El Heredero del Imperio Azteca

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Historia del arte e Imperio Azteca: la evidencia de las esculturas1 Emily UMBERGER Arizona State University [email protected] Recibido: 15 de mar

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“El Heredero del Imperio Azteca” Un Documento Insólito El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra Platón

Guillermo III Grau de Moctezuma Gran Tlatoani del Anahuac

Autor: Dr. Héctor Bermúdez Ruiz

Estaba plácidamente recostado en la cama de mi cuarto en el Hotel Miguel de Cervantes en la ciudad de Alcalá de Henares cuando a mi movil llego un mensaje, deje de leer un libro sobre la reconquista de España escrito por la española Maria Lara Martínez, lo había adquirido en la feria del libro que se llevaba a cabo en esta ciudad histórica en donde recien habían galardonado a un paisano con el premio Cervantes, al insigne escritor Fernando del Paso, lo puse sobre el buro, abri el correo y comente con mi esposa, ya me mando la maestra la traducción del artículo, ella me entendió, estaba al tanto de que un documento escrito en francés que se refería a los herederos del Imperio Azteca lo había dado a traducción antes de salir de viaje y esperaba que en cualquier momento me lo entregaran.



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Lo recibí el seis de mayo de este año y la traductora, la Sra. Rosa Durán Gili, maestra de Francés, mujer de lindas facciones, de dulce hablar y refinado comportamiento, madre de un periodista y monero destacado, entrada ya en la octava década de la vida y paciente mia, por teléfono me hacía este señalamiento, doctor…. “A medida que avanzo en la traducción, hizo una pausa, oí que respiro profundo y reanudo su elocución, por cierto, le comento con pena que voy despacio, el escrito no esta muy claro, algunas letras o frases están semiborradas y no logro distinguirlas bien, mi vista esta deficiente por razones obvias, sin embargo doctor, quiero decirle que estoy muy contenta por haberme dado la oportunidad de traducirlo, estoy como usted, igualmente emocionada por la importancia del mismo, usted no me comentó de donde le rescató, ya se lo preguntaré mas tarde pero creo, continuó hablando pausadamente, es un artículo por demás interesante, escrito hace más de cuatro décadas, nunca me hubiese imaginado que hoy en día existan herederos directos del Imperio Azteca”, yo oía atento, cuando termino de hablar le dije que no se preocupara, que estaría de viaje y que a mi regreso volveríamos a platicar, agradecio mi comprensión y me despedí. El impacto emocional que estos comentarios producían fue brutal, decidí finalmente traducirlo después del escrito que hice sobre Cáceres de Isabel de Moctezuma, lógicamente pense, podría darme material para complementar la información obtenida sobre este tan importante personaje, pero no, este artículo, escrito por un periodista o escritor francés de nombre Pierre Sourbes, me permite ahondar más sobre algunos aspectos que sucedieron alrededor de la conquista del Imperio Azteca y de su Emperador Moctezuma II, y bien vale la pena hacer todo un escrito sobre el mismo. Al hacerme de este documento hace aproximadamente 25 años, supe de la importancia del mismo, me refiero a un capítulo que habla sobre “El Heredero del Imperio Azteca”, con lo poco o muy poco que conocía y conozco del idioma francés logre deducir de que se trataba, me sorprendio y lo archivé, no sin antes haberlo comentado con mis compañeros de trabajo a mi regreso de París en donde lo compre en una de las tantas librerias callejeras que se ponen a un lado del río Sena. Quizás, no lo recuerdo, me dije que lo traduciría en cualquier momento. Era un solo capítulo de un libro (así parecía), el escrito no señala a



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que libro pertenecía, solo viene el nombre del autor y las páginas de tal a tal y punto, no era original sino una copia, una verdadera joya, creo que pague por el 15 o 20 francos. Por aquellos años ya había hecho un diplomado en la UNAM sobre arquitectura colonial del Siglo XVI en México y, ya había dado quizás, alguna plática sobre este tema y lo que significó el sincretismo o la resultante de la comunión de las culturas Europea y Mexica, de ahí, la importancia que para mi representaba este hallazgo o documento histórico. He buscado la referencia en Internet por el nombre del autor o de éste y el nombre del artículo y no he tenido éxito, sin embargo, hace dos o tres días encontre un libro editado por Alfaguara que se llama “Ese príncipe que fui” que habla precisamente de esto, del Heredero del Imperio Azteca, el autor de este libro da al actor principal o central de la misma un trato de oportunista, timador fraudalento e impostor, usurpando un lugar que no le corresponde, finalmente cuestiona si es realmente un prinicipe........ salió a la venta el año pasado, puede ser que sea un libro producto de investigación, su autor es Jordi Soler, ha escrito una decena de libros. Incluyo una microbiografía de este: Jordi Soler nació en 1963 en la comunidad de La Portuguesa, cerca de Yanga, en Veracruz México. De manera paralela a sus novelas ha escrito columnas en diarios y revistas (La Jornada, Reforma, El País, y las revistas Letras Libres y EP Semanal). De 2000 a 2003 se desempeñó como agregado cultural en la Embajada de México en Dublín, Irlanda. Actualmente escribe su siguiente novela. Vive en Barcelona, la ciudad que abandonó su familia después de la guerra civil migrando a México. Su novela “El Príncipe que fui” la promueve de esta forma: Esta es la crónica de la estirpe del último emperador azteca, o bien, es el relato de un monumental engaño urdido por un pícaro del siglo XXI. Tal vez es las dos cosas al mismo tiempo, ya que la Historia ofrece a menudo las suficientes grietas como para que por ellas se filtre la invención. En el siglo XVI, una hija de Moctezuma es raptada por un noble español que la lleva hasta un pueblo remoto del Pirineo. Allí nacerá un niño, origen de una enloquecida familia vinculada a un tesoro que, según cuenta la leyenda, fue enterrado por la



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princesa en tierras catalanas. La búsqueda de ese tesoro conduce al narrador hasta un personaje inverosímil, Kiko Grau, quien, aprovechando su condición de heredero del imperio azteca, se introduce en la alta burguesía de Barcelona. Entre el delirio, la picaresca y la responsabilidad histórica que le impone su origen, Su Alteza Imperial triunfa en la España franquista estafando a todos aquellos que anhelan añadir a su nombre un título nobiliario que los avale socialmente. Por absurdo que sea el título. Por falso que sea el reconocimiento que conlleve. Ese príncipe que fui, es la deslumbrante narración de la vida frenética de Federico de Grau Moctezuma, de sus glorias y de sus fracasos, de su afán de ostentación, de su afición a la fiesta y al alcohol, de su ascenso y su caída, y de su oscuro retiro en un pueblo mexicano cuyos habitantes son los únicos que reconocen sus nexos con la realeza prehispánica. Queda claro que Jordi Soler es un escritor serio y leeré con atención y gusto este libro, sin embargo, de acuerdo a lo referido por Pierre Sourbes la personalidad de Guillermo III Grau Moctezuma “Gran Tlatoani del Anáhuac” esta bien fundamentada, este es fundador de la Universidad internacional "Moctezuma", que fomenta y recompensa las iniciativas que ponen en valor la cultura precolombina, nunca demostró interés en buscar beneficios para el o su familia. Pericles, en algún momento de su muy interesante vida como estratega militar dijo: “Cada uno de nuestros ciudadanos, en todas las vertientes de su vida, es capaz de mostrarse a sí mismo como el correcto dueño y señor de su propia persona, y hacerlo, además, con gracia y versatilidad excepcionales”. Debemos tener presente algo que es irrefutable, se puede verificar “un hecho, no una interpretación”. «La historia no se repite». El físico puede decir, en presente condicional: «si hiciera esto, sucedería aquello», y puede verificar de inmediato la validez de su hipótesis, lo convierte en un hecho refutable. Por el contrario, si el historiador dice (en pasado condicional): «si se hubiera hecho esto, hubiera sucedido aquello», nada le permite probarlo. La literatura histórica corriente ha constituido, a lo largo de los siglos, en un galimatías (confusión o desorden) peligroso. Es el caso de más de un best-seller.



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Voltaire con su habitual ironía denuncia no sólo las fábulas aceptadas todavía por los hombres de su tiempo, sino también el gusto por las anécdotas históricas, les llamaba las «bagatelas ilustres» y condena, después de haber leído, según dice, cuatro mil descripciones de batallas y algunos centenares de tratados sobre la historia diplomática y militar pura: «En el fondo me quedaba igual que antes... sólo me enteraba de acontecimientos». «Para hacer revivir el pasado lo que necesitamos no es una ciencia, sino documentos y nuestra experiencia como escritor», esto es lo que representa, a mi juicio, el escrito de Pierre Sourbes, desde luego no quiere decir que la Historia no sea una Ciencia, desde luego que lo es. Definición de género literario: Novela Histórica: Es un subgénero narrativo propio de romanticismo en el siglo XIX, su argumento está basado, como su nombre lo indica, en hechos o personajes históricos. Novela de aventuras” los hechos inventados predominan sobre la historia, el otro extremo es la “Historia Novelada”, en ella los hechos históricos predominan claramente sobre los ficticios, el autor conforma un texto de tal forma que la historia se convierte en sólo un pretexto para exponer teorías o documentos. Aún no leemos “Ese Príncipe que fui”, no sabría clasificar, si estoy en la capacidad de hacerlo, a que genero pertenece. No quiero juzgar ni criticar lo escrito por Jordi Soler, no, de ninguna manera, me merece mi más profundo respeto, pero por la forma en que maneja el contexto de este libro, lo convierte en un verdadero drama, en una tragicomedia al estilo más puro de Esquilo o de Eurípides, esto es, no se como interpretar la historia del personaje central de su novela tal como el lo describe. Este personaje, con sus virtudes o defectos merece, de acuerdo al escrito o investigación realizada por Pierre Sourbes, todo nuestro respeto, hecha por tierra lo que piensan los escépticos o bien, aquellos que, sobre una sobreinventiva propia de todo aquel que escribe cuentos, basado en diálogos no reales puesto que no vivieron el momento histórico de sus protagonistas, inventan momentos de picardía extrema o dramáticos sobre un hecho real,



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que, como en este caso representa por un lado la existencia de un Imperio, el Azteca, por otro lado, la existencia de múltiples personajes que históricamente existieron, me refiero a Moctezuma II, a Isabel de Moctezuma, a Pedro Grau Gallegos, a Hernan Cortes y sus Hijos, a Pizarro, a la Malitzin y muchos más que conformaron nuestra raza de bronce, la quinta raza o la raza cósmica en el concepto de Vasconselos. A esta raza es a la que pertenecemos, debemos de estar profundamente orgullosos de nuestra cultura primigenia, todo lo que a este tema compete debe, por razones obvias, interesarnos. Esta es la razón esencial o el objetivo de este escrito. Vayamos pues a ver que nos dice Pierre Sourbes. EL HEREDERO DEL IMPERIO AZTECA. Uno no espera encontrar lo insólito en este insólito principado de Andorra en el que florecen al mismo tiempo el folklore medieval, el comercio de transistores y rasuradoras eléctricas y muchas cosas más. Pero uno no deja de sorprenderse al descubrir en la puerta de un inmueble una placa con un blasón que se refiere a la Cancillería de la corona Azteca. El transeúnte divertido tiene tendencia en ese momento, a evocar a los personajes locos que se creen Napoleón ¿Un descendiente de Moctezuma? ¿Porqué no de Amenofis IV o de Constantino VII Porfirogeneta?, sin embargo, no debería sonreír, si su paseo, en vez de haberlo realizado en Andorra lo hubiese hecho en Washington, que no está considerada como un principado de opereta como Andorra, habría podido encontrar caminando por cualquier avenida o calle a este mismo pretendiente a la corona Azteca en lugares comunes que nada tienen que ver con

una

evocación fantasiosa. Departamento de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica: Una declaración del 9 de agosto de 1968, bajo el Folio N° 2099, reconoce la calidad de soberano exiliado por parte de los Estados Unidos al Ciudadano Guillermo III Grau de Moctezuma así como

sus descendientes. Esta

constancia, le reconoce el rango de Ministro Plenipotenciario como representante diplomático. Este embajador reside en Bell Air en Texas, y es, según dicen, amigo personal del presidente Nixon.



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Existe, pues, y es sin duda un descendiente de Moctezuma, su filiación y sus derechos han sido reconocidos. Ya es hora de decir que se llama S.A.L.R. Príncipe Guillermo III de Grau Moctezuma, detenta el título de *Gran Tlatoani del Anáhuac, lo que significa "Señor de Señores del Anáhuac" o más exactamente "Confederación del Anáhuac, era, se sabe, la designación del imperio de Moctezuma en lengua azteca. *p. 7 N. del T. Grau: nombre cooficial en Asutriaco del consejo español de grado. El príncipe pretendiente también hace aparecer como sus ancestros un sobrenombre simbólico en su estado civil, el de NEXLICALZIN que quiere decir el que renace de sus cenizas...... y es bendecido por los papas. Es poco probable que nos lo encontremos en Andorra, donde la cancillería oficial no se ha instalado más para no atentar contra la soberanía territorial de España, o mejor dicho, a Barcelona, donde su mansión particular suntuosa alberga sus pertenencias personales y su secretaría. Uno no se siente transportado a un museo precolombino para nada. Sus oficinas podrían ser las de cualquier rico barcelonés, propietario de terrenos, promotor inmobiliario, y jefe de relaciones públicas de una empresa industrial de la ciudad. Ya que estas son, en lo civil las cualidades del hombre que ahí mora. En lo que a este respecta, no se parece en nada a un indio escapado de un libro escolar ilustrado. Alto, tiene la tez blanca, los rasgos redondos, ojos azules, el pelo castaño claro y la frente muy despejada; tiene su bigote delgado y no aparenta su edad: nació en 1917. No tiene nada, tampoco, del conspirador empecinado en hacer "complots" para apoderarse del poder por medio de uno de los golpes contra el estado, según la opinión pública. Este soberano en el exilio, reconocido como tal por una de las potencias mundiales, no tiene ni la intención, ni el deseo de ceñir la corona

turquesa del imperio azteca

desaparecido. Tampoco pretende resucitar en alguna secta esotérica el culto de la serpiente emplumada. Sus ambiciones se circunscriben en el campo militar

y

humanitario;

se

limitan

a

trabajar

para

el

acercamiento

hispanoamericano en el ámbito de la civilización, en la difusión y el conocimiento de la cultura precolombina. Para ello, el príncipe GrauMoctezuma, es el fundador de la universidad internacional " Moctezuma", que



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fomenta y recompensa las iniciativas que ponen en valor la cultura precolombina,

es

auditor

en

la

UNESCO.

Estos

testimonios

están

materializados en la condecoración del orden de la corona Azteca, de la que el es príncipe, naturalmente el Gran Maestro, recibió la bendición especial de los papas Pio XII y de Juan XXIII. Esta prueba de deferencia de parte de los soberanos Pontífices bastaría por ella misma para alejar toda sospecha de culto anti-cristiano, no fuese más que en un sentido folklórico. El príncipe de Grau-Moctezuma es, en efecto, un católico ferviente y convencido, entre sus títulos y distinciones se encuentran, especialmente, los del Prior de la Orden del Templo y de la Orden Real de los Hospitalarios de España. Victoria sobre los incrédulos. Una infinidad de diplomas y medallas cuentan los archivos de su secretaria privada: Diploma de la Legión Panamericana, del Consejo Supremo de las Organizaciones Indígenas de México, están al lado de una medalla de oro conferida por Eisenhower, una medalla de la policía canadiense, el Premio Dag Hammershold, el Gran Premio humanitario de Francia, y muchos más. También se encuentran entre estos expedientes, custodiados por la princesa de San Jorge, jefe de la Secretaría política y particular, la declaración del gobierno Español que clasifica en el patrimonio nacional el libro de Armas, verificado y admitido por los expertos heráldicos de Europa.

Esta

homologación terminó hace unos 10 años con una campaña violenta contra el príncipe

por

un

periódico

madrileño

que

pretendía

que

este

personaje usurpaba un estado civil y otros títulos a los que no tenía derecho. El príncipe Grau-Moctezuma resultó gloriosamente victorioso de este asalto ya que, no solamente sus adversarios fueron derrotados, sino que además en esta ocasión, las verificaciones que se efectuaron tanto por parte del ministerio español de seguridad,

como por expertos, llegaron a la conclusión de la

certeza constatable de su filiación, desde hacía cuatrocientos años, desde la " noche triste", esta noche trágica en la que pereció, (así se creía), la dinastía de Moctezuma. ¿Cómo y porqué un ciudadano español puede ser el descendiente legítimo del emperador Moctezuma? ¿Y sobretodo el que pretende los derechos (morales) a la corona de México?



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En derecho, esta legitimidad proviene de la ley misma del país interesado, y en lo que respecta a la soberanía, de la ley de sucesión. En estás circunstancias, el imperio Azteca que Cortés debía destruir estaba regido por una ley de sucesión, promulgada en 1466 por Moctezuma I. I. Según esta ley, el trono recaía en el primogénito de los hijos del Emperador y la Emperatriz. 2.- En su defecto, en el primogénito del Emperador y de la Reina. 3.- En su defecto, si no había descendiente, en el primogénito de la primera concubina y este. Pero también, y quizás sobretodo, la ley especificaba que los herederos, quienes fueran, no tenían derecho a la sucesión en caso de “Lesa Majestad” o ataque a la soberanía del imperio. El Emperador Moctezuma II, vencido por Cortés, tenía en efecto, tres hijos legítimos, es decir, tres de la Emperatriz, un hijo y dos hijas, que nombraremos, para facilitar su entendimiento, con sus nombres de bautismo español: el príncipe Pedro y las princesas María e Isabel, según su edad. El heredero de la corona (o por lo menos, del titulo de pretendiente) era pues sin controversia alguna el primogénito de sus herederos legítimos, es decir el príncipe Pedro. Pero este príncipe, cuando llegó a su mayoría de edad en 1531, renunció solemnemente a todos sus derechos en favor de la corona de Castilla, recibió en cambio una pensión y el título de Conde de Moctezuma. Este acto caracterizaba la Soberanía del Imperio. La ley misma y los derechos sucesorios pasaron al segundo de los hijos legítimos, es decir a la princesa María- Esta es ancestro del actual "príncipe pretendiente” doceavo de la descendencia a partir de la hija de Moctezuma una corona protegida por los derechos de Aragón. Estos son los fundamentos estrictamente jurídicos de la legitimidad de pretendiente a la corona turquesa. Hay que apuntar además un ultimo punto de derecho. ¿Cómo es que la corona de España ( quien por su lado podría pretender tener asegurados los derechos sucesesorios al trono de México) puede permitir que se manifieste una reivindicación a estos mismos derechos, sin ahogarla en su inicio, de un modo o de otro? Ya que desde 1536, prácticamente el día siguiente a la expedición de Cortés, la princesa María afirmaba su calidad de soberana. La respuesta es sencilla: es que la conquista, aunque proveniendo de tierra española, estaba protegida por el



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estatus especial de Aragón y Cataluña, los "fueros de Aragón". Los caprichos de la epopeya de los indios occidentales la habrían conducido a su casa dominguera (primitiva salvaje) del norte de Cataluña Toloriú, cerca de la Seu d'Urgell. Si su odisea la hubiera llevado a una tierra castellana, no habría probablemente habido nunca un pretendiente reconocido al trono de Moctezuma. Un conquistador clandestino Aquí es donde las nociones jurídicas más puras dan lugar a los hechos, mucho más fríos de la conquista de México y de la caída de una civilización extraordinaria. La leyenda a envuelto de tal modo al conquistador, que es imposible separarlo de los hechos. Pero estos hechos, por si mismos, revisten una dimensión legendaria. Del lado español, la historia empieza por un conquistador clandestino. Entre aquellos que embarcaron con Hernán Cortés, se encuentra en efecto, cierto Pedro Gallego, o Pedro el gallego. Pues bien, no es gallego y no tiene ningún derecho a participar en la expedición, que es una empresa exclusivamente castellana en la que los extranjeros están excluidos. Pedro gallego es, en efecto, un catalán, súbdito del reino de Aragón. No costó mucho imaginar su seudónimo de gallego, que le sirvió de pasaporte. Se llama en realidad Pedro de Grau. Es Señor del valle de gallego, un valle vecino de Andorra, donde se encuentra la casa solariega de Toloriú. El compañero de Cortés no tenía el temperamento ni las intenciones de los imperialistas. Así que no se sabe de cierto nada sobre los detalles de las operaciones hasta el día trágico de la muerte de Moctezuma II, de la retirada de Tenochtitlán y de la batalla nocturna que ha quedado en la historia bajo el nombre de la " Noche Triste". Ni siquiera se sabe cuantos hijos tenía el Emperador, ni cuantos hijos, ni cuantas esposas, ni cuantas concubinas, Hernán Cortés, aventurero, no entendió nada, con toda seguridad del régimen matrimonial de los emperadores del Anáhuac ¿Cuál era la diferencia entre la Emperatriz y la primera esposa? ¿entre las esposas y las concubinas?. Quizás si hubiera tenido tiempo de examinar esta situación, la hubiera entendido. Pero nunca tuvo tiempo de detenerse en ello. Cuando, el 30 de junio 1520, se presentó ante el emperador prisionero, le dio la orden, bajo pena de muerte de seguirlo en su retirada, Moctezuma respondió



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"Tengo un hijo y dos hijas legítimas. Tómelos como rehenes. Pero no me inflija tal humillación (ultraje). Un capitán abusivo. En su informe, Cortés continúa después: "Me llevé un hijo y dos hijas de Moctezuma". Durante la Noche Triste, según los cronistas, se menciona que 450 españoles perecieron así como 4000 indios, entre los que se encontraban los hijos de Moctezuma. Es cierto que los tres hijos legítimos de Moctezuma estaban vivos muchos años después de "la Noche Triste". ¿Entonces, Cortés, en las prisas, se equivocó de hijos y se llevó los que encontró primero? ¿Los príncipes legítimos escaparon a la masacre? Pero, en este caso, ¿Porqué los cronistas afirman que los hijos de Moctezuma perecieron? Y uno puede preguntarse quiénes murieron en esa noche. Y si Cortés, al no haber podido llevarse a ningún rehén de la familia imperial, inventó tranquilamente, sin remordimiento este detalle en su informe. La princesa que venía del sol. El periodo que le sigue a la "Noche Triste" no está más iluminado que la noche misma. Pero, diez años más tarde, entre los primeros conquistadores de México, que regresaron a España con Martín Cortés, hijo de Hernán Cortés, se encuentra nuestro conquistador clandestino, Pedro Gallego quien al regresar a su valle pirinaico, vuelve a recuperar su verdadero nombre Pedro de GrauGallego. No regresa solo como un héroe de canción de Gesta, conquistó el corazón de una princesa lejana. Se había casado con la más joven de las hijas de Moctezuma II, Telicuatzin, bautizada como Isabel. Y la joven pareja está acompañada, además, por la primogénita de las princesas aztecas, Xipaguazin, bautizada como María. La novela continúa: la princesa María no tarda en casarse con el primo del conquistador, el noble caballero Juan de Grau, barón de Toloriú. Hoy en día, todavía algunas murallas grises y carcomidas cubiertas de nieve alrededor de un pueblo arcaico y triste, son el escenario en el que la joven princesa que venía del sol iba a consumirse rápidamente. El 10 de enero de 1537, la princesa María se apagaba, en la casa solariega, helada, y enterrada bajo la nieve. Su tumba se depositó al pie del altar de la pobre Iglesia de San Jaime en presencia de algunos campesinos sorprendidos y en total silencio ( hay que decir que hoy en día, el valle en el que se acurruca y vegeta Toloriú es prácticamente inaccesible en invierno). En



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este lugar perdido, esta princesa se casó con un noble campesino, se consumió de soledad y aburrimiento, sin embargo, había asumido su posición de princesa y había asegurado la continuidad de la dinastía a la que pertenecía. Unos meses antes de su muerte, el 5 de mayo de 1536, había dado a luz a un hijo cuyo nombre y titulo se inscribieron al día siguiente, en el registro de la parroquia por mosén Bernat Pallares, rector y notario de Toloriú: "Bauticé en dicha parroquia de San Jaime al príncipe Juan Pedro Jaime, nacido el 5 de mayo de este año, hijo legítimo del príncipe Juan Grau y de su esposa, la princesa María Moctezuma de México, los abuelos paternos reunidos: el Noble Juan Grau y Angelina Rio, los abuelos maternos, el Emperador de México Moctezuma y María Miaguachuchil, dama de Tula. El testamento pirináico Unos días después, ante el mismo rector y notario de la parroquia, la princesa María redactaba el testamento siguiente: "Me es grato hacer saber solemnemente para la posteridad, en virtud de las leyes y costumbres de la monarquía azteca, la transmisión de los derechos a la corona del imperio de México Tenochtitlán a ti, hijo mío muy amado, Príncipe Juan. El que fue mi hermano Don Pedro, habiendo renunciado a causa de diversas circunstancias, es a ti a quien incumbe legítimamente la corona....." La ley de sucesión justo hemos visto data de 1466. La renuncia del hijo primogénito de Moctezuma, Tohua Licahuatzin, llamado Pedro, de 1531, y esta fuera de toda duda que esta acta de 1536 establece la legitimidad del linaje proveniente de la princesa María, ya que surgió sin interrupción hasta el pretendiente actual. Además, el príncipe heredero, Pedro, renovaba su renuncia es su testamento fechado en 1576, acompañándolo de todas las circunstancias y firmantes, afirmando que si hubiera otros nuevos mundos, los abandonaría en favor de la corona de Castilla de buen corazón. De todos modos, excluida de la sucesión por la ley azteca misma, la descendencia de este mismo príncipe Pedro, se extinguió desde hace mucho tiempo. También desde 1775, la descendencia del conquistador Grau Gallego y de la princesa Isabel, se había extinguido. Los títulos y derechos de esta misma se pasaron en aquel entonces, al príncipe Gil de Grau Moctezuma, uno de los ascendientes directos del actual pretendiente a la corona de México.



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(Emperador Moctezuma Xocokotzin (Ï1520) Emperatriz Miaguachuchil. Príncipe Tohualicahualzin (Pedro) Renuncia a sus derechos 1531. Cada invierno en Toloriú

Este nido de cornejas, desolado, en la loma de los Pirineos, es en donde una princesa exhausta, antes de morir, enarboló la bandera del Imperio Azteca. Toloriú quiere ignorarlo. Si algunos pueblerinos viejos parecen recordar que la tumba de un personaje importante estaba, tiempo atrás, en la Iglesia San Jaime, miradas enojadas hacen que se haga el silencio. ¿Una princesa? No, no se sabe, ya nadie se acuerda. Las puertas y las casas están cerradas, aquí no se habla mucho y mucho menos

se habla en voz alta a los (escasos)

extranjeros que pasan por ahí. Y nunca de la Iglesia San Jaime.

Un día los feroces parroquianos lapidaron a su cura en Toloriu y al obispo de la Seu de U'rgell, se quedo la parroquia sin rector por trescientos años; en otra ocasión, la Iglesia fue profanada: era la guerra civil y la tumba de la infortunada princesa María y de su hijo Juan fueron destruidas. No es bueno hablar de esas cosas. Sin embargo, los dos primos Grau, yernos del Emperador Moctezuma, dueños de este valle dejaron bastantes huellas: la mitad de la población se llama Grau



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aquí, incluso el tonto del pueblo que tiene su ropa constelada de corcholatas de coca cola, ostenta el apellido Grau, pero nadie sabe nada. Solo se sabe que cada invierno gente venida de Barcelona, o de Andorra, o de otra parte llegan a pronunciar discursos ante una placa que se encuentra en la iglesia. Esta placa, el Príncipe Guillermo III de Grau Moctezuma la construyó en efecto, hace unos años para sustituir la placa que estaba en la tumba de su antesesora princesa María. Y cada año, el 10 de enero, bajo la nieve, Guillermo III llega al valle perdido para saludar la memoria de la hija de Moctezuma.

Al leer el escrito de Pierre Sourbes, queda aclarada y repito, bien fundamentada la personalidad del Príncipe Grau Moctezuma como el “Gran Tlatoani heredero de la Corona del Imperio Azteca”, reconocida y avalada por los Gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, de España y Francia, sin dejar de señalar, todos los reconocimientos que este personaje, por demas interesante recibió durante su vida, sin embargo, y en esto estoy totalmente de acuerdo con Jordi Soler, la historia escrita y los quinientos años transcurridos a partir de la conquista, permite tal como lo dice Jordi Soler grietas profundas, imposibles de explorar para poder saber, efectivamente, que fue lo que sucedió o, hasta donde la verdad se diluye suavemente y se ensambla, de esta misma forma, con la fantasía….



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Recuerdo, para dar un ejemplo, la primera página de la biografía de Gabriel García Marquez (Una vida en papel), manifiesta con toda honestidad que cuando uno tiene ya decidido hacer su biografia, debe de poner todo aquello que recuerde, quizás, en estos recuerdos puedan haber inconsistencias pero, si así cree el autor que fue su vida y le gusta, aunque no este apegada a la verdad, debe ponerlas porque al fin y al cabo asi las recuerda o quizo así, de alguna forma, vivirla, esto es, genera uno su propia historia. Tlacaelel y Ahuitzol destruyeron manuscritos y codices sobre el origen de los Aztecas y dijeron, que los pueblos cuando están en la cúspide deben de construir su propia historia para que ésta sea recordada saecula saeculorum. Muchos años después de la conquista se elaboró el Códice Buturini en donde se narra la historia del origen de los Aztecas a partir de Aztlan, su migración y su largo caminar durante 100 años hasta llegar al lugar sagrado que sus dioses les habían señalado, algo que resulta increíble pero en fín, se generó una verdad histórica que es la que se nos ha dado a conocer desde nuestros años primarios y así se ha quedado. En fin, los invito a que saquen sus propias conclusiones, igualmente, a que profundisen en el tema y no dejen de leer el libro “Ese Principe que Fui” como lo hare yo. El tema es interesante. No lo creen. Después lo comentaremos. Héctor Bermúdez Ruiz Romero de Terrero 209-103 Colonia del Valle. Benito Juárez. CP: 03100

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