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CONCEPTUAL
A propósito del cadáver de Evita: una reflexión sobre la restauración monumental Por Arq. Luis Cercos* 'Un aspecto que me impresiona mucho en la arquitectura y en la ciudad de nuestro tiempo es el empeño en llevarlo todo a su acabamiento, a su final, a su finalización. Esta tensión hacia una solución definitiva impide la complementariedad entre las varias escalas, entre el tejido humano y el monumento, entre el espacio abierto y el construido. Hoy cualquier intervención, aunque sea pequeña y fragmentaria, se obstina en conseguir una imagen final. Así se explica la dificultad de la compenetración entre las distintas partes de la ciudad." Alvaro Siza
(Zaragoza, España, 1891 - Buenos Aires, Argentina, 1973), quien durante
"...Un día oí en el televisor que alguien hablaba de restauración. Y aunque nunca sabes si al amparo de esa mágica palabra se referirán al nuevo trabajo de un gran cocinero, o al de un odontólogo o incluso a la labor de un interventor dispuesto a redimir una partida presupuestaria olvidada -que hoy en día a todo eso se llama restauración- lo cierto es que llevado de una cierta deformación profesional, presté atención a la pantalla. Efectivamente, no se trataba de una restauración monumental lo que allí se comentaba. No era arquitecto ni historiador el entrevistado, sino un cirujano, pero fue una auténtica restauración lo que explicó. Se trataba de la restauración -el propio doctor la bautizó así-del cadáver del pintor Salvador Dalí, fallecido pocos días antes en su Empordá natal. Por fortuna, el cirujano no entró en detalles sobre la técnica empleada en su labor restauradora, pero expresó con claridad los criterios de su intervención. "Por causa de la enfermedad", dijo, "Dalí llegó a tener un aspecto lamentable, convirtiéndose en una ruina. Como teníamos que exponerlo en la capilla ardiente, ante el público, ante la televisión, pensé que había que devolverle una imagen adecuada. Evidentemente no podía retornarle a su juventud, con sus bigotes erguidos y su sonrisa de sorna; no por motivos técnicos (recuerdo que dijo el médico que sí hubiera podido hacerlo) sino por motivos de credibilidad".
años perfeccionó la técnica de parafinízación. Veintitrés años antes había
"Nadie hubiera aceptado aquella imagen del genio, así que" - dijo el
realizado con ese mismo procedimiento la que hasta hoy es la preparación
médico- "le devolví la imagen que tenía antes de su enfermedad, la que la gente podía recordar con ternura", la imagen de un Dalí mayor pero no viejo, o viejo pero no destruido.
El pasado 26 de julio se conmemoró el 60° aniversario del fallecimiento de María Eva Duarte de Perón, Evita (1919-1951) y yo, recién radicado en Argentina, mientras revisaba su vida, su obra y sus avatares, supe de una historia secundaria que me trasladó inesperadamente a mis años de estudiante de restauración, concretamente a las clases de uno de mis más admirados profesores. Curiosamente, el cadáver de Evita me ha hecho modificar el planteamiento previo de este artículo. Veamos por qué: Tras su muerte, Evita fue embalsamada por el médico Pedro Ara Sarria
cumbre del Museo Anatómico Pedro Ara: su "Cabeza de Viejo". El método original fue ideado por Leo Frederiq en 1876. También con esta técnica el Dr. Ara embalsamó el cuerpo del músico Manuel de Falla, fallecido en la ciudad de Alta Gracia y posteriormente repatriado a España. El 23 de mayo de 1991, Antoní González Moreno-Navarro, por aquél entonces Arquitecto jefe del Servicio del Patrimonio Arquitectónico de la diputación de Barcelona (España) impartió en el Instituto de Ciencias de la instrucción Eduardo Torroja
La reconstrucción fue posible y legítima. El límite era sólo cuestión de técnica, de rigor científico y, sobre todo, de intencionalidad (sólo la voluntad de mostrar al difunto justificaba una manipulación que en otro caso hubiera sido gratuita). ¿No ocurre acaso lo mismo en la restauración monumental?..."
de Madrid una conferencia magistral, como la mayoría de las suyas por otra parte. Casualmente yo, recién licenciado, estaba allí. La ponencia,
El ejemplo era magnífico y muy ilustrativo, pues la restauración monu-
oportunamente transcrita, se tituló posteriormente "La Restauración de
mental es efectivamente una disciplina básicamente intelectual que no se
Monumentos a las Puertas del Siglo XXI" y su texto íntegro, hoy fácilmente
puede plantear exclusivamente desde la perspectiva del monumento como
accesible por internet, se publicó en la revista "Informes de la Construcción" de
única pieza arquitectónica. No podemos extraer de la intervención su
ese mismo año1. Aquel lejano día, en los primeros minutos de su intervención, el
intencionalidad (¿qué es lo que queremos restaurar?) ni excluir otros
profesor González -la persona que más ha influido en mi trayectoria
valores intrínsecos del edificio (históricos, políticos, culturales, religiosos,
profesional-, realizó una comparación entre su método de trabajo y el del
relacionados con su tiempo y con su entorno, documentales)
médico que reconstruyó el cadáver de Salvador Dalí:
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Monasterio de Santa María de Cariacedo, León, España. Restauración de tos arquitectos Salvador Pérez Arroye y Susana Mora Alonso Muñoyerro. Año 1985. Fuente bibliográfica: informe de la Construcción, Vol. 45, n° 428 Noviembre-Diciembre, 1993.
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alejados de los no excluyentes, muy importantes también, valores esté-
¿Qué ocurrió entre el proyecto y el resultado final? ¿Somos responsables
ticos, artísticos y/o arquitectónicos.
absolutos de su resultado? Y hablando de restauración ¿qué ocurre con la
Desde que allá por 1991 comencé a intervenir sobre edificios más o menos
falsificación, con el falso histórico o con las reproducciones? Algunas
antiguos, me interesó el reto de intervenir sobre ellos sin; renunciar a
respuestas a estas preguntas las encontré en vísperas de la que hoy es mi
nuestro propio tiempo. Acercarse a un viejo, histórico o antiguo edificio es
nueva vida argentina, mientras recorría una exposición titulada
un ejercicio que requiere, por igual, un cierto equilibrio entre modestia y
escuetamente Yves Saint Laurent (2). Recuerdo haber llegado hasta allí
vanidad; una dualidad que nos permita equilibrar la necesaria inconsciencia
impulsado por la entrevista publicada días atrás en un suplemento
de intervenir sobre lo que han propuesto, en OTRO tiempo, arquitectos más
dominical (3). Fierre Bergé, durante 40 años socio y compañero del dise-
dotados que uno y, a la vez, sentirnos capacitados para aportar, cuando
ñador, respondía así a una pregunta de la periodista: Es importante que los
menos, la serenidad necesaria para devolver una pieza arquitectónica al
visitantes sepan que lo que van a ver son los (vestidos) originales.
lugar que nunca debió dejar de ocupar. Muchos edificios no precisan, más
Conservamos los prototipos desde 1965. Lo que se verá en Madrid es
que una sencilla reparación; otros, una profunda revisión. En contra de la
exactamente el modelo que Saint Laurent creó. No es una reproducción, ni un
mayoría de los dogmas incluidos en los textos universitarios y académicos
traje adaptado a una cuenta. Somos la única casa que tiene un archivo
(necesarios, pero no suficientes para comenzar en esta disciplina
semejante de originales. No quiero decir nada contra Dior o Chanel, pero una
específica de la profesión), de lo único de lo que hoy por hoy estoy seguro
exposición suya es diferente porque no disponen de los prototipos. Nosotros sí.
es de la absoluta convicción de huir siempre de la falsificación, que, bajo
Se trata del color preciso en el material exacto y con la proporción justa. A
mi punto de vista, se aprecia en muchas de las actuales intervenciones.
menudo, la compradora decidía cambiar el tejido o ponerse una manga más
Falsificar es reconstruir, reinterpretar, mentir. Pero ¡cuidado!, falsificar
larga. El vestido que se llevaba a casa no era necesariamente el que el
también es detener o congelar sin sentido. No podemos ni debemos
diseñador había ideado. Éramos muy pobres al principio y teníamos que hacer
renunciar a nuestro tiempo. Recuperar técnicas y materiales tradicionales
saldos y vender cuanto pudiéramos. Pero a pesar de eso, nunca nos deshicimos
es vital para conocer e intervenir sobre el patrimonio construido, pero eso
de los prototipos.
no obliga a hacerlo con un lenguaje tímido, decadente o simplemente
La analogía entre el mundo de la alta costura y el de la arquitectura me pareció
vulgar. Restaurar no es sinónimo de disecar. Y cuando comprendí esto, en
evidente: lo importante, lo verdaderamente auténtico, estaba en los prototipos.
lucha constante con la falsificación -el mayor pecado en el que puede caer
Me sirve, en cualquier caso, este asunto para volver la vista hacia Francia. Sí,
un restaurador, pues afecta a la veracidad del edificio que entrega a la
históricamente se recuerda el segundo año de la Revolución Francesa
sociedad tras su intervención-, mi taller de restauración de arquitectura
como el origen legislativo de la conservación de monumentos en un intento
intentó dejar de ejercer la taxidermia.
de detener el vandalismo revolucionario que destruyó, en su totalidad o en
Mis dudas se habían concretado unos años antes, más o menos en mi
parte, multitud de monumentos franceses (entre la abadía de Cluny, las
ecuador profesional, el día en que revisaba y revisitaba, en compañía de
catedrales de Cambrai y de Chartres, la iglesia de Saint Jean-des-Vignes
jóvenes alumnos una obra en la que había participado en un todavía
en Soisson, la Sainte-Chapelle de Dijon, el palacio de Versalles o la
pasado no muy lejano. Mientras hablaba a aquellos futuros compañeros
fortaleza parisina de la Bastilla). "Los bárbaros y los esclavos detestan las
volvieron a mi mente las imágenes del monumento virgen.
ciencias y destruyen los monumentos de arte, los hombres libres los aman y
Automáticamente enmudecí, entre avergonzado y horrorizado, frente a la
los conservan" (Asamblea Nacional Francesa, 1794).
evidencia de que nuestra restauración había falsificado, irreversiblemente
Este modesto y breve decreto, repetido en la mayoría de los textos y estudios
y por exceso reconstructivo, el monumento recibido.
históricos sobre conservación y restauración, es la base de la protección del
De izquierda a derecha.: detalle de la intervención de Carlo Scarpa (1906-1978) en el Museo cívico de Castelvecchio, Verona, Italia. Proyecto y Obras, 1956-1964. Biblioteca del Centro Cultural "Escuetas Pías de Lavapiés, Madrid,. España". Arquitecto José Ignacio Linazasoro. Proyecto y Obras, 1996-2004. Salvador Dalí recibiendo la Medalla de Oro 1981 de la Generalitat de Cataluyna (1982), a la edad de 78 años. Fondo Eugenio del Castillo Arxiu Nacional de Cataluyna (1382). Generalitat de Cataluyna.
patrimonio arquitectónico y de la posterior y mucho más reciente concientización sobre la necesidad de tutela por parte de los estados. También es inicio de una joven, disciplina que apenas ha cumplido 218 años de historia: la restauración de monumentos. No siempre se conservó lo recibido, pues aunque siempre existieron muy interesantes restauraciones (la transformación parcial de la mezquita de Córdoba, en España, como catedral cristiana, por ejemplo), lo habitual fue la demolición y la negación del pasado. Pero no sería Francia sino Italia quien tomaría definitiva conciencia, más allá de la simple norma de protección que impide la continuidad de actos vandálicos, de la necesidad de intervenir sobre importantes construcciones del ayer para detener su lento pero irreversible camino hacia la desaparición o el colapso. En este sentido,, la profesora, arquitecta e historiadora de la restauración Susana Mora (coautora junto al arquitecto Salvador Pérez Arroyo de la magistral restauración del Monasterio de Carracedo en León, España) recuerda en sus textos y conferencias que la primera norma teórica escrita no fue redactada por expertos o arquitectos, sino por el Papa León X I I I (1823-1829) quien a propósito de la reconstrucción de San Pedro de Roma ordena que "ninguna innovación debe introducirse ni en las formas ni en las proporciones, ni en los ornamentos del edificio resultante, si no es para excluir aquellos elementos que en un tiempo posterior a su construcción fueron introducidos por capricho de la época siguiente", propugnando una unidad de estilo que elude enfrentarse ante el hecho irrebatible de que un monumento no es, en la mayoría de las ocasiones, fruto de un único momento histórico, artístico y/o estilístico. El espíritu de las palabras de León XIII influyó intuitivamente en los arquitectos de la época más a l l á de la aparente unidad de estilo que preconizaban y comenzó a gestarse en Italia una embrionaria manera de intervenir que hoy denominamos restauro archeologico, que en la actualidad goza todavía de cierta vigencia al reducir la restauración a un criterio de intervención mínima de consolidación basada en el conocimiento previo y profundo del monumento. Esta manera de posicionarse, si bien elude el restablecimiento de la unidad arquitectónica y espacial de una obra arquitectónica, no es menos cierto que evita, de forma muy certera, reproducir fantásticamente formas, decoraciones y volúmenes desaparecidos.
O, lo que es lo mismo, no se puede falsificar lo que no se pretende reconstruir. Principio que entra en profunda colisión con las afirmaciones, realizadas no muchos años después por Próspero Merímée al acceder al cargo, a partir de 1835, de Inspector General de Monumentos de Francia: "Cuando las trazas del antiguo edificio inicial han desaparecido, la decisión más juiciosa es que deben copiarse motivos análogos de un edificio de la misma época o de la misma provincia". Asumir estas últimas palabras, hoy afortunada y mayoritariamente denostadas, implicaría aceptar que una copia hecha fielmente adquiere automáticamente los mismos valores que el original del que procede. En consecuencia, todas las teorías o formas de intervenir que se desarrollaron a lo largo de los siglos XIX y XX, estuvieron cojas de algún aspecto y, así, la tradición italiana es excesivamente arqueológica, la francesa excesivamente estilística, la inglesa excesivamente romántica y sus variantes posteriores excesivamente científicas y, por lo tanto, en mayor o menor medida, cercenantes. Quizá por eso la restauración, en muchas ocasiones, ha sido realizada por arquitectos o por estudios de arquitectura que han renegado de su propio tiempo o que se han protegido por leyes generales que han fomentado la reconstrucción y, por extensión, el falso historicismo. La relación de monumentos que parecen una cosa y son meras falsificaciones es interminable. No vamos a relacionarlas aquí. Lo hecho, a fin de cuentas, hecho está. ¿Dónde queda entonces el talento arquitectónico de los autores de proyectos de restauración? Si aceptamos que el monumento, tiene un doble valor, como pieza arquitectónica y como documento, la intervención actual no debería ser exclusivamente autocensurante, sino que, por el contrario, debería aceptar la superposición no destructiva ni mutilante de nuevas capas o matices que aporten también a las generaciones venideras testimonios sobre la época actual. Una época que, con el correr inexorable del tiempo, será en el futuro también histórica. Veamos cualquier monumento importante: todos fueron cargándose de matices con el transcurrir de los años, con el transcurrir de las décadas, con el transcurrir de los siglos. ¿Qué es restaurar? En aquella conferencia, el arquitecto Antoni González lanzó preguntas que todavía hoy, más de 20 años después, aún resuenan en mí: ¿es acaso la restauración una forma de observar-conforme a unas reglas preestablecidas- una arquitectura que, por merecer protección, ha detenido su evolución?, ¿es una manera determinada -también con sus reglas- de entender
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cómo actuar sobre una arquitectura de irremediable evolución permanente?,
magnética. Es ya norma irrenunciable de mi taller mostrar en los viejos edifi-
¿o quizás tan sólo se trata del conjunto heterogéneo de actitudes y acciones -sin
cios los restos consolidados de sus heridas, integrando conceptualmente sus
regla alguna- que tienen como protagonista a la arquitectura pre-existente? En
cicatrices en los proyectos de restauración que generamos. Compartir vida
mis años de docencia solía cerrar mis reflexiones sobre la restauración
presente con restos degradados pero auténticos nos parece mucho más
arquitectónica con dos imágenes que mostraban, simultáneamente, el antes
interesante que ocultarlos bajo nuevos revestimientos amanerados. A partir
y después de una mujer anciana que pasaba por la camilla de un conocido
de esta percepción del edificio antiguo y estando de acuerdo en lo básico,
cirujano plástico. Imaginemos que un edificio antiguo es, en cierto modo,
pero no en su totalidad, con los métodos o teorías de la restauración histórica
como nuestra abuela más querida. Un día, nuestra abuela se fractura,
y los documentos más importantes de la disciplina, hemos diseñado una
pongamos por caso, una cadera. Y aprovechando el postoperatorio, el médico
metodología de intervención basada en tres fases consecutivas, compatibles
decide comenzar a tentarla con operaciones de falso rejuvenecimiento. Digo
y completas en sí mismas. Cada una de ellas nos permite entregar el edificio
falso porque la abuela, al fin y al cabo, tiene los años que tiene. Algo similar
en mejor disposición de ser vivido y comprendido. A veces basta con una sola.
ocurre cuando nos encargan, por ejemplo, la reparación de un antiguo tejado
En algunas ocasiones afrontamos el programa completo. Llamamos a estas
y, aprovechando el andamio, nos ponemos a eliminar desaforadamente las
tres fases: "de restauración por sustracción o deconstrucción"-, "de
pátinas de sus fachadas, consolidar sillares, reconstruir formas y volúmenes o
restauración objetiva" y, por último, siempre que el promotor lo admita y lo
reinterpretar espacios interiores. Total, ya que estamos allí... Un día, el médico
comprenda, "de restauración creativa". Los edificios, a lo largo de su
de nuestra abuela nos llama para comunicarnos el alta médica y que ya
biografía, acumulan cosas. En la mayoría de los casos, adiciones con o sin
podemos pasar por el hospital para recogerla. Cuando (legarnos a la
fundamento, trastos, reparaciones improvisadas, distribuciones
recepción, no reconocemos a nuestra abuela porque la mujer que allí nos
incoherentes, añadidos, testigos sordos de sus ocupantes, muñones,
espera, se parece extraordinariamente a nuestra madre, o lo que es peor,
arañazos, historias. Eliminar ese desorden es lo que denominamos
a su nieta.
"restaurar por sustracción" y, para eso, aprovechamos interesadamente
En aquellos años de juventud profesional, nuestro afán restaurador borró
una de las más consensuadas acepciones de la palabra "restaurar":
signos de antigüedad del edificio. Hoy comprendemos que "restaurar" es
recuperar, recobrar, volver a poner una cosa en el estado o estimación que
devolver la funcionalidad, la dignidad y no una malinterpretada lozanía del
antes tenía.
edificio. Los monumentos, al igual que los abuelos, son, por definición,
¿Existe en realidad un "estado original"? ¿Cómo es posible cumplir el
mucho más viejos que nosotros. La ruina y los despojos que el paso del
mandato, tantas veces pretendido por los organismos públicos encar-
tiempo dejan sobre la obra del hombre y, en especial, sobre la arquitectura
gados de la tutela del patrimonio cultural, de devolver el monumento a su
provocan en mí una atracción
estado original!? ¿En qué momento una pieza de arquitectura deja de
Plaza principal de La Higuera, Solivia, lugar de la detención clandestina y ejecución sumaria sin juicio justo ni garantías, "asesinato" de Ernesto Che Guevara, 9 de octubre de 1967. Artículo 1 de la Carta Internacional sobre la conservación y la restauración de Monumentos y Sitios, Cana de Venecia (1964); "La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada, así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización particular, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras más modestas que han, adquirido con el tiempo una significación cultural". Fotógrafo: "Plaza Principal". La Higuera. Solivia. Oriana Elicabe, Buenos Aires, 1972 (www.orianomada.net).
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Fotografías gentileza del Instituto Nacional de investigaciones Históricas Eva Perón (INIHEP) - Museo Evita.
ser "original" para ser ya un edificio irreversiblemente "manipulado"? El
revisamos la restauración del ala de habitaciones de la antigua fortaleza de
término "restauración" es un concepto cambiante. Siempre fue así, pues en
Verona para convertiría en sede del Museo di Castelvecchio observamos un
su esencia implica un planteamiento intelectual frente al concepto que en
desinterés evidente por seguir una determinada teoría de la restauración
cada momento presente se tiene del pasado. El historiador español Dr. Javier
(arqueológica, estilística o científica) y un posicionamiento claro a favor de
Rivera, uno de los mayores expertos en historia de la restauración ibérica,
mostrar la evolución constructiva (incluso histórica) del monumento,
defiende que genéricamente, "restaurar" consiste en "repristinar (de
haciendo visible para el visitante la biografía del edificio, a través de la
"prístino", adjetivo que procedente del latín "prístinus" significaría antiguo,
exposición ordenada de las diferentes épocas que lo hicieron posible. En la
primero, primitivo u original) un producto arquitectónico, una obra de arte o
soledad de su mesa de operaciones, el Dr. Ara, frente al cadáver de Evita
una realización humana, por medio de cualquier intervención posible". La
pensaría, inevitablemente, qué rostro del mito entregara la sociedad: ¿la
verdadera complejidad de esta definición se plantea ante el hecho de que la
enferma prematuramente envejecida y devastada por el cáncer, el dolor y la
arquitectura, corno ya hemos adelantado, tiene multitud de valores
agonía de sus últimos días?; ¿la joven actriz que enamoró al general?, o
intrínsecos y, por tanto, todos ellos (estéticos, religiosos y/o litúrgicos,
¿la mujer que marcó un hito en la historia del pueblo argentino?
históricos, políticos, documentales, artísticos, funcionales, o todos ellos a la
En 2011 se inauguraron los últimos 3 trabajos que nuestro taller de arqui-
vez), a veces de manera claramente contradictoria, son susceptibles de ser
tectura tenía en marcha en España. En una primera impresión, ninguna
restaurados. Restaurar implica, invariablemente, destruir una parte de lo recibido.
de aquellas restauraciones estaba completamente finalizada. Muchas
Por eso, antes de borrar para siempre algo que allí existió preferimos
cosas no habían sido restauradas. Las habíamos dejado, a propósito, así.
sencillamente " "eliminar el desorden", revisando inmediata y nuevamente la
El 22 de noviembre de 1955, durante la dictadura militar argentina que
propuesta inicial. La "restauración objetiva", 2a fase de nuestro método, es
derrocó al presidente Juan Perón, un comando del teniente coronel Carlos
heredera de la teoría promulgada por Antoni González y su equipo. Se basa
de Moori Koenig secuestró el cuerpo de Evita. Los restos de Eva Perón,
en dos principios fundamentales: considerar que el objetivo genérico de la
parcialmente desfigurados fueron recuperados en 1971. Fue necesaria una
restauración es proteger el triple carácter (arquitectónico, documental y
segunda restauración.
significativo) del monumento y, en segundo lugar, tratar de mantener la
¿Cómo afrontar, a la manera circense, el más difícil todavía? La restau-
herencia tanto del creador original del monumento como de la sociedad en
ración de una obra ya manipulada: la restauración de un edificio
la que surgió, pero sin renunciar a un lenguaje arquitectónico propio y
previamente restaurado (bien o mal restaurado). Coherentemente, este
contemporáneo y, cuando sea necesario, efectuar readaptaciones a nuevos
artículo, queda inconcluso también.
usos. Las fases esenciales de este método son cuatro: el conocimiento de la
Mientras tanto, siempre podremos entretenernos con la relectura dé "Esa
compleja naturaleza del monumento y de su entorno; la reflexión en la que
mujer", el conocido cuento de Rodolfo Walsh que tiene como excusa
plantear los objetivos, fines y criterios que guiarán la actuación; la
argumental aquel rocambolesco secuestro. SCA
intervención y el mantenimiento permanente posterior. Y por último, la voluntad de alcanzar una "restauración creativa", a la manera, en cierto modo, de las intervenciones del maestro Cario Scarpa sobre edificios ya existentes y que podrían incluirse dentro de un supuesto (por inexistente) movimiento teórico que denominamos así y que permitiría transformar sutil y sensiblemente lo pre-existente para volver a introducirlo en el debate arquitectónico moderno. Así, si
Notas: 1. Informe de la Construcción, Vol. 43, número 413, mayo/junio 1991, págs. 5 3 20, Antoni González Moreno-Navarro. 2. La exposición "Yves Saint Laurent". en el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre de Madrid (Paseo de la Castellana. 23). pudo verse desde el 6 de octubre de 2011 hasta el 8 de enero de 2012. 3. La entrevista citada se publico en El País Semanal (número EXTRA, 2 de octubre de 2011, Eugenia de la Torrente, páginas 28 a 36) la he leído varias veces, por la similitud que trasciende entre el mundo de la moda y el de la arquitectura. O al menos, a mí me lo parece.
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