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Actas del Sexto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Valencia, 21-24 octubre 2009, eds. S. Huerta, R. Marín, R. Soler, A. Zaragozá. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2009
La carpintería de armar en los tratados ingleses del siglo XVIII Mª Isabel Gómez Sánchez
En el siglo XVI, bajo la dinastía de la Casa Tudor, la situación geográfica de Inglaterra le permitió permanecer al margen de los conflictos bélicos que se dirimían en Europa. La reforma anglicana y la ruptura con Roma se produjo en un momento en que precisamente era Italia el país que dominaba el panorama artístico en el viejo continente; pero supuso no obstante un importante período de desarrollo económico y social. La arquitectura evoluciona notablemente en este tiempo, si bien esta evolución tiene lugar en paralelo con la que a su vez experimenta en el viejo continente, y el aislamiento de Inglaterra se hace notar tanto en las obras construidas como en los textos que las recogen o pretenden orientarlas. Pero pese al distanciamiento político, los hombres más cultos nunca dejaron de interesarse por el arte que se desarrollaba en Europa. De hecho el primer tratado de arquitectura inglés publicado, The Elements of Architecture (Sir Henry Wotton 1624), una obra teórica de gran influencia en la época, introdujo el gusto por la arquitectura italiana de Palladio (1508–1580). El palladianismo será el estilo dominante en el país durante los siglos XVII y XVIII, llegando a eclipsar la influencia del barroco europeo en este tiempo. A su difusión contribuyó especialmente la arquitectura de Iñigo Jones (1573–1652), tras sus viajes a Italia y el estudio de la obra de Palladio.
LA CONSTRUCCIÓN CON MADERA EN LOS TEXTOS En relación con el carácter de las publicaciones que tratan el tema de la carpintería, hay que señalar la especificidad que adquieren en Inglaterra aquellas que se dedican a servir de referencia a la construcción práctica. Nada tienen que ver los tratados teóricos de arquitectura con los manuales y textos prácticos; aunque éstos son los que de hecho permiten materializar las teorías a través de las obras, la separación de contenidos de unos y otros es rotunda y mucho mayor que en los tratados de arquitectura del Renacimiento italiano o del Barroco francés. En los primeros, junto al estudio obligado de los órdenes clásicos siempre había un hueco para hacer referencia a especies de madera, soluciones de armaduras o sistemas de unión de piezas; en los textos franceses del XVIII, aun cuando se trata de obras especializadas, no se tiene conciencia de que convenga separar enfoques, sino que por el contrario los tratados de construcción buscan soluciones capaces de dar respuesta a la evolución de tipos planteada por los nuevos condicionantes formales; y de igual manera muchos tratados de arquitectura continúan incluyendo consejos constructivos. La construcción con madera está presente en distintos tipos de textos. Hasta el siglo XVII solamente se tiene constancia de la publicación de algunos manuales y pequeñas guías de construcción: los tratados ma-
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nejados eran los clásicos importados de Europa, especialmente de Italia. Pero a partir del XVIII los textos ingleses de arquitectura y construcción pasan a ocupar un lugar relevante, e incluyen interesantes propuestas específicas de tipos y soluciones de estructuras. Estos nuevos tratados conviven con los manuales, que no dejarán de estar presentes a lo largo del período, y en todos ellos destaca la preocupación por la utilidad de sus indicaciones. Si la finalidad práctica es una característica intrínseca de cualquier tratado de construcción, en los ingleses lo es si cabe más que en resto de los europeos en general. La primera publicación impresa que aborda el tema es Specimens of Ancient Carpentry de James Smith, un pequeño escrito de historia de la construcción, que presenta ordenadamente las soluciones de armaduras tradicionales inglesas. Pero no será hasta el siglo XVIII cuando se publique el primer tratado específico de carpintería (Francis Price 1733); en Inglaterra no encontramos esos primeros textos que en el caso de España y Francia recogían las prácticas de la carpintería medieval (los de Mathurin Jousse y López de Arenas respectivamente). El de Price, aunque presenta obras anteriores, nace con vocación de ser un tratado moderno especialmente interesado por los tipos nuevos, y de servir a la práctica del oficio con indicaciones de proyecto sencillas y claras. Ya en la segunda mitad del XVIII, entre los manuales de carpintería destacan los de William Pain y el tratado de Peter Nicholson. Pequeños y manejables, concretos y, sobre todo, muy prácticos los primeros, y algo más técnico el segundo, todos ellos se caracterizan por la exposición gráfica de contenidos, su carácter global y de nuevo la búsqueda de propuestas y reglas de fácil aplicación directa. Otro tipo de textos que ofrecen interesantes contenidos sobre carpintería de armar lo constituyen los tratados de arquitectura militar. En Inglaterra en esta época destaca el de John Muller, que además curiosamente tuvo bastante influencia en nuestro país. Su carácter y objetivos, así como la incorporación de contenidos técnicos supondrán un avance importante para el desarrollo de nuevas soluciones de estructuras de madera.
ANTECEDENTES – Desde el siglo XVI los primeros manuales prácticos de construcción se dedicaron a la
medida y estimación del coste de las obras, que en el caso de la madera tiene mayor dificultad que en otros oficios, debido a la irregularidad del material. Estos manuales solían proponer como unidad de referencia la pieza de 1 × 12 pulgadas de sección y un pie de largo, muy diferente de la unidad de volumen de los textos franceses, una pieza de tres pies cúbicos cuyas proporciones sufren apenas variaciones de unos autores a otros: Gautier (1716) la denomina vigueta o solive, y la describe como un elemento de 6 × 6 pulgadas de sección, y dos toesas de longitud; coincide con la piece de Savot (1624) y de Fourneau (1767–68), de seis pulgadas de escuadría y doce pies de longitud; que es como también las denomina Jombert (ed. de 1764). – En el XVII se editaron en Inglaterra numerosos textos de este tipo, de pequeño tamaño y pensados para ser utilizados a pie de obra. La falta de conocimientos de aritmética de los carpinteros dificultaba enormemente la explicación de posibles métodos de cálculo; en su lugar, las guías prácticas proponían aplicar construcciones geométricas sencillas, y sus indicaciones de «proyecto» se limitaban a tablas con relaciones de piezas correspondientes a los tipos y dimensiones más empleados en la práctica, y sólo en ocasiones algunos elementos irregulares de cálculo más complejo. Solían incluir asimismo valores de precios de los materiales, con los que poder calcular fácilmente el coste de las obras. Aparte del tratado de Palladio, del que en este tiempo solamente se había traducido al inglés el Primer Libro (Richards, 1663), las primeras referencias sobre construcción con madera en edificación se encuentran en Mechanick Exercises (1677–1680) de Joseph Moxon, una guía que reúne artículos sobre las prácticas de herreros, ebanistas, carpinteros y torneros, y anticipa un tipo de publicación muy habitual a lo largo de todo el siglo XVIII. Incluye glosarios de términos específicos para cada oficio y presta especial atención al tema de las herramientas. En el caso de la carpintería, se ocupa tanto de la de taller (escaleras, puertas y ventanas) como especialmente de los forjados, y enuncia una serie de «reglas
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generales» que no son sino consejos constructivos que incluyen longitudes máximas de las piezas principales que trabajan a flexión (nueve y diez pies para cabios de armaduras y viguetas de forjado respectivamente), con separación de doce pulgadas en ambos casos, y una solución de forjado para una crujía de veinticuatro pies de luz. Para el dimensionado de elementos se propone aplicar las tablas de secciones recomendadas por el Parlamento de Londres para la reconstrucción de la ciudad tras el gravísimo incendio que sufrió en 1666.
LOS PRIMEROS TEXTOS DEL XVIII Y EL TRATADO DE CARPINTERÍA DE FRANCIS PRICE – En el siglo XVIII los manuales experimentan un avance notable. Mejora el número y la calidad de las ilustraciones y los detalles constructivos, y la geometría práctica pasa a convertirse en un tema fundamental. Ya en la obra de Halfpenny (The Art of Sound Building, 1725) se insiste en la necesidad de instruir a los carpinteros en materia de geometría, pero no presta excesiva atención a los problemas constructivos. Francis Price será el primer autor que tratará ambos aspectos conjuntamente y de forma equilibrada. Su Treatise on Carpentry es un completo manual práctico de carpintería que incluye dibujos claros y sencillos, acompañados de un breve y no menos claro texto explicativo. Prácticamente en la misma fecha en que se publica el tratado de Price, aparecen dos obritas de James Smith: The Carpenter’s Companion (1733) y uno de los primeros textos de historia de la construcción, Specimens of Ancient Carpentry (1736), que recoge ejemplos de armaduras medievales. Aunque es tan sólo una recopilación de láminas sin análisis técnicos ni indicaciones de trazado o dimensionado, permite conocer algunos tipos utilizados tradicionalmente en Inglaterra. A saber: armaduras de palomillas para cubiertas a dos aguas (todavía en esta época con pendientes próximas a los 45 grados) y soluciones de armaduras radiales de pendolón para cúpulas, con los tirantes más o menos elevados según se requiera o no dejar diáfano el espacio interior.
Figura 1 Armaduras de palomillas: propuesta de Smith (sup.) y ejemplo de Westminster School (inf.) (Smith 1736)
Pero poco más aportan estos textos en relación con el proyecto de estructuras de madera. Sí lo hará en estos mismos años el mencionado tratado de carpintería de Francis Price (A Treatise on Carpentry, publicado en Londres en 1733, y al que se añadió el sobretítulo The British Carpenter desde la segunda edición de 1735), que es de hecho el primer tratado específico sobre este tema publicado en Inglaterra. Pese a que no fue escrito para mostrar las técnicas tradicionales del oficio, sino las nuevas soluciones empleadas en la época, su claridad, simplicidad y utilidad práctica lo convirtieron en una obra de gran éxito, que fue reeditada en cinco ocasiones en el siglo XVIII (1735 / 53 / 59 / 65 / 68). Aunque presenta obras anteriores, muestra particular interés por el desarrollo de nuevos tipos, para cuyo proyecto propone reglas de trazado, especialmente en el caso de las armaduras, y tablas de dimensionado de piezas. Como señala el propio Price en su declaración de objetivos, pretende proporcionar reglas útiles basadas en la experiencia y dirigidas a teóricos y prácticos del
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Figura 2 Reglas geométricas de trazado de armaduras: soluciones de pendolón (izq.) y armaduras de dos péndolas (dcha.) para plomo, teja y teja plana (Price 1733)
oficio, acompañadas por láminas que «no requieran ninguna otra explicación, aparte de su cuidadosa observación». La mayor extensión la ocupa la parte dedicada a las cubiertas. En este sentido, y como no podía ser de otra manera puesto que las armaduras de cubierta son las estructuras de madera que en edificación resultan más complejas y ofrecen mayor cantidad de soluciones posibles, coincide con los tratados europeos. Recoge armaduras italianas basadas en el empleo de celosías (de pendolón o de dos o más péndolas dependiendo de su tamaño y de la necesidad de liberar el espacio bajo cubierta). Permitían salvar luces y soportar cargas considerables utilizando piezas de menores dimensiones que las de las armaduras tradicionales de pares y pendiente elevada (sólo comparables al caso específico de las hammer beams o armaduras de palomillas), por lo que supusieron un
notable avance en el diseño de estructuras de cubierta. Las cerchas de celosía con correas en sus distintas variantes serán de hecho la tipología empleada en las cubiertas de madera inglesas hasta la introducción del hierro en el siglo XIX. La celosía se aplicó igualmente a la construcción de entramados verticales. Al constituir estructuras autoportantes, permiten gran libertad en la organización en planta, por no tener que apoyar sobre elementos resistentes que condicionan la distribución del espacio, aspecto de especial importancia en los edificios de viviendas. También se presentan nuevas soluciones de forjados, resueltos con dos órdenes de viguetas, y refuerzos de vigas de gran luz. Y aunque las escaleras, que Price analiza con gran detalle, estaban presentes tradicionalmente en muchos tratados de arquitectura, es la primera vez
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que aparecen recogidas en láminas, en este caso junto a ejemplos de entramados verticales y vigas compuestas.
Contenidos técnicos Desde el prólogo del texto se aprecia su preocupación tanto por el dimensionado de estructuras como por la determinación de su geometría. Para las armaduras de cubierta se incluyen reglas geométricas de trazado y se define el sistema de unión entre sus elementos más importantes: jabalcones y pendolón (detalles B-C-D de la lámina C, en la figura 3, a los que corresponden los ensambles de caja F-G para las uniones B y C y H-I para la D). Se aconseja dimensionar al cuarto las uniones a caja y espiga entre pares y tirante (detalles H-L en esta misma lámina), y hacerlo extensivo igualmente a entramados y forjados.
Figura 4 Tabla de dimensionado de piezas del tratado de Francis Price (Price 1733)
Figura 3 Soluciones de ensamble en armaduras (Price 1733)
Las reglas de trazado, muy sencillas, proponen determinar la longitud de los cabios o la altura de las armaduras (que lógicamente se hace depender del material de cubierta utilizado) a partir de la división del tirante en partes iguales. En todos los casos las uniones traccionadas se reforzarán con abrazaderas metálicas. Y no existiendo todavía «métodos» de dimensionado, Price presenta una tabla de dimensiones de elementos con valores concretos correspondientes a casos igualmente concretos, similar a la del Acta del Parlamento recogida por Moxon. Comparando los valores de los elementos de la tabla que trabajan a flexión con los propuestos para vigas por La Hire y publicados por primera vez en el tratado de Bullet (1691), que son los que a lo largo de todo el siglo XVIII copian una y otra vez los textos franceses (Gautier 1716, Belidor 1729, Mésange 1753, Camus de Mézières 1782, etc.; o incluso otros como el alemán Schubler 1731), observamos que las de Price son piezas más esbeltas: la relación tabla/canto tiene
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un valor medio de 1,35 (frente al 1,26 de Bullet) en el caso de las vigas; y es aún mayor en los forjados, para los que Bullet propone emplear la relación 6/5 = 1,2. En principio, las dimensiones inglesas parecen más acertadas que las de los textos franceses, pues proponen valores más próximos a 2, que es el que corresponde a la pieza de módulo resistente máximo.
LOS TRATADOS DE ARQUITECTURA MILITAR: JOHN MULLER Los tratados de arquitectura militar destacan por el carácter práctico de sus contenidos y por la dimensión pretendidamente científica de sus propuestas. Son de hecho los primeros que incorporan contenidos técnicos y justificaciones teóricas de sus reglas. No sólo hacen referencia a los ensayos de resistencia del material en que están basadas sus propuestas de dimensionado, sino que los propios autores llegan a realizarlos para comprobar su validez. En 1756 se publicó el Tratado de fortificacion, o arte de construir los edificios militares y civiles, de John Muller (1699–1784). Fue traducido al castellano en 1769, a partir de la edición inglesa de 1755, por Miguel Sánchez Taramas (1733–1789), profesor de matemáticas de la Academia Militar de Barcelona, con intención de proporcionar a los jóvenes ingenieros una obra suficientemente completa que les permitiese «conducirse con acierto en la pràctica de las Reales Obras, sin recurrir à diversos libros estrangeros». En este sentido resulta comparable por su carácter a los textos didácticos de las Écoles francesas. Se trata de una obra dedicada casi exclusivamente a cuestiones constructivas, con abundante información gráfica constituida por grabados desplegables de gran calidad. Está dividida en cuatro partes recogidas en dos volúmenes; el primer libro incluye las tres primeras partes, que tratan respectivamente de: la teoría de la construcción de muros, la de arcos, y la fuerza y qualidad de las maderas; del estudio de los materiales; y de la situación y organización de las plazas y sus edificios. La cuarta parte, que constituye el libro segundo, agrupa las obras hidráulicas: puentes, puertos, esclusas y acueductos. La influencia de los textos franceses en la edición de Sánchez Taramas es evidente, sobre todo de La Science des Ingénieurs (1729) de Belidor.
Pese al carácter global del tratado, la construcción con madera ocupa un espacio muy significativo, especialmente la determinación de resistencias y el dimensionado de piezas. La arquitectura civil y militar recupera con este tipo de textos el interés por el estudio de la geometría y la utilización de modelos matemáticos, adquiriendo un carácter notablemente más técnico que el del resto de tratados de construcción en general. A Muller le preocupan especialmente la solidez de las obras y la economía de la construcción. Evitar el sobredimensionado, una práctica frecuente en la carpintería de armar tradicional, se convierte en un objetivo prioritario, que comparte con los autores franceses del momento. Requiere cuidar especialmente el ensamblaje de piezas; y en el caso de los forjados, buscar soluciones de equilibrio entre la reducción de altura y el debilitamiento que en estas estructuras producen los cajeados excesivos.
Contenidos técnicos Los primeros contenidos técnicos de los tratados de Belidor o Muller hacen referencia a las propiedades físicas y mecánicas del material, y a los ensayos llevados a cabo para determinar su resistencia en vigas. Ambos autores realizaron sus propios ensayos, y alaban la importancia del dimensionado estricto de las estructuras de madera para no sobrecargar las de fábrica sobre las que descansan. Belidor en el capítulo tercero del Libro IV de La Science des Ingenieurs, dedicado a la resistencia de la madera, contrastar los valores obtenidos en sus ensayos con las experiencias y teorías desarrolladas hasta ese momento, en concreto por Parent (recogidos en diversos artículos publicados entre 1708 y 1710 por la Academia de Ciencias de París). Los resultados de ambos autores no difieren apenas, ni corrigen la errónea suposición de que la resistencia del pino es superior a la del roble, pero los nuevos ensayos tienen el valor de haber sido realizados con piezas de dimensiones algo mayores que las utilizadas por los científicos hasta el momento (tan pequeñas que difícilmente permitían extrapolar resultados a las obras construidas). A su vez, en la Sección III de la Primera Parte del tratado de Muller, éste analiza la carga que es capaz de soportar una pieza de dimensiones conocidas, a través de cuatro «Problemas» o casos prácticos concretos:
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– En los problemas I, II y IV se calcula la resistencia de una viga en distintas situaciones de apoyo y carga: apoyada en el centro y cargada en los extremos, y biapoyada en los extremos con carga en el centro, colocada horizontalmente en un caso e inclinada en otro. – En el problema III se expone el cálculo analítico de la sección rectangular de módulo resistente máximo, ya dada por Parent en 1708, y se comprueba la validez del método empleado desde la Edad Media para obtenerla en obra a partir de un tronco de diámetro conocido (que consiste en dividir su diámetro AB en tres partes iguales y levantar por los puntos intermedios perpendiculares a éste; A, B y los extremos de las perpendiculares son los vértices de un rectángulo de razón entre lados 2. – Finalmente, el quinto problema propone una regla para determinar la resistencia de los pares en función de su longitud. Y a partir de estos análisis se elabora una tabla de dimensiones de elementos que es la que se propone aplicar en el proyecto en madera.
Figura 5 Láminas de armaduras y entramados del tratado de John Muller (Muller 1769)
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Tabla 1 Tabla de dimensiones de vigas recogidas en el Acta del Parlamento de Londres, y valores calculados por Muller Dimensionado de vigas Sección (pulgadas) Luz (pies)
Tabla del Parlamento
Calculada por Muller
10
8 × 10
8 × 10
12
8,5 × 10
9,6 × 10
14
9 × 10,5
10,2 × 10,5
16
9,5 × 10,5
11,6 × 10,5
18
10 × 11
11,9 × 11
20
11 × 12
11 × 12
22
11,5 × 13
10,4 × 13
24
12 × 14
9,8 × 14
En relación con las armaduras de cubierta, la lámina correspondiente (figura 5 sup.) incluye cuatro ejemplos: una grande armadura de par y pendolón con jabalcones; una solución de jabalcón y péndolas laterales (con pares de longitud 2/3 de la luz); otra de dos péndolas y puente, (con pares de 5/8 de la luz, que Muller califica «de mucha robustez y fortaleza»); y una armadura en ‘m’. Se trata en todos los casos de cubiertas tradicionales a cuatro aguas, obviándose la descripción de bóvedas, cimborrios o chapiteles, que Muller no considera estructuras de interés: «Las Armaduras llamadas à la Mansarda, como tambien las que sirven para Cimborrìos, y Châpiteles, las hemos omitido, por que su conocimiento corresponde antes à un Architecto que no à un buen Ingeniero». Las críticas hacia las armaduras quebrantadas o mansardas, tan populares en Francia —desde donde se difundieron al resto de Europa incluso en países donde la climatología no las hacía necesarias, como es el caso de España—, influyeron sobremanera en que apenas se adoptaran en Gran Bretaña. Incluye los entramados verticales que ya presentaran James Smith y Francis Price; pero a propósito de ellos, critica algunas prácticas comunes entre los carpinteros, como el empleo de uniones a media madera en riostras y tornapuntas.
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Y tanto en este caso como en el de los forjados, propone utilizar las tablas de dimensiones de piezas calculadas a partir de valores de resistencia obtenidos en los ensayos realizados por el propio Muller, que ahora sí corrigen el error de las tablas del Parlamento heredadas de los textos franceses, y proporcionan resistencias para la madera de roble superiores a las del pino (en una proporción aproximadamente de 1,5 a 1,35).
LOS MANUALES ESPECÍFICOS: DE WILLIAM PAIN A PETER NICHOLSON A mediados del XVIII el autor que domina la producción de textos especializados en carpintería es Batty Langley (1696–1751). Preocupado igualmente por cuestiones técnicas y decorativas, desde la geometría hasta la teoría de los órdenes, pasando por problemas puramente constructivos, sus obras se enmarcan dentro del grupo de los manuales prácticos. Entre ellas encontramos el Builders Jewel (1741), dedicado especialmente a construcción. Ya en la segunda mitad del siglo destaca el trabajo de William Pain (1730?–1790?). Arquitecto, carpintero y constructor experimentado, igual que en el caso de Langley editó numerosos manuales de carpintería y construcción que incluyen desde detalles decorativos hasta soluciones estructurales. Sin descuidar ni el carácter global ni la utilidad práctica, presentan detalles de forjados, armaduras de cubierta y vigas compuestas, reglas de trazado, soluciones de ensambles y refuerzo de estructuras, precios de los materiales, así como valores y tablas de dimensiones de piezas y vigas respectivamente. The Practical House Carpenter es, como su propio título indica, una guía de construcción práctica, en la que se recoge todo aquello que Pain considera de interés, desde el nivel de detalle hasta el edificio completo. Una recopilación un tanto ecléctica de contenidos, que en el caso de la carpintería de armar incluyen cimbras y sistemas de determinación geométrica del perfil de arcos, bóvedas y cúpulas, e incluso un puente en arco de celosía, aparte de forjados y armaduras de cubierta. La estimación del coste de las obras ocupa un capítulo importante en los manuales de Pain, que se señala incluso en sus títulos: por ejemplo tanto The builder’s golden rule (1781) como The practical
house carpenter (1794), completan su presentación añadiendo al título que incluyen «An estimate of prices for materials and labour ...».
Armaduras de cubierta En relación con los tipos, continúan proponiéndose soluciones para cubiertas a dos aguas: de par y pendolón si la luz es moderada (28 pies), y de cerchas de pendolón o varias péndolas para luces mayores (51 pies en las correspondientes a la figura 6). Finalmente, también esta misma lámina presenta una de las escasas soluciones de cubierta quebrantada que encontramos en los textos prácticos ingleses de esta época. Las reglas de trazado siguen siendo extremadamente simples; para los casos descritos se limitan a proponer dar a los pares una longitud igual a 3/5 del ancho del vano (que supone una pendiente moderada de 33,56 grados). Y en cuanto al dimensionado, en todas las láminas se indican las dimensiones de las piezas, y con carácter general se incluye además una tabla para entramados y cubiertas, que el propio Pain presenta con carácter simplemente «orientativo». Es similar a la de Price, y como ya hiciera Muller estima correctamente mayor la resistencia del roble que la de las coníferas; pero pese a ser posterior propone valores algo mayores que los de Price.
Forjados y vigas compuestas y armadas Aparte de los dos sistemas de disposición de elementos de forjado, que dan lugar a los denominados sencillo (single floor) y en puente (bridge floor), se presta especial atención a las soluciones de encuentro de piezas en vigas y los sistemas de refuerzo. En la figura 7 podemos ver los propuestos para la formación de vigas armadas: con estructura intermedia de refuerzo formada por dos pares y un montante central que actúa como sistema de pretensado del conjunto; o con solución de tres tramos acodalados entre piezas intermedias trabajando a modo de arco. En ambos casos, se divide la viga longitudinalmente a fin de alojar en el centro la estructura adicional y se asegura el conjunto con pernos metálicos que eviten que la estructura se «abra».
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Figura 6 Armaduras de gran luz, con indicación gráfica de la regla de trazado propuesta (izq.) y cubierta quebrantada sobre estructura jabalconada (dcha.) (Pain 1794)
Figura 7 Vigas compuestas y refuerzo de vigas armadas (Pain 1794)
Para finalizar este breve repaso a los textos del XVIII, nada mejor que algunos apuntes sobre la obra de Peter Nicholson (1765–1842) The Carpenter and Joiner’s Assistant (1797), una guía de construcción con madera en la que por primera vez comienza a prestarse atención al cálculo y se analiza el com-
portamiento resistente de algunas estructuras. Los manuales de construcción adquieren con Nicholson la categoría de manuales técnicos, al considerar no sólo la aplicación práctica sino también el fundamento científico de las soluciones expuestas. A partir de este momento ya no se tratará de repetir soluciones tradicionales más o menos afortunadas y aplicar fórmulas pseudo-empíricas para proyectarlas, sino de intentar calcularlas utilizando los principios de la teoría de estructuras y la resistencia de materiales. La obra tiene carácter global e incluye tanto la carpintería de armar como la de taller. Y excepto el capítulo dedicado a la resistencia de la madera y los análisis técnicos, la exposición de contenidos es fundamentalmente gráfica.
Forjados, entramados verticales y armaduras de cubierta Junto al forjado simple unidireccional, se describe el denominado double floor, en el que se disponen dos órdenes de viguetas superpuestas: las denomi-
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Figura 8 Entramado reforzado con armadura (izq.); cubiertas y regla de trazado (dcha.) (Nicholson 1797)
nadas de atado (binding joists) y sobre ellas, las de reparto (bridging joists), permitiendo resolver vanos de gran luz. En el caso de los entramados verticales, tan sólo se incluye un ejemplo, pero corresponde a una novedosa propuesta que combina el entramado y la armadura (figura 8 izq.) Se trata de una estructura en la que el elemento horizontal situado a la altura del dintel de los vanos (lintle-piece), trabaja en realidad como tirante de una estructura de refuerzo formada por: las dos riostras de la parte superior del entramado, dos de los pilarejos de esta zona (que de hecho reciben el nombre de péndolas o queen posts) y la propia carrera del piso superior, que sirve de puente de la estructura. Es por tanto una auténtica armadura (de hecho todas los ensambles de piezas son los correspondientes a una cercha convencional de dos péndolas) que curiosamente se presenta como solución de entramado. En el capítulo de armaduras de cubierta sorprenden tanto la simplicidad de los tipos propuestos en un texto tan avanzado en el tiempo, como la regla de
trazado descrita, que recuerda a las de los carpinteros españoles del siglo XVII (figura 8 dcha.) Consiste en dividir en tres partes iguales la distancia a salvar levantando perpendiculares por los puntos intermedios. Se une la intersección de cada perpendicular y la circunferencia de diámetro igual al vano con el extremo más alejado de dicho diámetro para determinar la situación de los pares de la armadura, cuya pendiente resultante es de 35,26º.
Contenidos técnicos Aunque hasta el XVIII apenas se había llegado a analizar más que la flexión en vigas y las experiencias se limitaban a ensayos de rotura efectuados con probetas pequeñas cuyos resultados muchas veces no permitían validar los modelos teóricos, poco a poco se fueron desarrollando e incorporándose no sólo en las publicaciones científicas sino igualmente en los tratados de construcción. En Inglaterra, sólo a partir de la segunda mitad del siglo comienza a incluirse en los textos prácticos
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Figura 9 Contenidos técnicos de la lámina de resistencia de la madera (Nicholson 1797)
apenas el tema del comportamiento resistente de la madera. La obra de Nicholson presenta una pequeña historia de las teorías y experiencias realizadas por los franceses Belidor, Buffon y Duhamel du Monceau y el holandés Musschenbroek, las conclusiones a las que llegaron y los resultados de sus ensayos. Y pese a que su intención última es poder concretar todo análisis en reglas de fácil aplicación, por primera vez se tiene conciencia de la necesidad de integrar las teorías científicas y la práctica constructiva. Marca un punto de aproximación al carácter de las publicaciones de esta misma época en el resto de Europa. Y si bien todavía pesa el distanciamiento al que hemos hecho referencia, y tanto en los tipos emplea-
dos como en el carácter de los textos se siguen apreciando diferencias, a partir de este momento asistiremos a un fructífero proceso de aproximación que en el caso de Inglaterra se verá reflejado en la publicación de tratados de construcción mucho más técnicos que los vistos hasta este momento. In the course of the last century several treatises on Carpentry have Appeared ; but in none of them is to be found any thing on the mechanical principles of the art, except it be a few rules for calculating the strength of timber ... As the mechanical principles of Carpentry have never been published in a separate form, I have attempted, in the following pages, to supply that defect (Tredgold 1820, Author’s Preface).
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M. I. Gómez
LISTA DE REFERENCIAS Belidor, B. F. 1929. La Science des Ingenieurs dans la conduite des travaux de fortification et d’architecture civile. París: Claude Jombert. Moxon, Joseph. 1677–1680. Mechanick Exercises, or the Doctrine of Handy-Works: began Jan. 1677, and intended to be monthly continued by _. London: printed by Joseph Moxon. Muller, John. 1747–57. A Treatise of Fortification, and a Treatise of Artillery. London. Muller, John. 1769. Tratado de Fortificación, ó Arte de construir los Edificios Militares, y Civiles. Escrito en inglés, por_. Traducido en castellano, dividido en dos Tomos, y aumentado con notas, adiciones, y 22 Laminas ... por D. Miguel Sanchez Taramas. Barcelona: Thomas Piferrer. Nicholson, Peter. 1797. The Carpenter and Joiner’s Assistant; containing practical rules for making all kinds of joints, and various methods of hingeing them together. London: I. and J. Taylor. Pain, William. 1781a. The builder’s golden rule, or The youth’s sure guide: containing the greatest variety of ornamental and useful designs in architecture and carpentry ... London: H. D. Steel. Pain, William. 1794. The practical house carpenter; or, youth’s instructor: containg a great variety of useful designs in carpentry and architecture ... London: I. and J. Taylor.
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