ENTRADA. Abran las puertas, abran las puertas 1 ábranlas al Redentor (2)

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Abran las puertas, abran las puertas ábranlas al Redentor (2)

1

Bendecid al Señor, todos los siervos del Señor, * Alzad vuestras manos en el Santuario y bendecid al Señor (2) Mira que estoy a tu puerta y llamo y si escuchas mi voz y abres, entraré a tu casa y cenaremos tú y yo.

ENTRADA

Alabad al Señor, naciones todas, pueblos todos, alabadlo. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia. * Y la verdad del Señor es para siempre ¡Aleluya! ¡Amén! (3)

2

Alégrate, pueblo de Dios porque el Señor en medio de ti está (2)

3

Alza tus manos, cierra tus ojos, deja que inunde tu corazón (2) Su amor derrama cual agua viva en lo profundo de nuestro ser (2) Alaba al Padre, alaba al Hijo, alaba al Santo Consolador (2) Aquí estamos, Señor, en tu casa otra vez, qué alegría volverte a encontrar. Vamos a compartir y expresar nuestra fe como hermanos en torno al altar.

“Alaben a Dios en su santuario, alábenlo en su poderoso firmamento... Alábenlo con toques de trompeta, alábenlo por su inmensa grandeza. ¡Que todos los seres vivientes alaben al Señor!” (Sal. 150)

En el Nombre de Dios vamos a celebrar el misterio de la salvación. El Señor nos dará su palabra y su paz, es la fiesta del pueblo de Dios. Partiremos tu pan, signo de comunión, beberemos tu vino de amor y a la vez sellarás con nosotros, Señor, una alianza que viene de Dios. Nos amaste Señor, como nadie jamás, nos da fuerza tu fidelidad. En la mesa de Dios hoy nos transformarás en fermento de comunidad.

4

Batid las manos, pueblos todos, con voz de júbilo, alabad a Dios (2)

5

Hosanna, hosanna, con voz de júbilo alabad a Dios (2) Bendeciré al Señor en todo tiempo, y mi boca no cesará de alabarlo. Mi alma se enorgullece en el Señor, que lo oigan los humildes y se alegren.

6

Engrandezcan conmigo al Señor, ensalcemos todos su Nombre. Busqué al Señor y me dio una respuesta, me libró de todos mis temores. El pobre gritó y lo oyó el Señor, lo sacó de todas sus angustias. Amen al Señor todos sus fieles, pues nada le falta a quien le ama.

7

Canten todos la alegría de vivir en Dios.

10

Si estamos abiertos cuando hablas, Señor, nos da tu palabra la paz interior. El hambre y la sed de justicia nos dan la ardiente pasión de guardar tu verdad.

8

Al hombre sediento de vida y verdad, tan solo tú, Cristo, lo puedes colmar. Creer es mirar con tus ojos, Señor, y darle a la vida todo su valor.

Pues hizo el Señor grandes maravillas (3) Cantad al Señor, cantad al Señor.

Cristo es Rey del universo, cántale una canción. Gózate en su presencia, Él es la resurrección.

Cantemos amén, hosanna, aleluya (3) Cantemos amén, cantemos amén. Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.

Porque el Señor es bueno (2) Para siempre su misericordia (2) Y su verdad por los siglos de los siglos.

La Buena Noticia de Cristo Jesús la entienden los pobres y es fuerza y es luz.

Éste es mi cuerpo que fue entregado y ésta es mi sangre también. * Yo soy el pan de la vida y el cáliz de salvación (2) Cantad al Señor un cántico nuevo (3) Cantad al Señor, cantad al Señor.

Reconoced que Dios es Dios (2) Él nos hizo y suyo somos (2) Pueblo suyo somos y ovejas de sus prados. Entrad por sus puertas con gratitud (2) Por sus atrios con alabanzas (2) Alabadle y bendecid su Nombre.

Prueben qué bueno es el Seño, hagan la prueba y véanlo. Dichoso aquel que busca en él refugio (2)

Canta mi pueblo, alegre mi pueblo, la fiesta no se acabará. * Cuando termine en la tierra, en el cielo comenzará (2)

Servidle con alegría, servidle con alegría. Venid ante su presencia con regocijo.

9

¡Aleluya! Un canto nuevo en su honor. Alza tus brazos, vitoréale a Él.

11

Bautiza y limpia, poderoso es nuestro Dios. Poderoso es nuestro Dios (4)

Abre tus labios y entona una canción en su honor. Mueve tu cuerpo, glorifica al Señor. Grítale al mundo que Jesús es el Rey. Grítalo fuerte que ellos puedan creer en su amor. Toquen las guitarras y que suene el tambor. Que las panderetas vibren con emoción. Bellas melodías, canto nuevo en su honor, en su honor. El Señor es mi luz y mi salvación, el Señor es la defensa de mi vida. Si el Señor es mi luz, ¿a quién temeré?, ¿quién me hará temblar?

12

Has puesto en nuestros labios una hermosa alabanza y guías nuestros pasos por limpio caminar. Has puesto en nuestras vidas una gran esperanza, pues eres Jesucristo, Señor y mediador. Permites a tus siervos poder llamarse hijos, permites a tus siervos nutrirse de tu amor, permites a tus siervos vivir con alegría, pues eres Jesucristo, Señor y mediador.

No me escondas tu rostro, Señor, buscaré todo el día tu rostro. Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá. Oh Señor, enséñame el camino, guíame por la senda verdadera. Gozaré de la dicha del Señor en la tierra de la vida.

13

Y cantando para Él, nada, nada me faltará (2)

Estamos muy alegres, Jesús está aquí, sentimos su presencia, tenemos comunión. * Sentimos que Jesús está aquí en medio nuestro y por eso tengo paz en mi corazón (2) Esta alegría nunca se me irá (3) porque está dentro de mi corazón (2)

Y Orando para Él, ... Y amando para Él ... Estamos de fiesta con Jesús, al cielo queremos ir. Estamos reunidos en la mesa y es Cristo quien va a servir. Poderoso es nuestro Dios (4) Él sana, él salva, poderoso es nuestro Dios.

15

Te alabamos Jesús, te alabamos Señor (2)

Una cosa pido al Señor, habitar por siempre en su casa. Gozar de la dulzura del Señor, contemplando su rostro santo.

El Señor es mi pastor, con Él nada me faltará (2)

Estamos hoy reunidos, Señor, para alabarte, reunidos en tu Nombre, gritando con ardor, reunidos como niños que alegres van cantando y exclaman aleluya al nombre del Señor. Has dicho que en tu nombre barreras se rompían, has dicho que en tu nombre podemos perdonar, has dicho que en tu nombre enfermos sanarían, pues eres Jesucristo, Señor y mediador.

14

Estamos muy alegres, Jesús está aquí, La cena celebramos, la cena del Señor. * El pan ya bien partido y el cáliz bendecido son comunión con el cuerpo y la sangre, sí. (2) Éste es mi cuerpo entregado para ti, ésta es mi sangre derramada para ti.

16

Éste es mi cuerpo entregado para ti, también la sangre derramada, sí (2)

Pues su amor por nosotros es muy grande (2) La fidelidad del Señor es eterna (2)

Éste es el día, éste es el día que hizo el Señor, que hizo el Señor. Día de alegría, día de alegría y de gozo, y de gozo.

17

Pueblo de Dios, pueblo elegido y consagrado para cantar las maravillas del Señor.

Éste es el día que hizo el Señor, día de alegría y de gozo. Éste es el día, éste es el día que hizo el Señor.

Es el Señor quien nos anuncia su Palabra. Es el Señor quien nos invita a la oración.

18

Es el Señor quien alimenta nuestra vida. Es el Señor quien se nos da en comunión.

Aleluya, aleluya, en la misa el gran encuentro con Jesús (2) Pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios, bendice a tu Señor.

Aleluya, cantaremos en la misa el gran encuentro con Jesús (2) Aleluya, bailaremos, en la misa el gran encuentro con Jesús (2) Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia vamos caminando al encuentro del Señor.

19

Te cantamos, oh Hijo amado del Padre, te alabamos, eterna Palabra salida de Dios. Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María, te alabamos, oh Cristo, nuestro hermano, nuestro salvador. Te cantamos a Ti, esplendor de la Gloria, te alabamos, estrella radiante que anuncias el día. Te cantamos, oh luz que iluminas nuestras sombras, te alabamos Antorcha de la Nueva Jerusalén.

Un largo caminar por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin al ayuda del Señor. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

Te cantamos, Mesías que anunciaron los profetas, te alabamos oh Hijo de Abraham e Hijo de David. Te cantamos, Mesías esperado por los pobres, te alabamos oh Cristo nuestro Rey de humilde corazón.

La Iglesia en marcha está, a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz. Naciones y pueblos todos, alaben al Señor (2)

21

Glorifiquemos a nuestro Dios y celebremos su gran amor. Aleluya. Aleluya.

Ésta es la mañana ... Ésta es la tarde ... Ésta es la noche ... Fiesta, fiesta, fiesta de fe. Fiesta, fiesta, fiesta de amor (2)

Alabemos a nuestro Señor (2)

20

Te cantamos, Mediador entre Dios y los hombres, te alabamos, oh Ruta viviente, camino del cielo.

22

Te cantamos, Sacerdote de la Nueva Alianza, te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz. Rendid a Yahvé, santos del Señor, gloria y poder al que hace la creación. Rendid honor al glorioso nombre del Señor y alabadle en su santo esplendor.

23

La Palabra viva del Señor nueva luz y fuerza nos dará para proclamar a todo el mundo: “Jesucristo nos salvó, llegó el reino de la paz”.

Sobre los mares resuena la voz de Dios, glorioso es Dios, su voz hace temblar. Qué poderosa es la voz del Altísimo. ¡Aleluya! Su voz desgaja los cedros del Líbano. ¡Aleluya! La voz del Señor lanza llamas de fuego. ¡Aleluya! Sacude los bosques la voz del Altísimo. ¡Aleluya! Y en su Santuario gritan gloria.

Todos unidos formando un solo cuerpo, un cuerpo que en la Pascua nació. Miembros de Cristo, en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió. Él nos conduce, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios.

Sentado está Dios sobre la tempestad, sentado está Yahvé, cual Rey eterno. La fuerza da al que pone su confianza en Él. Yahvé bendice a su pueblo con paz. Señor, ¿quién puede entrar en tu Santuario para alabar? (2) El de manos limpias y corazón puro, que no es vanidoso y sabe amar (2)

24

Somos en la tierra semilla de otro Reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz entre las sombras, Iglesia peregrina de Dios. Rugen tormentas y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría, presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, Él viene con nosotros, Iglesia peregrina de Dios.

Señor, yo quiero entrar en tu Santuario para adorar (2) Oh, limpia mis manos y mi corazón, mi vanidad limpia y dame tu amor (2) Señor, ya puedo entrar en tu santuario para alabar (2) Tu sangre me lava, me otorga el perdón, tu Espíritu Santo me llena de amor (2) Somos la familia de Jesús, congregada en torno del altar, para celebrar juntos la fiesta del amor que en una cruz liberó a la humanidad.

Es la voluntad de Jesucristo nos reunamos los hermanos a comer juntos el pan, en su amor y fe todos unidos, recibamos la palabra que nos da la libertad.

25

Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en la misma comunión. Todos viviendo en una misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos prendidos en una misma suerte,

26

ligados a la misma salvación. Somos un cuerpo y Cristo es la cabeza, Iglesia Peregrina de Dios.

Ven, sube a la montaña a recibir la Ley del Reino. Jesús quiere grabarla sobre tu corazón.

Tú eres la roca de poder protégeme, protégeme, hasta que pase oh Señor la tempestad, protégeme, protégeme con tu poder. Tú eres la roca de poder, tú calmarás la tempestad. Tú eres Jesús, mi Salvador, * protégeme (3)

27

Vienen con alegría, Señor, cantando vienen con alegría, Señor, los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor.

28

Felices los pacientes, el cielo poseerán; los que aman la justicia en Dios se saciarán.

Vienen trayendo entre sus manos esfuerzos de hermanos por la paz, deseos de un mundo más humano que nace del bien y la verdad.

Llamados a guardar la unidad del Espíritu, por el vínculo de la paz: cantamos y proclamamos. Llamados a formar un solo cuerpo en un mismo Espíritu: cantamos y proclamamos. Llamados a compartir una misma esperanza en Cristo: cantamos y proclamamos.

Felices los sinceros porque verán a Dios, los misericordiosos porque obtendrán perdón. Felices los que luchan por construir la paz; a ellos pertenece el Reino Celestial.

Vienen trayendo la esperanza a un mundo cargado de ansiedad, a un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad.

Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, ¡Un solo Dios y Padre!

Felices los humildes, su herencia es el Señor; felices los que lloran, tendrán consolación.

29

30

Como el hijo pródigo andaba por este mundo en trivialidades y placeres vanos. Los falsos amigos pronto se marcharon y ya en soledad mi vida entera entristeció.

31

Señor, perdóname, sólo contra Ti pequé. No merezco llamarme hijo de un Dios tan bueno. Límpiame de mis pecados, por favor, acéptame, quiero volver a servirte, seguir contigo y regocijarme.

PERDÓN

Y hoy nuevamente ocurre, volvemos a caer en el mismo pecado, es difícil ascender. Pero la misericordia de nuestro Padre Dios viene en nuestro auxilio y nos levanta con amor. ¿Cómo puedes tú orar enojado con tu hermano? (2) * Dios no escucha la oración (2) si no estás reconciliado (2)

32

Cristo dijo “perdonad, si queréis ser perdonados (2) * porque aquel que no perdona (2) no podrá ser perdonado” (2) “Mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros (2) * Como yo los he amado (2) os améis también vosotros” (2)

“¡Ten piedad de mi, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas!” (Sal. 50, 3)

Eran cien ovejas que un pastor tenía eran cien ovejas que a pastar sacó. Sucedió una tarde que al contarlas todas, * le faltaba una (2) y triste lloró. Las noventa y nueve dejó en el aprisco y por las montañas a buscarla fue. La encontró perdida, temblando de frío, curó sus heridas, la puso en sus hombros y al redil volvió. Esta triste historia vuelve a repetirse, cada nueva oveja que perdida va, sin Dios, sin consuelo, sola por el mundo.

33

* Sin Dios, sin consuelo (2) y sin su perdón. Hoy perdóname, hoy por siempre, sin mirar la mentira, lo vacío de nuestra vida, nuestra falta de amor y caridad.

34

Hoy perdóname, hoy por siempre, aún sabiendo que he caído, que de Ti siempre había huido, hoy regreso arrepentido, * vuelvo a Ti (4)

Danos, Señor, el perdón por las cosas que no hicimos, danos, Señor, el perdón por no andar por tus caminos y por tanta cobardía que es el pan de nuestros días, * ten compasión, ten compasión (2)

Humíllense en la presencia del Señor (2) Y él los ensalzará alto, muy alto. Y Él los ensalzará.

35

Llegó la noche serena cuando en sueños voy al cielo para elevarte una alabanza, oh mi Cristo Nazareno

36

Culpable soy, bien lo se, yo no merezco perdón. Culpable soy, bien lo se, soy un pecador. Por eso vengo ante Ti para implorar tu perdón, compadécete de mi, Hijo de Dios. Verdad Dios mío que me perdonas, verdad Dios mío que hoy abandonas la oscura tumba para decirme que olvidas las penas que te hice sufrir. Señor, que proclamas tu Reino, de paz, de justicia y amor, piedad, ten piedad, Señor. Cristo, que nos diste la vida, que nos llamas a amar, piedad, ten piedad, Señor. Señor, Tú que a todos proclamas, * piedad, ten piedad, Señor. (2)

38 Piedad, Señor por tantas cosas hechas a medias, al revés y sin pensarlo. Por tanto amor que acaba en desengaño, por tanta limosna que es crueldad. Piedad Señor por tanto ir pregonando la multitud de nuestras caridades y por irnos callando las verdades que a pleno habría de gritar.

37

Piedad, Señor, por tantas presunciones, por tanta situación no puesta en claro, por no haber dicho blanco a lo que es blanco, por no haber llamado pan al pan. Piedad, Señor, por tanta medianía, por envidiar ajenas situaciones y por matar el hambre de ilusiones de los que tienen ganas de luchar. Señor, ten piedad, piedad de nosotros (2) Por el mundo, por la paz, Señor ten piedad. Por el pan, por el amor, Señor ten piedad. Por los niños y las flores, Cristo, ten piedad, por el alma de los hombres, Cristo ten piedad. Señor, ten piedad, piedad de nosotros (2)

39

Señor, ten piedad (3) de nosotros (2) Cristo, ten piedad de nosotros (2) Cristo ten piedad (3) de nosotros. Señor, ten piedad (3) de nosotros. Señor, ten piedad (3) ten piedad * de nosotros (3).

40

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades, borra mis rebeliones. * Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado (2)

41

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz al pueblo (2)

42

Por tu inmensa gloria, te alabamos todos, te adoramos todos, te glorificamos. Señor Rey celestial y Dios Padre poderoso (2) Señor Hijo Jesucristo, Cordero de nuestro Dios (2) Tú que quitas el pecado, apiádate de nosotros (2) Porque Tú sólo eres santo, Altísimo Jesucristo (2)

GLORIA

“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por Él!” (Lc. 2, 14)

En la gloria de Dios Padre, con el Espíritu Santo (2)

43 Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: tú, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, tú, que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica, tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo tú eres santo, sólo Tú Señor, sólo tú altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.* Amén (3) Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad (2) Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos. Te damos gracias por tu inmensa gloria, Señor Dios Padre, todopoderoso.

44

Gloria a nuestro Dios en lo alto del cielo y en la tierra paz a los por Él amados.

45

Señor, te alabamos, Señor te bendecimos. Todos te adoramos. Gracias por tu inmensa gloria. Tú eres el Cordero que quitas el pecado. Ten piedad de nosotros y escucha nuestra oración. Sólo Tú eres santo, sólo Tú Altísimo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

ALELUYA

“La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo...” (Heb. 4, 12)

Aleluya, aleluya, aleluya! (2)

46

Aleluya (10)

Dios es nuestro Padre, Jesús nuestro hermano, su Espíritu nos une para el servicio de todos.

Buscad primero el Reino de Dios y su perfecta justicia y lo demás añadido será. Aleluya. Aleluya.

(Navidad) Cristo ha nacido, la tierra se abre, el cielo desciende, Dios para siempre ya es hombre.

Aleluya (4)

(Pascua) ¡Ha resucitado Jesús, el Señor! Con Él surgiremos para la vida eterna.

Abran sus oídos, pueblo querido, abran sus oídos y escúchenle. Ábranlos ahora pueblo amado, * Dios nos habla hoy (2)

(Pentecostés) Dios da a los hombres su Espíritu Santo, congrega en su Iglesia a las naciones del mundo.

Quién podrá oír la voz de Yahvé, quién podrá oír, escúchenle. Quién aprenderá el camino recto. * Escucha a Yahvé (2)

(Asunción) Hoy triunfa María la lado de Cristo y anuncia a la tierra la esperanza del cielo. (Corpus y Cristo Rey) Quien come este Pan y bebe este Vino anunciará mi muerte hasta que yo vuelva al mundo. (Virgen María) ¡Tú, llena de gracia, bendita entre todos! Alégrate María porque el Señor te eligió. Aleluya (4) Yo soy el Maestro, yo soy el Pastor, feliz quien me sigue y escucha mi voz.

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49

Alaben el Nombre del Señor, alaben su santo Nombre. Bendito sea el Nombre del Señor Jesús. * Ahora y para siempre eterno es su amor (2) Dios ha hablado con su pueblo, ¡Aleluya! Y su Palabra nos enseña, ¡Aleluya! (2)

(Ascensión) Vayan por el mundo, anuncien mi Reino, serán mis testigos hasta el final de los tiempos.

48

50

Al altar nos acercamos con el vino y con el pan * son los frutos del trabajo que queremos presentar (2)

51

Estos dones que ofrecemos, el Señor convertirá * en su sangre y en su cuerpo, signo de fraternidad (2) Ojalá que en esta ofrenda expresemos la unidad * que si hubo alguna ofensa, la sepamos perdonar (2) Ante tu altar, hoy como hermanos, el pan y el vino te presentamos (2)

OFRENDA

52

Fruto del sudor, del esfuerzo del hombre, se ha transformado en Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor (2) Todos reunidos en tus manos estamos y como trigo crudo nos puedes sembrar, pues el trigo que no muere solo se queda, pero si muere fruto eterno dará. Comienza el sacrificio sublime del Altar. Cantemos al que pronto su sangre nos va a dar.

53

La hostia está dispuesta y el cáliz redentor ya se alza sobre el ara. ¡Cantemos al Señor! Por este sacrificio que es obra de tu amor, la fe de nuestros padres consérvanos Señor.

“Da al Altísimo según lo que Él te dio, y con generosidad, conforme a tus recursos...” (Eclo. 35, 9)

Elegiste Señor para quedarte frutos simples surgidos de la tierra, pan y vino sembrados por el hombre y que pueden estar en cualquier mesa. ¡Que sepamos, Señor, ser tu pan bueno nacido de la espiga verdadera! (2)

54

Estos frutos que nuestro trabajo dio en la tierra del Señor, simbolizan la continuación de su santa creación.

Hoy, trayendo espigas y racimos, nos llegamos, Señor, hasta tu mesa para unir a la ofrenda de tu Hijo el gozo y el dolor de la cosecha.

Estos dones se convertirán en el Cuerpo de Jesús y en su Sangre que entregó en la cruz para nuestra libertad.

¡Que sepamos, Señor, ser vino bueno y apagar en el mundo la tristeza! (2) En la tierra la sembró el sembrador la semilla de tu pan, Señor. Y después el viñador trabajó en buena lid y la tierra ve crecer las espigas y la vid (2)

55

¿Qué podemos darte, nuestro Creador? Sólo nuestra nada tómala, Señor. Padre nuestro recibid el humilde don del pan, de ese pan que se convertirá en el Cuerpo de Jesús.

56

59

Recibid también, Señor, los racimos de la vid, de la vid que se convertirá en la Sangre de Jesús. Con el vino y con el pan ofrecemos nuestro don, nuestra pobre vida de dolor, entregada con amor. Gloria al Padre y al Amor y a Jesús, nuestro Señor, bendigamos el Nombre de Dios siempre y en todo lugar. Amén.

Padre de Jesús, bendice lo que presentamos hoy * y que al preparar tu mesa se renueve el gozo de saber tu amor (2) Pan de nuestras vidas, pan de nuestras manos, pan de nuestra juventud, pan que hoy entregamos, juntos como hermanos, en señal de gratitud. Vino de la tierra buena y generosa, vino te ofrecemos hoy. Lleva nuestras luchas, lleva nuestras penas, lleva nuestra sed de amor. Este es nuestro pan que amasó el trabajo con la blanca harina del trigal y éste, el vino es, que hizo nuestra mano con la rica uva del parral.

58

Porque tu misa es nuestra misa, porque tu vida es nuestra vida (2)

El trigo se molió en el molino, rompiendo su cuerpo como tú, la uva la pisó el hombre en el lagar, igual que tú te dejaste pisar. Y ahora convertido en pan y vino, tu pueblo ofrece en el altar, * conviértelos, oh Dios, son frutos de tu amor en el Cuerpo y Sangre del Señor (2) Este es el momento de alegrar la mesa con el vino y con el pan, que consagraremos y que ofreceremos y que hemos de comulgar. Este es el momento de llegar confiados a la mesa del altar porque tu Palabra vivificadora nos acaba de llamar.

Mira nuestra ofrenda, mírala Señor, todo te ofrecemos para unirnos más.

57

Por los niños que empiezan la vida, por los hombres sin techo ni hogar. Por los pueblos que sufren las guerras, te ofrecemos el vino y el pan.

60

Pan y vino sobre el altar, son ofrendas de amor. Pan y vino serán después tu Cuerpo y Sangre Señor (2) Por los hombres que viven unidos, por los hombres que buscan la paz, por los pueblos que no te conocen, te ofrecemos el vino y el pan. Por aquellos a quienes queremos, por nosotros y nuestra amistad, por los vivos y por los difuntos, te ofrecemos el vino y el pan.

Recibe, oh Dios, el pan que te ofrecemos. Luego será el Cuerpo de Jesús. También acepta nuestros sacrificios, nuestra oración y nuestro corazón.

61

Te presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor.

Recibe, oh Dios, el vino que ofrecemos. Luego será la Sangre de Jesús. También acepta nuestros sacrificios, nuestra oración y nuestro corazón.

Bendito seas, Señor, el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres. Traigo ante Ti esta ofrenda, Señor. Junto con ella te quiero entregar mi corazón.

62

Con sincera humildad, Señor, queremos ofrendar amor, alegría, dolor,

Convierte este pan en tu cuerpo, Señor, y únenos con él en tu amor (2)

Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador, * se convierten ahora en pan y vino de amor, en el cuerpo y la sangre del Señor (2) Compartimos la misma comunión, somos trigo del mismo sembrador, * un molino la vida nos tritura con dolor, Dios nos hace Eucaristía en el amor (2)

El vino de la uva y el trigo en blanco grano son frutos de las manos, son hijos del dolor. Esfuerzos y trabajos que en Cristo se agigantan * y por su medio alcanzan valor de redención (2)

Este vino que aquí está para que vos Señor vivas en bebida de luz para poder guiar a los hombres que hoy buscan tu amistad.

65

Convierte este vino en tu sangre, Señor, y únenos con él en tu amor (2)

Oh Dios, que reformaste la humanidad caída, confunde nuestra vida con tu divinidad. Lo mismo que se mezcla en esta ofrenda pura, * el agua que es figura de nuestra humanidad (2)

Te ofrecemos, Señor, el pan, pan de vida te harás y así juntos podremos ser como hermanos al fin, es el signo de amor que vos nos pedís.

64

Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

Recíbelos, Señor, por nuestras faltas, por los que están aquí junto al altar, por los cristianos vivos y difuntos, por todo el mundo, por su salvación. Recibe, oh Dios eterno, la hostia inmaculada que luego a Ti inmolada va a ser en este altar. Con ella te pedimos que aceptes nuestros dones, * son fieles corazones que a Ti solo han de amar (2)

y en nuestra pequeñez el cansancio también dejar a tus pies.

63

Como granos que han hecho el mismo pan, como notas que tejen un cantar, * como gotas de agua que se funden en el mar, los cristianos un cuerpo formarán (2) En la mesa de Dios se sentarán, como hijos, su pan comulgarán, * una misma esperanza caminando cantarán, en la vida como hermanos se amarán (2)

66

Zamba del grano de trigo mañana yo he de ser pan, * no le tengo miedo al surco, algún día he de brotar (2) Barbecho de terrón fresco, tu sangre yo he de mamar, * tierra, que serás mi madre, un nuevo ser me has de dar (2)

67

Silencio y noche en mi tumba, espigas germinarán, * ciento por uno y molienda, mañana voy a ser pan (2) La muerte aguarda en el surco, cálido abrazo nupcial. * Muerte, sabrás un secreto; cuando matas vida das (2) Me enterraré en tus entrañas y el mundo me olvidará, * es doloroso tu abrazo, pero yo quiero ser pan (2) Tallo verde, dos hojitas, mi espiga despunta ya, * ciento por uno y molienda, mañana voy a ser pan (2)

PLEGARIA EUCARÍSTICA

“¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria” (Is. 6, 3)

Santo (3) dicen los serafines. Santo (3) es el Señor Yahvé. Santo (3) dicen los querubines, * porque mi Dios es santo, la tierra llena de su gloria es (2)

68

Santo es el Señor, Dios del universo (3) Santo es el Señor.

Bendito es el que viene en Nombre del Señor. Hosanna a Jesucristo el Hijo de David. * Hosanna en las alturas a nuestro Redentor (2)

69

Hosanna, hosanna en las alturas. Hosanna, hosanna al Rey (2)

74

Hosanna en el cielo, hosanna en las alturas, bendito el que viene en nombre del Señor (2) Santo es el Señor, mi Dios, digno de alabanza. A Él el poder, el honor y la gloria (2)

70

75

Hosanna, hosanna, hosanna oh Señor (2) Bendito es el que viene en nombre del Señor. Con todos los santos cantamos para Él (2)

Bendito sea Cristo que viene en nombre del Señor.

Hoy la tierra te proclama glorioso. Hosanna, hosanna, en las alturas. Bendito es el que viene en nombre del Señor.

Bendito es, bendito es el que viene (3) en nombre de Dios Santo (3) Santo es el Señor, Dios del Universo, Santo es el Señor (2)

Hosanna (3) los ángeles cantan. Hosanna (3) cantemos a Dios.

Santo, santo es. Santo, santo es. Dios del Universo, oh Señor Yahvé (2)

73

Oh, oh, oh, hosanna en el cielo (3) Porque grande es Él.

Santo (3) Dios y Padre nuestro. Hoy la Iglesia canta la obra de tu amor. Canten con nosotros ángeles y santos. Hosanna (3) a nuestro Dios. Santo (5) el Señor. El cielo y la tierra están llenos de Ti.

72

Hosanna en el cielo, hosanna en las alturas. Bendito es el que viene en nombre del Señor (2)

Cielo y tierra pasarán, más tus palabras no pasarán (2) No, no, no pasarán. No, no, no, no, no, no pasarán.

Santo (3) Dios y Señor nuestro. Canta tu grandeza la hermosa creación. Junto con sus voces suba nuestro canto. Hosanna (3) a nuestro Dios.

Santo (3) es el Señor, Dios del universo. Llenos están los cielos y la tierra de su gloria.

71

¡Anunciamos tu muerte, Señor, y proclamamos tu resurrección, hasta que vuelvas!

76

Está aquí, está aquí. Nos gozamos porque Él está aquí. Está aquí, está aquí. Aleluya, nuestro Dios está aquí.

77

Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro,

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tan cierto como la mañana se levanta, tan cierto como yo le hablo y Él me puede oír. Vive Jesús, el Señor (4)

79

Él vive, Él vive, Él vive. Vive. Vive Jesús, el Señor (2) Jesús está vivo, Jesús es Señor, por eso proclamo, proclamo su amor (2)

80

En mi vida puedo ver su amor, el correr de su agua viva que calma mi sed (2)

COMUNIÓN

“Yo soy el Pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed”. (Jn. 6, 35)

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos, perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

81

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal, del mal.

82

Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor.

83

Cristo es nuestra paz (2) Hermano, dame la mano. Cristo es amor y hermandad.

84

Hermano mío, contigo la paz. Que con nosotros, que con nosotros esté la paz, siempre la paz, siempre la paz. De la misma Iglesia tú eres si detrás del calvario tú estás. Si tu corazón es como el mío, dame la mano, mi hermano eres ya.

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Dame la mano, querido hermano, dame la mano, mi hermano eres ya (2). Una fe, un Señor, un Bautismo, un Espíritu, un Cuerpo también. Una misma esperanza tenemos, un Dios y Padre de todos. Amén. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, ten piedad (2).

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Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz, dánosla. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros (2).

89

Cordero de Dios que quitas el pecado, danos la paz.

Si tienes paz con tu hermano, dile Shalom. Si no hay raíz de amargura, dile Shalom. Si puedes mirar a sus ojos sin sentir rubor, aleluya, aleluya, dile Shalom.

85

Si los ángeles cantan que sea la paz para todos los hombres de buena voluntad. La paz esté, contigo la paz.

86

Cordero de Dios, que quitas el pecado (2) * Ten piedad de nosotros (2).

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Cordero de Dios... Cordero de Dios... * danos la paz (2). Cordero de Dios (2) que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios (2) ... Cordero de Dios(2) ...danos la paz.

91

Aleluya(9) el Cordero de Dios viene ya.

92

Él perdona el pecado del mundo (3) El Cordero de Dios viene ya.

El Señor que nos llamó a vivir en unidad, nos congregue con su amor en feliz eternidad. ¡Oh Padre nuestro! Caminaré en presencia del Señor (2).

Él concede la paz a los hombres (3) ... Y mi alma lo espera gozosa (3) ... Aunque yo dominara las lenguas arcanas y el mensaje del cielo supiera expresar, solamente sería una hueca campana, si me falta el amor.

Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.

93

Me envolvían redes de muerte, caí en tristeza y en angustia. Invoqué el nombre del Señor: Señor, salva mi vida.

Si me falta el amor no me sirve de nada. Si me falta el amor, nada soy.

El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo. El Señor guarda a los sencillos, estando yo sin fuerzas me salvó.

Aunque todos mis bienes dejase a los pobres, y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar, todo aquello sería una inútil hazaña, si me falta el amor.

Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fu bueno contigo. Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.

Aunque yo develase los grandes misterios y mi fe las montañas pudiera mover, no tendría valor ni me sirve de nada, si me falta el amor.

Cuerpo y Sangre de Jesús, pan de Vida. Cáliz del Señor en la Eucaristía.

Bendigamos al Señor que nos une en caridad y nos nutre con su amor en el pan de la unidad. ¡Oh Padre nuestro! Conservemos la unidad que el Maestro nos mandó, donde hay guerra que haya paz, donde hay odio que haya amor. ¡Oh Padre nuestro! El Señor nos ordenó devolver el bien por mal, ser testigos de su amor, perdonando de verdad. ¡Oh Padre nuestro! Al que vive en el dolor y al que sufre soledad entreguemos nuestro amor y consuelo fraternal. ¡Oh Padre nuestro!

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Redimidos por su amor, bautizados en su muerte, renovemos las promesas antes de comer su cuerpo y su sangre. El Espíritu de Dios confirmó nuestro bautismo y hoy imprime en nuestras almas el sello de unión en la Eucaristía. Por la carne de Jesús, Dios nos hace de su raza, y en el pueblo de elegidos somos parte fiel de su sacerdocio. Como granos de la vid, como granos en la espiga, un cuerpo todos formamos en la gran unión del amor cristiano. Esta mesa fraternal que nos nutre en el desierto, es figura del banquete que nos reunirá con Cristo en el cielo. Danos Señor, danos tu pan

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para que podamos contigo marchar. Danos Señor, danos tu vino, para que podamos seguir tu camino.

Gracias Señor por el pan y el vino que se han convertido en tu cuerpo y sangre, Señor. Eres Tú el Cordero de Dios, eres fuente de vida, Cristo Redentor. Te adoramos y te bendecimos porque tú eres nuestra salvación.

Por el desierto el pueblo va. Deben de estar hambrientos, no tienen pan (2). Cada jornada mueren de sed, no tiene agua para beber (2). En este vino y en este pan está el camino, la vida y la verdad (2). Danos siempre de este pan que nos une en comunión. * Pan de vida y esperanza, verdadero pan de Dios (2).

98

Amar a fondo al amigo es dar la vida por él. Cristo murió por nosotros, es el amigo más fiel. Ésta es la única ley que nos dejó en su evangelio: "Ámense unos a otros así como los amé".

Como granos de la espiga que se han hecho un solo pan, estrechemos nuestras vidas y busquemos la unidad. Todos nuestros sentimientos sean solo para Dios, que seamos instrumentos de las manos del Señor.

"Yo soy Maestro y Señor", dijo Jesús en la cena, "y sin embargo estoy como el que sirve a la mesa". Esta es la única senda que yo les puedo enseñar, el que pretenda seguirla, que empiece a ser servicial.

Este pan que compartimos y esta cáliz de amistad son también un anticipo del banquete celestial. Mientras tanto como Iglesia caminamos hacia Dios esperando la venida de Jesús, nuestro Señor.

Gracias Señor, porque nos amas y te manifiestas en todo, tú, Dios.

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Quién ame a sus hermanos, que coma de este pan, que beba de esta copa. Quién sirva a los demás, que venga a nuestra mesa a brindar su amistad.

Somos todos invitados a la mesa del Señor, dónde Él mismo se ha entregado para darse en comunión. Comeremos de su carne que nos une en amistad, beberemos de su sangre con sabor a eternidad.

Hoy recibimos con alegría el cuerpo y la sangre de Jesús. Hoy recibimos con alegría el cuerpo y la sangre del Señor.

Dios me dio a mi hermano para que mi amor le diera y que mi vida le brinde si su dolor lo pidiera. Ésta es la única seña que nos dejó el Señor para que así el mundo sepa si somos o no de Dios.

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Éste es el pan compartido, éste es el cáliz brindado, éste es el cuerpo entregado, ésta es la sangre vertida. Ésta es la única misa que celebró el Señor: no hay que guardar la vida, hay que darla en comunión. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El Señor conforta mi alma, nada me puede faltar. El Señor es mi pastor, ningún mal temeré,

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por verdes prados me lleva, ningún mal temeré.

Él nos guía cada día con su fuerza y con su luz. Él nos llena con su amor cuando partimos el pan, es el pan de la amistad, el pan de Dios.

Aguas frescas Él me da, ningún mal temeré, me lleva por sendas justas, ningún mal temeré.

Es mi cuerpo, te doy a comer. Es mi sangre, te doy a beber. Por que soy la vida, yo soy el amor. Oh, Señor, condúcenos en tu amor.

Caminando entre tinieblas, ningún mal temeré, porque tú vas a mi lado, ningún mal temeré. Tu cayado me sosiega, ningún mal temeré, en mi honor sirves tu mesa, ningún mal temeré.

El Señor nos ha amado como nunca nadie amó. Fue un pobre carpintero para los de Nazaret. Con sus manos trabajó dando ejemplo de bondad, el trabajo y sufrimiento conoció.

Sobre mí unges tu óleo, ningún mal temeré, gozo y amor me acompañan, ningún mal temeré. Mi hogar será tu casa, ningún mal temeré, hasta el final de mis días, ningún mal temeré. El Señor eligió a sus discípulos, los mandó de dos en dos.

102

El Señor nos ha amado como nunca nadie amó. Su amor era tan grande que en la cruz llegó a morir. Su amor era tan fuerte que del agua renació, de los muertos vencedor resucitó. Es mi Padre quien les da verdadero pan del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente. Yo soy ese pan de vida que ha bajado desde el cielo.

Es hermoso ver bajar de la montaña los pies del mensajero de la paz (2).

104

Creemos, Señor, en tu palabra: ¡Tú eres el pan que da la vida!.

Los mandó a las ciudades y lugares donde iba a ir Él. La cosecha es abundante, les dijo el Señor al partir.

Todo aquel que venga a mí no padecerá más hambre. Todo aquel que crea en mí no padecerá más sed. Es mi carne la comida y es mi sangre la bebida.

Pídanle al dueño del campo que envíe más obreros a la mies. Al entrar en una casa saluden anunciando la paz.

El que come de este pan vive en mí y yo en él. El que bebe de esta copa tiene ya la vida eterna. Yo lo resucitaré en el día del Señor.

El Reino de Dios está cerca, a todos anunciarán. Los que a ustedes los reciban me habrán recibido a mí. Quien recibe mi Palabra recibe al que me envió. El Señor nos ha amado como nunca nadie amó.

103

Manos honradas de carpintero manos benditas de buen pastor, manos que parten el pan con todos, con el amigo, con el traidor. Manos que alzan su copa al mundo, ofrecen vino y en él se da,

105

Ya no os llamo siervos, sino amigos, permaneceréis por siempre junto a mí.

y día a día la historia vuelve, brindando eterna cena pascual. Este es mi cuerpo, ésta es mi sangre, y en mi memoria siempre lo harán. Su despedida es una entrega con un sentido de eternidad. Momento cumbre de aquel que vino trayendo al mundo su eterna luz. Ya no hay tinieblas, las dudas mueren, camino y vida eso es Jesús.

Yo soy la verdad, soy el camino, soy la vida y la resurrección. Quién me sigue no andará perdido, pues yo soy la luz, yo soy vuestra salvación. Tomad y comed, éste es mi cuerpo que se entrega por vuestra salud. Tomad y bebed, ésta es mi sangre que yo derramé por vosotros en la cruz.

El mundo es cena donde se sienta aquel que lucha brindando amor, aquel que sabe lo que es hermano sin egoísmo y sin rencor. Pero la historia de aquel ya vuelve y en ella vemos al vil traidor, quien a su amigo entrega por miedo, por acomodo o por ambición.

Nosotros, Señor, te damos gracias por habernos dado de tu amor. Nosotros, Señor, te seguiremos, danos tu valor, tu gracia y tu bendición.

Para que se amen los he llamado, que tengan vida, es mi voluntad, en un abrazo vivan unidos: ésta es la cena de la hermandad. Alcen la copa hasta el fin del tiempo, partan el pan, repartan amor. Soy el Cordero que por ustedes en sacrificio hoy se entregó. Oh buen Jesús, yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar, que das tu cuerpo y sangre juntamente *al alma fiel en celestial manjar (2)

106

Indigno soy, confieso avergonzado de recibir la santa comunión. Jesús, que ves mi nada y mi pecado, * prepara tú mi pobre corazón (2).

Vayan todos por el mundo anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sean amigos, los testigos de mi resurrección. Van llevando mi presencia, con ustedes estoy.

Dulce maná y celestial comida, gozo y salud de quien te come bien, ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida, *desciende a mí, hasta mi pecho ven (2). No me habéis vosotros elegido, fui yo mismo quien los elegí.

Son la semilla que ha de crecer, son estrella que ha de brillar. Son levadura, son grano de sal, antorcha que debe alumbrar. Son la mañana que vuelve a nacer, son la espiga que empieza a granar. Son aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar.

107

Son una llama que ha de encender, resplandores de fe y caridad. Son los pastores que han de guiar al mundo por sendas de paz. Son los amigos que quise elegir, son palabra que intento gritar.

108

Y así, en marcha iré cantando, por pueblos predicando tu grandeza Señor. Tendré mis brazos sin cansancio, tu historia entre mis labios, tu fuerza en la oración.

Son Reino Nuevo que empieza a engendrar justicia, amor y verdad. Son fuego y savia que vine a traer, son la ola que agita el mar. La levadura pequeña de ayer fermenta la masa del pan. Una ciudad no se puede esconder, ni los cerros se han de ocultar. Al ver las obras que hacen de bien, los hombres al Padre verán. No podemos caminar con hambre bajo el sol. Danos siempre el mismo pan: tu cuerpo y sangre, Señor.

Si tu alma está sedienta y tus labios muy resecos no tardes en acercarte a la sangre del Cordero. Alimenta nuestras vidas que están deseosas de vos. A ratos en la inconciencia, y a ratos bien en razón.

109

Si en el camino te sientes a veces desfallecer su cuerpo te brinda Cristo para que puedas comer.

Comamos todos de este pan, el pan de la unidad. En un cuerpo nos unió el Señor por medio del amor.

Tu corazón anda inquieto porque su fin es divino. Dios nos hizo para sí, no hallarás otro destino.

Señor, yo tengo sed de ti; sediento estoy de Dios, pero pronto llegaré a ver el rostro del Señor.

Mantén la vida divina con alimento adecuado. En la comunión se ofrece el pan del cielo bajado.

Por el desierto el pueblo va cantando su dolor, en la noche brillará tu luz, nos guía la verdad.

Si yo no tengo amor, yo nada soy, Señor. (2)

Señor toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mí. Estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, tú llámame a servir. Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. Donde falta la esperanza, donde todo sea triste, simplemente por no saber de ti. Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo lo hermoso que es tu amor. Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tengan sed de vos.

111

110

El amor es compasivo, el amor es servicial, el amor no tiene envidia, el amor no busca el mal. El amor nunca se irrita, el amor no es descortés, el amor no es egoísta, el amor nunca es doblez. El amor disculpa todo, el amor es caridad, no se alegra en la injusticia, sólo goza en la verdad. El amor soporta todo, el amor todo lo cree, el amor todo lo espera, el amor es siempre fiel. Nuestra fe y nuestra esperanza junto a Dios terminarán, el amor es algo eterno, nunca, nunca pasará.

112

En la postrera cena, antes de su pasión dijo el Señor las frases de la consagración:

113

Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca: junto ti buscaré otro mar.

"Tomad, éste es mi cuerpo, ésta mi sangre es, que por el mundo entrego", ¡Misterio de la fe!. Después hacia el Calvario para morir marchó, y en una cruz clavado su sangre derramó.

Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espada, tan sólo redes y mi trabajo.

Católicos hermanos, sedientos de su amor en su memoria hagamos lo que Él nos ordenó.

Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando.

Comamos de su carne, que es pan de eternidad, bebamos de su sangre, la vida celestial. Tú eres mi Dios, sólo tú mi alegría, defiéndeme, oh Señor (2).

114

Señor, mi parte eres y mi copa, Tú proteges la suerte que me toca, me marcaron un sitio de delicia, magnífica encuentro mi parcela.

Tú, pescador de otros lagos, ansia eterna de hombres que esperan. Amigo bueno que así me llamas. Un mandamiento nuevo nos da el Señor: que nos amemos todos como Él nos amó. Como a mí me ama el Padre, así yo los he amado. La señal de los cristianos es amarse como hermanos.

Mi corazón y mi alma se alegra y mi cuerpo descansará seguro, pues no me entregarás al perverso, ni dejarás que tu amigo se corrompa.

El que no ama a sus hermanos, miente si a Dios dice que ama. Donde existe amor fraterno, Cristo está y está su Iglesia.

Me enseñas el camino de la vida, el gran gozo que es mirar tu rostro. Estar a tu derecha eternamente, qué alegría me da para siempre.

Amar es estar al lado del que es pobre y olvidado. No amemos de palabra, sino de obra y de verdad. Cristo, luz, verdad y vida, al perdón y amor invita. Perdonemos al hermano como Cristo ha enseñado.

Tu eres mi Señor y mi Dios, mi gozo se encuentra sólo en ti. Tu eres mi único bien, nada hay fuera de Ti. Tú has venido a la orilla,

no has buscado ni a sabios ni a ricos, tan sólo quieres que yo te siga.

En Jesús somos hermanos si de veras perdonamos. Al comer del mismo pan en unión siempre vivamos.

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el Hijo de Dios * que has venido al mundo (2).

En la vida y en la muerte Dios nos ama para siempre. Del amor, fe y esperanza, el amor es lo más grande. Vamos cantando a comulgar con el Señor que nos dejó la misma fe para mirar, la vida eterna que nos dio.

117

Yo soy la luz del mundo, no hay tinieblas junto a mí. Tendrán la luz de la vida por la Palabra que les di.

Porque tú y yo somos en él un solo ser.

Yo soy el camino firme, yo soy la vida y la verdad. Por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.

Vamos hermanos a comer el mismo cuerpo del Señor que compromete nuestro amor para que amemos como Él.

Yo soy el Pan de la Vida, y con ustedes me quedé; me entrego como alimento, soy el misterio de la fe.

Vamos cantando a comulgar para decirnos con valor, que si hubo algún odio o rencor aquí lo habremos de olvidar.

Yo soy el buen Pastor, y por amor mi vida doy; yo quiero un solo rebaño: soy para todos servidor.

Vamos cantando a comulgar, a proclamar la decisión de transformar el mundo actual en la familia del Señor.

Yo soy la Vid verdadera, mi Padre Dios, el viñador: produzcan fruto abundante permaneciendo en mi amor.

Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí no tendrá hambre; el que cree en mí no tendrá sed. Nadie viene a mí si el Padre no lo trae. Y yo le resucitaré (3) en el último día. El pan que yo les daré es mi cuerpo, vida del mundo. Si alguno come de este pan * para siempre vivirá (2). Si no comen el cuerpo del Hijo del hombre * y no beben de su sangre (2) no tendrán vida en ustedes. Mi cuerpo es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre él está en mí y yo en él. Yo soy la resurrección, yo soy la vida. El que cree en mí, aunque muera, * vivirá eternamente (2). Si, Señor, yo creo que tú eres el Cristo,

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Yo soy Señor y Maestro, y un mandamiento nuevo doy: que se amen unos a otros como los he amado yo. Llegada la hora de retorno al Padre, sabiendo que iba camino a su cruz, reunió a sus amigos en la última cena y nos dio su Cuerpo el Señor Jesús. En memoria tuya, Cristo Redentor, vamos a tu mesa en señal de amor. Profundo misterio de amor y ternura, de querer quedarse antes de partir, de dejar su Sangre como alianza nueva, de darla en bebida antes de morir. "Tómenlo y coman, pues esto es mi Cuerpo", les dijo, rompiendo en su mano un pan; "Tómenla y beban, pues ésta es mi Sangre, la que por ustedes he de derramar".

120

Aleluya, aleluya, por esa gente que vive y que siente en su vida al Señor (2).

Y hagan lo mismo cuando se reúnan, sabiendo que un día he de retornar, para convidarlos a beber unidos de aquel vino nuevo que el Padre ha de dar.

Los que ponen en todas las cosas amor y justicia. Los que nunca sembraron el odio, tampoco el dolor. Los que dan y no piensan jamás en su recompensa. Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios.

Por eso, inclinados, su Cuerpo adoramos, y aunque nada vemos, nos basta creer. El antiguo rito ha dejado paso a su Sacramento, misterio de fe.

Los que son generosos y dan de su pan un pedazo. Los que siempre trabajan pensando en un mundo mejor. Los que son liberados de todas sus ambiciones. Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios.

A ti, Jesucristo, te damos la gloria porque Tú nos diste el don del amor. A ti la victoria, honor y alabanza, porque estás sentado al lado de Dios. Vayamos a la mesa del Padre Celestial que allí Jesús ofrece el pan de eternidad.

121

Yo soy pan de vida y vida daré (2) al que me comiere con amor y fe (2).

Señor, hoy tu visita queremos recibir, y renovar las vidas uniéndonos a Ti.

Quien come mi carne y bebe mi sangre (2) vivirá en el cielo en gloria del Padre (2).

Tú vienes a nosotros, amigo de verdad, que nada nos separe, Señor, de tu amistad.

Mi carne es comida, mi sangre es bebida (2) y el que lo reciba tendrá nueva vida (2).

Tú solo eres camino que nos conduce a Dios, revélanos al Padre y muéstranos tu amor.

Quien come mi carne resucitará (2) y al lado del Padre siempre vivirá (2)

La santa Eucaristía renueva tu pasión, por ella nuestra vida se asocia a tu dolor.

Tú eres, Señor, fuente de agua viva (2) que nos alimentas y nos purificas (2)

Señor, hoy nos congrega la mesa de tu altar; nos una para siempre la gloria celestial. Los que tienen y nunca se olvidan que a otros les falta. Los que nunca usaron la fuerza, sino la razón. Los que dan una mano y ayudan a los que han caído. Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios.

Este sí es el pan que bajó del cielo (2) para darnos vida, esperanza y consuelo (2).

Eres el maná de los peregrinos (2) en este destierro en donde vivimos (2)

122

Eres la simiente de inmortalidad (2) única esperanza de la humanidad (2) Eres fortaleza, paz del corazón (2)

123

fuente de alegría y consolación (2) Vienes a nosotros por tu gran amor (2) haciéndote hermano de nuestro dolor (2) Para estar algo tranquilos y charlar con toda calma, el Señor con sus amigos se marchó para Betsaida. Pero tantos lo seguían y buscaban por sus obras, que ya no le permitían ni siquiera estar a solas.

124

Jesucristo es el pan vivo que ha bajado de los cielos, para dar la vida al mundo y a los hombres el consuelo. Cuando vio la muchedumbre que hasta allí lo había seguido, se dio como de costumbre, a los pobres y a los niños. Los curaba con cariño, les hablaba de su Reino, donde todo es tan distinto junto al Padre de los cielos.

POSTCOMUNIÓN

"Ya despídete de ellos y que vayan a algún pueblo, porque en medio del desierto no hay albergue ni alimento". Escuchando la advertencia de los doce nuevamente respondió con inocencia: "Denles de comer ustedes". "Aquí tengo en una bolsa cinco panes y dos peces. Pero, qué es tan poca cosa para darle a tanta gente...". Cinco mil eran los hombres calculando a grosso modo y el Señor mandó a los doce: "háganlos sentar a todos." Tomó el pan y los pescados, los bendijo como siempre, los partió y los fue entregando a los doce y a la gente. Cuando todos se saciaron con los restos que sobraban, los apóstoles llenaron en total doce canastas.

“Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles.” (Sal. 137, 1)

Abba Padre, Dios del cielo. ¡Gloria a Jesús! (2).

125

Gloria, aleluya, gloria a Jesús (2).

No temas arriesgarte porque contigo yo estaré. No temas anunciarme porque en tu boca yo hablaré. Te encargo hoy al pueblo para arrancar y derribar. Para edificar destruirás y plantarás.

Soy la luz, la luz del mundo. ¡Gloria a Jesús! (2). Aunque en esta vida no tengo riquezas, se que allá en la gloria tengo una mansión. Cual alma perdida entre las pobrezas, de mí Jesucristo tuvo compasión.

Soy Verdad, Camino y Vida. ¡Gloria a Jesús! (2). Soy Pastor de mis ovejas. ¡Gloria a Jesús! (2).

Más allá del sol (2) yo tengo un hogar, hogar, bello hogar, más allá del sol (2).

Yo la vida doy por ellas. ¡Gloria a Jesús! (2). Alma de Cristo, santifícame. 126 Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh, mi buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti.

Así por el mundo sigo caminando de pruebas rodeado y de tentación. Pero a mi lado viene consolando mi bendito Cristo en la turbación.

* Del maligno enemigo defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén (2). *Por los siglos de los siglos. Amén (2).

A los pueblos todos del linaje humano Cristo quiere darles plena salvación. También una casa para cada hermano fue a prepararle en la santa Sión.

Amor (4). Hijitos míos: Dios es amor. Ámense todos como hermanos. Dios es amor.

127

Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre. Antes que tú nacieras, te conocía y te consagré. Para ser mi profeta de las naciones yo te escogí. Irás donde te envíe y lo que te mande proclamarás.

128

Tengo que gritar, tengo que arriesgar. ¡Ay de mí si no lo hago! Cómo escapar de Ti, cómo no hablar, si tu voz me quema adentro. Tengo que andar, tengo que luchar, ¡Ay de mí si no lo hago! Cómo escapar de Ti, cómo no hablar, si tu voz me quema adentro.

129

Brama como el ciervo por las corrientes de las aguas, mi alma, mi alma Señor (2).

130

Mi alma tiene sed de Ti, mi alma suspira por tu amor (2). Quiero beber de tu agua Señor y así saciar mi sed. Nada en este mundo puede igualarse a Ti, tu paz, tu gozo, tu amor. Confía, confía que yo soy el Dios de la vida (2). Nada hay que te pueda separar del amor que tengo por ti, ni lo alto, ni lo profundo, ni lo ancho, ni nada oscuro. Nada hay que te pueda separar del amor que tengo por ti, si por tí morí y resucité, si por tí mi vida entregué.

131

Por qué preocuparse de cómo vivirás, qué comerás, qué dinero gastarás. Los pájaros y flores en mi mano estarán, yo los cuido pero tú vales más. Cantemos al Amor de los Amores, cantemos al Señor. ¡Dios está aquí, venid adoradores: adoremos a Cristo Redentor!.

132

La belleza de mi Señor nunca se agotará. La hermosura de mi Señor siempre resplandecerá (2) Cuando pienso en tu santidad y te veo en tu majestad. Cuando todo alrededor es sombras al lado de tu luz. Cuando tu corazón logro alcanzar y mi voluntad se rinde a Ti, cuando todo alrededor es sombras al lado de tu luz.

¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra bendecid al Señor. ¡Honor y Gloria a ti, Rey de la gloria, amor por siempre a ti, Dios del amor!. Unamos nuestra voz a los cantares del coro celestial. ¡Dios está aquí! Al Dios de los altares alabemos con gozo angelical.

133

Creo, aunque todo se oculte a mi fe Creo, aunque todo me grite que no, porque he basado mi fe en un Dios inmutable, en un Dios que no cambia, en un Dios que es amor. Creo, aunque todo parezca morir. Creo, aunque ya no quisiera vivir, porque he fundado mi vida en palabra sincera, en palabra de amigo, en palabra de Dios.

¡Salve, divino foco de amor! Salva al pueblo argentino, escucha su clamor; salva al pueblo argentino, Sagrado Corazón.

Creo, aunque todo subleve mi ser. Creo, aunque sienta muy solo el dolor, porque un cristiano que tiene al Señor por amigo, no vacila en la duda, se mantiene en la fe.

Cristo Jesús, altar donde se ofrece todo el amor que el mundo tiene a Dios, haz que el amor nos una en esta vida para formar un solo corazón.

Creo, aunque veo a los hombres odiar. Creo, aunque veo a los niños llorar, porque aprendí con certeza que Él sale al encuentro en las horas más duras con su amor y su luz.

Cristo Jesús, por quien la Patria espera ser un hogar de paz y libertad, haz que por Ti, la Patria en que vivimos sea un anuncio de la celestial.

Creo, pero aumenta mi fe. Cuán bello es el Señor,

135

Te adoraré, te adoraré. La razón por la cual yo vivo es para adorarte (2).

Cantemos al Amor de los Amores, cantemos sin cesar. ¡Dios está aquí!, venid adoradores: adoremos a Cristo en el Altar. Cristo Jesús, en Ti la Patria espera, gloria buscando con intenso ardor. Guíala Tú, bendice su bandera, dando a su faz magnífico esplendor.

cuán hermoso es el Señor. Cuán bello es el Señor, yo le quiero adorar (2)

134

136

Cristo es la peña de Horeb que está brotando, agua de vida saludable para ti (2).

137

Ven a beberla, que es más dulce que la miel. Refresca el alma, refresca todo mi ser. Cristo es la peña de Horeb que está brotando agua de vida saludable para ti. Cristo es el lirio del valle de las flores. Él es la rosa blanca y pura de Sarón. Cristo es la vida y amor de los amores. Él es la fuente eterna de la salvación. Cristo vive en mi. Aleluya. Cristo vive en mi. ¡Oh, qué maravilla es que Cristo viva en mí!

138

Dame un nuevo corazón que te ame solo a Ti Señor, que se entregue al amor, que se consuma es este mismo amor.

139

Dame un nuevo corazón que te busque solo a Ti Señor, que se anegue en tu caridad y que a todos quiera amar.

Dios me ama cada día, Dios me ama en su eterna inmensidad. Y en las sombras de la noche nada temo, pues Jesús es mi Pastor.

140

Despierta, alma mía, despertaré al nuevo día. Voy a cantar, voy a salmodiar, mi corazón dispuesto está para cantar himnos a mi Dios.

141

Te alabaré por siempre, Señor, en medio de pueblos y naciones. Tu amor es tan grande como el cielo azul y tu lealtad alcanza hasta las nubes. Álzate sobre los cielos, Señor, en toda la tierra tu gloria. Te amamos Dios eterno y confiamos en Ti y en tu poder hoy te serviremos. El roció de la mañana me habla de mi Dios. El rumor que viene con la brisa me habla de mi Dios. El pájaro que canta y canta me habla de mi Dios. Y canta una canción mi vida, la canción que hice para Dios.

142

Uuuuuu..... Un corazón humilde que piense primero en los demás. Que sea generoso para sin medida dar. Un corazón que sea sencillo, que no se ufane en lo que Tú le das. Dame un nuevo corazón que te ame...

Las lágrimas del hombre triste me hablan de mi Dios. La alegría que en el mundo existe me habla de mi Dios. La esperanza de una vida nueva me habla de mi Dios y mi amor es brote que renueva la canción que hice para Dios.

Que sea puro y casto y que a mis hermanos me enseñe a amar. Que sólo a Ti te busque, atento y dócil para amar, abierto al Espíritu Santo, que no se canse de alabar.

En Jesús puse toda mi esperanza, Él se inclinó hacia mí * y escucho mi clamor (2).

Dame un nuevo corazón que te busque...

Me sacó de la fosa fatal, del fango del agobio. Asentó mis pies sobre la roca, mis pasos consolidó.

Un corazón dispuesto hasta el martirio llegar * y que prefiera la muerte antes que volver a pecar (2)

Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios.

143

Muchos podrán liberar y en Jesús confiarán. A ti, Trinidad Santa, sea la gloria, sea el honor. En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan. Que digan sin cesar: ¡qué grande es nuestro Dios! Entre tus manos está mi vida Señor, entre tus manos pongo mi existir.

Gracias te damos Señor Jesús (2).

144

Hay que morir para vivir. Entre tus manos confío mi ser.

Eres precioso ante mis ojos tú eres mío, así dice Yahvé. Estoy contigo y yo te amo y por tu nombre así yo te llamé. Yo soy Yahvé, tu Dios, y no temas, yo te salvaré. Si andas por ríos, no te anegarás, si andas por fuego, no te quemarás. Ni la llama prenderá en Ti, porque yo soy Yahvé, tu Señor.

145

Gloria al Rey, Rey santo y justo. Gloria al Maestro en su trono en Sión. Digno Maestro, digno de alabanza, santo, santo, gloria y honra a Ti.

146

Gloria, gloria, aleluya. Gloria, aleluya, gloria a Dios (2).

147

Hijo, tú eres el Hijo, único Hijo, el Salvador. Santo, Santo Espíritu, único Espíritu, Consolador.

149

Yo quiero ser Señor amado como el barro en manos de alfarero. Rompe mi vida, hazla de nuevo. Yo quiero ser un vaso nuevo. Te conocí y te amé, te pedí perdón y me escuchaste. Si te ofendí, perdóname, Señor, pues te amo y no te olvidaré.

Yo soy Yahvé, tu Dios, el Santo de Israel, tu creador (2).

Padre, tú eres el Padre, único Padre, el Creador.

De los cielos se escuchó la voz de Dios: “Es mi Hijo, escúchenlo, es Jesús el Salvador”. Gracias quiero darte por amarme. Gracias quiero darte yo a Ti, Señor. Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mí también.

Si el grano de trigo no muere, si no muere solo quedará, pero si muere en abundancia dará un fruto nuevo que no morirá.

148

Hijos míos, voy a estar poco tiempo entre ustedes; me buscarán, más dónde voy, no podrán venir. Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros así como los amé, en eso todos verán * que ustedes son mis amigos (2). Si alguien me ama, guardará con amor mis palabras. Mi padre y yo habitaremos su corazón. Les dejo la paz, les doy mi paz, no como la da el mundo. No teman ni se acobarden, oyeron lo que les dije: * me voy pero volveré (2). Ya no son como el siervo que ignora a su dueño. Conocen bien lo que mi Padre me ha dicho a mí. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando; recuerden que los amé, no me eligieron a mí, * soy Yo quien los ha elegido (2).

150

Jesús es mi luz, mi vida y mi salvación. ¿A quién iré? ¿A quién iré? (2)

151

Jesús es mi luz y mi fortaleza, ya nada más temeré. Jesús me pastorea, yo voy con Él hasta el fin (2).

Mi alma alaba al Señor (2) desde lo más profundo de mi corazón. Yo te alabo Señor... Te doy gracias Señor...

152

Te siento aquí, oh Señor (2) aquí en lo más profundo de mi corazón.

Yo voy, yo voy, yo voy con Él hasta el fin (2). Mi camino eres Tú, mi verdad solo eres Tú, y mi vida solo encuentro en Ti. Lléname de Ti Señor.

Jesús me lleva al Padre... Jesús me da su Espíritu... La palabra del Señor da vida, La Palabra del Señor me guía, la Palabra del Señor me da la fuerza que necesito para enfrentar el día. La Palabra del Señor transforma, la Palabra del Señor me alivia. Del pan no solo vive el hombre, sino de cada palabra que proviene del Señor.

153

155

Voy siguiéndote, Señor, a pesar de mis caídas, voy llevando tu presencia en mi. Lléname de Ti Señor. Gloria al Padre Creador y a Jesús, el Salvador. Ven Divino Espíritu. Lléname de Ti Señor. Muéstrame Señor tus caminos, haz que tus sendas pueda encontrar (2).

Y permanezco firmemente en la Palabra del Señor, y yo confío plenamente que la voluntad de Dios se puede encontrar en las sagradas escrituras. No hay nada que añadirle, ella es pura.

Porque yo ya estoy cansado de los míos y no quiero ya luchar (2).

La Palabra del Señor es vida, la Palabra del Señor me alivia, la Palabra del Señor me da la fuerza que necesito para enfrentar el día.

Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta.

Y permanezco firmemente... * Y permanezco firmemente en la Palabra del Señor, es una espada de dos filos que penetra el corazón, la Palabra del Señor en las sagradas escrituras. No hay nada que añadirle, ella es pura (2). Amén.

154

156

Por eso, muéstrame Señor...

157

Solo Dios basta (3) Aleluya (2). No confíes en nadie, nadie más que en Él (2). No confíes en nadie, nadie más (3) que en Él.

158

Porque sólo Él te puede liberar (2).

Tu alegría se hizo nuestra al saber que más allá hay un Dios que nos espera a vivir su eternidad.

Porque sólo Él te puede dar la paz (2). Porque Él me ama y yo le amo a Él (2). No hay mayor amor que dar la vida. No hay mayor, no hay mayor amor.

159

Seguirte solo a Ti Señor (3) y no mirar atrás.

No teman, amigos míos, si algún tiempo no me ven, que si entre ustedes se quieren, me verán a mí también.

163

Seguir tu caminar Señor, seguir sin desmayar Señor, postrarme ante tu altar, Señor y no mirar atrás (2)

El miedo no es sentimiento que abriga el que cree en mí. Recuerden estas palabras: al mundo yo lo vencí. Les enviaré mi Espíritu que consuela en el dolor, alentará la esperanza, traerá fuego al corazón.

160

Señor, pienso en Ti cada vez que la vida me da la alegría de ser feliz. Señor pienso en Ti si el dolor llega a mi, si sonrío al amar, Señor pienso en Ti.

164

Cuando miro hacia el cielo, al mirar las estrellas y al dormir en mis sueños, pienso en Ti. Si camino en la vida, si tropiezo al andar, si mis fuerzas se acaban, Señor pienso en Ti.

Cristo Jesús, yo te adoro. Cristo Jesús, eterno y profundo es tu amor. Quédate con nosotros, quédate Señor de la paz. No nos dejes tan solos, danos siempre tu amistad.

162

Hijo de Dios recibe hoy toda la gloria, la honra y honor (2).

Éste es mi Cuerpo y mi Sangre, todo esto es lo que soy. Quedo por siempre entre ustedes, aunque parta , no me voy.

Pequeño como brisa suave, sencillo como una sonrisa niña. Precioso es tu nombre y tu corazón. Eterno y profundo es tu amor (2).

Quiero levantar mis manos, quiero levantar mi voz, ofreciendo a Ti mi vida en santidad y amor. Padre, solo a Ti te ofrezco mi vida y mi corazón y me postro en tu presencia en adoración.

161

Señor, mi Dios, al contemplar los cielos, el firmamento y las estrellas mil. Al oír tu voz en los potentes truenos y ver brillar el sol en su cenit.

En tu nombre nos reuniste para darnos de tu pan. Tú, Señor, nos prometiste que hasta el fin te quedarás.

Mi corazón entona esta canción: ¡Cuán grande es Él! ¡Cuán grande es Él! (2).

Acompaña nuestros pasos, fortalece nuestro andar, porque a veces nos cansamos de ayudar a los demás.

Al recorrer los montes y los valles

165

Tú, mi tesoro y porción, mi delicia Señor. Mi fortaleza, mi vida, mi Dios y mi todo. Alma mía, no busques nada más. Para ti basta Dios y solo Dios.

y al ver las bellas flores al pasar. Al escuchar el canto de las aves y el murmurar del claro manantial. Cuando recuerdo el amor divino que desde el cielo al Salvador envió, aquel Jesús que por salvarme vino y en una cruz sufrió y por mí murió. Cuando el Señor me llame a su presencia, al dulce hogar, al cielo de esplendor, le adoraré cantando la grandeza de su poder y su infinito amor.

Te amo rey y levanto mi voz para adorar y gozar de Ti. Regocíjate y escucha mi rey, que sea un dulce sonar para Ti.

168

Somos del Señor (4).

169

Y si vivimos, para Él vivimos. Y si morimos, para Él morimos. Sea que vivamos o que muramos, * somos del Señor (2).

Soy quien mejor te conoce, aunque no me conozcas tu. El que te abriga en la noche, haciendo de tus tinieblas luz. Soy la mano que tu dolor calma, el que tus heridas sana. El que te acaricia con la suave brisa de todas las mañanas. Te doy de beber cuando sientes esa sed, y paso por tu lado, pero tú ya ni me ves, hundido en ese pozo del mundo y del pecado, sin amor, sin esperanza, sin fe. Soy el oído que escucha cuando desesperado clamas, el que enjuga en mi niño, las lágrimas que emanan de tu alma. Soy el que te alimenta cuando hambres ha de tener, el que vela por ti noche y día cada vez, el que toca a tu puerta y con amor espera que abras tu corazón. Soy el camino que todos deben seguir, la verdad que al hombre hace feliz, soy la vida y la resurrección, soy el que a ti vida dio. Por ti mi sangre derramando seguiré, hasta que encuentres gozo, paz, amor y fe. Soy el que te ama, soy el que te espera, soy Jesús de Nazaret. Yo soy Jesús.

166

Solo Dios, solo Dios. En tus atrios, Señor, quiero estar.

167

Toma, por favor, mi mano Señor, contigo quiero ir. Con sangre, así pagaste por mí, te quiero hoy servir. Prometo dejar lo malo, olvidar, en santidad vivir. * Toma por favor, mi mano Señor, contigo quiero ir (2).

170

Tuya es la gloria, la honra también. Tuyas para siempre. Amén. Amén.

171

Tuyos los dominios, los tronos también. Tuyos para siempre. Amén. Amén. A ti yo me rindo, te adoro también. Dueño absoluto. Amén. Amén. Venid a mí (4). Quien come mi carne y bebe mi sangre vive en mi y yo en él. Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba siempre en mí. Yo soy la vida y la verdad, quien crea en mi no morirá. Sobre vosotros reposa el Espíritu. Él es quien os guía, venid a mi.

172

A María, la Hija de Dios Padre, a María, la Madre del Señor, a María la Esposa del Espíritu, alabanza, honor y bendición.

173

Nueva Eva, desde antes figurada, anunciada y proclamada en la escala de Jacob, * de verdad arca nueva de la alianza, sagrario inmaculado, que lleva al Redentor (2).

VIRGEN MARÍA

El Espíritu Santo poderoso viniendo sobre ti, con su amor te fecundó. * Te llenó de sus dones y carismas e hizo de su esclava la gran Madre de Dios (2). Eres madre de Cristo y de la Iglesia, modelo sin mansilla donde se mira Dios. * que nosotros al soplo del Espíritu seamos, como ella, espejos del Señor (2). ¿A que no sabes quién fue el primero que dijo, ave María? Fue el ángel Gabriel cuando vino a decirle a la Virgen María que el Señor la eligió para ser madre de Jesús Salvador. * Ave María, llena de gracia, contigo está el Señor (2).

“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador... En adelante todas las generaciones me llamarán feliz...” (Lc. 1, 46-48)

174

¿A que no sabes tú quién volvió a repetir ave María? Fue la prima Isabel cuando fue a recibir a la Virgen María. Inspirada por Dios, Isabel descubrió a Jesús en María. Bendita tú entre las mujeres, bendito tu hijo Jesús. Ave María, llena de gracia, contigo está el Señor. Una historia bonita está en esta oración, ave María. Comenzó con Gabriel y después continuó con la prima Isabel, y nosotros ahora rezamos con fe completando la oración: santa María, madre de Dios, ruega tú por todos nosotros. * Ave María, llena de gracia, contigo está el Señor (2). ¡Ave María! Traes al mundo el amor,

175

madre de los peregrinos, madre del pueblo de Dios.

el cuerpo y la sangre al Verbo de vida.

María de la esperanza, de la humildad y el amor, atiende nuestras palabras, escucha nuestra oración.

Con Ella todo, sin Ella nada (2). El Padre bueno la destinó a ser la madre del Redentor.

Hay muchos que se olvidaron de la verdad y el amor. Hay muchos que están perdidos buscando la luz del sol.

El verbo en Ella carne tomó y con su sangre nos rescató.

Hay pueblos que están en guerra y almas que no tienen luz; madre, tu pueblo implora que nazca otra vez Jesús.

Fue por su ruego y por su amor, el Santo Espíritu descendió.

¡Qué lindo es sentir tan cerca todo tu amor maternal! Por las madres del mundo hoy te queremos rezar.

Cuántas veces siendo niño te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco, con el tiempo, alejándome de ti, * por caminos que se alejan te perdí (2).

Bendita entre las mujeres la madre del Salvador: Virgen sencilla y hermosa, nos diste a Emmanuel.

176

179

Hoy he vuelto madre a recordar cuántas cosas dije ante tu altar. Y al rezarte puedo comprender * que una madre no se cansa de esperar (2).

Por eso Ave María la tierra entera te cantará (2). Eres madre del amor y de la santa esperanza, eres madre del temor y de la sabiduría.

Al regreso me tendías una luz, sonriendo desde lejos me esperabas. En la mesa la comida aún caliente y el mantel, * y tu abrazo en mi alegría de volver (2).

Recibiste la palabra como esclava del Señor, por eso en tus entrañas moró el Verbo de Dios. Cantad a María, la Reina del cielo. del hombre consuelo, de Dios alegría.

178

177

Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso, que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor, * es su madre y el regalo de su amor (2).

Cantad, cantad, cantad a María (2). Cantad a María, la Virgen sin mancha, la llena de gracia por Dios elegida. Cantad a María, la estrella del alba, que anuncia a las almas el sol de alegría. Cantad a María, que dio de su carne,

Dios dijo en el Edén a la serpiente "pondré guerra entre ti y la mujer; entre tu prole y la prole de ella y ella tu cabeza aplastará”. He aquí que una virgen será encinta de Dios con nosotros, Emmanuel". Tú eres hermosa. Te amamos con ternura, porque eres nuestra madre, por ser madre de Cristo Salvador.

180

ruega por nosotros pecadores. * ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (2).

Y Dios engendra en gracia a María, la virgen santa esposa de José. Le pide que ella engendre al Mesías por obra y gracia del Espíritu Santo. "He aquí la esclava del Señor Yahvé. Hágase en mi según tu voluntad".

Desde el cielo una hermosa mañana, (2) la guadalupana (3) bajo al Tepeyac (2). A Juan Diego le dijo la Virgen, (2) un santuario quiero (3) en este lugar (2).

El verbo se hizo carne entre nosotros, Vino a este mundo para redimir. Y el mundo frente a la corredentora un viernes santo lo crucificó. Nos dijo: "miren se la doy por madre ", y a ella: “mira este hijo yo te doy”.

En la tilma entre rosas pintadas, (2) su imagen amada (3) se llenó de paz (2). Su llegada llenó de alegría, (2) de dulce armonía (3) y de libertad (2).

A cuantos al Señor Jesús se entregan, el Padre les entrega el poder de convertirse en hijos como Cristo y ser la luz del mundo junto a Él. María, Virgen madre de la Iglesia, enséñanos a evangelizar. Dios te salve María, llena eres de gracia el Señor es contigo y bendita tú eres, entre todas las mujeres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

En sus penas se postra de hinojos, (2) y eleva sus ojos (3) hacia el Tepeyac (2). Madrecita de los argentinos, (2) míranos postrados (3) ante tu altar (2).

181

Ave María (4). Santa María, madre de Dios,

Felices los que en su vida viven como vivió María (2).

184

Siempre alabando a nuestro Dios (4).

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores. Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén Jesús, amén Jesús. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita entre las mujeres. * y bendito es el fruto de tu vientre Jesús (2).

183

Siempre adorando a nuestro Dios (4). Siempre amando a los demás (4).

182

Feliz de ti, María, hija santa de Israel, toda la antigua alianza revive con tu fe. Queremos hoy honrarte como el mismo Dios te honró y queremos amarte como Jesús te amó. Feliz de ti, María, madre santa y virginal; Dios mismo se ha prendado de tu fidelidad.

185

Feliz de ti, María, que creíste al Señor; se cumplirá en tu vida la voluntad de Dios.

Venimos a comer el Pan Sacramentado, el cuerpo del Señor Jesús resucitado.

Feliz de ti, María, que engendraste al Salvador; eres aún más dichosa por tu obediencia a Dios.

Venimos a llevar el pan de la alegría, mensaje que nos dio el Hijo de María.

Feliz de ti, María, Dios te puso por señal; para anunciar al mundo la redención total.

Los cielos, la tierra y el mismo Jehová aclaman Señora, tu gloria inmortal.

Junto a Ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en mi caminar. Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar, hazme transparente, lléname de paz.

186

¡Oh santa María, oh nuncio de paz!, de Dios eres madre, al mundo salvad.

Gracias, madre mía, por llevarnos a Jesús, haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, madre mía por abrir tu corazón, porque nos congregas y nos das tu amor.

Madre de los pobres, los humildes y sencillos, de los tristes y los niños que confían siempre en Dios.

187

Cada vez que digo su nombre, María, se llena de gozo el alma mía. Y cuando el peligro se me acerca, yo la invoco y ella me auxilia. Ella derrama sin medida su ternura, sobre mi alma como una lluvia. Y yo dejo que me moje suavemente, ella me enciende toda la alegría. La Virgen María nos reúne en nombre del Señor, del Señor Jesús, Dios nuestro Señor. Venimos a buscar el Pan de la Palabra, palabra del Señor que reconforta el alma.

¡Ave, ave, ave Maria! (2) Llena eres de gracia, de dicha sin par, y Dios es contigo, contigo su paz.

Madre (8)

La Virgen es mi madre y me ama, con ella nada puedo temer. La Virgen es mi madre y me quiere, mi corazón le entregaré.

189

188

190

Tú, la más pobre porque nada ambicionaste. Tú, perseguida vas huyendo de Belén. Tú, que un pesebre ofreciste al Rey del cielo, toda tu riqueza fue tenerlo sólo a él. Tú, que en sus manos sin temor te abandonaste. Tú, que aceptaste ser la esclava del Señor, vas entonando un poema de alegría: canta, alma mía, porque Dios te engrandeció. Tú, que has vivido el dolor y la pobreza. Tú, que has sufrido en la noche sin hogar. Tú que eres madre de los pobres y olvidados, eres el consuelo del que reza en su llorar. Madre de todos los hombres enséñanos a decir amén.

191

El ángel a María saludó y al oír su voz María se asustó No temas, oh María, él le dijo, te traigo buenas nuevas del Señor.

Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe. Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla.

María, tú estás llena del Señor. Reflejas tú belleza y perfección y quiere en ti tomar naturaleza, sentir en realidad tu encarnación.

Cuando aparece la luz y nos sentimos felices. Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo.

María dio su sí al creador y en ella se hizo hombre el Salvador. El ángel la dejó y de aquel día a coro canta así la creación.

192 María de Nazaret, María me cautivó; más fuerte volvió mi fe, y por hijo me adoptó. A veces yo me detengo a pensar, y sin advertir me veo rezar, y mi corazón se pone a cantar: ¡oh Virgen de Nazaret! La niña que Dios amó y prefirió, por madre de Cristo, su hijo el Señor; María que el pueblo entero eligió, Señora y Madre de Dios.

María del amor fiel, María del puro amor; María yo te amo bien, oh madre de mi Señor. En cada mujer que el cielo creo, un trazo de Dios María dejó, y un sueño de madre ella plantó, para que el mundo halle paz. María que a Cristo hablar le enseñó; María que a caminar lo ayudó, María, la sola madre eres tú, de mi pueblo y de mi Dios.

Mi alma canta el amor de Dios y mi espíritu al Salvador, porque Él miro mi humildad, todo el mundo me aclamará.

193

196

Y la Virgen santa le cantó al Señor dándole las gracias por su gran amor (2). Al humilde Dios levantará, al soberbio lo derribará, al hambriento le dará su pan y a los ricos los despedirá.

¡Oh, María! (6).

Desde siempre Dios nos eligió para ser testigos de su amor: su misericordia y su bondad con nosotros siempre estarán.

María, Madre de Dios, hoy yo alabo a mi Señor, por elegirte como mi madre y madre de Dios. María tú eres bella más que el sol. María, Dios de ti se enamoró, María. María es tu nombre una canción. María, Dios tu nombre pronunció, María.

195

Mi alma alaba al Señor (2) y mi espíritu se alegra en su presencia, porque Él, que es grande maravillas hizo en mí. Es santo su nombre.

Ave María (3), Madre de Dios.

María, Madre de Dios hoy yo te alabo por lo que sos, por lo que fuiste, lo que serás siempre en mi vida; mi alegría y el más perfecto de los ejemplos de fidelidad.

Mi alma alaba al Señor y mi espíritu se alegra en su presencia, porque Él que es grande, maravillas hizo en mí. Es santo su nombre.

194

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios, gózase mi espíritu en mi Salvador. Él es mi alegría, es mi plenitud, Él es todo para mí. Ha mirado la humildad de su esclava, muy dichosa me dirán todos los pueblos,

197

¿No son los más pequeños de tus hijitos? Mujer morena, santa María de Guadalupe, que tengan alegría en el corazón.

porque en mí ha hecho grandes maravillas el que todo puede, cuyo nombre es santo. Su clemencia se derrama por los siglos sobre aquellos que le temen y le aman: Desplegó el gran poder de su derecha, dispersó a los que piensan que son algo.

Mujer morena, guárdalos dentro de tu corazón. ¿No son los más pequeños de tus hijitos? Mujer morena, santa Maria de Guadalupe, que como el de Jesús tengan el corazón.

Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes y a los pobres. Los hambrientos se saciaron de sus bienes y alejó de sí vacíos a los ricos.

Mujer morena, santa María de Guadalupe, * llévale al Padre Dios nuestra oración (2). Oh María, madre mía, oh consuelo del mortal, * amparadme y guiadme a la patria celestial (2).

Socorrió a Israel su humilde siervo, acordándose de su misericordia, como había prometido a nuestros padres, a Abraham y descendencia para siempre. Mientras recorres la vida tú nunca solo estás; contigo por el camino Santa María va.

Con el ángel de María las grandezas celebrad, * transportados de alegría sus finezas publicad (2).

198

Ven con nosotros a caminar, Santa María ven (2).

¿Quién es esa Señora revestida de sol, tan blanca como nieve, de estrellas coronada?

Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está.

Ella (3) es * la Inmaculada (2) madre de Jesús y * nuestra madre también (2) nuestra madre. Madre, madre ven, recibe la corona, la corona y junto a ella, te ofrecemos * nuestro corazón (3)

Aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros lo seguirán.

Mujer morena, de manos juntas, pedí por ellos.

Quien a ti ferviente clama, halla alivio en el pesar, * pues tu nombre luz derrama, gozo y bálsamo sin par (2). Pues te llamo con fe viva, muestra, oh madre, tu bondad, * a mi vuelve compasiva esos ojos de piedad (2).

Aunque te digan algunos que nada puedes cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.

Mujer morena de ojos bajos, mira a tus hijos. ¿No son los más pequeños de tus hijitos? Mujer morena, santa María de Guadalupe, hacelos parecidos a tu Jesús.

200

199

Madre de Dios, la escogida, nos ha dado el Señor y siempre a su lado actuó en la redención. Siempre en toda su vida respondió sí al Padre, en penas y alegrías es luz en nuestro camino.

201

Mensajera celeste, divina aparición. Tu trono es La Salette, novísima Sión.

Al morir Jesucristo nos dio un inmenso tesoro, pues nos la dio por Madre, que nos conduce al Padre. ¿Quién será la mujer que a tantos inspiró poemas bellos de amor? Le rinden honor la música y la luz, el mármol, la palabra y el color. ¿Quién será la mujer que el rey y el labrador invocan en su dolor, el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, el santo al igual que el pecador?.

202

Yo quiero verte un día, sin llanto ni aflicción, sin lágrimas María, radiante como el sol. Te vengo a pedir (2), oh madre de Dios, que ruegues por mí (2) a nuestro Señor.

María es esa mujer, que desde siempre el Señor se preparó para nacer como una flor, en el jardín que a Dios enamoró. ¿Quién será la mujer radiante como el sol, vestida de resplandor, la luna a sus pies, el cielo en derredor y ángeles cantándole su amor? ¿Quién será la mujer humilde que vivió en su pequeño taller? Amando sin milagros, viviendo de su fe, la esposa siempre alegre de José. Quiero decir que sí, como vos María, como vos, un día, como vos, María.

203

Quiero negarme a mí, como vos María, como vos, un día, como vos, María.

Te vengo a pedir (2) por tu intercesión, * amar como Tú, llevar a Jesús en mi corazón (2). Yo quiero crecer (2), en fe y oración. Yo quiero vivir (2) la vida de Dios. Una entre todas fue la escogida, fuiste tú, María, la elegida. Madre del Señor, Madre del Salvador.

206

Ruega por nosotros, pecadores de la tierra. Ruega por el pueblo que en su Dios espera, Madre del Señor, Madre del Salvador.

Quiero negarme a mí (4). Quiero entregarme a Él, como vos, María, como vos, un día, como vos, María.

Virgen de la esperanza en nuestra marcha danos tu luz. Queremos ir contigo por el camino que abre la cruz.

Quiero entregarme a Él (4).

Madre de La Salette, se tú mi salvación (2)

205

María, llena de gracia y consuelo, ven a caminar con el pueblo. Nuestra Madre eres tú (2).

Quiero decir que sí (4).

Salve Virgen en llanto, hermosa en su dolor, mi eterno y dulce encanto, mi celestial amor.

Tus lágrimas María, son dulce bendición, que dan al alma fría, la tibieza de Dios.

204

Madre del pueblo, condúcenos por el camino de salvación; que en nuestra Patria reine la paz en la justicia y la libertad. Cielos y tierra nueva, esa es la meta de nuestro andar,

207

Vengan ya sin miedo, pastorcitos dos, grande nueva tengo, en nombre de Dios.

somos la Iglesia en marcha que hacia la pascua cantando va. Sobre cerros y pampas despunta el alba de nueva luz, es la luz que trajiste cuando nos diste a tu hijo Jesús.

Si mi pueblo ingrato sigue sin cambiar, pena y privaciones, va a soportar.

Afirma nuestros pasos, da a nuestros brazos fuerza y valor, para luchar unidos como instrumentos de salvación.

Si ustedes hacen una conversión, Dios tendrá piedad, les dará bendición.

Mientras peregrinamos vamos sembrando llanto y dolor; volveremos llevando en nuestras manos trigo de Dios. Virgen de La Salette, Madre de nuestro pueblo. Madre de nuestro pueblo, Virgen de La Salette (2).

Seis los días son para trabajar: Dios al pobre obrero quiere descansar.

208

Por nuestro trabajo, gracias Señora. Por nuestros hermanos, gracias Señora. Por nuestras vidas, gracias Señora. Por nuestra fe, gracias Señora.

Bueno, hijos míos, mensajeros son, para que mi pueblo cambie el corazón. Virgen María, madre de esperanza, enséñanos a evangelizar (2).

Madre de la esperanza, ruega por nosotros. Madre de los que sufren, ruega por nosotros. Madre de los enfermos, ruega por nosotros. Madre de los pobres, ruega por nosotros. Virgen dulce y bella, nuestra oración, canta entre hosannas, tu aparición. Ave, ave, ave María (2). Grande es la montaña, donde brilla luz, luz de la Señora y dorada cruz. La Salette dijeron, es aquel lugar, donde la Señora, vino a conversar. Sobre piedra dura, madre de amor, llena de amargura, lloras de dolor.

¿Rezan bien hijitos? Ella preguntó. Deben rezar bien, como Jesús rezó.

Caminemos con María, caminemos hacia Dios * que su Espíritu descienda como en Ella descendió (2)

209

Si tú vienes con María la verdad te enseñará * Ella es madre educadora del amor y de la fe (2). Si los hombres cambian hoy las naciones se amarán * ya no más misiles, ya no más temor, todos a luchar por la paz (2). Trabajemos con amor, construyamos fuentes de paz * ya no más misiles, ya no más temor, todos a luchar por la paz (2).

210

Soy peregrino en esta tierra, marcho contento hacia Dios, soy ciudadano de su Reino, voy anunciando su amor.

211

¡Hay una estrella en mi camino; la luz divina de la fe, ella señala mi destino: llegar a ti, Jerusalén! Soy peregrino y caminante, soy mensajero de la paz; traigo a los hombres el mensaje que “con nosotros Dios está”. Soy luchador y peregrino, construir el mundo es mi misión y completar así el designio de nuestro Padre Creador.

DESPEDIDA

Jerusalén, el mundo nuevo, ciudad de paz y libertad, que va surgiendo desde el seno de nuestra vida terrenal. Por Ti, mi Dios, cantando voy, la alegría de ser tu testigo, Señor.

212

Es fuego tu palabra que mi boca quemó, mis labios ya son llamas y cenizas mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: “No temas, contigo estoy”. Tu palabra es una carga que mi espalda dobló, es brasa tu mensaje que mi lengua secó. “Déjate quemar, si quieres alumbrar, no temas, contigo estoy”.

“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Mc. 16, 15)

Me mandas que cante con toda mi voz, no sé como cantar tu mensaje de amor; los hombres me preguntan cuál es mi misión, les digo: tu testigo soy. Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar. Hombres nuevos, creadores de la historia,

213

También María conmigo va ... También mi hermano conmigo va ...

constructores de nueva humanidad. Hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.

Y gloria, gloria y aleluya (3) Esta alabanza no ha de acabar.

Hombres nuevos, luchando en esperanza, caminantes, sedientos de verdad. Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad.

Anda y dime tú, hermano: ¿Quién es el Rey de reyes? (2)

Hombres nuevos, amando sin fronteras, por encima de razas y lugar. Hombres nuevos, al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan. Hoy, Señor, te damos gracias por la vida, la tierra y el sol. Hoy, Señor, queremos cantar las grandezas de tu amor.

El Rey de reyes es el Señor (2)

214

217

Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre, yo temblando te dije: aquí estoy, Señor. Tú me hablaste de un Reino, de un tesoro escondido, de un mensaje fraterno que encendió mi ilusión.

Gracias, Padre, Tú guías mis pasos, Tú eres la luz y el camino, conduces a Ti mi destino, como llevas los ríos al mar.

Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasado los años y aunque apriete el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás.

Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen y quieres que siga tu ejemplo, brindando mi amor al hermano, construyendo un mundo de paz.

La cruz delante, el mundo atrás ...

Que lo digan los varones ... Que lo digan las mujeres ... Que lo diga todo el mundo ... Qué detalle, Señor has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que Tú eras mi amigo. Qué detalle, Señor, has tenido conmigo.

Gracias, Padre, mi vida es tu vida, tus manos moldean mi arcilla, mi aliento es tu aliento divino, tu sonrisa en mis ojos está.

He decidido seguir a Cristo (3), sin retornar, sin retornar.

216

215

Qué alegría yo siento cuando digo tu Nombre, qué sosiego me inunda cuando oigo tu voz, qué emoción me estremece cuando escucho en silencio tu palabra que aviva mi silencio interior. Ama si quieres ser feliz, ama y todo cambiará. Ama, y así encontrarás la alegría de amar.

218

Y por las tardes las flores cantan ... Y por las noches los grillos cantan ... Y a toda hora los niños cantan ...

Amo a mi Dios (2) porque Él me ama. Amo a mi Dios porque Él primero me amó. Le amaba ayer, le amo hoy y aún mañana, yo le amaré con todo el corazón. Aunque marche por la oscuridad nada he de temer, porque Tú conmigo vas, mi Pastor que me hace sosegar.

219

A Moisés Dios dijo: “haz mi pueblo libre, yo seré tu guía, siempre sígueme”. Salidos ya de Egipto y el mar pasado, cantaron y bailaron, se llenaron de júbilo.

Tú, que me preparas la mesa en la fe, tú me das la copa, rebosante está. Tu bondad conmigo llega hasta el final y mi vida entera para Ti será.

220

Jesús dijo a Pedro: “Ven, te llamo, el camino es duro, más iré contigo”. Pedro respondió: “soy un pecador”, tiró las redes y hacia el Señor corrió. Entrégate hermano al Señor Jesús, Él te ama aunque seas pecador. Él pagó el precio de tu salvación y ahora eres una nueva creación.

Como el río soy que hacia el mar se va, donde va a morir y resucitar. Quiero hacer el bien en mi caminar, que a mi paso de flores el jardín, panes el trigal.

Entonemos al Señor un canto nuevo pues obró maravillas en nosotros. Recordemos el amor hacia el pueblo, de Dios que es nuestra salvación.

En mi corazón luchan sin cesar lo que quiero ser y mi realidad. En mi corazón quiso Dios sembrar ansias de vivir, sed de plenitud y felicidad. Demos gracias al Señor, demos gracias, Demos gracias al Señor (2)

222

En siete días creó Dios el mundo. Adán pecó y perdió el cielo. Jesús vino para redimirnos, murió en la cruz y nos salvó.

Tú, que me conduces a tus fuentes de paz, tú me has bautizado, por tu senda voy.

Caminando voy, sin saber muy bien qué sendero andar hacia dónde ir, hoy me pregunté si se dónde estoy, dónde comencé, cuál será mi fin, para qué vivir.

Den al Señor sus alabanzas, denle el poder, honor y gloria, a una voz canten un himno al Señor.

Aleluya, gloria al Rey, aleluya a nuestro Padre Dios. Aleluya, gloria al Rey, con júbilo mostremos nuestro amor.

221

Por las mañanas las aves cantan las alabanzas a Cristo, el Salvador. Y Tú amigo, por qué no cantas las alabanzas a Cristo el Salvador

Aclamemos al Señor con alegría, con gritos, arpas, palmas y guitarras porque llegó la hora de la salvación y la victoria del Señor.

223

Envía, envíame al mundo con tu luz que quiero proclamar el nombre de Jesús (2)

224

Mándame Señor en tu Espíritu, mándame Señor en tu amor (2)

Hay una fe que nos alumbra con su luz, una esperanza que empapó nuestro esperar. Aunque la noche nos envuelva en su inquietud, nuestro amigo Jesús nos guiará.

¿A quién voy a mandar al pueblo a predicar? “Aquí estoy, Señor, envíame a mi” (2) La fiesta de la fe, la fiesta del amor, juntemos nuestras manos y cantemos al Señor (2) Hablemos de Cristo, el Rey de reyes, Señor de señores por la eternidad. Él es el camino, la vida y la verdad, hablemos de Cristo más y más.

Somos la Iglesia peregrina que Él fundó. Somos un pueblo que camina sin cesar entre cansancios y esperanzas hacia Dios, nuestro amigo Jesús nos llevará.

225

228 Mi corazón desborda de alegría, pues he encontrado al Señor, mi Dios. Mi boca está llena de alabanzas por lo que ha hecho el Señor en mi. Me dio su paz, me dio su amor, me dio su luz, la libertad. Sació mi hambre, calmó mi sed, me dio el agua del manantial.

Todos deben saber (3) quién es Jesús. Mientras tenga yo una voz para cantar, al Señor elevo mi canción. Al nacer el sol y al anochecer al Señor por siempre alabaré.

Es el lirio de los valles, es la rosa de Sarón, es la estrella más hermosa, todos deben saber. Todos deben decir ... Todos deben escuchar ... Hoy me siento feliz, ya Cristo está en mi, me llena de amor (2)

Santo es el Señor ¡Aleluya!, hace maravillas en el mundo hoy. Me dio nueva vida ¡Aleluya!, construyendo el Reino de Él estoy.

226

Canto, canto, canto, porque me llena de gozo (2) Bailo, bailo, bailo, porque me llena de gozo (2) Cristo es el camino, la verdad y la vida (2) Juntos cantando la alegría de vernos unidos en la fe y el amor. Juntos sintiendo en nuestras vidas la alegre presencia del Señor.

229

227

Quieres tú también alabar a nuestro Dios, ven, acude pronto hermano aquí. Acepta a Jesús como único Señor, dejando que te transforme a ti. Todos juntos hoy, convertidos al Señor, cantemos con gozo y con paz. Con su Santo Espíritu sigamos sin temor, buscando y sembrando la verdad. Tomado de la mano con Él yo voy (3) Adonde Él va (2)

230

Si Jesús te dice: “amigo, deja todo y ven conmigo”, yo mi mano pongo en la suya y voy con Él. “Yo te llevo” dice “mi amigo, a un lugar, a un Reino conmigo, donde todo es más alegre y más feliz”. Ardiendo en fuego mi alma está (2) gloriosa llama me limpiará. Oh, aleluya, ardiendo mi alma está.

231

Oh, Señor, quiero que ardas en mi ser, como la zarza quiero arder con tu poder, en nuevas lenguas quiero hablar como señal que estoy ardiendo con el fuego celestial.

ADVIENTO

Quiero alabarte y adorarte sólo a Ti, como se adora en espíritu y verdad. Oh Señor quiero que ardas en mi ser, como la zarza quiero arder con tu poder. Salve, salve, Santa Rita, heroína del amor inocente jovencita, vivo emblema del dolor.

232

Rita, acepta nuestro afecto, te lo ofrece el corazón, de Jesús tu amor dilecto pide tú la protección. Rita, esposa atribulada, del calvario hermosa flor, tú de Cristo esposa amada, acrecienta nuestro amor. Rita, madre dolorida, con tu gracia y tu favor, de la madre desvalida, calma el llanto y el dolor. De imposibles abogada, te pedimos con fervor, soluciona Rita amada, los problemas del dolor. Rita, acepta nuestro afecto, te lo ofrece el corazón, de Jesús tu amor dilecto, pide tú la protección.

“Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.” (Lc. 3, 4)

¡Despertemos, llega Cristo! ¡Ven, Señor! ¡Acudamos a su encuentro! ¡Ven, Señor!

233

La Iglesia espera tu venida, ¡ven, Señor! y llena de alegría canta ¡ven, Señor!

Anhelos del Mesías, tu pueblo eleva en su cantar; tristeza es nuestra vida vivida sin tu paz.

Palabra eterna y creadora, ¡ven, Señor! a renovar todas las cosas, ¡ven, Señor!

Recuerda tu promesa y tu deseo de salvar. Inmensa es la tristeza de nuestro peregrinar.

Imagen de la luz eterna, ¡ven, Señor! a iluminar nuestras tinieblas, ¡ven, Señor!

Que a nuestro ardiente anhelo germine ya tu Salvador, y lluevan hoy los cielos rocío de bendición.

Verdad y vida encarnada, ¡ven, Señor! a responder a nuestras ansias, ¡ven, Señor!

La espera del Mesías también nos viene a recordar su última venida en gloria y majestad.

Pastor y Rey de nuestro pueblo, ¡ven, Señor! a conducirnos a tu Reino, ¡ven, Señor! Consolad a mi pueblo, dice el Señor, hablad al corazón del hombre. Gritad que mi amor ha vencido, preparad el camino que viene tu Redentor.

¡Ven, oh Señor! Danos tu paz. Tu pueblo ansioso clama a Ti: ¡Socórrenos, no tardes más!

234

Toda la tierra espera al Salvador y el surco abierto, a la obra del Señor; es el mundo que lucha por la libertad, reclama justicia y busca la verdad.

Yo te he elegido para amar, te doy mi fuerza y luz para guiar. Yo soy consuelo en tu mirar, ¡Gloria a Dios! (2)

Dice el profeta al pueblo de Israel: “De madre Virgen ya viene el Emmanuel”, será “Dios con nosotros”, hermano será, con Él la esperanza al mundo volverá.

Consolad a mi pueblo, dice el Señor, sacad de la ceguera a mi pueblo. Yo he sellado contigo alianza perpetua, yo soy el único Dios.

En un pesebre Jesús apareció, pero en el mundo es donde nace hoy; vive en nuestros hermanos, con ellos está, y vuelve de nuevo a darnos libertad.

Consolad a mi pueblo, dice el Señor, mostradles el camino de libertad. Yo os daré fuertes alas, transformaré tus pisadas en sendas de eternidad.

Una voz clama en el desierto: “preparad los caminos a Dios”. Una voz resuena en las montañas, ¡Gloria a Dios, el Señor! (2)

Señor, a Ti clamamos: ¡Envíanos tu Salvador! Confiados esperamos tu luz, tu vida y tu amor.

235

Preparen los caminos, los caminos a Dios, su gloria y su poder derramará. Alégrense los justos viene el Señor,

236

237

Como el Rey de las naciones y Señor del universo, vendrá al final de la historia a reunir a su pueblo.

gloríense en su majestad. Espera su justicia y su verdad, sólo si tu quieres dejarte guiar. Alégrate hermano, escucha mi cantar, tú eres la voz que clamará: Una voz está llegando una voz llena de amor, escuchemos su llamado y veremos a Dios, a Dios. Ven a nuestro mundo, que tu amor nos salve, ven a redimirnos, ven Señor, no tardes.

“Preparadle los caminos”, Juan predica en el desierto, la Virgen Madre concibe la Palabra en silencio.

238

Del cantar de los profetas fue brotando la esperanza, la sonrisa de una Virgen dio al mundo la salvación. Por las sendas de la vida se abren nuevos horizontes, en las sombras de las penas un nuevo sol brillará.

Que bella es la noche, cuajada de estrellas, si voy de tu mano, las veo más bellas. Ya pronto se cumplen, Señor, tus promesas.

La tristeza de los hombres se convierte en alegría, el rencor de las naciones se ha convertido en amor.

Levanta los ojos, del sueño despierta que baja el Mesías del cielo a la tierra. Prepara el camino al Rey que se acerca.

El ángel vino de los cielos y a María le anunció el gran misterio de Dios hombre que a los cielos admiró.

La noche ha pasado, el día se acerca, el Dios con nosotros ya está en nuestra tierra, el Hijo del Padre es hombre de veras.

Lo anunciaron los profetas y lo vieron desde lejos, para cumplir sus promesas vino a salvar a su pueblo. Nuestro mundo está esperando, el Señor sigue viniendo, ahora viene por la gracia al corazón de su pueblo.

240

El misterio del pecado vino a ser una promesa, el milagro de la culpa fue causa de redención.

Que larga es la noche, como el centinela que aguarda la aurora, los hombres te esperan. Con la Virgen Madre te espera la Iglesia.

Ven Señor a nuestra vida, que ya estamos en Adviento, ven pronto que te esperamos y salimos a tu encuentro. Ven Señor a nuestra vida, venga a nosotros tu Reino.

Ven, Señor, no tardes en llegar, y la paz al mundo le darás. Con tu luz podremos caminar, la noche se vuelve claridad.

239

Virgen Madre, Señora nuestra, recordando la encarnación, te cantamos tus hijos, todos, como estrella de salvación. Yo soy la esclava del Señor, mi Dios, la Virgen dijo al contestar, que se haga en mi según has dicho, se cumpla en mi tu voluntad. Y el Verbo, para redimirnos, tomó su carne virginal, vivió hecho hombre entre nosotros,

241

librándonos de eterno mal. Muy de mañana María abandonó Nazaret, un trotecito contento la llevará hasta Isabel. Nadie en el mundo sabía que ya llegó nuestro bien, que un borriquito traía al que esperaba Israel.

242

Por los caminos del alba, amanecer de abril, blandas orejas al viento y un caminar feliz. ¿Dime por qué caminas así tú, borriquito gris? Porque jamás tuve un peso tan dulce sobre mí (2) Un pensamiento del cielo, ojos que miran sin ver, guarda un tesoro María en sus entrañas de miel. Qué silenciosa va el arca, hecha de rosa y clavel, dentro sonríe escondido el que esperaba Israel.

NAVIDAD

“No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”. (Lc. 2, 10-11)

Cristianos vayamos, jubilosa el alma, la estrella nos llama junto a Belén. Hoy ha nacido el Rey de los cielos.

243

Humildes pastores dejan sus rebaños y llevan sus dones al Niño Dios. Nuestras ofrendas con amor llevemos.

Llevaremos para el Niño lo mejor del corazón: el deseo de encontrarlo, la esperanza del perdón. Recibamos la enseñanza que este Niño hoy nos da, siendo rico se hizo pobre por amor a los demás.

¡Bendita la noche que nos trajo el día, bendita la noche de Navidad! Desde un pesebre el Señor nos llama.

Noche de paz, noche de amor todo duerme en derredor. Entre los astros que expanden su luz brilla anunciando al Niñito Jesús, * brilla la estrella de paz (2)

El Dios invisible vístese de carne, el Rey de la gloria llorando está. Viene a la tierra a darnos el cielo. La luz de la estrella que guió a los Magos alumbra el Misterio de Navidad. Fieles sigamos esa luz del cielo.

Vamos pastorcillos, vamos a Belén, * que Dios ha nacido para nuestro bien (2) Esta feliz nueva debemos honrar * y llenos de gozo a Dios alabar (2)

245

¡Vamos todos a esperarlo, vamos todos a Belén, que Jesús en un pesebre para todos va a nacer!

Cristianos, adoremos (3) a nuestro Dios.

Vamos pastorcillos, vamos a Belén * que en Belén acaba Jesús de nacer (2)

Ya llegó la Nochebuena, ya llegó la navidad cantaremos alabanzas para el Niño que vendrá.

244

246

Noche de amor, noche de paz, Jesús nace en un portal. Llene la tierra la paz del Señor, llene las almas la gracia de Dios, * porque nació el Redentor (2) Noche de paz, noche de amor, todo canta en derredor. Clara se escucha la voz celestial llamando al hombre al pobre portal. * Dios nos ofrece su amor (2).

Pobre, humilde, nace nuestro Redentor, * temblando de frío por el pecador (2)

Noche anunciada, noche de amor, Dios ha nacido, pétalo y flor; todo es silencio y serenidad, paz a los hombres, es Navidad.

Suenen las campanas, cante el corazón, * todos a ser buenos que Cristo nació (2)

En el pesebre mi Redentor es mensajero de paz y amor, cuando sonríe se hace la luz y en sus bracitos crece una cruz. Esta es la noche que prometió Dios a los hombres y ya llegó;

247

es Nochebuena, no hay que dormir, Dios ha nacido, Dios está aquí. ¡Ha nacido el rey del cielo, ha nacido nuestro Dios Elevemos nuestros cantos a Jesús, el Salvador.

Por cuatro mil años esperamos, está entre todas las horas. Nació en la tierra el Rey Niño, hoy vive en medio de nosotros.

248

Nació, nació, ¡Aleluya, aleluya! Pastores de la montaña, oíd el célico cantar que en los aires acompaña de la brisa el murmurar.

¡Aleluya cante el cielo! ¡Aleluya cante el suelo! ¡Gloria a Cristo, nuestro Rey! ¡Gloria al Niño de Belén! ¡En la tierra paz y amor y en los cielos gloria a Dios!

251

Gloria, Dios nos ha nacido. Con los ángeles del cielo celebremos Navidad; con sus voces anunciemos: “Gloria a Dios y al hombre paz”.

El Mesías prometido, el que cura todo mal, humilde y pobre ha nacido, de Belén en un portal.

El Señor de los señores, el Ungido celestial, a salvar los pecadores vino al seno virginal.

Todos ahora rendidos, prestémosle adoración, y con corazón contrito, pidamos su bendición.

Es la noche prometida, es la noche del perdón, hoy el cielo se concilia con el mundo pecador. El Niño Dios ha nacido allá lejos en Belén, vendrán los Reyes a verlo y los pastores también. El Niño Dios ha nacido allá lejos en Belén.

249

Un Niño ha nacido en Belén, en Belén De fiesta está Jerusalén. Aleluya, aleluya.

Su padre cómo le mira, su madre llorando está, quizá que llore sabiendo tormentos que ha de pasar. Su padre cómo le mira, su madre llorando está.

Muy pobre es la Virgen que en Belén dio a luz. Los ángeles juegan con él. Aleluya, aleluya.

Los Reyes le traen oro, los pastores, su bondad; y una estrellita del cielo plata del cielo le da. Los Reyes le traen oro, los pastores, su bondad.

Sonad con la voz hasta el aire, repiquen todas las campanas y lleguen de todas las partes pastores y amigos lejanos.

252

Navidad llegó y llegó la paz y sobre la tierra hay felicidad. Navidad llegó y llegó el amor y en los corazones brilla la ilusión.

¡Ay, niñito de Belén, ruega por todos, por mí también!

Nació, nació, ¡Aleluya, aleluya! Nació el Niño que es Soberano. La noche que fue tan oscura hoy brilla de un astro divino.

Din, din, don, din, din, don, vamos a cantar La alegría de este día hay que festejar (2)

Dormido en una pobre cuna está el Niño Dios. Los ángeles cantan a Él cantos de amor. Aleluya.

250

Lara, lara, lararararara, larara. Los ángeles cantan a Él cantos de amor. Aleluya. De oriente van marchando a Nazaret con gran fe tres reyes y pastores que lo alabarán y obsequiarán. La estrella de David brillando está junto al sol,

253

vayamos a adorar a Jesús, que ya nació. Aleluya. En lo más azul del cielo se paseaba una doncella en la frente una corona, en la mano una azucena.

254

De un tronco fue la rama, de la rama fue la flor, de la flor nació María, de María, el Redentor.

Mira que pide en tu pecho un pesebre en que habitar, para hacer su humilde lecho donde le puedas cantar. Mira que pide tus labios, para seguir enseñando, mira que pide tus pies para seguir caminando.

Al cristal cruzó un destello, mas su faz no la empañó, así concibió María y doncella se quedó. El andar del hombre, triste y oscuro, solo la promesa pudo alumbrar, el tiempo maduro engendró la paz, que irrumpió en el mundo con el sol nuevo de Navidad.

255

Mira que pide tus ojos para seguir dando luz. Mira que pide tus hombros para cargar con su cruz. Mira que pide tus manos para seguir construyendo, mira que pide tu vida para continuar viviendo. Mira que pide tus penas para continuar penando, mira que pide tu amor para continuar amando. Al niñito de Belén que nació para sufrir, no lo defraudes jamás, piensa que murió por ti.

La mesa está puesta, es la Navidad, y todos los hombres tienen su lugar. ¡Brindemos, hermanos, por este anuncio de libertad! Dios brinda a los hombres su amor profundo, en misterio vivo de redención. Cristo viene al mundo, es la salvación, la Palabra eterna que se hace hombre por nuestro amor. Cristo nos invita a una nueva vida, a luchar nos llama su encarnación, contra la injusticia, contra la opresión, luchar porque todos puedan entrar al Reino de Dios. Este es el banquete de nueva vida, Dios se da a los hombres de igual a igual; con amor fraterno partamos el pan, bebamos la sangre que nos engendra en la libertad. En el cielo de Belén hay una estrella brillando y en el portal de Belén hay una madre cantando.

Rey de los reyes del mundo, sólo los pobres lo ven, es el misterio profundo del niñito de Belén. Tiene en sus labios la paz, y el amor entre sus brazos, tiene un palomo torcaz durmiéndose en su regazo.

256

Porque de mí te acordaste cuando moriste en la cruz y mi pecado borraste cuando moriste en la cruz; porque, en tu muerte, lavaste con sangre roja de amor el mundo que había manchado con mi pecado.

CUARESMA Y SEMANA SANTA

257

Por eso, yo te doy gracias en este instante, Señor, y me dispongo a ayudarte en la obra de salvación; hoy me arrepiento de todo lo malo que cometí y me propongo amar tanto como Tú a mí. Por largos caminos hoy vuelvo a la casa cargado de sombras, la muerte en el alma.

258

Señor, tu ternura me da nueva vida, si borras mis culpas, si tú las olvidas. Tu amor he olvidado por sendas lejanas, dejé en cada piedra jirones de gracia. No ocultes tu rostro que es luz que ilumina, será así mi canto, del alma sonrisa. Perdón, Señor, perdón (2)

259

Misericordia, mi Dios, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mis culpas. Pues mi pecado yo lo reconozco y mi culpa está siempre ante mí.

“Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios”. (2 Cor. 5, 20)

Mira, Señor, que en la culpa he nacido y pecador mi madre me engendró. Contra Ti, contra Ti solo pequé y la maldad cometí ante tus ojos. Perdón, perdón, perdóname Señor Ante Ti yo pequé, perdóname Señor. Mi pecado yo bien lo conozco

260

y mi falta no se aparta de mi mente. Contra Ti, Señor, contra Ti, Señor, yo pequé.

Orando voy ... Con mi hermano voy ...

En pecado me concibió mi madre y tú ves que malo soy de nacimiento. Tú quieres rectitud de corazón, enséñame en secreto lo que es sabio.

Hosanna, hosanna, al Hijo de David. Bendito es el que viene en nombre del Señor (2) Hosanna, hosanna, al Rey de Israel (2)

Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame Tú de mi pecado. De la muerte líbrame Señor y mi lengua tu justicia aclamará. ¡Perdón, oh Dios mío; perdón, indulgencia, perdón y clemencia, perdón y piedad!

La fiesta de la Pascua ya está por empezar. Jesús va de camino también a la ciudad. * Los niños y los grandes lo quieren saludar, con ramas de palmera lo fueron a esperar(2)

261

Pequé, ya mi alma su culpa confiesa. Mil veces me pesa de tanta maldad.

¡Piedad! Fiel prometo, oh Dios de clemencia, hacer penitencia y no pecar más.

262

¡Oh, cuánto amor respira tu abierto corazón! Tu muerte fue mi vida, tu cruz, mi salvación.

Cantando voy ...

¡Bendito el que viene en Nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! ¡Hosanna a nuestro Dios!

Y hoy vuelve a repetirse la historia de Israel, como hace tantos años allá en Jerusalén. * ¡Alcemos nuestros ramos que llega nuestro Rey! Jesús en cada Pascua nos hace renacer (2)

266 Doce hombres, el Maestro. Doce panes y la Vida. Doce copas y la Alianza se mezclaban aquel día. Donde Jesús lavándole los pies les enseñaba lo que es la vida. Donde Jesús, derramando su sangre, les perdonaba su maldad vivida. Eucaristía.

Con mis frecuentes culpas, mil veces te ofendí. Perdona mis pecados y ten piedad de mí.

Caminando voy a Jerusalén (3) Oh, aleluya, caminando voy a Jerusalén.

265

Montado en un burrito Jesús apareció y así la profecía de nuevo se cumplió. * Quedando sorprendidos al ver con que humildad entraba aquel Mesías que habría de reinar (2)

Señor, triste vuelvo buscando consuelo. Pequé contra el cielo, pequé contra Ti.

Oh víctima inmolada por nuestra redención, de cuyas llagas brotan las aguas del perdón.

264

263

Muchos hombres, un Maestro. Muchos panes, una Vida. Muchas copas, una Alianza, se comparten hoy en día. Donde Jesús con su resurrección, sólo nos pide amarnos siempre sin medida. Donde Jesús con su Eucaristía, nos da la gracia de una Nueva Vida. Eucaristía.

Un Cordero, el Maestro. Una ofrenda, su Vida. Una muerte, el camino, forma nuestra Eucaristía. Donde Jesús te ha de llenar de vida y nos la ofrece como Pan de Vida. Donde Jesús nos baña con su sangre y nos la ofrece como Alianza Nueva.

Enséñanos a ser humildes, a compartir lo poco que tenemos, a amarnos hoy, sabiendo el mandato que nos das y nuestra propia vida entregar. Tu Sangre, que has derramado, tu Cuerpo que nos entregaste. Ayúdanos a ser Eucaristía junto a Ti, formando parte de un Cuerpo.

Eucaristía, Eucaristía, la gracia santa del Altar. Eucaristía, Eucaristía, signo sagrado de verdad. Eucaristía, Eucaristía, presencia viva de Jesús. Eucaristía, Eucaristía, el don más grande del amor de Dios. Sabiendo que se acercaba la hora de la pasión, Jesús con sus doce amigos por última vez comió. Y en medio de aquella cena, les quiso mostrar su amor, lavando los pies a todos, lo mismo que un servidor.

267

Ara donde se inmoló el Cordero inmaculado, Cristo en Ti nos redimió de la muerte y del pecado. Árbol santo e inmortal, son tus frutos redentores; gracia, luz, perdón y paz, brindas a los pecadores.

“Señor, no te lo permito, no puedes lavar mis pies”. “Simón, lo que haré contigo, muy pronto vas a entender. Tu parte tendrás conmigo, si dejas lavar tus pies”. “Entonces mi cuerpo entero, Señor te lo entregaré”.

Santa Cruz de redención, arco iris de la Alianza, signo eterno del perdón, fuente viva de esperanza. Que nuestras voces proclamen: Gloria eterna a Jesús, que nos salvó de la muerte por su victoria en la cruz.

“Si yo, que soy el Maestro les quise lavar los pies, fue solo por dar ejemplo de lo que tendrán que hacer. En el Reino de los Cielos, las cosas son al revés, quien quiera ser el primero, que sirva con sencillez”.

Señor, no solo lávame los pies, sino también el corazón. Queremos compartir el amor que Tú nos das, tu vida, tu gracia y tu perdón.

269

¡Cruz de Cristo vencedor, te adoramos, sálvanos!

Quien quiera saber vivir, que viva para servir, Quien quiera el primer lugar, que aprenda a ser servicial.

Señor, qué ejemplo tan humilde un Dios tan grande como Tú eres, agacharte y de rodillas lavarle los pies a tus hijos a quien viniste a salvar.

Es la cruz de salvación, árbol que nos dio la vida Precio de la redención, de la humanidad caída.

268

¡Tu santa cruz adoramos, Señor, y proclamamos tu resurrección; toda la tierra se alegra en tu redención! En una cruz fue inmolado, desde una cruz Él triunfó. Éste es el árbol de Vida que nuestro Padre plantó. Cumplido el tiempo previsto, Dios a su Hijo envió, Él asumió nuestra carne y de la Virgen nació.

270

Fue juzgado injustamente, por él nadie se jugó; despreciado cual basura, maltratado se humilló. Fue arrancado de esta vida, destrozado en el dolor.

Él se entregó libremente para sufrir su pasión, como un cordero inocente sobre la cruz se inmoló. De su costado abierto sangre y agua brotó, que borran nuestros pecados y lavan la creación.

Él pagó por nuestras culpas con su sangre y su dolor; entregándose a la muerte, a la muerte derrotó; se ofreció en sacrificio para nuestra salvación.

Signo de alianza eterna, arca de la salvación, sólo tú, Cruz, fuiste digna de sostener al Señor.

Y después de la amargura plenitud de luz verá; como premio a su victoria en herencia obtendrá muchedumbres incontables para el Reino de la paz.

Gloria al Padre eterno, gloria a Jesús, el Señor, gloria al Espíritu Santo eternamente. Amén. ¡Victoria, tú reinarás! ¡Oh, Cruz, tú nos salvarás!

271

Sobre esta tierra oscura derrama tu claridad, oh Cruz, fuente fecunda de amor y de libertad. Tu luz señale el rumbo al pobre que descarrió; tus brazos lo conduzcan al puerto de salvación. Tus brazos nos reúnan en ronda de caridad, con todos los hermanos que buscan en ti la paz. Te entregaste por nosotros, de tu cruz brotó la paz; por tu muerte ya vivimos, Jesucristo, en libertad. ¿Quién podrá interpretar el designio del Señor? Cual raíz en tierra seca aparece el Salvador, fue creciendo entre nosotros sin belleza ni esplendor.

272

Silencioso se le vio pasar, la gente le miraba. Con un gesto de dolor le vi llorar, no sé porqué lo odiaban. Como un ladrón lo condenaron a morir. En su agonía, con amor le oí decir: “Padre, pido por favor, que perdones este error, Padre, dales tu perdón”. Multitudes lo siguieron hasta el fin, algunos sollozaban. Más ninguno lo ayudaba en su sufrir, más nadie hizo nada. Como a un traidor lo condenaron a morir, en su agonía, con amor le oí decir: “Padre, pido por favor, que perdones este error. Padre, pido por favor, Padre, dales el perdón”. Junto a la cruz de su Hijo, la madre llorando se ve. El dolor la ha crucificado, el amor la tiene de pie. Quédate de pie, de pie junto a Jesús, ¡Que tu Hijo sigue en la cruz!

Él fue el hombre de dolores y probado en el sufrir, ¿Quién se atreve a contemplarlo, maltratado tanto así; aplastado por las culpas, padeciendo sin gemir? Como oveja descarriada cada uno desvarió. Él cargó con nuestras culpas por la voluntad de Dios. Por sus llagas nos sanamos y obtuvimos el perdón.

273

Cruz del lecho de los enfermos, de los niños sin un hogar, cruz del extranjero en su patria, del que sufre en soledad. Cruz de la injusticia y miseria de los marginados de hoy; cruz de tantas falsas promesas y de la desesperación. Cruz del abandono de amigos, del olvido y de la traición;

274

cruz de la amenaza y del miedo, la tortura y la prisión. Cruz de los que sin esperanza sufren sin saber para qué; cruz de los enfermos del alma, de los que perdieron la fe. Virgen de los dolores, madre no llores; semilla de esperanza de pecadores, de pecadores; ¡Virgen de los dolores, madre, no llores!

275

Diste al mundo tu Hijo con destino de cruz, dolor que quema tu alma, amor que dio nueva luz. Fuerte en el sufrimiento, madre en el perdonar; adentro secaste el llanto que no dejaste aflorar. Virgen Madre del niño que al morir vida dio; por tu intermedio pedimos humildemente perdón.

PASCUA

“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado”. (Lc. 24, 5-6)

Aleluya, aleluya, aleluya.

276

Con gozo alzad el rostro a Dios que dio a la tierra salvación.

Encendamos el cirio pascual, porque Jesús resucitó. Encendamos el cirio de amor, porque Jesús resucitó. Y alumbremos con él al altar, porque Jesús resucitó.

Todos cantad, todos gritad, todos cantad ¡Aleluya!

Caminemos con paso triunfal, porque Jesús resucitó. Hoy comienza una luz a brillar, porque Jesús resucitó. Bendigamos la noche pascual, porque Jesús resucitó.

El Señor resucitó, cantemos con alegría, demos gracias al Señor ¡Aleluya!

Aleluya (6) el Señor resucitó (2)

Mi pecado redimió, Cristo Dios, subiendo al cielo, nueva vida ahora tengo ¡Aleluya!

Que la tierra levante la voz, porque Jesús resucitó. Y que exulte la Iglesia de amor, porque Jesús resucitó. Todos juntos cantemos a Dios, porque Jesús resucitó. Esta es la luz de Cristo, yo la haré brillar (3)

279

Jesucristo subió al cielo, nos manda que le queramos en todos nuestros hermanos ¡Aleluya!

277

Brillará, brillará sin cesar.

Ahora tengo la esperanza que Dios siempre perdona, que Cristo no me abandona ¡Aleluya! Ésta es el agua pura que el Creador nos dio. Ésta es el agua nueva que de la cruz brotó.

Soy cristiano y esta luz yo la haré brillar (3)

280

Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar (3) Del agua y del Espíritu la vida comenzó, por el agua del bautismo, la nueva creación.

Nunca la ocultaré, yo la haré brillar (3) Siempre la defenderé, yo la haré brillar (3)

El agua de nuestros ríos vida y salud nos da, y las aguas del bautismo vida eterna dan.

Toma, hermano, esta luz y hazla tú brillar (3) Hoy el Señor resucitó y de la muerte nos libró. Alegría y paz hermanos, que el Señor resucitó. Sobre la cruz Cristo venció y el sufrimiento eliminó.

278

Por el paso del Mar Rojo Dios a Israel libró; en el agua del bautismo nace el pueblo de Dios. Jesús recibió el Espíritu en el río Jordán; nuestro pueblo en el bautismo nace a la libertad.

Porque esperó, Dios lo libró y de la muerte lo sacó.

Del pecho abierto de Cristo sangre y agua brotó; es el agua del bautismo que da la salvación.

El pueblo en él vida encontró, la esclavitud ya terminó.

Resucitó (3) ¡Aleluya! Aleluya (3) ¡Resucitó!

281

No tengan miedo, no tengan miedo, Cristo murió. Pero está vivo, pero está vivo, resucitó. Vayan y cuenten, vayan y cuenten, celébrenlo: Que Jesucristo, que Jesucristo es hombre y Dios.

La muerte, dónde está la muerte, dónde está mi muerte, dónde su victoria. Gracias sean dadas al Padre que nos lleva a su Reino donde se vive de amor.

No tengan miedo, no tengan miedo si ustedes son por bautizados, por bautizados, hijos de Dios. Vayan y cuenten, vayan y cuenten, celébrenlo: Que Jesucristo, que Jesucristo resucitó.

Alegría, alegría hermanos, que si hoy nos queremos es que resucitó. Si con Él morimos, con Él vivimos, con Él cantamos ¡Aleluya!

Si el Señor resucitó, qué alegría tan inmensa * porque hay otro mundo, hay otra vida y otra felicidad (2)

Aleluya (3) ¡Resucitó! Resucitó (3) ¡Aleluya! Toma mi mano, hermano, Cristo resucitó. Ven conmigo a la mesa que nos ofrece Dios. Toma mi mano hermano, Cristo resucitó.

282

Yo también quiero resucitar, ser feliz toda la eternidad. Y vivir con los que tanto amé una paz que no terminará. Si el Señor resucitó, el final no está en mi muerte, * cuando llegue ese día se que mi Padre no me abandonará (2)

Ven, hermano, ven. Toma mi mano y ven. Ven a la mesa de nuestro Redentor, unidos en la Iglesia por la fe y el amor.

Yo no se como será esa otra nueva vida, * aunque tengo mis dudas, en Ti confío, Dios, Tú me salvarás (2)

Al ver nuestra tristeza, Cristo al mundo llegó y en la cruz de sus brazos la vida derramó. Toma mi mano, hermano, Cristo en la cruz murió.

El Señor conoce bien tus dolores y tus penas, * pero ten esperanza, Dios no abandona, siempre te apoyará (2) Suenen campanas, suenen tambores, suenen guitarras y hosannas a Dios, renace el día, surge la luz, cantemos hermanos un himno a Jesús.

El vino de su sangre nuestro dolor borró y en pan de harina y vida nueva vida nos dio. Toma mi mano, hermano, Cristo nos redimió. Hoy comemos su Cuerpo, trigo de redención; bebemos de su Sangre, vino de cruz y amor. Toma mi mano, hermano, alabemos a Dios. Alégrense, dice el Señor, yo estaba muerto y aquí estoy. Alégrense de corazón, demos gracias a Dios (2)

284

Porque Cristo resucitó (3)

283

Canta el ave, brinca el ganado, toda tristeza ya es del pasado, hoy la alegría inunda a los hombres, del niño al más grande, del rico al más pobre. El hombre nuevo surge en el mundo,

285

hay en las cosas un cambio profundo; Pascua de Cristo, resurrección, paso del hombre a la vida de Dios.

Alégrate, María, Aleluya, la Pascua está cumplida, Aleluya. ¡Oye, Madre, nuestra voz, por nosotros ruega a Dios; salve, salve, salve María!

Desde hoy la muerte ha sido vencida y es nuestra fe un canto a la vida; suenen campanas, suenen tambores, suenen guitarras y hosanas a Dios. Di qué has visto Magdalena y si es cierto lo que oí; * que la tumba estaba abierta y el Señor no estaba allí (2)

Resucitó tu Hijo, Aleluya, según Él lo predijo, Aleluya.

286

Aleluya (6)

¡Aleluya!, ¡Aleluya! ¡El Señor resucitó! * Hoy la muerte fue vencida ¡Aleluya a nuestro Dios! (2)

Porque Cristo, nuestro hermano, nos ha redimido, María alégrate (2)

Entre todas las noticias, ésta ha sido la mejor. * Si la muerte fue vencida, no hay lugar para el dolor (2)

Porque en Cristo, nuestro hermano, hemos renacido, María alégrate (2)

Vamos pues a Galilea que Jesús nos quiere ver. * Nuestro amigo nos espera, ya no hay tiempo que perder (2)

Venid a contemplar la luz de un nuevo sol, la paz podemos declarar, el triunfo del amor. Hoy resucitó y la libertad salió de su prisión. Venid a contemplar que todo está ya en flor, la primavera vuelve ya vestida de color. Hoy resucitó y la libertad nos abre el corazón. Venid a entonar una alegre canción; con palmas y con fuerte voz, a Cristo publicad. Hoy resucitó y la libertad su vuelo ya emprendió.

Sufriste con tu Hijo, Aleluya, hoy gozas de su triunfo, Aleluya. Porque Cristo, nuestro hermano, ha resucitado, María alégrate (2)

Vi a dos ángeles del cielo tan brillantes como el sol. * Me dijeron que el Maestro no está aquí, resucitó (2)

Venid a celebrar la Pascua del Señor, la juventud eterna de su amor (2)

288

287

Porque en Cristo, nuestro hermano, todos somos hijos, María alégrate (2)

289

Soplo de Dios viviente que en el principio cubriste el agua, soplo de Dios viviente, que fecundaste la creación.

290

¡Ven hoy a nuestras almas, infúndenos tus dones, soplo de Dios viviente, oh Santo Espíritu del Señor! Soplo de Dios viviente por quien el Hijo se hizo hombre, soplo de Dios viviente, que renovaste la creación. Soplo de Dios viviente por quien nacemos en el Bautismo, soplo de Dios viviente, que consagraste la creación.

PENTECOSTÉS

Ven Espíritu Santo, ven a iluminar nuestras inteligencias y a defendernos del mal.

291

Tú, promesa del Padre, don de Cristo Jesús, ven y danos tu fuerza para llevar nuestra cruz. Tú, llamado abogado, nuestro consolador, ven, y habita en nosotros por la fe y por el amor. Haz que cada cristiano bajo tu inspiración, sea testigo de Cristo con la palabra y la acción. Guiados por el Espíritu hacia Cristo Jesús, caminemos con júbilo a la ciudad de la luz.

“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse”. (Hech. 2, 4)

Pentecostés, día de fiesta. Pentecostés día de gozo. * Pentecostés, día de la Iglesia, de la Iglesia del Señor (2) Ya se siente, ya se siente, ya se siente el Espíritu de Dios (2) Ya se derrama... Aleluya, aleluya, aleluya al Espíritu de Dios (2)

292

Espíritu Santo, fuente de luz, ilumina mi vida y me revela a Jesús (2)

293

Ven Señor, ven a nosotros, llénanos de tu calor. Ven Señor, nada podemos sin tu Espíritu de amor.

Enséñame a descubrir tu fuerza y tu poder. Enséñame a descubrir tu palabra y tu verdad.

Ven Espíritu de amor, ven, confirma nuestra fe, danos fuerza para andar, que sin Ti nada podemos.

Enséñame a descubrir tu amor y tu paz. Enséñame a descubrir tu luz y tu verdad.

Ven, oh Dios, oh fortaleza, que tu luz todo lo aclara, ven Señor de los humildes, que sin Ti nada podemos.

Enséñame a descubrir tu bondad y tu querer (2)

Ven, impulsa nuestra vida, da alegría a nuestras almas, ven, renueva nuestra Iglesia, que sin Ti nada podemos.

Envía Señor a tu Espíritu que renueve la faz de la tierra (2)

294

Un Espíritu, fuente de vida, un Espíritu, fuego de amor, que renueve la faz de la tierra y renazca una vida mejor.

Divino Espíritu bajad (2) y en llamas de amor, de amor a todos abrazad (2) Así como en Pentecostés (2) derrama Señor aquí tu Espíritu de amor (2)

Que la luz resplandezca en nosotros, fuerza viva de Dios Creador, y ante el peso de nuestras flaquezas nos mantenga su eterno vigor.

Fue el Espíritu Santo (3) lo que en Damasco se derramó (2) ¿A que tú no sabes * lo que en la Iglesia pasó? (3) ¿A que tú no sabes * lo que en mi vida pasó? (3) ¿A que tú no sabes * lo que en mi hermano pasó? (3)

Ven, aviva nuestra mente, danos tu sabiduría, ven, confunde a los soberbios, que sin Ti nada podemos. Ven Señor, danos la paz, haznos vivir tu palabra, haznos fieles para siempre, que sin Ti nada podemos.

Que los hombres que cruzan el mundo como ovejas que van sin pastor, las reúnas en un solo Cuerpo, Cuerpo vivo de Cristo, el Señor.

¿A que tú no sabes * lo que en Damasco pasó? (3)

296

Amor del Padre y del Hijo (2) infunde Señor, tu luz en nuestro corazón (2)

295

Unamos los brazos al cielo (2) pidámosle a Dios su paz su gracia y su perdón (2)

297

A la familia ven a renovar, Señor, con tu Espíritu a dar unidad. Que en cada una de ellas como en Nazaret junto a María entres a morar.

298

A nuestro hogar ven a reinar, nuestra familia a transformar, haznos testigos de tu amor y paz (2) Sólo podrá cambiar la sociedad actual si te proclaman rey en el hogar. No importará dolor, pobreza o tempestad si bajo tu mirada siempre está.

MATRIMONIO

Si la familia está basada en la fe y en el amor a Dios y a su ley. Si permanece unida en alabanza a Él, comunidad pequeña, iglesia es. Haz tú Jesús que sea la familia de hoy terreno donde brote santidad. El Reino del Señor así realizará, muy alto el evangelio anunciará. Abran las puertas todas las familias ya a Cristo el Redentor que quiere entrar y hacer brillar su luz donde hay oscuridad, un mundo nuevo entonces surgirá.

“Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. (Mt. 19, 6)

La familia es una Institución donde el individuo toma formación. Y si no formamos un mejor hogar, marchar bien no puede nuestra sociedad. Donde existe el amor gente unida hallarás. * Las familias del continente únanse en el amor a Dios (2) La delincuencia no podrán parar con diversiones y comodidad.

299

“hagan todo lo que Él diga” y Jesús obedeció.

En el exterior nada encontrarán ya que este problema surge del hogar.

“Llenen de agua esas tinajas”, al Señor se le ocurrió, * y hasta el borde las llenaron sin pedirle explicación (2) Convertida el agua en vino, el encargado lo probó. * Sin saber lo sucedido fue hasta el novio y lo retó: (2) “El buen vino va al comienzo, lo tendrías que saber, ¿cómo explicas lo que has hecho?, no lo puedo comprender”.

La pobreza no es una razón para en la familia haber desunión. Si unen sus esfuerzos en pro del hogar ya verán muy pronto podrán progresar. La pureza, amor y el desinterés, de una familia base fuerte es. Y si entre sus miembros hay honestidad, ya seguro tiene la felicidad. Este es el día de tu boda, un día muy especial. Del cielo canta con alegría un coro celestial. Los árboles y flores regocijan sin cesar, reconocen el milagro, el regalo de amar.

300

Este es el día (3) de amor. Este es el día (3) de amor.

No hace falta que imaginen la revuelta que se armó. * Y en silencio fue la Virgen arrimándose al Señor (2) “Haz que el vino no les falte y por favor ayúdalos” * “A nosotros ¿qué nos hace?, madre, mi hora no llegó” (2) Al momento fue María que a los mozos ordenó:

302

Es muy poco Señor lo que vengo a traer, es muy poco lo que puedo dar. Mi trabajo es el agua que vengo a ofrecer y mi esfuerzo un pedazo de pan. Es muy poco Señor lo que vengo a traer, es muy poco lo que puedo dar. En tus manos divinas lo vengo a poner, tú ya pones Señor lo demás.

Este es el día de tu boda, ya no hay que esperar. Unirán sus manos, sus corazones, para juntos caminar. Y mientras se prepara una linda recepción porque llega el Rey de reyes para dar su bendición.

Una vez a Galilea fue Jesús con su mamá, * invitados a una fiesta de unas bodas en Caná (2) Ese día estaban todos los amigos del Señor * y en la cara de los novios no faltaba la ilusión (2) Ocurriendo lo imprevisto, todo el vino se acabó. “Algo así nunca se ha visto”, dijo el novio con razón.

Un día de bodas el vino faltó, imposible poderlo comprar. Qué bello milagro hiciste Señor con el agua de aquel manantial. Colmaste hasta el borde del vino mejor las tinajas que pude llenar, yo puse mi esfuerzo, yo puse mi afán, Tú pusiste Jesús lo demás.

301

He probado la luz de la luna, correr contra el viento, las olas del mar. He probado cantar mucho tiempo, pero nunca he probado amar. Y Hoy que he amado, ya no quiero probar nada más (2) He gustado la tarde en mis ojos, las flores del campo, el rayo de sol. He gustado la estrella en el cielo, pero nunca he gustado amar. Y hoy que he amado, ya no quiero gustar nada más (2) He sentido el cariño de muchos, la brisa en mi rostro, la pena, el dolor.

303

La familia comience sabiendo porqué y donde va, y que el hombre retrate la gracia de ser un papá. La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor; y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor. * Bendecid oh Señor las familias. Amén. Bendecid oh Señor la mía también (2)

He sentido el grillo en la noche, pero nunca he sentido amar. Y hoy que he amado, ya no quiero sentir nada más (2) Pues amar es probar, es gustar, es sentir a Jesús. La familia necesita para ser fiel al amor ser discípula de Cristo, buena oyente del Señor. Los problemas de la vida quieren ahogar nuestra fe, no podrán si imitamos al Hogar de Nazaret.

304

Familia evangelizada y evangelizadora, santuario de la vida y del mundo servidora.

Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos, y por ellos encuentren la fuerza de continuar. Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo pueda ser la esperanza de paz, la certeza de amar.

La familia no se queda, sale a evangelizar, porque sabe que este mundo tiene mucho por cambiar. Es familia misionera con su ejemplo de unidad, solidaria y luchadora, va anunciando la verdad.

Unidos todos cantemos y alabemos al Señor Porque Él ha puesto en los hombres la semilla del amor.

Un santuario de la vida la familia quiere ser, donde se respete al hombre desde antes de nacer. Y no hay vida sin trabajo, sin salud ni educación, nuestra vida ha de ser digna porque así nos hizo Dios.

Que ninguna familia se albergue debajo del puente y que nadie interfiera en la vida y en la paz de los dos. Y que nadie los haga vivir sin ningún horizonte, y que puedan vivir sin temer lo que venga después.

306

Amor es servicio, amor es perdón, amor es justicia y es liberación. Un nuevo hogar va a formarse, dos seres hoy se unirán, para realizar la vida, para encarnar la verdad.

La cultura de la muerte nos golpea sin cesar, vemos jóvenes sin rumbo, vemos niños sin hogar. Hoy queremos ser obreros de una nueva sociedad, y rezar: venga tu reino, que es justicia, paz, verdad. Que ninguna familia comience en cualquier de repente. Que ninguna familia se acabe por falta de amor. La pareja sea uno en el otro de cuerpo y de mente, y que nada en el mundo separe un hogar soñador.

Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida. Y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón. Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida. La familia celebre el milagro del beso y del pan.

Símbolo nuevo de Cristo, que por servir se entregó y que, en su muerte, ha pagado precio por nuestro perdón.

305

Estos hermanos queridos juntos para siempre están y mostrarán con sus vidas a toda la humanidad: Que amor es servicio... Grande misterio de amor, misterio de Dios, el que a los dos los unió y ya no son dos. Un solo canto entonarán, la misma senda pisarán y el mismo pan los unirá en comunión de hogar.

307

Como una alianza de luz que viene de Dios serán los dos de los dos, misterio de amor. Con alegría y dolor los dos rezarán una plegaria de amor y fidelidad. Padre, Dios de la vida, dueño de la creación, mira a estos tus hijos postrados en oración.

308

Que se cumpla en ellos tu santa Palabra, les muestre el camino y los guíe, Señor. Hijo, Dios hecho hombre, rostro de un Dios Amor, sella con tu presencia para siempre esta unión. Santo, Espíritu Santo, fuego del corazón, siembra en la sangre nueva lo que espera tu amor. Como brote de olivo, en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de tu Iglesia. Comerás del trabajo de tus manos con gozo y bienestar; tu esposa será una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, retoños de olivo en torno a tu mesa. Así serán bendecidos los que temen al Señor; que el Señor los bendiga desde el cielo a lo largo de la vida; que vean a los hijos de sus hijos y vivan en paz.

309

CANTOS DE ENTRADA Alabadle por las mañanas, al mediodía, alabadle cuando se pone el sol. Admirable es el Señor (2) admirable, admirable es el Señor. Cosa que ojo no vio, ni oído escuchó su Espíritu lo reveló.

MISA DE NIÑOS Y VARIOS

A la fiesta del Señor (3) hoy venimos a escuchar, a cantar y a perdonar, a la fiesta del Señor (2).

1

2

Y antes de entrar en esta fiesta, hay que dejar ante la puerta nuestro mal. Que si el Señor hoy te perdona no es por cumplir ni por querer disimular, es porque Dios nos ama a todos de verdad, y es porque tu y yo debemos perdonar. Dile al Señor lo que te pasa, lo que te hace hoy sufrir y hasta llorar. Dile también que tienes días en que parece que todo es felicidad. Dale las gracias porque te ama de verdad pídele ánimo y ganas de avanzar.

“Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos”. (Mc. 10, 14)

Alegre vengo por la mañana de mi cabaña que alegre está, y a Cristo amigo le traigo flores de las mejores de mi rosal (2). Cristo ha nacido, vino a salvarnos y con sus carismas (2) vamos a alabar. Estas Navidades cantaré con calma, porque Cristo vive (2) en todas las almas.

3

Alegres vamos caminando hacia el templo del Señor todos reunidos como hermanos, festejando a nuestro Dios.

4

En torno a Cristo que resucitó, con el divino Espíritu de amor, formando juntos el pueblo de Dios, que es la Iglesia fuente de unidad. Y con los ángeles y santos, en la gloria celestial, donde no hay muerte ni pecado, solo amor y hermandad.

Cada vez que nos juntamos, siempre vuelve a suceder lo que le pasó a María y a su prima la Isabel, ni bien se reconocieron se abrazaron y su fe, se hizo canto y profecía, casi casi un chamamé.

Cada vez que nos juntamos siempre vuelve a suceder, lo que dice la promesa de Jesús de Nazaret: “Donde dos o más se junten en mi nombre y para bien, yo estaré con ustedes con ustedes yo estaré”.

Somos semilla de resurrección, y levadura de renovación. Participamos en el santo sacrificio de Jesús, que ofrece al Padre en el Espíritu, por nuestra salvación.

Estamos de fiesta, Cristo nos salvó, murió por nosotros y resucitó. Que lindo es sentirnos familia de Dios. La buena noticia nos recordará, que Dios está vivo y nos vino a salvar. Seremos testigos si con humildad, prestamos oídos al Dios de la paz.

6

Es que Dios es Dios familia, Dios amor Dios trinidad, de tal palo tal astilla somos su comunidad. Nuestro Dios es padre y madre, causa de nuestra hermandad, por eso es lindo encontrarse compartir y festejar.

Somos espiga de fraternidad, reunidos en racimos de hermandad, hoy celebramos el misterio de la cena del Señor, formando el pueblo de la nueva alianza, que Jesús formó.

Buen día familia buen día Señor estamos de fiesta en la casa de Dios. Venimos con ganas de participar, lo hacemos cantando en comunidad.

En torno a su mesa, Jesús nos dará el pan de la vida, de nuestra amistad. Domingo a domingo la misa será, como un adelanto de la eternidad.

Cada vez que nos juntamos, siempre vuelve a suceder, lo que le pasó a la gente reunida en Pentecostés: Con el Espíritu Santo, viviendo la misma fe, se alegraban compartiendo lo que Dios les hizo ver.

5 *Cantaré alabanzas al Señor, cantaré, cantaré (2) como un niño yo cantaré, cantaré, cantaré. Como un niño yo cantaré, cantaré alabanzas al Señor.

7

Con alegría yo cantaré, cantaré, cantaré. Con alegría yo cantaré, cantaré alabanzas al Señor. ... Con mis hermanos yo cantaré, cantaré, cantaré ... Con mis hermanos yo cantaré, cantaré alabanzas al Señor. Corten ramos tiendan mantas, batan palmas de alegría, viene llegando el Señor, a cumplir la profecía, hosanna, hosanna.

8

Hombres de Jerusalén, que nadie se quede en casa, en homenaje al Señor, orgullo de nuestra raza.

Aleluya, aleluya, aleluya gloria al Él (2). Mi Dios está vivo, el no está muerto (2). Lo siento en las manos, lo siento en los pies, lo siento en mi alma, lo siento en todo mi ser.

Corten ramos .... hosanna, hosanna Chicos de Jerusalén, entonen vivas y hosannas. Las voces de los changuitos, resuenan como campanas. Porque será que el Señor, se detiene con el burro, esta llorando en silencio, tal vez piensa en tu futuro.

Oh (4), hay que nacer del agua, oh(4), hay que nacer del Espíritu de Dios. * Oh (4), hay que nacer del agua y del Espíritu de Dios, hay que nacer del Señor (2).

Que se callen insensatos, claman rostros bien huraños. Doctores que ven airados, escaparse su rebaño. No se preocupen muchachos, es día de fiesta y canto, si ustedes cierran la boca, las piedras gritarán alto. El Señor, el Señor ya está aquí derramando su amor sobre ti. Y cantemos para Él, y entonemos a una voz. *Abba Padre, venga tu reino (2). Deja toda tristeza y dolor y levanta tus brazos a Dios. Y cantemos para Él y entonemos a una voz. *Abba Padre, venga tu reino (2). Fiesta, fiesta, fiesta del Señor (2)

9

Pueblos todos, batid las manos, alabad a Dios con voz de júbilo. Pueblos todos, batid las manos, alabad al Dios de Israel.

13

Cantad a Dios cantad, cantad a vuestro rey, porque Dios es el rey de toda la tierra. Cantad a Dios cantad, cantad a vuestro rey, alzando vuestras manos, alzando vuestra voz... hey. Pueblos todos ... * alabad al Dios de Israel (3).

10

Dios nos ha invitado para compartir (2) su alegría inmensa y su amor sin fin. La palabra eterna vamos a escuchar (2), nos irá enseñando toda la verdad. En el pan del cielo vamos a encontrar (2), esa vida nueva que Jesús nos da. Los hijos de Sión, se alegran en su rey, y alaban su nombre con danzas. Con panderos y arpas cantan alabanzas, cantan alabanzas a Él.

12

11

Que bueno es alabar al Señor y cantar a su Nombre (2). Anunciar por las mañanas su misericordia, su fidelidad cada noche (2).

14

Quiero estar contigo Jesús eres genial, todos muy contentos, venimos a tu altar quiero estar contigo, Jesús eres genial la misa es nuestra fiesta, venid a celebrar.

15

Todos los domingos ........si, si, si, si, no faltes a tu cita ....... no, no, no, no. Todos los domingos ........si, si, si, si, su palabra escucharás... si, si, si, si.

Todos los domingos con orgullo así cantad. *Cantamos muy contentos, comemos de su pan (2).

Vamos chicos es hora de saludar al hijo de Dios, Él nació en un pesebre, donde los grillos dan su canción. Vengan los que están tristes, que Jesús niño los va a alegrar, vengan los más alegres estoy seguro, les va a gustar.

Todos los domingos ..........si, si, si, si, no faltes a la misa ..........no, no, no, no. Pues ella nos congrega..si, si, si, si, y nos llena de su amor ... si, si, si, si. Todos los domingos venimos a rezar, * Jesús es nuestra fiesta, Jesús es amistad (2). Si quieres sentir el gozo que hay en mi corazón (3), levanta tus brazos y alaba al Señor (2)

19

Vamos al pesebre, que Jesús nació, junto a la vaquita y al burro orejón.

16

Si quieres sentir la paz que hay en mi corazón (3), levanta tus brazos y alaba al Señor (2).

Vengan los niños pobres, que Jesús niño los va a querer, vengan los niños ricos, de Jesús niño van a aprender. Vengan chicos del campo, tráiganle flores de su lugar, luces de mil colores, traigan los chicos de la ciudad. Hay niñito del cielo que en esta tierra nazca el amor, para ser mas amigos que no haya guerras ni división. Danos esa sonrisa para que todos tengan tu paz, rubios y morochitos, chicos del campo y de la ciudad.

Si quieres sentir el fuego que hay en mi corazón (3), levanta tus brazos y alaba al Señor (2). Si quieres sentir los ríos que hay en mi corazón (3), levanta tus brazos y alaba al Señor (2) *Sonríe que Jesús te ama, sonríe que Jesús te quiere, sonríe que Jesús te da la vida, sonríele a Jesús de Nazaret (2). Canta, canta para Él, porque Jesús ya te salvó (2).

17

*Vamos a alabar al Señor , con panderos y danzas (2). En la tierra se canta, en el cielo se oye (2) así (3), se alaba a Dios (2). Con mucha alegría y gozo (3), así se alaba a Dios. Así (3), se alaba a Dios (2). Alzando las manos todos (3), así se alaba a Dios. * Pero que lindo se ve, el pueblo de Dios, maravilloso se ve, el pueblo de Dios (2).

18

Vayamos a la casa * de mi Padre (3). Vayamos a la casa, de mi Padre, en donde hay amor. La, la... Jesús es el camino *hacia el Padre (3) (2) en donde hay amor. La, la, la ...... Jesús es la luz... Jesús es la puerta ...... Bailemos y cantemos .....

CANTOS DE PERDÓN Hoy te pedimos perdón buen Señor, queremos estar junto a vos Si muchas veces no supimos compartir, con el hermano que nos vino a pedir... Si muchas veces no quisimos ayudar, y a nuestros padres no supimos escuchar. Si muchas veces no quisimos perdonar,

20

21

porque nos quieres mucho. Tú que siempre nos ayudas, Señor ten piedad.

y no brindamos amistad a los demás. Si muchas veces nos fuimos a descansar, pero olvidamos que podíamos rezar. Perdónanos Señor y muéstranos tu amor (2).

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GLORIA Alabaré (5) a mi Señor

Porque a veces no escuchamos, lo que piensan los demás. Porque a veces nos peleamos, y nos cuesta perdonar.

Juan vio el numero de los redimidos, y todos alababan al Señor. Unos cantaban, otros oraban, y todos alababan al Señor.

Porque desobedecemos y hasta nos portamos mal, despreciando los consejos que nos dan papá y mamá.

Todos unidos, alegres cantamos, gloria y alabanzas al Señor. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu de amor.

Porque somos egoístas, no sabemos compartir. Porque a veces la mentira, no nos deja ser feliz.

Somos tus hijos, Dios Padre Eterno, tú nos has creado por amor. Te alabamos, te bendecimos, y todos cantamos en tu honor.

Señor ten piedad de nosotros (2) Cristo ten piedad de nosotros (2), Señor ten piedad de nosotros (2). Señor ten piedad de nosotros (2) Cristo ten piedad, Cristo ten piedad, Cristo ten piedad de nosotros. Señor ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad de nosotros. Tú que siempre nos perdonas, porque nos quieres mucho. Tú que siempre nos perdonas, Señor ten piedad. Tú que siempre nos escuchas, porque nos quieres mucho. Tú que siempre nos escuchas, Cristo ten piedad. Tú que siempre nos ayudas,

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Gloria a Dios (2), gloria al Padre (2). A Él que sea la gloria (2), aleluya amén. (2).

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Gloria a Dios (2), gloria al Hijo (2). A Él que sea la gloria (2), aleluya amén. (2). Gloria a Dios (2), gloria al Espíritu (2). A Él que sea la gloria (2), aleluya amén. (6).

25

Gloria a Dios en el cielo, gloria a Dios en la tierra, gloria a Dios en la paz, de aquellos que aman al Señor. Gloria a Dios en el beso, gloria a Dios en el tiempo, gloria a Dios, por tu reino, te alabamos Señor. Señor, Señor, tú que quitas el pecado del mundo mi Señor, Señor, Señor, ten piedad de nosotros, nuestros ruegos escuchas, sólo tú eres santo, Señor. Gloria a Dios en el bosque, gloria a Dios en el agua, gloria a Dios en la gracia, te alabamos Señor. Gloria a Dios en los niños, gloria a Dios en los pobres, gloria a Dios en los hombres, que te imitan, Señor...

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Señor, Señor, tú que quitas el pecado del mundo, mi señor, Señor, Señor, ten piedad de nosotros, solo tú eres santo, en la gloria del Padre, amén. Gloria a Dios en el cielo, gloria a Dios en la tierra, te alabamos Señor. Gloria, gloria, aleluya (3) al nombre del Señor Gloria al Dios de las alturas y en la tierra paz y amor, para todos los que viven en el corazón de Dios. Por tu gloria que es eterna te adoramos con fervor, porque eres nuestro Dios.

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Aleluya (4), aleluya (4), aleluya

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OFRENDA Al altar del Señor vamos con amor, a entregar al Señor lo que Él nos dio.

35

Pan le traemos, trigo de Dios, para la mesa que Él nos preparó. Vino traemos, viña de Dios, para la fiesta de la comunión.

Jesucristo el Cordero, Hijo único de Dios, tú que quitas el pecado, de nosotros ten piedad. Tú que estás a la derecha, de tu Padre celestial. de nosotros ten piedad.

Luces traemos para alumbrar, la mesa santa de nuestro altar. Flores traemos para alegrar, ésta comida de la amistad.

Por eso cantamos juntos, aunando nuestra voz, gloria al Padre, gloria al Hijo y al Espíritu de Dios. Gloria a ellos que han creado para mi y para vos, el reino del amor.

Ropa y comida juguetes también, libros, remedios, son para Él. En los que sufren Cristo está, darles queremos lo que Él nos da.

Gloria al Señor que vive en el cielo, gloria al Señor que vive en la tierra, gloria al Señor, gloria al Señor que nos pide ayuda a los niños de hoy (2).

ALELUYA Aleluya, Dios nos ama Aleluya Cristo vive. Aleluya, nuestra pascua, aleluya, aleluya, aleluya. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya (2). Aleluya, aleluya, alelu, aleluya (2).

30

Al Señor del cielo, vamos a ofrecer (2), toda nuestra vida y todo nuestro ser.

36

Este pan sencillo, signo de amistad (2), en el pan de vida se convertirá (2).

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Vino le traemos, signo de amistad (2), y su misma sangre vamos a beber (2). Cristo nos enseña, que hay que perdonar (2), para que esta ofrenda sea de verdad (2).

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Bendito seas Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra

37

Es tiempo de hacer ofrendas y nuestra vida entregar. Es tiempo de hacernos siembra que Dios sabrá cosechar. Y nuestra semilla pobre muy rica en reino florecerá.

y del trabajo del hombre. que recibimos, de tu generosidad y aquí te presentamos: él será para nosotros pan de vida.

No solo a Dios ofrecemos, queremos hacernos don, para aquel hermano nuestro, que hoy está lejos de comunión. No solo a Dios ofrecemos, queremos hacernos don, creando un mundo fraterno, sembrando la paz y el perdón. Quien siembra tiene esperanza: mañana germinará, quien ofrece sabe cierto que Dios, devuelve cien veces más. Quien siembra tiene esperanza: mañana germinará, es tiempo de hacernos siembra, solo quien muere resucitará.

Bendito seas por siempre Señor. (2) Bendito seas Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la tierra, y del trabajo del hombre. Que recibimos, de tu generosidad, y aquí te presentamos: él será para nosotros, bebida de salvación Como este pan y este vino eran espigas y racimos, diseminados por los campos, y hoy representan la unidad.

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* Por aquellos hijos tuyos te ofrecemos el vino y el pan (2).

Así estábamos nosotros, todos dispersos por el mundo, mas hoy reunidos en la Iglesia, somos tu reino en comunión.

Por aquellos que por los demás, te ofrecen su vida, su tiempo, su afán, que aman, que luchan, que mueren.

Porque son tuyos Padre amado, toda la gloria y el poder, mediante tu hijo Jesucristo, en el Espíritu de amor. Es tiempo de hacer ofrendas en nuestra celebración el vino y el pan llevamos con nuestras manos hasta el Señor. Es tiempo de hacer ofrendas en nuestra celebración, sabiendo bien que si damos, es que primero el Señor nos dio. Ofrenda es la misma vida que el Padre nos regaló. Encuentro, amistad y dichas, también anhelos del corazón. Ofrenda es la misma vida que el Padre nos regaló, ofrenda es también tristeza, por la injusticia y tanto dolor.

Por aquellos que no tienen pan, ni techo, ni hogar, ni amistad, Señor, que callan, que sufren, que lloran.

Por aquellos enfermos, Señor, que en largo penar no ven el final de su enfermedad y sus penas.

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Señor este pan, este pan te ofrecemos hoy, Señor este pan, transfórmalo, acéptalo. Señor tuyo soy, transfórmame, Señor este pan, este pan te ofrecemos hoy. Señor mi juventud, mi juventud yo te ofrezco hoy. Señor mi juventud, acéptala transfórmala. Señor tuyo soy, transfórmame, Señor mi juventud, mi juventud yo te ofrezco hoy

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Señor nuestras manos, nuestras manos te ofrecemos hoy. Señor nuestras manos transfórmalas, acéptalas. Señor tuyo soy, transfórmame, * Señor nuestras manos, nuestras manos te ofrecemos hoy (2). Un niño se acercó aquella tarde sus cinco panes te dio para ayudarte, con los que hiciste que ya no hubiera hambre.

Santo, Santo, Santo dice la alborada, y es un canto de alabanza a la creación. Santo, Santo dice la noche estrellada, y el silencio se transforma en oración.

42

La tierra, el aire, el sol son tu regalo, y mil estrellas de luz sembró tu mano, el hombre pone su amor y su trabajo.

SANTO Santo, Santo, Santo, es el Señor...(2), Dios del universo Dios nuestro salvador (2).

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En el cielo y en la tierra brilla el esplendor (2), de tu inmensa gloria oh Dios nuestro Señor (2).

PAZ Amigo dame tu mano,(toma mi mano) hermano dame tu mano, amigo demos la paz hermano demos la paz (2)

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Juntemos todos las manos (2), amigo demos la paz, hermano demos la paz (2).

Bendito sea aquel que viene (2), aquel que ha venido en nombre del Señor (2).

Alcemos todas las manos (2), amigo demos la paz, hermano demos la paz (2).

Hosanna, hosanna, hosanna al salvador (2) nos viene a socorrer con su inmenso amor (2) Santo (3) es el Señor, Dios del universo Llenos están los cielos y la tierra, de tu gloria hosanna. * Hosanna, hosanna , hosanna, en el cielo (2). bendito el que viene en nombre del Señor, hosanna en el cielo, hosanna. * Hosanna, hosanna , hosanna, en el cielo (2)

Tanto en la vida como en la muerte, ahora y siempre, Santo Señor. Lo dicen todos, lo canta el pueblo, y es un inmenso canto de amor. Santo, Santo, Santo es el Señor. Llenos están cielos y tierra de tu gloria (2), hosanna (3), en el cielo, bendito es el que viene, en nombre del Señor, hosanna (2) en el cielo (2).

También yo quiero poner sobre tu mesa, mis cinco panes que son promesa, de darte todo mi amor y mi pobreza.

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Nos damos la paz (2), la paz del Señor la paz que Él nos da. Nos damos la paz, la paz del Señor, la paz que nos une, en un mismo amor.

COMUNIÓN

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Benditos son los pies de los que llegan, para anunciar la paz, que el mundo espera. Apóstoles de Dios que Cristo envía, voceros de su paz, grito de vida.

49

Con amor y con fe voy a hacer mi comunión, Cristo en mi, yo en Él, qué feliz me sentiré.

Felices los que anuncian con su vida, la venida del reino del Señor.

Qué unidos nos sentimos, al comer del mismo pan, que Él nos da para ser, instrumentos de su paz.

Dichosos los que oyendo la llamada, de la fe y el amor en sus vidas. Creen que la vida les es dada, para darla en amor y con fe viva.

Qué valientes nos sentimos, con la sangre del Señor, que Él nos da para ser, mensajeros de su amor.

Dichosos del amor dispensadores, dichosos de los tristes el consuelo. Dichosos de los hombres servidores, dichosos pregoneros de los cielos.

Tu palabra es un gran secreto, para aquel que busca tu amistad. Un secreto de amor que guardaremos, como un tesoro que acabamos de encontrar. Tu palabra es una semilla, que sembraste en nuestro corazón. Con gotitas de amor la regaremos, para que crezca y se convierta en una flor. Tu palabra nos va haciendo buenos, nos enseña que hay que compartir.

51

Qué contentos nos sentimos, porque Él tanto nos amó, que nos da por amor, su persona en comunión.

De pie en la encrucijada del camino, del hombre peregrino de los pueblos. Es el fuego de Dios el que nos lleva, como Cristos vivientes a su encuentro.

Como una estrellita nos alumbrará, y si estamos tristes nos alegrará (2).

Nos invita a querernos como hermanos, y a construir un mundo mucho más feliz.

50

Cristo esta aquí (2) el vive en mi (2) , yo vivo en Él (2) y soy feliz así (2). Nos acercamos con alegría, a recibirte Señor Jesús. * Tu cuerpo y sangre nos dan la vida, nos dan la fuerza, nos dan tu luz (2). Al despedirte nos entregaste , la nueva alianza de tu amistad. * Señor lo hiciste para quedarte, con tus amigos hasta el final (2). Que no nos falte tu amor sincero, vivamos todos en comunión. * Que no se apague el fuego, todo ese fuego (2).

52

Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar.

53

Su bondad me acompaña por donde voy, por donde voy sentiré su amor.

No te importe la raza ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien.

Mientras dure mi vida yo viviré, yo viviré siempre junto a el.

Al que sufre y al triste dale amor, dale amor, al humilde y al pobre dale amor.

El Señor es mi pastor, que no me priva de nada, en las praderas fresquitas, de pasto verde me sacia, y me lleva a los arroyos, donde la agüita es mas clara. Como una cuestión de honor, se preocupa de mi vida, me lleva por buena senda y me asiste en las fatigas. Y andando con él no temo las quebradas más ariscas.

Al que viene de lejos dale amor, dale amor, al que vive a tu lado dale amor. Al que habla otra lengua dale amor, dale amor, al que piensa distinto, dale amor.

El Señor es mi pastor, * nada me puede faltar (2).

Al amigo de siempre, dale amor, dale amor, al que no te salude dale amor. El Señor me amó por su gran bondad, el Señor es bueno para mi (2).

54

Tú, con tu voz cántale, Él es tu Dios. Él es bueno con nosotros.

La entrega suprema de su amor, a manos llenas se reparte. Comamos todos de este pan, a manos llenas se reparte.

Él es Jesús llámale, con tu corazón, Él es pobre con nosotros.

A las aguas tranquilas me llevará, me llevará a descansar. Por oscuros caminos no temeré, no temeré, me va a proteger.

Saber que el marca mi rumbo, me sosiega y tranquiliza, él me brinda su confianza, hasta entre gente enemiga, me hace sentar a su mesa de su copa me convida. Qué lindo saber que tengo, su cariño y su alegría, que siempre vendrán conmigo, a lo largo de mi vida, que un día será mi casa, la casa donde él habita. En torno al pan le conocemos, en torno al pan, en torno a Él.

Él es el Señor, ámale, Él es tu Dios Él es grande con nosotros.

El Señor (3) es mi pastor (2) ,

56

En torno al pan, en torno a Él (2).

55

Comamos todos de este pan, en esta mesa compartida. Jesús invita con su cuerpo, Jesús invita a su comida. La mesa siempre está servida, caliente siempre está el pan. Comamos todos de su cuerpo, comamos todos de su pan. Una vez más hoy le recibes, Jesús te llena de su amor. Felices y contentos hoy comamos, vivamos una iglesia en comunión.

57

En torno al pan, en torno a Él (2), en torno al pan le conocemos, en torno al pan , en torno a Él.

y apurar la liberación (2). Hola Jesús eres mi amigo, me quieres mucho, y también te quiero yo. Se que estarás siempre conmigo, se que te llevo aquí en mi corazón.

La entrega suprema de su amor, a manos llenas se reparte. Comamos todos de este pan, a manos llenas se reparte. Escondido estás a los ojos, y tan claro estás en la fe. * En los dones de pan y vino, hoy presente otra vez te haces (2). Al comer de tu cuerpo y sangre, nos unimos a tu pasión. * Y en nosotros como un torrente, brota vida y resurrección (2). Somos Señor, tu familia que en el altar, se reúne en un gran banquete, festejando que vos estás. Se reúne en un gran banquete, festejando que vos vendrás. Es costumbre que nos reunamos, a comer para festejar, * porque el hombre que no se encuentra, va muriendo en su soledad (2). Los cristianos hacemos fiesta, porque con tu resurrección, * a la muerte la hiciste vida, y a nosotros hijos de Dios (2). A la mesa también traemos, los dolores del caminar, * la injusticia en la que vivimos y la falta de pan y paz (2). Que tu Espíritu nos transforme, en ofrenda de comunión. * para hacer mas presente el reino,

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Amigos tú y yo ¡¡qué gran felicidad!! amigos para siempre, amigos de verdad (2). Hola Jesús, vas a ayudarme, cuando me caiga, corriendo acudirás. Si me caí, a levantarme, si estoy contento te vienes a jugar. Hola Jesús, eres mi amigo, estoy feliz porque hoy vendrás a mi. Y te prometo que todos los días, voy a parecerme un poco más a ti. Hoy es fiesta, (3) con nuestro amigo Jesús (2).

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Todos los niños venimos hoy, a celebrar el mismo pan, todos los niños venimos hoy, Jesús es nuestro pan, Jesús es amistad. Ven con nosotros a celebrar, el gran misterio del Señor. Somos familia, somos unión, vivamos el amor, Jesús es nuestro amor. Hoy te doy las gracias mi Señor, por la tierra, el aire, el sol y el mar. Hoy te damos gracias mi Señor, por lo hermoso y fácil que es amar. * Te damos gracias por tu amor,

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te damos gracias oh Señor, te damos gracias sin cesar (2).

Mientras iba caminando, Marta les salió al encuentro, si tú aquí hubieras estado, nuestro hermano no habría muerto.

Hoy te doy las gracias mi Señor, por mis ojos dados para ver. Hoy te doy las gracias mi Señor, por haberme dado un corazón.

El que cree en mi no muere, y aunque muera se ha salvado, a tu hermano si me crees, lo verás resucitado. Por supuesto que te creo, creo que eres el Mesías, se que el Padre de los cielos, te dará lo que le pidas.

Hoy te doy las gracias mi Señor, por mis padres, amigos y demás. Hoy te doy las gracias mi Señor, por haber comido de tu pan.

Confirmada la noticia, que el Maestro había llegado, fueron todos con María, enseguida a saludarlo. Qué tristeza daba verlos, se sentían abatidos, y el Señor lloró con ellos, por la muerte de su amigo.

Vayamos juntos al altar, alabando el nombre del Señor, * venid los hambrientos, venid los cansados, venid a la fiesta de su pan (2).

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Luego fueron a la tumba, y ordenó quitar la piedra, no permitan eso nunca, huele mal que no lo muevan. No te he dicho que si crees, volverá a vivir tu hermano, ten confianza nuevamente, y lo verás resucitado.

En su nombre nos hemos reunido, su palabra es fuente de verdad, unamos nuestras voces, juntemos nuestras manos, venid a la fiesta de su pan.

Para hacer que los presentes, escuchasen y creyeran, el Señor gritó bien fuerte: vamos Lázaro sal fuera. Todos vieron esta vez, como Lázaro salía, enredado entre sus vendas, saludando a su familia.

En domingo nos hemos reunido, es la fiesta de tu comunidad, unid los corazones, unamos nuestras manos, venid a la fiesta de su pan.

ACCIÓN DE GRACIAS Alguien cerca está de mi, (2), alguien cerca está (3) de mi. Es el salvador Jesús (2), es el salvador (3) Jesús. Mora en mi corazón (2), en mi corazón (3).

uuu – uuu – uuu – uuu Venid ... Yo soy la resurrección y la vida sin final, todo aquel que crea en mi, para siempre vivirá. Ya sabiendo de antemano, que su amigo estaba muerto, el Señor les dijo: vamos, que tenemos que ir a verlo.

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Al monte de los olivos, se fueron para rezar callados y pensativos, la noche los vio pasar (2). Fue entonces cuando llegaron, que casi sin esperar, con Pedro Juan y Santiago, Jesús se quiso alejar (2).

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Hoy mi alma se ha vuelto triste, tan triste que estoy muriendo. ¡ay¡ Padre si te es posible, aléjame este tormento (2).

le daré un corazón y seremos siempre amigos. Quiero que no viva solo sino bien acompañado, y que mande sobre todo lo creado. Así fue que Dios al hombre varón y mujer lo hizo, para que se quieran mucho y que tengan sus hijitos.

Volviéndose a sus amigos, dormidos los encontró, ninguno había podido velar junto al Señor (2). Lo escrito ya se ha cumplido, es tiempo de descansar, levántense que ha venido, aquel que me va a entregar.

Amar es entregarse, olvidándose de si, * buscando lo que al otro, pueda hacerlo feliz (2)

El cáliz que tú me ofreces, ¡ay¡ Padre lo he de aceptar, aunque beberlo me cueste, que se haga tu voluntad (2). Al principio de este mundo antes que hubiera nada el Espíritu de Dios revoloteaba, dijo Dios surja la luz, y vio que la luz era buena.- Y el primero de los días tuvo noche primera En seis días, si, nos dio la creación, y en el séptimo día descansó (2). Luego dijo Dios que haya un firmamento en lo alto, desde donde baja el agua haciendo charcos. Para unir las aguas Dios creó las playas con arena, y los mares se formaron separados de la tierra. Quiso Dios cubrir la tierra de jardines y de flores, y a los árboles con frutas de colores. Además se le ocurrió vestir el cielo con estrellas, hizo el sol y la luna que nos brindan su belleza. En las aguas puso Dios ballenas junto a cornalitos, y cruzando el cielo azul los pajaritos. En la tierra puso vacas, perros, gatos y mosquitos, elefantes y camellos y muchísimos bichitos. Y después de hacer todo esto cuando no faltaba nada, dijo Dios que exista el dueño de esta casa. Voy a hacerlo de manera que a mi sea parecido,

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Qué lindo es vivir, para amar, qué grande es tener para dar, * dar alegría y felicidad, darse uno mismo eso es amar (2). Si amas como a ti mismo, y te entregas a los demás, * verás que no hay egoísmo, que no puedas superar (2). Antes de que el sol naciera, ya me amabas tú. Antes que la luz brillara, ya me amabas tú.

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Gracias Señor, por tu amor (2). Antes de que el mar rugiera, ya me amabas tú. Antes de que el pez nadara, ya me amabas tú. Antes de que yo naciera, ya me amabas tú. Antes de que yo te amara, ya me amabas tú. Bienaventurados son los pobres hoy, porque un nuevo reino les prepara Dios, Un reino de amor voy a construir, dejen que los chicos vengan hasta mi. Te seguiremos, Señor Jesús, y construiremos tu reino, reino de amor. Bienaventurados los hambrientos hoy, porque les prometo que los saciaré.

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saludando a sus amigos en el medio se sentó. Como el Padre a mi me envía, los envío yo también, y mostraba sus heridas, para que las vean bien.

Bienaventurados los que lloran hoy, porque les prometo que al final reirán. Bienaventurados si los tratan mal, por haber cumplido lo que les mandé. Comentando los sucesos ocurridos a Jesús, los discípulos con destino hacia Emaús. De verdad que estaban tristes, por la muerte del Señor, pues la angustia les llenaba el corazón.

70

Cuando estuvo de regreso y escuchó la novedad, a Tomás lo vieron serio, no sabían que pensar. Si no puedo ver sus manos, y las marcas en los pies, si no toco su costado, yo jamás les creeré.

Quédate Señor, quédate porque el día se acaba, danos siempre de comer, ese pan de la esperanza (2).

Ocho días transcurrieron y el deseo se cumplió, todos vieron al Maestro y Tomás se convenció. Ahora crees porque has visto, lo que te han contado aquí. mas feliz será el que crea sin haberme visto a mí.

Mientras iban de camino el Señor se apareció, y al mejor de los amigos nadie lo reconoció. ¿Qué venían conversando? la pregunta sorprendió, es Jesús que hace tres días que murió.

Congregados como pueblo del Señor, proclamamos en tu casa, celebrad, que por todos se ha ofrecido en sacrificio, y se entrega como víctima pascual.

Hombres duros de cabeza, tan difícil es creer, lo que han dicho los profetas y anunció también Moisés. Asombrados por su ciencia, le dijeron quédate, y enseguida lo invitaron a comer.

Su presencia entre nosotros, es presencia siempre viva, hecha luz en la palabra, basada en la eucaristía. Su palabra nos conforta, nos alimenta y nos anima, a seguir por el camino, que nos lleva hacia la vida.

Con el pan entre sus manos, pronunció la bendición, y en un gesto acostumbrado, lo partió y lo repartió. Mientras tanto se miraron, contagiados de emoción, y el Señor sonriendo desapareció. Con el alma entristecida y encerrados por temor, esperaban ver cumplida la promesa del Señor. De los doce y con aviso uno justo fue a faltar, lo apodaban el mellizo y su nombre era Tomás.

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El que se queda con nosotros, como hermano y como amigo, cuando de su pan comemos, y bebemos de su vino.

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Con las manos extendidas el obispo pide a Dios, que descienda a nuestras almas, el Espíritu de amor. En la frente nos señala, con el signo de la cruz, y nos dice te confirmo, con el crisma de salud.

Tomás, Tomás, por qué dudas, resucitó y estuvo acá. Tomás, Tomás, que más querés, es el Señor que volvió otra vez.

Nuestros rostros acaricia, con cariño paternal, y nos dice como Cristo, que contigo esté la paz.

Sin golpear y de improviso, el Maestro apareció,

Somos templos consagrados, donde habita el mismo Dios,

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bautizados en la gracia, confirmados en amor. Que la cruz de nuestra frente, nos de fuerza celestial, que este crisma nos preserve, del pecado y la maldad.

Los apóstoles en cambio decidieron continuar, hasta que encontraron algo, era la hora de almorzar. Mientras iban y venían Cristo tuvo que esperar, * y con la samaritana él se puso a conversar (2).

Soy soldado de la iglesia, soy apóstol de la cruz, lucharé toda mi vida, por el reino de Jesús.

Dame un poco de agua fresca, como te la voy a dar, si supieras quién te pide, no te habrías de negar.

Con semillas de las buenas un señor salió a sembrar, terminada su tarea no hizo mas que descansar. Esa noche su enemigo silencioso se acercó, y entre medio de aquel trigo la cizaña le sembró.

74

Tú que ofreces agua viva, dime cómo la obtendrás, éste pozo es tan profundo que sin jarra no podrás. Es que el agua que yo tengo, saciará toda tu sed, * dame entonces de esa agua y que no tenga que volver (2).

Que paciencia Dios nos tiene, que hasta el fin quiere esperar, todo el tiempo es de nosotros, quien lo puede defraudar. Sin embargo abrí los ojos y está atento hasta el final, no te asalte el enemigo ni te dejes engañar.

Ve a llamar a tu marido, oh Señor no puede ser, se que tú has tenido cinco y el que tienes no lo es. Veo que eres un profeta sabes toda la verdad, * se que ahora el Mesías ha llegado a la ciudad (2).

Con el trigo ya crecido, la cizaña apareció, los criados sorprendidos preguntaron al Señor. ¿Quién ha sido que en su campo la cizaña le sembró?, si usted quiere la arrancamos y la historia se acabó.

Dios nos ama tanto, tanto, que su amor no puede entrar, en toda la tierra, en toda la mar. Pero hay un lugar chiquito, donde se puede quedar. En tu corazón, en mi corazón, el amor de Dios tiene un lugar. En tu corazón, en mi corazón, el amor de Dios no acabará (2).

77

En el taller de Nazaret, pequeño y pobre taller. En su labor, está José y el niño quiere aprender,

78

No hagan eso se los ruego y esperemos al final, cuando llegue la cosecha, ya veremos cuál es cuál. Les prometo que ese día la cizaña quemaré, sólo el trigo en mis graneros para siempre guardaré. Cuando estoy durmiendo Dios está conmigo, cuando estoy contento Dios está conmigo. Cuando estoy llorando Dios está conmigo, cuando estoy jugando Dios está conmigo.

75

De Judea a Galilea se tuvieron que volver, fue por culpa de un chimento, que empezaron a correr. Fatigado de cansancio y agobiado por el sol, * quiso hacer Jesús un alto junto al pozo de Jacob (2).

76

Trabaja y canta, la esposa del carpintero, y el mundo entero sonríe y canta también. En el taller, de Nazaret, pequeño y pobre taller. Verás a Dios jugar, crecer, rezar y obedecer. En terreno filipense, Jesucristo preguntó,

79

que se dice entre la gente, quién se piensa que soy yo. Parecían inocentes las preguntas del Señor, pero fueron sorprendentes las respuestas que escuchó.

* El que renace desde lo alto, mi reino puede ver (2). ¿Cómo un hombre viejo puede nacer, si con su mamá no puede volver?. Quiero saber como hay que hacer si ya nací una vez, aunque sople el viento nunca sabrás. * Ni de dónde viene ni a dónde va, ay! Nicodemo debes creerme, solo es cuestión de fe (2).

Unos que eres el bautista o que Elías revivió, otros dicen, Jeremías o un profeta que volvió. Pedro al punto y siempre listo con firmeza respondió: tú eres el hijo del Dios vivo, el Mesías salvador. Tu eres el hijo de Dios salvador, ay!! Pedro, si Dios te eligió fue por amor, fue por amor.

Eran diez mujeres que se reunieron para esperar, la visita del novio que de improviso iba a llegar. Cinco eran prudentes y de las otras mejor no hablar, * se olvidaron de todo, por distraídas les fue muy mal (2).

Ni la carne ni la sangre te han podido iluminar, lo que solo puede el Padre desde el cielo revelar. Yo te digo Pedro y que piedra tu serás, pues la Iglesia que yo quiero sobre ti descansará.

Hay que estar preparados si, pues Jesús prometió venir. Que la hora y el día no, a ninguno sorprenda hoy.

Te daré también las llaves para abrir la eternidad, todo lo que aquí desates, desatado quedará. Estas cosas que en secreto yo les hice compartir, no las vayan a ir diciendo a cualquiera por ahí. Era un fariseo como el mejor, y entre los judíos casi un doctor. Ya van a ver lo que ocurrió con este buen señor, tanto prestigio le avergonzó que salió de noche, a verlo al Señor. * Noche de encuentro, noche de sueños, noche de conversión (2). Nico, Nicodemo que vas a hacer, eres el maestro de Israel. Aunque peines canas en tu vejez, siempre hay algo nuevo para aprender. Nico no te rindas, Nico cree que sino jamás podrás renacer. * Todos sabemos que en el bautismo, volvemos a nacer (2). Se que tú has venido para enseñar, nadie puede hacerlo si no eres tú. Quien es capaz de actuar así, si Dios no esta con él. Mi querido amigo debes saber, tú eres el maestro aquí en Israel.

81

El novio no venía, se hizo de noche y oscureció, el lugar con diez lámparas encendidas se iluminó. Vencidas de cansancio, una por una se adormeció, * y a los cinco minutos todas dormían sin excepción (2).

80

De repente alguien dijo, ya llega el novio salgan a ver, todas se levantaron sin ningún tiempo para perder. Prepararon aceite para sus lámparas encender, * Salvo las cinco necias que no tuvieron nada que hacer (2). Dame un poco de aceite, con el apuro se me olvidó, no se como no traje, toda la culpa la tengo yo. Es mejor que te compres yo no he traído para las dos, * se hace tarde y no quiero perder al novio en esta ocasión (2). Ya de vuelta las necias, viendo la puerta que se cerró, ábrenos le gritaron, se lo pedían como un favor. Y el Señor desde adentro “no las conozco” les respondió. * por no estar prevenidas hoy se han perdido la salvación (2). Gracias, gracias, gracias Señor ay¡ ay¡ ay¡

82

Gracias, gracias, gracias Señor.

que tu voz eco de Dios, y la voz de Dios no duerme.

El Señor de pueblo en pueblo se paseaba sin cesar, ayudando a los enfermos y a los pobres del lugar. Una vez en un poblado sí, diez leprosos encontró ¡oh! desde lejos le gritaron: ¡ten maestro compasión!

Ve por el mundo, grita a la gente, que la voz de Dios no acaba, ni la voz de Dios se pierde (2). Sigue tu rumbo profeta, sobre la arena caliente, sigue sembrando en el mundo, que el fruto se hará presente. No temas si nuestra fe, ante tu voz se detiene, porque huimos del dolor, y la voz de Dios nos duele.

Al mirar aquellos hombres se acerco diciéndoles, vayan a los sacerdotes y preséntense los diez. Mientras iban de camino el milagro sucedió, y la lepra que les vino para siempre los dejó.

Sigue cantando profeta, cantos de vida o de muerte, sigue anunciando a los hombres, que el reino de Dios ya viene. No callarás esa voz, y a nadie puedes temerle, que tu voz, viene de Dios, y la voz de Dios no muere.

Uno de ellos al curarse se volvió alabando a Dios, los demás siguieron viaje, no sabemos que pasó. Me has curado de la lepra. Te doy gracias mi Señor, y apoyando rostro en tierra, se entregó de corazón.

Hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio lleve yo tu amor. Donde haya injuria, tu perdón Señor, donde haya duda fe en ti.

¿Dónde están los otros nueve? si eran diez los que curé, por lo visto no merecen que la salvación les de. Pero en cambio tú has venido y has sabido agradecer. Vete en paz amigo mío, te has salvado por tu fe. Había un ciego, en Jericó, pidiendo limosna cuando Jesús pasó. Pregunta quién pasa, le dicen Jesús, entonces el ciego muy fuerte gritó.

83

Oh maestro ayúdame a nunca buscar, querer ser consolado, como consolar. Querer ser comprendido, como comprender, ser amado, como yo amar. Hazme un instrumento de tu paz, que lleve tu esperanza por doquier. Donde haya oscuridad, lleve yo tu luz, donde haya pena tu gozo Señor.

Jesús, hijo de David, * ten piedad de mi (4) (2). Jesús no se detiene, parece no oír. El ciego le insiste, llamándole así: Jesús se detiene, tráiganmelo aquí, que quieres que haga, que vea Señor. Has recibido un destino, de otra palabra más fuerte, es tu misión ser profeta, palabra de Dios viviente. Irás llevando la luz, en una entrega perenne,

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84

Hoy Señor Jesús, vengo ante ti para alabarte, hoy, Señor Jesús con tu poder puedes cambiarme. Sáname Señor, hoy quiero vivir, dame tu amor, sin ti no puedo ser feliz. Sáname Señor, líbrame del mal, toca el corazón, para alcanzar la santidad (2).

86

Hoy te quiero alabar Señor, y no se, no se cómo empezar, no encuentro, palabras para ti oh papá. En mis ojos, solo hay tristeza, y en mis labios, solo amargura, en mi alma, y en todo mi ser soledad.

87

Iremos de dos en dos, predicando el Reino de Dios, iremos de dos en dos, llevando la paz del Señor.

Ayúdame Señor, tú que eres, la luz de mi vida, el faro que me guía, por esta oscuridad. Ayúdame Señor, tú que sanas, las heridas de mi alma, y llenas mis vacíos, colmándolos de amor.

Del deudor arrepentido, se escuchaban los lamentos, dame un plazo te lo pido, pagaré, te lo prometo. Viendo al hombre que lloraba, el buen rey compadecido, perdonó toda su deuda, y olvidó lo sucedido. Este siervo tan malvado, se encontró con un amigo, el que sólo cien denarios, por favor le había pedido. Y agarrándolo del cuello, exigió que le pagara, que si no lo hacía pronto, a la cárcel lo mandaba. El rey muy bien informado, de lo que había pasado, decidió pues de inmediato, a este siervo castigarlo. Miserable sin vergüenza, no has tenido compasión, como quieres que yo ahora, compasión tenga con vos. Esto mismo hará en el cielo, nuestro Padre celestial,

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Por los caminos del mundo, un día el Señor nos mandó. sin bolsas y sin alforjas, cantando solo su amor.

Te soltaste, de mi mano querido hijo, y cambiaste, cambiaste de camino, buscando otros destinos, te volviste a equivocar. Cuántas veces, me engañaste y a mis palabras, cerrabas tus oídos, y hoy regresas a mi arrepentido, dispuesto a cambiar. Hubo un rey en esta tierra, que sin dar explicaciones, decidió arreglar las cuentas, con sus propios servidores. Ordenó pues que al momento, le trajeran al primero, diez mil eran los talentos, que debía de hace tiempo.

si a los hombres de este suelo, no sabemos perdonar. Perdonar con toda el alma, perdonar de corazón, es la más linda tarea, que Jesús nos encargó.

Amen todos sin tregua, y pongan en mi el corazón, que el yugo es suave y liviano para el que confía en mi amor. Un pueblo espera confiado, en aquel que una vez conoció, en Dios está su esperanza y Cristo en su dolor.

88

Miremos como ejemplo a María, madre de Dios que en su humilde silencio a nuestro Dios concibió. Inunda mi ser (2), Espíritu inunda mi ser. En llamas de amor, oh ven sobre mi, Espíritu inunda mi ser.

90

Jeremías te quiero compartir, un secreto que me hace muy feliz. Cuando estaba en la panza de mamá te elegí, para una misión que has de cumplir. Desde ahora profeta tú serás, hacia donde te mande marcharás. Todo lo que yo te pida a mi pueblo le dirás, en tu boca mi Palabra está.

91

Jeremías profeta de Dios, * sos el mensajero de Dios salvador (2). Cada día con vos caminaré, donde vayas, allí también iré. Amiguito ya no temas, que a tu lado yo estaré, y con mucho amor te cuidaré.

Lo mismo un levita, por allí pasó, y dando un rodeo, se desentendió.

La promesa por fin se cumplirá, y los hombres de mi se acordarán. Sin descanso, Jeremías, noche y día anunciarás, que la salvación no tardará. Jesús entro en Jericó y atravesó la ciudad, la gente se apretujó, querían verlo pasar. Zaqueo el recaudador no quiso ser la excepción, y en medio de aquel montón su altura lo traicionó.

92

Dime amigo mío, quién estuvo bien, y hagamos lo mismo, sin mirar a quien. Todo hombre es mi hermano, nunca lo olvides, unamos las manos para hacer el bien.

Zaqueo, Zaqueo, Zaqueo baja, que Dios en tu casa, se quiere alojar. Entonces se la ingenió mirando a su alrededor, y en un sicómoro halló perfecta la ubicación. Jesús pasó por allí y allí sus ojos alzó, Zaqueo pudo sentir un fuego que lo quemó. Zaqueo ven para acá que yo te vine a buscar, espérame hoy a cenar, con vos me quiero alojar. Zaqueo entonces bajó, alegre lo recibió, la gente se preguntó porqué con un pecador. Señor daré la mitad de todo lo que robé, mis cuentas he de saldar si a alguno perjudiqué. Zaqueo no hay pecador que Dios no pueda cambiar, te traje la salvación porque eres hijo de Abrahám. Jesús nos invita a portarnos bien, ayudando a todos sin mirar a quien. Un señor bajaba de Jerusalén, y entre unos ladrones justo fue a caer. Le robaron todo, lo trataron mal, que hasta parecía medio muerto ya. Por aquel camino, de casualidad, vino un sacerdote, que no quiso parar.

Un samaritano, se compadeció, y al verlo tendido pronto lo ayudó. Vendó su heridas, lo llevó a un hotel, y pagando todo se ocupó de él.

Jesús resucitó, alábalo que vive (2), * alábalo (3), que vive (2). Por todos nosotros, alábalo que vive (2). Por nuestras familias , alábalo que vive (2). Por nuestros maestros, alábalo que vive (2). Por nuestros amigos, alábalo que vive (2).

94

Leprosos, mudos y ciegos se acercaron a Jesús, y Jesús sintiendo pena, les devolvió la salud.

95

Y la gente lo seguía porque era una de ellos, y el pueblo pronto aprendió, que Jesús era el remedio.

93

Si quieres puedes curarme, un lisiado suplicó, y al tocar, Jesús al hombre, el hombre aquel, caminó. La voz de un pobre leproso, le pidió la curación, y él le dijo queda limpio, porque tu fe te salvó. Un ciego a Cristo le dijo, si eres hijo de David, pon la luz hoy en mis ojos, y será luz para mí. Lo dijo la Magdalena, pero ninguno creyó, * he visto vivo al Maestro, resucitó, resucitó (2).

96

que el rey de la gloria ya pronto vendrá. Abrid corazones, hermanos cantad, que vuestra esperanza cumplida será.

Pregúntenselo a san Pedro, que fue lo que sucedió, *la tumba estaba vacía resucitó, resucitó (2). La cena con dos amigos en Emaús compartió *después lo reconocieron resucitó, resucitó (2)

Los justos sabían que el hambre de Dios, vendría a colmarla el Dios del amor. Su vida en su vida, su amor en su amor, serían un día su gracia y su don. Ven pronto Mesías, ven pronto Señor, los hombres hermanos esperan tu voz. Tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor, ven pronto Mesías, sé Dios salvador.

Tomás no pudo creerlo hasta que se convenció *con la señal de los clavos resucitó, resucitó (2) Y fue una fiesta muy grande como antes nunca se vio *también nosotros cantemos resucitó, resucitó (2) Mi hora ya llegó, tengo que partir, lo que estaba escrito se debe cumplir. No los dejaré, se los prometió, yo estaré en ustedes y ustedes en mi.

97 Oro y plata no tengo, mas lo que tengo te doy, en nombre de Cristo de Nazaret, levántate a caminar. Andando, cantando, alabando a Dios (2), en nombre de Cristo de Nazaret, levántate a caminar (2).

Donde haya amor, siempre yo estaré, ámense entre ustedes, como los amé.

Él ha sanado tu vida, con su poder sin igual, en nombre de Cristo de Nazaret, levántate a caminar.

Antes de marchar para su pasión, levantó en sus manos, el vino y el pan. La mirada alzó, bendiciendo a Dios, y diciendo esto se los entregó.

Padre estoy en tus manos, Padre te entrego mi alma, enséñame a amar.

Tomen este pan, que mi cuerpo es, tomen este vino, que mi sangre es.

Abba Padre del cielo, Padre del cielo nuestro creador. Gloria, gloria a tu nombre, gloria a tu nombre, gloria y honor.

Mirad las estrellas fulgentes brillar, sus luces anuncian que Dios ahí está. La noche en silencio, la noche en su paz, murmura esperanzas cumpliéndose ya. Los ángeles santos que vienen y van, preparan caminos por donde Él vendrá. El hijo del Padre, el Verbo eternal, al mundo del hombre en carne mortal. Abrid vuestras puertas ciudades de paz,

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100

Padre, sea lo que sea, yo me abandono a ti. Gracias lo acepto todo, tu voluntad sea en mi. Porque te amo, necesito darme, confiar sin medida. Porque te amo, te amo, te amo porque eres tú mi Padre. Padre (4), yo quiero tener un corazón de niño (4), para amarte e ti. Un corazón bien simple, un corazón abierto, un corazón fraterno, un corazón sincero.

101

Pidan y se les dará, llamen y se les abrirá, busquen y encontrarán que hay un Dios que se llama amor.

102

Si después de un largo viaje, alguien nos viene a visitar, y nos toma de sorpresa, sin tenerle que brindar, aunque sea medianoche, algo vamos a intentar, recurriendo a algún amigo, que nos pueda dar un pan. Y aunque nuestro amigo diga, que no es hora de golpear, con paciencia insistiremos, hasta hacerlo levantar, te aseguro que esta noche, la insistencia triunfará, y aunque esté muy enojado, alguna ayuda nos dará. Si los hombres que son malos, cosas buenas saben dar, nuestro Padre de los cielos, ¿cuánto mas nos cuidará?, solo basta que pidamos, y busquemos su amistad, porque aquel que busca encuentra, y al que llama le abrirán. Preparaban sus redes, algunos pescadores, aquel día la pesca, había andado mal. Tras una noche en vela, para volver sin nada, otra noche esperaban de duro faenar. Se acercó hasta la orilla, Jesús el galileo, y de pronto les dijo, salgamos a la mar. Y aquellos hombres con fuerza, remaron mar adentro, y con nueva esperanza, la red fueron a echar. Por creer en su palabra, repleta vieron la red, siempre es posible el milagro, si está presente la fe (2). Y el maestro le dijo, a Pedro y sus amigos, pescadores de hombres, un día van a ser. Así empezaba la historia, de la aventura eterna, en que Dios hombre a hombre, nos llama junto a él. Pedro y todos los suyos, sintieron en el alma, la llamada divina, de una empresa mejor.

103

Y de arribada al puerto, al mar dieron la espalda, y dejándolo todo siguieron al Señor. Renuévame, Señor Jesús, ya no quiero ser igual, renuévame Señor Jesús, pon en mi tu corazón. Porque todo lo que hay dentro de mi, necesita ser cambiado Señor. Porque todo lo que hay dentro de mi corazón, necesita mas de ti.

104

Se habían reunido en un mismo lugar, y un viento muy fuerte empezaba a soplar. Un ruido del cielo se pudo escuchar, entonces las lenguas de fuego se vieron bajar.

105

Ven Espíritu Santo, ven a traer tu luz, cumple ya la promesa que nos dejó Jesús. Ven Espíritu Santo, ven a darnos tu luz cumple ya la promesa que nos dejo Jesús. Dulce huésped del alma ven a sembrar la paz, para que entre los hombre florezca tu amistad. Ven Espíritu Santo, ven a darnos la paz, para que entre los hombres florezca tu amistad. Quémanos con tu fuego y haznos sentir tu amor, ilumina las mentes y enciende el corazón. Ven Espíritu Santo, ven a darnos tu amor, ilumina las mentes y enciende el corazón. Ven Espíritu Santo ven, ven a darnos tu luz, amén. Ven Espíritu Santo ven, ven a darnos tu paz, amén. Ven Espíritu Santo ven, ven a darnos tu amor, amén. Ven Espíritu Santo ven, ven a darnos tu luz, amén. Se muy bien que Jesús por mi bien se encarnó, que nació en Belén y en la cruz nos salvó.

106

*Se que por salvarnos en Belén nació, se que por salvarnos en la cruz murió, se que de la muerte nos resucitó, del pecado nos libró (2).

deja a las noventa y nueve (2). Y por fin cuando la encuentra, que alegría que se siente, * pues se alegra más por ella, que por las noventa y nueve (2).

Se muy bien que por ti y por mi se entregó. que hasta el fin nos amó y hasta Dios nos llevó. Señor Jesús creemos, que sos hijo de Dios (2).

107

Yo te lo mando amigo, volvé a caminar, por una nueva senda de paz y libertad.

Vengan todos a mi fiesta, y celebren hoy conmigo, * he encontrado ya mi oveja, la que se me había perdido (2). Y en el cielo habrá una fiesta, una fiesta de alegría, * por un pecador que quiera convertirse en esta vida (2).

Amigo si tus ojos, no tienen claridad, yo te daré la vista lo digo de verdad. No tengan hambre amigos, que multiplico el pan, yo soy el Pan de Vida, el pan de la amistad. No lloren ni estén tristes, mi amigo no murió, porque Yo Soy la Vida y la Resurrección. Señor que nuestra vida sea, como una quena simple y recta. * Para que tú puedas llenarla, llenarla con tu música (2).

Si tenés algún talento no lo vayas a enterrar, que Jesús está contento, cuando lo haces prosperar (2).

108

Señor que nuestra vida sea, arcilla blanda entre tus manos. * Para que tú puedas formarla, formarla a tu manera (2).

Por cuestiones de trabajo, un señor debió partir, y llamando a sus criados, él se quiso despedir. Los reunió por un momento, les habló con claridad, repartiendo sus talentos, exigió prosperidad. Todos algo recibieron, según su capacidad, pero todos no entendieron, su confianza y su amistad. Uno de ellos tuvo miedo, de perder su capital, y enterrando su talento, se detuvo a descansar.

Señor que nuestra vida sea, semilla suelta por el aire. * Para que tú puedas sembrarla, sembrarla donde quieras (2). Señor que nuestra vida sea, leñita humilde y siempre seca. * Para que tú puedas quemarla, quemarla para el pobre (2). Si alguien tiene cien ovejas, y una de ellas se le pierde, * no descansa hasta encontrarla,

Nuestro Padre de los cielos, no desea que se pierda, * ni uno solo de sus hijos, camino a la vida eterna (2).

109

Fue difícil el reencuentro, con temor iban los tres, aquí traigo sus talentos, de los cinco tengo diez. De los dos que usted me ha dado, otros dos le conseguí, Dios bendiga con agrado, lo que ustedes traen aquí.

110

A menos que un hombre se convierta y sea como un niño, no puede entrar en el reino de los cielos (2).

Acercándose el tercero, su talento devolvió, yo Señor le tuve miedo, y enterré lo que me dio. Si sabías que cosecho, de la tierra sin sembrar, por habernos hecho esto, deja todo y vete ya.

Deja que los niños vengan a mi, porque de ellos es, el reino de los cielos (2).

En el día del reencuentro, nuestro Padre nos dirá, ¿dónde has puesto mis talentos?, quiero verlos ¿dónde están? Y si en algo han mejorado, el Señor nos premiará, nos tendrá siempre a su lado, como amigos de verdad. Talita kum, levántate niña, talita kum te ordena el Señor, talita kum mi niña no duermas * que yo soy la vida y la resurrección (2).

De la boca de los niños y de los que aman, fundaste la fortaleza (2).

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113

Preparemos los caminos, allanemos los senderos, que ya viene a redimirnos el Mesías de los cielos (2).

Jairo se llamaba el hombre, como lo voy a olvidar, si entre todos esos hombres, lo podría yo encontrar. Jefe de la sinagoga, cuando tu hija se enfermó, sin temor y sin demora, recurriste al Señor.

El Jordán y las montañas son los únicos testigos, del bautismo que Juan habla a su pueblo arrepentido (2).

Mi hija tiene doce años, de salud esta muy mal, ven a casa te esperamos, tú Jesús la salvarás. Fue en aquel momento, que un amigo le avisó “no molestes al Maestro, que tu hija ya murió”.

El que viene detrás mío será grande, poderoso, ni siquiera yo soy digno de inclinarme a sus ojos (2). Levantemos la mirada que hoy es tiempo de esperanza, preparemos la llegada del cordero que nos salva (2).

Jairo muy entristecido, ya no supo mas que hacer, y el Señor compadecido, quiso hablarle solo a él. No temas amigo mío, que a tu niña salvaré, créeme lo que te digo, yo la resucitaré.

Un hombre importante se acercó a Jesús, para consultarle por una inquietud. Busco de hace tiempo que me expliquen bien, que hay que hacer para ir al cielo, maestro bueno respóndeme.

Al entrar a aquella casa, el Señor se adelantó, ya no lloren por la niña, solo duerme no murió. Acercándose hasta ella, de su mano la tomó, y diciendo dos palabras, la niñita se salvó. Tienes que ser un niño (3) para ir al cielo, Jesús dice, tienes que ser un niño (3) para ir al cielo.

U u u u u u u u u u u (2). Una voz en el desierto va gritando la noticia, todo el mundo hace silencio porque el que habla, es Juan el bautista (2).

Si usted es un hombre rico, se lo digo despacito, donde tenga su tesoro, allí seguro estará su corazón.

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No me llames bueno, solo es bueno Dios, y a los mandamientos él se refirió. Desde que era niño me he portado bien,

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Manteniéndose a distancia, con temor y con temblor, se escuchaba al publicano, repitiendo su oración. * Ten piedad de mi Señor, porque soy un pecador, y llorando, le pedía a Dios perdón (2).

todo lo que tú me has dicho, ya lo he cumplido al pie de la ley. Si quieres seguirme una condición, vende lo que tienes y repártelo. Frente a aquel pedido, él se entristeció, y así fue que el hombre rico, a compartir nunca se animó. Un sembrador salió a sembrar, entre los hombres el amor, abre el corazón y comprenderás, * la palabra del Señor (2).

No desprecies a ninguno, ni te sientas el mejor, como el viejo fariseo, a quien el orgullo traicionó. * Busca siempre ser humilde, como fue aquel pecador, que al humilde, Dios lo ensalza con amor (2).

115 Vamos por todo el mundo (2), a construir la iglesia (2), como Jesús lo dijo (2), vamos de dos en dos (2).

Quisiera contarles la historia, de un humilde sembrador, quien al esparcir la semilla, su enseñanza nos dejó.

Con María y con Jesús, * vamos haciendo juntos, la iglesia del Señor (2).

Algunas semillas cayeron, sin tener donde crecer, y a los pajaritos hambrientos, solo dieron de comer. Hubo en cambio algunas semillas, que empezaron a brotar, pero entre las rocas y espinas no pudieron respirar.

Ya no tenemos miedo (2), ya lo entendimos todo (2), Cristo resucitado (2), Él es el salvador (2).

Solo la semilla del surco, buenos frutos regaló, unas dieron poco, otras muchas, cada una su porción.

Hay una madre buena (2), que viene con nosotros (2), es la mamá de todos (2), y la mamá de Dios (2).

Y es en esta historia sencilla, donde vos te encontrarás, el que tenga oídos que oiga, pues no se arrepentirá. Una tarde allá en el templo, se acercaron a rezar, publicano y fariseo, que distinto ya verás. * El primero cabizbajo no sabía que decir, y el segundo no hacía más que presumir (2) Señor mío te agradezco, por no ser un hombre más, que adultera, que es injusto y hasta roba por robar. * Pago el diezmo y hago ayuno, tú lo sabes por demás, no como ese publicano de ahí atrás (2).

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El día del bautismo (2), Dios quiso regalarnos (2), todo lo necesario (2), para anunciar su amor (2). Ven amigo ven, ven para entregar, ese corazón que Dios te dio, para amar no para odiar (2). Ven y abre los brazos a aquel que es verdad,

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ven y abre los brazos a tu hermano a tu amigo.

Yo espero Señor, yo espero Señor, desde lo más profundo de mi corazón.

Y dale un empujón, dale un empujón, que poquito a poco él se acerque al Señor nuestro Señor. Ven Espíritu de Dios, inúndame de amor, ayúdame a seguir. Ven y dame tu calor, llena mi corazón, ayúdame a servir.

Yo te amo Señor, yo te amo Señor, desde lo más profundo de mi corazón (2).

119 Yo no se porque razones, un muchacho se cansó y sin dar explicaciones, a su padre abandonó. Dame todo lo que es mío, yo mi vida quiero hacer, estoy harto y aburrido, nuevas caras quiero ver.

Ven Espíritu de Dios, ven a mi ser, ven a mi vida, ven Espíritu de amor, ven a morar maranathá.

* Qué alegría padre bueno, de volvernos a encontrar, junto a vos nos quedaremos, no te vamos a dejar (2).

Hoy la vida que me das, te invoca en mi dolor, y clama ven Señor. Ven y calma mi existir, transforma mi penar, en gloria hacia ti. Ya viene Jesús, se escuchó decir, junto a Jericó le sintió venir. Y empezó a gritar, con potente voz, Hijo de David, ten piedad de mi.

Conoció a muchas personas, mucho tuvo que aprender, pero cuando estaba a solas, siempre pensaba en volver. Ya cansado del camino, tuvo que reconocer, que no había ningún sitio, donde volver a nacer.

120

Grita, grita Bartimeo, grita, grita sin parar, Que Jesús de Nazaret, tu ceguera va a curar.

Como le digo a mi padre, que he decidido volver, ay mi corazón se parte, que otra cosa puedo hacer. Padre bueno perdóname, esta vez me equivoqué, nunca voy a abandonarte, junto a vos me quedaré. Yo no soy nada y del polvo nací, pero tú me amas y moriste por mi. Ante la cruz solo puedo exclamar * tuyo soy (2).

Muchos le decían , tienes que callar. Pero Bartimeo gritaba mucho más. Tráiganlo hasta mí, le dijo el Señor. Tu fe te ha salvado, la vista te doy.

123

Toma mis manos, te pido toma mis labios te amo, toma mi vida, oh Padre * tuyo soy (4).

Vivo está Jesús, escuché decir. Sana a los enfermos y murió por mí. Ábreme los ojos, lléname de luz. Como Bartimeo a mi Señor Jesús. Yo creo Señor, yo creo Señor, desde lo más profundo de mi corazón.

122

Cuando de rodillas te miro Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. Qué puedo darte yo, tan solo mi ser, * tuyo soy (2).

121

Yo se de una fuente que nunca se agota, que mana noche y día el agua de Dios, el agua viva.

124

MARIA

Bebamos los sedientos, sedientos del Señor, el agua de Dios, el agua de Dios.

A casa de Zacarías, María se encaminó, * camino de montañas y en sus entrañas el niño Dios (2). Oyó Isabel su saludo, su seno se estremeció, * y el Espíritu Santo casi cantando en ella habló (2).

Quién beba de esta agua jamás tendrá sed, venid y bebed, venid y bebed. El agua de esta fuente, nos purificará, y nos sanará, y nos sanará. Yo siento Señor que tú me amas, yo siento Señor que te puedo amar. Háblame Señor, que tu siervo escucha, háblame ¿qué quieres de mi?

125

Cuando tú, madre querida nos acercas al Señor, la raíz de nuestra vida se renueva con tu amor (2). Que en el suelo americano nunca falte amor y paz, * no nos sueltes de tu mano virgencita de Luján (2).

Por eso canto tus maravillas, por eso canto tu amor (2).

Hace quinientos años al continente la fe llegó, de manos de la Virgen que en Guadalupe nos visitó Cinco siglos de historia, luces y sombras al caminar, con la presencia viva de Dios que guía el peregrinar.

Te alabo Señor, por tu grandeza, mil gracias te doy, por tu gran amor, heme aquí Señor, para acompañarte, heme aquí, ¿qué quieres de mi?

Exaltado, sea Dios sobre los cielos, y tu gloria esté sobre la tierra (2). Tu amor es firme y grande....

Llena de gracia has venido a mi, la madrecita del salvador, * dichosa sea la que creyó, en la promesa de su Señor (2). Mi alma cantando se alegra en Dios mi salvador, puso en mi su mirada, su humilde esclava de corazón (2). Fortaleció a los humildes, al poderoso lo echó, * por la misericordia que en nuestra historia él derramó (2).

Señor tú has sido grande para mi, en el desierto de mi vida háblame, yo quiero estar dispuesto a todo, toma mi ser, mi corazón es para ti.

Yo te doy las gracias, oh Señor entre los pueblos, y te canto alabanzas entre naciones. Tu amor es firme y grande, eres grande hasta el cielo, y tu lealtad, tu fidelidad hasta las nubes.

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Somos pueblo de Dios, tenemos la misión, de ser como la Virgen visitadores de Dios. Chamarrita de la Virgen, chamarrita misionera, mas allá de las fronteras llevaremos la misión, chamarrita de la Virgen, de la Virgen misionera, que visita nuestra tierra alumbrando al Salvador. Fue la Virgen María a lo de su prima santa Isabel, siendo así la primera que misionera llevó la fe. Hoy ella nos visita y nos invita a evangelizar, hagan lo que mi hijo les dijo y la vida encontrarán.

128

Y pensé para mi, me pondré en sus manos, manos de madre, me dejaré en su amor. Y tú María, hazme música de Dios, y tú María, anima tú las fuerzas de mi alma. Aleluya, amén (2).

Brota del mismo vientre del continente como un clamor, un gran anhelo por ver ya consumado el reino de Dios. Tenemos la esperanza que nos alcanza tu cruz Señor, nada puede apartarnos ni separarnos ya de tu amor. Hace tiempo que esta tierra, tiene una alianza con el Señor, * ya que un día la Señora, le abrió las puertas del corazón (2). Heridas tiene mi pueblo, heridas tiene para sanar, * heridas que en el camino, se van haciendo de tanto andar(2).

129

María acompaña, tú mi caminar, yo solo no puedo, ayúdame a andar. Que Dios te salve María, llena eres de su gracia, el Señor está contigo, serás la madre de Dios.

132

* No tengas miedo María, serás la madre de Dios (2). * Junto con Ella creció América en Guadalupe, Luján, Itatí, del Valle y otros lugares, en que por amor Ella se quedó (2).

Bendita siempre tú eres, entre todas las mujeres, y bendito sea el fruto de tu vientre Jesús.

María de la esperanza mira a tus hijos y cuídalos, * no dejes que te arrebaten, la fe que un día plantó el Señor (2). Ave Virgen misionera que estás presente en cada región, * llévanos junto a la mesa reconcílianos con el Señor (2). Madre enséñanos a caminar junto a Jesús, madre enséñanos a vivir siempre con gran amor.

Yo canto al Señor porque es grande, me alegro en Dios que me salva, feliz me dirán las naciones, en mi descansó su mirada.

130

Él hizo en mi grandes obras, su amor es mas fuerte que el tiempo. Triunfó sobre el mal de este mundo, derriba a los hombres soberbios.

Tu eres muy sencilla y la esclava del Señor, tu eres madre, siempre en la lucha y el dolor (2). Eres madre nuestra, eres siempre mi ilusión, eres siempre joven tú María ayúdanos (2).

No quiere el poder de unos pocos, del polvo a los hombres levanta. Dio pan a los hombre hambrientos, dejando a los ricos sin nada.

Madre de la iglesia de los hombres y de Dios, danos esperanza, tu sonrisa y protección (2) Me quedé sin voz con que cantar, y mi alma vacía dormía en sequedad.

Unidos a todos los pueblos, cantamos a Dios que nos salva.

131

Libera a todos los hombres, cumpliendo la eterna promesa. Que hizo a favor de su pueblo, los pueblos de toda la tierra.

133

DESPEDIDA A edificar la Iglesia, (3) del Señor, hermano ven ayúdame (2), a edificar la Iglesia del Señor.

134

Yo soy la Iglesia, tú eres la Iglesia, somos la Iglesia del Señor, hermano ven ayúdame (2), a edificar la Iglesia del Señor. Los blancos son la Iglesia, los negros son la Iglesia, somos la Iglesia del Señor, hermano ven ayúdame (2), a edificar la Iglesia del Señor.

135

Alzad las manos y dadle la gloria a Dios (2), alzad las manos y alabadle como niños del Señor.

136

Los animalitos subieron de dos en dos (2), los pajaritos y pingüinos como niños del Señor. Los animalitos subieron de dos en dos (2), los cocodrilos y monitos como niños del Señor. Si tú vas al cielo primero que yo (2), dile a todos esos angelitos que también yo iré.

Conviene que Cristo crezca (3) más y más, y que disminuya yo (3) más y más.

138

Conviene que Cristo reine (3) más y más, porque así tendremos paz (3) más y más.

Allá en el Horeb, la zarza ardía, Moisés oyó una voz que le decía (2). Quita (3) las sandalias de tus pies, que el lugar que pisas santo es (2).

Los animalitos subieron de dos en dos (2), los elefantes y canguros como niños del Señor.

137

Conviene que Cristo venza (3) más y más, y que expulse a Satanás (3) más y más.

Los ricos son la Iglesia, los pobres son la Iglesia, somos la Iglesia del Señor, hermano ven ayúdame (2), a edificar la Iglesia del Señor.

Dios dijo a Noé, construye una barca (2), y hazla toda hecha de madera como niños del Señor.

Con Cristo en la familia * un feliz hogar (3), con Cristo en la familia un feliz hogar, que felicidad. Ven Cristo a mi familia * y haz feliz mi hogar (3), ven Cristo a mi familia y haz feliz mi hogar, que felicidad.

*Cuando Cristo venga en gloria, yo no me voy a quedar (2).

139

Seremos levantados con poder (3), para la nueva Jerusalén. Hay un fuego que me está quemando, es el Espíritu Santo que está trabajando. Aquí se canta, aquí se ora, se alaba a Cristo a toda hora. El mar se abrió y el pueblo pasó (2), y los israelitas alaban al Señor (2). Para el hombre de fe, Dios abre el camino (2). El mar se cerró y Egipto se ahogó (2), y los israelitas alaban al Señor (2). Para el hombre sin fe, se cierra el camino (2).

140

El amor de Dios es maravilloso (3), grande es el amor de Dios. Tan alto que no puedo estar más alto que él, tan bajo que no puedo estar más bajo que él, tan ancho que no puedo estar afuera de él, grande es el amor de Dios.

141

El Espíritu de Dios se mueve, se mueve, se mueve (2), dentro de mi corazón. Oh hermano deja que se mueva, se mueva, se mueva (2), dentro de tu corazón.

142

Es un río, es la lluvia, es un soplo, es un fuego, es el Espíritu de Dios que quiere actuar.

143

Y si te olvidas de ti mismo, dando tu vida a los demás, te envío como mensajero, mi amor se manifestará.

Ahí va bajando, va cayendo, va soplando, va ardiendo. Es el Espíritu de Dios que esta aquí. Bajando en ti, cayendo en ti, soplando en ti, ardiendo en ti. *Esta alegría no va a salir, no va a salir (3), porque está dentro de mi corazón. * El fuego cae, cae, los males salen, salen, y el creyente alaba al Señor (2).

144

Ha llegado la hora de alabanzas (2), alabemos al Padre celestial, alabemos a Cristo que nos salva, y su Espíritu nos quiere consolar (2).

145

Como en Pentecostés (2), lenguas de fuego cayeron, nos llenaste de poder con el que venía del cielo (2).

Mira te llamo por tu nombre, yo te he elegido escúchame, quiero que lleves mi palabra, no tengas miedo sígueme.

Hay un río de vida corriendo por mi ser, que hace a los enfermos caminar y ver. Libera a los oprimidos y les da felicidad, hay un río de vida corriendo por mi ser.

147

Está el amor del Padre corriendo por mi ser, que hace a los enfermos caminar y ver. Libera a los oprimidos y les da felicidad, está el amor del Padre corriendo por mi ser. Está el amor del Hijo .... Está el Espíritu Santo ... Está el amor de María ... Está el amor de mi hermano...

Manda fuego Señor, * manda fuego (3), manda fuego Señor, que nos llene con su amor.

Hasta los confines de la tierra, anunciaremos tu nombre Señor. Proclamaremos la buena nueva, testigos somos, tú vives hoy.

Se sal y luz que alumbra todo, camino para el que no ve, fuente para el que está sediento, mi Espíritu derramaré.

146

Hay un teléfono, para hablar con Dios (2), ese teléfono no tiene número, ese teléfono es la oración (2).

148

Haz cambiado mi lamento en baile, Señor, desataste mi silicio. Has cambiado mi lamento en baile, Señor, me ceñiste de alegría. Por lo tanto a ti cantaré y no estaré callado, oh Señor, Dios mío, yo te alabaré para siempre.

149

Hoy he venido para cantarle a mi Señor, quiero alabarle y darle gracias por su amor (2).

150

Canta (3), baila (3) como lo hacía el rey David (2).

Alza tus brazos, abre los labios para cantar, mueve las piernas, todo tu cuerpo para el Señor (2).

y con los años tengan que decir: No encuentro placer en ellos.

Mueve tu cuerpo, todo tu Espíritu para él, grita fuerte, grítale fuerte, te escuchará (2).

La juventud, divino tesoro, si de la mano con Cristo, caminando va. La juventud, divino tesoro, servir a Dios será su felicidad.

Jesús no tiene manos, no tiene manos tiene solo nuestras manos, para construir. Tiene solo nuestras manos, tiene solo nuestras manos para compartir. * Necesita nuestras manos, necesita nuestras manos, para bendecir (2).

151

La misa no termina aquí en la Iglesia, ahora la empezamos a vivir (2). Porque en la vida cada día recordaremos lo que aquí, hemos vivido y aprendido a compartir. Hemos de ser levadura, hemos de ser semilla y luz, junto a nosotros caminando viene Jesús.

Jesús no tiene pies, no tiene pies, tiene solo nuestros pies, para caminar. Tiene sólo nuestros pies, tiene sólo nuestros pies para caminar. * Necesita nuestros pies, necesita nuestros pies, para caminar (2).

Los que esperan, los que esperan en Jesús (4), * como las águilas (2), sus alas levantarán(2).

Jesús no tiene labios, no tiene labios, tiene solo nuestros labios para proclamar, * Tiene solo nuestros labios, tiene solo nuestros labios, para proclamar (2). * Necesita nuestros labios, necesita nuestros labios, para proclamar(2).

Caminarán y no se cansarán, correrán no se fatigarán, nuevas fuerzas tendrán (2), los que esperan (2) en Jesús.

Jesús no tiene medios, no tiene medios, tiene solo nuestros medios para evangelizar. * Tiene solo nuestros medios, tiene solo nuestros medios, para evangelizar (2). * Necesita nuestros medios, necesita nuestros medios, para evangelizar (2).

Arriba (3) y no hacia abajo, subiendo (3) y no bajando.

Jóvenes y Señoritas, atiendan un momento, escuchen estas palabras por favor. Acuérdense de su creador, en el tiempo de su juventud, antes de que lleguen los días amargos,

153

* Mi alma volará (2), al son de las trompetas mi alma volará (2).

No has nacido amigo para estar triste, aunque llueva en tu corazón (2).

152

154

155

156

Todos tenemos un amigo, un amigo que nos ama (2). Todos tenemos una madre, una madre que nos ama (2). Todos tenemos un hermano, un hermano que nos ama (2). Padre Abraham, tuvo muchos hijos, muchos hijos tuvo padre Abraham. Uno de ellos eres tú y el otro yo,

157

alabemos juntos al Señor. Mano derecha, mano izquierda .... Pie derecho, pie izquierdo .... Cabeza arriba, cabeza abajo ... Saltando .... Proclamemos todos nuestra fe, y digamos con mucho fervor, que Jesús es el buen pastor, es el rey, es el Señor.

En ti confié y tú me salvaste (3), Señor te alabo con todo mi ser. Gracias a Dios, amén, aleluya (3), Señor te alabo con todo mi ser.

158

161

Yo alabo como David (2), yo alabo (3) como David, yo alabo (3) como David.

Jesucristo es el buen pastor, Jesucristo es del mundo, rey. Todo el mundo ha de proclamar Jesucristo es el Señor (2).

Yo canto como David (2), yo canto (3) como David, yo canto (3) como David.

Alabemos todos al Señor, y cantemos con mucho fervor, con un grito de profunda fe, Jesucristo es el Señor.

Yo bailo como David (2), yo bailo (3) como David, yo bailo(3) como David. David (4), bailaba, como cordero en la manada Micol viendo a David, lo criticaba, pero David bailaba, David bailaba.

Con María vamos a decir: mi alma alaba siempre al Señor, y mi Espíritu se alegra en Dios, en Jesús rey y Señor. Queremos ser un pueblo, fuerte en ti, que nuestros ojos, de tu amor no se separen, y no permitas que tu obra, acabe como empezó, danos la fuerza para luchar Señor. * Y toma nuestros corazones solo para ti y cámbialos Señor por tu amor (2).

159

Señor te alabo (3), con todo mi ser (2),

160

Esclavo fui y tú me libraste (3), Señor te alabo con todo mi ser

* Si el Espíritu de Dios se mueve en mi, yo creo Señor en ti (2). Yo creo (3) Señor en ti, yo creo (3) Señor en ti.

Si la duda llega a tu corazón, y te dice déjame entrar (2), * Dile no, no, no, Cristo vive en mi, y no hay lugar para ti (2). Si el odio ... Si la envidia... Si la mentira ... Si el amor ... * Dile si, si, si, Cristo vive en mi, y si hay lugar para ti (2)

162

Si sentís un murmullo muy cerca de ti, un ángel llegando para recibir, todas tus oraciones y llevarlas al cielo. Así, abre el corazón y comienza a alabar, el gozo del cielo todo sobre el altar, hay un ángel llegando y bendición en sus manos.

163

Hay ángeles volando en este lugar, en medio del pueblo y junto al altar, subiendo y bajando en todas las direcciones. No se si la Iglesia subió o si el cielo bajo, si se que está lleno de ángeles de Dios, porque el mismo Dios esta aquí. Cuando los ángeles pasan, la Iglesia se alegra, ella canta, ella llora, ella ríe y congrega, enfrenta al infierno, disipa el mal. Siente la brisa del vuelo de tu ángel ahora, confía hermano pues ésta es tu hora, la bendición llegó y te la vas a llevar. * Si tuvieras fe como un granito de mostaza, eso dice el Señor (2)

164

167

Porque tuve hambre y me diste de comer, ven a gozar ven a gozar (2).

Porque tuve sed y me diste de beber... Porque estuve preso y me fuiste a visitar...

Tu le dirías a la asamblea, muévete , muévete, muévete (2) y la asamblea se moverá, se moverá, se moverá (2)

Si tú eres cristiano aplaudí (2) ..... Si tú eres cristiano con los pies (2) ... Si tú eres cristiano con los cuatro (2)... si tú eres cristiano al revés (2) ...

Todos los cristianos debemos amar, y hacer el bien, sin descansar (2).

Porque estuve enfermo y me fuiste a visitar, ven a gozar ven a gozar (2).

Tu le dirías a los enfermos, sánense, sánense, sánense (2) y los enfermos se sanarán, se sanarán, se sanarán (2).

Si tú eres cristiano, gloria a Dios (2). Si tú eres cristiano testifica con tu vida, si tú eres cristiano, gloria a Dios.

166

Y en el día del juicio, Cristo nos dirá, ven a gozar, ven a gozar (2).

Tú le dirías a la montaña, muévete, muévete, muévete (2). Y la montaña se moverá, se moverá, se moverá uh (2).

Si tú eres cristiano di amén, amén (2). Si tú eres cristiano testifica con tu vida, si tú eres cristiano di amen, amén.

Su amor, su amor, su amor está corriendo ya (3), por todo el mundo está corriendo ya. Y tú, y tú, y tú eres quien lo hará correr (3), por todo el mundo tú lo harás correr. Y a todo aquel que encuentres dale de ese amor (3), a todo el mundo dale de ese amor.

165

Un paso más, un paso más de fe (2), adelante hermano, adelante hermana, que allá en el cielo nos espera un galardón (2).

168

Viva la fe, viva la esperanza, viva el amor (3), que viva Cristo (2), que viva Él. Que viva Cristo, * que viva, que viva Cristo (2). Que viva Él.

169

Ya Cristo viene, señales hay, almas salvadas viene a buscar. Los que durmieron, se quedarán, los que velaron, se irán con Él. Me voy con Él, me voy con Él (2), yo no me quedo, me voy con Él.

170

Ya llegó, ya llegó, el Espíritu Santo ya llegó (2), lo siento en las manos, lo siento en los pies, lo siento en el alma y en todo mi ser.

171

Tenemos un amigo que nos ama, nos ama, nos ama, tenemos un amigo que nos ama, su nombre es Jesús.

Aquel que caminó, sobre las aguas (2), está aquí, aquí a mi lado (2). Como un rayo cayendo sobre mi (2), que quema, que quema, que quema (4)

Tenemos una madre que nos ama, nos ama, nos ama, tenemos una madre que nos ama, la madre de Jesús.

* Yo te alabo con el corazón, yo te alabo con mi voz (2). Y si me falta la voz, yo te alabo con las manos, y si me faltan las manos, yo te alabo con los pies. Y si me faltan los pies yo te alabo con el alma, y si me faltara el alma, es porque se ha ido con Él.

172

Yo tengo gozo en el alma, grande gozo en el alma, gozo en el alma y en mi ser, aleluya gloria a Dios, es como * ríos de agua viva (3) en mi ser.

173

Es que no te has enterado que Jesús de Nazareth ha venido a visitarnos, hazte a un lado y deja ver. Advertido aquel cieguito, con un grito se hizo oír: “compasión ten hoy conmigo, Jesús Hijo de David”.

Ordenó que lo trajeran y enseguida estuvo allí, preguntó Jesús sin vueltas: ¿yo qué puedo hacer por ti? Quiero ver Señor de nuevo, no tardes en responder. Y en tus ojos viejo ciego, reflejabas tener fe.

Alza tus brazos...

Tú tienes un amigo que te ama, te ama, te ama,

175

Los que estaban adelante lo trataban de callar, pero ¿quién iba a quitarle aquellas ganas de gritar? “Compasión ten hoy conmigo, Jesús Hijo de David”, y al oír aquel pedido quiso detenerse allí.

No te avergüences y alaba a tu Señor (2), da gloria a Dios (2) da gloria a Él, no te avergüences y alaba a tu Señor.

Y estaremos en su viña, trabajando, en la viña del Señor (2).

A un costado del camino que conduce a Jericó, mendigaba aquel cieguito, su limosna por favor. De repente un mar de gente junto al ciego se arrimó y él, ingenuo e inocente, preguntaba qué pasó. Míranos Señor del cielo y ayúdanos a creer * que veamos como el ciego con los ojos de la fe (2)

Vamos cantando con todo su poder (2), da gloria a Dios (2) da gloria a Él, vamos cantando con todo su poder.

Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama, yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Jesús.

tú tienes un amigo que te ama, su nombre es Jesús.

174

Y entre aquella algarabía al Señor se le escuchó: “recupera ya la vista, es tu fe quien te salvó”. Al momento aquel cieguito la visión recuperó, todo el pueblo allí reunido comenzó a alabar a Dios. Bajo un cielo muy nublado, y a pedido del Señor los apóstoles zarparon con un poco de temor.

176

Mientras iban navegando el Señor se recostó, agotado de cansancio, enseguida se durmió.

El Señor compadecido, una mano le tendió, “por dudar así te ha ido” con amor le reprochó. Y en la barca, sorprendido, todo el mundo se postró “tú eres hijo del Dios vivo, el Mesías salvador”.

De repente un fuerte viento la tormenta desató y la barca por un momento casi, casi naufragó. Entre el susto que tenían y la desesperación, los apóstoles de prisa despertaron al Señor.

Tu Palabra Señor es Palabra de amor que nos habla directo al corazón. Te pedimos Señor que tengamos valor para ser hoy el eco de tu voz.

Ven Señor que nos hundimos, ayúdanos por favor, y Jesús compadecido, con poder se levantó, enfrentando al mar y al viento, todo aquello se calmó, quedó bien de manifiesto que Jesús es el Señor.

La Palabra de Dios es fecunda, ilumina y nos da seguridad, como el mar que en la noche fecunda, su murmullo nos hace escuchar, el Señor con amor y ternura, nos da muestra de su inmensidad.

Y volviéndose hacia ellos, les habló diciéndoles: ¿por qué tiene tanto miedo, es que no me tienen fe? Admirados por sus obras, comentaban sin cesar: ¿quién es éste que a las olas y hasta el viento hace callar? Siempre que Él se despedía de la gente del lugar los apóstoles solían esperar hasta el final. Sin embargo hubo un día que el Maestro les mandó: “crucen hasta la orilla y allí esperen que ya voy”. A Jesús, nuestro Señor, verdadero salvador, le entregamos nuestra voz y con ella el corazón. El Maestro y Buen Pastor nos llamó y nos eligió para ser testigos de su amor. Fue esa misma madrugada que lo vieron al Señor caminar sobre las aguas en la misma dirección. “Córranse que es un fantasma”, uno de ellos les gritó y el Señor les dijo “calma, tranquilícense, soy yo”. “Si eres Tú el Señor de veras, a tu encuentro llámame” y acepando la propuesta, el Señor le dijo “ven”. Así fue también que Pedro sobre el agua caminó, pero tuvo tanto miedo que al perder la fe, se hundió.

178

La Palabra de Dios es aliento para todo el que quiera ser mejor. A los hombres que buscan en serio encender una llama de amor, el Señor los invita a su encuentro a escuchar en silencio su voz.

177

Ven, no temas y sígueme, adonde vaya, tú irás. pescador de hombres yo te haré, ya deja todo y verás.

179

Estaban listos para escucharle, Jesús en medio los miraba de pie, buscando un sitio para enseñarles cerca del Lago Genesaret. Y al ver dos barcas junto a la orilla, a la de Pedro se subió el Señor, pues desde allí les explicaría a todos la Palabra de Dios. Al terminar dijo a Simón Pedro: “navega y echa las redes al mar”. “Señor Jesús, ¿cómo pides esto?, de día nunca salgo a pescar. He navegado al noche entera y te aseguro que nos fue muy mal, pero si quieres que así esto sea, las redes echaré una vez más”. Así lo hicieron como otras veces, pero esta vez no tuvo otra igual, sacaron tal cantidad de peces, que ni la red los pudo aguantar. Y haciendo señas como pudieron, lograron que los vengan a ayudar, pescaron tanto que casi hundieron aquellas barcas en alta mar. Todos quedaron muy sorprendidos y arrepentido Pedro se acercó, se echó a los pies de Jesús y dijo: “aléjate, soy un pecador”.

“Pedro, serás pescador de hombres, deja tus redes, ven y sígueme”. Y junto a Pedro, los pescadores dejando todo fueron tras él.

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