FEDERICO ISLAS SALAS (M.C.B. de la U.N.A.M. e investigador de la Oficina de Protección Forestal, Sección de Entomología del INIF)

OBSERVACIONES SOBRE LA BIOLOGIA Y EL COMBATE DE LOS ESCARABAJOS DESCORTEZADORES DE LOS PINOS: Dendroctonus adjunctus Blf; D. mexicanus Hpk. y D. front

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OBSERVACIONES SOBRE LA BIOLOGIA Y EL COMBATE DE LOS ESCARABAJOS DESCORTEZADORES DE LOS PINOS: Dendroctonus adjunctus Blf; D. mexicanus Hpk. y D. frontalis Zimm., EN ALGUNAS REGIONES DE LA REPUBLICA MEXICANA. FEDERICO ISLAS SALAS (M.C.B. de la U.N.A.M. e investigador de la Oficina de Protección Forestal, Sección de Entomología del INIF). Boletín técnico #66, Octubre 1980 Según Lista Mundial de Publicaciones Periódicas y Seriadas de Interés Forestal, elaborada por FAO/IUFRO, la abreviatura de este trabajo es Bol.-Téc.-lnst. Nac.-lnvest.-For.-No. 66 México

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INDICE [n.b. Este índice corresponde a la paginación del documento original. Las páginas correctas están anotadas de lado.] Pág. Agradecimientos 3 [3] Introducción 7 [3] Antecedentes 8 [3] Materiales y métodos l0 [5] Procedimiento para el estudio biológico 11 [7] Procedimientos de combate 12 [7] Tipos de pinos plagados y su importancia para derribo 17 [11] Depredación 18 [12] Competencia 19 [12] Parasitismo 19 [13] Combate integrado 23 [16] Observaciones generales 24 [16] Resultados del estudio de la biología y hábitos 26 [18] Apéndice 30 [21]

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AGRADECIMIENTOS E INTRODUCION

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AGRADECIMIENTOS El autor desea expresar su agradecimiento a los laboratorios de Patología Forestal y de Tecnología de la Madera del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, al personal Forestal checoslovaco de la FAO en Cuba; a la casa Kumiai Chemical Co. en Tokio, Japón; al grupo de estudio de Plagas Forestales Mexicano-Norteamericano-Canadiense; al personal del Boyce Thompson Institute en Beaumont, Texas y a muchos investigadores de distintas estaciones experimentales forestales del USDA por su amable y desinteresada colaboración gracias a la cual fue posible llevar a cabo el presente estudio.

INTRODUCCION Debido al aumento constante de las infestaciones por insectos descortezadores en los bosques de coníferas del país, se ha comprendido la necesidad de un estudio exhaustivo sobre la biología y el combate de estos insectos, ya que hasta la fecha la forma de lucha utilizada no proporciona resultados durables. Por este motivo fue elaborado y propuesto un proyecto de estudio y lucha contra estas plagas, cuyos objetivos son los siguientes: una comprobación del conocimiento de la biología de los descortezadores existentes en México, la confrontación de los distintos métodos de lucha y de los diferentes productos químicos o biológicos que pudieran conseguirse para reducir la plaga a un nivel técnico o por lo menos, económicamente aceptable. (Fig. 2). ANTECEDENTES Las infestaciones por descortezadores en los bosques de pinos de México, aunque ya conocidas desde mucho antes (v. gr.: 1903), empezaron a

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ANTECEDENTES

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llamar la atención realmente hacia la década 1951 -60. Pudiera haber sucedido que su importancia no fue debidamente valorada por falta de vigilancia, de conocimiento o simplemente por no existir todavía grandes masas plagadas. Sin embargo, ya en la década 1961—70, los informes sobre nuevos focos de infestación y sobre bosques completamente arrasados por los escarabajos descortezadores se acumularon; lo que motivo que por fin se atendiera al problema y se determinara proceder al estudio y combate de la plaga. Para combatir a la plaga se utilizaron los métodos clásicos de lucha, como la espolvoreación con Hexacloruro de Benceno o la aspersión del mismo disuelto en Diesel, pero estos métodos pronto resultaron insuficientes dada la velocidad de avance de los descortezadores y su modo irregular de propagación; todo esto, ligado al costo de los procedimientos empleados, hizo necesario un estudio más preciso que obtuviera mejores resultados y redujera costos de los tratamientos aplicados hasta entonces. Los escarabajos del genero Dendroctonus muestran una increíble potencia biológica como indican las devastaciones forestales causadas en América Central y del Norte (Honduras 1962. Guatemala 1976, México 1969, E.U.A. 1976, Canadá 1976). Según S. Wood (61) el complejo “frontalis” se encuentra en el norte a partir de una línea que va de Nueva Jersey hasta la parte central de Arizona, E.U.A.; hacia el sur, pasando por México y Guatemala hasta Honduras. En nuestro país las especies de este complejo reportadas hasta ahora son Dendroctonus mexicanus Hpk, Dendroctonus frontalis Zimm. y Dendroctonus vitei W. Dendroctonus mexicanus Hpk. comúnmente llamado descortezador menor en nuestro país se ha localizado en los estados de Chihuahua, Zacatecas., Durango, Jalisco, Michoacán, Querétaro, Tlaxcala, Hidalgo, Puebla, México, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas; prosperando en altitudes que van de 2 000 a 2 600 msnm Dendroctonus frontalis Zimm., únicamente se ha reportado en los estados de Guerrero, Oaxaca, Nuevo León y Jalisco, prosperando en alturas que van de 1 700 a 2 500 msnm (Guerrero, Oaxaca y Jalisco). La distribución geográfica del descortezador de las alturas o Dendroctonus adjunctus Blf. abarca desde el sur de Utah y Colorado, E. U. A. terminando hasta Guatemala Centro América. Esta especie se ha localizado en los estados de México y Colima principalmente; y debe ser considerada como una especie típica de los lugares altos, que va de los 2 700 a los 3 800 msnm. Como especies hospederas del descortezador de las alturas se conoce a Pinus hartweggi Lindl., P. rudis Endl., P. montezumae Lamb., P. pseudostrobus Lindl. y P. lawsoni Roezl. En cambio el descortezador menor parasita especialmente a Pinus leiophylla Schl. Et Cham., P oocarpa Schiede., P. ayacahuite Ehr. y a casi todas las especies que se encuentren desde los 2 600 msnm hacia abajo. El descortezador suriano se ha encontrado parasitando exclusivamente a Pinus pringlei Shaw (Guerrero) aunque en otros lugares ataca a los P. oocarpa Schiede, P. leiophylla y P. lawsoni Roezl. Schl. et Cham. (Oaxaca). El Pinus douglasiana Martínez estando sano resiste los ataques del descortezador menor y del suriano. El laboratorio de campo estuvo situado inicialmente (1969) en el ejido La Conchita, Edo. de México, desde el cual se estimó que la plaga avanzaría a los ejidos colindantes El

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Picacho, Agua Bendita y Las Lágrimas, dentro del mismo distrito de Chiltepec; la altura de esos ejidos varia de 2 700 a 2 900 metros sobre el nivel del mar. Estas plagas se registraron en México desde los estudios de Alfonso Herrera y su equipo (1910), presentando aumentos a periodos intermitentes no determinados todavía. Posiblemente la infestación presente desarrolló desde brotes endémicos que, alrededor de 1964, se volvieron lentamente epidémicos a consecuencia de la presión demográfica, la cual requiere cada vez mayores zonas destruidas para cultivos anuales. En 1969, cuando principiaba el estudio básico en este lugar, ya había más de 500 hectáreas destruidas y la amenaza se proyectaba a unas 200 hectáreas más; esta presión demográfica, en el sentir de Gutiérrez Palacios (30), es responsable directo del aumento incontenible en las infestaciones. Como causas de la aparición y expansión de estas plagas, se han emitido diferentes hipótesis: a. Postración de una masa forestal, derivada sobre todo de incendios, o correlativa a daños mecánicos intencionales tales como cinchamiento artificial, acoteado, resinación, etc. b. Apertura de brechas, gran densidad de arbolado y descargas eléctricas. Las actividades de combate a la plaga, como ya se mencionó, empezaron en la región de Chiltepcc de Hidalgo, luego continuaron en Coatepec de Chalco y después en San Miguel Atlautla, Edo. de México; en la primera localidad, la especie que se presentó fue el descortezador de las alturas y en las dos últimas, el descortezador menor. En Chiltepec se trabajó los primeros tres años de la investigación (1969-1971); en Coatepec menos de un año (1972) y en Atlautla de 1972 a 1973, siendo las cortas de saneamiento causa de estos cambios de lugar. Desde 1974, el estudio abarca también a los macizos montañosos al noroeste y sureste del Distrito Federal; en la región Ixta-Popo, Telapon-Tlaloc y serranías del Ajusco, lugares todos del Estado de México. Los laboratorios de campo fueron, durante todo el tiempo, centros de operación en donde además se hicieron crianzas de descortezadores. Durante los años 1972 y 1973 también se contó con el laboratorio de la Unidad de Explotación Forestal de San Rafael, en el cual se realizaron, además de las imprescindibles crianzas, los experimentos de combate (planeación) en pequeña y mediana escala. Desde marzo de 1974, se estableció en Llano Grande, la Estación Experimental de Entomología y Patología Forestales (Carr. MéxicoPuebla, Km. 54), y en 1976 se salió por fin del estado de México con el establecimiento de dos laboratorios más: uno en el estado de Guerrero (La Providencia, Mpio. de Acapulco) y otro en el estado de Jalisco (Cd. Guzmán). MATERIALES Y METODOS En un principio se ensayó el combate químico por aspersión y espolvoreación para atacar a la plaga; sin embargo, diversas restricciones obligaron a utilizar el método de inyección a los troncos de los pinos, método muy antiguo, ya casi olvidado, cuya primera traza se registra en el año de 1709 y cuyo asentamiento sobre base científica se lleva a cabo en Francia en 1840 (Boucherie), (ver esquema No. 32). La adaptación realizada en México de este método consiste en hacer incisiones a la corteza del árbol recientemente infestado, por medio de una hacha especial. El número de cortes es relativo a la circunferencia del

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MATERIALES Y METODOS

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tronco (teóricamente diámetro dividido entre 5), que se harán a diferentes alturas en forma alterna, v. gr. un primero a nivel del cuello del árbol, el que sigue 25 cm más arriba pero separado horizontalmente 15 cm y así sucesivamente a manera de no anillar al fuste y provocar la muerte por interrupción de acarreo alimenticio; dentro de esas heridas se vierte el producto plaguicida varias veces que se traslocará (ascenderá) por el tronco, si el tratamiento es hecho con oportunidad (Fig. 3). La literatura concerniente (7, 16, 17, 24, 28, 34, 47) propone distintos métodos de inyección. La adaptación mexicana con heridas alternas anchas y poco profundas se tradujo en una reducción considerable de tiempo, tanto de aplicación, como de incorporación del producto a los pinos, y debido a la sustancia empleada existe también una significativa reducción de costos (v. gr. 12 a 18 centavos por pino sin incluir mano de obra). A fin de comparar acciones sobre descortezadores y cotejar eficiencias, se ensayaron diferentes insecticidas: Hidrocarburo Clorinados como Ortho-dicloro-Benceno, Hexacloruro de Benceno, Heptacloro, Metoxicloro y D.D.T., los fosforados Perfecktion, Malathion, Lindathion y Gesidon; un carbámico llamado Primin y un estracto de Pelitre llamado Heliotrina. Posteriormente, a fin de combatir a los hongos, levaduras y bacterias mutualistas inoculadas por los descortezadores, se experimentaron fungicidas y bactericidas como: Caldo Bordelés, Captan, Acido Bórico, Bórax granulado, Azufre Humectable, Violeta de Genciana, Anilina Roja, Permanganato de Potasio, Polyoxon AL (estreptomicina), Wepsyn 155, Maneb, Fermate, Euparen (Sulfamida), licor de Chevastelon, Bicromato de Potasio y Daconil; finalmente, el seleccionado Caldo Bordelés se cambió por Caldo Borgoñón y últimamente se ha preparado un caldo de tipo borgoñón llamado tentativamente BoSCo (Sulfato de Cobre 0.8 kg; Bórax Granulado 0.7 kilogramos y Agua 100 lt) que es bastante efectivo. Excepto los preparados de tipo bordelés y la Violeta de Genciana, todos los demás productos fueron ineficaces a las dosis usuales, teniendo que ser utilizados a mayores concentraciones, de dos a diez veces más; y en cantidad de 350 a 500 cc por árbol, puesto que siendo incorporados a un fluido tendrían que disolverse todavía más al circular por el interior del pino. Para experimentos de lucha biológica con microorganismos, se emplearon diluciones acuosas del nemátodo DD-136 y del hongo entomófago Metarrhizium anisopliae Sorokin, también en inyección a los fustes.

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PROCEDIMIENTO PARA EL ESTUDIO BIOLOGICO

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PROCEDIMIENTO PARA EL ESTUDIO BIOLOGICO En ciclos individuales se siguió el llamado Método de Emparedado, que consta de dos placas: una de mica y otra de vidrio de 8 x 10 cm; entre éstas va otra de corteza interna de pino de 6x8 cm; en una incisión o agujerito en esta placa media se coloca una pareja joven de descortezadores macho y hembra; en otro emparedado se puede colocar, en pequeñas perforaciones equidistantes, hasta una docena de huevecillos sacados con delicadeza y un pincelito mojado cada vez en un esterilizante, de una galería reciente. Se observará diariamente a través de la placa de vidrio y se registrarán los cambios hallados en una etiqueta adherida al emparedado. La placa intermedia se cambia por otra nueva en cuanto enmohece y a las larvitas se las trasladan con pincel a su nueva fuente alimenticia. Otro procedimiento de estudio es por grupos. En cubetas de lámina con tapa o en cajas grandes, siempre con aereación artificial, se introduce trozas de fuste de pino recientemente plagado con un diámetro general de 20 a 35 cm y una altura de 30 a 55 cm. Una vez tapada la cubeta se espera la emergencia de la progenie en un frasco de vidrio adaptado a la parte inferior, deberá mantenerse el ambiente seco y aereado para evitar ahongamientos rápidos; éste es el método más simple aunque sólo proporcione datos de poblaciones y no de individuos. En la caja o en el cuarto de crianza se puede seguir una variante que tuvimos que desarrollar para obtener la duración de ciclos del descortezador menor y del suriano que explicaremos más adelante. Los ciclos biológicos de los distintos descortezadores se pueden estudiar también en el bosque, a fin de conocer o saber la diferencia de tiempo en los periodos de vuelo de adultos criados en laboratorio y en el bosque, en árbol en pie (Ciclos Ex-laboratore y Exsilva); esto se hace extrayendo placas de corteza desde 10 x 10 cm con formón y martillo, hacha de mano o sierra circular a los pinos plagados en observación, cada 8 días en alturas estratégicas de sitios escogidos. En estas muestras se cuenta y registra a los estados y estadíos presentes; el procedimiento sirve para varias cosas: conseguir datos acerca de poblaciones por superficie de corteza, averiguar la mortalidad natural y sus diversos agentes, para previsión de épocas de vuelo y ataque, así como los periodos de derribo y los de aplicación de productos plaguicidas, para evaluación y predicción de plaga, tablas de vida, estudio de factores clave y/o de otros procesos ecológicos. PROCEDIMIENTOS DE COMBATE Procedimiento de Derribo y Abandono La observación ha mostrado que el derribo temprano de un pino infestado, luego que los microorganismos inoculados han invadido el xilema a un grado tal que el pronóstico de muerte sea seguro, es una medida práctica y conveniente para reducir poblaciones de descortezadores primarios. En general, depende de la concentración existente de competidores y depredadores la duración, más o menos larga del abandono; pero el derribo siempre se hará cuanto más joven se encuentre en desarrollo el descortezador, v. gr. (para D. adjunctus): Si el huevecillo ovipositado nace a los 20 días, el hongo inoculado se desarrolla visiblemente en unos 15 días, después de los cuales se considerará insalvable al pino debiéndose derribar al árbol inmediatamente; procediendo así, en tres meses ya no quedará prácticamente ninguna forma viva del Dendroctonus en el pino derribado; el procedimiento es válido todavía para pinos infestados que presenten larvitas de 1° y 2° estadíos o sea hasta unos 60 días después del primer ataque. En cuanto

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PROCEDIMIENTO DE COMBATE

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haya larvas de 3° y 4° estadíos el procedimiento muestra mucho menos eficacia, puesto que alcanzan a emerger adultos, en mayor número cuanto más tarde sea derribado el pino. (Fig. 3A). Se ha logrado reducir la plaga casi totalmente (87%) con el derribo de Pinus hartweggi y abandono a 5.5 meses, siempre que al momento del apeo no haya más de 2° estadio larvario si se encuentra 3°, la mortalidad larvaria fue de 70% pero encontrándose ya 4° estadío, casi un 60% de larvas alcanza el estado adulto y emerge. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la mayoría de los ataques en localidades arriba de los 3 000 msnm no son masivos, sino más bien intermitentes o sucesivos, a un cuando el número de ataques llegue a ser muy grande; esto pone un nuevo obstáculo al muestreo y determina que la altura de extracción de la muestra sea variable: porque los primeros ataques son los más antiguos y en ellos, tanto microorganismos como insectos, están más desarrollados; aumenta este impedimento la reemergencia de las parejas del descortezador de las alturas. En México, esta reemergencia y reataque de la población pionera alcanza quizá a más de 10% siendo grande el hallazgo de nuevas infestaciones durante todo el año; solamente en los meses de marzo y abril se comprueba una disminución máxima de nuevas infestaciones. El tiempo probable de derribo y abandono en la Sierra Nevada se presenta en septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Más allá del 15 de enero es peligroso el abandono y la medida efectiva es nada más derribo con descortezado. El pino derribado y dejado sin mover tiene dos caras para observar: la superior que se asolea y la inferior o sombreada. En la porción desecada por el sol, la mortalidad larvaria fue de 50% a dos meses; en la porción sombreada la mortalidad subió a 55% por acción de competidores, depredadores y parásitos; a 5.5 meses ya no se encontró ningún descortezador primario o secundario y tampoco de predadores o parásitos. El derribo y abandono (D y A) es realmente un procedimiento de crianza en el bosque, causando un gran desarrollo en las poblaciones de enemigos naturales. Una corta intermitente es realmente el secreto de la lucha biológica contra los dendroctonus en general. El derribo de muy pocos pinos cada tres o cuatro semanas (para descortezadores menor y suriano) provee condiciones muy favorables para la multiplicación de competidores, depredadores y parásitos, con lo cual se asegura una población que puede mantenerse más o menos constante o aumentarse casi a voluntad y que persigue por decirlo así a los descortezadores primarios en sus nuevos avances, limitándolos desde el principio. Cuando los insectos benéficos se establecen en un tronco apeado en menos de dos semanas, se considera que ya existe suficiente población de enemigos naturales pera poder tener éxito en la reducción de plaga por el método de derribo y abandono o sea, que en una región donde competidores y depredadores no hayan sido aniquilados por el uso de insecticidas, puede muy bien considerarse que este procedimiento de control natural poco artificioso sea un factor efectivo, seguro y económico en la lucha contra Dendroctonus.

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Procedimiento de Inyección Preventiva y Curativa El abatimiento de la plaga puede llevarse a cabo matando a los descortezadores en el mismo pino que parasitan o bien previniendo al arbolado contiguo; los dos procedimientos se utilizaron pero el método curativo solamente resultó factible para el descortezador de las alturas que es de ciclo largo; desde luego es más efectivo que el método preventivo: en pequeñas parcelas experimentales puede alcanzar a 94% de éxito pero en grandes extensiones o en focos distantes, la oportunidad de las aplicaciones disminuye y tiene que utilizarse el segundo que es algo menos efectivo. Dado el conocimiento de los hábitos de estos descortezadores no es posible predecir todavía la dirección del avance, ni saber cuáles pinos serán atacados. Sin embargo, la consideración atenta de los costos de lucha (economía) y de los daños al ambiente (seguridad), aparentemente inducen a preferir al método de inyección. Aspersión o espolvoreación preventivas muestran escasa economía y seguridad (60), además la eficiencia es reducida porque el vuelo del insecto, que va desde unos 8 metros a más de 20 km (26) lo puede apartar mucho de los lugares previamente tratados, acarreando una pérdida monetaria. Conjuntamente el disturbio ecológico por aspersión o espolvoreación de insecticidas se hace más patente por aniquilamiento de competidores, depredadores y parásitos, además del envenenamiento de pastos y agua (peces, aves, ganado). (Figs. 4 y 5). Afortunadamente estas deficiencias se reducen con el método que empleamos y que, gracias a la ayuda de los Drs. J.P. Vite, J. Coster, A. Renwick y otros del Boyce Thompson Institute, poco a poco va constituyéndose en México como un combate integrado, junto con los otros medios como el biológico y las prácticas silviculturales. Con el fin de iniciar los procedimientos de reducción de plaga por medios artificiales, se juzgo necesaria una orientación sencilla sobre las sustancias posibles a emplear; la oposición decidida de los campesinos a los procedimientos de espolvoración o aspersión condujo a trabajar por inyección del arbolado, y este antiguo método, modificado por uno de nuestros trabajadores (J. Jesús Romero I.), ha llegado a hacerse bastante rápido y barato sin ocasionar aparentemente mucho daño a otros componentes de la masa forestal. No constituyó una novedad la acción de los fungicidas e insecticidas por incorporación al tallo, pues va se sabía que algunas sustancias puestas en solución entre la corteza y la madera de coníferas lograban ascender por el tallo sin ser propiamente sistémicas y que a este fenómeno de acarreo se llama traslocación xilemática (44, 45). El problema real consistió en averiguar

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cuál producto permanecía mayor tiempo en el tronco y cuál salía o se degradaba más rápidamente, dado que convenía una mayor permanencia a en caso de ataques por oleadas y no masivos. Debido a la inoculación de microorganismos mutualistas por cada descortezadorlos insecticidas fueron siendo postergados al comprobarse que efectivamente destruyen la plaga, pero no tiene acción contra los microorganismos invasores que aparentemente causan la muerte de los árboles; todo eso pudo evitarse con el hallazgo de la eficacia de los fungicidas, la cual se puede medir por el número de pinos recuperados, ausencia de galerías completas, no teñidas y sin camadas de los descortezadores. Los insecticidas clorinados, de todos modos, mostraron la mayor eficacia, siguieron los carbámicos y luego los fosforados que pronto fueron desechados, porque su poder residual se limita a menos de dos semanas en el interior del pino (tomando en consideración cuánto tiempo después de la aplicación de tales compuestos ya se encuentran larvitas vivas). Los fungicidas pueden reemplazar con éxito a los insecticidas en el combate y en el caso del descortezador de las alturas todos los ensayados mostraron una eficacia análoga; juzgando por la presencia o ausencia del hongo azul en la madera de un pino recién plagado: si el hongo prospera, las galerías de los escarabajos descortezadores muestran sus bordes color negro azulado correspondiente al micelio en crecimiento del moho, o bien la madera ya enseña el color azulado y no el blanco característico; pero si el fungicida logró difundirse, la galería ni es de tamaño normal, ni está colorida. Puede ya afirmarse que la mayor eficacia se obtiene con los fungicidas Caldo Bordelés y sus variantes: Borgoñón y sobre todo BoSCo; Euparen, Polyoxon A1, Fermate, Daconil. Maneb y Permanganato de Potasio. Para los tres descortezadores primarios: el de las alturas, el menor y el suriano, ha bastado en general con el tratamiento fungicida principalmente con el Caldo de Cobre y Bórax (0.8 kg-0.7 kg-l00 lt) denominado BoSCo. En las coníferas viven insectos que realizan continuamente un acarreo del hongo azul de la madera (31). Los descortezadores y ambrosías poseen en el interior de su cuerpo (tórax, mandíbulas, coxas) cámaras especiales llamadas mycangia con esporas de hongos y levaduras; las que al ser excretadas al llegar al tejido alimenticio del árbol, desarrollan rápidamente taponando al sistema vascular y causando la muerte del huésped. Se ha comprobado también que la mayoría de los insectos visitadores y moradores temporales (le coníferas, son portadores de esporas del hongo azul Ceratocystis sp. y que éste es susceptible de progresar en la madera viva sin ser propiamente inoculado (31). El grupo del Dr. Stanley Barras (4) encontró que el descortezador suriano (D. frontalis Zimm.) no desarrollaba si el hongo azul por alguna causa ya estaba presente en el pino antes que el descortezador atacase. Por último, en años lluviosos los preimagos de descortezadores primarios mueren en más de 95% ahogados bajo la corteza y sin poder emerger. Fue el estudio de esos artículos que llevó a especular sobre la conveniencia de combatir tanto al insecto cuino a sus microorganismos, de allí que se procediera a incorporar tanto fungicidas como insecticidas al mismo pino, juntos y separados en parcelas más o menos iguales con los resultados que ya se han citado. El procedimiento de incorporación o inyección solamente se había utilizado para efectos curativos; pero empleando Caldo Borgoñón se ha visto una duración del mismo en

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los troncos que permite emplearlo como preventivo. En algunas parcelas de experimentación ha llegado a obtenerse hasta un 94% de salvamento, pero se considera que tal acierto fue debido, más que todo, a la oportunidad de la aplicación. Combatir al descortezador menor y al suriano es un poco diferente, recuérdese que ésos producen 4-6 y 8 generaciones respectivamente en un año, y siendo tan rápido su desarrollo, el muestreo previo es de escasa utilidad pues el hongo azul apenas se percibe en la madera cuando ya la copa del pino está completamente decolorada; posiblemente otros microorganismos inoculados al mismo tiempo descompongan al tejido alimenticio y sean responsables de esta rápida muerte. (Fig. 6). Ha sido imposible salvar a un pino intensamente plagado si no se le inyecta poco antes o casi inmediatamente después del ataque, lo que impone prácticamente una inspección repetida y constante a la zona plagada, puesto que el derribo temprano es difícil de aplicar en epidemias vastas. Además la muerte de un pino recién atacado fue preparada y acelerada por otro diminuto descortezador del género Pityophthorus spp. que empieza el ataque en las yemas y ramillas superiores de la copa, coloniza también a las ramas inferiores matándolas y ocupa luego el fuste conviviendo con los escarabajos principales y algunos competidores; los depredadores comunes no pueden reducir apreciablemente al natural, a poblaciones del descortezador menor ni suriano en explosiones violentas. Para el descortezador menor es más conveniente reunir o concentrar poblaciones dispersas, a fin de combatirlas con más eficacia; esto se puede lograr usando resina del mismo pino, esencia de pino o los atrayentes sexuales y de agregación; empleados en arbolado sano y en 1a dirección probable del nuevo ataque (pinos trampa), inyectando al arbolado sano de manera preventiva o sea, unas dos semanas antes de empezar el nuevo ciclo (indicación de laboratorio). En lugares plagados por estos descortezadores precisa una acción rápida de marqueo y derribo pero sin utilización de insecticidas a fin de no reducir a los depredadores y los parásitos; más adelante volveremos sobre este aspecto en cuanto a la ayuda a los insectos benéficos. TIPOS DE PINOS PLAGADOS Y SU IMPORTANCIA PARA DERRIBO 1. Muerto y ya sin hojas o agujas. 2. Muerto y todavía con aguja seca rojiza-café. 3.

a) Vivo, hoja verde, grumos resinosos blanco amarillento, sin ápices teñidos. b) Vivo, hoja verde, grumos resinosos con ápice color rojo- café.

1. Si se extrae una placa de corteza al tronco de pinos de este primer tipo, solamente se encuentra insectos distintos, de invasión secundaria, puesto que ya lo abandonaron los descorteza dores primarios, este árbol no representa peligro para la plaga y puede dejarse para derribo posterior.

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TIPOS DE PINOS PLAGADOS, DEPREDADORES Y COMPETENCIA

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2. Si al extraer muestras de corteza se encuentra generalmente a los últimos estados del descortezador primario, este pino deberá derribarse a la brevedad posible descortezándolo para impedir la propagación de plaga. 3.

a) Este tipo de pino, que desgraciadamente es muy escaso, representa a un individuo resistente a la plaga, contiene en su resina una sustancia especial que impide el desarrollo de los microorganismos; dichos árboles son muy valiosos y deben conservarse porque seguirán produciendo individuos resistentes también (v. gr.: Pinus douglasiana M.). b) El pino atacado cuyos grumos resinosos presentan ápices café-rojizo, puede ser inyectado si su madera apenas principia a mancharse; en todo caso, el manchado ya establecido no debe sobrepasar a 1 / l0 de la superficie muestreada (D. adjunctus); si el manchado ya ha progresado más se buscará a las larvitas de este descortezador y si no sobrepasan los 2.5 mm de longitud, el pino debe derribarse y dejarse sin tocar por más de 8 semanas a modo de permitir la llegada de parásitos y depredadores que reducirán la plaga a un nivel mínimo; si las larvas ya son de 5 mm o se encuentran pupas, corresponde al tipo 2. Para regiones de D. mexicanus o D. frontalis este tipo de pino deberá ser derribado ya que no podría salvarse.

DEPREDACION La observación atenta de los pájaros carpinteros alimentándose con larvas del descortezador enseña que son realmente útiles para disminuir la peste; el único defecto advertido (aparte de su escasez en algunos lugares), es que no descienden a la parte baja de los truncos y en ésta subsiste una población numerosa de insectos. En el ciclo 1970-71 el descenso de población causada por los pájaros carpinteros fue bastante notorio en Chiltepec. Se encuentra también bajo la corteza a numerosas larvas de otros insectos que son depredadores: familias Cleridae, Ostomidae, Carabidae, Staphilinidae, Histeridae, etc., y de otros órdenes como Diptera, Hymenoptera y Neuroptera que alcanzan su máxima población hacia los últimos estados del descortezador; su valor como factores reguladores de plaga es bastante inseguro ya que también son aniquilados por aspersiones y espolvoreaciones; sin embargo, se ha podido comprobar en zona no tratada en un pino en pie plagado y muerto, dejado sin tratamiento que estos diversos depredadores lograron disminuir la población de plaga en aproximadamente 55%. En el apartado de derribo y abandono se describe un método sencillo para elevar su eficacia. COMPETENCIA La pugna por espacio y alimento con los descortezadores secundarios (Ips spp) aunque éstos sean de ciclo más rápido (aproximadamente 2/3 del tiempo de desarrollo de un descortezador primario) no tiene gran valor si el pino queda en pie, pero resulta benéfico con una disminución notable de la progenie del descortezador primario si por alguna causa los pinos son derribados y abandonados, lo cual ofrece grandes posibilidades de regulación. La implantación de este aspecto biológico promete realizaciones sumamente benéficas y baratas; toda vez que Ips no constituye plagas por si solo, normalmente. En términos de Ecología, la mortalidad causada por competitismo sería un factor “dependiente de la densidad” al natural o sea en pinos plagados y dejados en pie, mientras

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PARASITISMO

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que con el derribo temprano y abandono calculado tornamos a la mortalidad como factor “independiente de la densidad” o sea, catastrófico. El competitismo ha sido el mayor factor de resistencia ambiental inducida encontrado en la lucha por contener la plaga en Tixtlancingo, Gro., durante los años 1976 y 77, asimismo en Sola de Vega, Oaxaca, a principios de 1978. PARASITISMO Habitualmente se encuentra un cierto grado de parasitismo en todos los focos de infestación y en todos los pinos en pie v. gr., 6%; sin embargo, este porcentaje prácticamente se dobla en los pinos derribados en menos de tres semanas; el parasitismo es difícil de medir pues las avispitas parásitas con un ciclo de dos y media a tres semanas pasan de los pinos derribados a los verticales, el parasitismo se hace evidente cuando ya los competidores y los depredadores disminuyen y si en Pinus hartweggi Lindl., alcanzó a 96% sobre larvitas de Ips bonanseai, en Pinas pringlei Shaw., llega a 34% sobre larvitas de Dendroctonus frontalis Zimm., a la fecha no se ha podido obtener mayor porcentaje de parasitismo en el estado de Guerrero. (Fig. 7). Suma de acciones Se llama impacto de conjunto a la acción sumada de competidores, depredadores y parásitos. Cuando hay ayuda artificial para incrementar a los enemigos naturales este Impacto de Conjunto suele ser verdaderamente eficaz a un tiempo bastante corto, el empleo de insectos benéficos puede ser la clave del dominio de la plaga aunque falte todavía mayor experimentación; v. gr. se ha constatado una reducción en la población de descortezadores primarios en un 80% en focos tratados por lucha biológica. Otros análisis Los resultados del procedimiento de inyección fueron alentadores en el momento mismo en que éste empezó, aun cuando los 1 tratamientos se llevaron a cabo muchas veces fuera de tiempo. Al principio, los compuestos fueron incorporados en soluciones débiles, como las recomendadas para aspersiones, y apenas produjeron recuperaciones; luego, en concentraciones muy altas, v. gr. haciendo soluciones espesas con poca agua y rellenando con ellas aberturas hechas en el tronco; pero tampoco fueron de provecho porque la resina las envolvía y las transformaba en un tapón sólido y quebradizo pero insoluble. Lenta

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OTROS ANÁLISIS

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mente se alcanzó la dosis efectiva general de 1 x 50 en los fungicidas carbámicos, sulfas y estreptomicinas que después fueron relegados también. Permanecieron el Caldo Bordelés y el Borgoñón empleados con éxito a la formulación 1 kg: 0.66 kg: l00 L. y el nuevo Caldo BoSCo a 0.8 kg: 0.7 kg: l00 L. (Sulfato de Cobre-Bórax- Agua). Los primeros pasos hacia el éxito se observaron en pinos plagados que, una vez inyectados, tardaron más tiempo en morir que los testigos, y hubo algunos que pudieron recuperarse. Experimentos sucesivos dieron cada vez mejores resultados; final mente, resultaron superiores en eficacia los fungicidas: Daconil, Fermate, Maneb, todas las variantes de la mezcla bordelesa sobre todo al que hemos llamado BoSCo. También se ensayaron por separado hongos y nemátodos; los nemátodos parecieron tener una actividad impresionante en laboratorio, pero los pinos tratados en el bosque murieron y las porciones de corteza entresacadas presentaron larvitas vivas arriba y abajo del sitio de inyección; aparentemente tanto hongos corno nemátodos no pudieron desplazarse suficientemente. Las hipótesis de trabajo fueron comprobándose muy despacio, en cuanto las observaciones se acumulaban; por ejemplo, si la inyección se hace muy poco antes o después del ataque masivo, la posibilidad de recuperación es mucho mayor que inyectando por ejemplo, una semana antes o después del ataque al pino; así se ha logrado un árbol con madera muerta en una cara y viva en lado opuesto. En todo caso, los primeros tratamientos no alcanzaron a más de 25% de recuperaciones. Una pequeña observación posterior al ensayo general de productos plaguicidas mostró claramente que si se desea tanto acabar la plaga como salvar al pino tendrá que utilizarse fungicidas; un pino plagado que había sido inyectado con Lindano, murió repentinamente a media estación lluviosa y a más de ocho meses después del tratamiento, cuando ya se le consideraba a salvo; al extraer muestras (la corteza no se encontró vivo a estado alguno del descortezador ni otros insectos, pero el hongo azul había invadido casi completamente la madera y descompuesto al floema. Más de la mitad del avance de plaga se registra en cada pino entre uno y siete días; además la traslocación de sustancias en árboles sanos alcanza velocidades de 30 a l00 cm por hora, desde la base del fuste a la copa, y si los microorganismos ya no se reproducen y detienen su crecimiento por efecto de los fungicidas, podría pensarse que fácilmente serán

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aniquilados; pero esto no sucede muchas veces, tanto porque el desarrollo de los hongos es muy rápido, como porque las inoculaciones son muy numerosas y esparcidas; el veloz desarrollo de los filamentos del hongo (hifas) bloquea los conductos de ascenso e inmoviliza la traslocación del producto plaguicida; la inyección deberá ser muy oportuna. (Fig. 8). A fin de incorporar las soluciones se repitió la técnica norteamericana (29) de inyección con broca de media pulgada y haciendo agujeros muy inclinados separados entre sí 15 cm re llenándolos varias veces con la solución plaguicida. Como el tiempo invertido en este procedimiento fuera demasiado y como los trabajadores terminaran muy cansados, se trató de solucionar el problema con inyectores de árboles Jim-Gem, Meter-Matic, Reul, etc., pero éstos apenas pueden proveer 1-3 cm cúbicos por golpe y el mayor solamente lleva escasos dos litros de solución en el tubo; por ello fue ideada una hacha común con esquinas recortadas y arista afilada la cual hace una herida en forma de media luna, inclinada y poco profunda con anchura de 5 a 7 cm; las heridas se hacen cada 15 cm horizontalmente y además van alternadas en altura desde el cuello del árbol hasta unos 25 cm verticalmente, la longitud seccionada no llega a más de 30% de la circunferencia total. Todos los plaguicidas, excepto los caldos de tipo bordelés, tuvieron que ser inyectados en solución concentra da la cual resultó activa de dos a diez veces más que la indicada para aspersiones, además de que en cada herida hubo que verter cuando menos 40 cc de solución repartidos en varios rellenos sucesivos. Los atrayentes sexuales y los de agregación no habían sido utilizados en este proyecto a causa de la dificultad para conseguirlos y a su elevado precio; afortunadamente varios investigadores del Boyce Thompson Institute (Beaumont, Texas) del equipo del Dr. J.P. Vite efectuaron en México una serie de pruebas con distintas feromonas (sustancias químicas secretadas por un insecto que informa a otros, influyendo su comportamiento) v. gr.: Brevicomina, Frontalina, Transberbenol y varias Ipinas en bosques de Pinus leiophylla Schl. et Cham. y P. montezumae Lansb. en el listado de México; alcanzando enormes congregaciones de descortezadores en árboles trampa. La feromona Frontalina también seduce a D. adjunctus, D. mexicanas, D. voleas y D. parallelocollu y ya se ha venido utilizando en nuestros bosques. (Fig. 10)

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COMBATE INTEGRADO

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COMBATE INTEGRADO Puede definirse como combate integrado a la aplicación de las técnicas más efectivas y ambientalmente deseables para la regulación de una plaga. En la zona de la Sierra Nevada, la colaboración de tres organismos, cada uno participando en su respectivo dominio, ha dado magnífico resultado. Los organismos cooperantes fueron: La Unidad de Explotación Forestal de San Rafael, la Dirección de Sanidad Forestal y el personal del Proyecto Dendroctonus spp. del INIF. Los dos primeros organismos empezaron la limpieza y saneamiento en los parques nacionales Telapon-Tlaloc, Izta-Popo y Zoquiapan en bosques esporádicamente plagados por descortezador de las alturas y con P. hartweggi Lindl. haciendo cuadros de mil metros por lado, en los cuales se marcaba y derribaba arbolado plagado para acarreo sucesivo; al tercer organismo (INIF), visto el resultado de la experimentación en Atlautla, Méx., se le encomendó el estudio de la biología de los descortezadores y la experimentación de métodos de combate en un solo cuadro de mil metros por lado. Al constituirse la Estación Experimental de Entomología y Patología Forestales en Llano Grande, Méx., se inició el estudio tanto de la biología como la experimentación de combate. Las primeras evaluaciones arrojaron una curación o salvamento de 12.5% en pinares infestados desde septiembre de 1973, pero habiendo cubierto el primer cuadro de 100 ha se pidió y obtuvo un segundo cuadro que prontamente quedó terminado también; en 10 meses ya se había inyectado a 25 cuadros o sea 2 500 ha y a 18 meses del inicio se alcanzó a cubrir l00 cuadros o sea l0 000 ha en las cuales la infestación debido al combate había quedado sumamente reducida. Vista la rapidez de este procedimiento tripartita, se determinó que los técnicos en biología y procedimientos curativo-preventivos fueran quienes empezaran las inspecciones, a fin de hacer las aplicaciones en el arbolado que se considerara recuperable, de allí surgió otro procedimiento muy útil que es la aplicación del viejo sistema de derribo y abandono. Esta coordinación tripartita resultó tan eficaz y tan sencilla que fueron designadas hasta cuatro personas sucesivamente para capacitarse en biología y combate de descortezadores en la estación de Llano Grande. En total con seis personas ha podido cubrirse la zona esporádicamente infestada de 10 000 hectáreas en cuanto a inyección y control biológico. Los aprovechamientos corrieron a cargo de la Dirección de Sanidad Forestal y la Unidad de Explotación de San Rafael. A 22 meses de actividades, casi toda la Sierra Nevada quedó con plaga mínima, supuestamente abajo del nivel de equilibrio natural. OBSERVACIONES GENERALES Una generación completa del descortezador de las alturas tiene duración promedio de cuarenta y tres semanas (más o menos 11 meses) pero se han criado ciclos tan cortos como de 30 semanas y tan largos como de 48, sólo anormalmente se presentaron dos ciclos de 75 semanas; la variación en los lapsos de desarrollo es bastante amplia y se concatena a las variaciones climáticas en esta región; de todos modos la emergencia normal de adultos principia en la última decena de agosto, sigue todo septiembre y va reduciéndose llamativamente en octubre y noviembre, quizá hasta diciembre; en el laboratorio de bosque se ha mantenido parejas de estos descortezadores vivas por más de siete meses; una hembra

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COMBATE INTEGRADO

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alcanzó a ovipositar más de 190 huevecillos viables; la duración promedio de este insecto en parejas puestas en emparedado es de 152 días con una normal de 191, máxima de 288 y mínima de 43 días. Cuando principian a extenderse los periodos de escampado, hacia el tercio final de la estación lluviosa, estos intervalos ocasionan una elevación de temperatura en un ambiente de gran humedad y si este escampado llega a durar entre cuatro a siete días seguidos, ocurre la emergencia masiva del descortezador de las alturas; los escarabajos descortezadores vuelan alejándose de sus árboles huéspedes anteriores hacia otros pinos aún no atacados, o bien son llevados por el viento a distancias irregulares; de cualquier manera, seguidamente a su fijación, atacan a los fustes (hembritas vírgenes). Las condiciones atmosféricas señaladas ocurren en esta región y años normales por los días 18 al 25 de agosto (La Conchita, Chiltepec y región oriental de la Sierra Nevada, Méx.), se estima que esta fecha de emergencia sea más o menos igual para toda la República Mexicana; en años muy lluviosos esas mismas condiciones aparecen de manera esporádica y entonces la emergencia se hace discontinua, amplía al periodo de preimago y reduce la cantidad de plaga por ahogamiento bajo la corteza. El potencial biótico en estas especies es muy elevado (medido por huevecillo viable), comprobándose que los estadíos larvarios III y IV pueden resistir en invierno temperaturas de -8° C; generalmente se oviposita un huevecillo cada tres días dentro del emparedado. La mortalidad de huevecillos en crianza ha sido de 33%, la mortalidad total en ciclo huevecillo-adulto va de 65 a 70% en el laboratorio y en el bosque la mortalidad general es de 80 a 85%. Aunque depende mucho del estado sanitario del bosque, una gran mayoría de los árboles infestados por ese descortezadores muere entre 100 a 150 días después que aparecen los grumos de resina en sus troncos; el amarillamiento de las hojas en los pinos enfermos generalmente se hace aparente en un promedio de 70 a l00 días, raras veces es tan rápido como tres semanas y en los bosques de alturas mayores (3 200 — 3 700 msnm) puede retrasarse el fenómeno hasta siete y doce meses. Muy pocos árboles sobreviven a los ataques cuando pasan de cierto número (p. ej. 100). Los resistentes deberían ser protegidos aunque difícilmente se reconocen; su existencia pasa inadvertida en tanto los demás pinos plagados no hayan muerto y ellos conserven su follaje verde; por eso mismo es obligatorio extraer muestras de corteza para constatar enmohecimiento y desarrollo larvario antes de proceder al apeo de arbolado infestado aún no decolorado; únicamente así se descubre cuáles son los resistentes o inmunes. Observación transmitida por el Dr. R. Smith (USDAAtlanta) es que si los grumos de resma permanecen de color blanco amarillento y no presentan ápices caférojizo, el pino sobrevivirá casi seguramente. Al tiempo de morir un pitio infesta do, los huevecillos puestos por los descortezadores padres ya han desarrollado a larvas de III a IV estadio, a veces llegando a pupa; lo mismo

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pasa con el descortezador menor; pero con el descortezador suriano cuando el pino empieza a morir sin estar completamente decolorado, va está emergiendo la generación hija de los pioneros en la porción superior del fuste. Los ataques a veces, son muy numerosos y en un pino de 35-40 cm DAP y altura de 27-30 metros puede llegar a contarse 1 500; sin embargo con el uso de feromonas esta cantidad puede bien duplicarse en un solo árbol. (Fig. 11). RESULTADOS DEL ESTUDIO DE LA BIOLOGÍA Y HABITOS Dendroctonus adjunctus Blf. Descortezador de las alturas, primario, de aproximadamente 4 mm de largo por 1.5 mm de ancho, color negro-rojizo cuando adulto perfecto, fue clasificado hasta hace poco tiempo corno D. convexifrons Hpk. pero últimamente S. Wood (61) descubrió que entraba en sinonimia por haberlo descrito Blandford en 1897 mientras que Hopkins lo hizo hasta 1909. En Norteamérica y en México este escarabajito desarrolla una sola generación al año (18), su presencia se advierte por los acúmulos de resina blanca que aparecen en el fuste de los pinos después que las hembritas empiezan a perforarlo. Por último, se acepta generalmente (42) que la progenie, no sólo de éste sino de todos los demás descortezadores, desarrolla mejor en cuanto el contenido de humedad decrece en el pillo infestado y esto es consecuencia de la actividad de los microorganismos inoculados (20). Normalmente la infestación por este insecto no abarca gran número de árboles juntos; más bien se insinúa en pocos pinos entre la masa forestal y a distancias que suelen quedar entre 5 y más de 500 metros de su lugar de emergencia; si bien la mayoría suele quedar a poca distancia, en generaciones siguientes se amplía el brote original y así sucesivamente; sin embargo, cuando la zona plagada ya es grande, el ataque sucede en un frente casi continuo. En el estudio de este descortezador de las alturas el método de emparedado proporcionó las mejores observaciones; aquí, el procedimiento de tronco fue desechado porque el enmohecimiento demasiado rápido de la madera ocasionaba la muerte de huevecillos y larvitas jóvenes; este método sólo rinde mejores resultados al criar descortezadores del ciclo corto (D. mexicanus, D. frontalis); por último, el método de placas extraídas en árboles plagados y en pie se utiliza constantemente para estudiar la biología en el bosque. Fruto del método de emparedado ha sido el conocimiento de las duraciones en estadíos y estados de este descortezador; el cuadro que abajo se presenta es considerado de duración media y fue escogido entre más de 350 llevados a término en tres años de trabajo. La invernación sucede en larva 111, IV y en Pupa. La duración de este ciclo en el laboratorio abarcó 245 días; sin embargo, el desarrollo en el bosque tarda alrededor

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de 90 días más para completarse y el periodo de latencia como preimago, bajo la corteza, puede alargarse debido al impedimento climático, aun hasta la muerte del insecto. En laboratorio, la crianza es muy artificial, hay más calor cuando en el bosque hace frío y más fresco cuando en el bosque hace calor, es decir, se estrecha la variación de temperatura y sobre todo se evita a los enemigos naturales; en general la duración del ciclo en el bosque es de más o menos 330 días, mientras que el promedio general en laboratorio fue de 214.4 días (1969-70) y de 220 días (1970-7 1). Las duraciones promedio de estados y estadíos recabados en crianzas, tanto en Chiltepec como en Llano Grande, Edo. de Méx., fueron estas: Al principio no se pudo averiguar las duraciones de larvas tercera y cuarta, debido a que empezaba el conocimiento del insecto; la siguiente generación ya pudo lograrse con mayor precisión. Dendroctonus mexicanus Hopkins. Descortezador menor: a fines de 1971 se iniciaron los trabajos en Coatepec de Chalco, con estudios sobre la biología del descortezador primario menor de los pinos, el cual mide generalmente 3 mm de largo por 1.3 mm de ancho, color negro-rojizo cuando imago y que presenta en su ciclo vital el mismo número de estados y estadíos que el descortezador anteriormente descrito, tiene también variaciones concatenadas a las condiciones climáticas. Produce en este lugar cuatro generaciones al año, viviendo en alturas de 2 300 – 2 600 msnm en esta región; probablemente el número de generaciones aumenta en zonas más bajas, pues aparentemente en Uruapan, Mich. y cerca de Cd. Guzmán, Jal. desarrolla seis ciclos en un año. A fines de 1972, los ayudantes del laboratorio establecieron parcelas experimentales en el municipio San Miguel Atlautla, Edo. de Méx. y el laboratorio de campo se estableció definitivamente en el edificio de la Unidad Industrial de San Rafael, donde continuaron los estudios sobre biología y también los de combate. Las especies hospederas en estas dos regiones son básicamente Pinus leiophylla Schl. et Cham, en menor proporción P. montezumae Lamb. y escasamente P. pseudostrobus Lind; el incremento en las poblaciones del descortezador menor es mucho más rápido y el árbol infestado suele morir en un lapso de una o dos semanas, luego de sufrir una invasión tan numerosa como la que hace el descortezador de las alturas pero con ataques menos espaciados. El estudio de la biología de este descortezador representó algunos problemas, ya que no desarrolla en emparedado: por esta razón se utiliza única mente el método de tronco, el cual deberá estar recientemente plagado (tres días) y colocado en las cubetas de metal sin transcurrir mucho tiempo. Aunque el ciclo sea bastante corto (93 días promedio), el desarrollo también más rápido de los mohos obstaculiza el desarrollo y disminuye su

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población. Con este sistema se obtiene únicamente datos de duración total de ciclos; pero se puede recabar promedios de las duraciones entre estados y estadíos por la extracción de pequeñas tiras de corteza cada tercer día en los troncos de estudio; luego, contando y registrando el número de formas que incluye la muestra, se va sacando promedio de duraciones. Así se ha podido averiguar la duración media de las diferentes formas en el ciclo. Promedio de duraciones a lo largo de cinco generaciones de Dendroctonus mexicanas Hpk. criadas en laboratorio: Naturalmente en el bosque la duración del ciclo es un poco mayor, la emergencia máxima de adultos se ha presentado una a dos semanas después que en laboratorio. Por otra parte, el estudio de las muestras extraídas a los troncos en laboratorio ha permitido entrever la duración de estados y estadíos, a través de sus promedios de abundancia; los datos logrados a la fecha son los siguientes: Dendroctonus frontalis Zimm., Descortezador suriano. casi de igual tamaño que el descortezador menor y del cual solamente se separa por la diferencia de los órganos sexuales masculinos. Sin embargo, por su comportamiento biológico puede diferenciarse del anterior. Hasta ahora solamente se ha encontrado atacando a Pinus pringlei Shaw desde 1 750 hasta unos 2 150 m/m en el estado de Guerrero (bosque Tixtlancingo, Mpio. Coyuca de Benítez); el ataque es siempre a la parte superior del tronco entre las ramas más grandes, sus grumos de resina son muy pequeños y a veces el pino no los puede producir; su ciclo biológico tiene duración de 4648 días aproximadamente, por tanto, se suceden ocho generaciones al año; a pesar de que su ataque es siempre masivo el pino suele morir en un lapso de seis semanas. El rápido esparcimiento de esta plaga no tiene otra causa que el estado de debilitamiento del bosque por incendios periódicos. (En Oaxaca y Jalisco ataca principalmente a P. oocarpa). Una observación interesante es que en Pinus pringlei Shaw, se ha encontrado otro pequeño escolitido del género Pityophthorus atacando ramillas y yemas que antecede siempre al ataque del descortezador suriano; este intermediario o procurador suele medirse en relación a los enemigos naturales para apreciar el incremento o abatimiento de la plaga. La duración de estados y estadíos en Dendroctonus frontalis es pequeña no llega a una semana para las larvas Ia hasta IVa (6-7 días) en general y para pupa, preimago y huevecillo es de 7-8 días aproximadamente.

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APENDICE

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APENDICE a) SINTOMAS VISIBLES Y FORMAS PRACTICAS DE DESCUBRIR LA PLAGA. b) SISTEMAS DE COMBATE (TACTICAS). e) ESTRATEGIAS (COMBATE INTEGRADO). d) EVALUACIONES: En el bosque. a) Los síntomas visibles y distintivos de la plaga de descortezadores en pinos son los siguientes: —Las hojas que están más o menos erectas o rígidas y de un color verde brillante, se tornan fláccidas y su color se vuelve verde mate u opaco; un poco más avanzado el proceso el color se va haciendo verde amarillento (alimonado). —En muchos casos ramas aisladas de un pino se decoloran completa mente y toman un color canela (rojo- café). —Cuando toda la capa de un pino ya está color canela puede sospecharse que sea muerte por plaga; no obstante, la muerte puede haber sido provocada por quemaduras al tronco, por cinchamiento o por resinación excesiva. —Se observará si hay escurrimientos filiformes de resina (principio del ataque por descortezadores). —Si los fustes presentan plastas de resina blanca irregularmente repartidas puede suceder dos cosas: que la resina esté blanda y más o menos transparente o que esté ya dura y blanca; en el segundo caso, que es muy raro, probablemente se trate de un árbol resistente. En el primer caso, los ápices de los grumos de resma se tornarán color rojo-café en menos de veinticuatro horas. Otra variación y muy importante, es que los grumos sean muy pequeños y solamente aparezcan en la porción superior del fuste; este tipo es bastante difícil de observar (descortezador suriano). La confirmación del pronóstico por los síntomas se logra extrayendo muestras de corteza circulares, cuadradas o rodajas de tronco; en las cuales se encuentra galerías de descortezadores siempre en forma de ‘S”. Perpendicularmente a estas galerías parentales se observa a las muy cortas galerías larvarias (puede diferenciarse fácilmente a los descortezadores primarios con galerías larvarias pequeñas, de los descortezadores secundarios, Ips, que tienen galerías larvarias largas o grandes). b) El combate de los escarabajos descortezadores puede hacerse de varias maneras (tácticas): 1. Espolvoreación 2. Aspersión 3. Inyección 4. Atracción (seducción) hacia árboles trampa 5. Lucha biológica (D y A) 6. Prácticas Silviculturales. (Corta y descortezado)

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Los procedimientos 1, 2 y 6 se utilizaron muy abundantemente en toda América Central y del Norte; principalmente con el insecticida B.H.C. al 1% en aceite diesel (Aspersión) o BH.C. 3% polvo. Su efecto, como el de todos los insecticidas, es el de detener drásticamente a la plaga, aunque acaba también con los insectos benéficos y es responsable de la muerte de pájaros y envenenamiento de vegetación y aguas. Su efecto perdura unos dos años al cabo de los cuales la plaga vuelve a resurgir (60) con mayor intensidad. Al tratar de eludir estos efectos contaminantes surgió el procedimiento de inyección con fungicidas, más rápido que la aspersión, pero más tardado que la espolvoreación. En aplicaciones oportunas lleva más de años de prevención. Aunque estimamos que este último procedimiento es efectivo y el producto utilizado bastante seguro; queda por cotejarse el efecto de fungicidas contra insecticidas. Por su parte el manejo de plagas con atrayentes (4) es el más costoso de todos los procedimientos, al menos en México, aunque es de una eficacia comprobada (58) y puede llevar enormes poblaciones de descortezadores a lugares donde se les reduce con facilidad; no obstante, la dispersión de nuestras plagas en focos pequeños y distantes ha hecho también que este método apenas pueda utilizarse en nuestro país. En cambio el procedimiento llama do derribo y abandono es realmente lucha biológica (5), v. gr.: E.U.A.; se hace actuar al calor solar y la desecación para matar a las larvas subcorticales; se recorta al tronco en postes de 2.5 a 3 metros que se dejan extendidos a recibir insolación; cada semana son volteados para que la mitad sombreada se deseque y la mortalidad larvaria llega a 90%. En México derribamos al pino entero y no se voltea, a ser posible se procura que caiga sobre otros (amontonamiento) y, en casos de desecación rápida, todavía se ponen ramas de otros arbustos sobre los fustes más expuestos a manera de evitar, tanto el recalentamiento como la desecación; acción semejante permite el levantamiento de grandes poblaciones de competidores, con alza subsecuente en el número de depredadores y parásitos. La mortalidad larvaria en escarabajos descortezadores es de 87%; además en tres semanas del derribo y abandono, los depredadores llegados y los parásitos criados principian a emigrar hacia los pinos en pie plagados y omitidos. Este procedimiento masivo puede muy bien detener una plaga temporalmente pero siempre deberá atenderse a los nuevos focos de explosión. Para el caso de Tixtlancingo. Gro. (D. frontalis) fue muy satisfactorio comprobar que a tres meses de iniciado el procedimiento: dos generaciones de D. frontalis de 45 días c/u y tres generaciones de Ips calligraphus de 30 días c/u; la plaga se reducía a juzgar por el número de pinos infestados y que a cinco meses de implantado el procedimiento (tres generaciones de D. frontalis y cinco generaciones de Ips calligraphus) la reducción del primero en muestras de corteza llegaba a 80% los focos de infestación estaban ahora detenidos y podía finalmente considerarse que la plaga estaba reprimida a latencia en una determinada superficie (Los Arrozales, región oriente del bosque de Tixtlancingo y región noreste, con superficie aproximada de 9 000 hectáreas). c) Se llama estrategia de combate a la aplicación de tácticas que se hayan escogido formando un cuerpo congruente; y cuando no es solamente una táctica a imponer sino dos o más, se habla entonces de combate integrado; éste es el sistema más moderno y aproximadamente uno de los más eficaces. Por ejemplo, ya no se considera que pueda

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APENDICE

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destruirse completamente a una plaga; estudios de poblaciones en el tiempo llevaron a considerar un número ínfimo de representantes y un número superlativo, que oscilan desde una masa media y que fueron denominados respectivamente: punto mínimo y posición general de equilibrio. Si el combate lleva a una población tal que no represente pérdida monetaria, se habrá llegado al umbral económico arriba del cual se pasa al nivel de daño económico. Claramente se entiende que un manejo inteligente de las diversas tácticas redundará en un menor gasto de implementos y de esfuerzos y en una oscilación desde el punto mínimo hasta el umbral económico sin sobrepasarlo. Para el caso del descortezador suriano en Guerrero se ha iniciado un combate integrado con una simple fusión de dos procedimientos: la inyección con Caldo Boratado y el derribo y abandono. d) El problema de evaluación de resultados siempre ha sido difícil de resolver. En el bosque simplemente basta un recuento de arbolado vivo tratado y sin tratar (ileso) extrayendo un porcentaje; la dificultad real está en cuándo se debe empezar un recuento y no en cómo hacerlo, v. gr.: los fungicidas carbámicos pueden permanecer dentro de un árbol (inyectado) más de 60 días; los fosforados semana y media, etc. Si se ha dominado una plaga, ésta no vuelve a presentarse a pesar de haber concluido el poder residual del producto aplicado, en un tiempo variable; por ejemplo se sabe que D.D.T. y B.H.C. previenen una infestación por 24 meses generalmente, aunque en un combate masivo, puede obtenerse una sanidad prolongada a 36 meses, pero si el combate se hace en pequeñas parcelas, muy probablemente se verán pinos plagados a pesar de haber sido tratados, después de dos generaciones del descortezador menor y del suriano (90 a 120 días después). Otro factor concurrente ese llamado efecto de grupo; ejemplo: en un experimento donde todos los pinos fueron tratados con diferentes productos (144 pinos y de ellos 24 testigos), los no tratados quedaron rodeados por los tratados y se salvaron a pesar de estar infestados. En otro experimento similar se trató arbolado intermitentemente (uno de cada tres): todos los testigos murieron y hasta 44% de los tratados, debido quizá a la conducción entre raíces que disminuyo grandemente la dosis aplicada. Por consiguiente deberá tenerse mucha precaución en la experimentación y en la evaluación de resultados. Para descortezadores de ciclo largo y considerando que la plaga explota en la temporada de lluvias, se hace dos recuentos: uno a ocho meses del tratamiento y otro a veinte o veintidós meses del mismo; de esta manera, la evaluación parece más segura. Para descortezadores de ciclo corto como el menor y el suriano se recomienda proceder haciendo una evaluación en la temporada de secas (mayo) y otra evaluación al final de la siguiente época de sequía (29 mayo), se hace de esta manera porque estas plagas explotan siempre en época de sequía y el pino curado debe resistir cuando menos dos temporadas de secas. RELACIONES NUMERICAS Cuando un foco de infestación ya no avanza, se dice que está segado o destruido; sin embargo la extracción de muestras en corteza de pinos recientemente plagados y derribados (que es el procedimiento usual) a cuatro semanas después de infestados arroja cifras que no indican precisamente el final de la plaga; por ejemplo: En casi todas las muestras de pinos infestados es general encontrar una población mayor de dendroctonos

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que de sus enemigos naturales: Fd/En>1. Esto se debe a que se corta el pino plagado aún vivo para observar el resultado de la lucha biológica. En las muestras también es común hallar que la poblaciones de dendroctonos fluctúa de 20 (máx) a 8 formas por decímetro cuadrado de corteza, sin que esto signifique respectivamente explosión o abatimiento de la plaga y ya estas cifras nos hacen comprender la dificultad de averiguar la marcha de una infestación atendiéndose a los muestreos, v. gr.; si se derriba oportunamente a un pino infestado, se detiene la plaga subsiguiente; pero la muestra sacada del árbol apeado contiene todavía un número elevado de dendroctonos y solamente puede comparar con una muestra anterior y ésta con otra más anterior. No obstante esas dificultades, resaltan dos hechos: 1) que las acciones de combate han llevado a: 2) la destrucción subsecuente de los focos de plaga. Las acciones de combate consistieron en: derribo de pinos recientemente te infestados con copas verdes todavía, e inyección de una quinta parte más del total de los pinos en el frico, frente al avance de la infestación con una solución fungicida de gran poder residual. Tal foco de infestación que podía comprender desde unos 12 hasta tinos 2 000 pinos era segado en un periodo variable de tiempo desde 1 mes y medio hasta 4 meses y medio después (D. frontalis Tixtlancingo, Guerrero), El apeo de un pino deseca rápidamente a su fuste y los dendroctonos existentes acortan su desarrollo, muchos mueren y unos pocos alcanzan a emerger como adultos pero con tamaño reducido y aparentemente con menor potencia vital; la reducida humedad del tioneo parece estabilizarse por algún tiempo y permite el estable cimiento de los competidores (Ips) de ciclo vital más corto que los dendroctonus y que a su vez pueden sustentar a los depredadores y parásitos, los cuales aumentan considerablemente en población. Al final de un derribo continuado los enemigos naturales de los dendroctonos son tan numerosos que pueden perseguirlos a sus lugares de avance y destruirlos de las maneras propias: reduciendo su alimentación (Ips spp.); devorándolos en sus galerías (Enoclerus, Temnochila, Paederus, algunos histéridos y colídidos), o consumiéndolos internamente (avispitas parásitas Roptrocerus, Dinotiscus, y otras). Cuando en un pino recientemente plagado y derribado el muestreo presenta en la porción inicialmente atacada (tercio superior del fuste en Tixtlancingo) concurrencia de dendroctonos y sus enemigos naturales; podemos decidir que este hecho significa la suspensión de avances futuros de plaga en el foco. ¿Por qué? Porque la parte alta del tronco, primeramente atacada en esta región, no presenta enemigos naturales del descortezador suriano a menos que éstos sean ya muy abundantes en el rodal. Esta condición ocurre solamente de dos modos: cuando la plaga ya ha envejecido y los diversos factores de reducción (letales) hayan empezado a obrar; o bien, que estos enemigos naturales hayan sido ayudados a incrementarse; lo cual sucede con el derribo temprano y abandono subsecuente. Una regular cantidad de descortezadores alcanza a emerger (13 a 20%) aún en los derribos iniciales más precisos y no se conoce su destino final, pero se adelanta que ningún foco tratado con este combate integrado simple ha continuado su desarrollo por grande que fuese y que en la región plagada más grande de la Republica Mexicana (hasta ahora), el bosque de Tixtlancingo ha visto reducida a su mínima expresión a las poblaciones del descortezador suriano.

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METODOLOGIA DE MUESTREO

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METODOLOGIA DE MUESTREO Como la región del fuste primeramente atacada es el noveno superior (en Tixtlancingo); se muestreó en los tercios medio y superior donde la infestación se extiende posteriormente, el tercio inferior no fue tomado en cuenta ya que la evolución del descortezador en esta región es muy posterior a la del tercio superior; el muestreo se hace en pinos derribados sucesivamente por ejemplo cada quince días o cuando menos cada mes. Se toman rodajas de troncos de 20 centímetros de altura y se disecan registrándose las formas de insectos existentes. Luego se muestreó solamente el tercio superior en pinos a tres o cuatro semanas después del derribo porque pasado ese tiempo la corteza es más fácilmente separable de la madera, ya han salido los parásitos y tanto depredadores como competidores han desarrollado suficientemente para ser reconocidos a simple vista. Si un pino plagado es derribado, la colonización por competidores ocurre hacia el tercio inferior del fuste, sigue al tercio medio y casi no llega al tercio superior; por tanto el muestreo en el tercio superior es más de mostrativo; solamente se encontrará enemigos naturales si éstos ya son tan abundantes que pueden alcanzar los mismos lugares a que llega inicialmente D. frontalis y casi al mismo tiempo, éste es un dato muy valioso, pues la sola presencia de cualquier enemigo natural en una muestra de tal altura, si el pino está en pie, hace sospechar que la plaga está siendo reducida biológicamente en todos sus frentes, in dependientemente de los resultados matemáticos. La superficie de muestreo ha variado de 300 a l 200 centímetros cuadrados de superficie y en ella se colecta a los varios estados del descortezador apuntándolos como: emergencias, adultos, pupas y larvas; obsérvese que no se mide el largo de las galerías ni la cantidad de huevecillos, tampoco se registra si la galería es abortiva. Se registra también a los Pityophthorus, colaboradores del descortezador suriano: sus diminutos agujeros de emergencia son fácilmente distinguibles de los de D. frontalis. Luego se registra a los enemigos naturales en su orden de importancia: competidores (Ips) cuya actividad es un tanto complicada: excluyen a los dendroctonos en espacio y comida porque su evolución es más rápida, prosperan a humedades menores; sustentan a los demás enemigos naturales y su potencial reproductivo es mayor. Los agujeros de emergencia son iguales a los del dendroctono, por eso se tiene que levantar la corteza y observar las galerías larvarias que en el caso de Ips se alejan de la galería paterna más del doble que los dendroctonos. Los depredadores siguen en importancia; su acción contable (mortalidad) sobre el descortezador suriano es la más elevada, pero su ciclo biológico es el más tardado lo cual obliga a prolongar el tiempo de abandono del pino derribado, quizá en un lapso de dos a tres meses cumplen su ciclo biológico en las masas boscosas de Guerrero y Oaxaca. Por último se enumera a los parásitos, que no alcanzan a producir mortalidades arriba de 35%. Finalmente la acción del hombre se hizo patente en toda esta complica da red de interacciones v.gr.: las mortalidades generales de 25% por derribo preciso, 18% para competitismo, 30% para depredación y 12% parasitismo son aproximadas porque no sucede en todos los casos, lo que ha obligado a seguir otro procedimiento: si la observación somera delata la ausencia de uno u otro enemigo natural se lleva rodajas de troncos del lugar de más abundancia al de menos población tratando de equilibrar de esta manera el acrecentamiento irregular y localizado de los diversos enemigos naturales. Hasta ahora es el competitismo nuestra arma más potente y más fácil de manipular, la explosión de frontalis representa una multiplicación de l0X mientras que la de Ips calligraphus es más o menos

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de l5X. El ciclo biológico del descortezador suriano es de más o menos 45 días y el de I. calligraphus promedia 30 días. Muchas son las medidas que se hicieron a fin de encontrar una fórmula predictiva, v. gr.: (S/Fd); (S/Cp); (S/Dpr); (S/Ps); (S /En); (Fd /En); (Fd /Cp); (Fd/Dpr); (Fd/Ps) y (D/L). Donde:

S = Superficie muestreada. Fd = Suma total de formas del descortezador suriano. Cp = Suma de competidores. Dpr = Suma de depredado res. Ps = Suma de parásitos. En = Suma total de enemigos naturales = impacto de conjunto. L = Suma total de Ips spp (Limitador). D = Suma total de Pityophthorus spp (desencadenante).

Casi todas las relaciones numéricas estudiadas resultaron escasamente variables a lo largo de todo el año 1976, a pesar de haberse muestreado una gran superficie cortical (37 737.45 cm cuadrados de corteza divididos en 16 040.55 cm cuadrados de pinos en pie y 21 196.20 cm cuadrados de corteza de pinos derribados); pero algunas sí resultaron interesantes, v. gr. Fd/Cp. asimismo, Fd/En; sin embargo fueron remplazadas por la más demostrativa: Py/Ip = D/L; puesto que cuando Pityophthorus es muy abundante Ips no se encuentra y al contrario cuando este último se presenta el primero disminuye. Esta observación no tendría valor sino fuera porque Pityophthorus antecede a Dendroctornus frontalis atacando a Pinus pringlei en Tixtlancingo, Gro., y cuando las poblaciones de Ips se incrementan y sostienen por efecto de las crianzas artificiales. la plaga disminuye o se detiene. Tales relaciones llevan a considerar a Pityophthorus spp. como pionero, propiciador, favorecedor, desencadenante, etc., de una explosión de plaga; mientras que Ips el competidor inducido, puede considerarse como represor, interruptor, detenedor, atajador, limitador, etc., de la explosión de plaga. Hemos escogido los términos: de desencadenante y limitador como más apropiados para esta relación: Por tanto:

D/ L > 1 (significa futuro incremento de plaga). D/ L < 1 (significa abajamiento de plaga).

Las relaciones extremas encontradas en 1976 van más o menos así: D/L = 0, si L = 0, plaga en explosión. D/L = 4/5, plaga abatida al mínimo mientras se logre mantener la relación. Otras relaciones resultaron parecidas: Fd/En = 25/ 1, plaga en explosión. Fd/En = 1/2 = 0.5 plaga abatida (probablemente al máximo).

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Debe remarcarse que los dos procedimientos de combate arriba citados no atentan en ninguna manera contra el equilibrio biológico del bosque, permitiendo la estabilidad de la fauna silvestre que los plaguicidas asperjados o espolvoreados rompen lastimosamente, además la aplicación resulta más barata y tiene mayor poder residual. Por último, después que el personal de la Dirección General de Investigación y Capacitación Forestales en este proyecto ha alcanzado a inyectar a más de 90 000 pinos (1969-77) llegan do a salvar en ocasiones hasta 94%; estimamos que el camino ideal hacia la erradicación de esta plaga forestal en México sería tanto la abstención de dañar mecánicamente al bosque como la regulación de los incendios con la máxima rapidez y eficacia posibles. Al momento de entregar esta publicación, la plaga de descortezadores está detenida en ‘Los Arrozales” y en los ejidos colindantes también está abatida en una gran extensión; los focos aislados recientes que son desenmascarados por los exploradores motociclistas entre el verdor de las copas de los pinos, son prontamente aniquilados y, si prevalece una actividad continua, probablemente el dominio a la plaga será confirmado al iniciarse la nueva época de sequía (octubre-mayo 1978-79).

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