E L dominicano que llegue al maravilloso Washington y quiera,

ESTUDIOS Apuntes de viaje por los Estados Unidos (1941) Cosas dominicanas en Washington que llegue al maravilloso Washington y quieE L ra,dominicano

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VIETNAM MARAVILLOSO. 05 al 19 de agosto 2016
Nuestro Pequeño Mundo Viajes S.L. - CIF B53056636 - G.A.T. CV-Mm-288-A - R. M. de Alicante, T 1844 , F 39, S 8, H A 34486 VIETNAM MARAVILLOSO 05 al 1

E L C O L E S T E R O L : L O B U E N O Y L O M A L O
1 E L C O L E S T E R O L : L O M A L O B U E N O Y L O Autora: VICTORIA TUDELA http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/menu.htm Co

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ESTUDIOS Apuntes de viaje

por los Estados Unidos (1941)

Cosas dominicanas en Washington que llegue al maravilloso Washington y quieE L ra,dominicano tras las saudades del viaje, sentirse como en su propia. Patria, que se encamine' a nuestra hospitalaria Legación, a casa. de los Pastoriza, dé los Vega, de Minerva Bhrnardino. Entre esas acogedoras residencias hay la de un americano, tandominicano de sentimiento como cualquiera que haya nacido en. Azua o en el Seybo: el Dr. John Thomas Vance. Armas de la. época colonial de la Española; muebles de caoba, de Jarabacoa o de las Matas, decoran la casa. En la mesa, nuestros platos criollos,. mientras Vance y su esposa, en deleitoso español-dominicano, los condimentan con refranes y recuerdos de nuestra tierra. En la. biblioteca, libros dominicanos. Cuando Vance recorria las orillas del Sena, cuajadas de viejos libros de ocasión, no buscaba obras de su patria, sino libros de Santo Doniingo. Allí están los más raros. de nuestra bibliografía: desde Charlevoix hasta Sánchez Valverde. Al salir de la biblioteca, dice Vance: "Quiero conservar esos libros. para cuando allá tengan Biblioteca Nacional". i He aquí un dominicano como pocos! En el Departamento de Estado hay verdaderos conocedores de" nuestra Patria, de sus tierras y de su historia. Basta mencionar a

REVISTA 4

14

Sumner

Welles, autor

IBEROAMERICANA

las mejores

de una de

Santo Domingo, Noboth Vineyard; Irene

a

Wright, a quien debemos el mejor

la

obras de historia de

admirable investigadora

estudio acerca de

Penn Venables Pattee, a Willard Domingo,

la frus-

trada invasión de y en 1655 ; a Charles Thomnson, a Richard Barber, que conocen y admiran a Santo por sus paisajes, por sus y por su amor

al

progreso

manifestado

en

la

monumentos

acción de su

actual gobernante,

el ingreso de la República, en la guerra, junto a los Estados Unidos, antes de que lo hiícieran otros pueblos americanos. Pero todavía hay muchas cosas dominicanas que admirar. Maa quien se debe

Washington

ravilla de

y del mundo es

la Biblioteca

del Congreso.

Millones de libros y de periódicos, de manuscritos, de

planos. Allí

estáni, custodiados por altos

los

mapas y de

policías, los originales del

Unidos la

Acta de Independencia de Estados ; Carta Magna inglesa ; folleto que acaba de salir de nuestra imprenta.

el último

te

Entre los mil de la

sabiduría

Rubio, la señorita

la

funcionarios'y empleados de esta

universal, están

Ker, ninguno Ker

Hanke, Vance,

ajeno a

lento Biblioteca. Bella, los

las cosas

prodigiosa fuenChild, el Padre

de nuestra Pa-

tria. Basta señorita para el y emocionado recorrido por la estupenda sabía, inteligente, infatigable en cortesía, se inicia el recorrido por "barrios dominicanos" de

la

esta iran ciudad del libro. Dos volúmenes, en resplandeciente encuadernación roja, son de

los primeros

en

llamar la atención,

como

amigos que se adelantan a saludarnos :Al amtor del bohío, de Ranión Emilio Jiménez. Allí mismo, un folleto, ¡Alerta dominicanos!º, primero

el todos

publicado en Santiago de

los

Caballeros.

Allí

también

nuestros historiadores, prosistas y poetas, malos y buenos, an-

tiguos y modernos.

En la sección de mapas y planos hay centenares de la Isla : malos tiempos coloniales ; pIanos antiguos de diversos pueblos de la Española, entre los cuales principalmente atrae la atención un bello y curioso plano de Samaná, del Puerto N1apoleón proyecpas de

tado por

el General Ferrand : las calles y avenidas muestran

bres : Avenida

sus nom-

Napoleón, Avenida General Ferrand, Avenida de la bellísimo a

Concordia. Admirando el parques y edificios públicos junto

la ciudad, con sus línea del mar, y pen-

trazado de la blanca

sando en lo que.es y ha sido Samnaná, nos pareció lamentablemente prematura la batalla de Palo

Luis Ferrand."

Hincado y el suicidio

del progresista

ESTUDIIOS En la vasta Sección de papeles

de. Manuscritos hay también centenares

dominicanos :

de los

; de los la ReconquistaPapeles días

nante y guero, en

1844.

La

Bobadilla,

la

Ahí duermen, sueño de un

rigurosamente

Cambiaso

la

de

días de Núñez de Cáceres y

expediente acerca de

relación del Almirante Todo

de

de Duarte.

abultado

la Colonia;

tiempos. de

época de de los

15 1

Santana ;

de

apasio-

batalla. naval de Tortu-

siglo, la

y animada

breve

testigos oculares. papel impreso. En

y testimonios de

clasificado.

Sección de Periódicos es un océano de

periódicos de los Estados Unidos, Cuba, México, Venezuela, Francia, hay dilatados ecos de la proclamación de. la República y de

guerra

favor

la

de causa con Haití ; en todos se habla en nuestra desdominicana. Relaciones de intrigas políticas, de Duarte y de Juan Isidro Pérez, conocidas acerca de En de furibundos enemigos de a quienes tildan atención fin, son tantas cosas de nuestra Patria que

batallas,

la prisión

siempre

noticias Francia.

atraen la

las

Biblioteca, que es necesario verlas ligeramente, porque un año sería escaso si nos detuviésemos ante cada incitación. No lejos de la Biblioteca del Congreso se alza imponente el en esta formidable

los Archivos Nacionales.

bellísimno edificio de siete plantas de

el

severo despacho

del

Director Dr.

Conner,

la

hasta

sala de exhibiciones de documentos, se nos van

Desde majestuosa

los días en la

sabia

Hill, admirando minuciosamen-

Mr. Roscoe

R. y gentil comnpañía de sorprendente funcionamiento del Archivo. Luete,

maravillados, el

go, a

la Sección del Departamento

los

durante una semana,

fuente para días,

nuestra

los prolijos

llenan largos

historia

informes

de Estado, a ver

dominicanos.

documentos

! Desde

consulares

antes de 1844 hasta y de

los

estantes de acero. Cartas de

Caminero, de Luperón ; periódicos volúmenes.

ahí, en 178 gruesos Arzobispo cadta, de

1850, del

nombre de la

Dr.

nuestros

Agentes especiales

Santana,

de

Báez,

de

y proclamas antiguas ; todo está Entre esos documentos hay Podtes, por medio de

República, le obsequiaba

construía

rápidamente,

¡yQué preciosa

el

una

la cual,

a una iglesia de

a

Washing-

antiguo altar que existía, como entonces, ton que se de Jesuitas vieja destino, en último vestigio de su

que es hoy

Washington

cristiano

Secretaría

estará esa

de

Estado

reliquia?

En otra Sección del Archivo, cumentación relativa

a la

la

del Tesoro.

Casa

¿En

la de Marina,

ocupación

militar

qué iglesia de

está

la vasta

do-

nodteamericana:¡170

6REVISTIA IBEROAMERICANA

16

Pasamos

pies cúbicos de documentos ! rápidamente por ahí, como pasaba el por algunos parajes del Purgatorio.

Dante

Para el iberoamericano que llega a esta fantástica ciudad, una

Unión Panamericana.

Rowe, -símbolo

de las primeras visitas ha de ser a la. está Mr. del panamericanismo. Allí está,

Allí

junto al

patio tropical, como queriendo extenderse sobre árboles de nues-

En la sala de exhibiciones, muestras República. Y más allá, el despacho de

tro suelo, la bandera cruzada.

de cuanto se' produce en la

Minerva Bernardino, una de las mujeres ibeocupan más alta posición en Washington. Aquí

una dominicana, de rcamericanas que crece nuestro

dominicanismo.

En nuestro país se dice que somos

ignorados. Pero la realidad es que. ignoramos que nos conocen y.

imaginamos. Aquí se publican más limás universitarios que estudian

nos estudian más de lo que bros que tratan de la Isla y hay

nuestra historia que en nuestro propio país. Tamnbién hay cosas dominicanas en el prodigioso S'mithsonian. Desde

la

asombrosa estructura, huesos que parecen

columnas,

de

la especie animal que existía hace miles de años, hasta el minúsculo, insecto ; desde la máquina de Fulton h4sta avión de en cuyas alas algo de cielo, se admira en las vastas.

vemos

museo.

salas del monedas de

el

nuestro

Lindbergh,

Sección

En la de Numismática están las viejas Domingo en solemne reposo. otras gran-

Santo

En

la

des salas, innumerables piezas de arqueología y de la zoología quisqueyanas : hachas de, piedra, ídolos, vasi jas, representan los tiempos de Anacaona,

los arcabuces, las

mientras

en

la impresionante Sala

de Armas,

espadas de copa y las espuelas de- alarmantes es-

polones representan los

dramáticos

tiempos de la Conquista.

Ojeda, Ovando, Esquivel, hoja maravillar

¿A

cuál conquistador, perteneció aquella espada en cuya brilló el sol de nuestra Patria? no se limita a al visitante ; su labor es más activa: produce libros dominicanos> el mejor acerca de nuestra arqueología ; mne jor acerca de aves la Isla. En Washington, pues, nuestra acogedora donde bri-

el

las

-de

El Smithsonian

Legación,

lla nuestro sol en la clara belleza y en la gracia de Matildita Pasto-

no es . el único refugio dominicano que nos consuela de las Bibliotecas y Museos hay parte de nuestra amada tierra; esa porción de nuestro espíritu, disriza,

nostalgias del terruño. En los Archivos, persa y errante, que

nos saluda en todos los caminos del mundo.

E sTUDIOS017

Tales

17

vistas, las Y civilización

son,' rápidamente principales cosas dominicanas que en ciudad del Potomac. es nuestro gozo ver que en baño de que significa conocer esta ciu-

hay

al

dad

tra

el

la

maravillosa, también

algo nuestro,

hay

mayor

de nuestra vida, de nues-

cultura, que apenas conocíamos y que aquí

de y más

tropicales

valioso,

de

estremecida

como

nos pareció

mnás

bella, junto a

la Unión Panamericana, la amada bandera en el viento para saludar al visitante.

Recuerdos de Filadelfia

Impresor en Llegar

Santo Domingo y

a Filadelfia,

la rota campana

mirar

Hall

la. Libertad

los

árboles

de

cruz

la

Yorktowun

Soldado en

"llena de gloria.de

toda

de

gran-

nos parece más

Franklin",

es ad-

celosamente guardada en

el

los

Independence -donde se proclamó lia independencia de Unidos- y pasear por Park, uno de grandes mnundo.

Estados.

los más Pero

entre

las

largamente

del

maravillas

el Fairmont

Filadelfia

de

papeles,

ninguna

me

causó

la Historical

la

inesperada emoción de unos viejos en Society Pennsylvania, porque en la inmensa fuiera de bilosa de nuestro eran únicos que mostraban en sí un refle jo de patria distante, por sugestiva historia que enlazaba su de los

of

hospitalidad

y

urbe,

Consulado, ellos

la

Francia.

nombre al

al de Esos papeles son dos cartas manuscritas

Blocquerst, del

la julos hermoseado Estados Unidos

del

ignorado

Domingo,

Andrés

Joseph primer impresor de Santo de que haya noticia, que apenas se sabía' que era ciudadano francés y que su imprenta estaba servicio gobierno en tiempos del

General Ferrand,

al

por sus cartas, escritas en

lo menos desde

-del

1800. de de 1820 y del 20 de enero de Blocquerst le hace interesantes revelaciones a su amigo el imnpresor y librero Mathiew Carey, de lk ciudad : tiene ochenta está inválido y en pobreza ex,~

En

1821,

misma

treinada;

del 14

le ha sido retirada

desconocidos

noviembre

Filadelfia,

años;

la escasa pensión que cuatro piadosos

le ofrecían ; y espera

marcada con el número 75, "Small and Shipen Street". 2

que

la

caridad

llegue a su

Street, near 7th, between

casa,

Cedar

IBEROAMERiCANA

REVISTA 8

18

En

su solicitud, Blocquerst

habla de su vida : vino a la Amné-

rica, por primera vez, con el célebre Marqués de Lafayette, en ca-

las

lidad de voluntario, y siempre estuvo a su lado ; peleó contra Batalla de Brandywine el 11 tropas de Cornwalis y-de Ilowe en

de septiemnbre de

la Lafayette fué gravemente herido en 1777, 'donde octubre;

una pierna ; en la batalla de

el 28

Freehold,

de junio de

Germantown 1778,

un destacamento ; y en la memorable octubre de

tares

1781

en la de

el 4 de

Lafayette

en la que

toma de

comandaba

Yorktown,

el 19 de

-coronación de la dilatada serie de acciones

realizadas por el genio de

Washington-,

en la que f ué

mili-

herido

la pierna derecha por una bala de mosquete. Después de acompañar a Lafayette en viajes y'en otras actividades militares, pasó a la colonia francesa de~ Santo D7omingo, con en

tropas de Francia que hablan servido en la guerra de la independen-

cia americana, y se estableció más tarde en la ciudad de Santo Domingo, donde pas del

tenía

cuando

su imprenta y de donde salió Ramírez la ocuparon,

Reconquistador Sánchez

entonces sus documnentos personales.

Llegó

el

1809

las tro-

perdiendo

y allí trabajó coa Filadelfia 3 de noviembre de en que la edad y los mo impresor hasta el añlo de

1818,

herida recibida

aumentados a causa de la

quebrantos,

en el sitio de Yorktown,

le imposibilitaron ganarse el sustento. También habla de otras cosas

Blocquer nuestra

de menor importancia, y de sus crueles padecimientos. Así, el humilde y desconocido Andrés Joseph nuevas proporciones, y aquel hombre que sólo era en toria un

simple

compañero de

toma his-

imnpresor extranjero, tiene ahora la alta calidad de

Lafayette,

y de héroe en aquella

memorable batalla

Washington venció a los ingleses. Blocquerst, la Yorktown, Santo Domingo, hace pensar en José Núñ"ez de Cáceres, prócer ausente en que

soldado de

libertad en

de su patria, que se lleva su imprenta

impSresor en

a Venezuela

y que en ella

imiprimne proclamas de Bolívar. En la vida, ent la historia, los hechos se repiten y se confunden como si la gloría sólo se sustentara de sacrificios y de vicisitudes.

Bajo

casa de

enorme nevada

Small

dejé

a Filadelfia, sin

hallar

lay humilde

Street, donde moriría este olvidado legionario de la

libertad y del trabajo, de cuyos labios recogerían nuestros antepasados, en las veladas de la triste ciudad del Ozama; gloriosos y y del Marqués de Lafayette. patéticos recuerdos de

Washington

E S TUD

1

IOS

19

Recuerdos de MountVTernon

Mount Vernon, para sepultura

Basta asomarse a ese paraíso que es

lo

comprender que quien escogió pana hogar y ser un grande allí pasaron reyes y magnates :Eduardo

hombre.

Por

Foch,

Clemenceau.

Por

larga y

allí pasan en

había de

VII, Alberto

I,

secular romería los

dlevotos de los héroes o de los bellos panoramas.

Entre- altas. colinas,

sembradas de altos y centenarios olmos,.

Washington.

está la vieja estancia de George

la

El ancho y sereno

Potomac junto a casa solariega que llenaban el amor y la gracia de Martha Curtiss. Jpnto a la alcoba "Padre de su Patria", la alcoba en que

el Marqués de

del

Lafayette recibía reverente hospedaje;

y en un muro, solemne y grave,

histórica llave de la Bastilla.

.la

Cuando Lafayette le envió a vas de la revolución francesa,

Washington las portentosas

nue-

juntamente con esa llave que era el pidió

la

mnás claro símbolo de la revolución, le que conservara como recuerdo de la libertad y le dijo estas palabras memora-

naciente,

bles :"Esa llave guardada por usted está en su justo lugar". Frente a esa reliquia, las demás palidecen. Pero hay algo mucho más emocionante : en los viejos libros que tienen huellas de manos venerables ; en los expresivos

sitamente aristocrática ;

Yorktown

óleos

en las

de

armas

la mansión,

que

aún

severa y

conservan

exqui-

fulgores

de ; en la vetusta carroza que parecería' en espera del jovial auriga y cuyo lento rodar conocían desde lejos los vecinos

de la comarca ; en

en los

jardines

cubiertos por

la flor

de la nieve ;

el lecho en que Washington le di jo adiós a sus conciudadanios ;

y en entre

su modesta

árboles,

tumba de rojos ladrillos, al pie de una en lo más agreste paisaje, esa

del

hay

ladera,

soberana gran-

dezaamrc.de la sencillez y de la austeridad, que es la suprema grandeza Vernon es el mejor espejo de esa grandeza: allí está amrn.Mount

el espíritu

de la gran nación ;

Un día, en el año cido

no

en sus

maravillas

de 1751, George

bablónicas.

Washington salió del 'plá-

Mobunt Vernon y vino a las Antillas

Menores, vecinas

de~

20

REVISTA IBEROAMERICANA

Santo

Domingo, en compañía de su hermano Lorenzo

-

que bus-

caba salud en el clima de las Barbadas. El que más tarde sería "el primero en el corazón de sus con-

entonces,

Diario,

ciudadanos", escribió en su sus impresiones de las y mnétodo de vida que "se observaba en ellas. Pero jamás

Antillas el

Patria

Colón,

y la de la Isla, amada de que mirapensara que su ría con los ojos del las lejanas brumas ondeantes soen la cruenta lucha de la bre el mar, se verían un día,

espíritu entre unidas

historia.

Ni

pensara jamás que

llevaría

en la más antigua ciudad del

más

su -nombre,

en esta misma

Nuevo ~ Mundo, uno

de los

paseos de la América, digno de las riberas del Potomaiýc y de tos olmos de

Mount Vernon.

EMILIO RODRÍGUEZ

Isla,

más bellos

IDEMoRIzzI

los al-

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