS ESPOSOS Señor, nuestro Dios te bendecimos por tomar en tus manos nuestro amor. Ayúdanos a cumplir nuestra misión. Ven a compartir nuestra vida. Ayúdanos a formar a nuestros hijos, a ser testigos de tu amor en nuestra familia y en la comunidad. Danos fuerza en los desalientos. Comparte nuestras alegrías. Señor, bendice nuestro amor. Amén. NOTA: Estas oraciones las podemos utilizar todos los días.
ORACIÓN DE LOS HIJOS Dios y padre nuestro, Tu que nos has llamado a la vida por medio de nuestros padres, escucha ahora nuestra oración filial por ellos. Bendice a nuestros padres y llénalos de tu gracia, que sean signo de tu amor providente y, al mismo tiempo, nos infundan el espíritu de tu amor, que es el principio de la sabiduría y el camino de tus mandamientos. Concédeles. Señor, paz, y alegría abundantes bendiciones por el ejemplo y el amor que nos han dado. Bendice sus fatigas y sus iniciativas, dadle el ciento por uno de todo aquello que han hecho por nosotros .Haz que un día nosotros seamos su consuelo, alegría, sostén y recompensa generosa. Amén.
Mi familia y yo... celebramos al Señor Domingo
ORACIÓN DE BENDICIÓN DE LAS FAMILIAS Invoquemos, hermanos, sobre los esposos de nuestra comunidad la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el sacramento del Matrimonio. Padre santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a tu imagen, y has bendecido la unión matrimonial; te rogamos humildemente por estos hijos tuyos unidos en alianza esponsal. Descienda, Señor, sobre estos esposos, tu abundante bendición, que la gracia del Espíritu Santo inflame desde el cielo sus corazones, y renueve su caridad conyugal. Que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen; en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo. Que participen en la oración de tu Iglesia, y den testimonio de ti entre los hombres. Que sus hogares sean auténticas iglesias domésticas, y que un día participen en la alegría del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Mi familia y yo... serviremos en la Iglesia
Lunes
“Mi familia y yo…
Lunes
serviremos en la Iglesia” 1. CANTO: Iglesia soy y tú también 2. ORACIÓN 3. LECTURA BÍBLICA Josué 24,1-24 Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo: “Así habla el Señor, el Dios de Israel: Sus antepasados, Téraj, el padre de Abraham y de Najor, vivían desde tiempos antiguos al otro lado del Río, y servían a otros dioses. Pero yo tomé a Abraham, el padre de ustedes, del otro lado del Río, y le hice recorrer todo el país de Canaán. Multipliqué su descendencia, y le di como hijo a Isaac. A Isaac lo hice padre de Jacob y de Esaú. A Esaú le di en posesión la montaña de Seir, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Luego envié a Moisés y a Aarón, y castigué a Egipto con los prodigios que realicé en medio de ellos. Después los hice salir de Egipto, a ustedes y a sus padres, y ustedes llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres, con carros y guerreros, hasta el Mar Rojo. Pero ellos pidieron auxilio al Señor: él interpuso una densa oscuridad entre ustedes y los egipcios, y envió contra ellos el mar, que los cubrió. Ustedes vieron con sus propios ojos lo que hice en Egipto. Luego permanecieron en el desierto durante largo tiempo, y después los introduje en el país de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Cuando ellos les hicieron la guerra, yo los entregué en sus manos, y así pudieron tomar posesión de su país, porque los exterminé delante de ustedes. Entonces Balac –hijo de Sipor, rey de Moab– se levantó para combatir contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de
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Beor, para que los maldijera. Pero yo no quise escuchar a Balaam, y él tuvo que bendecirlos. Así los libré de su mano. Después ustedes cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, y lo mismo hicieron los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos; pero yo los entregué en sus manos. Hice cundir delante de ustedes el pánico, que puso en fuga a toda esa gente y a los dos reyes amorreos. Esto no se lo debes ni a tu espada ni a tu arco. Así les di una tierra que no cultivaron, y ciudades que no edificaron, donde ahora habitan; y ustedes comen los frutos de viñas y olivares que no plantaron. Por lo tanto, teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor”. El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos. Además, el Señor expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios”. Entonces Josué dijo al pueblo: “Ustedes no podrán servir al Señor, porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los pecados de ustedes. Si abandonan al Señor para servir a dioses extraños, él, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después de haberles hecho tanto bien”. Pero el pueblo respondió a Josué: “No; nosotros serviremos al Señor”. Josué dijo al pueblo: “Son testigos contra ustedes mismos, de que han elegido al Señor para servirlo”. “Somos testigos”, respondieron ellos. “Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel”. El pueblo respondió a Josué: “Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios y escucharemos su voz”.
Mi familia y yo... serviremos en la Iglesia
Lunes
4. REFLEXIÓN La fe es un don de Dios que se nos transmite a través de sacramento del bautismo que nos inserta en la Iglesia como hijos de Dios y establece esa relación íntima de la familia cristiana con Cristo profeta, como comunidad creyente evangelizadora; con cristo sacerdote como templo doméstico de Dios; y con Cristo Rey, como comunidad al servicio de los hombres, por consiguiente ya somos parte de cuerpo de la Iglesia de Cristo que nos engendra, educa y edifica en valores cristianos con el anuncio de la palabra de Dios, con la celebración de los sacramentos, con la vivencia del mandamiento del amor. Juntos, pues, los cónyuges como pareja, padres e hijos como familia han de vivir su servicio a la Iglesia siendo en la fe un solo corazón y una sola alma (Hch 4,32), entonces las nuevas familias cristianas estamos llamadas a retomar ese espíritu de las primeras comunidades cristianas que lo ponían todo al servicio de la Iglesia para llegar a ser una comunidad de fe esperanza y caridad. La familia como transmisora de fe, tiene la misión de seguir los pasos de Jesús: evangelizar; primero que nada, a sus propios hijos y a todos cuanto le rodea. También es misionera, proclamando el Evangelio en la Iglesia, siendo testimonio del amor de Dios haciendo que otras personas le conozcan moviéndolos a una conversión cristiana, es decir hacia una firme y plena cercanía y unión con Cristo y con su Evangelio. Dice el Concilio Vaticano II: "el creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de la sociedad humana "de este modo la familia como primera e insustituible escuela de sociabilidad, es ejemplo y estímulo para que esas relaciones comunitarias más amplias se den en un clima de respeto y justicia, diálogo y amor" La familia cristiana está llamada a formar comunidades capases de trabajar por la paz, la solidaridad, los valores cristianos, verdadero fundamento de la sociedad, que promuevan la justicia y la caridad, manifiestas en el amor y servicio a nuestros hermanos. Aunque pareciera que las familias de hoy no tuvieran que ver en el campo político, es función social de ellas procurar hacerse sentir en forma abierta y manifiesta en salvaguardar su integridad y su dignidad humana. Es decir, la familias debe ser la primera en procurar que las leyes e instituciones del estado no sólo no lesionen, sino
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que promueva los derechos de las familias, en otros términos ser de una nueva política familiar que transforme positiva mente la sociedad y no quedarnos como observadores in diferentes de su deterioro. La familia y el estado tienen una función complementaria en la promoción de la sociedad. Pero la sociedad y específicamente el estado, debe reconocer que la familia "es una sociedad que goza de un derecho propio y primordial”. La familia evangelizadora busca, o mejor, ofrece una fuerza liberadora y promotora de un mundo nuevo mundo, basado en un desarrollo, reconocimiento de la dignidad de cada persona; dispone a la solidaridad y al compromiso, pero fundamentalmente que inserta al hombre el proyecto Dios.
5. TRABAJO EN GRUPO ¿Cómo puede servir mi familia en la Iglesia? ¿Qué efectos bueno produce en la familia el estar comprometidos en la obra evangelizadora de la Iglesia? ¿Cómo puedo hacer que crezca la Iglesia?
6. ORACIÓN FINAL Se pasa una imagen de la Sagrada Familia y cuando la reciba cada uno de los participantes elevan una oración de petición al Señor por el regalo de las familias.
Mi familia y yo... somos bendición del Señor Martes
Martes “Mi familia y yo…
somos bendición del Señor” ENCUENTRO ECLESIAL Para tener en cuenta: El moderador prepara con anticipación el encuentro. Dispone el lugar de la reunión; prepara un altar para la Biblia con la cita Gn 1, 26-28. Hacer una cartelera con el texto bíblico. Se coloca la bandera de la Virgen al frente de la casa. Ubique el lema del mes en un lugar visible Recibir en la puerta a los participantes con entusiasmo para que se sientan en un ambiente amable y alegre. Comprar unos dulces (pipas) y prepararlos para hacer la dinámica. Sacar fotocopia de la Oración de la Familia.
1. CANTO: En el hogar, en el hogar 1. INVOCACIÓN TRINITARIA: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Invocación al Espíritu Santo: Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y se hará una nueva creación y se renovará la faz de la tierra. ¡Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!,
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Martes
concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu, y gocemos siempre de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén Saludo: Buena noche bienvenidos y bienvenidas una vez más a este encuentro que nos permite encontrarnos en familia y comunidad, encuentro que nos permite reunirnos en este espacio de comunión y participación, El lema de este día en el marco de la semana de oración por la familia es, “MI FAMILIA Y YO… SOMOS BENDICIÓN DEL SEÑOR”, repitámoslo. La Diócesis nos invita a vivir el AMOR, Dios es Amor y la fuente del amor es Dios, AMOR que hay que manifestar al prójimo, pues si amas a una persona estás amando a Dios, si te amas a ti mismo, estás amando a Dios, porque Dios es amor, manifestándolo con actitudes y obras.
3. ILUMINACIÓN BÍBLICA: Gn 1, 26-28. Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo”. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”. Palabra de Dios.
4. REFLEXIÓN En la actualidad estamos viviendo unos ataques frontales a la institución familiar, a nivel del estado y las instituciones públicas, se ha venido olvidando que la familia es una institución fundada por Dios y bendecida por Él mismo, institución que debe promover, cuidar y salvaguardar la vida que Dios regala a la humanidad. Los mal llamados “matrimonios” igualitarios no se pueden equiparar al sagrado vínculo del matrimonio cristiano ya que no cumple con los mínimos requisitos para serlo, primero debe ser entre un hombre y una mujer; también el matrimonio tiende a la procreación y sólo puede cumplirse esta característica si hay un hombre y
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una mujer con el don que el Señor le ha dado de concebir nuevas creaturas en su vientre. Además, una característica importante a tener en cuenta en la vida matrimonial es la indisolubilidad, todo don de Dios es eterno, no es temporal, de tal manera que, el matrimonio es un don de Dios y por lo tanto es para siempre, la unión matrimonial no debe ser abolida, es otro elemento que debemos tener presente y que es un desafío que el mundo moderno presenta, por eso es que los cristianos debemos seguir dando ejemplo ante esta sociedad y continuar educándonos para el matrimonio sacramental que es: entre un hombre y una mujer, con la intención de procrear y que sea para siempre. En este contexto de familia surge el amor verdadero, por eso en el proyecto diocesano reflexionamos sobre el amor, el lema de este mes es “Con Jesucristo nace y renace el amor”, como familias debemos tener un encuentro personal con Jesús, para que creyendo en Él nosotros podamos conformar familias que respondan al plan de Dios. Todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Tanto los hombres como las mujeres disfrutamos de la misma dignidad como creación única e irrepetible de Dios de la vida. Por eso, ninguno es superior al otro. Fuimos creados hombre y mujer, diferentes por una razón; y es que, mediante la complementariedad de los sexos, Dios nos invita a participar del milagro de la procreación y a vivir en armonía unos con otros. DIOS ES AMOR y nos ama con un amor que se da libre y totalmente, un amor que es fiel y fructífero. Cuando el hombre y la mujer se unen en una sola carne en santo matrimonio, afirmamos en nosotros mismos la maravilla de ser imagen de Dios, y dejamos que su amor alimente libremente nuestra vida. Es en el amor donde más nos asemejamos a Dios. DINÁMICA Vamos hacer un papelitos en el escribimos el amor es servicio, el amor es comprensión, el amor es paciencia, el amor es perdón, el amor es bondadoso, el amor es entrega, el amor es sincero, el amor es fidelidad, el amor es alegría, el amor es detallista, el amor es generoso…..tomamos un papelito lo pegamos con cinta a un dulce (pipas) y lo colocamos en una bandeja. Pedimos a los asistentes que tomen un dulce, piensen un 1 minuto que mensaje le correspondió y compartan con los asistentes que le dice este mensaje a su vida.
Mi familia y yo... somos bendición del Señor
Martes
Leemos La carta a los cristianos, ¿cómo la relaciono con la anterior dinámica? Proclamemos el lema: “MI FAMILIA Y YO… SOMOS BENDICIÓN DEL SEÑOR”.
5. TRABAJO EN GRUPO El Moderador invita a todos para que entren en diálogo mediante las siguientes preguntas. ¿Qué dice la Palabra? ¿De qué libro es el texto? ¿Qué dice Dios? ¿Que creó Dios? ¿Qué dice la Palabra a mí, para mi vida? ¿A que me invita? ¿Qué relación encuentro entre la Palabra, el lema y la dinámica que hicimos? Da ejemplos en que tu familia refleja fielmente el amor de Dios.
6. COMPROMISO Poner en práctica la frase que me correspondió en la dinámica, en mi familia, con mis vecinos…. Cantamos la Oración de la familia. Tomados de las manos oramos el Padre Nuestro y cantamos a nuestra madre: María de Nazaret. Nos despedimos En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi familia y yo... construimos Futuro Miércoles
“Mi familia y yo…
Miércoles
construimos futuro” 1. CANTO: A edificar la Iglesia 2. ORACIÓN El moderador propone una oración espontánea de dos familias participantes.
3. LECTURA BÍBLICA: Col. 3, 12-14 Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección. Palabra de Dios
4. REFLEXIÓN La Iglesia ha promovido y proclamado desde sus comienzos el mensaje evangélico sobre los comportamientos sociales económicos políticos, ha defendido a los pobres, ha promovido la justicia, ha predicado el mandamiento del amor, el espíritu de las bienaventuranzas; Jesús nos propuso la conversión cambio de actitud, esa es una clave para que el reino de Dios que es como una semilla en germen, crece y se desarrolla en ambientes de amor, solidaridad, justicia, paz etc. Para nadie es nuevo observar que las familias de nuestra patria vivimos momentos difíciles por distintas causas como la irresponsabilidad paterna, la ignorancia
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religiosa, el olvido de Dios, el empobrecimiento, los problemas de la violencia, los conflictos internos que repercuten en los hogares. Para los cristianos la familia es fuente y signo de esperanza, para la construcción de un mundo más humano, más fraterno más justo, más solidario, en donde sea posible vivir el don de la paz. Cada familia está llamada a: crear una comunidad de amor, trasmitir la vida, participar en el desarrollo de la sociedad, participar en la vida y misión de la iglesia. Juan Pablo II nos decía: "La acción pastoral debe seguir a la familia acompañándola paso a paso en las diversas etapas de su formación y desarrollo". "El futuro del mundo y de la Iglesia se fragua en la familia". No desatendamos estos llamados de la Iglesia llenos de esperanza, emprendamos la tarea de cada día en nuestro propio hogar y en la compañía de otros matrimonios, de otras familias, forjemos un futuro mejor a partir de nuestra propia experiencia de comunidades familiares.
5. TRABAJO EN GRUPO Después de leer y analizar la reflexión respondamos algunas preguntas que nos den pautas para la construcción del futuro en la familia Qué aspectos considera positivos en el matrimonio y que carencias consideras que tienes Acompaña con amor a los hijos en el proceso educativo Reconozco que la familia es la primera formadora de los hijos para el amor y la vida familiar Me preparo periódicamente para el crecimiento de nuestro hogar y con otras familias.
5. TRABAJO EN GRUPO Se coloca un cirio encendido en el centro del salón del encuentro y unas sandalias. Cada familia coloca junto a las sandalias un corazón para que signifique el compromiso de cada familia en la obra evangelizadora de la Iglesia. Se coloca el corazón y se hace una oración.
Mi familia y yo... adoramos al Señor
Jueves
“Mi familia y yo…
Jueves
adoramos al Señor” 1. MONICIÓN Esposo: Dios, no es un ser solitario, es una familia formada por el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo y la Iglesia, pueblo Santo de Dios que “en su misterio más íntimo no es una soledad, sino una familia” San Juan Pablo II. Es una alianza de personas a las que se llega por vocación amorosa del Padre que invita a la íntima comunidad de vida y de amor, cuyo modelo es el amor de Cristo a su Iglesia. Ahora contemplemos, el Misterio de Cristo en su humanidad eucarística, y por él, con él y en él, agradecidos el misterio de nuestra familia. Pidamos perdón a Dios por las infidelidades a su plan de Amor, démosle gracias a Dios por el don del matrimonio y la familia y alabémosle por su misericordia. Participemos con grande fe y alegría en este encuentro con Cristo vivo, camino de conversión, comunión y solidaridad para nuestras familias.
2. CANTO: Cantemos al amor de los amores Cantemos al Amor de los Amores cantemos al Señor, Dios está aquí, ¡venid adoradores, adoremos, a Cristo Redentor! ¡Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al señor , honor y gloria a Ti, rey de la gloria amor por siempre a Ti, Dios del Amor! Unamos nuestra voz a los cantares del Coro Celestial, Dios está aquí, al Dios de los Altares , alabemos con gozo angelical.
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3. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO Celebrante: //Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar//. Todos: //Sea para siempre bendito, alabado y adorado//. Celebrante: Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo. Todos: Quien te amara tanto que de amor muriera.
4. ORACIÓN POR LAS FAMILIAS Celebrante: Señor nuestro Jesucristo, que con tu pasión, muerte y resurrección sellaste la nueva alianza con tu pueblo y bajo las especies del plan y del vino te quedaste en medio de nosotros; Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo. Un minuto de silencio. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor. Un minuto de silencio. Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del Matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias. Un minuto de silencio. Concede a cuantos reconocemos tu presencia real y verdadera en la eucaristía, saber descubrir tu presencia en nuestras familias, “iglesia doméstica” así como en cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Todos: Amén. Silencio de meditación.
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5. SALMODIA Petición de perdón: decirlo de una manera lenta y todos escuchan en silencio. SALMO 50: Esposo: Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Esposa: Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. Esposo: En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente. Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Esposa: Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Esposo: Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. Esposa: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
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Esposo: Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. Esposa: Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Esposo: Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. Esposa: Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. Silencio de meditación.
1. CANTO: “Tu palabra me da vida” Tu palabra me da vida, confío en ti, señor. Tu palabra es eterna, en ella esperaré. Dichoso el que con vida intachable, camina en la ley del señor. Dichoso el que guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón. Estribillo. Postrada en el polvo está mi alma, devuélvame la vida tu palabra; mi alma está llena de tristezas, consuélame, señor, con tus promesas. Estribillo.
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Jueves
Escogí el camino verdadero, y he tenido presente tus decretos; correré por el camino del señor, cuando me hayas ensanchado el corazón. Estribillo. Este es mi consuelo en la tristeza, sentir que tu palabra me da vida; por las noches me acuerdo de tu nombre, recorriendo tu camino, dame vida. Estribillo. Repleta está la tierra de tu gracia, enséñame, señor, tus decretos; mi herencia son tus mandatos, alegría de nuestro corazón. Estribillo.
7. LECTURA DEL EVANGELIO Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 2, 41-52.
8. REFLEXIÓN Silencio de meditación.
9. CANTO 10. ORACIÓN UNIVERSAL Ahora, expresemos al Padre con sinceridad algunas cosas que en la vida de nuestras familias y de nuestra sociedad han oscurecido el plan de Dios. Después de cada petición, respondamos: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN. Que a medida que vivamos esta semana por las familias nuestra propia familia y las familias de todo el mundo reciban la gracia de poner a Dios en el centro de su vida y
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aprendan de El la generosidad del amor que fortalece a los matrimonios y hace que las familias estén plenamente vivas. Oremos al señor. Que la vivencia de esta semana por las familias, cada una de nuestras familias reciban la gracia de aceptar el amor como nuestra misión, que seamos generosos en nuestra entrega personal, paciente con las debilidades, indulgencias con los que nos han dañado y perseverante en nuestro amor por los demás, como cristo nos amó. Oremos al señor. Que durante esta semana familiar, los matrimonios experimenten una nueva vida, qué se fortalézcanlos vínculos entre los hijos y los padres, que los que han sufrido un divorcio o la viudez reciban consuelo y que los que viven solos encuentren la amistad de Cristo y dela comunidad de la iglesia .Oremos al señor. Que en este tiempo de gracia, todas las sociedades reconozcan y protejan la dignidad única matrimonial y dela familia como célula fundamental de la sociedad humana y como fuente irremplazable de plenitud humana .Oremos al señor Que a medida que vivamos esta semana familiar, abracemos nuestra misión como amor y glorifiquemos a Dios convirtiéndonos en una familia plenamente viva en su gracia. Oremos al señor. Que cristo moldee nuestras familias como lugares de acogida para el extranjero, los solitarios, los quebrantados, los más necesitados y los perdidos. Oremos al señor.
11. ORACIÓN FINAL Suena la campana de la sagrada libertad, llama a todas las naciones de la tierra. Hijos e hijas de un mismo padre, envió a difundir la salvación de la Palabra de Dios. Ven, y comparte, como una sola familia en la mesa del señor. David rama de la raíz de Jessé, María que de la floración de la vid se levantó, Ella dio a luz para nosotros el salvador como el ángel se lo propuso, eclipsado por el Espíritu, por su “si” surgió una nueva vida. Beato José, esposo de maría, maestro de su Dios y señor, Hizo y proporciono refugio para el niño extraordinario, por reyes adorado.
Mi familia y yo... adoramos al Señor
Jueves
Abierto al a palabra de Dios en el sueño, salvó a su Hijo de la espada de Herodes. Jesús joven humilde de Nazaret, hijo fiel y amoroso, Huésped y anfitrión en la boda de cana, el mejor vio proveyó. Tú, nuestra roca y nuestro refugio, nos mantienes siempre a tu lado. En la cruz una madre afligida, en la cruz, su único hijo, Entre todas las madres y sus hijos, María Santísima, eres única. En nuestras alegrías y nuestras penas que podamos hacer lo que has hecho. Suena la campana de la sagrada libertad; llama a todas las familias del mundo para ser alimentados por el amor encarnado; para proclamar la santa Palabra de Dios; a través del amor de Cristo nuestro hermano, en el espíritu nos hace uno.
12. ORACIÓN ANTES DE LA BENDICIÓN 13. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO 14. CANTO FINAL “Demos gracias al Señor”
Mi familia y yo... compartimos en comunidad
Viernes
Viernes “Mi familia y yo…
compartimos en comunidad” Para este día se propone que en cada parroquia se haga una actividad significativa que vincule a la mayor cantidad de familias de la comunidad, según las posibilidades de cada una de las parroquias, por ejemplo: Cine foro Cena familiar Presentación de actos culturales Danzas Película Charla o conferencia Actos recreativos