A LA EXPECTATIVA DE RECIBIR LA ABUNDANCIA DE DIOS

A LA EXPECTATIVA DE RECIBIR LA ABUNDANCIA DE DIOS Y a hemos documentado adecuadamente que los hijos de Dios damos en retribución, en reconocimiento.

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A LA EXPECTATIVA DE RECIBIR LA ABUNDANCIA DE DIOS

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a hemos documentado adecuadamente que los hijos de Dios damos en retribución, en reconocimiento. No damos PARA recibir, damos en una especie de devolución PORQUE hemos recibido de Su bendita y generosa mano. No obstante, la ley a la que dedicamos tiempo de estudio no es tan sólo la ley del dar sino la ley del dar y recibir. Por eso es que deberíamos estar a la expectativa de recibir. Lucas 6:38: Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

“Dad y se os dará”. Ahí está simplemente declarada la ley por el mismo Señor Jesucristo. De tal manera que no se sienta mal esperando recibir de la mano de Dios. Nosotros damos con una medida y entonces es con la misma medida con la que somos medidos que nos es retornado sólo que buena, apretada, remecida y abundante. Otra versión de la Biblia1 dice: Practiquen el dar, y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio. Este es un hermoso orientalismo que se refiere a la costumbre típica de los mercados de la época de Jesucristo sobre la tierra. Según la señora Gill2 la amistad con frecuencia se mezclaba con el negocio y el comerciante medía a su cliente y, cuando él compraba se le medía a él de la misma manera. Cuando le vendía grano a su cliente, tomaba el recipiente de la medida, apretaba el grano, remecía el recipiente haciendo movimientos hacia los lados para que se asentaran y dejaran lugar para más granos; volvía a llenar el recipiente y lo hacía rebalsar de granos y lo colocaba en el regazo de su manto para que lo llevara a su casa. Cuando uno dé así, así se le será dado. Malaquías 3:6-12: 1 2

Ob. Cit. Traducción del Nuevo Mundo…, Página 1279 Williams Gill, Emma. Vida de hogar en la Biblia, CLIE, Página 92

A la expectativa de recibir de la Abundancia de Dios – CONCLUSIÓN

6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos. En la Biblia en inglés3 el versículo diez donde dice: “derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” ha sido traducido:”…derramaré sobre vosotros bendición tal que no habrá lugar suficiente para recibirlo”. ¡Imagínese! Usted da y Dios derrama hasta que no hay lugar suficiente donde ponerlo. ¡Qué hermosa imagen! Cuando usted, da usted puede y ciertamente le conviene estar expectante de recibir de la “mano” de Dios. Es una ley y se cumple todas las veces dadas las condiciones que estudiamos más arriba. No es tan común -lamentablemente- ver hoy día gente que enseñe que cuando uno da uno puede esperar recibir de Dios. La ley del dar y recibir fue instituida por Dios. Él la instituyó para que nosotros seamos bendecidos y por supuesto, Él glorificado. Todo lo que se requiere de nosotros es creer que la Palabra de Dios es correcta y por consiguiente, hacerla. Seguramente usted es consciente de que existe un adversario, el archienemigo de Dios que hace que la gente se enferme y no bendice la vida de las personas. ¿Cuánto pagaría usted para sacarse al adversario de encima, para que lo deje en paz? Bueno, pues bien el versículo once dice: 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Muy poco o nada se enseña –provisto que se enseñe- que el dar involucra el recibir en retorno de Dios. Si simplemente creemos que cuando damos ya está listo, que no hay más qué hacer, mucho erramos. No termina el proceso de bendición de Dios simplemente cuando usted da. Es un círculo virtuoso. La tierra y todo lo que en ella hay es de Dios. Usted trabaja honestamente y recibe un ingreso que lo vuelve muy agradecido a Dios al punto que le retribuye proporcionalmente según su entendimiento, amor y creencia; entonces recibe en retorno el

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The Holy Bible, Containing the Old and New Testaments.Cambridge, Authorized Version of 1611

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derramamiento de las bendiciones de Dios más allá de su capacidad de contenerlas. Hermoso círculo virtuoso. Un ejemplo práctico del dar del hombre y del derramar de Dios a través de Su hijo Jesucristo, se encuentra en los Evangelios. Lucas 5:1-7: 1 Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestraS redeS para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Pedro dio su barca para que desde ella Jesús enseñara la Palabra de Dios. En virtud de eso la pesca fue tan abundante que Jesús le dijo que echara las redes (plural) porque él sabía de la conducta de su Padre. Pedro no estaba a la expectativa de recibir abundantemente de Dios y echó la red (singular) por eso se le rompió. Pero en cualquier caso lo cierto es que Pedro dio y Dios derramó porque tuvo que compartir la pesca con colegas que se acercaron para tomar parte de lo recogido para que la barca no zozobrara. Observando más detalladamente el registro puede verse que ya habían salido a pescar antes y no habían pescado nada. Sin embargo cuando ofrendaron el uso de la barca para la obra de Dios regresaron al mismo lugar donde antes no habían hallado nada y llenaron dos embarcaciones que, de la cantidad casi se hundieron. La diferencia estuvo en el dar de Pedro que habilitó el derramar de Dios. Con Dios siempre recibimos a cambio medida, buena, remecida y rebosando, tal, que no tendremos lugar donde guardarlo, y no sólo eso sino que también el adversario recibe un cachetazo en la mano porque dice que reprenderá al devorador. Dios nos protege del adversario. No es normal dar y no recibir nada a cambio pero uno tiene que reclamar las promesas creyendo lo que está escrito. 2 Corintios 9:5 y 6: 5 Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra. 6 Pero esto Eduardo Di Noto

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digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Nuevamente si siembra, siega. Dar y recibir. Cuando el sembrador siembra una semilla no espera recibir otra semilla y nada más. De ser así no habría gente que se dedicara a la agricultura. Para el agricultor lo normal es recibir una planta a cambio. No lo sorprende ni un poquito el plantar una semilla y cosechar una planta que entre otras cosas le da más semillas. Qué bueno que el Padre celestial haya usado este ejemplo de sembrar. Siembran una semilla y recogen una abundancia. El mismo agricultor sabe que la forma de cosechar más es sembrar más. Si planto una semilla de tomate cosecharé digamos unos diez tomates; diez semillas unos cien y cien semillas unos mil tomates y así. Aquí en el Nuevo Testamento no confina el dar al diezmo, se habla, en cambio, del dar generoso; es una nueva, una más grande perspectiva que pone la responsabilidad del porcentaje sobre el dador. La ley del dar y recibir contiene en sí el recibir a cambio o en retorno y la enseñanza que Dios reprende al devorador. Filipenses 4:15-17: 15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir [no dice sólo dar], sino vosotros solos; 16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. 17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pablo estaba alineado con Dios porque buscaba para la gente de Filipos lo mismo que busca Dios para nosotros: “fruto que abunde en nuestra cuenta”. El apóstol se adecuaba a las circunstancias pero no permitía a las circunstancias que lo detuvieran de mover la Palabra de Dios. Dice claramente que los filipenses participaron en razón de dar y recibir. Él estaba bendecido que ellos daban, no sólo por el regalo que había recibido para poder mover la Palabra de Dios, sino por la bendición que retornaría a sus vidas. Claro que estamos bendecidos cuando alguien contribuye con su vida, talento y su dinero para mover la Palabra de Dios así podemos hacer cosas que de otro modo no podríamos. Pero la bendición mayor es que el individuo reciba en retorno medida excelente, buena, apretada, remecida, rebosando, que las ventanas de los cielos se abran, que siegue o coseche abundantemente, que el devorador esté reprendido, que cuente con fruto que abunde en su cuenta… Seguro que Pablo estaba bendecido. La perspectiva correcta desde el punto de vista de la Palabra de Dios es dar en reconocimiento a Dios y no dar para que la iglesia pueda hacer cosas con su dinero. Si alguien en la Iglesia aprende, entiende y aplica la ley del dar y recibir, esa persona va a ser tremendamente bendecida. En el Nuevo Testamento vemos las mismas verdades que en el Antiguo, solo que en una escala mayor. Eduardo Di Noto

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A la expectativa de recibir de la Abundancia de Dios – CONCLUSIÓN

3 Juan 2: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Debiéramos considerar que en ocasiones fallamos cuando mencionamos la ley del dar y recibir y solamente “computamos” dar pero no recibir porque pensamos que está mal esperar recibir de la mano de Dios y entonces nos olvidamos o no sabemos acerca del abundante recibir. ¿Cuánta gente da y se olvida de todas las promesas de Dios y nunca las claman para sí mismos, no las memorizan, no las trabajan en su mente creyente para estar listos y a la expectativa de recibir las promesas de Dios en retorno a ellos? Recibir abundante es tan importante como dar abundante porque Dios quiere que tengamos en todas las cosas todo lo suficiente para que abundemos en toda buena obra. Hay que conservar las manos abiertas expectantes de recibir en retorno. Si uno da y sabe que tiene una necesidad tiene que esperar que esa necesidad en particular sea suplida. Entonces ¿por qué no tener en claro y permanecer interesados acerca de esa necesidad para que sea suplida por el Padre celestial? Esta ley como todas las leyes de Dios trabajan con exactitud matemática y precisión científica. Abrimos las manos al dar (no sea cosa que cuando Dios derrame caiga justo en frente de nosotros y lo perdamos). Las personas tienen que aprender que el adversario ya no tiene derecho sobre ellas porque hemos sido comprados por precio. Todo lo que hay en la Tierra es de Dios y usted también es de Él pues el Padre pagó el más alto precio por su vida: la vida del maravilloso Jesús. Pero como no lo saben entonces él se aprovecha de ello. 1 Juan 4:4: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Este conocimiento no aparece de manera automática en nuestras vidas. Uno debe aprender sus derechos como hijo de Dios y aplicarlos en su vida. En el mismo momento en que renacemos del espíritu de Dios tenemos todo el potencial pero no llega a ser manifiesto si uno es ignorante y no reclama las promesas. Conociendo estas verdades y aplicándolas en nuestras vidas es como uno llega a ser un dador alegre. Asimismo ocurre que a veces uno espera hacer lo que la Palabra de Dios dice que podemos hacer pero no necesariamente uno espera que Dios haga lo que Su misma Palabra dice que Él puede hacer. De esa manera “la otra mitad del contrato” no va a funcionar porque no estaremos creyendo por ello. En realidad nuestra mitad es la que no funciona bien, la otra, el Padre celestial sí funciona y muy bien. Dios hará que Su Palabra ocurra y cuando nos venga la abundancia en retorno no nos sorprendamos, porque es lo normal. No es sorprendente que Dios haga lo que dice que va a hacer; lo sorprendente tampoco debiera ser que uno haga lo que dice que va a hacer y nos elevemos al nivel de creer Su Palabra. Eduardo Di Noto

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A la expectativa de recibir de la Abundancia de Dios – CONCLUSIÓN

No es tan sólo la ley de dar sino la ley de dar y recibir.

CONCLUSIÓN

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uando ofrendamos lo hacemos libremente, voluntariamente, con alegría, con entendimiento y con el amor que ha sido derramado en nuestros corazones4.

1 Corintios 13:3: Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. Dar de nuestro tiempo, de nuestro talento, de nuestro dinero no debiera ser un tema de “tengo que dar”. Dar es una bendición, es un privilegio nacido de un corazón que ama y reconoce a Dios como su Proveedor de bendiciones y prosperidad. Hechos 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. 4Una vez que reconocemos Quién es nuestra fuente de recursos entonces dar no es un problema. El dar monetario no debe ser un acto mecánico sin gozo como una especie de extorsión a Dios para que nos provea abundantemente. No damos para demandarle Su favor. Ya contamos con Su amor en nuestras vidas. Damos en respuesta amorosa en algún grado de reciprocidad en atención a lo que ya recibimos. 4Nunca se detenga en su dar. No de compulsivamente ni bajo ninguna presión. Dios le dio todo lo que le dio de Su amor y bondad. Dios ha derramado en usted de Su espíritu porque lo ama, no para sobornarlo. Reconozca esto en la Palabra y usted de igual; de corazón, alegremente. Cuando damos con amor, con gratitud, y con agradecimiento estamos reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios, nuestro Padre celestial a Quien va dirigida la gloria. Asimismo de esa manera uno forma parte de la difusión de las Sagradas Escrituras en toda la extensión del mundo. 4No todo dar para el trabajo para Dios necesariamente indica espiritualidad bien entendida. Pero toda verdadera espiritualidad definitivamente resultará en liberalidad en el dar. A esto aspiramos como hijos de Dios que somos que renovamos nuestras mentes a Su maravillosa Palabra. 4

Romanos 5:5

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A la expectativa de recibir de la Abundancia de Dios – CONCLUSIÓN

Nosotros no damos “para”; damos “porque”. No damos para que el grupo al que confiamos nuestra ofrenda haga esto o aquello. Damos porque reconocemos que hemos recibido de Su bondadosa mano. Cuando damos lo que sea que demos con amor estamos ejerciendo nuestra parte activa en el Cuerpo de Cristo para la gloria de Dios y la bendición de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. 4Es muy importante tener en cuenta que uno obtiene resultados de hacer la Palabra de Dios pero no centra su andar en los resultados sino en hacer la Palabra de Dios. La prosperidad viene a su tiempo por hacer la Palabra sin desmayar. Juan 8:31 y 32: 31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Estas verdades de la Palabra de Dios que aprendimos acerca de la ofrenda nos hacen libres en el dar y nos permiten reconocer la provisión de la gracia de Dios, y depositar nuestra confianza en Él ¡y dejarla ahí!

Nota del autor Toda la Escritura utilizada en este libro es de la Versión Reina Valera 19605 a menos que se especifique lo contrario. Cada vez que aparezca resaltada alguna palabra dentro del texto de la Biblia, se trata del énfasis añadido por el autor. Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: atomos). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos utilizaremos la raíz o cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la misma. Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor dentro del versículo, estará colocada entre corchetes para diferenciarla. Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay más información disponible para consultar en dicha fuente. Cuando se mencione una palabra de origen griego o hebreo, o haya una traducción de alguno de estos idiomas bíblicos y no se mencione la fuente, se deberá a que la misma estará basada en el texto griego/ hebreo y definición dada en “En el principio era la 6 7 Palabra ” o E Sword . Dichas traducciones pueden provenir de los siguientes autores: Mickelson Dictionary, Vine, Thayer o Strong. Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate. Cada vez que se refiera al lector “al sitio Web” significa www.palabrasobreelmundo.com.ar. Las enseñanzas que componen esta obra someten a consideración del lector los temas que tratan. Son más bien, en algunos casos, un punto de partida que propone, orienta y -desde ya- concluyen con lo que el autor ha estudiado y debido a eso, presentado de las Escrituras. No obstante, la Palabra de Dios es simplemente inagotable. El único que no necesita revisión es Dios mismo y Su Palabra según fue originalmente inspirada. Nuestro conocimiento y entendimiento de las distintas maravillas presentadas en la Palabra de Dios siempre pueden ser y debieran ser sometidas al escrutinio8 del estudiante. Entonces, éste trabajo es presentado

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La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano de Valera (1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993 6 Costas Stergiou, In the beginning was theWord ® Copyright © 2003-2010 7 Meyers, Rick. E Sword http://www.e-sword.net/index.html 8 Hechos 17:11; Juan 5:39; 2 Timoteo 2:15; 2 Pedro 1:21

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A la expectativa de recibir de la Abundancia de Dios – CONCLUSIÓN con mucho respeto al estudiante Bíblico como una ayuda, una fuente más de consulta, de referencia y de estudio de la Palabra de Dios. Esta enseñanza está lejos de pretender ser la única, ni mucho menos, la más sobresaliente sobre este tema que exista. No posee eminencia sobre ninguna otra ni es autoridad última sobre el tema. La autoría de la Palabra de Dios es la exclusividad del Padre Celestial y como tal, es la fuente de conocimiento y autoridad única e inapelable.

Marcos 16:15

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