EPÍGRAFES SELECTIVIDAD

EPÍGRAFES SELECTIVIDAD 1) La Ilustración: características generales y consecuencias. 2) La Crítica de la razón pura. La concepción kantiana del conoci

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EPÍGRAFES SELECTIVIDAD 1) La Ilustración: características generales y consecuencias. 2) La Crítica de la razón pura. La concepción kantiana del conocimiento. 3) Los juicios. El espacio y el tiempo. Las categorías. La crítica a la metafísica tradicional. 4) La Crítica de la razón práctica y la ética en Kant. Concepto de razón práctica, ley moral y nociones de imperativo. 5) Los postulados de la razón práctica: la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

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2 1. LA ILUSTRACIÓN: CARACTERÍSTICAS GENERALES Y CONSECUENCIAS. En cada país la Ilustración se presenta de manera distinta, pero, sin duda alguna, hay semejanzas y puntos comunes que hacen pensar que, a pesar de las diferencias, la Ilustración fue un movimiento intelectual unitario con características similares en todas las naciones en que tuvo lugar. Las características principales de la Ilustración son: a) Confianza en el poder de la razón: no es extraño que al siglo XVIII se lo llame Siglo de la Razón ya que se trata de una época en la que la razón es la gran diosa en la que hay que creer y a la que hay que adorar; es la razón la que va permitir al hombre, si éste la utiliza correcta y libremente, tener un conocimiento y un dominio de la naturaleza y, en consecuencia, un progreso ilimitado. La razón, en este sentido, es el motor del progreso y mejora de las condiciones de vida de la Humanidad. Es una razón autónoma y crítica, dirigida contra los prejuicios, supersticiones, tradiciones irracionales, autoridades impuestas, etc. b) Divulgación y popularización del saber: la Ilustración apuesta por la popularización y divulgación del conocimiento y del saber. Es decir, el saber y el conocimiento no deben estar sólo en manos de los sabios, de los filósofos y de los científicos; es fundamental y básico, para el perfeccionamiento y mejora de las condiciones de vida de la Humanidad, que todos los hombres tengan acceso al saber. Para ello es imprescindible popularizarlo, hacerlo accesible al vulgo. No faltaron intentos de llevar a la práctica este ideal. El más famoso fue la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios, obra en la que colaboraron los filósofos ilustrados más importantes de Francia (Diderot, d’Alembert, Voltaire, Rousseau). El propósito de esta magna obra fue exponer de manera clara todos los conocimientos existentes hasta el momento sobre los más diversos temas para conseguir, con ello, aumentar el saber y la cultura del pueblo. c) Concepción de la Historia de la Humanidad como Progreso: la Historia de la Humanidad es un largo recorrido con épocas tenebrosas y oscuras (entre ellas la Edad Media, según los ilustrados) pero que camina hacia una época futura de luz y esplendor. Esta época luminosa y esplendorosa comienza, según los ilustrados, con la Ilustración (precisamente, por eso al siglo de la Ilustración también se lo denomina Siglo de las Luces). Por tanto, cabe decir que en la Historia se observa un proceso de perfeccionamiento que, gracias al uso de la razón, va a culminar con el triunfo de la libertad, la igualdad y la paz. d) Defensa de una Religión Natural o Deísmo: frente a la religión tradicional repleta de supersticiones, misterios incomprensibles, milagros y fanatismo, los Ilustrados defienden la llamada religión natural o deísmo. El deísmo acepta la existencia de Dios (Dios es para los ilustrados una especie de ordenador del universo, una especie de relojero que ha construido y dado cuerda a ese reloj maravilloso que llamamos universo), pero rechaza todo aquello que no logra pasar por el análisis crítico de la razón: ritos, supersticiones y otros misterios de la revelación. Una consecuencia de todo esto es que los ilustrados defienden como valor fundamental en materia religiosa la tolerancia, el respeto por todas las religiones; es preciso acabar con los fanatismos y apostar por la convivencia pacífica de todas las tradiciones religiosas pues, si quitamos lo superfluo (las supersticiones, los misterios, etc.), descubriremos el mismo sentimiento religioso. e) Rechazo del modelo político absolutista y sustitución por un modelo democrático. Los ilustrados rechazan el absolutismo como forma de gobierno y apuestan por una concepción popular y democrática del poder político: el poder político emana del pueblo y tiene como fundamento el contrato social; es el pueblo quien ha de decidir qué gobernante ha de dirigir su destino. No tenemos que olvidar que en este siglo entrará en crisis la sociedad estamental y la monarquía absoluta.

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3 f) Fue en Inglaterra donde surgió primero el movimiento intelectual ilustrado. Se caracterizó por una defensa de la libertad política, la tolerancia religiosa y el cultivo de las ciencias naturales. Inglaterra estaba a la cabeza de Europa en su sistema político (monarquía parlamentaria), a nivel económico (revolución industrial) y a nivel cultural (la ilustración). Sus máximos representantes son el científico Isaac Newton y los filósofos empiristas John Locke y David Hume. De Inglaterra el movimiento ilustrado se extendió a Francia, país en el que alcanzó su máximo esplendor. Los ilustrados franceses reflexionaron sobre temas morales, políticos e históricos. Los máximos representantes son Voltaire, Montesquieu, Diderot, d’Alembert, Rousseau... En Alemania aparecerá el filósofo más importante de la ilustración, Immanuel Kant. En España destacan las figuras de Feijoo y Jovellanos que manifestarán su profundo rechazo al atraso cultural y científico de nuestra sociedad.

Europa a mediados del S. XVIII g) Los ilustrados Interesa, sobre todo, comprender la figura del ilustrado. Pertenece siempre a una elite intelectual: es un pensador, un escritor, y domina la retórica. La época de la Ilustración recuerda mucho a la época de los sofistas griegos o a la de los humanistas renacentistas. Algunos ilustrados recibieron el nombre de philosophes. El término es originario de Francia, donde se aplica a Montesquieu, Voltaire, Buffon, etc.; pero pasa a otros países, utilizándose para personajes tan diferentes como Franklin, Beccaria, Hume y Adam Smith, Kant y Goethe... Algunos se llaman a sí mismos «librepensadores» (Inglaterra). Muchos son masones (la masonería se extiende en este siglo por toda Europa, a partir de Inglaterra).

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4 Las ideas de la Ilustración lo penetran todo. Los «filósofos» están en las cortes e inspiran a reyes o gobernantes. Sus libros se difunden rápidamente y se traducen a otras lenguas. La penetración en la aristocracia, la burguesía rica y parte del clero, fue extraordinaria. En cambio, en las clases populares la penetración fue mucho más lenta, y sólo empezó a hacerse palpable en vísperas de la Revolución francesa. Por otro lado, esta cultura no es universitaria. Sus ámbitos son otros: academias, logias masónicas, salones (generalmente, presididos por una aristócrata), casas de los burgueses ricos, cafés, clubes, sociedades literarias, etc. El «filósofo» ya no es el pensador solitario, ni el «maestro»: es un hombre de mundo; incluso es un personaje colectivo: las ideas surgen, circulan y se asimilan por medio de la conversación. El diálogo no es un artificio literario, es un ámbito de creación filosófica.

2. KANT: VIDA Y OBRAS. ü Datos biográficos de Kant (1724-1804) Immanuel Kant es uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos. Nació en la ciudad prusiana de Königsberg en el año 1724 y murió en esta misma ciudad en el año 1804. Toda su vida transcurrió en esta ciudad dedicado al estudio y a la enseñanza (era catedrático de su Universidad). Buena parte de su obra la escribió bajo el reinado de Federico II el Grande, un monarca ilustrado que mantuvo buenas relaciones con los intelectuales. Persona de costumbres rutinarias, buen amigo de sus amigos, infatigable trabajador, ferviente defensor de los ideales ilustrados, simpatizante de la Independencia Norteamericana y de los valores de la Revolución Francesa, antimilitarista y pacifista convencido... todo eso fue Kant. Los años de su vejez fueron los más desdichados. Kant se vio afectado por el peor de los males que puede caer sobre un estudioso: quedó casi ciego, perdió la memoria y la lucidez intelectual. Su vida se extinguió en 1804, reducido a un espectro de sí mismo. ü Las obras de Kant PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

5 Kant es autor de numerosas obras; entre ellas destacan Crítica de la Razón Pura; Fundamentación de la metafísica de las Costumbres (1785), Crítica de la Razón Práctica (1788), Crítica del Juicio (1790), y La religión dentro de los límites de la mera razón (1793.) Otros escritos, más breves en extensión de páginas pero igualmente importantes son Idea de una historia Universal con propósito cosmopolita (1784); Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? (1784), y La paz perpetua (1795). ü Caracterización general de la filosofía kantiana a) Defensa de los ideales ilustrados. Kant defendió con mucho empeño los ideales ilustrados: confianza en la razón humana y en su poder liberador y emancipador de cualquier tipo de prejuicio o superstición que condicione la vida de los hombres y de los pueblos; defensa de la idea de progreso; defensa de fórmulas políticas democráticas basadas en la voluntad del pueblo, etc. Pero Kant no sólo defendió con ahínco los ideales ilustrados; además de esto, contribuyó a explicar lo que es la Ilustración en un pequeño escrito cuyo título es Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?, publicado en 1784, y cuyo resumen tienes al final del tema. b) Criticismo. Si repasamos los títulos de las obras de Kant mencionadas anteriormente descubriremos que la palabra crítica forma parte del título de tres de ellas: Crítica de la Razón Pura, Crítica de la Razón Práctica, y Crítica del Juicio. El criticismo kantiano consiste, básicamente, en hacer un análisis detallado y riguroso de la razón, para descubrir sus posibilidades y sus límites. También la razón tiene que someterse al tribunal que ella misma preside. Con su criticismo Kant trata de analizar la razón en su uso teórico, para poder medir sus fuerzas y determinar qué tipo de realidades puede conocer y cuáles no, y la razón en su uso práctico, es decir, como facultad moral que permite al hombre saber cómo actuar y obrar en un momento determinado. c) Actividad filosófica centrada en cuatro grandes interrogantes. Según Kant son cuatro los grandes interrogantes a los que la filosofía debe intentar encontrar una respuesta racional: 1. 2. 3. 4.

¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? ¿Qué es el hombre?

Teoría del conocimiento. Teoría ética Análisis de la religión Antropología

d) Influencias del racionalismo y del empirismo. Kant se encuentra con estas dos grandes corrientes filosóficas que como hemos analizado anteriormente dan respuestas contrarias a algunos de los problemas filosóficos más significativos del momento. Su mérito va a consistir en buscar una vía intermedia que recoge algunas de sus aportaciones más significativas. 3. LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA. LA CONCEPCIÓN KANTIANA DEL CONOCIMIENTO Kant concibe el conocimiento como una operación de síntesis mediante la cual el sujeto cognoscente aplica una serie de elementos (formas a priori) a los datos recibidos de la experiencia. Kant se reconoce deudor de Hume al afirmar que no hay conocimiento sin los datos de la experiencia, pero, a diferencia de Hume, reconoce que en el proceso de conocimiento no todo procede de la experiencia ya que intervienen elementos no procedentes de la experiencia sino que forman parte del equipaje mental del sujeto cognoscente. En este sentido, según Kant no podemos conocer cómo son las cosas en sí mismas, la realidad en sí (noumenos), ya que cuando las conocemos nos vienen PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

6 estructuradas por esos elementos aportados por el sujeto. El proceso del conocimiento humano se desarrolla en tres niveles: sensibilidad, entendimiento y razón. ü El nivel de la sensibilidad. El espacio y el tiempo. Sensibilidad es la facultad de ser impresionados o afectados por algo que incide en nosotros desde el exterior o desde nuestro interior. La sensibilidad es pasiva ya que se limita a recibir impresiones provenientes del exterior, colores, sonidos, olores, etc., o provenientes del interior del sujeto, emociones, sentimientos, estados mentales, etc. A esas impresiones Kant las denomina sensaciones. Ahora bien, esas sensaciones nos vienen organizadas en el espacio y el tiempo. Así, por ejemplo, cuando yo percibo algo exterior, percibo colores, olores, texturas, pero además estas impresiones o sensaciones las percibimos situadas en un espacio y en un tiempo. Los sentidos nos proporcionan sensaciones las cuales son la materia prima; en segundo lugar, hay algo en nosotros que ordena las sensaciones de un modo muy determinado: espacial y temporalmente. A la mezcla de sensación + formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) Kant la llama fenómeno o intuición. Que el espacio y el tiempo son formas significa que no son impresiones sensibles o sensaciones como los colores o los sonidos, sino la forma o el modo como percibimos todas las impresiones particulares. Que el espacio y el tiempo son elementos a priori significa que no proceden de la experiencia, sino que la preceden como condiciones para que ésta sea posible. El espacio es la forma a priori que ordena las sensaciones procedentes de lo que los empiristas llamaban la experiencia externa. Todas las sensaciones provenientes de los sentidos se nos presentan organizadas espacialmente; por tanto, el espacio no es inherente a los objetos mismos sino que somos nosotros los que llevamos la representación espacial a las cosas. El tiempo es la forma pura o a priori de nuestra experiencia interna, de nuestro estado interior. En efecto, observamos en nosotros diversos estados psíquicos, sentimientos, deseos, pasiones, etc., pero por muy diferentes que sean tienen una cosa en común: transcurren en el tiempo; el tiempo no procede de alguno de estos estados psíquicos, sino que es la condición sin la cual no podríamos tener ninguna experiencia de ellos. ü

El nivel del entendimiento. Los conceptos y categorías.

En este segundo nivel, los fenómenos, o lo que es lo mismo, las sensaciones ordenadas espacial y temporalmente, son comprendidos y entendidos. Esta labor la realiza el entendimiento utilizando conceptos o categorías. Sin estos conceptos no podríamos entender y comprender lo que percibimos. Por ejemplo, la sensibilidad aporta como fenómenos un color amarillo, un olor a vainilla, una forma redonda, un tacto frío, etc.; el entendimiento aporta el concepto "helado de vainilla" y así es como entendemos y comprendemos que las sensaciones que yo percibo espacial y temporalmente corresponden a ese dulce. Así pues, el comprender es la función propia del entendimiento y esta función comprensiva se realiza mediante conceptos. Kant distingue dos tipos de conceptos: a) Conceptos empíricos o a posteriori: son conceptos extraídos de la experiencia a partir de la observación de las semejanzas y rasgos comunes a ciertos individuos, por ejemplo rosa, mesa, silla, hombre, casa, árbol, etc. Con este tipo de conceptos se pueden elaborar juicios de experiencia tales como Los gatos tienen bigotes o Este elefante es PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

7 tuerto. b) Conceptos puros, a priori o categorías: son independientes de la experiencia, permiten comprender la realidad y son anteriores a los conceptos a posteriori. Estas categorías son doce: unidad, multiplicidad, totalidad, realidad, negación, limitación, sustancia y accidente, causa y efecto, acción recíproca, posibilidad-imposibilidad, existencia-no existencia, y necesidad-contingencia. Sin la aplicación de alguna de estas categorías los fenómenos percibidos en la sensibilidad no tienen significado. La síntesis o fusión de los fenómenos y de los conceptos aportados por el entendimiento es el juicio. Así, por ejemplo, esta mesa es verde es un juicio elaborado por el entendimiento a partir de una serie de fenómenos o datos de la experiencia y a partir de unos conceptos (concepto empírico mesa, concepto empírico verde, categoría sustancia gracias a la cual comprendemos que la cualidad verde pertenece a un objeto). Es en los juicios donde se concreta y manifiesta el conocimiento comprensivo que tenemos de la realidad. - Imagina que estamos tú y yo aquí, sentaditos en casa y en compañía de un gato. Ahora supón que una sardina entrase volando por la ventana y fuese a parar al suelo. ¿Cómo crees tú que reaccionaría el gato? - Se iría hacia la sardina, la olería y, posiblemente, se la comería - ¿Y cuál sería nuestra reacción? - Nosotros iríamos corriendo hacia la ventana a ver quién es el marrano que nos está tirando pescados dentro de casa. - Exactamente. Nosotros entendemos y comprendemos esa sardina de modo muy distinto a como la entiende el gato. Para nosotros, la sardina es, en entre otras cosas, el efecto de una causa, y en este caso nos interesa más la causa que el efecto, y por eso nos vamos a la ventana, mientras que el gato sólo la ve, o la huele, como comida, por eso corre hacia ella. La diferencia estriba en que nosotros, en tanto que animales racionales, hemos ordenado los datos de los sentidos bajo una categoría, la de causalidad, que de suyo no le pertenece a la sardina, un concepto a priori, porque es la forma que nosotros le hemos impuesto a eso que hemos visto (Fco. Giménez Gracia. La leyenda dorada de la filosofía)

ü El nivel de la razón. La idea de alma, mundo y Dios. En el tercer nivel la razón humana aspira a buscar el fundamento último de los juicios particulares que el entendimiento es capaz de elaborar acerca de la realidad. La búsqueda de este fundamento consiste en la búsqueda de juicios cada vez más generales que engloben y agrupen la totalidad de la realidad. Según Kant, la razón busca juicios (leyes) cada vez más generales que engloben la totalidad de la experiencia y que sirvan como fundamento explicativo último de los juicios particulares que hacemos sobre la realidad. Mientras esta búsqueda se mantiene dentro de los límites de la experiencia, esta búsqueda es eficaz y amplía nuestro conocimiento. Sin embargo, en esta búsqueda la razón traspasa y supera los límites de la experiencia y pretende abarcar la totalidad de la experiencia externa bajo la idea de Mundo, la totalidad de la experiencia interna bajo la idea de Alma y la totalidad de la experiencia posible bajo la idea de Dios (estas ideas nos recuerdan a las tres sustancias de las que hablaba Descartes: res extensa, res cogitans y res infinita). La razón dispone de estas tres ideas puras o a priori, pero no dispone de datos de experiencia a los cuales aplicarlas. Esta es la causa de que la razón se atasque y no pueda llegar a conclusiones definitivas, ciertas y seguras sobre cuestiones como el origen del mundo, la inmortalidad del alma o la existencia de Dios. PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

8 Kant llevó a cabo una revolución en el ámbito del conocimiento. Antes de Kant, se pensaba que el objeto de conocimiento estaba perfectamente estructurado y que el sujeto se limitaba a mostrarse pasivo y conocer una realidad que ya estaba de por sí estructurada. Con Kant, el objeto del conocimiento no es algo estructurado en sí mismo; es estructurado por el sujeto al imponerle las formas a priori. Por tanto, con Kant el objeto se rige por el sujeto y no al revés, como ocurría tradicionalmente; el "centro" del conocimiento no es, pues, el objeto sino el sujeto, pues es él quien hace posible el conocimiento. SUJETO ( A priori)

REPRESENTACIÓN

SENSIBILIDAD (relación con la realidad)

Formas a priori: Espacio y Tiempo

Fenómenos + (Matemáticas científicas)

ENTENDIMIENTO (comprensión)

Conceptos empíricos. Conceptos a priori Causalidad, sustancia...

Objeto del conocimiento

RAZÓN (unificación)

Conceptos puros: Alma, Mundo y Dios

REALIDAD (Noumeno) (A posteriori) Sensaciones (color , olor...)

__________

(Física científica)

(Ciencia Metafísica)

___________

4. TIPOS DE JUICIOS. El conocimiento se expresa en juicios, y toda ciencia es un conjunto de juicios o proposiciones. A Kant le interesa clarificar cuáles son los juicios característicos de la ciencia para poder determinar si están presentes en la metafísica y por lo tanto si ésta constituye o no un saber científico. En los juicios se establece una relación entre un sujeto y un predicado y de acuerdo con ello podemos distinguir dos tipos de juicios: a) Juicios analíticos: son aquellos en los que el predicado está incluido en el sujeto, al menos implícitamente; ello supone que basta con analizar el sujeto para comprender que el predicado le pertenece necesariamente. Expresan lo que David Hume llamó relaciones entre ideas. Estos juicios no aumentan o amplían nuestro conocimiento pues la información que nos aporta el predicado está ya contenida en el sujeto. Ejemplos de juicios analíticos: El cuadrado tiene cuatro lados; Todo soltero es un no-casado; El todo es mayor que las partes; Un día lluvioso es un día húmedo. a) Juicios sintéticos: son aquellos en los que el predicado no está incluido en el sujeto. La base de la relación que se establece entre el sujeto y el predicado es la experiencia, la observación, y por eso, para saber si son verdaderos o falsos hay que recurrir a la experiencia. A diferencia de los anteriores, los juicios sintéticos aumentan o amplían nuestro conocimiento acerca del sujeto. Ejemplos de Juicios Sintético: La pared es blanca; Algunos alumnos del I.E.S. Cardenal Sandoval y Rojas son simpáticos; Este día lluvioso es un día frío. Por otra parte, atendiendo a la relación entre el juicio y la experiencia podemos distinguir otros dos tipos: PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

9 a) Juicios a priori: son aquellos que, para saber si son verdaderos o falsos, no es preciso acudir a la experiencia pues de inmediato, si conocemos lo que es el sujeto, vemos que el predicado le pertenece necesariamente. En este sentido, son juicios universales y necesarios (lo que afirma el juicio Un día lluvioso es un día húmedo vale para todos los días lluviosos y negarlo supondría incurrir en una contradicción). Ejemplos de juicios a priori: los mismos que hemos puesto de los juicios analíticos. b) Juicios a posteriori: son aquellos en los que es preciso acudir a la experiencia para saber si son verdaderos o falsos. Su verdad no es ni universal ni necesaria. Son por ello, Juicios particulares y contingentes. Ejemplos de Juicios a posteriori: los mismos que hemos puesto al hablar de los juicios sintéticos. Los juicios analíticos son siempre juicios a priori, y los juicios sintéticos pueden ser a posteriori y a priori. Los juicios de que se componen las distintas ciencias (física, matemáticas) son juicios sintéticos a priori, es decir, son juicios que amplían nuestro conocimiento y al mismo tiempo universales y necesarios. JUICIOS ANALÍTICOS

JUICIOS A PRIORI JUICIOS CIENTÍFICOS

JUICIOS SINTÉTICOS

JUICIOS A POSTERIORI

5. CRÍTICA A LA METAFÍSICA TRADICIONAL La razón humana es una facultad que tiene un uso teórico, es decir, que puede ser utilizada para saber y conocer cómo es la realidad. Los saberes en los que está presente este uso cognoscitivo de la razón son las ciencias (ciencias de la naturaleza y matemáticas) y la metafísica. Las ciencias han avanzado considerablemente, sus descubrimientos son cada vez más numerosos y frecuentes y sus conocimientos son seguros y fiables. En este sentido, Kant es un gran admirador de los resultados cognoscitivos a los que han llegado las ciencias. Ahora bien, en comparación con las ciencias, la metafísica presenta un panorama poco alentador. La metafísica es un campo de batalla donde los filósofos pelean incesantemente y son constantes los desacuerdos entre ellos. En definitiva, frente al progreso de la ciencia nos encontramos con el atasco de la metafísica (este atasco se ve claramente en el hecho de que los filósofos en el siglo XVIII siguen debatiendo las mismas cuestiones que ya se plantearon Platón y Aristóteles). Ahora bien, ¿qué es la metafísica, para Kant? La Metafísica es la rama fundamental de la filosofía; su objeto de estudio abarca aquellas cuestiones que se sitúan en un plano "más allá de la experiencia", "más allá de lo observable" (de hecho, etimológicamente, la palabra "metafísica" significa eso: "más allá de lo observable"), como por ejemplo, la cuestión de la existencia de Dios, la eternidad o no eternidad del mundo, la inmortalidad o no inmortalidad del alma, etc. ¿Es posible encontrar una respuesta precisa, verdadera y cierta, esto es, científica, a estas cuestiones? En la época en que vive Kant, dos habían sido las posturas en torno al tema: a) La postura defendida por el racionalismo dogmático de Wolff, según la cual, y siguiendo la trayectoria filosófica marcada por los racionalistas es posible encontrar una respuesta precisa y certera a los interrogantes metafísicos utilizando solamente los recursos y capacidades de la razón: sin ayuda de los datos que nos proporciona la experiencia, la razón, apoyándose en unas ideas o principios innatos que la razón es capaz de elaborar por PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

10 sí misma, puede solucionar cualquier interrogante que se plantee. En definitiva, para esta postura, la metafísica es posible como ciencia. b) La otra postura es la respuesta del empirismo según la cual sólo podemos tener un conocimiento cierto y verdadero de aquello de lo que tenemos experiencia; acerca de cuestiones e interrogantes que se sitúan "más allá de la experiencia" nada cierto podemos saber. La metafísica, pues, no puede ser una ciencia. Más bien, como decía Hume, los libros de metafísica no son más que pura palabrería y, por eso, no se pierde nada si son arrojados al fuego. c) Precisamente, la lectura que hizo Kant de las obras de Hume le despertó de su sueño dogmático y le hizo ver que una respuesta a los interrogantes metafísicos establecida según los procedimientos de los racionalistas carece de rigor y validez. Kant concluirá que los juicios metafísicos, no son sintéticos a priori que es lo característico de los juicios científicos, porque como hemos dicho más arriba las ideas de alma, mundo y Dios no pueden aplicarse a la experiencia, por lo cual estos juicios no tienen validez científica. Dado que el ser humano nada puede conocer con certeza y seguridad, es decir, con garantías científicas, acerca de estas cuestiones, esta tarea es para la razón humana una ilusión trascendental: nunca sabremos nada científico, nada cierto y seguro acerca del alma (¿es mortal o acaso es inmortal?), acerca de Dios (¿existe o no existe?) y acerca del mundo ( ¿el mundo es eterno o ha sido creado en un momento determinado?), pero siempre queda el deseo de encontrar un conocimiento verdadero de esas cuestiones últimas referidas al mundo, alma o Dios. La razón humana funciona de tal manera que no se detiene y quiere saber sobre lo que no se puede saber, ese es nuestro sino. 6. LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA: LA TEORÍA ÉTICA DE KANT. ü El concepto de razón práctica En la crítica de la razón pura, Kant hizo un notable esfuerzo por explicar cómo es posible el conocimiento de la naturaleza. Ahora bien, la actividad racional no se limita al conocimiento de los objetos. El ser humano también necesita saber cómo ha de obrar: la razón también tiene una función moral, en correspondencia con la pregunta ¿qué debo hacer? Esta doble vertiente puede expresarse por medio de la distinción entre razón teórica y razón práctica (no se trata, por supuesto, de dos razones, sino de dos usos de la razón): la razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas; la razón práctica, de saber cómo debe ser la conducta humana. A la razón práctica no le corresponde conocer cómo es de hecho la conducta humana, sino cómo debe ser, es decir, le interesa averiguar cuáles deben ser los principios que han de mover a los hombres para que su conducta sea racional y moral. La diferencia entre estas actividades racionales se manifiesta en el modo tan distinto en que expresan sus principios o leyes: la razón teórica, la ciencia, formula juicios teóricos, mientras que la razón práctica formula imperativos o mandamientos. ü TESIS FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA ÉTICA KANTIANA a) Imperativos hipotéticos y categóricos. Según Kant, lo que hace buena o mala una acción es siempre y únicamente la voluntad con que se hace, es decir, la intención que mueve al sujeto a actuar en una dirección determinada. Al afirmar esto, Kant se enfrenta a las teorías éticas tradicionales ya que, PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

11 según estas teorías, lo que hacía buena o mala una acción era la acción misma y no la intencionalidad del sujeto. Según Kant, la mayoría de las teorías éticas tradicionales, que denomina éticas materiales, habían defendido que el hombre debe perseguir en su vida un determinado fin u objetivo y que la acción era buena, y por tanto debía hacerse, si servía para acercar al hombre al logro de ese fin y mala si lo alejaba de él. En estas teorías éticas que Kant critica, el deber se concreta en una serie de imperativos o principios normativos a los que Kant denomina imperativos hipotéticos: se trata de imperativos que prescriben y ordenan realizar determinada acción, pero como medio para el logro de un determinado fin. Dicho de otra manera, la acción que se prescribe como condición necesaria para el logro de determinado propósito. La forma o estructura de este tipo de imperativos es la siguiente: debes hacer X si quieres conseguir Y. Un ejemplo de este tipo de imperativos es el siguiente principio normativo extraído de la moral católica: Si no quieres ir al infierno, no debes matar. También sirve como ejemplo el imperativo propuesto por Epicuro: Si quieres alcanzar la felicidad, debes abstenerte de toda intervención en política. Sin embargo, según Kant, el ser humano obra bien moralmente cuando obra por deber, es decir, cuando el único móvil de su acción es el cumplimiento del deber. Cuando se hace algo para conseguir otra cosa (por ejemplo, ayudar en mates a mi amiga para que después ella me ayude a hacer los ejercicios de lengua) o por otro motivo que no sea el cumplimiento de nuestro deber, ese acto no tiene mérito moral. El deber que el sujeto debe cumplir al actuar se concreta en una serie de imperativos, mandamientos o principios normativos que Kant denomina imperativos categóricos. Se trata de imperativos que prescriben y ordenan realizar determinada acción de forma incondicionada, es decir, por sí misma y no porque sea útil como medio para el logro de determinados fines. Dicho de otra manera, lo que se prescribe se prescribe por sí mismo, independientemente de los resultados o consecuencias que se obtengan con la realización de lo prescrito. La forma o estructura de este tipo de imperativos es la siguiente: Debes hacer X. Por ejemplo, Debes decir siempre la verdad o No debes robar. Teniendo en cuenta lo anterior, Kant marca una distinción entre tres tipos de acciones: acciones contrarias al deber; acciones conformes al deber, y acciones por deber. 1. Acciones contrarias al deber: son aquellas acciones en las que el sujeto hace lo contrario de lo que el deber, concretado en un determinado imperativo categórico, establece. Por ejemplo, si existe el deber de no robar y un alumno roba la calculadora a un compañero esa acción es una acción contraria al deber. 2. Acciones conformes al deber: son aquellas acciones en las que el sujeto aparentemente hace lo que el deber establece pero la intención o voluntad del sujeto al actuar así no es el cumplimiento del deber sino otro tipo de motivaciones (conseguir algo valioso, evitar situaciones desagradables, sentimentalismo.) Este tipo de acciones no tiene mérito o valor moral. Por ejemplo, si un compañero de clase no nos roba la calculadora porque tiene miedo a que lo pillen y le caiga un castigo, ese compañero de clase obra conforme al deber ya que, aparentemente, respeta el imperativo categórico de no robar pero, en el fondo, no roba por eso sino para evitar una situación desagradable por la que él no quiere pasar. 3. Acciones por deber: son aquellas acciones en las que el sujeto hace de manera incondicional aquello que nos prescribe el deber. Según Kant, estas son las únicas acciones que tienen mérito o valor moral. Por ejemplo, la acción de no robar la PDF created with pdfFactory Pro trial version www.pdffactory.com

12 calculadora al compañero porque mi deber es no robar. c) El origen del imperativo categórico o ley moral se encuentra en la propia razón humana (autonomía moral). Según Kant, el auténtico comportamiento moral del hombre radica en someter su conducta a imperativos categóricos. Ahora bien, ¿quién o qué prescribe estos imperativos? Según Kant, el origen de estos imperativos es la propia razón humana. El hombre, prescindiendo de sus preferencias egoístas, de las normas sociales o de las religiosas, y haciendo uso de su facultad racional, puede descubrir cuál es su deber. En este sentido Kant se opone diametralmente a Hume, el cual consideraba que fundamento para emitir nuestros juicios morales era el sentimiento de aprobación o rechazo que sentíamos ante distintas situaciones. Si una acción nos provocaba sentimiento de aprobación, la calificamos como buena. Si nos provoca un sentimiento rechazo la calificamos como mala.

el de un de

La fórmula general del imperativo categórico tiene varias versiones pero a nosotros nos interesan dos. •

La primera versión del imperativo categórico establece lo siguiente: Obra siempre de tal manera que puedas querer que la regla (máxima) de tu acción sea ley universalmente válida para todos los hombres. En su versión positiva esta fórmula es equivalente a afirmar lo siguiente: Obra de tal manera que lo que quieras para ti lo quieras también para los demás seres humanos. En su versión negativa equivale a afirmar: No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Lo importante de esta formulación del imperativo categórico es la exigencia de universalidad propia de una moral basada en la razón. Es la regla de oro de la moral. Un ejemplo de cómo tiene lugar la aplicación de esta primera versión del imperativo categórico ¿Debo sustraerle a mi compañero de clase su calculadora? Al aplicar la fórmula general del imperativo categórico a esta situación concreta descubro que robársela supondría admitir que los demás seres humanos hiciesen lo mismo en una situación parecida y que, por tanto, alguien podría sustraerme alguna propiedad mía; pero yo no quiero que nadie me robe. Por tanto, no debo robarle la calculadora a mi compañero.



La segunda versión de la fórmula general del imperativo categórico establece lo siguiente: Obra siempre de tal manera que trates a los demás seres humanos como fines en sí mismos y nunca como medios para el logro de mis intereses. Tanto en una versión como en otra, la fórmula general del imperativo categórico no nos dice concretamente qué es lo que debemos hacer en cada momento de nuestra vida, sino el cómo debemos obrar, es decir, la forma o manera de actuar. Es por ello por lo que se suele decir que esta propuesta ética de Kant desemboca en una ética formal, contrapuesta a las éticas materiales mencionadas anteriormente. d) El comportamiento moral del ser humano sólo es posible si se admite que el hombre es libre, que es inmortal y que Dios existe: los postulados de la razón práctica. Finalmente, para acabar este capítulo dedicado al análisis del comportamiento moral del hombre conviene tener en cuenta lo que se llama los postulados de la razón práctica. Se trata de supuestos indemostrables, pero es necesaria su suposición para garantizar la

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13 existencia de un comportamiento moral en el hombre. Estos postulados son tres: la libertad, la inmortalidad del alma, y la existencia de Dios. La defensa de estos postulados sería algo así como una cuestión de fe. Como decía Miguel de Unamuno en Del sentimiento trágico de la vida "Kant afirmó con el corazón lo que su cabeza le negaba " : que el hombre es libre, que el alma es inmortal y que Dios existe. a) b)

c)

La libertad: es un requisito necesario para garantizar la existencia de un comportamiento moral; sólo podemos decir que el hombre actúa moralmente si es libre. La inmortalidad del alma: actuar siguiendo el imperativo categórico es muy difícil pues en la vida terrenal el hombre está sometido a pasiones e inclinaciones egoístas que separan al hombre del cumplimiento del deber; es preciso admitir que el alma humana es perfeccionable, incluso inmortal, para admitir que en un futuro la voluntad pueda estar exclusivamente determinada por el imperativo categórico. La existencia de Dios: Sólo Dios puede garantizar que el ser humano que es bueno y justo por haber cumplido con su deber, alcance la felicidad. De esta forma el ser humano alcanzaría el bien supremo, que consiste en una unión de bondad y felicidad. Sería muy triste que al final de todo los buenos no alcanzaran la felicidad que a veces, a corto plazo, sí alcanzan los malvados.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------¿QUIÉN ES UNA BUENA PERSONA? 1. La que actúa con buena intención Normas dictadas por su Razón (Autonomía) Actúa por deber (imperativo categórico) ¿Cómo sabemos qué es nuestro deber? (Ética formal)

Dictadas por otros (Heteronomía) (imperativos hipotéticos) Dios La sociedad Felicidad, Placer Perfección (Éticas materiales)

Universalidad Respeto a las personas -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------7. OTRAS REFLEXIONES ü Relación del ser humano con otras especies. “Como los animales existen únicamente en tanto que medios y no por su propia voluntad, en la medida en que no tienen conciencia de sí mismos, mientras que el hombre constituye el fin y en su caso no cabe preguntar: ‘¿por qué existe el hombre?’, cosa que sí sucede con respecto a los animales; no tenemos por tanto ningún deber para con ellos de modo inmediato; los deberes para con los animales no representan sino deberes indirectos para con la humanidad... El hombre ha de ejercitar su compasión con los animales, pues aquel que se comporta cruelmente con ellos posee asimismo un corazón endurecido para sus congéneres... Leibniz volvió a colocar al gusanillo que había observado sobre la hoja del árbol de donde lo tomara, evitando causarle daño alguno. Sin duda, hubiese lamentado destruir a esa criatura sin razón alguna; es ésta una ternura

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14 que acaba por calar en el hombre... Los experimentos con animales son admisibles porque los animales son considerados como instrumentos al servicio del hombre, pero no puede tolerarse de ninguna manera que se practiquen como juego” KANT, Immanuel, Lecciones de Ética. ü Reflexiones sobre el hombre y la mujer. ...El contenido de la gran ciencia de la mujer es más bien lo humano, y entre lo humano, el hombre. Su filosofía no consiste en razonamientos, sino en la sensibilidad... Se procurará ampliar todo su sentimiento moral, y no su memoria... Del universo, sólo es menester que conozcan lo necesario para hacerles conmovedor el espectáculo del cielo en una hermosa noche... Nunca una enseñanza fría y especulativa, siempre sensaciones, y éstas permaneciendo tan cerca como sea posible de sus condiciones de sexo. ...La virtud de la mujer es una virtud bella. La del sexo masculino debe ser una virtud noble. Evitarán el mal no por injusto, sino por feo. Hacen algo sólo porque les agrada... Me parece difícil que el bello sexo sea capaz de principios, y espero no ofender con esto; también son extremadamente raros en el masculino... Aun muchas de sus debilidades son, por decirlo así, bellos defectos. La ofensa y el infortunio conmueven hasta la tristeza su alma tierna... La vanidad que se suele reprochar al bello sexo, es un bello defecto... A una mujer que es demasiado ligera y retozona, se la llama tonta, expresión que no tiene significación tan clara como en el hombre. KANT, I, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y de lo súblime.

8. VALORACIÓN Seguramente Kant es el autor más importante de todo el siglo XVIII, por la novedad y profundidad de sus ideas, así como por la influencia que ha ejercido en la posteridad. Si nos fijamos en sus contribuciones a la teoría del conocimiento y de la ciencia, Kant llevó a cabo una revolución copernicana en este ámbito, al afirmar que no es la realidad la que se nos impone y ante la cual somos sujetos pasivos, sino que es el sujeto el que estructura y configura la realidad. En este sentido, aunque Kant no admite la existencia de ideas innatas, sí aboga y defiende que existen estructuras mentales innatas que nos permiten organizar la realidad. Actualmente esta posición es defendida por numerosos psicólogos y lingüistas. Además, dio una salida a la confrontación entre racionalistas y empiristas, cuando parecía que nos abocábamos a un callejón sin salida. De su teoría del conocimiento se deriva que la metafísica, ese saber filosófico fundamental, que en su época tenía como objetivos básicos de estudio el mundo, el alma y Dios, no es una ciencia, pues sus afirmaciones no tienen base empírica. Sin embargo, a pesar de esta afirmación, Kant, que era una persona profundamente religiosa, considera que es necesario admitir la existencia de Dios y de un alma inmortal, porque sino el ser humano no podría alcanzar el bien supremo, que no es otro que conseguir el bien y la felicidad. También es novedosa su manera de abordar la dimensión moral del ser humano. Kant nos expone las características de una ética formal frente a las éticas materiales existentes anteriormente. Una ética que no nos dice lo que tenemos que hacer, sino cómo lo debemos realizar, es decir, que nos señala los requisitos formales que debe cumplir un imperativo para ser válido, y que no son otros que la universalidad (que pueda ser aceptado por todos) y el respeto a la dignidad humana. Kant se convierte en el predecesor de las actuales éticas procedimentales. Por último quiero señalar que Kant, como buen ilustrado, participa de los ideales ilustrados. En la época contemporánea algunos pensadores van a poner en entredicho algunas de las creencias básicas de los ilustrados, como puedes comprobar con los siguientes ejemplos: a) Algunos pensadores evolucionistas concibe al ser humano como un animal más, traído y llevado por sus instintos y necesidades y sometido, como el resto de los seres, a las leyes que rigen la evolución natural. b) Los movimientos irracionalistas, van a negar la centralidad de la racionalidad en nuestra vida.

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15 c) Freud y el psicoanálisis conciben al ser humano como un organismo manejado por el inconsciente. d) Desde las Ciencias Sociales se concibe al ser humano como producto de la sociedad Es decir, se pone en entredicho su racionalidad y libertad, que habían sido consideradas como características esenciales y distintivas de nuestra especie. Además se critica otra de las creencias más arraigadas de los ilustrados, la idea de progreso: ¿qué progreso nos pueden mostrar las dos guerras mundiales, el deterioro ecológico, la bomba atómica, el hambre y la injusticia en el mundo? Sin embargo, otros autores siguen considerando que el programa ilustrado sigue vigente, y que es necesario completarlo y actualizarlo, superando las deficiencias y errores que estaban presentes en él.

9. RELACIÓN DE KANT CON OTROS FILÓSOFOS Kant coincide tanto con Descartes como con Hume en que nuestro conocimiento es un conocimiento de ideas (idealismo), de fenómenos, es decir, de lo que la realidad nos muestra en nuestra relación con ella. Para Descartes, solo Dios nos garantizaba la concordancia de nuestras ideas con la realidad, siempre que hiciéramos un buen uso de nuestra razón. Hume señalaba que nos teníamos que aferrar a la creencia para afirmar que nuestras impresiones se derivaban de una realidad exterior. Y Kant hace hincapié en que la realidad en sí nunca lo podemos conocer. RACIONALISMO: DESCARTES. Descartes tiene una confianza absoluta en la razón y duda en gran medida de la experiencia. Kant, sin embargo, aunque da mucha importancia a la razón (la influencia del racionalismo fue considerable en su primera época), considera que hay que someterla a crítica para saber cuáles son sus límites y sus posibilidades. Además concede gran importancia a la experiencia en la constitución del conocimiento (considera que todo conocimiento comienza con la experiencia, aunque no todo proceda de ella), lo que le llevará a negar valor científico a la metafísica y considerar a las ideas de Dios, alma y mundo conceptos vacíos, alejándose de la posición racionalista. Por otra parte, Descartes admite la existencia de ideas innatas (pensamiento, perfección), mientras que Kant considera que lo innato no son ideas con contenido, sino formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento, es decir, estructuras vacías que hay que llenar de contenido gracias a la experiencia, y entre las que destaca la idea de sustancia. EMPIRISMO: HUME. Nos encontramos ante dos ilustrados. Kant reconoció que fue Hume quien le sacó del sueño dogmático en el que se encontraba (debido a la influencia del racionalismo), es decir, de aceptar la metafísica como una ciencia más, sin realizar un examen crítico de la misma. Al final de la Crítica de la Razón Pura, Kant coincidirá con los empiristas en que la metafísica no puede ser una ciencia, porque sus afirmaciones sobre cuestiones como el alma, el mundo o Dios, traspasan los límites de la experiencia. A pesar de ello Kant considera que la metafísica nace de una tendencia irrefrenable del ser humano a tratar e indagar sobre esas cuestiones, frente al desprecio y rechazo de Hume, por ejemplo. Kant está de acuerdo con los empiristas en que todo conocimiento comienza con la experiencia, pero se aleja de ellos en cuanto que considera que no todo conocimiento procede de ella, es decir, que el sujeto aporta al conocimiento las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento (entre ellas la idea de causalidad y sustancia) que le sirven para dar forma, estructurar y configurar el conocimiento. En el ámbito moral Hume fundamenta los juicios morales en el sentimiento (emotivismo moral), mientras que Kant los fundamenta en la razón práctica (racionalismo moral). Además conviene señalar el contraste entre ambos filósofos respecto al tema de la causalidad: para Hume, la causalidad, es decir, la idea de que hay unos hechos considerados como hechos-causa de otros hechos llamados hechos-efectos, es producto del hábito o costumbre (es decir, de la experiencia); para Kant, en cambio, la causalidad es un concepto a priori del entendimiento que nos

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16 permite entender y comprender los datos de experiencia. Es la forma que tenemos los seres humanos de conocer la realidad. KARL MARX: tanto Kant como Marx ofrecieron una interpretación filosófica de la Historia de la Humanidad. Kant y Marx coinciden en señalar que “hay una finalidad en la historia”. Para ambos filósofos la historia de la humanidad tiene un sentido y en ningún caso puede ser considerada como una azarosa o casual sucesión de hechos sin conexión alguna. En Kant, desde un punto de vista social, el fin de la historia es la formación de una sociedad civil justa y perfecta que garantice la libertad de los individuos dentro de la sociedad y la formación de una gran unión de pueblos regida por un marco jurídico de validez internacional que garantice la libertad y seguridad de los Estados. En Marx, el fin de la historia es la llegada de una sociedad sin clases sociales, basada en la abolición de la propiedad privada y la colectivización de los medios de producción (modo de producción comunista). F.NIETZSCHE: para Nietzsche la moralidad, tal y como la entiende Kant, basada en el imperativo categórico es un buen ejemplo de lo que él entiende por moral de los débiles o moral del rebaño pues el individuo al actuar ha de tener en cuenta lo que quieren los demás individuos, y esto es un signo o síntoma de debilidad moral. Es, por tanto, la ética kantiana, según Nietzsche, una ética ajena y extraña a los valores de la moral de los fuertes que Nietzsche defiende. 10. TEXTOS KANT. RESPUESTA A LA PREGUNTA ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN? ü Definición kantiana de ”ilustración” En el escrito publicado en la Revista mensual de Berlín en diciembre de 1784 y titulado Respuesta a la pregunta: ¿qué es la Ilustración?, Kant define la palabra ilustración como la salida del hombre de su minoría de edad. Por minoría de edad entiende Kant la incapacidad del hombre, propiciada por su propia pereza y cobardía, para hacer uso de la propia razón y, en consecuencia, la necesidad de dejarse guiar por otros a los que llama tutores o guías espirituales. Dicho de otra manera, ser menor de edad es dejarse guiar por las indicaciones de otros y permanecer en un estado de inmadurez mental. En este sentido, la Ilustración es un llamamiento a que el hombre alcance su mayoría de edad, su madurez mental y logre una emancipación y una autonomía que le permita dirigir y controlar su vida por sí mismo y dejar de seguir las pautas que nos marcan instancias ajenas a uno mismo (políticos, clérigos, guías espirituales...) Por eso el lema de la Ilustración es ¡Sapere aude!, expresión latina que se traduce por ¡Atrévete a pensar por ti mismo! Según Kant, las causas de que el hombre se encuentre en este estado de inmadurez mental que él llama minoría de edad son la pereza y la cobardía. Ambas causas explican que el hombre se sienta muy cómodo siendo un menor de edad. Según Kant, pensar por uno mismo resulta ser una enojosa tarea que exige un esfuerzo y, por eso, resulta mucho más cómodo que los demás piensen por nosotros y que los demás nos digan lo que debemos pensar o hacer. A esos otros que piensan por uno mismo y nos liberan de la enojosa tarea de pensar por nosotros mismos Kant los denomina tutores. Tutores son, pues, las instancias personales o institucionales que impiden el ejercicio autónomo de la propia razón. Existen muchos tipos de tutores: los libros, los sacerdotes, los guías espirituales. Lo común a todos ellos es que domestican, como si de animales se tratara, a sus pupilos y les impiden pensar por sí mismos. Así pues, pupilo es todo ser humano que, por pereza, miedo o cobardía, no llega a usar de modo libre y autónomo su propia razón. En este sentido, todo pupilo es semejante a un animal domesticado que sigue siempre un camino determinado –el que le marcan sus tutores- sin aventurarse por sí mismo a seguir otro camino: el que le marque su razón libre y autónoma. ü Distinción kantiana entre uso privado y uso público de la razón Según Kant, el requisito indispensable e imprescindible para alcanzar la emancipación y autonomía mental es el disponer de libertad para hacer siempre y en todo lugar un uso público de la razón. Para entender esta afirmación conviene señalar que Kant introdujo una distinción muy importante

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17 entre dos usos que una persona puede hacer de su propia capacidad racional: un uso privado y un uso público. • Uso público de la razón: es el uso de la razón que hace alguien públicamente en tanto que enterado, sabedor o especialista de algo. Dicho de otra manera, hay uso público de la razón cuando una persona docta, lo suficientemente preparada, expone públicamente sus ideas y opiniones (Kant utiliza la expresión ante el público entero del mundo de lectores ya que el gran medio de expresión y de comunicación del momento era la lectura.) Este uso público de la razón debe ser fomentado. • Uso privado de la razón: es el uso de la razón que alguien puede hacer desde un determinado trabajo, puesto laboral o cargo. Este uso de la razón debe ser vigilado y restringido y estar sometido al principio de la obediencia (¡Razonad todo cuanto queráis, pero obedeced!). Para distinguir el uso privado del uso público de la razón, Kant pone los siguientes ejemplos: •

El ejemplo del militar: un militar debe acatar y obedecer las órdenes de sus superiores pero no se le puede prohibir que haga públicas sus observaciones sobre los errores del servicio militar.



El ejemplo del ciudadano pagador de impuestos: el ciudadano debe pagar los impuestos pues su cargo de ciudadano así lo exige, pero debe manifestar públicamente su opinión personal acerca de la inconveniencia de pagar impuestos o sobre el uso que se le da.



El ejemplo del clérigo: el clérigo, en virtud del uso privado de la razón, debe predicar el mensaje de su iglesia según los criterios establecidos por su iglesia pero, haciendo un uso público de la razón, puede exponer sus propias opiniones o ideas acerca de ese mensaje eclesiástico. Para distinguir bien ambos usos de la razón (público y privado) pongamos el siguiente ejemplo: el ejemplo del diputado que pertenece a un partido político que está a favor del aborto. En un debate parlamentario, haciendo el diputado un uso privado de su razón, deberá votar a favor del aborto puesto que la disciplina de voto a la que está sujeto su cargo así se lo exige. Pero, haciendo un uso público de su razón, el diputado podrá escribir un artículo o hacer unas manifestaciones en la televisión explicando que, aunque haya tenido que votar a favor del aborto, él está personalmente en contra del aborto. ü El siglo XVIII: ¿una “época ilustrada” o una “época de ilustración”? Al final del escrito Kant se pregunta si en el momento en que él escribe este breve ensayo (1784), los alemanes (prusianos) viven en una época ilustrada, es decir, en una época en la que la mayoría de los hombres han alcanzado su emancipación y autonomía mental. Kant responde a su propia pregunta afirmando que no vivimos en una época ilustrada pero sí en una época de ilustración. Es decir, en la época en la que vive Kant no se ha realizado plenamente el ideal de alcanzar la emancipación y autonomía mental (por eso no es una época ilustrada) pero se está en proceso de realización y culminación de ese ideal (por eso se trata de una época de ilustración.) En este punto, Kant hace un elogio explícito a Federico II el Grande (1740-1786), rey de Prusia, quien, en opinión de Kant, ha hecho muchos méritos a favor de la divulgación del ideal ilustrado ya que ha permitido en su reinado la tolerancia en materia religiosa y ha permitido que los clérigos hagan un uso público de la razón. No es extraño, por ello, que Kant llame a esta época de ilustración el siglo de Federico. Según Kant Federico II el Grande es un monarca ilustrado modélico y digno de imitar por los demás soberanos de Europa ya que ha permitido la libertad para que el pueblo opine públicamente (uso público de la razón) sobre asuntos políticos; ahora bien, pide a sus ciudadanos que hagan también un uso privado de la razón (¡Razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!). En este punto, reconoce Kant que el uso de la libertad debe ser un proceso gradual y que no es aconsejable un mayor grado de libertad que la que ha concedido Federico II el Grande pues, de la misma manera que la semilla se desarrolla bajo el límite infranqueable de la cáscara, con el grado de libertad permitido por Federico el hombre desarrollará plenamente sus facultades, lo que, en última instancia, desembocará en una mayor libertad para actuar y en el reconocimiento de su dignidad como ser humano.

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18 ü La concepción de la historia de Kant La creencia en el progreso imparable de la humanidad, aparece reflejada en la filosofía de la historia de Kant. Kant tiene una concepción teleológica de la historia, en cuanto que considera que la Naturaleza tiene un plan secreto diseñado para la historia del hombre, cuyo fin es el desarrollo de todas las capacidades que la naturaleza nos ha concedido, entre las que se encuentran nuestra capacidad racional, moral y social (observamos que en el texto hace hincapié en la importancia de pensar por nosotros mismos, para poder dirigir mejor nuestra vida). Estas capacidades solo las podremos desarrollar si conseguimos resolver el problema fundamental que tenemos planteados los seres humanos: la creación de una sociedad civil en la que nuestra libertad sea compatible con la de los demás. Kant considera que el hombre se caracteriza por su “insociable sociabilidad”, es decir, esa tendencia contradictoria que nos empuja por una parte a distanciarnos de la vida social por todos los inconvenientes que supone (competencia, conflictos, reparto de recursos…), y por otra parte a buscar la compañía de los otros por todas las ventajas que nos aportan (protección, seguridad, abastecimiento...) Esta doble tendencia es el motor que nos empuja a perfeccionarnos y a progresar, y explica que los hombres abandonáramos el Estado de Naturaleza y construyéramos una sociedad civil con sus respectivos órganos de gobierno y leyes. El modelo de constitución que defiende Kant para la sociedad civil, que permitiría progresar a la humanidad y alcanzar las cotas más altas de ilustración se basa en los siguientes principios: 1. La libertad de cada miembro de la sociedad, en cuanto hombre (dice Kant que sólo el ciudadano libre puede llevar una existencia digna; la servidumbre es la muerte de la persona). De ahí, que en el texto Kant haga tanto hincapié en la libertad y elogie al monarca Federico II el Grande por los pasos dados en esta dirección: por permitir la libertad en el uso público de nuestra razón. 2. La igualdad jurídica de todos en cuanto ciudadanos; 3. Un sistema político representativo de la voluntad universal del pueblo basado en la división de poderes (poder legislativo o soberano, poder ejecutivo y poder judicial), idea maestra de Montesquieu. Una vez alcanzado este objetivo, es necesario avanzar hacia la creación de una Unión de Estados regidos por un derecho internacional que evite que las relaciones entre los estados se rijan por la ley del más fuerte, por el recurso a la guerra. Cuando se haya conseguido este objetivo alcanzaremos la paz perpetua, y será la situación ideal para conseguir la plena ilustración de todos los seres humanos. SELECTIVIDAD 2010 “Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad. Minoría de edad es la imposibilidad de servirse de su entendimiento sin la guía de otro. Esta imposibilidad es culpable cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino de decisión y valor para servirse del suyo sin la guía de otro. Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración. Pereza y cobardía son las causas por las que tan gran parte de los hombres permanece con agrado en minoría de edad a lo largo de la vida, pese a que la naturaleza los ha librado hace tiempo de guía ajena (naturaliter maiorennes), y por las que ha sido tan sencillo que otros se erijan en sus tutores. Es muy cómodo ser menor de edad.” PREGUNTAS •

La Crítica de la razón práctica y la ética en Kant. El concepto de razón práctica y las nociones de imperativo.

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