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DESCUBRIENDO IDENTIDAD. UN CAMINO HACIA LA LIBERTAD. Ana Seligrat Sierra
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad
Tras observarse mutuamente durante un buen rato, la Oruga se sacó el narguilé de la boca y, con voz adormilada, preguntó: -
¿Y tú quién eres?
No es que fuera una forma muy alentadora de entablar conversación. -
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Yo… Es que no lo tengo muy claro, señora, al menos por ahora – Respondió Alicia un poco cohibida -. En realidad, cuando me he levantado esta mañana sí que sabía exactamente quién era, pero me temo que desde entonces, he sufrido varias transformaciones. ¿A qué te refieres? Preguntó la Oruga con aspereza -. ¡Explícate! Creo que no voy a ser capaz, señora, dado que yo ya no soy yo, ¿comprende? Pues no, no comprendo nada – gruñó la Oruga. Me temo que no voy a poder ser más clara – respondió Alicia amablemente -; ni siquiera yo misma comprendo lo que me pasa. Cuando una cambia de tamaño tantas veces como yo y en un solo día, se queda, cuando menos, algo turbada. Es comprensible, ¿no le parece? ¡Pues no! Exclamó la Oruga. Usted, lógicamente, todavía no lo sabe – prosiguió Alicia -, pero cuando se transforme en crisálida (cosa que, sin duda, le ocurrirá antes o después) y luego en mariposa, sin duda le parecerá bastante extraño. ¡En absoluto! – replicó la Oruga. Bueno, tal vez a usted le dé igual – dijo Alicia -, pero a mí, desde luego, me resultaría de lo más extraño…
Alicia en el País de las Maravillas Lewis Carroll
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad
INDICE
Contenido DESCUBRIENDO IDENTIDAD. ................................................................................................................... 1 UN CAMINO HACIA LA LIBERTAD. ........................................................................................................... 1 Ana Seligrat Sierra ................................................................................................................................... 1 INDICE .................................................................................................................................................. 3 MOTIVOS QUE ME LLEVAN A ELEGIR ESTE TEMA ................................................................................... 4 LO QUE CREEMOS QUE SOMOS .............................................................................................................. 6 ¿Quién soy? ......................................................................................................................................... 6 RECONOCER LA PROPIA SOMBRA NOS LLEVA A ENCONTARNOS CON UNA GRAN VERDAD. ................ 9 ¿Cómo soy? ......................................................................................................................................... 9 APRENDER A SER CONSCIENTE.............................................................................................................. 16 ¿Hasta qué punto nos conocemos? .................................................................................................. 16 DESCUBRIENDO EL SENTIDO DE LA VIDA .............................................................................................. 19 ¿Quién quiero ser? ............................................................................................................................ 19 RECONOCERNOS DESDE EL ETERNO PRESENTE .................................................................................... 21 ¿Dónde estoy ahora? ........................................................................................................................ 21 LA IDENTIDAD ESENCIAL........................................................................................................................ 23 ¿Qué soy? .......................................................................................................................................... 23 EL AMOR COMO MOTOR DE ACCIÓN ................................................................................................... 26 En el fondo, somos Amor. ................................................................................................................. 26 BIBLIOGRAFÍA: ....................................................................................................................................... 28
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MOTIVOS QUE ME LLEVAN A ELEGIR ESTE TEMA Durante mucho tiempo, mi “forma de ser” ha estado enormemente condicionada por la opinión de los que me rodean. A lo largo de mi existencia en este mundo, aprendí que, adoptando el comportamiento que los demás querían que desempeñara, conseguía cubrir mis necesidades de aprobación y reconocimiento. Así, conseguí convertirme en una experta en la satisfacción de las expectativas de todo aquel que se cruzara en mi camino. Una forma de ser que se ha basado más en lo que debo sentir que en lo que siento realmente y que, en muchas ocasiones, exige un esfuerzo desmedido. ¿Causaré buena impresión?, ¿lo estaré haciendo bien?, ¿cómo es correcto ser en este momento?, ¿cómo se lo tomarán si hago esto o esto otro?… Por otra parte (entiendo que para compensar), la pregunta ¿quién soy? me ha acompañado constantemente a lo largo de mi camino de vida. Este camino no ha resultado fácil, dadas las circunstancias. La pregunta desde una perspectiva de un “yo” que solamente se conoce en su relación con la calificación del otro, es tremendamente inestable. Sin embargo, algo dentro de mí sabía que, algún día, recuperaría esta identidad perdida, así que no cesaba de preguntarme. Por lo tanto, se puede decir que, durante muchos años, me he embarcado en un proceso de búsqueda de mi anhelada identidad. En algún momento, y tras varios años de intentos frustrados, comencé a encontrarla. Al principio comenzó a salir a borbotones, ahora, resulta un asunto cada vez más sosegado, pero no por ello menos revelador. En este maravilloso proceso, tanto el desarrollo de de mi propia independencia como persona como el descubrimiento de mi identidad esencial que la trasciende, han supuesto para mí un antes y un después. Tras el nacimiento a la nueva mujer, más autónoma y centrada, el verdadero Ser ha logrado despertar a la vida con la nueva capacidad para sentir. A través de este acto revolucionario he encontrado otra dimensión, más allá de la estrecha realidad que hasta ese momento vivía. Por este motivo, quiero compartir lo que, para mí, ha sido y sigue siendo un camino de crecimiento basado en el descubrirme. Hace apenas unos meses, el hecho de compartir mi experiencia a través de estas líneas y exponerme desde el lugar en el que lo hago, me parecía casi impensable ¿qué van a opinar de mí?. Hoy, me siento muy afortunada de poder gozar enormemente desarrollando una investigación de algo que me ha tocado tanto y poder compartirla con todo aquel que quiera leerla. Principalmente, gozo al pensar que exista la posibilidad de que esta exposición pueda ayudar alguien, más allá del juicio que se pueda tener sobre lo que escribo. Este cambio en la intención con la que afronto el día a día de mi destino es lo que me llena de alegría y plenitud. A pesar de que, en muchas ocasiones, esta tesis esté redactada con ayuda de referencias externas, habla de una experiencia subjetiva sobre lo que para mí es la identidad, es decir, de lo que soy y de cómo llego a descubrirlo. Para realizar esta investigación, me he apoyado en la lectura de diferentes autores especializados en el tema, sin embargo, de lo que en realidad trata mi relato es de mi experiencia en la exploración de la Verdad o lo que pueda conocer sobre ella desde mi condición de ser humano. 4
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad En mi opinión, el camino de liberación es un camino de búsqueda interior, de observación y aceptación. Para mí, este es el camino para encontrarnos con lo que verdaderamente somos. Gracias a todos los que me ayudáis cada día en este encuentro. Por último, sólo me queda esperar que mis palabras puedan servir a alguien en un futuro y con ello, contribuir a que este mundo sea más auténtico, más libre, más consciente y, sobre todo, más feliz. Logremos que Amor sea el motor de nuestra vida.
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LO QUE CREEMOS QUE SOMOS ¿Quién soy? La comprensión de sí mismos y de sus circunstancias permite a las personas iniciar el camino para alcanzar y transformar su psique en profundidad. Cuando descubrimos que el sentido de control sobre la propia vida es un factor determinante en la felicidad de una persona, resulta aún más imperativo escapar de las fauces de la suerte y del destino, o de las opiniones ajenas, para encontrar el sentido de los actos y de la vida por uno mismo. Por ello, me inclino por enfoques personales y terapéuticos que creen que la respuesta de la vida de cada persona está ya en uno mismo. Sólo hay que descubrirlo. Inocencia radical Elsa Punset
Desde un punto de vista psicológico puede decirse que identidad personal es la que hace que uno sea “sí mismo” y no “otro”. Se trata pues, de un conjunto de rasgos personales que conforma la realidad de cada uno y se proyecta hacia el mundo externo, permitiendo que los demás reconozcan a la persona desde su “mismidad”, esto es, en su forma de ser específica y particular. A lo largo de nuestro recorrido vital vamos desarrollando rasgos más o menos permanentes de comportamiento. Desde que nacemos, intentamos relacionarnos con el medio de forma segura y estable. Cuando somos bebés, emitimos conductas aleatoriamente, tendiendo a repetir las que mejor cubren nuestras necesidades de alimento, cuidado y afecto. Esta forma de actuar parece razonablemente adaptativa para algo tan básico como nuestra propia supervivencia en los primeros años de vida. Todavía no somos conscientes de cómo estas respuestas nos están imprimiendo un distintivo como individuos. La respuesta de nuestro entorno también está condicionando nuestro comportamiento en mayor o menor medida. En mi opinión, todo lo que nos rodea influye inevitablemente en nuestra forma de ser en el mundo. En las primeras etapas de nuestra vida, esta influencia es determinante. Ya desde el momento en que los padres toman la decisión de tener descendencia, se empiezan a generar expectativas sobre las formas de pensar, sentir y actuar que tendrá su bebé. Así, también se empiezan a establecer los rasgos de personalidad que serán transmitidos a su hijo y que éste recibirá en el futuro de alguna manera. A medida que nos desarrollamos como seres adultos, independientes y autónomos, el entorno se vuelve cada vez menos determinante. Sin embargo, seguimos aprendiendo y desarrollando a través de la relación que desempeñamos con lo que nos rodea. La identidad individual está formada por lo que cada persona es, frente a cualquier otro sistema de 6
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad realidad. Sin embargo, la identidad se hace patente sólo a través del otro o de lo otro. A lo largo de nuestra existencia vamos conformando nuestra propia identidad personal, construyendo una percepción de nosotros mismos como diferentes de otras entidades. Las primeras nociones de identidad personal se dan en contacto con el grupo, que nos sirve como espejo. Esto nos lleva a la conciencia de la propia singularidad o genuinidad. Nos aproximamos a lo que nos rodea a través del vínculo empático que creamos, para luego alejarnos nuevamente. Así, la vinculación con el mundo significa disponernos a perder identidad individual para luego ganarla de forma reorganizada y este ciclo se repite a lo largo de toda nuestra historia vital. La identidad individual produce una respuesta en feedback con la realidad que experimentamos. Cada uno de nosotros constituimos nuestra forma de ser y descubrimos la forma de ser de las personas y objetos que nos rodean a través de nuestro devenir biográfico. Esta percepción de nosotros mismos y de nuestro entorno se transforma constantemente ya que es dinámica, innovadora, creativa… Sin embargo, la identidad esencial permanece estable a pesar de los cambios. Lo que cambia es nuestra autoimagen, la imagen mental que creamos de nosotros mismos. Es decir, que en mi opinión, la identidad última es invariable, lo que se transforma constantemente es la personalidad o forma de ser, debido a su dimensión espacio-temporal, mediante la actualización de todas las potencialidades en contacto con el mundo. Una identidad personal sana, producirá respuestas coherentes ante el entorno que rodea al individuo. Aprendemos los unos de los otros y también nos enseñamos los unos a los otros. Cada persona decide cuánta coherencia aportará a su vida, qué sacrificios le compensan y qué precio pagará por cada decisión tomada. Las personas con una identidad individual sana tienden a manifestar una serie de características personales que aportan valor y crecimiento, tanto al sujeto como al entorno. Desde mi experiencia, puedo decir que la formación de una saludable identidad es un camino de crecimiento que puede desarrollarse en infinitos contextos. Llegado un punto, no depende tanto del entorno que nos rodea, sino del significado que nosotros le damos a lo que nos sucede. Por lo tanto, bajo mi punto de vista, cualquier persona puede desarrollar una excelente identidad personal. La forma en que el yo se desarrolla depende mucho del temperamento de la persona y de las experiencias vitales, sin embargo, en periodo de madurez, el hecho de ser uno mismo en cualquier situación, es independiente de las circunstancias presentes, pasadas y futuras.
Criterios de identidad individual sana (Extraído de apuntes del autor Rolando Toro): -
Percepción del semejante como único, diferente y con valor intrínseco Percepción de sí mismo como criatura con valor intrínseco Respuesta en “feedback” con la realidad Motricidad con equilibrio, energía y sinergismo Ausencia de agresión gratuita Capacidad para poner límite a la agresión externa Capacidad de huída frente a una fuerza superior (supervivencia) Capacidad de intimidad 7
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Vivencia de consistencia Autodeterminación del límite de contacto Ausencia de espíritu competitivo Ausencia de autoritarismo Alto nivel de vitalidad Capacidad creativa Conciencia ética
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RECONOCER LA PROPIA SOMBRA NOS LLEVA A ENCONTARNOS CON UNA GRAN VERDAD. ¿Cómo soy? La auténtica autonomía viene precedida por la experiencia de dependencia. La auténtica liberación sólo se encuentra más allá del sentimiento profundamente ambivalente de la dependencia infantil. El drama del niño dotado y la búsqueda del verdadero yo Alice Miller
La necesidad del otro Como he comentado anteriormente, uno de mis principales obstáculos para el desarrollo de la identidad personal es la sensación de incapacidad a la hora de encontrar una autoconciencia de mí misma sin depender de la evaluación de los demás. Mi autoconcepto ha estado, durante muchos años, basado en las evaluaciones que percibía de las personas con las que me iba topando en el camino. Así, para tener una autoestima que me hiciera razonablemente feliz, debía estar muy atenta en mis relaciones con los demás. De esta manera, podría conocer las expectativas de los que estaban a mi alrededor para luego encontrar un comportamiento que me dejara “en buen lugar”. Digamos que mi capacidad para la adaptación ha provocado en mí una llamativa habilidad para tomar casi cualquier identidad, dependiendo del contexto en el que me desenvuelva. Esto no tiene por qué ser algo negativo o poco saludable, es más, ahora lo percibo como una cualidad muy útil para el día a día. Sin embargo, puede llegar a ser algo muy desgarrador, cuando adoptar un papel se efectúa en detrimento de la propia integridad personal. En mi caso, puedo asegurar que en múltiples ocasiones fue necesario traspasar los límites y traicionarme a mí misma para satisfacer al otro y, además, no dejaba que esto fuera visto, así que, en apariencia, también me comportaba como una mujer fuerte y carente de necesidades personales. Un embrollo donde, para poder ser tan razonable y reprimida, fue necesario enterrar el sentimiento de cada instante en lo más profundo del alma y olvidarme del presente emocional que tanto llena de orientación y energía. Al negar los sentimientos que no eran aceptados, negaba también mi derecho a ser amada sencillamente por ser lo que soy. En esta adaptación emocional encontraba, en la mayoría de las ocasiones, una respuesta muy favorable, porque lograba ser bien valorada: una familia tremendamente orgullosa de mí, grandes amigos, éxito en mis estudios, un buen desarrollo profesional… Cuando miraba dentro, seguía encontrando impotencia y soledad. 9
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad En algunos casos, fui muy vulnerable a las manipulaciones que otros ejercían para satisfacer sus propias necesidades inconscientes, ya que siempre estaba disponible cuando era necesario hacerlo. Sentía esas necesidades y tenía una irrefrenable tendencia a satisfacerlas como si de ello dependiera mi vida. Y en algunas ocasiones me relacionaba con personas que, por una parte, ejercían esta manipulación para conseguir el poder que necesitaban y, por otra, me decían que me lo estaban dando todo mientras que yo seguía preocupándome sólo por mí misma como si fuera la única persona que existe en el mundo. Y esto creaba aún más confusión, ya que este acto deshonesto de las personas con las que nos relacionamos tiene mucho más riesgo si no somos conscientes de que están ejerciendo esta manipulación. En ocasiones era rechazada e incluso humillada por estas personas cuando no me comportaba como se esperaba, y cuando esto ocurría me llenaba de sentimientos de culpa y vergüenza. Descubrir este comportamiento y estos sentimientos en mí, es lo que dio lugar a uno de los procesos más dolorosos en mi historia vital, y también uno de los hechos más reveladores en mi camino de crecimiento. Sólo conociéndome mejor y más profundamente, empecé a detectar estas manipulaciones en otros para manejar y gestionar eficazmente sus consecuencias en mi forma de comportarme. A través del trabajo de crecimiento y conocimiento interior he llegado a comprender que para formar la identidad individual es importante tener cierta autonomía. Me está llevando algún tiempo aprender a tomar responsabilidad sobre mi propia vida, coger las riendas y defender lo que considero que es bueno para mí. En este transcurso, también aprendo a desprenderme de lo que no me pertenece, es decir, a soltar cargas adquiridas sobre la vida de otros. En este último caso, he llegado a descubrir que, en muchas ocasiones tomaba responsabilidades que ni siquiera se me estaban demandando, una forma de darme cuenta de la distorsión de la realidad en la que vivía. Durante unos meses he atravesado por un montón de duelos por estos desprendimientos que, al principio, han resultado dolorosos, pero al cabo de un tiempo producen una asombrosa y serena liberación. Así, voy encontrando mi verdadera identidad individual con mi personalidad principal y todas esas maravillosas subpersonalidades que la acompañan. Una autoconciencia sana depende mucho de saber y ser consciente de qué es lo que pertenece al propio Yo y qué a los demás. Poder sentir lo que es propio sin culpa o temor a estar haciendo daño o traicionando a alguien. La oportunidad de libertad puede producir en un primer momento un sentimiento de desasosiego e inseguridad, pero pasado esta situación, llega una intensa alegría por permitirse a sí mismo. La espontaneidad y el darse cuenta de que la aventura de la vida merece ser vivida desde el centro mismo de nuestro ser es lo que nos aporta vitalidad y creatividad para explorar siendo protagonistas de nuestra propia vida.
Aprender a manejar emociones. Sentir como lo hacemos los seres humanos, está lleno de oscilaciones emocionales y estados de ánimo cambiantes, nos guste o no. Para poder trabajar con los sentimientos y emociones, para que sean útiles, es necesario activarlos y, en muchas ocasiones, manifestarlos o, al menos, canalizarlos de alguna manera. El exceso de control de los sentimientos da lugar a un vacío interior. Si no permitimos que el verdadero ego se 10
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad manifieste y lo escondemos, entonces, éste llega a incorporarse al plano inconsciente, reprimido y no desarrollado. En mi caso, no me permitía experimentar ciertas emociones y sentimientos si entendía que al ser liberados podrían ser motivo de rechazo o reprobación. En oposición a mis resistencias, éstos seguían invadiéndome desde un lugar menos consciente, hasta que salían irremediablemente arrojados sin control en el mejor de los casos, o se convertían en un rechazo hacia mí misma, en muchas otras ocasiones. Me convertí en una persona insegura y confusa aunque, por supuesto, esto no se manifestaba externamente. Por dentro, mi identidad se movía hacia todos los lados en función de lo que el otro manifestara que le interesaba. Cuando conseguía identificarlo, tendía a repetir este comportamiento incesantemente. Aprendí no sólo a expresar sino también a experimentar interiormente sólo aquellos sentimientos que consideraba positivos, tal vez para liberarme de la culpa que me producía asumir que no todo mi sentir era comprensivo y generoso. En el momento que comprendí que como ser humano es posible tener inclinación tanto para lo bueno como para lo malo, comencé a aceptar y a amar todos mis pensamientos, sentimientos, emociones, comportamientos y demás manifestaciones de mi personalidad desde un punto de vista más compasivo. Ahora, cuando surgen estas actitudes que califico como “malas” me escucho a mí misma, dejo de negar lo que no me gusta de mí, lo observo, busco las causas y beneficios secundarios... Asumir que en este momento es así porque no puede ser de otra manera aporta una enorme serenidad a nuestra vida. A la hora de comenzar a expresar lo que verdaderamente me identifica, tuve que enfrentarme al inmenso miedo que sentía al rechazo. En algunos casos no podía creer que fuera posible atravesar esta cómoda docilidad que suponía el apoyo en el entorno. Sin embargo, si el autoconocimiento produce en el fondo alegría por el reconocimiento y la liberación, por el descubrir, más alegría resulta cuando, después de descubrir lo que soy, expreso con autenticidad lo que he descubierto, manifestando la identidad desde mi centro. No sólo saber lo que soy sino saber expresarlo sin que sea fundamental para mí la respuesta que obtenga de los que me rodean, me ayuda a mantener la libertad de poder experimentar y revelar los sentimientos más genuinos, tanto los “buenos” como los “malos”. Digamos que aprendí a vivirme desde mis propios sentimientos. Darme cuenta de la verdad de mi historia vital, olvidarme de la autonegación y descubrir la verdad sobre mí misma ha resultado muy provechoso para mi desarrollo emocional, aunque pasé una fase previa de intenso dolor de la que en tantas ocasiones me había defendido con la no-aceptación. Llegué a una fase de conocimiento o re-conocimiento emocional, y por lo tanto, una forma de autoconocimiento de mi identidad inmensamente más consistente. Actualmente, una de las cosas de las que más orgullosa me siento es de estar consiguiendo permitirme ser yo misma en la mayor parte de las situaciones, con la consiguiente valentía de exponerme.
Los engaños del éxito En el desempeño de mi día a día, emprendía acciones con el sacrificio necesario para conseguir el mejor rendimiento y sólo aceptaba lo que saliera extraordinariamente bien. De 11
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad esta manera, estaría asegurado este reconocimiento tan necesario. En algunas ocasiones, el esfuerzo por conseguir esta excelencia impactando con mis destrezas, producía grandes éxitos, provocando la admiración de algunos y la envidia de otros. En otros casos, mi derroche de energía no lograba el fin deseado y entonces, encontraba en los demás compasión o rechazo. De esta manera, la euforia y la depresión eran dos caras de la misma moneda que dependían fuertemente de la situación del entorno. La búsqueda de mi estima propia y reconocimiento social por el hecho de hacer fantásticamente bien las cosas era algo muy inestable porque, en cuanto esto fallara, todo el edificio se iba al suelo. Es una casa de paja que puede ser muy acogedora cuando hay una pequeña brisa a favor y absolutamente destruida cuando el viento no sopla en la dirección adecuada. En mi caso, se producía una euforia desmedida si mi comportamiento era acogido. Sin embargo, caía en la depresión más profunda cuando era rechazado o existía la más mínima contradicción. Por lo tanto, no era puramente libre, porque siempre estaba pendiente de ser aprobada y valorada. El peligro de tener una gran habilidad a la hora de la flexibilidad o adaptación emocional dependiente del contexto puede tener el riesgo de que, al ser socialmente aceptada, se convierta en un ser dependiente del grupo en detrimento de su autonomía personal. Algunas personas desarrollamos habilidades para conseguir éxito en la aceptación de los grupos de familiares, amigos, compañeros de trabajo... debido a que hacemos exactamente lo que ellos nos demandan. Así nos están incentivando a que mantengamos este comportamiento y nunca llegamos a desarrollar nuestro verdadero Yo, por miedo a perder el amor del otro que tanto nos ha costado conseguir. Encontré mi verdadera identidad cuando logré adquirir una autoestima y autoconcepción basada, no tanto en haber adquirido muchas cualidades, sino en el reconocimiento y expresión de mis legítimos sentimientos. Descubrí que aquí es donde radica el verdadero éxito. en la seguridad del propio sentir, querer y hacer. En el momento en que empecé a prestar atención a mi interior, descubrí una forma de cambiar mi intención del tener al ser, para empezar a facilitar la integración entre cabeza y corazón.
El pensamiento obsesivo. Un modelo de introspección. Las obsesiones son, ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que son experimentadas como intrusivas e inapropiadas y que causan ansiedad o angustia. Las personas los percibimos como algo que surge sin que podamos hacer nada para controlarlos. Un pensamiento intrusivo suele aparecer repetidamente en la mente y aumenta su fuerza a medida que va retroalimentándose. Las personas que tenemos tendencia a padecerlos, los percibimos como muy desagradables, porque producen preocupación y malestar. Sabemos que lo que experimentamos como obsesiones son asuntos sinsentido, que no llevan a ninguna parte, sino a malgastar energía inútilmente. Sin embargo, nos vemos avocados al pensamiento por sentir la incapacidad de detenerlo. Cuanto más luchamos contra él más intenso se hace, así que con nuestra voluntad de erradicar el problema lo que realmente hacemos es fomentarlo, logramos el efecto contrario. Así se mantienen las ideas obsesivas.
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad Es un paradoja pero en realidad lo que hay que hacer para calmar la mente es aceptar la idea y no luchar contra ella para que no nos obsesione. Aunque bajo mi punto de vista, lo que verdaderamente causa el malestar no es el pensamiento intrusivo, sino la idea de identificarnos con él. Es decir, si tomamos el pensamiento que llega desde el estado del observador, éste pasará, irá, vendrá de nuevo, volverá a marcharse, reincidirá… pero poco a poco dejará de intoxicarnos. Una vez que tomamos consciencia de los pensamientos con la práctica de la atención, empezamos a desvincularnos de sus efectos destructores. Los pensamientos repetitivos pueden llegar a ser muy útiles para identificar qué está ocurriendo en nuestro interior, qué se ha quedado atascado. Normalmente, experimentar este tipo de pensamientos suele tener un beneficio secundario. Mantener la presencia y esperar que las ideas intrusivas vuelvan de nuevo, puede llevarnos a la revelación del primer instante en el que surgen esos pensamientos. Algo que nos ayuda enormemente a conocer el hecho que lo causó y, por derivación, a comprendernos mejor a nosotros mismos.
El sufrimiento, también tiene su sentido. Iremos encontrando poco a poco nuestra historia en la vivencia de nuestros propios sentimientos y necesidades, si podemos aceptarlos, respetarlos y considerarlos legítimos. El drama del niño dotado y la búsqueda del verdadero yo Alice Miller
Las personas desarrollamos inmensas habilidades para ocultar nuestra propia sombra. Nos olvidamos que esto también forma parte de lo que somos. Lo escondemos por considerarlo abominable, tendiendo a reconocer únicamente nuestra belleza, nuestra parte agraciada. En gran parte de las ocasiones, evitamos enfrentarnos a la sombra creando una imagen idealizada de nosotros mismos. En mi opinión, este autoengaño, que todos tenemos en mayor o menor medida, es el que nos lleva a los diferentes niveles de sufrimiento. A partir de aquí, dicho sufrimiento también tiene un valor en nuestra existencia. En mi caso, tuvo el valor de enseñarme lo que no fui capaz de aprender de una manera más benévola. Sólo después de haberlo atravesado puedo reconocer que, en ese momento, no pudo ser de otra manera. En mi particular bajada a los infiernos, encontré la posibilidad de enfrentarme a mis miedos más sombríos y perturbadores. Sucedió hace ya un tiempo, cuando una serie de circunstancias personales me llevaron a entrar en un estado de desconcierto en el que no me hallaba a mí misma por ninguna parte. Hasta entonces, como he comentado anteriormente, yo era una persona razonablemente feliz, ya que había adquirido mi particular habilidad para buscar fuera cuando no encontraba dentro. De esta manera suplía carencias y seguía caminando. En este caso todo era diferente porque, sin darme apenas cuenta, había aprendido a mirar en un lugar más profundo, aprendizaje que relaciono con el comienzo de la práctica de la meditación. Ya no podía seguir engañándome a mí misma. De
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad repente, aquello que me faltaba aparecía constantemente y me obligaba a quedarme observando, y no valía ninguna otra cosa que pudiera hacer. En alguna parte de mí, algo me decía que la única forma de salir de allí y volver a la tierra era traspasándolo. Al enfrentarme a todo este cúmulo de engaños, encontré que durante largos años mantuve una enorme negación a mis sentimientos de vergüenza y de la necesidad de sentirme superior al resto de la humanidad como compensación a ese sentimiento de inferioridad y vulnerabilidad tan profundos que había ido desarrollando a lo largo del tiempo. Aquí encontré ese motivo tan potente que me llevaba constantemente a buscar aprobación y reconocimiento, un profundo temor al vacío y a la soledad. Hasta entonces, yo sólo sabía que buscaba esto en los demás, pero desconocía hasta qué punto estaba afectando a mi ser más profundo, hasta qué punto me estaba desgarrando . En algún momento tuve el valor de enfrentarme a mis sentimientos y así, observando y aceptando, empecé tomar distancia. Después de muchos intentos de dolorosa observación, empecé a ser consciente de mi encuentro con un valiosísimo proceso de creciendo. Me estaba dando cuenta de que, cada vez que descubría y aceptaba, algo dentro de mí cambiaba. A cada paso, me descubría más lúcida y despierta, también más humana y compasiva. Y de esta manera, lo que hasta entonces parecía un asunto de vida o muerte, se convirtió en un gozoso aprendizaje. Ahora, la vida es un proceso que consiste en descubrir con potencial de crecimiento hacia el infinito. Y nosotros pura vitalidad en expansión. Merece la pena enfrentarse a los sentimientos que nos resultan dolorosos, ya que aceptar lo que somos en todas sus extensiones nos confiere el reconocimiento de una verdad más profunda. No es posible curar la herida mientras permanezcamos en la negación. Observar y enfrentarse a nuestra sombra nos proporciona la aceptación de lo que somos. En el sufrimiento nos reconocemos más sensibles, nos encontramos más preparados para compadecer el dolor. Somos lo que somos, lo más importante del descubrimiento de nuestra identidad no es conocerse, sino aceptarse y comprenderse. Amo tanto lo bueno como lo malo de mí, porque amo lo que soy. Me amo incondicionalmente. Así también puedo amar al otro.
Los dones de haberse vivido a través del otro. La necesidad de sentir al otro como único medio para poder verme, produjo en mí el hábito casi obsesivo de detectar lo que las personas que estaban a mi alrededor demandaban en cada momento. Constantemente me encargaba de percibir y reaccionar, pero para poder hacerlo de un modo exitoso, debía estar muy atenta a distinguir qué me estaban pidiendo exactamente. Así, las personas que nos preocupamos en exceso por conseguir la aprobación, adquirimos grandes habilidades a lo largo de nuestros años de entrenamiento. Cuando estamos en la rueda de la ceguera, no nos damos cuenta de todo nuestro proceso de aprendizaje, sin embargo, con la toma de consciencia, comenzamos a encontrar la gran ventaja que esto nos confiere para determinadas acciones. En mi caso, mis antenas receptoras de las necesidades de los demás me han otorgado cierta sensibilidad para entender a las personas, para comprender y compenetrarme con sus anhelos más íntimos.
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad Mi proceso de reconocimiento interior, también me ha proporcionado el desarrollo de una habilidad para la introspección, que hasta hace poco desconocía que existiera y, desde luego, una gran comprensión cuando las personas se traicionan a sí mismas. Así, hoy creo entender que mi incursión en la travesía de la terapia transpersonal no ha sido del todo casual. De alguna manera, la adquisición de ciertas conductas y su insaciable repetición me han concedido habilidades necesarias para acompañar a otras personas en sus procesos de crecimiento. Actualmente me encuentro en pleno abordaje de proyectos que expresan mi identidad como terapeuta, y que me emocionan profundamente. Hoy por hoy puedo decir que, por fin, los puntos se unen, y todo tiene sentido. De alguna manera el pasado ha tenido una gran utilidad a la hora de construir lo que actualmente soy en el mundo.
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APRENDER A SER CONSCIENTE ¿Hasta qué punto nos conocemos? Nosotros conocemos el mundo exterior de sensaciones y de acciones, pero de nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos sabemos muy poco. El propósito principal de la meditación es devenir consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito último es alcanzar la fuente de la vida y de la consciencia. Incidentalmente, la práctica de la meditación afecta profundamente a nuestro carácter. Nosotros somos esclavos de lo que no conocemos; de lo que conocemos somos señores. Cualquier vicio o flaqueza en nosotros mismos, cuyas causas y funcionamientos descubrimos y comprendemos, los vencemos por el conocimiento mismo; lo inconsciente se disuelve cuando se trae a lo consciente. La disolución de lo inconsciente libera energía; la mente se siente adecuada y se torna calmada. Yo soy Eso, Sri Nisargadatta Maharaj
La consciencia es la forma que tiene el hombre de experimentarse a sí mismo. Tomamos distancia de nuestro flujo de pensamientos, emociones y sensaciones que fluyen en constante cambio y nos mantenemos en la quietud de lo que somos. El ejercicio de la meditación es una buena forma de entrenar la consciencia para conocernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Mi primer descubrimiento a través de la meditación fue el hecho de que las personas tenemos la capacidad de dejar de pensar. A partir de ahí surgieron experiencias maravillosas. Es un ejercicio que nos ayuda a liberar la mente. Una vez somos conscientes nos invade una composición de comprensión y ternura que está presente en todo lo que acontece. Nos ayuda a comportarnos de una forma más afectuosa y compasiva y nos facilita una forma de pensar más lúcida y ecuánime Algo se esconde detrás de nuestras atenciones más superficiales y esto lo podemos conocer a través de la quietud, para eso nuestra atención debe ir dirigida a lo que somos en esencia. Necesaria capacidad para tomar distancia de uno mismo y desde ahí observar.
En estado de meditación podemos elegir hacia dónde dirigimos la atención. -
Ser consciente del entorno. Una forma de tomar consciencia es dirigir la atención a lo que sentimos sobre lo que perciben nuestros sentidos. Percibir cómo cada 16
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momento fluye hacia el siguiente. Ser consciente de su impermanencia, y también de su quietud. Percibimos cómo todo cambia a cada instante. Recuerdo algo que experimenté después de mi primera meditación. Me encontraba desayunando y percibía intensamente los olores, sabores, el tacto del mantel y los cubiertos, la textura de los alimentos dentro de la boca, la sensación de tragar. Recuerdo el sonido del plátano al pelarlo, encontré un maravilloso y fugaz momento en el que me penetraba una inmensa sensación de que todo es perfecto Ser consciente de nuestro cuerpo. Observar nuestras sensaciones físicas, nuestra forma de movernos, ser conscientes de los diferentes órganos de nuestro cuerpo y de la armonía de su conjunto. Atender a las señales de su sabiduría. La conciencia corporal nos aporta una inmensa sensación de vitalidad. La conciencia no sólo se encuentra en la cabeza, como la mayoría de los occidentales creemos, puede encontrarse en cualquier lugar de nuestro cuerpo. Aprendamos a percibir las sensaciones de nuestro cuerpo: cuando nos aseamos, cuando comemos, cuando mantenemos relaciones sexuales, cuando dormimos... Se puede llegar a ser consciente incluso soñando. Cuando comenzamos a atender a nuestro cuerpo, todas sus sensaciones resultan algo más intensas y descubrimos señales que hasta ese momento podían permanecer dormidas por ignorar su existencia. Ser consciente de nuestra mente. Ser consciente de nuestros pensamientos sin identificarnos con ellos. Observarlos como nubes, que vienen y se van. Observar cómo los pensamientos acceden a la mente se mueven entre los recuerdos del pasado y las expectativas del futuro. Tomar conciencia de nuestros pensamientos nos ayuda a trascenderlos. Pensar es una herramienta que puede resultar muy útil si se utiliza correctamente. Cuando no somos conscientes, los pensamientos vagan condicionándonos sin que nos demos cuenta, y entonces es la mente la que se apodera de nosotros. Los pensamientos repetitivos se pueden parar, se puede incluso parar el propio pensamiento, y todo comienza cuando escuchamos atentamente. Ser consciente de las emociones. Atender a nuestras emociones, identificarlas, descubrir por qué y cómo aparecen, darnos cuenta de sus manifestaciones, de cómo las canalizamos, de cómo y cuándo las expresamos. Si prestamos atención a nuestras emociones podremos gestionarlas antes de que nos invadan. Las emociones pueden servir de mucha ayuda para conocernos mejor, pueden ser señales muy valiosas a la hora de tomar decisiones con eficacia. Ser consciente de los sentimientos, a lo largo del día nos encontramos con estados de ánimo cambiantes, cambia nuestra percepción sobre las cosas, nuestra energía. Al principio de ser consciente de ello empezamos a tener la sensación de entrar en una montaña rusa, sin embargo, a medida que vamos practicando descubrimos que conociendo estos cambios podemos gestionarlos mejor. Ser consciente de uno mismo en su totalidad. El entorno, el cuerpo, los pensamientos, las emociones… en realidad son partes integradas en un todo. En la naturaleza verdadera de las cosas se encuentra la unidad y todo interactúa constantemente. Reconociendo esta unidad y siendo conscientes de ella, eliminaremos esas barreras que nuestra mente ha creado y encontraremos el carácter sagrado de todas las cosas. Ser consciente de la quietud y ser consciente del movimiento: si somos conscientes donde quiera que estemos, podremos percibir que todo es cambiante. La quietud, es 17
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cambiante. Aceptando totalmente que nos encontramos en una situación presente eliminamos la resistencia al cambio de la propia situación. Un océano de conciencia. Seamos conscientes de que somos lo que somos. Un océano de pura conciencia.
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DESCUBRIENDO EL SENTIDO DE LA VIDA ¿Quién quiero ser? Debemos aprender por nosotros mismos, y también enseñar a los hombres desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espera algo de nosotros. Dejemos de interrogarnos sobre el sentido de la vida y, en cambio, pensemos en lo que la existencia nos reclama continua e incesantemente. Y respondamos no con palabras, ni con meditaciones, sino con el valor y la conducta recta y adecuada. En la última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante particular. El hombre en busca de sentido Viktor Frankl
La vida pone ante nosotros infinitas posibilidades y nosotros, con la actualización de nuestras potencialidades decidimos qué hacemos realidad y qué dejamos pasar. La libertad de elección humana nos permite encontrar nuestro sentido de vida. El tipo de persona que llegamos a ser es una decisión íntima y genuina de cada uno de nosotros. El propósito de vida es algo singular en cada uno de nosotros, así nos convertimos en seres únicos para la existencia. Con un propósito de vida el destino sigue siendo incierto, pero los pasos se convierten en “movimientos hacia”. Al conferir a la vida un sentido, la llenamos de voluntad, de intención. Y nos da una fuerza y una alegría de ser y de existir en el mundo. Es decir, promueve hacia la acción con intención y atención. Cuando encontramos el porqué comenzamos a actuar con un para qué y hallamos el cómo. La meta confiere dirección a los pasos y los pasos dirigidos dan el sentimiento de que somos seres creativos con capacidad para cambiar algo del mundo. Empecemos por donde mejor podamos, y luego sigamos hacia delante. Aunque la misión es algo bastante estable, ésta puede variar a lo largo de la vida, y eso no significa que anteriormente estuviera mal diseñada, sino que, como estamos dotados de libertad (decisión entre posibilidades), podemos elegir un cambio a cada instante. Depende del momento determinado en el que se encuentre su protagonista al formularlo. Es posible que tras cumplir una misión, el hombre busque otra más elevada o que mientras está desarrollando un objetivo se descubra un sentido más profundo y genuino que desplace al anterior. Lo importante es caminar hacia lo que a cada momento nos entusiasma, poner nuestra energía en el trabajo y disfrutar haciendo. Poseemos toda la libertad para interpretar los hechos e interactuar con ellos. En la vida elegimos constantemente entre alternativas y así esculpimos nuestra existencia. 19
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad Reconciliémonos primero con nosotros mismos y con nuestro entorno, y así lograremos mantener nuestra mente sosegada y podremos estar abiertos a lo que nos llega.
Te has preguntado alguna vez: -
¿Cuál es tu responsabilidad en la vida?
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¿Qué has venido a hacer aquí?
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Si tuvieras todos los recursos y conocimientos disponibles ¿qué harías?
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¿Cuál es tu pequeña o gran contribución a la humanidad o al mundo?
Este es uno de los más intensos dilemas humanos: Encontrar el valor de nuestra vida, nuestra forma de expresarnos a nosotros mismos a través de cumplir con nuestra misión y completarla. Y una gran dicha: Experimentar la maravillosa sensación de haber hecho lo nuestro, haber desarrollado algo con lo que nos identificamos desde lo que somos. El supremo gozo de saber que nuestra existencia en el mundo está siendo útil y valiosa. En mi opinión, la mejor forma de descubrir el sentido de la vida es encontrando la actividad diaria que deja de ser un medio para un fin y se realiza porque es un fin en sí misma. Buscando qué es lo que queremos para este mundo y luego, busquemos cuando podemos llegar a sentirnos inmersos y plenos en la propia actividad. Creo firmemente, que aquí es donde estamos encontrando nuestra identidad esencial.
“...Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario...” Extracto de la conferencia que dio Steve Jobs, Director Ejecutivo de Apple Computer y Pixar Animation Studios, en la Ceremonia de Graduación de la Universidad de Stanford, el 12 de junio de 2005.
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RECONOCERNOS DESDE EL ETERNO PRESENTE ¿Dónde estoy ahora? El Ser es la Vida Una, eterna y omnipresente, más allá de la miríada de formas de vida que están sujetas al nacimiento y a la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo es trascendente, también impregna profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible. Esto significa que ahora mismo puedes acceder al Ser porque es tu identidad más profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no trates de entenderlo. Sólo puedes conocerlo dejando la mente en silencio. Cuando estás presente, cuando tu atención está plena e intensamente en el ahora, puedes sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo mentalmente. La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de “sensación de realización” El poder del ahora Eckhart Tolle
La Atención Plena es la capacidad para centrarse por completo en la experiencia del momento presente. Para eso es importante poner la atención en las cosas como realmente son, conocer la verdad más allá de su apariencia superficial. Al poner la atención en el ahora, abrimos un camino que nos lleva a un estado de no-mente, en el que estamos alerta, pero libres de pensamientos. Al definir y poner etiquetas formamos un mundo de objetos e ideas aisladas unas de otras, en lugar de experimentar la totalidad, la unidad. Cuando estamos verdaderamente presentes, trascendemos al personaje que creemos que somos y dejamos de categorizar, valorar y juzgar. En la sensación de estar en el ahora encontramos un intenso grado de armonía. Olvidémonos de las definiciones y vivamos lo que toca en cada momento, abriéndonos al ser esencial que hay dentro de cada uno de nosotros. Preocupándonos por el pasado y el futuro, nos olvidamos de honrar lo que realmente existe que es nuestra presencia ahora. El presente es nuestro regalo, es todo lo que tenemos. Podemos encontrar en él toda la belleza y la poesía de la vida, después, es irrecuperable. Así, las experiencias se nos vuelven más interesantes, más intensas, el sufrimiento y los problemas se disuelven en el eterno presente. El momento presente nos abre las puertas hacia su dimensión espiritual, sin embargo, no tenemos porqué confundir esta experiencia con un alejamiento de la realidad de la vida diaria, no es un estado de válvula de escape a la vida terrenal, sino más bien, una forma de estar presente en la inmediatez de la experiencia. El estado al que nos lleva la Atención Plena es un estado en el que la mente queda tan inmersa en la actividad que pierde el sentido del tiempo, del espacio y del yo. 21
Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad El momento presente a veces es desagradable, pero como nos encontramos en un estado de tranquilidad y sosiego, todo se vuelve más claro. Desde esa serenidad, estamos abiertos a que surjan estados de comprensión súbita que nos ayuden a actuar mejor. Pero es importante aceptar lo que viene y no luchar contracorriente. Momento a momento percibimos cada situación y cada paso nos dirige hacia el paso siguiente. Aquí y ahora, la respuesta está siempre delante de nosotros. La observación nos mantiene en el presente. Dejemos de buscar por un momento, seamos conscientes de todo, reconozcámoslo y dejemos que sea. Que la atención vaya directa y únicamente a lo que ocurre AHORA. ¿Notas esa energía sutil que nos envuelve en la Totalidad?
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LA IDENTIDAD ESENCIAL ¿Qué soy? Eso en quien todos los seres residen y que reside en todos los seres, que es el dadode de gracia todos. El Alma Suprema del universo, el ser sin límites –yo soy eso. Amritbindu Upanishad
El mundo real está más allá del alcance de la mente; nosotros lo vemos a través de la red de nuestros deseos, divido en placer y dolor, justo e injusto, interior y exterior. Para ver el universo como es, usted debe ir más allá de la red. No es difícil hacerlo, pues la red está llena de agujeros. Sri Nisargadatta Maharaj Yo soy eso
Una vez que conocemos cómo se ha formado nuestra personalidad, ¿cómo nos deshacemos de este yo egoico que creemos que somos y así descubrir el ser esencial que somos realmente? En algún momento, debemos adquirir consciencia de que hay una forma esencial, que no cambia, aunque desde ahí se recojan las diversas personalidades y subpersonalidades. Antes de continuar el camino es importante colocar la identidad donde le corresponde. El hombre es capaz de conocer su verdadero ser y desde ahí se expone o manifiesta. También así, es capaz de manifestar diversas personalidades sin sentirse traicionado por ello. Actúa de una manera productiva, no reactiva.
La integración de los polos. En la percepción de una característica de realidad está irremediablemente presente el polo opuesto a esa característica. Entre todas las polaridades se encuentran las infinitas posibilidades de la existencia. En mi opinión, la integración es la primera puerta que conduce hacia la identidad esencial. De la integración se consigue la armonía
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad Cuerpo ... mente Dar ... recibir Identidad ... alteridad Unión ... diferenciación Estabilidad ... transformación Quietud ... movimiento …
Al encontrarnos equilibrados aparece la sensación de abandonarse, rendirse a la felicidad, no controlar, vivir espontáneamente. Recuperar lo verdadero, relacionarse con el interior, con el centro. Encontrarse, hallarse, localizarse… Después lleguemos a reconocer que no somos ninguna de esas cosas, porque lo que somos realmente no puede llegar a ser descrito.
El sentido de unidad Nos damos cuenta de que no tenemos que responder a la pregunta ¿quién soy? Solamente es necesario experimentarlo. Mediante la siguiente explicación David Fontana explica una forma de Meditación que nos puede llevar a esta sutil experiencia: Existe una práctica desarrollada por maestros zen occidentales, que consiste en colocar a dos alumnos, uno frente al otro. El maestro toca una campana y un alumno pregunta al otro: Dime quién eres. Durante cinco minutos, éste intenta responder. Suena la campana y el segundo alumno dice al primero: Dime quién eres. Cinco minutos más tarde, vuelve a sonar la campana y el primer alumno vuelve a preguntar. Durante toda la sesión, uno al otro se formulan la misma pregunta de esta manera. El que pregunta nunca responde a las contestaciones que recibe. Solamente existe la pregunta. Normalmente, al principio el alumno responde a la pregunta con información sobre hechos reales, como su nombre, los detalles profesionales, estado civil, hijos, edad, sexo, hobbies, etc. Pero el que pregunta sigue insistiendo: dime quién eres. Al cabo de un tiempo, las respuestas pasan de ser detalles personales a características personales. Soy el tipo de persona que… me molesta que… supongo que tengo un carácter extrovertido… etc. Sin embargo, al cabo de un rato, el número de respuestas empieza a reducirse, y puede acabar cesando por completo. El alumno se enfrenta al hecho de que no sabe la respuesta. A veces este momento es muy emotivo ¡no lo sé, no lo sé! Grita el alumno. Pero si el “no lo sé” surge del corazón, se ha dado un paso crucial. Después de agotar todas las etiquetas que se asignan al yo durante años, el alumno se da cuenta de que ninguna de ellas representa quién es. A veces, esta visión provoca un enfado, otras veces, lágrimas. De cualquier manera, esta reacción revela que la pregunta ha hecho caer el falso velo que nos esconde de nuestro yo real.
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Descubriendo Identidad. Un camino hacia la libertad Si me desapego de mis ideas mentales de cómo son las cosas, con sus categorías limitadas, llego a la sensación del “yo soy” sin límites, único. El verdadero Ser es indescriptible, inefable, sólo se puede llegar a él a través de la experiencia. Siempre está ahí. Yo soy, y no dejo de ser. Puedo alcanzarlo siempre que me encuentre en estado de alerta consciente. Y entonces descubro que, en realidad no hay nada que descubrir, no hay nada que alcanzar. Sin embargo, todo está lleno de absoluta potencialidad que observo manifestarse. En el proceso para llegar a una identidad consciente, pongo mi visión en el otro mirando desde atrás y arriba. Así surge lo que soy, y todo lo que está “detrás” aparece sin esfuerzo. Yo soy tú, yo soy todo.
La iluminación es como una mariposa. Perseguida, siempre está más allá de nuestro alcance, pero si te sientas tranquilamente, quizá se pose en ti.
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EL AMOR COMO MOTOR DE ACCIÓN En el fondo, somos Amor. Los seres humanos, en nuestra dimensión más espiritual, somos Amor como realidad última. Y lo que emerge de ahí es un entendimiento de unidad e interconexión, una sensación de que las cosas no están delimitadas por su forma física. Esto nos conduce a una compasión que nos impulsa a ser más sensibles con todo y favorecer al bienestar en el mundo que nos ha tocado vivir, a que todo esté bien. Entregarse a lo que uno es en esencia es entregarse al Amor. El Amor no se da, ni se recibe, el amor Es. El Amor es la forma que tenemos de conocer al otro. Al amar llegamos a lo más profundo del ser humano y también descubrimos en él todas sus potencialidades. El Amor es el motor de acción, está dentro de todos y cada uno de nosotros. Reconozcámonos como lo que somos: manifestaciones, ramificaciones de una única energía creadora. ¿Para qué condicionar el amar o ser amado por alguien? Amor incondicional es querer y amar a alguien haga lo que haga, es un amor que se muestra de forma espontánea. Un niño necesita que lo amen así, un adulto ya no. Pero sí necesita saber que es capaz de amar, de amar incondicionalmente.
Lo más importante es amarse a sí mismo. Propagaremos felicidad cuando seamos felices Ayudaremos al crecimiento cuando seamos conscientes del propio Iniciaremos procesos de comprensión y perdón sólo si antes hemos desarrollado estas habilidades. Conoceremos las potencialidades en los demás, cuando tengamos la intención de actualizar las propias. Daremos amor cuando nos amemos a nosotros mismos
El cielo siempre es azul. El agua siempre fluye hacia el mar.
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…
El animal sonrió, y a Alicia le pareció muy agradable; pero como tenía unas garras muy muy largas y gran cantidad de dientes, decidió que era mejor dirigirse a él respetuosamente. -
Minino de Cheshire… -empezó diciendo con prudencia, sin saber si al animal le parecía correcto ese apelativo.
El Gato alargó aún más la sonrisa. «Bueno, parece que le gusta», pensó Alicia, y volvió a hablar: -
¿Podría decirme, por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí? Eso depende sobre todo del lugar a donde quieras ir – respondió el Gato Me da un poco igual – dijo Alicia Entonces el camino también da igual … siempre que llegue a alguna parte – explicó Alicia Oh, seguro que llegas a alguna parte, si caminas lo suficiente
Eso era innegable, por lo que Alicia trató de hacerle otra pregunta…
Alicia en el País de las Maravillas Lewis Carroll
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BIBLIOGRAFÍA: -
Alice Millar. El drama del niño dotado y la búsqueda del verdadero yo. Fábula Tusquets, 1985
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David Fontana. Meditación semana a semana. Evergreen, 2004
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Eckhart Tolle. El poder del ahora. Gaia Ediciones, 1997
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Elsa Punset. Inocencia Radical. Aguilar. 2009
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Jose María Doria. Inteligencia del Alma. Gaia Ediciones, 2004
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Lewis Carrol. Alicia en el País de las Maravillas. Alianza Editorial. 1970
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Ken Wilber. La conciencia sin fronteras. Kairos, 1979
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Rolando Toro. Biodanza. Indigo Cuarto Propio, 2007
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Sri Nisargadatta Maharaj. Yo soy eso
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Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido. Herder Editorial, 1979
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