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El Sistema Terrestre como Metasistema o Sistema de Sistemas The Terrestrial System as Metasystem or System of Systems
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Adalberto Benavides-Mendoza
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Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Saltillo, México.
[email protected]
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Julio 2015
8 9
Resumen
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Se plantea la posible existencia de un metasistema global que se caracterizaría como una
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entidad emergente resultante de la interacción de las unidades que conforman el sistema
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planetario. Las unidades del metasistema serían los diferentes procesos físicos, químicos y
13
biológicos que ocurren en los subsistemas que conforman el metasistema: la magnetósfera, la
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atmósfera, la geósfera, la hidrósfera y la biosfera. El metasistema global que se revisa es más
15
amplio que el considerado en la Teoría Gaia o en el Sistema Terrestre, en donde la corteza
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terrestre y la atmósfera superior, es decir, el volumen en donde ocurre la presencia de vida,
17
son consideradas como los límites del sistema. El mantenimiento del estado dinámico de este
18
metasistema global se logra disipando la energía libre proveniente de la radiación
19
electromagnética del Sol, la obtenida de la interacción gravitacional Tierra-Luna y la energía
20
resultante de la dinámica del núcleo y el manto, que da lugar al campo magnético así como la
21
actividad tectónica. Para la especie humana la importancia de una mayor comprensión del
22
metasistema global se basa en que los recursos naturales y el sistema climático son productos
23
de los subsistemas de dicho metasistema global. Es posible por lo tanto que las actividades
24
humanas que modifican la atmósfera, hidrósfera y biosfera, cambien la dinámica del
25
metasistema global con resultados inciertos. Por otra parte, desde un punto de vista evolutivo
26
la biosfera sería un sistema emergente posterior a la estabilización dinámica de los
27
componentes abióticos del metasistema global, es decir, posterior a la formación de un par
28
estable Tierra-Luna con una magnetósfera funcional. Sin embargo, a partir de su emergencia,
29
la biosfera se convirtió en un subsistema con capacidad significativa de modificar la
30
evolución del metasistema global por medio de modificaciones en la atmósfera, hidrosfera y
31
geósfera.
32
Palabras clave: Emergencia, Sistemas Complejos Adaptativos, Ecosistemas, Biosfera, Gaia
1
33
Abstract
34
Is suggested the possible existence of a global metasystem that would be characterized as an
35
emerging entity resulting from the interaction of the units that make up the planetary system.
36
The metasystem´s units would be the different physical, chemical and biological processes
37
occurring in the subsystems that form the metasystem: magnetosphere, atmosphere,
38
geosphere, hydrosphere, and biosphere. The revised global metasystem is broader than that
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considered in the Gaia theory or in Earth System Science, where the Earth's crust and upper
40
atmosphere, i.e., the volume where the presence of life occurs, are considered as the limits of
41
the system. The maintenance of the dynamic state of this global metasystem it is achieved by
42
dissipating the free energy derived from the electromagnetic radiation of the Sun, the obtained
43
from the Earth-Moon gravitational interaction and the energy resulting from the dynamics of
44
the Earth core and mantle, which produces the magnetic field and much of tectonic activity.
45
For the human species, the importance of a greater understanding of global metasystem is
46
based on the fact that natural resources and the climate system are products of the subsystems
47
of the global metasystem. It is possible therefore that human activities that modify the
48
atmosphere, hydrosphere, and biosphere, change the dynamics of global metasystem with
49
uncertain results. Moreover, from an evolutionary point of view, the biosphere would be an
50
emergent system that appeared after the dynamic stabilization of the abiotic components of
51
global metasystem, i.e., after the formation of a stable Earth-Moon pair with a functional
52
magnetosphere. However, since its emergence, the biosphere became a subsystem with
53
significant capacity to modify the evolution of global metasystem through changes in the
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atmosphere, hydrosphere, and geosphere.
55
Keywords: Emergence, Complex Adaptative Systems, Ecosystems, Biosphere, Gaia
56
2
57
Introducción
58
La especie humana existe inmersa en lo que se conoce como sistema terrestre que
59
incluye una serie de subsistemas o fases conocidas como magnetósfera, atmósfera, geosfera,
60
hidrósfera y biosfera. En conjunto forman un volumen enorme de procesos físicos, químicos y
61
biológicos energizados por la radiación electromagnética del Sol, por el campo magnético
62
terrestre, por las fuerzas gravitacionales del sistema Tierra-Luna-Sol y por la dinámica de las
63
placas, el manto y núcleo planetario. Este sistema, monumental en tiempo, espacio y
64
complejidad, está conformado por una red de interacciones entre los componentes que definen
65
todo los procesos que mantienen el sistema en un estado dinámico fuera del equilibrio,
66
caracterizado por una tasa alta de disipación de energía libre (Karnani y Annila, 2009).
67
Una posible consecuencia de las características del sistema terrestre es que, usando la óptica
68
de la teoría de los sistemas, es posible considerar la existencia de un “sistema de sistemas” o
69
metasistema global en un nivel de descripción diferente al del sistema terrestre. El
70
metasistema global sería resultado de las interacciones de los componentes de los subsistemas
71
magnetósfera, atmósfera, geosfera, hidrósfera y biosfera. La existencia de dicho metasistema
72
global es predecible como un comportamiento emergente derivado, por una parte, de la
73
tendencia normal de los sistemas naturales a diversificar los componentes de los susbsistemas
74
que disipan energía libre (Karnani y Annila, 2009) y, por otro lado, a la estructura natural
75
jeraquizada o anidada de subsistemas en sistemas, de estos en supersistemas, etc. que da lugar
76
a la emergencia de metasistemas que agrupan conjuntos de sistemas formando entidades de
77
mayor dimensión y de ámbito de organización distinto al de los sistemas de donde emergen
78
(Heylighen, 2000).
79
Para explicar brevemente como pudiera crearse este metasistema consideremos inicialmente
80
un sistema R de (n+m) componentes agregados pero sin interacciones que pudiera describirse
81
completamente a partir del comportamiento promedio de n y m (los microestados del sistema)
82
en un rango de tiempo (t2-t1), un ejemplo sería la descripción de un gas ideal. El
83
comportamiento completo del sistema R es calculable a partir de una serie de ecuaciones, por
84
ejemplo de posición, presión y temperatura. Una situación muy diferente ocurriría si entre los
85
componentes del sistema, que ahora llamaremos S para diferenciarlo del anterior, ocurren
86
interacciones S=(n+m)+(n*m)+(n*m*m)…[(n*m)*(n*m)]…[(n*m)*(n*n*m)…]… en (t2-t1),
87
entonces es posible que los microestados de n y m den lugar, gracias a la interacción y
88
sucesiva agregación, así como a la interacción de los propios agregados, a macroestados del
89
sistema original S con nuevas propiedades emergentes no predecibles a partir de la sola
90
descripción estadística de los componentes individuales. El comportamiento completo del 3
91
sistema S es incalculable en un sentido práctico, ya que se requeriría una serie de ecuaciones
92
que incluyeran todos los componentes y sus posibles propiedades, posiciones, interacciones y
93
agregaciones en (t2-t1), lo anterior sin embargo no afirma que S sea formalmente no
94
computable (Hall, 2006). El sistema S, gracias a la acción de un mecanismo de control C que
95
es una de las propiedades emergentes del sistema (Powers, 1995), es capaz de diversificarse
96
en S1, S2,…, Sn sistemas sinérgicos y formar un metasistema S´. Este S´es una nueva entidad
97
derivada de los n sistemas S y se encuentra en un ámbito de complejidad superior con
98
respecto a aquellos (Karatay y Denizhan, 2005). La nueva entidad emerge en forma
99
automática a partir de la interaccón de los n sistemas dinámicos. El proceso global es guiado
100
por uno o mas mecanismos selectivos, normalmente relacionados con flujos de energía,
101
materia o información.
102
En el caso del sistema planetario terrestre el proceso de agregación de subsistemas y sistemas
103
sería automático y resultaría del imperativo de los sistemas constituidos por la magnetósfera,
104
atmósfera, geosfera, hidrósfera y biosfera de ajustar los flujos de energía y materia a un
105
estado de máxima producción de entropía (Karnani y Annila, 2009). El S´resultante de ello
106
sería el metasistema global.
107
El presente escrito propone que el mencionado metasistema global da lugar a una entidad
108
cualitativamente distinta, un fenómeno emergente que pudiera tener impacto en la regulación
109
de los sistemas planetarios de donde surge, cuya posible existencia puede predecirse
110
utilizando la teoría de sistemas, pero que, al contrario de cómo se le ha tratado en la literatura
111
o tradiciones diversas, no es el sistema interactivo homeostático cuyas unidades son los seres
112
vivos y su entorno fisicoquímico (como en la hipótesis Gaia de Lovelock, 1972; la Gaia
113
orgánica presentada por de Castro-Carranza, 2013 ó la teoría Gaia descrita por Lenton y van
114
Oijen, 2002), o un superorganismo a cargo del control de la condiciones que favorecen la
115
vida, tampoco sería una entidad superior con algún conocimiento o interés en la existencia de
116
la vida o de los propios humanos. Lo que se presenta aquí es la propuesta de que dicha
117
entidad sería un fenómeno que englobaría a Gaia y abarcaría a los otros componentes que no
118
se han agrupado previamente con Gaia, es decir, el núcleo y el manto terrestre así como la
119
magnetósfera. La razón es que todos ellos parecen formar un metasistema que usa todas las
120
fuentes de energía disponibles (gravitacional del sistema Tierra-Luna, magnética del núcleo
121
terrestre, electromagnética del Sol y química de la atmósfera, hidrósfera y geósfera) para
122
organizarse como una metaestructura dinámica y con capacidad de evolución, cuyas
123
actividades de control C pudieran impactar en todos los sistemas S que lo conforman,
124
incluyendo a la biosfera en donde radica la especie humana. Lenton y van Oijen (2002), 4
125
atendiendo al criterio del volumen de espacio con influencia de los organismos vivos trazaron
126
límites al sistema Gaia ubicándola en el volumen contenido entre la exosfera (a unos 500 km
127
de altura) y varios kilómetros bajo la corteza, hasta donde se han encontrado microorganismos
128
vivos. Sin embargo, atendiendo a un criterio de los procesos que forman y energizan el
129
metasistema debiera de incluirse en el límite inferior a todo el volumen planetario incluyendo
130
la corteza, el manto y el núcleo, y en el superior a la magnetósfera. Pudiara quedar sujeto a
131
discusión si realmente el volumen del sistema dinámico completo Tierra-Luna deba de
132
considerarse como el volumen del metasistema global. Sin embargo en este escrito no se
133
propone así ya que, aunque está bien demostrado que la Luna ejerce un efecto sobre los
134
organismos y el clima a través de su efecto gravitacional (Benn, 2001), la dinámica que
135
origina el efecto sinódico resulta de la interacción de las masas de la Tierra, la Luna y el Sol,
136
por lo que podría considerarse una fuente de energía e información externa como lo es la
137
radiación electromagnética y el campo gravitacional del Sol.
138 139
La Biosfera y Gaia en el Metasistema Global
140
En el metasistema global la vida se ubica en el sistema denominado biosfera. La vida es una
141
forma más de organización de la materia-energía-información que permite la disipación de
142
energía libre y su transformación en entropía y en equivalentes de información para la
143
construcción de nuevas estructuras (Tribus y McIrvine, 1971). La meta del proceso vida
144
presente en la biosfera parece ser el propagarse y diversificarse en múltiples formas para
145
llevar al máximo la disipación de la energía libre (Lotka, 1922), pero es solamente uno de los
146
procesos en acción, ya que en términos cualitativos el metasistema global no parece distinguir
147
entre sistemas bióticos y abióticos, siendo lo importante el consumo efectivo de energía libre
148
(Karnani y Annila, 2009). En términos cuantitativos, la cantidad de energía libre disipada (o
149
en otras palabras la cantidad de información efectivamente aprovechada y de entropía
150
producida) por el procesamiento asociado a la biosfera es muy pequeña en comparación con
151
los transformaciones derivadas de la magnetósfera, geosfera, atmósfera e hidrósfera
152
(Hermann, 2006). Tal parece que al atenerse a criterios meramente de flujos de energía la
153
biosfera no sería el componente más significativo. A pesar de ello la biosfera ha perdurado
154
por más de 3.5x109 años, lo que indica que el proceso es valioso en el contexto del
155
funcionamiento del metasistema más allá de solamente el flujo de energía consumido. Las
156
siguientes razones pudieran explicar la trascendencia del fenómeno vida en términos de la
157
evolución del metasistema global:
5
158
(i) por la capacidad de la vida de generar nuevos canales de uso y disipación de la energía
159 160
libre; (ii) por crear nuevas propiedades como la consciencia y la inteligencia, que aumentan la
161 162
capacidad del sistema para adaptarse a los cambios y de crear futuros diferentes; (iii)
por la habilidad de modificar extensamente en escalas de tiempo geológicas las
163
propiedades de las otras fases, en particular de la atmósfera, la hidrósfera y la
164
geósfera.
165 166
De no ocurrir la presencia de una biosfera (que no es igual a decir que no hay presencia de
167
vida), como parece acontecer en los cercanos Marte y Venus, el metasistema global no sería
168
capaz de desarrollar procesos que modifiquen la evolución planetaria más allá de lo que se
169
consigue con los procesos abióticos de disipación de energía libre.
170
En la biosfera el conjunto de seres vivos exhibe interacciones entre los propios organismos y
171
entre estos y los componentes fisicoquímicos del sistema terrestre. Las diferentes unidades del
172
sistema forman agregados locales que pudieran ser equivalentes a lo que denominamos
173
ecosistemas, que a su vez muestran interacciones con otros agregados formando biomas.
174
Estos biomas a su vez interactúan entre sí y con otros componentes en otros niveles de
175
descripción (Hansen et al., 2001; Gruber y Galloway, 2008). Todo el conjunto de
176
interacciones y agregados sucesivos forma la biosfera que es uno de los sistemas S del
177
metasistema global S´. La biosfera, la atmósfera, la hidrósfera y la corteza de la geósfera
178
forman lo que se denomina Gaia en el marco de la teoría homómina (Lovelock, 1972;
179
Lovelock y Margulis, 1974; Lenton y van Oijen, 2002; de Castro-Carranza, 2013). Esos
180
cuatro sistemas S1, S2, S3 y S4 agrupados en Gaia a su vez forman parte del metasistema
181
global S´. Otros nombres que se le han dado al conglomerado planetario son anima mundi1,
182
Gaia, Biósfera Global (Levin, 1998), Común de Comunes (Bravo, 2004), Supersistema (Onori
183
y Visconti, 2012) o Madre Tierra (ONU, 2009). En ocasiones se le ha considerado una
184
divinidad, pero dicho atributo sería poco probable ya que no cumpliría con los términos de
185
Gödel (1970). Aunque puede recibir diferentes nombres y su existencia ha sido contemplada
186
desde hace largo tiempo en diferentes escuelas de explicación del mundo, generalmente la
187
descripción del metasistema global se hace ubicándolo en el nivel de complejidad en donde
188
ocurren la consciencia y experiencia humanas, esto es, de las células a los ecosistemas
189
(Strogatz, 2001) o a los biomas, al parecer presuponiendo que no cabría esperar algo más allá
1 Platón, c. 360 a.e.c., El Timeo; Giordano Bruno, 1584, De la causa, principio e uno.
6
190
por no ser ostensible (Goldstein, 1999). En la propuesta aquí presentada de metasistema
191
global, la entidad resultante se encontraría en un ámbito de complejidad diferente al de la
192
evolución, historia y consciencia humanas. En el caso de hablar de un propósito (en un
193
contexto energético del sistema), la evolución de la vida pudiera considerarse una herramienta
194
del metasistema global.
195 196
El Metasistema Global como Sistema Complejo Adaptativo (CAS)
197
Los sistemas complejos adaptativos (CAS) son sistemas dinámicos disipativos que presentan
198
características de adaptabilidad contínua, organización jerárquica y fuente de perpetua
199
innovación (Lenton y van Oijen, 2002). Los CAS son sistemas que a través del tiempo
200
evolucionan y de allí la importancia de entender este punto para el metasistema global: si este
201
es un CAS lleva entonces a preguntas como ¿cuales serán los cambios adaptativos que
202
presentará en el futuro? ¿Qué impacto tendrán estos ajustes en el metasistema sobre la especie
203
humana?
204
Para verificar la posibilidad de que el metasistema global sea un sistema complejo adaptativo
205
(CAS) partimos de Levin (1998) quien definió tres propiedades mínimas para un CAS: (i)
206
individualidad de los componentes; (ii) interacciones localizadas entre los componentes; (iii)
207
un proceso autónomo que haga selección entre los componentes. Estas tres propiedades son
208
exhibidas por las células, los organismos, los ecosistemas, por la biosfera y por Gaia (Lenton
209
y van Oijen, 2002; de Castro-Carranza, 2013) e igualmente por el metasistema global. La
210
individualidad de los componentes y las interacciones localizadas son obvias y demostrables
211
para el metasistema global. En cuanto al proceso autónomo que hace selección entre los
212
componentes este depende del ámbito de complejidad considerado: para las células,
213
organismos, ecosistemas y la biósfera sería el principio del máximo flujo energético derivado
214
de la creación de complejidad biológica y biodiversidad (Lotka, 1922; Ulanowicz y Hannon,
215
1987) en un marco controlado por la selección natural, mientras que para Gaia y el
216
metasistema global sería la maximización de la capacidad de los sistemas para disipar los
217
gradientes de energía maximizando la producción de entropía (Lorenz, 2002; Karnani y
218
Annila, 2009). Lo anterior indica que el metasistema global efectivamente exhibe
219
características de un CAS.
220
Una característica de los CAS es que presentan propiedades macroscópicas que surgen de
221
forma no predecible de la interacción de sus componentes. Estas propiedades emergentes son
222
aquellas características, potenciales, propiedades o habilidades que no están presentes en los
223
componentes individuales pero que resultan de la interacción de los elementos de un sistema 7
224
(Anderson, 1972; Wolfram, 1984). En cada nivel de descripción, o nivel de complejidad, se
225
dan interacciones que dan lugar a nuevas propiedades emergentes que se manifiestan
226
solamente en los sucesivos superiores niveles de descripción (Laughlin y Pines, 2000). Como
227
un ejemplo, los individuos forman poblaciones y estas presentan propiedades que, por una
228
parte, no son predecibles a partir de las de los individuos que forman la población y, por otro
229
lado, no dependen de la especie particular de individuos que las forman, es decir, son
230
fenómenos atemporales independientes de la identidad de una especie particular, que
231
seguramente han existido y existirán entretanto ocurran los sistemas ecológicos complejos.
232
Posteriormente, las poblaciones de unas especies interactúan con las de otras formando
233
agrupaciones que denominamos comunidades, estas luego se agrupan en los llamados
234
ecosistemas y así sucesivamente hasta llegar a la biosfera. Al interactuar la biosfera con la
235
magnetósfera, atmósfera, hidrósfera y geósfera se forma a su vez un CAS con propiedades
236
emergentes no presentes en el ámbito previo de complejidad de donde surge. Esas nuevas
237
propiedades emergentes son las que darían definición a la nueva entidad llamada metasistema
238
global.
239
El proceso que da lugar a las propiedades emergentes es automático, en cada cambio de
240
ámbito de complejidad los sucesivos metasistemas S´, muestran nuevas propiedades
241
cualitativamente distintas a las de los n sistemas S presentes en el ámbito previo (Anderson,
242
1972; Wolfram, 1984). Otra característica de las propiedades emergentes que resultan de los
243
CAS es que los componentes interactuantes del sistema complejo no están al tanto de las
244
nuevas propiedades, por ubicarse estas en un ámbito superior de descripción. Un ejemplo de
245
ello es el organismo humano, un sistema conformado por células y que manifiesta
246
propiedades emergentes como son la sinestesia, los sentidos visual o auditivo, la consciencia
247
y la consciencia de tener una consciencia, etc. El organismo humano está formado por
248
múltiples elementos celulares, unas 3.72x1013 células humanas (Bianconi et al., 2013) y algo
249
así como el el triple en número de células bacterianas (el microbioma) que en conjunto
250
forman un metaorganismo poligenómico. Un organismo humano sería entonces un
251
metaconglomerado de organismos individuales que se agrupan de forma cooperativa, de allí
252
el carácter poligenómico de los humanos (Bosch y McFall-Ngai, 2011).
253
La interacción ordenada y funcional del conjunto de células genera un metaorganismo (en
254
donde las células o subsistemas forman sistemas S1, S2,…, Sn que se agrupan en diferentes
255
ámbitos: tejidos, órganos, etc. con procesos de control C formando un metasistema S´) que se
256
manifiesta como un humano consciente de sí mismo, como un todo biológico que
257
posteriormente es modificado en cuanto a su comportamiento por la cultura imperante. La 8
258
consciencia de estar consciente es un epifenómeno que emerge de la organización funcional
259
de los componentes celulares y no se encuentra entre las propiedades de las células
260
individuales. Esta consciencia del todo que percibimos como “uno mismo” no se comunica de
261
ninguna forma conocida con las partes del sistema, con las células, ni con sus sucesivos
262
agregados o módulos que denominamos tejidos, órganos y sistemas. El metasistema
263
resultante, la consciencia que percibimos como “uno mismo” no se encuentra al tanto de sus
264
partes2, ni estas parecen estar al tanto del epifenómeno de consciencia humana que generan,
265
presentándose una inhabilidad manifiesta para la comunicación entre el todo y las partes. Es
266
posible que dicha inhabilidad tenga una base de diseño intrínseco pero, además, pudiera ser
267
una forma de proteger la operación del metasistema emergente (De Wolf y Holvoet, 2004). El
268
todo S´ emerge de la interacción de las partes S a través de un proceso auto-organizado
269
(regulado por mecanismos de control C), pero las partes no están conscientes del todo que
270
forman.
271
Ubiquémonos ahora en un ámbito de descripción diferente: las poblaciones de los diferentes
272
organismos (incluyendo los humanos) y su entorno fisicoquímico. Del mismo modo que las
273
células en un organismo humano las diferentes especies, poblaciones, comunidades y los
274
componentes abióticos interactúan unos con otros en formas directas e indirectas, formando
275
una gigantesca red de interrelaciones que dan lugar a un sistema S que interactúa con otros
276
sistemas y da lugar al metasistema global S´, con propiedades y posibilidades
277
cualitativamente diferentes a las que mostramos los componentes de los subsistemas en el
278
nivel de complejidad del cual tenemos consciencia. Esto ocurre así porque la consciencia
279
humana es la de un individuo que percibe las interacciones con otros individuos de la misma u
280
otras especies en escalas espacial y temporal (t2-t1) pequeñas. Sin embargo, no estamos
281
conscientes de todo el conjunto de los componentes y sus interacciones en el espacio y el
282
tiempo globales, que es lo que daría lugar a la existencia del metasistema global.
283
El metasistema global es bastante antiguo, formándose probablemente antes que la biosfera,
284
pero sus características y habilidades deben de haber cambiado conforme sus componentes se
285
han modificado a través de las eras geológicas. En ese sentido pudiera plantearse la pregunta
286
de si las modificaciones realizadas por los humanos en el entorno global pudieran de cierto
287
modo cambiar las características no solo de la biosfera, lo cual es un hecho conocido (Hansen,
288
2001), sino posiblemente del metasistema global y si esto impactaría de alguna forma en el
289
conjunto de sistemas de donde obtenemos sustento. 2 El conocimiento que tenemos de esas partes (células, tejidos y órganos) es indirecto, proviene de estudios realizados en otros individuos, no es un autoconocimiento del sistema “uno mismo”.
9
290 291
Relevancia de la comprensión del metasistema global
292
El metasistema global se encuentra fuera del ámbito de la experiencia humana o de otros
293
organismos, ya que no es posible la comunicación entre este metasistema global y los seres
294
vivos por encontrarse en escalas temporal y espacial distintas, así como en ámbitos de
295
complejidad diferentes, lo que se traduce en un abismo de comunicación entre los dos tipos de
296
existencia. Este tema pudiera parecer intrascendente ya que ¿cuál seria la utilidad práctica de
297
algo abstracto y alejado de la experiencia humana? En primer lugar, antes de tocar la posible
298
aplicación práctica, es probable que la idea tenga algún valor filosófico. Tal vez ampliaría la
299
idea del desarrollo sustentable3, o tocaría las ideas acerca del papel de la humanidad en el
300
Universo o hasta la confianza en que la humanidad está sujeta de alguna manera al cuidado
301
de, o alineada con algún designio superior. Pudiera asociarse también con temáticas religiosas
302
ya que en lugar de hablar de alguna entidad superior preexistente realizando la creación activa
303
de los seres vivos, lo que parece ocurrir es precisamente lo contrario: la creación (como acto
304
involuntario pero no por ello menos trascendental) por parte de los componentes de los
305
subsistemas de una nueva categoría de existencia, de un metasistema global, en un ámbito de
306
complejidad distinto y por lo pronto inaccesible para sus involuntarios creadores.
307
¿Por qué es trascendente desde un enfoque técnico? Primero, porque el tema de las
308
propiedades emergentes en los sistemas complejos ha sido muy atendido pero relativamente
309
poco comprendido (De Wolf y Holvoet, 2004) y tal vez las posibilidades prácticas del estudio
310
de este metasistema global pudieran ampliar el interés multidisciplinario en el tema. Segundo,
311
la importancia práctica pudiera ser considerable ya que los humanos estamos inmersos en el
312
metasistema global como un componente más en interacción con otros componentes. ¿De que
313
manera el metasistema se ajusta a los cambios impuestos por los organismos en la biosfera?
314
Un ejemplo de ello fue el gran evento de oxidación resultante de la aparición de la fotosíntesis
315
oxigénica, el cual cambió radicalmente la configuración de la biosfera y la convirtió en un
316
sistema más efectivo para la disipación de energía libre (Canfield, 2005). Ahora se tiene en
317
acción a la inteligencia humana que al igual que la fotosíntesis oxigénica surgió a través del
318
proceso evolutivo, y que por medio de tecnología industrial utiliza cantidades significativas
319
de la productividad primaria y otro recursos naturales, creando productos antes inexistentes
320
como la cultura, tecnología para procesar y almacenar cantidades ingentes de información,
321
biotecnología, nanotecnología, exploración de otros sistemas planetarios, etc. ¿se trata como 3 “El desarrollo sustentable no es una idea fija, sino un proceso evolutivo de mejora del manejo de los sistemas, conseguido a través de un mayor conocimiento y comprensión” (Cary, 1998).
10
322
en el caso del gran evento de oxidación del inicio de una nueva reconfiguración (ahora por la
323
inteligencia) de una parte de los sistemas en que el fenómeno vida está inmerso?, de ser así,
324
¿cuál podría ser el impacto de estos cambios en los ajustes dinámicos del metasistema global?
325
Como respuesta parcial a la última pregunta; desde el punto de vista de las propiedades de los
326
CAS se espera que los componentes de los sistemas S1, S2, …, Sn tengan un impacto muy
327
grande en las propiedades del metasistema global S´, pero en mucha menor magnitud al
328
contrario, ya que el posible control que ejerce la entidad emergente sobre el comportamiento
329
individual de las unidades del sistema de donde surge es laxo (Levin, 1998) y se espera que
330
los efectos relevantes vayan de abajo hacia arriba (bottom-up), es decir desde los n sistemas
331
hacia el metasistema global (De Wolf y Holvoet, 2004). Sin embargo, también se ha
332
propuesto que el todo emergente puede tener un efecto importante sobre los componentes del
333
sistema a través de regulación de arriba hacia abajo (top-down) (Corning, 2002), lo que
334
entonces dejaría la pregunta abierta. De nuevo la analogía de las células que conforman un
335
organismo humano es útil. El surgimiento del “uno mismo” consciente está basado en las
336
interacciones al nivel de células, tejidos y órganos, pero el “uno mismo” desarrolla
337
adicionalmente comportamientos complejos asociados con la exploración, la búsqueda de
338
alimento, refugio y pareja, la memoria, el aprendizaje, etc., que se encuentran inaccesibles a
339
las células individuales que son la base de toda esta construcción biológica. En este sentido el
340
metasistema global del que aquí se habla se trata de una categoría diferente de existencia,
341
poco o nada consciente de la existencia de las unidades vivientes y de los otros sistemas y de
342
sus interacciones de donde emerge. A pesar de lo anterior, los ajustes en el comportamiento
343
del metasistema global pudieran tener impacto sobre los sistemas de donde surge, ya que los
344
cambios implicarían alteraciones en los flujos de materia, energía e información del conjunto
345
interactivo.
346
Para acceder al conocimiento sobre el comportamiento del metasistema global sería necesario
347
contar con modelos adecuados, un gran volumen de datos de los sistemas que lo forman y una
348
descomunal capacidad de cómputo. Los modelos pueden desarrollarse desde la perspectiva de
349
“arriba-abajo” (top-down) usando cantidades gigantes de datos buscando patrones y posibles
350
asociaciones funcionales. Una fuente potencial de dichos datos es el conjunto de registros
351
fósiles y paleoclimáticos así como las recientes bases de datos acerca de la actividad
352
climática, de vulcanismo y sismicidad, actividad magnética y gravitacional. Para los datos
353
actuales la limitante es el corto tiempo de que se dispone de ellos. Otra desventaja de este
354
enfoque es que los modelos requieren validación, lo que es posible contando con tiempos
355
largos de colecta de datos o bien con información de otros metasistemas planetarios. 11
356
Contando con un mínimo crítico de conocimientos sobre el metasistema global hay algunas
357
preguntas que pudieran responderse: ¿cuál es la importancia de dicha entidad en la evolución
358
planetaria y de la vida? ¿es posible que la especie humana juegue un papel relevante en su
359
evolución? o al contrario, una vez que emergió de las interacciones de los diferentes sistemas
360
y se volvió funcional ¿juega algún papel en la evolución de los organismos, entre ellos los
361
humanos? Seguramente que estas y otras preguntas son de gran relevancia en un marco de
362
desarrollo sustentable y de planificación a largo plazo.
363 364
Conclusión
365 366
Se plantea la posible existencia de un metasistema global que surge como propiedad
367
emergente del complejo sistema de componentes e interacciones entre componentes bióticos y
368
abióticos (magnetósfera, atmósfera, geósfera, hidrósfera y biosfera) que forman el sistema
369
planetario terrestre.
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