EL ARTE DE HACER CAMINO EN PAREJA

LIBRO DE AUTOAYUDA EL ARTE DE HACER CAMINO EN PAREJA ¿Cómo saber si mi pareja todavía me ama? Lic. Juan Felipe García Rodríguez Realizó los estudios
Author:  Ignacio Luna Rey

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LIBRO DE AUTOAYUDA

EL ARTE DE HACER CAMINO EN PAREJA ¿Cómo saber si mi pareja todavía me ama? Lic. Juan Felipe García Rodríguez Realizó los estudios Filosóficos en el Instituto Superior de Estudios Teológicos – I.S.E.T. (Lima-Perú). Egresó de la Pontificia Universidad Gregoriana – P.U.G. (Roma- Italia), donde obtuvo el título de Bachiller en Teología. Estudió en la Facultad de Teología de Granada – España, donde logró el título de Licenciado en Teología Pastoral y un Máster en Bioética. En su paso por Bolivia realizó un Diplomado en “Persona sexualidad y Valores”. Actualmente, en Perú, se dedica a la labor Docente en niveles secundarios y superiores.

2015

1 W E B : http://www. innovadordetalentos.jimdo.com

CORREO:

[email protected], [email protected]

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………….…….4 DEDICATORIA………………………………………………………….....7 PRIMERA PARTE I

EL PODER DE SER UNO MISMO……………………………………..…8 1. 2. 3. 4.

¿Quién soy yo?.....................................................................9 Elevar la autoestima………………………………………....12 No esperes que tu pareja sea como tú………………..….15 ¿Cómo saber que mi pareja me ama?...............................17 4.1. La complicidad y confidencialidad……………...….19 4.2. El amor verdadero……………………………………...20 4.3. La generosidad………………………………………….21 4.4. La coherencia……………………………………………22 4.5. La identidad personal………………………………….23 4.6. La culpa…………………………………………………..24 4.7. El perdón…………………………………………………25 4.8. La escatología…………………………………………..26 4.9. La celebración………………………………………..…27 4.10. La empatía……………………………………………….30 4.11. La autoestima…………………………………………...31 4.12. La toma de decisiones…………………………………33 SEGUNDA PARTE

II

TIPOS DE PAREJA EN LA ACTUALIDAD……………………………….36 1. 2. 3. 4. 5. 6.

La pareja darwinista…………………………………………..36 La pareja psicoanalista……………………………………….37 La pareja de los buenos amigos, pero aburridos………..37 La pareja complementaria……………………………………38 La pareja esponja……………………………………………..38 La pareja victimizada………………………………………...38 2

7. La pareja idealizada………………………………………..…39 8. La pareja agresiva…………………………………………….39 9. La pareja espía………………………………………………...39 10. La pareja excluyente………………………………………40 11. La pareja vengativa………………………………………..40 12. La pareja oferente………………………………………….40 TERCER PARTE III

PAUTAS PARA UN MATRIMONIO EXITOSO…………………………….45 1. 2. 3. 4. 5.

¿Qué es el éxito?..................................................................45 La experiencia es maestra de vida…………………………46 Saber a lo que te comprometes…………………………….46 Integrar las luces y las sombras…………………………....46 Elementos que configuran la personalidad………………47 5.1. La herencia genética…………………………………...48 5.2. Las circunstancias……………………………………..49 5.3. Los valores………………………………………………52 5.4. La actitud………………………………………………...52 6. La paradoja del matrimonio…………………………………55 7. Bienes para el matrimonio…………………………………..58 7.1. El bien pensar…………………………………………..59 7.2. El bien hablar…………………………………………...59 7.3. El bien ser…………………………………………….....60 7.4. El bien obrar…………………………………………….60 7.5. El bien tener…………………………………………….62 7.6. El bien estar…………………………………………….63 7.7. El bien trascender……………………………………..63 7.8. El bien amar…………………………………………….64 CONCLUSIÓN: “Himno al Amor” (1Cor 13)……………………….67

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EL ARTE DE HACER CAMINO AL ANDAR EN PAREJA “Sé rápido para escuchar y sereno para hablar, lento para la ira” (St 1, 19)

INTRODUCCIÓN

Partiendo de la idea de que la persona es un ser que se expresa a sí misma en su obrar, con las líneas de este pequeño libro humildemente quisiéramos aportar con un granito de arena al fortalecimiento de la opción fundamental. ¿Qué entendemos por opción fundamental? Es la orientación ética global y básica de la libertad de una persona hacia el bien, frente a la cual todas las decisiones particulares giran en torna a ésta; es decir, el matrimonio, el orden sacerdotal, ejercer un oficio o una profesión, etc., son consecuencia de decisiones particulares que vividas al máximo nivel ayudarán a reforzar la orientación hacia el bien de una persona durante todos los días de su existencia en este mundo.

No hay comportamiento ético sin obligación. La obligación está en el origen de la ética en el contexto del bien-valor y es inseparable de ella; es algo así como su dinámica interna: tengo que hacer una acción porque es buena, caso contrario la debo evitar. El deber moral no se acredita por mandatos y prohibiciones, sino por la formación de las conciencias en los valores en que toma cuerpo el bien y en el amor

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que éste suscita. Este amor es una exigencia de respeto, que no puede soslayarse sin traicionar culpablemente a la libertad.

Cuando las crisis apremian en la vida nuestra mente es invadida por numerosas preguntas hasta el punto de preguntarnos por el verdadero sentido de nuestra existencia. Cuando llegue este momento es conveniente preguntarnos en primera persona: ¿he conseguido lo que quería en la vida? Es decir la persona comienza a clarificar si su proyecto de vida que elabora sobre la base de las múltiples experiencias y en la confrontación con un sistema coherente de valores da sentido y dirección a su vida. Otra pregunta que merece una respuesta es: ¿he con cumplido bien mi misión en esta vida? Es preguntarse personalmente si realmente he aportado con un granito de arena a engrandecer la humanidad: como pareja o como cónyuge, como esposo o como esposa, como padre o como madre, como trabajador o trabajadora, como profesional o como experto. Realmente me siento útil y lo que hago me permite realizarme como persona. Una última pregunta que merece por lo menos un esbozo de respuesta es: ¿he perdonado de corazón en esta vida? El perdón no puede entenderse como complicidad con el mal, como un acto de condescendencia, de tolerancia o de resignación hacia el mal. El perdón es rechazo de la venganza; es el acto gratuito que restituye la libertad a aquel que se acusa, en cuanto que se le abre un porvenir nuevo, dándole la posibilidad de cambiar. El perdón es conceder crédito a la libertad del otro, rechazando tanto la actitud de connivencia con el mal como la de venganza. El perdón es costoso porque requiere de la persona un esfuerzo de más amor. Es un acto 5

exigente, que tiende por su propia naturaleza a la conversión y al cambio de la otra persona. Con el perdón se pone de manifiesto la caridad de Dios y su justicia misericordiosa. Consiste en ver el mal antes dentro de sí mismo, y luego en los demás; supone la conciencia del propio pecado y de la propia precariedad, vivida en términos de apertura hacia la posibilidad del cambio interior y total de la persona.

Este libro está dividido en tres partes. En la primera parte está relacionado con “El poder de ser uno mismo”. Reconocerse como un ser único e irrepetible, con valor propio, un ser digno y con dignidad es lo más maravilloso que pueda experimentar una persona. La segunda parte es como un análisis breve de la pareja contemporánea, por esta razón lleva el título de “Tipos de pareja en la actualidad”. En una tercera parte propongo las “Pautas para un matrimonio exitoso”, teniendo en cuenta un estudio de campo y las necesidades que emergen en el consorcio matrimonial. Antes de casarse el matrimonio es visto como una meta por alcanzar, cuando se da el matrimonio, esté se convierte como en un medio para la consecución de un proyecto de vida en común donde se incluye la realización plena del esposo junto con la esposa, y su responsabilidad amorosa hacia los hijos e hijas que forman parte del corazón familiar.

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DEDICATORIA

“¡Felices quienes soportan las pruebas! Porque, superadas las pruebas, recibirán la corona de la vida …” (St 1, 12)

En primer lugar dedico este libro a mis dos Amores: mi Reina y mi Princesa, es decir a Vicky, mi esposa y a Belén, mi Hija. En segundo lugar también dedico estas páginas a todas las parejas y matrimonios del mundo entero, recordándoles de que toda crisis en la vida es una oportunidad que la misma vida nos concede para ser mejores cada día.

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PRIMERA PARTE

I

EL PODER DE SER UNO MISMO “¡Conócete a ti mismo!” (Anónimo)

Para no caminar por la vida mendigando amor es importante elevar la autoestima. Quien se casa para que el cónyuge le haga feliz, realmente se equivoca. Pensar que él o ella es todo y tú eres nada, no es el mejor pensamiento para ser feliz toda la vida, ni siquiera un instante. Es ponerte un lazo al cuello que tarde o temprano acabará contigo colgándote. Si quieres compartir un proyecto de vida en común como el matrimonio con alguien, primero habrás de ser feliz y cumplir con ciertos requisitos, sin los cuales puedes ir al fracaso en aras de la felicidad. Es importante saber quién eres, es decir, cuál es tu identidad; si la autoestima está bien consolidada, si tu personalidad está integrada. Si no te conoces cómo puedes amar a alguien que apenas conoces. Si no te estimas cómo puedes estimar a alguien que es totalmente distinto a ti en cuanto a personalidad. Recuerda que dos personas que se unen en un proyecto de vida en común son dos iguales en cuanto personas, pero son dos desiguales en cuanto a su ser varón y mujer, por tanto, dos personalidades, dos psicologías, dos costumbres, dos morales, dos identidades, dos conciencias distintas que si no logran unificar criterios prenderán fuego fácilmente. A continuación presentamos ciertos criterios que pretenden darte un 8

esbozo de respuesta a la pregunta: ¿cómo saber si mi pareja todavía me ama? Pero antes que nada ten la valentía de ser tú mismo. Por si leyendo estas páginas te das cuenta que tu pareja ha perdido el interés por ti y ya no te ama, no porque te lo hayan dicho, sino porque él o ella te lo ha repetido tantas veces, tú no vivas como derrotado o derrotada; sino que superando el dolor te pongas de pie y sigas caminando con la frente en alto y la mirada al frente, junto a tus hijos o hijas que son verdaderos regalos divinos, y probablemente sean la inspiración más profunda para seguir superándote en la vida como persona, como madre o como padre.

1. ¿Quién soy yo? Quiero iniciar estas líneas planteando esta pregunta. Porque me parece fundamental debido a que estamos introduciéndonos en un tema de vital importancia. Es decir, del conocimiento personal de mí mismo, de mi propia identidad, con nombre propio, no con los adjetivos calificativos que me han dado o que me dan las otras personas, ni con la aprobación de las otras personas sino cómo me descubro yo mismo, como un ser único e irrepetible en el mundo. Yo soy una persona.

Desde el punto de vista existencial y dinámico, podríamos decir que

persona

indica

el

“yo”

como

sujeto

capaz

de

autodeterminación y que se realiza auténticamente en la comunidad existir y del obrar con los demás y para los demás. Desde el punto de vista de la religión (Judeocristiana) el término persona sirve para poner en evidencia la dignidad del varón y la mujer frente a Dios, que toman conciencia de sí mismos y de su 9

propia existencia irrepetible en virtud del diálogo que Dios creador establece con cada uno de ellos; porque en definitiva son “Imagen y Semejanza de Dios”.

La filosofía moderna y contemporánea nos han hecho recordar el carácter no objetivable de la persona, es decir: “la persona es un sujeto no un objeto que se usa y luego se desecha”. Entonces, persona es el varón y la mujer en su vida espiritual en relación con Dios y con la sociedad. Por este motivo podemos afirmar que toda la vida humana como individuo y como sociedad es personal.

El Concilio Vaticano II concede amplio espacio a la dignidad de la persona humana. La mujer y el varón han sido hechos a imagen y semejanza de Dios y son las únicas criaturas queridas por Dios por sí mismas (GS 24). Las otras criaturas aunque son obra de Dios pero no tienen la misma categoría de imagen y semejanza como la mujer y el varón. En este sentido, cuando hablamos de unión del varón y la mujer podemos afirmar que es la primera forma de comunión entre las personas y la realización de la persona humana a semejanza de las personas divinas requiere el don sincero de sí mismo. Porque la comunión humana del varón y la mujer deberían reflejar la comunión divina del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todas las dimensiones de la vida social deben tener en cuenta los derechos de la persona, porque la sociedad está compuesta 10

por personas humanas individuales trascendentes y con derechos inalienables. Trascendentes porque de Dios venimos y a Dios retornaremos; inalienables porque existen derechos como la vida, la dignidad, etc., que no son dados por nadie en el mundo, al contrario le pertenecen a la persona por el hecho de ser persona.

Persona desde el punto de vista moral indica a un sujeto moral y espiritual, unidad de ser, conocimiento y voluntad, como persona ontológica. Por tanto, forma parte de una comunidad jurídica y moral, dentro de la cual se convierte en sujeto de deberes y derechos y por tanto de responsabilidad, imputabilidad, mérito o demérito. En la consideración del lenguaje moral la persona es le sujeto de los valores y actúa según parámetros axiológicos. En la persona están insertos los valores. La persona en la vida moral es el primer sujeto y último de referencia: actúa, es responsable, escoge, peca. Por tanto sus actos son catalogados como buenos o malos, dependiendo del grado de bondad o malicia que haya en cada uno de ellos. La persona humana es el único agente capaz de realizar una bondad absoluta en la relatividad del tiempo. Lo esencial, por consiguiente, es que la persona se realice a sí mismo y ayude a las demás personas a realizarse. De este modo podríamos hablar del cumplimiento del principio de que la persona es un fin en sí mismo y no mero medio. Y por tanto las personas somos seres hechos para el encuentro, la comunión, el diálogo y la trascendencia.

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2. Elevar la baja autoestima. La configuración de la personalidad tiene procesos y fases bien determinadas. En la infancia, por ejemplo, con frecuencias necesitamos de las aprobación de las personas que nos rodean (papá, mamá, abuelos, abuelas, tíos, tías, etc.). En la adolescencia, la situación cambia porque la persona busca su propia autonomía, el dominio de su libertad, el gestionar su vida propia, etc., dicha búsqueda cuando no está bien

orientada

desencadena

numerosos

sentimientos

de

rebeldía contra uno mismo y contra los demás; con frecuencia son catalogados los demás

como culpables y uno tiende a

quedarse en el plan de víctima, aun teniendo responsabilidad en la asunción de roles. La juventud y adultez se caracterizan por la manifestación de la autonomía propia más consolidada y un adecuado manejo de la libertad y un uso racional del tiempo, lo cual permite un mejor aprovechamiento de capacidades, destreza en las habilidades, inserción en las oportunidades, reconocimiento de las debilidades y prudencia en la gestión de las amenazas, si es que las hubiera. La senectud se presenta en dos modos particulares: quien alcanzó sus metas y objetivos vive con solaz y alegría, ve el futuro con esperanza e irradia paz a las otras personas; quien, por motivos varios, no logró sus misión en esta vida, simplemente irradiará desamor, desánimo, frustración y sentirá que es mejor adelantar su muerte o que quizás es mejor que se prolongue un poco más para seguir haciendo la vida imposible e infeliz a quienes le rodean.

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Si sé quién soy, me descubriré, me conoceré, me aceptaré, me amaré, me respetaré tal y como soy. Mi autoestima no dependerá de la aprobación o desaprobación de los demás. Tomaré conciencia de que el problema no es el espejo sino quien lo mira. Tanto los gozos como las esperanzas, los fracasos y tumbos de la vida, los aciertos y desaciertos son integrados como parte de un todo, que me hace ser yo mismo y no otra persona. Cada persona tiene su identidad y su autoestima propias. Y debemos ser conscientes de lo que somos y tenemos para evitar la intromisión malintencionada de otras personas que con criterios irracionales sienten placer y se esmeran en causarnos daño. Tener una elevada autoestima es fortalecerse por dentro, es ver la soledad no como espacio de depresión sino como momento idóneo para reflexionar sobre la razón fundamental de mi existir temporal en el aquí y ahora de mi vida, buscando y dándole sentido a lo que soy y a lo que vivo. Muchos de los estragos existenciales se producen por una ausencia o pérdida de sentido, hasta el punto de pensar negativamente de que solo soy bueno para nada porque las otras personas quizás me han hecho creer que soy así. Tú eres tan valioso o valiosa porque eres imagen y semejanza de un Dios que es amor. Por tanto la obra de tu Creador no puede tener defecto de fábrica. Piensas que no puedes porque te hicieron creer que así es. Pero no es así. Te acostumbraste a regocijarte de la aprobación o desaprobación de los demás y te olvidaste de ti. Es hora de que vuelvas a ti, te quieras, te valores, te estimes más.

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Fortalecer tu autoestima es levantarte después de que has caído una y otra vez, y seguir caminando con la cabeza en alto y con la mirada al frente. Elevar la autoestima no es ahogarte en un mar de lágrimas, ni evadir los problemas sino formar parte de la solución. Es llorar de felicidad de saber que puedes, que no te rindes, que puedes dar más y de que puedes transformar la realidad que vives en algo mejor. Elevar la autoestima no es darle rienda suelta al falso orgullo, la vanagloria o los caprichos. Es ser humilde y compasivo, coherente y sincero. Y hablando de sinceridad, cuando estuve en Roma hace varios años, me encontré con una verdadera sorpresa, esta palabra latina surge de un hecho práctico de los romanos de antaño: “Roma se ha caracterizado por sus esculturas casi perfectas. Pero como en todo lugar siempre existe la piratería, así como en el mercado romano vendían esculturas bien elaboradas por escultores renombrados; también, por otro lado, existía quienes se dedicaba a hacer réplicas de las esculturas auténticas, las cuales eran talladas en piedra, cuyas imperfecciones u desentonos habían sido tapados con cera, para simular cierta perfección y llamar la atención del comprador. Los escultores y comerciantes de esculturas auténticas para protegerse del mercado pirata o bamba, exponían sus obras de arte con un cartel que decía ‘sin cera’, diferenciándolas de aquellas réplicas falsas y cubiertas con cera, que aparentaban ser perfectas pero no lo eran en realidad”. Así surgió en la historia lingüística la palabra sincero/a. Por tanto, elevar la autoestima es ser sincero con uno mismo y con los demás. No es colocar cera a las 14

imperfecciones, no es evadir responsabilidades. Es decir sí cuando es sí y no cuando es no. Y cuando hay sinceridad de corazón los argumentos son inútiles e innecesarios. Elevar la autoestima es ponerte de pie después de la caída y ayudar a levantar a otros. Y con una mirada de fe podría decirse: “Si Dios está con contigo quién puede estar en contra tuya”. Si estamos bien integrados por dentro por más que las estructuras externas se caigan, seguiremos siendo las columnas firmes que sostienen todo para que no se derrumbe. Elevar la autoestima es ser columna firme que sostiene tu hogar, tu matrimonio, tu familia, tus hijos, tu esposa, tu esposo, en definitiva tu vida entera. 3. No esperes que tu pareja sea como tú. Estas líneas van dirigidas sobre todo a personas que en un momento de su vida decidieron compartir un proyecto de vida en común, de hacer un recorrido vital juntos, de ser compañeros de viaje para toda la vida; pero, durante la convivencia de ese proyecto de vida en común, durante ese recorrido de la travesía de la vida se cansaron de ser compañeros de viaje, de ser amigos, de ser cómplices, de ser confidentes. Los motivos tal vez fueron múltiples. Se hirieron sentimientos, se atacaron identidades, se faltaron el respeto mutuamente, se lastimaron con palabras, gestos, acciones y omisiones. Hasta el punto de haber convertido el hogar en un lugar inhabitable e inservible, árido y desagradable. En un espacio donde dos enemigos viven juntos declarándose continuamente la guerra sin que ni uno ni otro levante la bandera blanca y de la iniciativa para el cese al fuego; donde los tratados de paz duran poco porque son sellados con 15

indiferencia y rencor, desconfianza y reclamos mutuos y continuos.

No esperes que tu pareja reaccione tal y como tú esperas. Jamás se te ocurra esta idea. Y si se te ha ocurrido es tiempo que la descartes de tus criterios de valoración porque es extremadamente dañina para la convivencia, para la relación en pareja, para el hogar, para la familia o para el matrimonio. Cada persona tiene una identidad propia y actúa de esa manera durante toda su vida. Cuando uno decide compartir un proyecto en común con otra persona, si se trata de conformar una familia, iniciamos con un aliciente psicobiológico tan fuerte como es el enamoramiento.

Cuando

estamos

enamorados

estamos

realmente dopados. La dopamina es simbólicamente como una droga que impide ver la realidad tal y como realmente es. Nos impide ver a la persona de quien estamos enamorados tal y como es. Solamente tenemos ojos para ver oro, sin darnos cuenta de la arena, el barro, el cobre que también tiene la otra persona. Es decir solo vemos perfección, lo imperfecto no nos interesa. Cuando estamos enamorados idealizamos a la persona y no vemos más otra cosa que perfección absoluta. En esta etapa tanto varones y mujeres somos grandes actores y actrices para evitar ser descubiertos, porque lo que nos interesa es ganarnos la aprobación de la otra persona. Algo que no considero como malo porque si no fuese así nadie se casaría, no habría hogares bien constituidos y nuestra especie tal vez ya se hubiese extinguido. 16

Cuando decidimos casarnos no es para acortar nuestra libertad ni para recortar la libertad de la otra persona que hemos elegido. Esto se podría dar solo en un ambiente machista o feminista, donde él o ella quieren ser quien controle o descontrole todo. Casarse implica respetar la autonomía, la libertad, la voluntad y cuidar la integridad de la otra persona. Amar a la persona tal y como es. No perder el tiempo en tratar de moldearla o moldearlo a mi propio gusto, a mis costumbres o valoraciones personales. En el momento cuando este desenfreno se dé, las reacciones van

a ser múltiples y dolorosísimas. Entonces surgirán los

vencedores y vencidos, los agresores y agredidos, las víctimas y los victimarios. En un primer momento tal vez la persona que siente ser agredida u ofendida va a callar esperando un cambio de su compañero o compañera, pero, al ver que pasa el tiempo sin presencia de cambio alguno, entonces la reacción será al máximo nivel porque lo único que habrá sucedido es acumular tanta energía negativa, resentimiento, dolor, tristeza, rabia, muchos sentimientos encontrados que acaban estallando como si fuese una bomba nuclear, dañando o acabando con la escasa vida de quienes le rodean.

4. ¿Cómo saber que mi pareja me ama? Cuando la pareja ha entrado en crisis y por tanto su hogar también ha sucumbido en la misma desgracia, uno y otro se pregunta ¿en qué falle?, ¿todavía me amará?, ¿seguirá posando su mirada en mí?, ¿su elegancia o su coquetería realmente será por mí? 17

Frente a cualquier situación crítica o problemática es importante diferenciar los problemas, es decir ponerles nombre propio a cada uno de ellos; porque existen de varios tipos: económicos, existenciales,

mentales,

emocionales,

afectivos,

culturales, amorosos,

sociales, conyugales,

lingüísticos, familiares,

amicales, laborales, profesionales, etc. Por ejemplo, un problema económico no debe confundirse con un problema afectivo o amoroso, es decir porque no alcanzó el dinero para llegar a fin de mes, entonces, se piensa de que ya no existe más amor en la pareja. Repito, cada problema tiene nombre propio y hay que ver sus causas para evitar las posibles consecuencias y darle la mejor solución. ¡No mezclar los problemas!

Desde el punto de vista femenino para que una mujer se convenza de que es amada por su esposo es importante la presencia y la mirada del hombre sobre ella. Hablar mirándole a los ojos. Si no existe presencia verdadera y mirada sincera el corazón femenino se llena de dudas. Comienza la desconfianza, las preguntas, el control y la murmuración.

Desde el punto de vista del hombre domina la suposición. No te traigo flores porque supongo que eres bella más que las flores por tanto no las necesitas. Ya te dije que te amaba y supongo que no hace falta que te lo repita todos los días. No te dije cuánto es mi sueldo porque se supone que los dos confiamos y no podemos mentirnos. La suposición es extremadamente 18

dañina en una relación de pareja, más aún en un matrimonio puede acabar con destruirlo en cuestión de segundos. Suponer es relegar a la otra persona, minimizarla y aislarla. Pero nadie se casa para ser minimizado, aislado o relegado, porque estas actitudes simplemente destruyen e impiden un adecuado crecimiento como cónyuges, hasta puede terminar con una relación de esposo-esposa en cuestión de poco tiempo.

Si quieres saber que alguien te ama, primero tienes que conocer a la persona. Nadie ama lo que no conoce. Cuando hay muchas excusas no hay amor verdadero. Mientras que cuando hay amor siempre hay tiempo para todo. Hay tiempo para ti como esposo, como esposa. Hay tiempo para los hijos e hijas que son el fruto más precioso del amor.

Me parece que para introducirnos más en el descubrimiento de la respuesta a la pregunta: ¿cómo saber que mi pareja me ama? Es importante enumerar las siguientes indicaciones:

4.1. La complicidad y confidencialidad. La pregunta a plantear sería: ¿Tu pareja es tu cómplice o tu confidente? En la relación de pareja así como hay silencios que permiten vivir también hay silencios que matan. Así como hay palabras que edifican también hay palabras que hieren y destruyen. Ser cómplice y confidente es ser capaz de hablar con tu pareja de lo que no hablarías con nadie más. De que tus secretos están resguardados en el corazón de 19

tu esposo o tu esposa. Es maravilloso cuando la pareja logra entenderse incluso sin hablar. Porque en realidad lo que

han

hecho

es

crear

otros

mecanismos

de

comunicación donde no necesariamente la transmisión del mensaje es a través de palabras. Toda pareja si quiere sobrevivir tiene que ser creativa, para evitar la monotonía, el cansancio o el aburrimiento. Tiene que descubrir nuevos mecanismos para volverse a enamorar sino puede desfallecer con el paso del tiempo. La responsabilidad es de ambos y el interés debe ser común. Si pretendes que tu relación de pareja esté firme tendrás que construirla sobre roca para que el viento, la marea y el temporal no la derrumben. Si la construyes sobre arena tu mismo aliento la destruirá. 4.2. El amor verdadero. La pregunta de fondo sería: ¿Tu pareja te ama o solo te necesita? Aquí hay algo esencial que vale la pena aclarar. Si te ama, te respeta. No te humilla. No se burla de ti en privado ni en público. No te minimiza. Si te ama te valora tal y como eres. Si te ama sonríe contigo y es feliz con tus logros. Si te ama no usa tus defectos como armas en contra tuya sino que ve en cada uno de tus defectos gritos de auxilio y se prepara para socorrerte. Si tu pareja solo te necesita entonces el riesgo de fracasar es enorme, porque de aquí se desencadena un hilo de males: te necesita para que seas su objeto sexual, su cocinera o cocinero, su empleada o empleado, para que cuides la casa, laves y planches la 20

ropa; para que trabajes y traigas el dinero, para que solo soluciones los problemas. Si solo te necesita te aumentará los problemas con tal de mantenerte atado o atada, impidiendo tu realización personal. Si solo te necesita querrá que vivas en un mundo sin amistades y si te arreglas un poco será motivo para la discusión, la desconfianza, el mal humor, los celos y la ira. 4.3. La generosidad. Aquí la pregunta sería: ¿Tu pareja es generosa contigo? Lamentablemente existen parejas que solo conocieron regalos durante su enamoramiento y noviazgo. Apenas se casaron se acabaron los regalos y los detalles afectuosos. Como dicen: “enjaulada la perdiz encarcelada

la

vida”.

En

esta

sociedad

machista

lamentablemente el hombre es preparado desde niño para imponerse cruelmente sobre la mujer. Si no es el hogar, la sociedad daña la mentalidad del varón hasta el punto de hacerle pensar de que su ser macho es darse el lujo de tener muchas enamoradas, varias mujeres, muchos hijos sin asumir un rol auténtico de padre; de dominar a la mujer a sus antojos escudándose en que es el cabeza de familia, el que se da el lujo de emborracharse hasta perder la conciencia, el que trabaja para que la familia coma, el que es fuerte y trae el dinero, y por tanto solo él tiene la capacidad de disponer de la plata, porque él es quien la consigue. En la actualidad ya es tiempo de que la mentalidad machista llegue a su fin. Es mejor hablar de igualdad de condiciones y de oportunidades tanto para el 21

varón como para la mujer. Ni otro ni otro es más o menos. Son simplemente iguales en dignidad y justicia, es decir en derechos. Pero ciertamente distintos en cuanto el varón y la mujer tienes dos psicologías distintas llamadas a la complementariedad,

respetando

su

propia

identidad.

Desde una visión humilde y sincera podríamos decir de que el varón y la mujer son dos seres con autonomía propia, también hay que afirmar que son dos seres necesitados y dolientes. En sus necesidades y en sus dolencias deben ser auxiliados por los demás. En el mundo de los cónyuges este auxilio debe reflejarse en la generosidad, en el salir de mi propio yo para compartir los bienes materiales o espirituales con la otra persona. 4.4. La coherencia. El grado de coherencia puede verse reflejada en la siguiente pregunta: ¿Tu pareja hace lo que dice y dice lo que hace? Con frecuencia en la crisis de pareja surgen las peticiones: no me grites, y eres el primero en levantar la voz; no te molestes, y eres el primero en molestarte; quédate en casa, y eres el primero en brillar por tu ausencia; hay que hablar, y eres el primero en permanecer mudo; vamos a conversar, y eres el primero de hacer las cosas sin consultar a tu pareja. En este caso hay que reafirmar la idea de la coherencia con la siguiente frase: “Las palabras mueven pero el ejemplo arrastra”. La coherencia entonces implica la concordancia de nuestras palabras con nuestras acciones. No es fácil ser coherente. Pero quien comience a ejercitarse en la 22

coherencia tendrá buena fama y tendrá la autoridad moral para emitir un juicio de valor sano y sincero. El amor cuando es verdadero es coherente, porque se manifiesta con palabras y con acciones. 4.5. La identidad personal. Para no repetir las ideas expuestas al inicio de este libro, podríamos plantear la siguiente pregunta: ¿Tu pareja respeta tu identidad personal? Tu esposo se siente orgulloso de tenerte como su esposa. Tu esposa se siente orgullosa de tenerte como tu esposo. Lamentablemente en ocasiones me he encontrado con esposos que se avergüenzas de sus esposas en público. En casa son muy cariñosos con su esposa, pero cuando llegan a un terreno público como que prefieren estar solos y no junto a sus esposa. Esta actitud sugiere numerosos pensamientos en la mujer, porque de pronto llega a pensar que quizás hay una amante o que su esposo siendo casado quiere dárselas de soltero cuando está fuera de casa. La identidad personal se debe respetar tanto dentro como fuera de casa, del hogar, de la familia, del lugar de trabajo, de la zona de diversión, etc. A la identidad de la persona hay que añadirle la identidad de esposo o esposa, que forma parte de su propio yo cuando asume un compromiso matrimonial o en una relación de pareja. Si tu pareja se avergüenza de ti en la calle o es una muestra de cobardía o es que hay secretos escondidos, que al ser descubiertos podrían dejar en ridículo la falsa integridad o la fama falaz de tu cónyuge. 23

4.6. La culpa. Somos expertos con buscar culpables. Somos hábiles en quedar como mártires o vivir siempre como víctimas de los demás. La pregunta bien dirigida en este punto sería: ¿Tu pareja te echa la culpa solo a ti de los errores o los fracasos? En las crisis de pareja aparecen frases como: estoy así por tu culpa, tu tienes la culpa de que yo me haya comprometido contigo, tú tienes la culpa de que esté embarazada, tú tienes la culpa de que no haya terminado mi carrera, tú tienes la culpa de que me haya ido de mi casa sin avisar a mis padres, tú tienes la culpa de que mi hijo o mi hija siga un mal ejemplo, tú eres el culpable de que ahora mi vida sea un desastre. En fin la lista podría alargarse aún más, pero para darnos cuenta de que muchas veces la irracionalidad domina nuestros sentimientos creo que es suficiente. Cuando alguien te echa la culpa de todo o es un Dios o es un enfermo psiquiátrico. Si fuese un Dios de hecho te juzgaría porque es perfecto, pero ni Dios usa esos criterios para juzgarte. Entonces, lo más probable es que sea un enfermo psiquiátrico con un fuerte complejo de inferioridad. No hace nada pero juzga todo como malo. Con frecuencia espera que la otra persona haga algo para acusarla. Este tipo de personas son hábiles para quedar siempre como víctimas y utilizan todo tipo de artimañas para convencer a la pareja de que realmente está equivocada cuando en realidad no es así. Este sentido de inferioridad yo le doy el nombre del complejo de Adán. Porque según nos narra la biblia, 24

cuando Adán está delante de la presencia de Dios y es consultado por la bondad o malicia de sus acciones, éste simplemente responde: “la mujer que tú me diste por compañera me hizo errar”. Tal es la situación que deja entrever una evasión de responsabilidad clarísima por parte de Adán, en vez de decir sí yo fui, me equivoqué y asumo toda la responsabilidad de mi mal proceder, simplemente busca trasladar su responsabilidad moral a su propia compañera que en un momento anterior había dicho que era: “carne de su carne y huesos de sus huesos”. La culpa cuando es asumida permite crecer, pero cuando es evadida degenera la interioridad de la persona. 4.7. El perdón. Tanto la víctima como el victimario son iguales en cuanto imagen y semejanza de Dios, pero son desiguales en cuanto a su buen o mal obrar. ¿Tu pareja es capaz de perdonarte de corazón? En la crisis de pareja aunque no se diga en voz alta pero si resuena en el interior esta frase: “te perdono pero nunca olvidaré lo que me hiciste”. Hay parejas que se reconcilian con la mano y con el codo se hacen más daño. El perdón también es un proceso psicológico gradual y continuo. No se da de la noche a la mañana. No es instantáneo. Dependiendo de la gravedad de los hechos, el perdón puede tardar más o menos tiempo de darse o asumirse. Creo que es más grave una infidelidad,

por ejemplo,

que un gasto

innecesario del dinero. La infidelidad hiere profundamente a la persona y el proceso de perdón y reconciliación será 25

más lento y prolongado. Mientras que el mal uso del dinero puede repararse con más facilidad. Al fin y al cabo el dinero se consigue. Cuando hablamos de perdón hacemos referencia saldar la deuda que tenemos con alguien o que ese alguien tiene con nosotros. En otras palabras, perdón significa condonar la deuda, es ya no tenerla en cuenta. Por tanto, el perdón debe darse desde dentro, es decir desde el corazón. La reconciliación implica gestos como un apretón de manos, un abrazo, una palabra amable que sella definitivamente, la alianza armoniosa y pacífica de dos agentes que estuvieron enfrentados. En este sentido el perdón y la reconciliación abarcan e integran los fueros internos y externos de las personas. 4.8. La escatología. La escatología es la ciencia que estudia el futuro ya inserto en el presente. Porque dicho sea de paso, toda persona vive en la tensión del “ya pero todavía no”. Es decir ya vive ahora algo de lo que vivirá más adelante. Lo que vivimos ahora es anticipación de lo que viviremos en el futuro. La pregunta relacionada con este octavo punto sería: ¿Tu pareja tiene miedo al futuro? Hay parejas que continuamente se están preguntado si su relación será duradera. Las frases típicas suelen ser: “¿podré vivir así toda la vida?”, “¿si pasan los años y dejo de quererle?”, “¿nada es eterno en la vida?”, “¿si me enamoro de alguien más?”,

“¿ya

no

es

bella

como

antes?”,

“está

envejeciendo”... No hay que asombrarse si surgen este tipo de dudas en la relación conyugal. Lo importante es que 26

sirvan para madurar y crecer en la relación de pareja. Por esta razón, anteriormente había planteado el tema de la complicidad y confidencialidad entre los cónyuges. De esta manera, si uno de los dos o los dos sienten estas dudas, deberían ser capaces de conversar y confiar en su cónyuge

para

salir

airosamente

y

superar

estos

sentimientos, que a largo plazo pueden convertirse en veneno para la relación. Hay que afirmar categóricamente, y la experiencia lo confirma, que cuando en la pareja existe amor verdadero, éste da seguridad y felicidad. 4.9. La celebración. Para analizar la realidad que vivimos, incluso para superar numerosas crisis hay que seguir como mínimo cuatro pasos: ver, juzgar, actuar y celebrar. Es importante ver la realidad para conocerla, de esta manera evitamos juicios equivocado sobre algo. Por ejemplo, suele escucharse: “Es que me dijeron que te vieron con alguien, ¿seguramente ya te estás dando la vida de soltería y te gastas el dinero por ahí? Son frases vagas que si no se ve realmente

lo

que

sucedió,

puede

causar

enormes

discusiones. En una ocasión, una pareja tuvo que distanciarse por razones de trabajo. El esposo viajó a una ciudad lejana y llevaba años trabajando para obtener lo necesario y poder así sustentar las necesidades básicas de sus tres hijos y su esposa. Cierto día llegó a oídos del esposo de que su esposa le sacaba la vuelta porque continuamente la veían a media tarde caminando por el mercado con un hombre bien apuesto. El esposo entró en 27

rabia y cada minuto que pasaba se desilusionaba más de su esposa y de su hogar. No soportaba más seguir pensando de que su esposa le era infiel. Finalmente decidió retornar a casa sin avisar a nadie, según él, para así

sorprender

infraganti

a

los

sospechosos.

Evidentemente cuando llegó a la ciudad donde vivía se dirigió al mercado donde según las malas lenguas le habían anunciado que se frecuentaban los amantes. Al llegar al lugar se dio con la gran sorpresa de que era verdad que su esposa iba y regresaba del mercado con un hombre bien elegante. El esposo entró en pánico y se llenó de tanto odio que automáticamente se dirigió a la cantina se hundió en un mar de copas y luego se dirigió a su casa para saldar las cuentas. Al entrar a casa los encontró sentados a la mesa a sus tres hijos junto con los dos sospechosos. Como estaba ebrio les dijo de todo y hasta amenazó con quitarles la vida. El hombre apuesto, sin perder el juicio y muy caballero se levantó y tomó la palabra: “hermano, yo no soy quien la gente te ha hecho creer que soy. Realmente soy el hermano menor de mi querida hermana, que por treinta años estuve fuera del país y ahora he regresado. Acaso no te acuerdas de mí cuando niños jugábamos juntos en la vecindad”. El esposo al darse cuenta del gran error, lloró por su esposa y sus hijos. Finalmente se arrodilló y a todos les pidió perdón. Moraleja nunca te dejes llevar por lo que te dice la gente. Porque la gente así como te levanta un día al día siguiente 28

te echa por tierra sin compasión. Y de hecho hay gente que actúa malintencionadamente para quebrar el amor de las parejas que realmente ven que son felices. En otras palabra hay gente que siente envidia de que los demás sean felices, entonces, hace hasta lo imposible para convertir todo en un caos total. ¡No caigas en esta trampa!

El juzgar está relacionado con el primer paso del ver. Si quieres emitir un juicio de valor tienes que ver, conocer la realidad de los hechos, sino puedes equivocarte. No hay que tomar las cosas a la ligera. Aunque hay frases que alimentan este pensamiento ligero como: “cuando el río suena es porque piedras trae”. Pero no siempre todos los hechos suelen ajustarse a estos dichos populares.

Una vez que has visto, conocido y luego has dado un juicio de valor correcto, viene el momento del actuar. Actuar con cautela y con prudencia. No dejándose llevar por los primeros

impulsos,

de

los

sentimientos

de

rabia,

desconfianza, etc. Actuar con prudencia significa obrar con la verdad. Para que el cónyuge que está en entredicho pueda reconocer el error y superarlo, si es el caso; caso contrario de esclarecer los malentendidos generados por la habladuría de la gente y aumentados por la inseguridad de uno mismo.

29

Finalmente, el cuarto paso para analizar un hecho es el celebrar. No es nada bueno caer en la fórmula: “análisis más análisis igual parálisis”. Es mejor celebrar cada instante de la vida, vivir al máximo nivel cada día porque nada de lo que vivas hoy será igual después. Y cuando se trata de amor verdadero en pareja, es importante manifestar el amor que sentimos, mostrar nuestro afecto con hechos, gestos, palabras, caricias, siendo solidario, compasivo, justo, amable, etc. Un amor que no es celebrado o festejado por la pareja, con el paso del tiempo, puede diluirse y desaparecer. Es importante recordar que una cosa es el amor orientado hacia los hijos o hijas, y otro totalmente distinto el que va orientado a la pareja. El gran peligro de una pareja cuando tiene sus hijos o hijas es orientar todos sus esfuerzos hacia la prole y descuidar el amor al esposo o la esposa. De pronto surgen estos reclamos de una u otra parte: “eres buena mamá pero una pésima esposa”, “eres un buen papá pero un esposo desastroso”. La convivencia en un proyecto de vida en común implica creatividad para evitar la monotonía y los reclamos innecesarios. Para que el amor siga vivo es importante revivirlo cada día con las cosas simples de la vida, por ejemplo: “con un te quiero”, “te amo”, “te ves bien”, “cómo estás”, “cómo te fue”, “qué tienes”, “te ayudo”, “pensé en ti”, etc. 4.10. La empatía. Es una palabra que indica ponerse en el lugar del otro para ayudar a superar las crisis, los problemas, las 30

dificultades. A veces hay que ser solo oídos para escuchar, otras veces hay que hablar y escuchar. Siempre tenemos algo que decir o algo que escuchar. Y es maravilloso cuando compartes tus sentimientos, ilusiones, fracasos, dudas, aciertos y desaciertos con tu pareja. Recuerda que tu pareja es quien se desvela a diario por ti. Que no suceda como aquella esposa hacendosa que cierto día estaba tan feliz que preparó el mejor almuerzo y se lo llevó a su esposo al trabajo. Éste por motivos que no explicó, primero miró con desagrado la presencia de su esposa en su centro de labores, luego apenas saboreó la comida y delante de su esposa le dio la comida al perro. A veces en la vida tenemos tantos desaciertos que con el tiempo nos pasan factura, lo peor es que luego nos quejamos de que las cosas nos salen mal o que no nos entienden. Casos como el anterior podrían evitarse y por tanto nos ahorraríamos las consecuencias problemáticas posteriores. No olvidemos, es importante ser empáticos con nuestra pareja y evitar gestos o actitudes que destruyen una relación de varios años. 4.11. La autoestima. Esta palabra indica el adecuado y correcto afecto que uno se da y se debe a sí mismo. Autoestima no debe confundirse con narcisismo. El narcisismo el afecto egolátrico o egocéntrico que se cierra en sí mismo. El caso típico del narcisista puede manifestarse en el siguiente ejemplo: “El niño que cuando ve a sus amigos saca todos los juguetes para jugar, pero, de pronto comienza a 31

guardar cada una de las cosas que sacó porque no quiere que las otras personas las toquen, ni quisiera que las miren”. La autoestima es todo lo contrario y está bien representada con la frase: “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Si te estimas correctamente podrás estimar correctamente a las personas que te rodean a diario, que son tus prójimos. Si no te valoras a ti mismo difícilmente podrás descubrir el valor de cada persona que a diario se relaciona contigo. Probablemente menosprecies, dañes o te burles de cuanto sujeto se cruce en el camino.

La pregunta relacionada con este aspecto es: ¿Tu pareja fortalece tu autoestima? Las palabras, los pensamientos, las obras o las omisiones pueden edificar o destruir. Dicen que no hay más ciego que el que teniendo ojos no quiere ver. En varias ocasiones el falso orgullo se confunde con autoestima. Y en una cultura como la nuestra, el machismo causa numerosos estragos. Dentro de las frases típicas que reflejan el falso orgullo son: “el que toma las decisiones en casa soy yo, porque yo soy el hombre de esta casa”, “la mujer tiene que servir al marido, porque por eso es mujer”, “tú tienes que vestirte como yo quiero”, “para qué te arreglas tanto para salir a la calle”. En cierta ocasión

el

marido

había

agarrado

por

costumbre

menospreciar, poner en ridículo, burlarse y hacer bromas inadecuadas a su esposa durante la conversación con sus amigos y familiares para que estos se riesen. Al principio, 32

la esposa no decía nada porque esperaba que su esposo tomase conciencia por sí solo del daño psicológico que le estaba causando. Pero como la situación se repetía una y otra vez, llegó el momento cuando la esposa delante de sus amigos le reventó un huevo en la cabeza. Luego, la mujer le dijo a su esposo: ¿dime ahora cómo te sientes? El hombre completamente avergonzado, terminó pidiéndole disculpas públicamente a su esposa por tanta agresión injustificable que le había propinado durante varios años. Nadie debe ser tomado como objeto de burla o de chiste para agradar a los demás. Uno de los deberes de tu cónyuge es fortalecer tu autoestima, no deteriorarla. Ante todo recordemos que si estamos bien por dentro se puede soportar la tempestad que viene de afuera. 4.12. La toma de decisiones. Es de sabios antes de tomar una decisión primero hacer un ejercicio de discernimiento. Discernir significa quitar, despejar las alternativas menos favorables y quedarse con la mejor alternativa para solucionar un problema. Es importante pensar antes de actuar. Llegado a este punto podríamos plantear la siguiente pregunta: ¿Tu pareja te consulta para tomar decisiones? Se da el caso de una pareja que atravesaba una crisis difícil de superar. La discusión más que buscar soluciones terminaba generando más problemas. Cada uno comenzó a vivir en la misma casa pero como dos extraños, desconocidos, enemistados y confundidos por la ira. Es más las decisiones las tomaba cada uno por su 33

lado. Ambos decían tener la razón en sus cosas. Ciertamente que cada uno tenía razón y motivos suficientes para tomar sus decisiones, pero no se percataban que cada decisión que cada uno tomaba era como un puñal afilado que partía a diario el corazón del otro.

Cuando nos comprometemos a vivir un proyecto de vida en común, parece que con el paso de los años nos olvidamos de que ese compromiso inicial con nuestra pareja era en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez, en la riqueza y en la pobreza. Parece que nuestra memoria se apega más a los parabienes y se olvida de las dificultades que son parte de la vida en pareja. Sobre esto ahora mismo recuerdo un caso: “No escribiré sus nombres para no herir susceptibilidades, pero es un caso real. Se trata de dos personajes, él y ella, dedicados al mundo televisivo. Eran novios. Habían vivido una etapa de enamoramiento espectacular y romántica al cien por ciento. Estaban viviendo su noviazgo e iniciando los planes para la boda. De pronto, ella enferma y los exámenes médicos

arrojaron

resultados

lamentablemente

catastróficos. Ella tenía cáncer. Ella totalmente confiada de que su novio iba a escucharla e interesarse más por ella fue corriendo desesperada y le contó el terrible mal que padecía. Él la miró con lástima, no la abrazó por temor, lloró un instante y se fue. Al día siguiente le dijo que la 34

relación y los planes que se habían proyectado realizar juntos en un futuro próximo estaban cancelados y que ya todo, absolutamente todo había terminado. La mujer se angustió por unos días, luego se llenó de tanta fuerza interior y comenzó el tratamiento porque consideraba que podía vencer la enfermedad. Gastó casi toda su fortuna, perdió todo el cabello debido a las quimioterapias que fue sometida, pero después de tres años de lucha intensa, venció al cáncer. Al enterarse el novio de lo sucedido le pidió perdón y manifestó sus deseos de retomar la relación amorosa con ella. Pero, ella valientemente le dijo: “menos mal que te fuiste cuando más te necesité, porque si te hubieses quedado probablemente hubiese muerto”. El hombre se marchó avergonzado y desconsolado de sí mismo.

Cuando alguien te ama está presente en el tiempo de la desgracia. Ahí es cuando se pone a prueba el amor verdadero. Si se da todo lo contrario quizás fue un simple apego, afecto voluble o una enorme obsesión.

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SEGUNDA PARTE

II

TIPOS DE PAREJA EN LA ACTUALIDAD “Nadie, en la dificultad, diga: ‘Es Dios que me prueba’. Porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino que cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia” (St 1, 13-14)

Hay que recordar a los lectores de que en toda crisis de pareja no hay culpables o inocentes. Es mejor hablar de responsabilidades asumidas o no asumidas en el momento preciso, las cuales generaron consecuencias favorables o desfavorables, y por consiguiente el afloramiento de múltiples problemas con difícil solución, porque no hay receta ni medicina inmediata para poder iniciar con prontitud el tratamiento.

Si hacemos un escaneo rápido a las parejas actuales, nos encontramos con un sinnúmero de éstas que nos dejan boquiabiertos, pasmados, perplejos, sin palabras porque cada una tiene su propia particularidad. Así por ejemplo, no toparemos con:

1. La pareja darwinista. Lo característico de esta pareja es que uno de los cónyuges ostenta el poder, sea del dinero, de los permisos, de los roles en casa, de los momentos de diversión, de las celebraciones, incluso de la relación sexual. Se impone el

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más fuerte, los demás están destinados a la sumisión. Se conocieron

compitiendo,

vivieron

compitiendo

y

murieron

compitiendo. Frases que caracteriza este tipo de pareja son: “si yo traigo todo el dinero, tú cuánto das, no tienes derecho a decirme nada”; “Yo voy a divertirme con mis amigos, tú te quedas en casa cuidando de los niños”; “tú no tienes nada, no vales nada”; “yo trabajo y gano dinero, tú quédate cocinando que no sirves para otra cosa”; “me da vergüenza salir contigo porque no eres importante, ¿qué dirán las personas si me ven caminando por la calle contigo?”. 2. La pareja psicoanalista. En este caso los cónyuges son quienes han visitado constantemente al psicólogo y se han memorizado las terapias pero no las aplican en la solución de problemas. Las frases típicas que las caracterizan son: “tú tienes un complejo de inferioridad que lo proyectas en mí”; “como tú estás mal piensas que yo también estoy mal”; “como tú te sientes así quieres que yo también me sienta igual”. 3. La pareja de los buenos amigos pero aburridos. En este caso prácticamente se ha perdido gran parte del romanticismo inicial. Los cónyuges se estiman como amigos. Son como dos líneas rectas paralelas. Se conocen perfectamente pero no comparten intimidad. Se perdió el erotismo y la pasión. No se invaden, pero se respetan porque viven en la misma casa y probablemente compartan la misma cama. En todo caso viven en la misma casa pero pasan la noche en habitaciones distintas. Las frases que caracterizan este tipo de pareja son: “mírame pero no me

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toques”; “tú has tus cosas y yo las mías”; “no nos separemos porque si lo hacemos qué dirá la gente” 4. La pareja complementaria. Aquí la situación es clarísima cuando en la pareja hay un activo y un pasivo. El trato es como de un papá hacia su hija o de una mamá hacia su hijo. Uno que cuida y otro que es cuidado. Uno con carácter fuerte y otro con carácter débil. Uno enseña y el otro aprende. Uno da la iniciativa y el otro obedece. Las frases típicas que los caracteriza son: “Hola hijita cómo estás”, “hola hijito cómo te fue”; “hijita mañana vamos al mercado”; “Hijito qué quieres que te prepare”. 5. La pareja esponja. Es sumamente absorbente. Un tanto narcisista, egocéntrica y cerrada en sí misma. Le cuesta compartir con los demás. Piensan que no hay mundo más allá de su propio yo. La frase que sintetiza este tipo de pareja es: “Todo lo mío es mío y lo tuyo también”. 6. La pareja victimizada. Los cónyuges saben que están pasando por momentos de crisis fuerte pero ninguno es capaz de asumir responsabilidades para superar las dificultades. Son dos falsos orgullos que no dan su brazo a torcer. Se acostumbran a vivir mal, sabiendo que están mal por falso orgullo nadie es capaz de decir: “mira me he equivocado, discúlpame, voy a mejorar”. Se adaptaron al dolor. Mejor dicho la felicidad o el bien que compartían juntos un tiempo, fue cambiado por la angustia, la tristeza, el dolor y viven eternamente esperando que la otra persona cambie y se arrepienta pero como nunca lo hace, prefieren seguir sufriendo, porque el perdón y la reconciliación consideran que es para cobardes, sacos largos, pisados. Las 38

rivalidades cada día se tornan más fuertes y la convivencia se convierte realmente en un martirio de nunca acabar. Las frases que identifican a esta pareja son: “¡yo no tengo nada que hablar contigo!”; “¡ya todo se jodió, déjame en paz!”; “¡yo voy a hacer otra cosa para demostrarte que puedo!”; “¡por tu culpa vivo una tremenda desgracia!”. 7. La pareja idealizada. Es la que se esmera por quedar bien públicamente. Siempre se dan las mejores atenciones cuando hay presencia de otras personas. Las sonrisas son fingidas y los halagos también. Las frases típicas son: “antes eras un caballero, ahora te volviste caballo”; “antes eras cariñosa, ahora eres una fiera indomable”; “te trato bien para que no piensen que te maltrato”. 8. La pareja agresiva. Es la que busca solucionar los problemas usando como único recurso la violencia física, moral, psicológica, religiosa, sexual o sociológica. Las frases comunes en este caso son: “más me pegas, más te quiero”; “sácame la vuelta pero no me olvides”; “eres un bruto, un bueno para nada”; “nada de bueno tienes”; “vives en la religión y no cambias”; “las mujeres son más débiles que los hombres”; “eres así porque vienes del barrio de mala muerte”. 9. La pareja espía. Es la que está siempre al acecho. Más que un marido o una esposa tienes a un guardaespaldas. Desconfía de todo y se disgusta por todo. Las frases típicas de esta pareja son: “como nunca te bañaste y te arreglaste hoy, ¿adónde te irás?”; “mi mejor amiga me dijo que estabas conversando por ahí con otra persona”; “¿para qué te arreglas a tu edad?”. 39

10.

La pareja excluyente. Es aquella que se siente la estrella

polar del universo, con un poder de exclusión enorme. Excluye familiares, amigos, vecinos y demás personas. Las frases que caracterizan a esta pareja son: “yo tengo que salir porque soy el hombre, tú te quedas en casa”; “Antes de hacer algo tienes que pedirme permiso”; “si vas a la fiesta no bailes con nadie”. 11.

La pareja vengativa. El sentimiento de venganza es más

grande y más fuerte que el sentimiento de perdón y reconciliación. Es más, encuentran placer en cobrar venganza. Las frases que caracterizan esta pareja son: “tú me la haces, tú me la pagas con creces”; “juro que me vengaré en esta vida o en la otra”. 12.

La pareja oferente. Es aquella que se esmera por brindar

lo mejor pero no a los que viven dentro de casa sino a los que vienen de visita de vez en cuando. Las frases típicas son: “tenemos que parecer que estamos bien”; “hay que atender bien la visita para que se lleven una buena impresión de nosotros”.

Como se darán cuenta hay una lista interminable de parejas en la actualidad. Pero hay que recordar que en absoluto no hay pareja perfecta, normal o anormal. Es maravilloso cuando la pareja es feliz tal y como es. Cada hogar, cada familia y cada pareja tienen unos criterios propios que para unos pueden ser malos pero para la pareja no. En este punto estamos de acuerdo. Pero lo que no se puede tolerar es la violencia del grado que sea, que pueda afectar a los miembros que conforman la familia. Lamentablemente las peleas de papá y mamá tienen como consecuencia el sufrimiento y el dolor de 40

los hijos, quienes crecen confundidos y privados del verdadero amor paterno y materno. Simplemente se les niega o se les arrebata el derecho a ser amados, por el hecho de ser hijos y porque ellos no fueron consultados antes de ser traídos a la existencia. Por esta razón, los hogares disfuncionales suelen ser ambientes dolorosos para la psicología del niño o la niña, quienes desde pequeños pueden apostar por el suicidio o el abandono del hogar como única alternativa de solución a tanto dolor y sufrimiento.

Como decíamos anteriormente, pensar que el otro es culpable de mis fracasos en la vida, es un error. Si quieres recibir afecto tienes que depositar afecto. Cada uno cosecha lo que ha sembrado. Siembra temblores y cosecharás tempestades. Cuida tu jardín y florecerán rosas, lirios y margaritas. Simbólicamente, hablando de afecto también puede hablarse en términos económicos. Es decir saber cuidar la cuenta bancaria afectiva. Yo no puedo retirar afecto si antes no he depositado afecto.

Ante todo recordemos que las crisis son parte de la vida de pareja. Si no hubiese crisis no hubiese crecimiento. Pero hay que decir que no todos superan las crisis, quienes se quedan en el intento fracasan. Quienes se atreven a no solo intentar sino a plasmar con hechos las soluciones, finalmente los problemas que parecían tan grandes se reducen a cero. Transformar las crisis en parabienes es cuestión de valientes y de personas que realmente aman. La crisis como un potencial de crecimiento nos marcan para toda la vida. Quien supere una crisis estará apto para orientar a otras personas a no colgar los 41

guantes antes de tiempo, a no retroceder ni rendirse, porque sabe que después de la tormenta viene la calma.

Que quede claro que uno no forma pareja para que le hagan feliz. Hay que ser feliz antes de comprometerse. Es importante, por tanto, conocer el mapa afectivo, es decir que es lo qué más me afecta para bien y qué es lo que más me afecta para mal, y evitar el mal utilizando todas las herramientas habidas y por haber. Es cierto que las personas tenemos inclinación hacia el mal, pero sobre todo tenemos una autonomía, una conciencia, una libertad y una capacidad de decisión e impedir que el mal suceda y se propague.

En la crisis de pareja la responsabilidad es de los que conforman la pareja: él y ella. La crisis nos hace despertar a nuevas realidades. Hay diversidad

de

crisis:

accidentales,

laborales,

estructurales,

emocionales, de muerte y de infidelidad. De todas ellas la más compleja y dolorosa es la crisis por infidelidad.

Casarse con alguien también implica tener proyectos propios y admirar al otro en su integridad. Es decir casarse no es símbolo de mutilación de libertades como se piensa en las mentalidades campechanas, las cuales cuando ven que alguien se compromete en nupcias dicen: “Otro burro a la estaca”. Que quiere decir que quien se casa se automutila porque no podrá frecuentar las amistades de siempre, los bares de siempre, los lugares de siempre, las discotecas de siempre, las fiestas de siempre. Resulta que quien forma pareja en matrimonio asume nuevas responsabilidades y nuevos roles, y por amor renuncia 42

a otras cosas y personas que son importantes pero que en esta etapa de la vida prefiere orientar todo su ser de forma exclusiva a la persona que ha elegido como compañera de viaje.

Hay que reafirmar que las crisis de pareja como cualquier otra crisis siempre genera cambios, los cambios generan emociones y las emociones generan conductas. Por ejemplo, si una pareja está caminando por el parque y, de pronto, al pasar por la misma vereda un grupo de señoritas, el varón empieza a mirarlas y hacerles piropos por encima del hombre de su esposa teniéndola abrazada. Ella va a reaccionar desconcertada, los cambios van a ser abismales y bruscos contra su esposo; este hecho genera emociones de rabia, falta de respeto, etc., y su conducta será de evasión, desconfianza, miedo, inseguridad al ver que tiene un infiel a su lado.

Las parejas más felices son las que tienen creatividad, superan las crisis porque son creativas, agotan todos los recursos para vivir bien. Invierten en su relación de pareja porque saben que de otro modo no funcionaría su relación matrimonial. Se dan tiempo para sí mismos, tiempo para ambos y tiempo para los hijos si es que los tienen.

La crisis frecuente de la pareja es la pérdida del amor romántico que lleva a la monotonía (repetir siempre lo mismo, hacer todo de la misma manera cansa)

y el aburrimiento. Y cuando hablamos de crisis

individuales en la pareja se refleja inmediatamente las psicologías distintas. Por ejemplo, cuando un varón tiene problemas con frecuencia se calla, piensa, interioriza, enmudece hasta que por fin 43

llega a una posible solución; cuando una mujer tiene problemas habla y vuelve a hablar. En definitiva son dos modos de percibir la realidad y de buscar las soluciones desde dos campos distintos. Por esta razón es importante que la comunicación en la pareja sea fluida y la solución a los problemas sea consecuencias del discernimiento donde haya jugado un rol importe la meditación y el diálogo. También es imprescindible mencionar que se debe evitar las discusiones en la cama, porque es un lugar de descanso al final del día cuando el cansancio apremia, lo único que se desea en recuperar las fuerzas perdidas. Además, es recomendable recuperar el romanticismo, tener más de 10 años de matrimonio no es sinónimo de aburrimiento o pérdida del romanticismo. Conozco abuelitos que al salir a comprar el pan regresan con una rosa en la mano para su esposa. Entonces me doy cuenta de que sí se puede ser romántico toda la vida, que los años no cuentan para el amor.

En toda búsqueda de soluciones hay que evitar ofender la susceptibilidad de la pareja. A nadie le gusta que le toquen el yo personal, que le corrijan en público, que le dejen en ridículo en público. No agredir cuando queremos corregir. Incluirnos en la corrección, por ejemplo: “el problema que ahora tenemos me parece que se debe a que yo me he equivocado y tú también eres responsable en esto; a mí no me agrada cuando haces estas cosas, pero me gusta cuando me dices las cosas y me corriges sin gritarme ni molestarte”. Con esto nos damos cuenta que aunque seguimos avanzando en edad, siempre llevamos un niño o una niña dentro que llora cuando le tratan mal.

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TERCERA PARTE

III

PAUTAS PARA UN MATRIMONIO EXITOSO “Dios es Amor: y el que permanece en el Amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 1, 16)

Hay un dicho popular mexicano: “La gente sabia hasta de un burro aprende”. Nada en la vida está perdido totalmente. Así como hay momentos de desolación también hay momentos de consolación. El ser humano como ser inteligente que es, de todo aprende y aprende a darle sentido a todo. Si no fuese así la vida acabaría siendo un caos total y nadie quisiera vivir. Ni mucho menos comprometerse o casarse.

1. ¿Qué es el éxito? Antes de proseguir es necesario plantear la siguiente pregunta: ¿qué es el éxito? Para algunos será sinónimo de acumular bienes materiales,

placer, títulos,

prestigio, etc. Hasta yo pensaba que ser exitoso consistía en lograr tus metas y objetivos propuestos. Con el tiempo me di cuenta que mientras uno más logra sus metas, más consigue sus objetivos, el corazón queda siembre insaciable. Porque apenas uno alcanza una meta, comienza la necesidad de empezar otra y otra, una cadena interminable. Porque la inquietud del corazón humano no se sacia con nada, solo Dios colma la nada de nuestro corazón, si lo encuentras, sigue sus 45

pasos. Con justa razón los monjes medievales llegaron a afirmar de que: “Dios es todo en nuestra nada”. 2. La experiencia es maestra de vida. A tumbos aprendí que el éxito consiste en conseguir mi misión en la vida, sentirme útil, disfrutar de lo que hago, ser feliz por lo que soy. De esta manera en un fuero público, podría decirse que el verdadero éxito es ser útil para la sociedad en la que estás viviendo, explotando todas tus cualidades y capacidades personales, esforzándote al máximo para dejar este mundo mejor de cómo lo encontraste, porque,

en

cierta

medida,

es

tu

obligación

moral

responsabilizarte por el bienestar de las generaciones que vendrán después de ti. Caso contrario serías egoísta para con las generaciones futuras de tu misma especie. 3. Saber a lo que te comprometes. Yendo al terreno matrimonial, a la vida en pareja, a la vida conyugal, sería importante de que antes de asumir un compromiso como es el matrimonio cada uno se pregunte: ¿Por qué te quieres casar? Si las respuestas son: porque quiero ser feliz con otra persona; porque él/ella me hace feliz. Habría que trabajar bastante para que reformulen sus respuestas. La respuesta más acertada debería ser: porque quiero compartir mi felicidad contigo; porque quiero emprender un proyecto de vida en común. Y, ¿por qué quieres compartir y recorrer un camino junto a alguien?, la respuesta debería ser: porque amo a esa persona y sé que mi amor es correspondido. 4. Integrar las luces y las sombras. El éxito y la felicidad son bienes más preciados por el ser humano. Todos buscamos ser exitosos. Así como todos deseamos ser felices. Pero la felicidad 46

no es un lugar paradisíaco. La felicidad no es algo que se logra definitivamente en la vida. Cuando uno logra integrar todas sus dimensiones personales, entonces siente que feliz. Pero este sentimiento es pasajero, por eso hay quien dice que la felicidad es escurridiza que hay que mimarla cuando llega porque cuando menos piensas ya se ha marchado de nuevo. Los logros y las caídas son parte de la travesía de la vida de cada persona. Por tanto, ser feliz es integrar los logros y caídas, las luces y las sombras, la noche y el día, el frío y el calor, la alegría y la tristeza, la realidad y la fantasía, la desolación y la consolación, los gozos y las esperanzas de la vida diaria. En este sentido nos damos cuenta de que ser feliz no es sinónimo de ausencia de problemas sino, sobre todo, la forma cómo manejamos y superamos estos problemas para ser cada día mejor y mejorar nuestra calidad de vida. 5. Elementos que configuran la personalidad. Cada persona es un mundo complejo por conocer. Si bien es cierto que cada uno comparte la misma ontología, por tanto, el mismo ser y los mismos derechos. Pero también hay que reconocer que cada uno tiene una personalidad propia que nos hace únicos e irrepetibles en el mundo. Cuando vivimos una relación de pareja y,

sobretodo

cuando

estamos

atravesando

momentos

abrumadores de crisis, aparecen ciertas preguntas que tienen respuestas escasas: ¿por qué soy así?, ¿por qué eres así?, ¿no fuiste así, por qué cambiaste tanto?, ¿qué o quién te está cambiando así?, ¿no te pareces nada a cuando te conocí? Y el hilo

de

preguntas

sigue 47

desenvolviéndose

sin

parar.

Psicológicamente hablando hay como cuatro elementos que pueden despejar nuestras dudas y aclarar un poco nuestras preguntas, no obstante mientras más respuestas se encuentren seguramente más preguntas seguirán apareciendo. 5.1. La herencia genética. Es un elemento importante que configura nuestra personalidad, influye en lo que somos y lo que queremos llegar a ser. Pero, no es determinante al cien por ciento, es decir tenemos otras capacidades para superar los posibles condicionamientos genéticos. A este nivel sería importante, por ejemplo, conocer cuáles son los antecedentes genéticos de mi árbol genealógico y cuáles son los antecedentes genéticos del árbol genealógico de mi pareja. Este dato nos ayudaría comprender mejor por ejemplo sobre el estado de salud que tengo y el estado de salud de mi pareja; a qué enfermedades cada uno de los dos es propenso y qué medios deberían aplicarse para prevenir ciertos males. Porque no debemos olvidar que hay enfermedades hereditarias que uno quizás ni sabe pero que con el transcurrir de los años nos pueden sorprender. De hecho, una enfermedad no aparece de un momento a otro, el cuerpo empieza a reaccionar y defenderse, hasta que llegue la cura o todo lo contrario, un desenlace mortal. Y cuando una persona está delicada de salud, todos sabemos, que hasta su humor y simpatía cambia, se vuelve más renegón de lo que es, se desorienta con facilidad, el cansancio, la somnolencia, bajar o subir de peso con facilidad, las preocupaciones y el estrés 48

aumentan a su máximo nivel porque el cuerpo humano enfermo no siempre avisa con dolor la presencia de los males que le atacan por dentro. Y si a esto le añadimos problemas económicos, laborales, conyugales, académicos familiares, separaciones y de otra índole, prácticamente, llega el momento cuando las fuerzas físicas y espirituales del cuerpo humano de la persona van mermando y comienza el inicio del fin. Quizás tenemos la experiencia de

haber

conocido

personas

fabulosas,

cariñosas,

amables, generosas, extrovertidas, empáticas pero que los achaques de la vida finalmente acabaron con todo aquello y ahora vemos las mismas personas amargadas y con un desencanto total de sí mismas y de la vida. 5.2. Las circunstancias. Es decir el medio ambiente influye grandemente en la configuración de la personalidad. El ambiente es determinante: la música que escuchas, las personas que frecuentas, el lugar de trabajo, el centro donde estudias, los lugares que frecuentas. Prácticamente todo nos moldea para bien o para mal. En este sentido tenía razón quien afirmaba: “La persona nace sana, pero la sociedad la corrompe”. Quien tiene la dicha de ser papá o mamá me dará razón en lo siguiente: ¿acaso no nos preocupa más el saber con quien anda nuestro hijo o hija?, porque nos causa temor y pánico cada situación malévola que sucede en la calle y que a diario los medios de comunicación muestran por la televisión, por ejemplo: niña que fue secuestrada y violada por el moto-taxista; niño que 49

fue agredido físicamente y acosado sexualmente por compañeros en baños de su mismo colegio; niño que fue arrollado por combi asesina mientras cruzaba el paso de cebra de su colegio; micro-comercializadores de droga utilizan a escolares para introducir estupefacientes a su propio colegio; adolescente secuestrada por red de pedófilos y acabaron con su vida después de ultrajarla. La lista puede hacerse interminable. Pero nos basta con estos ejemplos para mostrar que la sociedad y las calles no son seguras, entonces, tanto papá y mamá al ver esta situación alarmante a pesar de tomar medidas preventivas viven en pánico y entran cada vez en un cuadro de estrés impresionante.

Un punto que también alarma cada vez más a papá y a mamá son el poder de atracción y sugestión de las redes sociales actuales: internet (facebook-twitter-messenger), celulares, iPod, tablet, etc. No pretendo levantar sospecha de que estos medios sean malos. En realidad no son buenos ni malos, porque las cosas y los objetos son amorales, es decir dependen de la valoración que los sujetos morales (personas) les damos. De esta manera, el uso inadecuado de un medio de la red social actual acarreará consigo enormes dificultades y tremendos problemas para buscarles solución. Recordemos que ahora la generación cibernauta ya no usa la presencia física para agredir o expresar su afecto a sus pares. Me 50

explico, por ejemplo, si una niña tiene una desavenencia con su compañera o compañero de clase, lo que hace para cobrar venganza es insultarla a través de las redes sociales; si un adolescente se siente atraído por una chica de su colegio no necesariamente busca conversar con ella en el momento de recreo, pero, sí desde su casa le expresará sus sentimientos vía internet y es probable que mientras papá y mamá duerman en casa, los enamorados mantengan una conversación romántica virtual hasta el amanecer, sin ser sorprendidos por nadie.

Visto desde esta óptica la sociedad parecería más un cúmulo de males que de bienes. Pero, la sociedad la formamos las personas. Y de manera particular, si la sociedad está como está es porque así la hemos estructurado y organizado el mundo adulto. Somos los adultos quienes hemos cooperado para que la sociedad se vuelva más o menos segura para nosotros mismos y para nuestros hijos e hijas. Mucho depende del compromiso de cada persona para que la sociedad en que vivimos se transforme en un lugar idóneo para vivir. En este compromiso moral juega un rol importante la autonomía, la conciencia, la libertad y la responsabilidad de todas y cada una de las personas. Es decir, por justicia respeto mi propia autonomía y la autonomía de los demás; obro con una auténtica honestidad de conciencia; uso mi libertad para tomar decisiones razonables y sin perjuicio de los 51

demás (no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan); realmente soy consciente de que mi libertad crece cuando se torna en responsabilidad por los demás, soy capaz de responder frente a mí mismo y frente a los demás de la bondad o malicia de mis propias acciones. Estoy convencido que si como mínimo hiciésemos algo de las líneas anteriores entonces podríamos decir que estamos elevando nuestra sociedad y nuestra condición humana a cotas más altas de calidad de vida. 5.3. Los

valores.

Una

persona

de

valores

transforma

realidades. Es luz en la oscuridad. Es capaz de transformar la vida. Es importante plantearse qué valores defiendes en el lugar donde vives: la familia, el centro de trabajo, el hogar, la pareja, etc. En este campo tanto la religión como la axiología (estudio de los valores) pueden cooperar para que

la

persona configure su

personalidad

con la

internalización, estimación y vivencia de valores que realmente la edifiquen. Los valores no solo debe ser conocidos sino, sobre todo, internalizados o interiorizados; además, deben ser estimados, o sea queridos libremente por la persona, y finalmente vividos en la experiencia de cada día. De esta manera, hablaremos de personas solidarias,

altruistas,

oferentes,

bondadosas,

leales,

sinceras, honestas, etc. No se trata de conocer solo el concepto de cada valor sino sobre todo aplicar el concepto a la realidad de la vida cotidiana.

52

5.4. La actitud. Uno elige la actitud, es decir: cómo mostrarte, cómo estar, cómo desenvolverse, cómo expresarse. El ser humano tiene varios elementos que le caracterizan y separan del mundo infrahumano, por ejemplo, entre los más importantes: la inteligencia, memoria y voluntad. Un animal queda circunscrito a los impulsos naturales propios de su especie, como dirán los biólogos a las leyes de la naturaleza; de ahí no salen y por eso siguen un ciclo casi perfecto: concepción-nacimiento-crecimiento-reproducción y muerte.

En el caso de las personas este ciclo biológico natural puede ser alterado, debido a que haciendo uso de su inteligencia puede abrirse a un mundo de posibilidades o alternativas que llegan a alterar, desafiar, transformar, mejorar, dañar y controlar a la misma naturaleza biológica. Por ejemplo: si hay un río que impide la conexión de un lado con el otro, se construye un puente; si hace falta agua potable se canaliza y sanea el agua hasta volverla apta para el consumo humano; si hay una pareja con problemas de esterilidad, se recurre a la fecundación artificial; si alguien prefiere mejorar la raza puede recurrir a la clonación. El posibilismo abre oportunidades pero también crea dificultades. Todo atentado contra la naturaleza es peligroso, porque ésta tarde o temprano se venga. Y si no se convencen de esto pregunten a quienes han talado de forma irracional los bosques amazónicos, con el tiempo las 53

lluvias torrenciales han acabado o están acabando de derrumbar

y

erosionar

los

terrenos

sin

árboles,

ocasionando daños materiales y pérdidas humanas.

La memoria es una fuente exquisita de experiencia y toda experiencia es fuente de saber. Haz memoria para que vivas feliz tú y tu descendencia por siempre. Hay diversos modos de hacer memoria, por ejemplo, uno puede ser como aquel peruano pesimista que dice que su pobreza se debe a que los españoles le robaron todo el oro y la plata durante la conquista y la colonia. Entonces el alemán le contesta, mi país sufrió dos guerras mundiales, las peores de

la

historia

humana,

ocasionando

pérdidas

multimillonarias y sobre todo daños humanos irreparables, pero ahora Alemania es uno de los escasos países europeos que mayor solidez económica y mejor calidad de vida tiene. El argumento para justificar la pobreza del peruano parece que no tiene tanto sustento, ¿verdad? Otro ejemplo puede ser: el caso de aquel estudiante de música que dejó de practicar los acordes de guitarra porque se le ampollaban las manos, por consiguiente no aprendió y reprobó el curso de música. Entonces Tony Meléndez le diría: “yo no tengo brazos ni manos, pero practiqué con los pies y aprendí a tocar la guitarra, hasta el punto de entonar una canción durante la visita del Papa Juan Pablo II a México”. El estudiante de música fue invadido por una actitud derrotista y probablemente nunca más haya tocado 54

una guitarra, pero Tony Meléndez

impulsado por una

actitud optimista fue capaz de cruzar la barrera del no tener manos y aprovechar sus pies al máximo nivel. Nunca digas no puedo o no tengo. Llama a la puerta y numerosas posibilidades se te presentarán. Busca y encontrarás. Quien busca encuentra, ¿verdad?

Sin duda alguna que la actitud es lo que determina lo que quieres llegar a ser en tu vida. Sabemos lo que somos pero no sabemos lo que llegaremos a ser. Porque a diario vamos como el escultor moldeando la escultura de nuestro destino. Si tú no lo moldeas otros lo harán por ti. Pero dejará de ser tu propia obra, quizás sea la mejor escultura que hayas visto en la vida, pero no será obra de tus manos sino el trabajo perfecto de otros. Entonces y solo entonces caerás en la cuenta de que has vivido poco pero te has cansado mucho y tu misión en esta vida no habrá tenido razón de ser porque no tuvo ni principio ni final, totalmente intrascendente.

6. La paradoja del matrimonio. Hay un dicho popular argentino que dice: “El Tango se baila de a dos”. Si sale bien el Tango depende de la pareja que está bailando, de los dos, él y ella. El matrimonio monógamo se vive de a dos. Si va bien, regular o mal es responsabilidad del varón y la mujer, de los dos. Pero el mecanismo de defensa que con frecuencia se utiliza para esquivar responsabilidades y cubrirse el pellejo es culpar solo y 55

constantemente al otro de los males que retuercen el matrimonio, la relación de pareja o el hogar. Culpar a la pareja o al cónyuge del fracaso o los desaciertos es un modo infantil de evadir la realidad y no querer mejorarla, este proceder puede llevar al terreno fácil de la crítica, la negación, la huida, el reproche y no ser parte de la solución.

La paradoja del matrimonio es responsabilízate de ti mismo para que en tu matrimonio seas feliz. Si eres responsable contigo mismo serás capaz de responsabilizarte por quienes te rodean, empezando por tu pareja, tus hijos y de más familiares o amigos. Tendrás esta actitud no porque alguien te amenace para hacerlo, sino porque al saberte como un sujeto moral digno no querrás que los tuyos sea considerados menos que tú.

Si esperas que tu pareja se responsabilice por ti de manera exacerbada, simplemente, perecerás junto con tu pareja a corto, mediano o largo plazo. Si culpas a tu pareja y esperas que cambie para luego cambiar tú, ya puedes morirte y seguir esperando, porque puede ser que nunca suceda lo que esperas, porque es una esperanza falaz, fantasiosa que nunca llegará, ni en esta vida ni en la otra.

Para que tú y tu pareja disfruten de los placeres de la vida, y compartan esta felicidad con la prole deben limpiar la casa por dentro y por fuera; pero sobre todo conservar limpio el templo del Espíritu Santo, es decir: el cuerpo y dentro del cuerpo el altar de 56

tu cerebro, porque de él depende la correcta funcionalidad de tu organismo. Un cerebro contaminado y alimentado con basura pornográfica, prejuicios, odio, venganza, etc., te destrozará y destruirá a tu pareja, a tu esposa, a tu esposo, a tus hijos e hijas.

Como esposo o esposa, como madre o padre, esmérate por eliminar los sentimientos tóxicos del matrimonio: prejuicios, odio, rencor, envidia, celos, inseguridad, machismo, feminismo, indiferencia, violencia, morbosidad, desconfianza, venganza, etc. Recuerda también que cuando los sentimientos tóxicos están al límite toda pregunta o respuesta puede interpretarse mal y puede ser ocasión de daño constante o discusión innecesaria. Por ejemplo, cuando llega el esposo cansado del trabajo y la esposa le dice: ¿amor cómo te fue?, ¿por qué llegaste tarde? Éste inmediata y equivocadamente responde: ¿me estás controlando?, ¿qué te importa lo que yo haga?, ¿por qué tienes la manía de hacerme tantas preguntas? La esposa contesta, mi amor pero solo te hice dos. El esposo contesta: sí pero si te respondo seguramente me seguirán bombardeando con más y más preguntas y no tengo tiempo para perderlo en tonterías. Otro ejemplo, cuando el esposo de pronto se acordó de llevarle un chocolate a su esposa, cuando llega a casa contento le dice: mi vida pensé en ti y te traje este chocolatito para que te endulces un poquito. Ella desatinadamente responde: ¿qué crees que soy agria o salada que me traes dulces?, ¿de dónde acá bienes con regalitos, qué te pasó, no me estarás engañando, no me estarás confundiendo con tu amante? Es 57

para reírse pero así de compleja puede llegar a ser la vida en pareja cuando no hay prudencia y falta el amor verdadero.

Bajo el paraguas de la crisis aparecen nuevas preguntas, con frecuencia relacionadas con el futuro del matrimonio o de la relación de pareja: ¿valdrá la pena tanto esfuerzo por seguir adelante?, ¿todavía sentirá amor por mí?, ¿qué tal si no funciona y se repite otra vez lo mismo? Respuestas certeras para estas preguntas tal vez no encuentres. Pero de lo que puedes estar seguro es que en todo periodo de crisis, la vida te está invitando a madurar más de lo que ya eres, que crezcas más como pareja, que fortalezcas y valores a tu pareja, por ende a tu matrimonio; que ejerzas con calidad tu maternidad o tu paternidad para con tus hijos e hijas, si es que los tienes; que te despojes de tu comodidad para auxiliar de la incomodidad que pueden estar sumidos tus seres queridos, quienes te rodean: tu pareja, tus hijos, etc.

7. Bienes para el matrimonio. Es este punto no voy a hablar de los bienes del matrimonio ni desde el parámetro jurídico eclesiástico ni mucho menos desde el campo jurídico civil. Quiero abordar el asunto desde la experiencia, la parénesis, porque si bien es cierto las normas son importantes porque nos permiten conservar o restablecer el orden, pero cuando no son conocidas ni estimadas por las personas, pierden su sentido; quien se interesen por los bienes desde los campos eclesiásticos o civiles puede echar mano del Derecho Canónico y del Código 58

Civil. Ahora bien, habiendo hecho esta breve aclaración ya podemos comenzar a deshojar el libro de la vida diaria, de la experiencia y de los hechos que has vivido, recuerda que hay dos tipos de escuelas: una donde aprendemos el arte de leer y escribir y resolver problemas matemáticos, técnicos y científicos; y otra, no menos importante que la primera, que es la escuela de la vida, de tu vida, de tu experiencia y de tus vivencias cotidianas.

7.1. El bien pensar. Cuida tu cerebro y aliméntalo bien para que de él salga lo mejor de ti. Si le introduces información nociva es probable que te ofrezca la misma información. No lo contamines con sentimientos tóxicos, pornográficos, malévolos. Si lo alimentas con información adecuada te ofrecerá la información correcta para la resolución de tus problemas. Ejercita tu capacidad mental positiva y no seas pesimista. La perseverancia en el ejercicio de los valores, buenos hábitos y virtudes terminará por cristalizarse en acciones concretas. Cuida que tus pensamientos sean nobles, justos, sinceros. Nunca te pongas la soga al cuello pensando de que tus pecados no tienen perdón. Todos nos equivocamos y pecamos constantemente, pero la humildad del sabio es no vivir en estado de pecado. 7.2. El bien hablar. Las palabras tienen el poder para hacer el bien o el mal. Nunca digas todo lo que piensas. Al contrario, primero, piensa todo lo que vas a decir. Si dices todo lo que piensas es probable que tu matrimonio termine 59

siendo un campo de batalla donde haya más heridos o muertos, y menos sobrevivientes sanos. Sé prudente, piensa todo lo que vas a decir, porque después no hay vuelta atrás. El matrimonio no es un terreno plano. Es un terreno inhóspito,

con incontables relieves y climas. El

problema es que queremos avanzar en el matrimonio con un solo lenguaje como vehículo. Hace falta creatividad para contar con abundancia de medios para conducir mejor el timón del matrimonio en todo terreno, incluso desafiando el vendaval. 7.3. El bien ser. Está relacionado con la dignidad de la persona, con su autonomía, conciencia y libertad. No somos objetos desechables. Somos sujetos con derechos inalienables y deberes propios de una persona. Por justicia el mismo respeto que me debo a mí mismo es el respeto que le debo a todas y cada una de las otras personas, es lo mínimo que como sujeto moral puedo hacer, si no lo hago ya podría ser un animal pero nunca un ser humano. 7.4. El bien obrar. No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan. Por justicia debería esforzarme por no causar daño a nadie en el mundo, si lo hiciere me faltaría a mí mismo como persona. Vivir para servir y no para ser servido. El bien obrar, siguiendo la orientación clásica aristotélica, debe diferenciarse rotundamente del bien hacer. El hacer corresponde a la actividad sobre objetos; por ejemplo, hacer bien un mueble, una casa, un barco un avión, etc. El bien obrar está relacionado con la transformación, 60

reorientación de la persona en todas sus dimensiones moral, psicológica, espiritual, etc. El bien obrar debería darse de forma natural, hasta el punto de obrar lo ordinario extraordinariamente bien. Estaríamos hablando entonces de una persona virtuosa, es decir sus impulsos internos naturales le llevan a hacer el bien naturalmente.

Cuando hablamos del matrimonio hay que hablar como de tres altares: a) El altar de la mesa familiar, hay que cuidar que el lugar, la mesa, donde compartimos los alimentos esté limpia, decorada, no esperar solo las fiestas importantes y calendarizadas para arreglarla. Que tu mesa esté bien decorada, depende de todos y cada uno de los que viven en casa. No lleves a esta mesa los problemas del día a día, porque en vez de comida se alimentarán de problemas y perderán el apetito y las ganas de compartir los alimentos. Recuerda que compartir los alimentos es un momento sagrado, el mismo Jesús reunió a sus discípulos en torna a la mesa del pan y la bebida. b) El altar del lecho matrimonial: no discutan los problemas en la cama, porque este lecho tienen dos finalidades: por un lado, descansar y reponer fuerzas; disfrutar de la obligación conyugal, por otro lado. Dense espacio para el romanticismo, el galanteo y la coquetería.

Puesto 61

que

son

esposos

no

están

incurriendo en ningún pecado. Este altar también es sagrado, porque muchos de nosotros habremos sido engendrados aquí, por tanto también es el lecho de nuestra existencia en este mundo. c) El altar de la oración: sé una persona agradecida de tu creador. Dale gracias por todos los bienes con los cuales has sido, sigues y seguirás siendo bendecido durante todos los días de tu existencia. Que tu oración no solo se una lista de peticiones sino que abarque la acción de gracias, la adoración, la bendición, el placer de vivir, la dicha y la desdicha, la gracia y la desgracia de la vida, en definitiva todo. Este ejercicio te ayudará a no encerrarte en una sola cosa como si no tuvieses salida, ni ahogarte en un vaso de agua. Que tu oración sea sincera, es decir, en espíritu y en verdad, en cualquier lugar y tiempo. 7.5. El bien tener. Los bienes materiales que posees son consecuencia de todo lo anteriormente dicho. Recuerda que aunque crezca tu riqueza no le des el corazón, porque si no tu riqueza será tu propia desgracia. La gente por dinero mate y se mata, por la ceguera que produce la ambición del dinero a veces los mejores amores se acaban o se pierden. El corazón humano busca como náufrago la riqueza cuando la encuentra o se hace noble o se vuelve perverso y egoísta. El dinero compra y vende. Lo peor es que puede comprar y vender personas, fíjate en el comercio sexual, la pornografía por internet, la venta de 62

esclavos y el tráfico de órganos humanos. De qué le sirve a una persona ganar el mundo entero si al final se pierde a sí misma. La riqueza debe ser consecuencia de acciones honestas. La riqueza que rápido llega, rápido se marcha. La riqueza como cualquier otro bien material no es buena ni mala, depende del uso que se le dé y por cierto, de quién la usa. 7.6. El bien estar. Está orientado a mejorar la calidad de vida propia de quienes comparten la vida contigo. Esto implica caminar por la vida haciendo el bien sin prisas y con pausas. Sin prisas para poder disfrutar cada instante de la vida con esperanza, con fe, con alegría y, sobre todo, con amor. Con pausas porque es importante que hagas un alto en el camino para retomar fuerzas, para avanzar hacia adelante, para reorientarte si es necesario. 7.7. El

bien

trascender.

Somos

seres

abiertos

a

la

trascendencia por el hecho de ser creados por un ser trascendente. Pero la tarea humana es trascender con las propias acciones hasta el punto de que se pueda manifestar en el rostro la alegría que se vive y se lleva en el interior. Que hagas el bien más allá de que exista o no cielo o infierno. Que seas virtuoso por el placer de vivir y ser feliz. Trascender implica dar lo mejor de ti en cada momento, para levantarte, para orientarte, para provocar que las cosas buenas sucedan en el matrimonio. Es más si tienes fe podrás hacer de los desencuentros, encuentros maravillosos para tus seres queridos, empezando por tu 63

pareja y tus hijos. La fe provoca que las cosas buenas sucedan, que la trascendencia de la eternidad la vivas hoy y no después, que no pierdas tiempo pensando si te depara cielo, purgatorio o infierno. Vive bien y sé feliz y habrás traído el más allá al más acá, porque habrás disfrutado desde ahora la grandeza de la eternidad. Trascender significa hablar en el matrimonio con la verdad en la mano, sin jugar a doble carta o con la carta bajo la manga. Es perdonar y reconciliarse. Perdonar es un acto de la voluntad personal, es una decisión, es condonar la deuda. Cuando no perdonas sientes que debes algo. Y cuando no te perdonan sientes que deben algo. De esta manera surge el cargo de conciencia. Perdonar es abrir el corazón sin deudas que pagar y sin deudas que te paguen. Es cambiar el corazón de piedra por uno de carne. Es decir, la dureza de un corazón orgulloso por la sensibilidad de un corazón estimable, noble y justo. 7.8. El bien amar. Sí o sí está orientado por la ética del amor. Si tienes fe no te escudes falsamente pensando de que crees en Dios y con eso te basta. A Dios nadie lo ha visto nunca. Pero si amamos a nuestra pareja, Dios mora en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a la perfección. No cabe temor en el amor; antes bien, el amor pleno expulsa el temor. Si alguien dice: “Yo amo a Dios, y odia a su pareja, es un mentiroso; pues quien no ama a su pareja, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”. En pocas palabras el amor exige coherencia o congruencia entre lo 64

que se piensa y lo que se siente, entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se cree y lo que se vive. A continuación presento algunas características de la ética del amor: a) Universalismo. Esta característica del amor, por un lado, está inspirado en textos bíblicos desde el contexto de divergencia humana, es decir “amar a nuestros enemigos y bendecir a quienes nos maldicen” (Mt 5, 4346; Lc 6, 27-35; Rom 12, 20-21; 1Cor 13). Por otro lado, desde el contexto del amor divino para con sus creaturas “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (J 3, 16). b) Interioridad. El verdadero amor nace de la intimidad más profunda del hombre (Mt 5, 23-24; 15, 17-20). Si en la unidad más profunda, la conciencia de la persona humana, hay amor precisamente ésta será la razón para que la persona ame en espíritu y en verdad (2Jn 1). c) Compromiso de búsqueda y solidaridad. Amar en el pensamiento

de

San

Agustín

es

buscar

(quaerere=querer). En español querer es amar. Esto implica una actitud de tensión continua hacia la persona amada, para identificar sus problemas, acompañarla y ayudarla de manera afectiva y efectiva. Amar supone especialmente atender al prójimo necesitado, interpela al sujeto para que se haga próximo, para que salga al encuentro de los otros con amor (Lc 10, 29). Para que 65

salga al encuentro incluso si el otro es considerado como tu enemigo. También hay que tener en cuenta el compromiso solidario de compartir los bienes con los necesitados. En definitiva el amor se presenta como la norma última del obrar y como el fundamento de la fe. El amor es la forma de la fe, en cuanto que a través del amor la fe alcanza su perfección: Tú tienes fe, yo tengo obras; muéstrame tu fe sin las obras, que yo por las obras te haré ver mi fe (St 2, 18).

Vale la pena mencionar que actualmente, en nuestro contexto

latinoamericano,

también

se

hace

una

distinción entre querer y amar. El verbo querer indicaría la expresión de afecto en un sentido genérico, por ejemplo: afecto debido a los amigos o amigas. El verbo amar indicaría la manifestación del afecto en sentido exclusivo, no a muchos, sino a determinadas personas, por ejemplo: el amor debido a mi esposo o esposa.

Vivir en pareja, entonces, es un verdadero arte, que exige los máximos niveles de creatividad, pero sobre todo una actitud mental positiva para afrontar todas y cada una de las situaciones críticas de la vida. Vivir en pareja es el arte de hacer camino al andar con un proyecto de vida en común que trasciende los condicionamientos del espacio y del tiempo.

66

CONCLUSIÓN: EL HIMNO AL AMOR (1 Cor 13)

A modo de conclusión quisiera decir que un corazón que no ama es un corazón hipotecado por muchas cosas que no tienen sentido y, por tanto, es un corazón esclavo y no libre. El amor libera, a continuación transcribo un texto de San Pablo, sobre el amor:

“Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o campaña que retiñe. Aunque tenga el don de profecía, y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque reparta todos mis bienes, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es amable; el amor no tiene envidia, no se jacta de lo injusto, ni se engríe, es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor nunca acabará”.

67

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