La oposición al sistema liberal. El carlismo

12.1. EL REINADO DE ISABEL II. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL: CARLISMO Y GUERRA CIVIL. LA CUESTIÓN FORAL. CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERA

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12.1. EL REINADO DE ISABEL II. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL: CARLISMO Y GUERRA CIVIL. LA CUESTIÓN FORAL. CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. Tras la muerte de Fernando VII se inicia el reinado de Isabel II. Se divide en dos etapas: las regencias de Mª Cristina y Espartero (1833-1843) durante la minoría de edad y el reinado efectivo (1843-1868). En este periodo se impone definitivamente en España el liberalismo como única solución para hacer frente a los problemas económicos y a la guerra carlista. Isabel II se encontrará con una oposición absolutista (carlistas), unos partidos liberales débiles –ya que el atraso económico español de mediados del S. XIX impide el desarrollo de una clase burguesa fuerte- y divididos en moderados y progresistas y un ejército reforzado por su protagonismo en la guerra carlista que intervendrá de forma activa en los cambios políticos mediante los pronunciamientos. La oposición al sistema liberal, que se implantó en España desde 1834, estuvo representada por el carlismo. El movimiento carlista surgió en la etapa final del reinado de Fernando VII como rechazo a su tímido reformismo. En un principio se llaman “los apostólicos” pero, al surgir el problema sucesorio, se les llamó carlistas por defender los derechos dinásticos de Carlos Mª Isidro. El carlismo es una ideología antiliberal, inmovilista y tradicionalista que rechaza todo progreso (incluyendo la revolución industrial). Sus principios son: - El mantenimiento de la monarquía absoluta, de las instituciones del Antiguo Régimen y de la supremacía de la Iglesia. - La defensa de los fueros que mantienen el País Vasco y Navarra: sus instituciones autónomas y sus privilegios (exención fiscal y de quintas para el servicio militar y autonomía judicial) frente al uniformismo liberal. La oposición al El carlismo es un movimiento rural, que se apoya en los pequeños y medios campesinos de sistema liberal regiones del norte -sobre todo las de tradición foral (País Vasco, Navarra, norte de Aragón y Cataluña y el Maestrazgo)-, en el bajo clero y la baja nobleza. Por su propio carácter está El carlismo condenado al fracaso pero, sus fuertes apoyos sociales y su forma de lucha (guerrilla) dificultarán su derrota agotando los recursos de la Hacienda. Hay tres guerras carlistas motivadas por cuestiones ideológicas y dinásticas. - 1ª guerra carlista (1833-1839) es la más importante y larga. Se inicia poco después de morir Fernando VII defendiendo el trono para Carlos Mª Isidro. Sus éxitos iniciales se deben al genio de Zumalacárregi que organiza un ejército a partir de dispersas guerrillas. Su muerte en el sitio de Bilbao, el reforzamiento del ejército liberal y las divisiones internas llevaron al Convenio de Vergara entre Espartero y Maroto por el que reconocen a Isabel II a cambio de mantener los fueros y las graduaciones militares de los carlistas. El ala intransigente, con Ramón Cabrera (el Tigre) al frente, siguió la guerra en el Maestrazgo durante un año más. - 2ª guerra carlista (1846-1849) se produce como rechazo por la boda entre Isabel II y el pretendiente carlista, Carlos VI, hijo y sucesor de Carlos Mª Isidro. Se desarrolló sobre todo en Cataluña. - 3ª guerra carlista (1872-1876) se produce por el rechazo a Amadeo de Saboya, y a las medidas progresistas del Sexenio Revolucionario. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL1 Los artífices del régimen liberal son los partidos políticos, la Corona y el ejército.

Los partidos políticos liberales

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Los partidos políticos liberales, que representan los intereses de la burguesía, acabaron con el Antiguo Régimen y convirtieron a España en un estado liberal-burgués. Se dividen en moderados y progresistas. Los dos sectores coinciden en la necesidad de acabar con el absolutismo y el Antiguo Régimen e instaurar un estado liberal (soberanía nacional, separación de poderes, derechos individuales) bajo la forma de monarquía constitucional; en la defensa del centralismo y uniformismo del Estado frente al foralismo. Pero se diferencian en la en la forma de concretar o desarrollar esos principios básicos.

Este apartado se puede incluir también en los temas 12.2. y 12.3. a modo de introducción La construcción del Estado liberal

Sus líderes principales son: Martínez de la Rosa, Narváez,..... Se apoyan en las clases altas (oligarquía agraria y financiera) que exigen “orden” y control del pueblo. Su ideología política es el liberalismo doctrinario que defiende: - La soberanía compartida (Rey-Cortes) que otorga amplios poderes a la Corona (poder moderador): nombra jefe de gobierno, convoca y disuelve las Cortes, y tiene veto legislativo. Legislativo bicameral: Senado de elección real y Congreso elegido mediante Moderados sufragio censitario muy restringido (-1% de la población). - Limitación de derechos y libertades individuales mediante leyes restrictivas. - Control de los ayuntamientos por el gobierno central. - Confesionalidad católica del Estado. El sufragio restringido a las clases más altas y el apoyo de la Corona les permiten acceder y mantenerse en el poder durante casi todo el reinado efectivo de Isabel II. Sus líderes principales son: Mendizábal, Espartero, Madoz, Prim,..Se apoyan en las clases medias urbanas que ponen “la libertad” por delante del orden. Su ideología política es el liberalismo progresista que defiende: - La soberanía nacional en teoría aunque en la práctica admiten el principio de soberanía compartida. Legislativo bicameral: Senado elegido por la Corona a partir de una lista que le presentan los electores. Congreso elegido por un sufragio censitario más amplio que Progresistas amplía el voto a las clases medias. - Derechos y libertades individuales sin limitación - incluyendo la libertad religiosa- y cierta tolerancia hacia el derecho de asociación. - Ayuntamientos democráticos elegidos por los vecinos. - Separación de Iglesia-Estado y cierto anticlericalismo. Para acceder al poder han de acudir a movilizaciones populares y pronunciamientos militares. - La Unión Liberal de O´Donnell es una escisión de los moderados más cercanos a los progresistas, que aparece en las elecciones de 1854. Restó importancia y personalidades al partido moderado. Otros partidos - El partido Alfonsino (después llamado conservador) fue creado por Canovas durante el Sexenio Revolucionario (1872). Recoge la herencia del partido moderado y de la Unión Liberal. - Las tendencias demócratas-republicanas son una escisión del partido progresista (1840) por la izquierda. Defienden el sufragio universal, unas libertades individuales más amplias, los derechos de reunión y asociación, la intervención del Estado para equilibrar desigualdades y garantizar la enseñanza primaria gratuita, la asistencia social Las Constituciones de 1837 (progresista) y la de 1845 (moderada) recogen el principio de soberanía compartida que otorga amplias prerrogativas a la Corona. Mª Cristina e Isabel II abusaron de su poder favoreciendo al partido moderado o tomando decisiones por caprichos La Corona de su vida privada (afán de lucro de Mª Cristina o agitada vida sentimental de Isabel II). Esto desprestigio y debilitó a la Corona. La importancia adquirida por el ejército en la guerra carlista y la debilidad de los partidos liberales (sin amplia base social) explican la intervención constante de los altos cargos militares (espadones) en la vida política. Los cambios políticos se hicieron mediante pronunciamientos militares, gran parte de las figuras políticas de este periodo salieron de las El ejército filas del ejército y muchos gobiernos fueron presididos por militares. Unos son progresistas (Espartero, Prim) y otros moderados (Narváez, O´ Donnell) pero su participación en la política va casi siempre acompañada de un recorte de las libertades civiles. EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL - En las regencias de Mª Cristina y Espartero predominó el proyecto progresista que desmanteló el Antiguo Régimen. - En el reinado efectivo de Isabel II predominaron los moderados que crearon un estado liberal muy autoritario y conservador que excluyó de sistema político a la mayoría de la población. - La revolución del 68 condujo al Sexenio Revolucionario, en el que se intentó construir un estado democrático, primero con la forma monárquica y luego republicana.

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Un golpe de Estado acabó con la experiencia revolucionaria y condujo al régimen de la Restauración con la vuelta de la monarquía borbónica (Alfonso XII) y la implantación del sistema canovista. La construcción del Estado liberal

12.2. EL REINADO DE ISABEL II. LAS REGENCIAS Fase de transición (1833-1835). Intento de conciliar absolutismo y liberalismo. -

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Regencia de Mª Cristina (1833-1840)

Gobierno de Cea Bermúdez (1833) absolutista moderado, que emprende reformas administrativas, como la división provincial de Javier de Burgos, pero no políticas. El inicio de la 1ª guerra carlista obligó a la Regente a acercarse a los liberales moderados y nombra jefe de gobierno a Martínez de la Rosa (1834). Su proyecto de reforma política intenta conciliar liberalismo y absolutismo, sin convencer a nadie. El Estatuto Real (Carta otorgada) establece un liberalismo moderado muy restringido: no garantiza las libertades, las Cortes son consultivas y bicamerales: Cámara Alta de elección real y vitalicia y Cámara Baja por un reducido número de electores con rentas altas.

Fase de ruptura (1835-1840). Los gobiernos progresistas desmantelan el Antiguo Régimen e implantan el estado liberal. Las sublevaciones populares (1834, 1835 y 1836) y la rebelión de los sargentos de la Granja (1836) llevan al poder a los progresistas, dirigidos por Mendizábal. El gobierno Mendizábal-Calatrava: - Convoca elecciones a Cortes Constituyentes que elaboran la Constitución de 1837 que trata de armonizar las dos corrientes liberales: la progresista (reconocimiento de los derechos individuales –libertad de imprenta y garantías procesales-, etc.) y la moderada (soberanía compartida) y aprueban la Ley Electoral, Ley de Imprenta y de Ayuntamientos progresista. - Reformas económicas liberales: desamortización eclesiástica, supresión de la propiedad vinculada –señoríos jurisdiccionales y mayorazgos-; etc. La regente utiliza sus poderes constitucionales para nombrar gobiernos moderados que elaboran proyectos para modificar las leyes anteriores. Los progresistas recuperan el poder mediante una insurrección popular y la ayuda de Espartero que se niega a sofocar las revueltas y se hace con la Regencia al abandonar Mª Cristina La Regente abandona y termina desplazando a la Regente. Espartero aplica las leyes de los gobiernos progresistas anteriores (desamortización, supresión del diezmo, etc.) pero gobernará de forma autoritaria y excluyente despertando la oposición no sólo de los moderados sino también muchos progresistas. El proyecto de tratado librecambista con Gran Bretaña provocó una sublevación en Cataluña a la que respondió con una fuerte represión.

Regencia de Espartero (1840-1843)

Una insurrección civil y militar de progresistas y moderados terminó con la regencia de Espartero. Las Cortes adelantaron la mayoría de edad de la reina.

La construcción del Estado liberal

12.3. ISABEL II (1843-1868): EL REINADO EFECTIVO En este periodo, ya desmantelado el Antiguo Régimen, se construye el nuevo estado liberal. El protagonismo corresponde a los moderados que gobernaron durante toda la etapa – excepto durante el Bienio Progresista- imponiendo un liberalismo conservador y autoritario en beneficio de la oligarquía terrateniente y financiera. Se limitaron las libertades y se excluyó del sistema político a la mayoría de la población. Los progresistas –en colaboración con los unionistas- volvieron a utilizar el pronunciamiento para llegar al poder.

DÉCADA MODERADA (1843-1854) El general Narváez es la principal figura política y líder de los moderados que imponen un sistema liberal conservador siguiendo los principios del liberalismo doctrinario. - Constitución de 1845: soberanía compartida, amplios poderes a la Corona, Senado de elección real y vitalicio, restricción de los derechos individuales, confesionalidad católica del Estado. - Ley de Imprenta que establece la censura y Ley Electoral que establece un sufragio censitario muy restringido (1%). - Creación de la Guardia Civil. - Política centralista y uniformadora: control Ayuntamientos por el gobierno; reforma fiscal de Mon, Ley de Educación de Moyano, sistema de quintas, etc. - Concordato con la Iglesia (1852): el estado financia el clero y el culto católico. Eliminan los elementos progresistas que pueden provocar revueltas Los progresistas son marginados del poder. El autoritarismo, la manipulación electoral y la corrupción llevaron a la escisión de los moderados (puritanos) que protagonizaron la Vicalvarada.

BIENIO PROGRESISTA (1854-1856) Los generales puritanos proclaman el Manifiesto de Manzanares para atraerse a los progresistas y a la población. Los progresistas y demócratas organizan sublevaciones que obligan a la reina a acudir al apoyo de Espartero. El gobierno de coalición Espartero-O´Donnell restaura las leyes progresistas de 1837 y lleva a cabo importantes reformas económicas: desamortización general de Madoz (eclesiástica y civil), ley de ferrocarriles, ley de bancos y SA. Las Cortes elaboran la Constitución no nata de 1856. El descontento de las clases populares, la crisis económica y la tolerancia hacia el asociacionismo obrero provocaron una fuerte conflictividad social que provocó la división del gobierno. La reina aprovecha para entregar el poder a O´Donnell. ÚLTIMOS AÑOS. La alternancia entre la Unión Liberal y los moderados (1856-1868). Se restablece la Constitución de 1845 y se vuelve a la mala práctica anterior (política de camarillas, disolución de las Cortes y manipulación electoral y represión de la oposición. - El largo periodo de los unionistas (1858-1863) se caracterizó por la euforia económica y el intervencionismo exterior. - La vuelta de los moderados conduce a la crisis de un sistema que se vuelve cada vez más autoritario y excluyente. - La oposición de progresistas y demócratas se fortalece -a pesar de la represión- y cuenta con un importante apoyo de los intelectuales: organiza las primeras protestas estudiantiles y sublevación de los sargentos de San Gil. - La muerte de los dos líderes y la crisis económica agravan la situación. La oposición promueve el Pacto de Ostende al que suman muchos unionistas. La construcción del Estado liberal

12.4 EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): INTENTOS DEMOCRATIZADORES. REVOLUCIÓN, EL REINADO DE AMADEO DE SABOYA Y LA PRIMERA REPÚBLICA.

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Las causas son variadas: - El desprestigio del gobierno y de la Corona por las políticas autoritarias y excluyentes y la política de camarillas. - La crisis económica del 65 y 66 que provocó un gran descontento popular. - La muerte de los dos líderes: Narváez y O´Donnell - La organización de la oposición: firma del Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas. Revolución del 68 La revolución empieza con el pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz, de acuerdo Prim y Serrano. Un levantamiento popular y la victoria de Serrano en Alcolea sobre el ejército realista provocan la caída del gobierno moderado y la marcha de Isabel II al exilio. Se forma un doble poder: - El Gobierno Provisional, de unionistas y progresistas, aspira a un régimen liberal más abierto. Las Juntas revolucionarias, dirigidas por los demócratas, aspiran a un sistema democrático y reformas sociales (supresión de quintas y consumos,..) Gobierno - Disuelve las Juntas con dificultad y aceptando sus reivindicaciones democráticas. Provisional presidido - Convoca elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. por Serrano Las elecciones fueron ganadas por los partidos gubernamentales, los republicanos son la segunda fuerza, los carlistas sólo tienen apoyos en la zona vasco-navarra y los alfonsinos son una minoría. Las Cortes aprueban la Constitución de 1869, de carácter democrático. - Soberanía nacional. - Estricta separación de poderes. El poder legislativo recae en las Cortes bicamerales (Senado y Congreso): aprueban las leyes y controlan al gobierno. El poder ejecutivo en el Gobierno y el judicial en los Tribunales. El poder real está limitado: sanciona y promulga las leyes. Sufragio universal masculino para mayores de 25 años. - Los derechos individuales garantizados y otros derechos (libertad de culto, reunión, de asociación, de enseñanza). - Se discute sobre la forma de estado y se aprueba la monarquía constitucionaldemocrática. La construcción del Estado liberal

Regencia de Serrano Gobierno de Prim (1869-1870)

Serrano es nombrado regente y elige a Prim como presidente de gobierno. Los problemas del nuevo gobierno son: -

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Monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873)

1ª República (1873)

El final de la 1ª República (1974)

La guerra de Cuba, una sublevación independentista iniciada en 1868, que durará 10 años. Los conflictos sociales: sublevaciones populares organizadas por los republicanos, huelgas organizadas por las primeras organizaciones obreras y motines de subsistencia. El déficit público que se redujo parcialmente gracias a la desamortización del subsuelo. La búsqueda de un nuevo rey que no resultó fácil por el veto impuesto a algunos candidatos. El elegido será Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II.

El nuevo rey contará con pocos apoyos. Su gran valedor, Prim, es asesinado por lo que se encuentra en una situación difícil. Es rechazado por carlistas, alfonsinos y republicanos y por la Iglesia y la aristocracia. El pueblo se muestra indiferente. Se encuentra con numerosos problemas: - Las disensiones en los partidos de la coalición de gobierno provocan una gran inestabilidad política. - La crisis económica, iniciada en 1866, se ve agravada por las guerras. - La radicalización del movimiento obrero y de sectores republicanos, que optan por la vía revolucionaria. - La escalada de la guerra de Cuba y el inicio de la 3ª guerra carlista en 1872. Esta difícil situación hace crecer la influencia del Partido Alfonsino, de Cánovas del Castillo, entre las fuerzas conservadoras (la aristocracia, la burguesía catalana, los hacendados de Cuba y la iglesia).Amadeo decide abdicar. Las Cortes, aunque con mayoría monárquica, proclamaron la I República gracias a un pacto entre demócratas cimbrios, radicales de Ruiz Zorrilla y republicanos. El nuevo régimen nacía con escasos apoyos sociales y políticos (sectores de las clases medias e intelectuales). - Se emprendieron reformas radicales como supresión de quintas y consumos, de la esclavitud en Puerto Rico, legislación social avanzada (reglamentación del trabajo infantil y de la jornada laboral) y un proyecto constitucional que establecía una República Federal y la separación del Estado y la Iglesia. - La situación política y social se agravó por:  La guerra carlista y de Cuba crecen en intensidad.  La radicalización del movimiento obrero y campesino.  La insurrección cantonal organizada por republicanos radicales.  El aumento de la influencia del Partido Alfonsino y las conspiraciones militares.  La falta de apoyo internacional.  La inestabilidad política debida a la división de los republicanos y a su incapacidad para hacer frente a los problemas de orden público. Se sucedieron 4 presidentes en un año: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. Los dos últimos dan un giro conservador apoyándose en el ejército para reprimir las revueltas. El general Pavía entró en el Congreso y dio un golpe de Estado que acabó con la República Federal. Castelar dimitió. Serrano presidió una República presidencialista que adoptó medidas conservadoras para imponer el orden: deja en suspenso la Constitución y de los derechos y libertades, ilegaliza a la 1ª Internacional (AIT) y el asociacionismo obrero y reprime el movimiento cantonal. Cánovas preparaba la vuelta de la monarquía borbónica: primero consiguió la abdicación de Isabel II, después redactó e hizo firmar a Alfonso el Manifiesto de Sandhurst en el que exponía sus ideas, y el tercer paso sería la aprobación de las Cortes del nuevo rey pero el general Martínez Campos se adelantó a los hechos. La construcción del Estado liberal

12.5. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. Reinado de Alfonso XII: el sistema canovista y la Constitución de 1876. La Restauración es el nombre que recibe una larga etapa de la historia de España, derivado de la restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. La primera etapa de la Restauración corresponde al reinado de Alfonso XII (1875-1885). La Restauración se inició con el pronunciamiento del general Martínez Campos pero el artífice del sistema fue el abogado conservador, Cánovas del Castillo, que consiguió la abdicación de Isabel II e hizo firmar a Alfonso XII el Manifiesto de Sandhurst, pero no su nombramiento por las Cortes porque Martínez Campos se adelantó. El sistema canovista tenía como objetivo una estabilidad política en base a un consenso entre las dos grandes familias liberales, evitando revoluciones que pusieran en peligro los intereses de las clases altas. Se asienta entre 3 bases:  La Constitución de 1876, vigente hasta 1923. Intenta armonizar las dos posturas liberales. Es fundamentalmente moderada (inspirada en la de 1845): soberanía compartida, amplios poderes de la Corona, carácter oficial de la religión católica, centralismo administrativo, etc.; pero reconoce en teoría los derechos y libertades individuales que serán regulados por leyes. El tipo de sufragio no aparece en la Constitución sino en una Ley Electoral que establece el censitario (1878) con Cánovas y el universal con Sagasta (1890).  El turno pacífico de 2 Partidos: alternancia en el poder del partido conservador de Cánovas y del liberal de Sagasta, que se realizaba gracias a un pacto previo entre ambos y la manipulación electoral mediante el “encasillado”.  El caciquismo era el instrumento de la manipulación electoral. Los caciques, personas ricas e influyentes de la España rural utilizaban su poder económico para presionar a los electores o realizaban el fraude (pucherazo). En esta primera etapa predominaron los gobiernos conservadores (Cánovas) con los que se asentó el sistema gracias a la pacificación del país (fin de la guerra carlista y de Cuba), al agotamiento de la sociedad por la inestabilidad anterior, a la coyuntura económica favorable y a la popularidad del rey. 12.6. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN: La Regencia de Mª Cristina de Habsburgo y el turno de partidos. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo. La muerte prematura del rey colocó en la regencia a Mª Cristina de Habsburgo (1875-1900), 2ª mujer de Alfonso XII, con poca experiencia por lo que los líderes firmaron el Pacto del Pardo para fortalecer el sistema. El “gobierno largo” de Sagasta (1885-1890) se caracteriza por: - Las reformas políticas que convierten a España en una teórica democracia: libertad de prensa, de imprenta y de cátedra, derecho de asociación, jurado y sufragio universal. - Iniciar la preocupación por “la cuestión social” (condiciones de vida de la clase obrera) - Una política económica proteccionista en una situación de crisis económica. La oposición al sistema es minoritaria. La forman: -

Los carlistas que renuncian a las armas y participan en las elecciones. Siguen teniendo cierto apoyo en el norte. División entre moderados que aceptan el sistema e integristas. Los republicanos están muy divididos. Exigen mayor democratización y reformas sociales. Mantienen cierto apoyo de las clases medias urbanas que les permitirá tener diputados en las Cortes desde 1890. Los socialistas. En 1879 se crea el PSOE de ideología marxista. Rechazan el capitalismo pero participan en la lucha electoral –dejando la revolución socialista para el futuro- para conseguir mejorar la condición de los obreros. El POSE crea la UGT. La construcción del Estado liberal

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El movimiento obrero está dividido desde 1872 (disputas entre Marx y Bakunin en la I Internacional): o Anarquistas: rechazan el capitalismo y todo tipo de autoridad. Su objetivo inmediato es la revolución inmediata y la creación de colectividades igualitarias. Es el grupo mayoritario (Andalucía y Cataluña). Crearon sindicatos muy fuertes (FRE dentro de la I Internacional, FRT y Solidaridad Obrera) pero la represión y sus divisiones internas les debilita cada cierto tiempo. o Socialistas. La UGT utiliza tácticas moderadas (huelga, negociación, lucha política). Son minoritarios (obreros del País Vasco y Madrid). Su crecimiento es lento pero continuado. - La oposición intelectual. - El regionalismo y el nacionalismo aparecen en las regiones con lengua propia, tradiciones foralistas y rasgos peculiares (mayor industrialización) como rechazo al uniformismo liberal y por influencia del nacionalismo europeo. o El nacionalismo catalán es moderado: reclama el proteccionismo y la autonomía. En 1882 Valentí Amirall creó el Centre Catalá; en 1891 Enric Prat de la Riba fundó la Unión Catalanista, que elaboró las Bases de Manresa, primer programa catalanista. En 1901 se formó la Lliga de Francesc Cambó, un gran partido conservador de la burguesía catalana. o El nacionalismo vasco en su origen (PNV, de Sabino Arana) es radical, antiespañolista, independentista, racista e integrista católico; pero pronto se divide entre un sector moderado y otro radical. Se apoya en el campesinado. Hasta principios del S. XX carece de fuerza. 12.7. GUERRA COLONIAL Y CRISIS DE 1898 Las colonias americanas, Puerto Rico y sobretodo Cuba tienen un gran interés económico para España. Su economía se basa en la agricultura de plantación destinada a la exportación (caña de azúcar, tabaco y algodón) con mano de obra esclavista. Los hacendados y la burguesía catalana con un mercado exclusivo (protegido) para su industria son los grandes beneficiados. El pueblo y los comerciantes criollos de las islas salen perjudicados económicamente (su comercio con EEU podría ser más beneficioso sin los fuertes aranceles proteccionistas), son gobernados por un Capitán General y carecen de derechos políticos. La influencia norteamericana es cada vez mayor en esta zona (grandes propietarios). - La 1ª guerra o “guerra larga” terminó con la Paz de Zanjón (1878) pero el descontento de los criollos se mantiene. El proyecto de autonomía de Maura (1893) será rechazado por la oligarquía peninsular y los hacendados españolistas. - En 1895 se reanuda la insurrección en Cuba (Grito de Baire) dirigida por el poeta José Martí que murió ese año; los capitanes Maceo y Máximo Gómez organizaron una implacable guerra de guerrillas. El gobierno de Madrid utilizó varias tácticas: negociación, guerra (Martinez Campos) y dureza (Weyler) que fracasaron. La destitución de Weyler (gobierno de Sagasta tras el asesinato de Cánovas) y la promesa de autonomía llegan tarde. - En Filipinas, estalló otra revuelta dirigida por Rizal y Bonifacio. La respuesta española fue primero militar (ejecución de los dirigentes) pero después se llegó a un acuerdo. - La ayuda americana a los rebeldes –con la intención imponer un imperialismo en zonas estratégicas- hizo imposible la victoria española. La explosión del Maine llevó a la guerra con EEUU. Los españoles no son conscientes de su inferioridad militar y se produce un desastre naval en Cuba y Filipinas. En el Tratado de París, España cedió Filipinas y Puerto Rico a los EEUU y reconoció la independencia de Cuba que quedó bajo la “protección americana”. Otras islas del Pacífico serían vendidas. La pérdida de las colonias provocó una gran conmoción social y trajo importantes consecuencias: - Demográficas: pérdida de 200.000 soldados, la mayoría de las clases inferiores; mutilados y enfermos que no reciben ayuda. El antimilitarismo aumenta a nivel popular. - Económicas: pérdida de mercados, repatriación de capitales y un mayor proteccionismo. - Militares: conciencia de la existencia de un ejército anticuado, con exceso de mandos y una tropa mal preparada; desprestigio del ejército que trata de paliar con la intervención en Marruecos. - Políticas: surge una corriente crítica con el poder que se plantea la regeneración de España, representada por Joaquín Costa. Los políticos del sistema se hacen eco de las críticas pero sus intentos de “renovación desde arriba” fracasaran. - Ideológicas: una fuerte crisis moral, de pesimismo y amargura invade al país (“España sin pulso). Este sentimiento se refleja en la Generación del 98 que reflexiona sobre el ser de España. La construcción del Estado liberal

12. LA CONSTRUCCIÓN Y LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO LIBERAL El liberalismo había fracasado en 1808 y 1820, por la mayor fuerza mostrada por los absolutistas apoyados por el rey, pero desde 1834 se impone como única solución para hacer frente a los problemas económicos y a la guerra carlista. El apoyo de los absolutistas a Carlos Mª Isidro obligó a la Corona a buscar el apoyo de los liberales. Pero los partidos liberales españoles son débiles – ya que el atraso económico español de mediados del S. XIX impide el desarrollo de una clase burguesa fuerte- y están divididos en moderados y progresistas; este hecho junto al protagonismo alcanzado por el ejército en la guerra carlista reforzó el papel de éste que se convirtió en elemento decisivo de la vida política. Los cambios políticos se producen siempre mediante pronunciamientos y los protagonistas de los mismos son los altos cargos militares. En estos años, se fue imponiendo una economía capitalista y creando el mercado nacional. 12.1. EL REINADO DE ISABEL II. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL: CARLISMO Y GUERRA CIVIL. LA CUESTIÓN FORAL. CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. 1. - La oposición al sistema liberal: Carlismo y guerra civil. La cuestión foral. Inmediatamente después de conocerse la muerte de Fernando VII, en septiembre de 1833, dejando como heredera a su hija Isabel de Borbón de tres años de edad y como regente a su esposa Mª Cristina, se producen los primeros levantamientos armados a favor del pretendiente Carlos (Carlos V para los carlistas) que se autoproclamó rey. La regente se vio obligada a apoyarse en los liberales para defender la corona para su hija ya que los absolutistas apoyaban a Carlos. Los dos bandos se enfrentaron en una guerra civil de seis años y muchas bajas por ambas partes.  En el bando isabelino se encontraban la alta nobleza, las altas jerarquías del ejército y de la Iglesia, la burguesía comercial y financiera y los trabajadores urbanos. A este bando se unieron los liberales ya que los carlistas eran acérrimos defensores del absolutismo.  En el bando carlista se agrupan los que se oponían a la revolución liberal o de ideología absolutista y tradicionalista. - Los campesinos, pequeños y medios campesinos de regiones del norte de España, muy apegados a las tradiciones religiosas, y temerosos de que el avance del capitalismo liberal amenace sus costumbres y les convierta en jornaleros (la desamortización y el nuevo sistema fiscal les perjudica). - La baja nobleza rural del norte de España que se sienta amenazada por la desaparición del mayorazgo y exención fiscal. - Gran parte del clero por que se opone a la desamortización, a la supresión de órdenes religiosas y a la desaparición del diezmo y por la ideología tradicionalista católica del carlismo. - Pequeños sectores del ejército y de la aristocracia. Los dos bandos contaban con apoyos internacionales: los países absolutistas (Austria, Prusia y Rusia) apoyaban a los carlistas y los países liberales (Francia y Gran Bretaña) junto con Portugal a los isabelinos. a) El carlismo Sus orígenes se remontan a la última etapa del gobierno de Fernando VII cuando éste se vio obligado a adoptar posturas más moderadas. Los absolutistas más intransigentes (apostólicos) se opusieron a Fernando VII, organizaron una sublevación en Cataluña (La revuelta de los agraviados o malcontents), crearon los voluntarios realistas y al surgir la cuestión sucesoria dieron su apoyo a Carlos Mª Isidro por lo que pasaron a llamarse carlistas. Sus precedentes se encuentran en los diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz (serviles) y en las partidas realistas del Trienio Liberal. La ideología carlista es contrarrevolucionaria, inmovilista o tradicionalista, rechaza el liberalismo y se opone a todo progreso -incluido el tecnológico de la revolución industrial-. Se resume en su lema: “Dios, patria y fueros” y su grito de guerra era “Religión y Carlos”. - Defiende la monarquía absoluta y de las instituciones del Antiguo Régimen. - Se opone a toda reforma liberal (libertades económicas, desamortización, etc.). La construcción del Estado liberal

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Defiende el tradicionalismo católico y los intereses de la Iglesia frente al laicismo. Se opone a la política centralizadora de los liberales -a nivel territorial y fiscal- defendiendo el mantenimiento de los fueros vasco-navarros (foralismo) con sus instituciones de autogobierno y justicia, exenciones fiscales y de quintas para el servicio militar.

Sus bases sociales son variadas y complejas – campesinos, clero y baja nobleza- pero limitada a las áreas rurales de territorios de tradición foral (Navarra, País Vasco y regiones montañosas del norte de Cataluña y Aragón) y la región montañosa del Maestrazgo (Teruel y Castellón). El carácter rural de este movimiento hacía difícil su derrota al adoptar la guerrilla como forma de lucha - aprendida durante la Guerra de la Independenciapero también hacía imposible su victoria ya que nunca consiguieron el apoyo de ninguna ciudad importante ni siquiera del País Vasco y Navarra (Bilbao, Pamplona, San Sebastián fueron liberales a lo largo de todo el conflicto). Estella y Morella fueron las principales ciudades y reductos del carlismo. Tampoco controlaron ningún territorio productor de trigo. b) Las guerras carlistas. Los carlistas se alzaron en armas en 3 ocasiones debido a: -



La cuestión sucesoria: no admiten la legitimidad de Isabel (y de las mujeres) y defienden los derechos de Carlos, el hermano de Fernando VII, ya que no consideran derogada Ley Sálica. A la muerte de Carlos (Carlos V para los carlistas) sus descendientes siguieron encabezando el movimiento. El pleito siguió hasta mediados del S. XX. El enfrentamiento ideológico entre liberalismo y absolutismo.

1ª Guerra carlista (1833-1839) fue la más importante y larga. La guerra se desarrolla en tres etapas: - 1ª etapa (1833-35). Al morir Fernando VI, los carlistas formaron guerrillas que consiguieron dominar las zonas rurales del País Vasco, de Navarra, norte de Cataluña y el Maestrazgo utilizando la técnica de la guerrilla. Las ciudades se mantienen fieles a Isabel II. Los liberales tardan en organizarse, mientras que los carlistas cuentan con el genio militar de Zumalacárregui que organizó un ejército de 30.000 hombres englobando a las guerrillas dispersas. Aunque mantuvo en su poder las zonas rurales anteriores, no pudo tomar Pamplona ni las capitales vascas. Puso sitio a Bilbao, muriendo en el fracasado asedio en 1835. - 2ª etapa (1835-1837) Hay un equilibrio de fuerzas entre los dos bandos. En el Maestrazgo y Aragón destacó el general Cabrera, que organizó guerrillas. El ejército isabelino logró la victoria de Mendigorría. Los carlistas organizaron expediciones fuera su territorio para extender la insurrección como la del general Gómez (1836) que llegó a Andalucía o la del pretendiente Carlos hasta las puertas de Madrid (1837) sin mucho éxito. A partir de 1837, el ejército liberal fue mejorando en recursos y organización, dirigido por el general Espartero, que obtiene la victoria de Luchana que levanta el asedio de Bilbao. - 3ª etapa (1838-1840) Las derrotas carlistas se suceden y en sus filas aparecen divisiones internas entre los partidarios de acabar la guerra y los exaltados. En 1939, la superioridad militar de los liberales es aplastante y el sector moderado del carlismo se rindió. Maroto, jefe del ejército carlista, y Espartero firmaron el Convenio de Vergara (sellado simbólicamente con un abrazo): los carlistas reconocían a Isabel II a cambio de la integración del ejército carlista en el isabelino con los mismos grados y la promesa de negociar los fueros vasco-navarros (de ellos se mantendría una parte). Carlos Mª Isidro, contrario al acuerdo, se exilió en Francia. La construcción del Estado liberal

Los carlistas más intransigentes, liderados por Ramón Cabrera (apodado “El Tigre” por sus métodos crueles) continuaron la guerra en el Maestrazgo hasta la toma de Morella (Castellón) en 1840 por Espartero. Desde 1840 el carlismo, reivindicando el mantenimiento de los fueros, siguió teniendo un apoyo popular que les permitió tomar las armas en dos ocasiones aunque sin la trascendencia de la primera pero perjudicando gravemente a la economía nacional. 

2ª Guerra carlista (1846-1849) se desencadena por el fracaso de la boda entre Isabel II y el sucesor de Carlos Mª Isidro (Carlos VI) lo que habría resuelto el pleito dinástico. Se conoce como guerra dels matiners. Se desarrolla en Cataluña y Levante. En este conflicto volvió a participar el general Cabrera. Los carlistas fueron derrotados pero se produjeron posteriormente algunas sublevaciones como el frustrado pronunciamiento de Carlos VI en San Carlos de la Rápita (Castellón) en 1860.



3ª Guerra carlista (1872-1876) es iniciada por Carlos VII, nieto de Carlos Mª Isidro. Al producirse la revolución del 68, los carlistas moderaron sus posturas para atraerse a las clases conservadoras y crearon un partido llamado Comunión Católica-Monárquica pero terminaron tomando las armas por rechazo al rey intruso, Amadeo de Saboya, y a las medidas progresistas del Sexenio Revolucionario. La guerra se desarrolló en Cataluña, Navarra y el País Vasco. Los carlistas consiguieron algunas victorias (Montejurra, etc.) pero fracasaron de nuevo en la ocupación de Bilbao, realizaron expediciones por el interior de la península como el cruel saqueo de Cuenca y llegaron a crear una estructura estatal en Estella con emisión de moneda. Los carlistas fueron derrotados por el general Martínez Campos –ya durante la Restauración- lo que supuso la supresión de los fueros e instituciones del País Vasco (1876) aunque conservando la autonomía fiscal mediante los conciertos económicos (1878)

La Restauración de los Borbones en el trono (1876) trajo el declive del carlismo –pero no su desapariciónya que toda la derecha española se aglutinó al lado de los Borbones. 2.- La construcción y la evolución del estado liberal Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se llevaron a cabo reformas que asentaron el régimen liberal en España. La vida política estuvo protagonizada por los dos grandes partidos liberales: moderados y progresistas que, aunque unidos frente al carlismo, mantienen posturas distintas sobre la organización del estado liberal. -

Los moderados defienden el principio de soberanía compartida que da amplias atribuciones a la Corona (veto legislativo, derecho a convocar o disolver las Cortes y derecho a nombrar gobierno sin control parlamentario), un sufragio censitario muy restringido (-1% de la población) y gobierno municipal controlado por el gobierno central. Aunque aceptan en teoría las libertades individuales (expresión, prensa,..) en la práctica las restringen mediante leyes; reprimen con dureza toda expresión de los derechos colectivos (reunión, asociación, huelga o manifestación) También defienden la confesionalidad católica del Estado. Eran partidarios de una mayor centralización político-administrativa. Se apoyan en las clases altas: antiguas clases dominantes (terratenientes y alto clero), clases medias al servicio de las anteriores, la burguesía catalana desde 1834 y muchos altos cargos militares.

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Los progresistas defienden el principio de soberanía nacional y la limitación de las atribuciones de la Corona –aunque en la práctica aceptaron el concepto de soberanía compartida-, un sufragio censitario más amplio, y un reconocimiento de las libertades individuales sin limitación y una tolerancia con el derecho de reunión y asociación. Aceptan la libertad religiosa y la separación entre el Estado y la Iglesia. Son partidarios de la descentralización administrativa, de la Milicia Nacional y de los ayuntamientos elegidos por los vecinos. Se apoyan en las clases medias urbanas (artesanos y comerciantes), sectores de la intelectualidad y el ejército. El proletariado los prefiere a los moderados –porque son más tolerantes con el derecho de reunión y asociaciónpero no se identifica con ellos.

La Corona tenía amplias prerrogativas, otorgadas por las Constituciones de 1837 y la de 1845, que utilizó para favorecer a los moderados. Esto obligó a los progresistas a acudir a movilizaciones populares urbanas y pronunciamientos militares como forma de acceso al poder. Además, la Corona abusó de su poder a la hora de nombrar gobierno mezclando los intereses personales y la política. La construcción del Estado liberal

El Ejército participó activamente en la vida política. Su papel fue decisivo en la implantación del liberalismo –apoyó al bando isabelino durante la guerra carlista- y, posteriormente, la debilidad de los partidos –formados por personalidades y sin una base social amplia- les obliga a acudir a los militares para alcanzar el poder o mantenerse en él. Gran parte de las figuras políticas de este periodo salieron de las filas del ejército y muchos gobiernos fueron presididos por militares. Unos son progresistas (Espartero, Prim) y otros moderados (Narváez, O Donnell) pero su participación en la política va casi siempre acompañada de un recorte de las libertades civiles. En la evolución del estado liberal distinguimos varias etapas: -

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En la Regencia de Mª Cristina y Espartero predominó el proyecto progresista que desmanteló el Antiguo Régimen. En reinado efectivo de Isabel II se impuso el liberalismo moderado –excepto durante el bienio progresistaque construyó un estado muy autoritario y conservador en el que la mayoría de la población estaba excluida del sistema político. La revolución del 68 acabó con el régimen isabelino y condujo al Sexenio Revolucionario, en el que se intentó construir un estado democrático, primero con la forma monárquica y luego republicana. Un golpe de Estado acabó con la experiencia revolucionaria y condujo al régimen de la Restauración con la vuelta de la monarquía borbónica (Alfonso XII) y la implantación del sistema canovista.

12.2. REINADO DE ISABEL II (1833-1843): LAS REGENCIAS a) La regencia de Mª Cristina de Borbón (1833-1840) A la muerte de Fernando VII en 1833 heredó el trono su hija, Isabel II, de tres años de edad. Su madre, Mª Cristina de Borbón, se convirtió en regente. Inmediatamente, los absolutistas partidarios de Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII, se alzaron en armas iniciando la 1ª guerra carlista. Esta situación obligó a la regente a apoyarse en los liberales para asegurar el trono a su hija. En un principio no desea llevar a cabo reformas radicales pero, por las dificultades surgidas en la guerra carlista, se vio obligada a pasar rápidamente del absolutismo moderado al liberalismo y del liberalismo moderado al progresista. Por ello, en este periodo se suprime definitivamente el Antiguo Régimen y se cree un estado liberal-burgués. El carlismo será la opción política derrotada. Los artífices del nuevo estado son los partidos liberales - divididos desde el Trienio Liberal en moderados y progresistas- que aunque comparten principios comunes mantienen posturas distintas sobre la organización del régimen. El ejército fue un elemento decisivo en la instauración del liberalismo ya que derrotó a los carlistas: los dos partidos acudieron a los militares para alcanzar el poder o mantenerse en él y los espadones o generales se convirtieron en sus principales dirigentes (Espartero y Narváez). La Regente fue también parte activa de la vida política ya que utiliza su poder constitucional para apoyar a los moderados, a los que llama a formar gobierno siempre que puede. Esto obliga a los progresistas a organizar sublevaciones populares urbanas2 (1835, 1836, 1840) y pronunciamientos militares para llegar al poder 

1833-1834.- Etapa de transición entre el absolutismo y el liberalismo.

Esta primera etapa estuvo protagonizada por políticos monárquicos reformistas del periodo final de Fernando VII (Cea Bermúdez, Javier de Burgos) o liberales moderados (Martínez de la Rosa). El primer gobierno lo preside el diplomático Cea Bermúdez, jefe de gobierno desde los Sucesos de La Granja (1832), un absolutista moderado –seguidor del Despotismo Ilustrado- que había permitido la vuelta del exilio de 10.000 liberales moderados y abierto las universidades. El gobierno se limita a reformas administrativas 2

Insurrecciones urbanas: están promovida por los progresistas aprovechando el descontento permanente que existe en las clases populares urbanas por la carestía de los alimentos y los impuestos indirectos. El pueblo se levanta, comente excesos en muchos casos de un fuerte contenido anticlerical, y el gobierno progresista al llegar al poder debe imponer el orden y frenar a los radicales. La construcción del Estado liberal

pero no políticas, de las que la más importante fue la división provincial de Javier de Burgos que organizó a España en 49 provincias. Esta vía intermedia entre liberalismo y absolutismo fracasará al alzarse en armas los carlistas. El inicio de la guerra carlista obligó a la Regente a buscar el apoyo de los liberales y en 1834, sustituyó a Cea Bermúdez por el liberal moderado de Martínez de la Rosa. Su ESTATUO REAL es una Carta otorgada que pretende conciliar absolutismo y liberalismo. Sus aspectos más destacados son: - Unas Cortes bicamerales que sólo tenían funciones consultivas y votaban impuestos. El Estamento de Próceres (Cámara Alta), nombrado por la Corona con carácter vitalicio, está formado por altos cargos eclesiásticos, nobles y grandes propietarios. El Estamento de Procuradores (Cámara Baja) cuyos miembros son elegidos por un reducido número de electores de rentas altas. - Un sistema electoral basado en un sufragio censitario muy restringido (0,1% de la población). - No reconoce la soberanía nacional y no garantiza las libertades individuales. Estas reformas fracasan porque no convencen ni a los absolutistas ni a muchos liberales y excluyen a la mayoría de la sociedad. La conflictividad social estalló en el verano de 1834 en Madrid: al desatarse una epidemia de cólera, corre el rumor de que los frailes habían envenenado las aguas por lo que las clases populares asaltaron conventos y mataron a frailes. La violencia anticlerical se extendió a otras ciudades. En el verano de 1835 volvieron a estallar levantamientos populares en muchas ciudades, muy violentos en Barcelona, donde se incendió la fábrica de Bonaplata, y se formaron Juntas. 

1835-1840. Etapa de ruptura con el Antiguo Régimen

En este momento se produce el ascenso al poder de los progresistas cuyos gobiernos acabaron definitivamente en España con el Antiguo Régimen. La figura política más destacada de este periodo es Juan Álvarez Mendizábal, un liberal exaltado que había estado exiliado en Gran Bretaña donde realizó una brillante carrera financiera. Mª Cristina, asustada por la sublevación popular en 1835 y por los éxitos carlistas que ponían en peligro a la Corona, se vio obligada a acudir a los progresistas, en septiembre de 1835, para sofocar las revueltas y conseguir apoyo popular y recursos financieros para la guerra carlista. Mendizábal, líder de los progresistas se convirtió en el nuevo jefe de gobierno e inició importantes reformas: suprimió la Mesta, abolió los privilegios gremiales y promulgó el decreto de desamortización de los bienes eclesiásticos. Se encontró con unas Cortes conservadoras (elegidas según el Estatuto Real) que aprobaron la desamortización eclesiástica pero no su proyecto de reforma política. Mendizábal se vio obligado a dimitir por las presiones que los moderados ejercieron sobre la Regente –pensaban que las reformas eran excesivas- y por una campaña de desprestigio. La destitución de Mendizábal provocó nuevas revueltas populares en las ciudades en el verano de 1836 con la formación de Juntas y el pronunciamiento militar de los sargentos de la Granja de San Ildefonso, que entraron en el Palacio Real donde la Regente estaba de veraneo y la obligaron a restablecer la Constitución del 1812 y entregar el poder a los progresistas. El nuevo gobierno progresista, presidido por Calatrava (1836-1837) y con Mendizábal de ministro de Hacienda será el que liquide el Antiguo Régimen. 

La transformación del sistema de propiedad feudal en capitalista (libre propiedad y libre mercado de las tierras y la mano de obra) se hizo mediante: -

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La Ley de Desamortización eclesiástica de 1835 –de los bienes del clero regular- que conlleva la supresión de numerosas órdenes religiosas. A pesar de sus múltiples objetivos (amortizar la Deuda Pública, pagar los gastos de la guerra carlista, castigar a la Iglesia por su apoyo al carlismo y crear una base social de nuevos propietarios de tierras que apoyaran al liberalismo y fomentar el desarrollo económico) se quedó en una medida de carácter fiscal que permitió financiar la guerra carlista. El restablecimiento de la Ley de 1820 que suprimía la propiedad vinculada (mayorazgos y manos muertas), los señoríos jurisdiccionales, el diezmo, los gremios y establecía la libertad de industria y comercio. La construcción del Estado liberal

Con ambas leyes se eliminan los obstáculos al desarrollo económico capitalista. 

La creación de un estado liberal mediante la convocatoria de unas Cortes Constituyentes que debían reformar el texto de Cádiz. Las Cortes, de mayoría progresista, elaboraron una nueva constitución, la CONSTITUCIÓN DE 1837, que recogía en gran medida las ideas progresistas pero haciendo concesiones a los moderados con el fin crear un marco jurídico aceptable para las dos corrientes liberales en un momento en el que necesitan colaborar ante el peligro carlista3. Las ideas progresistas quedaban reflejadas en: - La amplia declaración de derechos individuales, como la libertad de imprenta, la libertad religiosa o la de no poder ser detenido ni privado de sus propiedades sin causa judicial justa. - El reconocimiento teórico de la soberanía nacional, la división de poderes y el importante papel dado a los Cortes (poder legislativo, responsabilidad de los ministros ante ellas). Las ideas moderadas quedaban reflejadas en: - En el bicameralismo: el Congreso es elegido por sufragio censitario -que establecería una Ley Electoral posterior (se amplió al 5% de la población)- y el Senado es elegido por la Corona a partir de una lista triple presentada por los electores. - En los amplios poderes dados a la Corona (poder ejecutivo, derecho a veto legislativo total y a disolver y convocar Cortes) lo que supone el reconocimiento “de hecho” del principio de soberanía compartida (Rey-Cortes). - La financiación del clero y el culto católico por parte del Estado.

La Constitución de 1837 estará vigente hasta 1845 y con ella se implantó en España de forma definitiva el sistema constitucional (sólo derogado durante las dos dictaduras del S. XX). 

El desarrollo de leyes que modernizaban el sistema político en sentido progresista: - La Ley Electoral establecía que podrían votar los españoles que pagaran a Hacienda 200 reales, dejando el censo electoral en torno a un 5% de la población. El sufragio se ampliaba considerablemente respecto al Estatuto Real pero seguía siendo restrictivo. - La Ley de Imprenta garantizaba la libertad de expresión. - La Ley de Ayuntamientos que establecía la elección popular de alcaldes y concejales. - La creación de la Milicia Nacional.

Gracias al apoyo de la Regente, los moderados volvieron a controlar los gobiernos entre 1837-1840 y elaboraron proyectos de ley para las libertades. Su principal objetivo era impedir la democratización municipal, que reforzaría el poder de los progresistas y su proyecto de Ley de Ayuntamientos que daba a la Corona el derecho a elegir los alcaldes de las capitales de provincia lo que provocó levantamientos populares en las grandes ciudades en 1840. De nuevo, los progresistas volverán al poder mediante una insurrección en Barcelona y Madrid y gracias a la intervención del general Espartero, el militar de más prestigio, que se niega a sofocar la revuelta si la regente no atiende a sus exigencias. b) La Regencia de Espartero (1840-1843) El general Espartero se había convertido en un héroe popular por sus éxitos en América y, sobre todo, por haber conseguido derrotar a los carlistas y firmar el Convenio de Vergara. La Regente le nombró jefe de gobierno pero las discrepancias con medidas progresistas de Espartero le obligaron a Mª Cristina a abdicar y a exiliarse en Marsella. Espartero se convertirá en Regente. En estos tres años: -

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Se aplicaron leyes de los gobiernos progresistas anteriores que habían quedado en suspenso como la desamortización eclesiástica de Mendizábal (se vendieron casi el 50% de los bienes eclesiásticos

Expedición Real. En septiembre de 1837, Carlos Mª Isidro había emprendido al frente de su ejército una expedición desde Navarra y se encontraba a las puertas de Madrid siendo detenido por el general Espartero. La construcción del Estado liberal

desamortizados) o la abolición del diezmo, lo que provocó una fuerte oposición de la Iglesia. -

La situación política fue inestable porque Espartero gobernó de forma autoritaria y excluyente: nombraba gobiernos con sus hombres de confianza –los ayacuchos-4 sin tener en cuenta la mayoría parlamentaria. Esto le hizo perder apoyos rápidamente: a la oposición de los moderados, que intentaron derribar al gobierno mediante pronunciamientos5, se sumó la de sus rivales dentro del ejército y la de muchos progresistas.

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En política comercial trató de firmar un tratado comercial con Gran Bretaña (su principal objetivo era el apoyo diplomático británico para contrarrestar el apoyo francés a Mª Cristina) de carácter librecambista6. Este tratado perjudicaba a la industria textil catalana, que empezaba a renacer pero no estaba en condiciones de competir con los británicos, y provocó una revuelta en Cataluña (1842) en la que se unieron obreros y patronos. Espartero respondió con el bombardeo de Barcelona y una fuerte represión que hizo aumentar su descrédito y las críticas a las que se sumaron muchos progresistas.

La hostilidad de Cataluña, que había sido su principal apoyo, fue también la causa de su derrota. Los hechos de Barcelona aislaron más aún a Espartero y condujeron en 1843 a una insurrección civil y militar en la que participaron tanto generales progresistas (Prim, Serrano) como moderados (Narváez, Concha). Narváez derrotó en Torrejón de Ardoz a los partidarios de Espartero que se exilió en Londres. A pesar de todo, Espartero siguió teniendo un cierto prestigio entre las clases populares. Las Cortes decidieron adelantar la mayoría de edad de Isabel II. 12.3.- REINADO DE ISABELL II (1843- 1868): EL REINADO EFECTIVO En este periodo, ya desmantelado el Antiguo Régimen, se construye el nuevo Estado liberal. A diferencia del periodo anterior, el protagonismo corresponde a los moderados que gobernaron durante toda la etapa – excepto durante el Bienio Progresista- imponiendo un liberalismo conservador y autoritario en beneficio de la oligarquía terrateniente y financiera. a) La década moderada (1844-1854) En 1843 se declaró la mayoría de edad de Isabel II y empieza su reinado a los trece años con un gobiernos moderado dirigido por el general Narváez que será el protagonista de la época. Narváez es el artífice de un sistema liberal conservador y autoritario que sigue los principios del liberalismo doctrinario (ideología defendida por Jaime Balmes, Donoso Cortés, Cánovas, etc.) que da prioridad al orden frente a la libertad. El deseo de mantener del orden lleva a eliminar todos los elementos progresistas que pudieran provocar revoluciones o permitir su apoyo (libertad de expresión, elección popular de los alcaldes, Milicia Nacional, etc.). El sistema liberal conservador impedía la participación política de la mayoría de la población gracias a un sufragio censitario muy restringido y a prácticas como la disolución de las Cortes o la manipulación electoral, además de favorecer la corrupción. El sistema marginó por completo a los progresistas y demócratas que tuvieron que acudir al pronunciamiento militar y a la sublevación popular para 4

Ayacuchos: nombre con el que se conocía a los militares que, como Espartero y sus compañeros, habían combatido en las guerras de Independencia de las colonias españolas en América. Constituyeron un grupo de presión o camarilla encabezada por Espartero. Hace referencia a la batalla de Ayacucho. 5 En 1941 fracasó el pronunciamiento del general moderado Diego de León que fue procesado y ejecutado. 6 Librecambismo: sistema económico basado en la libre circulación de mercancías entre distintos países. Se opone al proteccionismo que establece fuertes aranceles a la entrada de productos extranjeros. Este último es defendido por la burguesía industrial catalana. La construcción del Estado liberal

hacerse con el poder. El régimen moderado se consolidó gracias al apoyo de la oligarquía terrateniente y financiera y de altos cargos del ejército a los que garantizaba el control del Estado y, también, gracias al consentimiento de la burguesía industrial catalana a la que el mantenimiento del orden (“la mano dura”) le aseguraba la acumulación de capital. Las principales medidas adoptadas durante la década modera fueron: 

La CONSTITUCIÓN DE 1845, fue la base del sistema y, aunque se presenta como una reforma de la de 1837, su contenido expresa la ideología del liberalismo moderado o doctrinario: -

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Soberanía compartida entre las Cortes y la Corona (la potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey). El término soberanía nacional desaparece del texto. Cortes bicamerales: Congreso y Senado. El Senado, elegido por la Corona entre altas personalidades con rentas altas y el Congreso elegido por los electores. Corona con poderes más amplios que en la C. de 1837: derecho de veto legislativo, poder ejecutivo (nombra al gobierno), ministros no son responsables ante las Cortes, derecho a disolver y convocar las Cortes y nombramiento del Senado. Los derechos de los ciudadanos son reconocidos como en la C. de 1837 pero “con sujeción a la ley”. No aparece la alusión a que los jurados deben juzgar los delitos de imprenta, por tanto, la libertad de imprenta queda bajo control del gobierno. La confesionalidad católica del estado: la religión católica es considerada única y el Estado está obligado a sufragar el culto y el clero católico (se concretará en el Concordato de 1851). Pero, el resto de las religiones no son prohibidas de forma expresa. El poder municipal estará controlado por el gobierno central que nombraba a los alcaldes de las principales ciudades. Las provincias de ultramar (últimas colonias) no tendrán representatividad en las Cortes al estar regidas por leyes especiales al igual que en la de 1837.

Las leyes que concretan la Constitución limitan los derechos y libertades: -

La Ley de Imprenta anulaba de hecho la libertad de expresión e imprenta al estar controlada por el gobierno. La Ley Electoral reducía el derecho de voto al 1% de la población (propietarios y profesionales con estudios universitarios) y establecía como unidad electoral el distrito reducido que permite el control de los caciques. Este sistema impedía a los progresistas el acceso al poder mediante las elecciones y les marginaba del sistema.



La creación de la Guardia Civil, cuerpo de profesionales con experiencia, tenía como finalidad el mantenimiento del orden sobretodo en el campo. La Milicia Nacional es suprimida.



La imposición de una política centralista y uniformadora aunque mantuvieron en parte el régimen foral (Navarra y el País Vasco) para evitar problemas de orden público. -

Control de la administración provincial y local por el gobierno: en las provincias se crea el cargo de gobernador civil elegido por gobierno y con amplios poderes (generalmente es el líder de los moderados de la provincia). El gobierno también elige a los alcaldes de los municipios de más de 2000 hab. y el resto de los alcaldes son elegidos por el gobernador. Este sistema piramidal favorecía la manipulación electoral que pervivió en España en el S. XIX y principios del S XX.

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Leyes comunes para todo el Estado como: Código Penal, Sistema Métrico Decimal, Ley de Instrucción Pública (Ley de Moyano, 1857) –de un gobierno moderado posterior- que establece el control estatal de la enseñanza (planes de estudio y sistema de acceso del profesorado), el sistema de quintas para el reclutamiento militar y reforma fiscal de Mon que introduce un el sistema fiscal moderno basado en el principio de igualdad y proporcionalidad ya que cada uno pagaría según su riqueza (contribución territorial), pero se potenciaron los impuestos indirectos (consumos) que gravaban los artículos básicos perjudicando a las clases populares. La reforma fiscal no sirvió para evitar el déficit público que siguió siendo crónico. La construcción del Estado liberal



El acercamiento a la Iglesia con medidas como la suspensión de la venta de tierras desamortizadas, la consideración de la religión católica como única y el Concordato de 1851 por el que, a cambio no exigir la devolución de las tierras ya vendidas, el Estado se comprometía a financiar al clero y al culto.

La principal amenaza para el régimen vino de sus propias filas. En la década de 1850, el autoritarismo se fue incrementando: la suspensión de las Cortes era habitual, los gobiernos se formaban mediante el sistema de camarillas -sin control parlamentario- y se les acusó de corrupción en el tema de las concesiones ferroviarias (estaba implicada Regente Mª Cristina que hizo grandes negocios en esta época). Esto provocó la división de los moderados de los que salió un grupo más cercano a los progresistas; son llamados los puritanos por ser más respetuosos con las leyes. Estos serán los que protagonicen la Vicalvarada. En esos años, surgió otro nuevo partido debido a la escisión de la izquierda del progresismo: el demócrata. Los demócratas reivindican el sufragio universal masculino, las Cortes unicamerales, la libertad religiosa, el derecho de asociación sindical, la enseñanza primaria gratuita, la intervención del Estado en las relaciones laborales (legislación social) y la supresión del impuesto de los consumos. b) El Bienio progresista (1854-1856)

Leopoldo O'Donnell (1809-1867)

Militar y político español. Su ascenso en el escalafón militar se produjo durante la 1ª guerra carlista. Participó junto con Narváez en la sublevación contra Espartero e ingresó en el partido moderado del que saldría para crear la Unión Liberal. En 1854 fue nombrado ministro de la Guerra en el gobierno presidido por Espartero contribuyendo después a la caída de este. En los años siguientes será tres veces Jefe de Gobierno. Termina enfrentado con Isabel II a raíz de los fusilamientos de los sargentos de S. Gil y muere en el exilio en Biarritz en 1867.

El desprestigio de los gobiernos moderados condujo a la revolución de 1854. A finales de junio un grupo de generales moderados puritanos dirigidos por O´Donnell se sublevaron en Vicálvaro (“La Vicálvarada”) y exigiendo un cambio de gobierno y el fin de la corrupción. Los sublevados se enfrentaron a las tropas leales al gobierno con un resultado indeciso y marcharon hacia el sur para unirse al general Serrano. En el camino lanzaron el “Manifiesto de Manzanares” para conseguir el apoyo de los progresistas y de la población civil. El manifiesto, redactado por el joven abogado Canovas del Castillo, incluía reivindicaciones progresistas como la reforma de Ley Electoral y de Imprenta o la restauración de la Milicia, además del cese de la camarilla real. El Manifiesto provocó una amplia reacción popular: estallaron revueltas urbanas en todo el país en los meses de junio y julio (las Jornadas de julio) en las que se suceden actos violentos. En ellas aparecen, por primera vez, los obreros catalanes exigiendo reformas sociales. La radicalización revolucionaria –muy fuerte en Madrid y Barcelona- obliga a la reina a recurrir a Espartero que ha vuelto del exilio y se ha puesto al frente de los sublevados en Zaragoza. Espartero le exige la convocatoria de Cortes Constituyentes. Espartero tuvo que contar con O´Donnell -porque controlaba a amplios sectores del ejército y tenía mucho apoyo popular- y se formó un gobierno de coalición entre progresistas y moderados puritanos que aplicó lo prometido en el Manifiesto. -

Restablece las leyes progresistas de la década de 1830: Ley Electoral, Ley de Imprenta, Ley de Ayuntamientos, Milicia Nacional, etc.

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Convoca unas Cortes Constituyentes en las que tendrán mayoría los partidos del nuevo gobierno. En estas elecciones aparece la Unión Liberal, partido creado por O´Donnell que cubre un espacio de centro entre moderados y progresistas. Las Cortes anularon la Constitución de 1845 y elaboraron la Constitución no nata de 1856, que no llegó a publicarse, y era similar a la de 1837 aunque con un reconocimiento más amplio de las libertades, sobre todo la religiosa, lo que provocó una reacción de la Iglesia y del carlismo.

Pero lo más destacado y duradero del nuevo gobierno son las reformas económicas, que sentaron las bases del progreso económico capitalista: -

La Ley General de Desamortización de Madoz (1855), de mayor alcance que la de Mendizábal, ya que afectó a las tierras y bienes de los municipios y del Estado, además de concluir la venta de las tierras del clero. La construcción del Estado liberal

Se obligó a los Ayuntamientos a vender las tierras de propios (alquiladas a los vecinos) y los baldíos; se prohibió la venta de tierras comunales (de uso colectivo) pero, como no siempre era fácil diferenciarlas de las anteriores, muchos ayuntamientos también vendieron las tierras comunales. Los campesinos más pobres salieron perjudicados al perder bosques y prados comunales con cuyos recursos completaban sus escasas rentas. Así, aumentó la amplia masa de campesinos sin tierras y también la conflictividad social en el campo. -

La Ley de Ferrocarriles pretendía contribuir a la creación de un mercado nacional poniendo en comunicación todos los puntos de Espala mediante una red radial y a estimular la producción industrial. La ley atrajo capital extranjero –sobre todo de sociedades de crédito francés- por las importantes subvenciones que el Estado concedía a las compañías constructoras (16% del capital invertido, garantía de una rentabilidad del 6%) pagadas con el dinero sacado de la desamortización y les permitía la libre importación de material ferroviario. La construcción del ferrocarril fue un gran negocio para las compañías extranjeras pero no sirvió de estímulo para la economía nacional.

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Las leyes bancarias, que dieron lugar a la creación del Banco de España y liberalizaron la creación de bancos y sociedades anónimas permitieron el desarrollo del sistema financiero.

El carácter limitado de unas reformas que no beneficiaban a las clases populares y la crisis económica de finales de 1855 provocaron una fuerte conflictividad social. En las fábricas textiles del Cataluña se producen huelgas organizadas por las primeras asociaciones obreras que han surgido gracias a la tolerancia hacia el asociacionismo. En Barcelona se produce la 1ª huelga general. En Castilla se producen motines por la carestía del trigo que fueron duramente reprimidos. La conflictividad social provocó discrepancias entre los dos partidos del gobierno. La reina aprovechó la situación para entregar el poder a O´Donnell que dio un golpe de estado: disolvió las Cortes, acabó con la resistencia de la Milicia que apoyaba los motines y reprimió las revueltas. Espartero prefirió retirarse. c) La última fase del reinado de Isabel II: la alternancia de la Unión Liberal y los moderados (18561868) La principal preocupación de los gobiernos de este periodo el mantenimiento del orden. Durante una década se alternaron en el poder los moderados de Narváez y la Unión Liberal, el nuevo partido creado y liderado por O´Donnell. En un primer momento, O´Donnell restableció el régimen moderado con la Constitución de 1845 aunque con leyes son algo más permisivas. El regreso de Narváez (1856-1858) trajo un moderantismo más autoritario que reprimió con dureza las protestas especialmente las campesinas. Este gobierno aprobó la Ley de Moyano, que establece el control estatal de la enseñanza (planes de estudio, titulaciones y sistema de acceso del profesorado) y divide la enseñanza en tres niveles (primaria, secundaria y universitaria). La enseñanza primaria (6-12) es gratuita y obligatoria hasta los 9 años pero la escolarización total era deficiente ya que se invirtió poco: faltaban escuelas y maestros y los niños abandonaban pronto la escuela para ayudar a sus familias. La Unión Liberal gobierna desde 1858 a 1863, periodo en el que se produce: -

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Una euforia económica en medio de una coyuntura internacional favorable: construcción del tendido ferroviario, expansión agraria y de la industria textil, creación del Canal de Isabel II para abastecer de agua a Madrid, etc. Un intervencionismo exterior (México, Indochina,..) con escasos beneficios. Su objetivo es restaurar el prestigio internacional y fomentar el nacionalismo en la opinión pública distrayéndole de otros problemas. La guerra más importante fue la de Marruecos (59-60) –bajo el pretexto de defender Ceuta y Melilla- en la que España obtuvo el Ifni en la costa atlántica marroquí.

La vuelta de los moderados (1863-1868) supone la crisis final de un sistema que se vuelve cada vez más autoritario y excluyente. La política de camarillas (los gobiernos se forman gracias al favor de la reina y su camarilla), la clausura de las Cortes, la manipulación electoral, el enriquecimiento de unos pocos y el recorte de libertades debilitan al sistema.

La construcción del Estado liberal

La oposición se fortaleció al colaborar progresistas y demócratas y contar con un grupo de intelectuales vinculados al periodismo y a la Universidad. Las protestas ya no van dirigidas sólo contra el gobierno sino también contra la reina. El gobierno responde mediante la represión que obliga a ir al exilio a los principales líderes. Las primeras protestas estudiantiles (la noche de San Daniel) a raíz de la destitución de Castelar de su cátedra por haber criticado a la reina y la sublevación de los sargentos de San Gil son reprimidos con extrema dureza (66 fusilamientos de sargentos incluyendo algunos que no habían participado). Finalmente, las fuerzas de oposición al régimen promueven, desde el exilio, el Pacto de Ostende (Bélgica, 1866) al que se van sumar algunos unionistas. Su objetivo es derribar el sistema isabelino y convocar unas Cortes Constituyentes por sufragio universal. La crisis económica de 1866 aumentó el descontento general y la muerte de Narváez y O´Donnell agravan la debilidad del sistema. Todos estos factores conducen a la revolución del 68.

12.2. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): INTENTOS DEMOCRATIZADORES. REVOLUCIÓN, EL REINADO DE AMADEO DE SABOYA Y LA PRIMERA REPÚBLICA

LA

La revolución del 68 destronó a Isabel II y acabó con el sistema liberal moderado dando paso a un sexenio en el que la burguesía progresista tomó el poder con el apoyo de las clases populares e intentó construir un estado democrático en España. Esta tarea era casi imposible en un país con estructuras económico-sociales semifeudales que los políticos del Sexenio no modificaron porque fueron incapaces de crear una coalición de gobierno estable. Los partidos mayoritarios –unionista, progresistas y demócratas - fueron separándose cada vez más, y las minorías de izquierda -republicanos-federales- o de derecha -carlistas- no dejaron de atacar a la mayoría impidiendo la consolidación del régimen democrático. La guerra de Cuba y el movimiento obrero complicaron más aún los problemas. Pasados los seis años, la burguesía conservadora vuelve al poder. 1.- La revolución de Septiembre de 1868 (La Gloriosa) y la regencia de Serrano La revolución es un fenómeno complejo en el que se unen varias causas y fuerzas políticas con intereses contrapuestos. Las causas son: -

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La impopularidad del régimen isabelino por las prácticas dictatoriales de los últimos gobiernos moderados y la política de camarillas que impedían el acceso al poder de progresistas –e incluso de los unionistas- y reprimían toda crítica. La crisis económica de 18667 puso fin a un periodo de prosperidad económica iniciado en 1856. La crisis gravó las duras condiciones de vida de los obreros y campesinos sin tierra y aumentó el descontento popular. La muerte de los líderes –principales soportes del régimen isabelino-. Narváez murió en la primavera del 68 y dejó descabezado al partido moderado y O´Donnell había muerto en 1867. Esto favoreció el acercamiento de la Unión Liberal-liderada por Serrano- a los progresistas. El Pacto de Ostende firmado por los progresistas –dirigidos por Prim- y los demócratas para acabar con el régimen de Isabel II.

La revolución se inició con el pronunciamiento militar en Cádiz del unionista almirante Topete, de acuerdo con los generales Prim y Serrano, bajo la proclama de “Viva España con honra”. Amplios sectores del ejército apoyaron el pronunciamiento mientras en diversas ciudades del país se producen sublevaciones populares y se forman Juntas que asumen el poder. Las fuerzas gubernamentales son derrotadas por Serrano en Puente de Alcolea (Córdoba), el gobierno moderado cae y la reina y su corte se marcharon al exilio. La Revolución Gloriosa –llamada así por los progresistas- había

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Crisis económica de 1866. Es una crisis financiera internacional- quiebra de bancos y empresas- que coincide con la guerra de Secesión americana que corta las exportaciones de algodón perjudicando a la industria textil catalana -ya afectada por el descenso del consumo- y con una crisis de subsistencia con malas cosechas y carestía de los alimentos. La construcción del Estado liberal

triunfado fácilmente ya que sólo algunos moderados se opusieron. En estos momentos existe un doble poder:  El Gobierno Provisional dirigido por Serrano, de unionistas y progresistas, sólo aspira a sustituir una monarquía por otra y a crear un régimen liberal más avanzado.  Las Juntas revolucionarias locales y provinciales dirigidas por los demócratas aspiran a un sistema democrático (sufragio universal, libertad de imprenta y culto, derecho de asociación) y a profundas reformas sociales (supresión de las quintas8 y de los consumos, etc.). El Gobierno Provisional (1868-1871) terminó imponiéndose: -

Disolvió la Juntas y sus voluntarios armados aunque no fácilmente ya que muchas se negaron y el gobierno tuvo que negociar con ellas y terminar aceptando gran parte de sus reivindicaciones (el programa demócrata) menos la supresión de las quintas. - Convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino y por provincias para evitar el caciquismo. En las elecciones se plantea como tema principal el de monarquía o república. El gobierno fomentó el voto monárquico. Los partidos monárquicos, que apoyaban al gobierno, fueron los ganadores de las elecciones (progresistas, unionistas y demócratas cimbrios 9) pero los republicanos ganaron en los núcleos urbanos y fueron los segundos en número de diputados. Los carlistas, aunque rechazaban el sistema, se presentaron a las elecciones con el fin de atraerse a los sectores conservadores y tuvieron cierto éxito en el País Vasco y Navarra pero sus diputados eran una minoría; tampoco tuvieron gran apoyo electoral los moderados que defendían la restauración monárquica en la figura de Alfonso (hijo de Isabel II) aunque la evolución del Sexenio les favoreció. Las Cortes aprobaron la CONSTITUCIÓN DE 1869, la 1ª constitución democrática española, que establecía: -

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La Soberanía nacional: el poder recae en la Nación. Estricta separación de poderes: el poder legislativo lo tienen las Cortes bicamerales (Congreso y Senado) y controlan al gobierno mediante el voto de censura; el poder ejecutivo lo tiene el gobierno o Consejo de Ministros, elegido por el rey pero responsable ante las Cortes; el poder judicial lo tienen los Tribunales. Para asegurar la independencia de la justicia se establece el sistema de oposición para el acceso y los jurados populares. Sufragio universal directo de varones mayores de 25 años. La forma de estado es la monarquía constitucional bajo la fórmula de “el rey reina, pero no gobierna”. Los poderes del rey se limitan a sancionar y promulgar las leyes. Los derechos individuales son reconocidos y garantizados de forma absoluta, y además, se reconocen por primera vez otros derechos como la libertad de reunión, de asociación, de enseñanza y de cultos religiosos, aunque el estado español se compromete a pagar al clero y a financiar el culto católico. El derecho a la propiedad también se expresa de forma clara para evitar el rechazo de las clases medias al sistema. El estado se organiza de forma descentralizada y los ayuntamientos son elegidos por los vecinos

Quintas: forma de servicio militar obligatorio pero podían librarse de él los que pagaran una cantidad de dinero o a un sustituto. Por esto último, son muy impopulares. 9 Los demócratas se han dividido en cimbrios, dispuestos a colaborar con el régimen-sea republicano o monárquico- si se respeta la democracia, y republicanos que defendían una república federal y reformas más radicales (abolición de la esclavitud en Cuba y de las quintas y una legislación social que protegiera a los trabajadores). Entre los republicanos hay un sector radical, los intransigentes, partidarios de la insurrección armada y del federalismo “desde abajo” y de un fuerte anticlericalismo. La construcción del Estado liberal

Las Cortes eligieron como regente al general Serrano, y éste mandó formar gobierno al general Prim. El nuevo gobierno se tendrá que enfrentar a: -

El estallido de la primera guerra por la independencia en la isla de Cuba que se inició como una sublevación de la minoría independentista dirigida por el hacendado, Carlos Manuel Céspedes, con la proclama del Grito de Yara. El conflicto consistió en una guerra de guerrillas que duró 10 años. Finalizó con a Paz de Zanjón por la que Cuba seguiría en manos España otros 20 años. La guerra costó a España 130.000 vidas.

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La conflictividad social y política: las primeras asociaciones obreras que organizan huelgas; hay motines de subsistencia y contra las quintas y sublevaciones organizadas por los republicanos intransigentes.

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El déficit público y la situación económica. Al igual que los gobiernos progresistas de épocas anteriores, Figuerola, el ministro de Hacienda de casi todo el Sexenio adoptó tres medidas económicas de carácter liberalizador de gran importancia para el futuro:  La desamortización del subsuelo por la que se vendían las minas (monopolio del Estado hasta ahora) a empresas privadas –muchas extranjeras- con el fin de obtener recursos para reducir el déficit publico que, a pesar de esto, se mantuvo alto ya que no se abordó una reforma fiscal en profundidad.  El arancel librecambista o arancel Figueroa.  El establecimiento de la peseta como moneda única para todo el reino.

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La búsqueda de un nuevo rey entre las familias reales europeas. Tras las gestiones entre distintos candidatos y debido al veto impuesto a algunos por Guillermo I de Alemania, Napoleón III de Francia 10y el propio Prim que rechazaba a todo miembro de la casa de Borbón, se eligió a Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II, rey de la recién unificada Italia. Amedo fue apoyado por los progresistas –especialmente por Prim- y demócratas para los que la dinastía de Saboya simbolizaba la libertad.

2.- El reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873) La nueva monarquía nació ya con escasos apoyos políticos y sociales. El mismo día de la llegada de Amadeo a España fue asesinado el general Prim, su principal apoyo, lo que le puso en una situación difícil. Muchos sectores le rechazaron: carlistas, alfonsinos y republicanos, la aristocracia y la Iglesia; además de la indiferencia popular. El nuevo rey fue respetuoso con la Constitución, pero carecía de experiencia y se encontró con graves y numerosos problemas: -

Al morir Prim, que había mantenido unida la coalición de gobierno, empezaron las disensiones entre los partidos. Además, la principal fuerza, el Partido Progresista se dividió 11 en un sector moderado (Castelar) y un sector radical. Esta situación provocó una gran inestabilidad política: 6 gobiernos y 3 elecciones en dos años.

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La radicalización de las bases republicanas que se separan de su dirección y optan por la vía revolucionaria promoviendo sublevaciones que apoyan muchos trabajadores que identifican república con avances sociales. El movimiento obrero también se radicaliza: protagoniza huelgas y manifestaciones y en Congreso de Córdoba (1872) se inclina por el anarquismo frente al socialismo.

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La escalada de la guerra de Cuba y el inicio de la 3ª guerra carlista en 1872, como rechazo al nuevo rey intruso y a las reformas democráticas del Sexenio. Los carlistas consiguieron algunas victorias militares e hicieron expediciones hacia el interior de la península. No serían derrotados hasta 1876, ya durante la Restauración, por el general Martínez Campos.

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El rechazo de Napoleón III a la candidatura del príncipe alemán Leopoldo de Hohenzollern fue la excusa utilizada por Bismarck para provocar la guerra franco-prusiana en 1870. 11 La lucha por el liderazgo en el Partido Progresista condujo a su escisión. El Partido Constitucionalista de Sagasta y el Partido Radical de Ruiz Zorrilla. La construcción del Estado liberal

Por otra parte, el Partido Alfonsino - recién creado por Cánovas del Castillo y que defiende la restauración de la monarquía borbónica- empieza a atraerse a las fuerzas sociales conservadoras como: - La aristocracia latifundista que rechaza cada vez más el sistema: las sublevaciones campesinas y las ocupaciones de tierras en el Andalucía y Extremadura les hace temer que la democracia conduzca al socialismo. - La burguesía industrial y financiera, con más peso en Cataluña, había simpatizado en un principio con el nuevo régimen; pero se fue acercando a los alfonsinos ante el auge y el radicalismo del movimiento obrero, por su oposición a la abolición de la esclavitud en Cuba ya que tienen intereses en la explotación de la colonia y por la tendencia librecambista de los gobiernos del Sexenio. - Los hacendados de la isla de Cuba que se oponen a la abolición de la esclavitud. - La Iglesia católica contraria a la libertad de cultos y a la separación entre Iglesia y Estado. Amadeo de Saboya va a abdicar en febrero de 1873 a raíz de un problema militar en el cuerpo de artillería. Su abdicación no es tanto por la fuerza de la oposición como por el disgusto que le producen las rencillas entre los partidos que le apoyan. 3.- La 1ª República El vacío de poder y la ausencia de un candidato monárquico llevó a la proclamación de la 1ª República el 13 de febrero de 1873 en una votación del Congreso y el Senado gracias a un pacto entre demócratas cimbrios, radicales de Ruiz Zorrilla y republicanos hecho para mantener la democracia. La 1ª República nace débil, con menos apoyos aún que la monarquía anterior: -

El republicanismo contaba con escaso apoyo social: se limitaba a sectores de las clases medias urbanas, sobre todo intelectuales – algunos de gran prestigio como Pi y Margall o Castelar- y sus partidarios estaban divididos entre los defensores de una república centralista y de una república federal. Además, entre los republicanos federales hay un sector intransigente que promovía la violencia para imponer el federalismo y reforma sociales. El movimiento obrero, que podía haber sido un buen apoyo, se había inclinando hacia el anarquismo y las clases altas se oponen frontalmente.

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Entre las clases altas y los mandos del ejército –cada vez más conservadores- se impone la idea de la vuelta de los Borbones y se empieza a preparar un golpe de Estado.

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La República española carece de apoyo internacional. Sólo EEUU le reconoce al nuevo régimen.

Por tanto, la República nace condenada al fracaso y sólo durará un año en el que hubo una fuerte inestabilidad política debida a la debilidad del régimen: 4 presidentes en un año y tres modelos de República: Federal, Unitaria y Presidencialista. Los primeros gobiernos emprendieron reformas bastantes radicales que, en algunos casos se volvieron contra el propio régimen: 

El primer presidente fue FIGUERAS que reprimió los levantamientos de obreros y campesinos y asumió alguna de sus reivindicaciones: -



Suprimió las quintas, lo que dificultó la derrota de los carlistas, y los consumos, que agravó el déficit de la Hacienda. Suprimió la esclavitud en Puerto Rico (no en Cuba). Convocó elecciones a Cortes Constituyentes en las que triunfó el abstencionismo (60%) defendido por todos los partidos menos el republicano. Los republicanosfederales obtienen un triunfo absoluto (90% de los votos) pero carecen de representatividad.

Las Cortes proclamaron a PI Y MARGALL como presidente y elaboraron un proyecto de Constitución (1873) más avanzada que la del 69 que defendía la república federal como forma de estado, la separación del Estado y la Iglesia (el Estado dejaría de subvencionar a la Iglesia y reconocía libertades y derechos más amplios. También se aprobaron reformas sociales como la reglamentación del trabajo infantil (se prohíbe La construcción del Estado liberal

emplear a niños de menos de diez años en minas y fábricas). Estas medidas no llegaron a aplicarse porque la agitación social no cesó: -

La guerra carlista y la insurrección cantonal

Los republicanos más intransigentes organizaron la insurrección cantonal, en el verano de 1873, en la que también participaron anarquistas. En Levante, Andalucía y Murcia se crearon estados independientes o cantones con el fin de crear un estado federal de abajo arriba. El ejército reprimió la insurrección. El cantón de Cartagena resistió hasta enero de 1874 gracias al apoyo de marineros sublevados.

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El movimiento obrero y campesino se radicalizó al estar muy influido por el apoliticismo anarquista que desconfiaba de todo tipo de Estado. Los campesinos andaluces ocuparon tierras y los obreros organizaron una huelga general en Alcoy. Sus exigencias eran repartos de tierras, subida salarial, reducción de la jornada laboral, enseñanza obligatoria, armas para el pueblo, etc. Los dirigentes del Partido Republicano, que estaban en el gobierno, no asumieron estas reivindicaciones para no perder el apoyo de las clases medias y de su aliado, el Partido Radical de Ruiz Zorrilla. -

La guerra carlista continúa en el Norte (hasta 1874 no se le hace frente) y la guerra de Cuba.

La República aparecía como un régimen incapaz de mantener el orden y de derrotar a los carlistas. Pi y Margall, que era partidario de una negociación imposible, dimitió para no traicionar sus principios contrarios al uso de la fuerza. 

Con SALMERÓN la República empieza a inclinarse a la derecha: recurre al ejército para someter a los cantones –excepto el de Cartagena- ; reprime al movimiento obrero anarquista (se detuvo a sus militantes y se cerraron sus locales) y establece una República unitaria. El presidente Salmerón dimitió al no querer aplicar las penas de muerte que habían decretado los tribunales. 

CASTELAR acentúo el giro conservador utilizando una política de fuerza contra el cantonalismo y la conflictividad social. Consiguió de las Cortes poderes excepcionales que le permitieron suspender las garantías constitucionales y disolver las Cortes temporalmente. Impuso el orden dejando el cantón de Cartagena a punto de rendirse y obtuvo éxitos frente a los carlistas pero volviendo a la estructura tradicional del ejército (quintas) y recurriendo a generales alfonsinos. Esta contradicción acabaría con la República.

4- El fin de la república Al reunirse de nuevo las Cortes, los republicanos federales provocaron la dimisión de Castelar al votar en contra de su gestión de gobierno. Cuando se iba a elegir un nuevo presidente, el general Pavía, capitán general de Madrid, entró en el hemiciclo y dio un golpe de Estado. Pavía ofreció a Castelar el cargo de presidente por no ser un método democrático. La Junta de Capitanes Generales nombró presidente al general SERRANO que dirigió una República Presidencialista durante un año (1874). Serrano con la ayuda del ejército y del partido Alfonsino adoptó medidas conservadoras que adelantan el sistema de la Restauración: suspensión de la Constitución y de los derechos y La construcción del Estado liberal

libertades, disolución de la 1ª Internacional, prohibición del asociacionismo obrero y fortalecimiento del ejército que se enfrentó con éxito a los carlistas y acabó con el cantón de Cartagena. Su intento de perpetuarse en el poder de forma dictatorial fracasó ya que, a finales de 1874, las clases conservadoras se han decidido por la restauración de la monarquía borbónica de Alfonso XIII. El partido alfonsino -llamado “Partido liberal-conservador”- creado por Cánovas fue preparando el regreso de la monarquía. Trataban de que fuera como consecuencia de “un estado de opinión favorable”; pero el general Martínez Campos se adelantó a los hechos y se pronunció en Sagunto proclamando a Alfonso XII como rey de España.

12.5. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. REINADO DE ALFONSO XII: EL SISTEMA CANOVISTA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876. Con este nombre, derivado de la restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II, se denomina a un sistema político y a un periodo de la historia de la España contemporánea que abarca desde 1875 hasta 1923: del golpe de Estado del general Martínez Campos hasta el golpe de Estado del general Primo de Rivera. La primera etapa de la Restauración corresponde con el reinado de Alfonso XII. La Restauración se inició con el pronunciamiento militar del general Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874 en Sagunto (Valencia). Pero el verdadero artífice del nuevo sistema político fue el abogado conservador, Antonio Cánovas del Castillo, que preparó la vuelta de Alfonso XII aprovechando el descontento existente entre las clases acomodadas por las reformas del Sexenio revolucionario. En primer lugar, logró la abdicación de Isabel II en su hijo Alfonso; después le hizo firmar a éste el Manifiesto de Sandhurst (nombre de la Academia Militar en la que estudiaba en el RU) en el que anunciaba un programa político inspirado en las ideas canovístas y, en último lugar sería designado rey por las Cortes, pero el general Martínez Campos se adelantó a esto. Cánovas era un político conservador, procedente de la Unión Liberal, partidario de un sistema liberal autoritario pero a la vez era un político pragmático que consideraba que había que renovar el viejo sistema. Su principal objetivo era garantizar la estabilidad política evitando los pronunciamientos y revoluciones, que habían caracterizado a la España del S. XIX, para que las clases altas no vieran amenazados sus intereses por las aspiraciones de otros grupos sociales. Esto exigía un consenso sobre “principios básicos”: la monarquía, la unidad de España, la libertad y la propiedad, mientras que sobre otros temas cabían discrepancias (sufragio, ejercicio de las libertades, etc.). El consenso excluía a los partidos de izquierda (republicanos y socialistas) y a los carlistas. El sistema político canovista se asienta sobre tres bases: la Constitución de 1876, el turno de partidos y el caciquismo. 

La CONSTITUCIÓN de 1876

Siguiendo las ideas de Cánovas, se trata de una constitución liberal-doctrinaria inspirada en la moderada de 1845, pero más flexible, de forma que pueda ser aceptada por todas las tendencias liberales, y permita introducir reformas sucesivas; por ello, muchos artículos se redactan con cierta ambigüedad o remiten a leyes posteriores para su desarrollo (por ejemplo, el sufragio). Con ella se pretende dar estabilidad política al país ya que las dos ramas del liberalismo pueden aplicar sus programas sin cambiar la constitución. Esta Constitución será la más duradera de todas al estar en vigor hasta 1923 (Dictadura de Primo de Rivera), aunque con suspensiones.  En lo fundamental, recoge los principios del liberalismo doctrinario de la C. de 1845: -

Soberanía compartida (Rey con las Cortes) siguiendo el liberalismo doctrinario.

La construcción del Estado liberal

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Forma de Estado: monarquía hereditaria con amplios poderes: nombra al Jefe de Gobierno (poder ejecutivo); tiene derecho de veto legislativo, convoca y disuelve las Cortes (poder moderador) y asume la Jefatura del Ejército (que deja de intervenir en la vida política pero se convierte en una fuerza de apoyo al régimen con una tendencia claramente conservadora).

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Cortes Bicamerales: Congreso elegido por los electores y Senado elegido en parte por el Rey y en parte por sufragio censitario indirecto, lo que garantiza la presencia de las oligarquías. La Constitución no especifica el tipo de sufragio para elegir al Congreso, remitiéndose a una Ley Electoral, que durante el gobierno de Cánovas estableció sufragio censitario (1878) pero durante el de Sagasta estableció el sufragio universal masculino (1890).

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Administración centralista del Estado. Los alcaldes de ciudades con más de 30.000 habitantes son nombrados por el rey. Se estableció la unidad jurídica y se abolieron los fueros de las provincias vascas, estableciendo el servicio militar y la igualdad fiscal para todos.

 En lo secundario, recoge la herencia progresista de la C. de 1869: -

Una amplia declaración de derechos y libertades individuales, que reproducen los de 1869, aunque la mayoría se remiten a leyes. En la práctica habrá leyes restrictivas que los limitan. Así, la ley de Imprenta de 1879 considera delito todo ataque al sistema de la Restauración.

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En el terreno religioso se adopta una fórmula intermedia entre la libertad de cultos (1869) y la confesionalidad del Estado (1845). La religión católica vuelve a ser declarada oficial pero se toleraban otras religiones (sin derecho a culto o manifestaciones públicas).

El nuevo sistema representa una continuidad con la época moderada del reinado de Isabel II; aunque se reconozcan algunas reivindicaciones revolucionarias del Sexenio (al menos en teoría). 

El turno pacífico de 2 Partidos

Para dar estabilidad al sistema político, Cánovas ideó el “turnismo” que consistía en la alternancia en el poder de dos grandes partidos liberales. La idea se inspiraba en la política británica pero sólo formalmente ya que en la España de la Restauración el “turno pacífico” no se basaba en el resultado electoral sino en un pacto previo entre dos que excluía a los demás partidos. Se constituyeron dos partidos que recogían la herencia moderada y progresista. -

El Partido Liberal-Conservador, creado por el propio Canovas, que aglutinó a las fuerzas conservadoras (antiguos moderados, unionistas, carlistas más moderados e incluso algunos progresistas). Representaba la derecha del sistema. Se apoyaba en la oligarquía (terratenientes, alta burguesía financiera, Iglesia y altos cargos del ejército). Primero lo dirigió el propio Cánovas y, después de su asesinato (1897), Silvela.

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El Partido Liberal Fusionista, fue creado en 1880 por Sagasta, un antiguo progresista que se atrajo a los demócratas y progresistas que habían gobernado en el Sexenio y aceptaron el nuevo sistema e incluso llegó a atraerse a algunos republicanos como Castelar. Representaba a la izquierda liberal. Su programa fundamental consistía en desarrollar los derechos de la C. de 1869, como el sufragio universal. Estos dos partidos no eran partidos de masas como los actuales (con afiliados, agrupaciones y sedes) sino de notables, es decir, líderes políticos que encabezaban una facción con clientes o amigos. La cohesión del partido dependía del líder principal que debía repartir los beneficios del poder La construcción del Estado liberal

equilibradamente. La unidad dentro de dichos partidos se mantuvo mientras vivieron Cánovas y Sagasta pero a su muerte se produjeron divisiones internas. La alternancia en el poder de los dos partidos se producía gracias al pacto previo entre los dos jefes (Cánovas y Sagasta) y al falseamiento o manipulación de las elecciones. El turno de partidos se realizaba de forma inversa a una democracia real. En un sistema democrático, el partido que gana las elecciones forma el gobierno; por el contrario, en el sistema de la Restauración, el rey nombraba al Jefe de Gobierno y le otorgaba el decreto de disolución de las Cortes y, después, el nuevo gobierno convocaba elecciones para tener una mayoría parlamentaria con la que gobernar. La obtención de mayorías se conseguía con la manipulación electoral. El Ministerio de la Gobernación “fabricaba” los resultados mediante el encasillado 12 -asignación previa de los escaños en los que se dejaba un número suficiente a la oposición. Al haber un pacto previo entre los dos partidos, cada uno esperaba su turno y no se denunciaba el falseamiento electoral. El “turnismo” era un sistema destinado a mantener apartados del poder a las demás fuerzas políticas antimonárquicas (carlistas, republicanos, socialistas) y nacionalistas, y a las masas populares. 

El caciquismo

El fraude electoral generalizado era posible en el contexto de un país agrario y atrasado gracias al caciquismo. Los caciques13 eran las minorías dominantes en la España rural, personajes ricos e influyentes (terratenientes, prestamistas, notarios, comerciantes...), que controlaban su distrito y, siguiendo las instrucciones del Gobernador civil (autoridad provincial) amañaban las elecciones. Los gobernadores habían recibido a su vez instrucciones del ministro de la Gobernación de los resultados que debían salir en sus provincias siguiendo en encasillado acordado por las elites políticas. Los caciques usaban su poder económico para condicionar el voto utilizando amenazas, coacciones o favores (saldo de préstamos, agilizar expedientes, sorteo de quintos, rebajas de impuestos) o acudían simplemente al fraude electoral (compra de votos, falseamiento de las listas o el famoso pucherazo 14). Esto contribuyó a que gran parte de la población no participara en unas elecciones que consideraban una farsa. El sistema político canovista funcionó con cierto éxito durante los últimos años del S. XIX: reinado de Alfonso XII y Regencia de Mª Cristina: se produjo una alternancia pacífica y los militares dejaron de intervenir en la vida política. En la primera etapa (1875-1885), durante el reinado de Alfonso XII, predominaron los gobiernos conservadores presididos por Cánovas con los que se asentó el sistema gracias: -

La pacificación del país. El general Martínez Campos puso fin a la guerra carlista al derrotar en febrero de 1876 al pretendiente D. Carlos que se marchó al exilio. Los fueros de las provincias vascas fueron abolidos aunque se mantuvo la autonomía fiscal (conciertos económicos) lo que alentaría el nacionalismo. También se acabó con la guerra de Cuba con la Paz de Zanjón en 1878, que no duraría mucho.

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El agotamiento de la sociedad por la agitación del Sexenio de forma que se aceptó un sistema que traía mayor tranquilidad.

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La coyuntura económica favorable (“fiebre del oro”) basada en la exportación de minerales y vino, que finalizó en 1886 (competencia de los Países Nuevos, aparición de la filoxera, guerra de Cuba...).

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La popularidad del rey que aumentó después de su matrimonio y su pronta viudedad.

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Encasillado: acuerdo entre conservadores y liberales por el que se decidía antes de las elecciones los escaños y los cargos que correspondían a cada partido. 13 Cacique: nombre que los indios de América daban a sus jefes. Por extensión, se llamaba cacique a toda persona de gran poder económico que ejercía una influencia política excesiva en su comarca o provincia. 14 Pucherazo: forma de fraude electoral consistente en introducir en la urna más papeletas que votos emitidos. Por extensión, se llama pucherazo a todo falseamiento electoral. La construcción del Estado liberal

12.6. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. LA REGENCIA DE Mª CRISTINA DE HABSBURGO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA. REGIONALISMO Y NACIONALISMO. 1. La Regencia de Mª Cristina (1885-1902) y el turno de partidos. La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 convirtió a su segunda esposa Mª Cristina, con escasa experiencia, en la nueva reina regente hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Los dos líderes reafirmaron en el Pacto del Pardo el funcionamiento del sistema de turno: Cánovas cedía a Sagasta la jefatura del gobierno para consolidar así el sistema. Durante el llamado “gobierno largo” de Sagasta (1885-1890) se producen:  Reformas políticas al aplicar el programa del Partido Liberal que defendía la implantación de los derechos reconocidos en la Constitución de 1869: - Libertad de prensa e imprenta, suprimiendo la censura, y libertad de cátedra (1887) - Derecho de asociación (1887) que permitió la aparición de sindicatos como la UGT y de partidos (PSOE, partidos republicanos, etc) - Ley del Jurado (1888) - Sufragio universal masculino (1890) El sistema de turno siguió basándose en la manipulación electoral pero el sufragio universal permitió que los republicanos obtuvieran algunos diputados en las ciudades donde no funcionaba el caciquismo. 

Acercamiento a la “cuestión social” al crearse, por iniciativa de Segismundo Moret, la Comisión de Reformas Sociales con el fin de estudiar la situación de las clases obreras que daría lugar al Instituto de Reformas Sociales (1903).



La crisis económica a partir de 1886: competencia de los Países Nuevos, aparición de la filoxera, guerra de Cuba, llevó a una política económica proteccionista. El arancel de 1891 protegía a la industria vasca y catalana, a la minería asturiana y a los cereales castellanos, aunque perjudicó al consumidor. 2. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo

Al margen del sistema canovista estaban los grupos políticos de la oposición, que no entraban en el turno de partidos. Eran minoritarios. 

Los carlistas, a la derecha, habían decidido renunciar a las armas y participaban en las elecciones. Su fuerza era cada vez menor, aunque conservaron cierto apoyo en el País Vasco, Navarra y entre sectores católicos muy conservadores. En 1888 se dividieron en la Unión Católica, que se integró en partido conservador y el sector integrista de Nocedal, que no aceptaba el sistema liberal, formó el Partido Tradicionalista. El Vaticano, con el aperturista León XIII, dejó de apoyarles.



Los republicanos defendían la democratización del régimen y ciertas reformas sociales. El apoyo de las clases medias urbanas disminuyó por los desórdenes del Sexenio y por su adaptación al sistema. Al volver a la legalidad en 1881 gracias a la libertad de asociación, se fragmentaron en diversos grupos: - Castelar fundó el Partido Posibilista, que aceptó el sistema de la Restauración con sufragio universal y terminó integrándose en el Partido Liberal de Sagasta en 1890. - Salmerón dirigía a los republicanos unitarios. - Ruiz Zorrilla dirigía a los radicales y organizó pronunciamientos fracasados desde el exilio. - Pi i Margall lideró la opción mayoritaria, el federalismo, defendiendo el reformismo social. Tras el sufragio universal (1890) se reunificaron (salvo los posibilistas) en la Unión Republicana (1903), lo que permitió que por primera vez hubiera en las Cortes una importante minoría republicana. La construcción del Estado liberal



Los socialistas aparecen como grupo político al fundarse en Madrid, de forma clandestina, el PSOE (1879), el primer partido obrero de inspiración marxista15. Sus orígenes se remontan a 1872, cuando un pequeño grupo de obreros de Madrid, que había entrado en contacto con Paul Lafargue (yerno de Marx) fuero n expulsados de la FRE y crearon el primer núcleo marxista liderado por el tipógrafo madrileño Pablo Iglesias. Este grupo de unas 250 personas estaba formado por tipógrafos de la Asociación del Arte de Imprimir (una sociedad de resistencia al pasar a la clandestinidad) e intelectuales. A partir de este grupo surgiría el PSOE (1879) cuyo fundador fue Pablo Iglesias y su ideólogo el médico Jaime Vera. En 1888 fundaron su propio sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT). El PSOE publicó su propio periódico desde 1888, El Socialista, y participó en la creación de la II Internacional, organización de partidos y sindicatos obreros de ideología marxista. El socialismo arraigó en Madrid y los núcleos mineros e industriales del norte y creció mucho en la última década del siglo. Se oponían al radicalismo revolucionario y al apoliticismo de los anarquistas y defendían la participación en la actividad política para ir obteniendo poco a poco mejoras parciales. Desde 1890, al reconocerse el sufragio universal, el PSOE se centró en la actividad electoral, rechazando toda alianza con partidos burgueses hasta mucho más tarde (en 1910 se presentaría a las elecciones aliados con los republicanos). Lograron ciertos éxitos en las elecciones municipales pero hasta 1910 no consiguieron un

diputado; en estos mismos años organizaban manifestaciones pacíficas el 1º de mayo para reivindicar la jornada laboral de 8 horas. 

El movimiento obrero formó parte también de la oposición al sistema. Se fue desarrollando a la vez que se iniciaba la industrialización porque las condiciones de vida y trabajo en estos momentos eran muy duras ya que, hasta finales del S. XIX, los gobiernos liberales se limitaron a reprimir las protestas sin preocuparse por la cuestión social. Durante el Sexenio, al amparo de la libertad de asociación, se creó la sección española de la AIT o 1ª Internacional16 gracias a la labor del anarquista Fanelli, partidario de Bakunin; también llegaría a España el marxista Lafargue con menor éxito. Tras el golpe de Pavía (1874), la Internacional fue ilegalizada y el movimiento obrero pasó a la clandestinidad hasta 1881. Las disputas entre Marx y Bakunin en el seno de la AIT llevaron a la división del movimiento obrero en el Congreso de la Haya (1872). La AIT se terminó disolviendo. En España, la ruptura se produce en el Congreso de Zaragoza de 1872. La división del movimiento obrero fue una causa de su debilidad. -

Los anarquistas son el grupo mayoritario en España17. Defendieron una ideología colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria. Tenían su mayor fuerza entre los jornaleros andaluces y los obreros industriales catalanes. En 1870 crearon la FRE (Federación Regional Española), sección de la AIT, que

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El socialismo-marxista. Marx elabora una doctrina a la que llama “socialismo científico” aplicando la dialéctica del Hegel al análisis de la historia y de la sociedad capitalista de su época. Afirma que la lucha de clases, que ha existido desde la aparición de la propiedad privada, es el motor de la historia. En el capitalismo, la lucha de clases enfrenta a burgueses y proletarios (obreros) y es inevitable que la clase obrera acabe con el capitalismo mediante la revolución socialista. La revolución socialista destruirá la propiedad privada, socializará los medios de producción, e impondrá la dictadura del proletariado. La dictadura del proletariado es una fase intermedia pero necesaria, para acabar con la resistencia y con la ideología burguesa, que llevará hacia la sociedad sin clases o comunismo. También defiende la necesidad de crear partidos obreros para dirigir la revolución y, hasta que ésta sea posible, participar en las elecciones de las democracias burguesas para mejorar las condiciones de vida de los obreros. Los partidos obreros crearán sindicatos para defender los intereses concretos de los trabajadores mediante la huelga y la negociación. 16

AIT o 1ª Internacional: es la primera organización obrera de carácter internacional formada por grupos de distinta ideología socialista. En ella se produjo el enfrentamiento entre anarquistas y marxistas. Los anarquistas fueron expulsados. La AIT terminó disolviéndose a consecuencia de la represión que siguió a la Comuna de París y de su propia división interna. A partir de ese momento el movimiento obrero aparecerá dividido en anarquistas y socialistas. 17 El anarquismo. Sus ideólogos (Bakunin y Kroptkin) defienden la libertad del individuo y la igualdad social. Rechazan la sociedad burguesa y todo tipo de autoridad, atacan a la Iglesia y al ejército como bases de la sociedad burguesa; propugnan la destrucción del Estado y de la propiedad privada y la organización de la sociedad en comunas; valoran la educación y rechazan toda participación en el juego político. La sociedad sin clases se conseguirá mediante la revolución espontánea de las masas. El método de lucha era el sindicalismo aunque algunos practicaron el terrorismo La construcción del Estado liberal

cuando fue ilegalizada contaba con 40.000 afiliados. Desde 1881, la Ley de Asociaciones del gobierno liberal, permitió la creación de la FTRE (Federación de Trabajadores de la Región Española) en la que destacó Anselmo Lorenzo. La FTRE creció mucho hasta que se debilitó y se disolvió en 1888 debido la represión del gobierno por las acciones violentas en Andalucía (Mano Negra) y a su división interna (anarco-terroristas, anarco-sindicalistas). A partir de 1901 diversos grupos se organizaron en torno a la publicación “Solidaridad Obrera” y en 1911 nació la CNT, el mayor sindicato español. -

Los socialistas son el grupo minoritario. En 1888, siguiendo las directrices que había marcado Marx, el PSOE fundó su sindicato afín, la Unión General de Trabajadores (UGT), que se nutrió de obreros de las sociedades de oficio madrileñas, de los obreros de la minería asturiana y de la metalurgia vasca. Los objetivos de la UGT son sindicales: la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores. Sus tácticas eran mucho más moderadas que las de los anarquistas y no rechazaban la lucha política ni la negociación-.



La oposición intelectual estaba formada por pensadores, profesores universitarios, novelistas, etc. que eran contrarios a un sistema que impedía la modernización del país y el acercamiento a la Europa más avanzada.



Los regionalismos y nacionalismos periféricos, que aparecieron a finales del S. XIX en Cataluña y el País Vasco, fueron movimientos de oposición apoyados por las burguesías locales. El sistema canovista fue incapaz de integrarlos. 3. Regionalismo y nacionalismo

El regionalismo y el nacionalismo son ideologías que surgieron en Europa en el S. XIX como consecuencia del liberalismo (principios de la soberanía nacional) y el romanticismo (movimiento cultural que fomentó la recuperación de las tradiciones). Se basan en el reconocimiento de la existencia de las “naciones” o realidades diferenciadas por su lengua, derechos históricos (fueros), cultura y costumbres propias. En España aparecieron, con cierto retraso respecto a Europa, en regiones con lengua propia y tradiciones foralistas (Cataluña y el País Vasco) como rechazo al Estado centralizado que los gobiernos liberales fueron reforzando al imponer leyes unificadoras. Además, la industrialización iniciada en Cataluña y el País Vasco acentuó los rasgos peculiares de dichas regiones. El regionalismo pretende la defensa de la región mediante la autonomía administrativa. El nacionalismo18 sostiene que cada pueblo o nación tiene derecho a ejercer la soberanía sobre su territorio, lo que significa que a cada entidad cultural o nación debe corresponder un Estado independiente. En general, se trata de fases de un mismo proceso que se inicia con la recuperación de la cultura propia, le sigue la reivindicación de la autonomía de la región dentro del Estado y, si esto fracasa, se pasa a una fase nacionalista más radical que exige la independencia. a) El nacionalismo catalán En la guerra de Sucesión, Cataluña y los demás reinos de la Corona de Aragón, habían perdido sus leyes y fueros particulares con los Decretos de Nueva Planta. En el siglo XIX, al desarrollarse el nacionalismo en Europa, el sentimiento nacionalista se reavivó entre una burguesía que estaba protagonizando la revolución industrial como consecuencia de la confluencia de cuatro elementos:

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El nacionalismo es un movimiento que surgió en Europa en el S. XIX como consecuencia del liberalismo, que planteó el derecho de los pueblos a crear sus propios estados, y una corriente cultural -el romanticismo- por su interés por la historia (especialmente la medieval), por el folclore popular y las lenguas propias. En todos los nacionalismos hay unos rasgos comunes: una lengua propia distinta a la que existe en la mayoría del Estado; una figura intelectual, respetada por casi todos, que crea discípulos y se convierte en una especie de "padre de la patria". También se da una evolución en tres fases: inicial o culturalista en la que el "padre de la patria" y sus discípulos empiezan a difundir la cultura de ese pueblo. Cuando la difusión cultural alcanza la suficiente importancia se da paso a otra etapa, en la que se mezcla el interés por lo cultural y lo político, la fase regionalista, centrada en reivindicar autonomía dentro del Estado. Finalmente, si se fracasa en esas reivindicaciones de autonomía, o por otras circunstancias, se pasa a la etapa estrictamente nacionalista más radical que la anterior, puesto que normalmente lo que se pide es la independencia de esa región o comunidad. La construcción del Estado liberal

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La Renaixença, un movimiento cultural ligado al romanticismo, surgido a mediados del siglo que buscaba la recuperación de la lengua y las tradiciones culturales catalanas. El movimiento tuvo gran éxito. Se crearon los Juegos Florales (1859) para potenciar la literatura catalana. Verdaguer, Rusiñol y otros la elevaron una gran altura la cultura catalana. El federalismo, al defender la autonomía de las regiones también contribuyó al desarrollo del nacionalismo. El tradicionalismo: movimiento conservador que se oponía al estado liberal por anular las antiguas creencias y tradiciones (el carlismo) había tenido mucho peso entre los campesinos del interior de Cataluña. La defensa del proteccionismo para la industria catalana contribuyó a la toma de conciencia nacional por parte de la burguesía.

El iniciador del catalanismo fue Valentí Almirall, un ex republicano federal, que creó en 18 82 el Centre Catalá, una entidad para defender los intereses económicas y culturales del Cataluña. En 1885 redactó el Memorial de Greugues o agravios, que se entregó a Alfonso XII, rechazando el librecambismo del gobierno y reivindicando el uso de la lengua catalana y de su derecho civil tradicional. En 1886 publica el libro Lo catalanismo (1886) en el que defendía la autonomía frente al centralismo. En 1891 Enric Prat de la Riba fundó la Unión Catalanista, con el fin de aglutinar a todas las tendencias catalanistas, de ideología conservadora y católica, que elaboró las Bases de Manresa (1892), el primer programa de catalanismo, en el se reclama la autonomía y el restablecimiento de las instituciones tradicionales (Corts y Generalitat). Es un proyecto conservador que defiende el sufragio censitario y no recoge los derechos y libertades. En 1901 nace el primer gran partido catalanista, la Lliga Regionalista, con Francesc Cambó como principal dirigente y Prat de la Riba como ideólogo. Es un partido conservador, católico y burgués que defendió la autonomía (no el independentismo) y los intereses económicos de los industriales catalanes y criticó duramente el sistema de la Restauración. En el reinado de Alfonso XIII fue el partido político más importante de Cataluña y llegó a participar en el gobierno de

Madrid. El nacionalismo catalán se extendió esencialmente entre la burguesía y el campesinado, mientras que la clase obrera abrazó mayoritariamente el anarquismo b) El nacionalismo vasco En el País Vasco, el renacimiento cultural y literario fue escaso debido a las dificultades de una lengua, el euskera, difícil, arcaica, muy adaptada al mundo rural pero poco apta para el pensamiento literario; pero, en cambio, había sido la zona de mayor arraigo del tradicionalismo católico (el carlismo) cuyas sucesivas derrotas llevaron a la eliminación paulatina de los fueros hasta su liquidación en 1876. El nacionalismo vasco surgió como rechazo al estado centralizador y al capitalismo y también por la influencia del nacionalismo catalán que estaba adquiriendo mucha fuerza. La rápida industrialización que provocó la llegada masiva de inmigrantes procedentes del resto de España fue percibida por algunos políticos e intelectuales como una nueva amenaza para sus tradiciones y costumbres. En 1895 Sabino Arana, un integrista católico de ideas muy conservadoras, fundó el PNV, diseñó la ikurriña (bandera nacionalista) y formuló los fundamentos ideológicos del nacionalismo vasco: - Creación de un estado independiente de la Nación Vasca, que incluiría siete territorios: cuatro españoles (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra) y tres franceses. - Radicalismo antiespañolista y antimonárquico para diferenciarse del La construcción del Estado liberal

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carlismo. Actitud racista: defendía la existencia de una raza vasca, única en el mundo, que debía mantenerse en su pureza evitando la mezcla con otras. Esto implicaba el rechazo y desprecio hacia los inmigrantes procedentes de otras zonas de España (maketos) que eran en su mayoría obreros industriales. Rechazo de la industrialización, que traía inmigrantes no vascos, e idealización del mundo rural. Integrismo religioso católico: subordinación de lo político a lo religioso. El lema del PNV era “Dios y Leyes Viejas”. Arana llegó a insinuar que Euskadi (término inventado por los nacionalistas) debía estar gobernado por la Iglesia. En este aspecto son continuadores del carlismo.

El PNV tuvo muchas dificultades desde sus comienzos y, en su seno, existieron siempre dos tendencias: una radical independentista y otra moderada. Hasta 1918 no tuvo cierta importancia y nunca comparable a la de Lliga en Cataluña; por lo que no consiguió ningún avance en sus aspiraciones. Su influencia fue mayor en las zonas rurales o entre la pequeña burguesía de Vizcaya y Guipúzcoa. La gran burguesía no lo apoyaba y el proletariado, procedente de otras regiones españolas, se inclinó por el socialismo. c) El regionalismo gallego fue un fenómeno tardío y minoritario. En Galicia, hubo también un movimiento cultural (Rexurdimento) de intelectuales que defendían la lengua y la cultura gallega, en el que destacaron poetas como Rosalía de Castro que empezaron a escribir en gallego. El regionalismo político gallego surgió como reacción contra el atraso económico de su región, que provocaba una fuerte emigración, culpando al Estado español del abandono. Sus líderes, Alfredo Brañas, de ideología tradicionalista carlista, y Martínez Munguía, esposo de Rosalía de Castro, de ideología liberal, crearon organizaciones que reivindicaron la descentralización administrativa y el uso del gallego pero por sus diferencias ideológicas no formaron un partido unificado. d) Otras regiones hay regionalismos muy minoritarios. En Valencia, el regionalismo rechazó tanto el centralismo del Estado como el nacionalismo catalán que consideraba a los valencianos como parte de la misma comunidad. En Andalucía hubo un primer intento con Blas Infante que no se consolida y lo mismo en Baleares y Aragón.

12.7. LA GUERRA COLONIAL Y LA CRISIS DEL 1898 1.- Los antecedentes Tras la independencia de la mayor parte de las colonias a comienzos del siglo XIX (Ayacucho, 1824), España conservaba restos de su imperio dispersos por el mundo: las islas antillanas de Cuba y Puerto Rico, Filipinas y otros archipiélagos del Pacífico y algunas posesiones en el continente africano. La época de la Restauración coincide en la llamada “Era del Imperialism o” (1875-1914) en la que los países más industrializados se reparten el mundo pero España, por su debilidad económica y militar, no sólo no podía aspirar a participar en el reparto sino que tampoco va a poder defender su imperio. Las colonias tenían gran interés económico para España: Cuba y Puerto Rico basaban su economía en una agricultura de exportación (caña de azúcar, tabaco y café). Las grandes propiedades (plantaciones) en manos de la oligarquía española o norteamericana estaban trabajadas por mano de obra negra esclava y proporcionaban grandes beneficios. Sus relaciones comerciales con otros países estaban restringidas, eran gobernadas despóticamente por un “Capitán General” y no estaban representadas en las Cortes españolas. Cuba era la colonia más preciada por su desarrollo económico (primera productora mundial de azúcar) y demográfico (2 millones de hab. en 1898). El proteccionismo impuesto desde Madrid reservaba este “mercado cautivo” a la industria textil catalana y a los cerealistas castellanos. Los hacendados esclavistas y la burguesía catalana eran los grandes beneficiados de la situación. La población de la isla y sus comerciantes criollos salían muy perjudicados porque España no podía adquirir toda la producción de la isla ni podía abastecerla de todos los bienes manufacturados viéndose obligados a comerciar con EEUU; pero el proteccionismo encarecía el comercio con este país al que se exportaba el 90% de la producción. El choque de intereses económicos dio lugar a enfrentamientos políticos. Los criollos ricos y las clases medias urbanas apoyaban al Partido Liberal que defendía la autonomía frente a la oligarquía terrateniente española, organizada en el Partido Unión Constitucional, que defendía el proteccionismo y rechazaba todo tipo de autonomía por miedo a ver reducidos sus negocios. La construcción del Estado liberal

Las islas Filipinas, también producían tabaco y azúcar pero los intereses económicos eran escasos, pero era muy fuerte el poder de las órdenes religiosa. El dominio español se sustentaba en una pequeña presencia militar. 2. La guerra de Cuba y Filipinas En 1868, durante el Sexenio, estalló la 1ª sublevación en Cuba (Grito de Yara) exigiendo la independencia. La Guerra Larga terminó con el Convenio de Zanjón (1878). Las promesas de autonomía no pudieron aplicarse por la resistencia de los hacendados españoles que eran hostiles a toda concesión. El conflicto siguió latente. Un movimiento similar –aplastado rápidamente- estalló en Puerto Rico, aunque en esta isla se abolió la esclavitud y se le dio cierta autonomía. Una sublevación en Filipinas en 1872 fue sofocada con ejecuciones a garrote vil. Durante el gobierno liberal de Sagasta, el ministro de Ultramar -Antonio Maura- elaboró el proyecto de autonomía para Cuba y Filipinas que fracasó por la resistencia de la oligarquía. Se vio obligado a dimitir. En 1892 José Martí, exiliado en Estados Unidos, fundó el Partido Revolucionario Cubano, que pedía la independencia y su influencia se extendió entre los criollos y las clases medias y populares de la isla. En 1895 se inició, de nuevo, la guerra por la independencia con el Grito de Baire. Sus dirigentes, el poeta José Martí –principal ideólogo- , que murió el mismo año en una emboscada, y los capitanes Maceo y Máximo Gómez organizaron una implacable guerra de guerrillas. El gobierno conservador de Cánovas envió como capitán general a Martínez Campos, con más de 200.000 soldados, que fracasó en todo intento de negociación y optó por sofocar la revuelta por la fuerza pero no consiguió vencer a las guerrillas que contaban con el apoyo de la población y la ayuda militar de EEUU; por su parte, los soldados españoles debían de soportar condiciones difíciles y morían por enfermedades tropicales. Martínez Campos terminó dimitiendo.

Le sucedió el general Weyler, que se propuso vencer sin negociar, y actuó con gran dureza: los campesinos fueron obligados a concentrarse en ciudades, para evitar su apoyo a la guerrilla, destruyó cosechas y ganado y dividió el territorio con líneas fortificadas o trochas para impedir el movimiento de los guerrilleros. Su actuación provocó una oleada de protestas internacionales, especialmente en EEUU donde la prensa sensacionalista levantaba a la opinión pública contra España. Desde este momento, la intervención americana hizo imposible la victoria española. El gobierno americano había intentado primero la compra de la isla y ahora apoyaba a los rebeldes y protestaba por los métodos de Weyler. En 1896, España rechazó su propuesta de mediación en el conflicto y EEUU amenazó con la intervención militar sino se ponía fin a la guerra. El gobierno de Madrid se proponía defender la isla toda costa reforzando el ejército. El asesinato de Cánovas (1897) llevó al poder a los liberales de Sagasta que destituyeron a Weyler y concedieron a la isla una amplia autonomía pero ésta llega tarde ya que los rebeldes sólo quieren la independencia. En Filipinas, el fracaso de las reformas de Maura (autonomía e igualdad de derechos entre negros y blancos) llevó a la formación de movimientos independentistas por parte de José Rizal y asociaciones secretas de carácter semireligioso como la de Bonifacio. En 1896 estalló una rebelión y el gobierno español respondió militarmente: fue enviado el general Polavieja que ejecutó a Rizal y Bonifacio pero la rebelión siguió. El nuevo Capitán General, Fernando Primo de Rivera, en 1897 negoció una paz con el nuevo jefe de los rebeldes, Aguinaldo, que se rompió al estallar la guerra con EEUU. 3. La guerra con EEUU y el Tratado de París El enfrentamiento entre España y EEUU representa la pugna entre un imperialismo “moribundo” y otro “naciente”. La ayuda norteamericana a los rebeldes de las colonias españolas respondía a un doble interés: el económico y el geoestratégico (Filipinas es un punto clave para el dominio del Pacífico y el Caribe su back courtyard o patio trasero). El pretexto para declarar la guerra a España fue la explosión en el acorazado norteamericano Maine (febrero del 98) que estaba en el puerto de La Habana de visita de “buena voluntad”. Las causas de la explosión aún se desconocen aunque posiblemente se trató de un accidente que costó la vida de 260 marinos estadounidenses. El hecho desencadenó una furibunda campaña periodística de las cadenas de Pulitzer y Hearst. El gobierno norteamericano del presidente McKinley, alentado por una opinión pública cada vez más belicista, presentó a España un ultimátum que, de hecho, equivalía a una declaración de guerra: en el plazo de tres días España debía retirar sus tropas y renunciar a la soberanía de la isla. La opinión pública española, animada por una prensa belicista, también deseaba la guerra sin ser consciente de la desigualdad de fuerzas. Los militares y políticos sabían que les esperaba la derrota pero prefirieron resistir La construcción del Estado liberal

porque pensaban que la retirada de la isla traería inevitablemente la caída de la monarquía. El gobierno buscó el apoyo de algunos gobiernos europeos pero éstos se desentendieron del problema. Sólo los republicanos, socialistas y anarquistas rechazaban la guerra. El desastre naval fue completo para España. En Filipinas, la escuadra española mandada por el almirante Montojo fue destruida en la bahía de Manila (batalla de Cavite). En las Antillas, la escuadra del almirante Cervera quedó bloqueada en Santiago de Cuba por la flota americana. Mientras tanto los americanos desembarcan en Guantánamo y Puerto Rico donde no había sublevación. El 3 de julio de 1898, el gobierno español ordenó a la flota salir a romper el bloqueo y fue destrozada. El gobierno español aceptó la mediación francesa y pidió la paz. En la Paz de París (diciembre del 98) España cedió Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam a EEUU a cambio de 20 millones de dólares y reconoció la independencia de Cuba pero bajo la “protección provisional” de EEUU. En 1902 la enmienda Platt a la nueva constitución cubana concedía a los Estados Unidos el derecho a intervenir en los asuntos internos de la isla. La sustitución del dominio español por el norteamericano provocó un profundo descontento en las antiguas colonias. EE.UU. tuvo que hacer frente a una guerra en Filipinas (1898-1902) y en Cuba el sentimiento antinorteamericano se extendió por amplias capas sociales. España no podía sostener los restos de su imperio en el Pacífico y vendió a Alemania las Marianas, las Carolinas y Palaos en 1899 por 20 millones de marcos. 4. El 98 y sus consecuencias La pérdida de las colonias fue conocida como “el desastre del 98”. La derrota humillante ante EEUU provocó una fuerte conmoción social. Sus consecuencias fueron: 

Demográficas: 200.000 soldados murieron a consecuencia de las dos guerras, la mayoría reclutados por el sistema de quintas y pertenecientes a clases humildes que no podían pagar la “redención” del servicio militar. Otros muchos mutilados o enfermos a los que no se atendió ni pagó ninguna indemnización. Esto alentó el antimilitarismo entre las clases populares.



Económicas: la pérdida de mercados perjudicó especialmente a la industria textil catalana pero la repatriación de capitales benefició a la larga a la economía nacional.



Militares: se toma conciencia de la existencia de un ejército anticuado, con exceso de mandos y una tropa mal preparada. El ejército tratará de paliar su desprestigio con la intervención en Marruecos.



Políticas. Hubo un fuerte debate sobre las responsabilidades políticas y militares que sacó a la luz los defectos del régimen. Los militares y los políticos se culpaban mutuamente del desastre. El sistema de la Restauración se mantuvo en pie pero entre los intelectuales y algunos políticos surgió un corriente crítica, el “Regeneracionismo”, que defendía la necesidad de renovar la vida del país en todos sus aspectos. La corriente “regeneracionista” encabezada por Joaquín Costa denuncia las lacras del sistema y propone una reforma educativa y política para modernizar a España. Joaquín Costa en su obra Oligarquía y caciquismo critica radicalmente al sistema caciquil que había impedido la implantación de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y social del país. Los viejos partidos dinásticos también recogieron este afán de renovación e intentaron con Silvela, Maura o Canalejas un revisionismo del sistema “desde arriba” que terminaría fracasando. La oposición política al sistema se va a fortalecer. Ideológicas. Se produjo una crisis moral, un sentimiento de impotencia y pesimismo que marcó a los intelectuales de la llamada Generación del 98 (Unamuno, Baroja, Maeztu, etc.) que reflexionaron críticamente sobre la derrota y el “ser de España”. Se empezó a hablar de “europeización”.



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