Influencia del clima escolar y familiar en adolescentes, víctimas de ciberacoso

Comunicar, nº 46, v. XXIV, 2016 | Revista Científica de Educomunicación | ISSN: 1134-3478; e-ISSN: 1988-3293 www.revistacomunicar.com | www.comunicarj

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Influencia del clima escolar y familiar en adolescentes, víctimas de ciberacoso The Influence of School Climate and Family Climate among Adolescents Victims of Cyberbullying

Jessica Ortega-Barón es Personal Investigador en Formación del Departamento de Psicología Social en la Universidad de Valencia (España) ([email protected]) (http://orcid.org/0000-0002-8822-5906) Dra. Sofía Buelga es Profesora Titular de Universidad del Departamento de Psicología Social en la Universidad de Valencia (España) ([email protected]) (https://orcid.org/0000-0001-7434-4752) Dra. María-Jesús Cava es Profesora Titular de Universidad del Departamento de Psicología Social en la Universidad de Valencia (España) ([email protected]) (https://orcid.org/0000-0001-7737-9424)

RESUMEN El ciberacoso es un fenómeno de creciente preocupación social que afecta cada vez más a niños y adolescentes de todos los países desarrollados. A diferencia de la considerable literatura que hay sobre las relaciones entre el acoso escolar y el contexto familiar y escolar, todavía hay pocos trabajos sobre la influencia de estos entornos sociales en el problema del ciberacoso. Mediante una metodología cuantitativa, el objetivo principal del presente estudio fue analizar la influencia del contexto escolar y familiar en víctimas de ciberacoso. La muestra estuvo formada por 1.062 adolescentes (51,5% chicos y 48,5% chicas), de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años (M=14,5; DT=1,62). Se establecieron tres grupos de contraste: cibervíctimas severas, cibervíctimas moderadas y no víctimas de ciberacoso. Los resultados del análisis de varianza indicaron que las cibervíctimas severas en comparación con las no víctimas puntúan significativamente más alto en conflicto familiar y obtienen puntuaciones más bajas en el resto de variables familiares (autoestima familiar, cohesión y expresividad), y variables escolares (implicación, afiliación y ayuda al profesor), consideradas en el estudio. Los análisis de regresión revelaron que la autoestima académica y familiar y algunas dimensiones del clima familiar y escolar predicen la cibervictimización en la adolescencia. Estos novedosos resultados muestran la importancia de incluir a la familia y a la escuela en los programas de prevención del ciberacoso. ABSTRACT Cyberbullying is a phenomenon of growing social concern that affects an increasing number of children and adolescents from all the developed countries. Although there is a large body of literature on the relationships between school bullying and the family and school contexts, few studies have examined the influence of these social environments on the problem of cyberbullying. Using a quantitative methodology, the main objective of this study was to analyse the influence of the school and family contexts on victims of cyberbullying. The sample consisted of 1,062 Spanish adolescents (51.5% boys and 48.5% girls) from 11 to 18 years old (M=14.5; SD=1.62). Three comparison groups were formed: severe cyberbullying victims, moderate cyberbullying victims, and non-victims of cyberbullying. The results of the analysis of variance indicated that severe cyberbullying victims, compared to non-victims, scored significantly higher on family conflict and obtained lower scores on the remaining family (family self-concept, cohesion and expressiveness) and school (involvement, affiliation, and teacher support) variables considered in the study. Regression analyses revealed that academic and family self-concept and some dimensions of family and school climate predict cyber-victimization in adolescence. These new results point to the importance of including the family and the school in cyberbullying prevention programs. PALABRAS CLAVE | KEYWORDS Ciberacoso, adolescencia, víctimas, Internet, teléfono móvil, escuela, familia, autoestima. Cyberbullying, adolescence, victims, Internet, mobile phone, school, family, self-esteem.

Recibido: 30-03-2015 | Revisado: 18-05-2015 | Aceptado: 16-07-2015 | Preprint: 15-11-2015 | Publicado: 01-01-2016 DOI http://dx.doi.org/10.3916/C46-2016-06 | Páginas: 57-65

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1. Introducción y estado de la cuestión El mayor acceso y uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) por parte de los adolescentes conlleva nuevos peligros (Durán & Martínez, 2015; Kowalski, Giumetti, Schroeder, & Lattanner, 2014), entre los cuales, ha surgido el ciberacoso. Se trata de un tipo de maltrato entre iguales que ha sido definido como una conducta agresiva e intencional que se repite de forma frecuente en el tiempo mediante el uso, por un individuo o grupo, de dispositivos electrónicos sobre una víctima que no puede defenderse por sí misma fácilmente (Smith & al., 2008: 376). Las investigaciones indican que este tipo de acoso entre adolescentes a través de las TIC ha aumentado de forma importante en los últimos años (Fernández, Peñalva, & Irazabal, 2015). Así, mientras que Ybarra y Mitchell (2004) señalaban en su trabajo una prevalencia de víctimas de ciberacoso del 6,5%, Navarro, Serna, Martínez y Ruiz-Oliva (2013), casi diez años después, elevaban la incidencia de cibervictimización en adolescentes en 24,6%. Algunos autores explican este aumento de prevalencia de acoso cibernético con la aparición y enorme expansión de nuevos dispositivos electrónicos, tales como el smartphone, cuya disponibilidad diaria es cada vez mayor en la población joven (Kowalski & al., 2014). Por otra parte, los estudios respecto a la prevalencia por sexo no son concluyentes. Algunos autores encuentran una mayor incidencia de víctimas entre las chicas (Beckman, Hagquist, & Hellström, 2013; Kowalski & al., 2014), otros entre los chicos (Durán & Martínez, 2015), y otros, en cambio, no observan diferencias entre sexos (Katzer, Fetchenhauer, & Belschak, 2009). En relación a la edad, las investigaciones parecen coincidir en la idea de que hay más víctimas de acoso cibernético en los dos primeros cursos de enseñanza secundaria obligatoria (entre 12 y 14 años), produciéndose un descenso de cibervictimización en el segundo ciclo de enseñanza obligatoria (entre 14 y 16 años) (Buelga, Cava, & Musitu, 2010). El hecho es que, en comparación con la amplia literatura que existe sobre el acoso escolar tradicional (Pereda, Guilera, & Abad, 2014; Postigo, González, Montoya, & Ordóñez, 2013), aún son escasos los trabajos que han estudiado otras cuestiones, tales como las relaciones entre las variables escolares y las variables familiares con el ciberacoso. En el ámbito escolar, Tokunaga (2010) concluye que la cibervictimización produce en la víctima un descenso en su rendimiento académico, baja implicación en las tareas escolares, problemas de atención, dificultades de aprendizaje y absentismo escolar. Además de estos problemas aca-

démicos, las cibervíctimas tienen una percepción más negativa de la escuela y no confían en que los profesores sean capaces de ayudarles a solucionar el problema de victimización que están viviendo (Buelga, Ortega-Barón, Iranzo, & Torralba, 2014; Gradinger, Strohmeier, & Spiel, 2010). Esta falta de confianza y de apoyo en los adultos se amplía también a sus compañeros. Así, Odaci y Kalhan (2010) constatan que las cibervíctimas tienen dificultades de relación con los compañeros, experimentan un mayor aislamiento y rechazo social por parte de sus compañeros, lo cual contribuye, por otra parte, a mantener la conducta de ciberacoso. En esta línea, Navarro, Ruiz-Oliva, Larrañaga y Yubero (2015) observan que los niños y adolescentes con dificultades en sus relaciones interpersonales y con pobres habilidades sociales son más vulnerables para ser ciberacosados por sus pares. De esta forma, se produce, como ocurre también en el acoso escolar tradicional, un ciclo retroactivo entre factores de riesgo y continuidad en la cibervictimización (Cava, Musitu, & Murgui, 2007; Kowalski & al., 2014). Por lo que respecta a las relaciones entre el clima familiar y el ciberacoso, todavía hay pocos trabajos que han estudiado este tema (D’Auria, 2014). Algunos autores sugieren que existe una estrecha vinculación entre un clima familiar negativo y la disminución de los recursos sociales e individuales de los adolescentes, lo cual les hace más vulnerables para ser maltratados e intimidados por sus compañeros (Lereya, Samara, & Wolke 2013). Según Gomes-Franco y Sendín (2014) las vinculaciones familiares deterioradas o conflictivas repercuten en que los hijos pasen más tiempo conectados a la Red, como intento de suplir las interacciones familiares o protestar frente a ellas. Además, diversos estudios señalan que la exposición a situaciones de conflicto marital o de conflicto familiar se relaciona con una mayor predisposición en los hijos a la hostilidad, conducta antisocial y violencia escolar (Buelga, Iranzo, Cava, & Torralba, 2015). Por el contrario, la cohesión y apoyo social parental son un recurso facilitador en el ajuste social del adolescente y en el desarrollo de relaciones positivas con el grupo de iguales, contribuyendo a evitar ser objeto de ciberacoso (Navarro & al., 2015). Desde esta perspectiva, teniendo en cuenta que el ciberacoso es un problema relativamente reciente que está aumentado en niños y adolescentes de todos los países desarrollados (Kowalski & al., 2014), y que todavía son escasos los trabajos que han analizado específicamente y conjuntamente las relaciones entre el acoso cibernético y variables familiares y escolares © ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 57-65

(Taiariol, 2010), los objetivos del presente trabajo han den mediante escala tipo Likert de 1 a 4 (nunca, pocas sido: 1) Determinar en qué medida el ciberacoso y las veces, muchas veces, y siempre) el acoso sufrido por el variables escolares y familiares están relacionados enteléfono móvil y por Internet durante los últimos 12 tre sí, observando asimismo si existen diferencias signimeses. La victimización a través del teléfono móvil consficativas en función del sexo en las variables de estuta de 8 ítems (ejemplo: «Me han llamado y no han condio; 2) Analizar la existencia de posibles diferencias testado»), y la victimización a través de Internet se evaentre los grupos de adolescentes victimizados (moderalúa con los 8 ítems anteriores y con 2 ítems más relaciodos y severos), y no victimizados por ciberacoso en las nados con la usurpación de la identidad (ejemplo: «Se variables de autoestima académica, percepción de clima han metido en cuentas privadas mías sin que yo pueda escolar (ayuda del profesor, afiliación e implicación), hacer nada»). En nuestro estudio, el coeficiente de fiaautoestima familiar y clima familiar (cohesión familiar, bilidad alfa de Cronbach de la escala fue de 0,89. expresividad familiar y conflicto familiar); 3) Determinar el valor predictivo de las variables escolares y La autoestima familiar de la cibervíctima es significativafamiliares en el ciberacoso.

mente más baja que la de los adolescentes no victimizados

2. Materiales y metodología 2.1. Participantes a través de las TIC. La influencia de la familia parece, por La selección de los participantanto, relacionarse con el problema del ciberacoso. De tes se realizó mediante un muestreo estratificado por conglomerahecho, nuestros datos muestran que el clima familiar con dos. Las unidades de muestreo fueron los centros educativos púmás peso y el clima escolar predicen la victimización a trablicos de Enseñanza Secundaria vés del móvil y de Internet. Estos hallazgos corroboran la de la Comunidad Valenrciana. El tamaño de la muestra de adolesimportancia de la familia y de la escuela como factores centes correspondiente al tamaño de alumnado de Educación Seprotectores de la conducta violenta en el entorno virtual, cundaria Obligatoria (ESO) y de en la medida en que promueven un mayor sentimiento de Bachillerato de la Comunidad Valenciana, con un error muestral de seguridad y fortalecen la conexión emocional de los ±3%, nivel de confianza del 95% y p=q=0,5, (N=190.773), se esadolescentes con los adultos significativos. timó en 1.061 alumnos. En este estudio participaron un total de 1.068 adolescentes, de los cuales se excluyeron seis por responder sistemáticamente de la misma manera a • Escala de intensidad de acoso a través del telélas escalas. Finalmente, la muestra estuvo formada por fono móvil y de Internet (Buelga, Cava, & Musitu, un total de 1.062 adolescentes, 547 chicos (51,5%) y 2010). Los sujetos indican en un rango de respuesta 515 chicas (48,5%), de edades comprendidas entre 12 de 6 puntos (nunca, 1 sola vez, 2 o 3 veces, 1 o 2 vey 18 años (M=14,5; DT= 1,62), pertenecientes a ces al mes, 1 o 2 veces a la semana y todos o casi todos cuatro centros educativos públicos de las provincias de los días) la severidad con la que han sido ciberacosaValencia y Alicante. Un 44,8% de los participantes dos en el último año. Las cuatro últimas opciones de cursaba primer ciclo de ESO (n=475), un 39,5% currespuesta permiten medir el acoso moderado (menos saba segundo ciclo de ESO (n=420), y un 15,7% curde una agresión por semana), y el acoso severo (más saba Bachillerato (n=167). de una agresión por semana) (Smith & al., 2008). • Escala de autoestima Forma-5 (AF-5; García & 2.2. Instrumentos Musitu, 1999). Para los objetivos de la presente inves• Escala de victimización a través del teléfono mótigación se utilizaron las subescalas de autoestima acavil y a través de Internet (CYBVIC; Buelga, Cava, & démica y de autoestima familiar que evalúan las resMusitu, 2012). Esta escala consta de 18 ítems que mipuestas de los sujetos en un rango de 1 (totalmente en © ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 57-65

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desacuerdo) a 99 (totalmente de acuerdo). La subescala de autoestima académica se compone de seis ítems que evalúan la autopercepción que el adolescente tiene acerca de su sentimiento de valía en el ámbito escolar (ejemplo: «Hago bien los trabajos escolares»). La subescala de autoestima familiar consta también de 6 ítems que evalúan la autopercepción que el adolescente tiene acerca de su sentimiento de valía en el ámbito familiar (ejemplo: «Me siento querido/a por mis padres»). El coeficiente de fiabilidad alfa de Cronbach obtenido en este trabajo fue de 0,89 para la subescala de autoestima académica y de 0,77 para la subescala de autoestima familiar. • Escala de clima escolar (CES; adaptación española de Fernández-Ballesteros & Sierra, 1989). La escala está formada por 30 ítems de verdadero-falso que evalúan la autopercepción que tiene el adolescente sobre la calidad del clima escolar. Esta escala consta de tres subescalas: percepción de ayuda del profesor (10 ítems, ejemplo: «Los profesores muestran interés personal por los alumnos»), afiliación: amistad y ayuda entre alumnos (10 ítems, ejemplo: «En esta clase se hacen muchas amistades»), e implicación en las tareas escolares (10 ítems, ejemplo: «Los alumnos ponen mucho interés en lo que hacen en clase»). El coeficiente de fiabilidad alfa de Cronbach en esta investigación fue de 0,64 para las subescalas de implicación y afiliación y de 0,75 para la subescala de ayuda del profesor. • Escala de clima familiar (FES; adaptación española Fernández-Ballesteros & Sierra, 1989). Esta escala está compuesta por 27 ítems de verdadero-falso que evalúan la autopercepción que tiene el adolescente sobre la calidad del clima familiar. Esta escala consta de 3 subescalas: cohesión familiar (9 ítems, ejemplo: «En mi familia hay un fuerte sentimiento de unión»); expresividad familiar (9 ítems, ejemplo: «Generalmente tenemos cuidado con lo que nos decimos») y conflicto familiar (9 ítems, ejemplo: «En mi familia a veces nos peleamos a golpes»). El coeficiente de fiabilidad (alfa de Cronbach) obtenido en este estudio fue de 0,84 para la dimensión de cohesión familiar, de 0,79 para la dimensión de expresividad familiar y de 0,86 para la dimensión de conflicto familiar.

ción de un seminario de carácter informativo, destinado al profesorado y a la dirección para explicarles los objetivos de la investigación y se requirieron las autorizaciones paternas. Con posterioridad, investigadores previamente formados llevaron a cabo en horario escolar la administración de los instrumentos a los adolescentes informándoles en todo momento que su participación en la investigación era voluntaria y anónima, garantizando su privacidad y reduciendo con ello, los posibles efectos de deseabilidad social.

2.3. Diseño El diseño de la investigación fue de tipo no experimental, en concreto, se trata de un diseño de tipo transversal correlacional.

3. Resultados Los datos se analizaron con el paquete estadístico SPSS (versión 20). En primer lugar, se utilizaron las puntuaciones de los sujetos en el cuestionario de intensidad de victimización a través del teléfono móvil y a través de Internet para clasificar a los adolescentes en tres grupos de contraste. De acuerdo con el criterio de Smith y otros (2008), los sujetos que puntuaron «2 o 3 veces» y «1 o 2 veces al mes» fueron distribuidos en el grupo de víctimas moderadas (menos de una agresión a la semana), mientras que aquellos adolescentes que puntuaron «1 o 2 veces a la semana» y «todos o casi todos los días» fueron clasificados en el grupo de víctimas severas (más de una agresión a la semana). Los sujetos que puntuaron «nunca» fueron asignados al grupo de no víctimas. Los sujetos que puntuaron «solamente fue una vez» fueron excluidos de los grupos de contraste al no haber una repetición del maltrato cibernético. Establecidos los grupos de contraste se realizó, en primer lugar, un análisis de correlación de Pearson para determinar las relaciones entre el ciberacoso y las variables escolares y familiares objeto de estudio, y una prueba t de Student para comprobar la existencia de diferencias entre sexos en estas variables. En segundo lugar, se realizó un análisis de la varianza ANOVA de un factor para comprobar si existían diferencias significativas entre los tres grupos de contraste en las variables de clima escolar (ayuda del profesor, afiliación e implicación), y autoestima académica, y en las variables de clima familiar (cohesión familiar y conflicto familiar), y autoestima familiar. En tercer lugar, se realizó un análisis de regresión lineal múltiple para analizar el valor predictivo de las variables escolares y de las variables familiares en la victimización a través del teléfono móvil y a través de Internet.

2.4. Procedimiento Una vez obtenidos los permisos correspondientes de los centros seleccionados, se procedió a la realiza-

3.1. Frecuencia de cibervictimización en función de la intensidad Los resultados del trabajo indican, en primer lugar, © ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 57-65

que el 72,6% (n= 731) de los adolescentes nunca han sido victimizados por Internet y por el móvil, mientras que el 27,4% (n=276) de los sujetos han sido víctimas de ciberacoso en el último año. Del total de estas víctimas, el 20,5% (n= 218) de los adolescentes pertenecen al grupo de cibervíctimas moderadas y el 5,5% al grupo de cibervíctimas severas (n=58). 3.2. Relaciones entre ciberacoso y clima escolar, clima familiar y autoestima El análisis de correlación de Pearson muestra que existen correlaciones estadísticamente significativas entre el ciberacoso y todas las variables analizadas en el trabajo (tabla 1). El ciberacoso correlaciona negativamente a p

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