Brasil

Sudamérica. Demografía. Población. Censo nacional. Registro civil. Colonización. Pombal

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Brasil Aquarela do Brasil (1939)
Brasil Aquarela do Brasil LY (1939) ON E C I C L E N B S E U U R P E E F R C E O E N R F Ary Barroso T A R A T M (Arr. John Wasson) C E I FO NO OR N

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LA DEMOGRAFÍA EN BRASIL Asig. Historia de América Portuguesa ÍNDICE: • Introducción • Siglo XVI • Siglo XVII • Siglo XVIII • Siglo XIX • Bibliografía INTRODUCCIÓN: Para poder conocer la población de Brasil, se hace necesario conocer las fuentes de las que podemos servirnos para su estudio. En este sentido, según M. Luiza Macilio, existen tres fases diferentes en las que centrar la hª demográfica de Brasil y que pueden resumirse en: • Fase/ La denominada pie−estadística, en la que las fuentes son inexistentes y no han perdurado. • Fase/ La protoestadística que abarca la segunda mitad del siglo XVIII (a partir de 1.760) y que, con las reformas del ministro Pombal, se conservan los primeros censos, tanto eclesiásticos como civiles, con datos de libres y esclavos. • Fase/ La estadística, con la aparición de un primer censo nacional brasileño (1.872) y la formación de registros civiles de nacimientos, matrimonios y defunciones (1840). S. XVI A la llegada de los portugueses a Brasil, a partir del siglo XVI, y con la expedición de Martín Alfonso de Sousa (1.530) comienza la ocupación efectiva y permanente de lo que hoy es Brasil. Realizaron la conquista a partir de asentamientos urbanos, en un territorio atrayente y exótico, cubierto por indígenas que fueron considerados como enemigos. Eran tribus nómadas o seminómadas que practicaban el canibalismo (durante los dos primeros siglos de colonización, la economía brasileña se basó en la explotación brasileña). Las primeras noticias que nos llegan de ellos proceden de informes fragmentarios de cronistas y eclesiásticos. Se cree que no superaban el millón de habitantes y se encontraban poblando una extensa zona del litoral costero, pertenecientes a las Lupis−guaranís, de lengua Lupí. Vivían en poblados de 400 a 800 personas divididas en clanes de parentesco. Se dedicaban a cultivar mandioca, maíz, frijoles, etc... a hacer la guerra contra sus vecinos Lupis, la cual ayudaba a estructurar la sociedad y también se dedicaban a la caza y poseyeron una tecnología superior a la de tribus de los alrededores. Los grupos indígenas que se conocen en Brasil por aquella época son: • Los Lupis o Lupis−guananís, que abarcan la zona del litoral, en Río Grande do Norte y Río Grande do Sul. Con la colonización emigran a Maranhâo, Pará y el Amazonas. • Los ges, que abarcan los territorios portugueses y subdivisiones internas. • Los aranques o maipures, en las Guayanas, el medio Amazonas y sus afluentes. • Las caraibas, del Sur ascendieron al Norte, llegando al Caribe y Las Antillas. 1

• Los beitoias, en las Guayanas y solimoes. • Los panos, la zona entre Madeira y el Ucapale. • Guaicurús, son belicosos y ocupan el Mato Groses. • Alófilo, como grupos de lenguas aisladas. La colonización en los primeros años del XVI tuvo 2 etapas: • 1500−1530, basada en una economía extractiva, sin asentamientos permanentes. • 1530−1550, con inicios de una explotación ganadera−agrícola y la aparición de los primeros asentamientos permanentes, con la llegada de extranjeros a núcleos agrícolas, en diferentes puntos de Brasil. Fue difícil, al principio, pues Brasil era una tierra desconocida, sobre la cual corrían las leyendas más extraordinarias: tierra lejana, agreste, cubierta de selva tropical, en donde arrasaban las epidemias, por lo que era difícil obtener una corriente inmigratoria espontánea. La 1ª etapa no originó ningún asentamiento estable y sólo entre el Cabo Sâo Roque y Cabo Frio, se instalaron puestos de rescate donde se cargaba el producto. Los conquistadores carecían de incentivos, pues estaban adheridas al punto de vista mercantilista y veían en el oro y la plata la base de la riqueza. La 2ª etapa se caracteriza por una política colonizadora más firme. Se inició por una explotación maderera y por la fundación de las primeras ciudades sobre la costa Sâo Vicente y Sâo Paulo. La fundación de las ciudades daba la seguridad de vivir en un marco legal o de cierto orden legal, pero sujeta a problemas: inexistencia de tribus sedentarias agrícolas, accidentada topografía y desconocimiento del trazado rectilíneo. Se crea el llamado sistema de capitanías que consiste en que los colonizadores empezaron a interesar en los indios de forma más intensiva y continua hasta llegar a la esclavitud. Frente a las incursiones francesas, la Corona Portuguesa tomó medidas destinadas a asegurar sus posesiones y defenderlas de estos ataques: • Dividió la costa brasileña desde Maranhâo hasta Santa Catalina da Sul, para colonizar las zonas cercanas a la Costa y a los ríos navegables. • Comenzó a impulsar una política de asentamiento y de creación de villas hacia el interior de la selva brasileña. Necesidad de buscar una economía alternativa y la eliminación de tribus indígenas enteras se le sometieron por medio de la esclavitud o por su reducción a poblados jesuitas (apróx. 3000), donde le sometieron a un intenso proceso de aculturación. Los jesuitas fueron sus educadores, protectores y abogados. Pero, a pesar de esta primera matanza, la huida indígena al Sur o al interior, volvió a originar un continuo ataque, con violencia y destrucción, que finalizo en matanzas, esclavitud y el confinamiento de estos en poblados de misión. El Norte de Brasil, sufrió un proceso de esclavitud, sobre todo, porque la caña de azúcar comenzó a cultivarse en el s. XVI y se convirtió pronto el recurso económico principal de Brasil. Esto configuró que, las poblaciones que no acabaran sometiéndose, acabarían siendo exterminadas. Los gobernadores reales empezaron a distinguir entre indios buenos y malos; los primeros eran los que aceptaban el cristianismo portugués y los segundos los que se resistían a la conversión. A partir de la segunda mitad del s. XVI el excesivo trabajo que originaban las plantaciones de azúcar, provocó una demanda de esclavos. Procedían de África por lo que se reactivó el comercio transatlántico. A largo plazo, modificaron la naturaleza de la población y de la cultura colonial de Brasil. Según Lockhart, entre 1550 y 1800 llegaron a Brasil unos 2.500.000 de esclavos. Los pusieron a trabajar en los ingenios (del orden de 100 en cada uno), comenzando a incrementarse inmediatamente la producción azucarera. Algunos como Brown afirman que los indígenas continuaban 2

existiendo, llegando a mantenerse unos 500.000 (nada que ver con las 2/3 de la población que llegaron a formar los esclavos) es en las selvas vírgenes, que han permitido la convivencia con grupos colonizadores, y la posterior supervivencia de algunos grupos actuales. Tal es el caso de los cabocos en el valle Amazónico (con fuertes mestizajes)o los indios salvajes chavantes en el estado de Matto Grosso. Estos hombres trajeron nuevas enfermedades de tipo endémico (sarampión, viruela, tuberculosis, ect...) que produjeron, junto con la hambruna de 1564 un desequilibrio de la población y los medios de subsistencia. El crecimiento vegetativo de los esclavos era siempre nulo. Algunas razones de esto, están citadas anteriormente como el hambre, las epidemias y otras nuevas como los malos tratos, la mortalidad infantil o la vida familiar desgarrada. Pero lo que más muertes provocaba era la dureza del trabajo pues eran desde peones agrícolas, pasando por esclavos domésticos, hasta gente que trabajaba en tareas de producción. Había, por otro lado, varios tipos de esclavos: ladinos (habían aprendido el portugués), criollos (esclavos negros nacidos en Brasil), mulatos (de sangre portuguesa). Los esclavos tenían su propia vida, costumbres y creencias que pudieron mantener, en cierto modo, al margen de la cultura portuguesa. Es, a partir de 1750, con la declaración de libertad del indio, dada por la Corona cuando empezaron allegar los primeros esclavos legales a Brasil. Un total de 2000 o 3000 esclavos pisaron tierra brasileña, procedentes de África. El motivo era simple, se requería mano de obra para todas las actividades productivas. Incluso, se llegó a un momento en que se permitió a los esclavos acceder a la libertad ya sea mediante testamentos, al nacer o comprándola. Así, las manumisiones aumentaron, poco a poco, dando paso de una clase de hombres libres que empezaron a ocupar ciertos papeles y funciones intermedias en la vida brasileña. A finales del XVI, ya existían 14000 negros en Brasil que aumentaron hasta los 16000 en el 1600. En Pernambuco, uno de los centros azucareros más importantes, había 2000 esclavos en 1580 mientras que en 1600 ya eran 5000, que ocupaban 2000 ingenios y producían 8000 o 9000 toneladas de azúcar. S. XVII Este siglo se abre con una expansión de la economía azucarera que llevará, a Brasil al dominio comercial de este producto. Tal es la situación que se llegó a la creación de estados azucareros negros en Pernambuco, con producciones de cerca de 14.000 toneladas y que, entre 1630 y 1640, ya habían propasado las fronteras de España. Goulart afirmó que fueron importadas alrededor de 500.000 o 550.000 negros. Gracias a ello resultó intenso el mestizaje, con la unión de indios y negros (zambos) y blancos y negros (mulatos), que se dio con mucha frecuencia, promoviendo la formación de una amplia gama de tipos racionales intermedios; característica de la población de Brasil, a lo largo de su historia. Otros autores afirman que el mestizaje se dio en tres formas distintas: 1ª/ Los mamelucos (portugueses e indios). 2ª/ Los mulatos (portugueses y negros). 3ª/ Los cafusos (negros e indios) y que fueron asimilados por los blancos. Según María Luiza Marcilio, la población brasileña se desarrolló a partir de tres elementos formativos y que eran laos indígenas, los europeos y los negros africanos.

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La población indígena se asimiló gracias al mestizaje. En los registros censales donde se clasificaba a la población mixta, se les acabó llamando mulatos o pardos, debido a las uniones de indios y blancos o indios y negros. Esto se traducía en ocupaciones determinadas del país y que llevó a los blancos y negros a la costa y a los indios al interior. Los mamelucos o mestizos ocupaban las zonas intermedias. Junto a éstas, la cantidad de población europea que, en época colonial, se asentaron en Brasil, fue relativamente pequeña. los inmigrantes blancos se asentaron en el seno de una de las siguientes categorías: • Colonos portugueses: sobre todo, fueron comerciantes que habían roto con flamencos y alemanes. Eran hombres de negocio que empezaban a ampliar su comercio legal e ilegal. Tenían en esta zona intereses múltiples y habían empezado a tomar residencia en Brasil, comenzando a modificar las pautas sociales de la colonia. • Cristianos nuevos: desempeñaron un importante papel en el Brasil del s. XVII. Los judio−conversos portugueses y sus descendientes siguieron siendo una fuerza vital en la sociedad portuguesa y brasileña. Todas compartían un mismo destino y las controversias teológicas, existentes en otros imperios, no existieron aquí. Seguramente una de las razones fue la conversión forzosa. La Inquisición no se estableció hasta 1537. Cuarenta años pasaron desde la conversión en masa de 1497, hasta esta fecha. Tiempo suficiente para que participaran en la aventura brasileña. Muchos se convirtieron en plantadores, en cultivadores de caña, en artesanos y en comerciantes; todos ocupando una amplia gama de pasiones locales. Pero el Brasil del s. XVII demostró ser una barrera insuperable para ellos, cuando la persecución inquisitorial se hizo más fuete. Así, después de 1660, los conversos nunca volvieron a desempeñar como grupo, un papel significativo en la historia brasileña, aunque no desaparecieron enteramente de la colonia (incluso en fecha tan tardía como 1720 fueron perseguidos en Rio de Janeiro y Minas Gerais, aunque su importancia había disminuido notablemente, se convirtieron en un segmento de la sociedad brasileña indistinguible). • Incursiones realizadas por franceses, ingleses, italianos, holandeses y españoles. Destacable es el caso de los holandeses, cuyas ambiciones, configuraron la llegada de otros europeos. A ellos les atrajo una riqueza azucarera, que a partir de 1624, produjo frecuentes intereses de establecimiento de navegantes y colonos holandeses. Esto provocó constantes enfrentamientos entre las autoridades portuguesas y los intrusos; se determino la fundación de numerosos pueblos, ubicados como barrera a la penetración extranjera. Finalmente, los holandeses fueron expulsados, a mediados del s. XVII. Los enfrentamientos de este período, que alcanzaron su mayor intensidad en el norte del territorio, resultaron muy importantes para la formación de una incipiente, pero firme conciencia nacional. Abandonando a un lado esta idea, diremos que la competencia extranjera de la Compañía Holandesa de Pernambuco, fue la causa principal de la expulsión a la que nos hemos referido anteriormente. Pero los holandeses no hicieron más que comenzar tal competencia: en 1630, el 80% del azúcar que llegaba a Londres era de Brasil; sin embargo, en 1690 el porcentaje disminuyó en un 10%, siendo los franceses los que produjeron la derrota del mercado azucarero de Brasil. Esta importante riqueza azucarera de Brasil, no sólo atrajo a holandeses y franceses, sino a gente de todos los niveles sociales de toda Europa. Un ejemplo destacable es el de Bahía que entre 1680−1740, fue ocupada por comerciantes y artesanos, que llegaron a conformar 2/3 partes de la población. Los inmigrantes estaban divididos en 3 escalafones: • Gobernadores, jueces reales, comerciantes y abogados. • Artesanos, soldados y marinos. • Esclavos africanos. 4

Aparte de formar Compañías, también formaban Hermandades (en la de la Misericordia de Bahía más de la mitad eran nativos de Europa), y se agrupaban en uniones matrimoniales entre portugueses e indias, dando lugar al nacimiento de mestizos. A medida que se fue desarrollando la colonia, estas uniones se fueron haciendo más raras, dando lugar a una población mixta afroportuguesa, cuyos cruces se denominaban pardos. Al mismo tiempo, las gentes de color empezaban a alcanzar un lugar de pleno derecho en la sociedad ibérica local. La aceptación de las distinciones basadas en el color y en el lugar de nacimiento, produjeron una absorción y fusión en la sociedad brasileña, dando lugar a la población mixta. A finales del siglo siguiente, esta población constituirá la mayor parte de los individuos libres de la colonia. Todo este proceso de crecimiento poblacional estuvo acompañado de una gran aceptación urbanizadora; así, durante el periodo que va desde 1580 a 1640, se colonizan las ciudades de Belem y Sâo Luis, al Norte brasileño; entre 1640 y 1700 se inicia una colonización intensiva de las capitales de Sâo Vicente y Rio de Janeiro, mientras que al Sur se funda Colonia del Sacramento. En el interior, el descubrimiento de las minas de oro de Minas Gerais, a finales de este siglo, hizo que esta zona sufriera un proceso de aceleración de la red urbana. S. XVIII Durante los primeros años de este siglo se descubrieron importantes yacimientos de metales preciosos en el sur de brasil, fundamentalmente, de oro y diamantes. Esta nueva explotación se tradujo en un cambio económico, y como no, demográfico, en Brasil. Sâo Paulo se convirtió en el principal foco desde donde partían los buscadores de estas nuevas riquezas hacia diversos puntos del territorio. A medida que se fueron abriendo las minas −Minas Gerais− las expediciones se fueron transformando en inversiones de caza de hombres, dado que los indios eran utilizados como mano de obra barata en al explotaciones mineras. Adquirieron gran importancia los llamados mamelucos; se trataban de bandas integradas, generalmente, por tipos mestizos −aunque el concepto tiene un sentido sociológico y no racial− dedicadas a asaltar las aldeas indígenas, con métodos de la más extrema violencia, a efectos de capturar esclavos para luego venderlos en las minas. Estos aventureros, que vivían del robo y de la agresión, tuvieron, sin embargo, una gran importancia para la historia de la constitución de Brasil, pues sus incursiones −frecuentemente respaldadas por las autoridades− abrían la selva a la penetración de pacíficas familias de colonos portugueses que se establecían en los lugares que los mamelucos habían limpiado. Así, los límites originales del Brasil portugués fijados por el Tratado de Tordesillas, fueron absolutamente desconocidos, y los territorios interiores del continente fueron sistemáticamente ocupados por los portugueses. Los mamelucos o bandeirantes −llamados así porque acostumbraban a llevar una gran bandera blanca al frente del grupo− pueden ser mirados como los pioneros de la expansión brasileña. Fueron el azote, no sólo de las poblaciones indígenas, sin también de las poblaciones españolas que trataban de instalarse en lugares disputados o fronterizos. Esta rápida colonización de territorios originó cambios políticos administrativos, como lo pone de manifiesto la creación, entre 1700 y 1820, de 160 nuevas villas y ciudades en Brasil. Sin embargo, su finalidad era muy distinta a lo que había proporcionado su origen: establecer estamentos fijos para la eliminación del vagabundeo y el bandolerismo. La población libre de color aparece como el grupo de crecimiento más rápido en el periodo posterior a 1750. Esta población libre vivía en Sâo Paulo y el Sur en granjas de subsistencia pequeñas e independientes; en el nordeste se les llamaban moradores y vivían subordinados a una plantación o una rancho. Muchas huían periódicamente a las ciudades costeras donde pasaban a engrosar las filas de los pobres urbanos.

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La esclavitud, sin embargo, a pesar de que crecía, se veía deprimida por las condiciones de la esclavitud y por el desequilibrio sexual creado por la tendencia a exportar más hombres que mujeres (había menos uniones y, por lo tanto, nacerán menos hijos). En este siglo, las jerarquías sociales no habían cambiado mucho: • Plantadores, hacendados, comerciantes −de origen europeo− junto con altas dignatarios, militares de carrera y eclesiásticos. • Funcionarios, artesanos, tenderos, etc... • Esclavos. Empezaremos a analizar este último grupo. Fue reclamado para trabajar en las minas y en las plantaciones de azúcar. Brasil recibió en total de 1.700.000 de esclavos. La zona minera estaba caracterizada por la abundancia de mano de obra servil y por un trato inhumano, que determinó diversos levantamientos de esclavos. La aristocracia levantó algunas ciudades desaparecieron con el agotamiento de las minas. Posteriormente, el desarrollo de una economía minera al Sur, provocó el desplazamiento de la mano de obra hacia dicha zona, en detrimento del norte. Comenzó así una decadencia de esta zona, por los métodos inadecuados de explotación por la escasez de mano de obra. Las plantaciones de azúcar fueron muy importantes para el desarrollo de la economía brasileña. En el Noreste es donde se hallaban las más grandes, trabajadas por esclavos negros y propiedad de una oligarquía de plantadores, los senhores del ingenio. Estos esclavos eran los que sostenían la economía del virreinato. Frente a una oligarquía de plantadores, mineros, terratenientes ganaderos y grandes comerciantes que controlaban la sociedad brasileña del s. XVIII. En el Sur había grandes latifundios dedicados a la ganadería extensiva y la explotación de cueros. Sin embargo, hay que destacar la escasa presencia de buenos puertos para desarrollar esta labor. Muchos de estos señores (plantadores de azúcar), que tenían grandes propiedades, se vieron perjudicados por el desplazamiento de la mano de obra hacia tierras del Sur. El segundo elemento social es el de las ciudades donde existía una pequeña clase media, sin apenas peso en el desarrollo de la ciudad (pues nunca adquirieron fuerza suficiente como para convertirse en un sector influyente), compuesta por pequeños comerciantes y artesanos. A finales del s. XVII, Brasil experimentó una tendencia general de aumento demográfico. ¿Por qué? Favorables condiciones económicas, creciente demanda de productos brasileños e incremento de la inmigración europea (sobre todo de esclavos a Maranhâo, Pernambuco y Bahía). En Brasil hacia 1789 había 3.250.000, de los cuales un 29% era de población blanca, la negra era de un 58%, los indígenas era sólo de un 7%, y los mestizos, eran el resto (6%). Esta cantidad de población negra suponía que 1/3 de la población fuera esclava en 1800. S. XIX A partir del s. XIX se comenzó una política inmigratoria, abanderada con una intensa propaganda por Europa, paisajes subvencionados, alojamiento gratuito al llegar, facilidades de compra de parcelas, ect...

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Esto tuvo efectos inmediatos y así numerosos Estados, lo empezaron a notar. Según Lockhart, un 47% de la población vivía en las regiones del nordeste de Piavi a Bahía; un 27% en Rio de Janeiro y sus alrededores y Minas Gerais; el Sur contaba con un 13,5%; las regiones septentrionales de Pará y Maranhâo llegaron a un 9% y los diversos campamentos mineros y haciendas de las capitanías de Matto Grosso y Goias contenían el restante 3,5% de la población. En 1818 la población era de 3.805.000 habitantes con un 27,3% de blancos (1.040.000), un 6,5% de indios (250.000), un 50% de negros africanos (1.930.000) y un 15,4% de mulatos y negros (585.000). Unido a ello, podemos ver las variaciones poblacionales dadas por Alden; que amplían nuestro conocimiento regional. (CUADRO/TABLA 6) La mayoría de la población se caracterizaba por unos altos índices de natalidad y mortalidad (estudios para minas Gerais y Sâo Paulo, indican que la población era joven y crecía a un buen ritmo). Estaba dividida en familias, cuyo tamaño medio tendía a ser grande, pues en ellas estaban incluidos los llamados esclavos y los llamados agregados que podían ser familiares, arrendatarios, antiguos esclavos o empleados. La vida familiar también se caracterizaba por unos elevados niveles de miembros ilegítimos (ej. Sâo Paulo cerca del 40%). La oligarquía blanca había ido adquiriendo, a lo largo del periodo colonial, conciencia de su poderío real, y de las enormes posibilidades de Brasil, muy superiores a las que podía tener Portugal en Europa. Los sucesos de principios del s. XIX influían de manera decisiva en el afianzamiento de esa conciencia nacional y lo transformarían en un impulso independentista. El mercado brasileño se abría al mundo y sus clases dominantes veían un porvenir dorado, en el cual la idea de la independencia se imponía como imperativo histórico, poco antes o después. Durante los primeros años del reinado de Pedro II, el Brasil realizó algunos progresos materiales; se mantuvo el crecimiento, como ya hemos dicho anteriormente, a base del alto índice de natalidad y de la constante importancia de los esclavos. Se crearon ferrocarriles y se desarrolló la marina nacional. Desde el punto de vista económico, la decadencia de las plantaciones azucareras fue sustituida por el auge de las plantaciones de café; en 1869 Brasil producía ya más de la mitad del café mundial y las necesidades de traslado de la producción desde las plantaciones hasta los puertos de exportación dieron gran impulso a la construcción de ferrocarriles. Este progreso material no se vio acompañado por medidas de reforma social. La sociedad brasileña continuó basándose en enormes desigualdades. Las tres zonas más desarrolladas fueron: • Bahía, al Norte. Poseía, entre 1836−1845, 23.163 esclavos, que se incrementarían cuando se produce el trasvase de 60 ingenieros a 150 y de 70.000 arrobas de azúcar anual a 350.000. • Rio Janeiro, en el centro. Con 275.000 habitantes en 1872, de los que 84.000 eran extranjeros a duplicarse en 1890. • Sâo Paulo, en el Sur. Dedicado al ganado vacuno y ovino, que se incrementan en un 5% (1872−1886) al 8% (1886−1890). En la segunda mitad del s. XIX, el flujo de población llegada a Brasil, fue mayor, pues se necesitaban nuevos pobladores para trabajar en plantaciones), que además estaban animadas por el aumento de la velocidad y capacidad de los medios de transporte marítimos. Sin embargo no fue todo deseado, en cuanto a los esclavos, por un problema: la abolición de la esclavitud no se produjo hasta 1880, lo que atrajo a muchos españoles. Para confirmar esto, esta el censo realizado en 1872, que muestra la población total, la población extranjera y la española, en cuatro zonas: para Paraná la población total es de 126.772 habitantes, la extranjera 2.654 y la española, solo 18; para Rio Grande, la 7

población total es de 446.962, la extranjera 27.075 y la española de 282; Santa Catalina contaba con una población total de 159.802 habitantes, una extranjera de 14.368 y una española de 78; para Sâo Paulo, la total era de 831.354, la extranjera de 14.843 y la española de 243. Esto hace un total de 1.564.890 de población total, de 58.940 de población extranjera y de 620 españoles. Esto determina un español por cada cien extranjeros y cuatro por cada diez mil habitantes de aquel país. Centrándose en el aspecto de la esclavitud, en Rio, hacia 1860, había 100.000 esclavos, con un aumento hasta 29.000 en 1870. Lo más característico de ello, eran las migraciones internas de esclavos del territorio brasileño, pues ya no procedían de África (en 1850 se había producido el final del tráfico Atlántico de esclavos). De las zonas donde se concentraban, Minas Gerais, Rio y Sâo Paulo, se producían inmigraciones de esclavos a las zonas del interior donde eran necesarios. Por aquel entonces, G. Bretaña presionaba seriamente a Brasil; para que este aboliera la esclavitud. Las Antillas británicas producían mano de obra asalariada, y la competencia brasileña, con mano de obra servil, no le era conveniente. Los plantadores y terratenientes combatieron, en Brasil, la adopción de dicha medida, a la cual el propio emperador era adepto. Pero en un país de economía muy dependiente de Gran Bretaña, resistir las presiones de la gran potencia insular resultaba muy difícil. Finalmente el 30 de Mayo de 1888, se declaró abolida la esclavitud, sin compensación alguna para los ex−propietarios. Esta abolición provocó hondas alternativas en la sociedad brasileña. Numerosas fábricas y plantaciones que trabajaban con mano de obra servil cerraron sus puertas; los productos comenzaron a escasear y subieron de precio; la población desocupada, negra, se trasladó a las ciudades masivamente, generando problemas, habitacionales, laborales y políticos, gravísimos. Los oligarcas, sintiéndose despojadas, comenzaron a conspirar, afianzándose así el movimiento republicano. El hecho del control británico motiva la reducción constante de los esclavos negros y que culminaran con la libertad de 700.000 esclavos en 1888. Mientras, las fechas indicadas de Ciudad nos permiten ver el descenso generalizado que se iba produciendo entre 1811 y 1860: 1811−1820= 266.800 1821−1830= 325.000 1831−1840= 212.000 1841−1850= 338.000 1851−1860=3.300 Los periodos más altos coinciden con el café y el caucho y los descendentes, con la decadencia del café y la sustitución del caucho y con la posterior sustitución de la mano de obra esclava por inmigrantes extranjeros. La creación de emigraciones subvencionadas desde 1880, supone un aumento espectacular de la población: los extranjeros crecieron hasta los 500.000 en 1890. ¿Por qué? Por la integración de América en ña economía mundial y, sobre todo, la abolición de la esclavitud. A toda América Latina llegaron, entre 1882 y 1900 un total de 926.290 personas. El primer movimiento que propició la llegada masiva de extranjeros fue el movimiento del café. El segundo es el movimiento colonial agrario, el tercero fue el sistema de parcería y, el último, fue el denominado trabajo libre en el café, que supone la gran llegada de españoles. Los primeros inmigrantes en llegar fueron los alemanes, que fundaron las primeras colonias agrícolas con 8

10.000 habitantes en Rio Grande do Sul (1850) frente a los 7.300.000 habitantes de Brasil. Los contratos agrarios con compañías privadas, atrajeron a los italianos a la zona de Caxias do Sul (1874) con 40 hombres. El nuevo sistema de parcería congregada a poblaciones negras y extranjeros trabajando en la misma facenda de café. El porcentaje hizo aumentar el número de inmigrantes a 350.000 o 400.000 hombres. Veriqueiro inicia un proceso que consistía en pagarles un pasaje transatlántico y el transporte del puerto a la fazenda, con derecho a cultivar una tierra en ésta. Debían devolver, después, el dinero del pasaje y, con el porcentaje obtenido del trabajo pagar el fazendero(mitad del valor de cualquier alimento cultivado) y que se enviaba al mercado. Pero el incremento de inmigrantes llega con el último movimiento y, sobre todo, a raíz del derecho de abolición de la esclavitud; así el año 1888 nos deja ver un incremento que va desde los 33.000 a los 85.000, respectivamente, con un aumento posterior, a partir de 1889, hasta 1900, que hace que se sitúe la cifra de inmigrantes en nada menos que 878.000 personas. A pesar de la atracción del trabajo y de los buenos salarios que ofrecían, las condiciones les hacía asemejarse demasiado a un simple esclavo. De ahí que, algunos gobiernos, a pesar del interés de incrementar su dominio sobre territorio español, lanzaron leyes de limitaciones de los resultados. Los reclutamientos de 1896 se lanzan sobre zonas con contactos marítimos, del territorio español, como Galicia o el P. Vasco (como más adelante se indica). Ante esto, Epaña suprimió la limitación en 1900: con la llegada de 5.946 españoles en el periodo de 1886−1900, no eran difíciles las reclamaciones familiares al no saber nada de ellos a su llegada a Brasil. El gobierno español lanzó reclamaciones aludiendo los pagos por las participaciones militares. El incremento de las ciudades y la especialización económica fue lo que hubo a partir de entonces Viotti nos recoge unas cifras importantes:

1872 1890 1900

Población en las capitales 1022655 1133087 2032284

Total población del país 101120061 14330915 17318556

Fue el Estado de Sâo Paulo es que ejerció mayor atracción, canalizada a través de la Sociedad Promotora de la Inmigración, de carácter oficial y que pretendía acabar con las creencias de las malas condiciones de vida en Brasil y con la preponderancia de agentes privados que reclutaban por su cuenta. Las ventajas que aquella ofrecía eran: transporte gratuito desde Rio de Janeiro hasta Sâo Paulo (en ferrocarril y barco) y ocho días de estancia gratuita en el hotel de inmigrantes. Al disolverse la Sociedad, se crearon Compañías particulares de Navegación, que firmaban contratos con agricultores y sus familias, principalmente del País Vasco, Navarra, Galicia e islas Canarias. Los otros estados también incrementaron su número , gracias a sus buenas condiciones agroclimáticas, y a la proximidad con Sâo Paulo. Así en Paraná, la población total, hacia 1900, era de 327.136, la extranjera de 38.457 y española de 544; en Rio Grande la total era de 1.149.070, la extranjera de 129.329 y la española de 3.684; en Santa Catalina la población total era de 2.282.279, la extranjera de 467.778 y la española de 34.777. Así las cifras totales son de 4.078.771 habitantes como población total, 656.743 como extranjera y 39.112 como española. Esta última cifra representa una gran subida respecto al censo de 1872 (620 hab.), pero sin embargo, los españoles seguían respecto a otros paises (en Sâo Paulo, representaban el tercer grupo, después de italianos y portugueses).

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Más allá de algunos procesos técnicos y algunas normas de progresistas, impulsadas por los primeros presidentes liberales, el Brasil de principios de siglo XX, conservaba todas las características de injusticia social y de dependencia económica, que lo habían marcado a lo largo de todos los años anteriores de existencia. Con 17 millones de habitantes y grandes diferencias sociales; la tierra concentrada en poquísimas manos. El desarrollo industrial era escaso y absolutamente dependiente (sobre todo, de Gran Bretaña, pero también de Francia y EE.UU.). Había una economía casi monocultiva; donde el predominio de los cultivos cafeteros era absoluto. El Brasil desmentía una cruda realidad de los hechos, de la imagen de prosperidad que los intelectuales, vinculados a los sectores dominantes, podían dar. La economía brasileña siguió expuesta a los vaivenes del mercado internacional, y a las fluctuaciones del precio del café y el caucho (teniendo este último una importancia como producto exportable que creció espectacularmente a partir de inicios de siglo). Los déficits económicos se fueron paliando con empréstitos, que aumentaron la dependencia a los grandes antros financieros internacionales o la población continuó aumentando constantemente, por efectos, sobre todo, de inmigración italiana y alemana: más de 30.000.000 de habitantes tenía Brasil en 1920. Toda la actividad económica de Brasil, se centraba en la zona poblada del Atlántico, permaneciendo el interior del país aún inexplorado. BIBLIOGRAFÍA • AA.VV., Pequeño Laurousse Ilustrado Universal, 1999. Ed. Círculo de lectores, Barcelona, 1998. • Brown, R., Brasil, pueblo y costumbres. Ed. Sayma, Barcelona, 1961. • Ciudad, A; Lucena, M y Malamud, C., Manual de Historia Universal 10 América Ed. Historia 16, Madrid, 1992. • Klein, H., La inmigración española en Brasil. Archivos Indianos, Oviedo, 1996. • Livi Bacci, M (coord)., Modelos regionales de la transición demográfica en España y Portugal,(Actas del IIº Congreso de la Asociación de Demografía histórica. Alicante, 1990). Artículo de Joâo Arriscado Nunes: O declinio da fecunidade em Portugal −um balanço critico da investigaçâo reciente, pps. 13−48. • Lockhart, J., América Latina en la Edad Moderna: una historia de la América Española y el Brasil coloniales, Ed. Akal, Madrid, 1992. • Mendoga, R. de., Breve historia de Brasil. Ed. Cultura hispánica, Madrid, 1950. • Palazón Ferrando, Salvador., Los españoles en América Latina 1850−1990. Ed. Cedeal, Madrid, 1995. • Revista de Indias, 1992, vol. LII, núms. 195/196. Cap: Los españoles en un país más allá del Océano, Brasil. Notas acerca de las etapas de la emigración, por Elda González Martínez. • Revista de Indias, 1973−74, vols. XXXIII−XXXIV. Cap: Notas sobre urbanización colonial en la América Portuguesa, pp. 383−398, por Carmen Aranovich. • Viotti do Costa, E., Brasil: de la monarquía a la República. Consejo Nacional para la cultura y las artes, México, 1995. • Historia de América Latina Vol. IV América Latina colonial; población, sociedad y cultura, Barcelona, Crítica, 1990. Capítulo 2: La población del Brasil colonial por M. Luiza Marcilio. La población del Brasil colonial en Bolhel: Manual de América Latina. Mendoga, R. De: Breve hª de Brasil. Id. Cultura hispánica. Madrid, 1.950. Ciudad, A; Lucera, M y Malamud, C: Manual de Hª de Universal 10 América. Ed. Hº 16, 1.992. Mendoga, R. Idem.

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