Los collas

Indígenas Sudamericanos. Historia. Sociedad y cultura. Población. Indios. Etnias. Cultura y Lengua. Organización social. Economía

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LOS COLLAS

Hábitat y Población Ubicación Geográfica Este pueblo en su vida cotidiana practicaron la trashumancia, lo que los identifica como nómades. En los períodos de verano se encontraban en las zonas cordilleranas altas, a diferencia del invierno en el cual se ubicaban en las zonas cordilleranas de menor altura. 1. 1.1.

Los cronistas tienen divididas las opiniones, al tratar de delinear la ubicación geográfica del pueblo colla. Según Morúa el área comprendía desde la Raya de Vilcanota hasta Chile. Para Sarmiento de Gamboa el área colla comenzaría en el Cuzco e iría hasta Chichas, abarcando Arequipa y Atacama. Por último para Cieza de León el área colla comienza en Ayaviri y termina en Caracollo1 En la actualidad el territorio que habitan los collas comprende “la precordillera y la cordillera de los Andes y parte del altiplano de las provincias de Chañaral y Copiapo en la tercera región de Atacama. Sus deslindes más importantes son: la quebrada de la Encantada por el norte y el río Copiapó por el sur, área en la cual su hábitat trashumante se desplaza entre los 2000 y 4000 metros de altura”2. Actualmente algunas comunidades collas se ubican en la ciudad de Copiapo, en los campamentos de Codelco, y en zonas precordilleranas tales como Pedernales, San Francisco de Mostazal, Quebradas de Paipote y San Miguel y en algún sector próximo al río Figueroa. “La ubicación geográfica del colla actual, se limita a la precordillera de la provincia de Chañaral, en una altitud que varía entre los 2500 y los 4000m.s.n.m. las familias nucleares se ubican en majadas alrededor de aguadas o bofedales correspondiendo a los sitios conocidos como:Aguada de Castilla, Caserío de Jardín, Quebrada de Asientos, Quebrada de Barros Negros, Quebrada de Pisquero, Montandon, Aguada de Mostazal, Aguada la Cebolla, Quebrada Larga, Cerro Blanco y Cachiyuyo”3 Habitan distintas áreas ecológicas de la provincia de Chañaral, específicamente en la precordillera de la comuna de Diego de Almagro. En la actualidad las 40 familias de la etnia colla, lo que comprende unas 200 personas están dispersas en las ciudades de Potrerillos, El Salvador, Diego de Almagro, Copiapo, quebradas y aguadas ubicadas entre estas localidades. 1 Bouyse-Cassagne, Thèrése: Lluvias y Cenizas. Dos Pachacuti de Historia Editorial Hisbol, La Paz, 1988, pág. 54 2 Grebe, M.Ester: Culturas Indígenas de Chile: Un Estudio Preliminar. Pehuén Editores Stgo. 1998, pág.49 3 Cervellino, Miguel, Zepeda, Patricio: Collas: Pueblo del Salar de Pedernales en Boletín del museo Regional de Atacama Nº4 Copiapó pág. 89

El aspecto físico, climático y vegetacional de la etnia colla tiene relación con las regiones del norte grande y también presenta algunos elementos de transición que son característicos del norte chico. El relieve de la región presenta de oeste a este formas determinantes como planicies litorales, que se amplían en la desembocadura de los ríos Copiapo y Huasco; la depresión intermedia, la que es cruzada por cordones montañosos que se desplazan de los Andes a la Cordillera de la Costa; y la cordillera de los Andes, que a su vez presenta altas cumbres como los Ojos del Salado y Tres Cruces a más de 6000 metros de altura. El clima es desértico con escasas lluvias en invierno, con abundante nubosidad matinal, en el sector costero pero en forma irregular. La vegetación se presenta escasa, tipo xerófilo tales como cactus y arbustos espinosos. Es posible encontrar al interior de los valles y en algunas quebradas una vegetación de tipo mediterránea, la cual es favorecida por la presencia de cursos de agua permanentes, así se encuentran olivos, frutales etc. Población Los habitantes collas de la tercera región se encuentran distribuidos en tres comunidades dos rurales y una rural-urbana. Esta última comprende la comunidad del sector quebrada Paipote, cuenta con un total de 92 habitantes con su directiva propia. 1.2.

Las comunidades rurales son la de Potrerillos que se ubica en la comuna de Diego de Almagro y se concentra en sectores precordilleranos de las minas de Potrerillos y el Salvador. Es importante destacar que esta comunidad cuenta con una mayor identidad y con una continuidad cultural. Por último como comunidad rural está la de Río Jorquera que se ubica en sectores precordilleranos de los ríos Jorquera y Pulido al sur-oriente de Copiapo. Según estimaciones del presidente de la directiva colla de este sector, la población colla ascendería a un total aproximado de 1000 collas en Chile. 2. Historia Su origen data de la etapa final del Imperio de Tiwanaku en Bolivia cuando esta gran cultura preincaica colapsa, los collas aparecen en el 1000 y 1100 DC. En el mismo territorio que colinda con el lago Titicaca. El señorío colla ubicado en un extenso territorio que está compuesto de dos grandes sectores: el urko-suyo y el omasuyo; ambos ubicados en las riberas nor-oriente y sur-poniente del lago Titicaca4 En el señorío colla existieron dos grandes unidades: los que tenían el control político, y los puquina que era la población nativa del área, la cual fue derrotada en el SXII DC. Por los conquistadores collas de antepasados aymaras. 4 Grebe, M.Ester. op.cit. pág. 47

En general todos los estudios relacionan a este pueblo con el Imperio Tiwanaku, cultura ancestral asentada y desarrollada en el altiplano boliviano a orillas del lago Titicaca entre los 500 y 1000 DC. Aproximadamente. A diferencia del Instituto de Culturas Populares de Argentina el INCUPO, el cual atribuye su origen a asentamientos pastoriles, ubicados en el noroeste argentino, en el sector de Salta y Jujuy, que en la actualidad corresponde a una numerosa comunidad colla compuesta por 175.000 personas5 Para poder comprender mejor a la etnia colla, consideramos necesario referirnos a la cultura de Tiwanku. Esta sería la urbe que preside el desarrollo de la primera civilización andino-peruana. Estable la capital religiosa y civil en la hoya del Titicaca. Tiwanaku más que una urbe fue un centro religioso, donde la gente acudía en forma periódica, considerándolo un lugar sagrado. La civilización de Tiwanaku se extendió por parte del altiplano boliviano, noroeste argentino y norte de Chile. Es decir Arica, Tarapaca y Antofagasta. Los yacimientos en que aparece su cerámica y otros rasgos típicos son abundantes, aunque no tenemos referencia de que aparezca en forma exclusiva. Sino que se encuentran sus materiales, a la vez que el mantenimiento de las anteriores culturas locales. Con la desaparición de la cultura de Tiwanaku, se produce una nueva estructuración de viejos elementos culturales con influencias nuevas. En este período los collas formaban diversos grupos independientes con ligeros rasgos culturales y lingüísticos que diferenciaba sus poblaciones. Es así como Cúneo-Vidal menciona a los Hatuncollas y los Paucarcollas diversificándolos como principales y segundones. Los Hatuncollas se situaban en las llanuras del Puno, las cuales eran regadas por los ríos Pucará y Ramis. Todos estos señoríos explotaron ante la invasión inca, tuvo lugar la alianza lupaca-inca contra los collas y sin duda, esta fue determinante en la desintegración del señoríocolla. A través de cronistas como Cieza de León y el inca Garcilaso de la Vega informan como estos grupos o comarcas fueron cayendo paulatinamente en el período de dominación incaica. De esta manera a mediados del SXV, todos formaban parte del Tawantinsuyu el gran imperio incaico. En el SXV, la población colla es invadida por el Inca Wiracocha y su ejército, estos anexaron estos territorios al imperio del Tahuantinsuyo. Estos conquistadores introdujeron al interior de las tierras conquistadas grupos heterogéneos de mitimaes, los cuales en una minoría hablaban el quechua. Debido a esto entre los SXIV Y XV el territorio colla tenía una heterogénea población la cual hablaba tres lenguas el aymara, puquina y quechua. A pesar de que en ciertos aspectos como administración político-religiosa, no pudieron resistirse a la dominación del ordenamiento incásico, si fueron capaces de conservar a través del tiempo algunas formas de vida y expresiones peculiares de su cultura colla. 5 Alfaro, Roberto, Silva, Alvaro, Moyano, Ricardo:Los Kollas (mss) Stgo. 2000 pág. 2

Posteriormente a la llegada de los españoles pudieron resistir parte de su influencia, por lo que podemos encontrar en nuestros días población colla que mantiene la esencia de su cultura ancestral Los collas al caer bajo la dominación incaica sirvieron al inca en los tiempos de guerra. Al estar bajo el dominio de este, se produce el decaimiento de su vida cultural y religiosa la cual desaparece o se transforma, esta era heredera de las viejas culturas lacustres. Al hablar del mito del Imperio Inca y la fundación del Cuzco, se vincula la capital del imperio al lago Titicaca. Los incas establecen una distinción entre lo que es primero, desde el punto de vista temporal (vale decir la isla del Titicaca), y lo que es primero desde el punto de vista del poder. Ante esta diferenciación los incas consideran a los collas como parte de la “primera generación de los incas”6 Según la tradición descrita por Guamán Poman de Ayala, los collas no habrían llegado hasta el Tambo Toco, lugar mítico que conduce desde el lago al Cuzco. Por esta razón ellos fueron objeto de desprecio, y aunque participaban en la vida inca, no tenían el derecho a las insignias de la casta, y al hordamiento de las orejas. Cuando los collas llevaron a efecto los últimos combates contra los incas y fueron derrotados por estos sus ídolos perdieron sus atributos y fueron desterrados de los grandes centros religiosos del Imperio. Pero es importante señalar que los Incas constituyeron sus mitos a partir de los lugares sagrados del mundo colla, a la vez que estos contribuyeron a la edificación de los santuarios del Cuzco. De esta manera se puede señalar que los dioses collas y los dioses de los incas no eran diferentes. Ante esta perspectiva manera en que los incas elaboran su mito de origen, en que construyeron sus templos, dan la similitud entre el mundo colla y el mundo inca. En el 1470 se produce una gran rebelión colla, contra el dominio inca, pero esta es aplastada por el Inca Tupac Yupanqui. Este decide trasladar a aquellos collas que son capaces de portar armas y de servir como cargadores y son llevados al sur de Bolivia, noroeste de Argentina y al centro de Chile. El pago que recibían los guerreros collas por las regiones conquistadas para el imperio inca, era el saqueo. En el caso de los guerreros collas rebeldes eran llevados como mitimaes a otros territorios del imperio incaico. Tal vez esta pueda ser la situación para las poblaciones collas del noroeste argentino. A la llegada de los españoles en el SXVI, estor reorganizaron el territorio en encomiendas y mantuvieron a numerosos mitimaes collas en estas, además de gran cantidad de collas fueron llevados a diversos lugares como indígenas encomendados. En los años 1825-1835 estalló la guerra entre Argentina y la confederación Perú-Boliviana, lo cual repercutió de forma negativa. Debió movilizarse un número considerable de 6 Thèrése, Bouysee-Cassagne, op.cit. pág. 63

hombres al lugar del conflicto abandonando así las labores agropecuarias. A esto se suman las ocupaciones de territorios acompañados por el saqueo, las requisas de ganado necesario para abastecimiento y alimentar a las tropas, etc. Debemos señalar que esto estuvo acompañado por variaciones climáticas y un ciclo de sequía lo cual sin duda fue nefasto para la población regional y sus labores ganaderas. Todo esto generó un incremento en la mortalidad y en el proceso migratorio. El proceso migratorio se vio reactivado durante los años 1879-1881, que comprende los años de la Guerra del Pacífico entre Chile y los países de la confederación Perú-Boliviana. Es precisamente en este período que se produce una emigración de la población colla, la cual proviene del noroeste argentino y se traslada al norte de Chile. Esta población proviene de Tinagasta y Fiambala, siendo el mayor flujo migratorio entre 1880 y 1890. Estos collas eran pastores de llamas, ovejas y cabras y se ubicaron en quebradas precordilleranas de la tercera región.7 Estos emigrantes se ubicaron en la quebrada de Paipote, próxima a Copiapo. Posteriormente cuando los niños collas entran en su fase escolar, sus madres bajaron de la precordillera para residir junto a sus hijos en Copiapo, donde estos asisten a la escuela. Esta situación generó el comienzo de la migración rural-urbana de un grupo de collas a Copiapo. En relación a su forma de vida actual, los podemos dividir en dos grupos: aquellos que habitan vegas y quebradas y que mantienen costumbres ancestrales de pastores nómades y transhumánticos, con rebaños de ganado menor (cabras, aves, burros, perros, ovejas, etc.) los que viven en torno a una familia nuclear y que además confeccionan artesanías textiles y en metal. Otro grupo lo conforman las familias que han emigrado a los pueblos y ciudades de la región de Atacama, las que se han incorporado a labores menores e irregulares, ubicándose en los sectores periféricos. Debiendo construir sus habitaciones con materiales de desecho y viviendo en inhóspitas condiciones económicas. Por sus relaciones de parentesco, rasgos físicos y apellidos se vinculan con los collas del noroeste argentino. Pero esta etnia resulta casi desconocida para la mayoría de la población chilena. A esto se le suma que su población fue diezmada con el desarrollo minero de la zona. Esto debido a la instalación de las faenas de Potrerillos, en los comienzos del siglo XX (1913), la cual pertenecía a la Andes Mining Company y posteriormente con la explotación del mineral de El Salvador. Los collas fueron explotados, diezmados y expulsados de su hábitat natural, con el objetivo de apropiarse de las aguas provenientes en las alturas de la cordillera, enturbándolas y transportándolas a los centros mineros ya mencionados. 7 Grebe, M.Ester. op.cit. pág. 49

3. Cultura La cerámica y los tejidos constituyen los principales hallazgos hechos. La cerámica colla es negra sobre blanco, negra sobre el fondo natural y negra y rojo sobre fondo blanco. Algunas de estas piezas se asocian a la cultura Mollo de Bolivia. Las formas son jarras típicas con asas, jarros ovoides, ollas de cocina, cántaros grandes y numerosos platos. La decoración es casi exclusivamente geométrica a veces con reborde blanco, en escalonados zig-zag y pequeños espirales el conjunto de los motivos es tanto horizontal como vertical. 3.1. Medicina y Salud Este no es un pueblo que registre enfermedades recurrentes por el contrario se caracteriza por tener una larga vida con un promedio de más de 90 años en la actualidad. La medicina de este pueblo es básicamente con hierbas y todo lo que se relacione con la Pachamama. En la etnia colla existen dos personajes la meica (la cual es mujer) y el yatiri (hombre) quienes son capaces de mezclar los elementos de la naturaleza para obtener beneficios. Tanto la meica como el yatiri dicen tener dones que les facilitan sanar a los enfermos. Las hierbas también eran usados por los collas en el control de embarazos. La mujer colla cuando quería interrumpir su embarazo recurría a la utilización de ciertas hierbas, provocándose un aborto. El aborto estaba legitimado por esta etnia. También las hierbas eran utilizadas por la partera, la cual empleaba infusiones de hierbas como antisépticos para evitar infecciones. La comunidad colla, ante la llegada de un nuevo miembro, lo iniciaban al bebé dándole un baño con infusión de hierbas. De esta manera la meica lo colocaba en contacto con la naturaleza, la cual tiene un rol central en este pueblo y acompaña la individuo durante toda su vida. Algunas de las hierbas utilizadas por esta etnia para la medicina entre otras son: chachacoma (empleada para el mal de altura, la puna), llareta (para el cáncer y leucemia), bailahuen (para dolores estomacales), parque negro (cicatrizante de heridas), salvia )(para la tos y el resfrío), etc. En un estudio realizado en el año 1994 por la Fondart en la comunidad colla de la III región, en relación al tema de la salud se pudieron obtener los siguientes datos: Se consultó en relación a que prácticas eran más utilizadas, disponiendo de dos alternativas de medicina natural (hierbas medicinales del campo), y la que ofrece el sistema estatal. Se obtuvo que en el área urbana el 51% de la población colla utiliza la medicina natural, y el 49% utiliza el sistema estatal. En el área rural en cambio indica que el 43% de la población recurre a la medicina natural y el 57% a la estatal.

Se consultó a la población el porque no recurría a los sistemas estatales de salud, existiendo disponibilidad para ellos vía rondas médicas, consultorios de atención primaria, etc. El 47% de la población censada, indicó que no recurren a este tipo de medicina por la no confianza que tienen en la medicina química. En cambio un 21% de la población de esta misma área señaló que no recurren por no disponer de un sistema de previsión que les garantice una atención adecuada.8 Un 23% de la comunidad del mismo sector urbano indico que por su precaria condición económica, no tiene posibilidades de acceder a este tipo de sistema. En relación a la salud ofrecida por los organismos estatales se pudo indicar lo siguiente: que el 40% de la población recurre a los consultorios de atención primaria, un 40% a los hospitales del sistema de salud y el 20% restante recurre a las rondas médicas, esto solamente en las áreas rurales. Con relación al control de salud que tienen las madres sobre sus hijos menores. En el área urbana un 90% de la población si tiene control regular de la salud de sus niños y un 10% no lleva control médico. En el área rural, la situación es diferente, ya que un 24% de las madres censadas respondió que no llevaban con regularidad a sus hijos a control médico, lo que sin duda vuelve a estos niños más vulnerables. En relación al tema del control de los embarazos, un 78% de la población indicó que los realizaban periódicamente y el 22% restante indicó que no. Esto tiene estrecha relación con el indicador del 37% de los partos que se practican con la participación de parteras. En las zonas rurales la participación de las parteras alcanza el 54% y en las zonas urbanas el 28%. El resto de la población en edad fértil señala atenderse en los hospitales. 4. Lengua A la fecha no se ha podido precisar en definitiva la lengua colla. Si se ha podido constatar que cuando fueron absorbidos y conquistados por los incas, estos introdujeron en el señorío colla diversos grupos heterogéneos de mitimaes, los cuales tenían minorías de habla quechua. Es por esta razón que durante los siglos XIV-XV, el territorio colla ofrecía una imagen heterogénea, en el cual se hablaba tres lenguas el aymara, el puquina y el quechua9 En la actualidad producto del proceso de aculturación vivido en la sociedad dominante, el grupo colla en su mayoría habla el español. 8 Ramos, Pedro, Silva, Lautaro, op.cit. pág. 126 9 Grebe, M. Ester: Culturas Indígenas de Chile: Un Estudio Preliminar. Pehuén Editores, Stgo, 1998, pág. 49

Los collas del noroeste argentino, los cuales también han perdido su idioma original, hablan actualmente una mezcla de castellano antiguo con quechua y aymara. 5.Organización Social Su organización social era de tipo horizontal, es decir no estratificada por lo que no estaban sometidos a otros por lo tanto concedían un valor fundamental a la libertad, y practicaban la no acumulación de bienes y pertenencias. El núcleo central de su sociedad gira en torno a la familia, la cual es extendida. La mujer tiene un rol de importancia, ya que ella asume las tareas y autoridad de su marido cuando este se ausenta. Los niños desarrollan funciones de apoyo doméstico. Desde esta perspectiva se puede apreciar que no existe una estructura netamente patriarcal. El modelo de organización social se basa en los ayllús, los que corresponden a asentamientos de organizaciones familiares. En la actualidad, estos han perdido vigencia en su etnia, debido al proceso de aculturación que han vivido con la sociedad mayor. El ayllu comprende tanto la organización social como la económica. Se entiende como ayllu a un conjunto de familias o unidades domésticas que estaban unidas biológicamente por lazos de consanguinidad y espiritualmente por la creencia de tener un mítico antepasado común. Además tenían la propiedad y ejercía el dominio sobre una extensión de tierras determinadas que constituían el fundamento de su economía. La dirección del señoría colla radicaba en el curaca (kuraca), autoridad que al parecer antiguamente era designada por un consejo dentro del ayllu, pero que en los tiempos prehispánicos se transmitía por sucesión hereditaria, aunque sujeto el cargo a la confirmación del Inca desde la dominación del Tawantinsuyo10 El conjunto de ayllus constituían el huamani y dentro de este existían diferenciaciones de categorías en el poder superior estaban los mallku, a este se supeditaban los que tenían el señorío de las etnias locales. También existía un sistema dual o de división en dos parcialidades la de arriba Hanansaya y la de abajo Urinsaya. Esta división dual estaba presente en todas las agrupaciones desde la máxima provincial que correspondía a la totalidad del conjunto étnico hasta la etnia local. Si bien la sociedad colla tenía una casi absoluta horizontalidad, hoy es la figura del anciano la que se respeta profundamente en la comunidad, ya que estos conservan de alguna manera la información cultural. Incluso a veces es la mujer más anciana la matriarca de la comunidad colla.11

10 Ortiz, Manuel, Casassas, J. María: Aproximación a la Etnohistoria del Norte de Chile y tierras adyacentes. Antofagasta 1977, pág.254 11 V.A.A.: Historia de los Pueblos Indígenas en Chile. Mitos y Tradiciones. Junji. Stgo. 1998, pág. 89.

Los niños eran integrados a corta edad a la vida social de la comunidad, ya a los 5ó 6 años debían cooperar en el cuidado del ganado, acarreando leña, en quehaceres de la casa etc. También comenzaban a aprender la labor de artesanía, aprendiendo de la abuela el hilado y del padre la talabartería u orfebrería y de su madre el telar. De esta manera desde temprana edad adquirían responsabilidad en las labores que desarrollarían en su vida adulta. Además del respeto que se les inculcaba hacia los mayores. La organización familiar colla es y ha sido de tipo patriarcal, pero hace algunos años por las migraciones de la población masculina hacia los centros urbanos o industriales, en busca de fuentes de trabajo y en un mejoramiento de la calidad de vida o por atracción de la ciudad se dio un matriarcado.12 En general se puede decir que es una comunidad cerrada, en donde los matrimonios aún se dan entre collas, a pesar de que la gran mayoría de ellos viven en las ciudades de Diego de Almagro, El Salvador y Potrerillos. Esto nos permite afirmar que existe una cohesión de grupo y que a pesar de la aculturación que existe, se percibe una inmutabilidad sociocultural en algunos aspectos, que hacen que el colla este inserto en su medio y cultura. Matrimonio Una vez que el joven colla elige a su compañera y obtiene la aceptación de esta, el joven pone en conocimiento a sus padres. De acuerdo a la tradición, el padre se presenta ante los padres de la novia de su hijo, y acompañado por este. Mientras se conocen, los compadres llegan a un acuerdo para aconsejar lo mejor posible a la pareja. El padre y el futuro suegro manifiestan sus inquietudes ante su futuro compadre y suegro respectivamente. 5.1

Una vez tomadas las conclusiones, sobre la nueva pareja, el joven se "hace cargo" de la niña y se van a convivir un año para conocerse mejor. Si al cabo de este tiempo no hay afinidad, la pareja decide de común acuerdo separarse, sin que ello sea una mala acción ni mucho menos que tengan el repudio de la comunidad. De resultar a fin la convivencia la pareja se una para siempre. Bendicen su unión en la celebración de una misa por el sacerdote; y también deciden ir al Registro Civil. Todo esto es para no ofender a la divinidad como dios (el sol) y a la Pachamama (madre tierra). Vivienda Su vivienda era localizada de acuerdo a las condiciones climáticas. En el verano se ubicaban en la alta cordillera y recibían el nombre de majada, en cambio en invierno se les llamaba ruca y se ubicaban en las zonas más bajas. 5.2

Tanto las majadas como las rucas eran construidas con pircas, madera de espinos y latones en el techo. La vivienda tenía una pieza grande en el centro de esta había un fogón que era utilizado como cocina, y junto a la vivienda pegada a esta estaba el granero.

12 Este estuvo liderado por la Sra. María Damiana Jerónimo, de la Aguada de Castilla, quien falleció en 1990 a una edad aproximada de 105 años.

En el presente el colla de la precordillera, construye su casa la que está compuesta por dormitorio y cocina a leña con una sección de horno para el pan. Las construcciones son de latón, el cual ha sido dado de baja por la compañía o de adobe con piedra cruzada. El techo es generalmente de calaminas o fonolitas, se ha perdido el tradicional techo de paja y barro. Adjunto a la vivienda hay un patio pequeño el cual está cercado en una malla metálica o de latón, donde cultivan hortalizas de temporada o flores. Cerca de las viviendas se ubican los corrales del ganado. Estos están construidos con latones o con piedras en sistema pircado. En el caso de los animales pequeños como patos, gallinas, perros y cabritos pequeños se hacen en la falda del cerro, pequeños aleros o cuevas para cobijarlos en las noches o en los períodos de frío intenso. En la cordillera, en zona de veranada, el colla construye su vivienda temporal un poco más reducida con piedras cruzadas (pircas) por lo general compuesta por un dormitorio y cocina al aire libre. La cama la confeccionan en base a cueros tirados en el piso natural13 Aquellas familias que han emigrado a la ciudad (Potrerillos y El Salvador) han construido sus habitaciones con material de desecho (madera, cartones y latas), llevando una vida con altos índices de pobreza y hacinamiento. En la actualidad las viviendas han cambiado de acuerdo al efecto que la sociedad chilena y el progreso han tenido en esta etnia. Es así como los collas que habitan cerca de los centros mineros, construyen sus viviendas con deshechos industriales principalmente de las minas de cobre de Codelco. A pesar de esta situación en las afueras marginales de la ciudad, ellos conservan el patrón de las viviendas rurales.14 El actual sistema de vivienda, es bastante diferente al de antaño, y con características particulares para el área urbana y para el área rural. En el área urbana predomina la casa, la que está construida de tabique forrado, con techo de zinc y con piso entablado. Un gran porcentaje tiene alumbrado eléctrico. La casa tiene entre 3 y 5 piezas, de las cuales la mitad corresponden a dormitorios. Viven en ellas un promedio de 4 a 6 personas. En el sector urbano se dispone de agua potable de la Red Pública, y en gran porcentaje se tiene acceso al agua por medio de cañerías al interior de la vivienda. En relación al sistema de excretas sólo la mitad está conectado al alcantarillado, las otras formas son con pozo séptico u otro sistema. Por último más de la mitad tiene ducha o tina, pero sólo una quinta parte tiene agua caliente. En el sector rural la vivienda predominante es el rancho, el que está construido con madera, barro empajado (quincha o brea) o desechos, como lata y cartones, con techo de zinc, y en el piso tierra pisada . Por lo general no se dispone de alumbrado eléctrico. 13 Cervellino, Miguel, Zepeda, Patricio. Op. cit. pág. 91 14 V.A.A. op.cit. pág. 90

El rancho dispone de 2 ó 3 piezas, en el habitan en promedio cinco personas. En el sector rural el agua proviene preferentemente de ríos, vertientes o esteros, de este modo un gran porcentaje no tiene agua de cañería. En cuanto al sistema de excretas aquí más de la mitad no tiene servicio higiénico, predominando el pozo negro. En relación al tipo de familia, tanto en el sector urbano como en el rural es nuclear, un poco menos de la mitad de los hogares son incompletos, es decir tienen como jefe o jefa de hogar a una persona sola sin pareja. En el sector urbano hay un alto porcentaje de casados y convivientes, mientras que en el sector rural el porcentaje de solteros es muy elevado. Quizás esto tenga que ver con alguna característica cultural, que las relaciones de convivencia en pareja sean más bien pasajeras, lo que explicaría el alto porcentaje de hogares incompletos. Vestuario El vestido masculino era una especie de túnica corta, hasta las rodillas, y sin mangas, llamada ucu; tenía unas franjas que la decoraban en el pecho y en la cintura. Como prenda íntima , llevaban una especie de taparrabos.15 5.3

Las mujeres usaban una vestimenta que envolvía su cuerpo desde las axilas hasta el tobillo, con una tela rectangular que sujetaban encima de los hombros y la que se ceñían a la cintura mediante una faja adornada, llamada chumbi. De calzado usaban las ojotas. Actualmente producto del proceso de inserción en la sociedad chilena, como así en el trabajo de las minas, los hombres han adoptado la vestimenta occidental. Así mismo las mujeres también visten de acuerdo a la vestimenta chilena. Actividad Económica En períodos coloniales su economía era de tipo extensiva, y desarrollaron prácticas de monedas para el intercambio de sus productos. En la actualidad combinan estas prácticas con el trueque. 6

Su economía está ligada a la cordillera, es así como se dedicaron básicamente a la crianza de ganado caprino y también de ovejas, mulas, etc. en períodos anteriores, de llamas y vicuñas. Con la crianza de estos animales también desarrollaron productos derivados como queso, quesillo, yogur, mantequilla. Se debe agregar a la crianza de animales y a los productos derivados de ellos, la artesanía textil y de cuero que les permitió confeccionar variados productos.

15 Existía una fiesta de iniciación para los varones que entraban en la pubertad que se denominaba huarichicoy. Esta era la ceremonia del taparrabo.

La agricultura la desarrollan mediante el regadío dándose en los estrechos pero fértiles valles de los ríos. Siendo los cultivos más importantes las hortalizas, viñedos, alfalfa, frutos y cereales. Desde sus primeros tiempos en Chile los collas se dedicaron a actividades de pastoreo, caza y recolección, arriería, pirquinería. Con esta última actividad abastecieron los centros mineros, ciudades y pueblos próximos a su ubicación geográfica. Posteriormente desarrollaron en forma conjunta la economía de crianza de ganado con la actividad minera. De esta forma se logró diversificar el ganado y ampliar las zonas de pastoreo y trashumancia.16 Esta etnia fue capaz de adaptarse a la inhospitalidad del medio geográfico que habitan sabiendo sacar el máximo de provecho a sus escasos recursos naturales disponibles. Realizan la actividad ganadera, este tiene un movimiento de trashumancia, el cual se basa en la complementación de recursos vegetales estacionales y en diferentes nichos ecológicos de mayor altura. Existe una ocupación temporal de estos lugares y se denominan "circuitos trashumánticos de veranada". En tiempos no muy lejanos existió una gran movilidad relacionando ecosistemas más allá de la cordillera de los andes, con evidentes lazos culturales y consanguíneos con el noroeste de Argentina (depto. de Belén de la Provincia de Catamarca, Provincia de la Rioja) y con San Pedro de Atacama17 Este ganado se mueve de oeste a este, de la precordillera a la cordillera. El traslado se inicia a fines de noviembre o diciembre, los animales permanecen en la cordillera hasta abril, aprovechando los pastos crecidos después del deshielo. Desde el punto de vista climático esta es una zona prácticamente árida, que se caracteriza por la escasez de precipitaciones y por oscilaciones térmicas, con altas y bajas temperaturas. Este clima tiene un efecto directo en la vegetación, ya que origina una cubierta xeromórfica escasa y rala, que presenta pastos de poca densidad y corta duración, ala vez que arbustos espinosos y poco desarrollados. Esta vegetación es fundamental para la trashumancia, dado que es de ella de la que depende la vida del ganado, aprovechando las yerbas que crecen en otoño e invierno en las quebradas y de los pastos que se desarrollan en primavera y en el verano en la cordillera. Con relación a los recursos hídricos estos son escasos. Se utilizan para la bebida del ganado ojos de agua que afloran naturalmente en las vegas. Algunas familias utilizan para beber el agua que la empresa Codelco, de la división el Salvador, transporta en tuberías desde el sector La Ola hacia los centros de trabajo Potrerillos y el Salvador. 16 Grebe, M. Ester, op.cit. pág. 52 17 Cervellino, Miguel, Zepeda, Patricio. Op. Cit. Pág. 90

Entre sus actividades económicas, una de las más rentables era el transporte, el cual se necesitaba en las faenas de la pirquinería. Habla un colla "El papá era pionero, trabajaba en las carretas y mi mamá trabajaba haciéndole la comida a la gente de las carretas, varios años hasta que se instaló Potrerillos, después empezó a trabajar en la mina Inés chica, en el apogeo del oro, ahí nos terminamos de criar nosotros y después volvimos acá de nuevo"18 Los collas eran crianceros, agricultores, mineros, carreteros, arrieros, transitadores de los pasos cordilleranos, de los senderos de cerros y quebradas. Como también cazadores de zorros, chichillas, guanacos y vicuñas, en estas actividades los perros tenían una destacada participación. Se debe señalar que los collas no perdieron nunca el contacto con sus parientes argentinos, no tan solo por el carácter social sino por el económico: "Ibamos en mulitas a Fiambalá, nos demorábamos 6 a 7 días, ahí teníamos muchos amigos, llevábamos cuero de cabra, palas, pomadas compraban mentolato, compraban palas chilenas por que el fierro argentino es muy malo, los vendíamos allá y con esa plata nos comprábamos los víveres, según como andaran los billetitos. El cuero de cabra es muy vendible, para hacer calzado, pues hay pocas cabras para el otro lado"19 Los collas mayores recorrían especialmente las localidades de Fiambalá, Saujil, Tinogasta, Antofagasta, Salta donde realizaban comercio con los argentinos que ocupan estas zonas. El inicio de las faenas en Potrerillos, tendrá un impacto permanente en los collas. Algunos emigraron a la Argentina. El trabajo intensivo en la producción de metales va a aumentar los requerimientos de leña, y la vegetación disminuye progresivamente. Además, para satisfacer sus propias necesidades, la administración les quitará el agua de las quebradas, devolviéndoles las aguas servidas del campamento minero hacia Agua Dulce y el Jardín, lo que afectará sus cultivos y la crianza de los animales. Es así como en un período breve los collas abandonaron sus lugares de permanencia y tránsito en las montañas para instalarse en un comienzo en las afueras de Potrerillos y luego en las de El Salvador, Diego de Almagro y Copiapo. Esta acción hizo que perdieran sus lazos con las montañas y se proletarizaran. En la actualidad, el pilar fundamental lo constituye el ganado caprino. Este trabajo consiste en la mantención multiplicación y asistencia en la parición. El ganado en si no es de buena calidad y no se maneja con criterio técnico ni comercial, lo que produce un bajo rendimiento. Sus cueros y carnes son comercializadas en los centros mineros de Potrerillos y El Salvador o en transacción directa en sus majadas, con comerciantes del rubro.

18 Castillo, Gastón: Los collas fantasmas de la cordillera. En Ciencias Sociales Museo Regional de Atacama. Fondo de apoyo a la investigación, 1993, pág. 33 19 Castillo, Gastón, op. Cit. Pág. 33

Un pequeño número de familias se ayuda con la venta de artesanías en textil, cuero y hojalatería (mantas, guantes, calcetas, aperos, monturas, espuelas, lámparas mineras, recipientes para el transporte de agua, etc.) En el año 1994, se hizo un estudio sobre la población colla ubicada en la tercera región y sus proximidades, de este estudio se obtuvo lo siguiente. A nivel regional las comunidades collas poseen un total de 926 ovejas, lo que indica que estas familias además de disponer de un medio económico, son capaces de obtener los elementos para crear el arte textil. Aunque no es medianamente suficiente. Son los animales caprinos, con un universo regional de 4849 cabras los que conforman la base de la economía de los collas, con una mayor tendencia en los sectores rurales. "Este medio de subsistencia, introducido por la cultura hispana con consecuencias no favorables para los ecosistemas de altura, fue sin embargo, la alternativa única para proseguir la vida de estas culturas nativas de nuestra tierra"20 Los animales de alzada mayor como: caballares, mulas y asnos son utilizados básicamente en el transporte y en menos porcentaje dedicados a las actividades de apoyo a la agricultura. El número de asnos que alcanza los 407, refleja que este animal por su condición, es requerido para el transporte de carga en la diversidad de labores que requieren la atención a la casa y las familias. En el cuadro adjunto se indica la situación actual de la tenencia del ganado. Tipo de Ganado Ovejas Cabras Caballos Mulas Vacas Asnos

Urbano 292 1.789 18 13 0 102

Rural 634 3.060 16 38 0 305

Total 926 4.849 34 51 0 407

Totales

2.214

4.053

6.267

21

6.1.Transhumancia y Veranada El movimiento de veranada dependiendo de las condiciones climatológicas, en los diferentes pisos ecológicos en que están asentados se producen entre los meses de julio para el inicio y de marzo a abril para el retorno. 20 Ramos, Pedro, Silva, Lautaro:Las comunidades collas, una base de datos para conocer su realidad social actual. Fondart 1994, Stgo. Pág. 119 21 Ramos, Pedro, Silva, Lautaro. Op.cit. pág. 121

En el período de julio-abril que es tiempo para que los campos de las zonas bajas logren recuperarse, parte de las familias recorren una distancia aproximada de 280 kilómetros como máximo y un mínimo de 8 kilómetros. Este movimiento de veranada requiere de un esfuerzo significativo de parte de las familias ganaderas, dado especialmente por las extremas condiciones de aridez de la tercera región en que gran parte del camino que se debe cubrir no hay existencia de agua. Lo que obliga a los pastores a transportarla, implicando con ello una mayor carga de trabajo y extremar las medidas que permitan un inicio y retorno con daños menores a los enfrentados en su lugar de residencia habitual. En relación al grado de mortalidad del ganado los caprinos alcanzan hasta un 85%, esto obedece a la grave sequía que ha imperado en la región durante este decenio. Otro factor que incide tiene directa relación con las bajas temperaturas que imperan en los sectores de la alta cordillera, lugares en que las condiciones de las habitaciones y corrales, no reúnen las condiciones mínimas de resguardo, por lo que las crías, al momento de nacer, se ven enfrentadas a temperaturas extremadamente bajas, produciéndose una mortandad significativa. 7. Religión – Rituales 7.1. Religión La religión es un elemento central en la cosmovisión del mundo colla. Su deidad principal es la Pachamama (madre-tierra) y el inti (el sol). Existe una profunda vinculación entre su vida y la de los animales, ya que estos forman parte de su subsistencia. En el momento de hacer ofrendas a la Pachamama, los collas utilizan a los animales, por lo que estos están presentes en la mayoría de sus rituales. Producto de la llegada de los españoles y junto al proceso de colonización, la religión colla recibe las primeras influencias del cristianismo y la religión católica. Es así como asumen la celebración de santos cristianos, pero estos tienen un significado diferente relacionados con la naturaleza, ya que son invocados como patrones del ganado, la lluvia, etc. En la actualidad la religión colla ha perdido su carácter de propia, pues se ha visto envuelta en un proceso sincrético tanto por la religión católica como por las evangélicas. 7.2. Rituales Los collas hacen una división al hablar de rituales, ya que para ellos existen las celebraciones que son de carácter festivas y las ceremonias que tienen un carácter íntimo. En las celebraciones participa toda la familia del ayllú, a esto se suma que se podía a acercar a los ayllús que estaban más retirados lo cual hacía de estas una función social, algunas celebraciones son: año nuevo, solsticios, casamientos, carnavales etc. En el caso de las ceremonias, estas tienen un carácter reservado, y sólo pueden participar las personas de edad avanzada y conocedores de su cultura.

Algunas celebraciones son: La Señalada: consiste en cortar un pedazo de la oreja del animal, con la finalidad de que se distinga quien es su dueño, y luego enterrarlo en el centro del canal . Aquí además se pide por la multiplicación de los animales; y en este acto colectivo de la distinción confluye toda la comunidad. El Floreo: Esta celebración está directamente relacionada con el ciclo de vida de los animales. Se pide por la protección de estos. Se confeccionan flores de lana de colores, las que se colocan en las orejas de los animales. El trabajo de confeccionar las flores lo hacen las mujeres y el floreo es mixto. Esta fiesta incluso da cabida al enamoramiento y a la búsqueda de pareja. La Apacheta: Este es un ritual de sentido comunitario y de reciprocidad. Consiste en construir en forma colectiva una especie de templete. Este es una especie de pirca pequeña, dentro de la cual se van depositando ofrendas tales como agua, mercaderías, dinero etc. Todas estas traídas por los participantes. Estos van cerrando este templete de piedras, tras dejar dentro de él su ofrenda. Así, en la medida que se necesite algo de lo allí depositado, las personas lo solicitan en forma de préstamo o trueque (jamás se debe sacar un elemento del templete sin pedirlo). De esta forma se saca de este sitio ceremonial lo que se va requiriendo, volviéndolo a cerrar cada vez con una piedra. La Vilancha: Este es un ritual de función sacralizadora. En este se degüella un macho cabrío y su sangre se esparce en forma circular, esta labor la llevan a efecto los hombres. Luego el corazón es enterrado y las patas son puestas sobre la mesa de la vilancha. Alrededor de estas se disponen los participantes del ritual, quienes emiten rogativas las que van acompañadas por la música de instrumentos como la caja chayera o el bombo. En este rito sacralizador lo que trasciende es la expresión del principio de reciprocidad entre el hombre y lo sobrenatural, a través de lo cual se espera que fluya el poder hacia la comunidad humana en términos de vida, fertilidad y salud.22 La Capadura: Consiste en capar a los machos con la finalidad de engordarlos y venderlos a mejor precio. A estas celebraciones se suman ocho más, las que se realizan en el curso de un año y en su mayoría tienen directa relación con la pachamama estas son: Los convidaos: Es una participación masiva de las familias reunidas en alguna majada. En procesión se lleva a la Virgen María en andas hacia un calvarito que es un lugar sagrado, un oratorio. Se utilizan elementos detonantes, banderas, instrumentos de viento (pito, armónica y cornetas), además de bailes y cantos e instrumentos de percusión como la caja chayera.23 Carnaval o Challa: Se realiza durante la primera semana de febrero, con luna llena, el festejo se inicia en la noche. 22 V.A.A. op.cit. pág. 91

Día de la Pachamama: Se celebra el 15 de agosto, aunque estrictamente corresponde al 1 de agosto, día en que se inicia el ciclo agrario Año Nuevo: Los collas lo celebran el 24 de junio. En esta celebración se realizan asados, se queman hierbas, las cuales son lanzadas hacia el este donde sale el sol, se realizan juegos etc. Día de los muertos: Se realiza el 02 de noviembre, en esta fecha la comunidad colla se reúne en torno a una cena. L’ acho o Inka solsticio de verano: Se celebra el 24 de diciembre, en esta celebración se florean y sacrifican animales, que luego todos los asistentes deben comer. Se celebra con comidas y agua ardiente.24 En estas siete celebraciones, que los collas celebran en el transcurso del año, la alimentación es de importancia y se compone básicamente de carne. Durante estas festividades se sacrifica y se extrae el corazón del anima, el cual se ofrece a la Pachamama. Existen algunos rituales en los que los collas consumen ciertos alimentos con la creencia de que se verán beneficiados por la Pachamama, gracias a su consumo. Por ejemplo cuando consumen huevos de flamencos, esperan obtener bienestar físico y buena salud. En la actualidad se ha podido constatar que en el área urbana, tres familias ofrecen sacrificios a la madre tierra y en el área rural sólo dos familias son las que sacrifican ofrendas a la divinidad terrestre. Llama la atención que aparece el área urbana con mayores acciones de sacrificio que el área rural, entendiéndose que en esta última se podrían hacer los ritos con mayor facilidad. Esto se explica por el hecho de que la densidad de habitantes es mayor en el área urbana.25 Los ritos que realizan para agradecer y pedir multiplicación del ganado son los relacionados con “Vilanchas” y “Ofrendas de Mesas”. En las vilanchas se sacrifica el mejor animal de la manada, del cual se ofrenda la sangre y el corazón a la tierra, en un hoyo excavado al centro del corral.

23 Este es un instrumento de carnaval y símbolo de expresión musical, es utilizada al final de las fiestas religiosas y encierra todo un planteamiento de la cosmovisión del hombre andino. El primer círculo corresponde a la parte externa de la caja, el círculo interno representa el sol. Las líneas que unen ambos círculos serían los rayos del sol; las 4 flores representarían el producto de la tierra y quizás los cuatro puntos cardinales y finalmente la cruz, la deidad. 24 V.A.A. op.cit. pág. 94 25 Ramos, Pedro, Silva, Lautaro. Op.cit. pág. 126

La Mesa, es la confección y ofrenda de diversas figuras de elementos de uso cotidiano y mágicos, confeccionados con harina y agua. Esta ofrenda que es de carácter privado, nos habla de la gran carga ritual de este grupo étnico y que los enlaza con los aymaras del norte grande. 7.3. Cosmovisión Su cosmovisión del mundo, es netamente panteísta. Se cree en la tierra porque ella trae al colla a la vida, y en el sol, porque genera la energía colorífica para la vida. Las ceremonias y rituales son oportunidades para rendirle culto a la naturaleza. Su base ideológica y religiosa, se asemeja a los indígenas del norte del país. Su concepción personal del universo perdura en la conciencia del pueblo andino. En sus fiestas originarias, las que realizan en el hogar y en la montaña se pueden percibir las prácticas religiosas andinas las cuales están unidas a la religión cristiana. La religiosidad popular de los collas, sin duda que tiene sus raíces en el pasado. La Pachamama que es la madre tierra, hoy se vincula con la Virgen María siendo el símbolo del encuentro y fusión de dos culturas la Andina y la Hispánica. Aquí se mezcla el culto a la madre tierra de los collas, con la devoción mariana de los españoles. De esta forma se da una relación simbólica de tierra-mujer-fertilidad-vida sacralidad. La práctica de sacrificios, rituales a las deidades del pasado la que se entiende como religión celeste y culto solar, se transforma en ofrendas y oraciones a la Pachamama, La Virgen y al Santo Patrono. 8. Situación Actual Producto del proceso de aculturación que ha vivido la etnia colla, ha surgido en los componentes de esta etnia la necesidad de revitalizar su cultura. Esto se lo han propuesto dos jóvenes hermanos collas, para lo cual han usado como punto de partida un Club de Huasos. Salomón y Zoilo Jerónimo junto a otros collas, participan en los Encuentros Nacionales de Pueblos Indígenas, que son organizados por la Conadi, cuyo objetivo es “aprender a ser indígenas”26 Es así como en el IV Encuentro de Culturas Indígenas realizado en Enero de 1994 en Putre, I región estos hermanos proclamaban que el ser colla ha permanecido escondido por mucho tiempo, ante lo cual están rescatando sus raíces y cultura para lograr personalidad jurídica. Tal vez la personalidad jurídica, no es la forma más viable para rescatar a una cultura, pero en un estado nación como el nuestro, tal vez este sea el camino para recibir el apoyo que por minoría que sean ellos se merecen. El diario de Atacama el 2 de Enero de 1997 realizó una entrevista a un representante de la comunidad colla. A continuación se presentan las ideas centrales de esta entrevista. 26 Castillo, Gastón, op.cit. pág. 34

La Conadi tiene como ideal el producir en el sector social indígena un desarrollo con identidad, sustentable con respeto profundo a lo que significa la naturaleza, integrándolos a la realidad social y cultural dominante. Implicará esta integración el abandonar algunas prácticas de cultivos y crianza de animales. Para el colla el sentido de abandono no existe sino más bien incorporar algunas tecnologías necesarias por las condiciones climatológicas existentes, ya que antes había mayor cantidad de agua. Hoy es necesario incorporar tecnologías como riego por goteo, aspersión, etc. El colla no se niega a la tecnología. A esto el colla quiere agregar que su pueblo tenga una identidad fuerte que no se olviden de sus valores, de su cultura, sus costumbres. Se debe convivir no separando estas situaciones. Con esto plantean que se continúe con la práctica de ritos de adoración a la tierra, y al sol porque son parte de la concepción astronómica y de las creencias de sus antepasados. Así sostienen que los ritos son una forma de tener un contacto con la naturaleza, que es un ser viviente al igual que las plantas y las piedras. Ya que todo posee un sentido de vida, no sólo el hombre es el que maneja su entorno. Por esta razón el colla cree en una complementariedad entre el ser humano y su entorno. Al preguntársele sin son cristianos, sostienen que creen en un dios superior que es parte de la cosmovisión indígena, se puede decir que es un dios todo poderoso. Pero agregan que lo más importante es el contacto y el respeto por la naturaleza. Cuando se pregunta si ven a la sociedad chilena con discriminación hacia las etnias, responden en forma enfática que la discriminación es fuerte. El acceso a una educación pertinente (no la educación tradicional) es casi nula. Existe un fuerte sentido de chilenización por parte del Estado, el cual va transformando el pensamiento y cuando llega el momento de desarrollarse laboralmente se encuentran con escasas posibilidades. Con lo único que se han quedado los pueblos indígenas es con las labores de agricultura, ganadería, comercio de artesanías y ventas en mercados. Incluso existen profesionales indígenas, pero estos no tienen las mismas oportunidades que los profesionales de la sociedad dominante. Sostiene que es función de la Conadi el reforzar aquellas debilidades primero fortalecer la condición de indígena, para no negar su identidad, su forma de ser, cultura y costumbres. Este proceso hay que vivirlo con los niños y la juventud. Con relación al proceso de legalizar la propiedad de tierras sostiene que el pueblo colla ha comenzado un catastro de lo que significa la posesión del territorio en la región teniendo claro las delimitaciones, y la situación legal de las tierras, procederán en un convenio con bienes nacionales a la regularización de sus tierras. Para que se les entregue sus títulos de dominio. A partir de esta situación será posible apoyarlos con proyectos para desarrollar actividades que emprendan en estos territorios y con tecnología.

Con relación a que no existe Conadi en la III región esto se debe a que la creación de la Conadi parte con la democracia, solicitando un reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. Pero se reconocen a aquellos más grandes y visibles. En el norte están los aymaras, atacameños no así los collas, los cuales no tenían conocimiento y no hubo ninguna voz representativa de ellos. En ese entonces no se vio la Conadi como una necesidad para la tercera región por lo tanto se plantearon oficinas en la primera y segunda región, y desde la quinta al sur. En la actualidad, ven la necesidad de contar con la Conadi en la tercera región. Esta labor y función debe ser asumida por el gobierno regional, los parlamentarios en una acción conjunta con los collas. El 11 de agosto de 1998 Codelco-Chile división Salvador le otorgó a la comunidad colla un terreno de 26 hectáreas en el sector de la quebrada de Agua Dulce, con el fin de evitar que el plan de relocalización de la población de Potrerillos provoque la dispersión de los miembros de la comunidad colla27 En este terreno la comunidad se ha planteado desarrollar el proyecto “Captación, Acumulación y Tecnificación de Recursos Hídricos para actividades de cultivos Bajo Plásticos”, la cual será financiada por la Conadi. Este contrato fue firmado por el gerente general de división Salvador el Sr. Fidel Báez, y por el presidente de la comunidad colla el Sr. Jaime Jerónimo y el vicepresidente el Sr. Salomón Jerónimo. Es gerente de Codelco destacó la preocupación de Salvador por la preservación de la comunidad indígena, y además los alentó para progresar haciendo un plan de trabajo que los afiance como comunidad en el terreno ya entregado. El presidente de la comunidad colla Jaime Jerónimo declaro: “la firma de este contrato es un gran paso para salir adelante. Firmándolo podremos lograr los objetivos pensados, rescatar nuestra cultura y nuestras raíces”28 Además señaló su agradecimiento a la Conadi y a Codelco Chile en especial a Fidel Báez que apoyó la entrega de tierras en comodato gracias a esta acción hoy los collas podrán cumplir su objetivo de desarrollar y rescatar tanto la agricultura como la ganadería las que estaban casi perdidas. 8.1. Relación entre la Ley 19253 y la etnia colla La ley 19253 que fue publicada el 05 de octubre de 1993, tiene algunos puntos que hemos considerado conveniente analizarlos en relación a los collas.

27 En diario El Andino 15 agosto 1998 28 En diario El Andino 15 agosto 1998

En el artículo Nº 9 la ley establece que: para los efectos de esta ley se entenderá por comunidad indígena, toda agrupación de personas pertenecientes a una misma etnia y que se encuentren en una o más de las siguientes situaciones: -

-

Provengan de un mismo tronco familiar. Los collas estarían en esta condición por que según los antecedentes históricos proceden de una misma rama común. Reconozcan una jefatura tradicional. Esta afirmación también se cumple ya que su organización social se basa en el ayllu. Posean o hayan poseído tierras en común. En el caso de los collas, no se podría aplicar esta afirmación por ser este un pueblo trashumante, y según las fuentes estudiadas ocupaban un extenso territorio que no era el chileno. Provengan de un mismo poblado antiguo. En este punto se coincide, ya que los collas provienen de un mismo poblado ubicado entre el 1000-1100 DC.

En el Artículo Nº12, inciso Nº2 se habla del reconocimiento de las tierras indígenas definiéndolas como aquellas que históricamente han ocupado y siempre que sean sus derechos inscritos en el registro de tierras que crea esta ley. Esto es fundamental en los collas ya que ellos consideran a la tierra como madre y motor de su vida social, cultural, religiosa y económica. Sin embargo en el artículo Nº13 señala “las tierras a que se refiere el artículo precedente, por exigirlo el interés nacional, gozaran de la protección de esta ley y no podrán ser enajenados, embargados, gravadas, ni adquiridas por prescripción, salvo entre comunidades o personas indígenas de una misma etnia”. No obstante se permite gravarla con autorización de la corporación29 Otro artículo es el Nº 28 en el cual se establece el reconocimiento, respeto y protección de las culturas e idiomas indígenas contemplado: “el uso y conservación de los idiomas indígenas y la implantación de unidades programáticas en el sistema educativo que permite el conocimiento adecuado de las culturas e idiomas y que los capacite para valorarlos positivamente”30 Con relación a este artículo consideramos que falta por parte del Estado y de la Sociedad un incentivo a mantener y conservar la cultura y el idioma en la etnia colla, ya que producto del proceso de aculturación que ha vivido, este a incidido en un desmedro de sus raíces culturales incentivando la chilenización en el proceso educativo. En el artículo Nº29, en el cual se dicta sobre la autorización y salida de restos arqueológicos del país es poco precisa, autorizando la venta, exportación o enajenación hacia el extranjero. Ante esta situación debe existir una participación activa por parte de la Conadi, la cual proteja los derechos de las etnias indígenas como las únicas dueñas de su arqueología. 29 Alfaro, Roberto, Silva, Alvaro, Moyano, Ricardo: Los Kollas (mss) Stgo. 2000 pág. 7 30 Alfaro, Roberto, Silva, Alvaro, Moyano, Ricardo. Op.cit. pág. 7

Collas

Artículo principal: Reino Colla.

En el caso de los collas destacan arqueológicamente los restos arqueológicos de Hatuncolla, estudiados intensamente por Catherine Julián, describiendo al principal sitio colla como su posible capital; además de estar asociado con el complejo chulpar de Sillustani, situado a poca distancia de Hatuncolla.[1] El Reino Colla fue uno de los reinos aymaras que ocupó parte de la meseta del Collao luego del ocaso de Tiahuanaco. A mediados del siglo XV conservaba un extenso territorio, con su capital Hatun-Colla, cuando el noveno Inca (Pachacútec) los conquistó. En el imperio inca se le llamó Collasuyo a una aún más extensa región, pues los reinos aymaras, con fuertes lazos culturales entre ellos, eran conocidos por el nombre genérico de collas. Esto se debió a que el Reino Colla, en torno a la orilla norte del Titicaca, era para los incas el más significativo de estos reinos, en la época del inicio de la gran expansión territorial del imperio.

EL REINO COLLA Este reino de origen aymara se ubicó al nor­oeste del Lago Titicaca, en la Meseta del Collao. Su  centro principal fue Hatun Colla, donde residía su máximo gobernante, el Zapana Cápac, poderoso  señor poseedor de miles de cabezas de llamas y alpacas. La ganadería de camélidos fue la  principal actividad económica, y la complementaban con la agricultura de altura, sembrando papa,  olluco y quinua.  El Zapana o rey era apoyado por grandes curacas o mallkus que gobernaban a las comunidades.  Muchas veces los mallkus collas combatían entre sí, pero generálmente se unían para enfrentar a  otros señoríos, como el poderoso Reino Lupaca. Los collas fueron excelentes arquitectos y talladores de piedra. Las muestras más famosas de esto  son las Chullpas de Sillustani, unas gigentescas torres funerarias. En ellas colocaban los cuerpos  momificados de sus grandes señores, ataviados con ricos vestidos y ornamentos. La deidad principal de esta sociedad de lengua aymara fue Tunupa, el temido dios de los volcanes.  En su honor hacían sacrificios humanos y grandes fiestas.  Hacia 1450 fueron invadidos por las fuerzas del Inca Pachacútec, quien conquistó el altiplano,  después de grandes combates.

BIBLIOTECA DEL MUSEF Autor: Ibarra Grasso, Dick Edgar ; Querejazu Lewis, Roy Titulo: 30.000 años de prehistoria en Bolivia. Editor: Los Amigos del Libro

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Andes 7 (2009): 463-479 Las crónicas describen los Collas de la cuenca norte del Titicaca como uno de los grupos lo más políticamente centralizados en los Andes antes de la conquista incaica: un señorío unido bajo el contról de un señor poderoso y hereditario. Pero estas cuentas son contradichas por la arqueología de la región, que presenta numerosos pukaras (sitios fortificados de cumbre), indicando la guerra frecuente incluso en el interior del territorio Colla. Aqui resumo los resultados de una investigación arqueológica de los pukaras de los Collas del Intermedio Tardío. El trabajo de campo incluyó la identificación de pukaras en fotos aéreas, la prospección de varios de ellos, y excavaciones de prueba. Los resultados del proyecto indican que el área Colla, en vez de ser unido políticamente, fue fracturado en varias jerarquías regionales o conjuntos de sitios fortificados, estando en cada conjunto uno o más centros mayores. La distribución regional de estilos de cerámica da otra evidencia de identidades sociales distintas dentro del área Colla. Además, los fechados radiocarbonicos indican que la mayoria de los pukaras fueron construidos y utilizados en la segunda mitad del Intermedio Tardío, después de d.C. 1300. Se espera que estos resultados avanzan nuestro conocimiento de la cuenca del Titicaca en el Intermedio Tardío, y tocan al asunto teórico del papel de la guerra en la consolidación o la fragmentación política. The chronicles describe the Collas of the northern Lake Titicaca Basin as one of the most politically centralized groups in the Andean highlands prior to Inca conquest, a señorio united under a powerful, hereditary lord. But these accounts are contradicted by the archaeological landscape of the region, which was dotted with numerous pukaras (fortified hilltop sites), indicating chronic warfare even in the heartland of Colla territory. This paper summarizes the results of an archaeological investigation of Colla pukaras of the Late Intermediate Period (LIP). Fieldwork involved the identification of pukaras through air photos, survey and mapping of a number of these sites, and test excavations.The results of the project indicate that the Colla area, rather than being politically unified, was fractured into numerous regional hierarchies or clusters of fortified sites, each cluster including one or more major centers. Spatially restricted pottery styles provide further evidence of separate group identities within the Colla area. In addition, carbon dates from the project indicate that most pukaras were built and used in the late LIP, after about A.D. 1300. It is hoped that these results advance our understanding of the Titicaca Basin in the LIP, and ultimately help contribute to the broader theoretical issue of the role of warfare in political consolidation or fragmentation.

L

a investigación de la cuenca del Titicaca en el período Intermedio Tardío ha sido

influido fuertemente por el testimonio de las crónicas, que son una rica fuente de información sobre el área. Sostienen, casi sin excepción, que en la época preincaica, la cuenca de Titicaca se distinguía por el desarrollo de varios “reinos” o “señoríos” – siendo los más notables los Lupacas, en la ribera suroccidental del lago, y los Collas, al noroeste y al norte del lago. Estas dos naciones están descritas como algunas de las más poderosas y políticamente centralizadas del área andina, casi tan fuertes como los incas en sus inicios (Betanzos 1996:93 [1551-7: pt. 1, cap. 20]; Cieza 1984:274, 279 [1550: pt. 1, cap.

Pukaras de los Collas: Guerra y poder regional en la cuenca norte del Titicaca durante el Periodo Intermedio Tardío 100, 102]; Cieza 1985: 15, 22, 110, 121 [1550: pt. 2, cap. 6, 8, 37, 41]; Cobo 1979:139-40 [1653: t. 12, cap. 13]; Sarmiento 1988:105-6 [1572: cap. 37]). Según las crónicas, los Collas, al igual que los Lupacas, fueron dirigidos por un solo señor o capac – que a veces parece tener una posición hereditaria (por ejemplo,

Cieza 1985:121 [1550:pt. 2, cap. 41]). Los señores principales de los Lupacas, los Collas, los Canas, y sus vecinos accedieron a sus tierras al conquistar a señores menores, y se enfrentaron en guerras incesantes por controlar toda la región. De modo que las crónicas sugieren que las sociedades preincaicas de la cuenca del Titicaca fueron “proto-estados” centralizados y unificados, y así las interpretaron varios arqueólogos y historiadores hasta hace poco. Se nota también que esta historia de guerra, conquista, desarrollo y consolidación – al igual que la historia del desarrollo del imperio Inca – corresponde bien a la teoría general de Robert Carneiro (1970, 1981) sobre el surgimiento del estado por medio de conquista. Sin embargo, hay poca evidencia arqueológica que apoye esta representación. Por ejemplo, relatan las crónicas que el señor de los Collas tuvo su capital en Hatuncolla, pero las excavaciones de Catherine Julien en los años setentas (Julien 1983) no encontraron evidencia de que existiese una ocupación preincaica en Hatuncolla. Parece que existe un problema igual en Chucuito, la base supuesta de los Lupacas (Hyslop 1976:123). Posiblemente, los centros políticos de los Collas o de los Lupacas en la época preincaica existieron en otra parte, pero todavía no se les puede identificar seguramente. Además, la prospección de una porción del territorio Lupaca por Charles Stanish, Edmundo de la Vega, Kirk Frye, y otros miembros del Proyecto Lupaca identificó patrones de asentamiento sin ninguna jerarquía centralizada de sitios (Stanish et al. 1997). Al contrario, Frye (1994, 1997) identifica un serie de centros mayores, de tamaño similar, espaciados regularmente. Los centros mayores son asentamientos fortificados en las cumbres de los cerros, los llamados “pukaras” en Quechua y Aymara. Aldeas pequeñas sin fortificación se ubican cerca de los pukaras. Frye y de la Vega (Frye 1997; Frye y de la Vega 2005) concluye que la sociedad Lupaca probablemente se compuso de varios centros bélicos, que tal vez se unificaban para fines defensivos, pero que, en general, eran autónomos. Entonces, vale la pena preguntar: ¿Cómo caracterizar políticamente a los Collas del norte? ¿Se trataría de un señorío centralizado con una dinastía reinante, tal como lo sugieren las crónicas? ¿O se trataría de un serie de señorios más pequeños? ¿O existe, quizás, alguna otra alternativa? En el siglo XVI, el territorio que habitaban los Collas incluyó toda la ribera noroeste, norte, y noreste del lago. A inicios de la Colonia, y probablemente en Pukaras de los Collas... 465 el periodo Inca, este territorio fue dividido en sectores administrativos más pequeños (Figura 1; Capoche 1959 [1585]; ver Bouysse-Cassagne 1978, 1986; Julien 1983, 1993; Spurling 1992). Por ejemplo, los documentos distinguen entre Colla Urcosuyu, al oeste, y Colla Umasuyu, al este (Capoche 1959 [1585]; Santacruz Pachacuti 1993:234 [1613:26v]; ver Bouysse-Cassagne 1986). También había divisiones entre los sectores del territorio Colla gobernados desde el Cuzco y La Paz. El limite Cuzco-La Paz, en el sector Colla Umasuyu, correspondería cuando menos al periodo Inca, según un documento judicial temprano (Spurling 1992; Julien 1993:184). Se puede preguntar, entonces, si las divisiones administrativas posiblemente reflejaban también divisiones políticas del período Intermedio Tardío (Spurling 1992). Esta pregunta acerca del alcance de la integración política de los Collas durante el período Intermedio Tardío fue una de las interrogantes principales del proyecto que resumo a continuación, el Proyecto Pukaras de los Collas (Arkush 2005).

Proyecto Pukaras de los Collas: reseña de las investigaciones No obstante las contribuciones importantes de investigadores anteriores (M. H. Tschopik 1946; Neira 1967; Ruiz 1973; Revilla y Uriarte 1985; Fuentes 1991; Tapia 1973, 1993; Ayca 1995), hasta ahora, nuestro conocimiento arqueológico de los Collas se perfila sólo en términos generales. La mayoría de la región Colla no ha

sido prospeccionado sistematicamente (aunque esta situación esta cambiando con investigaciones recientes y actuales), y muy pocos sitios Collas del Intermedio Tardío han sido excavados. Como ya vemos, el área de los Collas fue muy grande, y por esta razón consideramos que la mejor estrategia sería llevar a cabo un reconocimiento amplio y extensivo, en vez de hacer una prospección intensiva en una zona limitada. El Proyecto Pukaras de los Collas se centró en los cerros amurallados – los pukaras – que se pueden ubicar fácilmente en fotos aéreas. Los sitios fortificados forman un indicio importante de la integración política que existió en una zona, porque las unidades políticas grandes mayormente tienen fortificaciones en sus límites pero no en el interior (excepto, a veces, en el centro principal). Fortificación muy frecuente y extensiva sugiere la ausencia de dominio político alguno (Allen 2008.; Keeley 1996). Además, si los patrones del área Lupaca al sur se replicaron en la región Colla, los centros habitacionales más grandes – y probablemente los centros políticos – fueron pukaras. Puesto que los pukaras con sus murallas son visibles en las fotos aéreas, este método permitió un reconocimiento sistemático y extensivo de una selección representativa de los sitios fortificados en el área. De este modo fue posible obtener una idea preliminar de las unidades socio-territoriales en la región Colla. 466 Elizabeth Arkush El Proyecto Pukaras de los Collas incluyo etapas múltiples (Figura 2). La primera fase fue la identificación de todos o casi todos los pukaras en el norte de la cuenca del Titicaca, usando fotos aéreas, topónimos, y trabajos arqueológicos anteriores. Después de restringir una área más limitada, que incluyó partes de Colla Urcosuyu y Colla Umasuyu, se prospectó una selección de 44 pukaras de todos los tamaños. Excavamos pozos de prueba en diez sitios seleccionados. Por último, el análisis de la distribución de tipos cerámicos, los fechados radiocarbónicos de muestras, y un análisis SIG (sistema de información geográfica) de la distribución de sitios y las líneas visuales entre ellos, arrojó luz sobre el alcance de las sociedades Collas. Figura 1. Divisiones étnicas y administrativas de la cuenca norte, basadas en la lista de capitanías de Luis Capoche (1585).

Pukaras de los Collas... 467

Resultados: pukaras y sus características Desde un principio se pudo notar la cantidad impresionante de pukaras en un área supuestamente unificada políticamente (Figura 2). No existen en todas partes; son sitios en las cumbres de los cerros, y en particular, se ubican en los bordes de la zona montañosa, mayormente cerca a los 4,100 metros de altura, con acceso no sólo a la puna sino también a los laderas bajas y a los ríos – es decir próximos a las áreas agrícolas. Tampoco los pukaras se distribuyen homogéneamente en estas zonas; a veces parecen formar conjuntos. Muchos utilizan cerros empinados, difíciles de subir y desprotegidos. Incluso, la mayoría de pukaras prospectados no tienen fuentes actuales de agua dentro de sus murallas. Aunque algunos no tienen ninguna evidencia de uso doméstico, los pukaras mayormente son sitios habitacionales. Hay estructuras circulares que las excavaciones establecieron definitivamente como cimientos de casas; en algunos casos, solo unas docenas de casas, pero en los mas grandes alcanzan hasta quinientas o seiscientas habitaciones. Los artefactos recuperados de la superficie y a partir de las excavaciones apuntan a la existencia de una economía domestica: morteros, azadones, lascas, piruros, etc. Hay otras estructuras mas pequeñas que posiblemente son para almacenamiento (de la Vega 1990). En algunos pukaras hay callejones, recintos residenciales, y sectores funerarios definidos (Figura 3). Es decir que los pukaras

fueron comunidades completas, no guarniciones especializadas de guerreros. Al mismo tiempo, los pukaras fueron, sin duda, sitios diseñados con fines defensivos. Tienen murallas múltiples y concéntricas; las murallas son más altas y anchas en las laderas más accesibles, y a veces desparecen en los acantilados o en las faldas de los cerros más empinados. Las entradas son mayormente puertas pequeñas que pudieron ser bloqueadas con escombros. Muchos sitios muestran parapetos en sus murallas de defensa, y en algunos hay aglomeraciones de piedras que pudieron ser utilizadas como proyectiles de hondas, ubicadas estratégicamente cerca de los muros. Esta evidencia clara de defensa indica que los pukaras tuvieron una función importante en la guerra, lo cual dejó su marca incluso en el idioma Aymara (Tabla 1). En resumen, el peligro de ataque fue tan grave que incluso en el interior del territorio Colla, cantidades de gente eligieron vivir en cerros altos e incómodos, lejos de las fuentes de agua. La implicancia inevitable es que la guerra fue frecuente. Alternativamente, ¿podría ser que sólo estemos frente a los rasgos superpuestos de un largo proceso de consolidación de un estado Colla, como lo indican las crónicas? Los fechados radiocarbónicos demuestran que no. El Proyecto recogió y 468 Elizabeth Arkush Figura 2. Área del Proyecto Pukaras de los Collas.

analisó 43 muestras de carbón, de dos fuentes: madera carbonizada de niveles ocupacionales en los pozos de prueba, y también, paja seca (Stipa ichu) utilizada en el mortero de las murallas de defensa. Figura 4 muestra los fechados radiocarbónicos¹. Pocos sitios datan de la primera parte del Intermedio Tardío – dos pukaras pequeños y bajos, y un refugio sin evidencia de uso residencial – pero la mayoría fueron Pukaras de los Collas... 469 construidos y ocupados en la segunda mitad del Intermedio Tardío, entre aproximadamente 1300 y 1450 d.C. (Arkush 2008). Por lo tanto, los pukaras de los Collas son un fenómeno tardío. Algunos parecen haber sido usados hasta el momento de la conquista Inca, y tal vez después, durante la rebelión de los Collas que relatan las crónicas. Entonces, esta imagen de fortificación extensiva probablemente representa lo que realmente existió poco antes de la conquista Inca.

Patrones sub-regionales del área Colla En vista del gran número de pukaras y su distribución, propongo la hipótesis de que en esta época, los Collas no estuvieron unificados en toda la región. Además propongo que se organizaron en grupos locales defendidos por conjuntos de pukaras aliados. Arqueólogos de otras partes (p.ej. Nueva Zelanda, o el sudoeste nortepucara, queyna castillo, fortaleza pucara pircatha hacer castillo pucararo phatticatatha o pucararo maricatatha acogerse huyendo a la fortaleza, o castillo pucara maquipatha rendirla, o entrarla pucara tikhratha, chhichhitha, ccoccotha, o huakhillitha desbaratarla Tabla 1. Palabras referentes a pukaras en Ludovico Bertonio, Vocabulario de la lengua Aymara (1986 [1612])

americano; Allen 1994, 1996; LeBlanc 1999, Rice and LeBlanc, eds. 2001, Wilcox and Haas 1994), han encontrado conjuntos de sitios fortificados y los interpretan

como grupos aliados. La mayoría de pukaras (65% del total de 173 identificados) se ubican entre 2 a 4 kilómetros respecto al pukara más cercano – una distancia muy corta si se hubiese tratado de enemigos – y muy pocos (3%) se encuentran ubicados a más de 10 kilometros de su pukara vecino. Este patrón sugiere que los pukaras tuvieron relaciones de alianza o de jerarquía con otros pukaras cercanos. Esta hipótesis resuelve el problema de la defensibilidad muy variable de pukaras. Las alianzas pudieron proteger a los pukaras con poblaciones pequeñas, o con murallas bajas. Es difícil dibujar con certeza las unidades socio-territoriales de la región, pero 470 Elizabeth Arkush Figura 3. Apu Pucara (L6), un pukara colla de tamaño medio. Figura 4. Fechados radiocarbónicos calibrados (d.C.).

Pukaras de los Collas... 471 propongo algunas posibilidades. Los pukaras normalmente tienen vistas excelentes de otros pukaras cercanos, y posiblemente utilizaran señales visuales entre pukaras aliados. Arqueólogos de varias partes, sobre todo el sudoeste norteamericano (por ejemplo Haas and Creamer 1993; Wilcox et al. 2001), han usado líneas visuales entre sitios para definir alianzas hipotéticas, y Stanish (2003) propone que las poblaciones de la cuenca del Titicaca en el Intermedio Tardío usaban fuego, humo o otros señales visuales para pedir ayuda de sus aliados, o mandarles un advertencia (por evidencia documentaria del uso de señales de fuego en el altiplano, ver Bandelier 1910:89; Chervin 1913:65; Garcilaso de la Vega 1966:329 [1609:VI.vii]; H. Tschopik 1946:548). En la figura 5 se observan conjuntos de pukaras con líneas de visión entre ellos de menos de 10 kilómetros, generadas a partir de un análisis SIG y confirmadas siempre que fue posible en el curso de la prospección. Corresponde en parte a las divisiones administrativas de la región en el siglo XVI. Sirva como ejemplo, el conjunto del extremo norte que estaría en territorio Canas, que se separaría naturalmente de los conjuntos Collas. Asimismo, el parte de Colla Umasuyu gobernado desde el Cuzco se separaría del parte gobernado desde La Paz. El análisis de los estilos de cerámica recolectada apoya la hipótesis de grupos sub-regionales². Hay cuatro estilos principales del Intermedio Tardio en este región (Figura 6): tipo Collao (M. H. Tschopik 1946), un sub-tipo de Collao llamada provisionalmente Asillo (Arkush 2005), tipo Sillustani Negro sobre Rojo o Negro y Blanco sobre Rojo (M. H. Tschopik 1946, Julien 1983), y tipo Pucarani (de la Vega 1990). En la Figura 7 vemos la distribución de estos tipos en las colecciones del proyecto. El tipo Collao tiene una amplia distribución al contrario de los otros. Se ve que el tipo Sillustani se encuentra casi exclusivamente en sitios del lado Colla Urcosuyu, y no en Umasuyu. Los sitios cerca de Asillo tienen cerámica del sub-tipo Asillo, con motivos y formas que no se encuentran en otras partes. Pucarani mayormente se limita al conjunto sur, y se extiende más al sur en el área Lupaca. Entonces, toda la evidencia arqueológica en este momento indica que no existió un señorío Colla estable y unificado al momento del encuentro con los incas, sino una serie de grupos o confederaciones sub-regionales. Vale entonces reexaminar lo que dicen las crónicas con respecto al poder y al extenso territorio del gran señor de los Collas, la cual aparece mas bien como una realidad más fragmentada. Por ejemplo, después de la conquista inca del señor de los Collas asentado en Hatuncolla, los documentos relatan que algunos centros poblados del lado Umasuyu tuvieron que ser sometidos por separado: según Betanzos, Chuquicache, Moho, Callavaya, y Azángaro (1996:95 [1551-7:pt. 1, cap. 20]); según Cieza, Oruro, Asillo, y Azángaro (1985:150-1 [1550:pt. 2, cap. 52]). Mas tarde, los cura472 Elizabeth Arkush Figura 5. Conjuntos hipotéticos de pukaras aliados, ligados por líneas de vista <10 km de distancia.

Pukaras de los Collas... 473 Figura 6. Tipos y sub-tipos de cerámica preponderantes de la cuenca norte en el Intermedio Tardio.

474 Elizabeth Arkush Figura 7. Distribución de tipos de cerámica en las colecciones.

Pukaras de los Collas... 475 cas de los Collas se rebelaron; según Cieza, los conspiradores incluyeron no sólo al señor principal de Hatuncolla, sino también al “señor de Azangaro, y muchos otros” (Cieza 1985:155 [1550: pt. 2, cap. 53]), mientras que Santacruz Pachacuti incluye en la lista de rebeldes, no sólo a “Collas” sino también a los habitantes de pueblos específicos de Colla Umasuyu: “todos los Umasuyus de Hancolaime [Ancoraimes], Hachacachi [Achacache], Uancani [Huancané], Asillo, Asangaro, con todos los Taracos…” (Santacruz Pachacuti 1993:234 [1613:26v]). La implicancia es que habían varios centros de poder político con sus propios señores que fueron al menos semi-autónomos, sobre todo del lado Umasuyu. En resumen, en la cuenca del Titicaca, tenemos que cuestionar la existencia de los famosos “señoríos Aymaras,” así como también la versión que indica que los estados regionales surgieron a raíz de conquistas. Es cierto que la guerra dominaba relaciones socio-políticas en la segunda mitad del Intermedio Tardío, pero no hay evidencias del desarrollo de un señorío centralizado. Al contrario, el área siguió fracturada o confederada muy débilmente, posiblemente a causa precisa de la fortificación extensiva, que harían conquista y control estable muy difícil. En contraste, según los hallazgos de Brian Bauer, Alan Covey, y otros arqueólogos en el valle de Cuzco (Bauer 1992; Bauer and Covey 2002; Covey 2003; Dwyer 1971), el estado Inca temprano surgió en la valle de Cuzco sin mucha evidencia de fortificaciones ni guerra endémica. Se ve entonces que en este caso, el modelo de conquista como raíz del estado es demasiado simplista. La guerra, sobre todo en una situación de fortificación amplia, puede favorecer la fragmentación igualmente como la consolidación. Cuanto más se investigue la guerra, tanto más se ve que los cursos de desarrollo de las sociedades bélicas y pacificas fueron complejos y multilíneales.

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Notas Para detalles de los fechados y una discusión más amplia de ellos ver Arkush 2008. Fechados de una ocupación formativa del sitio AS1 (Calvario de Asillo) no son mostrados en la figura. 2 En los 44 pukaras prospectados, se realizaron recolecciones aleatorias (no sistemáticas) de la cerámica diagnósticas presentes en la superficie de un sitio, con el intento de obtener una muestra representativa 1

Pukaras de los Collas... 479 del total. En los sitios con escaso material superficial, todo el material diagnóstico fue recolectado; en cambio, los sitios con abundante material superficial, se usaron una o varios bloques de recolección y todo los elementos diagnosticos del interior fueron recolectados. Aunque, hubiera sido preferible realizar recolecciones sistematicas de todos los pukaras, esto no fueron posible por razones de

tiempo. Sin embargo, la metodología fue comprobada con recolecciones sistemáticas del 10% de la superficie de S4, un pukara de tamaño medio con abundante cerámicas superficial, cuyos resultados se correspondieron muy bien con la frecuencia de tipos cerámicos de las recolecciones aleatorias iniciales. Autora : Elizabeth

Arkush

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