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bres, sin contar las propiedade s conjuntas de negocios ; el monto de las remesas que ellos aporta n a su familia y al país cuando salen a laborar al extranjero hiz o exclamar a María ¡sabe] Soldevila en un reportaje reciente (Rumbo 365) que éste es au n país que vive de las mujeres». En el total de matriculados e n las universidades hace una década, ellas constituían mayoría e n Contaduría, informática, un poquito más que los hombres en Medicina, bastantes más en Fármaco-Bioquímica y Psicología ; la Por ahora recorre aceras en la alcanza . Margarita se llama . cuarta parte en Arquitectura, dos patineta, empina chichigua e n Es una niña perseverante y muy veces más en las carreras d e la colinita cercana, no se arreestudiase¡ que todos los días ca - educación ; siete veces menos en mina muchas cuadras para ir y ingeniería Eléctrica y Veterinaria; dra ante la oscuridad, ni necesita que la ayuden para salta r venir del colegio . y el 50 % en Dibujo Técnico . un charco. Su vecinifo es su mejor com"Con relación a la participaSu mochila de libros va bie n pañera . Es conversadora, soción en las directivas de los parciable, a las dos les encant a tidos políticos, centrales sindica cargada, sus calificaciones so n ayudar a los demás, sobre tod o les y gremios profesionales, l a muy buenas, y si en algo s e si son adultos y adultas mayo participación es variable y se distingue de sus condiscípulos observan aumentos en alguno s varones es en que su uniform e res, y juegan mucho porque casos y retrocesos en otros .. ., por lo general se ve más atilda - también les gusta correr, patiexplica Clara Báez . do y su lápiz casi siempre tien e nar y jugar a la pelota . Pero Margarita piensa cosa s "La opinión de la ciudadanía la punta afilada . muy especiales. A veces sorde ambos sexos sobre tópicos Es muy adicta a la Historia y a la Geografía pero lo que la apa- prende y asombra a Salía por- relativos a la participación e n siona en verdad es la Matemáti- que le dice que cuando ella se a la política, las condiciones d e las candidaturas y la confianz a grande va a ser la Presidenta ca . ¡Cuánto daría ella por tene r. que inspiran los candidatos ... de la República . ~como Luis, el hijo del gerenfe muestran cambios en el imagique vive en la otra esquína- un a nario político dominicano a facomputadora en casal LOS NÚMEROS de las mujeres durante e l vor Aunque muchas veces levanta ESPERANZA DE LA periodo 94-97 " €a mano para responder en lá s Las posibilidades de que un a Y la más importante de todo, clases de Física, le desagrad a mujer sea en las elecciones de l lo que apuntala las posibilidaseñala r que el maestro prefiere 2020 (si la Constitución no es des de las muchachas y de las a Carlos y a Jorge antes que a modificada cíe forma tal qu e niñas y proyecto cgmo posible s ella o a Tatica. Y cuando salen cambie ese ciclo) la Jefa de Esal recreo, como el patio no es tado de la República Dominica- las aspiraciones de ellas, es que «las proporciones de hombres y muy grande, los varones se to na no tiene nada de utópico . mujeres que son favorables a man casi todo el espacio con su s Hace Falta eso sí, quebrarle el una mayor incursión de las mupelotas. A las niñas les molesta brazo a la resistencia que pro jeres en la política y que rechano poder correr pero ... ¡para viene -la más grave de todaszan que la política es un asunto qué van a protestar sí e€ directo r del no reconocimiento acerca de hombres habían aumentad o les va a decir que los varones de que esto pudiera ser así . en 1997. También se valora son varones y tienen que juga r Para que lo sea, (con tanto más positivamente la capacida d así, que qué quieren ellas...¡ derecho como el que tienen l o de las mujeres para gobernar, De regreso a casa Sofía va varones), bastaría con potencia r osi como los niveles de confianpensando y pensando . Le han los recursos humanos de las nidicho que dos cuadras má s ñas y muchachas que hoy está n za que inspira votar por candidaturas de mujeres, pues la s abajo iniciaron la construcción en las escuelas y entre las cua- ' proporciones favorables a la s de un nuevo parque pero ell a les se acumula una sumatori a mujeres son todas superiores a no puede —como sí lo hiz o de índices de aprovechamiento las obtenidos en 1994». Raúl— irse hasta allá con su s que las destacan mucho. Por si fuera poco, ya no so n amigos porque su madre le enSegún las estadísticas compiraras las chicas que en lugar d e cargó escoger el arroz y pone r ladas por Clara Báez, hace u n desear sólo ser mamás cuand o a ablandar las habichuelas . lustro ya había 2 millones 13 4 sean grandes también declara n Ahora, cuando ya lo hizo to- mil congéneres integrando l a do y se va paseando en su paPoblación Económicamente Acti- que quieren ser Presidentas d e tineta, ella se piensa grande, s e va en un total de 2 millones 51 7 la República . ímag¡na duerna de un Colmado , mil ; eran propietarias de míMIRt•A ROt]RIGUEZ CAI .DERO N o mejor de un Supermercado . croempresas en 1997 una cifr a lo autora es periodista y cooperante En eso su vecina más pequeña de CID en la Colectiva Mtujery salud . ligeramente inferior que hom-

ya está, en el aul a

• LAS NIÑAS E N LA ORDEN DEL DIA DE HOY La urgencia de elevar a lo infancia hasta consideraciones y reconocimientos que les coloquen en posibilidades de cons "ir ellos mismos su propio siglo XXI, fue una de las deriva -

ciones de la última reunión preparatoria de la Sesión Especial de la ONU a efectuarse en septiembre. De ese encuentro, sobre el cual se dan detalles en esta edición, se desprende también el reclamo de potenciar en particular a la s niñas, casi siempre más desfavorecidas . Ese es el propósito de esta edición de Quehaceres coincidente con el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. Ello ponle, por demás, con los que fueron acuerdos de se c la Conferencia mundial de Beijing de cuyas postulados ha cemos rec ordatorío en las páginas centrales . La confranza en ellas, el fortalecimiento de su autoestima, l a guerra conka los estereotipos sexistas, las diferencias minimizantes de lo femenino que tienen que erradicarse de l a educxrción, la juventud como protagonista, la ponderació n de los derechos sexuales de las muchachas y las complica -

ciones de que sean madres en la adolescencia, complemen tan textos sobre el papel del profesorado y de las escuelas ; de las maestras como modelos, de los nuevos aprendizajes

de las niñas; y de sus situaciones particulares cuando son muy inteligentes . El marco general de referencia es el de los derechos humanos de las pequeñas, concepto superior en estatura y en esencia. Los aspiraciones y n~idades de estas niñas de las que s e ocupa una vez más Quehaceres son las mujeres del siglo XXI para las cuales se debate hoy en los faros internacionales una nueva agenda que debe mejorar oI mundo contand o también con ellas .

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Las preguntas no la sorprenden en absoluto porque ella ya había advertido que en los do s últimos años ha habido un a cierta transformación en los criterios de los padres acerca d e qué instrumento pueden o no

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uehaceres 3 pueden estudiar sus hijas . «Aquí ha pasado lo mism o que antes con los varones y e l ballet. Porque son los papás y mamás los que dejan o no a sus hijas abrir las alas . Y yo lo observo muy bien : siempre hemos tenido más hembras qu e varones ahora hay un 10 % más de ellas-- pero eran sola mente estudiantes de piano o guitarra y, tal vez, violín . Ahora tenemos 3 que se capacitan e n batería, dos aprenden oboe, las hay en flauta, clarinete; y hasta una de nuestras estudian tes está becada en lowa haciendo dirección orquestal, cosa muy estimulante porque este país tiene una sola directora d e orquesta». «Otros becarios, varones, están dos para bateristas en Berkeley, un pianista por la Fundación Corripio, y otro va pronto al Centro Reina Sofía, en España, también como pianista . Esto tiene mucha importancia porque usted mira nuestra Orquesta Sinfónica y está llena d e músicos extranjeros . Mientra s tanto a nosotros se nos queda n dormidos los talentos» . Aquí interviene también e l factor económico --opina Farid a Diná— porque un alumno del Conservatorio, donde recibe n donaciones de lapón, puede quizás obtener prestado un instrumento costoso. Pero a otro s se les hace difícil, muy difícil a veces, adquirir algo diferent e de una guitarra, a lo más un a flauta . «Hay que insistir, no obstanfe, en que los adultos compren dan esto : es mucho mejor tener una buena baterista que varias malas pianistas . Pero hasta ha ce unos dos años si una niña l o pedía a sus padres la reacció n era por lo común : ¡pero, cóm o va a ser ...1 ¡Eso no es cosa d e hembras!» . Y claro ni el arte ni la vocación se guían por eso . Otra diferencia que se me hace visibl e

«las niñas dominicanas pugna n por hacer lo que a sus mamás les estuvo limitado. Y de seguro lo van a hacer».

es la de que, desde qué se instituyó el Plan Decenal en las es cuelas debe enseñarse música. Pero para eso se prepararo n algunos maestros al vapor qu e luego no pudieron . Ahora, solamente de nuestra Academia, tenemos 5 alumnas dando -clases en escuelas mientras siguen siendo alumnas . Y lo hace n muy bien. Claro, también tene-

mos alumnos varones que l o hacen. «Tengo la impresión —subraya la profesora Diná— que e l futuro será superior en este , orden de cosas : las niñas dominicanas pugnan por hacer lo qu e a sus mamás les estuvo limita do . Y de seguro lo van a ha cer». FARID"A

DINA.

JUEGO QE ROLES Para generar dinámicas de cambio entre las cuales es esencial la de eliminar estereotipos

en las tareas y conductas,

so-

ciakv,Gu, #u p e_ «así nadas» a varones y a hembras, a s necesario ~n particu arrsi~ói"i~adc~~isfinta so -bm los desempeños que, por lo generar se exigen de unos y otras en la vida cotidiana. El siguiente texto está destinado a padres y madres, a maes tros y maestras, y a los propios adolescentes, a quienes se invita a practicar diferentes maneras de cambiar los role s

.establecidos . Busquemos respuestas a las situaciones descritas o retomemos otras que hemos visto en el día a dio: n Si fueses una muchacha que desea trabajar como mecánica, ¿qué obstáculos encontrarías para realizar tu deseo y qué harías para superar esos obstáculos ? n Cuando Carlos estaba jugando pelota se cayó y se hizo una herida grave . Por dolor empezó a llorar, Sus amigos s e burlaban gritando : «parece una mujer». ¿Cómo se le podría responder a Carlos y qué podría decir él mismo ? n Si fueras una muchacha que regresa de la escuela y en el camino encuentras a un muchacho que te dice : «!qué rica estas, vas a ser mía!». Qué harías ? n En la familia de Roberto, todas y todos comparten lo s quehaceres de la casa . Un día llegan unos amigos a invitarlo a jugar y lo encuentran lavando su ropa. Inmediatamente comienzan a reír y a decirle «hembríta» en los perores términos . ¿Qué debería contestar Roberto ? Tomado ale «Niñas y niHos, o los roles aprendidos», una Guía de Acfividades edí Hada por el Centro Regional de Recursos Niño a NíSo del Centro de lr'6 moción y Servicios de Asesoría en Salud (CtSASI, de Nicaragua, 5995.

SOSTÉN DE PUEBLOS:

Educació n no sexista Al igual que en otros países d e Latino América, en Repúblic a Dominicana las niñas han tenido amplio acceso al sistema escolar. Pero persisten pautas favorecedoras de los niños y alienantes de las niñas, quienes n o son sólo la mitad de los sere s humanos que componen nues tra isla sino, en igual medida , forjadoras del futuro de la nación. La educación, tiene el pode r de transformar a cada individuo durante todo un proceso que se asimila en la práctica diaria . Esto se constituye en marco de referencia para la adquisición d e roles, y toma de decisiones, De ahí la importancia de facilitar a nuestras niñas tanto el acceso a la educación como una educación de calidad. Andrea Rugh, en el Simposium sobre Niñas celebrado e n Washington DC en marzo del

pasado año, definió Calida d como «la capacidad del sistema educativo de obtener los logros y objetivos ya determinados para el desarrollo de un a persona y de una nación» . Est a definición coloca' en el mism o centro al propio sistema educativo, dejando ver claramente s u papel protagónico, que consiste en la generación y ejecució n de medidas realistas que optimicen a todo el sistema, sin de jar fuera a ninguno de su s componentes . Para eso el sistema educativ o tiene que hacer un estudi o diagnóstico que identifique lo s segmentos más vulnerables y urgidos de atención . Tal estudio obliga a la-revisión de textos , materiales didácticos, práctica s escolares, metodología utiliza da por el cuerpo docente y un a serie de elementos más qu e precisan de una cuidadosa ob -

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servación, pues es sobre la base de los resultados que arroje n estas observaciones que se ha n de determinar los objetivos lo s cuales, a su vez, enmarcarán e l plan de acción dirigido a lograr la transformación de todo el sistema educativo . Un estudio diagnóstico de es te tipo, que contó con la colaboración de un amplio secto r de la sociedad civil, fue realizado por la Secretaría de l a Mujer (SEM), en conjunto co n el Programa de las Nacione s Unidas para el Desarroll o (PNUD) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) bajo el título de «Proyecto de fortalecimiento de l a capacidad nacional para l a ejecución de la Plataforma d e Acción de Beijing» . «Este estudio arrojó interesan tes conclusiones referentes a l a relación de la perspectiva de género y los agentes educativos . Una de ellas señala que los con tenidos curriculares, por ejemplo, son abordados en forma general sin tocar el temo de género. Por otro lado, la orientacíón profesional, utilizada par a «ubicar» a un o una estudiante

en un área de estudio de acuerda sus aptitudes no se orienta , ni en lo teórico ni en lo práctico , con perspectiva de género». Otro punto importante es el llamado «currículo oculto», qu e lleva a las niñas a asumir role s a partir de patrones antiguos u obsoletos, y no como el resulta do de su propia evolución y crecimiento . Ello se debe, entr e otras cosas, a la transmisió n cultural mediante prácticas, actitudes, comentarios de los cuale s no está exenta la cotidianidad escolar. Mucho se ha recomen dado el reetrenamiento de los y las docentes, tanto a los activo s como a aquellos y aquellas que se encuentran en formación . En resumen, la vulnerabilidad de nuestro sistema se ve reflejada en algunas áreas má s que en otras, pero el «paquet e educativo» debe ser revisado si queremos operar cambios beneficiosos para las niñas. En la Quinta Reunión Ministerial Sobre Infancia y Política s Sociales en las Américas, celebrada en Jamaica el pasado oc tubre, se resaltó grandemente l a importancics de aprender de la s experiencias de otras naciones y sobre todo de culturas similares a las nuestras . Y hay mucho s ejemplos aprovechables ; ,

estudiantes con actividades d e servicios comunitarios que provocó alza en el acceso de la s niñas al sistema educativo y, más aún, en su permanencia.

n En Egipto el Ministerio de Educación involucró a los y las

Rugh, Andrea B . Girls' Education : Balancing Access and Quality. Washington D.C . , march 2000 . Page 3.

[ En Sudán se creó un programa de escuelas móviles para niñas nómadas . Otro fue .crea do en Paquistán . n Zambia aprobó su Declaración sobre la Educación de l a Niña, estrategia general d e ámbito nacional relativa a la educación de las niñas. o El Ministerio de Educació n de Ghana creó una Dependencia de Educación de las Niña s que capacita a los encargado s de la educación de éstas. n En Nepal se han creado centros comunitarios que ayudan a aliviar la carga de las niñas qu e tienen que cuidar a sus hermanos y hermanas menores, para facilitarles asistir a la escuela . Muchos países han emprendido esfuerzos por mejorar su educación a sabiendas de qu e mirar hacia las niñas ahora propiciará una mejor nació n para mañana . ELVIRA DE LA PA Z

FUENTES ; SEM, PNUD, FNUAP, Diognbstico de Género en la Reforma y Modernización, primera edición, Santo Domingo, ahrit 2000, pag . 142 .

Potencia r a las niña s exig e potenciar a sus maestras OLIMPIA GONZÁLEZ, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓ N DOMINICANA DE PROFESORES SE PROYECTA HACIA E L FUTURO CON CONOCIMIENTO DE CAUSA: n LAS MAESTRAS SUELEN SER EL MODELO DE SUS ALUMNAS : ELLAS TIENEN QUE CRECER Y VALORARSE PARA TRASLADAR ESOS VALORE S n LAS ESTUDIANTES DE ESCUELAS DE ADULTOS VAN CON UNA META . Y A VECES SON SUFRIDAS, EXPLOTADA S Y ABUSADAS . ESAS NECESITAN UNA MIRADA ESPECIAL PORQUE Ni CONOCEN DE LEYES Ni TIENEN DÓND E APELAR. Batalladora y lúcida, corajuda y segura de sí, Olimpia González no llegó a la presidencia d e la Asociación Dominicana d e Profesores porque nadie se lo facilitara ni siquiera porque to dos la quisieran, aunque ob tuvo en el año de 1997 casi 8 mil votos por encima del otr o candidato . Llegó por su perseverancia , porque confió en sus fuerzas y porque con todo ello convenció a su gremio de que sí podía . «Y debo decir que no fueron las mujeres quienes más me apoya ron, sino los compañeros». As í y todo no le es muy fácil toda vía manejarse siempre con holgura en el seno de un ejecutivo muy mayoritariamente varonil . De vicisitudes, de las mucha s veces que se fue a hacer campaña sin saber siquiera dónde y con qué iba a comer, ella podría hablar largamente porqu e fue pasando de dirígenta d e base al sector, luego al DN y, finalmente, a cabeza del Sindicato todo . Hace algunas semanas hizo una intervención sustantiva e n una reunión del movimiento so-

cial de mujeres . Dijo a sus con-

géneres que contaran más con las maestras y la ayudarán a ella a desarrollar ese potencial , entre quienes no todas com prenden cómo se estructuran las diferencias de género, ni está n listas todavía para derrotar la reproducción de estereotipos . «Para potenciar a las niña s que van a escuelas pública s –responde de un firón– hay qu e potenciar a las maestras. Las profesoras tienen que interna]¡zar, lo que ella significa y aporta a la sociedad como mujer, como maestra ; valorarse y senfirse competitiva para que pueda trasladar eso a sus alumno s y alumnas- Las maestras necesitan entenderse ellas mismas como mujeres, comprender cóm o los patrones de género las en vuelven ; y asumir que los espacios sociales les pertenecen también a ellas, y que ocuparlos debe ser aspiración de su s alumnas» . Desde fuego que la Presiden ta de la ADP no lo ve todo en blanco y negro : «Yo creo qu e se ha ido avanzando pero lentamente con las maestras y un

Quehaceres 5 poco más con las alumnas . Ya hay niñas pensando, sí, que ellas pueden ser Presidentas d e la República o cualquier otra cosa . No hace mucho yo estuve en una escuela, la Renée Clang , en los Alcarrizos, y una-niñ a me dijo que ella quería estudia r Geografía porque aspiraba a trabajar en la NASA, anda r con los cohetes, explorar el espacio . Me dejó encantada . Pero eso es asi ya» . A sabiendas de que mucha s veces los alumnos y alumnas ven en sus profesores el modelo, Olimpia González adjudica a esto mucha importancia en l a dirección, justamente, de cuánto apoyo debe prestarse a la superación de las maestras: «Si se quiere que las niña s den todo de sí, su maestra n o puede enseñarle a Salomé Ureña leyéndole sólo una poesía . Tiene que mostrarle sus lucha s como mujer, sus posiciones políticas, su coraje . Y lo mismo sí enseña a Rosa Duarte: cómo fue aquella mujer tremenda en su propio tiempo . Pero en la s aulas adolecemos de eso . A l a mayoría de nuestras compañeras les falta conseguir eso ; y ser modelo para sus alumnas no y a por el arreglo personal o la ro pa bonita sino porque se respete como mujer y enseñe a hacerlo; porque se autovalore ante las niñas y las enseñe; porqu e sea realmente ese modelo qu e buscan y necesitan las jóvenes y las muchachitas» . Alfabetizodora durante 1 8 años de su vida profesoral, l a presidenta de la ADP dice qu e aunque es el trabajo peor pagado en el magisterio, cuando

ella vuelva al aula lo hará e n esta que le proporciona much a satisfacción . Luego Olimpia fu e profesora de 7mo y 8vo en Ma temática y también dedicó mu cho a la educación de adultos , labor por la que siente especia l emoción cúando se trata de las muchachas que acuden a ella : «Porque por lo general so n muchachas que libran su propi o sustento, a veces como domésticas y a veces abusadas por el dueño de la casa, explotadas y maltratadas- Mientras que lo s jóvenes que van a un aula d e adultos están ahí hasta que s e pueda, no muestran siempre l a misma responsabilidad ; ella s van coñ una meta, ellas sabe n lo que quieren y aspiran a luchar para llegar» . «En la educación de adultos la maestra es el todo . Cuando una muchacha me decía : «Profesora, yo quiero hablar con usted» ya yo sabía lo que venía : o estaba embarazada, o abusaron de ella o algo así le ocurría . Y esas muchachas ni saben de leyes ni saben a dónd e acudir. Están por completo desprotegidas . Si van a un destacamento (y el de Villa Juana n o es bastante conocido) entonces , ellas mismas cuentan , que s e exponen a que el policía la s enamore y quiera aprovechars e de una situación difícil en qu e están . Esto lo comprenden y l o atienden intuitivamente la s muestras *pero tampoco ellas so ben cómo encauzar muchas de esas situaciones» . Olimpia enfatiza, con el tremendo torrente de experiencias que la acompaña, en que para potenciar a niñas y adolescentes hay que capacitar y desarrollar a las maestras : «a las muchachas las desarrollan la s maestras de educación de adultos y de Liceos que puedan ser

sus modelos, sus ejemplos, como yo lo tuve en mi tía y lueg o en una profesora . Las compañeras necesitan entender qu e la perspectiva de género no e s una consigna de las feministas, sino que es su vida misma, l o que a ella le ha ocurrido, lo que ha tenido que luchar, lo que tiene que inculcar y desarrollar en las alumnas que tien e en el aula . Y las feministas y las mujeres más desarrollada s de este país tienen que contribuir a que las maestras crezcan porque con eso crecerán todas las mujeres, grandes y chiquitas» . «Como no hay tantos ejemplos prominentes de mujeres a imitar, la maestra está obligada a serlo . Sí, hay niñas qu e se miran en la Vicepresidenta, o en la Presidenta de la Cámara de Diputados y desean ser como ellas . Pero hay que desarrollarles la seguridad en qu e ellas pueden, y deben, llegar a esas alturas y a otras; y que el mundo de la política, de l a economía, de las finanzas y las nuevas tecnologías es cosa también para ellas . Desgradadomente, la mayoría de nuestras compañeras siguen comportándose dentro de los patrones tradicionales, materna listas . Y como mujeres está n sobrexigidas y discriminadas igual que las demás, com o profesionales se les dificulta superarse, y como luchadora s en lo social deben vencer más escollos que los varones y ganarse la confianza con much a lucha - » Con esa lucha llegó ella misma a su cargo de sindicalista prominente y respetada que todavía siente que puede mucho más . ¿Llegar a la Presidenci a de la República? ¡Y porqué no...1

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derechos humo-nos no son , pequeñito s El saldo más importante de la declaración adoptada por lo s gobiernos en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos efectuada en Viena en 199 3 radicó en el reconocimiento d e que los derechos de las, mujeres y niñas son también derechos humanos, asumiendo con ello e l compromiso de hacerlos respetar La Declaración de Viena a l igual que otros instrumentos jurídicos, tales como la Convención de los Derechos U Niñ o (CDN), la Convención sobre l a Eliminación de Todas las For mas de Discriminación contra l a Mujer (CEDA" y la Conven ción interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Belem Do Paré), son parte importante de los diversos mecanismos que deben implementars e en la lucha contra la violenci a de género . Pese a la adopción y/o ratificación de estas declaraciones o compromisos por parte de,múl tiples Estados Y" a los esfuerzos legíslativos que se hacen a nivel nacional aún queda mucho ca mino que recorrer. Existe, por demás, un sinnúmero de obstáculos que superar para logra r la eliminación de la violenci a hacia las mujeres y, más toda vía cuando esta violencia se ejerce contra las niñas, pues e s indudable que dentro de lo s segmentos de la población má s vulnerables éste ocupa una de las primeras posiciones, al reunir dos condiciones desvaloriza -

das socialmente : el ser infante y pertenecer al sexo femenino . El silencio y la indiferencí a social caracterizan esta grave problemática que propicia l a impunidad y oculta su preocupante tendencia a incrementarse, al constatar la cotidiana violación de los derechos humano s de las niñas. Urge la reflexió n sobre las consecuencias e implicaciones que esto provoca en la vida de cada niña, en término s del daño a su desarrollo físíco , emocional, económico, social y cultura l La prostitución, el incesto, el descuido o trato negligente, e l trabajo infantil, la violación, l a violencia doméstica y la explofación sexual, entre otras, son formas de violencia presentes en la vida de millones de niña s en el mundo . Son pocos los países qu e cuentan con datos estadístico s que reflejan la situación de la s niñas, y esa ausencia en sí mis ma hace evidente la falta d e sensibilización y priorizació n del asunto . Sin embargo los es casos datos que hay constituyen pruebas irrefutables, aunque n o podamos apreciarlas en su verdadera dimensión por el alto índice de subregistro de la in formación. Una sucinta enumeración d e situaciones en las cúales los derechos humanos de las pequeñitas resultan violentados indicaras que ellas padecen por : n Educación Sexista, con especial desfavorecímiento para la s niñas de zonas rurales, donde

el trabajo de ellas es más demandado. n La igualdad de oportunidodes en la educación es una d e las asignaturas pendientes y el discurso pedagógico en el aul a sigue siendo discriminatorio n En América latina y el Caribe la mayor parte de los casos de abuso sexual ocurre en el hogar –cometido por familiare s directos o personas conocidas– hecho que frena las denuncia s e impide conocer la verdader a dimensión del problema . Las secuelas del abuso en las víctima s son tanto físicas como psicológicas. El abuso sexual es más frecuente entre los 5 y los 9 años . El 25% de las niñas abusadas quedan embarazadas . Un estudio realizado en 5 países de la región, estima que e l 47% de las niñas que son víctimas de explotación sexual, fue ron víctimas de abuso y violación . Además en Trinidad y Tobago, país donde la tosa de suicidios es muy alta, la causa má s común para desencadenarlos es el incesto . n Embarazo en Adolescentes: Hay en nuestra región 2 millones de partos de adolescente s al año: 15 % de todos los naci mientos . Un estudio costarricense reveló que casi todas las menores de 15 embarazadas habían sufrido incesto n Explotación Sexual lnfaniii: Existe en todos partes y está vinculada a la pobreza . Constituye un negocio de grande s proporciones. Según lo ha sígnificado Magaly Pineda s u «rentabilidad» puede consid e rarse superior a la que tuvo l a trata de esclavos y esclavas en su tiempo. Ella es intrínseca mente, una forma de esclavitud . En Brasil el Congreso reconoci ó que hay allí medio millón de ni ñas en esa situación . A este panorama se une la industria de l turismo sexual que está en aumento . El temor de los turistas a contraer el VIH-Sida ha bajad o la edad de explotación sexual, concentrándola en niñas y adolescentes que cada año son forzadas a ejercer la prostitución . Entre el 25 y el 48% de los hijos de mujeres portadoras del

VIH nacerán también con el vi rus . Esta realidad se conviert e en un fenómeno creciente que requiere de acciones y compromisos inmediatos . n Trabajo Infantil: El trabajo infantil tiene en sus filas a más d e 15 millones de niños y niñas . Las niñas son las primeras e n salir de la escuela para trabaja r en la calle, el campo, las fábri cas, las minas, a lo que agregan las tareas domésticas en su s propios hogares. Es frecuente encontrarlas en el servicio doméstico y en telares manuales , maquinas o industrias manufactureras, así como en trabajos d e cohetería o juegos pirotécnicos . En Haití –uno de los paíse s más pobres del mundo– existe n alrededor de 120.000 trabaja dores domésticos sin remuneración, de los cuales el 85% so n niñas en condiciones de semiesclavitud, que no asisten a la es cuela ni reciben ningún tipo d e educación . La violencia física y sexual, el abandono afectivo, s e suman muchas veces a la necesidad de complementar el ingreso familiar, arrojando a la s niñas fuera del hogar. En 1994 un estudio sobre niñas trabaja doras de 10 años demostró que el 20% estaba incorporado a l trabajo domésfico y el 70% a actividades informales del sector comercial. Estas y otras muchas formas de agresión como el acoso sexua l en la calle y en la escuela, for -

mas extremas de reprenderlas y la prostitución callejera, so n parte de la cotidianidad de mu chas niñas de nuestra región . Combatir esta grave situació n de violencia hacia las niñas y revertir la actual tendencia a incrementarse requiere en princi pio reconocer y analizar la s causas y diversas formas de violación a sus derechos huma nos. Resulta imperativo el mayor involucramiento de la socie dad en la búsqueda de soluciones, en particular desde las estructuras y funciones del estado . La niñas deben ser considera das como sujetas activas de políticas públicas encaminadas a garantizar el avance en el compromíso por el respeto a sus derechos humanos.Sólo así, ta l como lo manifestó la Directora Mundial de UNICEF, Carol Be Ilamy, «podrá existir un mundo en el que la violencia contra l a niña y la mujer no sea nunca más un temor presente sino u n recuerdo distante en la memoria- Sólo entonces las niñas y las mujeres en todo el mundo gozarán plenamente de sus derechos humanos fundamenta les». AL1 NA RAMÍREZ Funcionaria de CIPAF, quien utilizó como fuentes Documento Maltralo Intan6É . Propuesta de Acción . UNICEF Chile 1998; Perfiles en Desorrollo. Vío!encia. UNICEF Ca!ombía 1996; Isis iniemacionaí : Agenda Solud 1998 ; Informe Mundial ONUSIDA 1998 .

En América Latina y el Caribe actualmente hay 185 millones de personas menores de 18 años. De ellas el 50% son niñas y adolescentes.

n Cerca de ó millones de niños y niñas anualmente suFren agresiones físicas seve ras; 80 mil mueren al año.

n El 70% de la violencia contra la niña y la adolescente tiene lugar en el entorno familiar

a El 28% de las adolescentes entre los 1 5 y los 19 años no estudia y un alto porcentaje (12%j desempeña exclusivamente quehaceres domésticos .

NIÑAS Y AUTOESTIM A

Colibrí al viento S[ UNIÉRAMOS TODO EL SUFRIMIENTO DE NUESTRA GENE RACIÓN DE NIÑAS PORQUE NO HICIMOS LO QUE PODÍAMOS HACER—SENCILLAMENTE NO SABÍAMOS QUE ERA POSIBLE Ni NADIE NOS LOS DIJO-- TENDERÍAMOS UN PUENT E FABULOSO PARA UNA NUEVA MANERA DE EDUCAR Siempre he intuido -y hoy esto y convencida de ello- que la autoestima o la falta de ella, ejerce un poder modelador prácticamente definitivo en la personalidad. De la historia de vida de algunas amigas, y de la mía propia , he reflexionado largamente . Ni ellas ni yo, hemos podido superar, en definitiva, la huella imborrable que nos marcó de por vi da cuando nos hicieron niñas sexistas, con todos los estereotipos genéricos que marcó un a época en que la palabra autoestima no aparecía ni en el diccionario .

Tuvimos que bregar largo, estudiar mucho, internalizar infinitas desigualdades par a aprender que amarse a sí misma, de adulta, cuesta trabajo; confiar, de manera plena, e n las propias potencialidades, crea un escozor interno que violenta hasta el alma, y que la decisión absoluta y meditad a de ser independiente, se paga , en ocasiones, a más alto preci o del que podíamos sospechar. Si uniéramos todo el sufrimiento de nuestra generació n de niñas porque no hicimos l o que podíamos hacer -sencilla mente no sabíamos que era po -

Quehaceres 7

«Hoy resulta esencial —vital, para ser más exac ta— que las madres y los padres fomenten la in dependencia en la hija y abriguen expectativa s favorables en torno a ella» .

sible ni nadie no los dijo- tenderíamos un puente fabuloso para una nueva manera d e educar. .blemas en términos globales , No hace falta nivel universiaplicar los principios generale s tario ni siquiera mediana insa los casos concretos y valers e trucción; solamente hace falta del razonamiento y el análisi s recordar que te decían mucha s para resolverlos . veces torpe y pocas o ninguna , Hoy resulta esencial -vital , alagaban tu sagacidad o ingepara ser más exacta- que la s nio ; que tu hermano era supemadres y los padres fomente n rior a ti, por el simple hecho de la independencia en la hija y ser varón y que cuando te «sa- abriguen expectativas favoralías de la raya» y accionaba s bles en torno a ella, ]Es tan imcon vigores y destrezas, te tilportante la aprobación de lo s daban de marimacha . demás en la niñez! Tan necesaEstas reflexiones no pretenrio resulta el ánimo, el embull o den un pase de cuentas a lo s para que vayas creyendo en t i mayores, sino una meditación misma que, en mi criterio, alconsciente de lo mucho que ho y canza la condición básica d e podemos hacer por nuestras ni - comer y dormir. ñas. El conformismo, la pasividad , Afirman los expertos que l a la dependencia generan mujeforma en que se trata a las ni res mutiladas, quejosas . . . el fañas, tiene una importancia camoso «llanto femenino» . Propital pues -se sabe- existe un a mueven, sin dudas, disfunció n marcada relación entre indeespiritual . Es bien pasado, --de l pendencia y capacidad intelecsiglo pasado-- que el puesto d e tual, sobre todo, en el espacio una mujer está en la casa . Y s u del pensamiento analítico . Me manera más «natural» de marefiero particularmente, a la ca- nifestarse, la indefensión . Cad a pacidad de considerar los pro vez, con más razones, la mujer,

tiene que salir al mercado laboral y enfrentar las competencias . Rivalizar con un hombre, a veces «macho, varón, masculino» si no se está cargada d e toda una serie de atributos sustanciales que nacen o se pro mueven a partir de una buen a estima, la lucha es tan desigua l que aniquila o deja exhausto a l cuerpo y la psique más resistente . Por todas estas razones, e l mayor y mejor favor que podemos hacerles a nuestras niña s es nutrirlas de la fuerza que d a el sentirse amadas, estimuladas : como colibríes al viento . Los frenos, las amarras y represiones, laceran el espíritu y destruyen hasta la imaginería qu e tanto vigoriza de pequeñas . Y nada que temer. No va a morir la «feminidad» por ello . ALOYMA RAVELO Periodista cubana . Experta en muieres y sexualidad . Auloro de dos libros sobre est a materia .

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