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ABSTRACT SOBRE LA CAPITALIZACIÓN DE LOS VICIOS EN LAZARILLO DE TORMES by Margaret Anne Pearce
Como una de las obras más famosas de todos los tiempos, Lazarillo de Tormes se estructura como una carta en la que el narrador cuenta su viaje pasando por siete amos con una meta final de “arrimarse con los buenos.” Al dirigir la carta a la autoridad de “Vuestra Merced” Lazarillo nos presenta la primera y única novela auténticamente picaresca. No sólo existen propósitos escondidos en el libro como la crítica de la sociedad y de la Iglesia, sino connotaciones religiosas también. Al retratar la corrupción de la sociedad y, en particular de la Iglesia, el autor anónimo nos hace ver la presencia de vicios conocidos en la época como pecados capitales. A través del análisis del papel de cada amo, esta tesis examina la relación entre cada tratado con uno de los siete pecados capitales.
SOBRE LA CAPITALIZACIÓN DE LOS VICIOS EN LAZARILLO DE TORMES
A Thesis Submitted to the Faculty of Miami University in partial fulfillment of the requirements for the degree of Master of Arts by Margaret Anne Pearce Miami University Oxford, Ohio 2016
Advisor: Dr. Darcy Donahue Reader: Dr. José Domínguez Búrdalo Reader: Dr. María Auxiliadora Álvarez
©2016 Margaret Anne Pearce
This Thesis titled
SOBRE LA CAPITALIZACIÓN DE LOS VICIOS EN LAZARILLO DE TORMES
by
Margaret Anne Pearce
has been approved for publication by The College of Arts and Science and Department of Spanish and Portuguese
____________________________________________________ Dr. Darcy Donahue ______________________________________________________ Dr. José Domínguez Búrdalo _______________________________________________________ Dr. María Auxiliadora Álvarez
Índice
Introducción..................................................................................................................................1-7 Capítulo I La ira como “el pecado que mata”: Primer Tratado de Lazarillo de Tormes ...........................7-13 Capítulo II La paradoja del pecado de la gula en un cuerpo donde habita Dios: Segundo Tratado de Lazarillo de Tormes ................................................................................................................................13-17 Capítulo III Del orgullo nacen todos los pecados: Tercer Tratado de Lazarillo de Tormes......................................................................................................................................17-23 Capítulo IV La pereza como acedia espiritual: Cuarto Tratado de Lazarillo de Tormes......................................................................................................................................23-26 . Capítulo V La avaricia superpone los bienes materiales a los espirituales: Quinto Tratado de Lazarillo de Tormes .....................................................................................................................................26-30 Capítulo VI La envidia es una causa mayor de infelicidad: Sexto Tratado de Lazarillo de Tormes: ..................................................................................................................................................30-35 Capítulo VII La lujuria es el pecado menos grave de todos: Séptimo Tratado del Lazarillo de Tormes ..................................................................................................................................................35-39 Conclusión................................................................................................................................39-40 Bibliografía...............................................................................................................................41-42
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Dedication This thesis is dedicated to my parents who have blessed me with unconditional love and support throughout my educational career. I also dedicate this thesis to my sister for it is through her hard work and success that I have learned to strive to new heights to achieve my goals. Thank you to the rest of my family and friends who have supported me throughout the process.
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Acknowledgements Thank you to my family who has been my biggest advocators and support system not only throughout my college career but also throughout my life. They have given me the strength and confidence to conquer my goals. I sincerely thank my director, Darcy Donahue, for her guidance throughout my studies. She has given me unreserved assistance and has spent countless hours aiding in the final product that follows. Thank you to my board member, José Domínguez Búrdalo, for it was in his class that I was first introduced to Lazarillo de Tormes. His knowledge and passion has inspired me as a student to strive to become the best version of myself. Thank you to María Álvarez for her continuous support throughout my college career. She has instilled in me confidence and motivation, which has allowed me to push myself to obtain new successes and reach new goals. Finally, thank you to my high school teacher, mentor and friend, Patrice Harty for introducing me to the Spanish language and inspiring me to fulfil my college degree in Spanish and Latin American Studies. Her unwavering faith and dedication inspires the youth with whom she surrounds herself. I am grateful to these professors for sharing their knowledge and wisdom with me throughout the process. It is because of them that I have made it this far in pursuit of a Master’s degree. Thank you for all of the encouragement along the way.
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Introducción Publicado en 15541, Lazarillo de Tormes es uno de los trabajos literarios españoles más famosos de todos los tiempos. Se estructura como una carta, en la que el narrador cuenta la historia de su vida a “Vuestra Merced2” con la esperanza de qué esta autoridad entienda mejor a Lázaro y su lucha con la vida. Como narrador, Lázaro nos lleva a través de sus aventuras de maestro en maestro y de ciudad en ciudad, madurando con cada amo. En la obra vemos como “Lazarillo”, sufre un cambio de un niño inocente e ignorante a un hombre, “Lázaro”, inteligente y orgulloso. Con la meta final de “arrimarse a los buenos”, Lazarillo de Tormes3 aprende poco a poco como sobrevivir en la sociedad de este tiempo. Sin embargo, de acuerdo con Francisco Rico en cuanto a la meta de Lazarillo, “no hay medio de decidir si el protagonista se hallaba a los veinticuatro o a los veintisiete años” (17). La carta presenta un panorama de la sociedad de España en el siglo XVI, enfocándose particularmente en los papeles de la Iglesia Católica, dado que varios de los amos de Lázaro pertenecen a la Iglesia, como un tema de crítica popular. Por esto mismo, es decir, a causa de sus cargas fuertes de denuncia social, el libro fue prohibido por la Inquisición en 1559. Escrito en forma anónima, Lazarillo nos muestra una representación creíble de la lucha por la vida en la sociedad española renacentista. Aunque existen teorías múltiples en cuanto al autor verdadero de Lazarillo, no es una sorpresa que el libro que más critica a la sociedad y, en particular, a la Iglesia, nos llegara de forma anónima. Al considerar la prohibición del libro en 1558, se puede argumentar que el autor estaba al tanto de lo que le esperaba y por eso eligió escribirlo de esta manera. No obstante, dejando de lado quien haya sido el autor, se puede igualmente argumentar que fue influenciado por filósofos o críticos anteriores; en particular, por Erasmo de Rotterdam. Nacido en 1466 en una familia holandesa, de padre sacerdote y madre burguesa, Erasmo era conocido como “the intellectual father of the Reformation” (Saur). El autor de Lazarillo debe haber estado familiarizado con el trabajo de Erasmo por las similitudes que encontramos entre las perspectivas de ambos. Aunque criticó mucho la corrupción de la Iglesia en su tiempo, Erasmo nunca se separó de la Iglesia. Tampoco lo hizo Luis Vives, para quien Francisco Calero propone incluso la autoría de la obra. El trabajo de Erasmo estaba centrado no sólo en la reforma de la Iglesia sino que formaba parte del movimiento humanista propio del 1
La fecha de la primera edición extendida: existen otras ediciones anteriores, al menos dos, hoy perdidas Fórmula usada en castellano para dirigirse a una autoridad durante la Edad Media: se transformó en “usted” 3 Nació en el rio Tormes, de ahí su nombre 2
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Renacimiento europeo. Como teólogo, intelectual, escritor y profesor, sus pensamientos se basaban en sus ganas de reformar la Iglesia “para devolverla a su pureza primitiva” (Carrasco Rodríguez). Para exponer la forma verdadera de la corrupción de la Iglesia en el siglo XVI, Erasmo usaba sus libros. En su obra más famosa e influyente, Erasme et L’Espagne, Marcel Bataillon analiza cómo Erasmo aborda la liberación espiritual de la Iglesia católica. Por el contrario, Henry Kamen sostiene en Golden Age Spain que el seguimiento del pensamiento de Erasmo en España fue más bien escaso: “Erasme et l’Espagne is the classic work, which tends to give perhaps too optimistic an image of the extent of Erasmus’ influence in Spain” (4). No obstante, como gran crítico de Martín Lutero, Erasmo todavía permanece como una de las figuras más polémicas de su tiempo, rechazando las ideas de predisposición y la depravación humana. Con ideas circulantes en la sociedad sobre los múltiples problemas de la Iglesia, es posible que Erasmo haya influenciado no solo los autores de literatura española como Cervantes, sino que incluso fue una gran influencia para el verdadero autor de Lazarillo. Conocida como la primera obra picaresca, Lazarillo también fue la primera novela española en presentar el personaje principal de un estamento4 social muy bajo (Kuiper 37). No obstante, las peripecias de Lazarillo nos informan de los otros estamentos sociales a través de una representación satírica descrita por el narrador. Por esta razón, Lazarillo de Tormes originó la idea de la novela picaresca. Para entender mejor en que consiste este tipo de novela, es necesario definirla. De acuerdo con Kathleen Kuiper, “The picaros narrative becomes in effect an ironic or satirical survey of the hypocrisies and corruptions of society, while also offering the reader a rich mine of observations concerning people in low or humble walks of life” (37). Junto con esta definición, es importante notar una de las características fundamentales de una novela picaresca; la voz de la primera persona. Como podemos ver a través de la definición anterior, esta narración se centra en un 'pícaro' o un bribón, que interactúa con los diferentes niveles sociales mientras que representa una visión satírica de la sociedad. Esto describe la carta y apoya el que Lazarillo de Tormes sea la primera y la única novela auténticamente picaresca. De acuerdo con Marc Donadieu en cuanto a cuatro libros picarescas5, Lazarillo incluso, “These varied novels established the picaresque genre’s identifying traits: episodic structure, first-person narration, social satire, travel, master and servant relationships, the uncertain parentage or
A diferencia de “clase social”: se basa en circunstancias de nacimiento en vez de circunstancias económicas Guzmán de Alfarache (1599, 1604) por Mateo Alemán, Don Quixote (1605, 1615) por Miguel Cervantes, y El Buscón (1626) por Francisco de Quevedo y Village 4 5
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orphanhood of the picaro combined with marginal social status, the role of accidents and fortune, and the pragmatic, often desperate struggle for food and survival” (3). Después de la prohibición en el año 1559, surgieron otras versiones más cortas de Lazarillo publicadas sin las críticas a la Iglesia. Estas versiones, excluyen el propósito fundamental de criticar y exponer la corrupción de la Iglesia, de tal manera que serán la plataforma para los autores que lo seguían. Es decir, estos autores, escribirán sus novelas picarescas basados en las versiones breves de Lazarillo. A causa de esto, las novelas picarescas que surgen después de la prohibición, aunque se centran en un bribón de un nivel social muy bajo, no son auténticamente picarescas porque no están basadas en las versiones principales de Lazarillo; las que critican la Iglesia, las que estaban prohibidas por la Inquisición. Antes de analizar el contexto de Lazarillo, es necesario mirar más profundamente algunos nombres muy importantes para señalar sus connotaciones religiosas, empezando con el título. El título completo es “La Vida de Lazarillo de Tormes: y de sus fortunas y adversidades.6” La fórmula “La vida de” fue utilizada en la Edad Media para referirse a las vidas de los santos. De acuerdo con John Keller, en referencia a La Vida de Santa María Egipciaca, “[Its] title indicates [its] pious”, resalta su importancia religiosa (10). Asimismo, el nombre “Lázaro” tiene una connotación religiosa, significando “ayudado por Dios” o “líder de los ciegos” y, de acuerdo con Peter Dunn, “The name Lázaro proverbially signified poverty” (33). Este nombre aparece dos veces en la Biblia con su primera mención en la historia bíblica de Lázaro, el mendigo que descansa en las puertas de la casa de un hombre rico, la segunda referencia es la de Lázaro de Betania, quien fue resucitado por Jesús. No obstante, aunque la vida de Lazarillo de Tormes está lejos de ser la de un santo, el autor eligió usar este nombre a causa de sus propósitos religiosos. No sólo los nombres vienen de una perspectiva religiosa sino que el contexto del libro también. El libro consiste en siete tratados en los que Lazarillo conoce a siete amos diferentes. Siete oportunidades para aprender una nueva lección, siete personas que pueden ayudarle a “arrimarse a los buenos”, siete personas que pueden compartir su conocimiento, pero, lo más importante, siete oportunidades para ser víctima de los siete pecados capitales. Por esta razón, no es coincidencia que cada tratado sea tan representativo de cada uno de los siete pecados 6
“No parece posible entender La vida..de sus fortunas y adversidades. Por lo tanto, hay que puntuar después de y reconocer en una construcción latinizante: ‘acerca de sus fortunas..’” (Rico, 2)
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capitales. De tal manera, cada amo tiene una lección para enseñar a Lazarillo y la mayoría lo hace en maneras pecaminosas. Esta tesis hace énfasis en los siete pecados capitales representados a través de cada uno de los siete tratados. Me gustaría aclarar que no son los amos los que siempre representan los pecados, sino los tratados en general. Es necesario mencionar esta distinción, porque vemos un cambio en el personaje de Lázaro que le convierte en pecador; en el pecador más prominente en un tratado. Aclaro que algunos amos pueden representar más de un pecado. Ya que ya está criticando no sólo la sociedad durante la Edad Media sino en particular la Iglesia, se argumenta que el autor anónimo incluye, a propósito, múltiples relaciones religiosas; algunas veces van medio escondidas. No obstante, estas connotaciones no son obvias, sino es el papel del lector analizar en profundidad cada tratado para ser capaz de relacionarlo con un pecado. Después de dejar por sentado el propósito más obvio de criticar la Iglesia, creo necesario analizar si hay otras relaciones que el autor nos presenta dentro del texto. En esta tesis, yo argumento que el autor elige representar cada tratado con uno de los pecados capitales para enfatizar su crítica a la Iglesia Católica durante el siglo XVI. No obstante, para entender mejor los motivos del autor en cuanto a sus críticas centradas en la Iglesia Católica, tenemos que analizar primero la situación de la Iglesia y la importancia de los pecados durante este siglo. En el siglo XVI, el catolicismo era, y todavía sigue siendo la religión dominante en España. Con Felipe II7 como rey, la Iglesia Católica enfrentó la corrupción. Como institución fundamental, la Inquisición española8 tenía mucha influencia en la sociedad durante el siglo XVI. Sin embargo de acuerdo con Skip Knox, “It certainly had its religious motivations and goals, but it was more another branch of Spanish royal administration that it was a branch of Roman religious control” (The Roman Catholic Church on the Eve of Reformation). En cuanto a los motivos religiosos sabemos que era el trabajo de la Inquisición informarse e investigar si los acusados eran culpables. Sin embargo, surge la controversia con otras autoridades cuando pensamos en los motivos de la Inquisición frente a los motivos de las autoridades seculares. De acuerdo con Thomas Madden en The Truth About the Spanish Inquisition, “As shepards, the pope and bishops had a duty to bring those sheep back into the fold, just as the Good Shepard had commanded them. So, while medieval secular leaders were trying to safeguard their 7 8
Rey de España, 1556-1598 Establecido en 1478
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kingdoms, the Church was trying to save souls.” En cuanto al tema del pecado y de la salvación, Adeline Rucquoui nota en su artículo, Mancilla y Limpieza: La obsesión por el pecado en Castilla a fines del Siglo XV, que era “un fenómeno menos visible y menos fácil de descifrar por ser más difundido en la sociedad y no pertenecer al sólo campo de las mentalidades religiosos” (119). La preocupación con el pecado se convirtió en una obsesión. Sin embargo, no solo llegó la obsesión con el pecado sino también la idea de salvación a través de la “limpieza.” De acuerdo con Rucquoui, “La limpieza de la sangre es, pues, necesaria al hombre que quiere renunciar al pecado para volver a su estado original, estado que tenía antes del pecado de Adán y que la asemejaba a su Creador” (132). El tema pronunciado del pecado estaba dirigiendo la nación y todos tenían el deseo de limpiar sus maldades porque el pecado se veía como “suciedad” y “vileza” (130). A causa de esto, administrado por la Iglesia, se estableció el sacramento de la penitencia9. La formación de la confesión se originó en el deseo de eliminar los pecados para regresar al estatus original del hombre; “Perdida, la nobleza original del hombre puede ser recuperada, del mismo modo que, con la gracia de Dios, este se puede salvar del pecado original” (131). Sin embargo, el pecado no sólo pertenecía al público, sino que se extendía a los reyes y el clero también. En el Renacimiento, muchos elegían una carrera en el clero, pero no por razones religiosas. Por ejemplo, los hombres se convertían en sacerdotes para ganar dinero y sobrevivir. Pues, no tenían vocaciones religiosos ni eran cultos para asumir esas posiciones sino sólo necesitaban un ingreso estable; un pecado en sí mismo. No obstante, los incultos no eran los únicos pecadores sino también los educados. Aquellos con poder y autoridad en la Iglesia se aprovechaban de su poder para conseguir ganancias materiales. Se argumenta que ni el sacerdote inculto ni el rey inteligente tenían condena religiosa sino que tenían la meta final de conseguir más poder y dinero. Con esto en mente, el lector puede entender mejor los propósitos de Lazarillo de Tormes en cuanto a su crítica de la Iglesia y los pecadores durante el siglo XVI. Para relacionar cada tratado con su pecado correspondiente, es importante definir los pecados y analizar las formas que toman ellos y la manera en que están manifestados en nuestras vidas. Cada pecado tiene su propia historia de cómo se designó mortal; de hecho, la percepción de todos los pecados ha cambiado y evolucionado con el tiempo. Los siete pecados son fatales en 9
Establecido en el siglo VI con el enfoque de salvarnos de los siete pecados mortales; uno de los siete sacramentos de la religión católica
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cuanto a la progresión espiritual porque nos previenen de vivir vidas saludables. Sin embargo, el punto más importante es que los pecados no sólo entorpecen la relación con Dios sino la relación entre las mismas personas. De acuerdo con Parvesh Singla, “Each sin is a particular way of failing to love God with all one's resources and to love fellows as much as self” (15). Los pecados abarcan toda la maldad del ser humano y aunque algunos son más fáciles de cometer, debemos trabajar para liberarnos de la maldad. Los pecados capitales son bien conocidos como acciones que funcionan contra una vida justa y honrada. Sin embargo, continúan siendo comportamientos inherentes de todos los seres humanos. También conocidos como los “vicios capitales”, los pecados capitales corresponden a las siete virtudes: la castidad, la moderación, la generosidad, el celo, la docilidad, la caridad y la humildad. No obstante, es curioso que aunque haya mención de todos los pecados en la Biblia, no hay una lista concreta que condene cada pecado. Con su primera mención por Evagrius de Ponticus10 en el siglo V, los pecados correspondían a ocho “ofensas” que cometen los humanos. Durante su tiempo en el monasterio, Evagrius escribió ocho tentaciones en que los humanos pueden caer. Eran la gula, la tristeza, la apatía, el orgullo, la vanagloria, el desaliento, la ira, el orgullo y la fornicación. En el siglo VI, el papa Gregorio I11 introdujo otra lista en la que se reducía a solo los siete pecados, los que conocemos hoy en día como los sietes pecados capitales. El papa también organizó los pecados del más grave, empezando con el orgullo y terminando con la lujuria como el pecado menos grave. Su definición de grave fue basada en el grado en el que el pecado ofendía al amor. De acuerdo con Dan Sellars, “The goal of the seven deadly sins was to illustrate for laypersons of the church the need to be mindful of capital sin, or sin which requires penance in Hell” (Gregory the Great). Como mencioné antes, los pecados en general son inherentes en todos los seres humanos y la única cosa que nos hace diferentes de los animales es nuestra habilidad de controlarlos. No sólo nos diferenciamos en cuanto a las habilidades de controlar las emociones y acciones, sino también por la habilidad razonar. Cuando los animales tienen hambre, comen. Cuando quieren copular, lo hacen. Sin embargo, como seres humanos, tenemos la capacidad de libre albedrio. A causa de esto, tenemos la posibilidad de controlar los resultados de nuestras emociones para que no se conviertan en acciones. Siempre tenemos la opción de elegir el camino 10
345-399 AD; erudito y monje cristiano 540-604 AD; conocido como “el padre de culto cristiano” durante la Edad Media, contribuyó a la literatura religiosa de su tiempo con su escritura famosa de Divine Liturgy of the Presanctified Gifts; también considerado un santo en las religiones cristianas 11
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correcto. No obstante, es importante recordar que el pecado empieza con la emoción; con el sentimiento y el pensamiento. De acuerdo con el History Channel “According to christian theology, comiting these deadly sins is as simple as thinking about them”. Un hombre que mira a un mujer con ojos lujuriosos ya ha cometido el pecado sin actuar. No obstante, ya que entendemos mejor en qué consisten los siete pecados mortales, podemos mirar más intelectualmente12 dentro del texto de Lazarillo para analizar y elegir qué pecado está representado a través de cada tratado. Capítulo I La ira como “el pecado que mata”: Primer Tratado de Lazarillo de Tormes “Anger is manifested in the individual who spurns love and opts instead for fury” (Michael Toh 334). ¿Cómo podemos definir la ira? ¿Es una emoción que desarrollamos con el tiempo? ¿O quizás es un sentido que sólo experimentamos cuando queremos hacer daño a otra persona? De acuerdo con Webster, la ira es un enfado extremo, es una emoción vengativa que cometemos para vengarnos de alguien que nos engañó. Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, hay cuatro tipos de ira presentes en nuestras vidas y en la vida de Dios; la ira divina, la ira humana, la ira divina que es el amor, y la ira justificada. Empecemos con la ira divina, de acuerdo con James Orr, “The element of love and compassion is always closely connected with God's anger; if we rightly estimate the divine anger we must unhesitatingly pronounce it to be but the expression and measure of that love” (Wrath). La ira divina puede ser manifestada en Dios y el ser humano. La ira humana, por otro lado, es un pecado y siempre es imperdonable. La ira humana tiene raíces en el pecado porque no podemos controlar los sentimientos. No obstante la ira inspirada por Dios, la ira divina, no puede ser pecado. Sin embargo, la ira divina es usada como pretexto para justificar la violencia de los humanos. Por ejemplo, la ira humana ocurre por culpa de una falta de control de las emociones violentas. Las pasiones son injustificadas y, por eso, como pecadores, usamos la ira de Dios para justificar las acciones de violencia. Siguiendo con la decisión previamente establecida, la ira divina consistente en el amor y es la más difícil de 12
Referencia a La Celestina, mirar con “intelectuales ojos” para entender lo que reside debajo de la superficie
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definir. Este tipo de ira, solo pertenece a Dios; es una ira intensificada para el hombre que rechaza a Jesucristo, “The sinner, who continually rejects Jesus Christ and the salvation which God has provided in Him, is simply `treasuring up' wrath for himself "in the day of wrath and revelation of the righteous judgment of God” (Orr). El cuarto tipo de ira, la ira justificada e injustificada se presenta como lo más interesante por su enfoque en la ira como responsabilidad del ser humano. Si el hombre no tiene ira contra los pecados, él está en contra de la rectitud, y, por eso, es un pecador. Podemos entender mejor este tipo de ira con esta cita,“Lack of wrath against wickedness is a lack of caring, which is a lack of love” (Lane 160). No obstante, aunque cada definición tiene raíces en la idea de un enfado extremo, la ira se convierte en pecado cuando la usamos para cometer actos violentos contra los deseos de Dios. También conocido como el pecado que mata, la ira ha sido estudiada a lo largo a muchas épocas por los médicos e incluso los psicológicos. De acuerdo con los que estudian la demonología, la ira es una posesión del cuerpo por el demonio Ammón.13 Sin embargo, los neurocientíficos argumentan que la emoción de la ira queda en la amígdala y por eso es algo más científico, más medible. Aunque la ira es un pecado inherente a todos los seres humanos, ahora surge la pregunta de si la ira es algo mental o biológico. En un artículo publicado por The British Phsycological Society, Christian Jarrett argumenta que existe el instinto humano para protegerse; entonces, si su seguridad se ve amenazada, es posible que vaya a cometer el pecado de la ira. La ira también está accionada por los otros pecados, “Wrath ensues if our pursuit of any of these ends is thwarted or threatened” (Jarrett). Después, nota que “It is very commonly experienced, and disturbs interpersonal relations more than any other emotion. And yet it has no diagnostic code in the mental health “bible”, and receives a small fraction of the research attention of anxiety and depression. Most who experience it don’t want to change it” (Jarrett). En el artículo Boiling Point publicado en 2008 por el Mental Health Foundation se menciona el enlace entre la ira de una persona con su inestabilidad mental para sugerir que hay relaciones entre el enfado con la mala salud física y mental. No obstante, aunque hay opiniones a favor de la ira como una emoción y otras a favor de la ira como signo de inestabilidad mental, es claro que la ira es una pasión que tienen todos los humanos, que se convierte en pecado cuando no podemos controlarla. 13
Los demonios son clasificados por muchas características de acuerdo con el pecado que representa
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Al principio del libro, aparece el primer pecador del cuento. En el primer tratado14, Lazarillo se encuentra con un ciego; un hombre avariento y mezquino de acuerdo con Lazarillo. Sin embargo, el tratado no empieza con recuerdos del ciego, sino recuerdos de la juventud de Lazarillo y de su familia. Después de todo, el tratado no empieza con “Como Lázaro se asentó con un ciego” sino “Cuenta Lázaro su vida, y cuyo hijo fue” (Rico 12). Rico hace referencia en sus notas al pie de página a “Como el epígrafe parece no atender a las andanzas de Lázaro con el ciego...” (13) lo cual denota la substitución y el énfasis en la niñez de Lazarillo.15 Para entender mejor el personaje y el viaje de Lazarillo, es necesario, principalmente, analizar todos los aspectos de su vida, empezando con la niñez. Lazarillo de Tormes, nacido en el rio de Tormes, después de ser acusado de servir a un caballero en la guerra, perdió su padre a la edad de ocho años durante la guerra contra los musulmanes, “Y con su señor, como leal criado, feneció su vida”(15). La madre de Lazarillo, una viuda, conoció a “un hombre moreno” que finalmente se convierte en el padrastro de Lazarillo (16). En cuanto a su madre, Lazarillo nota que “llevaba la ropa a ciertos mozos de caballos..de manera que fue frecuentando las caballerizas” posiblemente como mención a su trabajo como prostituta16 (15). No obstante, al principio de la relación, Lazarillo nos cuenta que no le caía bien su padrastro a causa del color de su piel, “Yo al principio de su entrada, pesabame con él y habiale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía” (16-17). Sin embargo, Lazarillo no era el único con esos sentimientos. Su mamá y Zaide17, el padrastro, tuvieron un hijo, “un negrito muy bonito” de acuerdo con Lazarillo (15). Un día cuando estaban jugando todos, el negrito se dio cuenta de la piel pálida de Lazarillo y su mamá, entonces miró a su papá y dijo, “"¡Madre, coco!” “¡Hideputa!”” (17). No obstante, los problemas llegaron pronto porque Zaide estaba robando la comida de los animales para alimentar a su hijo. Las autoridades confrontaron a Lazarillo y este les dijo todo con el temor de que sería castigado si no decía la verdad. Zaide fue golpeado y fue a la cárcel mientras su mamá se fue a trabajar como criada en una taberna, es precisamente en ese lugar donde Lazarillo se encuentra con el ciego por primera vez.
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En los siglos XV y XVI, tratado o tractado eran indistintamente utilizado, en el caso de Lazarillo y La Celestina, por ejemplo, para referirse a secciones o partes de un libro 15 Rico nota que la versión de Lazarillo de 1573 lo cambió por “su linaje y nacimiento” 16 “Quizá se está insinuando que la madre de Lázaro ejercía a veces de establera prostituta” (Rico,15) 17 Nombre común de los esclavos afroamericanos; “Famoso por sus amores furtivos con la mora Zaida era el Zaide protagonista de algunas romances de Ginés Pérez de Hita y Lope de Vega” (Rico,18)
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El ciego estaba solo y en busca de un guía por razones obvias. Después de dejar a su familia en Salamanca, Lazarillo y el ciego salen en busca de más plata; el ciego no se sentía contento con el dinero que estaba recibiendo en Salamanca. Con muy poca introducción del personaje del ciego, ya somos conscientes de su tratamiento de comportamiento violento durante su camino en el pueblo nuevo. Para enseñar la importancia de ser inteligente como guía de un ciego, el ciego le dijo a Lazarillo que pusiera su oreja en un toro de piedra para escuchar un ruido dentro de este. Cuando lo hizo, el ciego le empujó la cabeza contra el toro. De acuerdo con Lazarillo, “más de tres días me duró el dolor de la cornada” (23). Con su acción bien física, tenemos el primer ejemplo del comportamiento violento del ciego. Sin embargo, ahora, el lector necesita preguntarse por las intenciones detrás de este acto y decidir si puede ser clasificado como ejemplo del pecado de la ira. En este escenario aunque la acción del ciego parece propia de la ira a causa de la violencia asociada, el lector tiene que analizar las palabras del ciego después del golpe. Por ejemplo, termina la escena con el ciego riéndose de la burla, diciendo “Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo” (23). Esta cita nos ofrece las intenciones del ciego: enseñar a Lazarillo a ser guía de un ciego. Con esta acción, el ciego no tenía ningún enfado extremo ni necesidad de la venganza, por eso se argumenta que el primer ejemplo de la violencia no puede ser clasificado como un acto de la ira; sin embargo, la ira va a venir en las acciones que siguen. Para apoyar este argumento podemos buscar también en las reflexiones de Lazarillo después del incidente, cuando dice, “Pareciome que en aquel instante desperté de la simpleza en que como niño dormido estaba. Dije entre mí:’ Verdad dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar como me sepa valer’” (23). A fin de garantizar que el truco del ciego cumpla su propósito de darle una lección, no podemos ver esta acción como un resultado de la ira; por más que estas acciones encajen ahí y parezcan obvias tal como se puede ver en los ejemplos que siguen. Después de este incidente vemos un cambio en la mentalidad de Lazarillo y su manera de pensar. Ahora, tiene que cuidar de sí mismo porque ya no tiene a su mamá. Ahora, está solo. Aquí empieza su viaje hacía la madurez. Después del primer incidente, Lazarillo empieza a describir la inteligencia y el conocimiento del ciego, argumentando que tiene muchas cosas para enseñarle, “Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza, y como me viese de buen ingenio, holgabase mucho, y decía: ‘Yo oro ni plata no te lo puedo dar, mas avisos 10
para vivir muchos te mostraré.’ Y fue ansí, que después de Dios este me dio la vida, y siendo ciego me alumbró y adestró en la carrera de vivir” (23-24). Sin embargo, Lazarillo se acuerda de cuentos múltiples en los que el ciego engaña a otros para ganar dinero o engaña a Lazarillo para enseñarle una lección. La gente del pueblo le ve como un curandero, alguien que puede curar sus enfermedades, o que ayuda a las mujeres “yermos” a quedar embarazadas, o incluso como un especie de consejero. Todo el mundo le pide que ore por ellos con esperanza de que el ciego tenga la cura y las respuestas a sus problemas inevitables, con excepción de Lazarillo, porque sabe mejor de los hábitos engañosos y el comportamiento cruel del ciego. Por ejemplo, de acuerdo con Lazarillo, estaba muriéndose de hambre. Se acuerda de los tiempos en que engañó al ciego para sobrevivir, tiempos que terminan con acciones violentas por culpa de la ira del ciego. Por ejemplo, durante las cenas, Lazarillo da “besos” al vino, y acostumbra a beberlo placida y tranquilamente (30). Por eso, corta un agujero en la jarra de vino para tener acceso al vino, “Acorde en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sotil, y delicadamente con una muy delgada tortilla de cera taparlo, y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrabame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y al calor della luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destillarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía que maldita la gota se perdía” (31).El ciego ya sabía los trucos de Lazarillo sin embargo le permitirle beber sin decir nada para poder vengarse inolvidablemente, “con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejo caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder” (32). Disfrutando de su broma, el ciego empieza a limpiar la cara de Lazarillo con el vino, haciendo bromas irónicas mientras le dice que la cosa que le dañó, ahora es la cosa que le está ayudando. Con este segundo ejemplo de violencia extrema del ciego, vemos el tema de la ira y la manera en que éste disfruta de sus acciones violentes. De hecho, el ciego sigue con estas acciones cuando, de acuerdo con Lazarillo, le da un golpe en la cabeza o le tira de su pelo sin razón Con el tiempo, estas acciones y trucos se convierten en un juego entre los dos. A causa del maltrato que recibe Lazarillo, él empieza a tratar al ciego de una manera parecida. Por ejemplo, ellos comparten las uvas, y en vez de tomar una uva, el ciego empieza a tomar dos, por lo que Lazarillo toma tres. O, cuando Lazarillo le dice que salte y el ciego se golpea con una pared, “Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por le hacer mal y daño: si había piedras, por ellas, si lodo, por lo más alto; que aunque yo no iba por lo más enjuto, holgabame a mí de quebrar un ojo por quebrar dos al 11
que ninguno tenía” (34-35). Ahora tenemos el primer ejemplo de Lazarillo como pecador. Aunque no es el pecador principal del tratado, Lazarillo cae víctima al pecado de la ira y busca la venganza. De acuerdo con la definición de la ira (propósito hacer daño a otra persona) podemos clasificar a Lazarillo como pecador por culpa de sus intenciones malignas con sus acciones violentas y vengativas. Se argumenta que ha aprendido mucho del ciego, tanto que ahora Lazarillo no es mejor que el ciego en cuanto a la forma en que se tratan. Ahora, la ira se manifiesta en la mentalidad de Lazarillo y sus acciones lo reflejan. Cuando ellos están en Escalona, Lazarillo estaba ocupado asando un chorizo para el ciego cuando este le dio una moneda para comprar vino. Antes de ir por el vino, Lazarillo intercambió el chorizo por un nabo y cuando el ciego se lo comió, culpó a Lazarillo del trueque. Lazarillo argumenta que no es posible porque él estaba comprando el vino, pero el ciego no le cree. Abrió la boca, poniendo su nariz en su garganta hasta dar con el olor del chorizo. El ciego encontró lo que estaba buscando en la boca de Lazarillo y, a causa de la profundidad de su nariz (junto con el poco tiempo que tuvo Lazarillo para digerir el chorizo), el chorizo salió de su boca y se estampó en la cara del ciego. Como uno esperaría, el incidente terminó con golpes en la cara de Lazarillo y por su cuerpo, como siempre, recibió todo el castigo por el truco. Para terminar sus recuerdos con el ciego, Lazarillo nos cuenta el truco más cómico y doloroso. Lazarillo eligió engañar al ciego una última vez, mostrando de nuevo su necesidad de venganza de un hombre que le trató mal por demasiado tiempo. Termina el tratado contándonos su truco de decirle al ciego que saltara sobre el rio y este resultó con su cabeza partida. Sin ningún sentimiento de remordimiento, Lazarillo le dejó en el pavimento con el cuidado de los que le rodeaban después del incidente. Después de analizar el primer tratado, es muy obvio el uso de juegos, trucos, y un comportamiento engañoso en la vida del ciego. De hecho, no solo existe el maltrato de Lazarillo sino la presencia de la ira en su carácter. Con sus acciones violentas y su genio incontrolable, el ciego es una representación del tercer pecado mortal, la ira. Argumento que es parte de su personalidad actuar con ira, algo inherente y natural para el ciego. No sólo no siente ningún remordimiento sino incluso sonríe con sus acciones violentas que hacen tanto daño a Lazarillo. Sonríe como si no percibiera el daño que causa, la violencia y la crueldad que inflige en otro ser humano es evidente. El ciego representa la ira no sólo con sus emociones, con su enfado, sino
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que le conducen a desear la venganza. Cuando siente la pasión del enfado, estas malas intenciones de causar daño a Lazarillo resultan en castigos crueles. Los seres humanos expresan la ira por la falta de control; el ciego es una perfecta representación de cómo se puede manifestar la ira dentro de los seres humanos, de las acciones que pueden resultar si no se controlan. Sin embargo, hay otro pecador presente en el tratado y por ese argumento el tratado primero, en general, representa la ira, no solo del primer amo. Aunque Lazarillo no empieza el tratado con enfado, con el paso del tiempo, se desarrolla en su mentalidad una necesidad de venganza. Vemos dos ejemplos específicos donde Lazarillo elige hacer daño, deliberadamente, al ciego, mostrando igualmente su representación de la ira. Sin embargo, argumento que Lazarillo no puede ser clasificado como el pecador principal del tratado porque su ira solo proviene de sus deseos de obtener venganza, un deseo comprensible cuando recapitulamos sobre las acciones violentas que comete el ciego para dañar a Lazarillo. Lazarillo comete sus actos debido a todo lo que le pasó por culpa del ciego. Por ejemplo, se puede argumentar que si no fuera por estas acciones y el comportamiento malicioso del ciego, Lazarillo no sería víctima del pecado o de la ira. No sería una representación de la ira en este tratado si el ciego no le hubiera engañado, abusado, hecho tantos trucos y enseñado “lecciones”. Lazarillo aprendió su lección con la primera acción con el toro, pero el ciego sigue con sus actos sólo por culpa de su crueldad. Por eso, todas las acciones que siguen después del primer incidente pueden ser clasificadas como ejemplos de la ira. Después de controlar su ira, el ciego continúa con el daño y sonríe después de los incidentes. Se argumenta que la ira es algo inherente en el ciego, que es una persona cruel que se ríe ante el dolor de otra persona. En efecto, la ira es algo malicioso que tenemos todos los seres humanos. El primer tratado es un buen ejemplo de lo que se puede realizar a causa de la ira si no la controlamos. Capítulo II La paradoja del pecado de la gula en un cuerpo donde habita Dios: Segundo Tratado de Lazarillo de Tormes “Do you not know that you are God's temple and that God's Spirit dwells in you? If anyone destroys God's temple, God will destroy him. For God's temple is holy, and you are that temple.” (1 Corinthians 3:16-17) 13
Conocido como el pecado más paradójico, la gula es el más fácil de cometer y el más difícil de superar. Este pecado en particular nos presenta una contradicción porque hay gente que muere a causa del exceso de comida y otros que mueren a causa de la falta de comida. Si dejamos de comer, vamos a morir. Si comemos hasta el punto de la obesidad, vamos a morir. De acuerdo con Evagrius, la gula impide la capacidad de orar y por eso es un pecado mortal. “As fog conceals the rays of the sun, so heavy consumption of food darkens the mind” (Ponticus). La gula nos separa del camino honrado y es un pecado contra el cuerpo, donde habita Dios. En cuanto a sus rutas históricas, el diablo, Satánas18, introdujo la gula a Jesús en el desierto. Satánas le dijo a Jesús que transformaría una piedra en pan para que pudiera comer y Jesús respondió diciendo que sólo iba a sobrevivir con las palabras de Dios19 y por eso no fue víctima del pecado de la gula. Hay muchos otros ejemplos de gula en la historia. Por ejemplo, en los griegos clásicos y su adoración por un cuerpo robusto y saludable. Para obtener este cuerpo, ellos pensaban que tenían que comer mucho. Entonces, la gula aparece otra vez en relación a la adoración del cuerpo y los deseos físicos. También vemos sus rutas en la historia de los romanos y sus banquetes extravagantes. Los romanos comían compulsivamente hasta el punto de la enfermedad. Durante las comidas, ellos tenían que limpiar sus estómagos y por eso solían poner una pluma en sus gargantas para devolver la comida. Sus esclavos ayudaban a limpiarlos para que ellos pudieran comer más. Aunque este pecado nos acerca a los animales, no todo el mundo se da cuenta de lo que significa cometer este pecado. De acuerdo con Santo Tomás de Aquinos en su libro de Summa Theologica hay cinco maneras en las que podemos cometer la gula. Cada una de ellas tiene su propio origen en latín. Primero, el más común y familiar; comer demasiado o Nimis. Praepropere; la segunda, comer fuera de los tiempos designados o en un tiempo no apropiado. Laute, o comer comida demasiado lujosa o cara. La cuarta, studiose, comer comida preparada de forma muy elaborada. La quinta y última, ardenter, o comer demasiado de manera ansiosa. De acuerdo con Santo Tomás de Aquino, para cada ofensa hay un ejemplo en la Biblia que describe y defiende la razón de ser de un pecado. A diferencia de los otros pecados que normalmente afectan a otras personas, la gula afecta a la persona que come. Por eso, los teólogos argumentan dos maneras de cómo nos afecta la gula. Principalmente, argumentan que la 18
Figura que trae la tentación y maldad “It is written; man shall not live on bread alone, but on every word that proceeds out of the mouth of God” (Matthew 4:4) 19
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adoración de los sentidos, el sabor en este caso, diluye nuestra atención a Dios, substituyéndola. En vez de prestar atención a Dios, pensamos más en la comida. La segunda argumentación está basada en la idea de los pecados como rutas para cometer otros pecados. Los teólogos dicen que la gula allana el camino para cometer otros pecados y usan la comparación con la marihuana para mostrar sus efectos graves. Además, con los otros pecados, la idea del libre albedrio nos dice que nos damos cuenta de las acciones peligrosas. En el segundo tratado, Lazarillo se encuentra en el pueblo de Maqueda20 donde “le toparon sus pecados21” con un clérigo (Rico 47). Lazarillo describe al sacerdote sin halagos o elogios, pues este amo es un hombre avaro; “No digo más sino que toda la lacería del mundo estaba encerrada en éste. No sé si de su cosecha era, o lo había anexado con el hábito de clerecía” (47). En los primeros párrafos del tratado, Lazarillo nos introduce a su situación alimenticia o, mejor dicho, no alimenticia. Cada cuatro días el clérigo le permite comer una cebolla, nada más. De acuerdo con Lazarillo, debería haber muerto de hambre. Aunque Lazarillo se acuerda de tiempos en que oró para que Dios aliviase su miseria, Lazarillo también da gracias a Dios por seguir vivo, por cada funeral que había en la iglesia, había un banquete en el que a Lazarillo se le permitía comer22. A causa de su extremada hambre, Lazarillo se encuentra orando a Dios para que muera más gente, para poder comer algo más, “Y porque dije de mortuorios, Dios me perdone, que jamás fui enemigo de la naturaleza humana sino entonces, y esto era porque comíamos bien y me hartaban” (52-53). Lazarillo nos explica dos razones que justifican su estancia con su amo horroroso. La primera, su extremada debilidad; a causa de su consistente falta de comida, no pensaba que podía escapar y sobrevivir; literalmente se estaba muriendo de hambre. La segunda, pensaba en sus tiempos con el ciego y la comparaba con el clérigo, y llegaba a concluir que su situación sólo iba a empeorar con cada amo que tuviere: “Yo he tenido dos amos: el primero traíame muerto de hambre y, dejándole, topé con estotro, que me tiene ya con ella en la sepultura. Pues si deste desisto y doy en otro más bajo, ¿qué será sino fenecer?” (54).
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“Maqueda está situada entre Escalona y Torrijos, y Lázaro, por tanto, hubo de retoceder unos diez kms. Puede tratarse de una distracción del autor, como ahora tiende a creer J.Caso, pero también de ” (Rico, 46) 21 A diferencia de que insinúa “una acción de gracias por el encuentro con un ser amable”; una formula usada para referirse a “un desenlace catastrófico”(Rico,47) 22 En la Edad Media, era la costumbre ofrecer comida después de una muerte
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No obstante, al continuar con este amo, nos damos cuenta que el clérigo siempre lleva consigo una llave, una llave que nunca dejó en las manos de Lazarillo. La llave da acceso al arca que contiene vino y pan (que viene de la iglesia durante las misas). Un día, llegó un calderero a la puerta, de acuerdo con Lazarillo, fue enviado por Dios. El calderero le preguntó a Lazarillo si tenía algo con lo que él le pudiera ayudar. Lazarillo respondió con una mentira diciendo que perdió la llave de su amo y si no la encuentra será castigado. El calderero encuentra la llave que abre el arca y, a cambio, Lazarillo le dapan al hombre, el pan más blanco del arca. Después de este encuentro, Lazarillo empieza a tomar comida poco a poco para que su amo no se dé cuenta, pero su suerte no sigue por mucho tiempo. Al tercer día, el clérigo sospechaba algo y empezó a contar los panes cada día. Lazarillo culpó a las ratas de comer el pan; entonces, el clérigo vio los agujeros y Lazarillo empezó a preocuparse. A causa de su hambre, no podía continuar sin roer pequeños pedazos del pan y por eso siguió haciendo agujeros en el arca. El clérigo recibió consejo de sus vecinos y le dijeron que las acciones que describía, eran propias de una serpiente. Con mucho miedo, el clérigo se quedaba despierto todas las noches buscando el ruido de este animal ficticio, buscando cualquier signo de su ubicación en la casa. Para esconder la llave, Lazarillo la ponía en su boca cuando dormía. Un día cuando estaba durmiendo, la llave hizo un ruido parecido a un silbido. El clérigo se levantó en busca del ruido: la serpiente, o lo que pensaba que era la serpiente. Cuando llegó a Lazarillo, le golpeó con un garrote y encontró las dos cosas; la rata y la serpiente. Quince días después del incidente, cuando había recuperado las fuerzas, el clérigo le echó por la puerta diciendo, “Lázaro, de hoy mas eres tuyo y no mío. Busca amo y vete con Dios, que yo no quiero en mi compañía tan diligente servidor. No es posible sino que hayas sido mozo de ciego" (71). Y Lazarillo se fue. En el segundo tratado, pensamos en la gula como un pecado a causa del daño que hace a otra persona. Por ejemplo, es un pecado porque, en este caso, lo que come una persona se lo quita a la otra, lo que podemos ver en el caso de las interacciones del clérigo y Lazarillo en cuanto a la comida. Argumento que el clérigo no sólo es una representación de la gula porque guarda la comida para sí mismo mientras que Lazarillo se está muriendo de hambre, sino también porque come demasiado y come comida lujosa, de campanillas. Lazarillo come una cebolla cada cuatro días mientras que “Cinco blancas de carne era su ordinario para comer y cenar. Verdad es que partía conmigo del caldo, que de la carne, ¡tan blanco el ojo!, sino un poco de pan, y pluguiera a Dios que me demediara” (49). 16
Si analizamos el papel de la comida en la Edad Media, encontramos que la carne era comida típica de los que tienen riquezas. Los pobres no tenían el placer de comer con frecuencia la carne durante las comidas, sino mejor, el acceso a este lujo estaba limitado a los ricos. De acuerdo con British Library, “Unless you served in a large household, it would have been difficult to obtain fresh meat or fish.” Es el trabajo del lector analizar si el sacerdote, con su estatus de clérigo, vive en pobreza tanto que no puede comprar comida para Lazarillo. O, si el sacerdote elige gastar su dinero en comida de lujo para sí mismo, en vez de enfocarse en las necesidades de Lazarillo. Con cinco blancas de carne para el almuerzo y la cena, además de la cabeza de una oveja, es difícil argumentar que el sacerdote vive en pobreza. De hecho, tenemos que mirar al clérigo como pecador de gula porque no sólo come demasiado, sino que quita la comida de otra persona, comida de postín. De acuerdo con Giblin,“The priest lacks charity towards Lázaro because he spends his money on succulent and large portions of food. On Saturdays, the priest eats an entire sheep’s head which costs even more than his normal meat portion; rather than share the sheep’s head with Lázaro, the priest consumes the entire meal and gives Lázaro the bones” (65). Así pues, en el segundo tratado, el clérigo es una buena representación de la gula en la vida. Lazarillo emplea la ironía cuando describe las conversaciones que tenían los dos en torno a la comida. Ya sabemos las tendencias y comportamientos maliciosos del clérigo a causa de las descripciones de Lazarillo; sin embargo, cuando el clérigo se presenta a sí mismo a Lazarillo habla de una manera opuesta, casi contradictoria; “Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber, y por esto yo no me desmando como otros" (52). El clérigo se presenta a sí mismo como santo mientras en realidad es pecador de la gula. Capítulo III Del orgullo nacen todos los pecados: Tercer Tratado de Lazarillo de Tormes “Every one that is proud in heart is an abomination to the LORD” (Prov. 16:5) El orgullo se considera como el pecado más serio de acuerdo con el Papa Gregorio porque lo puso primero en su lista. El orgullo está asociado con tanta gravedad porque es conocido como la madre de los otros pecados; otros pecados menos graves pueden incitar a otros 17
pecados muy fácilmente. Por ejemplo, el egoísmo, el maltrato de otros, la negligencia frente otros y el mundo, etc. El orgullo es muy excepcional porque es el único pecado que tiene un lado virtuoso, por haber muchas connotaciones positivas que pueden asociarse con la palabra. Por ejemplo, de acuerdo con Webster, su definición consiste en “A feeling that you respect yourself and deserve to be respected by others” y su tercera definición es “A feeling of happiness that you get when you or someone you know does something good, difficult, etc.” Las dos definiciones tienen lados bastante positivos, negando las connotaciones peyorativas y las consecuencias peligrosas. No obstante, la idea principal sobre la formación del pecado, de acuerdo a su imbricación en la religión, es el pensamiento que no somos nada sin Dios. Con esto en mente, debemos pensar en el orgullo como un pecado contra Dios. Tenemos que dar crédito a Dios por todo lo que pensamos sobre nosotros mismos. Sin embargo, la controversia surge otra vez con el orgullo cuando pensamos en nosotros mismos como reflexiones de Dios. ¿Como podemos ser tan orgullosos de Dios sin pensar en nosotros mismos en la misma manera? “Thinking too highly of yourself is a sin. Thinking well of God and others, and therefore, of yourself, is a sacrament” (Dyson 24). Según esta perspectiva, uno puede pensar en sí mismo como inteligente o una buena persona, sin embargo, sólo a través de la perspectiva de que su espíritu y cuerpo son vehículos de Dios; Dios en realidad es la fuente de las capacidades humanas. El orgullo sólo se convierte en pecado cuando nos falta Dios en la vida; “No sin is more offensive to God than the sin of pride” (Vaughan). Para entender mejor el orgullo, debemos estudiar más la historia y la formación del pecado. Con sus comienzos enraizados con el diablo, Lucifer23, el orgullo siempre ha sido un asalto contra Dios. Cuando Lucifer empezó su infatuación consigo, dejó de ser subordinado a la mano de Dios24. Lucifer creía en el orgullo y por eso es la esencia de todos los pecados25. “Man is never more like the Devil than when he is full of self-will, lest being lifted up with pride he fall into condemnation of the devil” (1 Timothy 3:6). Lucifer se puso a sí mismo encima de Dios con la intención de ser más poderoso y formar un mundo desigual. Otras fuentes nos dicen que el orgullo tiene sus raíces como el pecado original del mundo, cometido por Adán y Eva en el 23
La misma figura de Satanás y el Diablo en las religiones cristianas Lucifer empezó como profecía de Dios, conocido como “the anointed cherub that covers”; vease a Ezekiel 28:1415 por más información 25 “How are you fallen from heaven, O Lucifer..For you have said in your heart, I will ascend into heaven, I will exalt my throne above the stars of God: I will sit also upon the mount of the congregation...I will be like the most High” (Isaiah 14:12-15) 24
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jardín de Edén26 y por eso es el más odiado por Dios. Otra raíz del orgullo queda en la acción de orar. La Biblia nos recuerda tiempos en que la humildad precedía la oración con el propósito de eliminar todo tipo de falsificación. Por ejemplo, Jesús sugirió a la gente de Israel que miraran a Dios durante sus tiempos de prejuicio pero solo después de eliminar de sí mismos el orgullo, cuando experimentaran en profundidad la humildad. En su artículo, The Great Sin, Vaughan argumenta que la falta de orar es el primer signo del orgullo en la vida y avisa que “Proud people don’t pray. In fact, the only people who pray are those who need God, know they need God, and can’t go on without God. Humility is the altar on which God wishes us to offer Him sacrifices.” Además, el orgullo se usa para argumentar los fracasos de los matrimonios, las relaciones dañinas y las luchas entre la política y la iglesia. El orgullo es el resultado de negociar y solucionar problemas entre las personas que no piensan de la misma manera. El orgullo es lo que construye una pared entre los que tienen opiniones diferentes. Nos previene de decir que nuestro punto de vista es incorrecto y no nos permite tener una relación virtuosa con Dios. El orgullo es el pecado más peligroso de todos. “Despite St. Pauls teaching of humility for the gentiles...the 15th Century and 16th Century in Spain were characterized by an increase of national pride. Pride of nobility became pride of race and religion.”(Kottman 15). Sin embargo, no sólo era natural tener orgullo por la nacionalidad, sino también por el nivel social. Aunque era difícil cambiar de estatus social durante el Siglo de Oro en España, la estructura social no era inmóvil. Existían dos maneras de ascender en la escalera social. Primero, si una persona era militar y el rey pensaba que era digna de servir a la corona, dicha persona podría ascender. Sin embargo, recibir la aprobación del rey era muy raro y, por eso, la otra manera era comprar su nobleza. Con dinero se podía comprar todo; incluyendo su estamento social. Sin embargo, la riqueza no significaba el éxito. El dinero no era un ejemplo de una vida exitosa. De acuerdo con el Profesor José Domínguez Búrdalo, existía “cash mobility, not social mobility.” No obstante, en el caso del escudero en el tercer tratado, él piensa que pertenece a un estamento más alto al que pertenece en realidad. Por ejemplo, sus antepasados eran de hidalgos con propiedades, entonces, el escudero piensa que pertenece a un sub-estamento que para mediados del siglo XVI no era válido. El escudero da mucha importancia al pasado cuando en realidad no importa durante su tiempo. Un escudero en el siglo XVI era una persona de nobleza de segunda clase así que no tenían los mismos 26 Genesis 3:1-7, 12-13 19
beneficios que la nobleza. De hecho, para pertenecer a un estamento más alto, los hidalgos tenían que tener conexiones con algunos que tenían poder. Durante el siglo XVI, Toledo era la ciudad en la que residían los que tenían influencia, poder, dinero y autoridad. A causa de esto, el escudero eligió mudarse allá para vivir, para estar más cerca, literalmente, de la nobleza; para poder tener contacto con la ciudad exitosa. Vemos otra referencia a la ciudad de Toledo en el primer tratado cuando Lazarillos nos dice, para presagiar su viaje futuro en Toledo que, “Cuando salimos de Salamanca, su motivo fue venir a tierra de Toledo, porque decía ser la gente más rica, aunque no muy limosnera” (Rico 35). El tercer tratado empieza con Lazarillo encontrándose en la ciudad de Toledo. Todavía con debilidad, está en busca de un amo cuando un escudero se le acerca. Lazarillo se fue con él, por su apariencia “con razonable vestido, bien peinado, su paso y compas en orden” (72). Poco tiempo después, Lazarillo aprendería las consecuencias de juzgar desde las apariencias. No obstante, entra en la casa que supone es del escudero sólo para encontrar una oscuridad profunda, un espacio sin sillas, mesas ni signos de otra gente arriba, abajo, o a los lados. Después de haber pasado todo el día sin comida, su amo le informa que van a esperar hasta la noche para comer porque “el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien”; lo opuesto de lo que vimos en el tratado previo (77). Los dos comparten el pan que recibió Lazarillo durante su tiempo en la calle y cuando llega la noche el escudero le dice que es demasiado tarde y el mercado está demasiado lejos; por eso ellos van a esperar hasta la mañana para comer. Su corazón se entristeció porque tenía recuerdos de sus tiempos en que oraba a Dios para que la gente se muriera a causa de su hambre extrema. Lázaro reflexionaba sobre momentos anteriores en que salió o, mejor, fue forzado a salir de la casa del clérigo, cuando pensaba que su próximo amo sería peor. Otra vez se enfrentó el hambre. La mañana siguiente, el escudero se fue para la misa todavía sin comer mientras que a Lazarillo le dijo que recogiera agua e hiciera la cama. En este momento Lazarillo se da cuenta de la decepción por la manera en que su amo se lleva a sí mismo. ¿A cuántas personas ha engañado el escudero con su apariencia como si fuera el conde de Arcos? ¿Cuántas personas sabrían que este hombre no ha comido desde el comienzo del día anterior? Lazarillo se pregunta estos interrogantes mientras mira a su amo caminar con una cara de sonrisa. Otra vez con esperanza de encontrar una cura para su hambre, Lazarillo mendiga por las calles y las casas buscando comida. Regresa a la casa con mucha comida (o eso le pareció a Lazarillo). El escudero se alegra por la comida que Lazarillo encontró y, aunque afirma que ya 20
comió, Lazarillo detecta su mentira y le ofrece la comida para compartir; intuye el dolor que siente el escudero a causa del hambre; una situación demasiado familiar para Lazarillo. No mucho tiempo después, Lazarillo se da cuenta que no necesita al escudero tanto como él le necesita. Lazarillo sostenía a su amo, y no al revés, como debería ser. El hombre en realidad era pobre; tan pobre que no podía comprar comida. Por su orgullo moriría de hambre si no fuera por Lazarillo. Durante estas tribulaciones Lazarillo no puede sentir nada, sólo pena por este hombre porque no era un hombre con intenciones malas: ellos morían juntos. Con tiempo, Lazarillo aprende más sobre su amo y su historia. Venía de Castila la Vieja27 donde rehusó a quitarse el sombrero ante un hombre con un estatus más alto que él, “había dejado su tierra no más de por no quitar el bonete a un caballero su vecino” (98). El escudero vive obsesionado con proteger su honra. Su orgullo le inhibe de cumplir normas en la sociedad; “If we now think of arrogance as a defect of mind or a failure of performing social acts, this was prepared for by moral analysis of the concept at the end of the medieval period” (Newhauser, R & Ridyard, S). Al final, un día llegan una mujer y un hombre buscando dinero por las cosas que le han alquilado al escudero; la casa y su cama. El amo responde diciendo que recogerá el dinero y que ellos deben regresar más tarde en el día. El escudero se fue y nunca regresó. Esta vez, el amo dejó a Lazarillo. El tema de la honra es un aspecto recurrente a lo largo del tratado y es cada vez más evidente con cada cosa que aprendemos sobre el escudero. Es un hombre de Castilla la Vieja que tiene, “En mi tierra un solar de casas, que a estar ellas en pie y bien labradas, diez y seis leguas de donde nací, en aquella Costanilla de Valladolid, valdrían más de doscientas veces mil maravedís, según se podrían hacer grandes y buenas; y tengo un palomar que, a no estar derribado como esta, daría cada año más de doscientos palominos; y otras cosas que me callo, que deje por lo que tocaba a mi honra” (Rico 102-103). De todas las cosas nombradas lo más importante es su honra. Su honra le impide mendigar para conseguir algo de comida. Su honra es su razón para dejar su pueblo de orígen. Su honra es el primer pecado, el pecado más mortal de todos los otros: el orgullo, de acuerdo con el escudero, “Un hidalgo no debe a otra que a Dios y al rey nada28” (99). 27
Región histórica de España ubicada en el Noroeste “Como los hidalgos dependían directamente del rey, sus personas, cosas y heredades estaban exentas de jurisdicción señorial; de ahí el orgullo del pobre amo de Lázaro..En 1558, un hidalgo de Monleón (Salamanca) que no poseía sino unos pocos olivos y una viña proclamaba que su profesión era ” (Rico,99). 28
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En este tratado no sólo es obvio el tema de la honra sino también el orgullo. A causa de esto, argumento que el escudero representa el pecado principal, el pecado más serio del mundo, el orgullo. Lo más interesante es la manera en que el escudero se da cuenta de su honra e intencionalmente miente para agrandar su imagen. De acuerdo con Lazarillo, “Sólo tenía del un poco de descontento: que quisiera yo me no tuviera tanta presunción, más que abajara un poco su fantasía con lo mucho que subía su necesidad. Más, según me parece, es regla ya entre ellos usada y guardada; aunque no haya cornado de trueco, ha de andar el birrete en su lugar” (105). El escudero le cuenta a Lazarillo la historia en detalle sobre su salida de Castilla la Vieja. Lazarillo se sorprende que esté en esa situación por un sombrero, el escudero le explica que, “Eres mochacho -me respondió- y no sientes las cosas de la honra, en que el día de hoy esta todo el caudal de los hombres de bien..” (99). Prefiere morir de hambre y privarse a sí mismo de la comida que debería mendigar pero resiste. Toda su vida consiste en proteger su honra, pues, a causa de su orgullo nunca admite que necesita de ayuda, “¡Oh Señor, y cuantos de aquestos debéis vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra lo que por vos no sufrirían!” (84). Otro aspecto que llama la atención es el énfasis en la limpieza; un tema que el lector puede tomar en sentido figurado o literalmente. De acuerdo con Giblin, “This reflects the traditional aristocrat who does not desire to dirty his hands with manual labor” (73). El escudero le pregunta a Lazarillo si el panadero tenía las manos limpias cuando le dio al pan29; se repite la pregunta cuando Lazarillo le ayuda al escudero a doblar su capa30. La idea de la limpieza tiene raíces en el orgullo porque se pensaba que era inferior tener las manos sucias; había demasiado orgullo para trabajar con las máquinas, en el campo, en la mina, etc31. A Lázaro, las manos limpias le importan poco. El orgullo es un pecado que no sólo destruye nuestras relaciones, sino a nosotros mismos. Es un pecado centrado en la honra donde perdemos de vista la importancia en el mundo. Enfatizamos la manera en que el mundo nos percibe en vez de mirar a la persona que nos creó. Perdemos de vista a Dios. En este tratado el escudero sólo está centrado, constantemente, en su honra, que nos permite llegar a la conclusión que las cosas que haría por su orgullo son mejores que las que haría por Dios. Por eso, el escudero fue víctima del pecado más grave de todos. “The 29
“¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?” (77) “Desque fuimos entrados, quita de sobre sí su capa, y, preguntando si tenía las manos limpias, la sacudimos y doblamos, y, muy limpiamente soplando un poyo que allí estaba, la puso en él” (74) 31 “La insistencia en la pulcritud por parte del escudero puede entenderse como una alusión irónica a toda una clase social obsesionada por la limpieza de sangre y a la vez como un rasgo realmente cortesano del personaje” (Rico, 75) 30
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squire shows his pride through his clothing, maliciousness, obsession with cleanliness, blaming his current situation on his current house, language, pretense, stubbornness, quarrels over honor, love of novelties such as his sword, and babbling” (Giblin 81). El orgullo nos distrae de las cosas esenciales y nos ayuda en el camino de la negligencia contra Dios. Capítulo IV La pereza como acedia espiritual: Cuarto Tratado de Lazarillo de Tormes “The desire of the slothful killeth him; for his hands refuse to labour” (Proverbs 21:25-26) Antes de que el Papa Gregorio redujera la lista de ocho pecados a siete, la acedia correspondía a dos pecados: la apatía y la tristeza. La acedia se considera como el pecado primario de las monjas y la tristeza como la antítesis de la fe. Los dos pecados se combinaron para ser nombrados como tristeza; aunque con el tiempo se nominaría la “acedia”. La acedia desarrolló la connotación de “pereza espiritual” y se transformó en lo que conocemos hoy en día como pereza: es el quinto pecado más grave de acuerdo con el Papa Gregorio. Por detrás sólo quedan la gula y la lujuria. La pereza es el menos probable de todo los pecados, pero todavía la iglesia lo considera mortal. Junto con la gula, es un pecado polémico porque es un pecado muy peligroso para la salud del espíritu, pero puede ser cometido inconscientemente: ¿Cómo puede saber una persona si ha orado a Dios por un tiempo suficiente? Ni la Biblia ni los monjes nos dan esquema alguno de cómo podemos vencer y no ser víctimas del pecado de la pereza. El pecado se considera como una rebelión contra Dios y centrada en la pena, el dolor y autocompasión. A diferencia de los otros pecados, la pereza está escondida en otras ofensas como la depresión, el miedo, la debilidad, y la auto-indulgencia. La acedia toma muchas otras formas, no sólo la pereza. En efecto, la idea original de la acedia sólo se refiere indirectamente a actividad. La persona más activa física, mental intelectualmente todavía puede cometer acedia. Es mejor pensar en el pecado como inactividad del espíritu; apatía hacia Dios32. Cook lo describe así, “Sloth and rest could look the same externally while proceeding from opposite motivations. One person could be 32
“Sluggishness of the mind which neglects to being good..it is evil in its effect, if it is so oppresses man as to draw him away entirely fom good deads” (Aquinas, 35)
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idle because he lacked the faith to do anything, while another person could be idle because he had faith that his needs would be met even if he rested a while. The key to avoiding sloth is not the proper level of activity but the proper attitude of the heart” (Solving Hard Problems). El pecado muestra indicios de ironía porque argumenta que la cura de la pereza es tomar un descanso de nuestros trabajos para enfocarnos en el mundo espiritual. La pereza se considera un pecado bastante polémico a causa de sus raíces en el maestro, Diochetes33. En los años antes de Cristo, propuso las características asociadas con la pereza. Diochetes vivía en un bombín de agua en la calle, buscando una vida de simplicidad. Pensaba que trabajar muy duro proporcionaba sólo las riquezas. Diochetes no tenía nada pero era muy feliz. Por esto se presentaba como el ejemplo positivo de la pereza. También hay ejemplos en la Biblia donde Jesús nos enseña la simplicidad. Algunos críticos argumentan que la simplicidad es una característica de la pereza, mientras que hay otros que consideran la simplicidad como una contraparte del materialismo, algo que no tiene nada que ver con la acedia. Por eso tenemos que pensar en la pereza no como un aspecto físico sino mejor como un aspecto mental y espiritual. A diferencia de Jesús, Pablo, el apóstol, indica la importancia de ser un buen trabajador, “If a man will not work, he shall not eat” (2 Thessalonians 3:10) y también Solomón, “He becometh poor that dealeth with a slack hand: but the hand of the diligent maketh rich” (Proverbs 10:4). Como los otros pecados, la pereza es algo natural que poseen todos los seres humanos, nació inherente a nosotros y se desarrolla dentro del cuerpo si no la controlamos. No obstante, gracias a sus diferentes definiciones, variadas manifestaciones, y raíces en las principales épocas, la controversia que pesa sobre este pecado se mantiene siempre vigente. Las interpretaciones y consideraciones van cambiando a través del tiempo, y cada generación ofrece su propia perspectiva sobre la influencia de este pecado en la sociedad. De todos los pecados, al parecer la pereza tiene la historia más interesante. Antes de su introducción en el siglo V, los cristianos estaban de acuerdo en que la pereza era un signo de una vida sin dirección que no sólo destruía la voluntad individual sino la colectiva también. En el año 500 a.C., Hipócrates34, el padre de la medicina moderna, propuso la idea de que la pereza fuera una condición médica a la que llamó “melancolía”. En los inicios del siglo XX, la sociedad trató 33 34
Aparece en la filosofía griega antigua 460-370 a. C.; médico griego
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de recibir ganancias al vender una “cura” para la pereza, “Their cures were said to revive tired blood and restore youthful vigor” (Grace Bible Church). Sin embargo, la teoría más importante que influyó en la decisión del Papa Gregorio de incluir la pereza como un pecado capital, fue la de su efecto en la carencia del alma como resultado del pecado en general. Durante el Siglo de Oro, la sociedad pensaba en este pecado como un pecado del cuerpo y un pecado del espíritu, “The demonasticization of acedia, its internalization, and its categorization as a “vice of the spirit” as well as a “vice of the flesh” occurs, nevertheless, over the whole of the Middle Ages” (Soufas). El cuarto tratado de Lazarillo de Tormes consiste en cuatro frases solamente y es el tratado más corto de todos. Incluso puede ser considerado como un ejemplo concreto del pecado de la pereza35. Lazarillo se encuentra con un fraile que le habían recomendado unas mujeres que había conocido en el tercer tratado para que le ayudaran con sus relaciones familiares. Según Lazarillo, este fraile era “gran enemigo del coro”36 mostrando su desinterés en las actividades religiosas al ausentarse de la Iglesia. Lazarillo cuenta que el fraile no asiste a ningún servicio en la capilla ni a la comida en el refectorio. Siempre está fuera del Convento “visitando” y de acuerdo con Lazarillo, “rompió él más zapatos que todo el convento37” (Rico 111). El trabajo de un fraile de la Merced durante este tiempo era visitar a los enfermos y a los encarcelados. Sin embargo, el uso del verbo “visitar”, sin añadir un objeto después, llama la atención de B.B.Walsh y J.K. Thompson en su libro “The Mercedians Shoes” sobre el léxico empleado en el tratado cuarto, “the omission of object (a los enfermos, a los prisioneros) promotes the unstated substitution other worldly and surely sexual doings in the full predicate-a motion of busy visits to anyone except the infirm and the imprisoned” (20). Con la omisión intencional del objeto de la visita, es posible que el autor quiera sugerir la negligencia del fraile hacia su trabajo. Por causa de este comportamiento negligente con respecto a sus obligaciones y Dios, la actitud del fraile parece representar un ejemplo del pecado de la pereza en este tratado. No la pereza física sino la pereza espiritual. Este corto tratado, sin muchos detalles y con un final bastante ambiguo, se presta para una interpretación muy abierta, cuya frase más interesante la presenta Lazarillo al final: “Y por 35
“Lázaro defines his presence in the chapter by refusing to write himself in it as an active character. Therefore, one could postulate that Lázaro might symbolize the passive element of sloth” (Giblin, 87) 36 “Enemigo de cumplir con la obligación de participar en los rezos y oficios de su convento” (Rico, 111) 37 “Tenía el peyorativo de ‘andara en malos pasos’; como que, en particular, se decía del diablo” (Rico, 111)
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esto y por otras cosillas que no digo, salí del” (Rico 111). Parece que algo ha dejado a Lazarillo sin palabras, como si fuera algo escandaloso o que pudiera escandalizar. Al aceptar la existencia de unas “cosillas” que no puede describir, Lazarillo le deja la preocupación al lector. Esta breve mención obliga al lector a buscar el significado detrás del silencio. ¿Por qué Lazarillo anuncia estas “cosillas” si no quiere hablar de ellas? Algunas teorías sugieren la implicación de algún tipo de abuso sexual por parte del fraile, unas relaciones nefandas38 quizá. Según Thompson y Walsh, en su libro dedicado al cuarto tratado del Lazarillo, “Perhaps another way to confirm meaning upon those cosillas is the prominent definiton of the friar as a Mercedarian. We expect only a trickling of documentation about sexualities in the sixteenth century; even so, there are members of a reputation of the Mercedarians as a group given to sodomy, at least in some corners” (17). Aunque el final del tratado se pudiera sugerir el pecado de la lujuria, este tratado en general está dominado por el pecado de la pereza en la manera en que el fraile escapa de sus responsabilidades como miembro del clero. El pecado de la pereza mental y espiritual incluye la apatía hacia Dios y la negligencia hacia el mundo espiritual. Capítulo V La avaricia superpone los bienes materiales a los espirituales: Quinto Tratado de Lazarillo de Tormes “Earth provides enough to satisfy every man’s need, but not every man’s greed” (Mahatma Gandhi) Como el pecado más fácil de definir, la avaricia aparece en el libro del Éxodo del Viejo Testamento, cuando los israelitas, al ser conducidos por Moisés fuera de Egipto, se postraron ante la imagen de un becerro de oro. Pidiendo ayuda a Dios, Moisés exclamó: “They have made themselves gods of gold”, y Dios castigó a los israelitas enviándoles una plaga39. La avaricia humana, sin embargo, no se detuvo en este viejo suceso del siglo VI, sino que continúa muy presente en la sociedad hoy en día. Como definición cotidiana de la sociedad del presente, pensamos en la avaricia en términos del dinero; una casa grande, el coche más nuevo, la ropa 38
En la Edad Media, no era inusual para los sacerdotes tener relaciones sexuales con otros hombres, específicamente con una edad menor. 39 Para más información visita: https://bible.org/seriespage/5-moses-leads-people-out-egypt-exodus-14
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más de moda. Sin embargo, la avaricia no está limitada a la riqueza sino se extiende a cosas intangibles también. Los seres humanos siempre quieren más poder, más autoridad, y más reconocimiento y fama. Nada de lo que tenemos es suficiente para satisfacer deseos que, frecuentemente, no son necesidades. Aunque la avaricia también toma forma en cosas intangibles, hoy en día la avaricia está más representada a través del consumismo. De acuerdo con Christopher Kazcor, en su artículo publicado en Catholic Answers Magazine, “Consumerism is a view of the human person that reduces us to what we can buy and consume. It is captured by the motto: ‘He who dies with the most toys wins.’” (Kazcor). Las mentes han cambiado y ahora están programadas para pensar que nuestro valor consiste en lo que tenemos o lo que podemos comprar. Estamos consumidos por la vida materialista; “Although nearly every American lives a lifestyle more luxurious than any medieval king, we all want more” (Kazcor). La avaricia puede convertirse en otros pecados peligrosos como robar y mentir y aunque es difícil verla en nuestras propias vidas es fácil verla en otras personas; parecido a otros vicios de los seres humanos. Las cosas que deseamos no son malas ni pecaminosas; el pecado surge cuando valoramos más lo material que lo espiritual. Cuando ponemos a Dios de segundo en la lista, nos convertimos en pecadores. “Do not love the world or the things in the world. If anyone loves the world, the love of the Father is not in him. For all that is in the world—the desires of the flesh and the desires of the eyes and pride in possessions—is not from the Father but is from the world. And the world is passing away along with its desires, but whoever does the will of God abides forever” (John 2:15:17). La avaricia como pecado contra Dios se basa en la idea de una vida centrada en lo material en vez de una vida centrada en Dios. La avaricia también está relacionada con el pecado capital del orgullo, que cometemos por causas de la inseguridad personal. La psicología relaciona la avaricia con el miedo a la escasez o la privación. Según el artículo Greed, la avaricia representa el miedo más básico de la vida, “To be exact, greed is driven by a fundamental sense of deprivation, a need for something that is lacking or unavailable” (McGuinness). De acuerdo con este psicólogo, la avaricia surge como estrategia de protección. En el mundo materialista en que vivimos, estamos presionados a poseer las marcas más conocidas. Tenemos miedo de ser juzgados si no tenemos lo que tienen los que nos rodean. La avaricia también puede ser considerada el pecado más triste de acuerdo a la manera como se manifiesta en nuestras mentes. Aunque existe la frase, “el dinero no puede comprar la felicidad” hay muchos pensamientos de discrepancia y respuestas opuestas. Por ejemplo, los anuncios que 27
podemos encontrar en las revistas, las vallas publicitarias, los comerciales de la tele o de la red argumentan (con una connotación cómica), anuncian, el “dinero puede comprarme una moto acuática, has visto una persona triste andando por una moto acuática40?” Los que están afectados por la avaricia viven una vida triste porque ellos nunca están satisfechos con lo que tienen. No obstante, Barry McGuinness sostiene que la avaricia es multifacética, compuesta por múltiples elementos. No es fácil superarla. No existe una solución rápida para eliminar la avaricia de la vida. Sin embargo, su artículo ofrece sugerencias y recomendaciones para debilitar la avaricia, aprendiendo a manejar los deseos. De acuerdo con McGuinness, la avaricia es algo que no conocemos de niños, siendo más prevalente en la vida adulta. Hay circunstancias en la vida que nos permiten, como niños, adquirir el miedo a la carencia; la sensación de que nunca vamos a tener lo que necesitamos en la vida produce el hábito de la avaricia. “The basic strategy for coping with this fear of lack is to acquire, possess and hoard the “needed” thing. Typically this involves obsessively seeking the chosen substitute for the original lack, compulsively acquiring it and hoarding it” (McGuinness). Un padre que trabaja tanto que no puede pasar mucho tiempo con los hijos podría también representar un ejemplo de avaricia; o la consecuencia de una vida sin recursos suficientes de comida, refugio o ropa, en el lado extremo de la muerte del padre. Para superar el hábito de la avaricia, es necesario utilizar nuestro libre albedrío. Aunque tenemos la compulsión de comprar, también tenemos la voluntad de no comprar, de no satisfacer todos los deseos materiales para no ser víctimas de la avaricia. El pecado de la avaricia nos ciega ante nuestras propias decisiones pero nos permite destacarlo como vicio en la gente que nos rodea. Como el cuarto pecado capital más serio de acuerdo con el Papa Gregorio, la avaricia nos convierte en pecadores cuando elegimos idolatrar las cosas materiales en lugar de la devoción a Dios. Para avanzar y aumentar las relaciones con Dios es necesario que trabajemos para eliminar la avaricia de nuestras vidas porque funciona como una barrera no solo en nuestra relación con Dios sino inclusive en las relaciones con otras personas.
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Estas nociones han dominado el mundo materialista en todas sus maneras a través de todos los tipos de anuncios, las redes sociales en específico, i.e.; https://www.linkedin.com/pulse/20140919192051-2249238-money-doesn-tbuy-happiness-well-it-does-buy-a-jet-ski-have-you-ever-seen-a-sad-person-on-a-jet-ski-you-can-t-be-sad-on-a-jetski
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En el quinto tratado, Lázaro se encuentra con un buldero en la provincia de Toledo. El trabajo del buldero es vender indulgencias41, o mejor dicho, engañar al pueblo, “El más desenvuelto y desvergonzado y el mayor echador dellas que jamás yo ví ni ver espero ni pienso que nadie vió; porque tenía y buscaba modos y maneras y muy sotiles invenciones” (Rico 112). El buldero es un hombre muy inteligente ysiempre encuentra maneras de engañar y vender las indulgencias. Por ejemplo, cuando habla con los sacerdotes, primero les pregunta si entienden el latín. Si ellos lo saben, el buldero no lo habla, si ellos no lo entienden, habla solamente en Latín42. De acuerdo con Lázaro, “Cuando por bien no le tomaban las bulas, buscaba como por mal se las tomasen, y para aquello hacia molestias al pueblo e otras veces con mañosos artificios” (115). Para mostrarnos la gravedad de sus engaños, Lázaro solo nos narra una experiencia, la más astuta. En el pueblo de Sagra43, el buldero no había tenido suerte en las ventas cuando un alguacil lo llamó “falsario”, argumentando que todas sus bulas eran falsas. El próximo día en la misa, el buldero dio su charla ordinaria con la esperanza de obtener algunos clientes, “Y comienza su sermón, y a animar la gente a que no quedasen sin tanto bien e indulgencia como la santa bula traía” (117). Entró el alguacil, causando mucho ruido, explicando al congreso las mentiras del escudero, “Yo vine aquí con este echacuervos que os predica… os declaro claramente que las bulas que predica son falsas, y que no le creáis ni las toméis” (117). Unos hombres querían llevarle hacia la puerta pero el buldero dijo que “no” y empezó a orar a Dios. Con una oración muy profunda, el buldero le pidió a Dios que castigara al pecador, si fuera él, caería en el suelo más de 100 pasos adelante. Si fuera el alguacil, sería poseído por Satanás y “de todos conocida su malicia” (119). Casi no podía terminar su frase cuando cayó el alguacil y empezó a echar espumarajos. Con un cuerpo poseído, ondulando y golpeando, algunos respondieron pidiéndole a Dios perdón por el hombre, mientras otras dijeron que lo merecía por culpa de sus mentiras contra del buldero. Por causa de las oraciones de los mendigos, eventualmente el buldero le envió una oración a Dios con los otros miembros del congreso, 41
“One particularly well-known Catholic method of exploitation in the Middle Ages was the practice of selling indulgences, a monetary payment of penalty which, supposedly, absolved one of past sins and/or released one from purgatory after death” (www.pbs.org/faithandreason) 42 “Y si, sabia, que los dichos clérigos eran de los reverendos, digo mas con dineros que con letras y con reveraendas se ordenan, hacian entre los un Sancto Tomas y hablaba dos horas en latin-a lo menos que lo parescia, aunque no lo era” (114) 43 Región al Noroeste de Toledo, “paso obligado entre Madrid y la cuidad imperial” (Rico,114)
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pidiendo la recuperación del hombre mentiroso. Dios cumplió su deseo, o así lo pareció. Con la ayuda de las bulas, poco a poco el alguacil recuperó su salud y fue a ver al buldero sin dudar para pedirle perdón por sus malicias. Después de esto, todos fueron a comprar indulgencias, “y a tomar la bula hubo tanta priesa, que casi anima viviente en el lugar no quedo sin ella: marido y mujer, e hijos e hijas, mozos y mozas” (122). Cuando termina el quinto tratado, Lázaro explica que el incidente fue un plan entre el buldero y el alguacil para aumentar las ventas de las bulas. Ellos fingían sus roles ya predeterminados para cumplir la meta final de hacer crecer las ventas de las indulgencias, “..mas con ver después la risa y burla que mi amo y el alguacil llevaban y hacían del negocio, conocí como había sido industriado por el industrioso e inventivo de mi amo” (123). El buldero creó un plan muy elaborado sólo para ganar dinero, y para alcanzar este cometido no sólo mintió al pueblo, sino que añadió a otra persona para ayudarlo a lograr su empeño. En vez de respetar el deseo del pueblo de no comprar sus bulas falsificadas, el buldero se esforzó más pensando en una manera de engañarle. De esta manera, el buldero no sólo demostró su carácter codicioso sino también su deslealtad hacia Dios. Como el quinto amo de Lázaro con su “intense and selfish desire for something, especially wealth, power, or food” (Webster), el buldero también es, por definición, un ejemplo de la avaricia. Únicamente le importa el dinero. El deseo de riqueza cegó todos sus principios morales, engañado a la gente inocente y orando fraudulentamente a Dios. Al igual que todos los otros amos que ha tenido Lázaro, el buldero también representa la herramienta que Lázaro utiliza para criticar la sociedad de este tiempo. Este tratado muestra las responsabilidades de los sacerdotes, criticando el hecho de que, en esta época, ellos podían comprar su título, “Y si sabía que los dichos clérigos eran de los reverendos, digo que más con dineros que con letras y con reverendas se ordena, hacíase entre ellos un Santo Tomás.” No obstante, dentro de un tratado lleno de crítica e información, podemos encontrar el quinto pecador que fue víctima de la avaricia. Capítulo VI La envidia es una causa mayor de infelicidad: Sexto Tratado de Lazarillo de Tormes “Of the seven deadly sins, only envy is no fun at all” (Joseph Epsetin) 30
Como el segundo pecado más serio y sólo adelantado por el orgullo, la envidia se cree que es una de las causas más prominentes de la infelicidad. De acuerdo con New World Encyclopedia, “Envy is the root of theft and self-loathing.” Con raíces en el comienzo del mundo, fue la envidia la que trajo el pecado entre los seres humanos. Para establecer este argumento es necesario analizar la teoría que inicialmente Satanás envidió a Dios en el cielo, “He wished to be the highest in heaven, next to God, and receive the highest honors. Until this time all heaven was in order, harmony and perfect subjection to the government of God” (White 4). Satanás se rebeló contra el gobierno de Dios, y esto condujo al engaño de Adán y Eva en el Jardín del Edén. Por culpa de la envidia, somos pecadores, porque el pecado se originó con Satanás. No obstante, el pecado continuó en el Jardín del Edén cuando Satanás tomó la forma de una serpiente y trató de animar a Adán y Eva a desear algo que no tuvieran, algo que solo poseía Dios: la inmortalidad, “And the serpent said unto the woman, (If you eat of this tree) Ye shall not surely die” (Génesis 3:4). Ellos comieron del fruto prohibido, y esto sirvió de base para la suposición de que el primer hijo de Adán y Eva, Caín, estuviera poseído por el pecado de la envidia. Como el primer hijo nacido en el mundo, Caín mató a su hermano menor, Abel, no sólo por envidia sino por ira también. Cuando los dos presentaron sus ofrendas a Dios, él prefirió las de Abel, “The Lord had regard for Abel and his offering, but He did not have regard for Cain and his offering” (Génesis 4:5). Por causa de sus celos, Caín llevó a Abel al campo y lo mató. Vencido por la envidia e incluso por la ira, Caín fue el responsable de la primera muerte en el mundo. Los ejemplos de envidia en la Biblia no terminan allí, continúan con los personajes de David y Saúl en la primera lectura del Libro de Samuel. Saúl, como rey de Israel, envidió tanto a David que le mató a raíz de un elogio que recibió David después de su victoria contra los filisteos. Los ejemplos de envidia toman otras formas fuera de la Biblia y en todas las épocas, como en nuestras vidas de hoy en día también, tanto que fue el tema de la homilía del Papa Fransisco en enero de 2016, “Envy kills..and it always suffers, because the heart of an envious or jealous person suffers..It is a suffering that desires “the death of others”” nota el Papa durante su misa en la Casa Santa Marta (Vatican Radio). Es interesante notar, sin embargo, con toda su gravedad, que la envida es el último pecado designado como parte de los siete capitales. Representado el segundo pecado más serio, el Papa Gregorio decidió designarlo como capital cuando vio las luchas por el poder político. Inicialmente habían ocho pecados capitales de acuerdo a la lista de Evagrius Ponticus; el orgullo, 31
la ira, la vanagloria, la gula, la avaricia, la lujuria, la tristeza y la apatía. Para mantener la tradición del número siete (los siete días de creación, los siete pilares de Roma, las siete maravillas del mundo) el Papa combinó la tristeza y la apatía para formar la pereza, incluyó la vanagloria dentro de la ira y añadió la envidia. De acuerdo con el History Channel, la envidia es “wanting it for yourself or wanting that someone else not have it.” Sin embargo, el ejemplo más oscuro de la envidia ocurre cuando una persona no quiere ninguna ventaja, sólo quiere que la otra persona no se beneficie. Etimológicamente, la palabra envidia viene del Latín invidere, que significa “mirar maliciosamente.” De acuerdo con Mary Aswhin, en el artículo An Exploration of Envy in Relation to Concepts of Sin: “It is to look at another's good fortune grudgingly; it is the feeling of mortification when we contemplate another's advantages.” Por causa de la envidia, tenemos la necesidad de criticar lo que otros tienen. En vez de enfocarnos en mejorarnos a nosotros mismos, elegimos destruir a otra persona; “From envy arises hatred, joy at our nieghbors misfortune, and grief for his prosperity” (Pope Gregory). Como los otros pecados, la envidia tiene relaciones con el orgullo. Por ejemplo, si uno se obsesiona con las cosas que tienen las otras personas, empieza a sentirse inferior. La envidia es el único pecado que a los pecadores no les gusta mencionar porque refleja debilidad o fracaso. Por esta razón, la envidia vive en las vidas privadas y no las públicas. De todos los pecados, la envidia es el pecado que las personas se sienten menos inclinadas a admitir. Hoy en día existen creencias que las sociedades modernas capitalistas incrementan los deseos de obtener cosas lujosas, estimulando la aparición de la envidia. En su libro Ancient Sins..Modern Addiction, Scott Sullender nota que “Envy is the phsycological fuel of capitalism”, argumentando que la envidia no existe aisladamente sino en relación a la conciencia del derecho. El tema de la envidia no sólo domina los anuncios publicitarios, sino también la vida política. Haciendo campaña en las nominaciones republicanas de 2012, Mitt Romney44 señaló en Obama45 una “política de envidia”: “This country already has a leader who divides us with the bitter politics of envy”, insistiendo al día siguiente: “I think it is about envy. I think it’s about class warfare”. La envidia nos domina en la vida cotidiana y se presenta como ofensa contra Dios porque dudamos de Dios cuando estamos celosos de otros. “Envy exposes your heart like
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Candidato republicano de los EEUU Presidente democrático de los EEUU durante los años 2009-2016
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no other sin really does, it lays it bare, it shows what you desire more than you desire God” (Challies). Con todo lo malo de la envidia, todavía hay algunos teólogos que argumentan sobre sus beneficios; la envidia no siempre tiene que ser un pecado. Por ejemplo, en su libro The Rhetoric, Aristóteles argumenta que los sentimientos de envidia pueden ser canalizados en la aspiración y ambición de auto-mejoramiento. Si tenemos envidia del poder de otra persona, es posible que tengamos que trabajar muy duro para obtener la misma autoridad. Si tenemos envidia de la inteligencia de otra persona, vamos a estudiar tanto como ella para obtener la misma cantidad de conocimiento. Aunque es el último pecado añadido a la lista, la envidia lleva a crueles comportamientos y consecuencias negativas. Con raíces muy antiguas, la envidia todavía domina la sociedad y la vida pública y privada. Aunque cada persona siente envidia de manera diferente, a todos convierte en pecadores por igual cuando se ama algo (material o intangible) que los otros poseen más de lo que se ama a Dios. El sexto tratado es el segundo más corto del libro y nos muestra la vida de Lázaro algunos años más adelante, “Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro años que lo use...” (Rico 126-127). El tratado empieza con un hombre que pintaba panderos, los años pasaron y él pasó una temporada con un capellán donde Lázaro estaba “en poder un asno y cuatro cantaros y un azote, y comencé a echar agua por la ciudad” (125-126). De acuerdo con Lázaro, en este tratado sus sueños empiezan a cumplirse. Al igual que su anterior experiencia con el hidalgo, Lázaro se encuentra ayudando a su amo más de lo que su amo le ayuda a él. Por ejemplo, cada semana Lázaro le da a su amo una porción de sus ganancias cada semana para ayudarlo económicamente. Finalmente, Lázaro se considera un “buen mozuelo” y está más cerca de su meta final de “arrimarse a los buenos”. El éxito financiero de Lázaro le permitió ganar tanto dinero que eventualmente pudo comprar ropa nueva, “Me vestir muy honradamente de la ropa vieja” (127) Cuando vio su nueva imagen, Lázaro le dijo al amo que no pensaba a seguir con su trabajo anterior; un comentario que podemos atribuir a su nueva honra y su orgullo. A diferencia de los otros tratados, el tratado seis resulta difícil de analizar porque Lázaro no cuenta mucho de sus experiencias con los amos. Ya que solo se compone de seis frases, el tratado sexto no contiene mucha información sobre el personaje, ni del capellán ni del maestro que pinta los panderos, “People commonly believe that these painters had spending money; therefore, the painter may symbolize Lázaro’s economic progression” (Giblin, 95). Este tratado 33
presenta dificultades porque no tenemos suficiente información sobre los amos para suponerles víctimas del pecado de la envidia. En cuanto al pintor, Giblin argumenta, “To connect the painter with envy, one could suggest, and this point only suggest, that tambourine painter’s profession could display envy because similar to Lázaro, these painters progressed economically and worked with nobility” (95-96). Sin embargo, es difícil señalar al pintor como el ejemplo más fuerte de la envidia a causa de la falta de información relacionada con este personaje. Sólo podemos analizar con más profundidad al otro personaje presente en el tratado, Lázaro. Percibido como un pecador menor en otros tratados, ahora Lázaro parece presentarse como el pecador principal. Después de definir el pecado de la envidia, es posible que Lázaro, en este sexto tratado, sea una representación de este pecado. No es casualidad que Lazarillo contenga siete tratados, cuyo contenido pueda ser relacionado con los siete pecados capitales. No mencionados en los otros tratados, el sexto tratado nos muestra los sentimientos de envidia del Lazarillo durante su tiempo vivido con sus amos anteriores. En el sexto tratado aflora la envidia que ha sentido Lázaro a lo largo de sus experiencias con todos sus amos; su deseo de obtener una vida mejor que la que tienen ellos y su meta final de “arrimarse a los buenos”. En el segundo tratado aparece el personaje de Lázaro cambiando su vida de origen humilde para convertirse en un hombre orgulloso y codicioso. Giblin argumenta que hay una relación entre la envidia y el orgullo en el sexto tratado, “Lázaro seems to envy others’ social positions while being prideful” (98). Por ejemplo, a causa del orgullo que tenía el hidalgo, en el cuarto tratado se vestía como escudero. Ahora, ya que tiene plata, y a causa de su envidia anterior, Lázaro elige vestirse de la misma manera46. El sexto tratado funciona como un flashback a los tiempos cuando Lázaro deseaba la autoridad, el poder y el dinero de los otros. Con las palabras que usa Lázaro para describir las cosas que tiene ahora, podemos inferir que tuvo antes envidia de aquellos que habían adquirido estas cosas tangibles e intangibles antes que él. Por ejemplo, mostrando su orgullo, Lázaro puede contarnos de su ropa elegante, “de la cual compre un jubón de fustán viejo y un sayo raído de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y una espada de las viejas primeras de Cuéllar.” El sexto tratado refleja la antigua envidia de Lázaro, que ya no es tan fuerte porque él ya casi ha cumplido su meta de producir envidia. Las palabras en el sexto tratado muestran la envidia de “Lazarillo” al aludirse a 46
Es interesante notar la ironía presente; mientras que tiene dinero y se viste “honradamente”, lleva la ropa “vieja”. Francisco Rico hace referencia a esta frase argumentando que está relacionada con la ropa usada, “tienda donde se venden vestidos usados” (127).
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sí mismo antes de que ganara dinero y tuviera mejor vida. Es irónico que ahora, en su camino de ser envidiado, surja su envidia anterior. Sin embargo, el sexto tratado no sólo trata de envidia anterior sino de su envidia presente. Por ejemplo, todavía Lázaro tiene el deseo de subir en la escala social. A causa de su envidia de los que tienen más poder, más dinero, Lázaro elige dejar a su amo para conseguir una vida mejor. Según Lázaro, el trabajo que tiene ahora no es un trabajo que debe tener un hombre con dinero, un hombre como él, “Desque me vi en habito de hombre de bien, dije a mi amo se tomase su asno, que no quería mas seguir aquel oficio” (Rico 127). Capítulo VII La lujuria es el pecado menos grave de todos: Séptimo Tratado del Lazarillo de Tormes “But I say unto you, that whosoever looketh on a woman to lust after her hath committed adultery with her already in his heart” (Mathhew 5:28) La lujuria, el pecado menos grave de todos los pecados capitales, se define como “a strong feeling of sexual desire” (Webster). Sin embargo, su definición se extiende con más profundidad en conjunción con la definición espiritual. Aunque la definición tradicional está relacionada con la lujuria sexual, también toma otras formas. La lujuria no sólo pertenece a los bienes materiales; dinero, ropa, comida, sino también a cosas intangibles como poder, autoridad, éxito, etc. No obstante, su definición más común pertenece a la sexualidad. Nos encontramos con todo tipo de lujuria a lo largo de nuestras vidas, pero es nuestro trabajo evitar estos deseos con la ayuda de Dios. La lujuria puede existir adentro o afuera de las relaciones, los amantes y los casamientos. El deseo sexual no es un pecado, sin embargo, los compartimientos pecaminosos surgen cuando el sujeto del deseo no cumple con ciertas condiciones. Lu lujuria debe ser regulada por dos cosas; el honor de la otra persona y la búsqueda personal de la santidad. Sin embargo, cometemos el pecado sin actuar; “Those who lust are not just thirsty- they are drinking from the cup as well” (Spek 32). Lo más peligroso del pecado de la lujuria es la manera en que crece y se manifiesta en nuestros cuerpos. La lujuria nos ofrece un escape de la realidad y una sensación muy breve. Sin embargo, la lujuria puede superarnos en forma de adicción sin darnos cuenta porque puede ser escondida. Es fácil entender la razón del mal de la lujuria; impulsados por la lujuria, podemos cometer adulterio, se pueden facilitar las mentiras, se puede engañar, etc. 35
Sin embargo, la confusión surge cuando nos preguntamos, “¿Por qué es una ofensa contra de Dios?” “¿Por qué es tan grave para ser considerada como un pecado capital?” El deseo se convierte en acción cuando no pensamos en Dios cuando llegan las tentaciones. Dios nos puede salvar pero no nos ayudará si no se lo pedimos. En la Edad Media, había una severa represión sexual, pero hoy en día existe una mayor aceptación de la sexualidad en distintas perspectivas pero iguales de peligrosas tal vez; necesitamos reproducir la especie humana pero podemos hacerlo de maneras no pecaminosas. Aunque hay fuentes que nos informan sobre la represión sexual que existía en la época en que escribió Lazarillo de Tormes, también existía controversia sobre las relaciones sexuales entre los miembros del clérigo. Durante la Edad Media era común que los clérigos participaran en pecados sexuales con las monjas y otras mujeres fuera del matrimonio. Aunque sus comportamientos eran considerados pecaminosos, esto no los detenía. Una de las responsabilidades de los miembros del clero era permanecer célibes a lo largo de su tiempo de servicio a Dios, pero encontramos que la lujuria era un pecado que cometían a menudo. Sin embargo, cuando pensamos en el celibato del clero, surge una controversia con respecto a los mandatos de biología humana. Los seres humanos nacieron con impulsos sexuales y es natural que estos deseos se cumplan a lo largo de la vida. Sin embargo, se espera de los clérigos la represión voluntaria de los deseos sexuales: una tarea casi imposible. No obstante, para entender mejor el séptimo tratado, es necesario definir el trabajo de un arcipreste en el siglo XVI. De acuerdo con el libro The Spiritual Law, “The ability to offer one's own spiritual experiences and to have them accepted by God becomes a form of super distinction which is sometimes denoted by the name of an archpriest.” Moshe Szweizer y Rivka Schlagbaum explican que una persona tenía que vivir de la forma más pura para obtener el estatus del arcipreste y que el ejemplo más obvio es Jesús; una ironía cuando pensamos en el séptimo tratado y el Arcipreste de San Salvador. Al hacerse públicos los pecados del clero, surge la pregunta ¿por qué dedicaron sus vidas a Dios, al celibato, a una vida sin familia si sólo querían pecar y vivir contra las reglas de Dios? Durante la Edad Media había beneficios económicos por ser miembro del clero, no sólo para los miembros sino también para la Iglesia. Por ejemplo, la mayor parte del salario de los arciprestes venía de las donaciones de los monasterios; las monjas, los monjes, y los peregrinos. Ellos tenían que generar su propio salario. La otra parte de sus ganancias venía de los impuestos. Durante este tiempo existía un impuesto que se llama 36
diezmo47, que establecía que los ciudadanos, excluyendo la nobleza, debían pagar 1/10 de sus ganancias a la Iglesia. La ley estuvo vigente hasta el siglo XIX dentro del cristianismo, el islamismo y el judaísmo. Por otro lado, la Iglesia Católica recibía beneficios de los miembros del clero porque cuando ellos morían sus ganancias iban a la Iglesia y no a sus familias. No obstante, en el siglo IV, la ley del celibato entró en efecto para que los clérigos no tuvieran relaciones sexuales y no construyeran familias que pudieran heredar su dinero. El séptimo tratado empieza cuando Lázaro recuerda su época como alguacil para un funcionario de la justicia. Sin embargo, le dejó a causa de la violencia asociada con el trabajo. Vemos un cambio en este séptimo tratado cuando Lázaro le responde a su amo. Ya que creció, sus conocidos se refieren a él como Lázaro. Ya no es el chico pequeño del primer tratado que busca comida. Ya no es Lazarillo. Lázaro, el adulto, se encuentra con un trabajo del gobierno, un trabajo en que, “No hay nadie que medre sino los que le tienen” (Rico 128). Por primera vez, Lázaro da crédito a Dios por su buena vida y su camino al éxito. Le debe a Dios su nuevo trabajo, “Dios alumbrarme y ponerme en camino y manera provechosa... el día de hoy vivo y resido a servicio de Dios y de Vuestra Merced” (128). Con su nuevo trabajo, Lázaro anuncia al pueblo las cosas en venta; es un subastador. También es un pregonero48 público que anuncia las malas acciones y crímenes de “los que padecen persecuciones por justicia” (129). Lázaro reclama que el arcipreste de San Salvador49 notó sus habilidades y le presentó a una mujer con quien el arcipreste quiere que se case. La mujer ha sido la criada del arcipreste y Lázaro la aceptó por su estatus. Aunque había una sospecha sobre la relación entre la criada y el arcipreste, Lázaro nunca rechazó el matrimonio. El arcipreste admite que Lázaro y el pueblo verán a su mujer entrando y saliendo de su casa pero aconseja que Lázaro no crea ni participe en los chismes porque, “quien ha de mirar a dichos de malas lenguas, nunca medrará” (132). Su honra tomó precedente y aunque era obvia la relación entre el arcipreste y la criada, Lázaro rechazó creerlo o fingió que no lo creía. Existieron rumores de los hijos que tenían la criada y el arcipreste pero cuando alguien confrontaba a Lazarillo, su repuesta siempre era, “Mira: si sois amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo al que me hace pesar; mayormente si 47
“A portion of one’s annual income contributed voluntarily or due as tax, especially a contribution of one tenth of one’s income for the support of the clergy or church” (Dictionary.com) 48 El trabajo de pregonero era muy despreciable de acuerdo con Francisco Rico: “Y el primer hombre con que topó fue a este bellaco, que era un pregonero.., que es el oficio más infame que hay “(129) 49 Un arcipreste tiene mucha autoridad en la iglesia; “Se llama y entiende por Arcipreste el que tiene el primer lugar en las iglesias parroquiales o menores y preside a los curas y beneficiados de alguna villa” (Rico, 130)
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me quieren meter mal con mi mujer, que es la cosa del mundo que yo más quiero, y la amo más que a mí. Y me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco; que yo jurare sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él" (134-135). Ahora es aceptable preguntarnos por el estatus intelectual de Lázaro. Ya no es un chico pero ¿todavía padece de ignorancia? ¿O tal vez pueda ser estupidez? Para entender mejor los pensamientos de Lázaro sobre esta situación tenemos que conocer los castigos que lo amenazaban. Por ejemplo, ¿qué le pasaría a Lázaro si hubiera sabido de la relación entre el arcipreste y la criada y todavía se hubiera casado con ella? Durante los siglos XV y XVI, un hombre sería condenado a años de prisión o a la pena muerte si aceptaba casarse con la mujer clandestina de un miembro del clérigo. Era un castigo muy severo y nadie lo sobreviviría. Por estas razones, el lector puede sospechar que Lázaro se vio obligado a no creer o admitir tener conocimiento de las relaciones entre su esposa y el arcipreste. Recibió muchos comentarios negativos en este sentido Lázaro siguió hablando de ella como si no fuera diferente de las otras mujeres en Toledo, era una buena mujer y una trabajadora muy útil. Cuando Lázaro se casó, antes del Concilio de Trento (que empezó en 1545), el casamiento no era algo normal o regular que ocurría entre dos personas. Por eso, había mucha curiosidad sobre el matrimonio de Lázaro pero la controversia sólo aumentaba las preguntas. Al final del séptimo tratado, Lázaro asegura otra vez al lector que no cree en los rumores de sus amigos o la gente del pueblo y que por eso, permanece en paz en su casa, “Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna, de lo que de aquí adelante me sucediere avisaré a vuestra merced” (135). Con esperanzas de convencer al lector de los éxitos y sucesos de su vida, Lázaro insiste en su buena fortuna. Como ya se ha mencionado, una de las manifestaciones de la lujuria consiste en las relaciones sexuales fuera del matrimonio para célibes y no célibes. Como el último pecado y el menos peligroso, argumento que el arcipreste de San Salvador es una representación de la lujuria. Durante el siglo XVI, las reglas del celibato eran bien conocidas aunque no todos se adherían a ellas. Era muy común que los sacerdotes y miembros del clérigo tuvieran relaciones sexuales no permitidas; “‘house-keepers’ were in fact—and all knew it as they often had children—the priests’ wives” (O’Loughlin 591). Aunque su relación con la criada se presenta oculta dentro del texto (aunque no completamente), las connotaciones son bastante explícitas. No sólo era negligente con las responsabilidades de su condición de arcipreste en cuanto al celibato, 38
sino también ocultaba a todo el pueblo su vida de pecado. El Arcipreste de San Salvador es el mejor ejemplo de la lujuria en este libro por la manera en que se entregaba a sus deseos físicos y no se preocupaba por las consecuencias, sino que trató de esconderlo con el casamiento de su mujer, la madre de sus hijos, con Lázaro. Lu lujuria es un pecado contra Dios porque si no recurrimos a Él en las tentaciones, no le damos a Dios el valor y poder que tiene para salvarnos. Como un ejemplo muy irónico, el arcipreste es víctima del pecado de la lujuria, en vez de pedir ayuda. Conclusión En conclusión, el pecado ha sido un tema de crítica popular desde el siglo XV y ha seguido siéndolo a partir de entonces. Si empezó como una preocupación, el tema del pecado se convirtió en una obsesión, alineado con el deseo de eliminar la maldad. Aunque fue un tema crucial de la sociedad del siglo XVI, los seres humanos todavía están seducidos por los pecados. Según la tradición cristiana, los pecados son vicios con los que hemos nacido por culpa del pecado original de Adán y Eva, quienes trajeron el pecado al mundo. Y aunque todos pecamos de maneras diferentes, los pecados son inherentes a todos los seres humanos y somos víctimas de cometerlos a lo largo de la vida. Los siete pecados capitales son los más graves; todos pueden detener y llegar al hombre. Cada pecado se manifiesta en nuestras vidas, concretándose de formas diferentes. No hay una sola manera de caer víctima de un pecado, sino que existe una plétora de emociones y acciones que nos pueden convertir en pecadores. Sin embargo, es importante notar que no solo las acciones nos convierten en pecadores, pues las emociones lo hacen por igual. De acuerdo con la tradición cristiana, el pecado empieza en la mente, con los pensamientos, y se concreta a través de las acciones. No obstante, como tema bien conocido y bien polémico, podemos ver la prevalencia de los siete pecados capitales en nuestra sociedad a través de libros, películas, obras de arte, anuncios y obras de teatro; Lazarillo de Tormes no es una excepción. Como una de las obras más famosas del siglo XVI, Lazarillo de Tormes trata el tema de la religión y la corrupción de la sociedad. Escrito en forma anónima, Lazarillo nos presenta una perspectiva del papel del Iglesia en el siglo XVI. Con las similitudes entre las obras de Erasmo y la de Lazarillo, se puede argumentar que el sacerdote tuvo una gran influencia en la perspectiva del autor verdadero de Lazarillo de Tormes. Al pasar por amos diferentes, el personaje principal, 39
Lazarillo, empieza como un niño ingenuo y crece hasta convertirse en Lázaro, un hombre muy orgulloso. Vemos un cambio en su mentalidad, tanto así que se convierte, quizás, en el pecador más relevante de los siete tratados que componen la novela. Con la meta final de “arrimarse a los buenos,” Lázaro aprende algo nuevo con cada amo, en cada tratado. Sin embargo, a lo largo de sus viajes, desarrolla una actitud egoísta que sólo espera cuidarse a sí mismo. Empieza su viaje como pecador en el primer tratado con emociones de ira y, aunque subió en la escalera social, todavía termina su viaje como pecador. En sentido figurado, el autor nos presenta, al final del libro, un personaje principal diferente del que conocimos al principio. Cada amo que tiene Lázaro ayuda a dar forma a su personalidad. Su mentalidad y la manera como vive está formada por las relaciones y experiencias que ha tenido con sus amos. El personaje principal que empieza como Lazarillo, fue transformado por los miembros de la sociedad en Lázaro. Después de analizar el contexto con más detenimiento, esta obra no sólo presenta una obvia crítica no sólo de la sociedad sino también del papel de la religión. En este sentido, manifiesto que los siete tratados de Lazarillo de Tormes tienen conexión con los pecados capitales. Esta tesis estudia la relación de los siete pecados capitales con los siete tratados. Aunque no de manera explícita, es posible que el autor tuviera el propósito de incluir indirectamente los siete pecados en los tratados para criticar mejor la Iglesia y mostrar mejor la vida de Lazarillo de Tormes. No siempre son los amos quienes representan los pecados, sino los tratados en general. No obstante, dado de que los pecados se manifiestan en formas diferentes en la vida del ser humano, ha sido necesario definir en qué consiste cada pecado, principalmente para entender cómo funciona cada pecado dentro de cada uno de los tratados. Al analizar la importancia de los pecados capitales durante el siglo XVI y el impacto que tenían en las vidas del público y del clero, argumento en esta tesis que los siete pecados capitales están representados en cada tratado de La vida de Lazarillo de Tormes.
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