Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes

Siglo de Oro de la literatura española. Novela renacentista. Novela de caballerías. Caballeros andantes. Argumento. Personajes. Estructura. Técnicas narrativas

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DON QUIJOTE DE LA MANCHA Miguel de Cervantes Saavedra 1. Argumento: La acción principal está constituida por tres viajes que realiza Don Quijote. Las dos primeras se relatan en la primera parte, y la última, en la segunda. El caballero Don Alonso Quijano, enloquece leyendo libros de caballerÃ-as. Concibe la idea de lanzarse al mundo con el nombre de don Quijote de la Mancha, guiado por las nobles ideales de AmadÃ-s de Gaula. Con armas absurdas y un viejo caballo, Rocinante, sale por la Mancha, y se hace armar caballero. 2. NARRADOR: En la historia de Don Quijote y Sancho Panza hay dos narradores superpuestos: • Narrador editor: Que es Cervantes quien copia una historia que ha encontrado y a veces interviene haciendo comentarios. • Narrador omnisciente: Que es un historiador árabe que he escrito la historia de Don Quijote y Sancho Panza que Cervantes está copiando. Se trata de narrador omnisciente porque conoce todos los detalles, sentimientos y pensamientos de los personajes. 3. RESUMEN: 3.1 PRIMERA PARTE: CAPITULO 1. Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha. En este capÃ-tulo se nos presenta a Alonso Quijana como un hombre no excesivamente rico, incluso se podrÃ-a decir que era más bien pobre. También no describe la edad de este peculiar personaje "50 años" y de su peculiar ama de llaves que pasaba de los 40. Este buen hombre tenÃ-a era de complexión recia, madrugador y gran aficionado a la caza. Este peculiar personaje era gran amante de las novelas de caballerÃ-a y tenÃ-a como escritor favorito a Feliciano de Silva. Tal fue la obsesión por estos libros de caballerÃ-a que decidió convertirse en caballero. Para llevar a cabo esta extraña aventura tubo que coger y limpiar las armas de sus bisabuelos, las cuales tuvo que preparar para su uso. Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las siguientes cosas: • Un nombre para él mismo: pues todo caballero que se precie tenia un nombre apropiado para tal faena. Decidió ponerse como nombre Don Quijote de la Mancha, idea que sacó de AmadÃ-s de Gaula. • Un nombre para su caballo: Al cual puso como nombre Rocinante, ya que el pobre caballo no se encontraba en su mejor momento. 1

• Una mujer a la cual dedicarle todos sus triunfos y glorias, ya que en aquellos tiempos un caballero no podÃ-a comportarse como tal si no tenÃ-a una mujer a la que dedicarle sus triunfos. CAPITULO 7. De la segunda salida de nuestro buen caballero don Quijote de la Mancha. Don Quijote se despertó dando voces, ya que estaba desvariando y se creÃ-a que estaba luchando con muchos enemigos. Acto seguido comenzó a hablar de libros de caballerÃ-a, el cura y el ama de llaves de Don Quijote le dieron de comer y le volvieron a acostar para que se relajara y descansara. El cura, el barbero y el ama de Don Quijote decidieron poner un muro en la biblioteca de Don Quijote para que este no pudiera acceder a la biblioteca y asÃ- no se diese cuenta de que todos sus libros habÃ-an desaparecido. En el caso de que Don Quijote se acordase de su biblioteca y preguntara por sus libros, sus amigos le dirÃ-an que habÃ-a sido un mago que la hizo desaparecer mientras Don Quijote dormÃ-a. Y asÃfue, cuando Don Quijote se despertó y preguntó por su habitación llena de libros de caballerÃ-a sus amigos le dijeron que habÃ-a sido un mago que la habÃ-a hecho desaparecer. Don Quijote pasó 15 dÃ-as tranquilos ya que se habÃ-a propuesto buscar un escudero y conseguir dinero. Para obtener este dinero fue necesario que empeñara ciertas pertenencias suyas. Durante este tiempo encontró a un pobre hombre llamado Sancho Panza al cual le ofreció varias islas si se iba con él de aventuras. Después de haber hecho este peculiar trato ambos aventureros se marcharon al anochecer. Durante el viaje Don Quijote y Sancho estuvieron hablando sobre la isla que le habÃ-a prometido Don Quijote a Sancho. CAPITULO 8. Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación. Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que no son más que molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que él piensa que son gigantes malvados, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suele acabando asÃ- el problema de los molinos, o gigantes como seguÃ-a afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez leyó como un caballero repuso su lanza con un tronco y asÃ- lo hizo Don Quijote. Al dÃ-a siguiente cuando se disponÃ-an a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote se pensó que estos hombres tenÃ-an secuestrada a la señora que iba detrás de ellos, y decidió atacar a los pobres monjes. Sancho le aviso que no eran más que dos frailes pero Don Quijote no le hizo caso y ataco a los frailes. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se calló al suelo, Sancho amablemente intento ayudar al fraile que se habÃ-a caÃ-do pero dos mozos arremeten contra él y le dejan inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremetió contra Don Quijote dejándole herido de un hombro. CAPITULO 9. Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaÃ-no y el valiente manchego tuvieron. En este capÃ-tulo Cervantes nos cuenta como continuo la historia entre la lucha de Don Quijote y el vizcaÃ-no, ya que tenÃ-a pensado acabar el libro aquÃ-. AsÃ- pues estaban peleando ambos caballeros con las espadas levantadas y con rostros impasibles, el vizcaÃ-no ataca hiriendo a don Quijote en una oreja y rompiéndole la armadura a la altura del hombro. Don Quijote enfurecido ataca tirándole del caballo e hiriéndole la cara al vizcaÃ-no. Don Quijote se baja del 2

caballo para rematarle a menos que fuera a dar sus honores a su amada Dulcinea del Toboso. El vizcaÃ-no acepta y Don Quijote le deja marchar para que valle a presentar sus respetos a la amada del buen Don Quijote. Capitulo 21. Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero. En este capÃ-tulo se nos narra la aventura que tiene Don Quijote para recuperar el yelmo de Mambrino y las esperanzas o ilusiones que se hacen Don Quijote y Sancho de ser reyes y nobles gracias a su gran fama y valentÃ-a. Al principio del capÃ-tulo se nos cuenta como Don Quijote cree estar viendo a lo lejos el famoso yelmo de Mambrino, el cual, según Don Quijote, lo lleva un caballero que va montada en un gran caballo. Al momento de manifestar Don Quijote su interés por este yelmo Sancho se apresura en decirle que no saque conclusiones precipitadas que puede armar una buena. Don Quijote sin hacerle caso se abalanza sobre este pobre hombre arrebatándole asÃ- el supuesto yelmo de Mambrino. Lo más interesante de esta pequeña aventura es que el yelmo de Mambrino no era más que una simple bacÃ-a de azofra que solÃ-an utilizar los barberos. Una vez hubo acabado este pequeño percance Don Quijote y Sancho comenzaron a fantasear sobre su futuro como caballeros. Don Quijote le contó a Sancho que si se hacÃ-an famosos Don Quijote acabarÃ-a casándose con la hija de un gran rey y a la muerte del rey este heredarÃ-a su reino y harÃ-a casar a Sancho con la mejor doncella que la hija del rey tuviese. Al acabar esta extraña conversación acordaron trabajar duramente para conseguir la fama suficiente como para poder ocupar los lugares deseados como rey y noble principal de ese imaginario reino. Capitulo 22. De la libertad que dio don quijote a muchos desdichados que mal de su grado los llevaban donde no quisieran ir. En este capÃ-tulo se nos cuenta otra aventura de Don Quijote y Sancho en la cual nuestros dos personajes se encuentran con muchos malhechores que van a cumplir condena en las galeras del rey. Don Quijote y Sancho iban caminando tranquilamente por un descampado cuando encontraron en su camino a unos galeotes, presos, que iban escoltados por unos comisarios armados. Don Quijote al ver que estos presos iban encadenados se interesó del porque de esta inhumana situación. Sancho se lo intento explicar, pero al no quedar satisfecho este comenzó a preguntarle a los galeotes el porqué de su condena. Los galeotes comenzaron uno por uno a explicarle a Don Quijote el porqué se encontraban encadenados y condenados a trabajar en las galeras del rey. Don Quijote al considerar injusto, que esos hombres estuvieran condenados por algo que él no consideraba una pena mayor, decidió liberarlos y dejarlos marchar en paz. Al acabar esta pequeña batalla entre los galeotes y Don Quijote contra los comisarios, Don Quijote les dijo a los galeotes que fueran a visitar a su amada Dulcinea del Toboso a contarle que el caballero de la triste figura, Don Quijote, les habÃ-a liberado de sus cadenas y penas. Los galeotes además de negarse a cumplir este pequeño mandato comenzaron a apedrear y saquear a Don Quijote y a Sancho, dejándoles a la intemperie casi desnudos. Capitulo 25. Que trata de las estrañas cosas que en sierra morena sucedieron al valiente caballero de la mancha, y de la imitación que hizo a la penitencia de beltenebros. Cuando Don Quijote y Sancho se estaban adentrando en la sierra Sancho le dijo a Don Quijote que se querÃ-a volver a casa y que estaba harto de las aventuras y andanzas de Don Quijote. También le dijo que no entendÃ-a por qué querÃ-a encontrar a Cardenio ya que este no iba a continuar contando la historia que habÃ-a comenzado. Don Quijote le dijo que debÃ-a impedir que alguien tan loco como Cardenio fuese 3

diciendo mentiras de una reina tan y honrada como Madasima. Mientras tanto llegaron a un lugar donde Don Quijote se detuvo para hacer penitencia, imitando asÃ- a Amadis de Gaula, de esta forma comenzó a gritar en lo alto de una montaña diciendo que estaba haciendo penitencia por su amada Dulcinea del Toboso. Tras haber acabado la penitencia Don Quijote le dice a Sancho que tiene que ir a pasar 3 dÃ-as con Dulcinea y en esos dÃ-as le tiene que contar todo lo que habÃ-a hecho Don Quijote en honor de Dulcinea, y que además le tenÃ-a que llevar una carta a Dulcinea departe de Don Quijote. Sancho le pregunta que quien era Dulcinea del Toboso y Don Quijote le dice que su verdadero nombre es Aldanza Lorenzo. Sancho al oÃ-r este nombre comienza a hablar mal de ella y se enzarza en una pequeña pelea con Don Quijote. Acabado esto Don Quijote comienza a escribir la carta que le mandarÃ-a a su amada y tras leerla se la entrega a Sancho para que monte encima de Rocinante y se la lleve. Capitulo 31. De los sabrosos razonamientos que pasaron entre don quijote y sancho panza, su escudero, con otros sucesos. Sancho al no saber que decir no hacÃ-a más que decirle mentiras a su amo acerca de la supuesta conversación que mantuvo con Dulcinea. Sancho le decÃ-a a Don Quijote que nada más llegar Dulcinea rompió la carta ya que al no saber leer no querÃ-a que nadie la leyera por ella, entonces Dulcinea insistió en que Don Quijote fuese a verla al Toboso. Don Quijote preguntaba constantemente que era exactamente lo que Dulcinea habÃ-a dicho pues le interesaba la pura verdad. Llego un momento en el que Don Quijote dudó si ir con Dulcinea primero o ir primero a cortarle la cabeza al gigante. Ante esta duda Sancho le dijo que fuese primero a donde se encontraba el gigante, ya que Sancho veÃ-a peligrar el señorÃ-o que le habÃ-a prometido. capitulo 44. Donde se prosiguen los inauditos sucesos de la venta. Al amanecer debido a un extraño movimiento de Rocinante Don Quijote quedó colgado de la mano, Maritormes al oÃ-r los grandes gritos que este daba le desato la mano. Al desatarle la mano Don Quijote se cayó delante del ventero y de los cuatro jinetes que llegaban a la venta. Estos caballeros eran enviados del padre del muchacho, Don Luis, que habÃ-a estado cantado la noche anterior en honor de Clara. Estos hombres venÃ-an en busca de este muchacho ya que su padre deseaba verle. Poco después el Oidor, padre de Clara, le pregunto al muchacho, que se encontraba en la venta, quien era y este le dijo que era un vecino suyo que iba siguiéndoles porque amaba profundamente a su hija Clara y deseaba casarse con ella. El padre al oÃ-r esto acepto siempre y cuando el padre del muchacho estuviese conforme. Acabado esto decidieron irse a AndalucÃ-a Don Luis, Don Fernando, el Oidor, Clara y uno de los criados. Mientras que el resto de los criados fuesen a ver si el padre de Don Fernando estaba conforme con esta boda. En ese momento tuvieron Don Quijote y Sancho la mala suerte de que apareció por allÃ- el barbero al que Don Quijote le habÃ-a arrebatado el yelmo de Mambrino, el barbero al ver a Sancho arremetió contra él llamándole ladrón por haberle saqueado. Al ver Don Quijote como su escudero peleaba por defender su honor le prometió que le nombrarÃ-a caballero en la primera ocasión que tuviera. Durante el resto del capÃ-tulo estuvieron discutiendo sobre si el famoso yelmo de Mambrino era yelmo o una 4

simple bacÃ-a como afirmaba el barbero. 3.2 Segunda parte: Capitulo 3. Del rÃ-diculo razonamiento que pasó entre don quijote, sancho panza y el bachiller sanson carrasco. Cuando se fue Sancho quedo Don Quijote pensando cómo era posible que alguien hubiese escrito sus aventuras si no habÃ-a transcurrido mucho tiempo desde que comenzó sus aventuras. También le preocupaba el que el escritor del libro se hubiese inventado algo acerca de su amada Dulcinea. Cuando Sansón Carrasco llegó a donde estaba Don Quijote se arrodillo ante él como si de un gran caballero se tratara, y comenzó a alabar las aventuras que habÃ-a leÃ-do en ese libro. El capitulo termina contando como el Bachiller y Don Quijote ponen en común detalles de la primera parte, como por ejemplo lo que hizo Sancho con los cien escudos de oro que encontraron en Sierra Morena y los errores del autor, como la inclusión de la novela del Curioso Impertinente y el extraño hurto del jumento de Sancho. Finalmente el Bachiller le manifiesta lo famosas que son sus aventuras ya que las leen todas las personas por todo el mundo. Capitulo 10. donde se encuentra que sancho tuvo para encantar a la señora dulcinea, y de otros sucesos tan rÃ-diculos como verdaderos. Antes de marchar Sancho en la busca de Dulcinea le habÃ-a ordenado Don Quijote que se fijara en las reacciones fÃ-sicas que mostrara Dulcinea al enterarse de que estaba allÃ- su caballero. Antes de que Sancho comenzara su búsqueda se sentó, donde su amo no pudiese verle, para reflexionar acerca de la locura de su amo que aunque Sancho le llevase a otra persona que no fuese Dulcinea, Don quijote jurarÃ-a que su amada está encantada. Al atardecer Sancho vio pasar cerca de él a tres labradoras y fue corriendo junto a su amo para decirle que Dulcinea se acercaba con dos de sus sirvientas y de este modo se invento sus ropas para que su amo se pensase que su amada se acercaba. Cuando se estaban acercando las tres labradoras se puso en marcha el plan de Sancho ya que él pensaba que cuando su amo viese a las tres labradoras, e hiciese caso a Sancho que decÃ-a que era Dulcinea con sus sirvientas, pensarÃ-a que estaban encantadas. Las labradoras al oÃ-r las alabanzas, que Don Quijote hacia de ellas, salieron corriendo escapando de Don Quijote y de Sancho. Después de ver como las tres labradoras Sancho y Don Quijote comenzaron a increpar contra los encantadores que privaron a Don Quijote de ver la belleza de su amada, Dulcinea. Finalmente Don Quijote y Sancho prosiguieron su camino hacia Zaragoza donde se celebraban todos los años unas fiestas muy importantes. Capitulo 23. De las admirables cosas que el estremado don quijote contó que habÃ-a visto en la profunda cueva de montesinos, cuya imposibilidad y grandeza hace que se tenga esta aventura apócrifa. En este capÃ-tulo Don Quijote relata su encuentro con Montesinos. Don Quijote contó que en la cueva habÃ-a visto al primo y amigo de Montesinos, Durandarte, el cual yacÃ-a en carne y hueso en un sepulcro de mármol debido a un encantamiento del mago MerlÃ-n. Dijo que también estaban allÃ- encantados Belerma, dama de Durandarte; su escudero, Guadiana convertido en rÃ-o y otros muchos amigos y parientes de Durandarte convertidos en lagunas. 5

Sancho no se podÃ-a creer lo que contaba pero no pudo aguantar su risa cuando Don Quijote dijo que habÃ-a visto a dulcinea y a las dos damas que la acompañaban y que estas le habÃ-an pedido seis reales a cambio de un pañuelo de algodón. Don Quijote le dijo a Sancho que no se podÃ-a creer lo que este decÃ-a debido a que no tenÃ-a experiencia en el mundo pero que algún dÃ-a le demostrarÃ-a que todo aquello era cierto. CAPITULO 41. DE LA VENIDA DE CAVILEÑO, CON EL FIN DESTA DILATADA AVENTURA. Por la noche llevaron a Don Quijote y a Sancho hacia el caballo y le dijeron que deberÃ-an taparse los ojos porque la altitud que iban a alcanzar era muy grande y le podÃ-an marear. Don Quijote y Sancho accedieron, y al momento les dijeron que para activar el caballo habÃ-a que mover una clavija que se encontraba en el cuello del caballo. Y para bajarse del caballo cuando llegasen tendrÃ-an que esperar a que este relinchara. Cuando Don Quijote apretó la clavija todos los allÃ- presentes se despedÃ-an como si realmente se estuvieran moviendo, incluso imitaban el calor de la altitud y el movimiento del viento. Al cabo de un rato los allÃ- presentes encendieron la cola de Clavileño el cual al estar lleno de cohetes salió disparado por el aire tirando a Don Quijote y a Sancho al suelo. Cuando se levantaron vieron que no se habÃ-an movido de lugar y que a su alrededor estaban los mismos personajes que antes y observaron también que junto a ellos habÃ-a una lanza con un mensaje el cual decÃ-a que Don Quijote habÃ-a vencido con solo intentarlo y que Malambruno se contentaba con eso y habÃ-a desencantado a la Trifaldi y a sus doncellas. También decÃ-a que igualmente se desencantarÃ-a Dulcinea en cuanto Sancho cumpliera lo prometido. Cuando el Duque leyó la carta felicito efusivamente a Don Quijote por su hazaña. Sancho le dijo a la Duquesa que durante su viaje en Clavileño se habÃ-a quitado el pañuelo y habÃ-a visto como el mudo y las personas eran muy pequeñas desde esas alturas, la Duquesa al decirle que eso era imposible Sancho le respondió que mediante el encantamiento nada era imposible. Sancho prosiguió contando que habÃ-a estado tan cerca del sol que habÃ-a podido comprobar que realmente era muy grande, también dijo que se habÃ-an detenido en la constelación de las siete cabrillas ya que como Sancho habÃ-a sido cabrero se entretuvo un poco con ellas. CAPITULO 48. DE LO QUE LE SUCEDIÓ A DON QUIJOTE CON DOÑA RODRÃGUEZ, LA DUEÑA DE LA DUQESA, CON OTROS ACONTECIMIENTOS DIGNOS DE ESCRITURA Y MEMORIA ETERNA. En una de las noches en que Don Quijote dormÃ-a apaciblemente escucho como alguien entraba silenciosamente en su habitación. Pensando que era Altisidora que querÃ-a perturbar su honestidad se puso de pie encima de la cama. Al entrar la dueña RodrÃ-guez vio a Don Quijote de esa manera y ambos se asustaron enormemente. Después de ese susto la dueña comenzó a decirle a Don Quijote que le necesitaba por temas caballerescos. La señora comenzó a contarle a Don Quijote su historia, en la cual decÃ-a que ella tenÃ-a una hija que habÃ-a sido seducida por el hijo de un siervo del Duque, el cual le habÃ-a pedido matrimonio a la pobre niña. También le dijo a Don Quijote que ya le habÃ-a pedido con anterioridad al Duque que la ayudara pero este no le hacÃ-a caso a la dueña por que este labrador solÃ-a prestarse dinero y arreglarle algunos chanchullos. En un momento de su conversación la dueña comenzó a meterse con Altisidora y con la Duquesa. Después de haber dicho esto la dueña se apagaron las luces de extraña manera y Don Quijote y la dueña comenzaron a recibir pellizcos a azotainas. Después de esta peculiar batalla ambos acosadores se marcharon de la habitación, la dueña salió de la habitación de Don Quijote llorando y Don Quijote se quedó sin saber que extraños encantadores le habÃ-an hecho eso. 6

CAPITULO 62. QUE TRATA DE LA AVENTURA DE LA CABEZA ENCANTADA, CON OTRAS NIÑERÃAS QUE NO PUEDEN DEJAR DE CONTARSE. En casa de Don Antonio Don Quijote y Sancho pasaron unos dÃ-as. El primer dÃ-a después de comer Don Antonio les enseño un busto que según él respondÃ-a a todo lo que se le preguntase pero que aquel dÃ-a no podÃ-a hablar ya que los viernes no solÃ-a hablar. Después de esto Don Quijote, Sancho y Don Antonio salieron a dar una vuelta y sin que Don Quijote se diese cuenta le pusieron en su espalda un cartel que ponÃ-a: este es Don Quijote de la Mancha. Don Quijote al ver que todo el mundo le conocÃ-a se puso muy contento ya que se demostraba asÃ- que era un hombre famoso por sus aventuras. Por la noche en una fiesta a la que asistieron dos muchachas sacaron a bailar a Don Quijote y este tras un rato bailando acabó diciendo que le dejaran en paz esas muchachas que para él la única mujer era Dulcinea del Toboso. Sancho al ver a Don Quijote le acostó para que descansara después de tan agitado baile. Al dÃ-a siguiente dÃ-a Don Quijote y sus amigos fueron a la sala del busto a hacerle preguntas. Lo que ellos no sabÃ-an era que el busto hablaba porque conectado a él habÃ-a un tubo por el que llegaba la voz del sobrino de Antonio que sabiendo quien habÃ-a junto al busto respondÃ-a por conjeturas. Las preguntas que le hacÃ-an eran fáciles de responder ya que cuando Sancho le preguntó si volverÃ-a a gobernar el busto dijo que gobernarÃ-a en su casa y que dejarÃ-a de ser escudero cuando abandonase a su amo. A los pocos dÃ-as Don Antonio tuvo que dejar la broma ya que si no la inquisición le castigarÃ-a. A los pocos dÃ-as Don Quijote visitó una imprenta y vio como en ella estaban corrigiendo el libro de Avellaneda al que volvió a criticar diciendo que era totalmente falso. CAPITULO 64. QUE TRATA DE LA AVENTURA QUE MÃS PESADUMBRE DIO A DON QUIJOTE DE CUANTAS HASTA ENTONCES LE HABÃAN SUCEDIDO. Un dÃ-a mientras Don Quijote paseaba, armado, por la playa se encontró a un hombre que se hacÃ-a llamar el Caballero de la Blanca Luna. Este le dijo que habÃ-a ido a buscar a Don Quijote para hacerle confesar que su dama era más bella que Don Quijote. Don Quijote al no admitir esto decidió batirse en duelo con Don Quijote. El trato era que si Don Quijote perdÃ-a deberÃ-a de admitir que su dama no era la más hermosa y deberÃ-a de permanecer un año de vida sosegada en su pueblo sin utilizar las armas. Si Don Quijote vencÃ-a seria él quien decidiera acerca de la vida del otro caballero y se quedarÃ-a con sus armas, fama y caballo. Una vez en la batalla Don Quijote salió derrotado y humillado frente al Caballero de la Blanca Luna. Don Quijote se vio obligado a cumplir su palabra y dijo que se retirarÃ-a un año de la caballerÃ-a pero reafirmo que su dama era la más bella del mundo. Después de la batalla el Caballero de la Blanca Luna se marchó y a Don Quijote le llevaron a la ciudad en una silla de mano. CAPITULO 73. DE LOS AGÃœEROS QUE TUVO DON QUIJOTES AL ENTRAR DE SU ALDEA, CON OTROS SUCESOS QUE ADORNAN Y ACREDITAN ESTA GRANDE HISTORIA. De camino al pueblo Don Quijote y Sancho encontraron al Cura y a Sansón Carrasco los cuales se alegraron mucho de que Don Quijote y Sancho se encontraron de vuelta en el pueblo. Una vez en el pueblo Don Quijote se fue a su casa con el Ama y su sobrina y Sancho se fue a su casa con mucho dinero para dar a su mujer. Don Quijote les contó a sus amigos que tenÃ-a intención de hacerse pastor durante ese año y les pidió a sus amigos que le acompañaran en su pastoreo. Los amigos de Don Quijote asintieron para que Don Quijote 7

no se marchara de casa otra vez y volviera a las andadas. CAPITULO 74. DE CÓMO DON QUIJOTE CAYÓ MALO, Y DEL TESTAMENTO QUE HIZO, Y SU MUERTE. Cuando llegó el médico a la casa de Don Quijote y le vio dijo que serÃ-a mejor que se fuese confesando ya que no le quedaba demasiado tiempo de vida. Don Quijote al oÃ-r eso hizo llamar a sus amigos y les comenzó a decir que era consciente de todos los peligros en los que se habÃ-a metido pero que ya habÃ-a vuelto en sÃ- y que ya era otra vez Alonso Quijano el Bueno. Sus amigos le intentaban animar diciéndole que pronto iban ser todos pastores y que Dulcinea ya estaba desencantada, pero Alonso Quijano les decÃ-a que no se burlaran de él que ya era cuerdo. Tras hacer testamento y dejar una clara muestra de que ya habÃ-a vuelto a la cordura comenzó a criticar la actitud de Avellaneda que habÃ-a escrito un libro falso acerca de estupideces como las que él habÃ-a vivido. Antes de morir le dijo a su sobrina que, por favor, no se casara con un hombre que conociera las novelas de CaballerÃ-as ya que estas le acabarÃ-an llevando a la locura. Y tras decir esto Alonso Quijano falleció. 4. PERSONAJES: • Personajes protagonistas Don Quijote frisaba la edad de los cincuenta años aproximadamente, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Alonso Quijano se convierte en don Quijote por un acto de voluntad propio. Es un maduro hidalgo manchego que enloquece de tanto leer libros de caballerÃ-as. Don Quijote es un lector ingenuo y apasionado, que cree que todo lo que se dice en esas novelas es verdad. La locura es bastante curiosa, pues solo se manifiesta en lo que tiene alguna relación con la vida caballeresca, en los demás asuntos da muestras de ser una persona muy lucida, culta e inteligente. Sancho Panza: Bajo, regordete. Es el escudero de Don Quijote, y un hombre bondadoso y de gran corazón aunque a primera vista parece rudo y muy basto. Según avanza la novela se puede apreciar la quijotización de Sancho. Después de haber vivido algunas aventuras con don Quijote, ha acabado por creerse que es un escudero de verdad. Dulcinea de Toboso: Representa a la aldeana rustica, no carece de belleza fÃ-sica, pero es hermosa y llena de magia, por la fantasÃ-a de Don Quijote. Secundarios: El Ama y la Sobrina; el Cura y el Barbero están representados en su exacta dimensión humana. El Bachiller Sansón Carrasco: aparte de que su objetivo es traer a la realidad a Don quijote, es un hombre culto de amplias lecturas, con sentido lógico, espÃ-ritu realista. 5. TIEMPO: TIEMPO CRONOLÓGICO: El tiempo cronológico de esta obra puede identificarse entre finales del siglo XVI y principios del XVII.

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6. El quijote como juego literario Muchos componentes del Quijote obedecen a su condición de novela concebida como un juego. Su construcción se sustenta en el artificio narrativo del manuscrito encontrado. Este procedimiento es parodia del mismo recurso empleado en los libros de caballerÃ-as. Pero Cervantes va mucho más allá, adueñándose de la máxima libertad artÃ-stica que un autor haya logrado jamás. Varios elementos sobresalen en tan fecundo proceso. En la ficción, el historiador moro Cide Hamete Benengeli aparece como primer autor del Quijote, un morisco toledano es su primer traductor y el mismo Cervantes aparece ficcionalizado como segundo autor, que entrega a los lectores una historia sobre la cual podrá comentar lo que quiera porque la conoce toda de antemano por la traducción del morisco. Este juego de autores, traductores, narradores y lectores produce una gran libertad creadora a la vez que siembra la ambigüedad y la duda en muchas páginas, por ejemplo en el relato de la cueva de Montesinos. Cualquier perspectiva es posible. Siempre se podrá acusar de los engaños al moro Cide Hamete, al morisco traductor y aun al impresor, a quien, en la segunda parte, se culpa de las incoherencias cometidas en torno al robo del rucio de Sancho en la primera. El sistema lúdico abarca también la misma locura del protagonista. La locura era un motivo frecuente en la literatura del renacimiento, como prueban las obras de Ariosto y de Erasmo de Rotterdam. Don Quijote actúa como un paranoico enloquecido por los libros de caballerÃ-as. Unos lo consideran un loco rematado, otros creen que es un "loco entreverado", con intervalos de lucidez. En general se admite que don Quijote actúa como loco en lo concerniente a la caballerÃ-a andante y razona con sano juicio en lo demás. Pero los escritores españoles Arturo Serrano Plaja y Gonzalo Torrente Ballester interpretan la locura de don Quijote como un juego codificado en la ficción según unas reglas que el caballero respeta siempre. Entrega su vida a un ideal sublime y se estrella contra la realidad porque los demás no cumplen las reglas del juego. Don Quijote finge estar loco y decide jugar a caballero andante. Para ello acude a los libros de caballerÃ-as, transforma la realidad y la acomoda a su ficción caballeresca: imagina castillos donde hay ventas, ve gigantes en molinos de viento.., y cuando se produce el descalabro también lo explica según el código caballeresco: los malos encantadores le han escamoteado la realidad, envidiosos de su gloria. Semejante juego narrativo resulta enriquecido por el perspectivismo y el relativismo, que se manifiestan en toda la novela, ya en la variedad de nombres que se atribuyen al hidalgo manchego: Quijada, Quesada, Quejana, Quijana y Alonso Quijano. Perspectivismo y relativismo aparecen también en la forma de muchos nombres. 7. LAS DOS PARTES DEL QUIJOTE Presentan entre si algunas diferencias que afectan sobre todo al diseño de la composición. Los 10 años que median entre ambas han servido al escritor para corregir las crÃ-ticas. Algunas de las diferencias son: −En la 1ª parte presenta una serie de episodios de naturaleza semejante, pero relativamente autónomos, unidos mediante la presencia de un mismo personaje; en la 2ª los episodios se hallan más concadenados y se configuran como un proceso más que como una simple adición de aventuras. −La motivación también es diferente, si en un primer momento éstas tienen su origen en la fantasÃ-a y la voluntad del protagonista, posteriormente proceden de los demás personajes, conociendo las reacciones del hidalgo, se las provocan para reÃ-rse a su costa. −Otra diferencia radica en que en el primero se intercalan en el relato de las aventuras otras muchas historias que poco o nada tienen que ver con las de nuestro hidalgo; en el segundo, también aparecen pero con menos frecuentes. 9

−Cabe contrastar la relativa simplificación del carácter y la conducta de la pareja de protagonistas con la progresiva complejidad de sus reacciones en el segundo. De cualquier forma, Cervantes tuvo mucho cuidado en mantener el sentido unitario de su novela. En todos los casos se atiene a un desarrollo circulas siguiendo las mismas fases: un alejamiento del héroe, la realización de una serie de aventuras, y, el regreso al punto de partida. 8. TÉCNICAS NARRATIVAS Cervantes maneja en la construcción del Quijote una gran variedad de técnicas y recursos literarios. Una habilidad, un ingenio y una sabidurÃ-a narrativa de verdad excepcionales. Muchos de los mecanismos literarios empleados son anticipaciones de los que luego serÃ-an algunos rasgos de la novela moderna, revelan también la genial intuición artÃ-stica del autor, quien, como sólo pueden hacerlos los grandes creadores, se adelanto varios siglos a su tiempo. Hasta el punto que hoy puede decirse que resulta una novela completamente actual. El narrador La técnica del narrador omnisciente, que en algunos detalles apunta hacia una voz un poco más limitada. Cervantes solo se presenta como un segundo autor, cuya responsabilidad se lima a los comentarios y observaciones que se van introduciendo en la traducción castellana del citado manuscrito. El perspectivismo En enfoque perspectivita adoptado en la novela, una técnica artÃ-stica que implica una visión de la realidad, no como algo fijo y estable, sino abierto a múltiples interpretaciones y puntos de vista, todos parciales y relativos, porque es el individuo, desde su posición personal, quien decide qué son y qué representan las cosas. El juego de la realidad y la ficción Se aprecia en los diversos planos y es un entramado de ficciones y realidades diversas cuya entidad depende de la relación variable establecida entre ellas. La locura del personaje no reside tanto en la abundancia de sus lecturas de libros caballerescos, como en la actitud psicológica que manifiesta ante ellos. Lector ingenuo y apasionado, cree que cuando allÃ- se dice es verdad. Hay que añadir el estilo enrevesado en que por lo general estaban escritos esos libros. La locura es bastante curiosa, pues solo se manifiesta en lo que tiene alguna relación con la vida caballeresca, en los demás asuntos da muestras de una cordura ejemplar. Parodia, locura y realismo. Más allá de vacilaciones genéticas y compositivas, lo que sÃ- se ofrece como constante durante todo el proceso creativo del Quijote es el fin paródico. Si fiamos de las declaraciones de su autor, fue concebido como invectiva contra los libros de caballerÃ-as ("todo él es una invectiva contra los libros de caballerÃ-as", I, "Prólogo") y ese fue siempre su objetivo principal: "pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerÃ-as, 10

que, por las de mi verdadero don Quijote, van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda alguna" (II, 24). Con ello, Cervantes se inscribÃ-a en la corriente culta de protestas contra la "mal aacheda máquina" de los disparates caballerescos, con la diferencia de que su magistral parodia sÃ- terminarÃ-a erradicándolos del panorama literario, pese a la ingente difusión que los Amadises, Palmerines o Belianises habÃ-an alcanzado durante el XVI. Para lograrlo, pergeña un diseño paródico genial, basado en la locura de su protagonista: ésta ha sido provocada por la lectura de los libros de caballerÃ-as, precisamente el objeto de la parodia. Ello le permite sumarse a las denuncias de moda e inscribirse en la abundante literatura del Renacimiento sobre la locura (Erasmo, Elogio de la locura; Huarte, Examen de ingenios; Arisosto, Orlando furioso, etc.). AsÃ-, en un principio, don Quijote está rematadamente loco: "se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio" (I, 1), si bien no se trata de una esquizofrenia general, sino más bien de una monomanÃ-a tocante al mundo caballeresco ("tenÃ-a buen entendimiento y buen discurso en todas las cosas que trataba, le hubiese perdido tan rematadamente, en tratándole de su negra y pizmienta caballerÃ-a", I, 38), que deja espacio para la cordura: "no le sacarán del borrador de su locura cuantos médicos y buenos escribanos tiene el mundo: él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos" (I, 18). Esto es, Cervantes se ha cuidado muy mucho, ilustrándose en los tratados médicos de la época, de matizar perfectamente la locura de don Quijote, a fin de utilizarla como le interesa: como el recurso novelesco crucial de todo el libro (la novela empieza cuando Alonso Quijano enloquece y acaba cuan do Alonso Quijano recobra el juicio). El pobre hidalgo, colérico donde los haya, tiene su "imaginativa" trastornada por la lectura de los libros de caballerÃ-as y comete dos errores garrafales: cree en la verdad de cuantos disparates caballerescos ha leÃ-do y piensa que en su época puede resucitarse la caballerÃ-a andante: "aquel don Quijote de la Mancha, digo, que de nuevo y con mayores ventajas que en los pasados siglos ha resucitado en los presentes la ya olvidada andante caballerÃ-a" (II, 23). Ello lo convierte, antes que en caballero, en todo un "anacronismo andante", cuyo atuendo y figura no deja de ser objeto de burla: "pusiéronle el balandrán, y en las espaldas, sin que lo viese, le cosieron un pargamino, donde le escribieron con letras grandes: Éste es don Quijote de la Mancha" (II, 62). Pero Cervantes, muy por encima de las burlas, perfiló milimétricamente cada matiz de ese enloquecimiento, para explotarlo novelÃ-sticamente de forma magistral. No se trata de una situación estática, sino de un proceso complicadÃ-simo, que no deja de entrañar un "proyecto consciente de vida": la empresa caballeresca se planifica detenidamente y se asume con decisión ("Yo sé quién soy −respondió don Quijote−; y sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los Nueve de la Fama", I, 5); tramada casi racionalmente, la supuesta locura evoluciona de forma lógica (primera salida: se desfigura la realidad; segunda salida: la realidad se acomoda al mundo caballeresco; tercera salida: se asume un mundo encantado por los demás); en fin, la demencia no deja de ofrecer perfiles de simple juego socarrón (cuando razona a quién imitar en Sierra Morena o cuando se mofa de lo caballeresco en la Cueva de Montesinos), como su inventor desvela al final del libro: "Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa; déjense burlas aparte" (II, 74). Más que de un caso de locura, parece tratarse de un procedimiento creativo tendente a ilustrar literariamente el problema de la realidad y de la ficción. De hecho, Cervantes plantea con exquisito cuidado cada uno de los acercamientos de don Quijote a la realidad de Alonso Quijano, de modo que sus continuos equÃ-vocos no dependen necesariamente de la demencia (sÃ- en el caso de la primera venta o de los frailes benitos); al contrario, suelen caer frecuentemente dentro de la más prosaica verosimilitud: son las circunstancias (el viento, cuando los molinos; el sol y la lluvia, en el caso del yelmo; la falta de visibilidad y el estruendo, la vez de los rebaños; la oscuridad y el ruido, si pensamos en los batanes; etc.), el contexto caballeresco (retablo de maese Pedro, caballero del Bosque, estancia con los duques), las malas mañas de los demás (encantamiento de Dulcinea, Clavileño) o el sueño (cueva de Montesinos) los que traicionan la percepción quijotesca de su entorno, espoleando sus delirios heroicos.

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Mucho más claramente: la realidad es tratada por el narrador de una forma ilusionista, prismática, como si estuviera contagiado de la misma locura del personaje, de modo que el pobre hidalgo, aquejado de su delirio caballeresco, es una permanente vÃ-ctima, no más loco que nosotros mismos. Por eso, ante una realidad tan oscilante, no tiene por menos que engañarse, como lo hacemos nosotros mismos en ocasiones (batanes) y como lo hace sistemáticamente Sancho (Micomicona, Barataria). La locura, asÃ-, es una estrategia de acercamiento a la realidad: un modo originalÃ-simo de realismo que sutura perfectamente lo más prosaico a lo más disparatado, otorgando a lo segundo carta de naturaleza novelesca, en un juego de espejos, entre paródico, cómico e irónico, irresoluble.

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