ESCRIBE CONTRA LA IMPUNIDAD WRITE AGAINST IMPUNITY

ESCRIBE CONTRA LA IMPUNIDAD WRITE AGAINST IMPUNITY Copyright de la colección © PEN International, 2012 Las ideas expresadas en esta antología corres

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ESCRIBE CONTRA LA IMPUNIDAD WRITE AGAINST IMPUNITY

Copyright de la colección © PEN International, 2012 Las ideas expresadas en esta antología corresponden a los autores individualmente y no reflejan necesariamente las opiniones de los editores de PEN Internacional. Todos los derechos reservados. Sin limitar los derechos del copyright, ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperación o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro tipo) sin el consentimiento previo y por escrito tanto del dueño de los derechos de autor como del editor de este libro.

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ESCRIBE CONTRA LA IMPUNIDAD WRITE AGAINST IMPUNITY

Autores Latinoamericanos Comemoran sus Colegas Asesinados Latin American Authors Commemorate their Murdered Colleagues

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CONTENTS Nota/Note: Laura McVeigh (p.8/9) Prefacio/Preface: John Ralston Saul (p.10/12) Introducción y Agradecimientos/Introduction and Acknowledgements: Tamsin Mitchell, Cathal Sheerin, James Tennant (p.14/19) Alberto Blanco (Mexico - México) - Mujeres de Juárez (p.24)/Women of Juárez (p.26), Los que Rebanan el Queso (p.24)/Those who Slice the Cheese (p.26), Himno de Acción de Gracias (p.25)/Hymn of Thanksgiving (p.27) Alicia Quiñones (Mexico - México) - Terceto para los Desamparados (p.28)/Tercet for the Abandoned (p.32) Álvaro Enrigue (Mexico - México) - Crecimiento de los Enanos (p.36)/Growth of the Little People (p.41) Amada Ponce (Honduras) - Segunda Partida (p.46)/Second Departure (p.48) Amelia del Castillo (Cuba) - Quijote en Casa (p.50)/Quixote at Home (p.51) Ariel Dorfman (Chile/USA - Chile/EEUU) - Despedida y Amanecer (p.52)/Farewell and Dawn (p.54) Carlos Gamerro (Argentina) - Rodolfo Walsh y la Lenguaje de la Denuncia (p.56)/Rodolfo Walsh and the Language of Denunciation (p.60) Carmen Boullosa (Mexico - México) – Lengua (p.64)/Tongue (p.66) Claribel Alegría (Nicaragua) - Impunidad (p.68)/Impunity (p.70) Claudia Sánchez (Honduras) - Valentía (p.72)/Valour (p.74) David Shook (USA/Mexico - EEUU/México) - Programa Político (p.76)/Campaign Platform (p.77) Dennis Orlando Escobar Galicia (Guatemala) - Una voz que intentan silenciar (p.78)/A voice they tried to silence (p.81) Elena Poniatowska (Mexico - México) - Declaración (p.85)/Statement (p.86) Elsa Tío (Puerto Rico) - Impunidad (p.87)/Impunity (p.89) Erick Tejada Carbajal (Honduras) - La voz que intentaron estrangular (p.91)/The voice they tried to choke (p.93) Gaby Vallejo Canedo (Bolivia) - No Pudimos Ser de Otra Manera (con Rabia por la Impunidad) (p.95)/We Couldn’t Be Any Other Way (with Rage against Impunity) (p.97) 5

Gioconda Belli (Nicaragua) - Impunidad (p.99)/Impunity (p.101) Gloria Guardia (Nicaragua/Panama - Nicaragua/Panamá) - Impunidad en Honduras, ¿por qué? (p.103)/ Impunity in Honduras, Why? (p.108) Homero Aridjis (Mexico - México) - En Tiempos de Violencia (p.112)/In Violent Times (p.115), Ciudad sin Sueño (p.113)/City without Sleep (p.115), Con Corrupción (p.114)/With Corruption (p.117) Jennifer Clement (Mexico - México) - La Iglesia de las Armas (p.119)/The Church of the Gun (p.123) Jorge Olivera Castillo (Cuba) – Renacimiento (p.127)/Rebirth (p.131) José Emilio Pacheco (Mexico - México) – El Altar de los Muertos (p.134)/The Altar of the Dead (p.136), La Hora de los Niños (p.134)/The Hour of the Children (p.136), El Mañana (p.135)/Tomorrow (p.137) Judyth Hill (USA/Mexico - EEUU/México) - Canción para Tiempos Oscuros (p.138)/Song for the Dark Times (p.141) Julio César Gálvez (Cuba) - La Hora (p.144)/The Hour (p. 146), Confesión (p.144)/Confession (p.146) Laura Esquivel (Mexico - México) – Periodistas (p.148)/Journalists (p.149) Luigi Amara (Mexico - México) - El Llano de los Avestruces (o variaciones sobre el mismo tema) (p.150)/The Ostrich Plain (or variations on the same theme) (p.152) Luis Alberto Ospina Bozzi (Colombia) – Silencios (p.154)/Silences (p158), Dejar en paz la paz (p. 154)/Leave peace in peace (p.158) Luis Felipe Fabre (Mexico - México) – Informercial (p.162)/Infommercial (p.164) Luis Miguel Aguilar (Mexico - México) - El México de Juárez (p.166)/The Mexico of Juarez (p.169) Luisa Valenzuela (Argentina) - Invisibilidad y desinformación, otras caras de la impunidad (p.172)/ Invisibility and misinformation: The other faces of impunity (p.178) Lydia Cacho (Mexico - México) - No quiero perder la cabeza (p.184)/I Don’t Want to Lose my Head (p.188) Martín Camps (Mexico - México) - Decálogo para la Frontera (p.192)/Border Decalogue (p.196) Melissa Patiño (Peru - Perú) – Primavera (p.200)/Spring (p.201) Ricardo González Alfonso (Cuba) - Peligros Convergentes (p. 202)/Converging Dangers (p.206) Rolando Nájera (Mexico - México) - Hay demasiados vacíos (p.210)/Too Many Empty Spaces (p.211) 6

Sergio Ramírez (Nicaragua) - La Santa Muerte (p.212/214) Simon Richards (UK/Argentina - RU/Argentina) - Cementerio General (p. 217) Tamara León (Mexico - México) - Regina Martínez (p.218/219) Tedi López Mills (Mexico - México) - Fábula de una democracia (p.220)/Fable of Democracy (p.222) Víctor Manuel Mendiola (Mexico - México) - La Cucaracha (p224/227) Víctor Sahautoba (Mexico - México) - Prosa Tzompantli (230)/Tzompantli Prose (p234) Víctor Terán (Mexico - México) – Dxuca (p.238)/Soldados (p.239)/Soldiers (p.240) Yvonne Denis (Puerto Rico) - Hay ti[erra] sobre mí (p.241)/There is earth over me (p. 243) Biografías de los Autores/Author Biographies (p.245)

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NOTA PEN Internacional celebra la literatura y promueve la libertad de expresión. Fundada en 1921, nuestra comunidad mundial de escritores consta en la actualidad de 146 centros en más de cien países. Patrocinada por miembros, donantes e iniciativas como el Círculo de Editores de PEN Internacional, que reúne a editores a nivel mundial en apoyo a la labor de PEN, nuestros programas, campañas, eventos y publicaciones conectan a escritores y lectores en pos de una solidaridad y una cooperación mundiales. PEN Internacional es una organización de carácter apolítico y tiene estatus consultivo en Naciones Unidas y UNESCO. Escribe contra la impunidad reúne a más de cuarenta escritores y periodistas de toda Latinoamérica y Caribe en conmemoración de sus colegas caídos y como protesta, mediante una prosa y poesía emotivas, en contra la impunidad. Si quiere involucrarse activamente o apoyar la labor de PEN, averigüe más en www.pen-international.org Laura McVeigh Directora Ejecutiva, PEN Internacional

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NOTE PEN International celebrates literature and promotes freedom of expression. Founded in 1921, our global community of writers now comprises 146 PEN Centres spanning more than 100 countries. Supported by members, donors and initiatives such as the PEN International Publishers Circle which brings together publishers worldwide in support of PEN International’s work, our programmes, campaigns, events and publications connect writers and readers for global solidarity and co-operation. PEN International is a non-political organisation holding consultative status at the United Nations and UNESCO. Write Against Impunity brings over 40 writers and journalists from across Latin America and the Caribbean commemorating their fallen colleagues and protesting impunity through moving poetry and prose. If you would like to get involved and support PEN’s work find out more at www.pen-international.org Laura McVeigh Executive Director, PEN International

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PREFACIO Una cuestión tan delicada. Una fuerza tan recia. La libertad de expresión en América tiene una historia larga y dramática. Capítulos maravillosos y terribles. Al parecer ahora hemos pasado a un periodo más complejo. En un instante resulta brutal y violento a la antigua usanza, como en Honduras o, con el nuevo giro que han tomado las cosas, como en México o cada vez más en Brasil. Y al momento, la libertad de expresión está cercada por una fuerte combinación de leyes, administración jurídica, tortuosa administración burocrática y manipulación de la tecnología digital. Todo esto tiene que ver con el poder, que recorta la libertad de expresión a la vez que limita su propia responsabilidad para hacerlo. Oh, como ama el poder al silencio. Los ciudadanos escuchan en silencio la sabiduría de las autoridades. Los castigos no se imponen a los policías o soldados o militantes o financiadores u oficiales, sino a los ciudadanos que olvidan la regla de oro del silencio. Llamamos a esto cultura de la impunidad, en la cual la ley aprende a ignorar los conceptos básicos tanto de los derechos individuales como del derecho a la intimidad. El elemento más novedoso en todo esto es la tecnología digital. Al principio, pudimos ver todas las oportunidades que creaba a favor de la libertad de expresión. Pero, cada vez más, está siendo usada por aquellos con autoridad o dinero para derribar el muro de protección levantado durante el último siglo para hacer que los derechos de los ciudadanos, incluyendo la libertad de expresión, fuesen no solo posibles, sino normales. Los gobiernos abruptos, sus agencias y corporaciones privadas han empezado a usar esta tecnología para escuchar, ver, leer, falsificar, insinuar, destruir reputaciones, asustar, comerciar con la intimidad, etcétera. La nueva Declaración de PEN sobre la Libertad Digital aborda estos problemas. 10

Pero más allá de estas situaciones concretas yace una cultura de poder mucho más inquietante. Siempre ha existido. En la medida en que podamos hacer que el poder sea transparente, podremos derrotar a esta cultura de superioridad. Fallar en esto conduce irremediablemente a una especie de autoconfianza que ahora llamamos cultura de la impunidad: las leyes, el castigo y la responsabilidad son una vía de sentido único, desde los que tienen autoridad hacia los que no la tienen. Así, varios gobiernos en América están tratando de destripar la independencia y la financiación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión con el objetivo de silenciar sus actividades. Otros se valen cómodamente de unos niveles sin precedentes de corrupción y concentración de medios para reducir la libre expresión a mera música de ascensor. Otros se escudan tras la palabra de moda de nuestros tiempos, el terrorismo, para justificar la falta de transparencia, los principios básicos de las leyes y la responsabilidad. Hasta que el último terrorista haya sido eliminado, el poder de los ciudadanos debe limitarse, por nuestro propio bien. El diablo del momento siempre sirve para justificar una forma imperial de bondad. Aquí, en este escrito por la impunidad que viene a continuación, las muchas y ricas voces de las Américas se alzan para oponerse a las limitaciones que he descrito. No nos impresionan las campañas del miedo, las justificaciones por las normas quebrantadas, los derechos ignorados. Aquellos que tienen autoridad deben considerarse siempre responsables de sus acciones. Y el silencio no es una virtud social. La libertad de expresión es una cuestión ruidosa, incómoda y escandalosa. El malestar emocional e intelectual es la característica de una sociedad sana. John Ralston Saul Presidente, PEN Internacional 19 de noviembre, 2012

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PREFACE Such a delicate thing. Such a robust force. Freedom of expression in the Americas has a long, dramatic history. Wonderful and terrible chapters. Now we seem to have slipped into a more complex era. One moment it is brutal and violent in the old way, as in Honduras or with the new twist, as in Mexico or increasingly Brazil. But the next moment free speech is being hemmed in by a strong combination of laws, legal administration, torturous bureaucratic administration and the manipulation of digital technology. All of this is about power both reducing free expression and limiting its own responsibility for doing so. Oh, how power loves silence. Citizens listening quietly to the wisdom of authority. Punishment meted out not to policemen or soldiers or party members or funders or officials but to citizens who forget the golden rule of silence. We call this the culture of impunity, in which the law learns to ignore the basics of both individual rights and the rights to privacy. The newest element in all of this is digital technology. At first all we could see were the opportunities it created for free expression. Increasingly it is being used by those with authority and those with money to break down the protection put in place over the last century to make citizen’s rights, including free expression, not only possible, but normal. Abrupt governments, their agencies and private corporations have set about using this technology to listen, watch, read, falsify, insinuate, destroy reputations, frighten, commercialize the intimate and so on and on. PEN’s new Declaration on Digital Freedom addresses these problems. But behind these concrete situations lies a much more disturbing culture of power. This has always existed. To the extent that we can make power transparent this culture of superiority can be beaten back. Failing that, it 12

inevitably drifts into a sort of self-confidence which we now call the culture of impunity: law, punishment, responsibility is a one way street - from those in authority to those who are not. And so a selection of governments in the Americas are seeking to gut the independence and the funding of the Inter-American Commission on Human Rights and the Commission’s Office of the Special Rapporteur for Freedom of Expression in order to raise the level of silence around their activities. Others comfortably use unprecedented levels of corruption and of media concentration to reduce free speech to elevator music sounds of distraction. Others hide behind the fashionable word of our time - terrorism - to justify an avoidance of transparency, basic rules of law and responsibility. Until the last terrorist is eliminated, the powers of the citizens must be limited, for our own good. The satan of the day always justifies an imperial form of goodness. Here, in the writings on impunity which follow, the many and rich voices of the Americas are raised to oppose the limitations I have described. We are not impressed by the campaigns of fear, the justifications for broken rules, ignored rights. Those with authority must be constantly held responsible for their actions. And silence is not a social virtue. Freedom of expression is a noisy, uncomfortable, disorderly business. Emotional and intellectual discomfort is the characteristic of a healthy society. John Ralston Saul President, PEN International 19 November 2012

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INTRODUCCION Escribe Contra la Impunidad es una protesta literaria contra la impunidad de la que disfrutan aquellos que atacan y matan a escritores y periodistas en América Latina. Durante los primeros seis meses del 2012, fueron asesinados más escritores en América Latina que en cualquier otra región del mundo. México fue el segundo país más peligroso del mundo para ser escritor o periodista, con Honduras y Brasil siguiéndole muy de cerca. El ritmo al que nuestros colegas (escritores, blogueros y periodistas) están siendo asesinados es similar al de una zona de guerra. En la mayoría de estos casos, los asesinos buscan silenciar a aquellos que investigan o condenan el crimen organizado y la corrupción policial, y van ganando: la autocensura es una tendencia creciente en México, Honduras y Brasil. En cada uno de estos países hay pruebas sólidas que sugieren que hay agentes estatales involucrados en muchos de estos ataques a periodistas. La inmensa mayoría de estos crímenes quedan impunes por falta de una debida investigación y voluntad política. México, donde unos 45 periodistas de prensa, escritores y blogueros han sido asesinados desde que el presidente Felipe Calderón anunció su ‘guerra’ contra los cárteles de la droga en diciembre de 2006, ha sido centro del trabajo de PEN Internacional durante varios años. En noviembre de 2011, lanzamos la campaña del Día de los Muertos para poner de relieve el asesinato y la desaparición de escritores y periodistas en México; en enero de 2012, enviamos una delegación internacional a Ciudad de México, expresando nuestra preocupación respecto a la impunidad a importantes representantes del gobierno mexicano; y en junio de 2012, en la Cumbre del G20 en México, hicimos un llamamiento a los periodistas para que planteasen la cuestión de la impunidad durante su cobertura del evento. El año 2012 también presenció un cambio de la ley que hizo que los ataques a periodistas pasaran a ser considerados como delitos federales. PEN y otras organizaciones por la libertad de expresión habían hecho campaña durante mucho tiempo para conseguir esto. La nueva ley alejará las investigaciones sobre 14

los ataques a periodistas de las manos de las autoridades estatales locales, donde la corrupción es endémica. Honduras tiene la mayor tasa de asesinatos per cápita del mundo, con 82,1 muertes por cada 100.000 habitantes en 2010, según datos de las Naciones Unidas. Desde 2010, unos 21 periodistas han sido asesinados. Los ataques a periodistas se han acelerado desde el golpe que derrocó al presidente Zelaya, viéndose especialmente presionados los periodistas partidarios de este presidente. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, las autoridades hondureñas no han investigado estos crímenes de forma sistemática. Hay movimientos para federalizar los crímenes contra periodistas en este país, pero las posibilidades de éxito parecen cada vez más dudosas. Desde 2010, nueve periodistas de prensa han sido asesinados en Brasil. La mayoría de estas muertes parecen ser ejecuciones profesionales y bien organizadas. Un ejemplo típico es el de Décio Sá, periodista especializado en crímenes del periódico O Estado do Maranhão y bloguero del ‘Blog do Décio’. Fue disparado en la cabeza a quemarropa el 23 de abril de 2012 por un hombre que después escapó en una motocicleta que le estaba esperando. En junio de 2012, la policía arrestó a varias personas en conexión con el asesinato, incluyendo un a ex político local sobre el que Sá había investigado y a un ex oficial de policía. La impunidad en Brasil es especialmente frecuente a lo largo de la anárquica frontera con Paraguay (una de las principales rutas de contrabando de drogas y armas). Los legisladores brasileños están actualmente considerando un cambio en la ley que convertiría los ataques contra periodistas en delitos federales.

La Campaña Escribe Contra la Impunidad fue lanzada el 13 de agosto de 2012. Nuestro propósito era simple: pedirles a escritores de toda Latinoamérica y el Caribe que escribiesen poemas, relatos o ensayos originales para una antología de protesta contra la impunidad en la zona. 15

La respuesta fue incluso mejor de lo que habíamos esperado, con una amplia cobertura mediática y textos originales escritos por algunos de los grandes nombres de la literatura y el periodismo latinoamericanos: Claribel Alegría, Homero Aridjis, Gioconda Belli, Lydia Cacho, Ariel Dorfman, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Sergio Ramírez, Gloria Guardia, Carmen Boullosa, Victor Terán y Luisa Valenzuela. Los textos que recibimos tenían estilos y enfoques muy distintos, y eso era exactamente lo que buscábamos. Desde el comienzo, en las directrices para la presentación, dejamos claro que lo que pedíamos eran textos para una antología que sería publicada como protesta por la infame cultura de la impunidad en América; estas directrices estaban deliberadamente abiertas a la interpretación para fomentar formas de escritura diversas. No pedíamos necesariamente textos que tratasen la impunidad de manera evidente y obvia: la antología es en sí misma una protesta y consideramos que su todo es mayor que la suma de sus partes. Varios autores dedicaron poemas a escritores y periodistas asesinados en los últimos años. Por ejemplo, el poema de Claribel Alegría en memoria de la poeta mexicana Susana Chávez Castillo, muerta y mutilada en enero de 2011; el homenaje de Homero Aridjis a la veterana periodista de investigación Regina Martínez, estrangulada en Veracruz, México, en abril de 2012; o la dedicatoria de Ariel Dorfman para las familias de Regina Martínez, Francisco Gomes de Medeiros (Brasil) y Alfredo Villatoro (Honduras), asesinados ambos en los dos últimos años. Fue conmovedor recibir un poema corto escrito por el periodista mexicano Rolando Nájera, dedicado a su amigo y antiguo colega Armando Rodríguez Carreón. Rodríguez trabajaba para el periódico El Diario de Ciudad Juárez y fue abatido a tiros frente a su hija el 13 de noviembre de 2008. Víctor Terán nos envió un conmovedor poema, ‘Soldados’, escrito en el idioma indígena, zapoteco del Istmo; ‘Informercial’ de Luis Felipe Fabre, ‘El Llano de los Avestruces’ de Luigi Amara y ‘Crecimiento de los Enanos’ de Álvaro Enrigue, escritos con un enfoque más inusual, son prueba de que el humor negro o las escenas surrealistas pueden perturbar al lector tanto como los datos 16

concretos. Homero Aridjis, antiguo Presidente y actual Presidente Emérito de PEN Internacional, escribió algunos poemas mitológicos realmente vívidos que retratan a México atrapado en un ciclo interminable de violencia; Sergio Ramírez envió un ensayo sobre ciertos casos en que los periodistas han sido asesinados por su importante a la par que peligroso trabajo; en un artículo escrito desde el exilio, Lydia Cacho describe, basándose en su propia experiencia, el trauma de estar directamente amenazada por esta violencia. Nos encantó recibir textos de otros dos de los escritores con más renombre de Latinoamérica, Ariel Dorfman y José Emilio Pacheco, que ofrecieron su apoyo a la campaña en forma de poesía combinando una poderosa imaginería con una virtuosa técnica; igualmente, el conmovedor poema de Gioconda Belli y la encantadora ‘Fábula de una Democracia’ de Tedi López Mills se valieron de la metáfora para obtener excelentes resultados. Algunos de los textos llegaron de países donde la impunidad es más una cuestión histórica que una preocupación actual. Estos textos atestiguan la solidaridad que sus autores sienten por sus colegas caídos en México, Brasil y Honduras; también sirven como recordatorio de que, aunque el ámbito geográfico pueda variar, el problema de la impunidad sigue tan vigente como siempre en Latinoamérica. Una de estas piezas llegó por parte del novelista argentino Carlos Gamerro, que escribió para conmemorar a su compatriota, el escritor, periodista y antiguo caso de PEN Rodolfo Walsh. Walsh fue asesinado por la Junta Militar de Argentina en 1977. El ensayo de Luisa Valenzuela, antigua miembro del Comité para la Libertad de Escritura del centro PEN Americano, trata este mismo periodo de la historia argentina y también arroja serias dudas sobre la historia oficial del estado Argentino. Hemos recibido trabajos excelentes de varios escritores que han estado encarcelados y son miembros honorarios de PEN, incluyendo a los periodistas cubanos Julio César Gálvez, Ricardo González Alfonso y Jorge Olivera Castillo, y la poeta peruana Melissa Patiño. Varios miembros de PEN en la región han trabajado duro por la campaña, difundiendo los materiales, publicando artículos en sus prensas locales y nacionales y escribiendo sus propios textos originales. 17

Jennifer Clement, Presidenta del PEN mexicano, escribió un reflexivo ensayo sobre el fetiche norteamericano con las armas y su contagio a México; la escritora panameña/nicaragüense y Vicepresidenta de PEN Internacional, Gloria Guardia, escribió una poderosa pieza periodística que sitúa la violencia en Honduras en un contexto histórico. Entre otros miembros de PEN que aportaron textos se incluyen: Amelia del Castillo (Cuba), Yvonne Denis (Puerto Rico), Dennis Orlando Escobar Galicia (Guatemala), Judyth Hill (EE. UU/México), Alicia Quiñones (México), Víctor Sahuatoba (México), Elsa Tió (Puerto Rico) and Gaby Vallejo Canedo (Bolivia). Todos los textos aquí publicados están tanto en español como en inglés, con una inmensa mayoría de originales escritos en español. Lamentablemente y por razones de espacio, no han podido incluirse en esta antología todos los textos recibidos por PEN Internacional como parte de la campaña. Sin embargo, todo ellos están publicados en nuestra página web y pueden leerse en www.peninternational.org. Aquí podréis encontrar más información sobre la impunidad en Latinoamérica. Tamsin Mitchell, Cathal Sheerin, y James Tennant PEN Internacional, Londres, noviembre de 2012 Agradecimientos PEN Internacional expresa su agradecimiento a todos aquellos que apoyaron la campaña mediante asesoramiento, traducciones o investigación. En particular, nos gustaría dar las gracias a Jens Lohmann del centro PEN danés, Tony Cohan del centro PEN de San Miguel de Allende, Jennifer Clement de PEN México, David Shook por su poema así como por todas sus traducciones, Laura McVeigh, Paul Finegan, Ana Zárraga, Paulo Paladino, Cat Lucas y PEN inglés, Howard Dawber, Jennie Rothwell, Rosalind Harvey, Bruno Mattiussi, Amanda Hopkinson, Sahar Halaimzai, Patricia Díaz, Emma Wadsworth-Jones, Daniel Reifferscheid y Katriina Lepänjuuri. Especial agradecimiento a la artista Maxine Young por crear la imagen para Escribe Contra la Impunidad adaptando ‘Los Periodistas en Bicicleta’ de José Guadalupe Posada. Este proyecto fue apoyado por el International Freedom of Expression Exchange (IFEX) para el Día Internacional para acabar con la Impunidad.

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INTRODUCTION Write Against Impunity is a literary protest against the impunity enjoyed by those who attack and kill writers and journalists in Latin America. In the first six months of 2012, more writers were murdered in Latin America than in any other world region. Mexico was the second most dangerous country worldwide in which to be a writer or journalist, with Honduras and Brazil coming close behind. The rate at which our colleagues - writers, bloggers and journalists - are being murdered in the region is similar to that of a war zone. In the majority of these cases, the killers seek to silence those who investigate or condemn organised crime and political corruption, and they are winning: self-censorship is a growing trend in Mexico, Honduras and Brazil. In each of these countries, there is strong evidence to suggest that state actors are involved in many of these attacks on journalists. And in each, the vast majority of such crimes go unpunished due to a lack of proper investigation and political will. Mexico, where some 45 print journalists, writers and bloggers have been killed since President Felipe Calderón announced his ‘war’ against the drug cartels in December 2006, has been a focus of PEN International’s work for a number of years. In November 2011, we launched our Day of the Dead campaign to highlight the murder and disappearance of writers and journalists in Mexico; in January 2012, we sent an international delegation to Mexico City, raising our impunity concerns with high-ranking representatives of the Mexican government; and in June 2012, at the G20 Summit in Mexico, we appealed to journalists to raise the issue of impunity during their coverage of the event. 2012 also saw a change in law that made attacks on journalists federal crimes. This was something for which PEN and other free expression organisations had long campaigned. The new law will take investigations into attacks on journalists out of the hands of local state authorities, where corruption is endemic. Honduras has the highest murder rate per capita of any country in the world, with 82.1 killings per 100,000 people, according to the United Nations. Since

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2010, some 21 journalists have been murdered. Attacks on journalists have accelerated since the 2009 coup that ousted President Zelaya, with pro-Zelaya journalists in particular coming under pressure. According to the Committee to Protect Journalists, the Honduran authorities have systematically failed to investigate these crimes. There are moves to federalize crimes against journalists in Honduras, though the chance of success looks increasingly doubtful. Since 2010, nine print journalists have been murdered in Brazil. Most of these killings appear to have been well-organized, professional executions. A typical example is that of Décio Sá, a crime reporter for the newspaper O Estado do Maranhão and blogger at ‘Blog do Décio’. He was shot in the head at point-blank range on 23 April 2012, by a man who then escaped on a waiting motorbike. In June 2012, police arrested a number of people in connection with the murder, including a former local politician whom Sá had been investigating, and an ex-police officer. Impunity in Brazil is particularly prevalent around the largely lawless border with Paraguay - one of the main drugs and weapons smuggling routes. Brazilian lawmakers are currently considering a change in law that would make attacks on journalists federal crimes.

The Campaign Write Against Impunity was launched on 13 August 2012. Our aim was simple - to ask writers from across Latin America and the Caribbean to contribute original poetry, stories or essays to an anthology protesting impunity in the region. The response was even better than we’d hoped for, with wide media coverage and original texts contributed by some of the great names of Latin American literature and journalism: Claribel Alegría, Homero Aridjis, Gioconda Belli, Lydia Cacho, Ariel Dorfman, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Sergio Ramírez, Gloria Guardia, Carmen Boullosa, Victor Terán and Luisa Valenzuela. The texts that we received varied considerably both in style and approach, and this is exactly what we wanted. From the outset, in the submission guidelines, 20

we made it clear that what we were asking for was writing for an anthology to be launched in protest at the shameful culture of impunity in the Americas; these guidelines were deliberately left open to interpretation so as to encourage diverse forms of contribution. We weren’t necessarily asking for texts that deal with impunity in an overt and obvious way: the anthology itself is the protest, and we feel that its whole is greater than the sum of its parts. A number of the writers dedicated poems to individual writers and journalists murdered in recent years. See for example Claribel Alegría’s poem in memory of the Mexican poet Susana Chávez Castillo who was killed and mutilated in January 2011, Homero Aridjis’s tribute to the veteran investigative journalist Regina Martínez, strangled to death in Veracruz, Mexico, April 2012, or Ariel Dorfman’s dedication to the families of Martínez as well as to Francisco Gomes de Medeiros (Brazil) and Alfredo Villatoro (Honduras), both murdered in the last two years. We were moved to receive a short poem by the Mexican journalist Rolando Nájera, which he dedicated to his friend and former colleague, Armando Rodríguez Carreón. Rodríguez reported for the Ciudad Juárez-based daily newspaper, El Diario, and was gunned down in front of his daughter on 13 November 2008.

Víctor Terán sent us a deeply moving poem ‘Soldiers’, written in the indigenous language, Isthmus Zapotec; taking a more unusual approach, Luis Felipe Fabre’s ‘Infomercial’, Luigi Amara’s ‘El Llano de los Avestruces’, and ‘Crecimiento de los Enanos’ by Álvaro Enrigue prove that black humour or surreal scenes can unsettle the reader as much as straight facts. Homero Aridjis, former President and current President Emeritus of PEN International, contributed some truly vivid mythological poems that portray Mexico as trapped within an endless cycle of violence; Sergio Ramírez sent in an essay on certain cases in which journalists have been murdered for their important yet perilous work; in an article written from exile Lydia Cacho describes, from shocking first-hand experience, the trauma of being directly threatened by such violence. We were delighted to receive submissions from another two of Latin America’s most distinguished writers, Ariel Dorfman and José Emilio Pacheco, who offer their support for the 21

campaign in the form of poetry that combines powerful imagery with bravura technical skill; equally, Gioconda Belli’s affecting poem and Tedi López Mills’s incantatory ‘Fábula de una Democracia’ both use metaphor to great effect. Some of the writings came from countries where impunity is more of an historical issue than a current concern. These texts testify to the sense of solidarity that their authors feel for fallen colleagues in Mexico, Brazil and Honduras; they also serve as reminders that, although its geographical focus may shift, the problem of impunity remains as significant as ever in Latin America. One of these pieces came from the Argentinian novelist Carlos Gamerro, who wrote a commemoration of his fellow countryman, the writer, journalist and former PEN case Rodolfo Walsh. Walsh was murdered by Argentina’s Military Junta in 1977. The essay by Luisa Valenzuela, a former member of the PEN American Center’s Freedom to Write Committee, touches on the same period of Argentina’s history but also casts serious doubt on official histories of the Argentine state. We received excellent work from a number of former imprisoned writers and honorary PEN members, including the Cuban journalists Julio César Gálvez, Ricardo González Alfonso and Jorge Olivera Castillo and the Peruvian poet Melissa Patiño. Various PEN members in the region worked hard for the campaign, disseminating materials, publishing articles in their local and national press, and contributing their own original texts. Jennifer Clement, President of PEN Mexico, wrote a thoughtful essay on North America’s gun fetish and its overspill into Mexico; the Panamanian/Nicaraguan writer and Vice President of PEN International, Gloria Guardia, contributed a powerful piece of journalism that places the violence in Honduras in an historical context. Other PEN members who contributed texts include Amelia del Castillo (Cuba), Yvonne Denis (Puerto Rico), Dennis Orlando Escobar Galicia (Guatemala), Judyth Hill (USA/Mexico), Alicia Quiñones (Mexico), Víctor Sahuatoba (Mexico), Elsa Tió (Puerto Rico) and Gaby Vallejo Canedo (Bolivia). 22

All texts published here are in both Spanish and English, with the vast majority of the originals written in Spanish. Sadly, and for reasons of space, not all texts PEN International received as part of the campaign could be included in this anthology. However, all are published on our website and can be read at www. pen-international.org. Here, you can also find more information about impunity in Latin America.

Tamsin Mitchell, Cathal Sheerin, and James Tennant PEN International, London, November 2012

Acknowledgements PEN International would like to thank all those who assisted the campaign by providing advice, translations or research. In particular, we’d like to thank Jens Lohmann from Danish PEN, Tony Cohan from San Miguel Allende PEN, Jennifer Clement from PEN Mexico, David Shook for his poem as well as all his translations, Laura McVeigh, Paul Finegan, Ana Zárraga, Paulo Paladino, Jennie Rothwell, Rosalind Harvey, Bruno Mattiussi, Amanda Hopkinson, Cat Lucas and English PEN, Howard Dawber, Sahar Halaimzai, Patricia Díaz, Emma Wadsworth-Jones, Daniel Reifferscheid, and Katriina Lepänjuuri. Special thanks go to the artist Maxine Young who created the cover image for Write Against Impunity by adapting José Guadalupe Posada’s ‘Los Periodistas en Bicicleta’. We would like to thank the PEN International Publishers Circle for their continued support of our work. This project was supported by the International Freedom of Expression Exchange (IFEX) for the International Day to End Impunity.

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Alberto Blanco ‘Mujeres de Juárez’ Entre las dunas del olvido y el horror del recuerdo el luto y el lucro del silencio.

‘Los que Rebanan el Queso’ Los que rebanan el queso predican la resignación. Los que se clavan los impuestos exigen del pueblo austeridad. Los que comen hasta hartarse piden que nos apretemos el cinturón. Los que le han prendido fuego al país juran que todo es por nuestra felicidad.

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‘Himno de Acción de Gracias’ ¡Gracias a la noche y a la oscuridad en la que nos hallamos sumidos! ¡Venid todos con vuestras palas para acabar de enterrar a los vivos en medio de semejante confusión! ¡Gracias a la Tierra oscura que paciente espera nuestra próxima desaparición para recomponerse una vez más! ¡Mientras que los Imperios expiran habremos de seguir haciéndola sufrir! ¡Gracias a los animales engordados con nuevos alimentos monstruosos! ¡Y gracias a los granos y las hierbas mutantes que habrán de sostenernos hasta la hora del colapso final! ¡Gracias a los tiraderos de basura donde la carroña se acumula mezclada con desechos venenosos y productos sintéticos y químicos que harían enrojecer al mismísimo Marte bañándose en el Rin! ¡Gracias al corazón colmado de toda clase de resentimientos porque a pesar de todo sigue latiendo en la mitad de la noche alentando nuestra absurda esperanza de un nuevo y distinto amanecer!

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Alberto Blanco ‘Women of Juarez’ Between the dunes of forgotteness and the horror of memory the grief and the gain of silence.

‘Those who Slice the Cheese’ Those who slice the cheese preach resignation. Those who drive up taxes demand austerity from the people. Those who eat until they’ve gorged themselves ask us to tighten our belts. Those who have set the country alight swear it is all for our happiness.

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‘Hymn of Thanksgiving’ Thanks to the night and to the darkness in which we are submerged! Come all with your shovels to finish burying the living amidst such confusion! Thanks to the dark Earth that patiently awaits our next disappearance to rebuild itself once more! As the Empires expire we will continue to make her suffer! Thanks to the animals fattened on new, monstrous feed! And thanks to the mutant grains and herbs that will have to sustain us until the hour of the final collapse! Thanks to the garbage dumps where carrion accumulates with poisonous debris, synthetic products and chemicals that would make Mars himself blush bathing in the Rhine! Thanks to the heart full of all types of resentments, because despite everything it keeps beating in the middle of the night fluttering our absurd hope for a new and different dawn! (Translated by David Shook) 27

Alica Quiñones ‘Terceto para los Desamparados’ I En este sitio los sordos vuelan las niñas callan y el pordiosero camina en círculos. La locura entibia el mundo. El tren de medianoche enciende sus luces. Las puertas se abren, las palabras salen, se entierran, huele a campo fresco. La libertad se huele, se busca en círculos. El pordiosero anda. Encuentra un olor, jazmín: el pueblo de la memoria. Busca algo que le hable de él, busca un ave, una niña, busca un sordo que hable de esa famosa canción de una vez por todas: la armonía de los vencidos. 28

Busca la razón, la que convierte las cosas en otras. Busca una palabra. Cualquiera. Alguna le hablará de él. Llega desde allá una tenue sonata. El pordiosero se detiene, apenas y escucha: es el roble y su derrumbe. Suena a polvo. Otoño que arranca las vísceras de los ancianos. Suena a locura: rostros de soledad. Nada se oye desde la tibia razón más que el caer de un árbol. El tren se pierde como la imagen de un cartón viejo. El tren avanza: Lento como los años como las calles o como el miedo. Lenta es la mujer que no sabe de otra cosa más que de andar. Lenta es la criatura que descubre una mandarina. Lentas son las guerras.

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El tren deja una sonata: no es un roble caído, es la voz del pordiosero que da vueltas por encontrar su sombra, o su palabra. II La deuda tiene cuerpo. Memoria es su nombre. Memoria es una mujer que se deshoja al bailar con su pasado. Memoria juega a descombrarse. No es que baile, Memoria guarda un andar de pianos, un cruel reventar de chelos odiando la voz de los humanos. Memoria baila mientras los pueblos tratan de explicar por qué la sangre corre en las plazuelas. Memoria revienta de vez en cuando. Detrás de su vestido de lino, Memoria guarda ecos. Memoria suena ante el golpeteo de la ironía o el presente. Memoria desaparece con el tiempo. Memoria es la deuda. III El exilio es una piedra. Su forma es la de un país arrodillado. Su historia es cruel y esta piedra un refugio temporal. La vida en esta piedra es polvo. 30

Crece la rabia con el sentido de quienes guardan las campanas de la iglesia en su coraza. La vida en esta piedra es polvo. Los idiomas transitan de arriba abajo, se detienen, avanzan, caminan entre dioses y el perdón, que se derriba con una palabra: origen. Toda batalla es un candelero, en ella cuelgan palabras que nunca entenderé del todo; adentro se guardan las mareas, se ahogan niñas que manchan sus muñecas con gotas de sangre. Las narices no sangran en los exilios. Sangran las memorias. Sangra el tiempo. La palabra. Hay que huir de las guerras, de un militar entristecido. Hay que huir de uno cuando no se aguanta la desidia. Cuando el idioma es incomprensible, Cuando, al fin, ya no hay nada qué decir sobre uno en esta piedra.

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Alica Quiñones ‘Tercet for the Abandoned’ I In this place the deaf fly girls keep quiet and the beggar walks in circles. Madness cools the world. The midnight train turns on its lights. Doors open, words come out, are buried, it smells like fresh field. Liberty can be smelled, sought for in circles. The beggar walks. He encounters a smell, jasmine: the town of memory. He seeks something that speaks to him of himself, he seeks a bird, a girl, he seeks a deaf person that speaks of that famous song once and for all: the harmony of the defeated. 32

He seeks reason, reason that changes things into other things. He seeks a word. Whichever. One of them will speak to him about himself. From over there, a faint sonata. The beggar pauses, barely and listens: it is the oak and its collapsing. It sounds like dust. Autumn that tears out the elderly’s insides. It sounds like madness: faces of solitude. From cool reason nothing can be heard but the falling of a tree. The train is lost like the image from an old box. The train disappears: Slow like the years like the streets or like fear. Slow is the woman who knows of nothing but walking. Slow is the creature that discovers a mandarin. Slow are wars.

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The train leaves a sonata: it’s not a fallen oak, it is the voice of the beggar that spins because it’s found his shadow, or his word. II Debt has a body. Memory is its name. Memory is a woman that sheds her leaves on dancing with her past. Memory plays at disencumbering. It’s not that she dances, Memory retains the piano’s walk, a cruel burst of cellos hating the human voice. Memory dances while the towns try to explain why blood runs through their squares. Memory bursts every once in a while. Behind her linen dress, Memory keeps echos. Memory rings before the drumming of irony or the present. Memory disappears with time. Memory is the debt. III The exile is a stone. His form is that of a country on its knees. His history is cruel and this stone is a temporary refuge.

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The life in this stone is dust. Rage grows with the sense of being one of those who guard the church’s bells in their culrasse. The life in this stone is dust. Languages travel up and down, pause, advance, walk among gods and forgiveness, which is toppled with a single word: origin. Every battle is a candlestick, on her hang words that I will never understand from the all; inside her the tides are kept, girls drown, stain their dolls with drops of blood. Exiles’ noses don’t bleed. Memories bleed. Time bleeds. The word. He has to flee wars, a saddened millitary. He has to flee from those who can’t bear his slovenliness. When his language is incomprehensible, When, finally, there is no longer anything to say about one in this stone. (Translated by David Shook) 35

Álvaro Enrigue CRECIMIENTO DE LOS ENANOS Al principio eran solo dos niños. Estarían volviendo a casa como yo, después de hacer lo que quiera que hagan los niños a los diez, doce años. Los sentí porque ni se quedaban atrás ni me rebasaban y una fijeza que se desplaza no está en la calle para ir de un lugar a otro, sino para jodernos. Venía de terapia, serían las ocho y diez, ocho y cuarto de la noche y era martes, porque es el día que me toca. No conozco a nadie más que vaya a terapia de pareja con su exesposa. Es un gesto realista: el divorcio es una ilusión republicana en la que se padecen todos los males de un matrimonio sin el vaso de agua fresca del sexo. Iba caminando por la calle solo, de buen humor, pensando en otra cosa, cuando empezó, primero sutilmente, la persecución. Tal vez en realidad el episodio haya sido mi culpa. Cuando sentí que algo ni me rebasaba ni se quedaba atrás, volteé, y al ver que eran dos niños hice un gesto que revelaba una hombría que ni tengo, ni me interesa tener, ni podría tener: soy bajo y flaco, casi no tengo hombros, tengo la cabeza demasiado chica. Me les quedé mirando de manera ligeramente retadora. A partir de ahí, lo que tal vez era solo una casualidad, un lujoso momento sincrónico (la vulgaridad de unos pasos aspirando al misterio de la coreografía), se convirtió en una forma de acoso que no puede ser denunciada. Los rituales vacíos, los actos que solo quieren confirmar sinceramente que ya pasaron las horas difíciles, son un fin en sí mismos: no voy a la terapia para curarme de nada, voy porque me gusta ser una persona que va a terapia con su exesposa. Ir a terapia es algo que se hace cuando se tiene lo demás resuelto, cuando se vive en un país democrático, con clase media y tiendas Zara. Un gesto de civilización. Los niños no se asustaron. Al contrario: si al principio los tres seguíamos tal vez sin maldad un orden milagroso y ciego, después de haberlo retado, fueron ellos 36

los que se adueñaron del sillín del coreógrafo. Ponían cara de inocentes cuando me volvía, pero apenas regresaba a mi camino, tarareaban una cancioncita destinada a ridiculizar el ritmo de chaparro con el que camino. En algún momento me agaché a amarrarme un zapato y se detuvieron. Empezaron a andar otra vez cuando yo lo hice. No sé en qué pensaba cuando noté a los niños. No creo que fuera en Genaro, nuestro hijo, y la razón por la que acepté atender a la terapia de pareja con alguien que ya no es mi pareja. En todo caso iría pensando, como siempre, en cómo conseguir más dinero para que el niño tenga lo que necesita y Tijuana me deje de humillar con que no les alcanza para cubrir necesidades que no lo son tanto. No tengo para las lecciones de tenis, me dijo el otro día. El asunto empezó a salirse de control cuando otro niño, que los saludó desde una tienda de abarrotes en la acera contraria, se sumó a nuestra marcha. Noté el proceso porque lo veía de frente mientras nos acercábamos a la tiendita y mis dos perseguidores originales estaban perdiendo el pudor e iban ya demasiado cerca de mi. La figura del tercer compinche no contribuyó a mi paz. Era más grande, de trece o catorce años; desarrollado de esa manera opaca en que crecen los adolescentes que se empiezan a masturbar demasiado temprano. La llegada del tercer niño tal vez ya más grande que yo de tamaño, pero todavía demasiado joven como para encararlo sin quedar como un abusador, me produjo algo muy parecido al miedo. Además de todo lo que hacían antes, ahora se reían con esa risa destemplada de los que no han terminado de crecer, una risa de idiotas. Ir a terapia de pareja con una exesposa es como ver una película en la tele. Se interrumpe, no suscita empatía, está mal doblada. En el consultorio, Tijuana y yo somos más bien un par de actores venezolanos al borde del desuso. Eso me alienta: las cosas ya están bien cuando lo que hacemos es ridículo porque la vida está en su hora estelar cuando es una comedia de errores. Pasé de la preocupación al terror cuando el grande se puso a hablar por teléfono. Yo iba caminando lo más rápido que podía, de cabeza en el resuello, por lo que 37

no podía escuchar bien la conversación. Pudo estar hablando con su madre, difiriendo el reclamo de estar en otro lado, pero también podía ser un hermano mayor, un jefe de pandilla que inclinara definitivamente el balance de poder hacia el lado de ellos. Tranquis, entendí que dijo con su voz sebosa. Interrumpía para escuchar a su interlocutor. Es cualquier cosita, dijo, como quiera nos lo echamos. La terapia sucede ahora cada quince días. Tijuana y yo nos vemos en la sala de espera del consultorio un poco antes de que comience. Cada uno llega por su lado, ya sin el café previo y cómplice que nos tomábamos cuando estábamos casados e íbamos semanalmente a otra terapia, de parejas todavía en funciones. Ella me desprecia y yo la encuentro desesperante y rabiosa, así que vernos nunca es grato. Ya frente a la doctora las cosas mejoran: compartimos reparto por tantos años que no nos cuesta dar juntos, durante cincuenta minutos, el espectáculo de la gran curación y el pequeño sarcasmo. Todavía me faltaban tres cuadras para llegar a casa cuando se sumaron los últimos dos niños, los más siniestros, porque eran francamente chicos. Uno de ellos arrastraba una bicicleta por el manubrio. Para entonces yo ya avanzaba a zancadas, buscando desesperadamente con la mirada a un policía al que no me quedaba claro cómo pedirle auxilio, a algún otro adulto cuya protección hubiera sido imposible reclamar pero que tal vez me salvara por asociación. Me crucé a la acera de enfrente y resultó peor: empezaron a caminar de manera equidistante a mi, de modo que los veía y me veían y registraba que me estaban viendo y ellos que yo y no sabía qué hacer. No vivo en un barrio complicado. No hay terapeutas de exparejas en los barrios complicados. Ahí no hay ni divorcios, mucho menos especialistas en separación. Hay madrizas, abandonos, asesinatos. La terapia múltiple es un servicio improbable en regiones de la ciudad en las que la gente tiene problemas que no son imaginarios. Tal vez fue por eso, por lo inesperado de todo, porque lo que se tambaleaba era la seguridad de una clase media empeñosa, que el mordisco del miedo me dejó tan indefenso. 38

Dos esquinas antes de llegar a casa me enfrenté a una disyuntiva: seguía un parque. Cambiarme de acera hubiera significado enfrentarlos, seguir de frente suponía arriesgarme a una emboscada. Dudé. El grande silbó: entendió que dudaba. El que llevaba una bicicleta se montó en ella y avanzó diagonalmente por el cruce, directo hacia mi. Arriesgué la emboscada yendo de frente. El niño -nueve años cuando mucho, tal vez siete, porque era chimuelo- empezó a circularme con su bici, muerto de risa. Traté de ignorarlo, pero no había modo: interrumpía mi marcha con sus cabriolas. Sus compañeros, todavía del otro lado de la acera, murmuraban un canto de guerra: ¡Quiere llorar, quiere llorar! Los primeros minutos de la terapia bastan para que me confunda y piense que la impostación de solidaridad y respeto son la solidaridad y el respeto; que yo es en realidad un nosotros creíble, empeñado en ser lo que definitivamente no es y probablemente no haya sido nunca: una pareja, una familia, una tribu que se enfrenta al mundo y le gana; una patria. No quiero parecer un cínico ni quiero afirmar que me gusta más ser solo yo que un patriota reproducto y monógamo (una unidad productiva acreditada), pero tal vez decirlo así sea decirlo con mayor sinceridad, decirlo verdaderamente aunque sea verdad de una manera fea. En realidad todas las verdades son feas – los griegos no podrían haber estado más equivocados: confundir la verdad y la belleza es pedir a gritos que vengan los romanos y te la metan doblada. No pude más. Salí corriendo y todos se desataron detrás de mi. El chiquito avanzaba a mi lado en la bici, preguntándome cosas que no entendía del todo pero que tenían que ver con una falla de origen mía, con un oficio que mi madre no tuvo aunque tampoco la hubiera hecho indigna de ser mi madre. En algún momento el niño frenó y empezaron a lloverme piedras. No eran trocitos de grava, eran piedras que si me hubieran alcanzado el cráneo habrían roto el cuero cabelludo, lastimado el hueso. A menos que hayamos intercambiado agresiones y que la lluvia de ladrillos rompiera nuestro timing maestro, Tijuana y yo nos despedimos en la sala de espera misma con una sensación de éxito, casi exhaustos. Como si llevar el 39

número con madurez le asegurara a Genaro un futuro próspero, sin divorcios ni gritos. Entonces dejamos de ser venezolanos y nos convertimos en gringos: ponemos una sonrisa que duele de tan falsa y compasiva – los gringos le tienen compasión a todos los que no son gringos; no sé cómo se sonrían entre ellos. Nos damos un abrazo en que las palmadas en la espalda se dan con los dedos extendidos, duros. Luego cada quien a su casa: ella en coche (caro, deuda), de vuelta a Genaro y la nana. Yo camino. La única condición que puse cuando cambiamos de terapeuta de parejas a terapeuta de exparejas fue que estuviera en mi barrio. Creo que los doctores, como las escuelas y las pizzerías, son mejores si están cerca de casa. Me di cuenta de que no podía ir a mi departamento: imposible permitir que supieran dónde vivía. Me esperarían, regresarían cuando estuvieran aburridos, pervertirían a Genaro que pasaba los fines de semana y las vacaciones conmigo y solía irse al parque solo durante las tardes, a jugar con unos amigos que yo no conocía. Arriesgando el resto entre la lluvia de piedras que tal vez solo estuviera dispuesta a amedrentarme, dado que no atinaban en mi cuerpo, di la vuelta a la izquierda siguiendo el margen del parque. Recordé que al final había una farmacia que cerraba más tarde que el resto de los negocios. Ahí podría encontrar a un adulto que quebrara el maleficio: los niños verían luz, gente, se seguirían de largo. Tan pronto apareció entre las hojas de los árboles el letrero amarillo con algún foco fundido en el que se leían las palabras “Farmacia Mérida” supe que estaba salvado. Corrí con toda mi alma. Al cruzar la calle una piedra muy grande me pegó en la nuca. Ladraron unos perros. Son perros grandes, pensé.

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Álvaro Enrigue GROWTH OF THE LITTLE PEOPLE At first, they were just two kids. They were probably on their way home, like me, after doing whatever it is that ten and twelve-year-olds do. I sensed them because they didn’t fall behind or overtake me, and a shifting constancy that was in the street that wasn’t to get from one place to another, but to fuck with us. I was coming home from counselling, it would have been about ten past, quarter past eight at night on a Tuesday, because that’s my day for it. I don’t know anyone else that goes to couples counselling with their ex-wife. It’s a realistic gesture: divorce is a republican notion where you suffer all the evils of a marriage without the refreshing glass of water that is sex. I was walking along the street on my own. I was in a good mood, thinking of something else when the pursuit began, subtly at first. Maybe, in reality, the whole episode was my own fault. When I sensed that there was something not overtaking nor falling behind me, I turned around, and seeing two kids there I made some gesture betraying a manliness I don’t possess, or even care about possessing, or could ever possibly possess: I’m short and skinny, I have almost no shoulders to speak of, my head is too small. I stared at them with a vaguely challenging look. From then on, what was perhaps just a coincidence, a lavish, synchronous moment (a few vulgar steps aspiring to the mysteries of choreography) turned into a form of harassment impossible to denounce. The empty rituals, the acts which only seek to confirm that the hard times have passed are an end in themselves: I don’t go to counselling to cure myself of anything, I go because I like being a person who goes to counselling with his exwife. Going to counselling is something you do when you have everything else sorted, when you live in a democratic country, with middle class people and Zara shops. A gesture of civilisation. The kids didn’t flinch. The opposite: if at first all three of us had been, perhaps, 41

following some miraculous, blind order with no malice intended, after challenging it, they took charge of the choreography. They looked all innocent when I turned around, but I had scarcely started walking again when they started to hum a little tune making fun of my dumpy gait. At one point I bent down to tie my laces and they stopped. They started walking again when I did. I don’t know what I was thinking about when I saw the kids. I don’t think it was Genaro, our son and the reason I had agreed to go to couples counselling with someone I was no longer coupled with. As per usual, I would probably have been thinking about how to make more money, so that the boy wouldn’t want for anything, and so Tijuana would stop humiliating me saying she didn’t have enough for the basics, which isn’t much. I can’t afford his tennis lessons, she said to me the other day. Things started to get out of control when another kid, who waved over from outside a grocery shop across the street, joined in our march. I noticed the process because I saw it happening ahead of me as we approached the little shop, and my two original stalkers were shedding their modesty and coming too close to me. The third partner in crime didn’t make me feel any more at ease. He was bigger, thirteen or fourteen, developed, in that lacklustre way that teenagers grow when they start masturbating too early. The arrival of this third boy who was probably bigger than me in size, but still too young to square up to without seeming like a bully, made me feel something very like fear. Apart from everything they had done already, now they were laughing, that sharp laugh that says you haven’t quite finished growing up, the laugh of idiots. Going to couples counselling with an ex-wife is like watching a film on the telly. It gets interrupted, it’s disjointed, or badly dubbed. In the doctor’s office, Tijuana and I are more like a pair of Venezuelan actors past their expiration date. That spurs me on; it’s all fine when we are being ridiculous because life is prime time viewing when there’s a comedy of errors on. I went from worry to terror when the bigger one started talking on the phone. I 42

was walking as fast as I could, head down and panting, so I couldn’t really hear the conversation. He could have been talking to his mother, denying claims that he was somewhere else, or it could have been his older brother, a gang leader who would have decisively tipped the balance in their favour. Relax, I heard his greasy voice say. He stopped to listen to the person on the other end. It’s nothing, he said, if you want we’ll get rid of him. Now counselling is every fortnight. Tijuana and I see each other in the waiting room a bit before our appointment. These days we each make our own way there, gone are the conspiratorial coffees we used to have before our other weekly counselling sessions, when were still acting as a couple. She looks down on me, and I find her exasperating and furious, so never seeing each other suits. In front of the doctor things improve: we shared the stage for so many years that we can stand being in the same room for fifty minutes in our show of great recovery and little sarcasm. I was still three blocks from home when the last two kids – the most sinister looking ones, frankly because they were little boys – joined the group. One of them was pushing a bicycle by the handlebars. At that point I was striding along, desperately looking around for a policeman although I didn’t really know how I would ask for help, from him or any other adult whose protection was impossible to summon but perhaps could save me by association. I crossed the street and it got worse: they started walking equidistant to me, so I could see them and they could see me and I clocked that they were looking at me looking at them, and I didn’t know what to do. I don’t live in a difficult neighbourhood. There aren’t any ex-couples counsellors in the difficult neighbourhoods. They don’t even have divorce, never mind separation experts. There are beatings, abandonments, killings. Multiple therapy is not a likely service in the parts of the city where people have problems that aren’t imaginary. Perhaps it was because of that, because it was so unexpected, because what wavered was the safety of a hard-working middle class, that the nip of fear left me so defenceless. 43

Two corners before my house I came face to face with a dilemma: I was heading for a park. Changing sides of the street would have meant facing them, continuing on spelled risking an ambush. I hesitated. The big one whistled: I copped that he was hesitating. The one with the bicycle hopped up on it and came diagonally across the street, directly towards me. I risked the ambush by going on ahead. The boy -nine years old at most, maybe seven since he had no teeth- started to circle around me, dying with laughter. I tried to ignore him, but it was impossible: he cut off my path with his clowning. His comrades, still on the other side of the street, muttered a war chant: He wants to cry, he wants to cry! The first few minutes of the counselling session were enough to confuse me and make me think that the projection of solidarity and respect is what solidarity and respect are: that the I, in reality is a credible we, determined to be what it is not and probably never has been: a couple, a family, a tribe that takes on the world and wins; a homeland. I don’t want to seem like a cynic, nor do I want to affirm that I prefer to be just an I over a monogamous reproductive patriot (an accredited productive unit), but maybe saying it like that would be saying it with greater sincerity, saying it truthfully even though it might be true in an ugly way. In reality, all truth is ugly – the Greeks couldn’t have been more wrong: confusing truth and beauty is asking for the Romans to come and take you from behind. I couldn’t take any more. I ran and they all shot after me. The little one caught up with me on his bike, asking me things I didn’t totally understand but they had something to do with some mistake on my part, a profession my mother did not have, although it wouldn’t have made her unworthy of being my mother. At some point he braked and started throwing stones at me. These weren’t little bits of gravel, but stones that would have broken through my scalp, damaging the bone, if they had landed close to my skull. Unless we have exchanged insults or the bucketing rain interrupts our expert timing, Tijuana and I say goodbye in the same waiting room with a feeling of success, almost exhausted. As if maturely keeping up the act assures a thriving 44

future for Genaro, without divorce or shouting. So we stop being Venezuelans and become gringos; we put on a smile so false and compassionate it hurts -the gringos have compassion for those who are not gringos; I don’t know how they smile at each other. We hug each other, patting each other on the back with our fingers stretched out, hardened. Then each of us goes home: her in the car (expensive, loan), back to Genaro and the nanny. I walk. The only thing I insisted on when we switched from couples counselling to ex-couples counselling was that it be in my neighbourhood. Like schools and pizza places, I think doctors are better if they are close to home. I realised I couldn’t go to my building: no way could I let them know where I lived. They would wait for me, they would come back when they got bored, they would corrupt Genaro who spent his weekends and holidays with me and usually went to the park on his own in the afternoons, to play with some friends of his that I hadn’t met. Risking the last of the hail of stones that perhaps was only meant to scare me, given that they didn’t hit my body, I turned left, following the edge of the park. I remembered there was a pharmacy at the end, one that closed later than the rest of the shops. I might find an adult there who could break the curse: the kids would see lights, people, they would clear off. As soon as the yellow sign with a burntout spotlight that read ‘Mérida Pharmacy’ appeared between the leaves of the trees, I knew I was saved. I ran with all my might. Crossing the street a big stone hit me in the back of the neck. Some dogs barked. They’re big dogs, I thought. (Translated by Jennie Rothwell)

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Amada Ponce ‘Segunda Partida’ I Miles de relámpagos reclamaban ayer a la tierra que deje de correr la sangre de sus hijos miles de gotas inundaron las ciudades y de a poco la sangre fue lavada. Miles de lágrimas dejaron de llorar la muerte de sus hermanas estremecidas por la partida de la otra. En este país de locos y tiranos las voces ya no cantan, no rugen, no hablan y los ojos se cerraron con la esfera que deambula entre dos arcos. Vos arrancaste los gritos de mi garganta te fuiste con ellos dejándome un nudo ahora no grito, no lloro, no hay sangre solo respiro al filo de la luna que bordea la silueta de tu partida. II Las facciones de los niños-hombres engruesan las páginas de los periódicos ahí empantanados entre la tinta sus madres contienen las palabras entre pechos y dientes.

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Los rabiosos cabalgan en amurallados vehículos de estruendosas sirenas y se ciegan a las orillas de un puente donde un niño repleto de atardeceres en sus hombros predice una moneda lanzada al vacío. Ya nadie se acuerda de vos no te asomes por aquí los candados están puestos en las puertas que ya ninguno se atreve a abrir. Adentro la vida se mudó en contenida ausencia de un padre debatiéndose el control de un eléctrico aparato que cuenta las historias que no queremos oír. Y me declaro sorda y ciega pues no quiero saber cuándo es tu segunda partida.

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Amada Ponce ‘Second

Departure’

I Yesterday thousands of lightning bolts demanded from the earth that its children’s blood cease shedding thousands of drops flooded the cities and little by little the blood was washed away. Thousands of tears ceased mourning their sisters’ death, shaken by another’s departure. In this country of madmen and tyrants their voices no longer sing, or roar, or speak and their eyes were closed, spheres roaming between two arches. You tore the screams from my throat you took them and left me with a knot now I don’t scream, don’t cry, there is no blood I just breathe at the edge of the moon that lines the silhouette of your departure. II Factions of boy-men thicken the newspapers trapped there in the ink their mothers keep their words between chest and teeth. 48

The rabid ride in armoured vehicles with thunderous sirens and are blinded at the edge of a bridge where a child with his shoulders heavy with dusk hopes for a coin tossed into the void. Nobody remembers you anymore don’t come around here the doors are locked up now that no one dares to open them. Inside life moved on in the contained absence of a father struggling for the control of an electronic device that tells the stories that we don’t want to hear. And I declare myself deaf and blind because I don’t want to know when your second departure is. (Translated by David Shook)

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Amelia del Castillo PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio ‘Quijote en Casa’ Si el corazón del tiempo es una piedra, la piedra es un volcán y la hoguera una fiesta repetida, ¿quién tiene el monopolio de la ausencia, el lugar exacto del naufragio y el borde más hambriento de la herida? Se agranda el círculo, cruje la interrogante y yo, sin molinos de viento me niego a ser esquirla de cristal. Si vamos a quedar entre las ruinas mejor gritar a pulmón lleno. Si vamos a quedar, que cada cual embride su miseria, incinere perezas herrumbrosas, azuce el hambre, espante el miedo, desate a Rocinante y se atreva a soñar.

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Amelia del Castillo Cuban Writers in Exile PEN ‘Quixote at Home’ If the heart of time is a stone, stone is a volcano and fire a repeated party, who has a monopoly on absence, knows the exact spot of the shipwreck and the wound’s hungriest edge? The circle grows larger, the interrogator creaks on and I, without windmills refuse to be a sliver of glass. If we are to remain among the ruins better to shout at the top of our lungs. If we are to remain, may each bridle their misery, incinerate rusty laziness, sweeten hunger, scare fear, untie Rocinante and dare to dream.

(Translated by David Shook)

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Ariel Dorfman ‘Despedida y Amanecer’ para las familias de Francisco Gomes de Medeiros, Alfredo Villatoro y Regina Martínez Aunque sea la última palabra que escriba, mi amor, aunque sea la última palabra, aunque sea la última, mi amor, la última mía, la última tuya, la última que leas, la última verdad que sea y que leas, la última que viva, la última que escriba, la última que viva y respire y escriba, no voy a cejar, mi amor, no vamos a dejar que venza la insanta muerte y la feroz resaca de la maldad. Esta es mi casa, tu santa tierra, la única que nos queda como defensa, mi palabra como única ofensa contra la guerra, aunque sea la última que escriba, mi amor, la última, la última, la última palabra que sea, por pequeña que se vea, por lejana que se lea, contra la insanta muerte insana, solo queda esta verdad 52

como única defensa de tu pobre tierra humana, esta palabra, aunque sea la última aunque sea la última palabra, aunque sea la última que escriba, mi amor, mi país, mi comarca, mi familia, mi comuna, aunque sea la última ventura, aunque sea la última, mi amor, aunque sea aunque sea aunque sea la última ventana en nuestra casa que se quema.

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Ariel Dorfman ‘Farewell and Dawn’ for the families of Francisco Gomes de Medeiros, Alfredo Villatoro and Regina Martínez Though it be the last word I write, my love, though it be the last, the last, the last of them all, though it be my last word, my love, your last word, the last word of mine you read, my love, the last breath heard that I live and breathe, I will not cease, my love, we will not allow unsaintly death to increase its malignant undertow. This is my house, your sainted land, our line of last and sweet defence, my word as the closing quiet blow against war’s outraging violence, though it be the last I write, my love, the last, the last, the last word I breathe, however small, however distant what you read, whispering against death, unsaintly and insane, only truth, this truth so marginal, my defiant and final defence of our earth as it turns, this word, though it be the last though it be the last word, 54

though it be the last word I ever write, my love, my bread, my body, my family, my land, though it be my last birth, though it be the last, my love, though it be though it be though it be the last window of our house as it burns.

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Carlos Gamerro RODOLFO WALSH Y EL LENGUAJE DE LA DENUNCIA ‘Hijo de irlandeses casados con irlandeses’, como él mismo se describía, Rodolfo Walsh nació en Choele-Choel, provincia de Río Negro, Argentina, en 1927, y hacia 1950, ya instalado en Buenos Aires, estaba escribiendo cuentos policiales. Tres de ellos, “La aventura de las pruebas de imprenta”, “Variaciones en rojo” y “Asesinato a distancia” componen el libro Variaciones en rojo, que en 1953 le valdría el Premio Municipal de Literatura. Los tres cuentos protagonizados por Daniel Hernández pertenecen plenamente al modelo de la policial clásica o inglesa, propugnado en la Argentina por Borges, Bioy Casares y la colección que dirigían, El Séptimo Círculo: el detective es un aficionado que resuelve los casos apelando a la observación minuciosa de los indicios materiales y a la deducción; la policía busca el camino más fácil y eventualmente queda en ridículo; hay siempre al menos una explicación plausible pero equivocada antes de la definitiva del detective; la motivación realista es mínima y el elemento de crítica de la sociedad y de las instituciones del poder es nulo. La obra más conocida de Walsh, la novela de no ficción Operación masacre, ha sido caracterizada en cambio por el propio autor como un texto de ruptura. En 1956, a un año del golpe militar que había derrocado al gobierno democrático de Juan Domingo Perón, Walsh fue testigo involuntario de las vicisitudes, en la ciudad de La Plata, de una fallida revolución pro-peronista encabezada por el general Valle: cuenta haber visto “un coche agujereado y adentro un hombre con los sesos al aire”, haber escuchado a un conscripto morir bajo su ventana; le llegan noticias de los fusilamientos ilegales de civiles, pero no quiere saber nada: “Valle no me interesa. Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver al ajedrez?” pregunta, y en su pregunta ‘ajedrez’ significa, también, ‘literatura’, o más precisamente, ‘la literatura que he practicado hasta ahora.’ Pero entonces escucha las palabras “hay un fusilado que vive”, y su vida (la de escritor, que es la que aquí nos concierne) cambia para siempre: y se dedica a investigar este crimen de estado que sería el prólogo 56

de los mas terribles que vendrían en los años siguientes. Operación masacre puede verse, si se quiere, como una reacción contra el modelo de ‘ficción pura’ que representan los cuentos policiales, pero también como la realización más acabada de una de las variaciones del género: la del autor de novelas policiales que de repente se ve envuelto en un caso ‘real’ (en el de Walsh, eso sí, hay que quitarle a la palabra ‘real’ las comillas). Los últimos textos de Walsh que han llegado hasta nosotros, escritos poco antes y durante la sangrienta dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976, son todos políticos o periodísticos: los documentos internos de la organización revolucionaria peronista Montoneros, en la cual militaba, en los cuales plantea cada vez con mayor urgencia e impotencia la necesidad de un repliegue para sustraer a los militantes de la inminente masacre; los despachos de las agencias de noticias clandestinas por él fundadas, ANCLA y Cadena Informativa, que intentaban romper el bloqueo de la dictadura; la conmovedora “Carta a mis amigos” sobre la muerte de su hija Vicki en un combate con las fuerzas del ejército; y sobre todo la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, que terminó de escribir y envió por correo a diversos destinatarios el 24 de marzo de 1977, el día anterior al de su muerte. La Carta ha quedado como su testamento y testimonio de su opción por la denuncia y la escritura puesta al servicio de las necesidades políticas inmediatas, aunque ciertamente no de su desinterés por la pasión y la precisión de la escritura. Si algo nos enseña Walsh a todos los escritores es a no caer en la coartada moral, es decir, en la creencia de que la importancia testimonial, política o ética de un tema nos exime de trabajar sus aspectos formales al máximo de nuestras capacidades. Operación masacre no fue sólo una denuncia valiente de los fusilamientos de 1956 en medio del silencio de muerte impuesto por la dictadura; es, además, uno de los libros mejor escritos de la literatura argentina. Walsh sabía que cuando el tema es polémico, cuando se quiere decir una verdad silenciada o ignorada, el escritor debe apelar a todos los recursos estilísticos y retóricos a su alcance, porque si no corre el riesgo de crear un efecto contrario al que busca: volver increíbles los hechos, banalizar los dilemas, 57

reforzar las resistencias de los lectores, provocar rechazo, escepticismo o indiferencia. Una denuncia mal escrita, sabía Walsh, es un punto a favor del enemigo. Esta actitud vuelve a aparecer en la Carta. Junto a la exactitud de los datos y la profundidad de los análisis, nos encontramos con la contundencia de ciertas frases “congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas” y la eficacia de sus recursos retóricos “lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades” que la fijan para siempre en la memoria del que la lee. La Carta está escrita con un ojo puesto en el presente inmediato (en el cual las posibilidades de que fuera leída y difundida, sabía Walsh, eran mínimas) y el otro en la duración de la literatura. Sabemos por su compañera Lilia Ferreyra que Walsh tomó como modelo las Catilinarias de Cicerón, buscando “como en las invectivas latinas, la palabra escrita con la contundencia de la palabra oral”, leyendo en voz alta los párrafos que iba escribiendo para descubrir “un adjetivo o una palabra de más o de menos que debilitara un concepto o alterara su ritmo”. La Carta, en otras palabras, está escrita para cambiar el presente inmediato y para durar dos mil años, para que, de igual manera que si hoy recordamos al históricamente insignificante Catilina sólo por los discursos de Cicerón, en el futuro lejano los nombres infames de los miembros de la junta militar no sobrevivan más que como notas al pie del texto final de Rodolfo Walsh. De esta madera está hecha, también, la eficacia política de la literatura. Walsh la tituló “Carta de un escritor a la Junta Militar” y a diferencia de los textos de la CGT y los documentos de Montoneros, decidió firmarla con su nombre y número de documento. En este texto final el autor individual y el militante anónimo volvieron a encontrarse. Pero el fracaso del proyecto revolucionario, la muerte de sus compañeros y la necesidad de denunciar los crímenes de la dictadura no apagaron sino que revivieron su deseo de escribir ficciones, de proponer y proponerse contextos más amplios y análisis más profundos de los que permite la inmediatez del periodismo o el compromiso político. “Pocas semanas antes de cumplir cincuenta años,” cuenta su compañera Lilia Ferreyra, “quiso definir dos apuestas para el 24 de marzo del ’77, aniversario del primer año de gobierno de la Junta 58

Militar: terminar su cuento ‘Juan se iba por el río’ y difundir un documento que denunciara los crímenes de la dictadura” (este ultimo es, claro, la Carta abierta). Este cuento iría a formar parte de la primera novela que Walsh proyectaba y nunca llego a completar: y si su muerte, esa muerte que, según un mito tan atemporal como dudoso, es lo que da el sentido final a la vida de un hombre, se ha venido asociando únicamente con la Carta, esto se debe en parte a una ironía del destino: Walsh ganó su doble apuesta, pero lo que los militares estaban buscando, la Carta, eludió el cerco y llegó hasta nosotros; en cambio el texto de la novela, que no les interesaba ni podían entender, fue secuestrado de la quinta de San Vicente y hasta hoy permanece, como su autor, desaparecido.

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Carlos Gamerro RODOLFO WALSH AND THE LANGUAGE OF DENUNCIATION [Note: the Argentinian writer and journalist Rodolfo Walsh was an active member of the resistence to the military junta that took power in Argentina in 1976. He was murdered by members of the Argentinian armed forces in 1977; his body and a cache of his writings were never seen again. Walsh became a PEN case at the time and was made an honorary member of the Danish PEN Centre in 1979.] ‘The son of two lines of Irish immigrants’, is how he described himself. Rodolfo Walsh was born in Choele-Choel, Río Negro Province, Argentina, in 1927. By 1950, he was already installed in Buenos Aires and writing detective stories. Three of these, ‘The Adventure of the Proofs’, ‘Variations in Red’ and ‘Murder at a Distance’, form the book Variations in Red, a collection that, in 1953, would win the Premio Municipal de Literatura. Featuring the protagonist Daniel Hernández, these stories clearly belong to the classic – or English – model of the detective story, one promoted in Argentina by Borges, Bioy Casares in the collection of detective novels that they directed, ‘The Seventh Circle’. In this series the detective is an amateur who solves cases through deduction and by the close examination of physical evidence; the police search for the easiest solution but eventually end up looking ridiculous; there is always at least one plausible, though incorrect, explanation for the crime before we are given the detective’s final, definitive one; there is little realistic motivation; and there is absolutely no social criticism nor any critique of the institutions of power. Walsh’s best known work, the non-fiction novel, Operation Massacre, was described by the author as a ‘breakaway text’, one that represented a rupture from what had gone before. In 1956, a year after the military coup that had brought down the democratic government of Juan Domingo Perón, Walsh was an involuntary witness to events in the city of La Plata, namely the unsuccessful pro-Peronist revolution led by General Valle. Walsh tells of having seen ‘a car bored with holes, and inside, a man with his brains blown out’; he tells of having 60

listened to a conscript die beneath his window; news arrives to him of illegal shootings of civilians. But he wants nothing to do with any of it. ‘Valle doesn’t interest me. Perón doesn’t interest me, the revolution doesn’t interest me. Can I go back to playing chess?’ he asks. And in his question ‘chess’ also refers to ‘literature’, or more precisely, ‘the literature that I’ve practised until now.’ But then Walsh hears the words ‘one of the shot is still alive,’ and his life (as a writer, which is what concerns us here) changes for ever. He dedicates himself to investigating this state crime which would be a prologue to the more terrible crimes that were to come in the years that followed. Operation Massacre can be seen as a reaction against the ‘pure fiction’ model represented by the detective stories, but also as the most perfect realization of one of the variations of the genre: the author of detective stories who suddenly finds himself involved in a ‘real’ case (and yes, in Walsh’s case, one should remove the quotation marks from the word ‘real’). The last of Walsh’s texts that have come down to us, written shortly before, and during, the bloody dictatorship that began on 24 March 1976, are all political or journalistic: the internal documents of Montoneros (the Peronist revolutionary group he belonged to) in which he urgently, but impotently, argues for retreat in order to remove the group’s militants from the impending slaughter; the dispatches from ANCLA and Cadena Informativo, the underground news agencies he founded in order to breach the dictatorship’s censor; the moving ‘Letter to my Friends’, in which he writes about the death of his daughter Vicki, who was killed in a fight with the army; and above all, ‘A Writer’s Open Letter to the Military Junta’, which Walsh finished writing and then mailed to various recipients on 24 March 1977, the day before his death. The Open Letter remains Walsh’s last will and testimony, bearing witness to his decision to opt for denunciation, for writing put to the service of pressing political needs. However, this is not to suggest a lack of interest in the passion and precision of literature: if Walsh teaches us anything as writers, it’s that we should not allow ourselves the ‘moral excuse’ that the testimonial value of a political or ethical theme exempts us from working on the formal aspects of the writing to the best of our abilities. Operation Massacre wasn’t merely a courageous denunciation (in the midst of the deathly silence imposed by the 61

dictatorship) of the 1956 mass shooting, it’s also one of the best-written books in Argentinian literature. Walsh knew that with polemic, when one wants to speak a truth that has been silenced or ignored, the writer must seek out all the stylistic and rhetorical resources that lie within his reach. If he doesn’t, he runs the risk of creating a contrary effect to the one that he is seeking, i.e., the facts become unbelievable, the dilemmas banal, the reader’s resistance is strengthened – provoking rejection, scepticism or indifference. A badly written denunciation, Walsh knew, was a point in the enemy’s favour. This attitude reappears in the Open Letter. Alongside the accuracy of the research and the depth of analysis, we also encounter the forcefulness of certain phrases – ‘freezing salaries with rifle butts while raising prices on the tips of bayonets’ – and the effectiveness of his rhetoric – ‘what you call successes are failures, what you recognize as errors are crimes and what you omit are calamities’ – all of which stays forever in the memory of the reader. The Open Letter is written with one eye fixed on the immediate present (in which, as Walsh knew, the likelihood that it would be read and disseminated was minimal), and the other on the duration of literature. We know from his partner, Lilia Ferreyra, that Walsh used Cicero’s Catilinarian Orations as a model, searching for ‘written words with the force of oral ones, as in the Latin invective’, and reading aloud the paragraphs that he was writing in order to discover ‘an adjective or a word that weakened the concept or altered its rhythm’. The Open Letter, in other words, is written to change the immediate present and also to last 2,000 years, so that – just as today – if we remember the historically insignificant Cataline only because of Cicero’s speeches, in the distant future the infamous names of the military junta will only survive as footnotes to Rodolfo Walsh’s text. This is the stuff of politically potent literature. Walsh described his text as a letter from a writer to the Military Junta, and contrary to his usual practice with the texts that he wrote for the CGT (General Confederation of Labour) and Montoneros, he decided to sign it with his name and identification number. In this final text the individual writer and the anonymous militant were reunited. But the failure of the revolutionary project, the deaths of his comrades and the importance of denouncing the crimes of the dictatorship, re-ignited rather than extinguished his desire to write fiction, to set out broader contexts and 62

more profound analyses than those permitted by the immediacy of journalism or political obligations. ‘A few weeks before his fiftieth birthday’, recounts his partner Lilia Ferreyra, ‘he decided to set himself two challenges for 24 March 1977, the first anniversary of the Military Junta government: one was to finish his story ‘Juan Was Going Down the River’ and the other was to disseminate a document criticizing the crimes of the dictatorship’ (this obviously refers to the Open Letter). The story would go on to become part of the the first novel that Walsh was planning, but would never complete. And if Walsh’s death - that death which, according to a myth as dubious as it is timeless, is what gives final sense to the life of man – has come to be associated only with the Open Letter, it is due, in part, to an irony of fate. Walsh met both his challenges, but what the soldiers were looking for – the Open Letter – escaped the net; in contrast, the text of the novel, in which they were neither interested nor could they understand, was seized from the San Vicente estate, and to this day, like its author, remains disappeared. (Translation and note by Cathal Sheerin)

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Carmen Boullosa ‘Lengua’ Qué les puedo decir a los demás de mi embalsamada palabra si poco sé de ella. Susana Chávez, poeta asesinada en Ciudad Juárez Soy la lengua mutilada. Me cercenaron de un cuerpo para atormentarlo, querían causarle dolor y dejar muda la acusación de la infamia. Provocar miedo. Soy la lengua que guarda el dolor. Hablo en el papel porque me arrebataron del húmedo aire de la boca. Soy la mutilación. Yo denuncio la crueldad, el sinsentido, la desobediente obediencia al horror. Vivimos en un cuento de hadas: nada tiene signo político, la sangre se derrama sin causa – sin redención –, las cabezas ruedan por el gusto de verlas rodar. Los hacedores son impunes. Encuentran cómplices en las ramas del gobierno. Se decretó una guerra que es violencia y mentira. Yo soy la lengua mutilada. La de los que han caído y se guardan adentro de sus cadáveres como acostadas en féretros tristes. 64

Soy la lengua mutilada. Me cercenaron de un cuerpo para atormentarlo, querían causar dolor y dejar muda la acusación de la infamia. Soy la lengua que guarda el dolor. Soy la lengua cuyo verdugo queda impune.

El verdugo, de la mano del juez y el gobernador, la pasa bien. Son sus tiempos de gloria. El ejército de lenguas mutiladas – periodistas, activistas, familiares de desaparecidos o asesinados, los que pasaban por ahí por error, los enganchados con violencia o con la cómplice miseria – también pasa por un momento de esplendor: cada día somos más las silenciadas, y cada día hablamos más aquí.

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Carmen Boullosa ‘Tongue’ What can I say to others about my embalmed word if I know little of it. Susana Chávez, poet murdered in Juárez I am the mutilated tongue. They severed me from a body to torment it, they wanted to cause pain and leave my accusation of infamy mute. To provoke fear. I am the tongue that guards pain. I speak on paper because they snatched the moist air from my mouth. I am mutilation. I denounce cruelty senselessness, disobedient obedience to horror. We live in a tale from Hades: nothing has political significance, blood is shed without cause—without redemption— heads roll for the pleasure of watching them roll. The doers are impune. They find accomplices in all branches of the government. A war of violence and lies was decreed. I am the mutilated tongue. The one of those that have fallen and are guarded inside their cadavers as if lying in their sad coffins. 66

I am the mutilated tongue. They severed me from a body to torment it, They wanted to cause pain and leave my accusation of infamy mute. I am the tongue that guards pain. I am the tongue whose executioner remains impune. The executioner eats from the hand of the judge and the governor, enjoys himself. These are his glory days. The army of mutilated tongues —journalists, activists, relatives of the disappeared or murdered, those who walked by on accident, those caught in violence or in its accomplice misery— is also passing through a moment of splendor: each day we, the silenced, number more and each day we speak more here.

(Translated by David Shook)

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Claribel Alegría ‘Impunidad’ A Susana Chávez Castillo, poeta asesinada La impunidad se extiende en nuestra América se multiplica exige nos vuelve indiferentes. Caen en cascada periodistas poetas escritores cometieron el crimen de denunciar al crimen y no cerrar la boca y echar a volar asesinatos delitos violaciones y que sepan los niños y lo lean los estudiantes y los viejos. Unámonos, hermanos unámonos denunciemos al crimen y a todos aquellos que quieren silenciarlo. Unámonos, unámonos La impunidad avanza y nos vuelve cobardes. 68

Despertemos hermanos y entre todos un tajo en la cerviz de la medusa a esa impunidad de múltiples cabezas que amenaza tragarnos.

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Claribel Alegría ‘Impunity’ To Susana Chávez Castillo, murdered poet Impunity extends over our America multiplies demands turns us indifferent. They fall in cascade journalists poets writers they committed the crime of denouncing crime and not closing their mouths and flushing out assassinations crimes rapes and may the children know and may the students read it and the old. Let’s unite, brothers let’s unite we denounce crime and all those that want to silence us. Let’s unite, let’s unite Impunity advances and turns us into cowards. 70

Let’s wake up brothers and between us all gash the neck of the medusa to that impunity its multiple heads that threaten to swallow us. (Translated by David Shook)

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Claudia Sánchez ‘Valentía’ Elegía a Erick Fernando Martínez Ávila, Periodista hondureño asesinado el 4 de mayo de 2012 Tegucigalpa tan envilecida te encuentro que logro ver mi sombra reflejada en pleno mediodía. Tegucigalpa tan mía, tan odiada, tan jodida. Tengo que ir a un velorio en ti y no he tenido más opción, entre aguacates podridos y tríadas dieciseisavas. Tegucigalpa hoy quiero coger su verde y azul mundo Y estrellarlo sobre sus cabezas echas rabia. ¡Pucha compa! que hijos de sus grandísimos y putos padres que los engendraron. Sí, ya sabes esos cabrones durmiéndote entre odios diversos y tu necia guerrilla de calle.

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Según ellos te llevaron ¿Pero por qué, si no te fuiste? no te vas de mí si logro cada día ver esos chicos ojos brillar. ¡Es que puta compa! acuérdese de brillar en mis noches, con esa lluvia de risas. Tegucigalpa qué gran diferencia morir en tus calles que te maten en una carretera hasta luego compa, amigo, hermano hasta siempre Valentina.

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Claudia Sánchez ‘Valour’ Elegy for Erick Fernando Martínez Ávila, Honduran journalist murdered on 4 May 2012 Tegucigalpa I find you so vilified that I can see my shadow reflected at the height of midday. Tegucigalpa so mine, so hated, so fucked up. I must attend a wake in you and haven’t had any choice, but between rotten avocados and code three-sixteens1. Tegucigalpa today I want to take your green and blue world and smash it over their heads burst into rage. Shoot, man! What sons of the enormous bitches that begat them.

1 Code three-sixteen is a special command employed by military intelligence counterinsurgents, based on the law of the Doctrine of National Security, charged with kidnapping, torturing, and assassinating proclaimed socialists. 74

Yes, you already know those bastards as you sleep between hatred and your dumb street warrior. According to them, they took you. But why, if you didn’t go? You can’t leave me if every day I can see those small eyes shine. But damn, man! Remember to shine through my nights, with that rain of laughter. Tegucigalpa what a big difference to die in your streets than to be killed along the highway until later man, friend, brother until always Valentina.

(Translated by David Shook)

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David Shook ‘Programa Político’ Dadme un balcón y seré presidente. José Maria Velasco Dadme un balcón y seré el próximo cadáver. Amontonad mi carne magullada en la pila de periodistas sacrificados, cuestionadores enamorados de la esperanza, familias espectadoras, perros callejeros atropellados. Que la masa concentrada de nuestros cuerpos escriba en la tierra la letra A en un crudo Braille, para ser borrada por la excavadora analfabeta. Que las células de mi corazón estallen y se desintegren hasta que el órgano sea un terrón cruzado de lombrices, que la tierra que nuestro deteriorado partido crea tan sólo deje crecer la buganvilia, un arbusto rebosante de sangre púrpura.

(Translated by David Shook and Gaspar Orozco)

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David Shook ‘Campaign Platform’ Give me a balcony, and I’ll become the next president. José Maria Velasco

Give me a balcony, and I’ll become the next corpse. Pile my dented meat in the stack of slaughtered pencil pushers, hope-infatuated questioners, bystander families, strays battered by cars. May the lumped mass of our bodies mark a crude Braille A on the earth, to be erased by an illiterate bulldozer. May the cells of my heart burst and disintegrate until the fist-sized organ is a clod of dirt veined with worms, may the earth my deteriorated party makes allow only bougainvillea to grow, in a bush overflowed with purple blood.

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Dennis Orlando Escobar Galicia PEN Guatemala

UNA VOZ QUE INTENTAN SILENCIAR Ese día, como de costumbre, Exvedi, el joven maestro y escritor por afición, se encaminó cargado de libros y de entusiasmo a la escuela rural donde labora desde hace varios años. En el camino de terracería se encontró con varios de sus alumnos quienes muy atentos y bullangueros le ayudaron a reducir la carga de libros y cuadernos. Todos esos niños, sin excepción, son muy felices con el “profe Ex” (así le llaman cariñosamente) porque a diario les habla de los libros que lee en la noche y de los poemas que escribe, además se los presta para que se los lleven a casa y los lean en compañía de la familia. Llegaron a la escuela unos minutos antes de que sonara la campana y todos pudieran ingresar al Aula Miguel Ángel Asturias, así bautizada por iniciativa del profe en honor al Premio Nobel de Literatura 1967 que llena de gloria al país del que son oriundos. El profe Ex inició la jornada leyéndoles a sus pupilos los principales titulares del diario de mayor circulación de fecha anterior. A la aldea, por su distancia de la ciudad, tan solo llega uno de los diarios del país pero con un día de atraso. De esa cuenta para los alumnos de esa recóndita escuelita del área rural es un privilegio tener acceso a la información. Enseguida de la lectura de los titulares, varios alumnos pasaron al frente a leer el detalle de las noticias. El ambiente se tornó polémico, en virtud de que se preguntó por el significado de algunas palabras de difícil comprensión, además del tratamiento de la información de algunas noticias que después fueron reescritas por los estudiantes. En esta ocasión la discusión tardó más del tiempo asignado, pues la noticia más relevante fue la de la medalla de plata que un joven tan humilde como ellos, había obtenido en la especialidad de marcha en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Alumnos y maestros estaban profundamente emocionados. Todos querían participar y externar su admiración por el deportista Erick Barrondo que con veintiún 78

años de edad y originario de una sencilla aldea les había ganado a marchistas de gran renombre y de países con experiencia olímpica. La noticia se prestaba para ser utilizada en el desarrollo de las otras materias que impartía el profesor Exvedi, por lo que en Estudios Sociales hablaron sobre las desigualdades sociales existentes en un país que como Guatemala es rico en recursos naturales, pero que la mayoría de su población vive en pobreza, tal el caso de Barrondo. También se conversó que el Estado guatemalteco destina más presupuesto al Ministerio de Defensa que a los Ministerios de Salud, Educación, Cultura y Deportes. Hasta para la clase de Matemática se utilizó la noticia, pues los alumnos infirieron a través de los números los recursos económicos que requiere un deportista para tener una alimentación nutritiva. Se sorprendieron al saber que los trabajadores del campo devengan un salario tan bajo que apenas si les alcanza para sobrevivir, y que si se dedican a algún deporte como la marcha que es de los menos costosos, no les alcanza su salario para comprar los zapatos tenis. En amena discusión estaban todos los participantes, maestro y alumnos, que no escucharon cuando sonó la campana anunciando el final de la jornada académica. Fue el hambre y la llegada de los encargados de limpieza los que los sacaron de tan didáctica y amena discusión. Todos, con la misma alegría del inicio y remedando el caminar del laureado marchista, se encaminaron a sus viviendas a degustar el almuerzo de tortillas y frijoles y a prepararse para las actividades de fin de día. Los alumnos a ayudar a sus padres en las faenas agrícolas y el profesor a calificar los trabajos de sus estudiantes y a organizar las clases del día siguiente. Ya entrada la tarde, el profe se dirigió al único café-internet de la aldea para investigar temas de su interés y enviar información a diferentes redes, así como también para comunicarse con sus colegas escritores. Cuando empezaron a salir las luciérnagas de la noche y en los faroles del alumbrado público revolotearon los insectos nocturnos, el profe abandonó el caféinternet y se encaminó por una de las pocas empedradas calles de la aldea, llegó a una tienda para comprar alimentos y cuando se disponía a retirar un individuo que consumía licor se le interpuso en la salida y asiéndolo del brazo lo increpó con palabras soeces. 79

__Profesorcito de mierda usted no hace caso. Ya le dije que deje de seguir sacando esa su revistita con noticias que me dañan. Si no entiende le voy a pagar a unos cuates para que lo manden al infierno. Bruscamente zangoloteó al profe y lo quiso obligar a que se dieran de trompadas. Al ver que el mentor no accedía a sus deseos le aventó unos puñetazos y le profirió una serie de insultos, gritándole nuevamente que si continuaba sacando su revista le iba a matar. Con la sensatez que lo caracteriza, el joven editor de la revista sobre denuncias medioambientales se dirigió, en ese mismo momento, a la oficina de derechos humanos de la aldea para presentar su denuncia con pelos y señales. Denunció al individuo que lo había agredido, diciendo que su malestar se debe a que en la revista que él edita se han publicado notas sobre la deforestación, la minería ilícita, la proliferación de basureros en la vía pública y demás temas ecologistas. De regreso a su casa elaboró un comunicado denunciando el atropello y los continuos ataques de que es objeto por expresar su descontento en contra de quienes afectan el medio ambiente y depredan los recursos naturales. Lo concluyó a media noche y se dispuso a dormir, pensando en la escuela y sus alumnos, y en enviar el comunicado vía internet a los medios de información del país, a las redes sociales y organizaciones pro defensa de la libertad de expresión, tal el caso de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), El Centro PEN Guatemala y el Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (CERIGUA). “La libertad de expresión es vista como un tabú en muchas regiones de Guatemala, y los comunicadores sociales corremos muchos riesgos”, dice Exvedi en su denuncia publicada en la Revista Códice del PEN Guatemala. --------------------*****-----------------El tiempo ha transcurrido y el atentado contra Exvedi continúa impune, mientras él, pese a la zozobra, continúa ejerciendo su labor docente para obtener un salario y poder sobrevivir, y enviando sus escritos periodísticos a diferentes medios alternativos. ¡Esperamos que nunca lo logren silenciar!

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Dennis Orlando Escobar Galicia PEN Guatemala

A VOICE THEY TRIED TO SILENCE That day, just like any other, Exvedi, the young teacher and amateur writer, headed off to the rural school where he had been working for a few years, laden down with books and enthusiasm. He met a few of his fun-loving but mannerly students along the dirt road and they helped relieve him of this heavy load of books and copybooks. All the children, without exception, were very happy with ‘Mr Ex’ (as they affectionately called him) because every day he would talk to them about the books he read at night and the poems he wrote, on top of that, he also loaned them to the students so they could read at home with their families. They arrived at school a few minutes before the bell and everyone went into the Miguel Ángel Asturias Room, which the teacher had named in honour of the 1967 Nobel Laureate for Literature, who had brought glory to their native country. Mr Ex began the day by reading yesterday’s headlines from the most popular newspaper to his pupils. Because of the distance to the city, only one national newspaper made it to the village, but always a day late. For the students of the remote little rural school, this signified that access to information is a privilege. Straight after reading out the headlines, a few students would come up to the front of the class to read the articles in full. The atmosphere grew argumentative, by virtue of questions about the meaning of words that were difficult to understand, and the students later rewrote some of the news given in the reports. On this occasion the discussion ran over time, with the most important news being a silver medal that a young man as humble as them had won in the race walking at the 2012 London Olympics. The students and teachers were deeply moved. Everyone wanted to take part 81

and show their admiration for the sportsman Erick Barrondo, who came from a modest village and at twenty-one years of age had beaten famous race walkers from countries that had previous Olympic experience. Mr Exvedi borrowed this piece of news to develop the other subjects he taught; in social studies they talked about the social inequalities that existed in a country like Guatemala with rich natural resources, but with the majority of the population living in poverty, like Barrondo. They also discussed how the Guatemalan state gives more money to the Ministry of Defence than the Ministries of Health, Education, Culture and Sport. He even used the news in maths class, as the students worked out the economic resources needed for an athlete to have a nutritious diet with the numbers given. They were surprised to learn that the people who worked in the fields got a wage almost too low to live off, and if they took part in any sport like race walking, which is one of the cheaper ones, their pay wouldn’t even buy them a pair of trainers. The whole class, students and teacher, were engaged in such lively discussion that they didn’t hear the end of day bell. Only hunger and the arrival of the cleaners jolted them out of their entertaining and instructive discussion. As happy as they started out that day, everyone mimicked the gait of the medalwinning walker on their way home to have their lunch of tortillas and beans, and get themselves ready for the rest of the day’s activities. The students would help their parents with farming tasks, and the teacher would mark his students’ work and plan the following day’s classes. In the afternoon, the teacher went to the village’s only internet café to research things that interested him, send information to different networks, and to communicate with fellow writers. When the night-time glow-worms started to appear and nocturnal insects began 82

flitting around the street lights, the teacher left the internet café and walked along one of the only paved streets in the village to a grocery shop. When he went to leave, a guy who had been drinking spirits stepped between him and the door, steadied himself with his arm, then shouted angrily, his words crude. ‘You piece of shit teacher, you never listen. I already told you to stop publishing your little rag and those stories. If you don’t get what I’m saying, I can pay some people to make you understand.’ Suddenly, he started shaking the teacher, trying to force him into throwing a few punches. Realising that the teacher was not giving in, he gave him a few thumps and hurled a series of insults, shouting that if he continued bringing out the magazine he would kill him. With the good sense he was known for, the young editor of the environmental magazine headed straight to the village human rights office to make his complaint in minute detail. He reported the man who had assaulted him, saying that the problem arose from some articles about deforestation, illegal mining, the huge amount of rubbish dumps on public roads, and other ecological matters in the magazine he published. When he got home he drew up a statement condemning the assault and the continuing attacks he is subjected to for expressing his qualms with people who harm the environment and prey on natural resources. At midnight he finished up and got ready for bed, thinking about the school and his students, and about sending the statement to the national media, to social networks, to organisations that supported free speech, like the Guatemalan Association of Journalists (APG), PEN Guatemala and the Centre for Guatemalan News Reports (CERIGUA). ‘Freedom of speech is seen as taboo in many parts of Guatemala, and social communicators like us run many risks,’ says Exvedi in his report published in PEN Guatemala’s Códice magazine.

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Time has passed and the attack against Exvedi remains unpunished, while he continues to teach, despite his anxiety, so that he can earn a living and survive, while he keeps sending his journalistic pieces to various alternative media. We hope he will never be silenced! (Translated by Jennie Rothwell)

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Elena Poniatowska DECLARACIÓN ‘En México, decir la verdad es jugarse la vida. A cada reportero o reportera, a los jóvenes hombres y mujeres que conforman la infantería de un periódico deberían preguntarles: ‘¿Está dispuesto a morir?’ En las ciudades del norte de la república, los periodistas son cazados como conejos y hasta ahora nadie ni nada los ha protegido. Todas las armas son corruptas. Los números ‘oficiales’ son muchos; algunos dicen que de 2000 a 2011 han muerto 74 periodistas, otros que son 83, otros más que son 80. Lo terrible es que el número aumente. El 30 de mayo de 1984, Manuel Buendía fue asesinado en la ciudad de México porque escribía la columna ‘Red Privada’, reproducida en sesenta periódicos mexicanos: sus temas eran el narcotráfico y la corrupción del Gobierno. Fue el primer columnista muerto que conocí y desde entonces pregunto ¿hasta cuándo ejercer el periodismo será una sentencia de muerte? ¿Cuánto tiempo más debemos esperar para que las autoridades ofrezcan garantías reales que protejan la vida, la profesión? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que dejemos de ser el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo? Desde 1960, el Comité de Escritores en Prisión defendió los casos de 900 escritores torturados, difamados, encarcelados y por eso recibimos con gusto al presidente del Pen Club Internacional, el escritor John Ralston Saul, que nos ayuda con su presencia a no perdernos, porque finalmente escribir es nuestra libertad.’

(Texto leído come parte del evento PEN Protesta! en México DF el 29 de enero de 2012)

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Elena Poniatowska STATEMENT ‘In Mexico, telling the truth means risking your life. Every reporter, every young man or woman who takes up the frontline for a newspaper should be asked: ‘Are you ready to die?’ In the northern cities of the Republic, journalists are preyed on like rabbits, and until now, nobody has ever protected them. ‘All arms are corrupt. ‘There are plenty of ‘official’ numbers, some say that between the year 2000 and 2011, 74 journalists died, others say 83, others say 80. The terrible thing is that the number is increasing. On the May 30 1984, Manuel Buendía was murdered in Mexico City because he used to write a column called ‘Private Network,’ reprinted in sixty Mexican newspapers, dealing with drug trafficking and government corruption. He was the first columnist that I knew who died, and since then I have wondered, when did journalism become a death sentence? How much longer do we, as a profession, have to wait for the authorities to offer real guarantees that protect lives? How much time before we stop being the most dangerous country in Latin America for journalism? Since 1960, the Writers in Prison Committee have defended the cases of 900 tortured, defamed and imprisoned writers, and for this reason we welcome the President of PEN International, the writer John Ralston Saul, whose presence helps us to not lose our way because, at last, writing is our freedom.’ (Text read at the PEN Protesta! event in Mexico City on 29 January 2012. Translated by Jennie Rothwell)

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Elsa Tió PEN Puerto Rico ‘Impunity’ Del tirano? Del tirano Di todo, ¡ di más !; y clava Con furia de mano esclava
 Sobre su oprobio al tirano. ¿Del error? Pues del error Di el antro, di las veredas oscuras: di cuanto puedas
 Del tirano y del error. José Martí Inclina el oído y oye mis palabras mira este pueblo y tiembla que nos gobierna un tirano, que acecha las palabras como perro de presa, las persigue, las muerde, las destroza ebrio de nada le teme a la memoria, hay flores enterradas en su frente y todo se marchita en su mirada Porque quiero renacer en las palabras que descubren abismos y traiciones que celebran el rocío, la lluvia y la luz de pájaros inquietos. quiero escribir con los cuajos de sangre derramada con tinta de valor y desafío Impune esta el dolor cuando le arrancan las alas a los versos para darle vida al que se arrastra. 87

impune la codicia que es un zarpazo de la muerte en vida. Impune esta el saqueo a las estrellas, sueños, semillas y océanos y un barco de esperanzas se desnuca y llega el desaliento con sus sombras. Quiero palabras desnudas de ornamentos, sobre el duro horizonte del obstáculo que provoquen enamorar al viento. Soy los ojos de las cerraduras que conocen como acecha la muerte a las palabras justas, libres, verdaderas con sus alas de fuego que se incrustan en el alma de los pueblos. No ha caído suficiente lluvia para arrastrar la corrupción de un golpe, ante esta tierra seca que nos frunce el ceño, quiero un diluvio y un arca de Noé enamorada de letras y semillas, que reverdezcan al borde de la vida para esparcir sus golpes de esperanza.

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Elsa Tió PEN Puerto Rico ‘Impunity’ Of the tyrant? Of the tyrant Say everything, say more! And drive With the fury of an enslaved hand your injury to the tyrant Of error? Well of error Say the antrum, say the dark Sidewalks: say as much as you can About the tyrant and error. José Martí Lower your ear and hear my words look at this town and tremble because we’re governed by a tyrant, who stalks words like a bloodhound, he chases them, bites them, destroys them drunk on nothing he fears memory, there are flowers buried in his forehead and everything withers in his gaze. Because I want to be reborn in words that discover abysses and betrayals that celebrate the dew, the rain and the light of restless birds. I want to write with the curds of blood shed with the ink of courage and defiance.

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Unpunished this pain when they tear off verse’s wings to give life to he who crawls. Unpunished the greed that is a blow of death in life. Unpunished this looting of the stars, dreams, seeds and oceans and a boat of hopes has its neck snapped and discouragement arrives with its shadows. I want words stripped of ornament, over the hard horizon of obstacle that provoke falling in love with the wind. I am the eyes of the locks that know how death spies on the words that are just, free, true with their wings of fire that are encrusted in the heart of the people. Not enough rain has fallen to wash away our corruption with one stroke, before this dry land that furrows our brow, I want a flood and Noah’s ark in love with letters and seeds, that make the edge of life grow green again to scatter its strokes of hope.

(Translated by David Shook)

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Erick Tejada Carbajal LA VOZ QUE INTENTARON ESTRANGULAR Según la Real Academia Española de la lengua, impunidad se define como . En Honduras, esa palabra, lejos de ser un concepto, es una oscura y rutinaria realidad. Los tentáculos de la impunidad son tan rollizos y numerosos que envuelven cotidianamente a la opinión pública y a la gente, siendo la perpetua resignación el único mecanismo de defensa que los hondureños hemos desarrollado en el país con la mayor tasa de homicidios a nivel mundial. En Honduras, la muerte es el pan de cada día y viaja en pequeñas motocicletas, grandes camionetas blancas y hasta en sendas y sonoras patrullas de policía. El 90% de las muertes violentas flota plácidamente en las tranquilas aguas de la impunidad, y la autocensura periodística es ahora una sutil enseñanza en las escuelas de periodismo. Aquel 5 de mayo, Erick Martínez Ávila se enfundó su ya desteñida camisa negra, un suéter rojo bordado por su madre y la indispensable gorra multicolor con la estrella roja de cinco puntos en el cénit, apuntando siempre al horizonte. Esa era regularmente la indumentaria de batalla de Erick, ya que sus luchas eran muchas; y las libraba simultáneamente, teniendo como certero fusil, su voz, su conciencia y sus convicciones, añejas y sólidas como un roble. Doña Yolanda, su madre, recuerda una y otra vez esa última conversación telefónica con su hijo, en la cual mediaba la frialdad de un tosco aparato celular, mientras se seca laboriosamente las lágrimas y voltea a ver de reojo la silla vacía en el comedor de su casa. La Fiscalía del Estado, el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia se han transformado en meros entes decorativos. La impunidad campea sigilosa entre esos antiguos y desvencijados expedientes engavetados eternamente y que representan la sangre inocente de un pueblo que ha comprendido a sangre y a fuego que Temis, la diosa griega de la justicia, en Honduras, no tiene venda, que la balanza sí se inclina por unas cuantas monedas y que juzga según tu 91

apellido, tu ropa o la magnitud de tus influencias. La infamia disfrazada de muerte intentó estrangular la poderosa voz de Erick aquella nublada tarde de mayo; sin embargo, la voz de Martínez Ávila se ha multiplicado y ha invadido con ávida sabiduría a otros compatriotas, y la resignación colectiva, pusilánime acompañante del pueblo, hoy se encuentra en agonía y a punto de sucumbir: hordas de jóvenes periodistas y dignos ciudadanos comprenden y enaltecen el ejemplo de Erick, y han asumido la responsabilidad de velar por que esa inolvidable voz, de verdad y justicia, jamás se apague y nunca descienda a los nebulosos abismos del olvido. Hoy, en las movilizaciones populares se escucha el grito sonoro de la multitud , mientras todos nos volteamos a ver con cierta suspicacia preguntándonos ¿Quién será el siguiente? Aunque también se transpira un valiente sudor con sabor a esperanza, esperanza de que algún día, las miles de preguntas finalmente tengan respuesta. 28 fulgurantes voces han sido aplacadas violentamente desde 2007 y de esas 28, catorce lo fueron desde 2010, cuando asumió la presidencia Lobo Sosa, en el marco de un sangriento golpe de Estado cuyos ejecutores también pululan impunes por las avenidas de Tegucigalpa y San Pedro Sula. Los familiares y amigos de Erick caminan ahora junto al pueblo, con una acumulada sed de justicia y con un profundo hueco que lacera sus almas; pero sabiendo, que de ese resquicio, emana un inextinguible fuego, que ilumina el sendero a transitar, por todo un país.

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Erick Tejada Carbajal THE VOICE THEY TRIED TO STRANGLE According to the Royal Academy of the Spanish Language, impunity is defined as ‘lack of punishment.’ In Honduras that word is no more a concept than a dark daily reality. The tentacles of impunity are so plump and numerous that they envelop people and public opinion on a daily basis. For us Hondurans perpetual resignation has become our only defence mechanism in a country with the highest homicide rate in the world. In Honduras, death is our daily bread and it travels around on little motorbikes, in big white vans, and along pathways and on noisy police patrols. Ninety per cent of violent deaths float placidly on the tranquil waters of impunity, and journalistic self-censorship is now being subtly taught in journalism schools. This year, on the fifth of May, Erick Martínez Ávila slipped on his faded black t-shirt, a red jumper embroidered by his mother, and his all-important multicoloured cap with a five-pointed red star on its peak, always pointing towards the horizon. This was Erick’s usual battle uniform, since he had seen many struggles, and fought them simultaneously with that voice like a heat-seeking missile; his conscience and conviction as mature and solid as an oak. His mother, doña Yolanda, recalls over and over again that last phone conversation with her son, separated by the coldness of a cheap mobile phone, while she industriously dries her tears and turns around, seeing the empty chair at her dining table out of the corner of her eye. The District Attorney, the Attorney General and the Supreme Court of Justice have become mere decorative entities. Impunity stealthily makes an appearance between those musty old files that are shelved for eternity, representing the innocent blood of a people who have violently understood that Themis, the Greek goddess of justice, wears no blindfold in Honduras, and that the balance is tipped by a few coins and you are judged by your surname, your clothes or the power of your connections. 93

Infamy disguised as death tried to choke Erick’s powerful voice on that cloudy day in May; however, the voice of Martínez Ávila has multiplied and overwhelmed other compatriots with its thirst for knowledge. Collective resignation, that fainthearted companion of the people, today finds itself in the throes of death and on the brink of surrender, as hordes of young journalists and noble citizens understand and praise Erick’s example. They have assumed the responsibility of keeping vigil for this unforgettable voice of truth and justice, never fading nor descending into the hazy depths of oblivion. Today, clamorous shouts of ‘Erick Martínez is among us!’ are heard in the crowd at demonstrations, while we all look around, wondering, with a certain wariness, who will be next? Although we perspire a brave sweat that tastes of hope, the hope is that one day the thousands of questions will finally have answers. Twenty-eight glittering voices have been violently stifled since 2007, and of the twenty-eight, fourteen were killed since 2010, when Lobo Sosa took office as president, amidst the backdrop of a bloody coup where the lead perpetrators swarmed unpunished around the streets of Tegucigalpa and San Pedro Sula. The friends and family of Erick now walk alongside the people, with a collective thirst for justice and a deep hollow that cuts through their souls; but knowing that an inextinguishable fire emanates from this opening, lighting up the road to be travelled for a whole country. (Translated by Jennie Rothwell)

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Gaby Vallejo Canedo PEN Bolivia ‘No Pudimos Ser de Otra Manera (con Rabia por la Impunidad)’ Soy la voz del que fue herido de bala en una calle por haber escrito un poco del maléfico negocio de las armas. Soy la periodista asesinada a tiros por haber denunciado la red de poderosos de la prostitución de niños. Soy el locutor que usó la palabra para contar a los otros que la red de narcotráfico penetró en mi barrio y me acuchillaron. Soy la que desde el periodismo de investigación descubrí que los niños de mi país se perdían para ser despojados de sus órganos para que otros vivieran. Soy el que se atrevió a mostrarse en los canales de televisión para hablar con mi derecho de ser humano sobre la tela-araña de la corrupción y me dejaron muerto en una cuneta. Soy el que mataron a la salida de una reunión de amigos porque escribí sobre el dinero sucio que se usó para la campaña política del candidato más poderoso. Soy la que nació amando la palabra y no sabía que por ella me segarían tempranamente. Soy el que creía que la escritura era el mejor instrumento de los seres humanos para crecer y por eso me cortaron las manos. Soy la que amó la voz humana por su fuerza, la palabra escrita por su poder y me quitaron del camino reventando mi cuerpo con una bomba.

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Soy la voz de todos ellos y no aguanto más haber nacido con tanta belleza en mis manos, en mi voz y no haber encontrado quien me ampare. Haber nacido para la belleza y haber muerto en medio del mal organizado. Pero nosotros no hubiéramos podido vivir de otra manera. Nació con nosotros la voz. Algunos, habrán cambiado al oírla o pensado o prometido cosas con nuestra muerte. Y eso basta. No pudimos ser de otra manera…

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Gaby Vallejo Canedo PEN Bolivia ‘We Couldn’t Be Any Other Way (with Rage against Impunity)’ I am the voice of he who was injured by a bullet on a street for having written a little about the evil arms trade. I am the reporter shot down for having denounced the network of the powerful behind child prostitution. I am the presenter who used the word to inform others the drug-trafficking network had penetrated my neighborhood, and they stabbed me. I am she who through investigative journalism discovered that the children of my country were lost to be stripped of their organs so that others would live. I am he who dared to show myself on television to speak with my right as a human being about the spider web of corruption and they left me dead in a ditch. I am he that they killed leaving a meeting with friends because I wrote about the dirty money that was used for the most powerful candidate’s political campaign. I am she who believed that writing was human beings’ best instrument for growing and for that they cut off my hands. I am she who loved the human voice for its force, the written word for its power and they removed me from their path by exploding my body with a bomb. I am the voice of all of them and I can’t stand it any longer to have been born with so much beauty in my hands, in my voice, and not to have found anyone to protect me.

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To have been born for beauty and to have died amidst the disarray. But we couldn’t have lived any other way. Our voice was born with us. Some would have changed at hearing it or thought or promised things with our death. And that’s enough. We couldn’t be any other way. (Translated by David Shook)

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Gioconda Belli ‘Impunidad’ Caen sin ruido las hojas de los árboles su verdor, su vida se extingue sin que el bosque aminore el bullicio de su desbordada, violenta vitalidad. Entre las ramas, los pájaros soñolientos si acaso percibirán el suave descenso melancólico el fulgor de las quebradas nervaduras aleteando Así en las humeantes ciudades un lunes, martes o jueves un par de zapatos salpicado de sangre queda abandonado en el pavimento Desde las gradas de la escuela el niño vuelve el rostro y recuerda el gesto perdido del padre En casa el perro a las cinco de la tarde yace al lado de la puerta que su dueña jamás abrirá En el armario los vestidos de colores languidecen víctimas de la doliente cobardía del esposo La noche encuentra la cama vacía y se acomoda en el muelle declive que antes ocuparan el soñador y su sueño. Un Lunes, Martes o Jueves, Las palas abren huecos en los cementerios 99

la tierra recibe a destiempo la voz, el perfil, la pluma del sentenciado En la espesura de la ciudad desaparece el arma del crimen tras el silencio a voces de los confabulados. Caen sin ruido las hojas de los árboles. Así descienden los asesinados a sus tumbas. ¿Despertarán los pájaros?

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Gioconda Belli ‘Impunity’ They fall without noise the leaves of the trees their green, their life is extinguished without reducing the bustle of the forest of its overflowing, violent vitality. Between the branches, the drowsy birds perhaps notice the soft descent melancholic the brightness of the broken nervature fluttering Like this in the smoldering cities one Monday, Tuesday or Thursday a pair of shoes splattered with blood sits abandoned on the pavement. From the steps of the school the boy turns his face and remembers his father’s lost expression At home at five in the afternoon the dog lies on one side of the door that its owner will never open again The colorful dresses languish in the dresser victims of the husband’s painful cowardice Night finds the bed empty and moors itself in the sloped dock that the dreamer and her dream once occupied

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One Monday, Tuesday or Thursday, Shovels open holes in the cemeteries the earth unseasonably receives the voice, the profile, the pen of the sentenced In the thicket of the city the murder weapon disappears behind the silence of the confabulators’ voices. They fall without noise the leaves of the trees. This is how the murdered fall to their graves. Will the birds wake up? (Translated by David Shook)

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Gloria Guardia Vicepresidenta de PEN Internacional

IMPUNIDAD EN HONDURAS, ¿POR QUÉ? Una noticia del 14 de agosto de 2012, reproducida en los principales diarios del continente, parecía la reiteración de otras similares que se referían a sucesos acaecidos en México o Colombia: ‘El relator especial para la protección de la libertad de expresión en las Naciones Unidas, Frank La Rue’ – leía la crónica‘urge al gobierno de… a investigar y esclarecer el asesinato de 22 periodistas en lo últimos dos años.’ En este caso, la diferencia estaba en que los incidentes de impunidad concerniente a crímenes cometidos contra reporteros y comentaristas no se habían dado en países donde los carteles de la droga eran, de manera reconocida y sistemática, un negocio en colaboración con el Ejército y/o la Policía. En este caso los asesinatos se habían dado en Honduras: un país centroamericano con una extensión territorial de 112.492 Km² y una población de apenas 8 millones de habitantes que, de tres años acá y según las estadísticas, ‘tiene la mayor tasa de homicidios per cápita del mundo, con 158 homicidios por cada 100 mil habitantes en San Pedro Sula, y 99 homicidios por cada 100 mil habitantes en el Distrito Central.’1 Es más, de estos crímenes y ‘según las estadísticas, desde el año 2007, al menos 28 periodistas habían sido asesinados, 14 de ellos desde que el presidente Porfirio Lobo asumió el cargo en enero de 2010.’ Por otra parte -y de acuerdo a las investigaciones realizadas – hay evidencias de que funcionarios del Gobierno – incluyendo el Ejército y la Policía – han estado implicados en estos ataques. Y lo más grave: ‘según el Comité para la Protección de Periodistas, las autoridades han fracasado sistemáticamente en investigar estos crímenes.’ ¿Por qué Honduras?, nos preguntamos. ¿Por qué estos crímenes y el grado de impunidad existente en este pequeño país de la región? Para encontrar la respuesta es asunto de conocer algo de geografía, un poco de historia, estar al tanto del por qué de los altos índices de pobreza del país y localizar los sitios de mayor producción, distribución y venta de las llamadas drogas duras e ilegales, o Revista Semana, Todos ponen: Tasa de homicidios de algunas ciudades de América Latina (2011), Edición N°158, Bogotá: septiembre 24, 2012, pág. 47. 103

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sea, de la cocaína, morfina y heroína. Honduras es un territorio que geográficamente se encuentra en el camino entre Ecuador, Bolivia, Colombia, Panamá y México: países donde a partir de la década del setenta, del siglo pasado, se establecieron y fortalecieron las rutas de los carteles más poderosos de Latinoamérica. Nos referimos a los trayectos de transporte utilizados por las organizaciones ilícitas que se dedican al tráfico de drogas en Colombia y México. Estos carteles, hay que recordar, habían comenzado a organizarse tímidamente en México y la región andina en los años sesenta y solo se reforzaron a raíz del retorno a casa – entre 1973 y 1974 –, de los soldados norteamericanos que habían luchado en la guerra de Vietnam. Convertidos muchos de ellos en adictos al consumo de las drogas duras, estos miles de jóvenes fueron, en un principio, los mejores clientes para los productores y distribuidores de los estupefacientes. Es cierto que algunas de estas substancias habían sido, desde siempre, de consumo cotidiano en las culturas precolombinas. Pero cuando creció la demanda, se organizó la siembra, producción y purificación de las materias primas, se estableció la distribución y venta de las drogas y los carteles colombianos pronto lograron desplazar a los del Medio Oriente y del Oriente como los proveedores en el mercado estadounidense. Ahora, lo interesante es que esto coincidió en el tiempo y en la geografía con lo que más tarde se conoció como el Escándalo Irán-Contra, o Irangate. Pero vayamos por partes. A favor de la consolidación de los entonces nacientes carteles andinos jugaron varios elementos significativos, a saber: la cercanía geográfica entre la región sudamericana y los Estados Unidos, elemento que facilitó y abarató el transporte de la droga al lecho del mercado norteamericano; las narcodictaduras de Omar Torrijos y Manuel Antonio Noriega en Panamá que durante veintiún años dieron paso libre a los carteles más importantes de la región andina gracias a la corrupción de los gobernantes y del Ejército panameño, a la represión total de la libertad de expresión y a la impunidad de que gozaron estas redes criminales durante dos décadas; y last, but not least, al multimillonario apoyo del gobierno de Ronald Reagan y, en cierta medida, del de Bush (padre) a los llamados ‘Contras’: el conglomerado de mercenarios que desde campamentos en Honduras incursionaron durante casi diez años en territorio nicaragüense con el propósito de derrocar al gobierno que surgió de la Revolución Sandinista y 104

que asumió el poder en Nicaragua después del derrocamiento de la ‘Dictadura Somocista’, en julio de 1979. Este apoyo del gobierno norteamericano que dio pie a lo que hoy es conocido como el Irangate, consistió en la venta de armas al gobierno iraní cuando este se encontraba inmerso en la Guerra Irán-Irak y en la financiación, como se ha dicho, del movimiento armado conocido como ‘Contra’. Ambas operaciones, la venta de armas a Irán y la financiación de la Contra, estaban prohibidas por el Senado estadounidense. Pero el dinero fue gestionado por la CIA y por Oliver North, del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Estos lograron esquivar la prohibición mediante un complicado entramado de venta y compra de armas y de compra y venta de drogas al Cartel de Medellín, y el rendimiento de estas operaciones se depositó en cuentas bancarias en Suiza y Panamá.2 No es mera casualidad que sea a partir de este periodo cuando Honduras se convierte en el ojo del huracán de Centroamérica por ser la sede de los grupos contrarrevolucionarios. Debe añadirse que durante estas operaciones transnacionales, el Cartel de Medellín había instalado operaciones en la Península de Yucatán, en México, para facilitar la introducción de cocaína en los EE. UU. Para esta maniobra, según documentos hechos públicos recientemente por el gobierno estadounidense relacionados con el caso Irán-Contra, el Cartel contó con el apoyo de la CIA. Más aún, hoy sabemos que los traficantes colombianos de la droga apoyaban económicamente a la Contra a cambio de facilidades – entre otras, la impunidad – ofrecidas por la CIA para introducir la droga en los Estados Unidos; que las armas, provenientes de Nueva Orleans, llegaban puntualmente a los campamentos de la Contra en Honduras; y que éstas se financiaban con ganancias, a través de la venta de las drogas en el mercado norteamericano. Como es de suponer para realizar estas gestiones, el gobierno de los Estados Unidos (a través de diplomáticos y ex agentes de la CIA), y del Cartel de Medellín habían establecido una sólida estructura de trabajo, construyendo aeropuertos y puertos ‘fantasmas’ en Honduras y otros países aledaños y creando una red de distribución de la droga en los Estados Unidos. Mientras tanto y a partir de esos años la poca libertad de expresión que había en ese punto – en esos puntos – de la geografía dejó de existir y la impunidad contra los crímenes a los comunicadores se convirtió en una práctica 2 Rodney Stich, Defrauding America, Encyclopedia of Secret Operations by the CIA, and Other Covert Agencies. Alamo: Diablo Western Press, Third Edition, 1998. ISBN 0-932438-09-1

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cotidiana. Se había sembrado y había echado raíces profundas el reino del terror en esa región. Se corrompió a los jueces, a los dueños de los medios, al Ejército y a la Policía y al sistema judicial (cuando lo había). Comunicar se pagaba con la vida y esto sucedía a lo largo y ancho de Colombia, Centroamérica y México. Después del fin de las guerras en Nicaragua y Centroamérica nada ha ayudado a resolver los principales problemas internos de Honduras: la miseria extrema -un 67.8% de la población vive bajo el índice de pobreza-; la violencia e impunidad, a todo nivel, como producto de una carencia de liderazgo civil/constitucional y de la corrupción del Ejército y la Policía; la dependencia del gobierno norteamericano; y la aparición de las Maras, o sea, de las pandillas criminales que surgieron originalmente en Los Ángeles y hoy se encuentran establecidas principalmente en las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa y están asociadas a la Policía, al Ejército, y al sistema judicial nacional, provincial y distrital de Honduras. Estas pandillas criminales, la mayoría de cuyos integrantes nacieron en los Estados Unidos, hijos de padres desplazados por la violencia centroamericana de los años ochenta, se han multiplicado en los últimos años. De ellos se puede decir que son el producto de la pobreza extrema, de núcleos familiares débiles o inexistentes, y de la adopción de una serie de antivalores ligados al narcotráfico: la siembra del terror, el silenciamiento de quien ose delatarlos – como es el caso de los comunicadores – y la búsqueda del dinero fácil. Hoy, las Maras de Honduras, Salvador y Guatemala son los sicarios de los narcos o prestan seguridad a los carteles mexicanos, y más recientemente, a los colombianos también. Incluso los carteles los consideran un repositorio de contactos en los Estados Unidos, algo particularmente útil en el transporte de drogas. A las Maras se les califica como ‘la tercera generación de narcos, de una cultura mafiosa enquistada’.3 La violencia y la casi total impunidad que hoy existen en Honduras y consternan al mundo no surgieron por generación espontánea. Para combatirlas hay que conocer, como se ha dicho, la geografía y la historia; estar al tanto del por qué de las condiciones socio-económicas del país; saber el grado de corrupción que existe en el Ejército, la Policía y en el sistema judicial de ese país; y localizar los sitios de mayor producción, distribución y venta de las drogas duras e ilegales: fuentes del dinero fácil. A 2012, el eje central de operaciones de la droga dura continúa estando en México y Colombia. Y el principal mercado de estas sigue 3

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Semana, Op. Cit. Made in Mexico, p. 61.

siendo la juventud norteamericana. Para erradicar la impunidad, no basta con denunciarla. Hay que saber de buena tinta las raíces del mal para combatirlo adecuadamente.

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Gloria Guardia Vice President of PEN International

IMPUNITY IN HONDURAS, WHY? A news report in the continent’s leading newspapers on the 14 August 2012 appeared to be a repetition of similar reports from Mexico or Colombia: ‘The UN Special Rapporteur for the Protection of Freedom of Expression, Frank La Rue,’ the article read, ‘urges the government of ...to investigate and clarify the murder of 22 journalists in the last two years.’ In this case, the difference was that the unpunished crimes against journalists hadn’t taken place in countries where the drug cartels were, obviously and systematically, collaborating with the army and/or police. The murders had taken place in Honduras: a Central American country measuring 112,492 km2, with a population of barely eight million, and that – according to statistics for the last three years – ‘has the highest murder rate per capita in the world, with 158 murders for every 100,000 inhabitants in San Pedro Sula, 99 murders for every 100,000 inhabitants in the Distrito Central.’1 Among the dead, ‘are at least 28 journalists who have been killed since 2007, 14 of them since President Porfirio Lobo took office in January 2010.’ Moreover, according to independent investigations, there is evidence that government employees, including the police and the army, have been implicated in these attacks. Worse still, ‘according to the Committee to Protect Journalists, the authorities have systematically failed to investigate these crimes.’ Why Honduras? we ask ourselves. Why these crimes, why such a level of impunity in this small Central American country? To find the answer, one needs to know a little geography, a little history; one also needs to be aware of why there are such high levels of poverty in the country, and to know something about the major zones of production, distribution and sale of illegal hard drugs: cocaine, morphine and heroin. Honduras is a territory geographically located on the path linking Revista Semana, Todos ponen: Tasa de homicidios de algunas ciudades de América Latina (2011), Edition N°158, Bogotá: september 24, 2012, p. 47.

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Ecuador, Bolivia, Panama and Mexico: countries through which, after the 1970s, the most powerful cartels in Latin America established their routes. Here we are referring to the routes used by illegal organizations for the trafficking of drugs in Mexico and Colombia. These cartels, one should remember, had timidly started to organize themselves in Mexico and the Andean region in the 1970s, and only began to grow in power on the return home – between 1973 and 1974 – of those North American soldiers who had fought in the Vietnam War. Many of these thousands of young men, addicted to hard drugs, were at first the best customers of the producers and distributors of narcotics. It’s well known that the daily consumption of some of these substances dates back to pre-Columbian cultures, but when the demand grew, the planting, production and purification of these raw materials became organized. So too did the sale and distribution of these drugs, and the Colombian cartels were able to displace gangs from the East and Middle East as suppliers to the North American market. The interesting thing here is that this coincided temporally and geographically with what would later become known as ‘the Iran-Contra Scandal’, or ‘Irangate’. One step at a time however. Several significant elements enabled these fledgling Andean cartels to consolidate themselves. These were: the geographical proximity of the South American region to the United States, which made the transport of drugs to the heart of the North American market easier and cheaper; the ‘narco-dictatorships’ of Omar Torrijos and Manuel Antonio Noriega in Panama, which for 21 years gave carte blanche to the most important cartels of the Andrean region (thanks to the corruption of the Panamanian governments and army, and to the total repression of free expression and the impunity enjoyed by these criminal networks during two decades); and, last but not least, the multi-million dollar support provided by Ronald Reagan’s government, and to some extent George HW Bush’s, to the ‘Contras’ – the group of mercenaries that, for almost ten years, made incursions into Nicaraguan territory from camps in Honduras. Their aim was to bring down the government that had emerged out of the Sandinista Revolution, and which had assumed power after the overthrow of the ‘Somocista dictatorship’ in July 1979. Support from the North American government that led to what is today known as Irangate, consisted of the sale of arms to the Iranian government 109

while it was engaged in the Iran-Iraq War, and the financing, as mentioned, of the armed movement known as the ‘Contras’. Both of these operations – the sale of arms to Iran and the financial assistance provided to the Contras – were prohibited by the United States Senate. But the money was managed through the CIA and also by Oliver North of the US Security Council. The latter managed to evade the ban through a complex system of arms and drugs trades with the Medellín Cartel; the profits from these operations were deposited in Swiss and Panamanian bank accounts.2 It’s no mere coincidence that from this period on, Honduras - as a base for counter-revolutionary groups - became the eye of the Central American hurricane. It should be added that during these international operations the Medellín Cartel had begun operating in Mexico’s Yucatán Peninsula, with the aim of facilitating the delivery of cocaine to the United States. According to Iran-Contra documents recently made public by the United States government, the Cartel was supported by the CIA in this activity. Moreover, today we know that the Colombian drug traffickers gave financial support to the Contras in return for certain rewards – including impunity – offered to them by the CIA, and which allowed them to deliver drugs into the United States; we know that the arms arrived punctually to the Contra camps from New Orleans; we also know that this was financed by the sale of drugs in the North American market. In order to carry out this activity, the United States government (through diplomats and former CIA agents) and the Medellín Cartel established an organized structure, building airports and ‘phantom’ ports in Honduras and other neighbouring countries, and creating a drug distribution network in the United States. Meanwhile, in the years that followed, what little freedom of expression there had been in these territories ceased to exist and impunity for crimes against journalists became a daily fact of life. The seed had been sown and the reign of terror enabled it to take root firmly. Judges, the owners of the press, the army, the police and the judicial system (when there was one), were corrupted. Reporting was paid for with one’s life, and this was something that happened the length and breadth of Colombia, Central America and Mexico. Since the end of the wars in Nicaragua and Central America, nothing has 2 Rodney Stich, Defrauding America, Encyclopedia of Secret Operations by the CIA, and Other Covert Agencies. Alamo: Diablo Western Press, Third Edition, 1998. ISBN 0-932438-09-1

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helped to resolve Honduras’s principal problems: extreme poverty (67.8% of the population live below the poverty line); violence and impunity at every level (a product of the lack of civil/constitutional leadership and of the corruption in the army and the police); the dependence on the North American government; and the arrival of the Maras, i.e., the criminal gangs that originally appeared in Los Angeles, and which are now established in the cities of San Pedro Sula and Tegucigalpa, with connections to the police, the army and the country’s judicial system at every level. These criminal gangs, the majority of whose members were born in the United States of America – sons of fathers who were displaced from Central America due to the violence of the 1980s – have multiplied in recent years. It can be said that they are the product of extreme poverty, of weak or non-existent family units, and of the adoption of the values linked to the narcotraffickers: sowing terror, the silencing of those who denounce them – as in the case of Honduras’s journalists – and the desire for easy money. Today, the Maras of El Salvador, Guatemala and Honduras work as the narcos’ executioners, or they provide security to the Mexican, and most recently Colombian, Cartels. They are also considered a source of contacts in North America, something particularly useful for the transportation of drugs. The Maras are described as ‘the third generation of narcos, coming from a mafiastyle culture.’3 The violence and near-total impunity that exists today in Honduras, which so troubles the rest of the world, did not emerge spontaneously. To combat them, as mentioned, one must know a little history and geography; one must be aware of the socio-economic conditions of the country and the degree of corruption that exists in the army, the police and the judicial system; one should also know about the major zones of production, distribution and sale of illegal hard drugs – the source of easy money. In 2012, Mexico and Colombia continue to be the central hubs of the hard drug trade. And their principal market continues to be North American youth. In order to eradicate impunity, it’s not enough to denounce it. To fight it effectively, one has to be well-informed about its roots. (Translated by Cathal Sheerin) 3

Semana, Op. Cit. Made in Mexico, p. 61. 111

Homero Aridjis ‘En Tiempos de Violencia’ En tiempos de violencia hay ángeles que vuelan sobre las calles desoladas como si llevaran alas en los pies, con terminales de rayos en las manos se configuran en los antros de la madrugada en busca de la materia gris de gente ejecutada; corriendo por las carreteras alarmados, no traen ropajes ni joyas celestiales, ni caras fulgurantes ni voces musicales; se sabe que están allí por una huella dorada o por los dedos transparentes que acarician una boca, una teta ensangrentada; escapan de los retenes militares, de las esposas de los policías federales, acurrucados en el rincón de un baño, o en el clóset donde hay gato encerrado saltan como una sombra como un látigo para dar agua a los ametrallados; más rápidos que la mirada bajan del edificio quebrantado o descienden como silueta vana de un cerro pelado;

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son las almohadas rellenas de nada donde reposa la cabeza de la mujer violada en los basureros de la madrugada. En tiempos de violencia hay ángeles en esta nada.

‘Ciudad sin Sueño’ No duerme nadie por el cielo. Federico García Lorca, “Ciudad sin sueño” No duerme nadie en la ciudad del crimen. El miedo atraviesa los párpados cerrados. La ansiedad sella los labios de hombres escondidos en sótanos de silencio, mientras patrulleros asesinos hacen sus rondines. Jinetes pálidos recorren la avenida sin luces montados en motos negras. No llevan guadañas. Llevan metralletas, pistolas y granadas. No conocen el comercio de la palabra. Sus bocas saben a semen, ceniza y pólvora. Y a mariposas ciegas.

No duerme nadie en la ciudad del hombre. Las calles son un cementerio al aire libre, un campo de soledad donde pastan los huérfanos. su hambre de cada día. Sobre las lápidas, entre perros aullando, bailan si música el paso doble de la muerte.

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‘Con Corrupción’ a Regina Martínez, periodista asesinada en Veracruz They have brought whores for Eleusis Corpses are set to banquet Ezra Pound, Canto XLV Con corrupción construyeron casas para los pobres, pintaron paraísos falsos en los altares de las iglesias, escribieron mentiras en los pizarrones de las primarias, marcaron rostros con el signo de la bestia de la codicia, heredaron a sus hijos la rapacidad heredada de sus padres rapaces, con corrupción saquearon las tierras de sus ancestros, ensuciaron las aguas de sus descendientes, cortaron en la montaña las raíces de la ceiba madre, desfiguraron los templos de las ciudades coloniales, sus cucarachas mecánicas invadieron calles, con corrupción sus millonarios hicieron a millones más pobres, vendieron a sus hijas en los mercados sexuales y conformaron de frontera a frontera los cárteles de la droga y de la muerte, con corrupción hicieron del país un infierno de violencia extrema que riega con sangre carreteras y plazas, campos deportivos y patios escolares, con corrupción vendieron el oro de los ojos de la Virgen, invitados por la corrupción trajeron a prostitutas al altar de sus dioses y sentaron a ladrones en el banquete de la justicia.

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Homero Aridjis ‘In Violent Times’

In violent times, there are angels that fly over the desolate streets as if they were wearing wings on their feet, they take shape in the dumps of the early morning with blades of light at the ends of their fingers searching out the grey matter of executed people; alarmed, and racing along the highways, they wear no robes nor celestial jewelry, no glowing countenance, no musical voices; one learns they are there from a golden footprint or transparent fingers stroking a mouth, a bloodied breast; they escape the military roadblocks, the handcuffs of the federal police, huddle in the corner of a bathroom, or where there’s a skeleton in a closet, they spring like a shadow like a whiplash to give those mown down water; quicker than you can look they come down off the wrecked building or descend like an empty silhouette from a bald hillside; 115

they are pillows stuffed with nothing for the head of the raped woman lying in the rubbish pits of the early morning. In violent times, there are angels in this nothingness.

‘City without Sleep’

In the sky, no one sleeps. Federico Garcia Lorca, ‘City without sleep’ No one sleeps in the city of crime. Fear creeps under the shut eyelids. Anxiety seals men’s lips hiding out in subbasements of silence while patrols of killers make their rounds. Mounted on black motorbikes, pale riders rake up and down the unlit avenue. They carry no scythes, they carry machineguns, pistols and grenades. Don’t know how to exchange a word. Their mouths smack of semen, ashes and dust. And blind butterflies. No one sleeps in the city of man. The streets are an open-air cemetery, the solitariness of a field where orphans graze on their day to day hunger. On the tombstones, among howling dogs, they dance to no music. Death’s paso doble.

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‘With Corruption’ for Regina Martinez, the journalist assassinated in Veracruz

They have brought whores for Eleusis Corpses are set to banquet. Ezra Pound, Canto XLV They built houses for the poor with corruption, painted fake heavens over the church altars, wrote lies on the primary school blackboards, made the beast of greed’s mark on faces, they passed down to their children the instinct to prey their preying fathers passed down to them, with corruption they plundered their ancestors’ lands, fouled the waters for their descendents, severed the roots of the mother ceiba on the hill, in the colonial cities, desecrated the temples, their mechanical cucarachas invaded the streets, their millionaires made millions poorer, they sold their daughters in the sex markets, turned the borders into death’s domains, made the country an inferno of extreme violence, with corruption, sold the gold from Our Lady’s eyes, invited prostitutes to the altar of their gods, set thieves to the banquet of justice and sent hucksters to the House of Song.

(Translated by George McWhirter)

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‘The Violence in Mexico began with the Gods’

The violence in Mexico began with the gods. Before the cities and temples existed they already flayed, quartered, and beheaded in the rites at dawn. Painal, executioner for our lord Huitzilopochtli, was already descending from the hills, a smoldering heart cupped in his hands.

‘We are Children of Cruel Gods’

We are children of cruel gods. No point looking at their ruined pyramids. The blood still hasn’t washed from the steps. Their hands still strangle our dreams. Their likeness is graven on those stones. Their ghosts stalk our cities. Deep in the nightmare their enforcers lie in wait for us with black daggers. Should they leave this earth for elsewhere we will go back to beget them - they’ll come back up from inside us with our features, appalling, merciless. We, parents of cruel gods. (Translated by Betty Ferber. Written for PEN International’s Day of the Dead campaign 2011)

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Jennifer Clement Presidenta del PEN Club de México

LA IGLESIA DE LAS ARMAS 1. El otoño pasado, durante una visita a Estados Unidos, decidí ir a la NRA (Asociación Nacional del Rifle) en Washington D.C., pues sabía que la organización había construido en su sede central un museo, el Museo Nacional de las Armas de Fuego. La NRA es el grupo de presión más poderoso de EE.UU., cuenta con 4,3 millones de miembros. En su página web, esta organización expone que aunque no se disponga de un recuento exacto, en los Estados Unidos existen aproximadamente, según algunos cálculos, entre 60 y 65 millones de propietarios de armas, de los cuales 30 o 35 millones poseen pistolas. De acuerdo con las encuestas, al menos el 45% de los hogares americanos tienen armas de fuego. En el museo, me vino una palabra a la cabeza: fetiche, una palabra que significa literalmente: ‘algo reverenciado irracionalmente’. Para una gran parte de la población americana, las armas de fuego son objetos reverenciados irracionalmente. El museo es un lugar de culto que proclama que un arma equivale a libertad. Este museo es una ‘Iglesia de las Armas’. El museo tiene más de 2000 tipos diferentes de objetos para atacar. La muestra abarca un período que va desde el año 1350 hasta nuestros días. Hay armas que han sido utilizadas en películas de Hollywood y que pertenecieron a gente como John Wayne o Charlton Heston; está la pistola de un policía encontrada medio fundida entre los escombros de las Torres Gemelas del atentado del 11 de septiembre; también hay armas que pertenecieron a presidentes de EE.UU. El museo está dividido en pequeñas salas, como las capillas en las iglesias. Una de ellas muestra la habitación ‘típica’ de un niño de los años 50. El dormitorio está lleno de motivos bélicos, incluyendo una colcha de franela roja con dibujos de pistolas, cómics que muestran rifles, y revólveres y fusiles de juguete marrones y negros. Hay una sala dedicada a carabinas de caza, en honor a las armas utilizadas 119

por los cazadores en África. El apoyo a las armas está vinculado a la Segunda Enmienda (Enmienda II) de la Constitución de Estados Unidos, la cual forma parte de la Declaración de Derechos de Estados Unidos que protege el derecho a estar armado. Dicha enmienda establece lo siguiente: ‘En una milicia bien regulada, siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y llevar armas no será infringido’. En la práctica de esta reverencia sagrada hacia las armas de la Asociación Nacional del Rifle y del museo, y en el discurso de los políticos de derechas y de la Christian Far Right (extrema derecha cristiana), nadie habla sobre el negocio y el lucro que existe tras la venta de armamento. ¿Cuál, por ejemplo, es el beneficio anual de las armas vendidas en México al ejército, a la policía y a los carteles? ¿Quiénes son los accionistas de esa empresas? En la página web de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia Armada, uno de los grupos anti-armas de fuego más activos de EE.UU., existe un rastreador continuo que lleva un registro de las personas agredidas con un arma de fuego en los Estados Unidos. Este año el número ascendió a 73,266. Hoy, 28 de septiembre del 2012 —al escribir este artículo— han sido baleadas 96 personas. ¡No obstante —mientras escribo esta frase— ha subido hasta 99! Cada día mueren 81 personas debido a disparos de armas de fuego y muchos, muchos más, son heridos. Cada cuatro o cinco años, la Campaña Brady para Prevenir la Violencia Armada actualiza las estadísticas mundiales de muertes debidas a pistolas y rifles. En el año 2007, las armas mataron a 17 personas en Finlandia, 35 en Australia, 39 en Inglaterra y Gales, 60 en España, 194 en Alemania, 200 en Canadá y 9.484 en Estados Unidos. 2. Cuando miro las imágenes de la Tierra tomadas desde el espacio, siempre espero ver las fronteras de cada país hendidas en la propia tierra. Aunque las fronteras no puedan verse, conocemos los profundos cortes que han despedazado nuestro mundo y las trazamos mentalmente. Una línea que siempre imagino es ese terreno donde se encuentran México y Estados Unidos. La longitud total de la frontera es de 3.169 Km., de acuerdo con las cifras proporcionadas por la Comisión 120

Internacional de Límites y Agua de EE.UU., y es la frontera internacional más transitada en el mundo. Se estima que anualmente la cruzan alrededor de 250 millones de personas. Las drogas cruzan esta frontera. Las armas cruzan esta frontera. En noviembre del 2008 se llevó a cabo uno de los mayores decomisos de armas de la historia mexicana en una casa de seguridad del crimen en Reynosa, Tamaulipas. El ejército encontró 540 rifles de asalto, más de 500.000 balas, 14 cartuchos de dinamita, 98 granadas de fragmentación, 67 chalecos antibalas, siete rifles Barrett calibre 50 de francotirador y un cohete LAW (luz de armas antitanque). El rifle Barrett de calibre 50 es un arma militar increíblemente precisa y poderosa, capaz de traspasar hasta el más pesado chaleco antibalas, de atravesar vehículos de blindaje liviano e incluso de perforar los helicópteros acorazados que suele usar el gobierno mexicano en las operaciones anti-narcóticos. En las áridas tierras fronterizas de los Estados Unidos, en la colindancia con México, existen miles de armerías. Se calcula que al menos hay 6.600 comerciantes con licencia para vender armas en esa línea. La ‘Iglesia de las Armas’ tampoco tiene un salón sobre las muertes por armas de fuego de EE.UU. ocurridas en territorio mexicano. No hay una ‘capilla’ de México, donde se calcule que el 90 por ciento de las armas han llegado a este país transportadas de contrabando desde la Unión Americana. En México, el gobierno confisca tantas armas que ya trituradas se usan como relleno de las carreteras que rodean las barracas del ejército. AK47, pistolas, cañones de rifle, gatillos, miras telescópicas y cargadores están enterradas bajo el asfalto negro y aceitoso. Bajo los árboles de jacarandá, bajo los pirules, bajo mis pies, las carreteras son cementerios de crímenes pasados. En la página web Google Earth, observo en una mirada desde el espacio el aspecto de la frontera EE.UU./México. En el sitio manipulo las fotografías y veo a larga distancia los países con la vista del satélite. Pienso que México tiene una forma extraña y hermosa, como un cuerpo acurrucado sobre un brazo. La forma cambia mientras me voy acercando y acercando hasta que Google Earth me permite llegar con el zoom a Ciudad Juárez. Desde la vista aérea de mi computadora miro las manzanas de la pequeña urbe, los edificios, la plaza principal y la catedral a un lado. Esta es la ciudad donde las madres pintan cruces en los postes de luz de 121

cemento en recuerdo de sus hijas perdidas o muertas. Mientras muevo el cursor veo la frontera actual entre México y Estados Unidos. Veo el río y los puentes. En el lado mexicano, hay varios edificios grandes que sé que son almacenes. En el lado norteamericano, sé que esas hileras de tejados ordenadas como casas en realidad son miles de armerías que se alinean en la frontera, fila tras fila, milla tras milla, autopista tras autopista, ‘from sea to shining sea’. 3. En la ‘Iglesia de las Armas’ no había ninguna referencia a la masacre de estudiantes de la escuela preparatoria Columbine, Colorado, cuando dos estudiantes mataron a 12 compañeros de estudios y a un maestro antes de suicidarse. No hay ninguna referencia a la masacre de Virginia Tech, cuando Cho Seung-hui mató a 32 personas e hirió a muchas más en el Instituto Politécnico Virginia de Blacksburg, Virginia. En la ‘Iglesia de las Armas’ no hay salas sobre la inmensa cantidad de mujeres relacionadas con una historia de violencia doméstica, asesinadas con armas pertenecientes a sus maridos o amantes. No hay ‘capillas’ para rendir honores a todas las muertes accidentales de niños que tienen acceso, en sus hogares, a rifles y pistolas. El Museo Nacional de las Armas también ignora la muerte de los periodistas. El Informe de Misión de 2009 de Periodistas Sin Fronteras (sobre México y sobre la violencia contra los periodistas) concluyó con la siguiente afirmación: ‘La organización por la libertad de prensa está totalmente convencida de que es imposible solucionar la tragedia a no ser que Estados Unidos imponga controles sobre las armas de fuego’. México se ha vuelto un país donde se practica la forma más perfecta de censura: el asesinato.

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Jennifer Clement President, PEN Mexico

THE CHURCH OF THE GUN

1. On a visit to the United States, I decided to go and visit the NRA (National Rifle Association) in Washington D.C., as I knew that the organization had built a museum, The National Firearms Museum, at their headquarters. The NRA is the most powerful lobby in the USA with 4.3 million members. On their website the NRA states that, while no absolute count is available, it is closely estimated that there are 60-65 million gun owners in the United States, 30-35 million of whom own handguns. According to survey research, at least 45 per cent of American households own firearms. At the museum one word came to my mind: fetish, a word that literally means, ‘something irrationally revered’. For a large part of the US population, guns are objects that are irrationally revered. The museum is a place of adoration that proclaims that a gun is equal to freedom. This museum is a ‘Church of the Gun’. The museum contains more than 2,000 guns from the year 1350 to the present. There are guns that have been used in Hollywood movies and that belonged to people like John Wayne or Charlton Heston; there is a policeman’s gun that was found half-melted left from the rubble of the Twin Towers that fell on 9/11; and guns that belonged to US presidents. The museum is divided into galleries. One of these portrays a ‘typical’ boy’s room from the 1950s. The bedroom is covered with gun motifs and contains a red flannel bed spread with pistol patterns on it, comic books showing rifles, and brown and black toy guns and rifles. There is a gallery devoted to hunting rifles, which honour the guns used by game hunters in Africa. The support for guns is tied to the Second Amendment of the United States 123

Constitution, which is a part of the United States Bill of Rights that protects the right to keep and bear arms. It states, ‘A well regulated militia being necessary to the security of a free State, the right of the People to keep and bear arms shall not be infringed’. In the practice of this holy reverence for the gun from the National Rifle Association, the museum, and also in the discourse of right wing politicians and the Christian Far Right, no one talks about the business and moneymaking behind the sale of guns. What, for example, is the yearly profit on guns sold in Mexico to the army, the police, and the cartels? Who are the shareholders? On the web page for the Brady Campaign to Prevent Gun Violence, one of the most active anti-gun groups in the USA, there is an ongoing ticker that keeps track of people shot dead in the United States. For this year the number is 73,266. For today, 28 September 2012, as I write this piece, 96 people have been shot. However, as I wrote this last sentence it rose to 99! An average of 81 people die a day from gunshots and many, many more are wounded. Every few years, the Brady Campaign to Prevent Gun Violence updates the statistics for gun deaths from around the world. For the year 2007 guns murdered 17 people in Finland, 35 in Australia, 39 in England and Wales, 60 in Spain, 194 in Germany, 200 in Canada, and 9,484 in the United States. 2. When I look at the pictures of the Earth taken from space I always expect to see the borderlines of each country cut into the very land. Although the boundaries may not be seen, we know the deep cuts that have slashed our world into pieces and, in our minds, we draw them in. One line I always imagine is that terrain where Mexico and the United States meet. The border’s total length is 3,169 km, according to figures given by the US International Boundary and Water Commission and is the most frequently crossed international border in the world. One estimate is that 250 million people cross between these two countries every year. Drugs cross this border. Guns cross this border. In November 2008 one of the largest weapons seizures in Mexican history occurred in a safe house in Reynosa, Tamaulipas. The army found 540 assault rifles, more than 500,000 rounds of ammunition, 14 cartridges of dynamite, 98 fragmentation grenades, 67 bullet-proof vests, seven 124

Barrett .50-caliber sniper rifles and a LAW rocket. The Barrett .50-caliber rifle is an incredibly powerful and accurate military weapon capable of piercing even the heaviest body armour, punching through lightly armoured vehicles, and even taking down the rotary-wing aircraft often used by the Mexican government in counter narcotics operations. On the arid borderlands on the United States side of the US/ Mexican border there are thousands of gun shops. The estimate is that there are at least 6,600 licensed dealers who are selling guns. The ‘Church of the Gun’ also does not have a gallery on the deaths from US guns incurred off of USA soil. There is no ‘gallery’ on Mexico where it is estimated that over 90 per cent of the weapons there have been smuggled in from the United States. In Mexico so many guns are confiscated by the Mexican government that they are used as road filler around army barracks. AK47s, pistols, rifle barrels, hook triggers, scopes and crushed magazines are buried beneath the black, oily asphalt: under the jacaranda trees, under the pepper trees, under my feet, the roads are bone yards of past crimes. From the Google Earth website I examine what the USA/ Mexico border looks like from space. One the site I manipulate the photographs and see the countries from the farthest satellite position. I think that Mexico has a strange and beautiful shape like a curled up body lying on one arm. The shape changes as I move in closer and closer until Google Earth allows me to zoom in on Ciudad Juarez. From this aerial view on my computer, I can see the city blocks, the main square and the cathedral to one side. This is the city where mothers paint crosses on cement light posts in remembrance of their missing or dead daughters. As I move the curser I can actually see the border between Mexico and the United States. I can see the river and bridges. On the Mexican side there many large buildings that I know are warehouses. On the US side I know those rows of roofs tops that look like homes are really thousands of gun shops that line the border, row after row, mile after mile, highway after highway, ‘from sea to shining sea’.

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3. At the ‘Church of the Gun’ there was no reference to the massacre of students at the Columbine high school in Colorado when two students killed 12 fellow students and a teacher before killing themselves. There is no reference to the Virginia Tech massacre when Cho Seung-hui killed 32 people and wounded many more at the Virginia Tech College in Blacksburg, Virginia. At the ‘Church of the Gun’ there are no galleries devoted to the huge number of women in relationships with a history of domestic violence who have been killed with guns owned by their husbands or lovers. There are no ‘galleries’ to honour all the accidental deaths of children who have access to guns in their homes. The National Firearms Museum also ignores the death of journalists. Reporters Without Borders’ 2009 Mission Report (on Mexico and the violence against journalists) concludes with the following statement: ‘The press freedom organization is nonetheless convinced that a solution to the tragedy is impossible unless the United States imposes controls on firearms.’ Mexico’s journalists have to work in a country that practices the most perfect form of censorship: assassination.

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Jorge Olivera Castillo ‘Renacimiento’ Poema dedicado al periodista brasileño Valério Luiz de Oliveira, asesinado el 5 de julio de 2012

No importa si el sol lamía tu perfil si la lluvia bañaba tu confianza si una nube descargaba su leve sombra sobre los transeúntes desprevenidos, el semáforo, un perro perdido en una esquina o el maniquí que a través del cristal parecía mirar con ojos que auguraban estallidos.

Hubo fuego ese día de julio detonaciones que sacudieron la paz de los ruiseñores sorpresas que contaminaron el aire de las avenidas golpes de odio sin pulir erizado de espinas con puntas envenenadas.

El emisario del infierno 127

se introdujo a hurtadillas en las redes de tu existencia. traía un mensaje despojado de ternuras, gris como la voz de un verdugo ebrio.

De sus pálidos bolsillos sacó la máquina de hierro portátil para derretir el sosiego y llevarse las últimas sonrisas.

Quería evaporar tus palabras convertirlas en huéspedes eternas del silencio.

En el colimador viajabas sin saberlo por las latitudes del desprecio eras un candidato a llevar en las entrañas el olor a pólvora y un racimo de balas que aun lamentan haber roto la piel de un hombre que repartía verdades sin seudónimos ni trajes comprados en los bazares del temor.

Tu caída en el asfalto fue el epicentro del terremoto que despertó la furia solidaria más allá de las ciudades donde la muerte acecha y nos desgarra 128

en cualquier intervalo del tiempo.

De tus heridas brotaron los vivos colores de la honestidad La suave textura de la transparencia. El esfuerzo tangible por desnudar el mundo del hampa Los caracteres imprescindibles para dinamitar la fachada de políticos expertos en transacciones amargas.

Dicen los incrédulos que se llamaba Valério Luiz de Oliveira aquel que se desvaneció en una calle de Brasil escoltado por la decencia y a la espera de una ambulancia que llegó tarde.

No es un mártir el que vive en estos versos nacidos en una mañana de Octubre sobre la hoja de papel fecundada con la tinta azul de un bolígrafo.

Desde esta brecha de libertad, proclamo el renacimiento de un hombre que merece ocupar un sitio privilegiado en la mejor comarca de la historia.

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Una merecida residencia Una distinción a celebrar con toneles colmados de sensibilidad y el regocijo de saber que la muerte es un fugaz susurro frente a los vientos huracanados de la virtud.

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Jorge Olivera Castillo ‘Rebirth’ Dedicated to Brazilian journalist Valério Luiz de Oliveira, murdered on 5 July 2012

No matter if the sun licked your profile if the rain bathed your confidence if a cloud unloaded its faint shadow on unsuspecting passers-by, traffic lights, a stray dog on a corner or a mannequin that through the glass seemed to watch with eyes that foresaw explosions. There was fire that day in July explosions that chased away the peace of the nightingales surprises that corrupted the air of the avenues blows of unpolished hatred covered with thorns poison tipped. The emissary from hell entered stealthily into the networks of your existence carried a message stripped of tenderness grey like the voice of a drunken executioner. 131

From those ghastly pockets withdrew the machine of portable iron to liquefy the calm and take away the final smiles. Wanting to evaporate your words to transform them into eternal hosts of silence. In the collimator you travelled without knowing through the latitudes of contempt you were a candidate to carry in the bowels the smell of gunpowder and even the cluster of bullets lamented having broken the skin of a man that delivered truths without pseudonyms nor suits bought in the bazaar of fear. Your fall to the asphalt was the epicentre of an earthquake that sparked fierce solidarity beyond the cities where death lurks and tears us apart at any time. From your wounds flowed the bright colours of honesty the soft texture of transparency. The tangible effort of stripping the underworld The essential characters to destroy the facade of political experts in bitter transactions. 132

The incredulous say that he was called Valério Luiz de Oliveira the one that vanished in a street in Brazil escorted by decency and waiting for an ambulance that arrived too late He is no martyr that lives in these verses born on an October morning on a sheet of paper impregnated with the blue ink of a pen From this breach of freedom I declare the rebirth of a man who deserves to occupy a place of privilege in the best regions of history. A deserved residency A distinction to celebrate with barrels full of sensitivity and the joy of knowing that death is a fleeting whisper when faced with the hurricane winds of virtue. (Translated by Cat Lucas)

133

José Emilio Pacheco ‘El Altar de los Muertos’ El mes atroz ya se fue Y nos dejó tantos muertos Que hasta el aire respira muerte Y en el agua se bebe muerte. No resisto la herida de tanta muerte. México no puede ser el cementerio plural, La inmensa fosa común En que yace deshecho lo que esperábamos. Al porvenir ya lo hundimos En el abismo que se abre todos los días.

‘La Hora de los Niños’ Los niños traficaban con una nueva especie de ratas, Anilladas como langostas y de color magenta y celeste. Sabor extraño al principio Pero como el hambre no miente Nos habituamos a hornearlas. Ya que uno es lo que come En menos de un año Nos volvimos como ellas. Primero los ojitos alarmados, la pelambre y la cola. Poco después los dientes de taladro, Las garras como sierra de partir huesos. (¿Hará falta decir que a este respecto 134

No tuvieron gran cosa que enseñarnos?) Ahora son hombres los niños que vivían de las ratas. Actúan como sicarios de un poder invisible Y poco a poco pero noche tras noche Nos eliminan a balazos.

‘El Mañana’ A los veinte años me dijeron: ‘Hay Que sacrificarse por el Mañana’. Y ofrendamos la vida en el altar Del dios que nunca llega. Me gustaría encontrarme ya al final Con los viejos maestros de aquel tiempo. Tendrían que decirme si de verdad Todo este horror de ahora era el Mañana.

135

José Emilio Pacheco ‘The Altar of the Dead’ This atrocious month has finally passed And left us so many dead That even the air breathes death And death is drunk in the water. I can’t resist the wound of so much death. Mexico cannot be the plural cemetery, The enormous common grave Where our hopes lie exhausted. We already drown the future In the abyss that opens each day.

‘The Hour of the Children’ The children traffic in a new species of rats, Ringed like lobsters and coloured magenta and sky blue. Strange flavour at first But since hunger doesn’t lie We grow used to baking them. Since you are what you eat In less than a year We become like them. First their panicked little eyes, fur and tail. Then, quickly, teeth like drill bits, Claws like a bone saw. (Is it necessary to say that in this regard 136

They didn’t have to teach us much?) Now the children who lived off the rats are men. They operate like hit men contracted by an invisible power And little by little but night after night They eliminate us with gunshots.

‘Tomorrow’ At twenty they told me: ‘You must Sacrifice yourself for Tomorrow’. And we offered life up on the altar Of the god that never arrives. At the end of things I would like to find myself With my old teachers from that time. They would have to tell me if All the present’s horror truly was Tomorrow.

(Translated by David Shook)

137

Judyth Hill ‘Canción para Tiempos Oscuros’ ¿Y en los tiempos oscuros, habrá canto? Bertolt Brecht Las mariposas han llegado como suelen en esta época del año, me dice mi vecino. Son las almas de los muertos que nos vienen a visitar. Mi madre posee un espléndido ejemplar de Cola de golondrina del Amazonas, mi padre, como a él le hubiera gustado, una Monarca. Un vecino en Jalpa envía una historia por email, la migración de las mariposas en peligro, su comida diezmada por la sequía al Este de Texas, bosques talados, maíz y soja modificados para resistir a los herbicidas, y esos aerosoles que se usan han acabado con las asclepias. Las mariposas improvisan, cambian táctica y apetito: llenan acequias con el milagro de su trémulo color, tornan en cuadros vivos los jardines de flores en otoño, colonizan robles y arces en barahúndas. Aquí en el cielo de octubre, azul, desolado, ese profundo tono del otoño, aletean encendidas, exuberantes por su festín cósmico, en la caída final también, para sembrar. Anhelo tomar mi lugar en esta historia. Alimentar lo hambriento, liberar lo que necesita volar 138

y lo que necesita luz, y brillar, tan frágil que apenas puede tocarse o saberse. La poesía es una tierra de escucha que ofrece la planta de lo posible. Aquí, en un otoño de caléndula y entre abejas zumbando, irrevocabilidad de néctares dulces como la verdad, digo en voz alta el nombre de mi madre, Suzanne Schack, mi padre, Edward Schwartz. Agrego los nombres de Los Muertos en mi nuevo país, Aquellos que osaron escribir, revelaron secretos guardados en los bolsillos del Poder, Aquellos que se mantuvieron firmes con lo que sabían: Hugo Alfredo OLIVERA CARTAS, Juan Francisco RODRÍGUEZ RÍOS, María Elvira HERNÁNDEZ GALENA, Enrique VILLICAÑA PALOMARES, Evaristo PACHECO SOLÍS, Jorge RÁBAGO VALDEZ, Jorge Alberto OCHOA MARTÍNEZ, Valentín VALDÉS ESPINOSA, José Alberto VELÁZQUEZ LÓPEZ, José Bladimir ANTUNA GARCÍA, Norberto MIRANDA MADRID, Ernesto MONTAÑEZ VALDIVIA, Martín Javier MIRANDA AVILÉS, Eliseo BARRÓN HERNÁNDEZ, Carlos ORTEGA SAMPER, José Armando RODRÍGUEZ CARREÓN, Miguel Ángel VILLAGÓMEZ VALLE, Miguel Ángel GUTIÉRREZ ÁVILA, Candelario PÉREZ PÉREZ, Alfonso CRUZ CRUZ, Bonifacio CRUZ SANTIAGO, Francisco ORTIZ MONROY, Gerardo Israel GARCIA PIMENTEL, Saúl Noé MARTÍNEZ ORTEGA, Raúl MARCIAL PÉREZ... Déjennos nombrar a estos caídos. Ser Aquellos que recuerdan, y hablan. Cuenten esta historia: Ninguna mariposa sola hace la travesía entera. 139

Las referencias de orientación misteriosas, ancestrales, magnéticas: sabor de asclepia, vislumbre del futuro. Todas juntas, todas como una, flores volando: llegan a Michoacán. Me cubro con el taled del recuerdo. De pie, rezando el Kadish de las mariposas por todos los seres queridos ausentes. (Traducción por Bruno Mattiussi)

140

Judyth Hill ‘Song for the Dark Times ‘ In the dark times will there still be singing? Bertolt Brecht The mariposas have arrived as they do this time of year, my vecino tells me. They are the souls of the dead come to visit. My mother has now the splendid body of the Amazon Swallowtail, my father, as he would have loved, a Monarch. A neighbor in Jalpa emails a story, the butterfly’s migration in danger, their comida in east Texas decimated by drought and char, forests overlogged, corn and soy modified to resist herbicides, and those sprays now used, have taken out the milkweed. The butterflies improvise, change tactics and appetite: fill ditches with the milagro of their trembling color, turn fall’s flower gardens into tableaux vivants, settle in boisterous clouds on maple and oak. Here in the blue blue sky of October, that deep autumn shade, they wing vivid, exuberant from their feast on cosmos, also in final falling to seed. I yearn to step into my place in this story. Feed what is hungry, free what needs to fly, and let what catches light, gleam, so fragile this can barely be touched or known. Poetry is a farm of listening, and grows the green with Possibility. 141

Here, in an autumn of marigold and bee buzz, Finality of nectars sweet as truth, I say aloud the name of my mother, Suzanne Schack, my father, Edward Schwartz. I add the names of Los Muertos in my new country, the Ones who dared to write, disclosed secrets kept in the pockets of Power, the Ones that stood with what they knew: Hugo Alfredo OLIVERA CARTAS Juan Francisco RODRÍGUEZ RÍOS and María Elvira HERNÁNDEZ GALENA: Enrique VILLICAÑA PALOMARES Evaristo PACHECO SOLÍS Jorge RÁBAGO VALDEZ Jorge Alberto OCHOA MARTÍNEZ Valentín VALDÉS ESPINOSA José Alberto VELÁZQUEZ LÓPEZ José Bladimir ANTUNA GARCÍA Norberto MIRANDA MADRID Ernesto MONTAÑEZ VALDIVIA Martín Javier MIRANDA AVILÉS Eliseo BARRÓN HERNÁNDEZ Carlos ORTEGA SAMPER José Armando RODRÍGUEZ CARREÓN Miguel Angel VILLAGÓMEZ VALLE Miguel Ángel GUTIÉRREZ ÁVILA Candelario PÉREZ PÉREZ Alfonso CRUZ CRUZ Bonifacio CRUZ SANTIAGO Francisco ORTIZ MONROY Gerardo Israel GARCIA PIMENTEL Saúl Noé MARTÍNEZ ORTEGA Raúl MARCIAL PÉREZ Hugo Alfredo OLIVERA CARTAS Let us say the name of these fallen. Become the Ones that Remember, and speak. Tell this Story: No single butterfly makes the entire journey. The navigational clues mysterious, ancestral, magnetic: flavor of milkweed, scent of future. Gathered together, the many as one, flowers in flight: they arrive in Michoacán. 142

I wrap myself in the Tallit of Remembrance. Stand, say the Kaddish of Butterflies for all the Beloveds gone.

143

Julio César Gálvez ‘La Hora’ Para las Damas de Blanco Adormilado una noche sobre un duro banco de la Quinta Avenida el vuelo del reloj de la Calle Catorce llenó su eco en la piedra mientras una llovizna de ceniza caía sobre la enferma torre escuché la ciudad crepitar desfallecida. En mis oídos sopló una voz de delirio. Aquí estarán por siempre flor en mano frente a la locura y la intolerancia. La primavera acompaña.

‘Confesión’ Yo sólo sé que no sé nada. Nada, de nada. Pero tengo la verdad de mis manos, la palabra de mi boca, el palpitar de mis ojos, mi modo de ver las cosas, la forma de reflejar el presente 144

y de soñar el futuro. Pero todo eso es muy poco para decirle a la bestia, detente, que vamos camino al abismo. Por eso, como eres fuerte y prepotente silenciaste la verdad de mis escritos, sellaste la palabra de mis labios, vendaste el rutilar de mis pupilas, cambiaste las figuras y las cosas, regresaste a la mentira y el pasado, prohibiste los sueños de futuro y encerraste mis huesos en un profundo hueco. Pero, como todo ser arbitrario enemigo de la verdad, se te olvidó sellar el resquicio por donde entra la luz de la esperanza.

145

Julio César Gálvez ‘The Hour’ For the Ladies in White Sleepy one night on a hard bench on the Quinta Avenida the circuit of the clock on Fourteenth street echoed on the stone as a fine rain of ash fell on the patient tower I heard the city faintly crackling. In my ears blew a voice of delirium. They will be here forever flower in hand in the face of madness and intolerance. Spring is at hand.

‘Confession’ All I know is that I know nothing. Nothing of nothing. But I hold the truth in my hands, the word in my mouth, the throbbing in my eyes, my way of seeing things, 146

the shape of reflecting the present and dreaming of the future. But all this is very little to tell the beast détente that we will take the path to the abyss. So, as you are strong and powerful you silenced the truth of my writings, sealed the word of my lips bandaged the sparkle of my pupils changed the figures and things returned to the lies and to the past forbade dreams of the future and locked up my bones in a deep hollow But, like all arbitrary enemies of the truth, you forgot to seal the crack where the light of hope can enter.

(Poems translated by Cat Lucas)

147

Laura Esquivel PERIODISTAS Me niego a aceptar a algunos periodistas como muertos, pues cada uno de ellos vive en las palabras que nos dejó como herencia. Cada palabra es suya y nuestra. De todos nosotros. Nadie la puede apresar ni ‘privatizar’. Nadie la puede silenciar ni ametrallar porque cada vez que alguien intenta acallarla se le escapa de las manos y vuela a otras bocas y otras plumas para manifestarse. Por eso estamos aquí presentes para retomar las palabras de los que ya no las pueden pronunciar y certificar que la palabra siempre seguirá su curso y su vocación de libertad, mucho más allá de toda vileza o mezquindad. Las palabras son espejos donde a diario nos miramos. Por eso en los últimos tiempos mucha gente, con tal de no horrorizarse, le huye a las noticias, cierra los ojos y se tapa los oídos con la esperanza de que surjan del olvido dos palabras que esperan un simple susurro para volver a formar parte de nuestras vidas: amor y paz.

(Texto leído come parte del evento PEN Protesta! en México DF el 29 de enero de 2012)

148

Laura Esquivel JOURNALISTS I refuse to accept that any journalists are dead, since each of them lives on in the words they leave behind for us as their legacy. Every word is for them and for us. All of us. Nobody can arrest or ‘privatise’ a word. Nobody can silence it or gun it down, because every time someone tries to shut one up, it escapes from their grip and flies off to other mouths and other pens to protest. That is why we are here to take up the words of those who can no longer articulate them, and validate that the word will always follow its due course and vocation of freedom, far beyond any depravity or nastiness. Words are mirrors that we see ourselves in every day. That is why, in recent times, many people avoid the news so that they won’t be horrified, closing their eyes and covering their ears in the hope that two words will rise up from this oblivion, words that are waiting for a mere whisper to be part of our lives once again: love and peace.

(Text read at the PEN Protesta! event in Mexico City on 29 January 2012. Translated by Jennie Rothwell.)

149

Luigi Amara ‘El Llano de los Avestruces (o variaciones sobre el mismo tema)’ Primero fue un dedo en el buró, un dedo huérfano al apagar la lámpara de noche; después la oreja que colgaba como un pendiente macabro de tu lóbulo; más tarde eran cabezas, cabezas rodando en el boliche insospechado del pasillo, cabezas servidas en bandeja con todo y jugo de naranja, cabezas tras la puerta no cerrada de una frase. Debíamos continuar, fingimos que no estaba la lengua envuelta en el periódico, que las manchas de las sábanas no eran mensajes con faltas de ortografía, que no había un cuerpo en la cajuela tras las bolsas del súper. (En los actos oficiales se citaba sorprendentemente a Kawabata: ‘Cualquier clase de inhumanidad se convierte, con el tiempo, en humana’.) Fue entonces que empezamos a perder la cabeza: niños jugando con muñecos sin cabeza, plazas llenas de estatuas sin cabeza, edificios sin cabeza, árboles sin cabeza, moscas volando sin cabeza, cabezas sin cabeza. 150

(El lápiz con que escribo se quedó también sin cabeza.) Y ahora, mientras quiero girar mi falta de cabeza, veo que alrededor todos esconden bajo tierra la cabeza.

151

Luigi Amara ‘The Plain of the Ostriches (or Variations on the Same Theme)’ At first it was the finger on the bedside table, an orphan finger on switching off the lamp; then it was the ear that hung like a macabre earring from your lobe; later it was heads, heads rolling down the unexpected bowling alley of the corridor, heads served on trays with everything, and orange juice, heads behind the unclosed door of a phrase. But we had to go on - we pretended there wasn’t a tongue wrapped inside the newspaper, that the stains on the sheets weren’t misspelt messages, that there wasn’t a body in the boot behind the shopping bags. (At official events they quoted, surprisingly, Kawabata: ‘Any kind of inhumanity, given practice, becomes human’). It was at this time we started to lose our heads: kids playing with headless dolls, plazas full of headless statues, headless buildings, headless trees, 152

flies flying without heads, headless heads. (The head even snapped off the pencil I’m writing with.) And now, just as I try to turn my lack of head, I see that all around me have their heads stuck in the ground.

(Translated by James Tennant)

153

Luis Alberto Ospina Bozzi ‘Silencios’ Tu silencio ciudadano indiferente se convierte en balas cómplices que pasan en la noche silbando en búsqueda de víctimas inocentes. ‘Dejar en paz la paz’ El respeto al derecho ajeno es la paz BENITO JUÁREZ ...ser libre en la libertad de los demás... M. BAKUNIN ¡Ríete Gabriel! En memoria del maestro Gabriel Quiroga, poeta, pintor anarquista (libertario); encarnizado guerrero enemigo de Babilonia hipócrita y carroñera ¡Olé poeta! No servirá de nada mi amigo marchar por la paz en las ciudades mientras esté amenazada la sonrisa de un solo niño nada valdrán mis amigos y amigas los floridos discursos las hermosas palabras si no camina a nuestro lado y se pronuncia la esperanza de un mundo de cosas buenas para todos si ha de hablar en todo caso el miedo la última palabra y ha de ser la muerte que al final mejor se ría no servirá de nada mucho hablar de paz así ha quedado unos pasos atrás olvidada la justicia 154

si no podemos derribar los juicios que cubren la palabra para romper en nosotros su sello de violencia y mentira y llamamos obscenidad a la verdad desnuda y no nombramos lo que es verdaderamente obsceno si decimos libertad y no queda nada más sino el alma para ven dárselo al diablo si no ha de primar lo bello y lo verdadero sobre la norma vana del sabbat si no van los acuerdos más allá de la letra muerta y el odio que acumularon los años sin lograr detener nunca el sufrimiento de los débiles si marchamos en carnaval y alegría mientras afuera aúllan impunes los lobos sedientos de sangre de nuestros jóvenes si devotos hacemos su bandera la nuestra al servicio de los viejos ídolos cacareando por los valores ‘perdidos’ postergando los sueños y los valores reales y el hombre nuevo si vamos adornados de las viejas ‘buenas costumbres’ asesinas de los ríos de los bosques y de la gente nuestra si reconocemos la verdad pero vacilamos abrazarla cómplices del asesinato de nuestra propia alma de nada valdrá marchar por la paz así amigo mío querida amiga si avanzan nuestros pasos dejando atrás inerme a la inocencia si triunfa otra vez el irrespeto 155

si al regresar a tu casa no hay “paz” en el cesto de tu mesa de nada servirá así salir a marchar a la calle aunque hay que hacerlo ¡y allí vamos! con la boca bien abierta a marchar por la paz no hay más alternativa hermano no la hay pero esto no servirá de mucho no servirá si la paz misma no es nuestra mayor fuerza y no una dádiva de los príncipes guerreros de nada valdrá desgarrarse las vestiduras amigo mío por los valores perdidos los secuestró a la vida y el terror y las infamias de la guerra de nada valdrá todo esto ni untarse el rostro de ceniza e indignación si triunfa la sed de Maquiavelo mientras pierde el camino la comunidad y el amor su urdimbre si olvidamos a los muertos si ignoramos sus voces que nos llaman si no hay refugio para el hijo del hombre expulsado de la tierra si no marcha a nuestro lado un reclamo solidario por bondad libertad y belleza si no recrean nuestros pasos el tejido de la hermandad jamás perdida sino que la rompen de nada servirá marchar por la paz amigo mío 156

si ha de triunfar en todo caso el señorío del becerro de oro sobre el sueño de un hombre nuevo de nada valdrá si ignoramos las penas de los que entre nosotros viven el destierro si marchamos furibundos y gritones por la paz o muy dignos y en silencios mientras por ley deben ir nuestros hijos a la guerra

157

Luis Alberto Ospina Bozzi ‘Silences’ Indifferent citizen your silence turns into accomplice bullets that spend the night whistling in search of innocent victims. ‘Leave Peace in Peace’ The respect of foreign rights is peace. BENITO JUÁREZ …to be free in the liberty of others… M. BAKUNIN Laugh, Gabriel! In memory of teacher Gabriel Quiroga, anarchist (libertarian) poet, painter; incarnated warrior enemy of vile and hypocritical Babylon—¡Olé poeta! Marching for peace in the cities won’t serve for anything my friend while the smile of a single child is threatened flowery discourses beautiful words will be worth nothing my friends if hope for a world of good things for all does not walk alongside us and be pronounced if fear always has the chance to speak the last word and if death gets the last laugh talking about peace will not serve for anything that’s how it was left a few steps back forgotten justice 158

if we can’t topple the opinions that cover the word to break their seal on us of violence and lies and we call naked truth obscenity and don’t name what is truly obscene if we say liberty and nothing else remains except the soul to see it given over to the devil unless beauty and truth prevail over the vain norm of shabbat if agreements don’t go beyond their dead letters and the hate accumulated over the years without ever achieving an end to the suffering of the weak if we parade in carnaval and joy while the wolves howl impune outside thirsty for the blood of our youth if, devoted, we make their flag ours in the service of old idols cackling about “lost” values postponing dreams and real values and the new man if we carry on adorned in the old “good manners” assassins of rivers of forests and of our people if we recognize the truth but hesitate to embrace it accomplices to the assassination of our own soul marching for peace like that will be worth nothing my friend dear friend if our steps advance leaving innocence behind unarmed if disrespect triumphs again if on returning to your house 159

there is no “peace” in the basket on your table going out to march in the street will do nothing although we have to do it—and there we go! with our mouths open wide to march for peace there’s no alternative brother none but this won’t serve for much it won’t do anything if peace itself is not our greatest effort and not a donation from the warrior princes tearing the vestures will be worth nothing my friend to lost values life and terror and war’s disgraces kidnapped them all of that will be worth nothing not even rubbing ash and indignation on our faces Machiavellian thirst triumphs while the community loses its way and love its warp if we forget the dead if we ignore their voices that call to us if there is no refuge for the son of man expelled from the earth if a solidarity protest doesn’t march at our side for kindness liberty and beauty if our steps don’t recreate the woven cloth of brotherhood never lost without their breaking it marching for peace will be worth nothing my friend if the lordship of the golden calf triumphs in all cases 160

over the dream of a new man it will be worth nothing if we ignore the pains of those among us who live in exile if we march furiously and shout for peace or very dignified and silently while by law our sons must go to war.

(Translated by David Shook)

161

Luis Felipe Fabre ‘Infomercial’ para los tiempos que corren Señora ama de casa: ¿está harta de tallar día y noche coágulos de sangre imposibles de limpiar en la ropa de toda su familia? ¿Las vísceras embarradas en las paredes de su casa no le permiten dormir? ¿Se ha descubierto a sí misma exclamando sonámbula: ‘¡Fuera, fuera mancha maldita!’? Compre ahora el Limpiador Quitamanchas Lady Macbeth y póngales fin a esas viscosas pesadillas. El Limpiador Quitamanchas Lady Macbeth está compuesto a base de microorganismos carroñeros que harán por usted el trabajo sucio eliminando los restos cadavéricos sin dañar la superficie en la que se encuentran adheridos: ¡científicamente comprobado! Señora, usted lo sabe: matar es fácil, lo difícil viene después. 162

Pero ahora el Limpiador Quitamanchas Lady Macbeth le ofrece una increíble solución que revolucionará la higiene doméstica: ¡Diga adiós al rastro de sesos en su sillón favorito! ¡Diga adiós a esas alfombras ensangrentadas! Marque ahora el número que aparece en su pantalla o llame al 01800 666 y obtenga junto con su compra el aplicador multifuncional y un paquete de bolsas para cadáveres ¡totalmente gratis! Con el Limpiador Quitamanchas Lady Macbeth usted volverá a dormir como una verdadera reina.

163

Luis Felipe Fabre ‘Infomercial’ for time passing Lady of the home: are you tired of the day-and-night scrubbing out of impossible-to-clean blood clots from all your family’s clothes? Do the muddy entrails on the walls of your house not let you sleep? Have you found yourself exclaiming while sleepwalking: ‘Out, out damn stain!’? Then buy Lady Macbeth Stain-Removing Cleaner now and put an end to those viscous nightmares. Lady Macbeth Stain-Removing Cleaner is formulated with carrion-eating microrganisms that will eliminate your dirty work the cadaverous remains without damaging the surface that they’re stuck to: it’s scientifically proven! Ma’am, you know it’s true: killing 164

is easy, the tough part comes afterward. But now Lady Macbeth Stain-Removing Cleaner offers an incredible solution that will revolutionize domestic hygiene: Say goodbye to the traces of brains on your favorite chair! Say goodbye to those blood-stained carpets! Just dial the number that appears at the bottom of your screen or call 1-800-666 now and you’ll also receive this multifunctional applicator and a set of body bags totally free! With Lady Macbeth Stain-Removing Cleaner you’ll sleep like a true queen again.

(Translated by David Shook)

165

Luis Miguel Aguilar ‘El México de Juárez’ Se sabe desde hace años y sexenios: Si entre los muchos Méxicos de México Hubiera que inclinarse por un México, El mejor de los Méxicos posibles Sería sin duda el México de Juárez. Mentes capaces, rectos hombres públicos, Resistencia y desastre de invasores, Respeto a todo culto, La Vía Laica, Enmiendas de progreso y Hombres Leyes; Lo vimos en los libros; estaban en el México de Juárez. Pero no estoy pensando en ese México; El México al que aquí yo me refiero Es en efecto al México de Juárez. Luego volvimos a verlo en otros libros: Masas insalubres, mortandad, indios reprimidos, asaltantes, sobresaltos políticos, errores en la Hacienda, festín del latifundio, democracia irreal y desfondada, epidemias, supersticiones y atavismos coloniales, escarnio de la ley y zapatos liberales puestos con calzador a todo un país: estaban en el México de Juárez. Pero, si he de explicarlo nuevamente, Yo no hablo de ese México; Yo estoy hablando del México de Juárez. Un solo machetudo de todo el paisanaje que retiró a los franceses Vale más que la cargada de hombres públicos Que siguieron a los brillantes hombres públicos Que pudo ver el México de Juárez. Las madres anémicas, el alcoholismo, la orfandad, los indigentes tirados en 166

la calle; los albos senos de las bañistas de Flores, las naranjas agridulces de Altamirano; la quiebra del país, la deuda externa, las provincias revueltas, los malestares en el “cuerpo político”: estaban en el México de Juárez. Pero no estoy hablando de ese México: Estoy hablando del México de Juárez. “Por eso estamos tan jodidos,” dice el chofer del taxi, “Porque este no es el México de Juárez.” Hubo un tiempo en que mi madre, frente a algún mal, dictaminaba: “Este desgraciado no podría hacer lo que hace Si estuviera en el México de Juárez; Y al México de Juárez se le caería la cara de vergüenza Si reviviera y mirara lo que hace este desgraciado.” Nos referimos al México de Juárez. Lo veremos en los libros: El peso, el gobierno, el cielo con esmog, la razón del Estado, las naranjas ácidas, el mismo reacio y machetudo paisanaje, las madres anémicas, los indios reprimidos, la deuda externa; todas las frases muertas, estas líneas, los indigentes, la criminalidad, el alcoholismo, el carnaval de la orfandad nacional, y los recuerdos, las lecturas, los muslos de María: hay que llevarlos al México de Juárez. Del México de Juárez a otro México: Del México de Juárez al de Juárez. Si tengo un hijo, lo quiero al margen del esmog y la violencia, las noticias adversas, la criminalidad, los sobresaltos, las naranjas ácidas, el descuido paterno que le espera. Llevaré a mi hijo al México de Juárez. Viene una voz experta a disuadirme: “Es que ya estás en el México de Juárez. Lo que te ocurre le ocurre a uno de los tantos habitantes en el único México a la mano: el México de Juárez.” Pero, si he de explicarlo una vez más. 167

Sin que esto tenga ningún ánimo polémico, Para decirlo todo sin ambages, El México de Juárez no es mi México: Yo me refiero al México de Juárez.

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Luis Miguel Aguilar ‘The Mexico of Juárez’ For years and presidential terms it’s been known That if one had to choose one Mexico from among the many Mexicos of Mexico, The best of all possible Mexicos Would be, without a doubt, the Mexico of Juárez. Expansive minds, upstanding officials, Resistance and the disaster of invasions, Respect for all creeds, the Secular Way, Progressive amendments and Men of Law; We saw it in books; they used to exist in the Mexico of Juárez. But I’m not thinking of that Mexico; The Mexico I’m referring to here Is, in effect, the Mexico of Juárez. Later, we saw it again in other books: Sickly multitudes, loss of life, repressed Indians, assailants, unstable politics, discrepancies in the Treasury, a glut of grand estates, unreal and ungrounded democracy, epidemics, superstitions and colonial atavisms, ridicule of the law and liberal shoes squeezed onto the entire country; they used to exist in the Mexico of Juárez. But once again I have to make it clear: I’m not talking about that Mexico; I’m talking about the Mexico of Juárez. A single machete wielder out of all my countrymen who defeated the French Is worth more than the pack of public officials Who came after the brilliant public officials One could find in the Mexico of Juárez. 169

Anemic mothers, alcoholism, orphans, indigents lying in the street, the white breasts of the bathers of Flores, sweet-sour oranges of Altamirano, the country’s bankruptcy, international debt, provinces in revolt, unrest in the ‘body politic’; they used to exist in the Mexico of Juárez. But I’m not talking about that Mexico: I’m talking about the Mexico of Juárez. ‘That’s why we’re so screwed up,’ says the cab driver, ‘Because this is not the Mexico of Juárez.’ There was a time when my mother, confronted with some wrong, would declare: ‘This creep couldn’t do what he’s doing if he were in the Mexico of Juárez; And the Mexico of Juárez could not bear the shame Were it to live again and see what this creep is doing.’ We’re referring to the Mexico of Juárez. We’ll see it in books: The peso, the government, the smoggy sky, the right of the State, the bitter oranges, the same grudging and machete-wielding countrymen, anemic mothers, repressed Indians, international debt, all the dead phrases, these lines, indigents, crime, alcoholism, the carnival of national orphanages, and the memories, the lectures, the thighs of Maria; they have to return to the Mexico of Juárez From the Mexico of Juárez to another Mexico: From the Mexico of Juárez to that of Juárez. If I have a son, I want him free from the smog and violence, the bad news, the crime, the uncertainties, the acid oranges, the inept parenting that awaits him. I’ll take my son to the Mexico of Juárez. An experienced voice pops up to dissuade me: ‘You’re already in the Mexico of Juárez. What’s happening to you is happening to one of many inhabitants of the only Mexico on hand: the Mexico of Juárez.’ But once again I have to make it clear, 170

Without a trace of polemic, In order to say it all without beating around the bush, The Mexico of Juárez is not my Mexico: I’m referring to the Mexico of Juárez. (Translated by David Shook)

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Luisa Valenzuela INVISIBILIDAD Y DESINFORMACIÓN, OTRAS CARAS DE LA IMPUNIDAD 1) La palabra impunidad se cargó de un sentido aún más oscuro que el habitual cuando la profirió con total soltura el también oscuro Alfredo Yabrán. Un alto empresario de muy bajo perfil a quien Domingo Cavallo, en aquel entonces ministro de Economía del presidente Carlos Menen, calificó de . Eso ocurrió en 1995. Yabrán era un multimillonario que operaba en bambalinas, supo repetir, y en la primera y quizá única entrevista televisiva que concedió afirmó que . Lo dijo en alusión a Cavallo, explicó más tarde, pero fue un lapsus que dejó en claro su credo. Un credo que le costó la vida al periodista gráfico José Luis Cabezas, quien había logrado fotografiarlo en Pinamar para una conocida revista semanal. Fue ese el primer desgarramiento de una capa de invisibilidad que habría de irse desflecando con los años. Impunidad. Invisibilidad. Qué términos tan afines en el marco del poder. Me gustaría ir trazando un mapa de dichos desgarrones (the rending of the veil). Pero soy escritora de ficción, no politóloga o socióloga. Por eso mismo me detengo en los términos en apariencia mansos que aluden al horror, como zona liberada, que abre el camino a los sicarios para dar su golpe con total tranquilidad, sin intervención de fuerza pública alguna, como ocurrió en Pinamar cuando ultimaron a Cabezas. O bien grupo de tareas, o mano de obra desocupada en alusión a los agentes de seguridad que, habiendo debido abandonar la fuerza, siguen o seguían cometiendo idénticas tropelías pero del otro lado de la ley. Cuentapropistas, digamos. Porque la impunidad tiene muchas caras, asume múltiples disfraces. O respetables trajes de etiqueta. Pienso en aquellas leyes escalofriantes que se fueron sucediendo como para reafirmar el dictum de Yabrán, a saber, Obediencia Debida, Punto Final, y la intolerable amnistía, en un principio firmada por los propios militares golpistas antes de abandonar el poder y que 172

Carlos Saúl Menem transformó -luego de los importantes, si bien limitados, juicios promovidos por su antecesor, Raúl Alfonsín-, en indulto. Borrón y cuenta nueva era la fórmula fácil, por fortuna revertida durante el gobierno de Néstor Kirchner al declararse que los crímenes de lesa humanidad nunca proscriben. 2) La Argentina es, milagrosamente, un país con memoria, y la impenetrable frontera de la impunidad va siendo desplazada de a poco. Aquí mismo, donde se fraguó el término desaparecido para obliterar a miles de personas del mapa y borrar para siempre el recuerdo de sus vidas, aparecieron figuras emblemáticas dándole a los términos Madres y Abuelas dimensión heroica. En los años de plomo de la dictadura militar (1976-1983) durante la mal llamada guerra sucia que fue en realidad un genocidio, junto con los seres humanos también fueron “desaparecidas” sus obras, consistentes a veces en miles de páginas escritas. Hubo al respecto notables trabajos de rescate, mucho más allá de emblemáticos autores como Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Paco Urondo o Miguel Ángel Bustos. Por lo pronto la SEA (Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina), fundada en 2001 por Graciela Araoz y Víctor Redondo, publicó en el 2005 Palabra viva, textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado. Para la segunda edición ya tenían seleccionados a 116 escritores y escritoras de todo el país. Y no es, por supuesto, el único libro al respecto. En ese mismo año, apareció Escritos de la memoria, de Daniel Pastore y Enrique Zavala, antología que abarca a los desparecidos desde 1974, y más adelante, auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, apareció Escritos en la memoria. A esos libros y a otros similares corresponde la reflexión de Miguel Bonasso cuando afirmó que . El terrorismo de Estado se desencadenó años antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976, cuando fue derrocada Estela Martínez de Perón, la tristemente famosa Isabelita. En realidad la parafernalia paramilitar fue implementada por quien fue el secretario privado del general Perón y después su ministro de Bienestar Social, José López Rega, más conocido como “el Brujo”. 173

Su Asociación Anticomunista Argentina, la infame Triple A, supo sembrar el terror en el país entero, y las calles de Buenos Aires se convertían en escenarios de razias y tiroteos al menor descuido. Al punto que, habiendo regresado de un viaje de dos años a mediados del ´74, entendí que la única forma que yo tenía para reintegrarme a esa realidad atroz era escribiendo un libro de cuentos en un mes. Así nació Aquí pasan cosas raras, y el título es apenas un pálido reflejo de aquella realidad. Rodolfo Walsh lo denunció claramente en su Carta Abierta a la Junta Militar, al decir que nada había cambiado, mencionando Procesados los militares de las tres armas que constituyeron las tres juntas que asolaron al país, en estos últimos años se han ido abriendo las compuertas para indagar en esa zona de penumbra que fue el último peronismo, sobre todo mientras estuvo en manos de la exvicepresidente y su ministro brujo. Nuevos pasos para que el velo de la impunidad se siga rasgando. Y también el de la invisibilidad. 3) Por mi parte acabo de vivir una historia, menor en lo que a esto respecta, pero extraña. Viajé a Cerdeña para asistir a los carnavales en la Barbagia de Ollolai, el corazón de la isla. Se trata en realidad de arcaicos ritos agrarios, chtónicos, con máscaras imponentes. Y allí me aguardaba una sorpresa: la convicción, muy arraigada sobre todo en la pequeña ciudad de Mamoiada, de que el general Perón, tres veces presidente de la República Argentina, había nacido allí y emigrado a la Argentina durante su adolescencia, donde hubo de cambiar de nombre para poder ingresar al Colegio Militar. Lo tomé como una pintoresca leyenda. Pero la novelista en mí no pudo menos que interesarse al irme adentrando en los datos y documentos que desde 1951 circulan por esas tierras. Fue entonces cuando el periodista y abogado Nino Tola publicó su primer artículo en el periódico L’Unione Sarda bajo el siguiente título: Nato a Mamoiada il dittatore Juan Peron? Tola no estaba convencido de la historia, 174

pero un mes más tarde publicó un segundo artículo: Una questione che comincia a diventare seria divisa a Mamoiada in “peronisti” e “non peronisti”. Tras lo cual hubo de llamarse a silencio, supuestamente amenazado por los servicios secretos argentinos, los mismos que más tarde habrían de robarse las pocas tenues pruebas al respecto y hasta -se dice- quemar una casa en el pueblo. Años más tarde aparecieron al respecto diversos libros, siendo los más conocidos y divulgados los de Pepino Canneddu (Juan Perón-Giovanni Piras. Due nomi una persona, 1984), Gabriele Casula (¿Dónde nació Perón? Un enigma sardo nella storia dell´Argentina, 2004) y Raffaele Ballore (El Presidente - Il caso PirasPeron, 2007). Regresé a Buenos Aires con dicho material como tema para una novela, entendiendo que allí habría buenos secretos para explorar en lo que hace a la construcción de ese gran mito argentino. Al fin y al cabo el mismo Perón nunca habló de su infancia y cuando lo hizo dio datos ambiguos y contradictorios. Pero ¿cómo encarar la historia sin darla por cierta? ¿Acudir a realidades paralelas, quizá? Me pareció demasiado rebuscado, borgeano casi, recordando que en su breve cuento El simulacro, Borges escribe que (El subrayado es mío). Recordé entonces dos cosas: la primera, que los autores sardos arriba mencionados acusan no solo a los servicios secretos argentinos sino más específicamente a López Rega como instigador del ocultamiento. Atando cabos, reviví una escena que tuve el privilegio de presenciar en la embajada de México, allá por 1977. Era la reunión de despedida del embajador, que sería transferido. Hacia el final de la velada me invitaron a subir a la parte restringida de la residencia, donde conocí al expresidente Héctor Cámpora y a otros “peces gordos” (a decir del dueño de casa), asilados allí desde tiempo atrás. Cámpora se largó a hablar y contó entre otras cosas cómo Perón había logrado convencerlo de que aceptara ser su candidato, honor que él había declinado días antes. Poco después de la llegada del General a Buenos Aires en 1972, por primera vez en 175

más de dieciséis años, cuando ya el peronismo había dejado de estar proscrito, no así su conductor, viajaron todos al Paraguay en visita oficial. Durante la cena, sentados a la mesa estaban Perón, su esposa Isabelita, Cámpora y su hijo mayor, cuando Stroessner le preguntó al General argentino si ya tenía designado al candidato que habría de representarlo en las elecciones del año siguiente. En ese momento José López Rega hizo su aparición en el salón comedor pero Perón lo sacó del camino diciendo, y cito las palabras citadas por Cámpora, . Al recordar esa escena entendí el resentimiento que debió de haber sentido José López Rega, “el Brujo”, secretario privado del General en su exilio en Madrid, hombre para todo servicio y de desmedida ambición. Del mismo General tomé el subtítulo de mi novela, La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. Porque en Yo, Perón, de Enrique Pavón Pereyra, biógrafo oficial, aparece una frase del General muy citada por los “peronistas” sardos: . Es cierto que fraguó su fecha y lugar de nacimiento, que se sabe que el General Perón no nació en Lobos en 1895, se cree que nació en General Bermúdez en 1893. Confusiones y/o ocultamientos comprensibles no solo por los malos registros de la época, sino, se dice, porque Perón siempre quiso ocultar que fue hijo natural de madre tehuelche. Pero el misterio no radica tanto en “el profundo secreto” cuanto en la desinformación. ¿Cómo puede ser que un infundio -llamémoslo así- que corre libremente por Italia, no solo en Cerdeña, al punto que hubo en Roma un coloquio al respecto hace apenas seis años, no haya llegado nunca a la Argentina? Cuando se habló de López Rega como posible gestor del ocultamiento lo creí muy improbable, en tan temprana fecha. Pero investigando pude comprobar que, en su calidad de cabo de policía, el futuro “Brujo” fue custodio de la mansión presidencial, el antiguo y ya demolido palacio Unzué, a partir de 1949. Y lo que es más, López Rega mismo dijo en aquella oportunidad, con su rimbombante estilo, que él había recibido un mandato divino para custodiar al General y a su señora, y protegerlos en todo momento. 176

Indagando en biografías varias encontré el posible origen de dicho mandato divino: Victoria Montero, la Madre Victoria, vidente y curandera correntina, a quien Evita consultó varias veces y que fue maestra de López Rega en esoterismos varios. ¿Habrá sido por sus artes de magia que esta historia de un Perón sardo quedó envuelta hasta el día de hoy en una capa de absoluta invisibilidad? Yo escribí la novela, me asesoré a fondo, no di por verdadera la leyenda, pero no puedo menos que asombrarme de que nadie, nadie, ninguno de los periodistas de diarios, radio, televisión, nadie hubiera escuchado jamás hablar de esta teoría que pulula en internet. Perón sardo. Una revelación o infundio que pudo haber sido usado por tantos y con tan diversos propósitos, el más lógico siendo el de invalidarlo, desmentirlo. O como burla en las publicaciones humorísticas de la época: Tía Vicenta, Humor, Sátira 12 hoy en día. O bien, y esto podría resultar engorroso, para denunciar al general Perón como un gran fraude, habiendo logrado ser presidente por tres períodos de un país cuya Constitución no aceptaba un mandatario extranjero. Entonces cabe suponer que el brazo largo del “Brujo” y su Triple A de infausta memoria, hayan llegado hasta Cerdeña para borrar las pistas, aun sabiéndolas engañosas. Por humilde que sea, habría aquí un pliegue más de la capa de invisibilidad que pretendieron adosarse quienes entendieron el poder como una forma de inimputabilidad, o de impunidad. Por fortuna hoy cabe celebrar que ese tramo de la dolorosa historia argentina que había quedado postergado cuando fueron reflotados los juicios contra la dictadura militar pueda ir saliendo a luz y que en todo el país los Juicios por la Verdad sigan retrocediendo en el tiempo para no dejar piedra sin levantar ni culpable de crimen de lesa humanidad impune.

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Luisa Valenzuela INVISIBILITY AND MISINFORMATION: THE OTHER FACES OF IMPUNITY 1) The word impunity was charged with an even darker meaning than usual when it was casually uttered by the equally dark Alfredo Yabrán. A high-level businessman with a very low profile whom Domingo Cavallo, minister of the economy in the government of the then president Carlos Menem, described as ‘the boss of a power-bloated mafia’. This took place in 1995. Yabrán was a multi-millionaire who ran things from behind the scenes. He used to like saying that ‘taking my photo is the same as shooting me in the head,’ and in the first and perhaps only television interview he ever gave he declared ‘power means impunity.’ He later explained he’d said this in allusion to Cavallo, but it was a slip that left no doubt as to his beliefs. A belief that cost the photojournalist José Luis Cabezas his life, a man who had managed to photograph Yabrán at the exclusive beach resort of Pinamar for a well-known weekly magazine. This was the first tear in a cloak of invisibility that over the years would gradually become more and more frayed. Impunity. Invisibility. Such closely related terms in the context of power. I’d like to slowly trace a map of such rents (the rending of the veil), but I am a writer of fiction, not a political scientist or a sociologist. For this very reason I pause at the apparently meek terms that allude to horror, such as ‘liberated zone,’ which opened the way for hired killers to do their job with total peace of mind, with no police intervention whatsoever as occurred at Pinamar when they killed Cabezas. Or else ‘task force,’ or ‘unemployed workforce,’ in allusion to the security officers who, having had to leave the force, continue or continued to commit identical atrocities but on the other side of the law. Freelancers, we might call them. Because impunity has many faces, assumes multiple disguises. Or respectable dinner jackets. I think of those horrifying laws that succeeded each other as if to reaffirm Yabrán’s dictum, namely: ‘Due Obedience’, ‘Full 178

Stop’, and the intolerable ‘Amnesty’, initially signed by the very soldiers who carried out the coup before renouncing power, and which Carlos Saúl Menem transformed - after the significant though limited proceedings initiated by his predecessor, Raúl Alfonsín - into ‘Reprieve’. Wipe the slate clean, was the facile formula, fortunately changed during Néstor Kirchner’s government when it was declared that there is no statute of limitations on crimes against humanity. 2) Miraculously, Argentina is a country with memory, and the impenetrable frontier of impunity is gradually being shifted. In this very land, where the term ‘the disappeared’ was coined to refer to the thousands of people obliterated from the map, the memory of their lives erased forever, symbolic figures emerged to endow the terms ‘Mothers’ and ‘Grandmothers’ with a heroic dimension. In the so-called ‘years of lead’ of the military dictatorship (1976-1983) during the evil known as the Dirty War, which was actually a genocide, artistic works as well as the human beings who created them were ‘disappeared’, consisting at times of thousands of pages of words. There were some notable rescue efforts, going far beyond such iconic writers as Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Paco Urondo or Miguel Ángel Bustos. To start with, in 2005 the SEA (the Argentinian Society of Authors), founded in 2001 by Graciela Araoz and Víctor Redondo, published Palabra viva, textos de escritoras y escritores desaparecidos, víctimas del terrorismo de estado [The Living Word: Texts by Disappeared Writers, Victims of State Terrorism]. For the second edition they had already produced anthologies of 116 writers from all over the country. And of course, it is not the only book of its kind. That same year Escritos de la memoria [Writings from Memory] by Daniel Pastore and Enrique Zavala appeared, an anthology covering those disappeared since 1974, and later on, funded by the Argentinian ministry of culture, Escritos en la memoria [Writings in Memory]. It is to these books and others like them that Miguel Bonasso was referring when he stated that ‘this was a generation of intellectuals who combined great talent with great social and political commitment.’ State terrorism was unleashed years before the military coup of 24 March 1976, when Estela Martínez de Perón, the woefully famous Isabelita, was 179

overthrown. The paramilitary paraphernalia was in actual fact implemented by the man who was private secretary to General Perón and later on his minister for social welfare, José López Rega, better known as The Sorcerer. His Argentinian Anti-Communist Association, the notorious Triple A, sowed terror throughout the country, and the streets of Buenos Aires became the scene of violent raids and shoot-outs for the smallest infraction to the point where, returning from a two-year trip halfway through 1974, I realised the only way to re-integrate myself into this atrocious, fractured reality was by writing a collection of short stories in a month. Thus was born Aquí pasan cosas raras [Strange Things Happen Here], and the title is but a pale reflection of that reality. Rodolfo Walsh condemned this reality roundly in his ‘Carta Abierta a la Junta Militar [Open Letter to the Military Junta]’, saying that nothing had changed and mentioning ‘the role played by that agency (the CIA) and by high-ranking army officers, lead by General Menéndez, in the creation of the Logia Libertadores de América (the Masonic Liberators of America Lodge), which replaced the three A’s until its full role was taken over by the junta in the name of the three Armed Forces.’ Now that trials have taken place of the soldiers from the three forces who made up the three juntas that devastated the country, the sluice-gates have been slowly opening over the last few years as attempts are made to investigate the shadowy period that was the last period of Peronism, above all during the period of the ex-vicepresident and her sorcerer minister. New steps to further tear the veil of impunity. And that of invisibility. 3) As for me, I have just had an experience, minor with regards to all this, but strange all the same. I travelled to Sardinia to see the carnival in Barbagia de Ollolai, at the heart of the island. In reality they are archaic, chthonic farming rituals that use imposing masks. And there a surprise awaited me: the conviction, very strongly held (especially in the little town of Mamoiada), that General Perón, three-times president of the Republic of Argentina, was born here in Sardinia and emigrated to Argentina as a teenager, where he had to change his name so as to be able to enter military school. I took it as a quaint legend. But the novelist in me could not help but become interested as I gradually looked 180

into the facts and documents that since 1951 have been circulating around these parts. It was then that the journalist and lawyer Nino Tola published his first article in the newspaper L’Unione Sarda with the following title: ‘Nato a Mamoiada il dittatore Juan Peron?’ [‘Was the Dictator Juan Peron Born in Mamoiada?’]. Tola was not convinced of the story, but a month later he published a second article: ‘Una questione che comincia a diventare seria divisa a Mamoiada in ‘peronisti’ e ‘non peronisti’ [‘An Increasingly Serious Question Divides Mamoiada into ‘Peronists’ and ‘non-Peronists’’]. After which he was forced to fall silent, apparently threatened by the Argentinian secret services, the same ones who later would go on to steal the few insubstantial pieces of evidence and even - it is said - to burn down a house in the town. Years later several books appeared on the subject, the best-known and most widely-read being those by Pepino Canneddu (Juan Perón-Giovanni Piras. Due nomi una persona, 1984), Gabriele Casula (Dònde naciò Peròn. Un enigma sardo nella storia dell´Argentina, 2004), and Raffaele Ballore (El Presidente - Il caso PirasPeron, 2007). I returned to Buenos Aires with this material as a subject for a novel, knowing there would be some good secrets to explore with regards to the construction of this great Argentinian legend. In any case, Perón himself never spoke of his childhood and when he did, he gave ambiguous, contradictory details. But how could I approach the story without knowing if it was true or not? By making use of parallel realities, perhaps? I thought it was too affected, almost Borgesian, recalling how in his short story ‘The Simulacrum’ Borges writes that ‘the man in mourning was not Perón and the blonde doll was not the woman Eva Duarte, but Perón was not Perón either and nor was Eva Eva, but rather they were strangers or anonymous (whose secret name and true face we do not know) who represent, for the gullible love of the suburban slums, a crass mythology’ [my underlining]. I then remembered two things: first, that the above-mentioned Sardinian authors accuse not just the Argentinian secret services but more specifically López Rega of being the instigator of the cover-up. Tying up loose ends, I re-lived a scene I had the privilege of witnessing in the Mexican embassy in around 1977. It was the leaving party for the ambassador, who was going to be 181

transferred. Towards the end of the evening I was invited to go up to the restricted part of the house where I met the ex-president Héctor Cámpora and other ‘bigwigs’ (as the owner of the house put it), long-term political refugees there. Cámpora started talking and among other things told of how Perón had managed to convince him to be his candidate, an honour he had declined a few days before. Shortly after the General arrived in Buenos Aires en 1972, for the first time in sixteen years, when Peronism was no longer banned (although its leader still was), they all went on an official trip to Paraguay. Over dinner, seated at the table were Perón, his wife Isabelita, Cámpora and his eldest son, when Stroessner asked the Argentine General if he had got round to appointing a candidate to represent him in the following year’s election. Just then, José López Rega appeared in the door to the dining room but Perón pushed him away saying, and I repeat the words quoted by Cámpora, “You’ve already eaten, Lopecito”. Recalling this scene I understood the resentment José López Rega must have felt, the Sorcerer, private secretary to the General during his exile in Madrid, an excessively ambitious all-round assistant. I took the subtitle of my novel, La máscara sarda, el profundo secreto de Perón [The Sardinian Mask: Perón’s Deep Secret], from the General himself. Because in Yo, Perón [I, Perón], by Enrique Pavón Pereyra, official biographer, there is a phrase of the General’s often quoted by the Sardinian ‘Peronists’: ‘As if I had made a magical bet with fate, I managed to keep the origins of my birth a deep secret until today.’ It is true that he fabricated the date and place of his birth, that we know that General Perón was not born in Lobos in 1895, but rather in General Bermúdez in 1893. Understandable confusions and/or cover-ups due not simply to the inept record keeping of the time but also, it is said, because Perón always meant to hide the fact he was the illegitimate son of an indigenous Tehuelche mother. But the mystery lies not so much in the ‘deep secret’ as in the misinformation. How can it be that a rumour - let’s call it that - which circulates freely in Italy (not just Sardinia) to the point where there was a symposium about it scarcely six years ago, has never reached Argentina? When López Rega was mentioned as a possible source of the cover-up I thought it highly unlikely, at that early stage. But after investigating further I was 182

able to verify that, in his role as police chief, the future Sorcerer was guardian of the presidential mansion, the old and now demolished Unzué Palace, from 1949. And what is more, López Rega himself said of that same opportunity, in his overblown style, that he had received divine mandate to watch over the General and his wife, and protect them at all times. Looking into several biographies I found the possible origin of said divine mandate: Victoria Montero, known as Mother Victoria, a clairvoyant and witch doctor from the city of Corrientes whom Evita consulted several times and who introduced López Rega to various esoteric practices. Can it have been due to her magical arts that this story about a Sardinian Perón has remained shrouded to this day in a cloak of absolute invisibility? I wrote the novel, I researched it thoroughly; I didn’t decide the legend was true, but I can only feel astonished that no one, not one person, none of the multiple newspaper, radio or television journalists has ever heard of this theory that buzzes on the internet. Sardinian Perón. A revelation or rumour that could have been used by so many people and with such diverse aims, the most logical being that of invalidating him, challenging him. Or as a joke in the humorous publications of the time: Tía Vicenta, Humor, Sátira 12. Or else - and this might have proved awkward - in order to denounce General Perón as a great fraud, who managed to be president for three terms of a country whose constitution did not allow for a foreign head of state. So it is not beyond the realms of possibility to assume that the long arm of the Sorcerer and his Triple A with its notorious memory went as far as Sardinia to erase all traces, even knowing they were false. As small as it might seem, here we find one more crease in the cloak of invisibility in which those who understood power as a form of immunity from prosecution, or impunity, tried to drape themselves. Fortunately there is now cause to celebrate the fact that this part of Argentina’s painful history, postponed when the proceedings against the military dictatorship were re-launched, are being brought to light and that throughout the country the so-called Truth Trials continue to reach back in time so as to not leave one stone unturned, or anyone guilty of crimes against humanity unpunished. (Translated by Rosalind Harvey) 183

Lydia Cacho NO QUIERO PERDER LA CABEZA Despierto, doy la vuelta con pocas ganas de abrir los ojos por completo. El reloj marca las tres de la mañana. Toco mi cuello y lo acaricio mientras hago respiraciones profundas. La oscuridad invade mi habitación, mi respiración se corta, necesito encender la luz para reconocer en dónde me encuentro, el aroma de este sitio no me es familiar. Por fin mi mano encuentra el botón para encender la lámpara. Me incorporo despacio, reacomodo las almohadas y miro a mi alrededor, estoy agotada, nada quisiera en este momento sino dormir plácidamente, descansar toda la noche sin razones para el desvelo. Es un cuarto de hotel clásico, pequeñito y lindo en el barrio del West End de Londres. Logro comenzar a respirar profundamente, como aprendí a hacerlo hace veinte años, cuando descubrí el yoga y sus beneficios; el único método que logra equilibrarme. Aún en la cama asumo una postura de yoga básica: flor de loto, conecto mi columna vertebral con mi cabeza, entra, fluye y sale el aire por mi cuerpo y la ansiedad se derrama en las sábanas poco a poco. Solo entonces estiro la mano y tomo mi libreta Moleskine roja, la pluma ensartada en el resorte que la mantiene cerrada se queda en mi mano. La pluma, mi lanza, mi herramienta, mi compañera de viaje. La libreta es un puerto de abrigo, no importa la hora o el lugar, siempre da la bienvenida a mis palabras sin importar hacia dónde van -o si tienen destino-, las frases que se construyen con la tinta y el papel son mías, son nuestras; no estoy sola mientras pueda revelar los sueños, las pesadillas, las ideas, los pendientes y las palabras de los otros. Existo también, como existen las mujeres y los hombres que entrevisto para los periódicos, existo como existen las niñas y niños que me narran el horror del mundo y luego hablan de sus juegos y deseos de justicia. Escribo para los otros, escribo para mí, escribo para recordar que la vida importa. escribo en una sola línea mientras toco 184

otra vez mi cuello y un escalofrío me recorre la piel. Me levanto de la cama y tomo una bufanda violeta que dejé sobre una silla; cuidadosamente la pongo alrededor del cuello. Vuelvo a la cama y me hago consciente de lo que sucede, el miedo se coló entre mis sueños y abrevó de una imagen cada vez más conocida en los diarios de mi país: las personas decapitadas, cabezas sin cuerpo en las páginas de una revista política, cuerpos desmembrados en la portada de un diario que nunca jamás había sacado semejante imagen de horror. Entre sesenta mil asesinatos en una inútil y mentirosa guerra contra el narcotráfico, mi país se desangra y en medio de esa sangre millones sobrevivimos para decir la verdad. En mi pesadilla la cabeza era mía, sin nada alrededor, en un paisaje desolado, árido mi rostro con los ojos cerrados ya sin vida. Respiro nuevamente sin soltar la pluma, debo escribirlo solo para mí, para exorcizar la imagen. Vuelven a mi mente las palabras de la penúltima amenaza de muerte que recibí por correo electrónico, primero entregarían mis manos a mi pareja, luego darían mi cabeza a mi padre. En cuento recibí la amenaza llamé a mis abogados, la reenvié a las autoridades incapaces y sin voluntad para investigar las agresiones a periodistas. Le di la información completa a un buen amigo que me asesora en temas de seguridad. Dos días más tarde sabíamos que la amenaza había salido de Veracruz, que el propietario del correo electrónico había escrito una veintena de correos en los que acordaba asesinar personas por mil quinientos dólares. Un sicario cualquiera, y yo estaba en su lista, pero estar en una lista no es delito. Seguí trabajando, segura de que las autoridades no harían nada por mí, como no hacen nada por la gran mayoría de mexicanas, denuncié, dije todo lo que sabía, mi enemigo sabe que ahora le conozco, le arrebaté lo que las mafias más valoran, su escondite, su lugar seguro. Y seguí mi vida. Eso hago cada vez que llega una nueva amenaza. Denuncio y sigo mi vida, aumento las precauciones y sigo escribiendo, que es lo mismo que seguir viviendo. Voy con mi terapeuta, lloro un poco, recuerdo cuando me secuestraron y me torturaron; trabajo el miedo, lo saco a pasear frente a testigos que saben cómo confrontarlo y 185

debilitarlo. Arrojo luz sobre todo lo que está en mi cabeza, no quiero comerme el miedo, porque indigesta. Arrojo luz, no quiero que las palabras que describen con morbo y odio cómo sería mi muerte se queden colgadas de mis pupilas. Arrojo luz porque solo con luz puedo mirarme al espejo y celebrar que aún estoy aquí y sonrío porque sí, simplemente sonrío porque puedo. Miro de nuevo la frase en letras capitales: . Pienso en los tiempos de mi adolescencia, cuando escribí una frase parecida para hablar de amor. Cuando era joven no quería perder la cabeza por amor, podía entonces acudir al lenguaje figurado cursi y poético porque jamás imaginé que ser escritora, periodista, podría costarles la cabeza a mis amigas, a mis colegas muertos y a mí, que sigo con la fortuna de la vida. No importa que haya acudido a terapia, no importa que haya decidido no darme por vencida con la determinación de quien corre afanosamente hacia la tranquilidad y la esperanza, no importa que me haya prometido no repetir las palabras de quienes me quieren muerta. Las palabras de ellos, como las mías y las de otras periodistas, viven entre nosotras y tienen su propio peso, su forma y su certeza. Se escabullen a medianoche, aunque estemos seguras de haberlas tirado a la basura, aunque hayamos hecho un ritual imaginario quemando las amenazas en el fuego. Y se aparecen así nomás, se convierten en imágenes poderosas; ya no son amenazas sino hechos, su poder descriptivo es atroz porque son parte de la realidad y la realidad de los otros es parte de nuestras vidas. Cuando me hago consciente de ello me levanto nuevamente de la cama, tomo un ejemplar de mi libro Slavery Inc. y miro su portada blanca. Para eso estoy aquí, en el Reino Unido, para hablar de mis investigaciones sobre las mafias que compran y venden seres humanos. Llevo a la cama el libro, me cobijo, toco la bufanda que ha entibiado mi cuello ya relajado, me hago consciente de todo lo que me rodea: una habitación que no es mía, una maleta con ropa barata y con mi cámara fotográfica profesional, una botella de agua mineral, una cobija tibia que me resguarda del frío, mi pluma, mi libreta, mi libro escrito luego de cinco años de investigación y muchas amenazas. Entre todo ello estoy yo, viva, entera, respirando sana y salva. Bebo un poco de agua. Escribo en otra página: no 186

perderé la cabeza por miedo. Cierro la libreta, respiro profundamente y pienso que mañana tendré un día interesante en el Frontline Club. La vida sigue y yo también. La vida sigue, y yo con ella. (Una traducción de ese texto aparacerá en la revista de English PEN enero de 2013)

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Lydia Cacho I DON’T WANT TO LOSE MY HEAD I awake and glance about me without wanting to open my eyes properly. The clock says three in the morning. I reach up to my neck and rub it while taking deep breaths. Darkness invades my bedroom, my breath grows shorter. I have to put on the light in order to figure out my whereabouts, there’s an unfamiliar smell to this place. Finally my hand encounters the light switch. I sit up in bed and slowly rearrange my pillows as I look about me. I am so exhausted there is nothing I want more right now than a peaceful sleep, to slumber the night away with nothing to startle me awake. My room is in a small and pretty, traditional hotel in London’s West End. I manage to start breathing deeply, the way I learnt twenty years ago when I discovered the benefits of Yoga; it’s the one technique that can lend me balance. Even when I’m in bed, I assume a basic Yoga pose: lotus position, and by connecting my vertebral column with my head the air enters, flows and leaves my body, and my anxiety disperses across the sheets little by little. Only then do I reach out my hand to pick up my red Moleskine notebook, the pen that slid into the clasp to keep it closed now held between my fingers. The pen, my lance, my tool, my travel companion. The notebook is my port in a storm, no matter how late the hour or far the place, it always welcomes my words without caring where they may end up - if indeed they have a destination - and the sentences constructed between pen and paper are mine, ours too; I am not alone as long as I can reveal those dreams or pressures, nightmares or ideas, and the words of others. There too I can exist, like those women and men I interview for newspapers. I exist in the same way as the boys and girls who tell me of the horrors of the world, then talk about their favourite toys and their yearning for justice. I write for others, I write for myself, I write to record that life counts. I don’t want to lose my head, and I write as much in one line as I touch my neck again, and a shiver runs over my skin. 188

I rise from the bed and pick up the purple scarf I left spread across a chair; gingerly, I drape it around my neck. I return to bed and make myself aware of what’s going on, for fear has invaded my dreams, feeding off an image with which we have become increasingly familiar thanks to the newspapers in my home country: a reiteration of decapitated humans, heads without bodies in the pages of a political review, dismembered bodies on the front page of a daily that had never previously published such a horrific picture. Some sixty thousand murder victims of a pointless and mendacious war on drug trafficking, my country is pouring blood and in the midst of so much blood millions of us still somehow survive to tell the truth. In my nightmare the head was my own, with nothing surrounding it but a desolate landscape. My face was devoid of expression and my eyes lifelessly closed. I take further deep breaths without letting go of my pen, I need to write for myself alone, in order to exorcise the image. The words of the most recent death threat that I received by email return to me: first my hands would be given to my partner, then my head to my father. As soon as the threat came through, I phoned my lawyers and forwarded the threat to the authorities, knowing them to be wholly incompetent and devoid of the least intention to investigate threats against journalists. I gave all the information to a good friend who advises me on security matters. Two days later we knew that the threat had originated in Veracruz; that the owner of that email address had sent twenty or more mails in which he offered to assassinate given targets for one thousand five hundred dollars. A commonplace hit-man, and I was on the hit-list, the worst part of it being that appearing on such a list does not constitute a crime. I carried on working, knowing full well that the authorities would do nothing for me, as they did nothing for the vast majority of Mexicans. So I denounced, told all I knew, my enemy should know that I had unveiled him, peeling away what all the mafias most want to retain, their concealment, their place of safety. And I carried on with my life. That’s what I do each time a new death threat arrives. I denounce and then I continue my life, ratcheting up my defences, and I continue writing, which is the same as to continue living. I go and see my 189

therapist, crying a little when I recall how I was kidnapped and tortured; I work on my fear, I take it out and parade it in front of witnesses who know how to confront and disable it. I shed light on what’s going on in my head, I don’t want to swallow my fear or I’ll get indigestion. I shed light and I don’t want the things I describe with loathing and disgust- like my own death - to remain caught beneath my eyelids. I shed light because that is the only way I can look myself in the mirror and celebrate the fact that I’m still here and smile because yes, I smile simply because I can.

I look again at the phrase written in capital letters: I DON’T WANT TO LOSE MY HEAD. I think of the times in my adolescence when I wrote a similar sentence talking of love. When I was young I didn’t want to lose my head through falling in love, and I took refuge in poetical and flowery language since I never imagined that becoming a writer, or a journalist, could cause any of my friends to lose their heads, neither my dead colleagues’ nor my own, as I still continue to enjoy the good luck to be alive. It doesn’t matter that I’d taken refuge in therapy; it doesn’t matter that I had decided not to surrender, with all the determination of someone running uphill in the pursuit of hope and tranquillity; it doesn’t matter that I had promised myself not to repeat the words of those who wanted me dead. Their words, like mine and those of other journalists, live between us and can be carefully weighed, for both their shape and their certainty. They scamper around at midnight, even though we are so sure we drove them away, even though we have conducted an imaginary ritual to burn the threats in a pyre. Notwithstanding all this they return and reappear, turning into powerful images; now they are no longer threats but facts, their descriptive power is ferocious because they form part of reality and the reality of others that infuses every other aspect of our lives. When I become aware of it, I sit up again in my bed, and pick up a copy of my book, Slavery Inc. I look at the white cover. This is why I am here, in the United Kingdom, to talk on my investigations into the mafias who buy and sell human beings. I take the book to bed with me, I touch the scarf that has warmed my neck, now relaxed, and become aware of everything 190

in my surroundings: a room not my own, a suitcase full of cheap clothes and my professional standard camera; a bottle of mineral water, a thin shawl to keep out the cold, my pen, my notebook, my book written after five long years of research and so many, many threats. In the midst of it all I am, whole and alive, still breathing and still safe and sound. I drink a sip of the water. I write another page: I won’t lose my head through fear. I close the notebook, breathe deeply and think that tomorrow will bring an interesting day at the Frontline Club. Life goes on and so do I. (Translated by Amanda Hopkinson. Lydia Cacho’s article was originally written for English PEN’s Magazine, issue 2, January 2013. English PEN Magazine is published three times a year and is free to members of English PEN.)

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Martín Camps ‘Decálogo para la Frontera’ And my parents’ migration has not yet calmed in me. Amichai #1 No construirás ningún puente. Demolerás el puente de paga, El de Zaragoza, el Negro y hasta el libre. Entubarás el Río Bravo y nadie trazará líneas, Alzará mallas ciclónicas o erigirá murallas. Porque la tierra es una sola y el sol es temible en ambos lados. ¿Cómo contener los ojos para que no miren las montañas? ¿Cómo privar al ave de construir su nido en los árboles? ¿Cómo atajar la lluvia para que no alcance el valle? #2 No dirás aquí nadie pasará. Soy dueño de esta tierra. Porque la tierra es la heredad De los hombres, animales y plantas, y en ella yacen también los restos de quienes se juzgaron invencibles. Te pertenece sólo el recorrido de tus pasos.

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#3 No cierres tu puerta al forastero porque en su boca lleva otra lengua o su rostro no te parece familiar. Sacia en lo posible su hambre y sed porque ya el desierto es suficiente hostilidad. #4 Aprende la lengua de tu vecino Para instruirte en las habilidades para vencer el yermo y saber de las historias que alegran al fronterizo. #5 No te encolerizarás con tu vecino. Porque del odio germinan los insultos, las bardas, las mallas electrificadas, los perros guardianes, los helicópteros y visores nocturnos, los guardianes con pistolas, “Operation Gatekeeper”, “Light Up the Border.” Y la propuesta ciento ochenta y siete. #6 No desearás la tierra de tu prójimo, porque el que mira la tierra del vecino deseándola ya no es dueño ni de la tierra bajo sus pies. 193

#7 No despojarás a tu vecino de su tierra. Porque podrás ser patrón de cuanto circunda, pero estarás solo y afanado, intentando guarecer lo que crees tuyo. #8 No preguntarás: Where are you from? Where are you going? What are you bringing from Mexico? ¿Qué no es bastante prueba que somos de este mundo, y que no sabemos a dónde vamos ni de dónde venimos? #9 No dirás: todos los de aquel lado son ladrones, robachicos, robacarros, robatrabajos. No dirás: los del otro lado son traicioneros, abusones, golpeadores, racistas. Mira a cada uno con sus propios ojos. #10 No colmarás el desierto con sangre. No arrojarás los cuerpos de mujeres y de emigrantes bajo el sol. No destruirás las pruebas de sus crímenes. A las niñas y mujeres que han encontrado en el desierto las horas más largas de la noche, 194

no les dirás “las muertas”, las llamarás por su nombre y ajusticiarás A los culpables: a los asesinos y a los que tuvieron en sus manos el castigo y no hicieron nada.

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Martín Camps ‘Border Decalogue’ And my parents’ migration has not yet calmed in me. Amichai 1 You will not build any bridge. You will demolish the pay bridge, The Zaragoza, the Negro and even the free one. You will pipe the Rio Grande and no one will draw lines, You will raise razor wire fences or build walls. Because the earth is just one and the sun Is terrible on both sides. How to contain the eyes so they don’t look to The mountains? How to forbid the bird from building its nest in the trees? How to stop the rain from reaching the valley? 2 You will not say here no one will pass. I am the owner of this earth. Because the earth is the inheritance Of men, animals, and plants, And in her too lie the remains Of those who considered themselves invincible. Only the journey of your steps belongs to you.

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3 Don’t close your door to the stranger Because in his mouth he carries another tongue Or because his face doesn’t look familiar to you. Quench his hunger and thirst as possible Because the desert already is enough hostility. 4 Learn your neighbor’s tongue To instruct yourself in skills To defeat the wasteland And to know of the stories that delight the border. 5 You will not enrage yourself with your neighbor. Because from hate germinate Insults, hedges, Electric fences, Guard dogs, Helicopters and night vision goggles, Guards with pistols, ‘Operation Gatekeeper’, ‘Light Up the Border’. And Proposition 187. 6 You will not desire the land of your neighbor Because he who looks at the land of his neighbour desiring it Is no longer owner even of the earth beneath his feet. 197

7 You will not strip your neighbor of his land. Because you could be landlord of all that surrounds you, But you would be alone and hassled, Trying to protect what you believe is yours. 8 You will not ask: Where are you from? Where are you going? What are you bringing from Mexico? Is it not enough proof that we are of this world, And that we don’t know where we’re going nor where we come from? 9 You will not say: all people from that side are thieves, Kidnappers, carjackers, job-stealers. You will not say: all people from the other side are traitors, Bullies, wife beaters, racists. Look at each one with their own eyes. 10 You will not fill the desert with blood. You will not throw the bodies of women And immigrants beneath the sun. You will not destroy the evidence of your crimes. To the girls and women that they have found in the desert The longest hours of the night, You will not name them ‘the dead’, 198

You will call them by name and put the guilty To death: the assassins And those that held correction in their hands And did nothing.

(Translated by David Shook)

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Melissa Patiño ‘Primavera’ Era una niña el día que tomaron posesión de mi cuerpo Con la cara cortada y las manos sudorosas, grita: Desnúdate, suéltate y en cuclillas Eres una rana Ahora salta Mutilaron mis orejas y manos Intentaron arrancarme los ojos Se escabullían entre sus dedos, se corrían de los puñales que pretendieron clavarles Y todo en vano Desistieron, pero no dejaron de cortar mi lengua para profesarse victoriosos Amontonaron mis partes cercenadas dentro de una caja de cartón La sellaron rumbo a Limamanta Son pruebas de tu delito Aunque ellos no pudieran oírlo En ese instante grité viva la revolución y empezó la primavera en el silencio

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Melissa Patiño ‘Spring’ I was a girl the day that they took possession of my body With a cut face and sweaty hands he yells: Undress, loosen up and squat down You’re a frog Now jump They mutilated my ears and hands Tried to tear out my eyes They slipped between their fingers, they ran from the daggers that tried to stab them And all in vain They stopped, but they didn’t quit cutting out my tongue to declare themselves victorious They piled my chopped-up parts in a cardboard box Sealed it up and sent it on its way to Limamanta They are proof of your crime Although they couldn’t hear it At that moment I yelled l o n g l i v e r e v o l u t i o n and spring began in silence

(Translated by David Shook)

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Ricardo González Alfonso PELIGROS CONVERGENTES Existen temas sensibles como nervios, y prohibidos como pecados. Ofrecen al investigador una tentación y una disyuntiva, pues al abordarlos la tinta puede tornarse en sangre; y al evadirlos, la voz en silencio, en derrota. Este es el desafío que deben enfrentar los periodistas y los literatos que indagan sobre asuntos escabrosos en América Latina y el Caribe, como ocurre en otras regiones del mundo. Alternativa que no admite la benevolencia de los eufemismos, sin convertirnos en cómplices. Resulta una encrucijada que duele en la esperanza, y fuerza a cada profesional de la veracidad y el riesgo a preguntarse: ¿cuántas muertes muere un comunicador antes de adentrarse en la Muerte, la rotunda, la que se escribe con inicial mayúscula? Desde ese rincón de la realidad que se llama impotencia muchos contestan: tantas como sobrevive el censor impune, el verdugo eficaz y cruel, sospechoso o desconocido. Es una respuesta acertada, en parte. Del mismo modo que el mar ofrece una superficie que muestra su extensión, no sus honduras, cada circunstancia posee su enigma y oculta su estigma. Es preciso emplear una visión múltiple, profunda y valiente. Informar no es un oficio lúdico, sino riesgoso y a veces letal. Si lo comparamos con un laberinto, comprenderemos que posee dos itinerarios que convergen una y otra vez. Un sendero externo. Otro íntimo. Los dos comprometidos con el peligro. Al primero lo resumen las estadísticas. Recuento sustancial y necesario, siempre y cuando seamos capaces de sentir los latidos de cada cifra, porque reflejan los 202

rigores del horror y de la muerte. Cada víctima trasciende al valor de los números. Posee un rostro. Un rostro que observó y escuchó, y contra todos los pronósticos se atrevió a investigar, a descubrir, a denunciar. Los asesinatos de una veintena de periodistas en América Latina y el Caribe, solo en el año anterior, resultan sin dudas el modo represivo que causa el mayor espanto. Cronología luctuosa y casi infinita si nos volvemos al pasado, si vislumbramos el porvenir. Nadie conoce la fecha del siguiente crimen; ni el nombre, sexo o nacionalidad del próximo inmolado. En la región latinoamericana y caribeña, durante el 2011, México encabezó la lista con seis muertes violentas; seguido de Perú, Honduras y Brasil con tres. Otras naciones del área se sumaron a esta relación ignominiosa. Mientras que en otros países, como es el caso de Cuba, no matan a los periodistas, sino al periodismo; o al menos han procurado asfixiar a una prensa paralela a la gubernamental. Porque en América Latina y el Caribe el asesinato no es la única modalidad para aterrorizar. Secuestros y amenazas de muerte, atentados contra redacciones y destierros, prisión y acosos, golpizas y multas millonarias, legislaciones mordazas y campañas de descrédito resultan los métodos represivos más frecuentes; los cuales en muchas ocasiones significan avisos temibles, preludios mortales. Recursos espeluznantes contra los comunicadores honestos, quienes con una visión personal y audaz, revelan los intríngulis de sucesos que advierten: Peligro. Zona de verdades prohibidas. Las víctimas son hombres y mujeres, jóvenes o no, que se enfrentan al Poder. Esa Hidra contemporánea y real, compuesta por gobiernos de una u otra ideología, por narcotraficantes -guerrilleros incluidos- paramilitares y una oligarquía que empuña la seductora espada del capital. Como reza la canción, “es un monstruo grande y pisa fuerte.”

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Hidra que por obra y desgracia de los silencios cómplices, de intereses múltiples y de las raíces del terror, permite a los victimarios disfrutar del paraíso de la inmunidad. Muy pocos son juzgados, y menos quienes reciben la sanción que merecen. Además, el Poder, con habilidad demoníaca, infecta a cada individuo con el virus del SIDA social, el Síndrome de Inmunodeficiencia Democrática Asumida [sic], inoculando desinformación y miedo. Contaminando así a la sociedad con una enfermedad letal para la dignidad del hombre. Pero existe otro enemigo de los profesionales de la veracidad y el riesgo. Sin dudas una secuela de este SIDA social y de artificio. Se trata del otro sendero del laberinto. El que conduce a las muchas muertes antes de morir. Es un demonio próximo, cotidiano, incluso íntimo. A quien se mima y cobija al calor de los temores más secretos. También acosa, encarcela, asesina al espíritu de la información libre; y sin embargo, goza de una impunidad vitalicia dentro de muchos reporteros y escritores. Su nombre es autocensura, y se escribe así, con inicial minúscula, pues pretende poseer el don de la invisibilidad, aunque a veces se enmascara tras los eufemismos de una neutralidad sospechosa. Mas no debemos engañarnos, es el gran compinche del Poder. Se necesita del coraje de Heracles para vencer a la Hidra. Para enfrentar las dos batallas inevitables y convergentes, los dos peligros tremendos. Las circunstancias y la intimidad. Resucitar de entre nuestros temores es la opción valedera para no morir muchas muertes, antes que irrumpa la Parca con su veredicto rotundo y mayúsculo. En la obra Vida de Galileo Galilei, del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, Andrea Sarti, discípulo del hereje arrepentido - y cuando desconocía el propósito de su maestro de sacar clandestinamente del país Los discursos - lo repudia con estas 204

palabras: “Desgraciada la tierra que no tiene héroes”. A lo que Galilei responde poco después: ‘No. Desgraciada la tierra que necesita de héroes’.

La Hidra asecha. Asecha siempre, dispuesta a tornar la tinta en sangre, en silencio la voz. Ante la disyuntiva no hay atajos posibles. Hace tiempo oí decir: ‘la valentía no es la ausencia del miedo; sino, a pesar del miedo, actuar del modo adecuado’. La literatura y el periodismo comprometidos, desgraciadamente, son profesiones que aún necesitan de más héroes.

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Ricardo González Alfonso CONVERGING DANGERS There are matters as sensitive as nerves, and as forbidden as sin. They offer the researcher both a temptation and a dilemma; tackling them can turn ink into blood; avoiding them turns voices into silence, defeat. This is the challenge that journalists and literati must confront in investigating thorny matters in Latin America and the Caribbean, similar to other regions of the world. A choice that does not accept the benevolence of euphemisms, without turning us into accomplices. This results in a quandary that pains our hopes, and forces every expert in veracity and risk to wonder: How many deaths must a communicator die before plunging into Death, the definitive one, the one written with a capital letter? From the corner of reality known as impotence many respond: as many as survive the censor unscathed, that cruel and efficient executioner, suspicious and unknown. A pertinent response, in part. In the same way that the surface of the sea reveals its vastness, and not its depths, every circumstance contains an enigma and hides its stigma. A multiple vision must be employed, both deep and brave. Informing is not a playful profession, but a risky one, sometimes lethal. If we compare it to a labyrinth, we grasp that it has two routes that converge over and over again. One path external. Another intimate. Both engaged to danger. First, a summary of the statistics. A fundamental, necessary inventory, provided that we are capable of feeling the pulse of every figure, since they reflect the rigours of horror and death. Each victim transcends the value of numbers. They have 206

faces. Faces that observed and listened and against all odds, dared to investigate, uncover and denounce. The murders of twenty or so journalists in Latin America and the Caribbean this last year alone, undoubtedly gives rise to the mode of repression that causes the greatest terror. A painful and almost infinite chronology if we look back to the past, if we glimpse the future. Nobody knows the date of the next crime, nor the name, sex or nationality of the next sacrifice. In Latin America and the Caribbean during 2011, Mexico topped the list with six violent deaths, followed by Peru, Honduras and Brazil with three each. Other nations in the region also joined this association of shame. While in other countries, like Cuba, it’s not journalists that get killed, but journalism, or at least it has been suffocated into a media parallel to the government press. Because in Latin America and the Caribbean, murder is not the only form of terror. Kidnappings and death threats, attacks against editorials, exile, prison, harassment, beatings, colossal fines, gag clauses and smear campaigns are the most frequent methods of repression; ones that often bring fearful warnings, death knells. Horrifying resources are used against the honest communicators, the ones with a daring personal vision that reveal the ulterior motives of the events they warn of: Danger. Truth Free Zone. The victims are men and women, some young, some not, that stand up to Power. That contemporary and real Hydra, made up of governments of whatever ideology, drug traffickers (including guerrilla fighters), paramilitaries and an oligarchy that wields the seductive sword of capital. As the song says, ‘its a huge monster full of confidence.’ Through the wonders of conspiratorial silences, multiple interests, the roots of terror, Hydra allows the killers to enjoy the paradise of impunity. Very few ever face a judge, and fewer receive the sanctions they deserve. 207

Besides, Power, with its demonic skill, infects every individual with the social AIDS virus, the Acquired Democratic Immunodeficiency Syndrome [sic], inoculating misinformation and fear. Thus contaminating society with a disease lethal to the dignity of man. But there is another enemy of the experts in veracity and risk. One that is undoubtedly a long-term effect of this social AIDS and artifice. He is concerned with the other path in the labyrinth. The one that leads to the many deaths before dying. He is a familiar, daily, even intimate demon. One who spoils himself, protected from the heat by the most secret of fears. He also harasses, imprisons, kills the spirit of free information; however, he enjoys a lifelong impunity amongst reporters and writers. He is called self-censorship and he signs his name just so, the first letter lower-case, trying to pass himself off as invisible, although sometimes he disguises himself behind euphemisms of a suspicious neutrality. But we must not fool ourselves, he is Power’s partner in crime. The courage of Hercules is necessary to defeat Hydra. To face the two inevitable and converging battles, these two tremendous dangers. Circumstance and intimacy. To be resurrected among our fears is the valid option in order to not die many deaths, before the Fates barge in with their resounding upper-case verdict. In the play Life of Galileo by German playwright Bertolt Brecht, Andrea Sarti, a disciple of the repentant heretic -unaware of his teachers intentions to smuggle Discourses out of the country- condemned him with these words: ‘Unhappy the land that has no heroes.’ To which Galileo later responds: ‘No. Unhappy the land where heroes are needed.’ Hydra lays traps. She always lays traps, ready to turn ink into blood, voices into silence. Facing into the dilemma no possible short cuts appear. Some time I ago 208

I heard someone say: ‘bravery is not the absence of fear. It is acting in spite of it.’ Politically committed literature and journalism, unfortunately, are professions that still need more heroes.

(Translated by Jennie Rothwell)

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Rolando Nájera HAY DEMASIADOS VACÍOS Para Armando Rodríguez Carreón “El Choco”, periodista policíaco de El Diario de Juárez, asesinado el 13 de noviembre de 2008 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Desde el 13 de noviembre de 2008 hasta ahora tu lugar de sigue vacío, esperándote, ahí está la computadora donde a diario redactabas tus notas, siguen ahí tus cosas personales, los documentos que revisabas, las fotos familiares… Hay demasiados vacíos, a tu casa le falta esa sonrisa con la que llegabas después de una jornada laboral y tu esposa y tus hijas te recibían, tu lugar en el comedor sigue vacío, tu espacio en la habitación y hasta el patio de tu casa está esperando que salgas a asar carne… Tu bicicleta, ahora inmóvil, extraña tus pedaleadas; y su asiento, aunque pequeño, refleja un enorme vacío… Hay un gran vacío en la fuente policíaca, hacen falta tus cuestionamientos, tus consejos, tus textos… A la redacción, donde se te veía caminar a veces tranquilo con una taza de café en la mano y otras apurado para salir a buscar la información, también le haces falta… Hay demasiados vacíos… pero nada más vacío que los corazones, que quienes te extrañamos: tu esposa, tus hijos, tus amigos, tus compañeros de trabajo, Ciudad Juárez entero grita que la impunidad ha dejado demasiados vacíos.

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Rolando Nájera TOO MANY EMPTY SPACES For Armando Rodríguez Carreón ‘El Choco,’ investigative journalist for El Diario de Juárez, murdered on the 13th of November 2008 in Ciudad Juárez, Chihuahua From the 13th of November 2008 until now your place has remained empty, waiting for you, the computer where you used to write up your notes every day is still there; so are your personal things, the documents you were revising, your family photos… There are too many empty spaces, your house misses that smile you used to arrive home with after a days work, your wife and daughters welcoming you in. Your place at the table is still empty, your space in the bedroom and even the back patio is waiting for you to appear and put on a roast… Your bicycle, now static, misses your pedalling; and your saddle, despite its small size, reflects a huge empty space… There is a big empty space in the police sources; they need your questions, your advice, your texts… Where I used to see you was in the editorial department, sometimes you’d be walking around calmly with a coffee in your hand, or on other occasions rushing out on the hunt for information, they also need you there… There are too many empty spaces… but none as empty as the hearts of those who miss you: your wife, your friends, your work colleagues, all of Ciudad Juárez is shouting that impunity has left too many empty spaces. (Translated by Jennie Rothwell) 211

Sergio Ramírez LA SANTA MUERTE Los cantantes de corridos norteños pregonan las glorias de los capos del narcotráfico, señores de horca y cuchillo que también deciden la elección de las reinas de belleza, quienes, una vez en el trono, pasan a ser sus trofeos de caza. Derecho de pernada. Son los nuevos señores feudales que también son dueños del silencio, porque mandan a callar con la muerte a quienes se atreven a informar sobre sus crímenes. Heredaron los gustos extravagantes de los narcos colombianos, patrocinadores del culto del Divino Niño, sustituido ahora por el culto a la Santa Muerte. Y aprendieron la afición por los zoológicos privados, a sentarse en retretes de oro macizo, y a hacer peregrinaciones a Jerusalén. Las mismas extravagancias, y la misma crueldad, quizás más refinada, porque prefieren las decapitaciones al tiro en la nuca. Ajusticiamientos de distribuidores de droga entre bandas rivales, venganzas perpetradas contra familiares de agentes judiciales, ejecuciones en presencia de los niños de las víctimas. Cuerpos que aparecen en los caminos torturados con saña. Secuestro y asesinatos de periodistas: más de ochenta, hombres y mujeres, han sido asesinados en una década, hasta hoy, y hay periódicos que deciden cerrar ante las amenazas, como ocurrió con el diario Cambio Sonora. Este año la lista de periodistas asesinados sigue creciendo, y ya llega a catorce: baleados al bajar del vehículo, sus cuerpos tirados a los canales de aguas negras, sorprendidos por los sicarios dentro de sus departamentos. Frente al edificio del diario Tabasco Hoy, en Villahermosa, fue arrojada en otro tiempo la cabeza de un funcionario judicial, mientras su cuerpo decapitado apareció en otro paraje de la ciudad. Ya el diario había sufrido ataques con bombas y granadas de fragmentación, y uno de sus reporteros desapareció, secuestrado tras la publicación de una serie de artículos sobre la distribución de drogas en la ciudad. Horror y terror que no cantarán los narcocorridos. Las fotos de Alejandro Cossío publicadas en el semanario Zeta de Tijuana, cuentan mejor que las palabras esta historia de sangre. Una pila de cadáveres abandonados en un baldío, un cuerpo que pendula colgado de un puente, en el cuello un rótulo de advertencia. Es lo que más 212

abunda hoy en día en Tijuana, como en Ciudad Juárez, o en cualquiera otra ciudad fronteriza con los Estados Unidos. Cadáveres. Cadáveres colgantes, decapitados, descuartizados, apilados en montones. El crimen y el miedo, oscurecen las salas de redacción. Ser reportero, o corresponsal, exige valentía suprema. Un paraguas sangriento que se abre sobre todo el país y cubre asesinatos, secuestros de ricos y pobres, como es el caso de los emigrantes centroamericanos, trata de mujeres, lavado de dinero, corrupción de autoridades, penetración de los cuerpos policiales, y venta de protección que se extiende desde los grandes negocios hasta los pequeños comerciantes. Ni en los mejores sueños de Dillinger o Al Capone. En una de las fotos de Cossío hay un close-up de una cadena de gruesos eslabones trabajada en fino metal, plata tal vez, que alguna vez colgó del cuello de un sicario, y que tiene por dije una imagen de la Santa Muerte guadaña en mano. La Santa Muerte, la deidad preferida de los narcos, ya se ve que le rinden culto cotidiano. Los eslabones de esta joya de lujo perdulario se derraman encima de la culata de lo que parece ser una carabina, o una escopeta. La Santa Muerte, enemiga de la Santa Palabra, que los periodistas acosados defienden con valentía, casi desde el anonimato. El cadáver colgado del puente urbano, a punto de ser descolgado por los bomberos, no deja de ser un descendimiento de la cruz. Hay otro cubierto de pies a cabezas por una sábana blanca, como un sudario; la multitud de cuerpos desparramados, con las manos atadas hacia atrás, abandonados en un botadero, como en el monte de las calaveras los crucificados. Pero hay más. En la culata de una pistola de plata, también confiscada a un narco, dos escorpiones esculpidos se enfrentan a muerte. Un símbolo de los tiempos. En Ciudad Juárez asesinaron a tiros a Luis Carlos Santiago, un fotógrafo de apenas 21 años de edad, que trabajaba como becario desde hacía apenas seis meses en el periódico. Y no era el primero. Antes había caído, acribillado también por los carteles de la droga, Armando Rodríguez, que solía apuntar en una pizarra la cuenta diaria de las víctimas de la Santa Muerte, hasta que su nombre pasó a sumarse a la lista. No tenemos derecho al olvido, ni al silencio.

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Sergio Ramírez LA SANTA MUERTE Norteño corrido singers announce the glory of drug-trafficking hoodlums, gentlemen of the knife and gallows that also elect the beauty queens, who, once enthroned, turn out to be hunting trophies. Droit de seigneur. They are the new feudal lords who also own silence, because they silence those who dare inform on their crimes with death. They inherited the extravagant tastes of the Colombian drug lords, patrons of the Cult of the Divine Child, now replaced with the Cult of La Santa Muerte. And they learned their obsession with private zoos, sitting on toilets made of solid gold, and making pilgrimages to Jerusalem; the same extravagances, and the same cruelty, but perhaps even more refined, because they prefer decapitations to head shots. The settling of accounts between drug dealers from rival gangs, revenge killings perpetrated against federal agents’ families, executions in the presence of victims’ children. Bodies that appear on the streets, cruelly tortured. The kidnapping and assassination of journalists: over eighty, men and women, have been assassinated this decade so far, and some newspapers choose to close when threatened, like the daily Cambio Sonora. This year the list of murdered journalists keeps growing, already reaching fourteen: shot getting out of their cars, their bodies thrown into black water ditches, surprised by hit men from their own departments. On another occasion, a judicial functionary’s head was thrown in front of the daily Tabasco Hoy’s building, in Villahermosa, while his decapitated body showed up elsewhere in the city. The daily had already been attacked with bombs and fragmentation grenades, and one of their reporters disappeared, kidnapped after the publication of a series of articles about drug distribution in the city. 214

Horror and terror that the corridor songs don’t mention. Alejandro Cossío’s photographs, published in the weekly Zeta of Tijuana, tell this bloody story better than words. A pile of corpses abandoned on a vacant lot, a body swinging like a pendulum from a bridge, a sign around its neck. That’s what most abounds in Tijuana today, as in Juarez, or in whatever other city along the border with the United States. Corpses. Corpses hanging, decapitated, quartered, stacked in piles. Crime and fear darken the newsrooms. To be a reporter, or correspondent, demands supreme bravery. A bloody umbrella that is opened over the entire country and covers murders, kidnappings of the rich and poor, as in the case of Central American immigrants, the trafficking of women, money laundering, corruption of authorities, penetration of the police force, and the sale of protection that extends from large businesses to small shop owners. Not even in Dillinger’s or Al Capone’s wildest dreams. In one of Cossío’s photos there is a close-up of a thick-linked chain worked from fine metal, perhaps silver, that once hung from a hit man’s neck, and which features an image of La Santa Muerte, scythe in hand, as a charm. La Santa Muerte, the dug-traffickers’ preferred deity, is now worshiped as an everyday cult. The chain of this dissolute piece of luxurious jewelry spills out over the butt of what appears to be a rifle, or a shotgun. La Santa Muerte, enemy of the Holy Word, which accosted journalists defend with bravery, from near anonymity. The corpse hanging from the urban bridge, about to be unhitched by the firemen, continues to be like the deposition from the cross. There is another covered head to foot, by a white sheet, like a shroud; the wide multitude of bodies, with their hands tied behind their backs, abandoned in a dump, like the crucified at Golgotha. But there is more. On the breech of a silver pistol, also confiscated from a narco, two sculpted scorpions face each other off to the death. A symbol of the times.

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In Juarez they murdered Luis Carlos Santiago, a 21-years-old photographer who had worked for just six months at the newspaper, on a fellowship. And he wasn’t the first. Before that Armando Rodríguez, who wrote the daily count of La Santa Muerte’s victims on a chalkboard, fell, riddled with the drug cartels’ bullets, his name added to the list. We have no right to forgetfulness, nor to silence. (Translated by David Shook)

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Simon Richards ‘Cementerio General’ No more daylight, but forms, stumbles Eyeless, to a wake of vultures And the gas that smothers us Silent, as the hooves clack on the stones.

Simon Richards ‘Cementerio General’ La luz del día no más, sino formas, tropieza a tientas, con un corro de buitres y ese gas que nos sofoca silencioso, mientras los cascos resuenan en el empedrado. (Traducción por Bruno Mattiussi)

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Tamara León ‘Regina Martínez’ El Norte abrió la puerta y entraron. Miedo. Terror. Furia en tus ojos. Te llevaron al baño, Regina. Se paró el tiempo. Golpes en la cara. Dolor. Tu preciosa sangre iluminó azulejos, llaves, el espejo. De tu boca ningún sonido más, unas manos parecidas a otras manos la cerraron. - El pequeño cuerpo de Regina se ahogó. No. Lo asfixiaron esas manos. Silencio. Silencio puro desde el día de tu muerte Regina. Alguien esconde sus manos en la espalda pues tiene tu aliento entre sus dedos.

(Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, México, fue asesinada en su domicilio en Xalapa.)

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Tamara León ‘Regina Martínez’ The north wind opened the door and they entered. Fear. Terror. Fury in your eyes. They took you to the bathroom, Regina. Time stopped. Blows to the face. Pain. Your precious blood lights up the tiles, the faucets, the mirror. No more sound from your mouth, some hands, the same as any others, closed it. — Regina’s small body drowned. No. Those hands strangled it. Silence. Pure silence since the day of your death, Regina. Someone hides their hands behind their back, they have your breath between their fingers.

(Regina Martínez, correspondent for the magazine Proceso in Veracruz, was murdered in her home in Xalapa.) (Translated by David Shook)

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Tedi López Mills ‘Fábula de una Democracia’ se entró a un teatro se subió a una tarima se golpeó el cráneo con una piedra filosa se sangró en la tarima se sacrificó el dolor por la verdad se afirmó que ya no había palabras sólo metáforas se pronunció una sobre la última salida al mar duro de ayer se decidió que a esa agua de artificio la mermaban las costas se añadió que tanta sal en las grietas se gritó que tanta sal en las heridas se agitó el puño en la tarima sin palabras se lastimó la mirada con la sal del mar de ayer se comentó que a una democracia la habían ofuscado se puso gris la tarima con las nubes de la cabeza se apagó la luz en la tarima por la posteridad de la niebla se retomó el mar duro de la esquina remota con las metáforas se le reconcilió a las costas cercanas se mitigó la amargura de la sal del mar de ayer se habló de la democracia un minuto entero se exigió a quién a quién se postergó la fórmula fácil del bienestar en los barrios sin ruido se resolvió perseguir a los culpables con palos y cuerdas se propuso enjuiciarlos ante el pueblo abajo en la plaza se sugirió que la democracia era lenta se recordó la sangre del cráneo con la piedra filosa se acordó que era una democracia contra la otra de enfrente se desdibujó el tiempo para que volviera a caber el mar de ayer se señaló que la esperanza sería un mar suave se garantizó la presencia del lirismo en los foros de la democracia 220

se votó por el artificio del agua en la tarima donde hubo sangre se salió a la calle con las nuevas palabras sin metáforas se mencionó un nombre propio luego otro falso se metió un índice en una ranura se hundió un puño en una cara se planteó la posibilidad de empezar desde cero se susurró que el cero no estaba en ninguna parte a la vista se escribió que una realidad podía interponerse a otra se volvió al teatro con la tarima se clasificó el tema en un archivo oportuno se metió en la letra D de la democracia se salió del teatro se topó con un árbitro justo se lanzó una diatriba contra su inocencia se sacudió la ropa por las migajas inaceptables de la concordia se acusó censura en las pantallas y en las frecuencias se enjauló a los jueces con los patos y los cerdos se repitió que nunca más habría impureza se cantó dulcemente acerca de los foros prístinos mañana en la democracia se gimió por las víctimas en las fronteras se apuntó que nadie subiría jamás a otra tarima se mostró el museo simple de la bondad se alabó cada pieza unívoca se dispuso un orden irrevocable en las vitrinas se invalidó el recurso de la muerte se admitió que unos y otros no terminarían de hablar nunca de la democracia

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Tedi López Mills ‘Fable of a Democracy’ entered a theatre took to the stage hit head on a sharp stone bled on the stage sacrificed pain for truth affirmed there were no longer words now only metaphors pronounced one over the last venture on the rough seas of yesterday decided that the coasts were eroding this water of artifice added that so much salt in the fissures shouted that so much salt in the wounds shook fist above the stage without words stung eyes with salt from yesterday’s sea commented that democracy had been blinded the stage became overcast with clouds from the head turned off the stage-light for the posterity of fog reverted to the rough seas of far-flung corners through metaphor reconciled it with local coasts eased the sting of the salt from yesterday’s sea talked of democracy for a whole minute demanded for whom for whom postponed the easy road to wellbeing in the noiseless neighbourhoods resolved to hunt down the guilty with sticks and rope proposed they be tried before the people down in the plaza suggested that democracy was slow recalled blood from the head with the sharp stone agreed it was one democracy up against the other facing it blurred time so that yesterday’s sea would fit once again indicated that hope would be a calm sea guaranteed the presence of lyricism in the halls of democracy 222

voted for the artifice of water on the stage where there had been blood went out into the street with new words free from metaphor mentioned a real name and then a false one placed a finger in a slot buried a fist in a face put forward the possibility of starting from zero whispered that zero was nowhere to be seen wrote that one reality can overlay another returned to the theatre with the stage archived the subject in a convenient file placed it under the letter -D for democracy left the theatre ran into an uncorrupt judge launched a diatribe against his innocence shook clothes to get rid of the unacceptable crumbs of harmony decried censorship on the screen and airwaves caged the judges alongside ducks and pigs repeated that there would no longer be impurity sang sweetly about the gleaming halls of tomorrow’s democracy wailed for the victims on the borders noted that nobody would ever get up on stage again unveiled the unadorned museum of goodness praised each piece for its simplicity arranged an exact order in the glass cases invalidated the resource of death admitted that everyone will carry on talking about democracy.

(Translated by James Tennant)

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Víctor Manuel Mendiola LA CUCARACHA La Ciudad de México de mi niñez era todavía ese espacio transparente, templado y floral que había sido desde tiempos antiguos y que atrajo, desde los años treinta y hasta finales de los años cincuenta, a tantos artistas y poetas, en particular a los surrealistas. En esa ciudad era común hallar —junto a los primeros rascacielos, los innumerables postes de luz, los tranvías y los automóviles— burros con cargas de leña o costales de maíz en los lomos, guajolotes arreados por hombres con sombreros de petate de alas anchas como sombrillas, parejas indígenas (los varones con calzón blanco, las mujeres con rebozo negro o azul oscuro), vendedores de flores, vendedores de camote con carritos de vapor cuyo silbato hacía un chiflido de tren, ropavejeros que empujaban amplias carretas llenas de trapos viejos y a veces, muy de vez en cuando, un domador con un oso acogotado y una argolla atravesada en la nariz como si fuera un buey. Con frecuencia veíamos a lo lejos, en el oriente, los volcanes —el Popocatépetl y el Ixtlacíhuatl— y podíamos admirar, hacia el sur, los verdes bosques negros: el Ajusco. En los primeros meses del año, en el cielo avanzaban enormes cúmulos de gigantescas nubes blancas — monstruosas fortalezas de aire— y en junio y julio caían las torrenciales lluvias que transformaban en un color azul plata toda la urbe y que habían provocado, quinientos años antes, el miedo y la admiración de Hernán Cortés y sus soldados. Todo transcurría en un viaje inmóvil, como escribió Xavier Villaurrutia cuando dijo: . Sin embargo, nuestros padres nos advertían de que no camináramos cerca de las cantinas y las pulquerías, donde hombres tambaleantes y con rostros feroces gritaban . Canción de José Alfredo Jiménez que expresa un nihilismo que a los mexicanos nos gusta pero que también es, de alguna manera, un recuerdo remoto de la época violenta de la Revolución. Asimismo, cuando caminábamos cerca de las zonas militares, nuestros padres nos decían que en los cuarteles los soldados rasos o los sargentos fumaban una yerba apestosa y 224

maligna y que era peligroso encontrarse con ellos. Casi siempre en esas ocasiones alguien podía cantar: Hoy ese mundo de música desdichada o socarrona, entre la tragedia y el cuento de niños, ya no existe o se ha transformado en una realidad tan inmisericorde y vulgar como magnética y asombrosa. El paraíso del Surrealismo, la ciudad que vieron con asombro Antonin Artaud, André Breton, Leonora Carrington y Sir Edward James ha devenido una modernidad o una posmodernidad tan incomprensible y avasalladora que ninguna explicación es suficiente para describir lo que sucede, para tratar de comprender cómo una metrópoli que se destruye todo el tiempo logra sobrevivir con más de veinte millones de habitantes y cómo aquí, aunque hay violencia, no se ha desatado una brutalidad descontrolada y más bien, al contrario, los que vivimos en este lugar, donde hubo un gran lago, siempre estamos buscando puntos de coincidencia y de solidaridad. Esa búsqueda quedó demostrada plenamente en los terremotos de mediados de los ochenta y en las manifestaciones, todos vestidos de blanco, contra la inseguridad del 2003, que el presidente Vicente Fox no escuchó y que López Obrador, como alcalde de la capital, embistió por considerarla un ataque a su persona. El malestar de la ciudad, y el malestar de nuestro país, viene ciertamente de la pobreza y viene, asimismo, de la índole depredadora de los políticos y empresarios mexicanos, que al igual que los políticos y empresarios de todo el mundo, sostienen por encima de los discursos una actitud destructora, tanto en términos económicos como ecológicos y culturales. Pero el problema fundamental, lo que hace que este malestar se vuelva algo desconocido, es el tráfico de drogas; y la fuente fundamental de ese trasiego no es México, sino el mercado y el consumo de narcóticos de Estados Unidos; y lo que lo alimenta y lo hace crecer cada vez más no es, de manera principal, la corrupción mexicana, sino la inmoralidad de la sociedad de Estados Unidos, que ha permitido y ha encontrado lógica y natural la instalación de centenares de armerías en la frontera para vender pistolas, rifles de asalto y toda clase de explosivos precisamente a los criminales, a los traficantes de personas y a los traficantes de drogas. México añora el paraíso en el que creyó vivir y que exaltó en la época de oro del cine, cuando actuaban María Félix y Dolores del Río. México sueña, muchas 225

veces, con el rancho grande que un día fue y que despreciaron los empresarios y los políticos en nombre de un desarrollo mentiroso. Pero el sueño perdido, el paraíso perdido, el imaginario país naif no justifica que nos hallamos vuelto reos de los consumidores de drogas y de los vendedores de armas de la economía más grande del mundo. Como dijo el rector de la UNAM —el Doctor José Narro Robles— nuestra nación no se merece este destino. Esta “danza de los vampiros” proviene muchísimo más del vicio y el machismo de Estados Unidos que del machismo y la picardía mexicana. No me cabe la menor duda de que la solución del problema implica la legalización de las drogas y el control de armas, pero también creo que se trata de valentía y de decisión moral: valentía del Gobierno mexicano para apretarse los pantalones y decirle, una y otra vez, al Gobierno de Estados Unidos que ellos son culpables de esta situación; y decisión moral, por parte del pueblo norteamericano, para asumir que su aceptación de las armas ha ido creando con el paso del tiempo la afirmación del mal como principio de convivencia.

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Víctor Manuel Mendiola LA CUCARACHA The Mexico City of my childhood was still a transparent, temperate and floral space as it had been since ancient times and that, from the thirties until the end of the fifties, attracted many artists and poets and, specifically, surrealists. In that city it was common to find, along with the first skyscrapers, innumerable light posts, trams, donkeys carrying wood or sacks of corn on their backs, tied turkeys carried by men with straw hats with wide brims like umbrellas. At that time there were still indigenous couples: men in white cotton trousers and women with a black or dark blue shawl. There were flower vendors, sweet potato vendors with small carts whose vapor chimneys sounded like a train whistle, rag sellers who pushed carts piled high with second hand clothes and, sometimes, a bear trainer with a bear who had a ring in his nose as if the animal were a bull. Often we could look toward the east and see the Popocatépetl and Ixtlacíhuatl volcanoes and we could also cast our eyes toward the south and admire the black green woods of the Ajusco Mountain. In the first months of the year great white clouds appeared like monstrous fortresses in the air and, in June and July, torrential rains fell and transformed the city into a blue, silver color, which 500 years before had provoked fear and admiration in Hernan Cortez and his soldiers. Everything occurred in an unmoving voyage or, as Xavier Villaurrutia liked to express it, ‘Let’s go motionless on a voyage’. Although the city was fairly calm, our parents warned us not to walk near the canteens and the pulque bars where men with fierce looks stumbled out drunk from these establishments and cried, ‘Life is not worth anything, life is not worth anything. We start our life with a cry and end it with a cry. This is why in this world life is worth nothing.’ This song by Jose Alfredo Jiménez expresses the nihilism that Mexicans enjoy but it is also, somehow, embodies a memory of the violent times of Mexico’s revolution. I also remember that when we walked near military zones our parents warned us that in the barracks soldiers and sergeants smoked a stinky and malevolent weed and that it was dangerous to hang out with them. In those times someone could burst out singing, ‘La cucaracha / la cucaracha 227

/ ya no puede caminar / porque le falta / porque le falta / marihuana que fumar.’ Today that world, where even music embodied naïve or crafty songs that came from a realm between a tragedy and a children’s story, no longer exists or it has been transformed into a reality that is as unforgiving and vulgar as it is magnetic and awesome. The paradise of the Surrealists, that city that inspired Antonin Artaud, André Breton, Leonora Carrington and Sir Edward James has become a modern or postmodern place that is so incomprehensible and overwhelming that no explanation can effectively describe what happens here. It is impossible to understand how a metropolis that has been so destroyed by time is able to survive with more than 20 million inhabitants and how, even though there is violence, it is relatively under control. Those of us who live here constantly search for points of concord and solidarity. This search was clear in solidarity shown by Mexico City’s residents during the earthquake in 1985 and yet again when the demonstrations against violence took place in the city several years ago, during the presidency of Vicente Fox. The unrest in the city and in our country comes from poverty but it also comes from the predatory nature of Mexican politicians and businessmen who are like politicians and business people the world over. Nevertheless, the fundamental problem that makes this unrest become something untoward is drug trafficking and the primary reason for this narcotic trade is not Mexico but the market and consumption of drugs is the United States. This situation makes Mexican corruption worse, however, one cannot deny the profound immorality of the USA that finds it natural and logical to sell guns to criminals and people who traffic in both drugs and people. Mexico longs for the paradise that it thought it lived in and that was exalted Mexico’s movies in our Golden Age of cinema and the time when Maria Felix and Dolores del Rio graced our screens. Mexico dreams about the time it was ‘a big ranch’ before businessmen and politicians ruined it in the deceitful name of development. But the lost dream, the lost paradise of a naïve country does not justify that we have become hostage to the drug traffickers and arms dealers. As Dr José Narro Robles, the dean of the UNAM, said, ‘Our nation does not deserve this destiny’. This ‘dance of vampires’ comes more from the depravity and machismo of the United States than from the machismo and brazenness of Mexico. Without 228

a doubt, I feel sure that the solution to this problem is the legalization of drugs and gun control but this will take bravery and it is a moral decision. Once and for all, the Mexican government must have the strength to stand up and blame the US government for these problems. The people of the United States must realize they have a moral duty to acknowledge that, over time, their acceptance of guns has created the affirmation that evil is a principle on which the relationship between our countries is founded.

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Víctor Sahuatoba PROSA TZOMPANTLI Si cada una de las palabras escritas en esta prosa fuera un cráneo, este texto sería una prosa tzompantli, de mil muertes impunes en la guerra florida de acá contra el crimen organizado La cultura náhuatl decapitaba a las víctimas del sacrificio humano y conservaba los cráneos Tzompantli viene de las voces tzontli: cabeza o cráneo y pantli: hilera de palo, empalizada En octubre la Coyolxauhqui ilumina las ruinas de Atenas, y esa luz nos alcanza hasta el contorno marfileño de las cabezas decapitadas en los templos mexicanos de Huizilopochtli Más de sesenta mil cabezas de las víctimas de los sacrificios humanos en el siglo XXI para honrar a los Dioses rectores del tiempo, en ochenta tzompantlis a la ley y el orden debido...

Muerte ritual que demandan los sacerdotes en señal de sumisión y homenaje o expiación ante el orden abstracto de la justicia, perseguidores perseguidos por la culpa e ilegitimidad En tiempos de Tenochtitlán se dice que el tzompantli llegó a tener 60 000 cráneos humanos al llegar los conquistadores españoles, hoy superado a la llegada de los agentes de la DEA. El Templo Mayor de la ciudad de Tenoch consagraba dos deidades Tlàloc dios de la lluvia y Huitzilopochi dios solar de la guerra èl dirigía a las huestes aztecas contras sus enemigos 230

Hutzilopochtli colibrí zurdo o del sur vencía diariamente a las tinieblas de la noche y en la mítica batalla ganaba a sus hermanos que se convertían en estrellas Coyolxauqui en la luna Si cada palabra fuera un cráneo, cada cráneo tendría un nombre como las calaveras de dulce Pero la realidad es amarga y anónima y éstos cráneos no, porque el que mal anda mal acaba

Este texto Tzompantli quiere ser una ofrenda a los caídos y a las víctimas inocentes de los daños colaterales a cada uno de ellos, a periodistas defensores de la palabra y la democracia

El 11 de diciembre del 2006 a sólo diez días de estrenar nuevo Tlataoni, el gobierno federal declaró la guerra contra los carteles del tráfico de drogas y la llamó: guerra contra el narco Sacó al ejército a las calles, enfrentó a los distintos niveles de mando policial y expuso a la sociedad a la violencia armada de buenos contra malos, de los rectos contra los corruptos De diciembre de 2006 a enero de 2012 se estima que han muerto 60 000 personas mediante ejecuciones, enfrenamientos de bandas rivales, y agresiones a la autoridad y cuerpos civiles Otras fuentes señalan que la cifra es mayor a 150 000 muertes, entre los que se encuentran a periodistas, defensores de derechos humanos y personas inocentes sin identidad aparente… Del códice Ramírez documento que ilustra la realidad de los Tzompantlis en Tenochtitlán a documentos presentados a la Corte de la Haya por mexicanos valientes la verdad es una

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En el mes de abril de 2011 el poeta y periodista Javier Sicilia pierde un hijo al ser asesinado por sujetos del crimen organizado llama a los mexicanos a manifestarse contra la violencia

Estamos en contra de la violencia provocada por el crimen organizado y contra la violencia de los cuerpos de seguridad del Estado mexicano Demandamos paz con justicia y dignidad La caravana por la paz se echó a andar por varias ciudades del país convirtiendo dramática y solidaria en caravana del consuelo a su paso cientos de madres, esposas e hijos se reunían En noviembre de 2011 se presentó la acusación en contra del Presidente ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra. La CPI somete a juicio a las personas en lo individual La Corte de la Haya en marzo 2012 declara que no ha desechado la solicitud de juicio y los demandantes entonces agregan el Informe del Comité de Desapariciones Forzadas de ONU

La identidad acallada de los muertos pugna por salir, la gente de aquí y de allá, jóvenes en su mayoría que mueren en el anonimato y con el estigma de los que mueren bajo el crimen Los “daños colaterales” son muchísimos más que los logros anotados en sentido policiaco-militares con crímenes de lesa humanidad con agravante de daño irreparable al tejido social En este texto he evitado la palabra destino de los decapitados en la muerte ritual por la ley para conservar el orden y el bienestar de las deidades que nos gobiernan con garra divina 232

He evitado derramar más lágrimas que diluyan el coraje y la impotencia y la tristeza y la ira y el duelo y la vergüenza y acabar de escribir mi Tzompantli en prosa que redima el crimen En enero del 2012 PEN Internacional La organización mundial de escritores Protesta! Ante un grado violento que afecta la libertad de expresión y a los periodistas que son asesinados Los antiguos mexicanos tenían una concepción del tiempo como circular y cíclico basado en observaciones astronómicas y en este 2012 se concluye una cuenta larga de 5125 años La cuenta inició el 3113 a.c. finaliza el 21 de diciembre del 2012 cuando ocurra alineación de la Tierra, Venus, el Sol, visto el códice de Dresde e interpretado como el fin del mundo Rápido y Furioso no son atributos de Huitzilopochtli sino de un programa del gobierno de Estados Unidos que desde 2009 vendía armas de asalto a los cárteles mexicanos de la droga La Coyolxauqui en Atenas con su luz reflejando a Tonatiuh me lo dicta a los ojos nocturnos de octubre en el origen de la cultura occidental y alienta a ponerme escribir a esta campaña Me lo dicta al oído la musa hosca llena de susurros de las almas errantes sin descanso en el llano, en la sierra abrupta, en la tierra caliente en las rancherías y las ciudades de mi nación En días reciente el acusado ante la Corte de la Haya acudió a una de las ruinas mayas donde declaró: “Este fin de año, no se acaba el mundo, sólo mi gestión” ¿Y la impunidad, cuándo? Mientras tanto el ábaco macabro del Tzompantli…

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Víctor Sahuatoba TZOMPANTLI PROSE If each of the words written in this essay were a skull, this text would be a tzompantli text, made from a thousand impune dead1, from the blossoming war against organized crime here The Nahuatl culture decapitated human sacrifice victims and conserved their skulls Tzompantli comes from the roots tzontli—head, and pantli—row of sticks, palisade In October Coyolxauhqui illuminates the ruins in Athens, and that light reaches us even at the ivory contours of the decapitated heads at the Mexican temples of Huizilopochtli

In the XXI Century, more than seventy thousand human sacrifice victims’ heads on eighty tzompantlis to honour the Gods, rectors of time, according to proper law and order… Ritual death that the priests demand as signal of submission and homage or atonement before justice’s abstract order, followers followed by guilt and illegitimacy At the time of Tenochtitlan it is said that its tzompantli held 60,000 human skulls when the Spanish conquistadors arrived, today surpassed by the arrival of DEA agents The Templo Mayor in the city of Tenoch consecrated two deities, Tlaloc, god of rain, and Huitzilopochi, solar god of war, he directed the Aztec army against their enemies 1 234

The original Spanish version of this text is exactly one thousand words.

Huitzilopochtli hummingbird, southpaw, defeated the night’s mists daily and beat his brothers—who turned into stars—in mythic battle. Coyolxauqui on the moon If every word were a skull, each skull would have a name like the sugar skulls from Day of the Dead but reality is bitter and anonymous and these skulls don’t, because bad people come to bad ends This Tzompantli text wants to be an offering to the fallen and to the innocent victims of collateral damage, to each one of them, to journalists, defenders of the word and of democracy On 11 December 2006, only ten days before the new Tlataoni’s debut, the federal government declared war against the drug-trafficking cartels and called it: war against the narcos It brought the army out onto the streets, engaged all levels of police command and exposed society to the armed violence of the good guys against the bad guys, of the just against the corrupt From December 2006 to January 2012 it is estimated that 60,000 people have died by execution, face-offs between rival gangs, and aggressions against authorities and civil bodies Other sources suggest that the dead number as many as 150,000, including journalists, human rights defenders and innocent people without apparent identification… I conclude that the Ramirez Codex illustrates the reality of the Tzompantlis at Tenochtitlan to documents presented before the Court at Hague by brave Mexicans of the truth

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In the month of April 2011 the poet and journalist Javier Sicilia loses a son, assassinated by members of an organized crime syndicate he calls on Mexicans to demonstrate against violence We are against the violence provoked by organized crime and against the violence perpetrated by the security bodies of the Mexican state We demand peace with dignity and justice The Caravan for Peace took off to march through several of the country’s cities becoming dramatic and solidary in a caravan of consolation, in its wake hundreds of mothers, wives and children gathered In November 2011 the President was accused of war crimes before the International Criminal Court. The ICC subjects people to justice individually The court at The Hague declared in March 2012 that it hasn’t abandoned the solicitation of judgement and the accusers then add the report by the UN Committee on Enforced Disappearances The quieted identity of the dead struggles to escape, people from here and there, mostly youth that die in anonymity and with the stigma of those who die under crime The ‘collateral damages’ are much greater than the police’s achievements— soldiers with crimes of wounded humanity with aggravation of irreparable damage to the social fabric In this text I have avoided the word destiny for those decapitated according to ritual death by law to conserve the order and the well being of the deities that govern us in their divine grip I have avoided shedding more tears, which dilute courage and impotence and 236

sadness and rage and pain and shame and finishing writing my Tzompantli in prose, which redeems crime In January 2012 PEN International, the worldwide organization of writers, held PEN Protesta! in the face of an upswing of violence that affects the freedom of expression and the journalists that are assassinated The ancient Mexicans conceived of time as circular and cyclical based on astronomical observations and in this 2012 the long count of 5125 years ends The count begun in 3113 BC ends 21 December 2012 when the Earth, Venus, and the Sun align, as seen in the Dresden Codex and interpreted as the end of the world Fast and Furious aren’t attributes of Huitzilopochtli but of a United States government programme that has sold assault weapons to the Mexican drug cartels since 2009 The Coyolxauqui in Athens with her light reflecting on Tonatiuh dictates this to me with the nocturnal eyes of October, from the origin of Western culture, and inspires me to write to this campaign The sullen muse dictates it in my ear, full of the sighs of the errant, restless souls on the llano, on the abrupt sierra, on the hot earth on the ranches and in the cities of my nation In recent days the defendant before the Court of the Hague came to one of the Mayan ruins where he declared: “At the end of the year, the world doesn’t end, just my term” And impunity, when? Meanwhile the macabre abacus of the Tzompantli… (Translated by David Shook) 237

Víctor Terán ‘Dxuca’ Icaa Víctor Yodo Xiñee zinetu dxuca’, badunguiiu guichi zundí’ stiidxa’ ribana la’dxi’ Guidxiguie’ stinne’. Dxuca’, xi bi’nibe laatu? Bixhatañeebe yanni binnilídxitu la? Bitúxhube xpi’cube luguiá’ bacaandaguie’ stitu la? Dxuca’, lagabi naa, cadi góyaatu diidxa’ redandá lu lúdxitu. Dxuca’, la guxhele ruaa.

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‘Soldados’ A Víctor Pineda Henestrosa. Profesor y dirigente campesino secuestrado por el Ejercito mexicano el 11 de julio de 1978. Por qué secuestraron, soldados, al hombre de palabra firme, como erguida espina, que añora con el alma Mi Juchitán de las flores. Soldados, ¿qué agravio cometió contra ustedes? ¿Acaso pisoteó el cuello de sus familiares? ¿Azuzó sus perros durante el sueño florido de ustedes? Soldados, díganme, no muerdan las palabras que les llega a la lengua. Soldados, abran la boca.

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‘Soldiers’ For Víctor Pineda Henestrosa. Teacher and rural community leader kidnapped by the Mexican army on 11 July 1978. Why, soldiers, did you kidnap a man whose word is as true as a thorn, who yearns for my flowered Juchitan? Soldiers, what grievance did he commit against you? did he stomp on your family’s necks? did he set his dogs on your flowered dreams? Soldiers, tell me, don’t bite the words that come to your tongues. Soldiers, open your mouths. (Translated by David Shook from Isthmus Zapotec into Spanish and English)

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Yvonne Denis Presidenta, PEN Club de Puerto Rico ‘Hay ti [erra] sobre mí…’

Hay sombras asechando mi cabeza, como si supieran de dolor de pena, desolación. Traidoras a vida. Hay cicatrices abiertas,

nunca fueron cerradas,

laberintos empujan a insensatez, la cama llena de piojos, lámpara sin luz, tubería seca. Y la sombra se acerca cada vez más, me seduce a terminar, que olvide la magia, el vodú, el sincretismo, que MALDIGA el créole. Seré libre del dolor, de la agonía, de la tristeza, de la culpa, de la impotencia.

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Hay una sombra que se acerca poco a poco, para elevarme a otro espacio, y mudarme a ninguna parte acercándome a nada. Hay una sombra fácil rondando mi mente sin pensamiento, sin análisis. ¡Habla créole! Hay una sombra estacionada a mi lado miro y la pienso, susurra, como un grito en la garganta que agolpa dolores y no se va. Hay una sombra metida en mi cuerpo y este no es mi cuerpo, sino el de la muerte. Soy la sombra llena de muerte. Soy muerte.

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Yvonne Denis President, PEN Puerto Rico ‘There is [err]th over me…’ There are shadows ambushing my head, as if they knew of pain of shame, desolation. Traitors to life. There are open scars, they were never closed, labyrinths push toward senselessness, bed full of lice, lamp without light, pipes dry. And the shadow draws nearer, it seduces me to quit, to forget magic, voodoo, syncretism, to CURSE creole. I will be free of pain, of agony, of sadness, of blame, of impotence. There is a shadow that little by little draws near, to lift me to another space, and move me to nowhere drawing me close to nothing. 243

There is an easy shadow patrolling my mind without thinking, without analysis. Speak creole! There is a shadow parked at my side I look and think it, it whispers, like a shout in the throat that floods with pains and doesn’t leave. There is a shadow stuck in my body and this isn’t my body, but death’s. I am the shadow full of death. I am death. (Translated by David Shook)

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Biografías de los Autores Author Biographies

Alberto Blanco Alberto Blanco (México 1951) es considerado uno de los poetas más importantes de su país. Tiene una vasta obra de poesía, cuentos y poesía para niños, ensayos y traducciones de poesía. También trabaja las artes visuales y es reconocido como ilustrador de libros. Más de 20 de sus más de 60 libros están traducidos a una docena de idiomas.

Alberto Blanco (Mexico, 1951) is considered one of the most important poets of his country. He is a prolific writer whose work includes poetry, stories and poetry for children, essays and translations of poetry. He also works in the visual arts and is recognised as a book illustrator. More than 20 out of his more than 60 books have been translated into a dozen languages.

Alicia Quiñones Alicia Quiñones es escritora y periodista. Autora de los poemarios Fe en primavera (2005) y Cuarteto para sombras (2012) y del libro de fotografía y poesía Instantáneas distantes (2008). Es editora del suplemento cultural Laberinto desde 2007, que se publica en el periódico Milenio. Es reportera de Milenio Televisión y colaboradora de Top Radio. Ha colaborado en publicaciones como Tierra Adentro y la Revista de la Universidad y participado en 245

antologías de poesía en México, Cuba, Canadá y España. Es secretaria del PEN Club de México. Alicia Quiñones is a writer and journalist. She is the author of the poetry collections Fe en primavera (2005) and Cuarteto para sombras (2012) and a book of photography and poetry Intantáneas distantes (2008). She is editor of the cultural supplement Laberinto, which is published by the newspaper Milenio. She is a reporter for Milenio Television and is a contributor to Top Radio. She has worked on publications including Tierra Adentro and Revista de la Universidad, and has contributed to poetry anthologies in Mexico, Cuba, Canada and Spain. She is secretary of PEN Mexico.

Álvaro Enrigue Álvaro Enrigue, nacido en México en 1969, es el premiado autor de cuatro novelas y dos libros de relatos breves. Ha sido traducido a varios idiomas, incluyendo alemán, inglés y francés. Actualmente vive en Nueva York, enseña en la universidad Princeton y trabaja en su quinta novela.

Álvaro Enrigue, born in Mexico in 1969, is the award-winning author of four novels and two books of short stories. He has been translated into multiple languages, including German, English and French. Currently living in New York and teaching at Princeton University, he is working on his fifth novel.

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Amada Esperanza Ponce Amada Esperanza Ponce (Honduras): periodista, investigadora y escritora, editora en versión digital del diario La Tribuna, coordinadora del diario digital Conexihon.info del Comité por la Libre Expresión. Ha sido publicada en diarios y revistas de Centroamérica. Secretaria de la Asociación Nacional de Escritoras de Honduras ANDEH y participa en varias organizaciones regionales de escritores. Amada Esperanza Ponce (Honduras): journalist, researcher and writer, editor of the digital version of the daily newspaper La Tribuna, co-ordinator of the Comittee for Freedom of Expression’s online daily newspaper Conexihon.info. She has been published in Central American newspapers and magazines. She is secretary of the Honduran National Association of Writers (ANDEH), and participates in various regional organisations of writers.

Amelia del Castillo Amelia del Castillo (Matanzas, Cuba) es una laureada poeta, narradora, ensayista y compositora. Es miembro fundador del PEN de Escritores Cubanos en el Exilio, ocupando en distintas ocasiones las posiciones de Secretaria y Tesorera.

Amelia del Castillo (Matanzas, Cuba) is an award-winning poet, storyteller, essayist and composer. A founding member of Cuban Writers in Exile PEN, she has also served as its Secretary and Treasurer.

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Ariel Dorfman Ariel Dorfman es un escritor chileno cuyos libros han sido publicados en más de 40 idiomas y cuyas obras teatrales se han representado en más de 100 países. Entre sus obras destacan La Muerte y la Doncella y, recientemente, sus memorias Entre Sueños y Traidores: Un Striptease del Exilio. Ariel Dorfman is a Chilean author whose books have been published in more than 40 languages and whose theatrical works have been performed in more than 100 countries. Notable amongst his works are Death and the Maiden and, recently, his memoirs Feeding on Dreams: Confessions of an Unrepentant Exile.

Carlos Gamerro Carlos Gamerro es un escritor nacido en Buenos Aires. Su obra incluye las novelas Las Islas, El sueño del señor juez, El secreto y las voces, La aventura de los bustos de Eva y Un yuppie en la columna del Che Guevara, los cuentos de El libro de los afectos raros y los ensayos El nacimiento de la literatura argentina y otros ensayos, Ulises: claves de lectura y Ficciones barrocas.

Carlos Gamerro is a writer born in Buenos Aires. He has published the novels Las Islas (The Islands, And Other Stories, 2012), El sueño del señor juez, El secreto y las voces (An Open Secret, Pushkin Press, 2011), La aventura de los bustos de Eva, Un yuppie en la columna del Che Guevara and the book of short stories El libro de los afectos raros.

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Carmen Boullosa Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954): novelista y poeta. Su novela más reciente es Las paredes hablan, publicada por Editorial Siruela en Madrid. Su novela De un salto descabalga la reina ha sido traducida al inglés por Grove Press. Carmen Boullosa (Mexico City, 1954): novelist and poet. Her most recent novel is Las paredes hablan published by Editorial Siruela in Madrid and in English translation, Cleopatra Dismounts, by Grove Press.

Claribel Alegria Claribel Alegría (Nicaragua, 1924) es una poeta premiada, novelista, ensayista y traductora. A lo largo de su carrera ha publicado más de 30 trabajos, incluyendo la colección de poesía Sobrevivo (1978), por la cual fue galardonada con el Premio Casa de las Américas. En 2006, recibió el Premio Internacional Neustadt de Literatura.

Claribel Alegría (Nicaragua, 1924) is an award-winning poet, novelist, essayist and translator. Over the course of her career she has published over 30 works, including the collection of poetry Sobrevivo (1978) for which she was awarded the Casa de las Américas prize. In 2006, she was awarded the Neustadt International Prize for Literature.

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Claudia Patricia Sánchez Cárcamo Claudia Patricia Sánchez Cárcamo (Honduras), escritora y psicóloga, cofundadora de la Unión de Escritores y Escritoras de Honduras U.E.H., participa activamente en organizaciones de escritores y ONG de desarrollo social y cultural. Ha publicado cuentos, ensayos, crónicas y poemas en antologías y revistas culturales y periódicos en Honduras. Claudia Patricia Sánchez Cárcamo (Honduras) - writer and psychologist, cofounder of the Honduran Union of Writers (U.E.H), she participates actively in writers’ organisations and NGOs focussed on social and cultural development. She has published stories, essays, articles, poems in anthologies, cultural magazines and newspapers in Honduras.

David Shook David Shook es poeta, traductor y cineasta en Los Ángeles. Creció en Ciudad de México y más adelante estudió Nahuatl contemporáneo en Guerrero. Su libro de poemas sobre Ciudad de México Our Obsidian Tongues será publicado por Eyewear Publishing en 2013.

David Shook is a poet, translator and filmmaker in Los Angeles. He grew up in Mexico City, and later studied contemporary Nahuatl in Guerrero. His book of poems about Mexico City Our Obsidian Tongues will be published by Eyewear Publishing in 2013.

Dennis Orlando Escobar Galicia Comunicólogo y periodista, Escobar Galicia ha ejercido la docencia, el 250

periodismo y la edición. Ha publicado periodismo y literatura. Ex presidente del PEN Guatemala y ex vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG). Actualmente edita la revista APG, la revista Códice del PEN Guatemala, la revista científica TIKALIA y el Boletín Agro de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

A media-analyst and journalist, Escobar Galicia has worked in teaching, journalism and publishing. He has published both journalism and literature. Expresident of Guatemalan PEN and ex-vice president of the Association of Guatemalan Journalists (APG). He currently edits the magazine APG, Guatemalan PEN’s magazine Codex, the scientific magazine TIKALIA and the University of San Carlos de Guatemala’s Boletín Agro.

Elena Poniatowska Elena Poniatowska nació en París, Francia, y fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo en México en 1979. Ganó el Premio Mazatlán dos veces, en 1970 por Hasta no verte, Jesús mío y en 1992 por Tinísima. Por su novela La Piel del Cielo ganó el Premio Alfaguara en 2001, por El tren pasa primero ganó el Premio Rómulo Gallegos en 2007 y por su novela Leonora ganó el Premio Biblioteca Breve en 2011.

Elena Poniatowska, was born in Paris, France and was the first woman to receive the National Journalism Prize in Mexico in 1979. She won the Mazatlán Prize twice, in 1970 for Hasta no verte, Jesús mío and in 1992 for Timísima. In 2001 she was awarded the Alfaguara Prize for her novel La Piel del Cielo, in 2007 she won the Rómulo Gallegos Prize for El tren pasa primero, and in 2011 she won the Premio Bilioteca Breve for her novel Leonora. 251

Elsa Tió Elsa Tió (San Juan, Puerto Rico, 1951) es poeta premiada. Formó parte de la directiva del PEN de Puerto Rico en dos ocasiones. Tió escribió su primer poemario a la edad de siete años. Ganó el Premio Nacional de Poesía por Detrás de los Espejos Empañados (1977) e Inventario de la Soledad (1987). Recientemente ha publicado La rosa va caminando (2011). Elsa Tió (San Juan, Puerto Rico, 1951) is an award-winning poet. She served on the board of directors for PEN Puerto Rico on two occasions. Tió wrote her first collection of poems at the age of seven. She won the National Prize for Poetry for Detrás de los Espejos Empañados (1977) and Inventario de la Soledad (1987). Recently, she has published La rosa va caminando (2011).

Erick Tejada Carbajal Erick Medardo Tejada Carbajal nació en Tegucigalpa el 27 de Septiembre de 1980. Sus primeros escritos surgen como medio de protesta ante el golpe de estado perpetrado contra el presidente Zelya en el 2009, en la actualidad sus trabajos siguen vinculados al movimiento social en Honduras. Erick Medardo Tejada Carbajal was born in Tegucigalpa on 27 September 1980. His first writings arose as a means of protest against the coup d’état against President Zelya in 2009. Today, his works remain linked to social movements in Honduras.

Gaby Vallejo Escritora boliviana nacida en Cochabamba. Autora de más de 30 obras, novelas, cuentos, ensayos y relatos para niños. Ha recibido muchos premios, entre ellos Dante Alighieri por la defensa de la democracia a través del escritura, Venecia, 1991, Bandera de Oro del Senado Boliviano, 2007. 252

Bolivian writer, born in Cochabamba. She is the author of more than 30 works, novels, stories, essays and children’s stories. She has won many prizes, amongst them the Dante Alighieri for the defence of democracy through writing, Venice, 1991, Bandera de Oro by the Bolivian Senate, 2007.

Gioconda Belli Gioconda Belli, nacida en Nicaragua, es una laureada poeta y autora. Ha escrito seis libros de poesía que han recibido el Premio Casa de las Américas, el Premio Generación del 27 y el Premio Internacional de Poesía, Ciudad de Melilla. En 2001, Belli publicó un libro de memorias, El país bajo mi piel, una reformulación íntima de la historia del movimiento Sandinista y su participación en los eventos históricos que desencadenó. El libro fue finalista en Los Angeles Times Book Awards. Gioconda Belli, born in Nicaragua, is an award-winning poet and author. She has written six books of poetry, which have received the Casa de las Americas Prize, the Generación del 27 Prize and the International Poetry Prize, Ciudad de Melilla. In 2001, Belli published a memoir, El país bajo mi piel (The Country Under my Skin), an intimate retelling of the history of the Sandinista movement and her participation in the historic events it precipitated. The book was a finalist at The Los Angeles Times Book Awards.

Gloria Guardia de Alfaro Novelista, ensayista y académica panameño-nicaragüense, es egresada de Vassar College, Columbia University y la Universidad Complutense de Madrid. Con más de veinte libros publicados, traducidos a cinco idiomas y premiados nacional e internacionalmente, es vicepresidenta de PEN Internacional. 253

Novelist, essayist and Panamanian-Nicaraguan academician, Guardia is a graduate of Vassar College, Columbia University and Complutense University of Madrid. With more than 20 published books, translated into five languages, and winner of both national and international awards, she is a vice-President of PEN International.

Homero Aridjis Autor de 42 libros de poesía y prosa, su obra ha sido traducida a 15 idiomas y reconocida con premios literarios en México, Italia, Francia, Serbia y Estados Unidos. Ex embajador de México en los Países Bajos, Suiza y la UNESCO, durante seis años, entre 1997 y 2003, fue presidente de PEN Internacional. Fundador del Grupo de los Cien, su labor como ambientalista ha sido premiada internacionalmente.

Many of his 42 books of poetry and prose have been translated into 15 languages and awarded prizes in Mexico, Italy, France, Serbia and the United States. Formerly Mexico’s ambassador to The Netherlands, Switzerland and UNESCO, Aridjis was International President of PEN International for six years, between 1997 and 2003. As the founder of the Group of 100, he has received many prizes for his environmental activism.

Jennifer Clement Jennifer Clement es poeta, novelista y Presidenta del PEN de México. Su trabajo ha sido traducido a 12 idiomas y ha recibido la Beca de Literatura 2012 del National Endowment for the Arts (Fondo Nacional para las Artes), entre otras distinciones. 254

Jennifer Clement is a poet and novelist and President of PEN Mexico. Her work has been translated into 12 languages and she is a recipient of the National Endowment for the Arts (NEA) Fellowship for Literature 2012, among other distinctions.

Jorge Olivera Castillo Escritor, poeta, editor de televisión, periodista y ex preso de conciencia. Tiene publicados cuatro libros de poesía, entre otros Sobrevivir en la Boca del Lobo (2012, Madrid, España) y dos libros de cuentos. Miembro de honor del PEN Inglés y del PEN Checo. En el 2009 se le otorgó una beca de la Universidad de Harvard tras ser nominado por el PEN Inglés. Es presidente del PEN de Escritores Cubanos en el Exilio.

Writer, poet, television editor, journalist and former prisoner of conscience. He has published four books of poetry, including Sobrevivir en la Boca del Lobo (2012, Mardrid, Spain), and two books of short stories. He is an honorary member of English PEN and Czech PEN. In 2009 he was awarded a grant from the University of Harvard after being nominated by English PEN. He is president of the Cuban Writers in Exile PEN.

José Emilio Pacheco José Emilio Pacheco (México, 1939): poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista. Figura central de la literatura mexicana y latinoamericana. Miembro del Colegio Nacional desde 1986 y miembro honorario de la Academia Mexicana

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de la Lengua. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Cervantes 2009.

José Emilio Pacheco (Mexico, 1939): poet, essayist, translator, novelist and storyteller. He is a central figure in Latin American and Mexican literature. Member of the Mexican National College since 1986 and honorary member of the Mexican Academy of Language. He has received numerous prizes including the Cervantes Prize 2009.

Judyth Hill Judyth Hill, nacida en EE. UU., poeta, intérprete, profesora de escritura y autora, vive en su granja en México. Entre sus seis libros de poesía publicados se incluyen Men Need Space, Presence of Angels y Black Hollyhock, First Light y el próximo Dazzling Wobble. Es autora del poema internacionalmente aclamado, ‘Wage Peace’. Judyth Hill, born in the USA, poet, performer, writing teacher, and author, lives on her farm in Mexico. Her six published books of poetry include Men Need Space, Presence of Angels and Black Hollyhock, First Light, and the forthcoming Dazzling Wobble. She is the author of the internationally acclaimed poem, ‘Wage Peace’.

Julio César Gálvez Julio César Gálvez (Cuba, 1944), periodista y antiguo caso de PEN, trabajó para los medios del gobierno cubano durante 24 años antes de convertirse en periodista independiente en la Habana hasta su arresto en 2003. Habiendo cumplido una pena 256

de más de siete años de prisión de los catorce que le fueron impuestos por crímenes contra el estado, Julio actualmente vive en el exilio en España. Julio Cesar Galvez (Cuba, 1944) journalist and former PEN case, worked for Cuban government media for 24 years before becoming a freelance reporter in Havana until his arrest in 2003. Having served more than seven years of a 14-year prison sentence for crimes against the state, Julio now lives in exile in Spain.

Laura Esquivel Laura Esquivel nació en Ciudad de México en 1950. De su primera novela, Como Agua para Chocolate (1989), se han vendido más de cuatro millones y medio de copias en todo el mundo y permaneció en la lista de los libros más vendidos del New York Times durante más de un año. Otros títulos incluyen La Ley del Amor (1995), Íntimas suculencias (1998) y Malinche (2006). Actualmente vive en México.

Laura Esquivel was born in Mexico City in 1950. Her first novel, Like Water for Chocolate (1990), has sold more than four and a half million copies around the world and remained on the New York Times bestseller list for more than a year. Other titles include The Law of Love (1996), Between Two Fires (2000) and Malinche (2006). She currently lives in Mexico.

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Luigi Amara Luigi Amara es ensayista, poeta y editor. Forma parte del colectivo Tumbona Ediciones. Entre sus libros destacan El cazador de grietas, El peatón inmóvil y A pie. Su libro más reciente es La escuela del aburrimiento (Sexto Piso, 2012). También ha escrito libros para niños. Luigi Amara is an essayist, poet and publisher. He is a member of the Tumbona Ediciones collective. Notable amongst his works are El cazador de grietas, El peatón inmóvil and A pie. His most recent novel is called La escuela de aburrimiento (Sexto Piso, 2012). Amara has also written novels for children.

Luis Alberto Ospina Luis Alberto Ospina (Colombia, 1954), poeta, escritor, editor, comunicador social, diseñador. Ha publicado poesía y narrativa infantil. Organiza tareas de educación ambiental, talleres de creatividad, educación artística y de fomento de la lectura para niños y jóvenes en Tenjo, cerca de Bogotá.

Luis Alberto Ospina (Colombia, 1954) - poet, writer, publisher, social communicator and designer. He has published poetry and children’s literature. He organises environmental education assignments alongside workshops in creativity, art education and the promotion of reading for children in Tenjo near Bogotá.

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Luis Felipe Fabre Luis Felipe Fabre, nacido en Ciudad de México en 1974, es poeta y ensayista premiado. Su obra incluye La sodomía en la Nueva España (Pre-Textos, 2010), por el que le fue concedido el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2012. Desde 2011 es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Luis Felipe Fabre, born in Mexico City in 1974, is an award-winning poet and essayist. His works include La sodomía en la Nueva España (Pre-Textos, 2010), for which he was awarded the José Fuentes Mares National Prize for Literature 2012. He has been a member of the National System of Art Creators since 2011.

Luis Miguel Aguilar Luis Miguel Aguilar nació en Chetumal, México, en 1956. Ensayista y poeta, Aguilar ha sido director de Nexos y miembro del consejo de redacción de La Cultura. Actualmente, escribe una columna semanal, ‘El camaleón peripatético’, en el diario Milenio.

Luis Miguel Aguilar was born in Chetumal, Mexico, in 1956. An essayist and poet, Aguilar has been the editor of Nexos and a member of editorial board of La Cultura. He currently writes a weekly column, ‘El camaleón peripatético’, for the newspaper Milenio.

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Luisa Valenzuela Luisa Valenzuela nació y vive hoy en Buenos Aires. Ha publicado más de 20 libros, sus últimas novelas son La Travesía, El Mañana, Cuidado con el tigre y La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. Es miembro honorario de la American Academy of Arts and Science.

Luisa Valenzuela was born and lives in Buenos Aires. She has published over 20 books; her latest novels are La Travesía, El Mañana, Cuidado con el tigre and La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. She is an honorary member of the American Academy of Arts and Science.

Lydia Cacho Lydia Cacho (Ciudad de México, 1963) es una galardonada periodista y activista por los derechos humanos. Cacho ha recibido numerosos premios por su dedicación a la libertad de expresión y los derechos humanos, incluyendo el Premio PEN/Pinter de 2010 al Escritor Valiente. Desde el 2000, ha trabajado como asesora para UNIFEM en asuntos relacionados con los derechos humanos y la salud de la mujer.

Lydia Cacho (Mexico City, 1963) is an award-winning journalist and human rights activist. Cacho has received numerous awards for her dedication to freedom of expression and human rights, including the 2010 PEN/Pinter Prize as an International Writer of Courage. Since 2000 she has worked as a consultant to UNIFEM on issues pertaining to human rights and women’s health.

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Martin Camps Martín Camps es autor de los siguientes libros: Desierto Sol (2003), La invención del mundo (2008), Extinción de los atardeceres (2010) y Poemas de un zombi (2012, bilingüe). Actualmente es profesor de la Universidad del Pacífico en Stockton, California, EE. UU.

Martín Camps is the author of the following books: Desierto Sol (2003), La Invención del mundo (2008), Extinción de los atardeceres (2010) and Poemas de un zombi (2012, bilingual). He is currently a professor at the University of the Pacific in Stockton, California, USA.

Melissa Patiño Melissa Patiño (Lima, 1987) es licenciada en Ciencias Administrativas, productora cultural, escritora y directora editorial de Azul editores. Su poesía ha sido difundida en diferentes medios electrónicos e impresos, entre ellos destacan la revista Mi vecino el escritor de PEN Internacional en el año 2008, y la publicación de la plaqueta Poemas en libertad, por la editorial Hipocampo, en el mismo año. Melissa Patiño (Lima, 1987) is a graduate in administrative sciences, a cultural producer, writer and editorial director of Azul editores. Her poetry has been published in various print and electronic media, notably in a 2008 edition of PEN International’s magazine The Writer Next Door and in Poemas en libertad, published by Hipocampo in the same year.

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Ricardo González Alfonso Ricardo González Alfonso (Cuba, 1950) es periodista, poeta, exiliado cubano y ganador del Premio Reporteros Sin Fronteras al Periodista del Año (2008). Su trabajo se ha publicado por todo el mundo. Ricardo González Alfonso (Cuba, 1950) is a journalist, poet, and Cuban exile and winner of the Reporters Without Borders Journalist of the Year prize (2008). His work has been published across the globe.

Rolando Nájera Ortega Rolando Nájera Ortega, nació en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, un 26 de julio de 1976, egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación de Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua, ha publicado notas, reportajes, entrevistas y artículos en periódicos del norte de México como El Diario de Juárez y PM, actualmente labora para el Grupo Informativo Omnia en la ciudad de Chihuahua.

Rolando Nájera Ortega, born in Chihuahua city, Chihuahua, one 26 July 1976, graduated from the Faculty of Social and Political Science of the Autonomous University of Chihuahua with a degree in Communication Science, he has published notes, reports, interviews and articles in newspapers in Northern Mexico such as El Diario de Juárez and PM, he is currently working for Grupo Informativo Omnia in the city of Chihuahua.

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Sergio Ramírez Sergio Ramírez, nacido en Nicaragua en 1942. Escritor y periodista. Premio Internacional Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar (1998). Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, 2011. Su última novela es La Fugitiva (Alfaguara, 2011).

Sergio Ramírez, born in Nicaragua, 1942. Writer and journalist. Won the International Alfaguara Novel Prize for Margarita, está linda la mar (1998). Winner of the 2011 Iberamericao de Letras José Donoso Prize. His latest novel is La Fugitiva (Alfaguara, 2011).

Simon Richards Es un escritor inglés que vive en Buenos Aires. Actualmente está trabajando en una novela sobre Londres y recientemente ha completado un guión para una animación infantil sobre el cambio climático. Richards vivió en Chile durante tres años y participó en las protestas estudiantiles de 2011 - 2012 por la mejora de la educación.

Is an English writer living in Buenos Aires. He is currently working on a novel about London, and has recently completed a script for a children’s animation about climate change. Richards lived in Chile for three years, and took part in the 2011 - 2012 student protests for improved education.

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Tamara León Tamara León (Oaxaca, México) estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha trabajado como periodista cultural, editora de publicaciones académicas y promotora de arte. Su obra poética y narrativa se ha publicado en diversos medios.

Tamara León (Oaxaca, México) studied Hispanic Literature at the National Autonomous University of Mexico (UNAM). She has worked as a cultural correspondent, editor of academic publications and an arts promoter. Her poetic and narrative works have been published in numerous media.

Tedi López Mills Tedi López Mills (Ciudad de México, 1959) ha publicado diez libros de poesía: Cinco estaciones, Un lugar ajeno, Segunda persona (Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta 1994), Glosas, Horas, Luz por aire y agua, Un jardín, cinco noches (y otros poemas), Contracorriente (Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares 2008), Parafrasear, Muerte en la rúa Augusta (Premio Xavier Villaurrutia 2009), y dos volúmenes de ensayos: La noche en blanco de Mallarmé y, muy recientemente, Libro de las explicaciones. Tedi López Mills, born in Mexico City in 1959, is a poet, essayist and translator. Her most recent poetry book, Muerte en la rúa Augusta, won the prestigious Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2009. She has a selection of poems translated into English (by Wendy Burk), While Light is Built. Her other poetry books include Segunda persona, Contracorriente and Parafrasear. She has also published two essay collections: La noche en blanco de Mallarmé and Libro de las explicaciones. 264

Victor Manuel Mendiola Poeta, ensayista y editor. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: Vuelo 294 (1997), Tan Oro y Ogro (2003) y Selected Poems (2008); los ensayos: Sin Cera (2001) y El surrealismo de Piedra de Sol, entre peras y manzanas (2011). Obtuvo el Premio Latino de Literatura 2005 por el libro Tan oro y Ogro. En 2010 obtuvo el primer lugar con la novela 4 para Lulú, en el Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz. Poet, essayist and editor. He has published, among others, the collections of poetry Vuelo 294 (1997), Tan Oro y Ogro (2003) and Selected Poems (2008), and collections of essays including Sin Cera (2001) and El surrealismo de Piedra de Sol, entre peras y manzanas (2011). He won the 2005 Premio Latino de Literatura for his book Tan Oro y Ogro. In 2010 he won first place in the Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz, for his novek 4 para Lulú.

Víctor Sahuatoba Víctor Sahuatoba, escritor mexicano y profesor de literatura, es autor de obra en poesía, prosa y drama: Par de lobos, Cuaderno de San Miguel, Revueltas en el corazón, El Libro del Felino Feliz, La lengua y el cascabel, La ola, entre otros títulos. Es vicepresidente del PEN Centro de San Miguel de Allende, México.

Víctor Sahuatoba, Mexican writer and literature professor, is the author of works of poetry, prose and drama: Par de lobos, Cuaderno de San Miguel, Revueltas en el corazón, El Libro del Felino Feliz, La lengua y el cascabel and La Ola, amongst other titles. He is vice-President of the San Miguel de Allende PEN Centre, Mexico. 265

Victor Terán Víctor Terán es un poeta mexicano que escribe en zapoteco del Istmo. Nació en Juchitán de Zaragoza en 1958, donde aún hoy reside. Ha publicado tres libros de poemas y un libro de microrrelatos en zapoteco del Istmo y español, además de un librillo de poemas en inglés que está disponible en el Poetry Translation Centre. Su poesía ha sido nominada al Premio Pushcart y en 2013 se publicará una selección de poemas traducidos al inglés. Víctor Terán is a Mexican poet who writes in Isthmus Zapotec. He was born in Juchitán de Zaragoza in 1958, where he still resides. He has published three books of poems and a book of flash fiction in Isthmus Zapotec and Spanish, and a chapbook of poems in English is available from the Poetry Translation Centre. His poetry has been nominated for a Pushcart Prize, and a selected poetry in English translation is forthcoming in 2013.

Yvonne Denis Yvonne Denis Rosario es poeta, narradora, profesora universitaria y en la actualidad es la Presidenta del PEN Club de Puerto Rico. Entre otras obras, es autora de la novela Bufé (Isla Negra, 2012) y de la colección de cuentos Capá prieto (Isla Negra, 2009). Sus poemas, cuentos y ensayos han sido publicados en diversas revistas literarias y académicas y han recibido diversos premios.

Yvonne Denis Rosario is a poet, storyteller, university professor and the current President of PEN Puerto Rico. Amongst other works, she is the author of the novel Bufé (Isla Negra, 2012) and the collection of stories Capá prieto (Isla Negra, 2009). Her poems, stories and essays have been published in numerous literary and academic magazines and have won numerous awards. 266

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