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CIRUGIA DEL QUISTE HIDATIDICO DE PULMON Praf. Dr. R. LOZANO
equinococosis pulmonar no tiene más tratamiento eficaz que el quirúrgico, consistente en la extirpación del parásito. Debe extirparse antes de que en su crecimiento y evolución entre en conflicto con los bronquios o la cavidad pleural y dé lugar a complicaciones. De estas dos premisas, que considero necesarias para un tratamiento ideal del quiste hidatídico de pulmón, la primera, extirpación del quiste, puede realizarse siempre. La segunda, su extirpación antes del desarrollo de las complicaciones posibles, no siempre lo logramos, porque el quiste de pulmón en sí es asintomático en principio y su hallazgo constituye casi siempre una sorpresa en exámenes radiológicos de rutina, realizados con fines profilácticos. .
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El quiste puro, pequeño o grande, asintomático y descubierto por azar, o con sintomatología mínima, debe ser intervenido inmediatamente. Esta afirmación reposa en las razones siguientes: 1.a Cuanto más pequeño es el quiste más fácil es su extirpación, menores las lesiones ocasionadas por él en el parénquima pulmonar
y menor, por tanto, la morbilidad postoperatoria. 2." La vómica casi nunca es curativa, sino que en el 93 % de los casos significa una complicación grave en el curso de la enfermedad y no evita la intervención quirúrgica. 3." El tratamiento biológico con antigeno es inoperante. Por tanto, creer que el quiste pequeño, del tamaño de una ciruela o menor no de be operarse, sino que hay que esperar a que aumente de tamaño; creer que la vómica cura, y creer que puede establecer-· se un tratamiento biológico en la esperanza de que el organismo humano elimine el parásito mediante una vómica, son errores que es preciso combatir con tenacidad, por ser ellos la causa de la demora y retraso en establecer la indicación operatoria. Actualmente no existe unanimidad en cuanto a la conducta quirúrgica para tratar el quiste hidatídico de pulmón. Por esta razón,. la exposición de los diversos crite .. rios me llevaría lejos de poder establecer conclusiones útiles. Voy, por tanto, a exponer mi criterio
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forjado en la experiencia adquirida después de haber intervenido ,653 quistes hidatídicos de pulmón. Mi criterio y conducta quirúrgica actuales se apoyan en el análisis y estudio del curso postoperatorio de 235 casos intervenidos antes del año 1947, año de la introducción de la baronarcosis, en busca de explicación a la causa de las secuelas posthidatídicas a las que UGON denominó muy justamente «enfer-
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venticia periquística, y de otra, las alteraciones ocasionadas en el pulmón, en sus bronquios y vasos. La reversibilidad o irreversibilidad de estas últimas condiciona la persistencia de los trastornos postoperatorios. Es imposible efectuar el análisis completo de esta cuestión en el tiempo de que dispongo, pero por lo menos quiero afirmar que constituye la base en que se apoya el criterio quirúrgico. Estos
1. Quistes sin alteraciones periquísticas (en bronquios, parénquima o vasos). Quistes hialinos puros con adventicia fina y elástica.
n.
Quistes con alteraciones periquísticas reversibles. Hialinos con signos de sufrimiento: a) Viejos y de tamaño medio. b) Con episodios infecciosos, anteriores y pasajeros del espacio perivesicular. c) Con infección persistente del espacio perivesicular. d) Con rotura anterior de la membrana parasitaria y evacuación parcial del líquido hidatídico y que continuan vivos y rellenos con el aspecto de un quiste puro. Abiertos e infectados: al Abiertos y evacuados parcialmente por bronquio. b) Retención de membrana en cavidad seca de escasa antigüedad.
nI. Quistes con alteraciones periquísticas irreversibles: a) b) c) d)
De gran tamaño o edad. Supurados, con retención de membrana de larga fecha. Membrana encarcelada, con periquística fibrosa. Quistes puros, con neumonitis periquística y atelectasias periquísticas, que no desaparecen al extirpar el quiste. (Comprobación en la operación.) e) Cavidades residuales tras vómica sin retención de membrana.
IV. Quistes abiertos en cavidad pleural.
medad posthidatídica», y en la observación de los resultados recientes obtenidos en enfermos operados por los métodos que preconizo. En el momento actual, cuando la cirugía del quiste hidatídico de pulmón casi nos permite garantizar el éxito de la operación «quod vitam», estas secuelas postoperatorias cobran mayor realce. Ellas tienen como origen, de una parte, la presencia de la membrana ad-
fundamentos los sintetizo en una clasificación de los quistes de pulmón. La clasificación enunciada por DEVÉ divide los quistes en centrales, parahiliares y periféricos, y a su vez cada uno de éstos en hialinos, infectados y abiertos o vomicados total o parcialmente. Esta clasificación, aparte de errores en algunos conceptos, es insuficiente como guía de nuestra con· ducta terapéutica, porque no hace
Marzo-Abril 1959
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referencia a las lesiones existentes en el huésped. El cirujano precisa fundamentar su táctica y técnica quirúrgicas en el más preciso conocimiento de las lesiones anatomo-patológi'cas y alteraciones fisiológicas que