ABSTRACT SOBRE LA INMIGRACIÓN JUDÍA EN COLOMBIA A RAIZ DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Abigail Blackburn

ABSTRACT SOBRE LA INMIGRACIÓN JUDÍA EN COLOMBIA A RAIZ DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL de Abigail Blackburn Basándose en la novelística sobre el tema d

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ABSTRACT

SOBRE LA INMIGRACIÓN JUDÍA EN COLOMBIA A RAIZ DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL de Abigail Blackburn

Basándose en la novelística sobre el tema de la inmigración judía en Colombia (López Michelsen, Bibliowicz, Schwartz), esta investigación analiza algunas de las implicaciones del proceso intercultural de la diáspora producida por la Segunda Guerra Mundial. Latinoamérica extendió la promesa de una nueva vida a muchos judíos que escapaban de la persecución nazi en Europa, pero la concreción de esta voluntad común produjo muchos cambios vitales, religiosos, lingüísticos y culturales en las recién venidas poblaciones. Algunos de estos inmigrantes judíos pudieron mantener sus tradiciones, pero otros las perdieron por vías de la asimilación cultural y la integración de la expectativa económica. Este análisis se circunscribe el desplazamiento y la convivencia generacional de distintos grupos judíos en Colombia, pero las múltiples particularidades del enlace judío-latinoamericano consecutivo a la Segunda Guerra mundial se encuentran todavía muy poco integradas al conocimiento histórico del mundo.

INMIGRANTES JUDÍOS EN COLOMBIA A RAÍZ DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Una tesis Submitted to the Faculty of Miami University in partial fulfillment of requirements for the degree of Master of Arts Department of Spanish and Portuguese by Abigail Blackburn Miami University Oxford, Ohio 2009

Advisor: ___________________________________ Professor María Auxiliadora Álvarez Ph.D.

Reader: ____________________________________ Professor Kerry Hegarty Ph.D.

Reader: ____________________________________ Professor Raúl Ianes Ph.D.

ÍNDICE Página Título……….…………………………….………………..………………………………………i Índice……………………………………………………..……………………………………….ii Introducción y fondo histórico…………………………………………………………………..1 Capítulo 1: Inmigrantes de ascendencia judía versus burguesía y lista negra………..……10 Capítulo 2: Primera generación judía en Colombia e integración del judaísmo…………...23 Capítulo 3: Otras consecuencias generacionales de la diáspora judía ……………………...39 Conclusión………………………………………………………………………………………50 Apéndice A……………………………………………………………………………………....57 Apéndice B………………………………………………………………………………………59 Apéndice C………………………………………………………………………………………60 Obras Citadas……………………………………………………………………………….…..61

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Lista de tablas Apéndice A: Overseas Immigrants to Argentina by Nationality (1857-1940) by De Wanda A. Velez Apéndice B: 1) Alumnos Matriculados en Primaria, 1903-2000 de María Teresa Ramírez G. y Juana Patricia Téllez C. 2) Preparación de los docentes en establecimientos en primaria (Porcentaje de docentes no graduados) de Ramírez G., María Teresa y Juana Patricia Téllez C.

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Introducción y fondo histórico Las noticias sobre la inmigración a Latinoamérica empezaron oficialmente con la gesta de Cristóbal Colón en 1492. Durante la larga colonización del “nuevo mundo” que siguió, muchos países europeos querían obtener una parte de propiedad. Es así como durante más de cinco siglos, millones de inmigrantes del hemisferio oeste de Europa se trasladaron a América intentando construir nuevas vidas o integrarse al decorrer de otra historia. El fenómeno se incrementó con el fragor de la Segunda Guerra mundial y el escenario consecuente de decaimiento moral y económico, impulsando a incontables cantidades de personas a huir de Europa. Esta enorme diáspora jugó un papel decisivo a favor o en contra del desarrollo económico, social y cultural de los países originarios de la repentina inmigración, como también de los países adonde los grupos migratorios recabaron. Aunque la mayoría de los inmigrantes se decidieron por la América inglesa (Estados Unidos y Canadá), otra gran porción se dirigió a la América hispana. Las multitudes de personas que querían escapar de la Segunda Guerra mundial no eran en su mayoría judías como se piensa equivocadamente, pues estos nutridos grupos incluían (aunque no se limitaban) a libaneses, italianos, polacos, rusos, chinos, japoneses, y alemanes no-judíos, entre otros. Acosados por la persecución y el terror remanente de la guerra, miles de personas de muy distintos orígenes partieron de sus hogares originales en busca de un lugar más seguro. Hoy en día, el mundo entero conoce el cambio de destino en la historia de los judíos a raíz la segunda guerra mundial, pero muchos de los efectos y cambios culturales que permearon a los grupos migratorios en las Américas (inglesa, francesa, portuguesa o hispana) aún permanecen desconocidos. Aproximándonos a este universo a través del género de la novela realista de tenor contemporáneo, el presente trabajo intenta abordar el mundo de la diáspora judía en la América hispana durante la segunda mitad del siglo XX, estudiando las obras (re-situadas en época y tema) de tres autores colombianos pero de ascendencia judía: Los Elegidos de Alfonso López Michelsen (1976), El rumor del astracán de Azriel Bibliowicz (1991), y El Salmo de Kaplan de Marco Schwartz (2005). El país más popular de la América hispana para los inmigrantes en los años inmediatos a las dos guerras mundiales fue Argentina, como también durante los años del decorrer de las guerras (y el período de paz entre ellas) hasta 1945. Estos datos estadísticos se encuentran en la tabla A (Apéndice A): “Overseas Immigrants to Argentina by Nationality (1857-1940)” de 1

Wanda A. Velez. Durante estos años, Argentina recibió a muchos inmigrantes europeos con el fin de crear un país muy cosmopolita. La información de la tabla termina poco después del inicio de la Segunda Guerra mundial, pero resulta útil en el consenso general de los inmigrantes arribados al país. Para los años de 1933 a 1945, Ronald C. Newton ofrece, en su ensayo “German Nazism and the Origins of the Argentine Anti-Semitism”, unas figuras muy precisas sobre el incremento de los números en estos grupos migratorios. Dice el autor que aunque muchos investigadores varían la precisión, entre 35.000 y 45.000 mil refugiados judíos de todas las nacionalidades llegaron a Argentina durante estas fechas. Esto significa que, salvo Palestina, este país recibió la mayor cantidad de judíos en el mundo entero. Todos estos judíos vinieron de muchas naciones y la población, sumando a la inmigración los nacimientos naturales, aumentó de 218.000 a 378.000, (una diferencia de casi 73%). La información contenida en el Apéndice A se refiere a toda la población argentina para el período, incluyendo a los inmigrantes (y registrando sus procedencias). Según esta tabla, la primera mayoría de los inmigrantes fueron italianos (44.9%), la segunda mayoría fueron los españoles (37.2%), y el tercer grupo los polacos (2.7%). Con el comienzo de la segunda guerra mundial se incrementó grandemente el número de otras minorías inmigrantes proviniendo especialmente del centro y este de Europa, para radicarse en países como Venezuela, Colombia, Argentina, y Brasil (Levinson, “Europeans in South América”). Hubo algunos países que no admitieron la entrada de los judíos, y estos prejuicios ocurrieron antes y durante las guerras mundiales. David Sheinin y Lois Baer Barr explican que algunos gobiernos creyeron que, aunque podrían traer muchas nacionalidades diversas, los judíos destruirían socialmente sus ciudades y producirían problemas étnicos. Jacob Shatzky corrobora esta información en la sección de su libro que corresponde a Colombia: El gobierno llegó hasta definir claramente que una “buena inmigración” se refiere a la inmigración no judía… [El 5 de octubre de 1938] el gobierno dio instrucciones a sus cónsules en Europa para no otorgar visaciones a “individuos que perdieron su nacionalidad” y tampoco a aquellos que no tienen la posibilidad garantizada de volver a sus países de procedencia” (92).

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Esto significa que Colombia no quiso aceptar judíos en su país por miedo a que cambiaran la cultura colombiana o nunca aceptaran la cultura colombiana como tal. Este sentimiento también ocurrió en otras partes de América Latina. Aunque el gobierno de Argentina fue muy abierto a la inmigración judía, considerándose incluso el país que recibió a la mayor cantidad de ellos hasta el año 1940, la realidad es que mantuvo también muchas reservas sobre la entrada de tan altos números. En América en general el antisemitismo no fue tan fuerte como en Alemania u otras partes del mundo, pero sí hubo una cierta reverberación de este sentimiento y a veces resultó difícil a los grupos judíos poder ingresar en algunos de los países latinoamericanos. Estos prejuicios fueron en ocasiones tan fuertes que muchos países no aceptaban los buques de refugiados cuando éstos llegaban a sus puertos (Baer Barr y Sheinin, viii). Durante la Segunda Guerra mundial, la misma Argentina que había abierto sus puertas a los judíos con antecedencia, no permitió el refugio en su país. (Ruggiero, 2). Esto puede explicar las otras porciones más grandes de etnias italianas y españolas. Otros países, como México y Brasil, sí permitieron que los judíos entraran y reconstruyeran sus vidas (Ruggiero, 3). Aunque Argentina, México, Brasil y Colombia, son ahora los países con la mayor cantidad de judíos e inmigrantes, de un momento u otro sus gobiernos escucharon la propaganda nazi de Adolf Hitler y cerraron sus puertas a los judíos desterrados. Mucho del antisemitismo vino de la noción de que esos judíos venían sin educación y no tendrían lugar en los segmentos prósperos de la sociedad. Mucha gente, incluyendo los gobiernos, tenía miedo de que los judíos no aceptaran el nuevo mundo, no consiguieran trabajo, y/o que no se asimilaran a su modo de vivir. Muchas instituciones en Latinoamérica tenían miedo que los judíos radicados en sus países contaran a sus familias (todavía en Europa) de sus éxitos en el nuevo mundo, y que todas estas familias se vinieran y tomaran el control de estos países. De este modo, muchas organizaciones prohibieron la entrada de nuevos socios judíos para poder mantener una nación compuesta por latinos “verdaderos” (Newton 207-210). Pese a los adversos efectos de las guerras en Europa y en tantas otras regiones del mundo durante el siglo XX, los países latinoamericanos que permitieron la entrada de inmigrantes después de la Segunda Guerra Mundial, y sobre todo de judíos, experimentaron un aumento y mejoría en sus economías, dejando a Europa, y otras partes del mundo, padeciendo la mayor adversidad de los efectos. Muchos de los judíos entraron en los negocios de las fábricas y 3

ayudaron a catalizar las economías debilitadas en Sudamérica por la Conquista y la larga colonización. Los judíos que llegaron a las ciudades ayudaron muchísimo a desarrollar los negocios en todos los campos profesionales. Aunque los latinoamericanos tal vez hubieran preferido que estos nuevos inmigrantes radicaran en el campo para ayudar con la agricultura, los judíos que pudieron venir eran educados y traían mucha motivación para tener éxito en su nuevo mundo (Newton, 201). Esos profesionales, que contribuyeron a mejorar la situación económica en América Latina, no sentían tanta persecución porque los latinoamericanos reconocieron que los judíos ayudaban a recuperar su economía. El éxito de la comunidad judía urbana (y la falta de éxito de la propaganda nazi) contribuyó a la aceptación de los judíos en las ciudades, y esto redundó en un sentimiento de comodidad en las nuevas vidas. Gracias al éxito judío en Latinoamérica, se crearon muchos grupos y organizaciones que consignaran la contribución de América Latina a la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U), ayudando a construir la situación futura de los judíos en cuanto a la división de Palestina. Algunos de estos grupos se denominan: “World Jewish Congress, American Joint Distribution Committee, American Jewish Committee … and World Zionist Organization: the Jewish Nation Fund and Keren Hayesod” (Avni, 3). Estas nuevas instituciones crearon un fuerte fondo de facilitación para la inmigración y un buen futuro para los nuevos judíos latinoamericanos. Estas organizaciones muestran que Latinoamérica fue, generalmente, abierta a la inmigración y que tenían un lugar para la gente que decidió desplazarse hasta allí. En Latinoamérica los inmigrantes judíos tuvieron que recrear una vida en países muy diferentes que los países del hemisferio oeste. Así, tuvieron muchos problemas para buscar y encontrar su identidad o sus propósitos en estos nuevos mundos. Los judíos que vinieron de Alemania e Italia a Latinoamérica antes de la segunda guerra mundial encontraron problemas patrióticos cuando entendieron que sus países nativos apoyaban a Hitler y sus motivos. Es decir, cuando salieron de sus países nativos, estos todavía eran lugares bastante seguros que intentaban luchar contra Hitler, pero algunos años más tarde, estos mismos países ya se habían aliado con Hitler. Sus países nativos habían cambiado tanto que ya no identificaban con las herencias que normalmente les dieron tanto orgullo. Entonces lucharon contra la vigencia de la idea de sentir orgullo de su país paterno, y con la preocupación de lo que habría ocurrido si el holocausto hubiera venido a América Latina. 4

En aquel tiempo los judíos de América Latina desarrollaron una mentalidad de odio hacia los gobiernos que permitían los actos de Hitler y los Nazis por tanto tiempo, y hacia el mundo casi entero que permitía el genocidio. El problema radicó en que los judíos sabían que deberían sentir orgullo de su patrimonio, pero con todas estas circunstancias se sintieron traicionados (Greenfield, 258). Así se creó la identidad de los judíos. Intentaron asimilarse y sentir orgullo por sus nuevos países y mantener cierta cantidad de patria del país de sus antepasados. Tomaron en cuenta el hecho de que a mucha gente no le gustaba su presencia en Latinoamérica, pero también de que tenían toda la razón para estar allí. Entonces su identidad se asimiló a la nueva cultura manteniendo al mismo tiempo una cierta cantidad de judaísmo. En este mismo punto, había muchos judíos que pensaban que deberían esconder su etnia para salvarse del anti-semitismo, pero había otros que crearon escuelas judías y mantenían sus costumbres judías: el yiddish, las reglas estrictas de una vida kosher y los modos de vivir. Los judíos en Latinoamérica entendían que eran diferentes a los otros inmigrantes que vinieron porque practicaban una religión diferente del catolicismo. Así, lo explica Nelson H. Vieira en su ensayo “Outsiders and Insiders: Brazilian Jews and the Discourse of Alterity”: Owing to the realities of assimilation or acculturation, many Brazilian Jews may have affirmed their heritage and felt Jewish more as a fact of birth and culture than of religious conviction. Yet, on different occasions, these same Jews, even if for a mere moment, have felt obliged to hold back their Jewish identity as a socio-cultural forethought or precaution, as if their social identity would somehow appear to be “spoiled” in relation to a preconceived homogeneous national identity” (109). Durante y después de la segunda guerra mundial la asimilación era necesaria para los judíos para verse mejor a los ojos de los ciudadanos latinoamericanos, de modo que ellos rechazaron ciertos aspectos de su etnia judía. Pero muchos de los primeros judíos crearon pequeños pueblos en los que podían reunirse a mantener y desarrollar su judaísmo sin miedo a ser castigados. En Colombia, por ejemplo, los judíos crearon muchas de estas comunidades conservadoras alrededor de Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín. La primera comunidad sefardí documentada nació a raíz de la inmigración de una comunidad judía de Curazao (Las Antillas) que se trasladó a Barranquilla. Muchos historiadores acreditan el éxito de Barranquilla 5

y el gran desarrollo de su economía a la inmigración no sólo de los judíos, sino también de los británicos, alemanes, franceses, holandeses, americanos e italianos (Bibliowicz, 2005 y Fawcett y Posada-Carbo, 58). Esos inmigrantes ayudaron a desarrollar viejas industrias y a crear nuevos negocios. Bibliowicz explica en su artículo “Intermitencia, ambivalencia y discrepancia: historia de la presencia judía en Colombia” que algunos judíos hicieron grandes revoluciones en Barranquilla, “…es claro que varias firmas de judíos sefardíes como fueron los Salas, los Senior, los Correa, le pidieron permiso al gobierno nacional para importar mercancías a través del puerto de Sabanilla. Así, el comercio, las importaciones y exportaciones que se van a efectuar a partir de dicho puerto van a marcar un auge que impulsó el desarrollo de la ciudad”. Durante mucho tiempo Colombia permitió a los judíos venir a sus ciudades y crear nuevas industrias porque entendía el beneficio que esta actividad le traería a través del nuevo negocio, y la economía de Colombia mejoró y ofreció mucho más trabajo a los ciudadanos. La atracción de la buena economía y la ciudad cosmopolita atrajo más inmigrantes porque estos sabían que no había tantas barreras sociales, religiosas, y culturales. Y esto a su vez también ayudó a aumentar el tamaño y el poder de Barranquilla. Aunque hubo muchas atracciones en Colombia, también es importante notar que hubo problemas que diferenciaron a Colombia como un lugar negativo para la inmigración. Colombia fue uno de los países latinoamericanos que recibió a más inmigrantes, pero no tuvo tanta inmigración como Argentina, México y Brasil, por ejemplo. Al final del siglo XIX y el inicio del siglo XX hubo muchas guerras civiles, problemas económicos, y condiciones meteorológicas que introdujeron problemas no muy atractivos para los inmigrantes (Fawcett y Posada-Carbo, 58). Todos estos problemas, en combinación con la falta de legislación sobre la inmigración, no permitieron que Colombia ofreciera una buena vida a nuevos inmigrantes. Pero, otra vez según explican Fawcett y Posada-Carbo, este problema de la legislación y los problemas sociales no afectaron tanto a las ciudades de la costa. La costa, y Barranquilla específicamente, ofrecía fáciles modos de comunicación con el resto del mundo. Siempre había buques viajando a Europa que podrían llevar las noticias de los inmigrantes a sus familias (59). Entonces se desarrolló en la costa una comunidad de judíos y esta ofreció un lugar perfecto para que los inmigrantes crearan algunos de los enclaves que preservaron sus culturas nativas. 6

Al comienzo del siglo XX, y en la década del 20 al 30 específicamente, empezaron a crecer las grandes olas de inmigración judía en Colombia y causaron mucho terror a los gobiernos. Bibliowicz explica en su ensayo “Los judíos” este proceso de inmigración: “En la preguerra surgió un tráfico de visas, resultado de las prohibiciones que se establecieron en torno a la inmigración. Los que llegaron a Colombia durante la década de los 20 y 30, ante el peligro que corrían sus familiares en Europa, hicieron lo imposible por traerlos legalmente. Pero el gobierno colombiano los obligaba a depositar en el Banco de la República la elevada suma de 1.000 pesos sólo para empezar las diligencias legales (en otras palabras, unos 11.000 dólares de hoy día), lo que hacía difícil y onerosa la traída de cualquier pariente al país”. Estos problemas de inmigración ya habían ocurrido en muchos otros países de Latinoamérica porque los latinoamericanos tenían miedo de una inundación de inmigrantes que cambiara el destino de sus países, como ya había ocurrido a partir de 1492. Pero este problema no detuvo a los inmigrantes. Adquirieron documentos y visas ilegales para poder vivir allí con sus familias. Y aquellos que portaban estos documentos falsos tuvieron que mentir a los oficiales para poder entrar. El gobierno quería oír que los inmigrantes podían ayudar con el desarrollo del campo y mejorar la situación agrícola, pero lo único que sabían hacer se relacionaba con el comercio. Entonces, los judíos mintieron para entrar, y aunque algunos intentaron vivir en el campo, hicieron lo que sabían hacer: comerciar (Bibliowicz, 2005). Aunque muchos judíos encontraron muchos problemas para entrar legalmente a Colombia, luego allí descubrieron que podrían fácilmente crear una vida nueva que todavía mantuviera sus creencias judías. Estos judíos en Colombia sumaron casi seis mil personas para el año de 1941 (Bibliowicz, 2005). A diferencia de la mencionada influencia de los judíos en Barranquilla, no se encuentra mucha información sobre la misma presencia y desarrollo en otras ciudades internas como Bogotá. Desde la conquista, Bogotá fue una ciudad que no toleró la presencia de las personas diferentes, y exigió ciertas reglas de clases sociales. Sin embargo, al recibir las grandes olas de inmigrantes como las judías, la ciudad empezó a ser más humilde y abierta a nuevas culturas e ideas. Pero estos cambios no eran fáciles, a la gente de la clase alta o de la burguesía no les gustaba ver que su ciudad cambiaba con la inmigración y en consecuencia, 7

creó un fuerte sentido de anti-semitismo. Poco a poco, sin embargo, la burguesía cambió esta manera de pensar al comprobar que los judíos de Europa y Asia podrían ofrecer mucha ayuda con respecto al progreso económico de su ciudad y del país en general. Bibliowicz explica que siempre hubo gente que no se sintió cómoda con la inmigración de los judíos: “En 1946, se vivieron instantes preocupantes: el Partido Conservador colombiano, encabezado por Laureano Gómez y Gilberto Alzate Avendaño, quienes simpatizaron con el nazismo y con el fascismo español, incitaron a sus seguidores a que apedrearan el comercio judío, localizado sobre la carrera séptima. A pesar de los sustos y las dificultades, el incidente no pasó a mayores” (“Los Judíos”). Momentos como estos crearon períodos de confusión y miedo sobre la aceptación de los inmigrantes en Colombia. Los judíos siempre lucharon contra los estereotipos o la gente que no creía que ellos tuvieran algún lugar en Colombia o en Latinoamérica. Sin embargo, los judíos ayudaron mucho a Colombia en todos los aspectos sociales y económicos: “resulta indiscutible que, en cuanto a comunidad, la judería ha aportado al desarrollo nacional en múltiples campos y que ha ayudado a impulsar el comercio, la industria, las artes, la medicina y la ciencia en el país” (Bibliowicz, “Los judíos”). Sin embargo los judíos tenían que luchar contra los prejuicios para que todo el mundo pudiera comprender sus beneficios. Los estereotipos xenofóbicos constituyeron fuentes de inspiración para muchos escritores judíos residentes en Latinoamérica. Estos escribieron sobre los problemas de identidad, el mantenimiento de todo lo relacionado al judaísmo de sus antepasados, la creación de comunidades judías que preservaran sus valores, y el sostenimiento de una nueva vida en un mundo en el que no hablaban la misma lengua. Muchos escritores crearon obras de ficción basadas en situaciones reales o fragmentos de vidas reales. Estas obras reflejan la historia de los judíos en Colombia y sus esfuerzos de asimilación a ciertos aspectos de la sociedad colombiana. Como ya hemos mencionado, las tres novelas que iluminarán el mundo hispano-judío son Los Elegidos de Alfonso López Michelsen (1976), El rumor del astracán de Azriel Bibliowicz (1991), y El Salmo de Kaplan de Marco Schwartz (2005) como hizo su antecedente: María de Jorge Isaacs, una novela colombiana del siglo XIX que incorpora en su trama elementos judíos. La novela Los Elegidos no se enfoca específicamente en la inmigración de un sujeto judío en Colombia, sino en la experiencia de un alemán que salió de Alemania al recibir persecución de 8

Hitler por su herencia judía. El protagonista empieza su vida en Colombia pero de repente su nombre aparece en la lista negra. A lo largo de la novela se puede ver la influencia que la burguesía tiene sobre el gobierno y sobre todas las funciones básicas del país, por eso crean muchos problemas para los inmigrantes que amenazan sus cómodas vidas. Esta novela revela muchas de las injusticas que padecieron en Colombia varios inmigrantes. El rumor del astracán es una novela que cuenta la inmigración de dos hombres y una mujer desde Polonia hasta Colombia. Cuenta sobre las maneras que intentan continuar su judaísmo, y como unos de ellos lo pierde, y también trata del feminismo durante esa década (la cincuenta). El Salmo de Kaplan representa la vida de la posguerra de los judíos en Colombia. Es una historia sobre un anciano que quiere terminar su vida con la experiencia de la captura del supuesto “Profesor” del grupo nazi Aurora. Durante sus aventuras para descubrir información sobre este supuesto nazi, la historia muestra como las generaciones han mantenido o perdido ciertos aspectos determinantes de la vida judía tradicional. Las tres novelas estudiadas, Los Elegidos, El rumor del astracán, y El Salmo de Kaplan, implementan y corroboran las propuestas de las fuentes históricas consideradas en esta introducción, utilizando situaciones reales para narrar transcursos vitales de inmigrantes judíos en Colombia. Aunque disímiles entre sí en cuanto a las tramas y los personajes, estas tres novelas muestran las dificultades de migrar forzadamente a un país muy diferente del nativo, y ofrecen perspectivas poco conocidas sobre algunas de las comunidades judío-latinoamericanas que se formaron en el siglo XX durante las diásporas de las guerras.

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Capítulo 1. Un inmigrante de ascendencia judía frente a la burguesía colombiana y la lista negra Los Elegidos es la primera novela abordada en este estudio y está escrita por Alfonso López Michelsen1. La esmerada educación de López Michelsen creó la base de su conocimiento en el área de los Derechos Humanos, y su pensamiento político dentro de la corriente liberal le hizo posible la creación de esta novela. Los problemas civiles y políticos de Colombia en 1953, obligaron a López Michelsen y a su padre a auto-exiliarse de Colombia y a poner sus carreras políticas de lado. Estos años se llamaron los años de La Violencia. Los López Michelsen se fueron a vivir en México durante siete años. Tiempo en el cual López Michelsen escribió su primera y única novela de ficción Los Elegidos. Esta novela condensa sus reflexiones liberales y sus deseos de reformar el país con el fin de crear un nuevo ambiente de igualdad para todo el mundo. Más tarde, cuando López Michelsen ascendió a la presidencia de la nación intentó poner en acción las reformas sociales y económicas que presentó en Los Elegidos, pero algunas personas opinan que este libro es una manera de excusar sus procederes durante la Segunda Guerra mundial. López Michelsen fue abogado de una empresa alemana que estaba en la lista negra y recibió mucho dinero por estos negocios (Friedman, 100). Después de ser presidente, López Michelsen continuó con sus ideas sobre la necesidad de la reforma social y escribió muchos libros políticos, incluyendo uno sobre su padre. López Michelsen murió en Bogotá en el año 2007, pero sus pensamientos liberales y sus esperanzas de reforma social continúan vivos a través de sus libros. (Current Biography, López Michelsen, Alfonso). Su única novela de ficción, Los Elegidos (1953), es una novela que cuenta sobre los años de la segunda guerra mundial en que había mucha inmigración por toda Europa. Esta novela toma la estructura de la supuesta traducción de un diario de un señor alemán, B.K. El protagonista viene a Colombia para escapar de la persecución en Alemania y en la mayoría de

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López Michelsen nació en una familia colombiana de dinero en el ano 1913. Su padre, Alfonso López Pumarejo, era un hombre de negocios, y fue presidente de Colombia en 1934 hasta 1938; y de 1942 hasta 1945. Los trabajos e influencias de su padre le dieron al escritor todas las posibilidades de una vida privilegiada. López Michelsen asistió a varias universidades en Colombia y en los Estados Unidos para recibir un diploma en los Derechos Humanos.

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Europa por los nazis. Aunque no es judío tiene ancestros judíos y fue perseguido por Hitler y por el Tercer Reich, entonces huye a Colombia donde ya tiene familia. López Michelsen presenta la nueva vida de B.K. en Colombia para mostrar principalmente las barreras socioeconómicas en Colombia, pero también se puede analizar la idea del Otro en la figura del inmigrante por las diferencias de lengua y cultura, la lista negra, y el campo de reclusión, y cómo estas tres categorías crean la identidad de B.K. La teoría del Otro es explicada muy bien por Madan Sarup en su novela sobre posestructuralismo y posmodernismo. Ella explica que Michel Foucault postula que el poder en la sociedad no sólo existe en las instituciones gubernamentales sino en los mismos ciudadanos. Este poder crea dos grupos, ellos con el poder y ellos sin el poder. Sarup explica que In [Foucault‟s] complex differential, power relationships extend to every aspect of our social, cultural, and political lives, involving all manner of (often contradictory) „subject-positions‟, and securing our assent not so much by the threat of punitive sanctions as by persuading us to internalize the norms and values that prevail within the social order (74). En esta novela el Señor B.K. no entiende muy bien las normas sociales colombianas entonces pierde el poder, lo que tiene en algunos momentos de la novela. Su falta de poder y conocimiento de los costumbres y de la jerarquía social le distingue del resto de los colombianos. Este sentido de siempre faltar algo es prevalente en toda la novela en el personaje de B.K. porque parece que nunca se siente cómodo en la cultura colombiana. El Señor B.K. es un hombre educado de Alemania pero su inmigración a Colombia le sitúa en un nuevo mundo con muchas diferencias. B.K. se define, y la sociedad le define, por lo que no tiene en común con los paisanos de Colombia. El estatus social de B.K., como hombre rico e inteligente, le alía automáticamente con el grupo burgués de Bogotá, así forma para él un grupo de apoyo bastante rápidamente. Aunque pertenece a este grupo social se diferencia de ellos por su lengua. El Señor B.K. habla muy poco español en sus primeros meses en Bogotá y esto crea una barrera muy fuerte entre él y sus nuevos compañeros. Inmediatamente a su entrada al mundo social de Bogotá B.K. empieza a perder un poco de su identidad porque esa gente de la burguesía habla con él en francés o inglés están intentando crear una plataforma en común. Pero este intento daña un poco al Señor B.K. porque él sabe que nunca va a aprender el español ni 11

asimilarse a su cultura sin parecer un equivalente. El dinero de B.K. le da la oportunidad de entrar en este grupo tan rico, pero al mismo tiempo le mantiene excluido porque nadie encuentra nada en común con él por su nacionalidad alemana. El cambio de idioma empieza a subrayar las numerosas diferencias de B.K. y los colombianos y le hace sentir como una persona de afuera. La mayoría de la burguesía le habla en otra lengua, y el reconocimiento del protagonista de no pertenecer a la sociedad colombiana (por su falta de habilidad de conversar fluentemente en español) intensifica su identidad como extranjera y diferente. Casi todo el mundo en El Pinar no sabe que debería conversarse con B.K. entonces le preguntan cosas muy obvias que tienen que ver con las únicas cosas que saben de él: sus pensamientos sobre la guerra y Colombia. “En ingles o en francés me preguntaba: -¿Cuánto tiempo hace que usted está aquí? -¿Le gusta el país? -¿Cuánto cree que dura todavía la guerra? […] bien fuera por la pobreza de mi vocabulario o porque ponían un puntillo de honor en no hablar su idioma, es lo cierto que todos insistían en entenderse conmigo en una lengua que no sea la materna” (33). B.K. se da cuenta de que ninguno de los colombianos saben qué decirle y también que ellos le ven como una persona nueva y diferente del grupo. Es cierto que para B.K. el español es una lengua nueva, pero nunca puede empezar de asimilarse a su cultura ni a aprender la lengua si no está expuesto a estos elementos fundamentales. El acto de cambiar la vida cotidiana colombiana para crear un ámbito “neutro” para una sola persona, convierte a esta persona en el Otro. Este cambio es un acto de poder y el poder es lo que distingue B.K. del resto del grupo porque él no tiene el poder de cambiar la situación para sí mismo, depende de los otros de sociedad para cambiar su situación. Foucault explica que “power must be understood … as the process which, through ceaseless struggles and confrontations, transforms, strengthens, or reverses [their own organizations]” (Lemert, 475)2. Entonces en esta situación B.K. depende del poder que tiene los otros en El Pinar porque entiende que no tiene el poder de crear una situación cómoda por sí mismo. Así que no es que los con el poder lo ejerce sobre B.K. sino que parece que B.K. permite que ellos con el poder en El Pinar ejerce su poder sobre él. Este acto refuerza el poder que la gente de la clase alta en Colombia en estos momentos tiene. 2

En el libro de Lemert, él resume varias ideas de Foucault de: Foucault, Michel. "Power as Knowledge" The history of sexuality, Vol 1: An Introduction. Trans. Robert Hurley. (New York: Vintage Books, 1990 [1978]. 92-102.

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Sin embargo, hay un personaje que nunca le convierte a B.K. en el “otro” con el uso de otra lengua, es la manicurista, Olga. Olga siempre le habla en una manera normal como si B.K. fuera cualquier otro cliente. B.K. disfruta de esta situación y la usa para practicar su español. Olga no sólo no le juzga por su falta de conocimiento del español, sino que tampoco le niega su amistad cuando B.K. es incluido en la lista negra. Por situación socio-económica en la clase media baja no tiene sentido diferenciarse de él, puesto que no va a ganar nada. A todo largo de la novela, Olga nunca le diferencia por ser extranjero o estar en la lista negra. Es interesante que López Michelsen muestre que esta mujer de la clase baja es capaz de mostrar cariño continuamente a este hombre alemán cuando sus propios amigos de la burguesía no pueden o quieren hacerlo. Como Olga, Irene, la secretaria del abogado Pérez, no pertenece a la clase alta sino a la clase media, entonces no tiene las pretensiones que los otros amigos de B.K. de La Cabrera y El Atlantic. Esas mujeres son ejemplos de la dinámica usual entre las clases en Colombia en el sentido de que no crean la situación en la que B.K. es el otro. En su artículo María Mercedes Andrade “Fragmentación de la Comunidad nacional en Los Elegidos, de Alfonso López Michelsen” dice que “B.K. distingue entre el “verdadero país”, representado por la clase media y sus calles, y el “falso país” de la burguesía y sus espacios interiores” (118). La fuerte noción del Otro solamente existe en la burguesía porque sus asociaciones con B.K. pueden afectar a sus negocios y sus situaciones sociales. En este uso del Otro, López Michelsen inserta la crítica social. Explica que la burguesía se diferencia de los que no pertenecen a ella porque creen que tienen el dinero de hacer y decir cualquier cosa. Las primeras páginas de la novela empiezan con una crítica de la clase alta al iniciar el escenario de la narración durante un fin de semana en una casa de campo. Aunque López Michelsen y su familia son parte de esta clase social, él entiende que la burguesía tiene demasiado poder e influencia en la dirección del país. Este poder es muy evidente en el caso de la lista negra, y López Michelsen muestra que ciertas personas en Colombia tienen demasiado control sobre la situación de los individuos de la lista negra. B.K. siempre es el “otro” en Colombia y siempre lo será porque no es nativo de Colombia, así que no tiene el aspecto físico latino y no habla español como lengua materna. Pero cuando B.K. descubre que su nombre está en la lista negra, percibe que no sólo es el “otro” en cuanto a su origen cultural, sino que también es un enemigo a más de una mitad del mundo en 13

este momento histórico. El personaje de B.K. está estigmatizado en la ciudad por estar en la lista negra, y cuando la gente se da cuenta de su nombre no quiere tener nada que ver con él. Del mismo modo, todos sus amigos no quieren relacionarse con él en público por el miedo de que otra gente vaya a pensar que ellos también son nazis. Esta lista proclamada en los Estados Unidos cambió muchas vidas en Colombia y en toda América del Sur. Stetson Conn y Byron Fairchild explican el propósito de la lista negra en el séptimo capítulo de su libro US Army in World War II--The Western Hemisphere: 'The Framework of Hemisphere Defense donde especifican que Its [The Office of the Coordinator of Inter-American Affairs] most important activity until the summer of 1941 was to combat German, Italian, and Japanese commercial and propaganda efforts in Latin America, and it was primarily responsible for compiling the so-called "blacklist" of Axis-controlled commission houses and agencies and in persuading American firms not to trade with them (196). Esta institución elaboró una lista de nombres de inmigrantes que por alguna razón eran sospechosos de ser aliados con Hitler y los nazis. A veces estos ciudadanos no tuvieron ninguna asociación con Hitler y más que esto, varias veces esta gente fue perseguida por los nazis por su ascendencia judía pero sus orígenes o etnicidades de alemán o italiano le pone en la lista negra. Esta lista destruyó la vida de esta gente como se ve en la novela con la vida del Señor B.K. La lista era una precaución contra las personas que podrían ser aliados de Hitler, Mussolini, y Stalin. Durante la Navidad, B.K. intenta celebrar con unos amigos pero ninguno de ellos quiere asistir a la reunión en el club Atlantic. El Doctor Fausto es el único que tiene la compasión de explicar la situación a B.K. pero lo hace en un bar, lleno de humo y de gente para que sea difícil ver que están juntos. El Doctor Fausto le explica “Yo lo estimo mucho; pero no me atrevo a salir a un lugar público, como es el “Atlantic” con usted, cuando su nombre figura en la lista negra norteamericana y todo el mundo lo sabe después del escándalo de las elecciones de “La Central”” (251). El Doctor Fausto es el único que es capaz explicar francamente que nadie quiere asociarse con él en un lugar público de estatus porque esta acción puede destruir sus negocios. Todos los ciudadanos incluidos en la lista negra perdieron casi todo: amigos, dinero y casa, etc. por razones étnicas o afiliaciones políticas. Inés Sanmiguel explica muy bien lo que 14

sucedió con los japoneses en Colombia, quienes tuvieron casi los mismos problemas que B.K.: “fue un tiempo muy duro que les hizo caer en la cuenta de que eran una minoría étnica vulnerable, que eran vistos como extraños e indeseables, y que estaban expuestos a recibir en cualquier momento malos tratos del Gobierno y de la gente colombiana” (90). Aunque esos italianos, japoneses, o alemanes, vinieron a Colombia con la intención de mejorar sus vidas en un nuevo país fueron castigados y sufrieron muchísimo. Este momento fue muy duro en la historia de los inmigrantes en Latinoamérica y significó mucha discriminación y pérdida de sus bienes y familias. Para B.K., la inclusión de su nombre en la lista proclamada crea un “otro” dentro de los “otros”, es decir, que no sólo es un inmigrante sino también una persona considerada peligrosa, eventualidad que lo distingue de los otros inmigrantes. El país que le dio refugio en la persecución de Hitler también empezó a castigarle. “…con mi inclusión en la lista negra norteamericana, yo pasaba a tener la categoría de un enemigo de los aliados e indirectamente del país que me había dado asilo” (204). Como B.K., muchos otros en la lista negra no fueron nazis. Alguna gente le tuvo simpatía a Hitler, pero muchas de las personas en esta lista no hicieron nada salvo amenazar la manera en que vivían los ricos. López Michelsen enfatiza muchas veces en la novela que los hombres de “La Cabrera” manipulan a mucha gente para poder seguirse enriqueciendo fácilmente. A veces no sólo están enfadados con otros compañeros de la clase alta, sino también con el gobierno. Siempre inventan maneras para controlar los negocios en Colombia (169-70). La lista negra es un ejemplo de la influencia estadounidense puesto que representa una lista de los nombres que éste gobierno cree peligrosos para sus esfuerzos de contribución a las batallas en Europa contra Hitler. Pero el problema con la lista es que ciertos personajes, como Muir y Fritz en la novela, manipulan la lista para mejorar sus posiciones socio-económicas. Algunos nombres en la lista pueden encontrarse por cualquier razón bajo el disfraz nazi, y en el caso de B.K. esto sucede por razones económicas. B.K. empieza a convertirse en una persona con mucha influencia en Colombia, y él y sus amigos planean tomar control de la dirección de “La Central” con B.K. a la cabeza, quien se convierte en una amenaza para su primo Fritz, el que ha sido el director de “La Central” por muchos años. Mercedes, la amiga de B.K., deduce que 15

Fritz y Muir (el representante de la embajada estadounidense) buscan las negociaciones necesarias de mantener este control. Para Muir, el descubrimiento de un extranjero alemán tan altamente en la sociedad, le haría quedar muy bien. Además las conexiones que B.K. tiene en la sociedad y su poder económico le hacen una buen blanco de inclusión en la lista negra. Mercedes revela “…desde que yo lo vi a usted en la lista negra, recordé las intimidades en que lo sorprendimos con Fritz en Fusagasugá y pensé… [que] la inclusión en la lista negra tiene que ver con Fritz y “La Central”” (215). Entonces esta lista, que debería incluir solamente los nombres de nazis o personas sospechosas los esfuerzos de los Estados Unidos, también podría contener nombres de hombres y mujeres capaces de destruir los negocios de gente muy rica e influente en Colombia. Este concepto es un buen ejemplo de la influencia de la clase alta en el país, y su manipulación de las funciones del gobierno. Nuevos perspectivos aparecen en los capítulos cuando B.K. va a la playa con su novia Olga. El señor B.K. nota que ninguna persona lo ve como el “otro” porque no están en conocimiento de la lista negra. Ni de la influencia que la lista debería tener en sus relaciones con B.K. quien se siente cómodo por primera vez en meses. Él explica que “Por primera vez me daba cuenta de que en este lugar yo era un extranjero como cualquier otro turista, un personaje neutro sobre el cual no pesaba ningún prejuicio y que podía, a su antojo, modelar la opinión de los extraños sobre su personalidad y ser el hijo de sus propios actos”(290). Pero para Olga y la gente de la playa que no conoce a B.K., éste no tiene el aspecto de ser uno de los malos extranjeros. B.K. siente un desplazamiento de su realidad. Pero en el momento en que un barco colombiano es destruido por los nazis cerca la playa, B.K. y Olga entienden que su aspecto físico otra vez le traerá persecución y discriminación entonces deciden salir del pueblo para su casita en la playa. Este ejemplo de situación demuestra que no es posible escapar de la estigmatización de la lista negra, ni de la discriminación de ser un extranjero europeo exiliado durante la segunda guerra mundial. A raíz de este ataque en la costa de Colombia, el gobierno decidió controlar la situación y colocó a toda la gente de la lista negra en una casa de reclusión: la situación social de B.K.

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[and the] control of Axis activity in Colombia became even more intense in 1943 after the sinking of the Colombian schooner Resolute by a German submarine and the reported machine gunning of survivors in the water. All assets of Axis nationals in Colombia were frozen and Axis nationals were forbidden to reside in coastal or port areas (Davis et al., p241-241) B.K. y Olga comprenden que el congreso quiere pasar una ley para agrupar a todos los personajes en la lista negra afuera de la ciudad. B.K. descubre muy pronto, cuando regresan a la ciudad, que no tiene acceso a su dinero, nadie quiere estar en su compañía en público, y ningún hotel ni residencia quiere alojarlo. B.K. recibe muchos insultos de los vendedores en las calles; le dicen que él debería regresar a su propio país porque su presencia en Colombia no es bienvenida (313). Todo esto cambia su situación en Colombia pero B.K. no tiene otra opción, ya tiene una vida acá con una mujer y sus problemas le seguirían a otro país u otra ciudad. Esta misma situación ocurrió en muchos países latinoamericanos y en el mundo y B.K. encontraría el mismo problema en todos lugares durante este momento en historia (Baer Barr y Sheinin, viii y Friedman, 95-101). Y muy pronto toda la gente nombrada en la lista proclamada tuvo que salir de sus casas y vivir en un hotel como un tipo de campo de reclusión. En el último capítulo de la novela, B.K. está en Fusagasugá, en un hotel abandonado, donde el gobierno colombiano colocó a todos los alemanes e italianos de la lista negra. Convierte esta casa en una casa de reclusión para poder controlar a todas las personas “peligrosas” en el mismo lugar. No había ninguna manera de salir de esta casa salvo cuando terminara la guerra y no existiera ya la lista negra. B.K. describe la situación “Desde el día en que el decreto reglamentario de la ley de Villaseñor dispuso, en virtud de las facultades extraordinarias de que dispone el Gobierno Nacional en tiempo de guerra, que los súbitos del Eje que figuraran en la lista negra norteamericana debían ser llevados a un lugar de confinamiento perdí toda la esperanza” (316). El Señor B.K. está en esta casa con gente aliada con los nazis, pero también con gente que como él, no entiende porque están allí y esperan el día de poder salir. Lo que resulta es que esta casa de reclusión es mejor que los campos de concentración sólo porque no matan a la gente, pero todavía encarcela a mucha gente erróneamente. El caso de B.K., se consideró tal vez la ofensa a un burgués, probablemente su pariente Fritz, porque su presencia amenazó su estatus social y económico. B.K. nota también que hay mucha gente en el 17

hotel que espera a un abogado para aclarar la situación, pero ni abogado ni aclaración nunca vendrán. A lo largo de la novela, Alfonso López Michelsen usa el personaje B.K. como el “otro” para mostrar las injusticias que la clase alta cometió en Colombia para mejorar sus propias situaciones. El titulo de la novela no sólo significa que los elegidos representan la gente de la clase alta, sino también a la gente elegida en la lista proclamada. Muchos de los países tuvieron problemas con estas listas negras porque aunque no funcionaron legalmente su convalidación demostraba la ausencia de alianza con Hitler (Friedman, 100-1). Como ya se ha explicado, esta gente sufrió mucha persecución y la pérdida de muchos de sus bienes, pero la perdida no terminó acá. En un momento B.K. pierde también toda esperanza y dignidad: “Sin techo, sin pan, sin trabajo, y sin patrimonio, perdí también la amistad, la altivez, el honor y la alegría misma de vivir” (280). Mucha de esta gente sufrió en este hotel y otros campos como éste por las razones equivocadas pero al momento de salir sufrieron todavía también. Después de la guerra, los Estados Unidos insistieron en deportar algunos alemanes a Europa porque ellos amenazaron su seguridad. Friedman explica en su libro que estas listas ayudó el proceso de deportación: “the weaknesses of the Proclaimed List, with its reliance on hearsay, denunciation, and inadequate intelligence work, would continue to characterize the deportation process, as the blacklist became one of the principal resources for establishing the lists of deportees” (101). Aunque en la novela B.K. no es deportado, es importante reconocer que durante la guerra no fueron solamente los judíos quienes enfrentaron la persecución. También se puede ver en estas investigaciones de Friedman, que muchos nombres aparecieron en la lista proclamada sin una razón justa, muchas veces se trataba solamente de gente con un nuevo negocio exitoso. Al igual que lo que sucedió con B.K., Friedman menciona que hubo bastante gente en esta lista perseguida y amenazada por los mismos nazis, pero esta persecución no les salvó de ser incluidos en la lista proclamada (95-100). Esta novela ofrece sobretodo una perspectiva lo que pasó en Latinoamérica y en Colombia específicamente, durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque no es judío, el personaje de B.K. ofrece una vida paralela a la de los judíos. Sus antepasados eran judíos y como consecuencia él también tuvo que huir de Alemania para refugiarse en Colombia. Como los judíos, muchos inmigrantes durante esta guerra se mudaron a lugares dónde ya tenían familia 18

(Fawcett y Posada-Carbo, 59). B.K. no tiene tantos problemas en su proceso de asimilación a la vida y cultura colombianas, pero sus esfuerzos no le garantizaron una vida fácil. Como los judíos, B.K. padeció de todos los estereotipos, desde qué comida come hasta qué ropa se pone (15). Aunque no sufrió restricciones religiosas sobre su forma de vida, constantemente B.K. contrastó su vieja vida en Alemania con su nueva vida en Colombia. De forma, similar a los personajes de las novelas, que describen las nuevas vidas de los judíos, B.K. sufrió la lucha interna con el supuesto orgullo que debería tener por su patria. Esta lucha de identidad afectó a casi todos los inmigrantes de la guerra, pero en B.K. fue diferente porque al principio es aceptado por la sociedad y rechaza la persecución de Hitler en Alemania pero nunca rechaza Alemania. Pero al final de la novela no es aceptado por la sociedad y como consecuencia empieza a perder fe en su patria porque es ella la que le produce tantos problemas. Los judíos, en cambio, casi nunca son aceptados por la sociedad y no intentan asimilarse, cómo se puede ver en las otras dos novelas que estudiaremos más adelante. Así que aunque no sufren de los mismos problemas que B.K. su vida es muy similar a la vida de B.K., quien representa un ejemplo de las vidas de los inmigrantes que sufrieron persecución en Latinoamérica. Desde esta perspectiva, esta novela es diferente de las otras porque el propósito original de la novela de López Michelsen es el de criticar el sistema social en Colombia. Las otras dos novelas presentan principalmente la crítica de la vida judía en Colombia. En contraste desde la primera usa la plataforma de la segunda guerra mundial para criticar la sociedad colombiana el punto de vista de un extranjero, en vez de criticar la vida del extranjero en Colombia. López Michelsen, como ya conoce a través de la historia de su vida es muy liberal, e intenta modificar para igualar las grandes diferencias entre las clases sociales. Entonces quiere mostrar su posición política y personal en el libro para inspirar a sus lectores a unirse a su movimiento. Es posible investigar algunos aspectos de la clase alta de “La Cabrera” y “El Pinar” para encontrar las bases de la fuerte crítica de López Michelsen. El factor de los idiomas extranjeros usados en Los Elegidos muestra que la burguesía es más educada de lo necesario porque se comunican en más que dos lenguas. Esto indica que la burguesía tiene demasiadas oportunidades educativas en sus vidas, cuando el resto del país muchas veces no tiene la posibilidad, por ejemplo, de asistir a una buena escuela por más tiempo que el básico. 19

María Teresa Ramírez G. y Juana Patricia Téllez C. explican en sus estudios sobre la educación en Colombia durante el siglo XX que: De hecho, la relación entre los alumnos matriculados en la población primaria y el total de la población, fue en este período uno de los más bajos de la región. Las transformaciones educativas en Colombia sólo empezaron a ocurrir en la década de los cincuenta, cuando se presentó un rápido y sostenido crecimiento económico y un cambio significativo en la estructura económica y demográfica del país. Desde 1950 y hasta mediados de los setenta, los indicadores educativos crecieron a un ritmo nunca antes visto (3). Incluso se creó e implementó una ley gubernamental que obligaba a cada estudiante de educación secundaria a alfabetizar a cien adultos para poder recibir su grado de bachiller. Michelsen escribió esta novela antes del crecimiento de la educación general de la sociedad colombiana. Como se puede ver, hubo cambios en la calidad de la educación que demuestran esfuerzos para equilibrar las clases sociales, pero aún así, ésta distancia queda desproporcionadas. Se puede ver en los gráficos de los estudios Téllez y Ramírez que aparecen en el Apéndice B, donde que se consigna que la educación pública sufre no sólo por la ausencia de estudiantes, sino también por la deficiente educación de los docentes en las escuelas. En el período en que López Michelsen escribió esta novela, el sistema educativo no ofrecía buenas oportunidades a los niños en las escuelas públicas, de modo que los pocos niños matriculados en escuelas privadas recibían mejor educación. La función del “otro” en el diferente uso de lenguas extranjeras (o propias) en las clases sociales, las varias clases sociales presentes en la novela y sus dinámicas de desigualdad, muestra las inconsecuencias en las estructuras vitales de los colombianos. López Michelsen usa a las reflexiones y observaciones neutras de B.K. para criticar y yuxtaponer estas inconsecuencias. Por ejemplo, B.K. compara las navidades que los diferentes niños en Colombia van a tener, y explica cómo los niños de privilegio escriben en inglés a Santa Claus cuando las otras clases escriben en español al Niño Dios. Es un contraste que nota B.K.: “Nadie me lo había dicho, pero bastaba conocer un poco este mundo para presentir tales contrastes” (220). Como extranjero, 20

B.K., ve a Colombia con ojos nuevos y ve a Colombia como el “otro”, en el sentido de que la cultura es diferente a Europa y Alemania. Colombia tiene una influencia muy grande de los Estados Unidos, y la clase alta no posee las restricciones de poder que debería tener. Varias veces durante la novela López Michelsen crea situaciones en las que B.K. puede resaltar la forma en que la sociedad colombiana sigue los consejos y admira a los Estados Unidos. Michelsen usa el punto de vista de B.K. para mostrar a sus lectores que Colombia necesita mucha ayuda de sí misma, que hay demasiada influencia de los Estados Unidos. Esta ayuda puede dirigirse al sistema de la educación, el estudio de la influencia de la burguesía, y la inconsecuencia de los factores económicos entre las clases sociales. López Michelsen también muestra la incongruencia económica en Colombia a través de los viajes y experiencias en los clubes y las casas de la burguesía de B.K. Aunque B.K. es el otro en Colombia, todavía su dinero entonces le permite sobrepasar las barreras sociales que una persona de su estatus normalmente no sobrepasaría. La posición económica de B.K. y sus compañeros burgueses contrastan mucho, y este contraste ofrece una visión definitiva en el caso de Olga. B.K. ofrece muchas cosas elegantes a Olga que en su vida ella nunca podría comprar sin su ayuda. Cuando los dos deciden ir a la playa, B.K. lleva a Olga a una tienda para comprar unos vestidos bonitos. Pero en la tienda B.K. se da cuenta de que “con la misma timidez con que en los restaurantes, después de vacilar sobre la bebida que debía tomar, [Olga] acababa pidiendo un cerveza, no quiso comprar sino el más barato: un traje blanco descotado, de corte citadino” (286). Es aparente que Olga quiere comprar el vestido que puede llevar en más ocasiones. Olga no tiene la habilidad de gastar mucho dinero en un vestido que no tiene lugar en la ciudad, es una reflexión de la manera en que viene. Necesita ser muy frugal con su dinero porque no tiene mucho. En contrario B.K., con la mentalidad de gastar mucho dinero, sugiere comprar unos vestidos en vez de un sólo vestido. Aunque Olga no es muy pobre, parece pertenecer a la clase media baja, siempre tenía que guardar el dinero y sólo gastarlo en ocasiones importantes y esta situación, la compra de unos vestidos veraneros, no es pertinente a su modo de vivir. Esta yuxtaposición de B.K. y Olga es importante en la novela porque en ninguna otra parte aparece la amistad de una persona de la clase alta con alguien de una clase más baja. Aunque B.K. no parece ser “el otro” en el mundo económico porque su riqueza lo pone en la clase alta automáticamente, la mayoría de la novela está escrita desde el punto de vista de la 21

clase económicamente privilegiada. Las oportunidades que B.K. tiene para acomodarse en Colombia son muchísimos mejores que las de un inmigrante que viniera con poco dinero. Pero en el momento en que el nombre del Señor B.K. aparece en la lista proclamada su dinero y las asociaciones que B.K. tiene en la burguesía ya no significan nada. Se puede ver que la clase alta solamente piensa en sí misma y que no quiere arriesgar su vida privilegiada para ayudar a un buen amigo. La fácil entrada, y salida, de B.K. en la clase alta ofrece la crítica de que ninguna persona de la clase alta es fiable para sus amigos. Las dos personas que pueden relacionarse con B.K. fuera de este contexto son Olga e Irene porque no son amigas de B.K. por su dinero. La excepción demuestra que la sociedad de Colombia necesita reestructurar sus valores sobre el supuesto poder que viene con el dinero. Los Elegidos se ofrece comienzo de esta investigación porque esta novela inicia el desarrollo de las ideas centrales en cuanto a la dinámica del “otro” que hemos querido abordar. B.K. lucha con su identidad y las formas de asimilación en un país que le ofrece refugio cuando al mismo tiempo le designa como enemigo peligroso. En la introducción de la novela el traductor y amigo de B.K. explica que “Nada iba a quedar de lo que había amado B.K. en la tierra de sus mayores. Su vida nueva, de luz y esperanza […] estaba de este lado del Atlántico” (25). Este narrador continúa a explicar que B.K. recibió su nacionalización antes de morir y se asimiló también a la cultura. La identidad inicial de B.K. al entrar a Colombia se encuentra eliminada al final de la novela y el drama de su vida ha producido una persona nueva. En este caso, el estatus de ser el “otro” y de ser “enemigo” es la causa de que B.K. pierda la mayor parte de su identidad, y que acepte una nueva manera de vivir y de ser. El caso de B.K. es solamente un ejemplo de la manera en que la inmigración producida por la Segunda Guerra Mundial modificó hondamente a las vidas de muchas personas.

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Capitulo 2. La primera generación judía en Colombia: cómo integran el judaísmo en su nuevo país La novela de Azriel Bibliowicz, El rumor del astracán es considerada una novela histórica por varias razones, y sobre todo porque muestra un buen análisis de la inmigración judía de Polonia a Colombia. Azriel Bibliowicz (profesor de Sociología, Comunicación, y Literatura en varias universidades), escribió esta novela con varias interpretaciones posibles. Es posible analizar la novela a partir de los cambios en Bogotá durante la construcción de su historia, la dinámica de las culturas y razas en Colombia, o la vida judía en general en un nuevo país como Colombia. Las dos últimas interpretaciones tienen mucha relación con este estudio. El rumor del astracán es una novela que puede dar a conocer al lector el mundo en que los judíos intentaron vivir manteniendo las leyes judías, y cómo cambiaron este mundo justamente antes de la Segunda Guerra mundial. El análisis sobre la inmigración de los judíos resuelta de fácil acceso en esta novela porque prácticamente en cada página se presenta la comparación de la vida judía y la vida típica colombiana, sobretodo en la vida de la protagonista Ruth y su esposo Jacob. Jacob, un judío muy devoto, representa con su personaje la intervención de la vida judía en Colombia. El personaje de Ruth también muestra sus tendencias hacia una independencia que contrasta en muchos aspectos con la vida judía y con sus intenciones de seguir las reglas de la Torá3 y los gustos de su esposo. Las experiencias migratorias de estos dos personajes y sus nuevas vidas en Colombia presentan para el lector una buena visión del mundo judío antes de la segunda guerra mundial. Se puede ver como Jacob intenta crear un mundo que mantenga las leyes judías en lo referente a la comida, el baño, la limpieza de la casa, y también el aspecto religioso pues está rodeado por mucha gente que pierde su religión cuando llega a Colombia. También es interesante ver el contraste que Bibliowicz presenta a través de los personajes de Ruth, Saúl, y David y cómo ellos intentan seguir las costumbres judías pero sus deseos dominan sus creencias religiosas.

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La Torá es el libro religioso que los judíos usan para guiar sus creencias y vidas cotidianas. Contiene los cinco libros de Moisés. En comparación con la Biblia es el viejo testamento: Génisis, Éxodo, Levíticos, Números, y Deuteronomio.

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Esta novela empieza su historia de Jacob al regreso de Abraham Silver con sus relatos de la fortuna y las oportunidades que existen en las Américas. El amigo de Jacob, Saúl, presenta la idea de emigrar a Bogotá, Colombia, para trabajar para Abraham. Allí venderían varios tipos de ropa y menudencias. Abraham explica que cuando intentó emigrar al hemisferio oeste, la oficina de la aduana en Nueva York no le permitió entrar, entonces siguió hasta Cuba y luego a Barranquilla y Bogotá: iba a Nueva York, a casa de mi prima Bashe, que viajó años atrás. Al llegar a Ellis Island revisaron mis papeles. Dijeron que no estaban en orden. Me subieron a otro barco y me bajaron en Cuba. Ahí en la sinagoga escuché que había un judío en Barranquilla que esperaba en el puerto, le ayudaba a uno a entrar y a conseguir los papeles en Colombia por diez dólares (12). Abraham no explica el problema que hubo con sus papeles pero pudiera ser que la aduana no quisiera permitir la entrada a más gente judía en aquel momento. Muchas de las oficinas de aduana en las Américas cerraron sus puertas a los judíos, en particular cuando empezó la segunda guerra mundial. Jacob Beller en su libro Jews in Latin América explica que “East European Jews started coming to Colombia in1921-1922, when immigration restrictions tightened in the United States” (64). Muchos de los paisanos norteamericanos pensaban que los judíos venían a robar sus trabajos y a cambiar su manera de vivir. Esto también ocurrió en Sudamérica pero muchos de los países en vez de prohibir la entrada implementaron restricciones, por ejemplo solamente permitieron la entrada de personas que tenía conocimiento de agricultura y que querrían trabajar en el campo (Newton, 201). También es interesante el hecho de que Abraham había oído que había un judío que trabajaba en Barranquilla para ayudar a otros judíos a entrar al país. Este hombre que ayudó a Abraham causa muchos problemas a la llegada de Saúl y Jacob porque en esta ocasión nunca llega al puerto. El viaje de Saúl y Jacob a Bogotá es muy difícil y encuentran varias dificultades. Cuando intentan entrar en el puerto de Barranquilla su primera dificultad ocurre por las confusiones de no hablar español. La oficina de aduanas les causa muchos problemas con el proceso del visado porque ni Saúl ni Jacob hablan español y no pueden explicar su inmigración a Colombia. Este proceso de inmigración era muy difícil para los 24

inmigrantes judíos porque, como se ha mencionado en la introducción, muchos países no permitían la entrada a tanta gente extranjera (Baer Barr y Sheinin, viii). El día que Saúl y Jacob entran a Colombia por Barranquilla hacen muchos errores con el inspector de la aduana. La persona judía que ayudó a Abraham y que debería estar en el puerto para ayudar a los judíos que llegan no está, y ellos le dan el dinero al inspector quien sospecha que traen materiales ilegales al país. Como no hablan español, sólo el yiddish, no saben cómo expresarse ni cómo encontrar en Barranquilla un lugar para dormir hasta que llegan a Bogotá. Entonces intentan encontrar alguna persona que pueda ayudarles. “Iban en busca de una sinagoga, pero si no hallaron al judío en el puerto, ¿cómo localizarían la sinagoga? Notaron un cartel que anunciaba: Telas Ezkenazi. No sabían que significaba la palabra telas, pero Ezkenazi era un apellido judío. Decidieron entrar” (23). Es un milagro que ellos encuentren este negocio porque de allí, Rafael, el dueño que es judío, aunque no habla yiddish porque es judío-turco, les lleva a una sinagoga donde rezan los europeos orientales. En esta sinagoga encuentran al judío que debería estar en el puerto y empiezan sus aventuras en Colombia. Ellos necesitan decidir cómo van a integrar sus viejas vidas a los costumbres de Colombia y cómo van a relacionar su identidad judía con sus nuevas vidas en Colombia. Este problema de intentar mantener las tradiciones judías es un aspecto de la nueva vida que Ruth, la protagonista, debería compaginar con su deseo de salir de Polonia para Colombia. Ruth es un personaje muy progresista de la novela. Su padre quiere que se case con un hombre judío de Polonia, pero Ruth no quiere casarse con un viudo que tiene hijos de su misma edad. Esta tradición de elegir un esposo para cada hija era muy típica en las familias judías. Pero, a Ruth no le gustó ésta y decidió contradecir a su padre e ir a Colombia para casarse con Jacob. Esta deviación de las tradiciones judías representa sólo el inicio de la cantidad de tradiciones que Ruth rompería en Colombia. Luz Mary Giraldo explica bien que Desde antes de viajar a América su carácter denota el de quien busca libertad y no acepta el esposo que el padre le tiene destinado; en su tiempo de matrimonio con Jacob es una sonadora de amores y ternuras […] el afán de independencia de sus roles convencionales como mujer y esposa, la lleva a ser productiva como empleada en un céntrico almacén de vestidos (145). 25

La llegada de Ruth a Colombia marca un cambio en las vidas de Ruth y Jacob porque Ruth viene a Colombia con un pensamiento de libertad y la habilidad de escoger cómo va a vivir su vida y esto dificulta sus vidas. Otro problema que ellos encuentran después de casarse es que son totalmente responsables del mantenimiento de sus propias interpretaciones de la religión. Aunque finalmente Ruth es responsable para su propia afiliación judía, es la esposa de Jacob y tiene que acatar lo que él dice porque en este momento de la historia el hombre es el líder de la familia y la mujer se queda en la cocina. Jacob es un judío muy devoto, como tantos de los que vinieron a América en esta época, e intenta mantener la manera de vivir que indica la religión judía. Como la vida americana es tan diferente de la de Polonia, Jacob, Saúl, y Ruth tienen que adaptar sus prácticas religiosas a sus maneras de vivir. Estas prácticas incluyen el tipo de alimentos que ingieren y la manera de prepararlos, la forma de higiene, la forma de hablar, y todos los aspectos religiosos que se relacionan directamente a la práctica. Pero se observa que Saúl sale de la vida muy ortodoxa y devota porqué está más preocupado con sus deseos de enriquecerse y también se observa cómo Ruth sale de las normas judías por su deseo de independizarse y vivir como quiera. Cuando Jacob y Saúl entran a Colombia están preocupados por muchas cosas, pero una cosa en particular en la que Bibliowicz se enfoca es en la estricta dieta judía. Se preocupan del contenido de cada cosa que van a comer, entonces preguntan los ingredientes de cada comida. En el momento de llegar a Colombia Jacob muestra su preocupación por la comida. “-¿Sería posible comer sólo fruta? –preguntó Jacob angustiado, al considerar la posibilidad de que el coroncoro no tuviese escamas y fuera impuro de acuerdo con su dieta religiosa” (33). La dieta que pide el judaísmo requiere un ojo vigilante. Hay más o menos ocho reglas, pero difieren según las comunidades diferentes. Básicamente dicen que no se puede comer algunos animales porque ellos comen animales muertos, también si se va comer carne, el animal necesitaría ser matado y preparado de cierta manera especial para asegurar un proceso sano. También dicen que no se pueden comer frutas ni verduras que tengan (o hayan tenido) insectos adentro, entonces tiene que examinarse cuidadosamente. La última regla dice básicamente que no se puede cocinar con un instrumento en una comida kosher y luego usarlo con algo que no es kosher y viceversa (Kashrut: Dietary Laws). 26

Entonces Jacob, en sus esfuerzos por mantener su dieta precisamente kosher, decide que sería mejor sólo comer lo que sabe que con seguridad sigue las reglas, en este caso fruta. Después de casarse con Ruth, Jacob decide mejorar su situación en cuanto al aspecto religioso y se mudan a una casa en la cual viven juntas varias familias judías. Acá es más fácil mantener una cocina kosher porque hay una mujer muy educada en las reglas judías. Escogió esta casa porque la Señora Eisenberg dirige la casa de manera muy estricta para que todo el mundo siga las reglas. “-La señora Eisenberg, es famosa en la ciudad por mantener una casa con carne trifa y bajo la más estricta dieta religiosa –anotó Jacob. –Toda mi loza tiene un sitio –dijo– enseñando los estantes que separaban la vajilla de carne y la de leche” (71). La Señora Eisenberg es una mujer muy exigente en cuanto tiene que ver con la cocina, y con la organización necesaria para mantenerla como manda el judaísmo. En las reglas judías es necesario mantener una distancia física entre la comida carnívora y los productos lácteos. No se puede usar un instrumento con la carne y volver a usarlo con la leche. Tampoco se debe comer carne en el mismo plato con leche. Estas combinaciones están consideradas al margen de ser kosher (Kashrut: Dietary Laws). Pero es muy difícil mantener esa cocina tan estricta porque Ruth y la Señora Baum no entienden totalmente las restricciones, y además hay una chica, llamada Gladys, que ayuda con el mantenimiento de la casa pero es católica y no sabe nada del judaísmo. Ruth intenta seguir las reglas judías pero como todavía es bastante joven no entiende todas las reglas, y llega el momento en que la señora Eisenberg está a punto de echar a Ruth y a Jacob de la casa. Ruth viene de una familia que practica el judaísmo estrictamente pero cuando se muda a Colombia su manera de vivir cambia muchísimo. Al momento de llegar a Colombia, ella misma es responsable por su interpretación de su religión. No tiene parientes en Colombia que puedan guiarla en la interpretación correcta. Entonces, cuando ella llega, Jacob escoge la casa de los Eisenberg para que los dos tengan una persona que pueda guiarles en la vida de una manera cierta. Pero el problema es que esta mujer, que entiende las reglas judías, no es una guía para Ruth, pues ella sólo responde a los errores que Ruth ya cometió. La señora Eisenberg se enfada con Ruth porque ella se lava el pelo en un platón que normalmente es usado para cocinar (100-101). Este momento es cuando el lector comprende que nadie en la casa entiende o aplica las reglas judías en la dieta o la cocina. Ninguna de las mujeres de la casa, salvo la señora Eisenberg, vigila cada momento o acción que ocurre en la cocina. Se puede interpretar que las 27

tradiciones judías empiezan a perder valor cuando los inmigrantes vienen a este nuevo país con tantas oportunidades. Colombia es un país muy diferente de Polonia, e imperceptiblemente los sobreviene un tipo de rechazo a sus viejas vidas en Europa. Los deseos de muchos de los personajes o inmigrantes toman control de sus vidas a pesar de sus creencias religiosas. Es más difícil seguir las tradiciones del judaísmo cuando no se está en un lugar conocido y lleno de gente similar. Tanto Ruth como Gladys tienen problemas con el proceso estricto de cocinar y mantener una cocina que siga las reglas judías. Siempre surgen problemas con la señora Eisenberg. “-¡Gladys mil veces le he dicho que no lave la olla de leche con la esponja de las ollas de carne! ¡Nunca entienden, por más de que se les repita una y otra vez! –gritaba Eisenberg- ” (98). La señora Eisenberg intenta enseñar a las otras mujeres cómo se debe mantener una cocina judía; explica que siempre hay un lugar para cada instrumento y comida. En las cocinas judías muchas veces, y todavía hoy en día, tienen dos lugares diferentes para la comida e instrumentos de la carne y los de la leche. Tampoco, tal como el error de Gladys, no se puede limpiar un instrumento relacionado con la carne con la esponja o limpiador relacionado con la leche. Es necesario también tener espacios separados para la preparación de carne o leche. El Rabino Mendy Hecht dice que el judaísmo dice que la separación es necesaria porque la leche significa nacimiento, y la carne significa muerte, y Dios dice que no se pueden mezclar estos dos elementos (askmoses.com). Esta separación de la comida requiere mucha atención, y las mujeres de esta historia, que no son tan vigilantes como la señora Eisenberg, encuentran muchas dificultades. En este nuevo país, separadas de sus familias y sus comunidades judías, las mujeres y los hombres tienen que crear un nuevo sistema de apoyo para mantener el estilo de vida que requiere la religión judía. Aunque la señora Eisenberg siempre le dice a Gladys que no debería mezclar la carne y la leche, ella no entiende porque nadie le da ninguna explicación. No entendía a qué respondía la imposición de separar la carne de la leche o por qué mezclarlos fuera pecado. Trató de indagar, pero sus preguntas no hallaban respuesta. Por un lado, comprendía que las gallinas se catalogaran como carne dentro de la dieta religiosa. Pero no dilucidaba qué los llevaba a sostener que los 28

huevos, provenientes de las gallinas no lo fueran. Y por lo tanto era permitido cocinarlos en platos de carne o de leche, según la ocasión (141). Y la confusión de Gladys crece más aun porque ella viene de una familia católica y solamente aprendió estas costumbres judías recientemente, pero tampoco las entiende totalmente porque nadie le puede explicar los criterios. Hay otras reglas que también están implicadas pero nadie las entiende o conoce. El personaje de Gladys ofrece un contraste interesante entre las religiones del judaísmo y el catolicismo. Ella explica en un momento las costumbres judías, como las entiende, sobre el Éxodo de Egipto, que es la Pascua Judía. Pero aunque todo el mundo, incluso el hijo de la Señora Baum, intenta explicarle por qué hace ciertas cosas, nunca entiende. Durante una semana no entraría pan en la casa como tampoco ningún producto con levadura. También estaba prohibido el arroz. Sólo comerían papa y una extraña galleta que Don Samuel cocía en la panadería con harina y agua. Ellos la llamaban Matza […] Gershon intentó explicarle a Gladys que se quemaban los últimos pedazos de levadura de la casa […] Gladys se confundía mientras más explicaciones le daban (142-3). Este momento de la novela es clave para entender los sentimientos de mucha gente en Colombia hacia los judíos. Gladys tolera a los habitantes de la casa porque le dan un trabajo, pero no entiende su religión ni parece que intenta entenderla. A muchos latinoamericanos les gustan a los judíos porque ayudan en la economía y ayudan a fortalecer el país, pero no parece que intentan entender sus culturas ni su religión. Una ciudad como Bogotá ofrece un buen ambiente a los judíos para continuar sus vidas con tal de que sus presencias también ofrezcan esperanzas para el futuro. En su ensayo sobre los judíos en Argentina Judith Laikin Elkin explica que estas grandes ciudades no tuvieron tanto anti-semitismo. Explica que “In the cities, Jews could mingle with secular persons of their own educational level for whom religion was a secondary, and often minor, criterion for acceptance” (155). Esto es lo que pasa con Gladys, ella no tiene ninguna inconveniencia en trabajar para familias judías porque esto le ayuda tener una vida bastante cómoda. Así que se puede ver que fue bastante común trabajar para un judío o ser su amigo si la persona no fuera tan religiosa. Pero la situación de Gladys se complica porque al trabajar en sus 29

casas debería saber y entender sus modos de vivir, pero al no entenderlos, ella tiene bastante problemas con las leyes judías. En comparación con los otros personajes de la novela, y salvo la señora Eisenberg, Jacob es muy diferente porque quiere seguir totalmente las reglas judías en este nuevo país. Hay incluso un momento que le permite asimilar el aspecto físico, lo que ayudará a su aceptación en Colombia. Saúl y Jacob deciden afeitarse cuando entran a Colombia porque sus barbas serían grandes indicadores de sus orígenes y su falta de experiencia en Colombia. Es de notar, que en casi todas las descripciones de hombres judíos en Colombia se dice “que ya no llevan barba” de manera que se puede ver que muchos judíos manipulan las reglas judías para asegurar una vida afortunada. La barba es un factor importante en el judaísmo; incluso la Torá dice que los hombres no deberían afeitarse con una maquinilla de afeitar (Rabi Mendy Hecht, askmoses.com). Esto representa un factor importante para el padre de Ruth, por eso dice que no quiere que ella se vaya para Colombia. Saúl y Jacob les mandan una foto para que puedan verlos pero el padre de Ruth interpreta la falta de barba como el signo de que ellos no siguen los cánones de la Torá. El padre de Ruth está horrorizado por la falta de barba y de sombrero: “Dice en la carta que es religioso. ¡Mira esa foto! ¡No tiene barba! ¡Anda con la con la cabeza destapada como un gentil! ¡En América se acaban las tradiciones! ¡A mí no me engañan!” (55). Pero el padre de Ruth no entiende que la falta de barba y de sombrero, en aquel momento, no significa una falta de religión para Jacob, pues sucede que Jacob es más ortodoxo que el padre. La falta de barba significa en realidad el miedo de la persecución o el antisemitismo por ser extranjeros y judíos (31). Saúl, sin embargo, no sigue las tradiciones con tanta lealtad como Jacob. Jacob sigue las tradiciones al pie de la letra y esta dedicación tan precisa es lo que causa tanta tensión entre él y Ruth. Otro problema que los inmigrantes judíos (y todos los inmigrantes en general) tienen es que no hablan la misma lengua que la gente del país. Ya es evidente que Jacob y Saúl tienen problemas con la lengua extranjera cuando entran a Colombia porque no entienden el proceso de la oficina de la aduana y porque tampoco no saben preguntar por los ingredientes de algunos platos. Pero durante la novela se puede comprobar que sus personajes encuentran maneras de aprender el español y al mismo tiempo mantener el yiddish. Giraldo explica este hecho en su artículo Inmigrantes, desplazados y exiliados en la literatura colombiana: “Aprender la lengua 30

del sitio de llegada es entrar en relación con el otro. El inmigrante se aleja de sus raíces y a su vez las conserva en la memoria de las tradiciones y de sus valores, que en ocasiones mezcla deformando o fortaleciendo” (http://alhim.revues.org/index540.html). Aunque Ruth y Jacob aprenden el español, todavía usan el yiddish en casa para leer y para los aspectos religiosos, como en la una ocasión en que Ruth se nota que Jacob está leyendo un periódico en yiddish: “Por fin escuchó que Jacob doblaba las páginas del periódico en yiddish, que le habían prestado en la sinagoga” (73). Es interesante que Bibliowicz haga la distinción del periódico y diga que está escrito en yiddish, porque este hecho marca la necesidad de mantener viva la ascendencia judía. En el nuevo país, los inmigrantes tienen que asimilarse en muchos aspectos para poder sobrevivir y sobresalir en el mundo de negocios. Sin embargo la sinagoga les ofrece la conexión con otros judíos y con el yiddish, la sinagoga es el único lugar dónde los judíos están separados totalmente de los colombianos. Como se menciona en la introducción, muchos historiadores explican como los primeros inmigrantes mantuvieron su lengua nativa y la enseñaron a sus hijos, pero con el tiempo las generaciones perdieron la habilidad de hablarla (Vieira, 109). Se puede ver que Jacob mantiene el yiddish, y también Gershon, el hijo de la señora Baum, entiende yiddish y español pero puede ocurrir que sus hijos no pueden mantenerlo. Gershon recibe muestras de antisemitismo de sus amigos en la escuela. Aunque va a una escuela secular todavía los otros chicos lo persiguen. Incluso en un momento le castigan por ver que su pene es diferente: “Lo compararon a los otros: era distinto. Ninguno se explicaba por qué, pero sabían que Gershon estaba exonerado de las clases de religión. -Ya sé por qué es diferente- dijo Diego- Ese pipí no es católico. -¿Entonces qué es?- preguntaron los niños. -Judío” (86). Es un momento breve pero muy importante en la vida de Gershon. Es factible que muchos niños judíos como Gershon haya sentido momentos de persecución como este y puede resultar que después de una experiencia como esta, tal vez no ensenarían a sus hijos el yiddish o no lo circuncidarían. El futuro de las generaciones en la familia de Gershon pudiera ser muy diferente al crecer en un país que no acepta totalmente los judíos. Así que para mejorar sus vidas, estas familias se asimilarían más y más al modo de vivir en Colombia o Latinoamérica, o cualquier país en general. Ruth entiende que su vida es más difícil porque maneja la lengua del país. Ella no puede regatear en el mercado con los vendedores, ni puede hablar con ninguna persona que no sepa 31

yiddish, lo que incluye a mucha gente. Entonces Ruth decide tomar lecciones del Rabino Moisés para aprender el español. Con estas clases Ruth se está asimilando al habla de su nuevo mundo. En Polonia pudo hablar en yiddish con casi todo el mundo por la concentración de judíos allí4. Pero a su llegada a Bogotá ella entiende que nunca va a vivir una vida cómoda sin desarrollar la capacidad de hablar con cualquier persona en la calle. Como consecuencia ella recibe lecciones de español al Rabino Moisés, quien poco tiempo después tiene que partir de Bogotá para Israel. Moisés sabe que ella ya sabe el español y le dice que “Ya domina el idioma. Se defenderá sin problemas” (148). Con su nueva habilidad de conversar en español, Ruth está libre de salir de la casa sola y sin miedo. Su nueva fluidez en la lengua le da también la oportunidad de conseguir trabajo fuera de la casa y poder ganar dinero para traer a su hermano a Colombia. Las clases del español causaron más distancia entre Ruth y Jacob y fortaleció el deseo de independencia en Ruth. La combinación de clases con el trabajo afuera de la casa acentuó la tendencia de Ruth de rebelarse contra las estrictas reglas o tradiciones de la religión judía y del exigente carácter de Jacob. Aunque Jacob no impide las lecciones del español de Ruth, plantea problemas con el trabajo de Ruth fuera de la casa. Jacob, como tradicionalista, cree que una mujer que trabaja fuera de la casa atrae una atención negativa sobre su familia que dice al mundo que su esposo no puede apoyarla. Jacob mantiene su punto de vista patriarcal: “A Jacob no le gustó la idea de que su mujer trabajaba. El mundo pertenecía a los hombres, la casa a la mujer” (138). Esta es otra de las razones por la que Ruth no quiere seguir las tradiciones del judaísmo y los gustos de su esposo. Ella intenta hacer lo que quiere Jacob, pero sus propios gustos y deseos reciben prioridad sobre los deseos de Jacob. Jacob prefiere que su mujer no trabaje, pero Ruth le manipula para poder trabajar fuera de casa. Jacob sugiere que Ruth trabaje en la librería que planea poseer, pero ella no acepta. La salida de la casa y el aprendizaje del español marcan el comienzo de la verdadera independencia de Ruth, tanto de Jacob, como de las tradiciones de la religión judía. Esta independencia trae vergüenza a Jacob cuando el barbero le comenta que oyó decir que Ruth trabaja fuera de la casa: “Me contaron que su mujer trabajaba con don

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Según la Jewish Virtual History Tour: Polonia, antes de la segunda guerra mundial Polonia era el segundo país en el mundo con la mayor cantidad de judíos (3,3 millones). Pero después de la guerra sólo sobrevivieron 11% de esta población.

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David…Por aquí viene mucha gente de la colonia; este trabajo es de pulir y oír cuentos. Yo estaba seguro de que las mujeres de ustedes no trabajaban” (160), es un hecho que incluso un hombre no-judío nota extraño. El trabajo remunerado de la mujer, en aquel tiempo, significaba que el hombre de la casa no podía mantener a su familia. Aunque ella trabajaba para traer su hermano de Polonia, el mundo no sabía esto y solamente veía que Jacob no ganaba bastante para sostener su familia. Cuando Ruth empieza trabajar en la tienda de pieles de David, ella empieza a pensar por su misma y ve todo lo que ofrece el mundo y que Jacob y su religión prohíben. La tienda de pieles abre un nuevo mundo para Ruth y ella empieza a pensar en colores y en moda. Como consecuencia, Ruth presta atención a su propio aspecto, y recibe comentarios de David de cómo su aspecto no representa la creatividad que ella posee. Después de rehacer la vitrina de la tienda, Ruth se observa retrospectivamente: “A pesar de la defensa de la moda que le hizo a David, la explicación de cómo a las mujeres les encantaba cambiar, su vestimenta personal era recatada, condicionada por una visión tradicional y religiosa” (155). Tratando de ser más original Ruth intenta vestirse de manera más contemporánea pero Jacob la considera como irrespetuosa para una mujer judía y casada. Yosef Ahituv explica en su artículo la modestia que requiere el judaísmo, y por la que la mujer debe cubrir todo su cuerpo para que nada muestre al hombre un deseo de sexualidad. También explica que una mujer tampoco debe vestirse con colores brillantes porque atraen atención. Así que Jacob exige que Ruth lleve ropa sencilla que no muestre mucho de su cuerpo (65). Pero con la progresión de los sucesos y su trabajo en la tienda, Ruth decide que no va a pensar en los deseos de Jacob porque él no piensa en sus deseos, saliendo entonces cada vez más de su rol tradicional de esposa judía. Para la Pascua, Ruth decide vestirse un poco más elegante y maquillarse pero al entrar a la casa Jacob no ve su idea muy gracioso. Ruth quiere que Jacob le ofrezca cariño y la vea bonita pero él al ver que ella se ha pintado los ojos, le dice: “-Estás sucia. -¿Dónde? [Respondió Ruth] –En los ojos, los tienes pintados. Ruth se quedó callada” (145). Ella esperaba que a Jacob le gustara su aspecto en este día sagrado pero él solamente acató con su seguridad en sí mismo y le aumentó el deseo de continuar independizándose de él y de sus deseos. No era solamente verse más atractiva, sino que también tenía la esperanza de que en su matrimonio hubiera más cariño, pero Jacob no era capaz de demostrar cariño o admiración por alguna razón u otra. Es 33

posible que si Ruth no hubiera salido de la casa para trabajar, Jacob estaría más contento con el cumplimiento de las tradiciones judías y con una mujer modesta. Pero la realidad es que Ruth nunca estuvo contenta con estas tradiciones, como lo ejemplifica su salida de Polonia contra los deseos de su padre. En todas sus acciones, e intencionalmente o no, se puede ver que Ruth no desea seguir las tradiciones judías. Ella prefiere tener una interpretación personal del judaísmo que le permite todavía vestirse como quiera. Es importante notar que la decisión de Ruth no es tan radical como parece porque ella misma notó que su padre le permitió vestirse con falda corta, pero Jacob es mucho más ortodoxo, y esto crea más distancia entre Ruth y Jacob (78). Cuanto más trabajo ella hace en la tienda, ella más se distancia de Jacob. Ella siempre le da a David nuevas ideas para las vitrinas de la tienda y David siempre hace una distinción entre su creatividad con las vitrinas y la expresión personal de su ropa. Después de dar una sugerencia para la ropa de la tienda Ruth se da cuenta de su propia ropa: “Ruth al oírse miró su propio traje: lo descubrió plano, opaco. Se sintió desaliñada. Soñaba con situaciones y trajes llenos de color. El suyo parecía ahora apagado en medio de jardines” (177). Ruth empieza a estar descontenta más y más con su estilo de vida al lado de Jacob. Como Jacob vive tan dedicado al judaísmo se puede decir que Ruth empieza estar descontenta de su vida con Jacob, y también de su vida dentro de las estrictas reglas del judaísmo. Ruth siempre le explica a David que ella es una mujer religiosa, pero es evidente que ella no se siente tan devota del judaísmo sino tiene que hacer lo que quiere Jacob. Pero a través de todos los contrastes que Ruth hace entre su apariencia personal y las vitrinas maravillosas, se puede ver que ella está muy descontenta con su modo de vivir, y antes del fin de la novela ella rompe el silencio. La gran confrontación entre Ruth y Jacob viene cuando Ruth compra ropa nueva y abandona la ropa modesta. Esta lucha no trata sólo de la ropa, sino que también incluye la libertad que Ruth necesita para interpretar el judaísmo, y para escoger la manera en la que prefiere vivir en Colombia. El inicio de la conversación se da así: “-¡Esa no es ropa para una mujer decente! Así visten las mujeres de la calle-” le dejó Jacob, pero Ruth lo miró y le contestó con firmeza: “-¡Me vestiré como yo quiera!” A lo que Jacob respondió: “-¡Yo soy el hombre de esta casa. ¡Se hará lo que yo diga! ¡Te sales ya de ese lugar donde trabajas!” (203). Jacob quiere que ambos vivan en una manera muy ortodoxa, pero Ruth quiere sentirse libre de vivir una forma del judaísmo adecuado a un mundo que siempre está evolucionando. La ropa es 34

simplemente una realización visual de sus deseos de independencia de Jacob, y de una vida que le ofrezca posibilidades de elección y libertad para ser consecuente consigo misma. Una física realización de la independencia ocurre cuando Ruth comité adulterio con David. Este adulterio es otra manera que Ruth puede rebelarse de Jacob porque Ruth cree que David le podría ofrecer todo que Jacob no pudo: la libertad de vestirse como quiera, la libertad de interpretar el judaísmo como quiera, y el cariño que un esposo debería mostrar para su esposa. Este adulterio y el cambio de ropa combinan para crear los dos últimos actos de rebelión, y causan la última y más intensa lucha entre Ruth y Jacob. Jacob sale de la casa para dormir en un hotel después de que Ruth le grita: “¡Para ti, no sé nada de nada! ¡Jamás has visto una de mis vitrinas, siquiera para saber cómo son! ¡Para los demás soy gente, pero para ti no soy sino una cosa que te sirve comida y limpia tu ropa!” (204). El adulterio es una manifestación de los sentimientos feministas de Ruth, este acto garantiza que Ruth no pudiera continuar su vida en la misma manera con Jacob. Al final de la novela Jacob muere porque David le cuenta del adulterio en la sinagoga enfrente de mucha gente y los dos luchan. La muerte de Jacob no sólo asegura que Ruth nunca tiene que seguir sus deseos sino que pierde toda posibilidad de tener una relación con David porque su deseo de la independencia de la religión le hace una vergüenza en la comunidad. Al final de la novela ella todavía se siente la presura del sistema patriarcal aunque no está bajo el control de un esposo sino una comunidad entera. En un momento de la novela, el personaje del Rabino Moisés explica que los inmigrantes viven de una manera muy diferente a los colombianos porque ellos todavía tienen nostalgia por su país materno, pero al mismo tiempo quieren asimilarse a Colombia (130-1). Sin embargo, parece que Ruth se va de Polonia no solamente para librarse de los mandatos de su padre, sino también para liberarse de muchos de los mandatos de la vida tradicional judía. Su razonamiento original para irse es que no quiere casarse con un hombre de mayor edad, y que quiere escoger su manera personal de vivir, pero tampoco en Colombia Ruth puede liberarse del sistema patriarcal. En esta novela se presentan dos formas judíos diferentes de vivir en Colombia. Estas diferencias son muy obvias en el contraste entre Ruth y Jacob. Aunque los dos personajes tienen que cambiar ciertos aspectos de sus vidas para sobrevivir en el nuevo país, los dos manifiestan interpretaciones diferentes de su religión. Jacob es muy devoto del judaísmo y sigue cada letra 35

de la Torá estrictamente, y además de estar siempre en la sinagoga y rezar en alta voz durante las ceremonias, quiere abrir una librería de textos religiosos. Por otro lado, parece que Ruth, y otros personajes como David y Saúl ven a Colombia y a Sudamérica como lugares donde ellos pueden cumplir sus sueños. Ruth vino a Colombia para crear una nueva vida que pudiera ofrecerle más libertades en comparación a su vida en Polonia (55-59), pero estos deseos “feministas” nunca logran sus metas. David y Saúl vinieron buscando una nueva vida en un mundo que les ofreciera una manera de enriquecerse por sus propias manos sin tener que contar con nadie (14-15, 157)5. Estos deseos o metas a ser obtenidos en Colombia constituyen una forma de salida de las reglas morales judías que sus parientes intentaron instalar en ellos en Europa. De este modo, al seguir sus deseos, estos personajes pierden algunos aspectos importantes de su judaísmo. Esta novela ofrece una perspectiva bastante fiel sobre las vidas de los inmigrantes en Colombia de la primera generación antes de la Segunda Guerra Mundial. En comparación con las otras dos, esta novela ofrece una visión de cómo estos inmigrantes intentaron mantener sus creencias o modos de vivir, y cómo lograron también la integración al nuevo país. A través de las dos categorías de personajes presentados, se puede ver que hay bastantes de ellos (como Jacob y la Señora Eisenberg) que hacen todo lo que pueden para mantener, apoyar y enriquecer el judaísmo. Entre los ejemplos, se encuentran las clases de hebreo de Gershon, las rígidas reglas de Jacob sobre la vestimenta de Ruth, y el uso del yiddish, pues demuestran algunos de las maneras en estos judíos (y muchos otros en la historia de las inmigraciones) intentaron mantener sus ascendencias judías y europeas. Esta novela también muestra como mucha gente pierde o no continúa siguiendo las enseñanzas del judaísmo al pie de la letra. Como se ha es explicado ya, los personajes de Ruth, Saúl y David muestran que muchos judíos e inmigrantes en general vienen a Sur América para crear una nueva vida que les permita una interpretación del judaísmo más libre: cada personaje reinterpreta el judaísmo desde su propia situación o intentando integrar nuevos deseos en un nuevo país. Saúl y David realizan negocios cuestionables con algunos nazis y venden cualquier cosa, como objetos religiosos interesantes de vestir los católicos, para ganar más dinero. Ruth

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Aunque nunca aparece la historia de David en la novela, se puede ver por sus negocios con Saúl y sus creencias sobre la grandeza de Nueva York que su gran meta es enriquecerse sin pensar en las consecuencias.

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trabaja fuera, cambia su estilo de vestir, y no quiere seguir todas las reglas judías, como por ejemplo, el tiempo requerido por el Levítico, uno de los libros de la Torá, de abstenerse de ser tocada después de la menstruación, y sobre todo comete adulterio con David. Pero sobre todo esta novela muestra muchas de las dificultades que los judíos tuvieron que superar en sus primeros años en Suramérica. Una dificultad importante que sucedió en la historia en esta novela es el entierro de Jacob. Se puede constatar de este modo que los judíos sufren muchas dificultades para encontrar espacio en cementerios para judíos porque todos los espacios son para católicos. En la novela Saúl descubre que solamente hay tres opciones en la ciudad para el entierro de judíos, es el cementerio de suicidas o de animales, o hay que bautizar al judío para que sea enterrado en un cementerio católico (8-9). Como todas estas opciones no son válidas para Jacob, luego descubren que hay un hombre que posee una gran finca y que vende lugares para entierros. Judith Laiken Elkin describe la situación de los judíos en Argentina con relación a los cementerios, que igual tiene validez en Colombia: “the most urgent need of the early immigrants was for cementeries. Church monopoly over existing cemeteries meant that interment required that a person be not just dead, but baptized. Legal battles had to be fought to win the right to establish cemeteries outside the jurisdiction of the church” (158). Los personajes en esta novela tienen las mismas dificultades que muchos inmigrantes en historia porque estos países no eran requeridos por la ley de tener un lugar para entierros no católicos, así que mucha gente tuvo que depender de personas como el campesino de la novela. Esta es una dificultad que no es muy obvia, pero sí muy importante para las vidas de los inmigrantes en Sur América. El rumor del astracán presenta un panorama histórico de la situación de los inmigrantes judíos que fueron a Colombia para empezar una nueva vida justo antes y al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Muestra las dificultades que muchos de ellos tuvieron en el proceso de asimilarse, conservando al mismo tiempo muchos aspectos de su ascendencia. La novela subraya los rasgos más importantes del judaísmo: la organización de la comida, las restricciones alimentarias, la higiene, el uso del yiddish y el hebreo, y las celebraciones religiosas. Todos estos aspectos crean mucha dificultad en las vidas de los personajes, y Bibliowicz construye una novela que explica muy bien los conflictos de la llegada de los inmigrantes judíos a Colombia. 37

Algunos perdieron gran parte de su judaísmo para sobrevivir en el nuevo país, otros lo magnificaron para mantenerse en contacto con sus tradiciones.

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Capitulo 3. Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial en varias generaciones judías Esta última novela, El Salmo de Kaplan de Marco Schwartz, representa la una manifestación de una comunidad judía casi veinte años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. En varios casos de esta novela se ofrece una vista de cómo los judíos continúan (o no continúan) las tradiciones de su religión. Marco Schwartz, por ejemplo, como nieto de judíos inmigrantes en Colombia en los 1920 nació dos años después de la Segunda Guerra Mundial. Al presenciar estos cambios en el judaísmo por causa de la inmigración tiene toda capacidad de representar personalmente las dificultades y complicaciones de la vida judía en Colombia, mostrando como algunos judíos perdieron las intenciones originales de su religión en aventuras de negocios. Schwartz no vivió toda su vida en Colombia, nació en Colombia y su familia se mudó a Los Ángeles cuando éste tenía 2 años, e inmigraron otra vez a Israel a sus quince años, viviendo en Madrid desde 1986 (Europa Press, www.lukor.com). Estas experiencias sumadas a su conexión religiosa y las memorias del holocausto dentro de su familia del holocausto formaron el fondo cultural y personal de su personaje en esta novela. No es sorprendente que El Salmo de Kaplan ganara el premio Norma de Novela en 2005 porque capta la atención del lector al narrar una historia poco conocida: de las vidas de los judíos en Colombia después de la Segunda Guerra Mundial. La narración se basa en la familia de Jacobo Kaplan para mostrar las formas y características del judaísmo en los años sesenta. A través de la novela se pueden recorrer variadas memorias de la Segunda Guerra Mundial en personajes que intentan sobrellevar la tragedia del Holocausto, en maneras en que estos personajes preservan o no preservan su religión, y en la actualidad de los judíos en cuanto a sus relaciones con el resto del mundo. En el segundo capítulo, un programa de radio recuerda al lector el éxito de la captura y el secuestro de Adolf Eichmann en 1961 para asegurar la búsqueda del “Profesor” líder del grupo anti-semitista Aurora (Schwartz 33). Este comienzo de la novela ofrece las referencias históricas y el contexto básico del período en que ocurren los eventos. Esta referencia no sólo es importante para la referencia temporal de la novela, sino que también plantea el inicio referencial al Holocausto y los sucesos relacionados durante y después de la Segunda Guerra Mundial. 39

Eichmann fue un hombre muy importante durante el Holocausto porque fue el jefe del Departamento de Asuntos Judíos para Hitler. De este modo organizó y creó todos los campos de reclusión. Después de la Segunda Guerra Mundial huyó a Argentina para escapar de los problemas que le perseguirían en Alemania (“Adolf Eichmann”, www.nizkor.org). La novela parte del caso Eichmann en primer lugar, para mostrar que su captura y juicio son exactamente lo que Kaplan aspira a repetir con el supuesto líder del grupo anti-semitista Aurora. Eichmann huyó a Argentina y cambió su nombre con la intención de vivir el resto de su vida en paz, pero fue capturado y traído a Israel para enjuiciar sus maldades durante el Holocausto (“Adolf Eichmann”, www.nizkor.org). Esta anécdota histórica parece ser la inspiración de toda la novela, porque Kaplan intenta dar sentido al final de su vida con el secuestro en América del Sur del “profesor” o líder del grupo nazi. Las memorias del Holocausto continúan a reaparecer varias veces durante la novela con referencia directa a la vida de Kaplan y a otras personas en la vida de Kaplan. Un momento definitivo en la novela surge cuando Kaplan sufre de una alucinación a través de la cual vuelve a su niñez para hablar con su madre, quien falleció en la juventud. Kaplan recuenta a su madre (y al lector) su inmigración a Colombia y todo lo que pasó con su familia. En este recuento Kaplan intenta explicar las dos guerras mundiales y los cambios que ocurrieron en el mundo en general y en su propia vida. Después de que te fuiste hubo una guerra terrible en toda Europa y cuando acabó me fui a Palestina… Por eso nos salvamos de lo que vino después. Hubo otra guerra, mucho peor que la primera. Fue horrible, mamá, más de seis millones de yidn6 murieron. Los encerraban como a ganado en campos de concentración, los asfixiaban en cámaras de gas, los quemaban en hornos. Creo que papá y su nueva familia murieron en esa guerra (238). Es interesante que no sea sino hasta casi el final de la novela cuando el lector entiende el pasado personal de Kaplan. Esto explica la obsesión vehemente que siente Kaplan por capturar el Profesor para reparar el honor en su vida y en la de su familia, instalando la necesidad de ellos

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Según el glosario de la novela yidn significa “judíos” en Yiddish

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en la comunidad judía. Pero Kaplan no vivió personalmente la experiencia del antisemitismo de Hitler y de sus compañeros porque huyó de Europa luego de la Primera Guerra Mundial. Una consecuencia del Holocausto es que muchos judíos quieren asegurarse de que un nuevo grupo antisemítico no vuelva a adquirir control sobre el mundo. Aunque muchos judíos no vivieron en Europa en aquel momento, el Holocausto es un momento definitivo en las vidas de todos los judíos del pasado, el presente y el futuro, pues Hitler y sus seguidores intentaron exterminar su entera etnicidad. Este evento reunió a muchos judíos y les dio una lucha personal común. La memoria de Kaplan es importante en la novela y en nuestro estudio porque muestra que no solamente los judíos que sobrevivieron personalmente al Holocausto quieren vengar este momento en la historia, sino la totalidad de la comunidad judía. Otras manifestaciones físicas de la memoria del Holocausto aparecen durante el transcurso de la historia. El reconocimiento de los tatuajes de números varias veces hay los conocidos de Kaplan. Estos números tatuados en los brazos son una memoria permanente de los judíos que sobrevivieron y escaparon de los campos de concentración, específicamente de Auschwitz. En un momento específico se puede ver que un hombre tatuado tiene una reacción muy fuerte con respeto a la muerte del Profesor (la real, no la de la mente de Kaplan). “Que se pudra en el infierno -dijo Pinjas Alterman mientras estudiaba las piezas que sostenía con la mano. Su brazo aún exhibía el número que le tatuaron los nazis en Auschwitz” (68). Este momento en la novela abre la posibilidad de conocer más sobre los tatuajes y su significación. Según George Rosenthal, sobreviviente de Auschwitz y estudioso de los reportes del Museo Memorial del Holocausto en los Estados Unidos, estos tatuajes marcan a las personas que los nazis decidieron poner a trabajar en los campos de concentración en vez de matarlos inmediatamente en las cámaras de gas. Rosenthal explica que For many, the blurred blue lines of a serial number on a forearm are an indelible image of the Holocaust. The tattoos of the survivors have come to symbolize the utter brutality and of the concentration camps and the attempt of the Nazis to dehumanize their victims. The tattoos are also a testament to the resilience of those who bear them (http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Holocaust/tattoos1.html).

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Estos tatuajes aparecen y reaparecen durante la novela como recuerdos de las violencias y las injusticias cometidas en contra de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Los tatuajes funcionaron como una manera de clasificar, evaluar, y controlar el movimiento de los prisioneros dentro de los campos de concentración. Hubo también otros símbolos como los triángulos y series de letras. Cada símbolo o letra identifica la historia del prisionero. Un triangulo le identifica como judío, una “Z” como Ziguener7 de Romania, y “AU” como prisionero soviético de la guerra. Después de 1941, solamente los prisioneros de Auschwitz recibirían tatuajes al entrar en campos de concentración (Rosenthal, www.JewishVirtualLibrary.org). Estos tatuajes ocupan una importante posición en esta novela, no sólo como un recuerdo del Holocausto, sino también como una comprensión importante para Kaplan: que el alemán que vive cerca la playa no es el Profesor del grupo Aurora porque hay un tatuaje en su brazo, así que fue un prisionero en Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial (253). Otra consecuencia conectada a las memorias del Holocausto es la paranoia experimentada por Kaplan. Aunque Kaplan sufre de pérdida de lucidez en los últimos momentos de su vida aparecidos en la novela, su paranoia viene del miedo de un resurgimiento nazi en el mundo. Cuando Kaplan y el policía Contreras, su compañero, están intentando encontrar información sobre el alemán que suponen es el Profesor, descubren una escena interpretada por Kaplan de manera muy distinta de la realidad. Aunque Contreras explica la situación real al lector y a Kaplan, Kaplan decide interpretar cada elemento encontrado en una finca cerca de la playa dónde vive su Profesor como una manifestación del renacimiento del antisemitismo. Kaplan explica a Contreras que: los niños eran los conejillos de Indias con los que se pretendía crear por manipulación genética una raza superior; los órganos para los experimentos científicos; la mansión albergaba la clínica de los horrores; los aviones constituían la fuerza aérea del naciente ejército nazi, y los hombres armados conformaban la soldadesca (113).

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Ziguener significa “gitano” en alemán.

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La realidad de esta situación es que Kaplan y Contreras ven la finca de un famoso narcotraficante que vive de manera extravagante pero la paranoia de Kaplan produce esta extensión de la realidad. La extensión de la realidad es una consecuencia de estrés postraumático. Muchos artículos mencionan los efectos del Holocausto en los sobrevivientes. Aunque Kaplan no fue una víctima directa del Holocausto, todavía atestiguó lo que pasó con los judíos en Europa y cómo muchas vidas fueron destruidas por el antisemitismo. Donna Koehn lo explica como una “mild dementia that can occur in later years, causing survivors to believe they again are facing danger” (www.tbo.com) y que puede causar un incremento del estrés postraumático. Parece ser que esta demencia afecta a Kaplan y que su paranoia es un efecto de lo que personalmente vio y aprendió del Holocausto. Los efectos y las memorias de Holocausto tuvieron varios efectos en los judíos de América del Sur. Algunos sintieron la intensificación de su conexión con la religión, pero otros sintieron una desconexión y una pérdida de fe. A través de varias generaciones de la familia de Kaplan, es posible comprobar los cambios de actitud hacia la religión en cada hijo y en cada nieto. La intensidad del sentimiento hacia la religión no cambia entre las generaciones, pero la actitud hacia la religión sí cambia. Kaplan tiene muchos deseos de que sus hijos y nietos se reinstalen en el judaísmo y asistan con regularidad a la sinagoga. Pero sus hijos tienen pensamientos diferentes, y sus nietos aún tienen actitudes más diferentes aún. Cada persona tiene su propia razón de descontento con el judaísmo. Aunque Kaplan es muy devoto del judaísmo, nunca recibe mucha prioridad en la sinagoga, y sus hijos no van mucho a la sinagoga porque ven hipocresía en la comunidad y no quieren mezclarse con esto. Su hijo mayor, Isaac, explica que en cada evento de la comunidad judía se pone mucho énfasis en las cosas materiales, y en decidir quién tiene más dinero que el otro. Isaac explica que “cuando quiero ir al club, voy, y si no quiero, no voy, y hablo con el que me da la gana sin esperar grandes conversaciones… En las fiestas principales me paso por la sinagoga, y si no me llaman a la Torá, no se me acaba el mundo. Aplico el proverbio de que cuanto más cerca de la sinagoga, más lejos de Dios” (152). Esta filosofía de Isaac es casi la opuesta de su padre. Kaplan pasa por el club y saluda a todo el mundo porque piensa que esa es su comunidad. La primera escena de la novela ocurre en la sinagoga justamente antes de que el Rabino se abstenga 43

de pedir a Kaplan que lea la Torá, y Kaplan sale de allí furioso. Se puede comprender que en la familia de Kaplan hay un decaimiento en la devoción a la sinagoga. Shatzky explica esta situación muy bien en su libro de investigación sobre las comunidades judías en Latinoamérica. En su sección sobre el tema del “Cuadro Social y Comunidad” Shatzky vio diferentes prácticas judías entre personas de distintos orígenes europeos o inmigrantes en Colombia y sus hijos los primeros nacidos como colombianos en cada familia: Cashrut8 se observa bien poco, quizás en la proporción de uno por cada mil… En términos generales el judaísmo religioso es solo un fenómeno de la época de las fiestas de año nuevo. El judaísmo nacional emocional es en cambio bastante fuerte, especialmente entre los judíos oriundos del este europeo y también entre sus hijos que ya son nativos colombianos (99). Es decir, que los hijos de inmigrantes perdieron una cierta cantidad de su lealtad hacia el judaísmo por su deseo de encontrarse más cercanos, culturalmente y socialmente, a los colombianos. Del mismo modo, Beller explica en su análisis de las comunidades judías en Argentina, que allí ocurrió casi la misma situación. Dice que “Even children with two Jewish parents know little of Judaism aside from a few broken Yiddish phrases or Hebrew words which they have learned and repeat by rote… There are cities with as many as four or five hundred Jewish families which possess no religious functionary of any kind” (174). Este cambio en la lealtad hacia el judaísmo, según Beller, es causado por la asimilación. Muchos de los hijos de inmigrantes perdieron una cierta cantidad de su fe por el deseo de ser como los latinoamericanos. Los fenómenos que explican Beller y Shatzky reflejan probablemente la situación de Isaac y Elías una situación que se torna mucho más extrema cuando se extiende a los nietos de Kaplan. Lotty y Shmulik son mucho más radicales en sus actitudes hacia el judaísmo. El caso de Shmulik es difícil porque él salió de Colombia para España y la situación socio-política allí es

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Cashrut, anteriormente escrito como Kashrut, es el seguimiento de una dieta Kosher con inclusión de todas las limitaciones ya mencionadas en la sección sobre El Rumor del Astracán.

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muy complicada por la historia de los judíos en ese país9. Aunque él explica a su abuelo que no va a la sinagoga porque en España no hay muchas y toda la gente en la sinagoga es turca, pero el caso de Shmulik presenta otro problema con respecto al acto de asistir a una sinagoga. Shmulik se casó con un goye, o una mujer no judía. De este modo su esposa no querría ir a la sinagoga y Shmulik no querría obligar a demandar su esposa a convertirse. La tradición judía dice que la madre debe ser judía para tener hijos judíos. Por esta razón, la conversación entre Shmulik y Kaplan se concentra en la necesidad de convertir su esposa. Kaplan alega a Shmulik “hazme caso y al menos convierte a tu esposa. Tú has tenido la oportunidad de nacer judío, aunque eso ahora no te parezca importante. Dales la misma oportunidad a tus hijos. Sólo eso te pido” (204) y luego en la conversación dice “Shmulik, soy viejo, tengo un pie en el otro barrio. Júrame que mis nietos van a ser judíos. Dame esa tranquilidad antes de reunirme con nuestros antepasados” (205). Es muy importante para Kaplan que su familia sea judía porque hay un gran estigma en su comunidad al tener un yerno o una nuera no judíos. Este estigma se convierte en el enfoque principal de muchas conversaciones en la novela. Hay varias ocasiones en la narración cuando Kaplan, su esposa, y sus amigos hablan de las dificultades de tener un goy en la familia y su incapacidad de entender totalmente el significado de ser judío (148). Christine Hayes explica con detalle en su libro sobre la historia y evidencia en Escrituras y otros libros religiosos, que un casamiento entre personas de distintas religiones, como judíos y cristianos específicamente, no es tradicional, y que un gentil nunca podría entender totalmente la religión y el significado de ser judío. Además dice que solamente hay dos maneras a través de las cuales el judaísmo puede ser penetrado: la conversión de un gentil o el casamiento con un gentil (7). Se puede ver que el sentimiento sobre el casamiento con un goy viene directamente de los textos religiosos, aquellos mismos que Kaplan y sus amigos y antepasados han estudiado ritualmente. Kaplan y sus amigos de su misma edad, piensan que no es honorable tener un hijo o nieto que case con un goy porque su familia no podrá seguir las prácticas judías tradicionales.

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Para información sobre esta historia, y la Inquisición específicamente: http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/History/Inquisition.html para leer una breve historia de la Inquisición.

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Este mismo sentimiento ocurre en la conversación entre Kaplan y Lotty. Aunque Lotty es soltera, Kaplan todavía le enfatiza que necesita ir a la sinagoga y casarse con un buen judío. Su conversación empieza así: “Nunca vas a la sinagoga, Lóttile- dijo el viejo. -Y eso qué, abuelo. Muchas amigas mías tampoco van [respondió Lotty]… Y sin esperar el beneplácito de su nieta, procedió a impartirle una serie de consejos con la esperanza de que la ayudasen a ser una mejor judía y una mejor persona en un mundo decadente y plagado de asechanzas” (189). La apatía de Lotty viene de la de su padre también. La disyuntiva con la religión ha empezado con Elías e Isaac y continúa hasta sus hijos, y en el caso de Shmulik hasta los bisnietos de Kaplan. Kaplan cree que el judaísmo salvará a su familia de la destrucción moral que él ve en muchas personas de su comunidad. Esta tradición de la religión es importante para los inmigrantes originales, pero como dijeron Shatzky y Beller, es difícil mantener esta tradición con los hijos y nietos porque éstos quieren asimilarse a la vida de su nuevo país. Este contraste entre las generaciones en la familia de Kaplan ayuda a analizar las diferencias que han ocurrido a causa del tiempo transcurrido y el contacto que cada persona ha tenido con los hispanocolombianos en Colombia. Estos cambios que ocurren entre las generaciones de la familia Kaplan han ocurrido también con todos los judíos en el mundo y es un tema importante en la novela que merece bastante atención. También hay mucha discusión en la novela sobre la actualidad de los judíos en Colombia y en Latinoamérica durante esta época. Todavía hay muchos estereotipos de los judíos que se manifiestan en escenas bastante surrealistas. La siguiente escena ocurre en la playa cuando Kaplan y Contreras están cazando al “Profesor” y Kaplan se quita los zapatos. Contreras mira sus pies como si nunca hubiera visto pies en su vida hasta ese momento. “Contreras alzó la vista hacia su interlocutor y dijo con la excitación de quien acaba de realizar un descubrimiento feliz: -No tiene cascos. -¿Cascos? ¿Qué burradas dices? [dijo Kaplan] -En el colegio nos enseñaron que los israelitas tienen cascos y cuernos por lo que le hicieron a Cristo- dijo el agente sin salir de su sorpresa” (87). Pero este estereotipo parece común en casi todo el mundo porque Kaplan también explica los problemas que tuvo con este mismo estereotipo en Polonia y en la época de sus batallas contra los árabes en Palestina (88). Estos estereotipos siempre han perseguido a los judíos hasta hoy en día, pero al mismo tiempo, los judíos han ganado mucho en su comunidad mundial. 46

Todas las victorias sobre los estereotipos y los actos de perseverar en su religión y sobrevivir a la tragedia del Holocausto crearon nuevas oportunidades para los judíos. En una conversación entre la familia Kaplan se puede ver que cada miembro reconoce las diferencias que han ocurrido en la sociedad. Están discutiendo unas maldades cometidas en la comunidad judía por los propios judíos y Lotty responde: -¿Y eso qué tiene de mal?- dijo Lotty-. Eso significa que los judíos están llevando por fin una vida normal como todo el mundo. Y la normalidad, por más que te moleste, es que los burros con plata manden, que a los bandidos les vaya bien y que la mayoría de la gente sólo piense en vivir y divertirse sin pensar en cosas trascendentales (146). Aunque todavía existe antisemitismo Lotty acierta en la idea de que los judíos pueden ahora preocuparse por cosas normales porque ya no tienen que preocupar por sus vidas cada día. El otro lado de la asimilación muestra una tolerancia de la nueva etnicidad en Colombia. A Kaplan no le gusta la asimilación porque su familia ha perdido su religión, pero ahora la misma asimilación les da muchas oportunidades para mejorar sus vidas en un mundo que les acepta por no ser tan diferentes. Del mismo modo, Kaplan no se enfoca en las varias maneras en que su familia mantiene su religión porque está demasiado preocupado con las otras maneras en que su familia no la preserva, y al igual con sus ascendencias europeas. Durante la novela hay numerosos usos del yiddish y del hebreo en el habla cotidiana. Estas lenguas son importantes en la religión y la única gente que las usa son los judíos. Son tan importantes en esta novela que se incluye un glosario muy útil y necesario para entender la historia. El mantenimiento de la lengua puede ser causado por un incremento de las escuelas que incorporaron las lecciones judías en sus programas. Estas escuelas fueron una reacción ante la pérdida de valores judíos en la segunda generación de inmigrantes. Shatzky documentó los cambios que ocurrieron justamente antes del período en que ocurre esta novela. Descubrió que “la educación judía [estuvo] mejor organizada en las pequeñas comunidades que en la capital” (98). Después de 1935, muchos de los judíos fundaron muchas escuelas en casi todos los lugares, integrando el hebreo, el yiddish, y las lecciones judías. Pero el problema con estas escuelas es que no aparecieron en todos lugares 47

porque los judíos tuvieron que fundarlas por sí mismos. En Barranquilla, los judíos crearon una sinagoga para albergar a todas sus organizaciones y clubs y les costó 40 mil dólares (98). Solamente podían construir una escuela si tenían el dinero para la construcción y para todas las necesidades o actividades diarias. Así, que es posible que la comunidad en la que vive Kaplan y su familia no tenga una escuela que integre la educación judía. Aunque Kaplan no crea que su familia sigue todas las tradiciones del judaísmo, en realidad toda su familia usa el vocabulario yiddish en su habla diaria. En un análisis de esta novela, Nadín Garcián Petro explica que “los personajes hablan con la expresión proverbial y profética judía, utilizan referentes judíos de forma natural en sus diálogos, se desenvuelven en los tejemanejes propios de la vida de los judíos, con la forma de ver la vida propia de los judíos, las inquietudes sociales y teocráticas judías” (El armonioso salmo de Marco Schwartz). Este análisis de Garcián Petro las varias maneras en que aparecen las anécdotas judías en la historia: hay cierta cantidad de pérdida religiosa en la segunda generación inmigrante, pero al mismo tiempo esta gente no ha perdido totalmente su herencia étnica. La herencia étnica es una característica que es muy importante en cada personaje de las tres novelas estudiadas en esta investigación. En todos estos casos, los personajes principales de las historias poseen cierto deseo de mantener su herencia y de seguir viviendo como han aprendido de sus padres y parientes. En esta última novela, específicamente, se da mucha atención a la necesidad de mantener la religión, casarse con otro judío, y vivir una vida con honor. El mantenimiento de la herencia en todas las generaciones de la novela se materializa en las reuniones para celebraciones judíos en la casa de Kaplan y Rebecca. Desde las primeras páginas el lector recibe este fuerte sentido de tradición. “Cuando llegaron al apartamento, a dos calles de distancia [de la sinagoga], ya los estaban esperando su hijo Elías y su nieta Lotty para la tradicional cena de clausura de Simjat Torá” (15). Durante estas fiestas, Kaplan y Rebeca asisten a la sinagoga, también asisten Elías y Lotty, y después se congregan para reflexionar sobre la fiesta y celebrar la ocasión. Aunque los hijos de Kaplan y Rebeca no van a la sinagoga cada semana y no frecuentan los clubes judíos, comprenden la necesidad de mantener las tradiciones de sus antepasados. Aunque no vive en Santa María, Isaac todavía entiende la importancia de ir a la sinagoga: “En las fiestas principales me paso por la sinagoga” (152). La diferencia radica la 48

intensidad de la emoción que cada persona siente por su religión. Los hijos no van a la sinagoga porque piensan que hay mucha corrupción entre los judíos. Esta corrupción rechazada por Kaplan y por sus dos hijos es también evidente en los personajes de David y Saúl de El rumor del astracán. Estos tres hombres, Isaac, Elías, y Kaplan, discuten los cambios en la gente y las diferencias consecuentes en las fiestas. Isaac nota la diferencia más grande en la exclusión de algunos: “Hace unos años, cuando alguien hacía una fiesta invitaba a toda la comunidad. Era impensable que se dejara a alguien por fuera” (149). Y luego Isaac explica cómo sucede esto también en la capital: “Les aseguro que en la capital es mucho peor. Las circuncisiones, los barmitzvot, las bodas, cualquier fiesta es un campo de batalla para mostrar quién tiene más que el otro” (151). Mucha gente está demasiado preocupada por el dinero y su estatus social y no mantienen vigente los valores que la sinagoga enseña, como una falta de preocupación por la comunidad judía entera. Este sentimiento de ruptura en la comunidad judía aparece como un tema secundario en la novela, pero es el tema principal del único sermón presentado. Aunque los autores de las otras dos novelas no mencionen este tema con la misma fuerza el reconocimiento del antisemitismo en la novela de Schwartz. El antisemitismo aparece sin embargo en muchos momentos y a través de muchos personajes. Kaplan cree que casi todo es antisemitista porque vive en la paranoia, ya discutido, de que el Holocausto va a ocurrir otra vez y habrá una resurgencia nazi. En otro momento Elías se ofende porque en la radio se quiere identificar a un criminal como judío. “Ahí está -dijo Elías, señalando acusadoramente al aparato de radio-. Siempre tienen que sacar lo de judío. ¿Por qué tiene que decir que es judío? ¿Por qué no dice de los otros bandidos que son católicos?” (158). Elías tiene toda la razón, no es justo que se identifique la religión de uno de los implicados sin mencionar la religión de los otros porque probablemente la religión no tiene ningún peso en el crimen cometido. Este comentario público a través de la radio muestra que la sociedad latinoamericana todavía se hallaba en este momento lejos de evolucionar culturalmente para comprender que profesar una determinada religión no tiene relación con el crimen o con el éxito de los negocios. Isaac acusa el desarrollo o la permanencia del antisemitismo que ya existía en el mundo desde la primera invasión de los árabes en 600 D.C. (Israel and Palestine: A Brief History- Part 49

1, www.mideastweb.org). El sentido de antisemitismo es un problema en el mundo todavía. Hay mucha gente, incluso gente poderosa en el mundo que niega la realidad del Holocausto. Esto permite la continuación del sentimiento de antisemitismo en varios países. Los personajes en El Salmo de Kaplan, específicamente Isaac, Elías y sobre todo Kaplan, viven en la paranoia de que este antisemitismo podría ser reconstruido en una escala global. El miedo del antisemitismo es lo que dirige el curso de esta novela. La necesidad de eliminar los grupos nazis en el mundo es una meta den toda la comunidad judía, porque siempre sobreviviría el miedo de que un evento como el Holocausto pudiera ocurrir otra vez. Esta necesidad y la determinación de recuperar el honor de su familia se combinan para crear una obsesión en la vida de Kaplan, el protagonista de esta novela. De la serie de eventos desarrollados en El Salmo de Kaplan hay emergen las numerosas maneras en que los judíos cambiaron (o mantuvieron) sus costumbres y creencias en Colombia después de su inmigración. Esta novela demuestra repetidamente que aunque los personajes recuerdan la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo intentar seguir adelante con sus vidas sin muchas consecuencias emocionales. También se demuestra en estos personajes la manera en que sus vidas preservan o pierden la religión de sus antepasados, incluyendo la realidad de los judíos que viven en Colombia y sus relaciones con la gente del lugar. El Salmo de Kaplan finaliza este estudio completando el análisis del aumento de inmigración de los judíos a Colombia antes, durante, y después de la Segunda Guerra Mundial.

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Conclusión Pasado y el futuro de los judíos en Latinoamérica Los caracteres de las tres novelas analizadas en este estudio: Los Elegidos, El rumor del astracán, y El Salmo de Kaplan ilustran los cambios ocurridos durante el transcurso vital de muchas familias a raíz de sus inmigraciones a Colombia luego de la Segunda Guerra Mundial. La aproximación de estas historias es posible a través de un estudio detallado permite concluir que la mayoría de los inmigrantes judíos intentaron mantener muchos aspectos de su herencia europea pero perdieron muchos de los aspectos más rígidos de su religión. Como muchos inmigrantes de esta época, los personajes principales, pudieron mantener algunos de sus tradiciones europeas al rodearse de otros inmigrantes. Estos enclaves (como la casa de los Eisenberg en El rumor del astracán y la comunidad judía en El Salmo de Kaplan) contribuyeron una barrera entre la cultura colombiana y los inmigrantes como una manera para estos de preservar su herencia. Aunque muchos de los personajes de estas tres novelas perdieron ciertos aspectos de sus herencias culturales europeas, aún intentaron mantener muchas de sus tradiciones familiares. Parece que una parte significativa de la pérdida de estas tradiciones religiosas o europeas devino del factor de desear ganar mucho dinero en los negocios, comprometiendo valores y tradiciones en pos del éxito en el nuevo país. Jacob Beller descubrió que durante la Segunda Guerra Mundial los inmigrantes mantuvieron sus vidas culturales separando cada comunidad por su ascendencia: “The Sephardim, the German Jews and the East European Jews generally maintained a separate life. Even today [1969] four Jewish communities can be found in Bogotá” (65). Estas comunidades mantuvieron muchas de sus tradiciones al rodearse de gente de la misma ascendencia. Poseían sus propias sinagogas y clubes para facilitar la conservación de sus rituales. Estas comunidades continuaban a fundar y expandir escuelas ofreciendo una educación judía que instalaba el sentido de la importancia de la preservación de la cultura y las tradiciones. En Cali, existe un colegio hebreo con el nombre del famoso escritor Jorge Isaacs, que no sólo concentra sus enseñanzas en la educación judía, sino también en la importancia de respetar y tolerar otras religiones, trabajando juntos para asegurar el futuro de todos. El Colegio Hebreo Jorge Isaacs declara entre sus creencias principales:

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El Colegio constituye un eje fundamental de la comunidad judía de Cali para la formación en las tradiciones del judaísmo, respetando la formación de estudiantes de otros credos religiosos. El Colegio forma en el respeto a la vida, los derechos humanos, los principios democráticos, la convivencia pacífica fundada en el dialogo, la tolerancia y la concertación. Preparar a los estudiantes en el manejo de las culturas colombiana e Israelí, en pro del respeto a la diferencia y la reafirmación de identidad nacional. La proyección y el compromiso con la comunidad se constituyen en el eje fundamental y práctica de los valores universales (http://www.hebreocali.edu.co/espanol) Entre estas creencias se destaca que la comunidad judía aún considera la relevancia de Israel como unificador cultural (o madre patria) de todos los judíos. Del mismo modo, esta escuela, como otras muchas del pasado y el presente, intenta educar a los niños en las tradiciones judías para fortalecer el incremento de la conservación y devoción a la religión. Con la manutención de escuelas como ésta, se ayudaba a detener la deterioración de la religión judía y se establecieron muchos grupos de apoyo a la vida y la educación judía en contextos internacionales como en Colombia específicamente. Hay varias organizaciones que contribuyen, también, al mantenimiento de la religión y cultura judías. Muchas de estas organizaciones trabajan con otras internacionales para establecer un bloque de contención contra un posible resurgimiento del antisemitismo. El Centro Wiesenthal, basado en Los Ángeles, California, intenta descubrir maneras de ayudar al mundo con respecto a los derechos humanos. En agosto de 2009 el Centro Wiesenthal de Buenos Aires, Argentina descubrió mucha actividad en línea sobre un festival neonazi que ocurriría en Bogotá con el fin de celebrar la vida de Rudolf Hess, un compatriota muy cercano a Hitler. Las autoridades del Centro alertaron a la policía en Colombia y ésta investigó el festival para descubrir que su dirección, “Bunker 88”, no existía. Este número significa la octava letra del alfabeto, “H”, que significa “Heil Hitler”. Nunca encontraron el grupo o el sitio para el homenaje de Hess pero la búsqueda aumentó la conciencia de los grupos de defensa y la necesidad de combatir la reiteración negativa de la tendencia neonazi (eltiempo.com, 14 de agosto 2009). La organización Wiesenthal posee centros en varias partes del mundo para investigar alguna actividad en el mundo que pudiera amenazar los 52

derechos humanos de los judíos. Esta organización quiere educar al mundo sobre el Holocausto para que nada igual ocurra otra vez en el futuro. Existen otras organizaciones no hacen investigaciones de este tipo, pero intentan desarrollar y mantener el respecto a la cultura judía. Específicamente en Colombia hay una organización que intenta reunir a todos los judíos de Colombia: La Confederación de Comunidades Judías de Colombia (CCJC). La CCJC intenta relacionar a las organizaciones y comunidades judías en Colombia, construyendo sólidas relaciones entre ellas (ve el apéndice C). La CCJC también representa a las organizaciones judías en conferencias internacionales y presenta la comunidad judía cómo una entidad unida ante la sociedad colombiana (www.ccjcolombia.org). La creación de esta organización todavía es bastante reciente, de modo que todavía tienen que continuar desarrollando sus funciones en Colombia y representar a los judeo-colombianos a más grande escala en el mundo. En todos los países latinoamericanos existen varios grupos que quieren representar y aumentar la presencia judeo-latinoamericana en el mundo. El Congreso Judío Latinoamericano trabaja en toda Latinoamérica para reunir a las comunidades judías y desarrollar el sentido entre los judíos de fortalecer sus culturas y tradiciones. Además esta confederación representa en un sentido global a todas estas comunidades ante el Congreso Judío Mundial. El grupo intenta asegurar los derechos de todos los judíos en el mundo, intensificar las relaciones entre distintos grupos, y afianzar sus similitudes (en vez de marcar las diferencias), y cooperar con los gobiernos y poblaciones mundiales para asegurar el futuro de un mundo libre y seguro para todos (http://www.worldjewishcongress.org). La situación de los judíos en Colombia ha cambiado bastante desde los años sesenta. Según Judith Laikin Elkin, la población judía en este país ha disminuido de 14,000 en 1960, a 7,000 en 1982, y ahora solamente viven allí 4,000 judíos (193 y 210). Hay varias razones para esta gran disminución: muchos de estos judíos decidieron que sus familias se beneficiarían al mudarse a los Estados Unidos (específicamente Miami, Houston y Nueva York) por la libertad de religión que ofrece Estados Unidos; o también a Israel por su concentración de judíos. Estos hechos son comprobables en las novelas estudiadas porque muchos de sus personajes, como Abraham y David en El Rumor del Astracán vieron a Estados Unidos cómo un lugar que 53

ofrecería muchas ventajas en los negocios y probabilidades de riqueza casi inmediatamente. También Kaplan, en El Salmo de Kaplan, idealiza la vida en Israel porque ésta garantiza la seguridad de que los judíos pueden mantener todas sus tradiciones sin ninguna consecuencia (210). Laiken Elkin también explica que hay una correlación bastante grande entre el tamaño de la comunidad judía la existencia de escuelas judías para los niños de la comunidad (178). Existen notables diferencias en las comunidades que poseen varios colegios en vez de uno sólo para todos los niños (judíos y no judíos): “Small communities overcome ideological and ethnic differences to support a single system. Once communities attain 30,000-40,000 members, these differences display themselves in a full range of schools that reflect the ideology or ethnic origins of their founders” (178). Las ciudades grandes de Latinoamérica pueden ofrecer multitud de opciones para la educación, y por eso perviven en ellas concentraciones de distintas etnicidades. El futuro de los judíos en Colombia no se visualiza problemático pero el presente no ofrece tampoco una ambiente ideal o una población tan diversa como ellos quisieran. Según Laikin Elkin, la combinación de “low birth rate, aging population, rising mortality rate, small family size, increasing rates of intermarriage, and fluctuating but continuous emigration” explican el descenso de las poblaciones judías radicadas en Latinoamérica (211). Estas emigraciones ocurren mayormente por la necesidad de encontrar una buena educación universitaria para los hijos. Según Laikin Elkin la homogeneidad de Latinoamérica no se halla muy afectada por esta comunidad porque muchos de los judíos pierden sus tradiciones para asimilarse más a la cultura latinoamericana. Como entidad entera, América Latina, todavía no sabe si quiere aceptar la idea del pluralismo cultural, y esta indecisión influye en los judíos que no sienten una conexión tan grande con su ascendencia, por el temor de perderla totalmente (208). Por razones de este tipo, los judíos que quieren mantener sus tradiciones sienten la necesidad de mudarse a un lugar que acepte sus diferencias en vez de preferir que estas diferencias se pierdan, como es el caso de Colombia. Las vidas de los judíos en las tres novelas abordadas en este estudio ofrecen un campo abierto de investigación sobre el desarrollo de los judíos y de otros inmigrantes por causa de las guerras mundiales. Sus vidas abren también una visión de la historia de Latinoamérica en núcleos urbanos específicos. Aunque los argumentos no tocan todos los aspectos de estas vidas, 54

sí ofrecen el comienzo de una penetración en el tema más completa. Este estudio intenta mostrar que los inmigrantes judíos han tenido que adaptarse bastante a otras culturas para poder sobrevivir a su propia historia. En Latinoamérica, por ejemplo, la mayoría de las veces tuvieron que posponer sus devociones al judaísmo para poder asimilarse y tener éxito y aceptación. Sin embargo, varios de los personajes de estas novelas muestran que el cambio de patria también la intensificada necesidad de mantener las tradiciones judías de sus antepasados. Las diferencias y las similitudes que aparecen entre las tres novelas son numerosas. Una muy importante es que en esta última novela, El Salmo de Kaplan, el lector recibe su primera vista de un sermón judío en que el rabino critica a la sociedad en que vive. El Rabino da un sermón que explica la necesidad de ser un buen judío dice “…para ser un buen judío, que es lo que de verdad importa, se necesitan más cosas. Me refiero a principios, valores, educación. El problema radica en cómo ser un buen judío en estos tiempos que corren, en los que predomina la soberbia, el dinero fácil y a ostentación” (182). El Rabino continúa a explicar que la primera necesidad para el judío es creer en Dios y tener una madre judía. Durante todo el sermón Kaplan quiere que el rabino elabore sobre el tema del dinero fácil porque es un problema bastante grande en esta comunidad, como se ha comprobado en El rumor del astracán. Pero el rabino no va a elaborar demasiado este tema porque son estos hombres que ganan dinero fácilmente son el presidente de la comunidad y la junta directiva de la comunidad. Hay mucha discusión en esta novela sobre la corrupción y los problemas en la comunidad judía. El antisemitismo también aparece cuando los personajes oyen en la radio comentarios sobre la lucha eterna entre los árabes y los judíos por el estado de Israel en El Salmo de Kaplan. Justo como cada lucha tiene sus adeptos a lado y lado, Isaac tiene su propia opinión sobre la situación en Israel: El antisemitismo tiene cada vez más fuerza. ¿Y sabe por qué? Porque los financian todos esos jeques y reyezuelos árabes corruptos. En vez de beneficiar a sus propios pueblos, usan toda la plata del petróleo contra los judíos. No soportan que tengamos un estado, que hayamos construido un vergel en el desierto. Lo único que quiere es destruirnos (159).

55

Este problema entre los árabes y los judíos todavía existe hoy en día. En este momento de la novela, no es una paranoia sino un sentido merecido de antisemitismo que los judíos sintieron como comunidad. Esta lucha empezó cuando Bretaña alcanzó el control sobre el área de Palestina pero decidió que éste debería ser un lugar permanente para los judíos con el fin de establecer una patria materna física para su etnia. De este modo no se sentirían tan perseguidos en el mundo porque tendrían un lugar permanente llamado “patria”. Después de la primera guerra mundial, la Organización de las Naciones Unidas decidió separar el área permanente en tres secciones: “Palestine [was to] be divided into an Arab state and a Jewish state. The commission called for Jerusalem to be put under international administration. The UN General Assembly adopted this plan on Nov. 29, 1947 as UN Resolution (GA 181)” (Israel and Palestine: A Brief History- Part 1, www.mideastweb.org). Aunque los judíos aceptaron esta decisión, los árabes rechazaron la idea. Los dos grupos se odiaban uno al otro, de manera que una negociación de paz con la reconciliación de la barrera abierta entre los dos nuevos países, ha sido imposible de lograr hasta el presente. El antisemitismo juega un papel importante en las vidas de los judíos del pasado y del presente. Sirva el ejemplo de los personajes de estas novelas que se mudaron de Europa a Colombia para escapar de la persecución, pero durante las narraciones se puede reconocer el sentimiento de miedo de no ser aceptados en el nuevo país. Este antisemitismo ha continuado a perseguir a los judíos detrás de su historia y aún ya en Latinoamérica. La cantidad de antisemitismo siempre va a fluctuar en el tiempo con relación a los cambios a los gobiernos, los cambios de valores en el mundo, y también por la evolución del judaísmo en sí mismo. Es de suponer que gracias a todo el trabajo de los grupos ya mencionados, el antisemitismo va a disminuir y los judíos van a desarrollar sus vidas y tradiciones culturales con una presencia más fuerte en América Latina y también en el resto del el mundo. Novelas como Los Elegidos, El Rumor del Astracán, y El Salmo de Kaplan también pueden ayudar a iluminar las ideas y los pensamientos y ofrecer un mejor futuro para los judíos, reeducando a todos los pueblos, y no sólo a ellos en el esfuerzo de adaptarse y sobrevivir en un mundo siempre ajeno en apariencia y sin poseer una patria común.

56

Apéndice A Table C. Overseas Immigrants to Argentina by Nationality (1857-1940) De Wanda A. Velez

Immigrants (in Nat.

Per cent thousands)

Italian

2,970

44.9%

Spanish

2,080

31.4%

Polish

180

2.7%

Turks

174

2.6%

French

239

3.6%

Russian

177

2.6%

111

1.6%

German

152

2.2%

Yugoslav

48

0.7%

Portuguese

65

0.9%

Swiss

44

0.6%

Belgian

26

0.3%

British

75

1.1%

AustroHungarian

57

Danish

18

0.2%

Dutch

10

0.1%

Swedish

7

0.1%

United States

12

0.1%

Other

223

3.3%

Total

6, 611

58

Apéndice B

(Ramírez G., María Teresa y Juana Patricia Téllez C. La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX. La Unidad de Investigaciones de la Gerencia Técnica del Banco de la República. 12 de enero de 2006. (14) )

(Ramírez G., María Teresa y Juana Patricia Téllez C. La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX. La Unidad de Investigaciones de la Gerencia Técnica del Banco de la República. 12 de enero de 2006. (41) )

59

Apéndice C Grupos que trabajan bajo la organización del CCJC: Centro Israelita de Bogotá Asociación Israelita de Montefiore, Bogotá Sociedad Hebrea de Socorros Cali Nueva Unión Israelita Cali Comunidad Hebrea Sefardí de Bogotá Centro Israelita Filantrópico Barranquilla Comunidad Sefardita de Barranquilla Unión Israelita de Beneficencia Medellín Centro Israelita de Beneficencia Cali

60

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