Story Transcript
EL ARTE ESPAÑOL EN EL TRÁNSITO DEL S. XVIII AL S. XIX EL NEOCLASICISMO En el reinado de Carlos III se impone en España el Neoclasicismo, el estilo que responde a la ideología de la racionalista e individualista de la Ilustración. Este estilo se mantendrá durante el primer tercio del S. XIX (Guerra de la Independencia y reinado de Fernando VII). El nuevo estilo, que se opone al recargamiento decorativo y refinamiento del rococó, toma como modelo la Antigüedad clásica porque en ella ve los valores morales que los ilustrados quieren resaltar frente la frivolidad de la aristocracia: sencillez, sinceridad, heroísmo y grandeza. Al igual que en otros países, aparecen las Academias que imponen normas rígidas a los artistas dando cierta uniformidad al arte de esta época. a) Arquitectura neoclásica: Sabatini, Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva. b) Escultura neoclásica se desarrolla poco por el peso que aún mantiene la imaginería. Algunos artistas desde la Academia crearon una escultura de materiales nobles destinada al adorno de edificios públicos. Francisco Gutiérrez es el autor de la Fuente de Cibeles y colabora en la decoración de la Puerta de Alcalá; a la misma época corresponden la Fuente de Apolo y de Neptuno en el Paseo del Prado de Madrid. c) La pintura neoclásica - Los pintores extranjeros en España: el más importante de los pintores extranjeros es MENGS, hijo de un miniaturista de Bohemia. Trabajó en varias Cortes europeas y a España llegó de la mano de Carlos III para decorar los techos del Palacio Real. Defiende el estilo neoclásico frente al colorismo de Tiépolo. Retrata a la nobleza y a la monarquía: Carlos III, Mª Luisa de Saboya,..Sus pinturas son frías, casi escultóricas, colores pálidos y pincelada minuciosa. - El italiano Tiépolo es un pintor veneciano, que incluimos en el Barroco decorativo, muy colorista que pinta las estancias del Salón del Trono del Palacio Real. En sus pinturas conviven formas muy dibujadas – propias del Neoclasicismo- con otras más vaporosas –propias del Barroco-. -
Los pintores españoles más destacados son: Francisco Bayeu, cuñado de Goya, muy influido por Mengs y los italianos. Fue un importante fresquista que pintó temas mitológicos y paisajes, algo que no era muy común en España. Salvador Maello, muy influido por Mengs, realizó una serie de las estaciones del año. Luis Menéndez, pintor de bodegones, que por carácter desordenado (objetos repartidos en diversos planos) recuerdan a los holandeses. Los más clasicistas son dos pintores de principios del S. XIX muy influidos por David, cuya obra conocieron en París: José Aparicio y José Madrazo al que pertenece la muerte de Viriato que se inspira en el Juramento de los Horacios. GOYA es el artista que domina la pintura de este periodo.
EL ROMANTICISMO El Romanticismo sustituye al Neoclasicismo en torno a 1830 con retraso respecto a otros países. Es una forma de pensar que defiende la libertad, el individualismo, la subjetividad, y los sentimientos frente a las normas academicistas y la razón. Afirma los valores nacionales, propios de cada pueblo, y busca lo exótico y pintoresco. a) La arquitectura historicista. La mentalidad romántica, con su valoración del pasado histórico, refuerza la vuelta a los estilos del pasado, especialmente los que se identifican más con la tradición nacional como el neomudéjar y neogótico. Esta arquitectura se extenderá a lo largo del S. XIX. b) La escultura romántica es una tendencia de corta duración que coincide durante el reinado de Isabel II. Sus temas giran sobre la espiritualidad, la tradición medieval, la religión y los sentimientos. Imita los modelos medievales, especialmente el Renacimiento. Se usa para embellecer palacios y monumentos. El principal escultor es José Gragera que inicia un nuevo estilo de estatua en la que cuida el parecido con el representado dejando a un lado la imitación de la antigüedad. Su obra más destacada es el monumento a Juan Álvarez Mendizábal. c) La pintura romántica es el principal campo de expresión, junto al literario, del Romanticismo. Lo exótico, lo pasional, las costumbres y el folclore tradicional que tanto interesaban al Romanticismo se podían encontrar dentro de una España atrasada. El Romanticismo desarrolló tres campos principales: la pintura de historia, el costumbrismo y el paisajismo. La pintura romántica se desarrolló sobretodo en la segunda mitad del S. XIX.
12.- EL ARTE ESPAÑOL EN LA SEGUNDA MITAD DEL S. XIX La gran inestabilidad política, social y económica que tuvo lugar en España durante el S. XIX (reinado de Fernando VII, las Regencias, Isabel II, Sexenio democrático y Restauración de Alfonso XII) contribuye a que España se incorpore con retraso a la revolución industrial y a su aislamiento del mundo artístico internacional. En este periodo se suceden distintas corrientes artísticas: el Romanticismo, el Realismo, las influencias del Impresionismo o el Modernismo en la última década. En la arquitectura, convive el historicismo con la arquitectura de las nuevas técnicas y materiales a) Urbanismo y arquitectura. El lento avance de la revolución industrial en España da lugar a un importante desarrollo urbano. La arquitectura dará respuesta a las nuevas necesidades. Surgen nuevos tipos de edificios: estaciones de ferrocarril, puentes, fábricas, teatros, mercados, bibliotecas, etc. El urbanismo cobrará gran importancia al aprobarse en el último tercio del S. XIX los ensanches entre los que destacan el Plan Cerdá para Barcelona y el Plan Castro para Madrid (1860): plano ortogonal, amplias avenidas, manzanas de viviendas con espacios interiores ajardinados, parques públicos y amplia dotación de servicios. También, de acuerdo con la idea de ciudad-jardín de Howard, se diseñó en Madrid la Ciudad Lineal de Arturo Soria. Estos proyectos se proponen organizar de forma racional la vida en la ciudad con una preocupación social. Pero la especulación posterior hizo que se modificaron los planes y muchos de sus planteamientos no fueron respetados: la trama se densificó desapareciendo muchos espacios verdes, el acceso a la vivienda se limitó a la clase burguesa y la clase obrera se amontonó en barrios insalubres junto a las fábricas y estaciones. Además de los ensanches, se derribaron las murallas que asfixiaban el casco antiguo y en su lugar Antiguas Escuelas Aguirre, aparecieron grandes rondas o avenidas. El casco antiguo se transformó como hoy Casa Árabe de Madrid. consecuencia de la desamortización y de grandes operaciones urbanísticas: nuevas Estilo neomudéjar. plazas, grandes avenidas como la Gran Vía. Los espacios urbanos se embellecen con nuevos edificios. La arquitectura estuvo dominada por distintas tendencias:
El historicismo o neos está caracterizado por la vuelta al pasado. La inspiración en los estilos antiguos ya se había iniciado en el siglo XVIII con el Neoclasicismo pero el Romanticismo, reforzó esta tendencia al recuperar de las tradiciones de cada pueblo (de acuerdo con la idea de “Estado-nación). En España se recupera el pasado medieval con dos estilos destacados: - El Neomudéjar caracterizado por la decoración con cerámica vidriada y el uso del ladrillo. Es un estilo habitual en las estaciones (Toledo), plazas de toros (Las Ventas), hoteles, iglesias, cárceles o centro oficiales. Su foco más importante fue Madrid. Interior de la Estación de ferrocarril de Toledo. Estilo neomudéjar.
-
El Neogótico emplea arcos ojivales y pináculos en forma de aguja. Se utiliza en iglesias, capillas, palacetes, etc. Un ejemplo es el interior de la catedral de la Almudena.
-
Otros historicismos son el Neorrománico (Basílica de Covadonga), Neobizantino, Neo barroco.
-
El Eclecticismo o clasicismo ecléctico que copia y mezcla elementos de otros estilos, principalmente renacentistas y barrocos, en el mismo edificio. Se inició en París en el Segundo Imperio de Napoleón III, periodo de la importante reforma urbanística de París (Haussman) y en España aparece en 1870 en las viviendas burguesas de los ensanches, palacetes, hoteles de lujo y sedes oficiales. Utiliza los nuevos materiales: hierro, cristal y hormigón. Esta corriente se mantiene a principios de S. XX en obras que rodean la Gran Vía en Madrid como el Palacio de Telecomunicaciones de Cibeles, obra de Antonio Palacios o el Circulo de Bellas Artes; en Sevilla se realiza la Plaza de España en el que se inspiran otros edificios de esta ciudad como el Hotel Alfonso XIII.
Las tendencias renovadoras tratan de dar respuesta a las nuevas necesidades surgidas en la sociedad industrial utilizando nuevos materiales (hierro fundido, cristal y hormigón) y nuevas formas constructivas más ligeras, amplias y abiertas de gran luminosidad. Se introducen en nuevos edificios relacionados con la revolución industrial o las necesidades urbanas como las estaciones de ferrocarril, centros oficiales o Exposiciones Universales. Aunque la decoración es escasa o inexistente, en algunos edificios las fachadas o muros puedan estar revestidos con materiales tradicionales (piedra o ladrillo) y decoración historicista como por ejemplo el neomudéjar de la estación de Atocha. El Palacio de Cristal del Retiro (Madrid) (1887). Se construyó para la Exposición de las Islas Filipinas, junto con el estanque que tiene a sus pies. Servía como gigantesco invernadero para flores y plantas de estas islas; de ahí su nombre original: “pabellón-estufa”. Es el primer edificio español que utiliza el hierro y el cristal para un uso no industrial. Se realizó siguiendo el modelo del Cristal Palace de Paxton de que tomó su estructura desmontable y en el mercado de Les Halles de París del que tomó la elevación de la nave central sobre las laterales gracias a unos arcos que recuerdan a los sistemas constructivos góticos. La decoración de la puerta de entrada tiene recuerdos historicistas.
El Modernismo se desarrolla a finales del S. XIX y principios del S. XX. (Ver rasgos generales). Es un nuevo estilo opuesto al historicismo, que rompe con las tradiciones, con un concepto global del arte y de gran sentido decorativo.
En muchas ciudades españolas se construyeron edificios modernistas. En Madrid se conserva un bello ejemplo, el Palacio Longoria (sede de la SGDA) de JOSÉ GRASES RIERA; pero donde adquirió más importancia el movimiento fue en Cataluña. Aquí se desarrolló uno de los principales focos del modernismo europeo debido a especiales circunstancias socioeconómicas. Hacia 1900 Cataluña era la región española más poblada, industrializada y opulenta del país, Barcelona era la verdadera capital económica. La Exposición Universal de 1888 contribuyó a aumentar su prestigio. Su burguesía próspera y culta con una ideología nacionalista desea resaltar sus tradiciones y sus afanes de modernidad. En los nuevos edificios del ensanche trabajaron arquitectos modernistas con diversas tendencias decorativas como la orgánica1, la racionalista y la gótica. La planta y el alzado de los edificios se diseñan de forma libre y dinámica, gracias al uso del hierro como soporte; predominan las líneas curvas y las formas geométricas irregulares. En el exterior de los edificios la libertad de formas es mayor: uso del mosaico, de la piedra o ladrillo junto a nuevos materiales como el vidrio y el hierro que crean formas orgánicas. Entre los arquitectos catalanes destaca DOMENECH Y MONTANER que apuesta por las nuevas tecnologías en estructura metálica. La Casa Lleó-Morera y el Palacio de la Música son sus obras maestras. Palau de la Música Catalana (1905-1908). Auditorio y sede del Orfeón catalán construido por suscripción popular. Usa soluciones estructurales muy avanzadas como grandes muros de cristal. Es un ejemplo de integración de todas las artes: escultura, mosaico, vitrales y forja. PUIG I CADAFALCH sigue una línea de inspiración modernista europea pero su labor fundamental fue el estudio y la restauración de los edificios medievales catalanes. La Casa Amatller es su más importante obra con una fachada extremadamente plana.
La Casa Amatller de Puig i Cadafalch junto a la Casa Batlló de Gaudí. 1
Decoración orgánica es aquella en la que sus formas se inspiran en la naturaleza con predominio de la línea curva y el contorno irregular.
ANTONIO GAUDÍ (1852-1926) es la figura simbólica del modernismo catalán. Su obra, criticada en su momento, no hizo escuela pero posteriormente ha provocado una gran fascinación que se debe a su libertad como artista y arquitecto. Gaudí es el primer arquitecto español que emplea el hormigón armado lo que permite comprender su estilo. Sus obras son especie de esculturas: comenzaba las casas sin planos fijos y las realizaba como si estuviera modelando una figura. Liberó a la arquitectura del dominio de ángulo recto. Desde sus inicios se interesó por las ideas de Ruskin y Morris, y de éste tomó la idea de arte total que domina toda su obra. Sus primeras obras se pueden considerar dentro del historicismo, aunque su interpretación del gótico y el mudéjar es muy personal. Entre ellas destaca la Casa Vicens, encargada por un fabricante de azulejos, y en la que se mezcla la influencia mudéjar y oriental; el Capricho de Comillas (Cantabria) que recuerda a un minarete musulmán, el Colegio de las Teresianas en Barcelona con un original neomudéjar y dos edificios neogóticos: la Casa de Botines en León y El Palacio Arzobispal de Astorga (León)
A partir de 1900, cuando tenía ya 50 años abandona el neomedievalismo y se empieza a interesar por las formas orgánicas del modernismo. Se inspira en la naturaleza (la “arquitectura natural” obra de Dios: las colmenas, las células, las ramas de los árboles, las escamas de los reptiles, las montañas, los huesos, etc). Entre 1900 y 1917 es el periodo más original de su carrera. La libertad artística de la que gozó se debió a la colaboración de ricos mecenas entre los que destaca Eusebio Güell que le encargó la construcción de varios edificios privados y del Parque Güell, su obra de madurez. La idea inicial del Parque Güell respondía a una reivindicación social, inspirada en la ciudad-jardín británica, que consistía en edificar una colonia de viviendas que no llegó a realizarse por la falta de compradores. El resultado es el conjunto en el que se mezcla la vegetación natural con edificaciones de uso comunitario para los futuros habitantes de la colonia, como el mercado cubierto, la escuela o la plaza-teatro al aire libre. En el Parque Güell utiliza la arquitectura como un objeto pictórico creando un mosaico con fragmentos de materiales desechados (trencadís)2 anticipándose a los collages cubistas. Se adapta a la línea ondulada de la naturaleza, otra característica de su estilo. Emplea pilares inclinados que cumplen diversas funciones: una decorativa, porque semejan con su superficie áspera una hilera de árboles y otra técnica porque hacen de contrafuerte al empuje del terreno y de drenaje para eliminar las aguas. El enlace con la naturaleza convierte a Gaudí en precursor del organicismo. En el terreno de las viviendas particulares Gaudí continúa experimentando y, entre 1904 y 1906, en la Casa Batlló alcanza la plenitud de su originalidad. No es una obra totalmente suya sino una reforma que el encargó un industrial textil. La fachada en curva está recubierta de trencadis, para lo que contó con la colaboración de Jujol, y es de gran fantasía con balcones que recuerda a animales marinos. La otra gran construcción urbana es la Casa Milá construida entre 1906-1910, se conoce también como “La Pedrera” (término despectivo utilizado por los barceloneses a los que no les agradó en un principio). Hoy día se considera una de sus obras más geniales. Parece que Gaudí se inspiró en las construcciones rupestres de Capadocia o las montañas de su entorno. Supone la incorporación de la naturaleza (montaña) a la arquitectura. Una línea ondulada, como el remate de una cordillera, dibuja la cresta del tejado. La superficie de la fachada se anima con concavidades y convexidades. Las rejas de las ventanas se hacen con hierros retorcidos como las lianas de un extraño bosque. Esta ausencia de ordenación arquitectónica preestablecida se aprecia igualmente en el interior, ya que todas las habitaciones son distintas, incluso de nivel. La iglesia de la colonia Güell puede considerarse como una obra perteneciente al expresionismo o al brutalismo por la exaltación del material. Sus vastas columnas monolíticas recuerdan al arte prehistórico y le dan un aspecto de rusticidad. El gran proyecto de Gaudí que quedó inconcluso tras su muerte, y así ha continuado hasta la actualidad, es el Templo de la Sagrada Familia, edificio que había sido comenzado por otro arquitecto y del que Gaudí se hizo cargo en 1883. Fue este edificio un verdadero laboratorio experimental. Supera la tradición constructiva románica y gótica en 2
Trencadís: técnica ligada a la obra de Gaudí que consiste en utilizar cerámica troceada.
que había sido comenzado el templo, y experimenta con la llamada bóveda hiperbólica, para Gaudí mucho más fluida y espiritual, que absorbería sus empujes mediante descargas (soportes) inclinadas convenientemente, con el fin de recrear un bosque naturalista. Todos los elementos de la construcción son concebidos de una forma simbólica, (puertas, ventanas, color) y claramente modernista. Casa Batlló
Casa Milá o La Pedrera
Sagrada Familia
b) La escultura A igual que en toda Europa en este periodo, la escultura está en decadencia sin artistas innovadores. Las nuevas tendencias llegan a España a través de escultores becados en Roma y París, aunque tardan en implantarse. La escultura española del S. XIX destaca por su dependencia del poder (encargos oficiales, monumentos o exposiciones), la repetición de estereotipos artísticos y, en las décadas finales, por sus efectos escenográficos y narrativos.
El Romanticismo sustituye al Neoclasicismo en torno a 1830. Es una tendencia de corta duración que coincide durante el reinado de Isabel II. Sus temas giran sobre la espiritualidad, la tradición medieval, la religión y los sentimientos. Imita los modelos medievales, especialmente el Renacimiento. Se usa para embellecer palacios y monumentos. El principal escultor es José Gragera que inicia un nuevo estilo de estatua en la que cuida el parecido con el representado dejando a un lado la imitación de la antigüedad. Su obra más destacada es el monumento a Juan Álvarez Mendizábal y el busto de Jovellanos. Muchas de sus obras han desaparecido.
El Realismo se impone en el último tercio del S. XIX. Se basa en la representación objetiva de la realidad con gran detallismo. Estas esculturas en bronce y mármol se usan para embellecer edificios oficiales, cementerios y ciudades; también para decorar el interior de los palacetes burgueses con figuras de alabastro o terracota con temas profanos. El retrato, en especial de busto, es uno de los géneros preferidos y demandado por la realeza y la alta sociedad mostrando la expresión gestual, algo idealizada, y la riqueza de vestidos y peinados. Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, creadas en 1856, son casi la única muestra artística donde se consagran los artistas. El escultor más importante es RICARDO BELLVER, autor del Ángel Caído, el único monumento erigido al diablo. Se encuentra en el Retiro. Es un desnudo juvenil situado un tronco seco, con grandes alas abiertas y una serpiente enrollada en el cuerpo. Es un excelente ejemplo de estudio anatómico y de la vigencia de los historicismos, en este caso de inspiración barroca, por el dinamismo y la tensión del cuerpo.
El monumento conmemorativo
Es el tipo de escultura de mayor importancia del S. XIX. Se desarrolla durante la Restauración (1875-1902). Su valor no es sólo artístico sino sobretodo político ya que era un instrumento de propaganda del poder mediante la exaltación de personajes o hazañas ilustres del país. Son esculturas hechas en mármol, bronce o piedra que se alzan en sititos
destacados sobre altos y complejos pedestales diseñados por los arquitectos para embellecimiento de la ciudad. El protagonista –en bulto redondo- ocupa un lugar destacado y junto a él aparecen figuras alusivas junto a símbolos y cartelas en bronce. Los monumentos más destacados son: -
El monumento a Colón frente al puerto de Barcelona (1881-1888). Sobre una columna de hierro de 60 metros de altura se alza la figura en bronce de Colón.
-
El monumento a Alfonso XII en el parque del Retiro de Madrid, formado por una estatua ecuestre de Mariano Benlliure, sobre un pedestal asentado sobre tres grupos escultóricos alusivos a la paz, la libertad y el progreso.
-
El monumento a las Cortes de Cádiz en esta ciudad o el monumento a los Sitios en Zaragoza. El cementerio es otra ubicación de la escultura monumental. Las tumbas y panteones historicistas ofrecen una extensa tipología de relieves o escultura exenta, alegórica o realista. Destaca por su creatividad, el mausoleo del tenor Gayarre (1896), en el valle del Roncal (Navarra) realizado por Benlliure.
MARIANO BENLLIURE (1862-1947) es uno de los artistas más destacados y galardonados del arte español. Resume las tendencias de fin de siglo e inicios del siguiente. Como escultor y pintor ha dejado una extensa obra de gran creatividad y dominio técnico que abarca todos los géneros. Se le valora por su obra conmemorativa y sus bustos, como el de la bailarina francesa Cléo de Merode, un puente hacia el Modernismo. c) La pintura. Está representada por varias tendencias sucesivas:
La pintura romántica es el principal campo de expresión, junto al literario, del Romanticismo. Lo exótico, lo pasional, las costumbres y el folclore tradicional que tanto interesaban al Romanticismo se podían encontrar dentro de una España atrasada. El Romanticismo desarrolló tres campos principales: - La pintura de historia ha dejado obras de gran calidad. Muestra episodios de nuestro pasado inspirados en la literatura y con una finalidad patriótica y del culto a la heroicidad. Se caracteriza por un perfecto dibujo y un colorido variado y natural. Las obras son de de gran teatralidad, realizadas en grandes lienzos horizontales, de gran expresividad y fidelidad por estar muy documentados tanto los rasgos físicos y psicológicos de los protagonistas como su entorno. Los figuras y obras más destacadas son: Antonio Gisbert, autor del célebre Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la playa de Málaga encargado por Sagasta, durante la Restauración como ejemplo de defensa de las libertades; Eduardo Rosales que pintó El testamento de Isabel la Católica y Francisco Pradilla, con La rendición de Granada y Doña Juana la Loca. La pintura de “casacón” es una variante en pequeño formato de la pintura de la historia de gran éxito en la época. Representa escenas del S. XVIII, de temas anecdóticos, amables e intrascendentes dirigidos al gusto burgués. Los personajes representados llevan peluquines y casacas de la época de ahí el nombre de esta corriente. Aparecen reflejados con gran maestría todos los detalles, sedas y encajes. La Vicaría de Mariano Fortuny es una de las obras maestras de este género.
- El paisajismo surge como un género nuevo en el romanticismo, independiente y al aire libre. Esta tendencia estuvo fomentada por la literatura, la fotografía y el
desarrollo del ferrocarril que facilitaba los desplazamientos. El paisaje transmite un estado espiritual ya que se eligen paisajes que emocionan. Carlos de Haes, pintor hispano-belga, es el principal representante de esta corriente y modernizador de la pintura paisajística española; entre sus obras destaca Los Picos de Europa.
- El costumbrismo es un género romántico que refleja las costumbres, tipos y fiestas de las diversas regiones españolas. Destacan dos escuelas: o La andaluza de carácter colorista, amable y sin crítica social. Su principal representante es Federico de Madrazo, también un excelente retratista. o La madrileña, de contenido más sobrio, pesimista y moralizante. Destaca Lucas Velázquez, seguidor de Goya, y Leonardo Alenza. En el costumbrismo catalán, destaca Mariano Fortuny, que tras sus viajes a Marruecos, se convirtió en uno de los grandes pintores orientalistas de Europa
El Realismo pone su interés en los temas sociales de los marginados, como mendigos y presos. Esta tendencia convive con la pintoresca de costumbres y folclore. Destaca Pérez Villaamil y Esquivel.
Impresionismo y Postimpresionismo En el paso del S. XIX al XX nos encontramos a un grupo de pintores que llevan a cabo una modernización de la pintura ligada a la recepción de las novedades que se difunden en París, por donde pasan o se establecen muchos artistas españoles. En España no existe una corriente propiamente impresionista pero si artistas que incorporan elementos impresionistas a sus obras. Los artistas de la cornisa cantábrica y de Cataluña son los que primero asimilan las lecciones del Impresionismo como el asturiano Dario de Regoyos, más cercano al puntillismo por sus pinceladas pequeñas y después los artistas catalanes.
El valenciano JOAQUÍN SOROLLA es el principal representante del Impresionismo y uno de los pintores españoles más internacionales de su tiempo. Sin abandonar nunca el costumbrismo y el realismo social, descubre en su paso por París el tratamiento lumínico de los impresionistas. Creará un estilo propio, llamado luminismo, en el que destaca la plasmación de la luz y el color mediterráneo. Sus temas preferidos son paisajes, temas de playa y costumbres regionales.
En Cataluña, se forma el grupo del Els Quatre Gats en una cervecería barcelonesa donde se reúnen, entre 1989-1903, pintores vinculados al Modernismo e influidos por Toulouse-Lautrec. Todos conocen bien el Impresionismo. Ramón Casas es un hábil retratista y uno de los mejores cartelistas publicitarios de España. Santiago Rusiñol ha sabido captar la intimidad de la vida cotidiana del interior de las casas y patios; en su obra sobresalen los jardines como El Generalife.