EL P. CASTELLVI Y SU OBRA ANTROPOLOGICA

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Escribe: MANUEL LUCENA SALMORAL Desde hace un par de años se encuentra en Bogotá el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Etnográficas de la Amazonia Colombiana, que se fundó en Sibundoy hace cerca de seis lustros. Este Centro, el mejor de cuantos existen dentro del terreno antropo-etno-lingüístico de la Amazonia colombiana, posee 58.000 fichas sobre lingüística, etnología, hierología, arqueología, indigenismo, sicodemología, Ciencias naturales, geografía e historia; 10.000 sobre folklore; 7.700 sobre lexicología indígena y 5.000 sobre museografía. Igualmente cuenta con una Biblioteca especializada de unos 7.000 volúmenes, una hemeroteca no inventariada de revistas antropológicas, y un museo de objetos procedentes del Amazonas. Todo esto es obra de un hombre excepcional, de un gran antropólogo -el mejor que ha tenido Colombia en sus regiones meridionales- que se llamó Marcelino de Castellví y que murió el lunes 25 de junio de 1951: hace casi 11 años. ¿Quién fue el P. Marcelino de Castellví ¿Quién el hombre que bajo el sayal capuchino se ocultaba? ¿Quién el antropólogo? ¿Cuál su obra? ¿Cuál el recuerdo que, de su memoria, sigue teniendo Colombia? A todas estas preguntas pretendemos contestar seguidamente. EL HOMBRE Juan Marcelino Canyes Santacana vino al mundo en el seno de una piadosa familia catalana, el 11 de septiembre de 1908. La localidad de su nacimiento fue la de Castellví, provincia de Barcelona, de donde luego tomaría nombre el capuchino. Al llegar a la edad de cuatro años inició sus estudios en el Colegio de Villafranca del Panadés, donde permaneció hasta los diez, en que se manifestó su vocación religiosa y hubo, por ello, de trasladarse al Seminario Seráfico de Igualada, de los padres capuchinos. Destacó pronto de sus compañeros en disciplinas como idiomas, geografía, filosofía e historia, motivo por el cual sus superiores decidieron que el joven fraile siguiera formándose intelectualmente al salir de la casa de religión. En 1924 Juan Marcelino Canyes, convertido ya en fray Marcelino de Castellvi abandona Cataluña y se dirige a Roca, para cursar Sagrada Teología en la Universidad Gregoriana. Su vocación hacia su segundo sacer-

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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manos capuchinos. El día elegido para este acontecimiento fue el de la Hispanidad o fecha del Descubrimiento, 12 de octubre. Hay que hacer notar que el P. Ca stellví no era entonces antropólogo, ni lingüista, ni etnólogo, ni arqueólogo, pero se propuso ahondar en estos campos, ya que ante si tenía dos elementos primordiales para doctorarse en estas ciencias: la selva y el desconocido indio que en ella habitaba. DIECIOCHO A:&OS DE VIDA INTENSA Causa verdadero asombro pensar que la gigantesca obra del P. Castellví fuera realizada en solo 18 años, los transcurridos entre la fundación d~l CILEAC y su muerte, pero ello no es sino una prueba más, ciertamente irrefutable, de la capacidad de trabajo de este hombre colosal. , A poco de fundar el CILEAC, en 1936, llegan a Colombia, y al mismo Sibundoy, sus dos hermanos Marcos y Marceliano, igualmente misioneros capuchinos, que le estimularon en su obra científica. Por entonces inicia el P. Marcelino una serie de encuestas en las regiones selváticas, especialmente en filología y estructura definitivamente el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Etnográficas de la Amazonia Colombiana. En 1940 se encuentra en condiciones de comenzar a entregar a la Ciencia la obra ya recogida y funda "Amazonia Colombiana" una pequeña revista de periodicidad semestral, que convierte en el órgano oficial y portavoz del CILEAC. Realiza una expedición investigadora hasta Cajones del río Puturnayo y, en 1944 otra al río Guarnués, acompañado de su amigo, el gran filólogo Casas Manrique. En 1945 es invitado a Bogotá para el Congreso Internacional de Educación Católica y poco después parte hacia La Paz, para el Congreso Internacional Indigenista. En 1948 llega a Bogotá su hermano Manuel Canyes, que había sido invitado por el gobierno colombiano para colaborar en la Secretaría General de la IX Conferencia Internacional Americana, en calidad de Director del Departamento de Documentos. Conociendo Manuel Canyes la capacidad intelectual de su hermano Marcelino, y su conocimiento único de los problemas americanos, le pidió que se trasladase a Bogotá para ayudarle, lo que hizo el sabio capuchino. Terminada la Conferencia Interamericana el P. Marcelino acompañó a su hermano a Washington, para llevar los documentos de la OEA, aprovechando el viaje para realizar una serie de entrevistas con personalidades científicas norteamericanas. Desde Nueva York marchó Marcelino de Castellví a Europa, ya que su presencia era requerida en varios Congresos, en representación de sus dos patrias, Colombia y España, y corno delegado de dos magníficos centros científicos, el CILEAC, de Sibundoy y el Instituto Etnológico Fray Bernardino de Sahagún de Madrid. Asist·ó en París al "IV Congreso Internacional de Lingüística" celebrado en el mes de junio de 1948. En agosto se trasladó a Amsterdam para el '"111 Congreso Internacional de Ciencias Antropológicas y Etnológicas" y, unos días después, a Bruselas,

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bre es preciso sumar todas las ciencias inventadas por el hombre. A semejanza del filósofo preclásico, que buscaba la verdad en todas las cosas, Castellví busca al hombre en todas las ciencias, pues entiende que todas, absolutamente todas, le afectan. Visión teórica y práctica de su método, nos la dio en el número 4 de "Amazonia Colombiana" donde formula este principio: "Un trabajo algo más definitivo podría efectuarse a base de unir los esfuerzos y las luchas de ciencias auxiliares, aplicables al tema, y con la natural condición de consagrarle todo· el tiempo indispensable para un estudio que comprendiese todas las facetas de la cuestión". Al aplicar el método al estudio de la expedición de Hernán Pérez de Quesada al sur de Colombia, nos demuestra palpablemente la necesidad de emplear, no sólo la geografía y la historia, sino también la epidemiología, la etnozoologí~, la etnobotánica, la bioantropología, la serología, la etnología, la lingüística y la sicodemología. En su primera clasificación, la Panantropología se divide en tres grandes ciencias la panetnioantropología, la panclesiología y la panergología, o ciencias de la etnia adecuada, de la vocación y del trabajo. Estas, a su vez, se van subdividiendo hasta agotar todo el frondoso árbol de las ciencias. EL CILEAC El P. Castellví construyó el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Etnográficas de la Amazon ia Colombiana sobre cinco pilares básicos; un archivo, una biblioteca, un museo, una revista y un centro de lingüística. Los escasos medio~ económicos con que contó en vida, casi exclusivamente de sus hermanos de religión, no le permitieron publicar "Amazonia Colombiana" con la periodicidad semestral proyectada, ni poner en funcionamiento el centro de lingüística, para que soñó una actividad docente, pero su paciente trabajo desarrolló extraordinariamente las tres primeras secciones del CILEAC, que se convirtieron en únicas, dentro de su terreno especializado. El arch ;vo, ya lo hemos dicho, cuenta con 80.000 fichas, la mayor parte de lingüística indígena. Gracias a él debe Colombia el descubrimiento de 19 lenguas ign01·adas y el censo indolingüístico de casi un centenar. El museo consta de objetos muy diversos procedentes de los indígenas que ocupan esa "Quarta pars" surcolombiana. Abundan máscaras, trajes de ceremonial, algo de craneología, armas, cerámica, cestería, talla, animales y minerales, así como una gran colección de hachas de piedra entre las que destaca una del Paleolítico Superior, primera de este período hallada en la Amazonia colombiana. La Biblioteca está formada por más de siete mil volúmenes, y sus secciones más valiosas son las de antropología, etnología, arqueología, lingüística e historia. Como dato curioso, para demostrar el grado de especialización científica que en ella se ha seguido, diremos que los libros de literatura apenas si sobrepasan la cifra de setenta.

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A la muer te de Caste llví se paral izó temp oralm ente el CILE AC, ya que tan gran de obra no pudo repo nerse fácil ment e de la pérd ida de su fund ador y direc tor. Apar ecier on dos ejem plare s más de "Am azon ia Colomb iana" , uno de los cuale s fue home naje póstu mo a la muer te del P. Caste llví y fue subv encio nada por esa gene rosa insti tució n, cons cient e de los valor es cultu rales del país, que es el Banc o de la Repú blica , Desd e que la Pref ectu ra Apos tólic a del Ama zona s trasl adó el CILE AC a Bogotá se ha empr endid o la lab_o r de orde nació n y clasi ficac ión de libro s, ficha s y docu ment os, en la que todav ía nos enco ntram os. Es por ello por lo que el CILE AC se encu entra en una etap a de intro versi ón, de reaju ste inter no, de la que saldr á tan pron to como term ine el cómp uto de sus materia les. Pero los fruto s de esta obra solap ada van salie ndo a la luz, como · el últim o núme ro de "Am azon ia Colo mbia na Ame rican ista" , que se acab a de publ icar, en el que se conti ene el 1 Cens o Indo lingü ístico de Colo mbia , hech o por el P. Caste llví poco antes de mori r. Una gran obra , como toda s las suya s, fund amen tal para dese ntrañ ar el comp lejo map a lingü ístico de Colo mbia .

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