"Los Inicios de la investigación científica en Comunicación en América Latina: Opinión pública y el influjo de las grandes potencias"

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"Los Inicios de la investigación científica en Comunicación en América Latina: Opinión pública y el influjo de las grandes potencias"

Dr. José Luis Ortiz Garza*

*Director de la Escuela de Comunicación Universidad Panamericana (Campus Ciudad de México) Augusto Rodin 498, Col. Mixcoac México, D.F, 03920 México 54821700 Ext 6154 Correo electrónico: [email protected]

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Resumen:

Las primeras investigaciones sobre los medios de comunicación y opinión pública en América Latina con enfoques cuantitativos y empíricos comenzaron de manera sistemática en 1941, al menos diez años antes de lo que es considerado generalmente por los académicos. Estos trabajos fueron tan numerosos y variados, que sitúa a la cuarta década del siglo veinte como un punto de partida y de referencia indispensable para los científicos sociales en el continente americano. La capacidad de influencia de las grandes potencias se advirtió en el control que asumieron del espacio público en las distintas naciones, en la determinación de la agenda de discusión en los medios, y en la manipulación de la opinión pública. Buena parte de estos mecanismos de control descansaron en los trabajos de investigación social realizados.

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La necesidad de documentar la historia de la comunicación social A pesar de las diferencias en enfoques o perspectivas, los estudiosos de la comunicación de masas en el mundo coinciden en la imperiosa necesidad de disponer de una plataforma histórica mucho más rica y útil que lo que la bibliografía actual nos proporciona. Esto lo señala con gran tino Jesús Timoteo Álvarez: La historiografía contemporánea encierra una fundamental carencia, pues ha interpretado y diseccionado la sociedad, sobre todo la contemporánea, a partir de múltiples variables o vías de penetración —desde la política, la sociología, la biografía, la economía, la religión, la psicología incluso—, pero se ha olvidado de una, tal vez la decisiva, sobre todo para el siglo veinte: la información. Es realmente difícil comprender cómo ha podido explicarse la Primera Guerra Mundial, la ascensión y triunfo del nazismo, los éxitos y fracasos del bolchevismo, la guerra fría, etc., etc., sin la más mínima referencia a la información ni a los medios ni a la propaganda. Siendo así, parece necesaria una completa reinterpretación de toda la Edad Contemporánea desde esa perspectiva, incluyendo como valor fijo la variable información-comunicación-propaganda. 1 Esta situación comienza a corregirse en muy diversos países, pero los estudiosos de esas latitudes suelen desdeñar lo sucedido en América Latina.2 En muchos países, los esfuerzos por comprender el papel de los medios de comunicación y de la propaganda extranjera en la historia e identidad nacional, en los imaginarios colectivos, rechazo de grandes acontecimientos políticos y sociales

gestación, aceptación o

comienzan a estudiarse a

profundidad. La idea de Timoteo Álvarez de reinterpretar toda la Edad Contemporánea a través de la variable información-comunicación-propaganda, pudiera parecer muy pretenciosa y, sin embargo es preciso abordarla en toda su profundidad. ¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en la configuración del imaginario colectivo de un país? ¿Qué actores y temas han penetrado y se han privilegiado dentro del espacio público?

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Jesús Timoteo Alvarez, Historia y modelos de comunicación, Barcelona, Ed. Ariel, 1987, pp. 7-9 Un caso muy reciente de esta omisión es el libro editado por David W. Park y Jefferson Pooley: The History of Media and Communication Research: Contested Memories, Nueva York: Peter Lang, 2008. En el capítulo dos, “The New History of Mass Communication Research.” (págs 43–69), su autor David Pooley, proclama la necesidad de revisar la “escasa, con carácter de celebración e ingenua” bibliografía hasta ahora existente sobre este tema. 2

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¿Ha sido este espacio, un auténtico campo de deliberación y debate público o, más bien, un territorio expropiado por los poderes públicos o fácticos nacionales y extranjeros? Estas preguntas son las que, a mi modo de ver, son las que justifican el tema que hoy quiero desarrollar en este magno evento que nos convoca. Porque en los inicios de la historia de la investigación de la comunicación y de la opinión pública en América Latina se encuentra indudablemente el afán de las grandes potencias por influir en los climas de opinión, controlar y manipular las informaciones, y con ellas nuestras actitudes y conductas.

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De la diplomacia tradicional a la diplomacia pública entendida como propaganda. Las preocupaciones por investigar los estados de opinión y efectos de la propaganda en poblaciones nacionales o extranjeras tuvieron su primer gran impulso durante la Primera Guerra Mundial. Las potencias beligerantes deseaban explicar según sus intereses las razones y sinrazones de su política internacional, para obtener o contener la colaboración de los países estratégicos por diversas razones, las materias primas entre otras. La proliferación de los modernos medios de comunicación hizo que a los sistemas de la diplomacia tradicional, es decir negociaciones personalizadas y de carácter privado, se añadieran los de la diplomacia pública, “donde los estados y otros actores no estatales utilizan los medios y otros canales de comunicación para influir en la opinión pública de sociedades extranjeras”, y los de la diplomacia de los medios “donde los funcionarios utilizan los medios de comunicación para promover la resolución de conflictos”. Siguiendo las ideas de Eytan Gilboa, yo equipararé el concepto de diplomacia pública

al de

propaganda, entendido como “la comunicación unilateral, generalmente de medias verdades, diseñado para persuadir a la opinión pública”. 3 Estas aclaraciones son necesarias para entender que la influencia de los países más poderosos en nuestras sociedades tuvieron muchas manifestaciones, positivas y negativas, en los años pioneros de la comunicología, que coinciden con los de la Segunda Guerra Mundial. Aspectos negativos y positivos porque en no pocas ocasiones las investigaciones formaron parte de tareas de relaciones públicas internacionales, es decir, como “un esfuerzo planeado y organizado de una compañía, institución o gobierno para establecer relaciones de beneficio mutuo con las

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Eytan Gilboa, “Mass Communication and Diplomacy.” Communication Theory Vol. 10, no. No. 3 (Agosto 2000): 290-291.

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políticas de otras naciones” 4. Pero, también es cierto, en otras ocasiones se pusieron ese disfraz, para efectos de control social. Ahora bien, ¿en qué consiste el poder, al menos del que aquí vamos a referirnos? Es el llamado “poder suave”. Esa habilidad de alguien para obtener resultados porque logra que otros quieran lo que ella quiere. La capacidad de conseguir objetivos mediante la atracción, y no por vía de la coerción. En palabras Joseph Nye ese poder funciona al convencer a otros de adoptar un estilo de vida, o elegir una forma de gobierno en lugar de otra.5 De eso se trató la contienda propagandística en la Segunda Guerra Mundial en América Latina de la que hoy hablaremos: Estados Unidos salió a convencernos de que la forma democrática era muy superior a la totalitaria de corte nazi-fascista o comunista pero, junto con ello, algunas instituciones buscaron convencer al Departamento de Estado que había llegado ya la hora de añadir a la diplomacia tradicional, la diplomacia pública (es decir, la propaganda), y las relaciones públicas internacionales. En este proceso de convencimiento, la investigación de la mentalidad de los públicos foráneos, y la manera en que a través de los medios podía ejercerse el poder suave jugó un papel fundamental entre 1939 y 1945. Pero esta investigación, para ser efectiva, debía ser de tipo “científica”, un préstamo de otras disciplinas sociales. Apoyadas en teorías provenientes de la biología y la zoología, aunadas al desarrollo de metodologías inductivas como la estadística y la observación controlada, desde los tempranos años veinte se multiplicó el estudio científico de los fenómenos sociales. Al igual que con la sociología y la psicología social entre ellos, la comunicación de masas adoptó las metodologías empíricas propias de las ciencias naturales. A este enfoque de 4

“El esfuerzo planeado y organizado de una compañía, institución o gobierno para establecer relaciones de beneficio mutuo con las políticas de otras naciones”, Eytan Gilboa, op. cit., p. 290 Keohane, Robert O., and Joseph S. Nye, Jr., “Power and Interdependence in the Information Age”, Foreign Affairs, Sept/Oct 1998, Vol. 77, n. 5, p. 86 5

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análisis estadístico, encuestas y experimentos socio-psicológicos,

se le denominó

“paradigma dominante” (o estructura dominante de significados”), en contraposición al “crítico”, o “paradigma alternativo”, de carácter más cualitativo, holístico, y vinculado a la teoría marxista. 6

Importancia de las guerras mundiales para la investigación de la comunicación

Las guerras mundiales del siglo XX han constituido períodos particularmente propicios para la investigación de la comunicación tanto en países beligerantes como en los neutrales. En países como México han sido verdaderos laboratorios de experimentación. Si bien en la Primera Guerra se utilizó profusamente la propaganda, los estudios sobre los usos y efectos de la comunicación persuasiva iniciaron en los años treinta y alcanzaron un auge muy notable durante y a partir de la Segunda Guerra Mundial. 7 Desde antes del arranque de esta conflagración los propagandistas extranjeros de los diversos frentes partieron de supuestos teóricos con respecto a los latinoamericanos e instrumentalizaron sus tradiciones y costumbres para conseguir sus objetivos persuasivos, que incluían cambios asociados a los modelo de vida que propugnaban. La radio de onda fue la primera herramienta corta alemana, por ejemplo, aprovechó las fiestas nacionales de cada país latinoamericano para emitir programas especiales con un contenido altamente nacionalista varios años del estallido de la guerra.

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En febrero de 1934 y septiembre de

1935 llegaron a este continente los primeros programas emitidos en onda corta en 6 Denis McQuail, Introducción a la teoria de la comunicación de masas, México, Ed. Paidós, México, 3ª edición, 2001, pp. 84-93, y Everett M. Rogers, op. cit., pp. 283-85 7 Gary, Brett. The Nervous Liberals: Propaganda Anxieties from World War I to the Cold War. Nueva York: Columbia University Press, 1999, Capítulos 3 y 4. 8 Desde 1938 la señora Matilde Cabrera Ipiña, nacida en San Luis Potosí y esposa del Agregado Comercial de México en Alemania, Pedro Corsi, fue contratada por Radio Berlín para transmitir un programa de revista que abarcaba temas de cultura, cocina y relatos históricos, y eran grabados en discos, pues en la madrugada, entre la una y las dos, eran transmitidos por radio de onda corta. La señora Corsi escribió entre otras, las radionovelas históricas Cuauhtémoc, Bolivar, Sucre, Morelos, Ollantay, Sarmiento, Juárez y Miranda, transmitidas antes de iniciarse la guerra. Entrevista del autor con el Ing. Pedro Corsi, ciudad de México, marzo 15, 2001.

7

castellano y portugués desde Berlín e Italia respectivamente.9 Ambos idiomas fueron utilizados también por la BBC de Londres cuando inició sus transmisiones para América Latina el 15 de marzo de 1938

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. Los Estados Unidos reaccionaron revigorizando un

antiguo plan iniciado en 1924 para estrechar sus lazos hemisféricos: la Radio Panamericana. Costa Rica no estuvo ajena a estas influencias radiofónicas, pues disponía de seis estaciones de onda corta, cantidad bastante respetable en el conjunto de países de América Latina y el Caribe.

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Puede afirmarse, sin exagerar, que ya desde 1935 se

preparaba el escenario de la Segunda Guerra Mundial, y los alemanes se mostraban más activos que nadie en el terreno de la propaganda.

Investigaciones de la prensa bajo la perspectiva científica Desde días antes de que comenzara la guerra y hasta la primavera de 1940 tuvo lugar el que podría ser el primer estudio profundo de análisis científico de contenido de un periódico latinoamericano, concretamente el diario mexicano Excélsior. Con independencia de si fue o no la primera en haberse llevado a cabo en nuestra región, sí podemos afirmar con certeza de que tiene un valor extraordinario pues su autor fue nada menos que el inventor de la metodología de la investigación de análisis de contenido, el primero en investigar la propaganda de guerra, y uno de los cuatro “padres fundadores” de la ciencia de la comunicación: Harold D. Lasswell (1902-1978)

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. En esta mayúscula investigación

Lasswell, midió el grado de atención y simpatía que cinco diarios internacionales (un 9. Con motivo de la invasión a Etiopía llegaron, la Real Legación de Italia en México anunció el inicio de Ital-Radio, emisora de onda corta que transmitiría desde Roma a América Latina noticieros en castellano para informar de ese y otros acontecimientos. El propósito de la estación era proporcionar “con carácter de veracidad absoluta sobre cualquier otra transmisión, un noticiario completo de tales sucesos, de manera que puedan llegar al conocimiento del público con unas horas de adelanto, y gratuitamente, sobre la transmisión de las noticias distribuidas por conducto de las agencias cablegráficas”. Cfr “Italia ha iniciado su Campaña de Prensa por la ‘Ital-Radio,’” El Día, México, septiembre 23, 1935. 10 Véase Archivo General de la Nación (AGN), México, Ramo Dirección General de Información (DGI), 301.2/69, Transcripción del Boletín de la “British Broadcasting Corporation” al Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad, marzo 2, 1938 11 Barbour, Philip L. “Short Wave Broadcasting and Latin America.” Bulletin of the Pan American Union (1937), p. 740. 12 Everett M. Rogers, op. cit., p. 204, 214-15

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inglés, un alemán, un italiano, un ruso y un mexicano) mostraban hacia los Estados Unidos en sus informaciones. Este ambicioso estudio, denominado World Attention Survey cubrió del 26 de agosto de 1939 al 12 de enero de 1941 y fue publicado en la revista Public Opinion Quarterly. 13 Aunque no tan comprehensivos como el de Lasswell, los estudios de análisis de contenido fueron frecuentemente utilizados por los propagandistas estadounidenses, pero también algunas por los británicos en muchos países de América Latina. Con frecuencia medían los centímetros por columna dedicados a agencias cablegráficas Aliadas o del Eje. Con esta información se determinaba el grado de simpatía hacia cada uno de estos frentes y se aplicaban sanciones o recompensas a sus dueños u operadores. 14 Esta metodología buscaba entender los posibles efectos del enmarcamiento (framing) y su influencia en la creación de la realidad en el lector

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.

La Oficina de Nelson Rockefeller y la investigación científica de la comunicación en América Latina El 16 de agosto de 1940 el Presidente Franklin D. Roosevelt creó la “Oficina para la Coordinación de las Relaciones Comerciales y Culturales entre las Repúblicas Americanas” y nombró Director a Nelson Rockefeller. Si bien esta dependencia ayudó a los países latinoamericanos con proyectos de sanidad y educación (en esta Universidad de Costa Rica, desarrolló un exitoso programa de enseñanza de inglés por la radio), su papel más

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Harold D. Lasswell, “The World Attention Survey”, en Public Opinion Quarterly, Vol 5, No. 3, (Otoño 1941), pp. 456-62. Los periódicos analizados fueron: de Inglaterra, London Times; de Alemania: Volkischer Beobachter; de Italia, Il Giornale d’Italia; de la URSS, Pravda, y de México, Excélsior. 14 En el caso de los británicos, un reporte especialmente completo es el enviado por Robert Marett el 21 de abril de 1941: PRO FO 371 26075. 15 ANW GR 229, Entry 1, Box 105, Documento “Principal Activities of the AAAA Export Information Bureau at Mexico City,” Febrero 9, 1942. “Breakdown of Foreign News Dispatches”, No. 9

9

importante fue el de su División de Información, es decir,

lo relacionado con la

propaganda. Rockefeller advirtió que para poder influir eficazmente en la opinión pública en América Latina, se requería de un conocimiento cabal de las poblaciones a las que incidiría a través de la propaganda, tarea prioritaria entre las diversas que le competían. En septiembre de 1940, Rockefeller contrató a George H. Gallup, ya reconocido por sus encuestas de opinión y a los doctores Leonard Doob (Psicólogo e investigador de la Universidad de Yale), Hadley Cantril (Director de la Oficina de Investigación de la Opinión Pública en la Universidad de Princeton ) y Lloyd A. Free (Editor de la revista Public Opinión Quarterly)16. En octubre se estableció la empresa American Social Surveys, Inc., (ASS) con Gallup como Presidente y Cantril como Vicepresidente, y se comprometió a entregar a Rockefeller, en menos de un año y a un costo no mayor de 250 mil dólares, detallados reportes sobre los medios de comunicación así como las actitudes y opiniones que la guerra suscitaba en América Latina. Para encubrir su relación con el gobierno de los Estados Unidos en esos países la ASS fundó la División de Investigación de la Oficina de Información para la Exportación, un organismo fantasma supuestamente ligado a la Asociación de Agencias Publicitarias Americanas [American Association of Advertising Agencies], (4A), que mantendría «observadores» en las principales ciudades del sur del Río Bravo. Tras una intensa capacitación por parte de Doob, Cantril, Freeman y Gallup, en diversas metodologías y técnicas para el análisis de la comunicación, los «observadores» fueron enviados a realizar sus tareas. Como discípulos de varios de los más reconocidos 16

Véase Everett M. Rogers, A History of Communication Study: A Biographical Approach (New York: The Free Press, 1997), p. 220, 267-271, 381; Christopher Simpson, Science of Coercion: Communication Research and Psychological Warfare 1945-1960 (New York: Oxford University Press, 1994), pp. 26, 87, 130-131; Brett Gary, “Communication Research, the Rockefeller Foundation, and Mobilization for the War on Words, 1938-1944,” Journal of Communication 46:3 (Summer 1996): 124-147, 125.

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pioneros en el estudio científico de la comunicación de masas, estos aparentes publicistas se convirtieron de hecho en los primeros investigadores de la opinión pública de América Latina. 17

La primera encuesta científica de comunicación en América Latina Mientras los observadores se instalaban en sus respectivos países, entre febrero y mayo de 1941, Lloyd A. Free llevó a cabo en Brasil la primera encuesta científica de comunicación en América Latina, sobre hábitos de consumo de medios en esa república, y la actitud hacia los Estados Unidos. Ayudado por personal de la agencia Walter Thompson de Sao Paulo, Free seleccionó una muestra nacional representativa de 2,342 personas. Gran parte de sus esfuerzos consistieron en reclutar, entrenar, transportar por todo el país y supervisar el ingente trabajo de los encuestadores. Tras esa enorme odisea, en su informe final, Free afirmó: Esta es la primera encuesta a nivel nacional realizada en un país latinoamericano, de la que se pueda asegurarse que es completa y confiable. Describe los hábitos de lectura de periódicos y revistas, así como los hábitos de recepción de programas de radio nacionales e internacionales; también reporta sus opiniones en cuanto a la cooperación Brasil-Estados Unidos.18 En Argentina se llevó entre marzo y abril de 1941 una encuesta sobre hábitos de uso de radio de onda corta y preferencia Ayudados por Harry Gordon, el gerente de la Walter Thompson de Buenos Aires, y supervisados por Lloyd a Free, la muestra cubrió

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Donald W. Rowland, “History of the Office of the Coordinator of Inter-American Affairs” (Historical Reports on War Administration), Washington, D. C., U. S. Government Printing Office, 1947, pp 1-7, y 245-247. 18 Este tema fue presentado por el autor en mayo de 2009 en Chicago durante la Conferencia de la International Communication Association bajo el título “The First Scientific Mass Communications´ Research in Latin-America: The Brazilian Survey, February-May 1941”. El trabajo permanence inédito.

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inicialmente 1, 677 personas de todos los estratos sociales, a las cuales fueron añadidas otras 300 de los niveles socioeconómicos más altos 19 Consta que desde Costa Rica los miembros del Comité Coordinador de la Oficina de Nelson Rockefeller reportaron las reacciones de los ciudadanos de este país hacia algunas emisiones radiofónicas estadounidenses que llegaban, al menos, por onda corta, y lo más seguro es que eran también retransmitidas localmente. Fue el caso del programa de humor satírico “Barón Eje” del que se dijo sí gustaba al auditorio. 20

Estudios multinacionales de opinión pública y de contenido de noticias A lo largo de la guerra se realizaron muchísimas encuestas de todo tipo en América Latina. Para noviembre de 1941, el observador enviado a México Harald J. Corson había realizado ya 27 encuestas de opinión pública todas ellas en la capital con muestras de alrededor de 280 personas de ambos sexos estratificados según las clases sociales 21. Un estudio de opinion pública muy importante para la historia de América Latina ocurrió pocos días después del 22 de junio de 1941, cuando Alemania traicionó su alianza con la Unión Soviética y la atacó. Ante tan relevate noticia, el equipo de comunicólogos en Washington solicitó a sus agentes disfrazados de publicistas realizar una encuesta para conocer si la crecío la simpatía por los Nazis, quienes justificaron el ataque como una cruzada para restaurar el cristianismo en territorios dominados por el comunismo. Con datos provenientes, al menos, de México, Cuba, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Argentina, la

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Survey of Communications in Argentina. Confidential Report from Hadley Cantril (NA, RG 229, Entry 1, Box 310, File: Surveys)

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ANW, RG 229, Entry 1, General Records, Central Files, Box 271, 3. Information. Radio. Programs. Musical. Propaganda. File: RA1429 BARON EJE Carta de Albert H. Gerberich, y Aubrey S. Legg, a Nelson Rockefeller, Enero 6, 1943 21 No se conservan datos de todas las encuestas. La información de costos, horas de trabajo, encuestadores, etc. está basada en la encuesta 27, presumiblemente realizada con motivo del ataque a Peral Harbor, pero nuestras deducciones representar fielmente lo que sucedçia con otras investigaciones. Vçease ANW GR 229, Entry 1,. General Records, Commercial and Financial Development, Advertising, Box 105, Folder “ND CAR-11, Advertising. Misc. Mexico, General”, Documento “Principal Activities of the AAAA Export Information Bureau at Mexico City,” Febrero 9 de 1942. “Survey No. 27”

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encuesta que fue identica para todos estos países, y que siguió la técnica “Gallup” inauguró la capacidad del gobierno de los Estados Unidos para conocer de golpe las actitudes en la región sobre un problema internacional, puesto que sus resultados fueron aglutinados por Hadley Cantril y presentados por la Oficina de Nelson Rockefeller al Departamento de Estado.

Una investigación multinacional semejante se repitió con motivo del triunfo

alemán en Crimea, cuando en septiembre de 1941 los agentes americanos enviaron a Washington un análisis de la cobertura, y del tratamiento, que los principales diarios de las principales capitales de la región otorgaron al acontecimiento.

Jack B. Fahy: ¿el primer investigador de la comunicación social en Costa Rica? Entre los “Observadores” enviados a América Latina quiero centrarme en Jack B. Fahy, periodista, corredor de bolsa y cofundador de la revista The Hemisphere , destinado a Colombia y a Centroamérica, y quien, por tanto,

realizó los primeros trabajos de

comunicología en Costa Rica bajo la máscara de “Observador” de la Asociacón de Agencias de Publicidad de los Estados Unidos. Como las de todos los investigadores financiados por la Oficina de Nelson Rockefeller, las funciones de Fahy fueron muy abundantes y diversas: recortes de las noticias y editoriales más relevantes; uso de los materiales de la CIAA; informes de los diarios, revistas, estaciones de radio, salas de cine, detallando su circulación, ingresos, postura editorial, los nombres de los dueños y colaboradores, sus puntos vulnerables, etc.; aspectos de legislación en medios de comunicación, etc. De manera especial conviene destacar la realización de encuestas científicas de opinión sobre las actitudes hacia los Estados Unidos, reacciones ante batallas o decisiones políticas, percepciones sobre el futuro del mundo en la posguerra, etc. 13

En buena parte, los comunicólogos sirvieron como espías, pues obtuvieron informaciones muy detalladas de los dueños y operadores de los medios de comunicación de cada país. Sus reportes servían para decidir a qué medios de comunicación debía apoyar los anunciantes y proveedores de materia prima estadounidenses, británicos, canadienses, y aliados en general. Los regalos de noticias, tarifas reducidas, créditos, y en general facilidades para difundir noticias, editoriales y fotografías favorables a la causa aliada, pudieron llevarse a cabo gracias a los minuciosos “análisis de contenido” que realizaron los observadores.

La importancia de Costa Rica para la propaganda de los Estados Unidos El FBI publicó a principios de 1940 un interesante documento en donde mostraba la población germana e italiana que radicaban en los países de Centroamérica. La importancia de estas naciones radicaba en su proximidad con el Canal de Panamá, importante reducto que aseguraba el comercio marítimo entre los buques que navegaban del océano Atlántico hacia el Pacífico. Afianzar la simpatía en esto territorios significaba garantizar la seguridad del Canal. De acuerdo con las cifras que mostraban, eran dos las naciones más peligrosas, respecto a la cantidad de connacionales de los países del Eje: Costa Rica y Guatemala. En aquellos años, Costa Rica contaba con alrededor de 616,000 habitantes, de los cuales 4,500 eran de origen alemán e italiano. Esta fue una de las razones por las cuales el proyecto de la OCAIA se vinculaba con la seguridad nacional de los Estados Unidos.

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Costa Rica, sin

embargo era ejemplo de país con convicciones democráticas, y sus ciudadanos distinguían bien entre un ciudadano alemán y la doctrina fascista, a la que aborrecían.

22

http://www.americainwwii.com/downloads/2009/j-edgar-hoovers-secret-nazi-spy-maps.html

14

Estudios preliminares de opinión pública en Costa Rica del Dr. Irvin L. Child Uno de los estudios más interesantes sobre Costa Rica en el campo de la historia investigación científica de la comunicación fue el realizado entre 1941 y 1942 en este país por Irvin L. Child, antropólogo que financiado por la Fundación Rockefeller realizaba estudios etnográficos la localidad de San Isidro de Coronado. En un artículo publicado dos años después en Public Opinion Quarterly, el Dr. Child describe las coordenadas antropológicas y sociológicas fundamentales de los costarricences para desde allí realizar estudios de opinion pública en el país. Desde una óptica antropológica, y bajo el ilustrativo título de The Background of Public Opinion in Costa Rica el autor señala que la coyuntura del momento parece justificar ese reporte sobre “el tenor general de la opinion de los costarricenses”. Como buen científico, Child advierte a sus lectores que sus observaciones y generalizaciones aplican primariamente a las clases sociales baja y media del pequeño pueblo y area del país con la que él se encontraba familiarizado.

Para Child, la

cosmovisión de los costarricences está regido por un principio: El del “jefe” y tres marcos de referencia: el Económico, el Democrático y el Católico. En torno a estos conceptos, que le sirven de epígrafes en su artículo,

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Child aporta algunas ideas que de manera sucinta

comparto ahora con ustedes. Hay que recordar que al momento de escribir su artículo, después del ataque a Pearl Harbor, Costa Rica estaba alineada con los países aliados, como lo terminaron haciendo el resto de los países del continente.

El Marco de Referencia Económico Según Child los costarricenses percibían la guerra más en función del grado de afectación a su patrimonio, que por las implicaciones políticas, sociales o económicas mundiales. Los 23

Irvin L., Child, “The Background of Public Opinion in Costa Rica”, Public Opinion Quarterly, 7: 242-257 (1943), p. 243

15

opositores del gobierno se quejaba de que éste había hecho muy poco por prevenir el aumento de los precios del arroz, el maíz, los frijoles y demás productos básicos, sobre todo a partir de la entrada de los Estados Unidos en la Guerra.

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En este aspecto, resultaba

sorprendente el consenso en todos los ciudadanos, cualqiuera que fuera su condición o ideología política. Nadie veían con ojos favorables la guerra, y la consideraban un lucha entre los poderosos por controlar el mercado mundial. No temían ser agredidos, pues se sentían blindados por los fuertes intereses de los empresarios estadounidenses en el país. Child encontró que en Costa Rica se admiraba a los alemanes, no a la doctrina nazi, y se les quería, porque como patrones eran muy cordiales. Se habían granjeado el respeto porque la relación de éstos con sus empleados era más directa, reforzando el lazo humano, mientras que el personal de las empresas norteamericanas, si bien tenían buenos sueldos y trato digno, resentían el corporativismo eficiente y frío.25 Además los estadounidenses eran usualmente residentes temporales en Costa Rica, mientras que los alemanes eran más permanentes y convivían más con los habitantes del país.26 Los costarricenses preferían los productos de Alemania a los de otros países. Esto lo ejemplificaba con artículos como botes para para la leche, cuchillos, herramientas agrícolas, camiones, automóviles y ropa.27

El Marco de Referencia Democrático La tradición democrática según Child era la principal ideología imperante en los costarricenses. Era conscientemente formada en el curso de su educación y aparecía en los libros de textos, y se celebraba en sus fiestas nacionales

El principio del jefe

Parte de la cultura de Costa Rica que Child informó en su artículo fue la figura del líder o jefe en cada estrato y sección de la sociedad latinoamericana. A los niños se les enseñaba a respetar a los más viejos y a su vez a ser respetados por los más jóvenes. En la 24

Irvin L. Child, op. cit., p. 244. Ibidem. 26 Idem., p. 257. 27 Idem., p. 247. 25

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familia encontraban una fuerte jerarquía de edades que conllevaba responsabilidades y privilegios. Del mismo modo se le enseñaban las relaciones entre niveles, de tal forma que un campesino no podía dirigir la palabra a alguien más rico que él, y sin embargo éste se encontraba obligado a iniciar la conversación al ver al campesino.28

El Marco de la Iglesia Las autoridades religiosas gozaban de gran respeto en el país, y la adhesion a la Iglesia Católica, determinaba en parte su actitud hacia otros países. Por ejemplo, muchos costarricenses se sorprendían al saber que la mayoría de los norteamericanos no profesaban el catolicismo. Las opiniones vertidas por la autoridad eclesiástica proporcionaban contexto a la mayor parte de los pobladores, dándoles una visión sobre la guerra. Por ejemplo, por espacio de cinco semanas Child encontró personas que afirmaban haber escuchado decir a Adolfo Hitler “Dios en el Cielo, y Yo en la Tierra”, declaración suficiente para que estuvieran a favor de derrotarlo. De la misma forma, Child asumió que las opiniones a favor de Francisco Franco habían sido inculcadas en el pueblo costarricense.29

Sentido de la investigación: una reflexión ética. No quiero terminar sin destacar el aspecto ético de la investigación. Toda labor de investigación permite el conocimiento del otro, y cómo bien sabemos, “todo conocimiento es poder”. Ahora bien, poder para qué. Es preciso preguntarnos sobre las razones por la que una persona o una institución, investiga la vida de otra persona, o de otra institución. Cambiemos el término institución por el de país y llegamos al primer punto que quiero destacar: no hay señal más cierta de subdesarrollo de un pueblo cuando éste carece de la capacidad para conocerse a sí mismo; más aún, no hay señal más cierta de dependencia, que aquella situación en la que un país extranjero conoce mejor que uno mismo los pensamientos, las percepciones, los miedos, las esperanzas del pueblo y manipula el 28 29

Idem., p. 248. Idem., p. 253. 17

espacio público según su conveniencia. Si a esto le añadimos que en ese país cuya opinión pública ha sido investigada a profundidad por el científico extranjero, los medios de comunicación fueron comprados o chantajeados, y que sus principales formadores de opinión fueron también instrumentalizados para decir o no decir aquellas cuestiones que como resultado de la investigación interesan al país dominante, entonces hay que cuestionar seriamente el para qué de la investigación de la comunicación de masas por parte de las grandes potencias en nuestros territorios. En otras palabras, no podemos, no debemos tratar un tema como este sin hacer referencia a la ética, pues hay que decir que los resultados de las investigaciones sobre medios y opinión pública son secreto de estado que no se comparte con las país sujeto al estudio.

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Bibliografía: Child, Irvin L., “The Background of Public Opinion in Costa Rica”, Public Opinion

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