El Estanque de Bethesda

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El Estanque de Bethesda Introducción “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas” Hebreos 1:1

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l Todo Poderoso en los tiempos pretéritos dejó un sin número de mensajes a los hijos de Israel para que estos pudieran confirmar su fe y esperanza en ese Dios que jamás habían visto, ni escuchado su voz. En el Evangelio de Juan se encuentra una fascinante narración, la cual está pletórica de enseñanza divina, la historia en cuestión dice así: “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Bethesda, el cual tiene cinco puertas. En esto yacía una multitud de enfermos, ciegos, El Estanque de Bethesda

cojos, y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua, y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado y tomó su lecho y anduvo. Y era sábado aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: es sábado, no te es lícito llevar tu lecho” Juan 5:1 - 10 Jerusalén como todas las ciudades de aquel tiempo, era amurallada, y para entrar había varias puertas y una de ellas la llamaban: “La Puerta de las Ovejas” como leemos en el versículo 2 del capítulo 5 de Juan: “Hay en el

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lugar, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Bethesda”

Bethesda: Se dice que su nombre deriva del idioma arameo beth hesda, que significa "casa de gracia" Según el Diccionario Ilustrado de la Biblia. Bethesda significa casa de la misericordia, era un embalse o piscina con cinco portales, cerca de la puerta de las ovejas o del mercado.

Según la historia Nehemías y Eliasib cuando regresaron de la trasmigración reedificaron esta puerta como se lee: “Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las ovejas…” Nehemías 3:1 Al llamársele al estanque “Bethesda” que traducido quiere decir Casa de la Misericordia encaja el título con los portentosos milagros que acontecían cada año en ese bendito lugar, pues ya leíamos en El Estanque de Bethesda

el Evangelio de Juan que un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese (Juan 5:4) Y esto motivaba que alrededor hubiera una infinidad de diversos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Y de repente en medio de aquella fiesta que los judíos tenían irrumpió en aquel lugar la enigmática figura de un hombre venido de un oscuro pueblo de galilea y se dirigió al enfermo que probablemente tenía más tiempo de estar allí, el cual había visto cuantos se habían zambullido en aquel estanque y se sanaron, y él insistía con la esperanza de un día ser sano, pero sus limitantes se lo impedían: “Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Y al instante aquel hombre fue

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sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era sábado aquel día” Juan 5:6 – 9

Cristo lo visitara en su lecho de miseria y dolor y que lo eligiera a él para sanarlo.

¿Por qué razón Jesús se dirigió al que tenía tanto tiempo de estar en esta situación? Pues había muchos enfermos en ese lugar; lo primero que tenemos que entender es que Dios ha hecho algunos milagros con exclusividad

Seguramente fue causa de conmoción en la ciudad de Jerusalén aquél día cuando el hombre que tenía 38 años de estar atado a aquella dura enfermedad fue liberado, y era sábado aquel día.

Jesucristo mismo lo dejó ver cuando dijo “Y en verdad os digo que muchas viudas habían en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra, pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos habían en Israel en el tiempo de Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Nahaman el sirio” Lucas 4:25 – 27 Igual este paralítico en la casa de la misericordia, en el estanque que estaba en la puerta de las ovejas, nunca se imaginó que

Jesús hizo sanidades muy especiales y exclusivas en el día Santo, Él es soberano y Señor del sábado, y nadie se lo podía ni se lo puede impedir. Otro gran ejemplo es la sanidad que hizo en la sinagoga de Capernaum: “Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado y había una mujer que hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y se enderezó luego, y glorificaba a Dios. Pero el

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principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en sábado dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar, en estos, pues, venid y sed sanados y no en día de sábado. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿No desata en sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham que Satanás había atado dieciocho años ¿No se le debía desatar de esta ligadura en día sábado? Al decir estas cosas se avergonzaban todos sus adversarios, pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él” Lucas 13:10 – 17. Los dogmáticos fariseos no glorificaban a Dios por la sanidad que Jesús hacía en el día Santo, sino que interpretaban que era una violación a aquél día. Pero eso era todo lo contrario, Jesús lo hacía con el fin de engrandecer el santo día de Dios. El hombre que había sido sanado en el estanque de Bethesda, el cual se encontraba ubicado en la puerta de las ovejas seguramente algo estaba pagando por sus pecados y Dios le perdonó sus El Estanque de Bethesda

errores, a juzgar por las palabras que Jesús le dijo cuando lo encontró en el Templo: “Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques mas para que no te venga alguna cosa peor” Juan 5:14. El paralítico sanado reaccionó negativamente contra Cristo: “El hombre se fue, y dio aviso a los judíos que Jesús era el que le había sanado, y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día sábado” Juan 5:15 – 16 Después de todo este hecho literal tan trascendental que seguramente conmovió la ciudad de Jerusalén y todos los que habían venido a la fiesta, ¿Qué quería enseñar Jesucristo en toda esta señal? ¿Por cuantos siglos los judíos habían visto entrar a las ovejas por esa puerta, ser bañadas en ese estanque y luego llevarlas al sacrificio? Y llegó el momento en que Dios trasladó de la sombra a la realidad aquel acontecimiento. Después que la gente quedó conmovida por el gran milagro sucedido en la Puerta de las Ovejas, Jesús expuso una parábola no tan fácil

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de entender para los hijos de Israel: “De cierto, de cierto os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, este es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz, mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta parábola les dijo Jesús; pero ellos no entendieron que era lo que les decía” Juan 10: 1 – 6 Aunque los israelitas estaban acostumbrados a esa movilización de las ovejas introduciéndolas por esa puerta y haciéndolas pasar por el estanque de Bethesda, aun con todo ese ejemplo literal no pudieron entender la parábola del Maestro hasta que: “Volvió, pues, Jesús a decirles: de cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas” Juan 10:7 Jesucristo se identificó como la puerta de las ovejas y también como el pastor de ellas: “Yo soy El Estanque de Bethesda

el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” Juan 10:11. Cuando el Cristo viviente estuvo en la tierra encontró al pueblo desorientado, sin un líder espiritual que lo pudiera conducir al redil, no conocían la puerta por donde entrar al redil de Dios, estaban descarriadas, esparcidas, hambrientas y sedientas: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” Mateo 9:35 – 36. Jerusalén vivía una efervescencia religiosa sin precedentes; las ovejas del Señor deambulaban buscando el agua para quebrantar su sed, no encontraban la puerta del redil del Señor donde podían hallar pasto y agua fresca al extremo que: “En el último y gran día de la fiesta Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” Juan 7:37 Pero la oveja

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como es descerebrada no tiene ni el más mínimo instinto para orientarse, le cuesta encontrar la fuente para quebrantar su sed, así es el hombre, tiene grandes dificultades para encontrar la entrada a la puerta del estanque de Bethesda que es la casa de la misericordia, tipo y figura de la Iglesia del Señor, bien está escrito que: “…la casa de Dios es la Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” 1 Timoteo 3:15 donde hay abundante pasto y refrescante agua para calmar la sed. Dios le dice a su Iglesia: “Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada” Cantares 4:12 Es una fuente alimentada por el río de Dios “Y toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren estos ríos vivirá…” Ezequiel 47:9

Estando Jerusalén en esa problemática religiosa, pululaban por las calles tantos falsos profetas que pretendían señalar el camino a las ovejas del Señor

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Por ello Jesús les dice en la parábola de Juan 10: “Todos los que antes de mi vinieron ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas” Juan 10:8 Habían intentado entrar al redil por otro lugar que no era la puerta como él mismo lo dice en la parábola: “El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte ese es ladrón y salteador” Juan 10:1 Todos los religiosos de ese tiempo se habían enriquecido a costo de la necesidad espiritual de aquellas almas que cansadas, sedientas y hambrientas buscaban consuelo, por ello: “entrando él en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, diciéndoles: escrito está: mi casa es casa de oración, mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” Lucas 19:45 – 47. Muchos se habían levantado pretendiendo ser el Mesías salvador de Israel, tal es el caso de los que se mencionan en el libro de los Hechos: “Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A este se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él

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fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Después de este, se levantó Judas el galileo, en los días del Censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él y todos los que le obedecían fueron dispersados” Hechos 5:36 – 37. Y a esto hay que agregar que los hipócritas sacerdotes y doctores de la ley se habían apoderado de las ovejas del Señor, comiéndose la gorda y destrozaban la perniquebrada, como dice el profeta: “Apacenté, pues, las ovejas de la matanza, esto es a los pobres del rebaño. Y tomé para mi dos cayados, al uno puse por nombre gracia, y al otro ataduras, y apacenté las ovejas” Zacarías 11:7 y agrega el verso 17: “¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Y caiga la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido” “Guía ciegos” les dijo Jesús a los pastores de Israel, no entendieron las profecías, por lo tanto alimentaron mal el rebaño del Señor; les habían cerrado la puerta para entrar al redil: “Mas El Estanque de Bethesda

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! Porque cerráis el Reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros ni dejáis entrar a los que están entrando” Mateo 23:13. La lucha espiritual fue tan dura que Jesús dijo en la parábola de Juan 10: “De cierto, de cierto os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, este es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz y a sus ovejas llama por nombre y las saca. Y cuando las ha sacado, todas las propias, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” Juan 10:1 – 4 En aquellos efervescentes momentos religiosos había un remante de Israel en los desiertos de Judea, en los oscuros lugares de galilea y en las riberas del Lago que esperaban al Mesías, y no creían en los Caifás y Anás detestando su opulencia e hipocresía religiosa, Dios había puesto un portero a cuidar el redil, su rebaño, y este señalaría la puerta para que entraran las

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ovejas, y el cuidador del remanente era Juan El Bautista, y fue Juan quien le entregó las ovejas al buen pastor. El Bautista Juan le señaló a las ovejas cual era la puerta por donde podían entrar y sustentar la sed de la que tanto estaban padeciendo las ovejas de Israel, de hecho que la presencia de Juan el Bautista en el desierto causó conmoción a los vanidosos sacerdotes que disfrutaban del glorioso lujo del templo que Herodes el Grande por asuntos políticos había reconstruido. Juan el Bautista era la antítesis de los sacerdotes del Templo, mientras los Caifás y los Anás, usaban el Urim y el Tumin, la mitra labrada, el bautista Juan vestía un grueso cuello de camello, quemado por los perpendiculares rayos del sol que bañan el desierto. Juan El Bautista fue sacerdote y profeta, recuerde que era hijo de sacerdote, su padre se llamó Zacarías, siendo del linaje de Abías, quien estando oficiando en su turno quedó mudo por un tiempo por la incredulidad de que Elizabeth su mujer iba a dar a luz a un hijo. Fue al polvoriento sacerdote desierto a El Estanque de del Bethesda quien Dios le encomendó que cuidara las ovejas de

iba a dar a luz a un hijo. Fue al polvoriento sacerdote del desierto a quien Dios le encomendó que cuidara las ovejas de su prado y se las entregara al verdadero pastor cuando apareciera en las riberas del Jordán bautizándose.

Y este cuadro lo vemos bien claro en los siguientes versos: “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿tu quien eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Quién pues? ¿Eres tu Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quien eres? Para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías” Juan 1:19 – 23. El Bautista Juan era el que cuidaba las ovejas del remanente Santo, era el portero quien abriría la entrada a las

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ovejas, era el hombre que identificaría la puerta y el pastor a la vez; todos los que antes habían venido eran pretenciosos, Caifás y Anás solo lucían el pectoral y el Ephod, lujosas prendas que delante de Dios ya no tenían valor. Y llegó el momento en que Juan le entregó las ovejas a Jesús: “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí dijo; He aquí el Cordero de Dios. Le oyeron hablar sus dos discípulos, y siguieron a Jesús. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es Maestro) ¿Dónde moras? Les dijo: Venid y ved, fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquél día porque era como la hora décima (4:00 p.m.) Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que había oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: hemos hallado al Mesías que traducido es El Cristo” Juan 1:35 – 40. Esta fue la introducción al ministerio de Jesús, Juan hizo el trabajo, él abrió la puerta de las ovejas, y la El Estanque de Bethesda

gran puerta es Jesús, nadie puede entrar por otro lado al Reino de Dios, y el que lo intente se convierte en ladrón y salteador.

Horario de Reuniones Miércoles y Viernes de 5:50 a 6:50 p.m. Sábados de 8:00 a.m. a 10:00 a.m. y de 3:00 a 5:00 p.m.

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