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HAMBURGO Y EL RIO DE LA PLATA VINCULACIONES ECONOMICAS A FINES DE LA EPOCA COLONIAL For Herniin A s d r b b a l
Silva
Para la comprensiön del desenvolvimiento sodoeconömico y politico del Virieinato del Rio de la Plata, asi como de la trascendencia que tal acontecer tuvo en la etapa independiente, es fundamental adarar, explicar y comprender el singular proceso que se genera con la apertura rioplatense al intercambio mundial. Si bien este proceso so concreta hacia fines del siglo XVIII y particularmente luego de los problemas surgidos como consecuencia de la guerra de 1796, registra antecedentes - en el caso que nos ocupa - que se remontan a: la antigua vinculaciön de banqueros y comerciantes alemanes con Espana. Las transformadones concretadas como consecuencia de las nuevas relaciones internacionales y del cambio de actitud producido con el advenimiento de los borbones, cimentaron desde las primeras d6cadas del siglo XVIII un vigoroso intercambio comerdal con la peninsula; la que.a su vez actua como trampolin hacia las posesiones hispanoamericanas. Particularmente Cädiζ se habia convertido en una dudad cosmopolite, donde las grandes firmas comerciales europeas habian consolidado sus lntereses con el objeto de establecer un adecuado träfico con America. Alii, ya sea a traves de consignatarios y comisionistas, ο por el establecimiento directo con depösitos y factorias, fueron consolidando un poder econömico que llevö a establecer una singular red de vinculadones e interreladones extranadonales. Pese a las restricdones impuestas por la legisladön espanola, supieron servirse de testaferros que a cambio de una determinada comisiön consignaban las mercaderias a sunombre; a los que se sumaron los hijos y nietos de extranjeros residentes en la peninsula que iniciaron el manejo directo de sus intereses, no sin generar protestas y el establecimiento de un largo pleito con el Consulado gaditano1.
l ) Antonio Garda-Baquero Gonzalez, Cadiz y el Atläntico (1717-1778). El comercio colonial espanol bajo el monopolio gaditano, Tomo I (Sevilla 1976), pp. 122-27.
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Cädiz, centra vital del intercambio con las Indias, se convirtiö en el gran distribuidor de manufacturas extranjeras. Una memoria de los mercaderes de aquella ciudad, que segun Vicenta Cort6s fuera elaborada hacia 1720, indica como procedentes de Hamburgo: bretanas, colchones adamascados y manteleria en general2. Asi mismo, Manfred Kossok, tomando en cuenta una estadistica hamburguesa basada en los impuestos aduaneros de 1766, apunta que mientras Alemania importaba elementos latinoamericanos como maderas finas, indigo, algodön, cochinilla, cueros, drogas, cacao, tabaco, especias y azücar, exportaba a su vez panos, jardas, herramientas, tablones, vidrios, lino, cäfiamo, cera y fundamentalmente lienzos finos de Westfalia y Silesia3. Los privilegios del monopolio gaditano posibilitaron el afianzamiento de su estructura econömica tradicional, que afectö no sölo al desenvolvimiento iberico, sino tambi£n a la producciön y comercio de los territorios de ultramar. No obstante, las puertas debieron entreabrirse, facilitando la participaciön de otros nucleos regionales que se vincularon tambi6n al träfico con America. Me refiero particularmente a los puertos habilitados en la segunda mitad del siglo XVIII, como consecuencia del replanteamiento del sistema comercial imperial, las reformas emprendidas por la nueva dinastia, la aplicaciön de principios liberales, la necesidad de enfrentar el embate de las grandes potencias, las transformaciones sufridas como consecuencia del desarrollo regional, la presiön de laburguesia de las zonas perifericas de la peninsula que requieren mayores garantias para el manejo de sus asuntos economicos, etc. Habia que ir ampliando las reglas de juego y contra el peso de la estructura monopolista, se acentuö la incidencia de los intereses catalanes y del pais vasco, cuyo potencial econömico requeria una mayor peirticipacion. Al enfrentamiento de coyunturas internacionales dificiles, con sucesivas guerras que hirieron de muerte al anacrönico sistema de flotas; se sumo el desarrollo de regiones de Amörica que, como el Rio de la Plata, habian permanecido marginadas y restringidas en el intercambio. Tales actitudes y situaciones de hecho no tardaron-en plasmarse en z
) Ibidem, pp. 323- 24. ) Manfred Kossok, Historia de la Santa Alianza y la emancipaciön de America Latina (Buenos Aires 1968), p. 17. 3
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el derecho y de alii que un decreto del 16 de octubre de 1765, quebrara el monopolio al habilitar otros puertos peninsulares y americanos. Medida esta, seguida por sucesivos pasos aperturistas, que culminarian con el famoso Reglamen to y arance' spara el comercio libre de Espaha e Indias, del 12 de octubre de 1778. Como senala Valentin Väzquez de Prada, esta politica comercial que tiene como base el Reglamento de 1778, «representaba> sin duda, el triunfo de las äreas perif&icas espanolas frente al centralismo monopolista de Cädiz, pero mäs aün el de la economia americana sobre la espanola» 4 . Mientras que en Espana quedaban habilitados los puertos de Sevilla, Cädiz, Malaga, Almeria, Cartagena, Alicante, Alfaques de Tortosa, Barcelona, Santander, Gijön y La Coruna, asi como Palma y Santa Cruz de Tenerife en las islas de Mallorca y Canarias, en America la apertura alcanzaba a San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Montecristi, Santiago de Cuba, Trinidad (Cuba), Batabano, La Habana, islas de Margarita y Trinidad, Campeche, Golfo de Santo Tomäs de Castilla y Omoa en Guatemala, Cartagena, Santa Marta, Rio de la Hacha, Portobelo, Chagre, Montevideo, Buenos Aires, Valparaiso, Concepriön, Arica, el Callao y Guayaquil. Asi mismo, se eliminaban los impuestos de San Telmo, tonelada, palmeo, extranjeria, reconocimiento de carena, habilitacion y licencias para navegar; aunque igualmente se mantuvo, particularmente para los productos extranjeros, xm importante peso impositivo. Pese al significativo avance que respresento la promulgaciön del Reglamento, el «Comercio libre» mantuvo importantes restricciones, pues como indica la Corona en sus fundamentos, «sölo un comercio libre y protegido entre espanoles Europeos y Americanos puede restablecer en mis dominios la agricultura, la industria y la poblaciön a su antiguo vigor» 5 . Sehabia manifestado un cambio de actitudy de mentalidad, promoviendo lo que senala Nunes Dias como «transiciön del mercantilismo tradicional al liberalismo economico, especificado por
") Valentin Väzquez de Prada, «Las rutas comerciales entre Espana y America en el siglo XVIII», en: Anuario de Estudios Americanos, XXV (1968), p. 220; en este tomo dedicado al Noveno Coloquio Internacional de Historie Maritima, es importante la consulta del trabajo de Hermann Kellenbenz, «Les allemands sur les routes de l'Atlantique». . 5 ) «Reglamento y aianceles reales para el comercio libre de Espana a Indias de 12 deoctubre de 1778», en: Documentos para la Historia Argentina, Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires, Tomo VI (Buenos Aires 1915), p. 12.
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el mercantilismo ilustrado»6. Cabe destacar para el caso que nos ocupa, que la larga lista de aranceles de 1778 induia espedficamente articulos provenientes de Hamburgo. Ahora bien, pese a la apertura de los diversos puertos peninsulares, Cädiz, tanto por tradiciön como por la estructura montada y los intereses establecidos en la plaza, siguiö manteniendo Ia preponderancia en el träfico de articulos extranjeros. Esto se denota en los registros de Montevideo correspondientes a la etapa 1792-1796, previa a la guerra que traerä aparejadas importantes modificaciones el el comercio exterior rioplatense. Valor de Efectos Extranjeros en Pesos de Am6rica7 Anos 1792 1793 1794 1795 1796
Cüdiz 1.101.652. 1.491.266. 1.632.615. 540.685. 1.014.876.
Otros Puertos* 2 6 6 6 6
200.703. 820.998. 1.099.792. 85.411. 133.202
4V2 3'/ 3 4 5
Total 1.302.358. 2.312.265. 2.732.408. 626.097. 1.148.078.
61/2 lVi 2 3 6
*) Procedenda de «otros puertos»: Barcelona, La Coruna, Mälaga y Santander (todc -los anos); Gijön (1792, 1793 y 1796) y Vigo (1794 y 17%).
La guerra con Gran Bretana desatada en 1796 sacudirä las bases del intercambio imperial espanol y provocarä fuertes transformaciones en el träfico colonial. Tanto la acciön de la armada inglesa como de los corsarios, afectaron duramente al comercio de ultramar. De alii que los mismos comerciantes de Cadiz solicitaran al Rey que se les concediera autorizaciön para recurrir al träfico de neutrales. El Rio de la Plata no fue ajeno a esta crisis. Por el contrario, sintio los efectos de una singular estagnaciön en el movimiento comercial que se manifestö tanto en las importaciones como en las exportaciones. Mientras que las salidas de «dineros, frutos y productos» por el puerto de Montevideo bajan de 5.470.675 pesos y 6 reales registrados en 1796 a sölo 534.078 pesos y 4 reales para 1797, los valores de importaciön caen de 2.853.945 pesos a 132.596 en los mismos anos. La situaciön era grave, a medida que las mercaderias de importaciön 6 ) Manuel Nunes Dias, Ο comercio Hure entre Havana e os portos de Espanha (1778-1789), Tomo I (Säo Paulo 1965), p. 124. 7 ) Archivo General de Indias (AGI), Audiencia de Buenos Aires, 346.
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elevaban sus precios e incluso llegaban a desaparecer del mercado local, la production regional quedaba paralizada en los puertos de embarque. Baste sefialar que en junio de 1797,33 embarcaciones mercantes, escoltadas por tres fragatas y una corbeta, estaban dispuestas a partir en convoy; y que primero debido al merodeo de navios britänicos y finalmente por el bloqueo a que estaban sometidos diversos puertos de la peninsula, se determine la cancelation del proyecto8. Esto trajo aparejados serios problemas a navieros, cargadores, comerciantes y hacendados interesados directamente en el träfico, a la vez que la poblaciön sintio los efectos derivados de la estagnacion. La autorizacion peninsular del 18 de noviembre de 1797, «tendiente a evitar en lo posible la interruption del comercio con America", permitiö como «recurso extraordinario» que se hicieran expediciones en buques neutrales desde puertos espanoles ο extranjeros que mantuvieran la neutralidad. Sin embargo, habia una clausula que era taxativa y que, como veremos, no se cumplio de acuerdo a lo previsto: el retorno «preciso» a los puertos peninsulares. Esta determincaciön real, combinada con dos anteriores - libertad de träfico negrero y comercio con colonias extranjeras - permitieron que se abriera el Rio de la Plata a un amplio träfico internacional, en el que participaron activamente los hamburgueses. El primer barco procedente de Hamburgo fue la fragata «Dhevi Theoos», la que, segün un informe oficial sobre el primer ano de vigencia del regimen de neutrales, habia «conducido 8.000 piezas de lienzo, que es cosa de alguna consideraciön con respecto a las otras (naves), de manera que hasta el dia no se ha conseguido el fin de su permiso que es surtir a estos paises de un modo proporcionado a las circunstancias del dia»9. Hamburgo se vio favorecido directa e indirectamente por los efectos de la guerra y el comercio de neutrales, pues ademäs de sus propios barcos que, en competencia con dinamarqueses, genoveses, norteamericanos, prusianos, Portugueses e incluso otomanos, arribaron al Rio de la Plata, otros navios fueron fletados dey hacia aquel puerto. A titulo de ejemplo digamos que el «Mag Sgoodhope», primer velero danes que procedente de Cadiz llegara a Montevideo, era redespa-
e ) AGI, Audiencia de Buenos Aires, 124 y 586. ') AGI, Audiencia de Buenos Aires, 125.
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chado con destino a Hamburgo; y que Antonio Romero, uno de los primeros comerciantes que emplearon el träfico de neutrales, enviaba en 1799 hacia aquel puerto a la fragata hamburguesa «Witte Voos» y a Ia dinamarquesa «Dos Gibertos». Mientras que la primera llevaba 24.500 cueros al pelo, 2.500 cueros de lobo y 10.000 chapas de astas de novillo, la danesa conduda 22.520 cueros al pelo 10 . Paulatinamente el nuevo sistema permitiö una reactivaciön del ritmo comercial rioplatense y la posibilidad de abastecer, dentro de las restricciones impuestas por la guerra, a una plaza ävida de productos. Sin embargo, tanto en el ämbito local, como en el pensinsular, no faltaron los detractores. El nuevo movimiento promovia una seria competencia con quienes ejercitaban sus transacciones al amparo de las normas tradicionales, y consecuentemente surgieron una serie de impugnaciones tendientes a trabar y eliminar aquella apertura. Si bien los argumentos empleados por quines se resistian a las nuevas medidas fueron muchos, cuatro de ellos hicieron especial mella en las autoridades metropolitanas: 1) el tradicional problema del contrahendo efectuado al amparo de los permisos otorgados para el comerdo con y por extranjeros; 2) el incumplimiento del retorno obligado a la peninsula, que desvirtuaba en gran parte la propuesta gaditana para la instalacion del träfico de neutrales; 3) la evasion de metälico que, sumada a las remesas dirigidas a Espana para sufragar los gastos de guerra, causaba graves problemas en el circulante; 4) la introduction de manufactures britänicas al amparo del nuevo sistema. Debiö ser este el argumento que mäs sensibilizö a los niveles superiores del Estado, dado que indirectamente se promovia la industrializacion y el desenvolvimiento comercial del enemigo. Las denuncias por la desvirtuacion directa e indirecta de las normas del träfico de neutrales fueron muchas, e involucraron tambien a los hamburgueses. En 1801 el Gobernador y Comandante General de Marina de Montevideo indicaba que nadie habia cumplido con las disposiciones emanadas de la Real Orden del 18 de noviembre de 1797, «. . . convirtiendola el interns particular y la astucia de nuestros enemigos en abusos y excesos de increible magnitud contra los intereses del Rey y del Estado. Por esta razön apenas entrö en este puerto uno de los primeros buques An-
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) Archivo General de la Naciön (AGN) (Aigentina), DC, 18-8-11-
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glo-Americanos procedente de los Estados Unidos de America, que permitifendosele por el interino Virrey de estas Provincias D. Antonio O. Feliü la licencia para vender su cargamento, pas6 orden a esta Real Aduana mandando suspender el cumplimiento de esta providencia mientras no recibiese respuesta a la consulta que hice a aquel Jefe manifeständole que siendo los generös de registro de dicho buque extranjero casi todos de fäbrica y manufacturas inglesas habia mandado suspender las descargas hasta esperar su resoluciön; pero como su contestariön fue terminante para que ee gozase sin restricciön alguna, se diö de aqui margen a que todas las expediciones sucesivas de buques de la misma Naciön y aun algunos Hamburgueses, se hayan despuös repetido dolorosamente con el mismo conocido benefirio de la Naciön Inglesa, nuestra enemiga . . .»' 1 .
Pese a las afirmaciones de Körner sobre la falta de experiencia de los alemanes en materia de contrahendo, como podemos observar en varios casos, räpidamente por sus vinculaciones internacionales participaron en el usufructo de la ilegalidad. Las mismas conexiones con casa9 radicadas en los Estados Unidos fueron punta de lanza para estas introducciones. Tanto la ilegalidad, como la falta de retorno obligado - que incluso llevö al levantamiento de algunas casas extranjeras ubicadas en Cadiz-, determinaron que el consulado gaditano solicitara la anularion del träfico de neutrales. El proyecto para el empleo de barcos y puertos de naciones no beligerantes fue elevado por el comercio de Cädiz para paliar los trastornos de la guerra, y en consecuencia, al no ver realizadas sus aspiraciones, en abril de 1799 lograba la revocation de aquel permiso. La repercusiön fue grande y en el ämbito rioplatense afectö no sölo a los comerciantes incorporados al nuevo sistema, sino tambien a la poblaciön que sufria las consecuencias de una contienda generada en el marco europeo y soportada en los confines del Imperio. Aqui tambien se enraizan los problemas generadores del clima revolucionario que estallarä a fines de la primera d^cada del siglo XIX. Si la puja y disputa sobre el sistema se dio basicamente entre sectores de la burguesia comercial, todos los grupos sociales, en mayor ο menor medida, fueron conmovidos. Mientras por un lado los precios de los productos de importaciön subieron enormemente, escaseando ο desapareciendo de! mercado, se produjo una retraccion en las exportaciones y una sensible baja en la cotizaciön de los frutos del pais. El cuero que en 1797 re-
" ) AGI, Estado, 81.
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äbia una valuaciön de 10 a 11 reales, en 1799 se cotizaba en im 20% menos 12 , «La sabia Real Orden», deda el Vista Primero de la Real Aduana de Buenos Aires, D. Juan Francisco de Vilanova, en mayo de 1801, «que facilitaba el comercio legitime por medio de los puertos neutrales, fue suspendida a reclamaciön del Consulado de Cadiz, que no conoce la necesidad de mantener en calma 6.000 cuchillos que hay en esta banda del no, que son 6.000 lazos y 6.000 bolas de arabar ganado vacuno y caballar, de que pende su subsistences y 10.000 en la otra banda ο campos de Montevideo y Misiones, que son lo mismo, que otras tantas fieras que tendrä el Gobierno que sujetar, si les faltase el empleo de la matanza y beneficio de cuero, sebo y grasa de las dos cuadrupeas.13»
Los problemas generados en Espana y America fueron muchos y de alii los vaivenes que podemos observar en la politica peninsular. Apenas habia entrado a funcionar el sistema de neutrales, cuando la misma Corona contradeda sus propias resoluciones con permisos especiales. Tal fue el caso de la Real Orden del 6 d£ febrero de 1798 concediendo al Conde del Premio Real, Regidor perpetuo de la ciudad de Lima, permiso para extraer 60.000 cueros del Rio de la Plata e introducirlos en el puerto de «Hamburgo en buques espanoles ο los neutrales que mäs le convengan»14. A la dificil coyuntura impuesta por la guerra, se sumaron las discusiones teöricas y las presiones de los intereses en pugna, de alii las dificultades para mantener una politica coherente. La prohibiciön de traficar con neutrales debiö ser puesta en vigencia por el Marques de Aviles, no sin la protesta del sindico del Consulado y del mismo Cabildo; pero ni las condiciones externas, ni las internas estaban. dadas para abandonar un servicio que venia a paliar las restricciones impuestas por la guerra y que como sistema era promovido ideolögicamente por la nueva eorriente librecambista. De alii que, bajo diversos protextos, muchos navios extranjeros fueran aceptados debido a la actitud complaciente de algunos altos funcionarios. Los mäs diversos elementos fueron traidos al Rio de la Plata por extranjeros durante la vigencia del träfico de neutrales, y los hamburgueses, cuya presencia se fue haciendo habitual, participaron activa12 ) GermänO. Ε. Tjarks, El Consulado de Buenos Aires y sus proyecciones en Ια Historiadel Rio de la Plata, Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires, Tomo I (Buenos Aires 1962), p. 303. 13 ) AGI, Audiencia de Buenos Aires, 348. L4) Documentos para la Historie Argentina, op. cit., Tomo VII, p.139.
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mente en este movimiento. Ademäs de productos de su zona de influencia, introdujeron mercaderias provenientes de Espana y de otros paises. Todo tipo de telas, hilos, ropas, especias, pinturas, bebidas, aceites, productos de ferreteria, etc., convergieron en sus bodegas hacia el ämbito rioplatense. A esto debe sumarse el träfico negrero que a traves de hamburgueses ejercieron Dubai, Romero y otros que veian la posibilidad de lograr pingües ganancias con la introducciön de esclavos y a traves del retorno con metälico y productos regionales. Las condiciones que habian Ilevado a la implantariön del träfico de neutrales seguian vigentes con tanta ο mayor fuerza que en 1797; de aUi que fuera dificil cortarlo. Las contradicciones fueron muchas, ya que mientras por una parte se amenazaba con serias medidas a quienes no cumplieran con las restricciones reimplantadas, por otro se generaban expediciones que trataban de cumplir con sus fines comerciales. Asi por ejemplo, en noviembre de 1899, Miguel Cayetano Soler comunicaba a las autoridades rioplatenses que se hallaba el Rey con positives noticias de que a fines de octubre habia salido de Hamburgo un buque «cargado con ricas mercaderias, sin despachos ni permiso alguno, con destino a ese puerto», pese a la Real Orden del 20 de abril de aquel aiio que prohibia el träfico de neutrales. La realizaciön de tal envio, decia, « . . . ha causado a Su Majestad la mayor admiraciön, persuadi£ndose a que no se podrian verificar semejantes expediciones si no tuvieran un conocido abrigo de parte de los dependientes del Resguardo, de los de la Real Hacienda ο los jefes de los parajes a donde van destinados en sus doininios . . . [por lo que manda averiguar] si el referido buque hamburgute ha arribado a Montevideo, ο a alguna de sus costas del Rio de la Plata, y en tal caso se le aprenda y decomise su carga . .
Con este mismo motivo, mandaba tambiön Su Majestad «. . .preveniraV.E.[eIVirrey]redobIesuscuidadosydiligenciasparaqueala sombra de falta de generös y otros renglones de Europa en esas provincias de su mando no se permita la introducciön de ellos . . ,»16.
Aunque se registraron algunos comisos, como en 1800 el de la fragata dinamarquesa «Dos Gibertos», enviada desde Hamburgo por cuenta de Ignacio de Urculla y Cipriano de Urbieta, comerciantes de " ) AGN (Argentina), IX-34-7-7. 16 ) Ibidem.
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aquella ciudad, que pretextaron haber arrojado las guias al mar frente a un registro de los ingleses, las represalias no fueron muchas. Incluso, anos despu6s, los fletadores de la «Dos Gibertos» recibieron una serie de resarcimientos. Sin duda fueron momentos dificiles. A la coyuntura impuesta por la guerra, se sumaban ideologias e intereses contrapuestos que repercutieron tanto en seriös enfrentamientos entre los altos funcionarios, como en las disputes que tuvieron como escenario los diversos cenäculos rioplantenses. Tal el caso del Consulado, natural caja de resonancia de los problemas comerciales, cuyo funcionamiento fuera estudiado ampliamente por el historiador Germän Tjarks. Compleja situaciön de transition en las relaciones economicas del Imperio, que se viö afectada tambien por las presiones internacionales de firmas particulares y potencias interesadas en el träfico. Una gran trama de vinculaciones econömicas supranacionales se habia ido tejiendo para manejar, aün dentro de coyunturas dificiles, con la mayor fluidez, las transacciones entre los mis distantes puntos del mundo. En el caso que nos ocupa, a la tradicional experiencia hanseätica de Hamburgo, se unia la actividad de un sector de la burguesia comercial rioplatense que prftendia generar una relaciön cada vez mäs efectiva de esta regiön hasta no mucho tiempo aträs considerada marginal. Mientras se incrementaban las discusiones en torno a las normas que debian regir las relaciones economicas de las posesiones hispanoamericanas, las autoridades encargadas de poner en vigencia las disposiones reales debieron moverse entre las realidades locales y las contradictories disposiciones metropolitanas. De alii que recibieran durisimas criticas del sector que se sintiera afectado ο de los funcionarios proclives ο contrarios a las modificaciones del sistema, segun fuera el caso. Asi por ejemplo, Jose de Bustamante y Guerra, Gobernador y Comandante del apostadero de Montevideo, enjuiciö severamente a virreyes como Olaguer y Feliü ο el Marques de Aviles que tomaran actitudes condescendientes con el träfico de neutrales; mientras el Virrey Del Pino debio afrontar im largo proceso por cumplir las normas al pie de la letra y tratar de impedir los intentos aperturistas. Asi, las casas extranjeras y los interesados en extender sus relaciones comerciales estuvieron sujetos a la contingencia de las actitudes polxticas del reino y de su aplicacion por parte de las autoridades coloniales. Unauthenticated Download Date | 12/26/16 7:26 AM
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El 1° de mayo de 1800, la casa hamburguesa Brentano, Bovara y Urbieta, de gran vinculacion comerdal con el Rio de la Plata, le comunicaba a Pedro Dubai, por entonces Alferez Real de la capital que « . . . considerando que es tan dificultoso introducir de este puerto (Hamburgo) en el del Janeiro efectos de Europa, como introducirlos en los puertos de ese Rio de la Plata, y que le sera a usted tan costoso ο lo uno ο lo otro, hemos determinado a esa, su residencia, por la mayor ventaja ο ganancia que le ofrecerä esa plaza de Buenos Aires, respecto de la del Janeiro. 17 »
Este documento muestra con claridad una situation que no era patrimonio exclusivo de las colonias espanolas. Sin duda era dificil para aquellos mercaderes mantener la continuidad en el träfico. Dubai debia compensar negocios hechos en y a traves de Rio de Janeiro, con cargas remitidas desde Hamburgo; las que a su vez le permitirian comprar negros para ser subastados en Buenos Aires. Las dificultades ya eran conocidas por el comerciante porteno, pues su representante en Rio, Manuel Cayetano Pinto, le habia escrito en abril: «Tambiin advierto a usted que habrä de correr considerables riesgos, ο cuando menos hacer muchas süplicas y ruegos; y algunas gratificaciones para las introducciones de dichos efectos, a todo lo que proceder£, porque usted me previene que no repare en gastos.»
Los «riesgos» tenian su compensation y, es comprensible que no reparara en gastos, si consideramos las pingiies ganancias que esta operation le deberia proporcionar. Con la venta del cargamento enviado por la firma hamburguesa, su apoderado en Rio de Janeiro compraria negros que en Buenos Aires le producirian un 40% de beneficios, que mandändolos a las provincias nortenas del virreinato le proporcionarian un 80% y que «extrayendo su producto (negrero) ascenderia a un interes incalculable». Estas declaraciones eran muy importantes, mäs aun si consideramos la experiencia de Dubai como tratante que consignaba en su haber la introduction de 2.500 esclavos en las «Provincias de arriba». Sin duda, las ganancias que podria brindar el comercio de extranjeria en sus diversas combinaciones constituian suficientes acicates para afrontar las contingencias de aquel momento de transiciön; mäs aun
" ) AGN (Argentina), IX-31-1-6.
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cuando las vinculaciones con los comerciantes de Hamburgo incluian no solo las relaciones econömicas con aquella ciudad hanseätica, sino tambien con Rio, Lisboa, Tönning [en Schleswig-Holstein, entonces danes], puertos de Espana, Estados Unidos y la misma Inglaterra. Casos como el planteado anteriormente, en el que estuvo involucrada la fragata hamburguesa «Witte-Vos», nos permiten observar tambien las presiones y situaciones contradictorias que debieron enfrentar en aquellos momentos las mäximas autoridades rioplan tenses. Mientras en 1802, el senalado Dubai se encontraba «siguiendo autos» en el Juicio de Residencia del Marques de Aviles, reclamando el pago de 30.614 pesos, 2 V2 reales por los perjuicios causados; otros acusaban al ex-Virrey de haber permitido el ingreso ilegal de barcos extranjeros. El Gobernador de Montevideo, hablaba en 1801 de las graves transgresiones cometidas durante el mandato de aqu£l, y Santa Coloma, un conspicuo comerciante vinculado a Cadiz, indicaba que «en el gobierno del senor Avilas ha sido esto un escändalo». Contradicciones a las que debemos sumar las actuaciones seguidas en Espana contra el Virrey Del Pino por cumplir con demasiado celo las disposiciones reales y no permitir el ingreso de navios norteamericanos. En definitiva muchas de las normas restricitivas que se dictaron, fueron en la practica mäs formales que positivas y debieron estar dirigidas principalmente a acallar las quejas de los estrechamente vinculados al nücleo gaditano ο de los mäs tradicionalistas funcionarios reales. No obstante las restricciones estaban en vigencia y en mäs de una oportunidad se enviaron ordenes destinadas al estricto cumplimiento de la diposicion del 20 de abril de 1799 que suprimia el träfico de neutrales. A traves de esta, al menos teoricamente, habian quedado «en su fuerza y vigor las Leyes de Indias y el Reglamento de Libre Comercio y los mismos jueces obligados bajo expresa responsabilidad a tomar cuantas providencias juzguen conducentes no solo a su puntual observancia, sino tambien a reparar los danos que ha causado el exceso ocurrido en el uso de la citada ley . . .» 18 . De alii que inmediatamente se gestaran mecanismos tendientes a evadir las disposiciones reales. Ademäs de los ingresos furtivos ο efectuados bajo pretextos superfluos, se emplearon otras formas mäs sofisticadas para mantener la apertura, tales como la «espanolizaciön de los navios» y el cambio de
) Documentos para la Historia Argentina, op. cit., tomo VIII, pp. 157-158.
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objetivo y rata una vez despachado el barco. Tal el caso del navio norteamericano «Lenox», nacionalizado por Martin de Alzaga bajo el nombre de Magdalena, que fletado rumbo al Africa para el träfico de esdavos, se dirige a Hamburgo. Al choque de intereses politicos, econömicos y sociales, y a las discusiones ideolögicas, se sumö la realidad impuesta por los trastornos de una larga guerra. La situaci6n de las colonias y en particular la del Rio de la Plata requeria una actitud complaciente con respecto al träfico exterior; y de ahi que la misma Corona otorgara permisos especiales y Iuego retomara a un generalizado comercio con y a traves de neutrales. Tanto a traves de las autorizaciones especiales, como de la apertura mäs ämplia, se vieron favorecidas las vinculaciones con los hamburgueses. El 11 de agosto de 1801 el Rey concedia al Duque de Osuna un permiso «para despachar desde Hamburgo a Montevideo, 400 toneladas de efectos de licito comercio en dos ο mäs buques neutrales». Tal träfico se efectuaria a nombre de un comerciante de nacionalidad neutral, a quien el Duque cederia su licencia, y de acuerdo con la Real Orden del 18 de noviembre de 1797, «a exception de que el retorno con los frutos y producciones de ese pais (Rio de la Plata) podrä ser a puerto neutral»19. Es decir, que no sölo se facilitaba el comercio con neutrales, sino que tambien se pasaba por alto la debatida cuestion del retorno obligado. Ademäs, el 14 de septiembre recibia una nueva concesiön para transportar 200 toneladas de mercaderias desde Hamburgo ο del puerto vecino Altona que perteneda entonces a Dinamarca 20 . Por imperio de la necesidad y de los intereses econömicos del reino, räpidamente las disposiciones retoman la politica aperturista. A solo dos dias de la autorizacion dada a Osuna, se «dignaba S.M. resolver que a las Personas Benemöritas de estos reinos que soliciten permisos para la conduction de efectos y g£neros de Espana ο extranjeros de licito comercio en buques neutrales se les conceda satisfaciendose antes de la expedicion de las ordenes en Tesoreria General el servicio que se determine . . ,» 21 . Los pagos se efectuarian de acuerdo a los puertos de embarque, destino y retorno. ) Ibidem, p. 191. ) Ibidem, p. 194. 2 1 ) Ibidem, p. 192. 19
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Hernän Asdrübal Silva
Si la ampliacion de los beneficios a «personas benemeritas» del reino abrio un amplio espectro de posibilidades, los intereses del Estado y las vinculaciones economicas de la Corona condujeron a extender la aplicaciön del sistema. De alii que el 21 de aquel mismo mes, se permitiera a la firma Brentano, Bovara y Urbieta, del comercio de Hamburgo, enviar al Virreinato del Rio de la Plata dos buques con 30.000 pesos en mercadenas, que podrian retornar cargados con cueros. Prerrogativa esta que se ejecutaria «con absoluta libertad de derechos en consideraciön a los servicios hechos a S.M. por la referida Casa»22. El interes por incrementar las vinculaciones economicas entre Hamburgo y el Rio de la Plata se fue intensificando, confirmando las impresiones que en 1799 trasmitiera un comerciante gaditano. Si «los hamburgueses - deda en aquella oportunidad - tienen la fortuna de salvar algunas de sus primeras expediciones y tomar el gusto a las buenas ganancias, es regular que frecuenten la operaciön»23. Una interesante situaciön muestra un expediente de 1802, en el que se incluye la «contrata» complete del fletamiento de la fragata hamburguesa «La Louise», «hecha, convenida y ajustada» en Londres el 15 de enero de 1802; fecha en que, aunque ya se habian firmado los documentos preliminares, aün no se habia concertado la paz de Amiens (27 de marzo de 1802). A trav£s de este testimonio, Juan Miguel Perez (negociante de Londres y agente de Nicolas del Acha, comerciante de Buenos Aires), convenia en la capital britänica que «La Louise» partirfa para Buenos Aires, y que desde alli, luego de cargar cueros, sebo y otros productos regionales, debia navegar en derechura para el puerto de Hamburgo. Los pagos se efectuarian en buenas letras luego de entregada la carga, reguladas «al cambio por dinero efectivo del dia» entre Londres y aquel puerto de destino; resguardändose a su vez los duenos de la embarcaciön ante la posibilidad de que no les permitiran recibir los productos en la capital virreinal24. Arribada «La Louise» a Montevideo el 2 de junio, debia proceder a cargar en no mäs de 80 dias. De alli que ante la demora, su capitän, conjuntamente con el de la fragata dinamarquesa «La Esperanza», fle") Ibidem, p. 195.
23 ) Jos6 M. Mariluz Urquijo, El Virreinato del Rio de la Plata enla ipoca del Marquis de Amtes (1799-1801), Academia Nacional de la Historia (Buenos Aires 1964), p. 133. J 4 ) AGN (Argentina), Comerciales, leg. 24, exp. 7.
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tada con el mismo objeto, iniciara actuationes en contra del comerciante porteno. Sin embargo, las respuestas eran de pre veer, ya que se basaban en «las dificultades ocurridas para el cargamento, entre ellas la del permiso, cuya concesiön agitaba en este Superior Gobierno»25. Las dudas ante un trämite tan singular debieron ser muchas: desde la capital enemiga se habia contratado una fragata hamburguesa que arribaba en epoca de paz, cuando teöricamente debian cesar la excepciones. No obstante, la resoluciön fue favorable a del Acha ya que el 22 de noviembre zarpaba «La Louise» hacia un destino «sin denominar», con un cargamento de 30.384 cueros vacunos y 600 de caballo26. La fragata dinamarquesa «La Esperanza, en similares condiciones se habia dado ya a la vela el 12 de octubre, con 22.596 cueros de vaca a bordo. Cabe destacar que con destino a Hamburgo habian partido en los primeros meses de 1802 la fragata danesa «Elena» (26deabril) con 16.002 cueros y las hambuiguesas «Bonafides» (mayo), «Witte Vos» (15dejunio) y «La Fortuna» (en igual fecha), con 26.669, 23.715 y 25.551 cueros vacunos respectivamente. Ademas, a traves de ellas se condujeron otros productos, tales como grasa, sebo, astas y plumas27. Terminada la contienda, las vias de excepciön debian finalizar, pero ya por largos anos se habia gestado un nuevo intercambio y una apertura en el träfico dificil de eliminar. De ahi que pese a la reimplantation de las restricciones comerciales, a traves de subterfugios ο por el Camino directo de la ilegalidad, se mantuviera un importante träfico exterior que involucre a Hamburgo como plaza y a los hamburgueses como transportistas. Sin embargo, la conflictiva situation europea afectaba cada vez mäs a todos los Estados y consecuentemente a las vinculaciones entre Hamburgo y el Virreinato del Rio de la Plata; siendo un daro ejemplo de ello la Real Orden del 22 de noviembre de 1803, por la que se indicaba que: «Habiendo hecho presents al Rey, el senor Duque de Osuna los inconvenientes de hacerse expediciones desde Hamburgo para Montevideo en uso de la Rl. Gracia que le esti concedida para doscientas toneladas en buques neutrales, haUändose interceptado el Elba, por los franceses y el consiguiente bloqueo de aquel puerto por la Inglaterra causändole graves perjuicios la detenciön; se ha
" ) Ibidem. " ) AGI, Audiencia de Buenos Aires, 94. " ) Ibidem.
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Hemän Asdrübal Silva servido S.M. resolver pueda hacer la expedidön para el menrionado puerto de Montevideo, desde el de Toningen [sic!], Hamburgo u otro inmediato neutral que mejor pareciere . . .»28.
En el ano 1803 entraron en la Ensenada de Barragän, procedentes de Hamburgo, la fragata espanola «Nuestra Senora del Carmen» (alias «La Ceres») con 355 tercios y 6 cajones de hacienda seca y la hamburguesa «Die Freundschaft» con 377 volümenes29; a la vez que salian de Montevideo, con igual destino, tres fragatas espanolas, «Santo Cristo del Buen Viaje», «San Antonio» y «San Jose» (alias «La Amistad») y el bergantin «San Miguel» (alias «La Union»), conduciendo un total de 69.767 cueros vacunos y 250V2 quintales de sebo en pasta30. Ademäs, debemos tener en cuenta los envios de manufactures de procedencia hamburguesa realizados por y a traves de Londres. La correspondencia de Jose Cayetano de Bernales, estableddo en la capital britänica, con su primo y socio Manuel de la Piedra, comerciante de Montevideo, es muy interesante para llevar luz a muchos aspectos de este intercambio. «La neutralidad de Espana - le escribia desde Londres el 4 de mayo de 1804 se considers hoy bien establecida por lo que no consider« grande el riesgo, al menos para la presente expedieiön que creo estar ya en via. Ya te he dicho y recuerdo que si dicha neutralidad sigue se pueden hacer buenos negocios directamente desde esa a Londres y para sus retornos si se permiten en derechura se pueden procurar y traer aqui en tränsito lenceria contrahecha de Hamburgo para surtirlos con los efectos del pais.31»
Para evitar problemas, aconsejaba que en aquellos momentos, tanto los navios como sus capitanes debian ser espanoles; y asi lo ratificaba en otra carta fechada en Londres el 21 de agosto de aquel ano, al indicar que: «Para lo sucesivo los surtimientos de generös de lana y otros articulos de este pais [Inglaterra] y alguna lenceria contrahecha de Hamburgo, podrän estar prontos para el arribo de los buques; teniendo presente, conviene por ahora, que
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) Documentos para la Historia Argentina, op. dt., p. 267. " ) Semanario de Agriculture, Industrie y Comercio, tomo Π, (18-3-1804), reimpresiön facsimilar publicada por la Junta de Historia y Numismätica Americana (Buenos Aires 1928), pp. 8 y 144. 30 ) AGI, Audienda de Buenos Aires, 94. 31 ) AGN (Uruguay), Archivos particulates - Documentos de Manuel de la Piedra, Caja 3, Carpeta 11.
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£stos, sus tripulaciones, capitanes, pilotes, etc. sean espanoles, de inteligenda, bien conocidos los Ultimos en sus respectivas profesiones y de integridad."»
Por supuesto que esta «integridad» debia vincularse a los intereses de sus contratantes. Tal actitud proclive al empleo de navios hispanos, queda demostrada en los dirigidos a Hamburgo, uno de los cuales, la fragata «San Jos£» habia sido espanolizada. Las vinculaciones econömicas entre Hamburgo, Londres y el Rio de la Plata debieron ser intensas, y ello se observa en una carta de Dardo Estrada a Manuel Ventura de Haedo, despachada el 28 de diciembre de 1803, en la que se daba por enterado de que el dinero proveniente de la venta de sus cueros habia sido enviado en Ietras a Londres, «en donde me prevee se mantendrä a su disposiciön para verificar la inversiön y remesa a su debido tiempo»33. Sin embargo, la senalada «neutralidad» espanola no iba a durar mucho, dadas las circunstancias internacionales. Acusada de ayudar a los franceses, recibe agresiones por parte de los britänicos que sobre el otono de 1804 incrementan la tirantez. A actitudes como el bloqueo del Ferrol, se sumo el ataque a cuatro fragatas de guerra espanolas que iban de Montevideo a C£diz, ocurrido el 5 de octubre de aquel ano. Mientras una de ellas, que llevaba a su bordo un importante nümero de civiles era volada, las otras tres, con un significativo botin, quedaban en poder del virtual enemigo. Es interesante senalar que aün antes de que la Corona espanola tomara medidas definidas, ya el 9 de octubre, el comerciante Cayetano de Bernales le escribia desde Londres a su primo y socio, comunicando la entrada en Portsmouth de las fragatas apresadas y aclarando que «este estado de cosas conducirä inmediatamente a una guerra entre Espana e Inglaterra, lo que prevengo para tu gobierno, pues me queda el cuidado de avisarte oportunamente su resultado definitivo»34. La situacion era grave, y si anteriormente Bernales habia aconsejado el empleo de naves espanolas, ahora debia darse un golpe de timön para evitar en tiempo de pre-guerra ο de conflicto declarado, interferencias en el träfico. " ) Ibidem. S 3 ) AGN (Uruguay), Archivos particulares, Colecdön de documentos Dardo Estrada, Caja 332, carpeta 4. 3 4 ) AGN (Uruguay), Archivos particulares, Documentos de Manuel de la Piedra, Caja 3, Carpeta 11.
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Hernäri Asdrübal Silva «Interin si se hace alguna expediciön para £sta [Inglaterra] - decia en la misma carta - debe ser en navio neutral, a nombre y como propiedad de los Sres M. Van Heyningen y Compania, mis amigos y correspondientes de Hambuigo, previniendo al capitän entre en este puerto a tomar ördenes de los propietarios que recibirän por mi mano. Los referidos amigos intervendrän en este negocio como lo han hecho en otros varios por uria gran friolera . . . Bajo estos t^rminos haya paz ο guerra con Espana, en navios hambuigueses, pmsianos ο americanos, siendo sus capitanes conocidos de probidad y buena fe, alguna expediciön serä ventajosa, sin riesgos de mucha consecuencia mas que aumento de gastos, que sufrirä bien el mayor precio de los efectos.»
Sin duda todo evento era bueno para acrecentar las ganancias, manifeständose con claridad las conexiones supranacionales que formando una fina trama, se ponian al servicio de los grandes intereses particulares. Trama 6sta, en que casas hamburguesas jugaban un rol fundamental. Si bien las autoridades espanolas toman algunas medidas preventivas, como la reducciön del träfico, y en noviembre se indica al Virrey que se debe «mirar la guerra con dicha potencia [Gran Bretana] no sölo como inevitable mas como si estuviese ya declarada . . .» 3S , recien el 12 de diciembre se produjo el rompimiento formal. Llama la atencion que en los registros de Montevideo encontremos aun en septiembre, octubre y 1° de diciembre, salidas de barcos con destino a Londres. No bien decletrada la guerra, el 24 de diciembre se retornaba al träfico de neutrales. Para entonces, como se ha podido observar, ya los comerciantes estaban listos para la transicion al estado de beligerancia. Se daba asi continuidad a un sistema que apenas habia sido afectado por breves cortes a partir de su instalaciön en 1797, y que, cuando lo fue, surgieron vias colaterales para paliar las limitaciones que se pretendieron imponer. La presencia directa ο indirecta de hamburgueses en 1805 es importante. Diversos barcos de aquella procedencia, bandera ο propiedad aportan las mäs variadas cargas:
) Documentos para la Historia Argentina, op. cit., p. 302.
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Hamburgo y el Rio de la Plata
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Entradas a Montevideo - 1805" Fecha
Nombre
PabeUön
Procedencia.
Proprietario
28/1 16/2 9/6 10/7 27/7 8/10 30/10 31/12 31/12
Juana Adriana Yenny Freundschaft El Jüpiter Witte-Voos Juana y Segismundo Juan Paris La Esperanza La Luisa
Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Dinamarques Hamburgues
Hamburgo Tönning Tönning Hamburgo Tönning Tönning Senegal Tönning Hamburgo
Hamburgu£s Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Hamburgues Sin consignai* (Altona**) Hamburgues
*) Esta fragata habia hecho el recorrido Amberes, Inglaterra, Senegal, Rio de la Plata, arribando con 89 negros esclavos, de los 116 que sacara del Africa. **) Fletador Juan Bte. Smith, del comercio de Hamburgo.
La atraccion del mercado rioplatense debio ser grande y aunque los efectos de la guerra se hacian sentir, la afluencia de manufactures extranjeras en forma directa preocup6 a algunos comerciantes portenos que veian el peligro de la estabilizacion de este träfico. Uno de ellos, Santa Coloma, dea'a en 1805: «Esta plaza se halla abarrotada de efectos y ningun comprador poi la mucha escasez de plata y entran todos los dias embarcaciones cargadas con bandera hambuiguesa bajo la gracia que se hizo al duque de Osuna que nunca se acabarä porque bajo de ella se hacen mil trampas; de un mes a esta parte han venido por cuenta de Urbieta, y los Llanos y poco antes otro buque grande de Londres en derechura con puras lanas, merceria y otros articulos que valen aqui mäs de milΙόη y medio de pesos. S61o en bayetas de pellön han traido sobre cuatrocientos cabos y esto es en guerra viva. ;Qu£ ser£ en tiempos de paz!"»
En cuanto a las exportaciones, senalemos que salian de Montevideo en aquel 1805: a) Con destino a Hamburgo la fragata norteamericana «Washington» (1) y las hamburguesas «Juana Adriana» (2) y «WitteVoos» (3); b) con destino a Tönning: Las fragatas hamburguesas «Yenny» (4), «Freundschaft» (5), «Jüpiter« (6) y «Juan Paris» (7).
) AGN (Uruguay), Ex-Archivo General Administrative, Libro 95. ·") Sergio Villalobos, Comercio y contrabando en el Rio de la Plata y Chile (Buenos Aires 1965), p. 86. 36
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Hemän Aadrübal Silva Salidas de Montevideo - 18053"
N° del navio
Fecha
Con destino α Hamburgo 1 3. 4. 2 18. 5. 3 20. 11. Con destino α Tönning 4 12. 6. 5 1.' 8. 6 30. 10. 7 31. 12. Total
Cueros vacunos*
Cueros de cabaüo*
Astas de novillo*
Sebo**
31.650 17.589 28.822
3.800 4.000 4.150
10.000 12.000
4.635,5
16.000 12.000
22.141 28.064 32.688 4.590
18.420
2.000
165.544
30.370
52.000
Cobre en planchas***
1.600 981,5 788
2.294,5
602,5 4.400
6.930
8.372
*) Unidades. **) Quintales. "**) Arrobas. Nota: Ademäs se exportaban cueros de tigre, venado y becerrillo, iana de camero, gran cantidad de crines y cascarilla.
En el ano 1806, que podemos considerarlo de transiciön, se presenta una interesante situaciön con ei incremento de la participaciön estadounidense. En aquel ano salian para Hamburgo cinco fragatas norteamericanos «Juliana» (1), «Resoluciön» (2), «General Devid» (3), «Hanry Jane» (4) y «Pigüi» (5); a las que se sumaban con igual destino la danesa «Consejero de Conferencias Basin» (6) y las hamburguesas «La Perla» (7) y «Luisa» (8). Asi mismo zarpaban para Tönning la fragata hamburguesa «Juan y Segismundo» (9) y «El Manuel» (10), del mismo pabellön, «sin denominar» el destino.
3e ) AGI, Audiencia de Buenos Aires, 94. - AGN (Uruguay), Ex-Archivo General Administrative), Libro 96.
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Hambuigo y el Rio de la Plata
209
Salidas de Monvevideo - 1806 M NT» del navio
Fecha
Cueros* vacunos
Con destino ιj Hamburgo 1 21. 5. 5.800 2 3. 6. 300 7 6. 6. 28.500 3 12. 6. 900 6 16. 6. 21.700 8 23. 6. 27.294 4 6.11. 4.700 5 18. 11. 1.500 Con destino α Tönning 9 27. 1. «Sin denominar» destino 10 26. 11. Total
Cueros* caballo
Astas de novillo*
Sebo"
6.600 13.550
11.550 47.000
2.759,5 1.371 2.612 2.110
3.000 4.200
10.000 37.000
6.400
39.000
139 256,25 6.292,5
33.750
144.550
15.540,25
Cobre en planchas***
630 1.075 1.400 24
25.552 12.000 128.246
3.129
*) Unidades. **) Quintales. ***) Arrobas. Nota: Ademäs de otros productos, como los consignados para 1805, cabe destacar que la fragata norteamericana «Haniy Jane» transportaba 10.000 canillas de novillo.
A partir de 1806 se iniciaba una nueva etapa, en la que las vinculaciones con Hambuigo se vieron seriamente afectadas. Tanto los problemas vividos en el ämbito rioplatense, con las invasiones inglesas, como particularmente los registrados en el marco europeo donde se agudizö la guerra economica, presionaron sobre el mantenimiento de las relaciones que se habian cimentado desde que se iniciara en 1797 el träfico de neutrales. Incluso las actitudes con respecto a los navios estadounidenses que conducen a la Ley de Embargo de Jefferson, conspiraron contra colaboraciones como la registrada en 1806; provocändose un nuevo golpe con el cambio de alianzas luego del levantamiento espanol contra la invasiön napoleönica. Inglaterra tradicional antagonista de Espana, pasaba a ser la gran aliada y, consecuentemente, sus comerciantes trataron de ocupar todos los lugares libres que pudieron crearse en los mercados hispanocamericanos.
-1") Ibidem.
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