El internet de las cosas

& la cuarta revolución industrial Si cuando escuchas el término Internet de las cosas piensas en un tostador conectado a la red y no te explicas cuál será su utilidad, no estás solo. El ritmo con el que los avances tecnológicos surgen y se consolidan se ha acelerado a tal velocidad que es fácil para quienes somos simples espectadores y usuarios finales perdernos en el laberinto de conceptos y palabras de moda. Aunque la Internet Society advierte que no existe una definición universal para este concepto, lo delimita como un escenario en el que la conectividad y las capacidades de cómputo son extendidas a los objetos, sensores y elementos cotidianos que normalmente no serían considerados computadoras, “permitiendo que estos dispositivos generen, intercambien y consuman datos con la mínima intervención humana”. En términos simples, la idea es dotar de un alma digital a un objeto que hasta ahora solía ser análogo o desconectado de la red.

Si bien esta noción de un mundo interconectado no es nueva, es hasta nuestros días que la tecnología comienza a hacer posible que se vislumbre como una realidad.

Se espera que en 2016 haya unos 6,400 millones de dispositivos conectados y que esa cifra alcance los 26,000 millones para 2020.

El acceso a internet de banda ancha, así como la reducción en los costos de conexión y de los sensores ha permitido un abaratamiento en la tecnología y propiciado la proliferación de dispositivos de diversa naturaleza, desde los domésticos (como un refrigerador o una cerradura), hasta los industriales (como un generador en una planta hidroeléctrica). Para 2020, de acuerdo con cifras de la firma de investigación y consultoría tecnológica Gartner, se espera que en 2016 haya unos 6,400 millones de dispositivos conectados y que esa cifra alcance los 26,000 millones para 2020 (aunque hay quienes incluso hablan de hasta 100,000 millones). Esa gigantesca red implicará conexiones entre personas-personas, personas-máquinas y máquinas-máquinas.

Conexión persona - persona El smartphone es el ejemplo más claro de dispostivos que pueden comunicarse de forma automática con otros equipos pero además habilitan la comunicación entre personas.

Conexión persona - máquina El auge del aprendizaje informático y la inteligencia artificial permitirá que un bot (una pieza de software programada para comportarse como un ser humano) pueda interactuar con las personas. Facebook ya hace pruebas con esa tecnología.

Conexión máquina - máquina Un coche autónomo o un brazo robotizado en una fábrica, por ejemplo, pueden reportar sobre una falla a una computadora central programada para reaccionar en consecuencia.

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Expectativas

A pesar de que ya hay miles de millones de objetos conectados, la realidad es que apenas estamos en los albores de la era del IoT. Según el Hype Cycle de Gartner, (una especie de termómetro desarrollado por la consultora para ayudar a distinguir las tecnologías que reciben una atención desmedida), esta tendencia no se consolidará sino hasta dentro de 5 a 10 años.

Análisis avanzado con auto-entrega Vehículos automatizados Internet de las cosas Traducción Aprendizaje de máquinas Portables Criptomonedas

Consejeros inteligentes Centros de microdatos

Impresión 3D personal Q&A en lenguage natural

Neuronegocios Biochips

Seguridad de software Datos de ciudadanos

Hogar conectado

Robots inteligentes

Seguridad digital Asistencia personal virtual

Computación híbrida en la nube Impresión 3D industrial

Realidad aumentada Realidad virtual Intercambio de criptomonedas

Vehículos autónomos de campo Vehículos autónomos de campo

Polvo Inteligente

Detonador de innovación

Cima de las expectativas

Menos de 2 años

Valle de la desilusión

De 2 a 5 años

Pendiente de entendimiento

De 5 a 10 años

Etapa de productividad

Más de 10 años

Lo que este gráfico explica, es que justo acabamos de pasar la “cima de las expectativas infladas”, y estamos por entrar al “valle de la desilusión”, un proceso natural que deben seguir las tecnologías disruptivas. No será sino hasta dentro de un lustro que empecemos a encontrar un beneficio masivo a esta tendencia.

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Una revolución invisible

El IoT no sólo forma parte de lo que se ha denominado la Cuarta Revolución Industrial, sino que es uno de sus pilares y su habilitador. Ha sido Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza (además fundador de la Schwab Foundation for Social Entrepreneurship), quien ha delineado con más claridad la noción de este nuevo parteaguas en la historia moderna. Parafraseando, Schwab dice que la primera revolución industrial llegó a finales del siglo XVIII con la máquina de vapor. La segunda surgió en el siglo XIX con la división del trabajo y la energía eléctrica, y la tercera revolución se dio en los años 60 del siglo pasado con el cómputo digital y la producción automatizada. Finalmente, la cuarta se caracteriza “por una fusión de tecnologías que borran las líneas entre las esferas físicas, digitales y biológicas. Al igual que las que le precedieron, la Cuarta Revolución Industrial plantea oportunidades económicas sin precedentes. La consultora McKinsey Global Institute publicó un análisis del impacto potencial del IoT en los diferentes sectores, y espera que para 2025, éste alcance entre 4 y 11 billones de dólares. McKinsey ubicó nueve áreas que otorgan un panorama integral del impacto potencial de $3.9 trillones a 11.1 trillones por año en 2025:

Lugar de trabajo Optimización de operaciones, salud & seguridad $160B -930B

Fábricas Operaciones & optimización del equipo $1.2T - 3.7T

Exterior Logística & navegación $560B -850T

Humano Salud & ejrcicio $170B -1.6T

Vehículos Vehículos automatizados & mantenimiento $260B -740B

Hogar Automatización de tareas & seguridad $200B - 350B

Tienda Pago automatizado $410B -1.2T

Ciudad Salud pública & transporte $930B -1.7T

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Oficina Seguridad & energia $70B -150B

Como puede verse, la manufactura será la gran ganadora del IoT, con una generación de entre 1.2 y 3.7 trillones de dólares, seguida de las ciudades, la salud y las ventas minoristas. La consultora señala que aunque ya hay industrias que usan el IoT, desaprovechan la mayor parte de los datos generados: “Sólo 1% de los datos de un pozo petrolero con 30,000 sensores es analizado. Esos datos son usados para la detección y control de anomalías, no para la optimización y predicción, que generan mayor valor.” Por último, McKinsey cree que las mayores beneficiadas de un mundo conectado serán las economías en desarrollo, “pues son las que encontrarán un mayor valor en su uso”.

La manufactura será la gran ganadora del IoT, con una generación de entre 1.2 y 3.7 trillones de dólares, seguida de las ciudades, la salud y las ventas minoristas.

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Las PyMEs también tendrán su momento

Hasta ahora pareciera que las únicas beneficiadas de esta ola tecnológica serán las industrias pesadas, pero la pequeña y mediana empresa también sentirá el impacto positivo. Un análisis elaborado por American Express encontró dos grandes beneficios que los pequeños negocios pueden recibir del IoT: contar con operaciones más eficientes en tiempo real y encontrar nuevas oportunidades de negocio que no habían considerado antes. Al igual que con muchas de las otras tendencias tecnológicas que ya vemos como una realidad, las Pymes ya no necesitan contar con un robusto departamento de TI que les ayude a comprender y adoptar las nuevas herramientas, muchas de ellas ya están disponibles como servicios individuales a través de grandes compañías. En caso de que los pequeños negocios necesiten razones para comenzar a considerar adoptar una estrategia para el internet de las cosas, Microsoft ofrece diez de ellas:

1. Pueden empezar con lo que tienes. No hace falta que inviertan en tecnología de punta, basta con comprender con qué recursos se cuenta.

2. Es posible aprovechar más de tus activos tecnológicos ya existentes. Puedes conectarlos utilizando diversas plataformas (Microsoft ofrece la suya), subir tu información a la nube y lograr que tus activos puedan trabajar entre ellos, Sólo necesitas guía profesional para aprovechar mejor tus recursos.

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3. Realizar pequeños cambios lleva a un gran impacto. “Identifica un proceso, línea de producto o sucursal que te importe y enfócate en hacer cambios pequeños”, aconseja la empresa.

4. Mejorar la eficiencia. “Para 2018, el costo de ser propietario de un negocio se reducirá 30% gracias a las máquinas inteligentes y los servicios industrializados.”

5. Se podrá conectar cualquier activo. La llegada de nuevos protocolos de interoperabilidad permitirá que objetos que antes no eran inteligentes ahora lo sean.

6. El IoT habilita la innovación. Los datos obtenidos de los aparatos conectados llevarán a un mejor entendimiento del negocio y el descubrimiento de nuevas oportunidades.

7. Aumenta la agilidad. La analítica de datos permitirá reaccionar con mayor velocidad ante la competencia.

8. Permite escalar. Una operación más eficiente y transparente abre la puerta al crecimiento del negocio.

9. Da la oportunidad de revolucionar el propio negocio. “Los datos son sólo ceros y unos, pero puedes traducirlos para que jueguen a tu favor y generen nuevas fuentes de ingresos y modelos de negocio”.

10. La competencia podría ya estar haciéndolo.

En el mundo PyMe ya hay pequeñas empresas que están comenzando a usar este entorno a su favor. Un ejemplo palpable se encuentra en la industria de la agricultura. Las soluciones telemáticas de Topcon Positioning Systems, empresa mediana de nuevo cuño, especializada en la medición, permite realizar un seguimiento de sus máquinas y actuar sobre los datos en tiempo real. El IoT permite el análisis en tiempo real de estos puntos, que crean respuestas automáticas para maquinaria agrícola ayudando a optimizar y aumentar el rendimiento de los cultivos de estación a estación.

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Infraestructura, el reto

Ahora bien, aún hay mucho que hacer para alcanzar el potencial antes mencionado. A pesar de que muchos de los aparatos conectados requieren de muy poco ancho de banda para funcionar, el mundo no está listo para manejar miles de millones de conexiones más, especialmente cuando se trata de operaciones de misión crítica, como autos conectados, dispositivos médicos o maquinaria industrial. El internet de las cosas fue uno de los temas dominantes en el Mobile World Congress de Barcelona este año. Quizá el mayor pendiente que tiene la industria es la falta de estándares que permita la consolidación de protocolos de comunicación entre máquinas, pero sobre todo que facilite el despliegue de una red confiable y veloz. Esa red será la 5G, de la que compañías como AT&T y Verizon ya empiezan a probar en algunas partes del mundo pero que no será una realidad sino hasta 2020, justo a tiempo para las predicciones de Gartner de las que hablábamos al principio.

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A pesar de que ya hay miles de millones de objetos conectados, la realidad es que apenas estamos en los albores de la era del Internet de las Cosas.

Pero no hay que esperar cuatro años para ver una red del IoT en acción. Sigfox es una empresa francesa dedicada al internet de las cosas que ya ha desplegado una red inalámbrica que se especializa en la comunicación con millones de dispositivos de baja potencia que no requieren de grandes flujos de datos y cubierto con ella prácticamente la totalidad de las áreas urbanas de España y Francia, así como la ciudad de San Francisco, California. Para saber cuán relevante es la labor de Sigfox, basta ver la inversión de más de 150 millones de dólares hecha a la empresa por otros gigantes como Samsung, Intel y Telefónica. Pero no todo tiene que ver con las grandes empresas: PyMEs como la tuya pueden empezar a capitalizar sus productos y creatividad futura con esta realidad en mente. Si bien no es una realidad presente, en el futuro cercano se transformará también la forma de hacer negocios, idear productos y mecanismos de distribución (qué decir de la publicidad y productos de comunicación) gracias al internet de las cosas. Al final, una última reflexión de Schwab permite poner las cosas en perspectiva: “El cambio de la simple digitalización a la innovación basada en la combinación de tecnologías está forzando a las empresas a reexaminar la forma en que hacen negocios. Sin embargo, el resultado final es el mismo: los líderes de los negocios necesitan entender su ambiente cambiante, desafiar las convenciones de sus equipos operativos y continuar innovando.”

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