Explorar el Estilo de Vida Prevaleciente en Estudiantes del Área de la Salud. Browse Lifestyle in Students of Health Area

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.  

Artículo Original

 

Explorar el Estilo de Vida Prevaleciente en Estudiantes del Área de la Salud Browse Lifestyle in Students of Health Area Barragán-Ledesma E1, Hernández-Cosain EI2, Estrada-Martínez S3, Hernández-Cosain YB4, González-Preza MA2, Ríos-Valles JA5, Flores-Saucedo MP6

Resumen Los estilos de vida son el desarrollo cotidiano de un ser humano la manera en que se desenvuelve en todas sus actividades diarias desde su nacimiento hasta su muerte, los jóvenes se consideran un grupo poblacional relativamente sano, de ahí la necesidad de analizar sus estilos de vida. El presente trabajo es una investigación abordada desde el paradigma Cuantitativo, es un estudio descriptivo en cual participaron 393 estudiantes, de las carreras de la Dependencia de Educación Superior (D.E.S.) Ciencias de la Salud de la Universidad Juárez del Estado de Durango Campus Durango, a los cuales se les aplicó el instrumento de estilos de vida de Nola Pender que cuenta con seis dimensiones: nutrición, ejercicio, responsabilidad en salud, manejo del estrés, soporte interpersonal y auto actualización para clasificarlos en estilo de vida malo (EVM), estilo de vida regular (EVR) y estilo de vida bueno (EVB). Con el objetivo de explorar el estilo de vida de los participantes. Los resultados obtenidos en estilo de vida son: participantes en EVM 17.80 %, en EVR 66.40 %, en EVB 15.80 %. . Palabras clave: estilo de vida, estudiante, universitario, nutrición, responsabilidad en salud. Abstract Lifestyles are the daily development of a human being in the way that it operates in all their daily activities from birth to death, young people consider themselves a relative healthy population group; hence need to analyze their lifestyles. This research is approached from the quantitative paradigm, is a descriptive study in which 393 students participated, in the careers of the DES Health Sciences of the Universidad Juarez del Estado de Durango, Durango Campus (Durango State Juarez University), to whom we applied the Nola Pender instrument of lifestyles which counts with six dimensions: nutrition, exercise, health responsibility, stress management, interpersonal support and auto update to classify them into bad lifestyle (BL), regular lifestyle (RL)                                                                                                                         1

 Dctora en Ciencias de la Salud Pública. Académico de la Facultad de Medicina y Nutrición. , Universidad Juárez del Estado de Durango. México. [email protected] 2  Maestro en Ciencias de la Salud, Facultad de Medicina y Nutrición, Universidad Juárez del Estado de Durango. México.   3 4

Maestro en Ciencias Médicas, Instituto de Investigación Científica, Universidad Juárez del Estado de Durango. México.

 Licenciada en Nutrición,  Facultad de Medicina y Nutrición, Universidad Juárez del Estado de Durango. México

5 Doctor en Educación, Instituto de Investigación Científica, Universidad Juárez del Estado de Durango. México. 6 Doctora en Educación. Facultad de Medicina y Nutrición, Universidad Juárez del Estado de Durango. México.  

Recibido: 26 de MAYO de 2015. Aceptado: 4 de septiembre de 2015.

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   and good lifestyle (GL). In order to explore the lifestyle of the participants: the obtained results in lifestyle are: 17.80% BL participants, in RL 66.40%, 15.80% in EVB. Key Words: Lifestyle, student, student university, nutrition, health responsibility. Introducción La teoría de la transición epidemiológica supone que las enfermedades infecciosas han sido desplazadas progresivamente por enfermedades degenerativas y otras producidas por el estilo de vida del ser humano1. Cuando hablamos de auto cuidado nos referimos a aquellos cuidados que se proporciona la persona así misma para tener una mejor calidad de vida, en este caso es llamado auto cuidado individual, o los que son brindados en grupo, familia, o comunidad que es el auto cuidado colectivo. El auto cuidado está determinado por aspectos propios de la persona y aspectos externos que no dependen de ella; estos determinantes se relacionan con los factores protectores para la salud, tanto como con los factores de riesgo, que generan, según el caso, prácticas favorables o riesgo para la salud. En este sentido, el personal de salud es el responsable del fomento del auto cuidado en las personas, tanto con su testimonio de vida sana como con la educación, como herramienta, para que las personas puedan optar por prácticas favorables a la salud2. Una de las consecuencias de no realizar este cuidado es la obesidad, que actualmente se ha convertido, después del tabaquismo, en la segunda causa de mortalidad evitable. Diversos trabajos han señalado un aumento en la mortalidad del paciente obeso. Los resultados del estudio Framingham indican que los hombres con un 100-109% del peso ideal presentan menor mortalidad. Los no fumadores con peso superior al 109% del peso ideal tienen 3.9 veces mayor mortalidad. Los incrementos en el índice de masa corporal suponen un incremento atribuible a muertes por enfermedad cardíaca, diabetes, hipertensión y cáncer3. Esta alta y creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad pone en grave riesgo la salud de la población, como es el caso de la población chilena. La encuesta nacional de salud realizada en 2003 demostró que el 61% de esta población mayor de 17 años presentaba exceso de peso, proporción que era aún mayor en personas adultas y mujeres de mayor edad. La propuesta consiste en promover estilos de vida saludables en adultos con sobrepeso u obesidad en riesgo de diabetes, beneficiarios del sistema público de salud4. El estilo de vida es un constructo que se ha usado de manera genérica, como equivalente a la forma en que se entiende el modo de vivir “estar en el mundo”, expresado en los ámbitos del comportamiento, fundamentalmente en las costumbres, también esta moldeado por la vivienda, el urbanismo, la posesión de bienes, la relación con el entorno y las relaciones interpersonales. Según Quesada (2004) en su forma más llana, el estilo de vida es el modo, forma y manera de vivir. Algunas áreas de la ciencia utilizan el término con un sentido más específico. Por ejemplo en epidemiología, el estilo de vida, hábito de vida o forma de vida, se entiende como u conjunto de comportamientos que desarrollan las personas, que unas veces son saludables y otras son nocivos para la salud5. El modo en que se vive, a su vez depende de diversas influencias, tanto personales como socioeducativas. Entre los factores personales, pueden incluirse los psíquicos (conocimientos, actitudes, comportamientos, habilidades, autoestima o emociones), así los biológicos (genéticos y metabólicos). Los factores externos son también diversos y se refieren al medio físico y social. Pueden considerarse diversos niveles de influencia del entorno sobre los estilos de vida de las personas: desde un nivel inmediato (familia, medio laboral, grupos de amigos), hasta un nivel más amplio del entorno, que corresponde al conjunto de elementos sociales, así como a los valores y creencias que influyen en el individuo y en todos los componentes del sistema social.6 A su vez, estos factores interactúan entre sí, y sus relaciones no son lineales, sino que encierran una gran complejidad. De ello se deriva la necesidad de establecer políticas que se ocupen de la salud globalmente y también de forma transversal. Así, pues, las estrategias que han pretendido incidir en un solo factor como, por ejemplo, la información, han fracasado en relación con los objetivos educativos de cambio de comportamiento, ya que se han basado en la hipótesis de la existencia de una relación lineal entre los conocimientos, las actitudes, y los comportamientos que influyen en la salud. Aunque los

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   conocimientos sanitarios son necesarios, así como la adopción de actitudes positivas, probablemente no determinen comportamientos saludables6. Realizar una intervención de promoción de la salud, no es un proceso fácil, sin embargo al explorar el potencial impacto que puede tener una estrategia educativa, como puede ser la enfocada al auto cuidado de adultos mayores en el conocimiento y la incidencia de infecciones respiratorias agudas (IRAS) en sus redes sociales. Vemos que el hallazgo más importante del estudio fue que la intervención educativa sí tuvo resultados positivos, uno de ellos es el que esta expresado en un mejor conocimiento de las IRAS. En conclusión, este estudio sugiere que las intervenciones educativas para adultos mayores sirven para mejorar el auto cuidado de ellos mismos7, por lo que se sugiere que promover estilos de vida saludable, puede ser posible. Dentro de las acciones promotoras de estilos de vida saludable está el ejercicio. Los beneficios del ejercicio físico son variados: ayuda a controlar el peso, reduce la grasa corporal y ayuda a prevenir ciertas enfermedades. En el estilo de vida se incluyen todos aquellos aspectos de la vida que deben modificarse para prevenir o ayudar a mejorar la osteoporosis. No fumar ni tomar bebidas alcohólicas en exceso. Esta medida es útil para prevenir tanto la osteoporosis como otras enfermedades.8 El sobrepeso y la obesidad, es una epidemia que afecta a individuos de todas las edades, sexos, razas y latitudes, sin respetar el nivel socioeconómico. Para lograr el éxito en la disminución y prevención de la obesidad y el sobrepeso es necesaria la activa participación de maestros, padres y niños. Esto sólo es posible con la transmisión de conocimientos sobre alimentación, nutrición y actividad física. La correcta utilización de los componentes de un plan de acción, de forma holística, permitirán la prevención y disminución del sobrepeso y la obesidad.9 La prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil ha aumentado a niveles epidémicos, la OMS estima que 10% de los niños entre 5 y 17 años tienen sobrepeso y obesidad. La obesidad en niños y adolescentes se asocia con enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y otras complicaciones médicas y psicológicas. Se sugiere la necesidad de diseñar estudios y programas que traten de promover, aún más, la actividad física a estas edades.10 La obesidad es más que un exceso de grasa corporal debido a las alteraciones asociadas que conlleva. El sobrepeso tiene efectos para la salud y la composición corporal, tanto a corto como a largo plazo: psicológicos, sociales, ortopédicos, metabólicos (dislipidemia, hipertensión arterial, resistencia a la insulina), entre otros.11 La prevalencia de obesidad infantil es elevada y ha aumentado progresivamente durante los últimos años tanto en España como en otros países desarrollados. La implantación de medidas preventivas y educacionales desde edades tempranas de la vida puede frenar la aparición de la obesidad y de las numerosas complicaciones físicas y psicológicas asociadas que pueden desarrollarse a partir de la edad infantil. Existe además un riesgo importante de que la obesidad que comienza en la infancia permanezca durante la adolescencia y la vida adulta. Así pues, no cabe duda de que se necesita realizar programas de intervención comunitarios, dirigidos a la población infantil y su entorno12. La sociedad se encuentra con un marcado sedentarismo latente, ya que existen diferentes aspectos o situaciones que se encargan de trasmitir unos hábitos negativos de ocio y tiempo libre en los adolescentes y esto conlleva un riesgo para la salud. Tras la aplicación del programa de intervención se concluyó que se produjeron cambios significativos donde los resultados obtenidos muestran una mejora altamente significativa utilizando la expresión corporal, como único programa de intervención.12 Ante la expectativa de una epidemia mundial de obesidad, expertos pretenden encontrar una estrategia global sobre dieta, actividad física y salud. Han recomendado el desarrollo de actividades recreativas o deportivas por al menos 30 minutos por día y con respecto a la dieta sugieren limitar el consumo de azucares, grasas y sal; así como aumentar el consumo de frutas, verduras, leguminosas, granos enteros y nueces. Ante estas evidencias se han sugerido estrategias de intervención, que incluso han sido adoptadas para la vigilancia y prevención del sobrepeso y obesidad que enfatizan sobre prácticas alimentarias de riesgo. En este estudio la prevalencia de sobrepeso fue de 23.9% y fue asociado al sexo masculino, a un perímetro de cintura mayor a 80.3 cm., a una correcta auto percepción de la imagen corporal, a una actitud negativa frente a la comida, así como a percepciones de difícil acceso y disponibilidad de frutas. En este grupo el sobrepeso es menor a lo reportado por estudios nacionales, es mayor en hombres y se asocia más a factores alimentarios y percepciones en salud, que a la actividad física.13

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   En otro grupo población, como son los jóvenes universitarios, vemos que el trabajo de Lerma describe los comportamientos que hacen parte de los estilos de vida de los jóvenes universitarios, en diez dimensiones: ejercicio y actividad física, tiempo de ocio, auto cuidado y cuidado médico, alimentación, consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales, sueño, sexualidad, relaciones interpersonales, afrontamiento y estado emocional percibido, y su correspondiente grado de satisfacción con dichas prácticas. Los resultados obtenidos muestran un predominio de prácticas saludables en todas las dimensiones, con excepción de ejercicio y actividad física y alta satisfacción con el estilo de vida y el estado general de salud. Hubo relación entre el nivel de satisfacción con el tipo de prácticas realizadas. Finalmente, se proponen algunos aspectos relevantes para la creación de programas de intervención que se orienten a la promoción de un mayor número de conductas positivas para la salud y a la disminución de aquellas que puedan deteriorarla.14 La alta prevalencia de obesidad en los niños chilenos constituye en la actualidad uno de los principales problemas de salud pública del país, alcanzando niveles semejantes a los encontrados en países desarrollados. En la actualidad se enfatiza la necesidad de utilizar diversas teorías y modelos educativos cuando se diseñan y realizan intervenciones orientadas a lograr cambios de conducta que contribuyan a prevenir y controlar la obesidad y otras enfermedades crónicas. Este estudio muestra que hay un elevado porcentaje de niños y niñas que declaró no realizar actividad física fuera del colegio, cifras muy superiores en las niñas, las madres coincidieron en señalar que no preparaban alimentos saludables porque a los niños no les gustaban (por ejemplo las verduras) y los adultos de la casa (incluyéndolas) preferían la comida chatarra, por lo que no tenían interés en preparar comidas más saludables. Estos resultados contribuyen comprender la escasa motivación y múltiples barreras para tener una alimentación saludable y realizar actividad física, así como los sentimientos de baja autoestima y autoeficacia en los niños obesos y sus madres participantes en el estudio.15 En este estudio se involucran dos atributos psicológicos complejos: los “estilos de vida” y el “sentido de vida”. En términos generales, el 76% de las mujeres y el 71% de los hombres reportó que su estilo de vida era bueno. Menos del 5% de la muestra indicó que su estilo de vida pocas veces o nunca era bueno. Cerca de 3 de cada 100 estudiantes mujeres y cerca de 6 de cada 100 varones, dijeron abusar de las bebidas alcohólicas. Sobre el manejo de la ira y agresividad, el 24% de las mujeres y el 23% de los hombres indicaron que frecuentemente, casi siempre o siempre grita o insulta cuando se enoja mucho. Sobre el sentido de vida de los estudiantes se destaca lo siguiente: el 89% de las mujeres y el 84% de los hombres piensa algunas veces o con frecuencia sobre el significado y finalidad de la vida. Y un 38% de las mujeres y un 41% de los hombres tienen un sentimiento de “vacío existencial”: que la vida carece de sentido. Los estudiantes, en una gran mayoría, mantienen estilos de vida que pueden ser considerados como saludables, esta situación es semejante tanto para hombres como para mujeres. La condición psicológica manifestada por los entrevistados es, en general, satisfactoria, la mayoría presenta altos niveles de autoestima, asociados con sentimientos de satisfacción por los logros alcanzados, se observaron bajos índices de violencia y agresividad tanto en los hombres como en las mujeres.16 La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define el requerimiento de energía de la siguiente manera: “es la cantidad de energía necesaria para cubrir el gasto energético, que permite mantener el tamaño y composición corporales normales, gozar de un nivel de actividad física deseable y son consistentes con un buen estado nutricional a largo plazo. Esto incluye cubrir las necesidades para el adecuado crecimiento y desarrollo de los niños, el depósito de tejidos durante el embarazo y para la secreción de leche materna durante la lactancia, por ello, es consistente con una buena nutrición del niño y de la madre.” El desarrollo de la ciencia ha permitido que existan métodos más confiables para determinar las necesidades de energía en el ser humano desde la temprana infancia hasta la adultez como lo reporta la FAO/OMS. Entre sus ventajas, este nuevo método permite establecer las necesidades medias de un sujeto en un período de 10-14 días de su vida, sin intromisión en su rutina diaria. Estas nuevas mediciones, unidas a la disponibilidad de un programa que permite ajustar las cifras de requerimientos a las características demográficas, de actividad física y de condición de vida, hacen de este nuevo reporte una excelente herramienta para quienes estudian la nutrición de las poblaciones.17 A pesar de no existir una definición aceptada internacionalmente sobre estilo de vida saludable, la mayoría de los autores lo definen como un conjunto de patrones conductuales que poseen repercusiones en la salud de las personas. En lo que no todos coinciden es si estos patrones conductuales son elegidos voluntaria o involuntariamente por los individuos 18

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   Entendemos por estilos de vida al desarrollo cotidiano de un ser humano a la manera en que se desenvuelve en todas sus actividades diarias desde su nacimiento hasta su muerte y este se va moldeando o el individuo lo adquiere en el transcurso de su vida dependiendo del ambiente en que se desarrolle y con los demás seres humanos que se relacione el estilo de vida al modificarse altera las condiciones y la calidad de vida.19 Los estilos de vida han sido frecuentemente abordados por diferentes disciplinas por su importancia en relación con la salud, Algunas áreas de la ciencia utilizan el término con un sentido más específico. Por ejemplo en epidemiología, el estilo de vida, hábito de vida o forma de vida, se entiende como un conjunto de comportamientos o hábitos que desarrollan las personas, que unas veces son saludables y otras veces son nocivos para la salud20. El estilo de vida puede estar moldeado por comportamientos que conducen a la salud. Estos están continuamente sometidos a interpretación y a prueba en distintas situaciones sociales, no siendo, por lo tanto fijos, sino que están sujetos a cambio. La institucionalización del ejercicio físico y la construcción del estilo de vida deportivo o cuasi deportivo, como paradigma del estilo de vida saludable, tienen mucho que ver con el proceso de legitimación naturalización del estilo de vida propio21. Los estilos de vida individuales, caracterizados por patrones de comportamiento identificables, pueden ejercer un efecto profundo en la salud del individuo y en la de otros. Si la salud ha de mejorarse permitiendo a los individuos cambiar sus estilos de vida, aunque la calidad de vida depende directamente del medio natural y su calidad. La valoración sobre la salud no sólo depende de las necesidades y conocimientos del individuo sino también de las condiciones de vida y trabajo22. Como vemos, hay muchas formas de conceptualizar y expresar lo que es un estilo de vida, sin embargo desde la perspectiva de la salud la Organización Mundial de la Salud establece que el estilo de vida, es una forma de vida que se basa en patrones de comportamientos identificables, determinados por la interacción entre las características individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida, socioeconómicas y ambientales. Así, cada persona presenta patrones de comportamientos conscientes o hábitos fomentadores de la salud, conocidos como factores protectores de la salud, o de manera inconsciente tiende a exponerse a factores de riesgo o condiciones sociales, económicas, o biológicas, conductas o ambientes que están asociados a un incremento de la susceptibilidad para la enfermedad, salud deficiente o lesiones23. Es importante reconocer que no existe un estilo de vida ideal para todas las personas. Y esto ha constituido metas para el sistema de salud en diferentes países enfrascados en alcanzar óptimos niveles de salud para su población y estos han desarrollado e implementado programas preventivos relacionados con los estilos de vida24. La salud puede verse afectada por el estilo de vida y condiciones de vida. El estilo de vida comprende actitudes y valores, que se expresan en el comportamiento del individuo en diferentes áreas de la vida, entre ellas, la actividad física, la alimentación entre otras. Así como el ambiente social, físico, cultural, y aspectos económicos que impactan la vida de las personas 20 El estilo de vida poco saludable está directamente relacionado con problemas de salud como Obesidad, Diabetes, Hipertensión, Anorexia, etc. Por lo que indirectamente es una causa de morbimortalidad importante y preocupante para el sector salud y por lo tanto podría ser un factor de riesgo para la salud pública. Nuestra juventud, cada día esta bombardeada de publicidad dañina, que no sólo afecta directamente en su autoestima sino, en su desarrollo completo. El cambio o modificación del estilo de vida de los grupos profesionales jóvenes ha afectado fuertemente la salud de los mismos y la inserción social creando una problemática que preocupa a las actividades y a la sociedad misma. Este factor de riesgo es un problema de salud pública por su magnitud, su letalidad indirecta y su frecuencia, así como un incremento del gasto sanitario público y el gasto productivo derivado de las incapacidades, por lo tanto se abordara esta problemática a través de una investigación que aporte elementos para comprender sus causas y aporte información o elementos de juicio que permita proponer estrategias de intervención, por lo que se, además que en nuestro entorno, no hay nada al respecto, justifica ampliamente llevarlo a cabo.

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   Objetivo Explorar el estilo de vida prevaleciente en estudiantes del área de la salud de la Universidad Juárez Del Estado de Durango. Material y Método Se realizó un estudio de tipo descriptivo de corte transversal que abarcó el periodo de Febrero 2013 a Enero del 2015. De acuerdo al número de estudiantes que cursaban las carreras de Enfermería, Medicina, Nutrición, Odontología, Psicología, Educación Física y Terapia de la Comunicación Humana de la Universidad Juárez del Estado de Durango, así como su distribución por sexo, semestre y carrera. se Con base en una población total de 4265 estudiantes, mediante la fórmula para poblaciones finitas, se obtuvo una muestra de 400 participantes a quienes se les aplicó el instrumento de estilos de vida, los cuales participaron voluntariamente, previo información del propósito del estudio. Se tuvo una pérdida de 7 participantes, por lo que se concluyó con una población de estudio de 393 estudiantes. Se clasificó como una investigación sin riesgo de acuerdo a la Ley General de Salud en materia de investigación y bajo las pautas Éticas Internacionales para la Investigación y Experimentación Biomédica en Seres Humanos que propone el Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias Médicas (CIOMS). Se aplicó el instrumento Estilos de vida y riesgo PEPS-I (Nolan Pender). Validado 25 en población latinoamericana por Bezzolo y cols. 26, obteniendo un alpha de Cronbach de 0.73 a 0.87; para este estudio el alpha de Cronbach fue de 0.91. El instrumento está integrado por 48 reactivos tipo Likert, con un patrón de respuesta con cuatro criterios (nunca=1; a veces =2; frecuentemente = 3; rutinariamente = 4); el valor mínimo es de 48 y el máximo es de 192 puntos, a mayor puntuación se refiere mejor estilo de vida. En nuestra población después de haber capturado los datos y obtener una puntuación mínima de 80 una media de 131 y máxima de 178 con una desviación estándar de 18.28, se consideró “malo” una desviación estándar por debajo de la media (menor de 114 puntos); se consideró “regular” entre menos una desviación estándar y más una desviación estándar respecto a la media (114 a 149 puntos); se consideró “bueno” arriba de mas una desviación estándar respecto a la media (mayor de 149 puntos). Este instrumento está conformado por seis áreas de la persona: actividad física, nutrición, auto actualización, manejo del estrés, soporte interpersonal y responsabilidad en salud. Para fines de este estudio solo se tomaron las dimensiones de actividad física, nutrición y responsabilidad en salud, debido a que son jóvenes futuros promotores de la salud consideramos, que estas dimensiones eran las más relevantes. Se recurrió a estadística descriptiva, utilizando para ello la desviación estándar para establecer cortes en los niveles en la variable estilo de vida, partiendo de la media, que nos permitieron establecer niveles (bueno, regular y malo) de los estilos de vida y porcentajes para reportar la distribución de frecuencias, así como Chi cuadrada (X2) para la significancia estadística. Se consideró estadísticamente significativo valores de p (menores de 0.05). Los datos se capturaron en Microsoft Excel 2007 y se procesaron en el paquete estadístico SPSS versión 15.0. Resultados De acuerdo al número de estudiantes que cursaban las carreras de Educación Física y Deporte, Enfermería, Medicina, Nutrición, Odontología, Psicología y Terapia de la Comunicación Humana campus Durango de la Universidad Juárez del Estado de Durango, su distribución por sexo y semestre, en el ciclo 2013, se puede observar que el estilo regular abarca a la mayoría de los participantes. El estilo de vida bueno, solo cuenta con un 15.80%.

 

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Tabla 1. Distribución porcentual del estilo de vida.

Estilo de vida

Malo

Regular

Bueno

17.80%

66.40%

15.80%

Fuente: Elaboración propia. La distribución por género en la licenciaturas de la D.E.S. de Ciencias de la Salud de la Universidad Juárez del Estado de Durango mostrado en la tabla 2, fue predominantemente Femenino 62.1 % en comparación con tan solo un 37.9 % Masculino. Sin embargo, aun cuando porcentualmente se visualiza un mejor comportamiento del varón en cuanto al estilo de vida, cabe aclarar que en este estudio, estadísticamente no hubo diferencias significativas. Tabla 2. Estilo de vida de los participantes por genero Malo

Regular

Bueno

Masculino

15.40%

64.40%

20.20%

Femenino

19.30%

67.60%

13.10%

Fuente: Elaboración propia. No obstante las distribución por género no se comporta de manera homogénea en cada una de las carrera, pues cómo se muestra en la tabla 3, la carrera de Educación Física en la única francamente masculina con un 68.9%, las demás carreras tiene una mayor proporción de mujeres, siendo muy marcado en enfermería, lo cual es de entenderse por el perfil profesional. En todas las carreras observamos el estilo de vida en función del perfil es estadísticamente significativo dado que nos arrojó una P 0.08, a excepción de Odontología. Tabla 3. Estilo de vida de los participantes por carrera Educación Física

Malo 11.10%

Regular 71.10%

Bueno 17.80%

Enfermería

9.50%

71.40%

19.10%

Medicina

19.80%

64.40%

15.80%

Nutrición

12.80%

57.40%

29.80%

Odontología

13.30%

75.60%

11.10%

Psicología

25.30%

64.40%

10.30%

T.C.H.

26.90%

65.40%

7.70%

*P= 0.08 *X2 Fuente: Elaboración propia. El instrumento de PEPS-I de Nola Pender, tiene varias dimensiones, una que tomamos en cuenta de manera particular, fue la nutrición. En esta dimensión se consideró la responsabilidad del participante en su nutrición, (tabla 4) en cuanto la ingesta de algún alimento al levantarse por las  

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   mañanas, el número de comidas que realiza diariamente, si lee las etiquetas de los alimentos para identificar los nutrientes de estas, si incluye en su dieta alimentos que contengan fibra y si planea o escoge comidas que incluyan los grupos de nutrientes básicos. Encontramos que la mayoría de los participantes de este estudio en la dimensión nutrición se encuentran clasificados con un estilo de vida regular. En la dimensión ejercicio se cuestionó al participante si realizaba ejercicio, la frecuencia, e intensidad, así como las actividades físicas de recreo. Un porcentaje menor (15.80%) tienen un nivel malo dentro de esta dimensión, lo cual suena alentador, pues el resto se encuentra de regular a bueno (tabla 4). Finalmente, la dimensión responsabilidad en salud, se cuestiona si cuando acude al médico le explica cualquier síntoma extraño para su salud, el conocimiento sobre el nivel de colesterol de su sangre, si lee sobre cómo cuidar su salud, si cuando no está de acuerdo con lo que el médico le indico pide otra opinión, si las dudas referentes a su salud la consulta con profesionales calificados, si mide su presión arterial, si observa su cuerpo para detectar cambios físicos o alguna señal de peligro para su salud y si asiste a programas educativos sobre el cuidado de la salud personal. Esta dimensión tiene un menor porcentaje de participantes, clasificados con una buena responsabilidad en salud, pues solo un 16.30% está en esta categoría (Tabla 4). Tabla 4. Clasificación de los participantes en las diversas dimensiones analizadas Nutrición

Malo 19.10%

Regular 66.20%

Bueno 14.80%

Ejercicio

15.80%

64.10%

20.10%

Responsabilidad en salud

20.40%

63.40%

16.30%

Fuente: Elaboración propia. Por otro lado visualizando la dimensión nutrición de forma específica en función de la carrera, podemos ver que el perfil profesional tiene significancia estadística (P 0.007), por lo que se puede decir que el perfil de los participantes tiene influencia en la dimensión nutrición. Tabla 5. Clasificación de la dimensión de nutrición por carrera Nutrición Malo Regular Educación Física 15.60% 71.10% Enfermería 14.30% 69.00% Medicina 20.80% 66.30% Nutrición 6.40% 59.60% Odontología 15.60% 66.70% Psicología 26.40% 66.70% T.C.H. 30.80% 61.50% *P= 0.007 *X2 Fuente: Elaboración propia.

Bueno 13.30% 16.70% 12.90% 34.00% 17.70% 6.90% 7.70%

Ahora, visualizando la dimensión ejercicio en función de la carrera, la de educación física y deporte es la carrera que sale mejor evaluada pues tiene una 46.70% en el nivel bueno.

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   Tabla 6. Clasificación de la dimensión de Ejercicio por carrera Dimensión Ejercicio Educación Física Enfermería Medicina Nutrición Odontología Psicología T.C.H. *P= 0.001 *X2 Fuente: Elaboración propia.

Malo 2.20% 15.80% 12.90% 17.00% 15.60% 21.80% 30.80%

Regular 51.10% 64.10% 67.30% 70.20% 60.00% 64.40% 53.80%

Bueno 46.70% 20.10% 19.80% 12.80% 24.40% 13.80% 15.40%

Observando la dimensión responsabilidad en salud, analizada en función de la carrera de los participantes, vemos que enfermería y nutrición las mejor calificadas y psicología y terapia de la comunicación humana las de los porcentajes más malos. Tabla7. Clasificación de la dimensión de responsabilidad en salud por carrera Responsabilidad en salud Educación Física Enfermería Medicina Nutrición Odontología Psicología T.C.H. *P= 0.02 *X2 Fuente: Elaboración propia.

Malo 17.80% 2.40% 22.80% 14.90% 15.60% 31.10% 26.00%

Regular 68.90% 69.00% 60.40% 61.70% 68.90% 58.60% 65.10%

Bueno 13.30% 28.60% 16.80% 23.40% 15.50% 10.30% 8.90%

Discusión Nos encontramos que la mayoría de los jóvenes participantes fue clasificado con un estilo de vida regular, sin embargo alrededor de un tercio de la población estudiada, se polarizo en los estilos de vida extremos (bueno o malo), que desde el punto de vista de la importancia de la salud pública, nos interesan los extremos para saber ¿qué hace la gente que lo mantiene saludable y feliz? y ¿qué hace la gente que lo lleva a perder la salud y/o la felicidad? Y sobre todo comprender ¿porque lo hace? Para así poder emplear este conocimiento para poder ayudar a las personas a lograr tener una vida sana y plena o recuperarla si la pierde. Por lo que es interesante ver que pese a que todos los jóvenes serán en un futuro profesionales de la salud, muy pocos presentan un estilo de vida bueno, lo cual es preocupante, ya que nos preguntamos ¿Cómo será capaz de promocionar un estilo de vida saludable, si el mismo no lo hace? También observamos una tendencia femenina, en los participantes del estudio. Esta preponderancia femenina en las universidades no es sorprendente, pues datos recientes sobre la composición de género en estas instituciones, ya son mencionados por Lerma et al27 De acuerdo a las poblaciones que estudiaron, y se puede sugerir se comportan de manera muy semejante a la población de este estudio, dando un incremento de mujeres en las universidades. Por otro lado, pese a que los datos sugieren un mejor comportamiento de género masculino en cuanto a su estilo de vida, los resultados no son contundentes estadísticamente, lo que sugiere la necesidad de incrementar la muestra para dilucidar si la diferencia es o no significativa,

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   Ahora, de acuerdo al estilo de vida por carrera, se sugiere que él perfil profesional es una variable que influye en el tipo de estilo de vida desarrollado por los jóvenes estudiantes en términos generales, por lo que podemos concluir que las diferencias son significativas. Y que deberían de tomarse en cuenta en los programas universitarios de fomento a la salud. Sin embargo, se esperaría que por el perfil profesional que están construyendo los jóvenes participantes el nivel bueno, mostraría un alza. Pese a esto, los resultados obtenidos en la carrera nutrición en particular, son similares a lo planteado por diversos autores28, 29, 30, 31. Lo que podría hablar de una tendencia en función del perfil específico correspondientes a los licenciados en nutrición. Las carreras peor evaluadas en su estilo de vida fueron psicología y terapia de la comunicas humana, destacando que ambas licenciaturas pertenecen a la misma unidad académica, y que coincide con lo manifestado por Marco Antonio Pulido32 quien evaluó la salud física, hábitos de alimentación y ejercicio en estudiantes universitarios, también encontró que la carrera de psicología es una de las que presentaba más problemas de salud, además también encontró que las mujeres se asociaron con más frecuencia a mala salud, y por lo tanto se puede sugerir que las carreras relacionadas con el género femenino son más vulnerables. En cuanto a la dimensión nutrición en general, llama la atención el bajo porcentaje que se encuentra en un nivel bueno, lo que sugiere la poca preocupación por el tema por parte de estos estudiantes que serán los futuros profesionales de la salud, lo mismo sucede en la dimensión responsabilidad en salud, lo cual es incongruente. En cuanto a la dimensión ejercicio, aun cuando la mayoría siguen la tendencia de estar clasificados como regulares, es la dimensión clasificada en la categoría de malo, la se encuentra en un porcentaje menor, comparando con las dimensiones anteriores, no solo que es la mejor calificada, pues indica que una mayoría se encuentra de regular a bueno, sino que sugiere que tal vez es por la que se puede iniciar una intervención (tabla 4). Las carreras mejor evaluadas en su estilo de vida fueron nutrición y enfermería, y las peor evaluadas fueron psicología y terapia de la comunicación humana. Ambos extremos deben ser analizados más profundamente. Observamos que al analizar la dimensión nutrición en función de licenciatura, la carrera de nutrición es la mejor calificada, lo cual suena plausible, y las carreras de psicología y terapia de la comunicación humana siguen siendo las peor calificadas, lo cual alude un patrón. En función del perfil profesional, cabe mencionar que al igual que Arbinaga 33, en este estudio el género masculino sale con mayor nivel en actividad física comparado con el femenino. Por otro lado las carreras de psicología y terapia de la comunicación humana vuelven a quedar mal calificadas, semejante a lo presentado por Pulido et al32. Sin embargo a diferencia de estos autores, que sugieren que el género pudiera ser la explicación, en este caso aunque estas dos carreras son mayoritariamente femeninas y podríamos pensar que por ellos salen mal calificadas, en este estudio se tienen otras carreras con esa misma característica de ser francamente femeninas como es el caso de nutrición y enfermería, y pese a ello han sido bien calificadas, lo que sugiere que la explicación es mucho más compleja. La responsabilidad en salud favorece la calificación de enfermería al igual que a nutrición, las cuales son carreras en donde se delega mucha de la responsabilidad promover la salud en la población, y dentro de la currícula de cada una de ellas se trabaja fuertemente este rubro, lo cual pudiera ser la razón de porque son las mejor calificadas. Escobar34 concluye, que la mujer universitaria en general es la más preocupada por su salud y por sus exámenes de rutina, esto es similar en el caso de enfermería, sin embargo las carreras de psicología y terapia de la comunicación humana, no entran en este parámetro, ya que son las peor calificadas, con los más altos porcentajes en EVM y más bajos en la categoría de EVB, y en conjunto con la carrera de enfermería, son las tres carreras con mayor proporción de estudiantes mujeres. Conclusiones El estilo de vida es un comportamiento que puede ser moldeado por diversos factores sin embargo, si este estilo de vida no se construye en un sentido saludable puede ser una causa importante de patologías crónico degenerativas como diabetes mellitus tipo 2, cardiopatías, obesidad y sus complicaciones. En esta investigación hemos podido observar que de los jóvenes estudiantes universitarios de la D.E.S Ciencias de la salud de la Universidad Juárez del Estado de Durango, solo el 15.8% tiene un estilo

 

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Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 6, No. 1 (Sept-Dic) 2015.   de vida saludable, aún cuando su objetivo profesional es promover y mantener la salud de la población. El 17.8% se encuentra en el extremo opuesto, lo cual es preocupante, ya que por un lado, desde la perspectiva de la salud es uno de los extremos que preocupa para las políticas sanitarias públicas. Y por otro lado, si se supone que los jóvenes estudiados serán los futuros promotores de la salud, y no viven lo que predican, es un factor que además de contradictorio, es neurálgico en la formación de este recurso humano en salud. El comportamiento del estilo de vida de acuerdo a la carrera, podemos ver que hay significancia estadística con (p= 0.08) lo que nos dice el estilo de vida es influido por la carrera que se selecciona, al menos en este estudio. Pero esto puede ser por que las carreras que estudiamos son del área de la salud, será interesante en un futuro compararlas con otras áreas fuera del ámbito de la salud, para ver si se modifica la significancia estadística o se mantiene la dinámica observada en la presente investigación, mientras tanto estos datos no son extrapolables a población general, sin dejar de aportar elementos valiosos al conocimiento vigente. Además se sugiere, identificar factores conductuales que pudieran impactar en el estilo de vida. También se sugiere realizar proyectos análogos, en otros grupos poblacionales como puede ser adolescentes, tanto estudiantes como población abierta, y/o en grupos de otras edades, para visualizar el comportamiento de esta relación que aporte elementos de juicio para políticas sanitarias innovadoras.

Recomendaciones Se sugiere que para confirmar o en su caso refutar algunas significancias, se puede recurrir en un futuro a un diseño comparativo y con una muestra mayor, tomando en cuenta los resultados de este proyecto. Los resultados también sugieren que es importante evaluar la influencia de diversos factores en la construcción de un estilo de vida de jóvenes universitarios del área de la salud. Así como indagar diferencias con otros grupos de jóvenes como pueden ser estudiantes de otras disciplinas, jóvenes que no estudian, pero trabajan, jóvenes que ni estudian ni trabajan, entre otros, que aporten información, que permita tener elementos de juicio para plantear estrategias tanto en el sector salud como en el educativo, y de manera específica a cada grupo poblacional. Referencias bibliográficas 1. Gobierno del Estado de Guanajuato. ecologia.guanajuato.gob.mx. [Online].; 2011 [cited 2013 Septiembre 14. Available from: http://ecologia.guanajuato.gob.mx/sitio/micro/biblioteca/ aire_limpio/ladrilleras/Acciones_Fortalecimiento_Industria_Ladrillera.pdf. 2. Rea MA, Martínez González G, Cabrera López G, Ruiz Flores LE, Zárate Alcocer L, Rodríguez Muñoz E, et al. Evaluacion del riesgo asociado a la fabricacion artesanal de ladrillo rojo en el estado de Queretaro. repore tecnico. Querétaro: Universidad Autonoma de Queretaro, Centro de estudios academicos sobre contaminacion ambiental; 2012. 3. Bradley Alvarez FJ. Efecto Genotoxico y a la Salud en Personal Expuesto a Contaminantes Emitidos por Ladrilleras en Durango, México. Tesis de Maestría. Durango: Centro Interdisciplinacio de Investigacion oara el Desarrollo Ingegral Regional Unidad Durango, Coordinacion de Posgrado; 2007. 4. Valdivia López M. Social interactions and information dynamics in self-eployment in Mexico City. Investigaciones economicas. 2009;: p. 115-158. 5. González Granados N, Perea R C, Ojeda L SL, Matamoro M JA, González A EA. El oficio de ladrillero. Sus riesgos y exigencias. Synthesus. Aventuras del pensamiento. 2008;: p. 1-5. 6. Rocha JF. El ladrillero, un oficio sin tregua. Milenio. 2009 Noviembre 8: p. 1. 7. Anchundia L. Ladrillero toda la vida. El Universo. 2013 Septiembre 23: p. 2. 8. De Monte DP, Díaz OE. La industria ladrillera. Actividad milenaria, millorania y postergada. Buenos

 

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Forma sugerida de citar este artículo: Barragán-Ledesma E, Hernández-Cosain EI, Estrada-Martínez S, Hernández-Cosain YB, González-Preza MA, Ríos-Valles JA, Flores-Saucedo MP. Explorar el Estilo de Vida Prevaleciente en Estudiantes del Área de la Salud. Revista electrónica Medicina, Salud y Sociedad. [Serie en internet] 2015 Septiembre [citado Septiembre 2015]; 6 (1); 51-64. [aprox.13 p.]. Disponible en: http://cienciasdelasaluduv.com/site/.

 

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