Dar una nueva voz a las culturas en peligro: Identificar y expresar los contenidos locales

CLT/2003/ME/H/2 Documento de trabajo 1 Foro Internacional sobre Expresion Cultural Local y Comunicación Santo Domingo, República Dominicana del 3 al

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CLT/2003/ME/H/2

Documento de trabajo 1

Foro Internacional sobre Expresion Cultural Local y Comunicación Santo Domingo, República Dominicana del 3 al 6 de Octubre del 2003

Dar una nueva voz a las culturas en peligro: Identificar y expresar los contenidos locales por Nigel Crawhall1 “Cuando ya no esté aquí y me muera, quiero que se sepa en mi lengua que esta tierra era nuestra” Anna Kassie, anciana khomani san, Sudáfrica2 Este artículo trata de un tema que forma parte de la compleja gama de cuestiones relacionadas con los medios de comunicación y la diversidad cultural, es decir: la cartografía de los paisajes culturales y los sistemas de conocimiento con y por los pueblos indígenas. Estudiaremos los aspectos prácticos y teóricos de la utilización de la cartografía como una técnica para elucidar los conocimientos indígenas y para crear medios de comunicación que permitan a diferentes voces y sistemas culturales entablar el diálogo. El objetivo, tal y como ha sido adoptado por la UNESCO y el movimiento de los pueblos indígenas es no sólo permitir el empoderamiento de las voces indígenas, sino también combatir la intolerancia y la ignorancia a través de un diálogo intercultural orientado hacia la paz, la dignidad y el desarrollo sostenible. El año 2004 marca el final de la Década Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, organizada por las Naciones Unidas. Aunque hay quien considera que la Década no ha alcanzado sus objetivos3, ha creado una oportunidad para los pueblos indígenas del mundo para reunirse y compartir sus experiencias y percepciones. Los pueblos indígenas de todo el mundo han dado testimonio de su cruel marginación, al tiempo que demostraban también a las Naciones Unidas que sus culturas siguen teniendo perspectivas dignas de interés en lo que respecta a la resolución de conflictos, la preservación de la tierra, la curación de los enfermos, la educación de los jóvenes y el mantenimiento de nuestro patrimonio cultural e intelectual. La Década ha hecho más visibles y más audibles a los pueblos indígenas, particularmente en África, Asia, el Pacífico y los antiguos países soviéticos.

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Es consultor para el Instituto San de Sudáfrica, el Comité Coordinador de los Pueblos Indígenas de Africa y para la UNESCO. Reside en la Ciudad del Cabo, Sudáfrica. 2 Anna Kassie es una de las once personas que todavía hablan N|u. Está ayudando a su comunidad a realizar el mapa de los toponímicos raros en su lengua. Citado en Duval Smith, 1999. 3 Un escaso número depaíses democráticos occidentales han frustrado los esfuerzos de los pueblos indígenas y de los militantes de los derechos humanos en su proyecto de llevar el Proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH) con vistas a su adopción, y ello pese a muchos años de negociaciones.

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La UNESCO es uno de los organismos internacionales que ejercen mayor influencia a la hora de proteger nuestro variado patrimonio cultural mundial. La UNESCO, a través de sus programas y de la Conferencia General, crea foros para el diálogo sobre la tolerancia cultural, el pluralismo y el acceso equitativo a los medios de comunicación. Iniciativas recientes dentro de la UNESCO están creando nuevas oportunidades para que los pueblos indígenas puedan defender su autodeterminación y participar en pie de igualdad con los pueblos dominantes. La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural (Stenou, 2002) propone una plataforma que vincula las cuestiones de la diversidad cultural, del desarrollo económico, el papel del Estado en la gestión de la diversidad y en la valoración del pluralismo, con la promoción de la diversidad de voces en los medios de comunicación nacionales e internacionales. El Director General de la UNESCO también ha dedicado recursos presupuestarios para fomentar la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) por parte de los pueblos indígenas. La movilización efectiva de los recursos de los medios de comunicación por los pueblos indígenas es una estrategia esencial para abordar el problema de la marginación política y económica que sufren. Aunque la Década Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo ha favorecido la visibilidad de las culturas de los pueblos indígenas en la escena internacional, la realidad sigue siendo que algunos de estos grupos se ven gravemente amenazados por la pobreza, la marginación política y económica y a veces hasta por la guerra y el genocidio. La UNESCO ha estimado que de las 6.000 lenguas del mundo, la mitad aproximadamente tal vez no sobrevivan a la próxima generación. A medida que se mueren lenguas y se desmoronan las sociedades de los pueblos indígenas, vamos perdiendo elementos raros y valiosos de nuestro patrimonio mundial (Wurm, 1996). Caminando por las calles de Ginebra o de Nueva York, no es difícil encontrar imágenes de indígenas. Hay una imagen de un moran maasai con su manta roja y su cabello trenzado supuestamente vendiendo vacaciones para turistas con todo pagado. Un inuk de Groenlandia vestido con piel de foca hace publicidad para un teléfono móvil. Las imágenes de este tipo abundan. Una de las características de la globalización de los medios de comunicación es que podemos ver más de la diversidad cultural del mundo en medios electrónicos e impresos; sin embargo, la mayor parte de lo que vemos sigue estando filtrado a través de una lente cultural estrecha, determinada por una pequeña minoría. Las imágenes estereotipadas de los pueblos indígenas en la publicidad no presentan una percepción real de la cultura, la identidad y los valores de los pueblos indígenas. El telespectador de hoy día puede viajar al Amazonas, al Kalahari, al alto Ártico o a las islas del Pacífico. Pero en la mayoría de los casos, las historias que nos cuentan sólo son relevantes para el público occidental. Raras son las veces que tenemos acceso a los medios de comunicación que los pueblos indígenas y los grupos minoritarios de las zonas rurales crean sobre ellos mismos, sobre sus lenguas, su concepción del mundo o su sistema de valores. Cineastas occidentales o pertenecientes a las culturas dominantes reflexionan sobre cuestiones de modernización y otros temas culturalmente pertinentes para el telespectador (es decir, el consumidor), pero que no lo son necesariamente para las personas que precisamente son la materia de estos medios de comunicación. Algunos recientes proyectos de filmes para la difusión internacional se han

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planteado preguntas tales como: ¿existen realmente los bosquimanos4? ¿Es un mito la identidad indígena? Las conclusiones suelen ser muy similares. La cultura dominante está fascinada por los trajes étnicos y las costumbres tradicionales y el público se ve incitado a sentirse invadido por una tristeza momentánea frente a la desaparición inevitable de los primeros pueblos. Luego, la cámara cambia de plano y enfoca un paisaje vacío con un bello atardecer y se vuelve a los anuncios publicitarios. El momento del diálogo intercultural potencial se ha esfumado demasiado deprisa. Los temas estudiados en algunos de los principales documentales de la televisión sobre los pueblos indígenas tal vez no reflejen lo que el pueblo indígena propiamente dicho discute o debate. La dicotomía: “moderno” contra “primitivo” es característica de las culturas dominantes y tiene traducción en las experiencias de los que viven en las aldeas. Hay excepciones, pero en la mayoría de los casos los pueblos indígenas producen muy poco en materia de medios de comunicación sobre ellos mismos. Si los pueblos indígenas no tienen control sobre los recursos que apoyan a los medios de comunicación mundiales, nos planteamos la pregunta: ¿cómo pueden las voces y los sistemas culturales indígenas hacerse más accesibles?

Cartografía del paisaje cultural

“Los mapas siempre han sido al tiempo símbolos e instrumentos de poder. Para gratificar al patrocinador lejano de expediciones de exploración, primero se izaba la bandera y luego se daba un nombre a los lugares, como un modo de expresar la posesión. Ahora se está reafirmando una tendencia revisionista: los pueblos indígenas están utilizando mapas para renombrar y reclamar sus tierras. Sus mapas siguen siendo instrumentos de poder, pero de un poder creativo y restaurador…” (Poole, 1995b). La cartografía está siendo utilizada por numerosos grupos indígenas en el mundo para múltiples objetivos. Al tratar de nombrar las 6.000 lenguas del mundo nos damos cuenta de lo poco que sabemos sobre el patrimonio cultural mundial. Uno de los más famosos proyectos cartográficos ha sido el Atlas Maya (TMCC, 1977). Este proyecto cartográfico, dirigido por los mayas de Belice del Sur en colaboración con el Consejo Cultural Maya de Toledo, la Asociación Alealdes de Toledo y el Departamento de Geografía de la Universidad de California Berkeley, consistía en que varios pueblos mayas elaborasen mapas de la utilización y la ocupación histórica de sus terrenos comunitarios. Según el sitio Web: “El Atlas Maya fue elaborado por 42 comunidades ke’kechi y mopan de Belice del Sur. Los mapas, el texto, las fotografías, los dibujos y las entrevistas fueron realizados por investigadores y cartógrafos de los pueblos mayas elegidos por las comunidades. En sus propias palabras y con sus propios mapas, los mayas describen su cultura y la selva tropical y su deseo de proteger y administrar sus propias tierras.” (Véase el sitio Web: http://geography.berkeley.edu/ProjectsResources/MayanAtlas/MayaAtlas/Mayan Atlas2.htm ) 4

«Bosquimanos» es la palabra colonial para designar a los indígenas de Sudáfrica. Muchas comunidades siguen utilizando este término.

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Otros proyectos han incluido la cartografía toponímica, la cartografía de territorios de caza, de los conocimientos de los ancianos sobre el comportamiento animal, los paisajes culturales, los sitios arqueológicos, el conocimiento etno-ecológico, la ubicación de las plantas alimenticias y medicinales, las fronteras étnicas y lingüísticas, las fronteras isoglósicas (dónde se diferencian los dialectos), los territorios de la familia y otros temas. En la edición del invierno de 1995 de Cultural Survival Quaterly (Poole, 1995a) se dan algunos ejemplos. Todo esto está disponible en Internet. En Sudáfrica, el Instituto Sudafricano San (SASI) ha tabajado en colaboración con Strata360 y Canales Abiertos para ayudar a la comunidad ‡khomani san a cartografiar las tierras que reclaman y al renacimiento de su patrimonio cultural (véase el estudio de caso más abajo). Un aspecto de la cartografía incluye la identificación de árboles y rasgos distintivos individuales que eran pertinentes para comprender el patrimonio cultural y para la ocupación de la zona. Aunque los árboles de Kalahari del sur son bastante numerosos, no dejan de tener un gran valor al tratarse de un entorno desértico. Cada árbol constituye en sí una zona ecológica. Crea sombra, que hace mucha falta, y fija la humedad que pueden utilizar los animales, los insectos y hasta los seres humanos. Hemos aprendido que cada árbol es un espacio cultural. A través de los recuerdos, cada árbol lleva consigo historias de entierros, de crianza de niños, de búsqueda de alimentos, de amoríos, etc. Para estos cazadores-recolectores, no existe una separación formal entre espacios naturales y espacios culturales. El mundo natural está pintado a brochazos constituidos por historias, mitos, valores, sueños y rituales. Los mayores son los artistas, y aunque los lienzos hayan sobrevivido desde generaciones, también pueden perderse fácilmente. La cartografía no se limita al mundo físico. En Maps and Dreams, Hugh Brody cuenta cómo los ancianos de los indios beaver (castor), del norte de Columbia Británica, solían soñar con mapas de pistas para la caza. Un cazador soñaba con su presa y utilizaba este mapa mental para encontrar al animal durante los días siguientes al sueño. También había otras pistas en el mundo onírico, pistas que indicaban el camino hacia el cielo. Sólo las personas buenas eran capaces de tener estos sueños, y les resultaba muy difícil describírselos a los demás y enseñarles las pistas (Brody, 1988: 46). Keith Basso, en su libro Wisdom Sits in Places, emprende un tipo de cartogafía de paisaje cultural que nos lleva al mundo de los valores y de la moralidad de los apaches occidentales. Basso explica cómo los ancianos de la comunidad asocian cuentos morales con los mitos que circundan cada nombre de lugar en su territorio. Al recitar ciertos nombres de lugar, los ancianos reafirman valores y tradiciones en su sociedad. El paisaje propiamente dicho es un paradigma moral y una fuente de sabiduría para el pueblo indígena. Dudley Patterson, la principal fuente de información de Basso, cuenta el consejo que le había dado su abuela muchos años antes: “La sabiduría está sentada en lugares… Tienes que acordarte de todo acerca de esos lugares. Debes aprender sus nombres, recordar lo que ocurrió en aquellos lugares hace mucho tiempo. Tienes que pensar en ello sin cesar. Entonces, tu espíritu se volverá más suave, cada vez más suave, más sosegado. Y podrás ver el peligro antes de que llegue. Irás lejos y vivirás mucho tiempo. Serás un sabio. La gente te respetará” (1996: 127).

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Basso lo explica así: “La teoría de los apaches es que la sabiduría – igoyá’í – consiste en aumentar la capacidad mental que facilita evitar los acontecimientos dañinos detectando las circunstancias amenazadoras cuando precisamente no hay ninguna aparente. […] El conocimiento de los lugares y de su significación cultural es esencial a este respecto, porque ilustra con numerosos ejemplos las condiciones mentales que se necesitan para la sabiduría y las ventajas prácticas que la sabiduría confiere a las personas que la poseen” (1996: 128). Se han llevado a cabo muchos estudios en Australia para ayudar a explicar lo complejo de la relación entre topografía, toponimia y mitología5. Derek Elias, un consultor que trabaja en el proyecto de tema transversal de la UNESCO titulado Sistemas de Conocimientos Indígenas y Locales (LINKS) ha hecho una tesis doctoral sobre la mitología del lugar en la cultura warlpiri en el desierto de Tanami, Australia. Aquí los mapas del paisaje se asocian con canciones, historias y sueños: “[…] la significación de los sitios para el pueblo warlpiri requiere investigación para saber cómo están construidos y ordenados culturalmente estos sitios físicos en tanto que lugares. El conocimiento de la organización espacial de los sitios está codificado principalmente en ciclos de canciones, y se manifiesta materialmente en parafernalia sagrada y dibujos asociados (Meggitt 1966, Munn 1986). Este conocimiento también se transmite a través de mapas y dibujos en la arena (Munn 1986, Nash 1998) […] La estructuración cultural del paisaje consiste en la comprensión por parte de los warlpiri de cómo llegaron a existir los lugares, la consiguiente clasificación de lugar y, como resultado, el nombramiento del lugar y el hecho de relacionar los lugares los unos con los otros” (Elias, 2001). Elias cuenta la interacción entre las actividades de los héroes ancestrales jukurrpa y el paisaje. Según los warlpiri, su paisaje fue constituido por las hazañas de los jukurrpa, quienes lo formaron y moldearon. “Estos también atraviesan a menudo el desierto Tanami de lado a lado sin comienzo ni fin, tal como el Marlujarra (Dos canguros) jukurrpa, cuya pista se sigue de manera errática, al igual que las pistas de los canguros de verdad se encuentran en la superficie de la tierra. Tal vez sea aún más evocativo el movimiento arremolinado del vuelo de los pájaros y la consiguiente relación que se establece entre sitios lejanos tales como los que se cuentan en el Ngatijirri (periquito) jukurrpa”. La toponimia no sólo se deriva íntimamente de la cultura oral warlpiri, sino que también la propia mitología está estructurada por el sistema de conocimientos indígenas que tiene el pueblo cazador sobre el comportamiento animal y sobre el rastreo. Al igual que los indios beaver trazan mapas de las pistas soñadas que 5

La topografía es el sistema de apelación de las características geográficas generales, como colina, río, duna. La toponipia es la apelación de lugares espacíficos. Los mitos son historias transmitidas de generación en generación acerca de acontecimientos significativos y simbólicos.

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llevan al cielo, el pueblo warlpiri tiene un aspecto sagrado en su topografía que implica al mundo subterráneo. Sin embargo, este tema no está abierto a consideraciones de investigación. La cartografía puede expresar muchos tipos de relaciones. Concierne a los pueblos, la tierra, el agua, el cielo nocturno, memorias, el mundo de los antepasados, esta vida, el mundo de los espíritus y las vidas de los que nacerán. Además, los mapas constituyen un lugar donde la gente puede encontrarse. Un paisaje puede tener significaciones muy distintas para diferentes culturas6. A menudo, es esta ausencia de diálogo cultural y de comprensión la causa de un conflicto agudo entre los pueblos indígenas y las culturas dominantes.

¿Cuáles son los beneficios de la cartografía?

Tal vez más importante que la pregunta acerca de qué hay que cartografiar, sea la de saber ¿por qué hay que cartografiar algo? Es esta pregunta la que determina los tipos de mapas que se han de producir, la metodología subyacente y, aún más importante, el papel de los que poseen los conocimientos del patrimonio intangible. En el caso de los ‡khomani san y otros grupos, el objetivo está relacionado con la protección de los derechos a la tierra o la reclamación que hacen de la tierra. Los mapas sirven de testimonio al previo uso y ocupación de las tierras. Estas representaciones ayudan a demostrar los conocimientos de los mayores, y algunos han sido utilizados eficazmente en los procesos judiciales (véase por ejemplo A Sto:lo-Coast Salish Historical Atlas de la Columbia Británica, Canadá7. Cabe considerar que una expresión tangible del patrimonio intangible constituye una prueba más fuerte que el testimonio oral o el relato de una historia oral. Algunas personas hacen hincapié en que los mapas son una manera de “preservar la cultura”. Sin embargo, es importante saber que aunque los mapas hacen visibles los conocimientos, no dejan de ser representaciones pobres de los conocimientos sofisticados de los ancianos. Los sistemas de conocimientos indígenas son como telarañas. La navegación del conocimiento se hace a través de la mentoría sobre toda una vida, a través del uso de canciones, mitos, historias y de las particularidades de la lengua. El conocimiento indígena es algo vivo, y es improbable que se la pueda confinar en una sola dimensión. En su contribución a la edición Geomatics de Cultural Survival Quarterly Bill Kemp y Lorraine Brooke, de Strata360, observan que: “La lección más importante que se puede aprender de la experiencia nunavik (Quebec) es que los pueblos indígenas deben ante todo controlar su propia información. Está cada vez más claro que la base de conocimientos de los pueblos indígenas es vital, dinámica y en continua evolución. De hecho, el simple hecho de “acopiar” y “documentar” los conocimientos indígenas sobre su entorno es contraproducente. Desde hace siglos, estos sistemas de conocimientos han venido sufriendo graves ataques, y los sistemas sociales que les sirven de apoyo han sido seriamente socavados. […] Ya no se trata de recuperar y registrar los conocimientos indígenas, sino de respetarlos y revitalizarlos” (Brooke y Kemp 1995: 27). 6

Derek Elias recomienda el Atlas Etnográfico de Ifugao, de Harold Conklin por ser un clásico en esta disciplica de exploración de cartografía, etnografía y cultura. 7 http://www.washington.edu/uwpress/search/books/CARSTO.html

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Hay varios puntos importantes que destacar aquí. La cartografía por sí misma no empodera necesariamente a los pueblos indígenas. La cartografía que se realiza en un contexto intelectual occidental puede marginar aún más las voces indígenas. La cartografía no debe ser un proceso extractivo. En lo que concierne a la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, el objetivo de la cartografía y los medios de comunicación conexos debería de ayudar a reforzar los sistemas de conocimientos indígenas, a afirmar la dignidad y a reforzar el control de la comunidad sobre los recursos culturales. La cartografía puede ayudar a empoderar a una comunidad en la gestión de sus conocimientos y su patrimonio cultural, particularmente si se la utiliza para estimular el diálogo y el aprendizaje internegeracional e intercultural. Habría que considerar los mapas como herramientas de la cultura y de la transmisión oral. Ningún mapa logrará reflejar la compleja capacidad analítica de uno solo de los ancianos. En el sur del Kalahari, el SASI ha desarrollado materiales pedagógicos experimentales para los jóvenes san. Nosotros identificamos un elemento en la red de conocimientos: el puerco espín. Pedimos a varios ancianos que nos expusieran todos los conocimientos y la red de información en torno a este animal. Los ancianos eran capaces de hablar de los mitos, historias de familia, comportamiento animal, costumbres alimenticias, hábitat, técnicas de caza, valor alimenticio, y de tres tipos de medicamentos asociados con el puerco espín. El puerco espín ocupa un lugar en un entorno y en un sistema de conocimientos más amplios. Según nuestra concepción, los mapas son tridimensionales y a veces latentes o intuitivos para el que posee los conocimientos. El objetivo final no es el mapa en sí, sino el diálogo intergeneracional acerca de los conocimientos, cómo solía ser transmitido el sistema de conocimientos indígenas y encontrar nuevas vías para su transmisión hoy día. Al final, los mayores han tomado decisiones sobre qué informaciones desean en los mapas, qué información están dispuestos a compartir con los jóvenes que están aprendiendo sobre su patrimonio, y qué información discuten entre ellos y que sólo será transmitida a los de la próxima generación que ganen el derecho a acceder a ella. En el ejemplo de los ‡khomani, podemos identificar diferentes públicos para los mapas y diferentes beneficiarios de los conocimientos. Los mapas son para el público en general, el gobierno y el personal de los parques. Otros mapas son para el diálogo y el aprendizaje interno de la comunidad. Globalmente, el objetivo ha sido ayudar a los ancianos a estructurar la gestión de sus recursos culturales en un contexto nuevo de una reclamación territorial, así como ayudar a los jóvenes a controlar el modo de comprender esos conocimientos y esa cultura que surgieron en un medio de cazadores-recolectores, un contexto que es totalmente distinto del suyo actual. La experiencia ‡khomani tal vez no sea muy inusual. Hay dos etapas en la aplicación de los mapas (una forma de la Tecnología de la Información y la Comunicación): un diálogo interno, y después un diálogo intercultural. Muchos jóvenes san se encuentran apartados de su patrimonio y quieren explorarlo antes de retar a las culturas dominantes que los rodean acerca de la herencia de discriminación racial y marginación económica.

Herramientas conceptuales

Existen herramientas culturales y prácticas para la cartografía de los paisajes culturales. He citado algunos de los conceptos que hemos desarrollado en un informe previo común UNESCO-SASI, Written in Sand (www.sanculture.org.za). La cartografía, en el contexto del Kalahari, tenía subyacente una estrategia 7

global para ayudar a la comunidad ‡khomani a revisar y gestionar sus recursos culturales vulnerables. Una parte de esta tarea consistía en que la comunidad reflejase sobre su propio patrimonio intangible sus sistemas de conocimientos indígenas y sobre lo que se necesitaría para gestionar sus recursos culturales. He aquí algunos de los principales conceptos: El patrimonio cultural: nuestro patrimonio cultural es aquello que realizaron, vivieron o transmitieron nuestros antepasados a las generaciones venideras. Habitualmente, nuestro patrimonio cultural está impregnado de las experiencias y las interacciones de diferentes culturas y lenguas más allá de la frontera de un solo grupo. Un patrimonio cultural puede ser algo viviente, pero también algo que se conserva sin que se lo utilice de manera cotidiana. • El patrimonio cultural tangible: un patrimonio tangible es algo que se puede conservar y tocar físicamente. Esto incluye elementos producidos por el grupo cultural tales como vestimenta tradicional, utensilios (abalorios, cerámica, armas), o vehículos (tales como un carro de bueyes). El patrimonio tangible incluye grandes monumentos como templos, pirámides y edificios públicos. Aunque un elemento del patrimonio tangible puede deteriorarse, en general resulta más evidente saber cómo se puede conservarlo que si se tratara de elementos del patrimonio intangible, que están más amenazdos y pueden perderse para siempre. • El patrimonio cultural intangible: un patrimonio intangible es algo que existe intelectualmente en la cultura. No se trata de un objeto físico o tangible. El patrimonio intangible incluye canciones, mitos, historias, nombres, nombres de lugares, ceremonias, costumbres, creencias, supersticiones, poesía oral, y también varias formas de conocimientos tradicionales, tales como los conocimientos etnobotánicos. Véase también el sitio Web de la UNESCO: http://www.unesco.org/culture/heritage/intangible/html_eng/index_en. shtml Recursos culturales: un recurso cultural es un elemento del conocimiento sacado de un contexto cotidiano en un marco cultural dado que puede ser movilizado para ejercer un impacto positivo sobre la calidad de vida del individuo o del grupo. Esto podría ser, por ejemplo, la celebración de la primera menstruación de una chica. La ceremonia ayuda a afirmar el valor de las muchachas, ayuda a que su familia la aconseje y le dé apoyo, y a darle confianza en sí misma durante la adolescencia. Los recursos culturales incluyen sistemas de conocimientos tradicionales indígenas, pero también canciones, baile, conocimiento de la historia y la experiencia de la comunidad, la capacidad de interpretar acontecimientos desde un enfoque particular y culturalmente informado, etc. Para una breve descripción muy útil de los conocimientos indígenas tradicionales, véase Grenier, 1998: 2. Un recurso cultural es distinto de los artefactos del patrimonio cultural, pues estos últimos pueden tener o no tener una aplicación actual. Por ejemplo, una toca en una colección de museo es un elemento del patrimonio cultural tangible, pero no tiene utilización práctica, de manera que no está siendo utilizada como recurso cultural. Sin embargo, un grupo que se preocupa de administrar su patrimonio cultural podría reintroducir la pieza de museo en un ritual de curación. Entonces, el elemento del patrimonio se transforma en un recurso para que la comunidad pueda utilizarlo. En este caso, están buscando la buena salud y la bendición de sus antepasados. Algunos ejemplos de recursos 8

culturales podrían ser: el conocimiento de las plantas medicinales, los mitos o el conocimiento topográfico. La gestión de los recursos culturales: la gestión de los recursos culturales consiste en varios procesos según los cuales los recursos culturales (derivados del patrimonio tangible e intangible) se evalúan y se gestionan para mantener y potenciar su beneficio para la comunidad y para los individuos.En particular, esto implica la comunicación de información de una generación a la siguiente. En una sociedad estable, estos procesos se dan por garantizados. Existen instituciones sociales establecidas para asegurar esa transferencia y conservación de la información, tales como escuelas, espacios de reunión, lugares de culto, costumbres de trabajo, canciones de trabajo, competiciones, cuentos, etc. En el caso de los pueblos desplazados, muchas de estas instituciones han dejado de funcionar, o se han vuelto disfuncionales, o han sido recuperadas por las instituciones de la cultura dominante, de esta manera aseguran una transferencia de recursos culturales de otro tipo. A través de un proceso de sensibilización, y a veces de formación y apoyo, las comunidades pueden reconstruir las instituciones sociales para revitalizar sus sitemas de gestión (por ejemplo, una comunidad puede trabajar con el gobierno para crear escuelas que ayudan en el aprendizaje de técnicas tradicionales, utilzar museos como centros de aprendizaje sobre el patrimonio, etc.). La cartografía como una parte de la gestión de los recursos culturales: la cartografía facilita una oportunidad para identificar el patrimonio intangible, tal como el conocimiento sobre los nombres de lugar y los mitos o creencias en torno al paisaje. Este patrimonio intangible tenía un valor para la comunidad en un momento dado, pero cambios en la relación con la tierra, por ejemplo el desplazamiento, pueden entrañar que estas historias y este conocimiento no pasen de una generación a la siguiente. Es una cosa triste, pero es improbable que cambie la situación, a menos que la nueva generación reconozca el valor que tiene el patrimonio cultural, por ejemplo, y cómo puede transformarse este patrimonio en recurso para ellos. Los mapas pueden servir como un método para revisar los conocimientos y sensibilizar más a los jóvenes con respecto al valor de recurso inherente a los conocimientos. A veces, los mapas pueden dar a los jóvenes un punto de acceso al conocimiento ancestral, algo que, de otra manera, no sería evidente para ellos. El mapa tangible es un guía hacia el universo intangible de la cultura de sus padres y de sus antepasados. Pluralismo y diálogo intercultural: la UNESCO hace hincapié en el concepto de gestión del pluralismo. Esto significa que el Estado y los otros organismos responsables del gobierno a diferentes niveles deben cultivar activamente un diálogo entre las diferentes culturas. Este diálogo puede llevarse a cabo entre los pueblos indígenas y los colonizadores, entre minorías y mayorías, entre nacionales y extranjeros. De la historia sabemos que la tolerancia no es algo difícil de lograr en tiempos de prosperidad y paz. Sin embargo, cuando hay competencia por los escasos recursos e inestabilidad social, la ignorancia de los sitemas y valores culturales de los pueblos más vulnerables puede transformarse rápidamente en violaciones de los derechos humanos y en algunos casos trágicos en guerras y genocidio. La cartografía y la gestión de los recursos culturales deben ser considerados en el contexto del fomento de la tolerancia, la cooperación pacífica y el respeto. El acceso a los medios de comunicación y la capacidad de expresar su propio patrimonio cultural es un aspecto crucial para lograr el pluralismo. (Véase el sitio Web de la UNESCO: http://www.unesco.org/culture/pluralism) 9

Estudio de caso: la experiencia de Kalahari del sur

En 1996, el Instituto San de Sudáfrica (SASI) se enfrentó al reto de ayudar a un pueblo indígena desplazado y socialmente fragmentado a reclamar su territorio acogiéndose a una nueva ley sudafricana. Los miembros de la comunidad tuvieron que demostrar que eran ellos los propietarios originales de aquel territorio que se había convertido en parque nacional. Los ancianos de la comunidad tenían muchas historias sobre esas tierras que se habían transmitido de generación en generación; sin embargo, los oponentes a la reclamación territorial desafiaron al pueblo indígena para que presentaran pruebas convincentes de que el territorio les había pertenecido en un momento dado y que eran ellos efectivamente el pueblo original de aquel territorio. El SASI recibió la ayuda de antropólogos y cartógrafos del Canadá que habían trabajado en casos similares en otros lugares del mundo. El Doctor Hugh Brody, antropólogo, y Bill Kemp, geógrafo, ayudaron al SASI y a la comunidad ‡khomani san a comprender cómo las experiencias, las historias y los conocimientos de los ancianos de la comunidad podían traducirse en una forma textual/visual. Mediante la utilización de mapas, el patrimonio intangible de los ‡khomani san podía transformarse en un medio que tenía sentido no sólo para los poseedores de aquellos conocimientos, sino también para los otros participantes, tales como abogados, oficiales del gobierno y representantes del organismo de parques. Orientamos varias metodologías para recolectar las historias las opiniones de los ancianos. Realizamos entrevistas sobre sus vidas y creamos líneas de tiempo para demostrar sus desplazamientos y la ocupación histórica del territorio. Hicimos genealogías que logramos relacionar con otras realizadas en los años 1930. Tomamos declaraciones y grabamos la historia oral. De todos estos distintos trabajos, era la cartografía la que nos abrió una nueva dimensión donde las voces del pueblo indígena y el contexto cultural podían convertirse en un medio impregnado de sentido. Brody y Kemp realizado una cartografía extensiva en el norte del Canadá. Pero aquellas comunidades vivían en sus tierras y habían mantenido una tradición de caza y de explotación de la tierra. Eran capaces de elaborar mapas muy complejos mostrando las pautas migratorias de animales y la vida marina. Los cazadores eran capaces de trazar mapas de memoria de cientos de kilómetros de su territorio. Pero ¿sería posible aplicar esto a un pueblo forzado a abandonar sus tierras hace décadas? ¿La memoria y la cultura llevan suficiente información a través del tiempo y del espacio para producir mapas válidos? Todos los ancianos de la comunidad con quienes trabajábamos eran analfabetos en el sentido occidental de saber leer y escribir. Una parte de la comunidad había sido desplazada del Parque en los años 1930, los otros lograron mantenerse allí hasta los años 1970. A menudo, la cartografía exigía que la gente recordase hasta los años 1920, 1930 y 1940. Durante el proyecto, formamos a jóvenes en los métodos específicos que utilizábamos, y aunque nosotros acudíamos a la memoria para un objetivo espacífico, éramos conscientes de que este patrimonio cultural era frágil y constituía un recurso importante para la generación venidera. Comenzamos con mapas del territorio hechos por el gobierno. A pesar de ser iletrados, los ancianos eran capaces de discernir cauces secos de ríos y la forma general del Parque. Era interesante ver a Jacob Malgas intentando contar las dunas en el mapa. Las dunas eran simplemente representaciones simbólicas en el mapa del gobierno, pero para los ancianos tenían una significación. Más 10

tarde, utilizamos nuestros propios mapas, donde las dunas permanentes estaban representadas con exactitud a partir de imágenes de satélite. Haciendo excursiones al Parque, y sentándonos luego con los mapas, empezamos a comprender cómo navegaban los ancianos cientos de kilómetros de paisaje desértico sin perderse. Los sistemas topográficos y toponímicos de los ancianos san eran en parte diferentes de los de aquellos que hablaban africaans o inglés. Existían palabras diferentes para las alturas de las dunas, los ríos se dividían por tamaños en primarios, secundarios y terciarios, y existían también otros rasgos tales como grandes llanos pedregosos que los cazadores consideraban significantes. Toda esta información existía, o bien como nombres de lugares, o bien servía para transmitir información sobre la utilización y la ocupación del territorio (se pueden ver los mapas en www.sanculture.org.za). Mientras elaborábamos los mapas, nos percatamos de que los ancianos poseían su propio tipo de alfabetismo que para nosotros era nuevo. Al igual que nosotros leemos mapas, nombres de lugares y libros, ellos leían la tierra. Las huellas en la arena, las formas del terreno, la vegetación y las historias asociadas a todos estos elementos crearon textos que sólo alguien alfabetizado en este lenguaje cultural y natural sería capaz de leer. Nuestro ejercicio de cartografiar el Parque reveló que utilizaban un sistema científico de pueblo8, pero también nos percatamos de que estos conocimientos estaban cayendo en desuso desde la expulsión del pueblo de sus tierras. Los ancianos tuvieron que debatir acerca de sus recuerdos y llegar a un consenso sobre lo que habían aprendido de sus padres y de sus abuelos. La pérdida de los antiguos nombres de lugares oscurecía el patrimonio intelectual del pueblo indígena, y o bien lo reemplazaba con términos corruptos, sin sentido, o bien imponía un contexto cultural ajeno en el paisaje. Para los hablantes de afrikaans de la zona, los antiguos nombres, con sus chasquidos y sus vocales sutiles, no tenían sentido, eran ajenos e indeseables. Para los pueblos indígenas, cada nombre era portador de información sobre el lugar, la calidad del agua, el comportamiento del animal, o bien historias de sus antepasados y familiares. Los mapas de Kalahari del sur ayudaron a los ‡khomani san a asegurar su título de propiedad de la tierra que reclamaban. Entre 1999 y 2002, el gobierno de Sudáfrica devolvió 65.000 hectáreas a la comunidad, tanto dentro como fuera del Parque. Los mapas tienen ahora una nueva función. Al principio eran testimonios y pruebas. Ahora son instrumentos para ayudar a una nueva generación de san a aprender sobre su patrimonio cultural y a movilizar este patrimonio para ganarse la vida. Hoy día, con la ayuda de los servicios de la Biblioteca Provincial del Norte de la Ciudad del Cabo y la Fundación Carnegie, los jóvenes ‡khomani están produciendo un libro sobre su propia cultura. El libro constituye un esfuerzo para ofrecer una panorama cultural a los jóvenes que viven en la zona y un reto para los estereotipos que tiene mucha gente acerca de la cultura san. El libro, el primer ejemplo de un medio de comunicación producido por la comunidad, incluye mitos, mapas, entrevistas, investigación de archivos e historia oral. Un pueblo cuya identidad misma estaba amenazada hace diez años, ahora cuenta su historia a través de un medio impreso. Se han realizado muchas películas sobre 8

Louis Liebenberg ha excrito mucho sobre la relación entre el rastreo y los fundamentos de la ciencia humana (Liebenberg, 1990 y 2000; véase también http://www.cybertracker.org/ArtOfTracking.html ). Para una exposición más detallada sobre la ciencia y los conocimientos tradicionales, véase una publicación conjunta de la UNESCO y del Consejo Internacional para la Ciencia par la WSSD.

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los san, pero ésta es su primera oportunidad de modelar su propia imagen a través de un medio de comunicación. Se están llevando a cabo iniciativas semejantes en Botswana y Namibia. Los jefes san piden que se realice la cartografía de todo su territorio y que se elabore un atlas de sus tierras y de sus culturas. Los jóvenes san están formándose en varias tecnologías de la información y la comunicación (TIC). De aquí al año próximo, empezarán a crear sus propias páginas Web para ayudar a entablar el diálogo con el mundo y para vender su artesanía y sus oportunidades turísticas. La UNESCO apoya un cierto número de estas iniciativas relacionadas con las TIC, entre ellas el CD-ROM pionero: Dream Trackers: Yapa art and knowledge of the Australian desert. La tecnología CD, incluso en zonas donde las conexiones Internet son muy pobres, permite entablar el diálogo a varios pueblos que viven en el desierto.

La cultura y el desarrollo de medios de ganar la vida

Uno de los principios más importantes de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural es que la cultura, los conocimientos culturales y el patrimonio intangible tienen un papel que desempeñar para aliviar la pobreza y crear oportunidades para ganarse la vida. Aunque existen amenazas para las culturas y lenguas indígenas procedentes de las fuerzas sociológicas de la globalización cultural y económica, lo cierto es que la mayor amenaza sigue viniendo de su posición económica y política vulnerable. Muchos de los pueblos indígenas en el mundo se ven amenazados por enfermedades tales como la tuberculosis y el SIDA, su base territorial se ha visto reducida, cuando no se han quedado sin ella, no tienen seguridad alimentaria y el tejido de sus sociedades se está desmoronando. La diversidad de las culturas y sistemas intelectuales del mundo no puede mantenerse en este clima. La gestión del pluralismo para el bien del pueblo concernido, para el beneficio nacional y para la salvaguardia del patrimonio mundial es inseparable de las cuestiones relativas a la pobreza y la vulnerabilidad. En el ejemplo de Kalahari del Sur, los jóvenes de las zonas urbanas han tenido la oportunidad de reestablecerse en sus tierras ancestrales. Sin embargo, no poseían las técnicas y los conocimientos de sus antepasados. Hoy día, explotaciones agrícolas y vallas se entrelazan por todo el Kalahari, de manera que no existe la posibilidad de vivir como cazadores-recolectores, aunque la gente prefiera esa opción. La revisión de los conocimientos indígenas y la cartografía de los paisajes culturales han ayudado a los jóvenes ‡khomani y a las organizaciones de desarrollo de la zona a comprender cómo el patrimonio intangible y los sistemas de conocimientos de los ancianos constituían recursos para los jóvenes. Hoy día, los jóvenes de la comunidad ‡khomani están aprendiendo a utilizar los conocimientos antiguos según modos nuevos. Las técnicas tradicionales de rastreo de animales están utilizándose para formar a personas en la conservación y la gestión de granjas, para combatir la caza furtiva, para contar los animales de caza y para el turismo. Los conocimientos de arte y de artesanía tradicionales están alimentando un proceso creativo de producción, venta y marketing de artesanía. La historia oral sirve de base para formar guías de turismo y educadores comunitarios. Los mapas que se utilizaban para ayudar a sacar información ahora se están utilizando para ayudar en la formación y como herramientas cuando se presenta el Kalahari a los que vienen de fuera.

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EL Kalahari del sur es sólo un ejemplo de una situación donde la cultura y los conocimientos se están utilizando para crear modos de ganarse la vida sostenibles. Existen muchos otros ejemplos de buenas prácticas que hay que dar a conocer para informar de las prácticas gubernamentales y no gubernamentales. Durante más de una década, ha existido un diálogo sobre el papel de la cultura y el desarrollo, pero esto no se manifiesta todavía en las políticas y prácticas de la mayor parte de los Estados Miembros de las Naciones Unidas. Una parte del reto de crear medios de comunicación que reflejen las realidades de los pueblos indígenas consiste en traducir la cuestión de la cultura para vivir en un medio de comunicación fácilmente comprensible para los responsables de las decisiones y para las comunidades.

Conclusión

La cartografía de los paisajes culturales es una poderosa herramienta para movilizar las voces y los conocimientos de los pueblos indígenas para reclamar tierras, desarrollar comunidades, entablar un diálogo intercultural y para crear nuevas oportunidades de ganar la vida. Si la metodología y la motivación no son adecuadas, el proceso de realizar la cartografía puede violar las creencias sagradas de los pueblos y hacer que los pueblos sean vulnerables a más explotación y marginación. Gracias a una buena metodología en la cartografía, que empodera a las comunidades y las ayuda a enfrentarse a los desafíos de la gestión de sus recursos culturales, puede ayudar a combaatir la pobreza y las patologías asociadas. Los mapas hacen que lo invisible se vuelva visible. Las sociedades dominantes colonizadoras deben reflexionar acerca de su impacto sobre las culturas indígenas y aceptar que compartimos el planeta tierra. La gente se vuelve visible, la historia se vuelve visible y el patrimonio se vuelve visible. El mapa es un lugar de diálogo intercultural sobre quiénes somos, nuestra relación con la tierra y nuestra relación con los otros. La utilización de las TIC por los pueblos indígenas es una manera de explorar, afirmar y reempoderar a las lenguas, culturas y sistemas de conocimientos indígenas. La interacción de las nuevas tecnologías con las costumbres de los antepasados pone a los jóvenes indígenas en una posición más influyente para negociar el futuro de sus pueblos. Esto crea a su vez nuevas maneras de construir la paz, de comprender lo que significa el desarrollo sostenible y de reconocer que la gestión del pluralismo redunda en última instancia en beneficio de todos.

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