El misterio de la meditación

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Author:  Diego Luna Casado

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El misterio de la meditación Antes de empezar La mayoría de las personas pueden efectuar con éxito ejercicios aeróbicos o de entrenamiento muscular sin saber nada de anatomía o sin comprender en absoluto lo que están haciendo o porqué. Desgraciadamente (o, quizás, afortunadamente), esto no es así con respecto al yoga y la meditación. Sin saber exactamente la naturaleza de estos procesos es imposible realizarlos adecuadamente y, por tanto, la meditación puede no ser correcta.

La meditación es la práctica más elevada del yoga (¡esto no quiere decir que sea difícil!). Realmente, muy pocas personas pueden meditar debido principalmente a dos razones: -Muy pocas personas saben lo que es exactamente la meditación. -Menos aún tienen la suficiente voluntad para practicar (falta de motivación)

No todo el que permanece quieto con los ojos cerrados esta meditando. La meditación es una ciencia delicada y no puede practicarse en completa ignorancia. Solo quienes la estudian con una seria motivación interior pueden practicarla con éxito. Hay que tener presente que la meditación, especialmente en las primeras etapas, debe tener un objeto. Sin objeto sobre el que meditar no hay meditación. El objeto de meditación más simple es un objeto físico (un punto, un dibujo geométrico, una bola, etc.). En etapas más avanzadas los objetos de meditación se vuelven más sutiles: – imágenes mentales creadas a voluntad, – una afirmación, – un problema que precisa solución, – un sentimiento, – un pensamiento,

– una idea, – una energía sutil, – un estado de conciencia, etc. En este caso, la palabra “objeto” se refiere a cualquiera de éstos ejemplos.

Aquí hay que destacar que el sujeto debe percibir muy bien el objeto de meditación. En otras palabras, el objeto debe poseer una realidad objetiva o subjetiva clara. Una idea definida con vaguedad no puede funcionar como objeto de meditación. El sujeto (el practicante de la meditación) debe ser capaz de “apoderarse” de una de las principales características del objeto, al menos, si no de todas ellas.

Etapas en la meditación La perenne sabiduría tradicional nos enseña que para entrar en el estado de meditación hay que seguir ciertos pasos definidos. Nadie puede entrar en meditación sin seguir estos pasos. Las etapas son: Dharana – concentración mental Dhyana – meditación Samadhi – identificación gozosa

En la Tradición Occidental estas tres etapas se denominan “consideratio” (consideración), “contemplatio” (contemplación) y “raptus” (rapto). Cada etapa, una vez dominada, conduce de forma natural hacia la siguiente.

Dharana – Concentración Mental La mente puede escoger La mente humana recibe información del mundo exterior continuamente, a través de las cinco “puertas” de los sentidos: olfato, gusto, vista, oído y tacto. En un momento determinado, de toda la información recibida a través de un sentido concreto, la mente puede seleccionar solo aquello que sea de su interés. Esta selección se realiza concentrando la atención sobre una información concreta e ignorando otros datos no relevantes.

Cuanto más se concentre la atención sobre un sentido concreto, más aumentará la cantidad de información recibida a través de ese sentido, y la información que venga a través de los otros sentidos se volverá “menos importante” e incluso será completamente ignorada por la mente.

Una característica especial de la mente humana es la capacidad de concentrar la atención sobre el mundo interior de sentimientos, pensamientos e ideas. Más aún, la mente humana puede concentrarse incluso sobre el sí mismo esencial —este hecho es de una importancia fundamental porque crea la posibilidad de controlar la mente.

Esta facultad de la mente humana de modificar a voluntad la orientación de la atención consciente es el mecanismo básico de la concentración mental (dharana).

Definiendo el concepto “Concentrarse” significa reunir en el centro, recoger, centrar. La concentración mental (dharana) quiere decir concentrar la mente sobre un objeto único sin permitir (a la mente) que se fije en otro objeto durante un determinado periodo de tiempo. El opuesto de la concentración es la dispersión, el esparcimiento. En este caso, la mente descontrolada salta de un objeto a otro sin fijarse en nada. Por desgracia, hoy en día, esta es la condición mental de la mayoría de las personas.

La teoría de la percepción del yoga

Cuando se percibe un objeto externo (artha), la mente “adopta la forma” de ese objeto. Esto se denomina vritti. La mente como vritti es, por tanto, una representación interna del objeto externo. El objeto inicial se denomina “objeto grosero” y la impresión mental es el “objeto sutil”. Pero además del objeto sutil, hay otro aspecto de la mente que es “lo que percibe”.

Por tanto, la mente tiene dos aspectos: vritti (lo conocido) y el perceptor (lo que conoce).

Puesto que la mente es así “transformada” en la forma del objeto percibido, la mente que medita en una Deidad, por ejemplo, se transforma con el tiempo y a través de la concentración continuada en algo similar a esa Deidad; se vuelve tan pura y poderosa como esa Deidad. Este es el principio fundamental de la adoración.

La mente es movimiento “Dharana” quiere decir “sujetar la mente”. La Sabiduría Intemporal considera que “la mente”, tal como la conocemos, es solo un flujo perpetuo de patrones mentales (vrittis), de acuerdo a ciertas leyes concretas. El tren de patrones psíquicos tiene una contracorriente de emociones, reforzada por la correspondientes respuestas fisiológicas.

Ciertamente, la mente es movimiento. La mente es como el viento: el viento es aire en movimiento; cuando este movimiento se detiene, el aire aún esta ahí, pero el viento desaparece. El producto mental que permanece cuando los patrones psíquicos (vrittis) se detienen es lo que se denomina citta. Cuando los patrones psíquicos (vrittis) se detienen, la mente desaparece: se entra en un estado de no-mente. No-mente (que significa en realidad “más allá de la mente”) es el estado más elevado de creatividad e intuición espiritual.

Patañjali define el yoga como sigue: yoga [es] citta vritti nirodha. Yoga Sutra, I.21 Es decir, yoga es la detención gradual (nirodha) de los vrittis (patrones mentales) de citta. Este sutra contiene toda la esencia del yoga y el secreto de la concentración mental.

Quizás, la ignorancia y los prejuicios pueden hacerte creer que no puedes concentrar la mente. ¡Esto no es cierto! Todo el mundo puede concentrarse, incluso profundamente, sobre un objeto que sea realmente interesante para esa persona.

La cuestión es: ¿este tipo de concentración es la concentración del yoga? Incluso aunque pueda proporcionarte valiosas pistas sobre el estado real de dharana (concentración mental), esto no es lo que en yoga se entiende por concentración.

Centramiento intencional Dharana significa ser capaz de centrar la mente a voluntad y mantenerla centrada durante largos periodos de tiempo sobre un objeto, incluso si tal objeto no despierta de forma natural nuestra curiosidad.

¡No forzar! Para entrenarse uno mismo en dharana, la regla más importante es: no forzarla mente a permanecer centrada. La mente es como un mono loco: cuanto más se intenta calmarlo por la fuerza y hacer que permanezca en un lugar concreto, más se resistirá a ello, haciendo exactamente lo opuesto: saltar incluso más locamente de un lugar a otro. Por tanto, hay que empezar a centrar la mente sobre el objeto escogido con mucha suavidad y cuando salte a otro objeto sencillamente hacerla regresar calmada y pacientemente, con humor y compasión por la falta de disciplina. Si surge la ira provocada por este salto mental continuo, solo aumentará la tendencia de la mente hacia la dispersión.

El estado ideal La concentración mental perfecta implica enfocar completamente todo el potencial de la atención —sin utilizar fuerza mental o tensión nerviosa alguna— sobre el objeto escogido durante un periodo definido de tiempo, no permitiendo en absoluto la dispersión mental2. Este estado es análogo al enfoque de la luz solar a través de una lente: los rayos de luz se reúnen en un pequeño punto, lo cual aumenta enormemente su poder.

Aquí, el elemento del tiempo es muy importante: si la luz se concentra perfectamente pero este estado dura muy poco tiempo, nada puede acontecer. El punto de enfoque de la luz a debe mantenerse un cierto tiempo de forma continuada—solo hasta que aparezcan los efectos (por ejemplo, el encendido de un trozo de madera). De forma similar, dharana debe mantenerse un cierto periodo de tiempo: solo hasta que la concentración inicia el proceso de resonancia con la energía cósmica correspondiente y la consecuente transferencia de esa energía hacia tu ser. La energía conlleva sentimientos e información relacionada con el objeto de concentración.

Como empezar Siéntate en una postura confortable con la columna y la nuca en línea recta y vertical. Cierra los ojos y sigue los siguientes pasos: • Relájate completamente de forma rápida y profunda. Recorre mentalmente todo su cuerpo y elimina todas las tensiones. • Respira calmada y pacíficamente. • Vuelve la atención hacia tu interior (mirada introvertida) y desconéctate de factores externos molestos (ruidos, etc.); • Empieza por apartar la mente de cualquier pensamiento que surja (como resultado de la actividad sensorial) mediante un breve pero determinado esfuerzo para parar el pensamiento discursivo; • Concentra la mente (dharana) sobre el objeto de tu elección. Examinemos dharana con mayor detalle.

Vacía tu mente de todo pensamiento llevando el objeto escogido ante el ojo interno de la mente. No permitas que la mente se fije en otro objeto o pensamiento.

Si esto sucede, calmada y pacientemente enfoca de nuevo la mente en el objeto. Esto es lo único que supuestamente hay que hacer durante dharana: mantener la mente centrada en el objeto. ¡Se consciente de toda fuerza o tensión! Permanece en calma, abierto y favorablemente dispuesto hacia la concentración.

No hacer nada La concentración mental es un proceso estático: durante la concentración la mente se “congela”, el pensamiento se detiene, la actividad mental se suspende (se refiere siempre a la actividad mental voluntaria). El único movimiento mental debe ser llevar con suavidad la mente hacia el objeto escogido cada vez que salta. La concentración mental puede describirse como “no hacer nada”. Hay que comprender que no se trata de un estado perezoso, sino de “solo sentarse” con un propósito. Durante dharana, la mente es como un espejo: la única actividad es reflejar el objeto.

“Durante la concentración (dharana), la mente es como el cristal pulido que adopta el color del objeto sobre el cual se coloca” Yoga Sutra I.416

Aprender a percibir Considera cuidadosamente el objeto de concentración: acércate a él con asombro y curiosidad infantil, como si no supieses nada sobre él (¿realmente conocemos algo importante sobre los objetos del mundo externo?). No te aproximes al objeto racional o intelectualmente; en su lugar capta su esencia solo con los sentidos o incluso solo con el instinto. Explora el objeto de forma no verbal, en un estado de alerta pasiva, sin propósito, sin preocupación, con curiosidad infantil, con puro asombro. Solo estas tu y el objeto; nada se espera de ti, todo se espera del objeto. Por consiguiente, siéntate en un estado de expectación eufórica continuada, en el más elevado estado de alerta. Esto es muy importante. Déjate absorber en y por el objeto.

No intentes definirlo, juzgarlo o comprenderlo, solo considera el objeto con curiosidad, como si lo estuvieses contemplando por primera vez. Solo el

hecho de no poder definir exactamente el objeto y de no entenderlo racionalmente, te abre hacia él y crea el estado de receptividad mental en el cual la intuición (“no-mente” o “superconciencia”, como también se denomina) puede empezar a funcionar.

Haciéndolo así descubrirás enseguida que los objetos que te rodean poseen miles de significados (esto surge como destellos o flashes de intuición). Normalmente pasamos por alto estos significados.

Cada cosa esta así repleta de un fascinante y maravilloso misterio que empezarás a captar gradualmente; todo se sostiene gracias a una energía invisible que empezarás a sentir y a controlar sin esfuerzo.

La concentración mental (dharana) es una forma de iniciar el proceso de resonancia y afinamiento de las energías cósmicas sutiles de las cuales el objeto de concentración es solo una manifestación visible. No intentes acelerar este proceso: permite que se inicie por si mismo cuando sea oportuno.

En este acercamiento, el conocimiento viene del objeto, no del sujeto (del practicante). La concentración permanece residente, en contemplación hiperatenta, como un gato esperando que el ratón abandone su escondite: lo imprevisto puede suceder en cualquier momento.

Todo comienzo es difícil Al principio, es probable que descubras que el ejercicio fracasa lamentablemente. Acéptalo como un hecho perfectamente normal. Ten en cuenta que en yoga no hay esfuerzos perdidos; en otras palabras, todo esfuerzo traerá su resultado en el momento oportuno. Ninguno de tus fracasos es un trabajo perdido. Tal como dice el sabio: “El barro es tan valioso como la flor de loto que alimenta”.

Cada intento fracasado es en realidad un paso hacia el éxito porque la concentración mental, igual que la meditación, posee un efecto acumulativo que aparece no solo por hacerlo “bien”, sino también por trabajar consistentemente.

Domar la mente Al principio, la mente tiene muy poca estabilidad; encontrarás el objeto y seguidamente lo perderás muy rápidamente. La mente vagabundea por todas partes.

Tras cierto periodo de práctica, surge en la mente suficiente estabilidad como para que la atención permanezca enfocada sobre el objeto de forma ininterrumpida durante cortos periodos de tiempo (diez o quince segundos, quizá mas)

Más adelante, el grado de estabilidad mental se acrecienta aún más; la mente puede permanecer constantemente centrada sobre el objeto con un razonable buen nivel de estabilidad e incluso, ocasionalmente, dejar de vagabundear.

Entonces surge un estado en el que la mente no pierde el objeto, porque se ha logrado el poder de concentración. Ahora debe efectuarse un esfuerzo sostenido para aumentar la claridad mental. Tras ello, la mente alcanzará un tremendo poder. Con solo un mínimo esfuerzo se centrará sobre el objeto y permanecerá en él sin esfuerzo tanto tiempo como se desee.

Cuando se alcanza este estado, la mente se convierte en un instrumento extremadamente sensible apto para desarrollar cualquier tipo de meditación.

Es como montar sobre un caballo salvaje. Ciertamente, en los primeros intentos te caerás al suelo. Pero si perseveras lo suficiente, eventualmente tendrás éxito y con el tiempo el caballo se convertirá en tu amigo íntimo y obedecerá tus órdenes incluso sin El misterio de la meditación necesidad de ser pronunciadas. En esta analogía, el caballo salvaje es tu mente y la concentración es la doma y entrenamiento del caballo. A este respecto, la continuidad es lo importante.

Dhyana – el estado de meditación “Dhyana (meditación per se) es el flujo continuado de procesos mentales hacia el objeto (de meditación)”. Yoga Sutra III.27

“Dhyana es un flujo continuado de reflexión (es decir, “como en un espejo”) con respecto a la realidad esencial del objeto (de meditación)”. Ratnatika, (texto tántrico)

El láser mental Dhyana es un flujo de la mente sin esfuerzo, dirigido espontáneamente hacia el objeto. Dhyana (meditación) es un proceso dinámico: mientras sucede, los procesos mentales (pensamientos, ideas, etc.) giran alrededor del objeto de meditación, efectuando asociaciones libres relacionadas solo con ese objeto concreto. Durante la meditación la actividad de la mente logra una tremenda intensidad dinámica y, eventualmente, se convierte en algo similar a un rayo láser de pensamiento concentrado.

“Un intelecto inquebrantable, una mente impasible que no puede distraerse con nada y que se halla libre del pensamiento discursivo —esto es, el estado de dhyana. Esta adoración es idéntica a la absorción (en Shiva) que nace del ardor místico”. Texto tántrico

Superimposición dinámica

Dhyana (meditación) se superimpone sobre dharana (concentración mental). En otras palabras, la concentración mental permanece durante todo el período de meditación. El propósito de tal concentración es “mantener el objeto delante del ojo mental”, por así decir; se trata de un proceso estático. La meditación tiene lugar a un nivel mental elevado e implica cierta dinámica de la mente.

El principio básico Hay una ley mental que dice que si un pensamiento prevalece, todos los demás pensamientos tenderán gradualmente a someterse ante el dominante. Este es el principio básico de la meditación. El pensamiento dominante esta creado por la concentración y el movimiento de la mente alrededor de ese pensamiento concreto es la meditación.

Uno conduce a otro La concentración y la meditación, aunque parecen muy próximas, sin embargo son fenómenos distintos. Si logras una buena concentración, ella te conducirá de forma automática a la meditación, porque en yoga cada paso, cuando se ejecuta perfectamente, proporciona la clave para el siguiente. No fuerces, no intentes acelerar el proceso de pasar de la concentración a la meditación. Surgirá de forma natural tras un cierto periodo de práctica. Recuerda que el genio posee una paciencia infinita.

Se por tanto paciente y te convertirá en un genio a través de la práctica de la meditación. Comparativamente, la mente es como una persona en sueño profundo; la concentración es empezar a despertarla y la meditación es despertarla completamente y ponerla a funcionar.

Cómo empezar 1. El primer paso en dhyana (meditación) es dharana (concentración mental). Durante algún tiempo, este será el único paso que podrás dar para meditar. A través de la paciencia y de la práctica incesante, descubrirás de forma gradual por medio de la experiencia personal como iniciar y liberar el siguiente paso. Ten esto en cuenta: a un nivel profundo, nadie puede realmente ayudarte a meditar, excepto tu mismo, aplicando la información tradicional revelada sobre este asunto.

2. El siguiente paso es éste: mientras se mantiene el estado mental de dharana (concentración), sal de él y permite que tus pensamientos se muevan con libertad con objeto de hacer conexiones y asociaciones. No creas que debes hacer algo para ello: solo permanece mentalmente alerta y se consciente de la transición espontánea y sin esfuerzo de la quieta reflexión (dharana) al pensamiento dinámico (dhyana).

Descubrirás ahora que tu mente no salta ya al azar sino que, a un nivel inferior, dharana (concentración) se mantendrá casi sin esfuerzo y, a un nivel superior, los pensamientos empezarán a moverse solo alrededor del objeto. Esto es dhyana (meditación).

Al principio, probablemente no durará mucho el movimiento de la mente alrededor del objeto. Los pensamientos empezarán a moverse sobre el objeto en destellos, luego cesarán, permaneciendo solo la concentración. Tras un tiempo, se sucederán nuevos destellos de pensamiento; después cesarán, y así sucesivamente. Esto es lo normal al comienzo. Esto significa que tu mente adormilada comienza a despertar y cae de nuevo en el sueño. Tras algún tiempo de práctica, los periodos de movimiento mental se volverán más y más largos, llegando finalmente a un movimiento mental ontinuado. Entonces alcanzarás el auténtico estado de meditación (dhyana).

Es preciso aquí ser consciente de que ese “movimiento”, en este contexto, tiene un connotación especial. Generalmente, cuando pensamos sobre algo que se mueve, lo concebimos como un movimiento en el tiempo. Esto no es cierto en el caso del movimiento mental meditativo; lo que sucede en realidad es un destello de conciencia que no tiene lugar en el tiempo, porque es una manifestación de la simultaneidad intemporal de la conciencia.

Meditación es vivir AQUÍ y AHORA; es una tremenda experiencia con un poder ilimitado que puede cambiar tu vida completamente y dar un nuevo curso a tu destino. La meditación es un estado de conciencia superior y, por tanto, no puede comprenderse completamente mientras no sea experimentado.

El auténtico objetivo Ten en cuenta esta importante cuestión: meditar no quiere decir relajar el cuerpo, curar

enfermedades o liberarse de la fatiga o el estrés, como algunos “meditadores” pregonan. Es perfectamente cierto que la meditación puede conseguir todo esto e incluso mucho más, más allá de la imaginación más exacerbada, pero solo como un efecto secundario. El auténtico objetivo de la meditación es alcanzar conocimiento, comprensión y sabiduría. El genuino objetivo es la gnosis (en griego, “conocimiento”) que no es un simple conocimiento de las cosas, sino más bien una penetración espiritual en su naturaleza esencial.

Samadhi – identificación gozosa Hemos visto que dhyana (meditación) es el flujo continuo de procesos mentales hacia el objeto de meditación. Este proceso lleva gradualmente a la identificación gozosa (interpenetración del objeto de meditación con el auténtico ser del practicante). Este es el estado mas elevado, denominado samadhi. En samadhi la mente asume la naturaleza del objeto de concentración y se vuelve una con él, de forma continua y con exclusión de otros objetos.

Perderse a si mismo En samadhi solo permanece la conciencia del objeto, como si desapareciese la conciencia de individualidad8. En realidad, la individualidad del practicante no desaparece (¡sería imposible!), pero la conciencia del practicante se identifica gozosamente con el objeto de meditación. En samadhi, la mente y la conciencia del yogui se vuelven uno con el objeto.

Ya no hay más conciencia de funcionamiento mental (la mente entra aparentemente en un estado de vacío o vaciedad). No hay más conciencia de individualidad personal, en el sentido de sentirse separado del objeto. Ahora, el practicante experimenta que no hay separación entre “objeto” y “yo”. Tal dicotomía es ahora imposible.

“Así como un grano de sal se disuelve en el agua y se convierte en uno con ella, durante el estado de samadhi se produce una unión similar entre mente y atman (el sí mismo supremo)” Hatha Yoga Pradipika, IV, 59

“El estado de equilibrio, unión del si mismo esencial (atman) y el si mismo cósmico (paramatman), se denomina samadhi, del cual sólo el sí mismo es consciente, pues está mas allá de las palabras” Hatha Yoga Pradipika, IV, 7, 32 10

“[Samadhi es] esa forma de dhyana en la que no hay “aqui” ni “no aqui”, en la que hay iluminación y quietud como si se tratase de un gran océano, y que es el Gran Vacío (shunya) en si mismo” Kularnava Tantra, IX, 9

El triángulo de la meditación Durante dhyana existe conciencia del conocedor (el que practica la meditación), lo conocido (el objeto de meditación) y el conocimiento que surge en la mente acerca del objeto de meditación. Los tres son distintos.

El triángulo se absorbe en un punto En samadhi, conocedor, conocido y conocimiento se funden, se mezclan uno con otro, se vuelven uno.

Samadhi es un conocimiento intuitivo relativo a lo que se halla presente, es la inmediatez de la experiencia repetitiva, la no intermediatividad de la percepción. Esto quiere decir que aquí la percepción se lleva a cabo sin utilizar los canales intermediarios (por ejemplo, los sentidos, la mente o el intelecto), y por eso la experiencia se concibe como una identidad.

Samadhi es un estado de identidad no diferenciada con el objeto a conocer, una inmersión desapegada en su significado. En este estado, el yogui experimenta un estado de conciencia en el que percibe la no diferenciación del substrato único de todas las cosas, seres y mundos. Se descubre la parte que es el todo; cada unidad se halla presente en todas las demás; todo es parte de la totalidad de la cual el experimentador representa una personificación.

El yogui que ha completado este proceso es capaz de reconocer la subyacente y, en esencia, visible realidad de la Consciencia Cósmica que compone el estatus más íntimo de todos los objetos aparentemente finitos.

Ahora, la tríada de conocedor, conocido y proceso de conocimiento se ha trascendido. El conocedor (el yogui en samadhi) se aparta del objeto y regresa a si mismo.

Haciendo esto, crea una situación en la cual el objeto de conocimiento es el conocedor mismo, y el proceso de conocimiento es también sencillamente el conocedor mismo. Este estado se describe a veces como “vacío” o “vaciedad” (shunya) a causa del contraste con la aparente totalidad objetiva (representada por la dualidad objeto- sujeto) que lo precede.

Es un proceso de eliminación progresiva de los atributos y características externas del objeto de meditación hasta que el yogui se queda simplemente con la pura esencia existencial del objeto.

El proceso de descubrimiento del substrato único no diferenciado de todo lo que existe es la principal característica del logro de la liberación e iluminación espiritual. Ya no se muestran los objetos finitos como estructuras limitadas y separadas; en su lugar, la Conciencia, fuera de la cual todas las cosas son compuestos, emerge y se visualiza como la auténtica Realidad de los objetos percibidos.

“Él, que posee este conocimiento (es decir, que el Universo es idéntico al Sí Mismo) considera el mundo como un juego (divino), y permaneciendo siempre en unidad (con la Conciencia Universal) es, sin lugar a dudas, un liberado en vida (jivanmukta).” Spanda Karika II, 5

Se produce una transformación radical en la percepción del mundo exterior. El contenido de la

entrada consciente en samadhi es ananda —gozo inexpresable. El practicante penetra la conciencia más profunda de lo Supremo. La realidad del samadhi debe experimentarse personalmente. No es suficiente hablar sobre ella o tratar de imaginarla (¡sería imposible, en cualquier caso!). La realidad de esta afirmación sin la experimentación directa es solo una parte de la verdad.

Samyama – la absorción meditativa Samyama significa efectuar al mismo tiempo dharana (concentración), dhyana (meditación) y samadhi (identificación)11.

“El dominio del samyama proporciona la luz del conocimiento trascendental” Yoga Sutra III.512

Dharana es el estacionamiento de la mente en un punto. Dhyana es la absorción continuada y gradual de la mente en el objeto. Samadhi es la inmersión completa de la mente en el objeto. Los tres se hallan inseparablemente unidos: de dharana a samadhi hay un proceso continuo, cuyo propósito es la asimilación del objeto, igual que se asimila la comida que se come. En samyama, se penetra el objeto y se es consciente de su esencia mediante un conocimiento de identidad (prajña).

En samyama tiene lugar una expansión de la conciencia sin esfuerzo. En este estado aprendemos a desplegarnos hacia fuera como en un firmamento de paz y tranquilidad, y luego, en la profundidad de ese espacio, permitimos que surja por sí mismo el conocimiento del objeto, como si fuésemos el objeto mismo.

Contemplar la película Para comprender samyama fácilmente, podemos compararlo con una película en movimiento.

Supongamos que podemos detener la película en un fotograma concreto (una exposición única) que

muestre a los protagonistas. De esta forma se puede estudiar la escena inmóvil tanto como se quiera . Este estado corresponde a dharana (concentración)

Luego dejamos que se inicie nuevamente el movimiento de la película. Somos ahora capaces de seguir la imagen que hemos estudiado durante la parada, ver la conexión de esa imagen con la acción de la película e integrar dicha imagen en el flujo continuo de la acción. Este estado corresponde a dhyana (meditación).

Siguiendo la acción de la película, participamos emocionalmente, nos identificamos con lo que sucede (nos sentimos tristes si es una tragedia, reímos si es una comedia, etc.) Esta identificación se corresponde con el inicio del samadhi.

Una nueva forma de conocer En samyama, el practicante descubre que la corriente de pensamiento se carga con una emoción beatífica y armoniosa. El yogui no solo “ve” el objeto de samyama, sino que también lo “siente” con una extraña intensidad, como si ahora absorbiese el objeto o como si fuese absorbido por él. El yogui se sumerge, a un nivel sutil, en la realidad del objeto, como si la realidad del objeto se hubiese mezclado con su propia esencia. Esto es samyama, el método más completo para lograr el conocimiento intuitivo (“intuir” quiere decir “entrar, colocarse uno mismo en el interior”).

Unas notas sobre el estado de samyama

La inocencia conduce a la identificación desapegada con el objeto a través de la absorción.

La aspiración para alcanzar la Realidad se encuentra más allá de las limitaciones del ego; te conviertes en canal de manifestación de esa Realidad. La permites expresarse a través de ti; sin interrupción. Te vuelves “transparente” a ella. Samyama conduce a la comprensión mediante la vivencia, no mediante el razonamiento. Se establece únicamente sobre un tópico o idea (por tanto, es todo lo opuesto a “pensar sobre algo”) y el practicante se absorbe en dicha idea.

El proceso de conocimiento surge a través del objeto, no a través del sujeto. Se trata de un conocimiento no verbal, no conceptual.

En samyama, la mente es como un espejo: no agarra nada, no rechaza nada, recibe pero no mantiene, no añade nada.

No “traduzcas” a lenguaje corriente lo que experimentes durante el samyama; se trata de una nueva experiencia obtenida a través de medios inusuales.

Samyama es una nueva forma de ser en el mundo, una nueva forma de percibir y relacionarse con la Realidad, penetrando en un elevado estado de conciencia. Se trata de contemplar la Realidad tal como es, encontrarla en un estado mental sin pensamiento, en lugar de inventarla o imaginarla con ayuda del pensamiento discursivo.

Encuentra el placer de efectuar samyama cada día y olvida los resultados: piensa que no hay un objetivo real en la meditación; esta actitud te conducirá rápidamente al éxito.

Meditación en la vida diaria Sentarse con los ojos cerrados es la forma más conveniente al principio para controlar el vagabundeo mental. No obstante, cuando empiezas a saber, incluso solo un poco, cómo ejercitar este control sentado inmóvil en meditación, puedes continuar haciéndolo mientras paseas, permaneces de pie o llevas a cabo cualquier actividad normal.

Esto se lleva a cabo dividiendo tu atención en dos, utilizando una parte para la meditación interior y la otra para las actividades rutinarias. Descubrirás que, contrariamente a lo que parece, tus actividades diarias se llenan mucho más de sentido y son más eficientes. La meditación que interioriza y el subsiguiente estado de tranquilidad proporcionan un soporte energético y dotan de sentido tu actividad exterior.

Si la meditación no conlleva una relación con la vida diaria, ¿qué puede tener de positiva? Una meditación que ignore la sociedad no tiene sentido y no es buena para nadie. Meditar en medio de la actividad significa traer todo el mundo a tu meditación. La auténtica práctica de meditación no tiene nada que ver con sentarse en un lugar tranquilo o no, cerrar los ojos o no, estar en soledad o no.

La meditación en medio de la actividad es incomparablemente superior al acercamiento silencioso. Este tipo de meditación realmente produce una transformación interior significativa y conduce a la iluminación. Por supuesto, meditar en medio de distracciones es inicialmente mucho mas difícil —con pocas compensaciones a corto plazo— que sentarse en soledad y quietud. No obstante, si deseas que la elevada conciencia de la meditación sea parte de tu vida, entonces El misterio de la meditación deberás meditar en todo momento durante tu vida ordinaria; deberás permanecer internamente en meditación, sin importar lo que hagas externamente.

A menudo sentirás que no obtienes nada con la práctica de la meditación en medio de la actividad, mientras que el acercamiento en soledad proporciona rápidos e inesperados resultados. Pero ten la seguridad de que quienes practican únicamente en soledad nunca entrarán en meditación en medio de la actividad diaria, que es el auténtico sentido de la meditación.

La meditación en soledad tiende a separar nuestra vida espiritual de nuestra vida ordinaria, y esto es solo esconderse de la realidad. Un auténtico yogui o yoguini (mujer que practica el yoga) no se esconde.

Din0 Roman es un practicante e investigador tántrico, discípulo de Gregorian Bivolaru e instructor en Natha (Dinamarca) desde 1997 hasta 2003. Actualmente enseña tantra yoga en New York y Florida.

El proceso en el Eneagrama A lo largo del proceso del Eneagrama hemos visto lo que había debajo de la superficie del iceberg. Hemos visto que el trasfondo de la personalidad es complejo y sobre todo que personalidad no era igual a esencia, que el carácter no es el alma. Dicho de otra manera que lo que nosotros creemos que somos no es realmente como de verdad somos. El Eneagrama nos echa una buena ayuda a la hora de responder a la pregunta sincera de quién soy yo, quiénes somos nosotros. Pregunta con la que se debe iniciar todo camino espiritual. De entrada el Eneagrama no nos habla de lo que somos sino de lo que no somos. Nos habla de la máscara, de la compulsión, del automatismo, del engaño en el que caemos o hacemos caer a los otros. Y nos damos cuenta que a menudo somos nosotros mismos nuestros verdaderos enemigos. Vamos en contra de nosotros. Vamos en sentido opuesto a la felicidad. Nuestro deseo, nuestro ego, nuestro pasado, nuestras expectativas, en definitiva nuestra ignorancia va a la caza de ilusiones y no al encuentro de uno mismo, vamos en busca de los poderes que alimentan el ego y no tanto a lo que realmente nos hace ser libres. Se trata entonces de invertir nuestro proceso vital. En la Tradición se habla de darse la vuelta (diablillos / colgado), del segundo nacimiento (iniciación). De morir a este mundo para renacer en el otro, de alumbrar el espíritu. De coger la barca para llegar a la otra orilla (budismo), etc. Y para esto hemos de cuestionar nuestra vida (sobre todo cuando aparece la insatisfacción, la infelicidad), ese cuestionamiento es arduo, largo y costoso. Reconocer la sombra es pasar por nuestro propio infierno. Pero sin eso no podemos llegar al cielo. Sin desmontar un edificio no podemos construir otro. El Eneagrama nos dice: entra en tu laberinto (símbolo de lo ambiguo, del mundo, del caos, de la mentira, del inconsciente) y encuentra tu centro, tu verdad, tu autenticidad. Cuando llegues al centro podrás salir. Será el nuevo parto, el nuevo nacimiento. La entrada al laberinto es el camino de muerte (muerte del ego), la salida el camino de la vida (del espíritu). El Eneagrama nos dice mira tu orgullo (tu lujuria, etc), cómo es ese orgullo, cuándo surge, cómo la enmascaras, lo justificas, cómo manipulas, etc.

Y lo importante es que nos dice que en el fondo del orgullo, de la avaricia o la envidia hay una carencia, y esa carencia es de amor, es decir, de reconocimiento, de contacto, de ser. Carencia que tiene que ver con el primer susto ante el mundo, con la pérdida de la madre, el temor o la ausencia del padre, es decir, esa carencia es el suelo emocional de nuestros conflictos y radica en nuestra infancia. Se trata también de recordad al niño, hacer las paces, perdonar (esto es madurez). Recuperar otra vez al niño sano que hay en uno. A través del Eneagrama nos hacemos personas porque dialogamos desde el adulto con nuestro niño, armonizamos realidad y sueño. Cuando entramos en el Eneagrama hemos de dejar nuestra perfección, el ideal del yo en la basura. No hay ningún punto que sea el 6 superman, el 5 el héroe, el 7 el potente, etc. Todos los puntos implican la aceptación de lo humano, todos los rasgos son muestras de la realidad de nuestra sombra. Creo que el camino del Eneagrama es dejar la triste humanidad que añora un mundo feliz (7), perfecto (1), intenso (4), poderoso (8), seguro (6), tranquilo (9), bello (3), erudito (5) y especial (2) para instalarnos en una humanidad que reconoce que lo humano ya de por si es maravilloso. El diablo nos tienta cuando queremos ser perfectos, eternos, divinos. En este sentido el Eneagrama es una vía de amor, no de etiquetaje sino de aceptación (no complicidad) con los laberintos ajenos donde estamos atrapados. Sigamos con el símbolo del laberinto donde está encerrado el Minotauro. En este monstruo mitad hombre, mitad animal encontramos que la parte animal está en la parte superior, lo inferior se ha colocado arriba. Y este es el problema, no podemos dejar que el yo se suba a las espaldas del espíritu usurpándolo en vez de ser su fiel aliado. Dentro del campo de acción del yo está la posesión, el control, el egoismo, el miedo al otro, a lo desconocido, la discriminación, el etnocentrismo, sexismo, es decir, todo lo que amenaza al ego que es mucho y que en definitiva es la propia muerte. En cambio dentro del área del ser está la escucha, la aceptación, el diálogo, presencia, abandono, compasión, ya que el ser se siente integrado en el Todo, vive en un eterno presente y sabe que la muerte es otra máscara de la vida. Pero atención no se trata de matar al ego sino de matar su orgullo, de cortar su miedo, de iluminar su ignorancia. El Ego es realmente el protagonista, el héroe o heroína, el que media, ajusta dos mundos, toma conciencia. El ser espiritual ha estado siempre ahí aguardando (arjuna-khrisna), ya está, no tiene que hacer nada. Es el héroe el que tiene que matar al dragón, que tiene que conquistar a la princesa, que recorrer el camino. Hay tres niveles en el proceso del ego: Primero tiene que crecer, rehacerse a si mismo, soñar. Tiene que tener poder, se hábil con el mundo y conquistarlo. Demostrarse a si mismo. Después tiene que reconocer sus límites, su imposibilidad de elevación. Tiene que cuestionarse. (cuento del río de las arenas del desierto). Iniciar un cambio, mirar hacia dentro y cambiar los valores. Tiene que darse la vuelta y morir a lo caduco. Por último tiene que renacer, humilde, compasivo, alegre. Tiene que renacer a la escucha, a la presencia, al abandono, a la aceptación y vivir la vida como una meditación de una sinfonía que suena que es la vida y una danza armónica que es su hacer en el mundo, sin nada donde agarrarse, sin máscaras del ser. Es por eso que el Eneagrama tiene que avisarte. Si tienes un ego fuerte, estructurado, entonces

empieza el camino, entra en el laberinto, si no el Minotauro te comerá. Antes de desmontarse hay que fortalecerse. El camino espiritual debe partir con una salud mental y con claridad de objetivos. Sabiendo de las dificultades, de los riesgos, pero también del nuevo amanecer del ser. Antes de escalar la montaña prepárate, encuentra el momento, la senda adecuada. Si uno utiliza el monasterio, el ashram, una filosofía o método, para retirarse del mundo que le ha vencido entonces no hay progreso. Primero las cuentas con el mundo, después el alma, por fin el reencuentro con el espíritu. A través del error se gesta el aprendizaje. Son la integración de múltiples heridas (psicológicas) que posibilitan la madurez. Sólo hay amor cuando hay entrega. Pero sólo llegamos a la luz cuando no nos asustamos de nuestra sombra. Si huimos de nuestra sombra, si no queremos ver nuestra compulsión, la sombra nos persigue, se enmascara, se proyecta, se cuela en los actos fallidos, en los sueños, se vuelven pesadillas. En cambio si reconocemos la sombra, si la aceptamos y desde ahí la sublimamos entonces descubrimos que la sombra era luz. Descubrimos que la sombra estaba enamorada de la luz, que detrás de cualquier pecado o compulsión hay un deseo encubierto de amor (la fuerza, el sol XVIIII). También descubrimos que la personalidad, el carácter fue (es) un mecanismo de defensa y como tal válido ante el dolor, el rechazo, la falta de amor, el fracaso, la dureza, la soledad, etc. Ese carácter no fue gratuito y por eso podemos entender como somos, entender que hubieron unas razones muy poderosas. Y no se trata de tener pena de nosotros mismos sino de ser compasivos, y de aligerar la carga, de reírse de la culpa y de no impotentizarnos por no ser todo lo que no somos sino de valorar todo lo que la vida nos permite ser, que es tanto. Entender que ese carácter fue una contracción del ser que nos impidió muchas cosas pero que nos posibilitó muchas otras. Tengo una imagen para entender esto. Sin los ojos, los oídos, la nariz, etc, no podríamos ver, oír, oler, pero cada uno de los sentidos son un filtro enorme pues al ver sólo percibimos una gama de colores, al oír una franja de sonido, etc. Gracias a esa contracción, o deformación de la realidad podemos ver, gracias al filtro podemos sentir de forma especializada. Es como si el alma estuviera conectada en un sentir profundo con el mundo pero gracias a los sentidos imperfectos ese sentir es efectivo, es preciso, es especializado. Sólo unos cuantos olores y sabores sobre la infinidad que existe. Es la misma relación entre carácter y ser, aquel sólo permite unos registros del ser pero estos registros son efectivos en el vivir, nos dan seguridad. El problema reside cuando la identificación se da sólo en esos registros del ser y no hay permeabilidad, no hay diálogo entre ser y personalidad. Volviendo al ejemplo es como si no quisiéramos probar otros sabores, otras cocinas, otros perfumes. Hay más posibilidades de vida y de hecho nuestro objetivo como seres humanos es llevar un poco más allá el record de la humanidad, quizá una milésima de segundo, quizá el descubrimiento de una nueva forma de sentir, de comunicarse hará en la evolución kilómetros. Ahora bien, las condiciones han cambiado, aquellos peligros y carencias ya no están entonces es tonto llevar a cuestas los mismos mecanismos de defensa. Por eso si sentimos que cada vez que reafirmamos el ego hay conflicto entonces estamos maduros para el cambio. El cambio reside en ir a un centro del ser más amplio que el ego periférico, social, del pasado, y ese nuevo centro del ser se llama uno mismo. ¿Qué pasa en ese uno mismo?. Pues nada mágico ni extraordinario, eso sigue siendo las fantasías del ego. En ese uno mismo, uno está más cerca de sus motivaciones reales, más cerca de sus necesidades. Las cosas más sencillas como comer. Dormir, trabajar, amar parten más de un ritmo interno que de presiones externas o de compulsiones neuróticas.

En ese uno mismo uno acepta más los cambios de la vida, sus mareas. Cuando es otoño pues es otoño. Detrás del error hay un aprendizaje. El miedo es un estímulo, la muerte es transformación, el mundo un espejo. Uno no se asusta del otro, la ira hacia el mundo se torna compasión, solidaridad. Ese uno mismo que se siente pleno pues se vuelve invisible, discreto en lo social, pues no busca ese reconocimiento. Pasa desapercibido pero está atento en la vida pues es la gran maestra, baja al mercado donde se cuece todo. La sabiduría es nuestra vocación. Pero ser sabio requiere de un camino largo. No erudición. Humildad. Impermanencia. Globalidad. Simplicidad. Invisibilidad. Escucha. Presencia. Conciencia. Servicio. Generosidad. Alegría. Responsabilidad. Coherencia. Saber estar solo. Meditativo. Florecer. Inocencia. No historia personal, etc.

Por Julián Peragón

¿Cómo trabajar con el Eneagrama? . Una primera resistencia que encontramos a la hora de trabajar con el Eneagrama u otros esquemas de conocimiento es el de la clasificación. La idea sana de no querer poner una etiqueta a la vida, a uno mismo. Y es cierto que no se trata de clasificar y ya está. La infinita variedad de la vida, la enorme complejidad de lo que somos no se puede poner dentro de 9 cajones, así de sencillamente. Como diría Shakespeare en boca de Hamlet, tu filosofía no puede abarcar lo que hay entre el cielo y la tierra. Pero esto no debería ser un obstáculo. Clasificamos para aprender a ver, como medida pedagógica. Una vez ya hemos aprendido en esa visión profunda ya podemos tirar a la basura el esquema, la lupa, la etiqueta. Podríamos decir como el proverbio tibetano que “pobre del que sólo atienda al dedo que señala la luna”. . Otra resistencia es la de entrar en lo “negativo”, en el pecado. La verdad es que a menos que nos demos la vuelta y veamos la sombra que proyectamos no entenderemos nuestra personalidad. Somos como un iceberg que mantiene en el inconsciente la gran parte de hielo. No se trata, sin embargo, de restregrase en el infierno de nuestra compulsión sino la de reconocer ese mar inconsciente para no caer en él, para que ejerza tanta atracción fatal. Es justo cuando hemos reconocido la sombra que tiene más posibilidades de emerger la virtud. Luz y sombra son las dos caras de una misma moneda, del mismo ser. Pero está claro que hemos de empezar por lo primero, por la dificultad, por las estrategias del ego. . Después, lo que estamos valorando en el eneagrama no es tanto la persona, el ser que somos como nuestra compulsión, aquella parte de nuestro carácter o personalidad. De la misma manera que no

confundimos una caricatura con la realidad, no debemos confundir el análisis del Eneagrama con el ser de cada uno. Esa compulsión, ese pecado no se manifiesta permanenetemente, más bien se da en aquellos momentos de conflicto, de presión, de inseguridad, etc. . Lo interesante del Eneagrama es que es uno el que tiene que hacer un esfuerzo por definirse, por reconocerse. No vale que el profesor sentencie el diagnóstico, apenas debe dar algunas pistas. . Uno de las grandes posibilidades del Eneagrama es que tiene un lenguaje que pertenece a lo popular. Una psicología básica donde se habla de orgullo o vanidad. Nos alejamos así de la jerga psicológica, de la terminología patológica que encierra al individuo. El Eneagrama no habla tanto de patología sino de conducas que llevan al enredo, a la confusión. Se habla de lo que nos aleja del ser, del verdadero amor. . Pero de la misma manera que hay quien no se puede reconocer en ningún tipo porque no quiere ver su caricatura. Están los que se reconocen en muchos tipos porque hay dificultad de ver entre lo circunstancial y lo nuclear. Podemos vernos en muchas tipologías pero hay una que es el motor de arranque. De entrada esa es que que nos interesa. . También personas que son diametralmente distintas, con conductas distintas pueden estar funcionando con un mismo patrón. Ese patrón es más o menos invisible, y las respuestas pueden ser múltiples. La invitación del Eneagrama es la descubrir ese patrón y saltar por encima de lo superficial. . Nos tenemos que acostumbrar a hablar de números aunque resulte frío porque si hablamos del tipo orgullo o del tipo avaricia estaremos limitando la profundidad y complejidad de un tipo. Dentro de un tipo hay la pasión pero también la fijación, los subtipos, las ideas locas, etc, etc.

Por Julián Peragón

Conceptos básicos en el Eneagrama ENEAGRAMA • El término Eneagrama proviene del griego enneas que significa 9 y del término gramma que significa punto, y es probable que fuera acuñado por el mismo Gurdjieff que era grecoarmenio CARÁCTER • La palabra carácter deriva del griego charaxo, significa grabar y se refiere a lo que permanece constante en una persona. Es lo que está grabado, son los condicionamientos de la conducta, emocionales y cognitivos. PERSONALIDAD • Cuando el niño es bien pequeño se muestra de forma instintiva y natural. Muestra un estado de inocencia. Entre los 4 y 6 años, bajo la infkuencia del medio, padres y sociedad, el niño comienza a

estructurar una personalidad para poder sobrevivir, es lo que llamamos ego. NEUROSIS • Naranjo utiliza la teoría de la neurosis en la visión del eneagrama congruente con los enfoques freudiano y reichiano que consideran a la neurosis como la consecuencia de una restricción al instinto y también con el concepto de la salud como autorregulación que generalmente comparten los psicólogos humanistas desde Rogers y Perls. ESENCIA • Gurdjieff distinguía entre esencia y personalidad. Podríamos decir que es la distinción entre el yo real y el yo condicionado. Donde Gurdjieff habla de personalidad, Ichazo habla de ego. Sólo que el concepto de ego se mezcla en la psicología psicoanalítica y puede resultar un tanto confuso. Casi es más acertado (Naranjo) hablar de carácter que indica aquello que está grabado, condicionado, alejandose de la idea de esencia. Por un lado tenemos la esencia, el alma, el atman, el yo superior, el ego real, el sí mismo, y por el otro, tenemos la personalidad, el carácter, el ego falso. Aunque no estamos hablando de entidades fijas sino de procesos con lo cual es bastante más complicado. Baste la idea de no confundir una cosa con otra, no identificarse con lo que es adquirido, condicionado, no confundirnos con la máscara, con la coraza, aunque todos llevemos alguna.

Por Julián Peragón

Los maestros del Eneagrama GEORGE I. GURDJIEFF (1870-1949)

Gurdjieff, un maestro en busca de una enseñanza George Ivanovich Gurdjieff, de origen griego y armenio, filósofo, místico, escritor y maestro, nació en Alexandropol en la frontera entre Rusia y Turquía en algún momento de los años 1870s (la fecha es incierta, lo mismo que otros muchos detalles de la vida de Gurdjieff). Gurdjieff desde joven era insaciable en su búsqueda por descubrir y comprender el significado de la vida y se propuso encontrar las llaves que respondieran a sus implacables preguntas. Convencido de que aún existían antiguas tradiciones esotéricas, inició su búsqueda espiritual que lo llevaría al Medio

Oriente, Asia Central y al Lejano Oriente. Describió estos viajes en su libro Encuentros con hombres notables, del cual el director Peter Brook hizó más tarde una película. A través de estos viajes, Gurdjieff descubrió el sistema de ideas llamado Cuarto Camino que sería la base de sus posteriores escritos y enseñanza. Es imposible determinar una sola fuente para las ideas del Cuarto Camino. A pesar de que es posible encontrar paralelos entre los escritos de Gurdjieff y el budismo tántrico, hinduísmo, sufismo y la religión ortodoxa griega, los puntos principales de su doctrina no pueden ser encontrados en una sola fuente. Gurdjieff y su misión de despertar Gurdjieff estaba en Moscú en 1912 enseñando el Cuarto Camino. Su personalidad magnética y sus poderosas ideas atrajeron algunos seguidores. Entre ellos Peter Ouspensky, quien más tarde lo ayudaría a difundir el sistema del Cuarto Camino en el Occidente. Otros estudiantes importantes de Gurdjieff durante esos duros tiempos en Rusia fueron el compositor Thomas de Hartmann y su esposa Olga, el psiquiatra finlandés Leonid Stjoernval, y el artista Alexandre de Salzmann y su esposa Jeanne. Después de haber escapado del caos de la revolución bolchevique, Gurdjieff y un pequeño grupo de seguidores se establecieron en Francia. En octubre de 1922 Gurdjieff estableció su “Instituto para el desarrollo armónico del hombre” en el Castillo de Prieuré cerca de Fontainebleau. Poco después, Gurdjieff y el Instituto atrajeron otros importantes personajes de la época, incluyendo Katherine Mansfield, A. R. Orage, Margaret Anderson y Jane Heap. Gurdjieff en Estados Unidos A principios del año 1924 Gurdjieff sintió que el Instituto estaba ya suficientemente consolidado y comenzó a viajar. Ese mismo año hizo la primera de varias visitas a New York durante las cuales él y sus estudiantes ofrecieron numerosas pláticas y demostraciones. Como respuesta al interés demostrado, Gurdjieff fundó un grupo de estudio dirigido por A. R. Orage, un famoso editor inglés, quien había formado parte del grupo del Prieuré en Francia. Poco después de su regreso en Francia, en el mes de julio de 1924, Gurdjieff sufrió un terrible accidente automovilístico que casi le causa la muerte y el cual influyó profundamente en su vida y en sus decisiones como Maestro. El legado de Gurdjieff Durante su convalecencia Gurdjieff comenzó a escribir el primero de lo que sería una serie de tres volúmenes que se llamaría Del todo y de todo. El primer volumen, Relatos de Beelzebub a su nieto, fue distribuído entre sus estudiantes durante ese primer año, con el deseo de que este libro fuera el punto central en la preservación de su enseñanza. A principios de los años 30s, Gurdjieff comenzó el segundo volumen de su proyecto, con el titulo Encuentros con hombres notables, al mismo tiempo comenzó a escribir el tercero y último volumen de la serie: El mundo es real sólo cuando “yo soy”. Gurdjieff dejó de escribir en 1935 cuando Del todo y de todo estaba terminado, pero continuó trabajando con pequeños grupos y también con personas en forma individual a través de los años 40s. La vida y enseñanza de Gurdjieff han tenido una fuerte repercusión en el mundo occidental. Rastros

de su enseñanza se pueden encontrar en escritores como Aldous Huxley, J. B. Priestley, P. L. Travers, D. H. Lawrence y George Bernard Shaw. La obra principal de Gurdjieff Relatos de Beelzebub a su nieto, el cual Travers describe diciendo que “se eleva a las alturas como una gran, pesada, catedral volante”, fue publicado en 1950, un año después de su muerte. Libros de Gurdjieff Del todo y de todo: Relatos de Beelzebub a su nieto Encuentros con hombres notables El mundo es real sólo cuando “yo soy” Prespectivas desde un mundo real

OSCAR ICHAZO

• Ichazo creció en Bolivia y Perú y estudió de joven en Buenos Aires en un grupo esotérico que seguía la obra de Gurdjieff. Aunque él afirmaba que había descubierto la tipología del Eneagrama aplicado a la personalidad mediante revelación mística, y que llegó a experimentar internamente cada uno de los rasgos del Eneagrama. • Uno de los primeros alumnos fue Claudio Naranjo, piquiatra chileno que se instaló en EEUU donde colaboraba con el Instituto Esalen, centro famoso de crecimiento personal. Ichazo le dijo a Naranjo que aceptaría un grupo de norteamericanos para seguir una instrucción intensiva. En 1970, 45 norteamericanos emprendieron una adistramiento en Arica, Chile. Después de unos meses Naranjo y cuatro más se retiraron y el resto del grupo acabó. Este grupo continuó trabajando en New York en octubre del 71 con 44 personas formando el Instituto Arica, que al cabo de los años quedó inactivo. • Jhon Lilly y Joseph Hart fueron dos miembros que trabajaron con Ichazo. • Ichazo subrayaba la idea de armonizar cabeza, pecho y vientre. Empezando a trabajar sobre el vientre al que Gurdjieff denominaba centro del movimiento. • Ichazo completó el método gurdjievo de la posible evolución del ser humano agregando un componente cognitivo a cada una de las pasiones emocionales, determinando la preocupación mental propia de cada tipo. Además asignó a cada uno de las tres energías vitales o instintos de Gurdjieff un aspecto concreto de la vida práctica, a los que llamó conservación, relación sexual y relación social. Referente a lo individual, relacional (pareja) y grupal.

CLAUDIO NARANJO (Valparaíso, 1932)

Psiquiatra chileno, considerado uno de los tres discípulos más cercanos de Fritz Perls, importante figura en la divulgación del eneagrama en occidente, y fundador del programa S.A.T. de Educación integral. Estudió Psiquiatría en la Universidad de Chile, donde tuvo como profesor a Ignacio Matte Blanco. Fue docente de áreas como la Psicología del arte y Psiquiatría social y fue director del Centro de estudios de antropología médica en Chile. En los años 60’s se radicó en Estados Unidos, estudiando Terapia gestáltica con Perls, llegando a formar parte del equipo del Instituto Esalen en esos años. Su aporte a la Terapia gestáltica está en ser uno de los que cristalizó el último periodo de Perls (que pone el acento en la actitud del terapeuta), a través de su desarrollo en la vía de la Psicología transpersonal, constituyendo en su quehacer una interfaz entre la psicoterapia y diversas disciplinas espirituales (la llamada Cuarta vía) En este sentido, es conocido su sendero espiritual, en que fueron relevantes diferentes maestros, como Swami Muktananda, Idries Shah, Oscar Ichazo y especialmente Tarthang Tulku Rimpoché. Fue investigador asociado en el Instituto de evaluación e investigación de la personalidad en la Universidad de Berkeley. Ha enseñado Religiones comparadas, Psicología humanista y meditación Ha sido también difusor del Eneagrama, un sistema de estudio de la personalidad de supuesto origen oriental, que él ha ido integrando como práctica terapéutica y de Desarrollo personal. En cuanto al programa S.A.T. de educación, este se inscribe en una línea de educación integradora, en relación con el pensamiento de Jean-Jacques Rousseau, John Dewey, María Montessori o Rudolf Steiner. Pone el acento en los aspectos emocionales y espirituales del proceso de aprendizaje, y en la relación personal y transformadora que ocurre en dicho proceso. Libros publicados: La vieja y novísima gestalt: Actitud y práctica (1990) Santiago: Cuatro Vientos La agonía del patriarcado (1993) Editorial Kairós Gestalt sin fronteras (1995) Editorial Errepar Carácter y neurosis (1996) Vitoria: Ediciones La Llave

Entre meditación y psicoterapia (1999) Vitoria: Ediciones La Llave Autoconocimiento Transformador. Los eneatipos en la vida, la literatura y la clínica (1999) Vitoria: Ediciones La Llave El eneagrama de la sociedad (2000) Vitoria: Ediciones La Llave Cambiar la educación para cambiar el mundo (2002) Vitoria: Ediciones La Llave Cantos del despertar (2002) Vitoria: Ediciones La Llave Gestalt de vanguardia (2003) Vitoria: Ediciones La Llave

Anatomía del hueso Los huesos se presentan en tres formas principales: huesos largos, huesos cortos y huesos planos. En la superficie de los huesos existen irregularidades, como salientes, entrantes y superficies ásperas.

Las eminencias y los salientes adoptan formas variables: Articulares: regulares, como la cabeza del húmero, los cóndilos del fémur. Extra articulares: muy variables, irregulares y rugosas, generalmente destinadas a inserciones musculares o ligamentosas. Su desarrollo varía según la potencia que ejerce el músculo que se inserta en ellas. Se les denomina relieves, protuberancias, tuberosidad, espinas, crestas, procesos, etc.. Los huesos pueden presentar cavidades que se dividen en: Cavidades articulares: son depresiones esferoidales, elipoidales o cupuliformes que encajan en un saliente del hueso articular, como las cavidades cotiloideas, glenoideas, platillos tíbiales, etc.. Cavidades no articulares: de forma variable ; se distinguen: Cavidades de inserción: en ellas se fijan determinados músculos. Cavidades de recepción: por ellas pasan tendones, arterias, venas y nervios. Se presentan en forma de surcos, canales, incisuras conductos y orificios.

Configuración interna de los huesos En el hueso del adulto, al corte se reconocen dos porciones: el hueso compacto y el hueso esponjoso. El hueso o tejido compacto forma una capa periférica y continua. El tejido esponjoso está constituido por una serie de laminillas o trábeculas que delimitan areolas comunicantes entre sí, las que albergan la médula ósea. El tejido compacto le forma al esponjoso un estuche de contención. Las trabéculas del tejido esponjoso tienen una orientación que permite al hueso una mayor resistencia a las presiones o a las tracciones que debe soportar utilizando el mínimo de material.

La médula ósea Se encuentra en el canal medular de los huesos largos y en las cavidades del tejido esponjoso. La médula posee una marcada actividad: participa en la renovación de las células de la sangre y, al parecer, no interviene en la vida del hueso normal. Es así como la médula constituye un tejido por sí misma y puede considerársela un órgano aparte. El hueso seco carece de médula ósea.

Periostio Es una membrana fibroelástica que rodea la superficie exterior de los huesos, con exclusión de las partes revestidas por cartílago articular y los lugares donde se insertan los tendones y ligamentos. Ricamente vascularizado e inervado participa en forma activa en el crecimiento del hueso y en su vascularización. La circulación sanguínea de los huesos es abundante, Ello explica que en una fractura la sangre proceda de la cavidad medular, del tejido compacto y del Periostio. Esta profusa vascularización arterial y venosa en el hueso demuestra la importancia que reviste para la vida de este tejido y los profundos cambios químicos y litológicos que durante la vida se producen en su interior y la relevancia de su integridad.

Inervación de los huesos Los nervios que llegan al hueso penetran en su interior acompañando a la arteria nutricia p principal. Son fibras sensitivas responsables del dolor óseo. Las fibras nerviosas del hueso y del periostio procedende los nervios musculares. La irrigación y la inervación son de fundamental importancia en el crecimiento y en la osificación. El hueso vivo posee una extraordinaria sensibilidad. El tejido óseo es una forma del tejido conjuntivo. Se caracteriza porque su sustancia fundamental está impregnada de sales cálcicas.

El hueso cree en longitud y en espesor y con los años adquiere su forma definitiva. Ésta depende de la incidencia de una serie de factores, unos hereditarios o genéticos y otros puramente locales. Además el tejido óseo vivo es muy maleable. Durante el crecimiento se produce una serie de renovaciones de las capas óseas, especialmente en el hueso perióstico que denota las reacciones a los esfuerzos o las tracciones a las que está sometido. De este modo se originan los canales , por los que transitan elementos vasculares o nerviosos así como salientes óseas y las irregularidades, expresión de inserciones musculares. Estas influencias externas repercuten en la arquitectura del hueso. Cuando el tejido óseo compacto se espesa por la acción de una presión o tracción importante, el tejido óseo esponjoso orienta sus trabéculas en el sentido de la presión que soporta. El crecimiento no detiene las modificaciones de la forma del hueso vivo. El hueso es asiento de constantes transformaciones. Los fenómenos de destrucción y formación ósea ocurren durante toda la vida y tienden a equilibrarse en el adulto. Normalmente en la vejez el tejido óseo se enrarece y el esqueleto se vuelve más frágil. Así, el esqueleto vivo funciona como un verdadero órgano, ricamente vascularizado, en el que se producen modificaciones fisicoquímicas de enorme repercusión y en estrecha relación con la nutrición. (apuntes tomados en parte de Víctor Morera)

Los planos en el cuerpo humano El cuerpo lo podemos dividir en dos desde diferentes ángulos:

Plano sagital: Movimientos de flexión y extensión Tenemos los movimientos de flexión y extensión del tronco, de cadera, muñeca. Flexión y extensión de rodilla y codo. Pero antepulsión y retropulsión del hombro. Anteversión y retroversión de la pelvis Flexión dorsal y plantar del tobillo-pie Plano frontal: Movimientos de lateralización

Tenemos los movimientos de aducción y abducción del hombro y la cadera. Inclinación lateral de la pelvis. Inclinación lateral del tronco derecha e izquierda. Abducción y aducción de los dedos cuando se acercan o se alejan del dedo medio.

Plano transversal: Movimiento de torsión, y de traslación (movimiento de desplazamiento paralelo al suelo) Rotación derecha o izquierda del tronco Rotación interna o externa de la cadera, rodilla o el hombro Pronación (hacia abajo) o supinación (hacia arriba) del antebrazo , pie

Movimientos complejos: Pie: inversión (aducción, supinación y flexión plantar) eversión: (Abducción, pronación y flexión dorsal)

Mano: abducción o inclinación radial (Más limitada). Aducción o inclinación cubital (más amplia)

Cadera: Al sentarse en sukhasana (sastre). Flexión de la cadera, más abducción, más rotación externa

Sacro: Nutación, contranutación

Mandíbula. – Elevación y descenso: propios de un carnívoro -Antepulsión y retropulsión: propios de un roedor

-Diducción o lateralidad: propios de un herbívoro

Por Julián Peragón

Miniserie: Supta Padanghustâsana Con esta miniserie hemos intentado progresar paulatinamente hasta alcanzar Supta Padanghustâsana. El trabajo fundamental es el de flexión de cadera, para ello es necesario todo un trabajo de estiramiento de la musculatura posterior de la pierna, especialmente los isquiotibiales. Intentamos tener como referencia la postura de Dvipada phitam cuyo trabajo intensivo es compensado por esta postura, entre otras.

Por Julián Peragón

Serie: Dvipâda Pitham

Este ciclo de series sobre el análisis de la postura tiene como objetivo preparar posturas intensas para hacer un abordaje en las mejores condiciones. También nos porponemos ver diferentes variantes, tanto en la versión de autorregulación como en la de intensificación. Ver un amplio número de posibilidades dentro de cada postura para facilitar a la larga la práctica personal e individualizada.

Por Julián Peragón

Âsana: Dvipâda Pitham

Dvipâda Pitham

Nombre del âsana Nota: Es interesante conocer el nombre (o los nombres que en diferentes tradiciones se le dan) en sánscrito porque es una información valiosa para entender el objetivo o la cualidad de la postura. Podemos utilizar la traducción a nuestro idioma. De hecho, el nombre vulgar a veces es necesario porque hace más familiar la postura o la acerca a nuestra cultura. La postura en cuclillas será la rana, y la postura de un rey lejano será la postura del héroe, y así sucesivamente. Dvi: dos pâda: patas pîtham: mesa Dvipada Pîtham: la mesa de dos patas. En India corresponería a una mesa baja. Popularmente a veces se le llama el pequeño puente. En otras líneas de Yoga se la llama Setubandâsana, el puente.

Realización / Esquema Nota: Debemos indicar cómo es la postura, sentada por ejemplo, con los brazos estirados, etc Cuando más preciso en la definición más claridad para su práctica. Incluso al dibujarla (el esquema) podemos añadir flechas que remarcan algunas características principales de la postura.

Dvipâda Pítham: El apoyo recae básicamente sobre los hombros y la parte occipital de la cabeza, los pies también cargan con mucho peso. Los pies están paralelos cerca de las nalgas, separados el ancho de las caderas. A veces la postura está alineada, hombros, cadera y rodillas en su posición más fácil. O bien, formando un triángulo entre estos tres elementos. El mentón está metido hacia el pecho.

Toma de la postura Nota: También debemos saber que una postura se llega a ella no de un brinco sino a través de una serie de movimientos pautados cuyo objetivo es llegar sin tensión y con el mínimo esfuerzo posible. Esa toma de la postura podrá ser breve o larga, fácil o compleja dependiendo del alumno, su estado, el tono de la serie que se imprima, etc. Simplificando, una persona mayor, enferma o con dificultades necesitará un mayor recorrido en la toma de la postura (donde hay más elementos de autorregulación) que una persona joven y sin problemas.

*La toma de la postura más simple es al inspirar subir las caderas hacia arriba, y al espirar bajar vértebra a vértebra. * Podemos, también, ayudarnos de los brazos al subir y al bajar, haciendo la antepulsión. Ver dibujo de arriba. * Otra posibilidad es: previamente espirar levantando la cabeza y empujando los brazos hacia el frente para abrir las vértebras, y al inspirar subir la pelvis hasta alcanzar la postura.

Beneficios / Contraindicaciones Nota: Está claro que traemos a colación una postura porque nos interesa para algo. Hay un objetivo principal u objetivos secundarios que debemos saber. Cada postura incide postural o energéticamente en un sentido. Por ejemplo uttanâsana, postura en flexión de pie, nos lleva a un estiramiento global de la cadena muscular posterior incidiendo en el estiramiento posterior de las piernas y de la zona lumbar. Pero también es una postura semi invertida pues la cabeza está más baja que el corazón.

• Aunque no es propiamente una postura invertida nos interesa en este sentido favorecer la circulación de retorno pues el vientre está más alto que el corazón. Y sobre todo a nivel visceral hay un drenaje de la sangre o fluidos acumulados. Trabaja sobre los músculos de la respiración. Abre la cadera en extensión. A nivel postural es una postura que abre la parte alta dorsal y cervical para posibles trabajos y desde lo muscular se tonifican los cuádriceps, glúteos y musculatura lumbar. Además es una postura que no plantea ningún riesgo. Es una postura para preparar los tres bandhas (llaves energéticas). Nota: Debemos matizar una vez sabemos los objetivos del âsana que nos puede reportar unos beneficios aunque no podemos caer en una visión mecanicista en la que a tal postura le corresponde tal beneficio porque depende de la realización de la postura, de la estructura corporal de la persona, de la intensidad con la que la realiza, etc. Incluso, a veces, puede darse efectos contrarios al hacer

una misma postura en dos individuos diferentes, o en la misma persona en momentos diferentes. Y por el contrario está bien conocer las posibles contraindicaciones de una postura. Vale la pena pecar por prudencia que por temeridad. No obstante, el Yoga bien hecho lleva consigo un seguro, y es el de la propia escucha, el respeto de los propios límites que no hay que traspasar. • Los beneficios se derivan de lo dicho anteriormente a nivel de circulación y de la apertura del tórax para favorecer una mejor respiración, así como de la apertura cervical para disolver tensiones musculares. Las únicas contraindicaciones que se nos ocurre son la de problemática cervical o las derivadas de una postura invertida, aunque en realidad es muy suave esta inversión. No conviene en problemáticas graves de cadera. Progresión: Postura. Nota: Si seguimos con el ejemplo de Uttanâsana tengo que saber cómo llego a ella. Por ejemplo llevo los brazos hacia arriba y proyecto la columna hasta caer hacia el suelo, etc. Hay tomas de la postura largas o cortas, lentas o dinámicas . En el caso de la mesa de dos patas como hemos comentado arriba.

Série. Nota: Pero la toma de la postura no basta, debo conocer como prepararla a lo largo de una serie pues quizá deba preparar piernas y espalda antes de mantener esta postura largo tiempo. Con esta postura nos interesaría calentar por ejemplo las rodillas y tonificar algo los cuádriceps y lumbares. A nivel de las cervicales no estaría mal hacer unas rotaciones. Y a nivel lumbar unas flexiones prepararían también la zona. Práctica. Nota: Y aún debo contemplar una progresión a largo tiempo, pues quizá hoy la consecución de la postura no es estable y confortable y necesitaremos tiempo de progresión. Dvipâda Pítham no es una postura que requiera progresión a largo plazo.

Actitud mental (Bhavanas) Nota: Los bhâvanas son las formas con las que nos relacionamos con la postura, la actitud mental. Todos los aspectos de la observación durante la práctica. Pero también son las pautas que marcamos en la postura para mantener la presencia y la concentración. Podemos sentir una zona, unos recorridos, marcar un ritmo respiratorio, contar respiraciones, percibir las sensaciones, etc.

• Aquí, nuestros puntos de atención serán por un lado la sincronización del movimiento y la respiración. La atención en los bandhas que podemos favorecer con la postura. En la expansión del

tórax.

Respiración La respiración merece una consideración especial. Tanto en la parte dinámica como sincronización, como en la estática, la respiración y sus kramas o paradas respiratorias, las retenciones, si hay bandhas o no, hay que precisarlo. * Realmente Dvipâda pîtham es una postura que nos interesa como trabajo respiratorio y preparación para el pranayama. Su movilidad nos permite respirar de formas muy variadas. Subir al inspirar y bajar al espirar, pero también al revés para poner el énfasis en la inspiración o espiración. Jalandhara bandha se consigue mejor al subir espirando. Desbloquea el diafragma, puesto que la inspiración empuja con intensidad hacia el vientre, debiendo vencer el peso de las vísceras. También es una buena terapéutica para las hernias de hiato. * Podemos también preparar uddiyana bandha pues al bajar en vacío se consigue la bandha de forma espontánea sobretodo si se llevan los brazos hacia atrás.

Compensación A) Es cierto que a una postura base le corresponde otra ideal que trabaje en sentido opuesto o que corrija los efectos indeseables de la posición que hemos hecho de forma intensa. Quizá la idea de contrapostura es más limitada, es como si quisiéramos atenernos a esta posición ideal, pero en realidad hemos de pensar en una verdadera compensación, un grupo de posturas que compensa los efectos demasiado intensos, o las sobrecargas de cualquier postura. * Es una postura que no requiere demasiada compensación y bastaría la postura del cadáver en relajación, savâsana. Pero podemos hacer apanâsana para relajar las lumbares; así mismo podemos hacer jatara parivritti para relajar toda la espalda y cakravakasana para darle flexión a las cervicales.

B) No está mal diferenciar la postura que complementa a la postura base en cuanto a su trabajo muscular o articular, de las posturas que corrigen los efectos indeseables, que nos lleva a la calma, a un estado neutro desde donde continuar la serie. * Supta padangustâsana trabajaría en un sentido de complementar el trabajo anterior, ya que tonifica los abdominales y estira la parte posterior de los muslos.

Autorregulación Nota: No basta con conocer la postura base, hay que conocer el abanico de posiciones que juegan en el mismo sentido tanto en su gravedad como en el sentido del movimiento que expresan. De entre estas variantes hay algunas que favorecen la AUTORREGULACIÓN porque permiten el aprendizaje o la adecuación a la propia estructura y las tensiones que tenemos. * Dvipada pîtham es en sí una postura asequible a todos. La autorregulación consiste en la alineación de hombros, cadera y rodilla, con los brazos a lo largo del cuerpo.

Intensificación Otras, sin embargo, facilitarán la INTENSIFICACIÓN pues darán un mayor estímulo al practicante cuando la postura base ya está dominada.

* En cambio la intensificación permite muchas variantes. Todo el juego de piernas ( eka pâda, con una pierna a la vertical; con una pierna en loto, o con los pies juntos y rodillas abiertas. También tenemos tiryangamukha-ekapâda donde una de las rodillas va al suelo mientras el otro pie está en posición habitual contra el suelo. Con los brazos también hay innumerables variaciones. Cogerse de los tobillos; los brazos hacia atrás o en cruz, entrelazar las manos debajo del cuerpo, etc.

Qué prepara Nota: Y a la vez esta postura base puede ser medio o progresión para otras posturas más intensas. Por ejemplo cakravakasana puede preparar la postura de la rueda, etc. * Dvipâda pîtham es una postura que puede preparar posturas de inversión como sarvangâsana o halâsana. Y sobre todo prepara para un trabajo de pranayama al abrir el tórax. También puede servir para compensar sirsânana al permitir una elongación cervical de la zona comprimida. Prepara posturas de extensión como bhujangâsana, dhanurâsana, salabhâsana

Modificaciones y soportes Con cualquiera de las posiciones anteriores podemos añadir modificaciones a nivel de hacer la postura con una sóla pierna por ejemplo, o con el brazo en otra posición. * Lo dicho anteriormente

con respeto a las variantes de intensificación. Y además esas posturas base o sus variantes pueden ser hechas apoyándonos en ciertos soportes externos como cintas, pelotas, sillas, pared, etc..

Por Julián Peragón

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