Comentario de Walking around de Pablo Neruda

Comentario de “Walking around” de Pablo Neruda. Walking around 1 Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cine

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Comentario de “Walking around” de Pablo Neruda.

Walking around 1

Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza.

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El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos. Sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

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Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre. Sin embargo sería delicioso asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja. Sería bello ir por las calles con un cuchillo verde y dando gritos hasta morir de frío. No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas, vacilante, extendido, tiritando de sueño, hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra, absorbiendo y pensando, comiendo cada día. No quiero para mí tantas desgracias. No quiero continuar de raíz y de tumba, de subterráneo solo, de bodega con muertos ateridos, muriéndose de pena Por eso el día lunes arde como el petróleo cuando me ve llegar con mi cara de cárcel, y aúlla en su transcurso como una rueda herida, y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

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Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas, a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a ciertas zapaterías con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas. Hay pájaros de color azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera,

hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos. 40

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Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con olvido, paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias. ( De “Residencia en la tierra II”, 1933-35 )

Pablo Neruda (1904-1973 )

Introducción al texto La Segunda Residencia (1933-35) está compuesta en los años de estancia del poeta en España, tras unos años de diplomático en Extremo Oriente (La India, Indonesia) en los que escribirá un libro de tono absolutamente novedoso al que llamaremos la Primera Residencia (1925-1932). Pablo Neruda se inscribe en la ruptura vanguardista de los años 20 contra la poesía y el arte tradicional caracterizado por lo que se denominaba la pureza. Junto a Cesar Vallejo y su libro Trilce (1922) y Vicente Huidobro y su obra Altazor (1919-1931) componen la triada de los fundadores de la primera vanguardia literaria en Hispanoamérica. Podríamos relacionarlo también con el sombrío libro de T.S. Elliot The waste land (1922) en el que aparece también una imagen problemática, oscura y contradictoria del ser humano en el mundo. En la literatura española podríamos emparentarlo con el libro Sobre los ángeles de Rafael Alberti y con el extraordinario alegato poético y social que constituyó Poeta en Nueva York (1931) de Federico García Lorca. El manifiesto “Sobre una poesía sin pureza”, que Pablo Neruda publicó en el primer número de la revista Caballo verde para la poesía (1935 ), resume el estado ético y estético de una época de crisis generalizada, que rompe con Juan Ramón Jiménez e indaga en nuevos caminos para la vanguardia. En efecto, si hay una poesía que se sitúa en las antípodas de la de Juan Ramón Jiménez o Pedro Salinas es la de Pablo Neruda. De hecho Juan Ramón Jiménez y Pablo Neruda

representan polos opuestos y mantuvieron una fuerte rivalidad y enfrentamientos personales y poéticos. No en vano, el poeta de Moguer había sido la primera influencia que recibieron los jóvenes poetas del 27. Con la llegada de los años sombríos de finales de la década de los 20 y los años 30, la figura de Pablo Neruda será el nuevo foco de luz que iluminará a los ya maduros poetas de la generación de Lorca, Alberti, Aleixandre... Hacía mucho tiempo que los versos de Neruda habían dejado de identificarse con las lilas, las amapolas y los pájaros, como símbolos de un esteticismo natural y despreocupado. Aunque la Guerra de España supuso una conmoción, y en eso no miente, necesitamos tener en cuenta que llevaba años escribiendo sobre basuras, cáscaras, hierros oxidados y ropa sucia para comprender las razones poéticas de su politización. Según la nueva poética de Neruda, el mundo no está bien hecho, el ser humano es una porción de fragmentos descoyuntados, hundidos en el desarraigo existencial. La civilización supone la escisión entre mundo y mente. La vida es continua alienación y el hombre se hunde en la náusea y en un mar de angustia. Es lo que refleja el poema Walking Around. La indagación solitaria en la subjetividad que había iniciado hacía poco se encuentra con la nada, porque lo único que descubre el paseante es la fragilidad de sus esencias interiores, comparables al paisaje deteriorado de las ciudades. Neruda se cansa de ser hombre en “Walking Around” al comprobar que la indagación subjetivista se había convertido en un callejón sin salida, condenada a identificarse más con los vertederos que con la melancolía de las ruinas. El poeta camina solo en la gran ciudad como ser gregario, perdido entre la multitud anónima. La vida es vulgar y uniforme. Neruda refleja la fealdad, la aridez, la separación, la violencia de ese orden impersonal, burocrático y mercantil. Todo es inhóspito y el poeta se siente "navegando en un agua de origen y ceniza", "hospitales donde los huesos salen por la ventana, / a ciertas zapaterías con olor a vinagre,/ a calles espantosas como grietas/ (...) paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, /y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias.

Todo emana desamparo y un frío mortal. Neruda pinta la ciudad como los pintores expresionistas. Los hombres que deambulan por ella son dirigidos por ordinarios y vulgares destinos. La visión del poema es prosaica y degradada... pero, sin embargo, Neruda rescata toda esta materia deforme y pedestre, toda esta realidad perecedera y ruinosa... El poeta recoge todos estos desechos y apela a su angustia existencial para convertir este material en palabra poética. Muestra en estos versos la pluralidad de lo real, convierte el caos y el desorden en un nuevo lenguaje poético que se revela como campo de fuerzas contradictorias. No nace esta nueva poética de la tradición literaria, sino de su propia aprehensión de un mundo caótico, feo y contradictorio en el que el hombre se ve perdido, sin mitos a qué asirse. Constituye con los otros poetas que hemos citado el nacimiento de una nueva poética en consonancia con las vanguardia artísticas que se alejan de la "pureza". La poesía de Neruda no puede entenderse sólo como muestra de una tradición o antitradición hispana. Revela todo un movimiento internacional que se dio en los años 20 y 30.

Su lenguaje, como el mundo que muestra, es desarticulado, conecta con el antiarte, es un arte de la negación sombrío y angustiado. Revela la insumisión, el rechazo, el vómito, el surgimiento de la tiniebla interior... Está cargado de desazón y de oscuridad. Da salida a los más oscuros instintos del hombre. Pero a partir de una obra como ésta, la realidad poética se ha ensanchado poderosamente. La poesía ya no se centra en la búsqueda de la trascendencia o de la belleza o la eternidad. Estas no están por aquí. El mundo es sombrío y el ser humano camina como un caracol encogido entre tinieblas de ciudades deshumanizadas.

Apunte biográfico de Pablo Neruda

Pablo Neruda es el seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, poeta chileno considerado uno de los más importantes del siglo XX. Nació en Parral el año 1904. Adopta su seudónimo a los 16 años y en 1921 se traslada a Santiago donde estudiará pedagogía en francés en la Universidad de Chile aunque nunca llegó a convertirse en profesor de francés. En 1923, con sus ahorros y la colaboración de sus amigos sufraga la publicación de su primer libro Crepusculario. Al año siguiente aparecen sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, en el que todavía se nota una influencia del modernismo y que se convirtió en un éxito de ventas (ha superado el millón de ejemplares), y lo situó como uno de los poetas más destacados de Latinoamérica. Posteriormente se manifiesta un propósito de renovación formal de intención vanguardista en tres breves libros publicados en 1926: El habitante y su esperanza ; Anillos (en colaboración con Tomás Lagos) y Tentativa del hombre infinito. En 1927 comienza su larga carrera diplomática cuando es nombrado cónsul en Rangún, Birmania. En sus múltiples viajes conoce en Buenos Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti. En 1935, Manuel Altolaguirre entrega la dirección a Neruda de la revista Caballo verde para la poesía en la cual es compañero de los poetas de la generación del 27. Ese mismo año aparece la edición madrileña de Residencia en la tierra. En 1936 al estallar la guerra civil española muere García Lorca y Neruda es destituido de su cargo consular, y escribe España en el corazón. En 1945 obtiene el premio Nacional de Literatura. En 1950 publica Canto General, texto en que su poesía adopta una intención social, ética y política. En 1952 publica Los versos del capitán y en 1954 Las uvas y el viento y Odas elementales. En 1958 aparece Estravagario con un nuevo cambio en su poesía. En 1965 se le otorga el título de doctor honoris causa en la Universidad de Oxford , Gran Bretaña. En octubre

de 1971 recibe el Premio Nobel de Literatura. Muere en Santiago el 23 de septiembre de 1973 . Póstumamente se publicaron sus memorias en 1974, con el título Confieso que he vivido. Poeta enormemente imaginativo, Neruda fue simbolista en sus comienzos, para unirse posteriormente al surrealismo y derivar, finalmente, hacia el realismo, sustituyendo la estructura tradicional de la poesía por unas formas expresivas más asequibles. Su influencia sobre los poetas de habla hispana ha sido incalculable y su reputación internacional supera los límites de la lengua. De ideas políticas izquierdistas, fue miembro del Partido Comunista chileno y senador entre 1945 y 1948. En el año 1970 fue designado candidato a la presidencia de Chile por su partido y, entre 1970 y 1972, fue embajador en Francia. División de su obra PRIMERA ÉPOCA. Desde los orígenes en la infancia hasta el primer viaje fuera de Chile (1927): poesía del amor, singularmente egocéntrica, algo anárquica en la forma y muy nihilista en lo que toca a la concepción del orden social y del mundo. Influencia de Rubén Darío. Crepusculario (1923) y Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) son las obras más representativas. Estos dos libros son, por lo demás, los mejor difundidos de su autor y los que conservan mayor número de admiradores entre quienes nada quieren saber de su aventura política. SEGUNDA ÉPOCA. Cuando Neruda salió de Chile, se fue al Oriente y se estableció en Rangún (Birmania). Las piezas escritas entonces caben casi totalmente en la versión de Residencia en la tierra (1937). TERCERA ÉPOCA. Es ya la etapa política iniciada con España en el corazón (1937) y proseguida con Canto general (1950), libro que vale por no pocos volúmenes individuales, pues contiene miles de versos y se distribuye en muchísimos temas. Otros títulos dignos de atención en esta etapa son Canto de amor a Stalingrado (1942) 28 de enero (1947), etc. La tercera época se prolonga en los años que siguen, pues el autor no ha renegado de su filiación política, y continúa siendo, para todo el mundo de la cultura, uno de los más representativos escritores comunistas del presente; pero es justo aceptar que podría intentarse una división final. CUARTA ÉPOCA. Aparecen las Odas elementales. En los últimos años, y a partir de 1954, Neruda ha querido aclarar su expresión, muy turbia en algunos períodos, y en especial en las épocas segunda y tercera, según la enumeración anterior, y de esta decisión nacieron las Odas, en conjunto una especie de diario lírico íntimo (y civil a la vez, pues la intención política subsiste), en que se tratan, alternativamente, cosas domésticas, reminiscencias de viajes, bagatelas, sucesos del vivir callejero, pequeñeces y hasta trivialidades.

Además de los libros citados y cabalgando sobre las fechas anotadas antes, hay libros enteros que salen de estos marcos, a saber: Versos del capitán (1953), aparente retorno a la primera época, como Cien sonetos de amor (1959). Desde otro punto de vista, cabría señalar en la expresión y estilo de Neruda, esto es, en el sistema de formas literarias que emplea obtener la comunicación con el lector, ciertos cambios u posiciones que darían base a un estudio monográfico. Sin llegar a tanto anotamos los principales cambios que vemos en su estilo: 1.- PERÍODO DE EXPRESIÓN DIRECTA. Desde los orígenes hasta la publicación de Veinte poemas de amor (1924), el poeta aspira a decir con rectitud lo que siente. Si está enamorado, lo declara; si un paisaje le gusta, lo describe y elogia. Hay, en fin, una relación directamente proporcional entre lo que siente y lo que se expresa, sin perjuicio del uso de metáforas, símbolos y otras figuras que pueden contribuir a facilitar la expresión. En este mismo período podemos imaginar, además, cierto abandono íntimo: el poeta no calcula el efecto que va a causar, y su canto parece, a menudo, ser el fruto de una fluencia natural irrestañable. 2. PERÍODO EXPERIMENTAL. Poco después vienen los libros a los cuales daremos el nombre de experimentales, en el sentido de que con ellos el poeta muestra sus búsquedas en el estilo. Está experimentando, o si se prefiere, tanteando, a ver si su expresión logra alguna mayor originalidad 3. PERÍODO DE EXPRESIÓN INDIRECTA O INVERSA. ¿Cómo salió Neruda del período experimental? Había dos maneras honorables de salir: o volver a la expresión directa o adoptar otra, que para abreviar llamaremos indirecta o inversa. El primer fruto de este cambio es ya todo un libro, Residencia en la tierra, que se convierte en un ciclo de varios años de producción. Los cambios son notorios. El breve poema de amor, de expresión en todo directa, truécase en un extenso poema unitario (con unidad de inspiración), donde la expresión es a menudo (y no siempre) indirecta o inversa. Apela el autor a cosas incomunicables por definición, como los sueños, o descompone la realidad en una visión íntima (suprarrealismo), para su solo uso, que no puede pretender que capte el lector en las propias dimensiones que cobró para el poeta. Es el período popularmente llamado oscuro, es decir, de difícil comprensión, esotérico, durante el cual Neruda perdió algunos de sus admiradores, pero adquirió otros, los snobs, quienes declaraban primero que la poesía no era para ser entendida, segundo que la de Neruda era ininteligible y tercero, que en consecuencia se le debía admirar sin trámite. 4. PERÍODO DE EXPRESIÓN DIRECTA. Neruda pudo quedarse en la estación anterior, produciendo poemas simbólicos, oscuros, de significado recóndito, pero de pronto alteró su ruta. Hay quienes creen que cambió porque su espíritu, algo inquieto, le invita a buscar nuevas metas para su arte, a fin de no repetirse. Hay quienes en cambio suponen que la novedad se produjo no en forma espontánea sino sugerida, es decir, forzada desde fuera. Neruda, en suma, habría vuelto a la expresión directa (patentizada en las Odas elementales), no por decisión suya sino por las necesidades de la propaganda comunista a que aparece, en parte a lo menos, subordinada su poesía. El asunto es muy difícil de zanjar y basta exponerlo.

Interpretación general de “Residencia en la tierra” Pasada la época de las divagaciones románticas de los primeros libros en Residencia en la tierra Neruda nos ofrece una reflexión sobre la totalidad de la vida. Su mirada se dirige a las fuerzas de la naturaleza. A lo largo de sus poemas busca obsesivamente los estratos del ser y se esfuerza por encontrar argumentos que justifiquen la existencia humana. Sin embargo, el resultado de esta indagación es desolador. Parece ya presagiar el cambio tan profundo que se va a dar en su obra tras la experiencia de su estancia en España, envuelta entonces en la guerra civil. Según Amado Alonso "Los ojos del poeta, incesantemente abiertos, como si carecieran del descanso de los párpados ("Como un párpado atrozmente levantado a la fuerza"), ven la lenta descomposición de todo lo existente en la rapidez de un gesto instantáneo, como las máquinas cinematográficas que nos describen en pocos segundos el lento desarrollo de las plantas. Ven en una luz fría de relámpago paralizado el incesante trabajo de zapa de la muerte, el suicida esfuerzo de todas las cosas por perder su identidad, el derrumbe de todo lo existente, el desvencijamiento de las formas, la ceniza del fuego. La anarquía vital y mortal, con su secreto y terrible gobierno. El deshielo del mundo. La angustia de ver a lo vivo muriéndose incesantemente: los hombres y sus afanes, las estrellas, las olas, las plantas en su movimiento orgánico, las nubes en su volteo, el amor, las máquinas, el desgaste de los inmuebles, y la corrupción de lo químico, el desmigamiento de lo físico, todo, todo lo que se mueve como expresión de vida, es ya un estar muriendo...". “... No hay página de Residencia en la Tierra donde falte esta terrible visión de lo que se deshace. Es lo invenciblemente intuido por el poeta, visto, contemplado” . “Es la visión alucinada de la destrucción, de la desintegración y de la forma perdida. Esta es, sin duda, la impresión más inmediata y evidente que suministra la lectura de las Residencias. En Residencia en la Tierra, asumida ya como verdad definitiva la lúgubre tiranía del tiempo y de la muerte, se produce correlativamente, una poderosa profundización del erotismo. También es evidente que en esta etapa su poesía bebe en las escondidas fuentes de los sueños y del inconsciente. No menos evidente es el sentimiento constante de la decepción de la sociedad. No hay salida o escapatoria. Estamos condenados a impregnarnos de esa viscosidad en la que flota lo real. Diríase que Neruda se ha propuesto exasperarnos, y que no ha encontrado mejor manera de lograrlo que la técnica superrealista del expresionismo poético. Residencia no es sino el reflejo de la perturbación de la sensibilidad al tomar contacto, con la realidad material, inmediata, de un mundo desestructurado.

Ante este paisaje el poeta no puede sino mostrar su impotencia y su rechazo de un mundo en el que parece forzado a ser un muerto viviente. No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas, vacilante, extendido, tiritando de sueño, ……………………………. no quiero continuar de raíz y de tumba, de subterráneo solo, de bodega con muertos, aterido, muriéndome de pena. ( Walking around )

Análisis del texto propuesto

“Sucede que me canso de ser hombre”. Esta es la introducción al poema. Toda una declaración en la que reniega de la existencia humana. Habla en primera persona pero en realidad está hablando en un yo universal. Es la sociedad humana, la propia existencia del género humano lo que rechaza. El poema es de un pesimismo aplastante. Recuerda algunos versos de otras composiciones llamadas “existencialistas” como el célebre “Lo fatal” de Rubén Darío o incluso algún soliloquio clásico como el de Segismundo en “La vida es sueño”. Son las reflexiones amargas de un hombre que inicia su deambular cotidiano y no puede por menos que volver a su martilleante preocupación : está cansado de tener que pertenecerr un día más a la triste condición humana. Disposición del contenido ( Versos 1-11) Después de este anuncio con el que abre el poema, nos describe algunos de los síntomas de su cansancio, cómo se va apoderando de él progresivamente esta percepción hasta alcanzar su pelo, sus uñas, incluso su sombra. El único deseo sería el de dejar de ser consciente, el convertirse en un ser de piedra o lana. Esta primera parte se cierra con el mismo verso con que comienza, podría incluso funcionar como una unidad independiente, como un poema enquistado dentro del corpus principal. (Versos 12-17 ) El marcador “sin embargo” nos traslada a otra dimensión posible : es el reino de lo superreal, donde no rigen ni la lógica ni el orden ni las leyes que definen la compatibilidad semántica. Parece la única escapada permitida, a medio camino entre el humor y el delirio. (Versos 18-25 ) Recupera la larga lista de argumentos que justifican su dejación como ser humano. No quiere pertenecer al reino de las sombras, de los muertos, de los seres con una existencia

meramente vegetativa aunque con la pesada carga de ser consciente (…/. Absorbiendo y pensando, comiendo cada día /..) (Versos 26-45) ”Por eso…” . Nos ha dicho hasta ahora cuáles son las causas de su desgracia. En esta parte del poema, la más larga y también la más críptica , nos describe las consecuencias, o más bien el inevitable paisaje que se abre ante los ojos de quien está sometido a tan terrible condición . Así que la mirada que dirige hacia el mundo por el que pasea le devuelve imágenes alucinantes, desestructuradas, caóticas, absurdas, sin ninguna coherencia ni lógica… Cierra el poema insistiendo en la idea de que está de paso, paseando (walking around”), empujado por el tiempo (este lunes que me empuja…) a través de un espacio que le es totalmente ajeno, con el que no se identifica salvo cuando advierte en él lo que podrían ser unas lágrimas : las que caen de una ropa tendida en un patio….de unos calzoncillos, toallas y camisas…. …. Que lloran lentas lágrimas sucias. Es el fin del romanticismo. Es el triunfo de lo sórdido y lo siniestro. El paseo se ha convertido en un descenso a los infiernos, sin concesiones para nada. ¿Qué ha pasado en el mundo, en ese mundo que no puede nombrase?, eso es lo que indaga, por un procedimiento increíble, la expresión poética nerudiana. Rechaza, la nominación traslaticia, metafórica, para dar paso, en cambio, al relato de una historia de nombres y de formas afectadas por el caos, el vacío y la falta de Sentido.

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