LOS PECADOS DE SOR JUANA Por Karen Zacarías
Representacion Karen Zacarias
Earl Graham
1766 Lanier Place, NW
Graham Agency
Washington, DC 20009
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THE SINS OF SOR JUANA, Extreno Mundial (en ingles) Theater of the First Amendment, Fairfax, VA, Rick Davis, Director Artistico, Tom Prewitt, director, Nov 3- Nov 22, 1999
LOS PECADOS DE SOR JUANA, Exstreno Mundial (en espanol), GALA HISPANIC THEATRE, Hugo Medrano, Director Artistico, Abel Loez, Director, Abril 27-Mayo 21, 2006
Mi gran agradecimiento a mi tia, La poeta, Mari Zacar s, y mi Papa, Dr. Fernando Zacar s, Por audarme a traducir esta obra Al lenguaje de Sor Juana
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LOS PECADOS DE SOR JUANA Por Karen Zacar s
Obra completa en dos actos Para diez personajes y siete actores (tres de ellos con papel doble) PERSONAJES JUANA:
Talentosa, atractiva, y temperamental religiosa (28-42 anos)
PADRE NUNEZ:
Confesor del Convento de San Jeronimo. (40-60 anos) (Dobla como el VIRREY)
SOR FILOTEA:
La Madre Superiora del convento. (45-60 anos) (Dobla como XOCHITL)
SOR SARA:
Religiosa, que envidia a Sor Juana (30-45 anos) (Dobla como la VIRREINA)
NOVICIA:
Joven criolla. (18-25 anos)
XOCHITL:
Nodriza de JUANA en la corte. Azteca de sangre pura, su nombre Significa lor en Nahuatl. (45-60 anos)
VIRREINA:
La atractiva virreina de la Nueva Espana- (30-45 anos)
VIRREY:
El gobernante temporal de la Nueva Espana: (40-55 anos)
PEDRO:
Mayordamo del VIRREY, desdenado por JUANA (30-45 anos)
SILVIO:
Un inteligente y bien educado burlador, contratado para seducir y humillar a JUANA (30-45 anos)
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LOS PECADOS DE SOR JUANA Por Karen Zacarias
Preludio. M ica virreinal que se aten poco a poco. Las luces se apagan para indicar el comienzo de la obra. Una d il luz ilumina un cuadro con la imagen de Sor Juana. Se escuchan las palabras de JUANA .
i los riesgos del mar considerara, ninguno se embarcara: si antes viera bien su peligro, nadie se atreviera ni, al bravo toro, osado provocara.
Si del fogoso bruto ponderara la furia desbocada en la carrera el jinete prudente, nunca hubiera quien con discreta mano lo enfrenara.
Pero si hubiera alguno tan osado que, no obstante el peligro, al mismo Apolo quisiese gobernar con atrevida mano el r ido carro en luz ba do, todo lo hiciera y no tomara solo estado, que ha de ser toda la vida. Se apagan las luces. Empieza la obra.
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PRIMER ACTO PRIMERA ESCENA: Finales de los 1600, Nueva Espa ( Ciudad de M ico). La escena est esparcida, un peque catre, un escritorio, un ropero y una puerta. El escenario sirve como el cuarto JUANA en el convento y su cuarto en el palacio.
AL LEVANTAR EL TEL . Luz sobre la hermana JUANA mientras ella se mueve apresuradamente dentro del cuarto, Mar , una NOVICIA, va detr de ella.
JUANA.-
e Apriesa, Mar , ade priesa!
NOVICIA.-
Pero, Sor Juana, vuestras visitas
JUANA.-
Tendr que esperar. Baja esos libros. de puse esa carta? l mensajero, sigue all
NOVICIA.-
JUANA.-
S hermana.
Aqu est (Le entrega a la NOVICIA la carta.) Hay que enviarla, fuera de la cuidad. D ela al mensajero, podr entregarla.
NOVICIA.- na carta para el Obispo de Puebla? ero y si el Padre N ez pregunta?
JUANA.-
El padre no puede preguntar sobre lo que no puede ver. Lleva la carta dentro d de tu manga.
NOVICIA.- Dios m .
JUANA.-
Despu de que entregues la carta, disc pame con las damas. Hoy, ya no regresar al sal .
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NOVICIA.- Os ruego que me dig s, qu hab s escrito.?
JUANA.- (Reaccion) Nada i opini , Mar .
NOVICIA (Reaccion) o o asi?
JUANA.-
(La echa del cuarto) S o son juegos del pensamiento. Ejercicios para
mantenerme viva. Nada que te pueda interesar. Anda, anda.
(Un extra viento llena la celda. La luz desaparece mientras las velas se iluminan. Las MONJAS desfilan cantando en Lat .
MONJAS. BREVIS EST AMOR ES NOSTRA VITA CERTIS EST DOLOR SED IN TE MATER
EN TE SANCTA SORROR CRESIT FELICITAS (se repite)
(PADRE NU Z esta de hinojos y, mientras las MONJAS salen, se levanta.
PADRE.- Dios m , dadme fuerzas. (Pausa) Sor Juana, u hab s hecho?
ESCENA DOS
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AL LEVANTAR EL TEL , JUANA est sentada en su celda, escribiendo. Toma una pluma. La deja en su lugar de nuevo y de nuevo la levanta. Lee sus palabras en voz alta de manera apresurada pero sensual.
JUANA (POEMA): A LA ESPERANZA erde embeleso de la vida humana loca Esperanza, frenes dorado, sue de los despiertos intrincado, como de sue s, de tesoros vana; Alma del mundo, senectud lozana, decr ito verdor imaginado, el hoy de los dichosos esperado y de los desdichados el ma na: sigan tu sombra en busca de tu d los que, con verdes vidrios por anteojos todo lo ven pintado a su deseo ( Eleva la voz con frenes que yo, m cuerda en la fortuna m , tengo en entrambas manos ambos ojos (JUANA toca su cara) y solamente lo que toco veo. La m rica suena forzada. (Ella garabatea una l ea. Tocan la puerta con fuerza. JUANA se sobresalta.)
ahora qu Ay, traen la alharaca (el bullicio?) de un mercado. o pueden dejarme nunca sola?
(Ella esconde su poema en un libro. Juana va hacia la puerta y la abre. SARA est en el umbral. JUANA le hace una reverencia.)
JUANA: Sor Sara.
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SARA.- Sor Juana--(SARA entra) JUANA.- Estoy muy ocupada ahora. od s esperar hasta ma na?
(FILOTEA aparece) FILOTEA.- Que Dios os proteja, Sor Juana.
JUANA.- adre Filotea!
FILOTEA.- e interrumpido vuestras plegarias, mi ni ?
JUANA.- No se interrumpen las plegarias cuando estan siendo escuchadas. Os ruego, o puedo serviros hoy? s Ccorreigioros una carta? rbitraro una discusi ?
FILOTEA.- Mi ni , todas estamos consternadas, y yo muy preocupada. Siempre queEn cuanto termin s vuestros deberes y desped a vuestros visitantes, siempre os retir s para pasar tiempo sola en vuestros aposentos. Queremos asegurarnos que no padec s en vuestra soledad.
JUANA.- Querida Madre, como vos pod s ver, a duras penas puedo contar con una hora de luz para mi misma, y cuando lo logro, nunca estoy sola.
FILOTEA.- Y aA as vos deber is practicar otras actividades
JUANA.- Oh pero lo hago.
FILOTEA.- Lo s SARA.- Sor Juana, vos y yo somos muy semejantes en la edad or qu no pasamos m tiempo juntas haciendo punto de cruz. os sab s bordar, ciertoverdad? Podr mos pasar horas as Vos y yo, coser y rezar, rezar y coser. Cosiendo por la Gloria del Se r.
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JUANA.- (Reaccion) La tima vez que hice punto de cruz, me sahice sangre.
SARA.- Tal vez si practica ais JUANA.- o! (Reacci ) Gracias, querida hermana.
FILOTEA.- Juana vos llev s aqu muchos a s, y a pesar de que sois reconocida en las provincias, par nosotras seguis siendo una desconocida para nosotras. Sor Sara est ansiosa por acercarse a vos pasar tiempo juntascon vos, ser vuestra amiga.
SARA.- Muy ansiosa.
FILOTEA.- (PAUSA, profundamente sincera). As como yo. Con los a s, una empieza a apreciar los lazos del la mentepensamiento, los lazos del coraz .
JUANA.- (Conmovida) Madre Filotea (Pausa.) or qu no asist a alguno (a) de mi(s) salones (tertulias?)? (Reacci ) Vos tambi , Sor Sara,uniros a nuestras discusiones de sobre filosof , matem icas a los juegos de poes .
FILOTEA.- Oh, Juana, mucho me temo que no podr mos contribuir en nada, sentadas all entre ilustres hombres y cultas mujeres, discutiendo asuntos de tal dificultad.
JUANA.- Pod s aprender. Utilizad el don que Dios os dio. Y yo tengo todos los libros.
SARA.- Tantos libros.
JUANA.- S y cada uno tiene con algo que ense r. Oh, or d de empezar? sopo? rist eles?
SARA.-
Vuestros libros favoritos ser lo mejor, o es asi?
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FILOTEA.- odr sugerir, quiz este? (Apunta a un libro en el estante)
JUANA.- Oh, S ocles! Maravillosa elecci . Sus versos vuelan de las foja p inas al escenario.
FILOTEA.-. aquel otro?
JUANA. Ah, Cop nico (JUANA se lo da a Sor Filotea y ella se lo pasa a SARA) La luna, las estrellas, la Tierra, todas en vuestras manos. Aunque (en susurro) Galileo tiene argumentos m l icos,: situando al Sol en el centro del Universo, con la Tierra rotando (FILOTEA y SARA se escandalizan y se persignan. JUANA se da cuenta y hace lo mismo)
Y aunque equivocadas, esas teor s nos acercan a Dios al contemplar la belleza de Su Obra.
FILOTEA.-. men. (Mira los libros) Bueno, estos para comenzar
SARA.-
Pero, Madre Filotea Ese libro, sobre la mesa
JUANA.-
Es el que estoy leyendo y os encantar . Es poes . G gora.
FILOTEA.- Os le ruego ( Tened..(le pasa el libro a SARA).
JUANA:
El conocimiento es la ma bella cargoa que podemos llevar.
FILOTEA.- anta verdad!
SARA.-
Sor Juana, me gustar ver este (Toma un libro)
JUANA.-
Por supuesto.
SARA.-
Y si la Madre Sor Filotea no tiene inconveniente, tambi te.
JUANA.-
(Se da cuenta de lo que est pasando) Con el debido respeto
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SARA.-
Y aqu los de all y el que est sobre la silla.
JUANA.
or qu os llev s todo lo que estoy leyendo (Pausa)
FILOTEA.- Sor, Juana, por favor, no hag s esto m dif il de lo que ya es JUANA- odos mis libros!
SARA.- Ten s todav la Sagrada Biblia.
JUANA.- Querida Madre, pens que vos hab is comprendido.
FILOTEA.- Sor Juana, Creedme. Hacemos esto por vuestro propio bien.
JUANA.- El padre N ez se sentir ultrajado y enfermo por estas descarriadas acciones. Censurar cada instante de lo que ha pasado aqu
FILOTEA.-Sor Juana, perdonadnos, pero estamos actuando a petici del Padre N ez.
JUANA.- No es posible! Muchos de estos libros fueron regalos de . Debo ver al padre FILOTEA.- (Mientras bloquean la puerta ella y SARA) Eso no es posible emo que el Padre est muy ocupado ahora. SARA.- Est ataread imo.
JUANA.- El es mi confesor.
FILOTEA.- Lo s querida (y se apresura a salir con los libros)
JUANA .- (tras ellas) si hago punto de cruz?
FILOTEA.- (Vuelve. Pausa) La tardes de bordado con las hermanas del convento definitivamente mereceran la atenci del Padre.
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JUANA.-
Sor Filotea. unca tuvisteis la intenci de leer!
FILOTEA.-S tengo que enga ros para salvaros, que as sea. Sera mi pecado y la cruz que debo cargar.
SARA.- (Regresando) Sor Filotea, debemos quitarle los papeles.
JUANA.- Dese s eEso tambi
FILOTEA.- (Suspirando) Sera lo mejor (JUANA le tiende los papeles) Gracias.
SARA.- la pluma? En el escritorio hay un tintero! Podr seguir escribiendo.
JUANA.- (Juana le da la pluma y el tintero) Son vuestros. Que Dios os acompa .
FILOTEA.- Es por vuestro propio bien. Yo nunca os har danaria , Juana . Lo pod is ver?
JUANA.-
Ciega o soy.
FILOTEA.- Entonces veis la caridad de nuestras acciones. JUANA.- Ciega o soy.
SARA.-
Dios quede con vos, Sor Juana.
FILOTEA.-
Que Dios os bendiga, hija m .
JUANA.-
Hermanas ab s olvidado el candil.
( Se apaga la luz).
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ESCENA TRES Al levantarse el tel Sor SARA y la NOVICIA est sentadas bordando.
SARA.-
st muy indignado! a Madre Filotea dice que nunca hab visto al Padre asi!
NOVICIA.- Dios m SARA .-
Y nos pidi o! Nos rog que lo ayud amos a salvar el alma de Sor Juana. Y tuve el honor de que me incluyera. Nuestra Sor Filotea, lo confieso, mostro menos entusiasmo-la edad, estoy segura. No es cosa f il, sab s, salvar un alma, especialmente un alma como la de Sor Juana.
NOVICIA.- Pero Sor Juana es buena Un poco extra , pero buena.
SARA.-
Yo tambien cre que era buena y complaciente, hace a s, cuando reci lleg Nos pusieron en la misma celda, pero ella permanecia despierta la mitad de la noche leyendo, revolviendo papeles,. yY yo intent , dDeverdads, trat de ser su amiga Pidi que la mudaran para estar sola. Fue lo mejor. No es tan respetable como aparenta.
NOVICIA
Es una Hija y Hermana de la iglesia
SARA.-
Lo que quiero decir es que es de origen bajo s hija natural!
NOVICIA.- in padre? SARA.-
Shhh
NOVICIA.- Pero, entonces, o la admitieron aqu
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SARA.-
Por influencia de la Virreina.
NOVICIA (emocionada) yh, Aas que es verdad! Juana era parte de la corte de la Virreina.
SARA.-
( fr ) S Y Pero ahora pertenece a una corte mejor:. Lla corte de Dios.
NOVICIA.-
S claro. Benditas somos todas.
SARA.-
Cuidado. Estuvisteis a punto de perder una puntada.
NOVICIA. or Sara? o pudo una pobre ni ileg ima llegar a conocer a la Virreina?
SARA.-
Cuando ten doce a s, se visti como un muchacho para intentar entrar a la Universidad. od s creerlo?
NOVICIA
No entiendo
SARA.-
Corr el rumor de que la ni era tan inteligente como cuarenta hombres juntos. As que el Virrey y la Virreina trajeron a Juana a la Corte y la sentaron delante de cuarenta universitarios que la asediaron con preguntas y ella espondi
NOVICIA
Justo iIgual que el Ni Jes en el Templo! (Pausa, con pena) Perdonadme (Pausa m larga) o vino a dar aqu
SARA.-
Si Eso, o c o?
NOVICIA.- o o? (
SARA-
Querida Mar , sab s que el pasado no cuenta aqu
NOVICIA.- Por supuesto. Perdonad mi impertinencia.
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(Cosen en silencio) SARA.-
Tuvo algo que ver con un hombre.
NOVICIA.- n hombre?
SARA.-
A lo mejor hasta dos!
(SARA se persigna. La NOVICIA hace lo mismo)
NOVICIA.- Que la Bendita y Santa Virgen nos proteja.
SARA.-
S Especialmente a aquellas que no lo son, est .. (A la NOVICIA se le abren los ojos grandes, grandes. Entra Juana. La NOVICIA no la ve)
NOVICIA.-
Y entonces, u sucedi o llego ella aqu
SARA.-
Querida Mar orqu C o vinimos todas aqu Para servir a Dios. No hay otra raz . Sor Juana est aqu para servir a Dios. o es asi, Sor Juana?
NOVICIA
(La novicia voltea y la ve) or Juana!
SARA.-
o vinisteis y entrasteis al convento para entregaros por entero a Dios?
JUANA.-
(Llanamente) Estoy aqu para bordar. (JUANA se sienta saludando con la cabeza a la NOVICIA, ella le devuelve el saludo)
SARA.-
Una santa tarea. Tengo la esperanza de que en el intento aprender s cua es vuestro lugar y vuestro papel entre nosotras. Y rRuego por vos., Sor Juana.
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JUANA.-
Gracias, Sor Sara.. Estoy segura de que Dios asi lo ve os escucha y tomara nota de vuestras acciones.
SARA.-
Ciertamente, El lo ve todo Y lo sabe todo.
JUANA.-
Rezo para que El lo vea.
SARA.-
ud s?
JUANA.-
udo?
SARA.-
uestion s?
JUANA.-
No. (Pausa) Bordo.
SARA.-
qu est s bordando? (SARA y la NOVICIA se levantan a mirar la labor de JUANA. La NOVICIA se atraganta) Sor Juana or todos los cielos, qu est s haciendo?
JUANA.-
Bordando. (Entran el PADRE y FILOTEA. SARA se sienta.)
PADRE.-
u maravilla es verlas as . Los milagros Ssuceden! los milagros.! Buenos d s, Hermanas.
SARA Y LA NOVICIA. Buenos d s, Reverendo Padre JUANA (poni dose de pie) Padre, estoy tan feliz de veros.!
PADRE.-
Y yo tambi estoy complacido de encontraros aqu tambi
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JUANA.-
Padre, yo creo que ha habido una terrible equivocaci , todos mis libros y plumas-
PADRE.-
Sor Juana, Sentaos y a callar. Ya! (SARA y la NOVICIA reanudan su labor. JUANA se sienta. PADRE a FILOTEA) Las buenas hermanas trabajan con dedicaci .
FILOTEA.- S
SARA.- Como siempre. Hasta Sor Juana labora h ilmente.
PADRE.- e veras?
NOVICIA.- Oh, pero mi trabajo bordado es m completo. Miradlo.
FILOTEA.-Ah, San Sebasti , martirizado por los infieles. Y esas flechas. ncantador!
PADRE.-
Sor Juana, u est s creando vos? (JUANA LE PASA EL LIENZO. Y lo toma el PADRE) Qu loca ambici nos lleva de nosotros olvidados? Si para vivir tan poco e qu sirve saber tanto?
JUANA.-
Para vos, Padre. El primer verso que escrib bajo vuestra tutela, ecord s? injamos que soy feliz
PADRE (Pausa. Con enojo) or Filotea, cre que hab is entendido!
FILOTEA.- o intent Padre! l s o hecho de que ella est aqu con las Hermanas!
JUANA.-
Padre, tened cuidado, recordad vuestro coraz !
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PADRE.-
Recordad el vuestro, Juana y no me dirijais la palabra. Hermanas u pens s de esto? (Se la el bordado)
SARA.-
Estoy rogando por el alma de Sor Juana.
PADRE.-
Mar , u piensas T de lo que Sor Juana ha escrito?
NOVICIA.- o? (Pausa) Su estilo podria mejorar.
PADRE.-
e qu manera? La rima es perfecta, la metrica, el contenido
NOVICIA.- Debi usar doble hilo para las letras.
PADRE.-
h! Lo veis. Muy bien, Sor Juana, la pr ima vez que pongas en peligro los
cimientos de esta instituci , aseguraos de hacerlo con doble hilo.
JUANA.-
Padre, qu dec
u ha sucedido?
PADRE.-
Hay aparecido una publicaci de vuestras obras, Sor Juana.
JUANA.-
e verdad?... xiste? a hab s visto?
PADRE.-
S La he visto. ab s bajo qu titulo? (JUANA niega con la cabeza) (Reacci ) INUNDACI CAST IDA, Versos y Ensayos de Sor Juana In de la Cruz, la D ima Musa de M ico, F ix de la Poes JUANA.-
Dios m . (Reacci )
Bastante excesivo (Demasiado exagerado?) o?
PADRE.-
or qu me mantuvieron a oscuras sobre e to?
JUANA.-
Padre, estoy casi tan sorprendida como vos.
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PADRE.-
No. Yo pens que todos vuestros poemas escritos eran sobre temas divinos. S o dos poemas acerca de nuestro Se r y el resto: Poemas amorosos, poemas carnales, o? u do? o soy vuestro mentor.!
JUANA.-
Pero, Padre, yo os mostr los sonetos sobre la amistad y uno de los poemas sobre el amor (Pausa)
FILOTEA.- s verdad eso, Padre?
PADRE.-
Nunca imagin que ella los dejaria salir fuera de estos muros. caso a mi me han publicado? No. Yo conozco mi lugar. Tengo disciplina. Nada de lo que digo, hago o, escribo interfiere con mi misi mi respeto por la iglesia y mi devoci a Dios.
JUANA.-
No veo c o estos ejercicios po icos mios, de una simple mujer, puedan amenazar el vasto poder y la gloria de la Iglesia.
PADRE.-
Mi trabajo obligaci es asegurarme de que vos est s manteng s al servicio de Dios.
JUANA.-
si Dios me ha elegido para servirlo de esta manera?
PADRE.-
Vos hab s hecho la elecci . TU elegiste. No Dios.
JUANA.-
Reverendo Padre, vos sab is desde el d en que me permitisteis traspasar estas puertas que yo vendr a escribir y a estudiar.
PADRE.-
Os cito: ste amoroso tormento-que en mi coraz se ve- S lo que siento y no s la causa porque lo siento. Os cito.
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JUANA.-
Pero o?
PADRE
i al im de tus gracias atractivo- sirve mi pecho de obediente acero- ara qu me enamoras lisonjerosi has de burlarme luego fugitivo? Son vuestras palabras
FILOTEA.-
Que Dios se apiade
PADRE.-
Mi pecho, mi piel, mi coraz , se encienden con vuestro delicado toque. Y os estoy os sigo citando.
NOVICIA.-
(Casi impresionada) or Juana!
JUANA.-
ue me B e con los besos de tu boca. Mi Amado es para m como una brizna de mirra que reposa entre mis pechos Y es tambien una cita.
JUANA, FILOTEA y LA NOVICIA: El Cantar de los Cantares del Rey Salom .
PADRE.-
uficiente! Me han llamado de la Santa Inquisici .
FILOTEA.- Padre, o!
JUANA.-
a Inquisici ? or mis poemas?
(El PADRE muestra la carta que JUANA le escribi al Obispo de Puebla)
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PADRE.-
(Reacci ) Ojal h Hubiera sabido preferido saber que ten is otros mentores. El Obispo es un hombre muy letrado.
JUANA.-
(Pausa) Perdonadme, Padre. Deb deciroslo. El Obispo de Puebla me escribi con una serie lista de cuestiones teol icas.
PADRE.-
Y entreg a la Inquisici vuestras respuestas.
JUANA.-
Dios m .
PADRE.-
(Leyendo en la carta) s posible que sin nosotros, Dios no existiera. Tal vez, El sospecha que no es m que una memoria, la construcci de un pensamiento de la mente humana. (Reacci ) Os estoy citando.
JUANA.-
Es ret ica. Est dentro de un contexto que si Vuesa Merced-
PADRE.-
Por a s he defendido vuestros trabajos, vuestros estudios y escritos ante cl igos esc ticos; siempre cre que estudiar y escribir eran valiosas herramientas para una mujer dedicada a Dios. Pero vuestra flaqueza me ha demostrado mi error. os no sab s utilizar vuestros conocimientos, mirad hacia ad de os han llevado! lasfemias! Estos son tiempos dif iles, las lluvias, las cosechas arruinadas, las rebeliones de los nativos. La Ira de Dios est sobre nosotros. La Inquisici es implacable y vuestrao hambre apetito por saber nos ha 21
puesto a todos, a todos nosotros en peligro. Dios me perdone por haber tolerado tu talento. Me olvid de ser el gu de vuestra alma. Sor Juana, m s a Dios?
JUANA.-
Padre, vos sab s mi respuesta
PADRE.-
as
JUANA.-
S (Pausa) Amo al Se r.
PADRE.-
De nuevo
JUANA.- (sin aliento) Amo al Se r.
PADRE.-
Decidlo on el alma!
JUANA.-
mo al Se r! (Pausa larga)
PADRE.-
Hice excepciones por vos, pero vos hab s forzado mi indulgencia y traicionado mi confianza. Hab s estado viviendo la religi sin religi . Salvaos, Juana. Renunciad. Deshaced cada letra que hab s bordado en ese lienzo. Ahora.
JUANA.-
Lope de Vega, Calder de la Barca, G gora, todos son escritores publicados y, como yo, servidores de Dios. El hombre siempre ha
PADRE.-
no eres un hombre! o sois un hombre! 22
JUANA.-
Lo s
PADRE.-
Hasta que ve s los graves errores de vuestro proceder, hasta que destruy s este lienzo no os ver Y no aceptar vuestra confesi . (FILOTEA, SARA y la NOVICIA est espantadas.)
JUANA.
(Dolida) Padre
PADRE.-
No os reconocer ni os bendecir Ni os llevar de la mano en la b queda de Dios. (Reacci ) Y recomendar que seais excomulgada
JUANA.-
Por favor, o!
FILOTEA.-- ue Dios tenga piedad! PADRE.-
Recordad lo que hicisteis y lo que os trajo aqui.
JUANA.-
Recordad, Padre cual fue mi salvaci .
PADRE.-
Hija m , por favor. Quitad los hilos de ese lienzo y renunciad a esas palabras que tanto os aleja de Dios. Os lo suplico.
(Pausa. Juana conmovida por el ruego del Padre toma el lienzo e intenta destruirlo rasg dolo Pero mira la tela y lentamente sacude la cabeza No entiende por qu se est rehusando) 23
JUANA.-
(suavemente) No.
PADRE.-
Para m est s muerta (Reacci ) Llevad a Sor Juana a su habitaci (Tose)
FILOTEA.-
Padre, vuestro coraz
PADRE.-
u Qu coraz ?! (Tose.) Dios me conceder el tiempo que El juzgue conveniente. (Pausa) Que Dios teos redima, Juana Ines.
(El PADRE sale. SARA y la NOVICIA contemplan a JUANA.JUANA est dehecha)
NOVICIA.-
Pero o es m que hilo y tela.
SARA.-
Shhh
FILOTEA.-Venid, Sor Juana. (Una aturdida Sor JUANA camina con FILOTEA hacia su celda. SARA y la NOVICIA la siguen)
JUANA.-
Madre Filotea, or qu el Padre me ha abandonado?
FILOTEA.-
AcasoTalvez porque vos hab s abandonado a Dios.
JUANA.-
o hice?
FILOTEA.- Sor Juana, en esta vida es m importante ser humilde que tener raz . Es m importante aceptar que comprender. Es una lecci que nunca habe s
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aprendido. Las demas, todas nosotras no pensamos ser tan importantes como para exigir mas. Vos s Y que Dios os perdone por vuestra ofensa.
JUANA.-
u de todas?
FILOTEA.-(Molesta) El conocimiento no es siempre sabidur . Vos debisteis escribir s o para los ojos de Dios, no para vuestro orgullo, Sor Juana. u ser de vos, mi ni ? or qu romp s nuestros corazones de esta manera? ( A SARA y a la NOVICIA) Acompan dla.
(FILOTEA Sale)
SARA.-
Esto os dar tiempo para pensar. Vuestra celda, Sor Juana. Buenas noches. Ojal vuestros recuerdos os hagan recapacitar sobre lo que realmente sois. Que los geles protejan vuestros sue s. Rezar por vos. (Sale)
NOVICIA. Me gust el poema, a pesar del mal bordado. (Sale)
JUANA- (LA PUERTA SE CIERRA) n qu necia mujer me he convertido! Olvide que la ignorancia es el camino m atinado. He desafiado al Padre Nu z. He tra o la Inquisici a esta Casa!!! (Pausa. Camina alrededor del cuarto ) Oh, Dios, or qu imbuyes infundes curiosidad en las mujeres y luego las castigas por tenerla?
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(JUANA agarra su labor de punto de cruz, pero no puede destruirla. De rodillas)
Si no puedes ayudarme a comprender, por lo menos ayudame a ser buena. Todos dicen que el saber es un pecado ero c o puedo no dejar de pensar ? Si es verdad que no debo aprender, hazs que la razon y el conocimiento me repugnen. Ens ame a respetar la ignorancia y el silencio. A odiar la musica de las palabras y la belleza en las ideas. Ens ame a aceptar el sendero tal como es A someterme a la autoridad de una mente estrecha Y ens ame, sobre todo, a desear con todo elmi corazon lo que Te estoy pidiendo porque en verdad, Se r, en verdad prefiero que no escuches mi plegaria. Que aAsi sea.
u tonta soy! Manchada por la aflicci de Eva (Marcada por la desgracia de Eva?). El Conocimiento deb llevarme a la una verdadera uni . o pude terminar tan sola? Siempre pens que al venir aqu conseguir un poco de libertad. Pero estoy presa. Atrapada.
(Largo silencio. Un ruido viene del ba en el cuarto. JUANA se pone de pie y corre haci el ba .)
JUANA.-
Me estoy volviendo loca.
XÓCHITL.- jadme salir ! D jadme salir. ocorro!
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(JUANA le quita los seguros al ba . X HITL, su vieja nana de sus d s en la Corte, emerge, quit dose telara s)
JUANA.-
hitl!, anto cielo!
X HITL.-M ijita (Tose) y, que polvo!
JUANA .-
X hitl, Nana
X HITL.- uanita!
JUANA.-
y, c o te he extra do! (Abraza a X hitl y empieza a llorar)
X HITL.-Ya, ya Pobrecita JUANA.-
(Se calma y se retira) u estabas haciendo all adentro?
X HITL.-Justo donde t me pusiste.
JUANA.-
Ay, Dios m (Empieza a caminar por toda la habitaci ) Ya s por qu est s aqu Rezad por m X hitl. Porque yo ya no puedo rezar por m misma.
X HITL.- ezar por ti? a bien. En el nombre del Padre, de Quetazalc tl y de todos los espiritus santos (Xochitl se persigna incorrectamente)
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JUANA.-
X hitl (Se persigna bien) As no. En el nombre del Padre, del Hijo y del Esp itu Santo.
X HITL.-Bien. Ya lo s S o que no quiero que parezca que estoy del lado de solo uno de los de arriba.
(La joven VIRREINA aparece del ropero con un vestido esplendoroso)
VIRREINA. Juana, Juana In ! Oh Aqu est s.
JUANA.-
La Virreina. Mi se ra.
(JUANA y X HITL le hacen la caravana) La VIRREINA se acerca y besa a JUANA en ambas mejillas)
VIRREINA. u te sucede, peque ? JUANA.-
ab olvidado qu hermosa sois!
VIRREINA. Es vuestra propia Belleza. Es el tu propio reflejo que ves en mis ojos. Aunque no est usando el vestido que te mande hacer. (JUANA mira su h ito de monja)
X HITL. Mi Do No sabeis lo dif il que es lograr que ella misma se cuide.
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VIRREINA. y, no! o me diga gas que se ha cortado el cabello otra vez! Tontuela e has Os hab s cortado el cabello de nuevo? JUANA.-
Pero se supone que nosotras debemos
VIRREINA. hitl! Me prometisteis que no la dejar s usar las tijeras.
X HITL. No, Do Pero ella es como un guajolote alocado. VIRREINA. Est bien, Qu adle ese trapo de la cabeza. Veamos qu tanto cua to da se ha hizo hecho.
JUANA.-
Pero mi toca es signo de humildad y VIRREINA u taasela! ¡Fuera!
(XÓCHITL le quita el velo y la cabellera de JUANA cae como cascada)
JUANA (sorprendida) ¡Oh, mi cabello…!
XÓCHITL.- (aliviada) No se ha hecho nada.
VIRREINA.- ¡Oh… Sus ideas no la han daÁado esta vez! (Se ríe) Lo siento, querida. Sólo fue que me dio recelo cuando te os vi toda cubierta. Recuoerda s los tiempos en que ven is a m y te os hab is cortado el cabello tuvos misma? (Risas)
JUANA
S
VIRREINA. Y deci isas: El conocimiento adorna ma que el cabello. 29
JUANA.-
As es
X HITL.- Mechones por todos lados. Parec is una gallina que se hab peleado con los gallos. JUANA.- Ten 14 a s y estaba tratando de aprender griego. X HITL
Y en cada titubeo que ten is, teoste corta bais un mech de cabello.
VIRREINA
- ese vestido tan desali do? Qu tadselo ahora mismo! uera!
X HITL- Paciencia, mi Dona. (X hitl trata de desabrochar el h ito de JUANA. Despues de un momento, Juana se deja) JUANA
S Qu tamelo.
X HITL Paciencia, m ijta Las buenas cosas llevan tiempo. (X HITL le quita el h ito a JUANA, y se descubre un deslumbrante y lujoso vestido. JUANA se mira tocando su pelo, su cuerpo, su atuendo y su cara.) JUANA.
Miradme(El cuarto se convierte en un colorido sal de la corte Se oyen fanfarrias) ios m !
VIRREINA . Ahora Eso es, as es como os quer ver. Ese vestido luce precioso en ti.
(La VIRREINA toma a JUANA por las caderas y la encamina frente al espejo Se queda tras ella mientras JUANA mira su reflejo.)
Ahora, dime, u es lo que ves?
JUANA.-
Soy yo
sois vos! Y a as no lo somos. 30
(Se arregla el vestido, se quita algunas arrugas hasta que queda a su gusto. como una ni .) As est mejor. Me gusta este vestido. Me hace verme bonita, o es cierto?
VIRREINA. No T Vos hace s hermoso al vestido.
JUANA.-
Pero dentro de el hay un esp itu viejo y gru n. (La VIRREINA y X HITL se miran y estallan en carcajadas)
VIRREINA: Eres Sois tan graciosa. Tan graciosa. Me encanta cuando diece cosas como esas. (Tom dola de las manos la hace girar con ella) Juana es un viejo esp itu gru n. Juana es un viejo esp itu gru n. Un viejo esp itu que se ve muy bien con vestido. (Para de girar y la abraza) La escuchaste? Este pa es tan maravillosamente extra . o es graciosa tu vuestra tierra, X hitl?
X HITL- S Ja Ja. Y en la barriga, solo tenemos risa.
VIRREINA: Ay Vieja gru na.
X HITL: Juana tiene raz . Es la persona m vieja de todo el palacio. Pero todav no tiene la suficiente experiencia para su verdadera edad. Todav no. 31
VIRREINA. Vosotros, los Mayas, habl s en una manera muy rara.
X HITL. Mi Do . Yo soy Azteca.
VIRREINA (se r ) Que ma da? Quiero que Juana envejezca a mi lado, as searemos dos huraÁas viejecitas hurañas.
XÓCHITL. Pero el Virrey anunció que todas las damas sin linaje deberan abandonar la corte.
JUANA.-
y hay una SOLA “dama” sin título.
VIRREINA- No creo que éel sepa cuánto significa Juana para mí.
XÓCHITL- Yo Ccreo que sií lo sabe.
JUANA.-
ablasteis con ?
VIRREINA
O! ara qu hablar con en estos d s? Dice que tiene las manos atadas El decoro espa l se debe guardar a en las colonias. a! El, quien probablemente ha engendrado una peque colonia de bastardos imbeciles. O! No como tu! (Reacci ) Juana, yo quiero que te os quede s.
32
JUANA.-
Y yoo tambi . Y lLe he escrito una persuasiva carta al Virrey listando las razones por las que debo quedarme.
X HITL De un largo dDe veinticinco folios de largo.
VIRREINA: Lo s (sac doselo) Gracias a Dios que la pude interceptar antes de que la viera. Juana, t vos ya no eres sois una ni . No pueode s pedir las cosas directamente.
JUANA.-
El necesita o lo de m
VIRREINA.- Peideid perd , no permiso. Un Un noble siempre emplea medios m sutiles y mejores soluciones.
JUANA.-
He ahi mi problema.
VIRREINA- Querida, t no naciste con nobleza JUANA.-
Y no estoy dispuesta a casarme por ellaserlo.
(Pausa , JUANA se da cuenta que la Virreina le esta proponiendo justo eso.) No, debe haber alguna otro medio alternativa.
VIRREINA: Si desposas os cas s a con mi t Fabio, siempre ser s para siempre parte de esta casa. 33
JUANA.-
on Fabio?
X HITL. se viejo, tan resentido, chupado y enclenque?
JUANA.-
Pero no tengo dote.
VIRREINA. Yo he ofrecido a Don Fabio una dote en tu nombre. Y ahora mismo est ansioso por pedir tu mano en matrimonio.
JUANA.-
Mi se ra Debisteis hablar conmigo antes
VIRREINA: Juanita, es el camino m f il. T eres Vos sois la amiga m maravillosa que he tenido.
JUANA.-
Entonces, or qu casarme con Don Fabio?
X HITL: Ese hombre no ha reido nunca en su vida.
VIRREINA: Pero es un buen provedor.
JUANA.-
Se ra, vos misma dijisteis que el matrimonio era el campo de caza del demonio.
VIRREINA.- Oh, s o en los malos d s. Adem , Don Fabio no se parece en nada al Virrey.
34
X HITL- Cierto. El Virrey es bien parecido.
VIRREINA - Fabio es Fabio.
X HITL: st enfermo? a a morir pronto?
VIRREINA Es un hombre sano con muchos a s por delante.
X HITL: D adas y d adas de tedio y aburrimiento.
JUANA.-
Debe haber otra forma
VIRREINA: Juana, mi palabra es d il y ef era y est sujeta al capricho de mi esposo. El matrimonio es la ica protecci y seguroidad que puedes tener.
JUANA.-
Pero yo no lo quiero.
VIRREINA: u afortunada! Creeme: entre menos lo quieras, mejor.
JUANA.-
Pero yo en realidad no
VIRREINA: refieres que no nos veamos nunca m ?
JUANA.-
No, no es simplemente que
VIREINA: Escuchad, Juana. Es tiempo de que aprenda s un poco acerca de ser mujer. Debe s doblegarteos. Nunca apunte s a ganar y nunca jam perder is negociad, 35
ceded y llegar is m lejos de lo que imagina s. No intente s vencer eso har que los otros quieran destruirteos. Los hombres ganan o mueren, las mujeres se someten y sobreviven.
JUANA.-
JUANA.-
El matrimonio no es VIRREINA Est s atemorizada o es asi?
o! o lo s Perdonad, Se ra, pero he o o que los hombres son como los labriegos esparcen un poco de semilla y ya se sienten due s de la tierra
X HITL- Y del arado y del caballo y de la VIRREINA: D adlos pensar que son tuvuestro due . Hay poder en la pasividad, querida. Las mujeres fuertes son como la luna, brillan levemente pero controlan las mareas. Y Fabio no es ma que un hombre. Los hombres, sabes has de saber, no muerden. No muy a menudo y si lo hacen n mordisco puede ser placentero, a veces.
JUANA.-
i mordisquea yo muerdo!
VIRREINA o! o! adloe hacer todo el trabajo! l es el hombre!
JUANA.-
No entiendo
X HITL.-
Ni debes s VIRREINA (Silencia a X hitl con una mirada de atenci y la manda a colgar el h ito de monja)
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Es tan simple. Cae la noche y t vos y est sn a solas. El Sse acerca y toma tus manos (La Virreina toma las manos de Juana. Hay una corriente sexual subterr ea), y mira tus ojos y te dice, res Sois tan bella. Tus Vuestros ojos, tu vuestro cabello, tu vuestra boca, tus vuestros pechos. D jadme sentir tu vuestra belleza Y entonces delinea con sus manos el contorno de tu vuestro cuerpo (La Virreina sigue el contorno del cuerpo de Juana) Luego, toma tu vuestro rostro entre sus manos (La VIRREINA sostiene la cara de JUANA) y mirando fijamente tu vuestra boca JUANA.-
(Se inclina y besa a la VIRREINA en la boca) la besa? (Pausa) s lo que quer is
VIRREINA
decirme?
S No. (Pausa nerviosa) No hay que dar s o permiteid que tome. Disfru adlo si pueod es y si no
X HITL: o lo haga as!
VIRREINA: Piensad en alguna otra cosa en un poema, un quehacer na vieja amistad.
X HITL - Y en la verdad?
VIRREINA: La verdad s o trae dolor y pe dida.
JUANA:
si no quiere que yo escriba?
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VIRREINA: Juana, todos nos hemos deleitado con tuvuestra exquisita sabidur y palabras pero tiene s diecis s a s y ya es hora de que deje s atras tusvuestros pasatiempos de niÁa. Un poema no es comida ni pone un techo sobre tu vuestra cabeza. Tu Vuestro esposo no querrá que te os distraigas de tus mas importantes deberes.
JUANA.-
No dejaré ni mi escritura ni mis estudios.
VIRREINA: Tal vez tuvuestro esposo teos d permiso de leer tusvuestros trabajos a las damas de la corte.
JUANA.-
arme permiso?
VIRREINA: De vez en cuando. A ning hombre le gusta ser opacado por su esposa. Eso est muy claro. Pero en privado, secretamente, siempre podra s encontrar la manera de leer y de poner tusvuestros pensamientos en papel.
X HITL: No es suficiente. El esp itu de Juanita va a estallar.
VIRREINA: hitl, ya c llate ya! Juana, es tuvuestra elecci . Tal vez prefiera
regresar a
trabajar de rodillas de sol a sol en la casa de tuvuestra difunta madre. O marcharte y convertirteos en la concubina de un hombre pudiente. O pueode s noblemente morirteos de hambre mientras escribe tuvuestros poemas en el suelo. O (pausa) casarteos con un hombre decente y quedarteos en nuestra corte. 38
JUANA.-
Si me caso necesito tendre que ceder VIRREINA: ravo!
JUANA.-
yY , desde luego, tambi .
VIRREINA:
o diece ?
JUANA.-
Quiero seis noches a la semana para escribir. Quiero acceso
a una
biblioteca. Deseo ser parte de un salón literario y tener una publicación. (gazeta?)
VIRREINA: Juana, no seaáis ridícula. Estamos hablando de matrimonio.
JUANA.-
SeÁora, para mí ,lo riduículo en todo esto es el matrimonio.
VIRREINA: ¿Esperáias que vaya cona mi tío ycon…?
JUANA.-
Mi se ra, vos hab s sido m que generosa conmigo y no espero nada m de vos pero esas son mis condiciones.
VIRREINA: Ning hombre aceptar eso.
JUANA.-
Por eso es por que no existe un hombre para m
VIRREINA: Sois imposible. Sois ego ta. o me hag s esto 39
(Pausa. JUANA toma las manos de la VIRREINA y respetuosamente le hace una caravana) JUANA.-
Gracias a vos por todo, mi Se ra. Nunca olvidar vuestra amabilidad, vuestra generosidad y vuestro afecto.
(JUANA besa a la VIRREINA en ambas mejillas y se retira)
VIRREINA: Juana JUANA.- X hitl, ayu ame a empacar, debo irme en la esta ma na. X HITL: S VIRREINA: o ten s dinero! JUANA.-
Coloca estos libros en el fondo.
VIRREINA: o ten s casa! JUANA.-
Y tos hasta arriba de todo. Los voy a leer en el camino.
VIRREINA. o hay lugar a d de ir! JUANA.-
Y de las ropas empaca s o las que traje.
VIRREINA: uana! hitl! asta! (Cambiando de tono) Dos noches a la semana. Ning varon en el sal . Ninguna publicaci (gaceta?).
JUANA.-
Cinco noches una publicaci y caballeros en el sal .
VIRREINA: Tres noches. Ning hombre en el sal y no publicaci . JUANA.-
Cuatro noches, hombres en el sal , libre
entrada a la biblioteca y una
peque publicaci (gacetilla?). 40
VIRREINA: Aprend s apriesa. As sea. (Est bien.)
JUANA.-
Entonces st s de acuerdo?
VIRREINA: No tiene s excusa para decir o X HITL (susurrando) Di o. JUANA (Pausa) Se rra, hacedme la merced de decirle a Don Fabio que sera para m un honor convertirme en su esposa.
VIRREINA: (agarr dola fuerte de las manos) amasNo me abondones s jam .!
(Se oye un golpe fuerte adentro del ba y PEDRO, el ayuda de c ara del VIRREY, emerge.)
PEDRO:
Buenas noches, vuestras mercedes.
X HITL: on Pedro!
VIRREINA
: Pedro, no recuerdo haberos dicho que pod ais entrar.
PEDRO:
Estoy aqu a discreci pedido del Virrey, mi se ra. Y dDesea de vouestras
mrque vay s a saludar al Padre N ez.
VIRREINA: Estoy a la mitad de una lecci . 41
PEDRO:
Y yo estoy seguro que el Virrey estar complacido de saberlo.
Pero por ahora os demanda que haga s algo distinto.
VIRREINA: (Pausa) Ya lo veo. bueno, decidle al Virrey, de mi parte que y sus demandas PEDRO:
i?
VIRREINA: Decidle que estar all en un momento (Se vuelve hacia Juana) Felicitaciones, querida. Has hecho una buena elecci .
JUANA.-
Si, Se ra.
VIRREINA: (Mientras Pedro se queda contemplando a Juana) Yo convencer a Don Fabio de los beneficios de este arreglo. Tendremos una boda tan pronto sea posible. Y Juana, de ahora en adelante te dirigir a esta Maya-
X HITL: Soy Azteca VIRREINA: - a esta criada con su nombre cristiano, Ignacia. (X HITL hace muecas. PEDRO sigue mirando fijamente a JUANA)
Venid, Pedro, venid. El Padre N ez est esperando.
PEDRO:
S Se ra ( La VIRREINA y PEDRO salen)
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JUANA.-
(TRATANDO DE ASIMILARLO)
X hitl. cabo de aceptar casarme con Don Fabio.
X HITL.- Oye, m ijita, yo puedo detener orita mismo a la Virreina y decirle que cambiaste de parecer.
JUANA.-
Yo era una ni pobre del campo, de cual nunca crei que saldri . Ahora mis
poemas y palabras se leen en los grandes salones de la Corte. Tengo el benepla ito y favor de la Virreina. Por esto dej mi pasado y a mi familia. Todas mis posibilidades empiezan y terminan aqu As que debo casarme, aunque sea con un hombre-
X HITL.-
JUANA.-
Agrio y seco como un n spero! A su lado, no encontrar poes .
Los cuerpos son s o la vestimenta carnal y sexual, de nuestras almas. Si ellos se aprovechan de mi femineidad para atraparme, yo la usar para liberarme.
X HITL.- Los dioses te han concedido un don. Te han elegido para susurrar sus voces en tu o o. Deber s honrar ese don
JUANA.-
y no venderlo como un mercadermarchante.
No estoy vendiendo nada (Pausa) Escribir
X HITL.- Pero no encontrar inspiraci . Una rana que quiere volar no se monta en un chichicuilote. No tienes ning afector por ese hombre.
43
JUANA.-
La pasion es para elpara los primitivos, X hitl. T no sabes leer ni escribir. No
entiendes la razon del intelecto.
X HITL.-Entonces o s que esta decisi no es buena?
JUANA.- Refrena tus instintos, Ignacia. Estamos en un mundo civilizado ahora. Aqui no hay esp itus. Me casar con Don Fabio
(Un fuerte viento pasa por el cuarto. S o X hitl lo oye y lo siente)
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ESCENA CUATRO Al levantarse el tel : El VIRREY est sentado en su trono. SILVIO, atado, arrodillado frente a
VIRREY: (Mostrando un papel): ilvio de Burgos? SILVIO.- S VIRREY: Dime E R SILVIO:
VIRREY.
S Se r.
Aqu dice que mis guardas teos atraparon en una de mis estancias, robando.
SILVIO.
Sin duda se trata de un error (el Virrey lle da una mirada) Se r.
VIRREY.
Esta es la cuarta vez. Y tambi he o o que el Marqu de la Laguna y el Duque deGranada tambi han sido robados. abes algo de esto? o sabes?
SILVIO.-
Se r, me est s adulando
VIRREY.-- T peque bastardo irredento. Pens que hab visto por tima vez tu depreciable cara cuando part de Espa .
SILVIO.- Vine a buscar las riquezas de las Am icas. VIRREY.- Bien, pero no tomes las m s. Si tu buen padre viviera todav SILVIO.- Por lo que s mi uen padre sigue bien muerto. 45
VIRREY.- Que es exactamente como tu deber s estar. Silvio, tu tuviste un padre honorable.
SILVIO.-
Quien no hizo m por mi madre y por m que pretender que no exist mos.
VIRREY.- Ten una familia legi ima a quien protejer. Ninguna ramera puede cambiar eso. Y cuando la puta de tu madre muri tu padre te dio medios y de educaci . de est vuestra gratitud?
SILVIO.-
VIRREY.-
ratitud? A duras penas ten para comer.
Pero estudiaste!
SILVIO.- Los estudios no dan dinero.
VIRREY.- No es necesario tenerte mostrarte piedad. Tu padre est muerto. Tu est aqu y no en Espa . No eres ma cosa que un bastardo malagradecido, sin dinero ni t ulos,y has tenido la osadia de robarme. (Entra PEDRO) (Baja la cabeza) PEDRO.- enor, qui es? VIRREY.- Este es Silvio de Burgos, de Madrid, hijo del Marqu de Salta.
PEDRO.- el Marqu ? Buenas tardes, se r. (Hace la caravana a SILVIO) 46
SILVIO.- Mejor tarde para vos, supongo.
VIRREY.- No hay necesidad de formalidades, Pedro. Es uno de los hijos bastardos del Marqu .
PEDRO (frunciendo el ce ) Ah, ya veo. qu hizo el peque bastardo ?
VIRREY.- Es solo un rufi . Estoy tratando de decidir qu har con . As que dime lo que tengas que decir. o est mi amad ima esposa? (PEDRO le susurra al o o)
VIRREY (Se levanta y pasea agitado) Qu !!?
PEDRO.- Mi Se r, os ruego que os calm s.
VIRREY.- almarme? uiere s verme calmado?
PEDRO.- Os lo imploro, Se r., Ssentaos. VIRREY.- Yo emit esa ley s o para librarme de Juana! Y ahora dices que ue ue PEDRO.- ue est comprometida con Don Fabio.
VIRREY.- No! Esa niÁa Juana ha afectando a mi esposa de la manera más inquietante . Ay ¿Qué hay en el aire de este nuevo y extraÁo mundo? Mi leal esposa se ha vuelto desafiante, distraída, y esta desapareciendoesfumándose ante mis propios ojos. Lee libros tras puertas 47
cerradas; escribe diarios timossecretos. esarrollando su mentepensamiento!, eso dice. Esto no puede ser nada bueno para ella.
PEDRO.- Si os sirve de consuelo, Se r, la Se ra Virreina se ve
bastante contenta.
VIRREY.- Y eso es lo que me inquieta. No la hab visto as desde nuestro primer a de matrimonio. Ninguna de mis acciones parece afectarla en nada. Su mente est en otra parte,. pPero ella es m y la amo. No puedo perder a Laura, omprendes?
PEDRO.- BuenoPues, en tal caso, no deber haber boda.
VIRREY.- No puedo cancelar la boda de otro noble (Reaccion) s
PEDRO.- No, (Pausa) pero tal vez podri ais propiciar que Don Fabio cancele su propios esponsales.
VIRREY.- Ese loco est tan enamorado de Juana, que transpira de tan s o o su nombre. Piensa que ella vale m que el oro y los diamantes. Nunca cancelar la ceremonia. PEDRO: No. no (Pausa) a menos que Juana dejara deser valiosa. La ni es pura, intocada (inmaculada). Pero yo podr cambiar eso.
VIRREY.- Eso es lisonja en propia boca! Yo s que os has sido desde do. por ella.
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PEDRO.- No es culpa m . He utilizado toda suerte de artima s y artificios y ella ha preferido ignorarme. Y no solo a mi os mejores caballeros de esta corte han declarado, pedido, insistido, rogado, implorado, gritado, llorado y berreado para capturar su atencion. Pero ella sigue ciega a todo.
VIRREY.- Ella vive para la Raz y el celibato.
PEDRO.- Pero hay algo pecaminoso en su ciencia.
SILVIO (para s mismo) El buen cazador nunca culpa al venado.
VIRREY.- u es lo que dijo?
PEDRO.- Nada. C late, muchachitomozuelo prisionero.
VIRREY.- u dijiste, malandrin?
SILVIO.- No se puede cazar a un gorri con un martillo ni sacar atun del mar sin una red. El arma debe ser adecuada para la presa. PEDRO.-
Os aseguro que tengo el arma m potente.
SILVIO.-
Hasta una espada de plata es inservible sin un soldado que la sepa manejar.
PEDRO.-
Escuchadme, peque insolente 49
SILVIO.- Y un buen soldado conoce la importancia de la estrategia De la sorpresa.
PEDRO.-
Fui entrenado para la batalla.
SILVIO.- Se trata de sorprender, no de asustar. La presa debe vser capaz de quedar mirando fija al cazador al depredador sin si quiera imaginar que esta en peligroella es el blanco. hasta que sea demasiado tarde.
VIRREY.- Por supuesto. (Pausa) so es Un hombre que Juana no conozcea y del cual, no puedae sospechar.
SILVIO.- Un hombre con t ticas que no se hayan practicadointentado hasta ahora. Tal vez un hombre con cierta educaci . Un hombre con cultura pero VIRREY.- on una truculencia ( ) que contradiga su apariencianobleza!
SILVIO.- Un hombre con todos los recursos de la nobileizdad pero sin ninguna de sus convicciones. Un hombre que haya robado todo lo que ha ganadotiene. Un ladr de corazones.
VIRREY.- xacto! so es lo que quiero! Un ladr de corazones.
SILVIO.- Ahora Si yo fuera un gobernante sagaz y con riqueza probablemente estar pensando D de podr contratar a un hombre capaz de seducir a Juana?
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PEDRO.- ontratar? (R estrepitosamente)
SILVIO.- El dinero obliga mas que la palabra.
VIRREY.- Palabra! El dinero que he dado al Padre Nunez es lo que me garantiza muy poco tiempo en purgatorio, no su palabra.
SILVIO.- Lo que necesit s es emplear a un joven culto,educado, astuto y bien parecido. (PEDRO endereza la postura)
SILVIO.- odr ser que haya alguien as en vuestro ej cito? en vuestra corte? Seguramente en vuestra corte VIRREY.- No, no en mi ej cito ni en la corte SILVIO.- (Mof dose de PEDRO). n pinche de cocina? l mozo del establo?
VIRREY.- No. (Mirando a SILVIO)
PEDRO.-
(Reacci ) Se r, seguramente no est r s considerando
VIRREY.- Si, creo que s PEDRO.- e r, no es tan buenmozo
VIRREY.- l sue de una doncella! Y es culto PEDRO.- Se r, yo os he servido fielmente desde que recuerdo. 51
VIRREY.- que
PEDRO.- Cada a me promet s un cargo de responsabilidad un deber que sea un reto VIRREY.-Mi pobtre, misero, y muy lejano pariente, s la voz de la ingratitud la que estoy escuchando?
PEDRO.- Se r todo lo que pido es una oportunidad para demostraros que puedos sobrepasar lo poco que espera s de mi. VIRREY.- Si quer s Iimpresionarme, hacedlo con tuvuestro silencio. Hay l ites para gente como tuvos. Y yo Qquiero algo mejor. Y sSi
es como su padre, tendr la experiencia
necesarioa para humillar a una mujer.
SILVIO (halagado) Vuestra Senoria y mi Regente, estoy casi desconcertado.
PEDRO.- Yo tambi .
VIRREY.- Silvio, re s poder seducir a una mujer como Juana?
SILVIO.- Con el debido respeto, SE R, no hay nada que me haga pensar que no pueda (PEDRO bufa)
VIRREY.- allito engre o! No sab es nada de ella.
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SILVIO.- Lo m importante es que ella no sabe nada de m Puedo adaptarme a la medida de sus necesidades. n rico y olvidado primo? n galante bailar ? n valiente torero?
VIRREY.-Nada tan sobado (trillado. . Juana es bastante especial.
SILVIO.- Ah el tipo religioso muy virtuosa?
VIRREY.- No exactamente. (Pausa) Ella es fuerte. Muy fuerte (Se se la la cabeza) ac arriba. Su cabeza esta llena de conocimientos. Sabe la respuesta a antes de plantearle la pregunta. Todo Mmuyuy admirable, muy entretenido! Pero esta vez el asunto ha llegado las cosas han ido demasiado lejos.
PEDRO.- Se r or qu hac s esto?
VIRREY.- Quiero que Laura me mire de nuevo. Quiero que vuelva del fondo de su mente. ilvio me ayudar
PEDRO: (murmurando) o puedo creer esto!
SILVIO:- Se r, quisiera poder ayudaros, vuestro dilema( ) pesa gravemente en mi coraz , pero VIRREY.- e pagar mil reales de oro! (PEDRO reacciona negativamente sin que el VIRREY lo vea) Quiero que Juana se vaya. Deb s seducirla y luego delatarla de la
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manera m humillante y da na posible. Tanto, que Don Fabio no pueda mas que repudiarla y que mi esposa no tenga m remedio que echarla de la corte.
PEDRO.- Pero este tipo esta hecho un desastre.!Est desvariando!
VIRREY.- Pedro, dadle los atav s y todo lo que sea menester para que ccumpllira con su trabajo. Digamos ue eres o, que sois SILVIO.-
Don Silvio Granadera, Marqu de las Tampas. Un progresista fil ofo y rico terrateniente, de vivsita aqu en la Nueva Espa .
VIRREY.- Pronto la Virreina har el anuncio formal del compromiso de bodas de Don Fabio y Juana Ines. No puedo pensar en mejor ocasi para presentar a Don Silvio ante la damisela. Pedro, desencadena al mozo y ll alo a que sea ba do y vestido apropiadamente.
PEDRO.- (Empieza a desatar a Silvio y ve un collar alrededor de su cuello) ero este sinverg nza todav trae consigo el oro que rob !
SILVIO.-Quita las manos. sto es m o! Es lo u ico que me queda de mi madre!
VIRREY.- Dej seloa. Esa cadena le recordar lo que est en juego. Recuerda Silvio, si sales airoso habrtendr buena fortunagozado de la corte, ganado mil reales de oro y conseguido tu libertad. En tanto que si fallas, tu futuro ser menos brillante. ete ya! (SILVIO sale) Pedro,
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mant ned los ojos en , no queremos que se robe algo adem qude la honra de Juana. El gaÁan llevatiene sangrela prostitutación en la sangre, asi que espero buenos resultados. No es mala idea,¿eh?
PEDRO.- ¿Mil reales a un extraño que roba? Perdonadme, Señor, pero yo me hubiese sentido honrado si hubiéseis confiado en mípor vuestra confianza sin recibir y no os hubiera costado ni una moneda.
VIRREY.- Lo barato sale caro, Don Pedro. Yo amo a mi esposa; es lo ico que importa. Que no sepa nunca nada de este asunto. Nunca.
PEDRO.- Nada. (La VIRREINA con JUANA, brazo en brazo, charlando. La VIRREINA sin voltear a ver al VIRREY.
VIRREY.- Buenas noches. J JUANA.- Buenas tardes, querido Se r. Don Pedro (Saluda a los dos; Las damas pasan de largo)
VIRREY.- Buenas noches, querida Laura.
VIRREINA: Perdonadme, querido esposo, estaba destraida. ab s o o las buenas nuevas?
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VIRREY.- Pedro me inform ya y he dispuesto que se iniciencomiencen los planepreparativos ara la celebraci . Tal vez podamos discutir los detalles m tarde, esta noche, a solas.
VIRREINA: Se r, ois tan amable! pero como vos sab s, los arreglos de los esponsales son asuntos de mujeres. Adem , ambos sabemos cu ocupadas est vuestras noches.
VIRREY.- NuncaNo tan ocupadas como para nopara no cumplir satisfacer vuestros deseos, querida.
VIRREINA: Se r, no hay necesidad que os preocup s. Os aseguro que todas mis deseos est siendo cumplidos. Muy buenas noches, caballeros. (Las damas salen)
VIRREY: uedo mandar sobre un ej cito, pero no sobre mi esposa!
PEDRO.-
Tengo la certeza de que la Virreina estar impresionada si supiera lo que os
cuesta y lo que soport s por ella.
VIRREY.- Todo tiene un precio, pero no cualquiera lo paga. Cuando Silvio haya empa do el nombre de Juana, Don Fabio se ver forzado a repudiarla y a tomar venganza. Y del mismo entoncesmodo, tambien nos desharemos del rufi , de una vez por todas (Pausa) Ingenioso, overdad?
PEDRO.- Ingenioso, Se r. 56
VIRREY.- Nunca dude s del Virrey PEDRO.- Nunca, se r. VIRREY.- Oh, Dios, perdonadme. No tengo otra salida. PEDRO.- No hay otra, se r. VIRREY.- Todo seaes por Laura. PEDRO.- Por la nobleza del amor, Se r. VIRREY.- (Pausa) Callad, Don Pedro PEDRO.- S Se r.
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ESCENA CINCO
Empieza: Convento. SOR SARA est sosteniendo una bandeja con comida afuera de la puerta de JUANA. Adentro de la habitaci , JUANA est a medio vestir, en calzones bombachos , prepar dose para su fiesta de compromiso en la corte.
SARA.-
(Tocando a la puerta): Sor Juana, querida Hermana Religiosa, soy Sor Sara. Abrid la puerta. (No hay respuesta) Sor Filotea me envi con vuestros alimentos. Tened la merced de abrir. (No hay respuesta )Deber is abrir. Necesit Podr is alimentaros. Podr mos ser amigas (Pausa) No tiene gracia estar parada aqu hablando con una pared. Si fuera por m os dejar pasar hambre. Hablad directamente una vez. (Pausa) O s que el diablo os ha comido la lengua? (Pausa) Hemos quemado vuestros libros esta ma na (JUANA reacciona) Han hecho un buen fuego, pero dur poco. El papel se vuelve humo m r ido que la le . (Pausa) s arrepentis, Sor Juana? st s arrepentida?
JUANA.-
NO: NO ESTOY ARREPENTIDA
SOR SARA.- ios! S o El Sabe qu est s haciendo all dentro! 58
(SARA deja la bandeja en el suelo y sale)
(Estamos ahora en la habitaci de JUANA en la corte. JUANA est joven y excitada, corre hacia X HITL.)
JUANA.-
hitl!, e creado un verso perfecto!
X HITL.- Apres ate, m ijita. Tu fiesta de compromiso esta a punto de empezar y ate! scribiste ya el poema a Don Fabio?
JUANA .-
Ah, sto? (le muestra papeles) Ya est hecho.
X HITL.- Entonces, si tate. Debo hacer algo con tu cabello.
JUANA.-
Pero
X HITL.-Y come algo. ecesitas alimento! (Va hacia la puerta)
JUANA.- Pero habr mucha comida en la celebraci .
X HITL.- La cual no debes tocar. s muy inapropiado que una dama fina coma y hable al mismo tiempo. denes de la Virreina.
JUANA.-
Entonces escucha esto.
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X HITL.- uana!
JUANA (aclara la garganta. Exuberante) l discurso es un acero que sirve por ambos cabos; de dar muerte por la punta. por el pomo, de resguardo i vos, sabiendo el peligro quer s por la punta usarlo u culpa tiene el acero del mal uso de la mano? X HITL.- (Reacci ) A Don Fabio no le gustar nada.
JUANA.-
A Don Fabio no puede disgustarle lo que no ha visto. u piensas?
X HITL.- Yo s exactamente lo que pienso, mi ni ...pero ahora debes estar lista.
JUANA.-
Pero tengo m
X HITL. Ya lo s Muchos m . Pero no son tan importantes ahora, especialmente si vas a llegar tarde a la fiesta de tu propio compromiso.
JUANA.X HITL.-
Pero tengo que anotar todo esto ahora Juana, tomaste una decisi y ahora tienes un deber.
60
JUANA.-
Pero es que me vienen, como un torrente, tantos pensamientos, im enes, ideas o me entiendes?
X HITL.- Te entiendo m de lo que puedas imaginar.
VIRREINA: (Fuera de escena) Juana, uana In !
JUANA.-
(Empieza a escabullirse debajo de la cama) D e que no sabes en do de estoy.
X HITL.- ate! osponiendo tu compromiso por un poema!
JUANA.- Ser s o un momento. Lo prometo. S o necesito tiempo para...
VIRREINA.- Juana (La VIRREINA abre la puerta. JUANA deja que el cubrpolvo de la cama caiga y la esconda. X HITLl se enfrenta a la VIRREINA.) VIRREINA. de est esa ni ?
X HITL.-Mi Do , estoy segura que no estandar muy lejos de aqu
VIRREINA.- Todos la estamos esperando. izo lo que le ped y escribi el poema a Don Fabio?
X HITL.-S mi Do . 61
VIRREINA.- MientrasEn tanto que sus poemas se refieran a las virtudes de su esposo Don Fabio le permitir escribir, recitar y con seguridad, y publicar.
X HITL.- Creo que Juanita est ensayando su cort imamuy Peque oOda a Don Fabio en este momento.
VIRREINA.- hora mismo, vamos a buscarla! Ya ess la hora del eventocomenzar.
( La VIRREINA se apresura a salir, X HITL recoge la charola y la sigue mirando en todo el cuarto antes de cerrar la puerta tras ella. JUANA empieza a reptar de debajo de la cama, pero oye que alguien abre la puerta y vuelve a su escondite. SILVIO se cuela en el cuarto y cierra silenciosamente la puerta tras . Obviamente est buscando informaci sobre JUANA. Se detiene ante sus escritos. Y los levanta.)
SILVIO.- Poema para Don Fabio. Veamos. i acaso, Fabio m despu de penas tantas BLA BLA BLA s que Fabio amado saber puedes mis males sin costarte la noticia cuidado
pues puedes de los campos informarte, 62
y pues yo a todo mi dolor ajusto saber mi pena sin dejar tu gusto.
(Una ofendida JUANA se golpea la
cabeza con la base de la cama) SILVIO va a asomarse bajo la cama cuando se oye un ruido a la puerta. SILVIO se apresura a volver al ropero cerrando la puerta de golpe .JUANA cree que ya sali PEDRO entra en la habitaci de JUANA.)
PEDRO.-
Juana, el Virrey os ordena que (Se da cuenta que ella no est en la habitaci , no cierra la puerta) de est la peque (Olfatea)Ah pero todav se siente su aroma. (A una imaginaria JUANA) Ah Parece que estamos al fin solos, Juanita! (PEDRO se pasea por todo el cuarto. Pone sus ojos en la cama y va hacia all de est s, Juanita? (Hace una pausa y se sienta en la cama) s aqu donde sueue as, tustus sue s de mujer, mujer de mis sueÁos? (Agarra un cojín y habla con él) ¿Es éesta la cama donde reposaas, pequeña Juana? (Abraza tiernamente el cojín )¿Es aquí donde tutu corazón tiembla anticipando… (Escucha, con disgusto al cojín)…¿ un libro? ¿Cuántas veces cruzaaste tu tu mirada con la m y me rechazaaste comn s lo una vuelta de pasando a otra p ina? or qu odr s amarme, desearme, temerme! Pero no despreciarme! Yo tambi tengo alma y coraz y odio estar tan solo. (Tiernamente) e oyeyes? (Cambio de tono) Os digo, st s escuch dome? Tomad esta poes , ramera. (Pedro traba el coj en su entrepierna y frot dolo. X hitl aparece por la puerta.) 63
X HITL.- e r!
PEDRO.- (Se detiene, atrapado) hitl!
PEDRO y X HITL (Al un ono) u est s hac esndo aqu
X HITL.- (Cort mente, pero escandalizada). Se r, ta es la habitaci de Juana.
PEDRO.- s ta?
X HITL.-
a es la cama de Juana!
PEDRO (Cambiando de estrategia) Ya s Y gracias a Dios que est s aqu pues he sufrido un terrible accidente. Buscando a Juana he ca o.
X HITL.- En verdad eso parece.
PEDRO.-
Por descuidado, tuve un tropiezo. Y me lastim tanto, que tuve que arrastrarme hasta esta postura.
X HITL.- Y s que es una postura PEDRO.-
Me temo que no puedo andar
X HITL.- st enti con dolor?
64
PEDRO.-
stoy dolido!
X HITL.- Ya veo.
PEDRO.-
Y ahora, deb s ayudarme.
X HITL.- Har lo que pueda.
( X HITL no se mueve. PEDRO se da cuenta y debe arrastrarse hasta X HITL y levantarse solo. PEDRO usa a X HITL como muleta)
PEDRO.-No mencion s nada de esto a la Virreina. No deseo que ella se preocupe por mi salud. (X HITL gru y suspira) Soy demasiado pesado para vos?
X HITL.- No, se r. (Gru ) Mis hombros est acostumbrados a esta clase de carga.
PEDRO.-
osotros, los Mayas, sois tan fuertes!
X HITL.- (Meti dole el coj a la boca a Pedro). Morded eso, se r, acallar vuestra agon . (Salen los dos.)
65
(JUANA empieza a gatear desde debajo de la cama)
JUANA.- Ese insolente. miserable (SILVIO abre la puerta del ropero. JUANA en posici de gatear, se topa con SILVIO y se miran los dos choqueados.)
SILVIO.- Lo siento. (Cambio) Perdonad mas
(SILVIO se vuelve al Ropero. JUANA EST AT I TA. Se levanta y se tapa con unchal. Abre la puerta del ropero. Una luz suave ilumina desde el interior del ropero SILVIO se inclina, le hace una caravana. Hay una inmediata tensi y atracci entre los dos )
Silvio Granadera, Marqu de las Tampas. Maestro en Filosof y Letras. (Reacci ) Permitidme.
(Da un paso afuera del ropero. Se sale del closet)
JUANA.- st s buscando un vestido?
SILVIO.-
Estoy buscando a Juana In Ram ez de Asbaje.
JUANA.- ll . No. No. No. Ella es demasiado complicada para caber en
en un
espacio tan peque . (Ella saca un vestido) Tomad.
66
SILVIO.- o dec ?
JUANA.- Se r, vos sois un caballero. Ciertamente sab s lo impropio que es para un caballero hablar a solas con una doncella en su habitaci . O est s aqu para robarme o para pedirme prestado unos vestidos.
SILVIO.-
Yo pPrefiero el rojo, el que est en el fondo.
JUANA.-
Tambi se es mi favorito tambien. (Le pasa el vestido rojo) Espero que os ajustcalze e bien. Y al salir, se r, favor de cerrar la puerta.
(SILVIO se quita el saco y la camisa) Se r, u hac s?
SILVIO.- Me cambio.
JUANA.- qu
SILVIO.-
Ciertamente, qu hago si vuelvo a mi habitaci y el encuentro que el vestido
no me quedacae bien?
JUANA.- Se r, seguramente no intent r s el E R!
SILVIO.- (Poni dose las faldas) Si estos son los atav s que debo usar para permitirlelograr que a mi alma pueda hablar con la vuestra, as sea. u os parece? 67
JUANA.- ncantador!
SILVIO.- Esto esPero bastante inc odo. o pod s levantaros y usaponerosr algo tan apretado cada ma nad ?
JUANA.-
pretado? vos ni siquiera est s usando el corpi !
SILVIO.-
eber ?
JUANA.-
Si quer s estar vestido con correcci , s (Le pasa el corpi )
SILVIO.-
Ya veo. (Empieza a desnudarse del dorso)
JUANA.-
SILVIO.-
e r!
Realmente, Se rita Juana., Me estoy ssorprendidoe de vuestra sorpresa. No
hab s sido vos quien escribi teis as almas no tienen sexo JUANA.-
SILVIO.JUANA.-
Se r, no est s exponiendo vuestra alma!
menos de que esto sea demasiado para vos. Permitidme.
(JUANA se coloca la casaca de SILVIO y a lo ayuda con elcorpi . Ahora, ella est vestida como hombre y como mujer.) 68
SILVIO.-
Gracias, Se ritaita, no sab s cu to aprecio vuestra ayuda. Simplemente no
quieroMe atormenta el pensar que la gente pueda hablarhable mal de m en la fiesta. Vos sab s c o son estoas eventoreuniones sociales. antas tediosas reglas!. Alguien seguramente comentar lao impropiedad nadecuado de mi faltasi me faltara del corpi . y, Con delicadezadespacio! Con delicadeza. anta Madre de Jes , o pod s respirar con esto encima?
JUANA.-
Se supone que no debemos respirar. No sab s que las mujeres nos pasamos la
vida entera conteniendo el aliento y reteniendo la lengua. (Reacci ) or qu est s aqu
SILVIO.-
Estoy aqu paraPorque quer conoceros.
JUANA.-
Me habeis impresionado. Un hombre que se atreve a vestir como mujer para conocer a una mujer debe ser muy hombre.
SILVIO.-
Escuch decir que vos sois muy mujer.
JUANA.-
Todo depende de qu quiere decir uy mujer.
SILVIO.-
Tambi he o o decir que e ais hermosa.
JUANA.-
Y ahora pod s ver si hab s escuchado correctamente.
69
SILVIO.-
Hay ciertos hombres que dicen que hayson pocas las virtudes que las mujeres pueden llevar a cuestas.
JUANA.SILVIO.-
Y por otraa parte, est s vos. Hay siempreSiempre hay una excepci para lo excepcional. Y vos, mi pequen , sois muy sabia poren notarlo.
JUANA.-
Oh, os supona s que sois diferente al todosresto de los deman hombres.
SILVIO.-
No, no. Es bastantem simple;: yo soySOY diferente.
JUANA.-
Y, sin embargo, se os veis como los otros hombres. And s como ellos. Ol s como los dema .
SILVIO (sexi) Pero puedo aseguraos, pequena, que mi sabor es totalmente diferente (Pausa. Mira un libro sobre el escritorio.) Ah, a la ni lista le gusta leer. ON QUIJOTE ervantes Qu maestro ersiguiendo molinos de viento
JUANA.-
Un libro maravilloso. s se de hombres bien nacidos mostrar gratitud por los beneficios recibidos y la ingratitud
SILVIO.-
(Encimando su voz con la de Juana) y la ingratitud es uno de los pecados que m ofenden a Dios. 70
JUANA.-
Conoc s la cita.
SILVIO.-
Conozco el libro
JUANA.-
a raz de la sinraz que a mi raz se hace, de tal manera mi raz enflaquece (Sobreponiendo su voz con la de SILVIO)
SILVIO.-JUANA.- mi raz enflaquece, que con raz me quejo de vuestra hermosura. JUANA.-
u impresionanteNotable!
SILVIO.-
No hay tal. Yo tuve una infancia solitaria, pero le .
a misma historia que la vuestra? JUANA.-
S
SIVIO.-
s una maldici o una bendici esta pasi del intelecto?
JUANA.-
Es ambas (Reacci ) y no es ninguna pues la pasi de
cada intelecto es
diferente.
SILVIO.- Y a as lo quesin embargo, la buscab queda del alma es loa mismoa, o es as
JUANA.-
La Comprensi ,b queda del Entendimiento.
SILVIO.-
De Lla Uni .
JUANA.-
or qu est s aqu 71
SILVIO.-
(Pausa larga) Dej onos de juegos, Se rita Juana. sta es Am ica! (Trata de quitarse el corpi ) Espa me sofoca y me reh o a ser solo un hombre rico con mila inspiraci (el esp itu en bancarrota. Estoy listo para un verdadero desafio,: fincplantar mis ra es en una tierra en la que seremos juzgados solo por la nobleza de nuestras acciones y no por
la de nuestros ancestros. (Se desata las faldas) Estoy aqu
para construir una vida basada en los m itos de mis ideas, la tenacidad de mi esp itu y las fuerzas de mi cuerpo (Pausa) Vos, por otra parte, est s por casaros con Don Fabio.
JUANA.- As esS
SILVIO.- Os deseo mucha felicidad.
JUANA.- Gracias.
SILVIO.- El Virrey diceasegura que ser unos hermososmagn icos esponsales.
JUANA.- Don Fabio es el t de la Virreina.
SILVIO.- Una pareja espl dida. Don Fabio es un gran caballero JUANA.- S
SILVIO.- Muy decente pero sin chistegracia. 72
JUANA.- Es un hombre noble que ser mi esposo.
SILVIO.- l hombre a quien am s?
JUANA.- El hombre con quien me casar
SILVIO.- ab s concebido este poema para ?
JUANA.- u pens sos parece, se r?
SILVIO.- (Sonr . Ech dole un vistazo al poema de arriba a abajo. Sonr de nuevo) Una sola palabra expresa
JUANA.-
lo que piensomi parecer.
es
SILVIO.- (Pausa) eescribidlo!
JUANA.- erd ?
SILVIO.- El poema es blando y sin inspiraci .
JUANA.- Se r!
SILVIO.- Puedo hablaros llanamente, en t minos realesde igual a igual o endulzaros el o o con 73
ins ida cortes . u u prefer ?
JUANA.- (Reacci ) La verdad.
SILVIO.- (Exagerando) mor empieza por des-a-so-ciegoLa delicadeza del amor consiste en ser amado Aunque estoy impresionado por la rapidez de vuestro pensamientoa mente, la pasi po ica est en en estuporme ha dejado estupefacto (at ito, asombrado?).
JUANA.-
SILVIO.-
Me sorprend s. Este no es mi mejor trabajo.
por qu no lo es?. Excusas. Eso es todo lo que saben decir todos: TeOs
eEntrega ns algso y deicen ,: sta no es mi mejor obra JUANA.-
Se r, yo no os entregue nada!
SILVIO.- o puedo creer que para esto vine de Madrid!
JUANA.- uisteis enviado desde Madrid?
SILVIO.- Las palabras son elegantes, pero no hay vida, no hay sangre, no hay esp itu. o puedo publicar esto!
JUANA.- ublicar? ublicar mis obraescritos?
74
SILVIO.-
Nuestra imprenta no puede aceptar esto. Esto prueba que la inteligencia no
iguala lo art tico. Aqui no hay arte.
JUANA.- Se r, vuestra groser y cegueranecedad s o son superadas por vuestra infundada arrogancia.
SILVIO.- u est s diciendo?
JUANA.- La verdad es que escribo poes y escribo bien.
SILVIO.-
Bien s que yo deber ser galante y aceptar vuestrotal pretension con gracia.
JUANA.- Yo espero que en vez de eso ret s hag s de mis palabras a una reto a satisfacer en una competencia po ica.
SILVIO.- e ret s a que os s a un retoe? Muy bien., Oos complacere, Juana In , si sois tan amable y lista como para crear un poema, ahora mismo.!.
JUANA.-
Un poema lg sujeto, Aalg tema en particular? lg t ico?
SILVIO.-
Un poema de amor (Pausa) Un poema de amor dedicado a m
JUANA.-
Seguramente os daper scib cuenta de lo inadecuapropiado que es; yo soy
una mujer
comprometida. 75
SILVIO.-
Y profundamente inspirada por vuestro amador a , lo s Pero no es una prueba de vuestra habilidad para amar, sino de vuestra destreza para escribir. ois lo bastante creativa ysuficientemente valiente y creativa como para escribir un poema acerca de vuestra adoraci por m
JUANA.-
(Pausa. Piensa y recita despacio pero con confianza) Manda la raz de estado que, atendiendo a obligaciones las partes de Fabio olvide, las prendas de Silvio adore. uando mi error y tu vileza veo contemplo, Silvio, de mi amor errado, cu grave es la malicia del pecado, cu violenta la fuerza de un deseo.
A mi misma memoria apenas creo que pudiese caber en mi cuidado la tima l ea de lo despreciado el t mino final de un mal empleo. Yo quisiera, cuando llego a verte viendo mi infame amor, poder negarlo mas luego la raz justa me advierte que s o se remedia en publicarlo porque del gran delito de quererte s o es bastante pena confesarlo. (Pausa larga) 76
SILVIO.- ab s bordar en punto de cruz?
JUANA.-
No.
SILVIO.-
Pues, aprended a bordar y Oolvidad la escritura. Aprended a bordar. Os har
lLa vida se os har mucho m f il.
JUANA.-
an inadecuado Eencontra teis mi poema tan inadecuado?
SILVIO.-
Se rita Juana, como no s a cu tao experiencia habtene s en estas lides y por tenido desde nian hab s y como no deseno inquietar a una tierna damita como vos, permanecer en silencio.
JUANA.-
Vuestras duras palabras no me quebrantara .
SILVIO-
(Pausa) Muy bien, entonces: Tendr el orgullo de verte recitar En una corte entre hombres de valor Y har que el mundo pueda disfrutar De tus canciones y versos al amor. En nuestro alegre, bello y dulce hogar Tu biblioteca, ver , no tendr par En los veranos iremos a pasear Si quedo solo no me va importar. Dedica el d , las horas, a estudiar 77
Y por las noches saldremos a danzar Todo puede ser tuyo, todo puede ser m Si s o en otro tiempo, si s o en otro sitio nos hemos conocido.
JUANA.- (Pausa)
Tus conceptos, Don Silvio Son ricos y sublimes Pero si aqu son dichos Se convierten en un crimen.
SILVIO.-
Riesgos deben tomarse si mejoran la vida: yo, tu editor y amante, tu, mi esposa prometida.
JUANA.-
Hace un momento clamabais que fueyo era una mujer sin arte.
SILVIO.-
Eres divinidad. trinidad: Coraz , alma y mente de verdad.
(Larga Pausa. SILVIO y JUANA se miran perfectamente quietos. No hay beso. No hay acercamiento para un beso. S o el tenso deseo Afuera de la puerta, la NOVICIA recoge la bandeja de la comida) 78
NOVICIA.-
Sor Juana, deber is llevaros algo a
vuestros labios.
(LA NOVICIA sale con la bandeja) JUANA.- Debo irme. SILVIO.- De prisa, Don Fabio, el Decente, est s esperando .. JUANA.-
Buenas noches y adIros con Di s,, Don Silvio de las a s SeÁor
de la“MaÁa” Tengo algo importante que atender. YMas recordad que aquí en la Nueva España, Aun teneis bastante que aprender. (Ella empieza a salir) SILVIO.- ¿Señorita Juana? JUANA.- ¿Si? SILVIO.- (bromeando) Dedicadme vuestro primer bordado. En punto de cruz!
(JUANA cierra la puerta de golpe y se oye el eco)
FIN DEL PRIMER ACTO
(INTERMEDIO)
79
SEGUNDO ACTO ESCENA UNO LUGAR: El Convento La NOVICIA va de un lado a otro arreglando el altar. Bajo un pa descubre un libro que no ha sido quemado. Se alarma, se detiene y est a punto de devolverlo. Se detiene, lo abre. Oye voces de hombres, cierra el libro. Lo esconde y se apresura a salir. Los hombres entran. Es la Corte. El VIRREY discute algunos t icos con PEDRO. SILVIO est aparte leyendo.
PEDRO.-
Mi Se r, la Virreina ha hecho una lista de requerimientos
para la boda de Don Fabio con Juana In . VIRREY.-
Estoy seguro que ya la hizoEra de esperar. qu contiene la lista de la Virreina?
PEDRO.- (Desenrolla un largo papel) Varias cosas: Invitados, comida, flores, musica, lo usual.
80
VIRREY.- cu to estima gastar? PEDRO.-
Quinientos reales.
VIRREY.- uinientos reales? PEDRO.-
S Es m econ ico casar a Juana que alquilar al bastardo.
VIRREY.-
Silvio, te eso? Mi ayuda de c ara piensa que eres un
mal negocio. SILVIO.- Yo creo que vuestro valet sigue todav est uun poco lastimaherido. PEDRO.-
Esc chame, bellaco VIRREY.- Basta. Basta. Muchachos. Silvio, has tenido
ya vavarios d s. u to has avanzado con la ni ? SILVIO.- El asunto est donde debe estarmarchando. Ya he plantado la semilla. PEDRO.- u an pronto? Pero o es eso posible Yo he SILVIO.- En su mente. Los pensamientos ya est echando ra es. PEDRO.- No. No le des tiempo para pensar. Atac por todos lados. Hazla pensar que se convenza que no hay otro camino mas que el tuyo. Baja sus defensas. Can sala, confu ddela, dom nala. (Al Virrey) Se r, Ahora si estoy muy preocupado por estea proyecto empresa. VIRREY.- Puedo ver la preocupaci grabadoa en tu frente. PEDRO.- il reales de oro por esto? VIRREY.- Todo lo que s es que tu vida y fortuna dependen de que hagas las cosas biencorrectamente, Silvio.
(JUANA entra. SILVIO, PEDRO y el VIRREY se paran. JUANA les hace la caravana)
JUANA.- Buenos d s, querido se r y nobles caballeros (Pausa) Perdonad. nterrumpo algo? VIRREY. No. o! Un rayo de sol y de inspiraci . (Va hacia JUANA Y LA TOMA DE AMABAS MANOS) o est s hoy? JUANA.- Agradecida por todos vuestros esfuerzos, Senor. Gracias por la hermosa fiesta de compromiso.
81
VIRREY.- Don Fabio es un hombre afortunado. JUANA.- No. Yo soy la afortunada, por tener un con un ReRegente como vos, que me gu
y me protege.
VIRREY.- Ah i Si estbusc s buscando a la Virreina, creo que mi
querida
mujer estaa en su rec ara. JUANA.- YoSolo vine a dirigirles unas palabras a vuestro invitado. VIRREY nvitado? JUANA.- El Marqu , Don Silvio.
(PEDRO y SILVIO intercambian una mirada)
VIRREY.- (Pasando su brazo sobre los hombros de ella, susurrando) Un fino y joven caballero perteneciente a una de las mejores familias de Valencia. SILVIO.-
Buenos d s, Se rita Juana In .
JUANA.- Buenos d s, Don Silvio. Buenos d s, Don Pedro. (PEDRO balbucea algo avergonzado)
VIRREY.- Don Silvio, pParece, Don Silvio, que esta bella damita desea hablar con vos. SILVIO.- u honor! JUANA.- Oh, no es nada, realmente. Es que tengo algo para Don Silvio.
(La VIRREINA entra intempestivamente) VIRREINA.- Juana, qu est s! JUANA.- Mi Se ra, justo ahora le estaba diciendo al Virrey cu complacida esta bais con la celebraci de mi compromiso. VIRREINA.- Oh, S Querido esposo, sois espl dido. Juana, debes
vvenird conmigo
de inmediato, necesito hablaros contigo, a solas. JUANA.-
Lo siento, mi Se ra, no puedo. (Largo silencio) Acabo de
requerir un momento con Don Silvio. VIRREINA.- on Silvio?
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VIRREY.- Nuestro invitado. SILVIO.- Encantado mi se ra. VIRREINA.- Ya veo. (Pausa) Est Bbien. MientrasSiempre que no olvide s cumplir con todos vuestros compromisos. Te Os esperoar en mi reca ara tan pronto como termines. Buen d , caballeros.
(La VIRREINA va a salir) VIRREY.- Laura, Pedro y yo est amos en camino a ver al Padre N ez. PEDRO.- u VIRREY.- Creo que deber is venir con nosotros. VIRREINA,- hora? Estoy Ando en extremaodamente ocupada. VIRREY.- En Extremoadamente ocupada para el Se r? Venid conmigo. La confesi hace bien al alma. (Toma a la VIRREINA del brazo) V os, Pedro. PEDRO.-
Pero el Padre N ez VIRREY.- nos est esperando.
PEDRO.- S mi Se r. (La VIRREINA y el VIRREY SALEN) Juana, tened cuidado, ningun hombre es lo que parece. (PEDRO sale) SILVIO.- ue hombre tan extran ! JUANA.- oOs he perturbado? SILVIO.- Mucho me Ttemo que vos perturb s a todos los hombres. (Reacci ) Estoy sorprendido y honrado que me hay s dirigido la palabra. Ya
ha
pasado una semana y ni una mirada hab s cruzado conmigo. JUANA.-
Temo Creo que os debo una disculpa, Don Silvio. SILVIO.-
Pero si os
ofend JUANA.- Se r, debo admitirlo La noche que nos conocimos, encontr comentarios incomodos y hasta dolorosos. Y me
vuestros
enoj mucho con vos.
SILVIO.- or hablar con decir la verdad? JUANA.- Por darme hablar con esperanzas. (Pausa) Vuestra franqueza, Don Silvio, esha sido el m preciado regalo que yo haya he recibido jam . Me hizo pensar me hizo sentir. Vos parec s tener n s conocimientos y experiencia.
83
SILVIO.- Mi familia ha vivido por siglos en la culta ciudad de Salamanca. La Universidad ha sido mi patio de recreo ( Cambio de tono) Me gusta considerarme a mi mismo como maestro y mentor en muchos temas.
JUANA.- (Reacci ) Y es por eso, que me acerco con un humilde
ruego. Yo
siempre he estado sola cuando Pero quiz vos Ser is capaz de desea podr is la posibilidad de tal vez ense r a una mujer? SILVIO.- Depende de qu es lo que esa la mujer quiere aprender. JUANA.- Se r, nada m ni nada menos que lo que saben los hombres. SILVIO.- e verdadd?
JUANA.- Estoy lista para todo. No se s suaveOlvidad las gentilezas conmigo. (REACCION. Le entrega unos poemas) Criticadme. Ayudadme a mejorar. Ense dme las reglas del mundo literario. Vamos Vamos,.. Leedlos. SILVIO.- (Tratando de ponerse en su papel) Hum . Este tiene su encanto, aunque la sinta is es un poco extra . JUANA.- xacto!. so mismo pens yo!, y sin embargo SILVIO.-
etente sombra de mi bien
esquivo - (Leyendo) i al im de tus gracias atractivo sirve mi pecho de obediente acero JUANA (recitando) ara qu me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?
SILVIO (Leyendo) y JUANA recitando
oco importa burlar brazos y pecho si te labra prisi mi fantas
84
JUANA.- s demasiado? SILVIO.- No es suficiente. JUANA.-
Seguid.
SILVIO.- ues entre el llanto que el dolor vert el coraz deshecho destilaba Yo podr sugerir una palabra distinta a estilaba JUANA.- Pero es la palabra precisa. SILVIO.- La vaguedad tiene sus m itos. JUANA.- Si yo no fuese una dama y vos, un caballero y estuvieseis forzado
a
hablar decir con la honestidad de vuestra mente lo que pens s, sin reglas, sin evitar la crueldad (Poniendo su mano firmemente en el
antebrazo de ) u
dir is vos de mis versescritos? SILVIO.- (Pausa, Honesto) Yo dir que no son perfectos l metro
danza a un
extra ritmo, la rima est a veces forzada Pero son elocuentes y valientes brav s y revelan una sabidur demasiado maduraos para vuestros pocos a s. Yo dir que pase lo que pase, vos deber is seguir escribiendo. Los Ppoemas que crecenimperfectos son los poemas que impactan el alma. (JUANA besa la palma de la mano de SILVIO) uana?! JUANA.- Por favor, no le dig s a la Virreina o a Don Fabio lo que acabo de hacer. Os aseguro, que usualmente soy una mujer honesta virtuosa y recatada. SILVIO.- u l tima! JUANA.- Don Silvio, no he podido dormir desde la noche en que nos conocimos. Cierro mis ojos y os veo. Est s cautivo entre mi coraz y mi voz, atrapado tras de mis p pados por la noche. Nada est bienTodo est alterado: Mi sangre piensa y mi mente siente. Me estoy volviendo loca vosTU- me haces sentir as SILVIO.-
Pero est s por casaros con otro hombre.
JUANA.-
S Y mi raz juzga que es la m sabia, la m
prudente elecci
que puedo hacer.
85
SILVIO.- Una muy bien pensada decisi , sin duda. Os proporcionar
seguridad
y sustento por el resto de la vida. Juana, pod s quedaros tranquila que este mpulso hacia mi no es mas que un capricho vuestro, una dulce fantas , un anhelo incierto. JUANA.-
eja de fingir!
SILVIO.-
ingir?
JUANA.-
No seas tan cort , tan razonable, tan correcto. Yo s lo que t quieres.
SILVIO.- u es lo yo que yo quiero? JUANA.- (Pausa) Todo. Te atreves a desearlo todo. Est en tus ojos, Don Silvio (Cambio) or qu viniste aqu Mi vida estaba clara y sellada. Sin remordimientos. No deseoaba a ning hombre. No quiero ning casarmeiento. unca! Y sin embargo, quiero tenerte a ti a ti te deseo or qu SILVIO.- Podr irmeMe ir JUANA.- S Pero me temo que de aqu ( Toc dose la cabeza) nunca podr te ir te. Hablaste con palabras que yo hab pensado antes pero que jam dije en voz alta. SILVIO.-
Las palabras son solo s abas aire.
JUANA.- T dijiste, que en tu mundo, una mujer pueode tener el entrada al mundo. so es verdad? SILVIO.- (Pausa) Lo juro por mi nombre. JUANA
ella tendr permiso- no: ser alentada a escribir, a leer,
a
aprender, a compartir su intelecto y su cultura? odr brillar sin compromiso y sin temor? ecir lo
que le
plazca Exponer su pensamiento y coraz ? A pesar de lo que digan los otros digan, honrarias su libertad y su albedrio? SILVIO.JUANA.SILVIO.-
(Pausa) Lo juro por mi nombre. la amar s sin intentar cambiarla? Yo te amar , Juana, a ti. s por eso que me buscas?
86
JUANA.-
Silvio, por primera vez en mi vida no es mi raz la que decide s mi impulso el
que intenta razonar. Sin pensar en la l ica y al recapacitar, no s si celebrar mi libertad o llorar por mi derrota. SILVIO.- c o puedo disponerte disponerte a la victoria? JUANA.- Solamente si me hablas con verdad. SILVIO.- (Pausa) Lo juro por mi nombre. JUANA - Quiero creerte. (SILENCIO) SILVIO.- yo a ti. qu con tu verdad? Y qQu si me abandonas como lo has hecho con Don Fabio?
JUANA.- Abandonarte ser abandonarme a mi misma, a lo mejor que hay en m dejar que el lodo den los rincones de mi alma se vuelva apoderen del centro de mi ser., Don Silvio,. aAbandonarte ser despreciar un don del Cielo, el don que con su gracia, Dios me dio.
SILVIO.- (Pausa. SILVIO est conmovido, pero se repone) Palabras. Vosotros los escritores pensais que las palabras son siempre la respuesta. JUANA.- u m puedo darte, sino lo mejor que tengo? SILVIO.-
Dulce Juana, dame solo una muestra tangible de tu amor.
JUANA.-(Pausa) El lunes por la noche, estar sola y demostrar la profundidad de mi promesa. SILVIO.- All estar e amas, Juana? JUANA.- Siento que s Pienso que s Sue que s pero Silvio, yo no tengo un nombre sobre el cual jurar.
(JUANA sale. SILVIO la sigue con la mirada. PEDRO emerge. Aplaudiendo.)
PEDRO.- Buen trabajo. Muy buen trabajo. Es asombroso c o los bastardos se encuentran uno al otro para engendrar mas bastardos.
87
SILVIO.- Mordeos la lengua antes de que ensucie con vuestra cara el suelo PEDRO.- Que quisquilloso! Acordaos, Silvio, Se supone que deb s entrar en ella (Haciendo un movimiento vulgar) antes de que ella entre en vos.
(Hace como si le palpitara el coraz .)
SILVIO.- os sSab s qu es lo que m me gusta mas de nosotros los bastardos, Don Pedro?
PEDRO.- No, Silvio, decidme.
(SILVIO agarra con fuerza y carga a PEDRO y le da un impetuoso y violento beso en la boca. Despues, lo arroja al suelo)
SILVIO.- Nuestra habilidad para amar y perdonar. (SILVIO sale. PEDRO se levanta furioso, limpiandose la boca)
ACTO SEGUNDO
ESCENA DOS
EMPIEZA: El convento. SOR FILOTEA est afuera de la puerta de la celda de JUANA. Lleva una jarra de agua. Juana est teniendo una pesadilla. FILOTEA.-(Tocando) Sor Juana, pod s o me? Estoy preocupada. No hab s comido en cinco d s. (La VIRREINA entra y acaricia a JUANA en la cama)
VIRREINA.- Est s p ida y demacrada. JUANA.- adre Filotea? FILOTEA.- Est s desperdiciando los alimentos, Sor Juana. JUANA (Viendo a la VIRREINA) No tengo apetito. FILOTEA.- Es pecado negarse a recibir los regalos que Dios da. JUANA y la VIRREINA: Lo s
88
FILOTEA.- Os echamos de menos, Juana. odr is abrir la puerta? y acompa rnos?
Comed algo?! (Reacci ) st senti mal?
JUANA.- S Hambrienta. Enferma. (Un sueno febril: El VIRREY sale del closet o de debajo de la cama y agarra a la VIRREINA por la cintura. La NOVICIA camina por la habitaci .
PEDRO sale del
ba . La VIRREINA le toma la temperatura a JUANA en la frente.) VIRREINA.- Te eEst as quemandoos. JUANA.- uemasteis mis libros, Sor Filotea? FILOTEA.- o entend s? ue un acto de amor! (El VIRREY besa apasionadamente a la VIRREINA) JUANA.- ntender el amor? FILOTEA.- Cuidado, Juana, con las trampas de la soledad. JUANA.- Yo Mucho me temo que no estoy sola. FILOTEA.- No est s sola! No tem s. Deshaced lo que hab s hecho. JUANA.- eshacer lo acontecido? s que es posible?
(La VIRREINA rechaza al VIRREY y va hacia JUANA)
FILOTEA.- (Cambiando de tono) Sor Juana, de ahora en adelante, no voy a dejaros mas que una jarra de agua afuera den la
puerta
hasta que desbarat s desh ais vuestro bordado.
(El VIRREY da vueltas alrededor de la cama)
JUANA y la NOVICIA (al un ono).- l bordado! FILOTEA.- Abrid la puerta!
(La VIRREINA, PEDRO, el VIRREY apartan a JUANA de la puerta) JUANA.- o puedo!
89
(Todos los PERSONAJES del SUE salen )
FILOTEA.- ue Dios os proteja, amiga m ! (Sale.)
(SILVIO entra. El y JUANA se miran )
SILVIO.- Si los dem se enteraran JUANA.- Habr consecuencias SILVIO.- Para ti. JUANA.- Para ambos. SILVIO.- (Pausa) Estuve pensando en el poema que me diste Sigue resonando en mi cabeza JUANA.- i? SILVIO.- Ahora pienso que estilar es la palabra precisa (Reacci ). Esto es peligroso. JUANA.- Yo soy una mujer prometida. SILVIO.- M importante a , Eeres una mujer de promesa. Y no comprometer tu futuro. JUANA.-
Nosotros somos el futuro.
SILVIO.-
Me gustar que eso fuera verdad.
JUANA.-
Es verdad. No te vayas. (Pausa) Tengo algo que darte.
SILVIO.-
n poema?
JUANA.- Algo m personal tangible (Empieza a desabrocharse el frente de su vestido) SILVIO.-
Juana JUANA.-
SILVIO.-
S (Ella lo hace) No.
JUANA.-
eseas que me detenga?
bien?
(El se le acerca. JUANA toma la mano de SILVIO
90
y coloca la palma de en su vientre y lo lleva lentamente hacia arriba y hacia su pecho. Se abrazan. Ella saca de su corpi un lienzo y gentilmente empuja a SILVIO lejos de ella)
JUANA.-(Le pone en las manos el lienzo.) Esto es lo que quer darte. SILVIO.- n bordado? JUANA.-
Es una de las cosas m dif iles que he hecho. o copi correctamente? u escudo de familia!
SILVIO.-
Ah Ya veo. Por supuesto, el emblema.
JUANA.-
S mira: Este es el le .
SILVIO.-
S
JUANA.-
Por la valent , supongo.
SILVIO.-
S Y el libro por los estudios. El barco por la aventura y eso u es?
JUANA.-
so! Perd . Es sangre.
SILVIO.-
Muy real.
JUANA.-
Me temo que s (Muestra su dedo). Me phinqu yo sola.
SILVIO.-
ucho?
JUANA.-
El dolor es parte del proceso, o?
SILVIO.-
Desafortunadamente.
JUANA.-
Y aqu un timo dise .
SILVIO.-
La vela encendida.
JUANA.-
u es la vela?
SILVIO.-
Muchas cosas, iluminaci , entendimiento JUANA.- Ah a verdad? 91
SILVIO.-
Pues s La verdad.
JUANA.-
Interesante especialmente a la luz de que me est mintiendo.
SILVIO.-
erd ?
JUANA.-
Don Silvio: Este no es el escudo de la Familia Tampas. O tu vos no est s muy enterado de vuestro linaje o no sois quien pregon s ser.
SILVIO.JUANA.-
ue dices! n editor? e Salamanca? adrid? alencia? D de exactamente ha vivido vuestra familia en el timo siglo?
SILVIO.- Juana, est confundida. JUANA.- Confundida, s Equivocada, no. Este emblema es un engaÁo de mi imaginación, como lo es, tal vez, vuestro nombre. SILVIO.- No sabes lo que estás diciendo. JUANA.- Yo quería hacer algo sólo para vos, bordar vuestro escudo de familia. Pero investigué, hurgué en las bibliotecas. Y descubrí que vos no existis. No hay familia Tampas. Las contradicciones cobraron sentido. Todo lo que pod pensar era or qu OR QU u gana este hombre fascinante exquisitamente ilustrado usando una identidad falsa, al imitardo a otro noble?
SILVIO.-
Creo que esta conversaci debe parar.....
JUANA.-
Y de repente o supe! o supe! o entend
SILVIO.-
No hay nada qu entender.
JUANA
Descastado. Ileg imo. (Reacci ) Un bastardo.
SILVIO.-
Jam he sido insultado as 92
JUANA.-
Lo dudo.
SILVIO.- Yo no soy un cualquiera n hijo rechazado como como JUANA.- Como yo. (Pausa) Marcados desde la concepci pidiendo perd por pecados que no comet os. Juzgados por nacer y no por nuestros m itos. Humillados, por la bajoa el yugo de la poca esperanza de los otros. Curiosidades de carnival. Esa soy yo. ui sois vos? SILVIO.- Silvio Burgas, hijo astardo del Marqu de Gorgona JUANA.- or qu no me lo dijisteis antes? SILVIO.- cortejar vuestro desd ? JUANA.- Silvio, vos no me comprende s. SILVIO. Mi madre, mi padre y tambi n yo hemos maldecido el d en que nac or qu vos ser ais diferente? JUANA.- Seguramente vos no pensaisteis que yo SILVIO.- Descubristeis mi realidad. No yo soy mas que un hombre com , con ra es nobles. (Pausa. Sincero) uana, cu to lo siento! (Empieza a salir) JUANA.- Cuando yo ten doce a s, me cort el cabello, me puse la vest ropas de un hombre y por un breve tiempo disfrut de una nueva dimensi de posibilidades. (SILVIO se vuelve y la encara) Estaba disfrazada pero era m yo misma que nunca antes.
Quiz las m caras
nos den la libertad para revelar nuestras verdades m profundas hasta llegar al punto en que las
mentiras ya no son necesarias.
SILVIO.- Las mentiras ya no son necesarias. JUANA.- Y yo a s todas las verdades acerca de vos e ti? SILVIO (Pausa).- Juana, no te hagas ilusiones. Yo soy un descastado, hijo..
93
JUANA.- Hijo bastardo pero no un hombre com . Debemos huir en tanto que podamos. SILVIO.- uir a d de? No tengo ni nombre ni riquezas ni un lugar en la corte JUANA.- Don Silvio, yo conozco el precio del oro, el valor del noble nacimiento y la fuerza del poder. He le o libros de tierras lejanas y he escrito la poes que brota desde mi coraz . Pero nunca so que otro ser abrir tantas puertas en mi alma y que el fulgor de su mirada marcaria el camino al porvenir. Silvio, si quieres riqueza no la busques m all de ti mismo.
SILVIO.- Juana, el lujo y el bienestar no deben ser desde dos. JUANA.- No. Es un placer vivir con ellos y una tragedia vivir por ellos.
Por poco
echo a perder mi vida por querer quedarme aqu SILVIO.- Si las palabras fueran oro JUANA.- Lo ser . Nos ganaremos el respeto de los dem , haciendo valer la riqueza que poseemos. Lo que vale nuestro ingenio, nuestra mente, nuestras palabras nos abrir las puertas. Este es una tierra nueva y buenas cosas crecen de un querer valioso y verdadero. Te prometo que, as como t me das riqueza, yo te enriquecer SILVIO.- (pausa. El se quita la cadena que lleva y se la coloca a JUANA alrededor del cuello.)
Mi madre su pobre vida encaden
entreg
la cual me ha protegido de mil da s
y esta cadena de oro me hered
durante estos timos veinte a s Es lo ico que tengo el d de hoy y con mi alma y mi vida te la doy. JUANA.- Y puesto que en el cuerpo solo el alma reposa respirar tu aliento y yo ser tu esposa.
. 94
Huyamos esta noche, en secreto (Se besan) SILVIO.- Te espero a media noche junto a la encina torcida encorvada que divide el arroyo. Y no me ir sin ti. (Entran repentinamente PEDRO y la VIRREINA) PEDRO.- qu est ! VIRREINA.- u haces aqu sola con este hombre? (SILVIO empuja violentamente a PEDRO y huye) JUANA.- uye! PEDRO.- Os lo dije, Se ra. VIRREINA.- Alcanzadlo,idiota. Atrapad al sinverg nza. st arruinando todo! (PEDRO sale de escena tras SILVIO. La VIRREINA alza la mano para abofetear a JUANA, pero la baja. Con frialdad.)
VIRREINA.- s as como premi sas mi afecto? s demuoestra s tuvuestra gratitud? JUANA.-
Perdonadme, Señora, mi amiga, mi querida dueÁa y confidente.
VIRREINA.- Estáis ennegreciendo oscureciendo tuvuestro futuro . JUANA.-
Yo lo amo.
VIRREINA.- ¿Y el amor trae felicidad? ¿Piensaáis que amar a alguien os traerá felicidad? JUANA.-
Mucho mejor: Traerá libertad.
VIRREINA.- Es tan t ico de vos ti ppedirme la ica cosa que no puedo darteos. res Sois tan ni ! Una caprichosa, terca y hermosa ni . (Pausa) ntonces, te ira s? JUANA.- S 95
VIRREINA.- (Pausa) Supongo que yo tambien los haria, si pudiera. (JUANA, conmovida, abraza a la VIRREINA desde atr ) T sSabe s, querida Juana?, el amor y la raz son dos criaturas extra s, opuestas, contradictorias. El coraz puede llevarteos a hacer cosas que nunca imagina teis. La pasi rompe promesas. El Amor es una tremenda fuerza, y lo ico m fuerte que es la resistencia a perderlo. La p dida del Amor, (la soledad.) es la m profunda tragedia que puede haber, Juana. Y no importa lo que la gente, el Virrey o el mismo Dios digan no importa c o se vea veauestro tu amor a la luz de sus empa dos ojos cegatones ebes hacer todo TODO- para no perder lo que has ganado. JUANA.-
Lo s
VIRREINA.- Una debe hacer lo que sea necesario, mi niÁa. Aunque sea difícil. JUANA.-
Vuestra comprensión es una bendición.
VIRREINA.- Yo sólo deseo lo mejor para tivos. (Besa la frente de JUANA) ¡A Dios te Os encomiendo a Dios! (Entra PEDRO sin aliento) PEDRO.- ¡El malandrin escapó! VIRREINA.- Callad Pedro. (A JUANA) No teos preocupes s. El verdadero
amor
nunca tuos dejar Juana. Ahora, ved a comer algo y dormir un poco. st s tan p ida! JUANA.-
Est bien. Gracias, Mi Se ra. (JUANA sale)
PEDRO.-
El hombre es un brib y Juana una VIRREINA.- Silencio, Pedro. Deber is ser
m respetuoso con el hombre al que ama Juana. (Pausa) Por lo cual deb seras ser compasivo y r ido al matarlo. PEDRO.- Perdonadme ero 96
VIRREINA.- Pedro. Deb s cortar de un solo tajo su garganta. O partir en dos su coraz . No permitir que destruya el futuro de mi ni . Don Silvio, fil ofo, noble y Maestro en Letras, no debe vivir para ver la luz del d . Y nadie debe saber de esto, y menos el Virrey. PEDRO.-
Se ra, el tunante huy
VIRREINA.- Pedro, n verdad piens sas que un hombre como Silvio dejaabandonar as nom a una mujer como Juana? volver Y tu vos lo esperara s con la espada en la mano. PEDRO.- Pero Don Silvio es diestro con la espada. Y yo nunca he VIRREINA.- No es tiempo de pensar. Atacadlo por todos lados. Bajadle todas las defensas. Cansadlo. Confundidlo. Dominadlo. Vencedlo. omprend s, DON Pedro? PEDRO.-
sesinarlo?
VIRREINA (Pausa. Consciente del pecado que est cometiendo) Lllame osle lo que es: Un acto de pasi (La VIRREINA sale)
PEDRO.- (ambivalente) Un encagargo de peso y dignidad. (Entra XÓCHITL) X HITL.- Perdonadme, Don Pedro. Estaba buscando a la Virreina. PEDRO.- X hitl, me alegra que est aqu Eres la persona que estoy buscando. X HITL.- e r? PEDRO.- Tengo una importante diligencia que hacer pero debo notific sela al Virrey antes de irme. (PEDRO toma papel y pluma y escribe r ido un mensaje.)X hitl, uedes entender lo escrito en el papel? X HITL.- No, se r. 97
PEDRO.- Bien. Toma este mensaje y ll alo al Virrey de inmediato. Es un asunto de estado. X HITL.- Lo entregadejar en las manos apropiadas. (X HITL sale) (PEDRO desenvaina su espada, se persigna y sale)
98
ESCENA TRES Empieza: JUANA est en su habitaci , empacando. Est
m interesada en
empacar libros que ropa. Entra X HITL. X HITL.- Juana, Juanita, u est haciendo? JUANA.-
Nada.
X HITL.- Has puesto tus libros favoritos en launa bolsa. aparte. JUANA.- La Virreina est interesada en leerlos. X HITL (sacando un cepillo de la bolsa) est interesada tambi en usar tu cepillo? JUANA .- (quit dole el cepillo a X HITL) Sab que lo habr puesto en el lugar equivocado. X HITL.- Pusiste en el lugar equivocado tu cabeza y tu coraz , mi niÁa. JUANA.- Ahora Crees piensas que puedes leer mi mente!. XÓCHITL.- Yo veo lo que veo… y mis ojos no mienten. Vas a irte con ese tal Silvio. JUANA.- (Pausa) Tal vez lo haré. XÓCHITL (escupe en el suelo y este tiembla)¿Y la Virreina aprueba que desperdicies tu vida con el peor de los rufianes? JUANA.- Ya basta, X hitl. No sabes lo que dices. X HITL.- Yo s lo que puedo leer. JUANA.- eer? os de tu raza no puedpueden leer!
X HITL. (sacando una hoja de papel)
99
onorable Se r, es mi obligaci informaros que Silvio ha cumplido su parte del pacto: Ha seducido habilmente a Juana In . En este momento estoy buscando a Silvio para darle su recompensa. Vuestro siempre fiel servidor, Pedro. (Escupe. El piso tiembla. Breve pausa.) Mi raza puede hacerlo cualquier cosa. todo.
(X HITL le entrega el papel a JUANA. JUANA reacciona como si todo el aire se le escapara, suelta un gemido y sale del cuarto, encontrando a PEDRO ocult dose con su espada.)
JUANA.- on Pedro! (Ella lo sorprende y lo desarma y recoge la espada) PEDRO.- Juana, yo me opuse en el momento en el que el Virrey os puso en juego. JUANA.- u to pretend ganar? PEDRO.- Os lo advert Juana. Os dije que os cuidaras. JUANA.- u to? PEDRO.- Mil reales de oro. JUANA.- ara qu (Reacci ) Quiero saber. PEDRO.- (Pausa) Para conoceros para distraeros (seduciros?) JUANA.- Quiero saberlo todo. PEDRO.- (Pausa) Juana, o pudisteis caer por en las redes de este hombre? JUANA.- Yo no ca Pedro, yo salt u m se supon que e iba hacer? PEDRO.- Deshonrarte. JUANA.- Destruirme. PEDRO.- Convertiros en una mujer sin valor indigna. 100
JUANA (Calmadamente).-Ah, ya veo Una mujer sin valor. (Con rabia. Arroja la espada) PEDRO.- Juana JUANA.- (Le pega muy fuerte a PEDRO) ombres necios que acus s a la mujer sin razon sin ver que sois la occasion de lo mismo que culpais. Si con ansia sin igual Solicitais su desden Por que quereis que obren bien Si las incitais al mal? Siempre tan necios andais Que, con desigual nivel, A una culpais por cruel A otra, por facil, culpais Y quien es de mas culpar Aunque cualquiera mal haga, La que peca por la paga O el que paga por pecar? JUANA: (Pausa) Don Pedro, cuando le deis la recompensa, entregadle esto. (Le pone en las manos a PEDRO la cadena de oro)
PEDRO.- Su recompensa ser a el castigo.
101
JUANA. (Pausa. Deliberadamente recoge la espada y se la entrega en las manos a PEDRO.) Esta escondido en la encina que divide el
arroyo.
PEDRO.- (Reacci ) uana! JUANA.- alid! (PEDRO sale) X HITL.- u est haciendo, Juana? JUANA.- Sobreviviendo, X hitl. X HITL.- sabes lo que Don Pedro intenta hacer! Un hombre con la espada desenvainada significa que viene trae la desgracia. Los dioses escupir sobre la tumba de ese aventurero, pero t Juana no debiste JUANA.- Una mujer debe ser vista nunca escuchada,, no escuchada, ;caer cuando la
atropellan y perdonar cuando es traicionadada.
(Pausa) Pero yo no soy ese tipo de mujer y descubr que t tampoco. X HITL.- Yo tengo una vida m all de estos muros. Este cuarto no es el centro de mi mundo. Y conozco s que la violencia no se logra nada. JUANA.-
No es violencia, X hitl, es Justicia.
X HITL.- Di que el sol es luna, pero la verdad saldr a la luz. JUANA.-
u Qu verdad?
X HITL- (provoca viento) La raz es un acero Que sirve por los dos cabos 102
De dar muerte por la punta Por la poma dar resguardo Si vos, sabiendo el peligro Quereis por la punta usarlo Que culpa tiene el acero Del mal uso de la mano? (Pausa) te cito!
JUANA
(Reacci ) u he hecho? X hitl, por favor, ay ame. Debemos detener a Don Pedro. (JUANA da un traspie)
X HITL.- ate! onsumi dote, m ija! Temblando. P ida y
y
ardiendoen fuego. u ser de ti? u ser de nosotras? or qu nos partes el coraz de esta manera? JUANA.-
X hitl, por favor, vete. Vete!
(X HITL le da una bendici de los ind enas a JUANA y se va. JUANA camina con sufrimiento, inquieta.) Logos. Ethos. Pathos. L ica. ica. (Reacci ) Sentimientos. Yo me promet que no ser como las dem Y aqu estoy, la peor de todas. (JUANA se sienta, toma papel y pluma y empieza a escribir).
(Pasa el Tiempo. Aparece SILVIO)
SILVIO.-
Esper junto a la encina y no viniste. (Reacci )
103
Descubriste lo del pacto. (No hay respuesta) o entiendes?
Yo
hubiera muerto por ti. JUANA.-
Me mentiste.
SILVIO.
Desear JUANA.-
Los deseos son para los pozos quietos y silenciosos y
yo no soy nada de eso. Ning pacto de hombre, s lica o promesa de hombre me avergonzar a orillara al silencioarme. Ni siquiera a si viene de ti. SILVIO.-
Pedro est muerto ( Reacci ) Nunca antes hab matado a un hombre. Escuch Uun ruido. Llame tu nombre. Era Pedro con una espada y en la otra mano la cadena de oro que yo te hab dado. T sabes que te amo. (Reacci ) Tal vez Pedro ten raz . Nada bueno puede salir de nosotros.
JUANA.-
No.
SILVIO.-
Juana In T y yo os dos astardos.
JUANA.-
o!
SILVIO.-
Yo mat a Pedro, y t
JUANA:
Y yo que?
SILVIO:
T me amaste me ennobleciste JUANA & SILVIO.- e traicionaste!
(Se miran cara a cara. SILVIO acerca lentamente la mano de JUANA a una profunda herida que lleva en su costado. Sostiene la mano abierta y ensangrentada y la levanta hacia ella. SILVIO toma la mano de JUANA entre las suyas y besa el dorso de su mano apasionadamente. JUANA se da cuenta 104
que se est muriendo. Se echa para atr )
JUANA (suavemente. en shock) No.
(Se apagan las luces. SILVIO no debe morir en escena)
105
ESCENA CUATRO Al empezar: La VIRREINA en la sala de estar. PADRE N EZ entra guiado por X HITL.
VIRREINA.- Padre N ez, gracias por venir tan pronto. PADRE.-
Cuando o que se trataba de Juana In , dej todos mis dem deberes.
VIRREINA.- Nada de lo que yo diga parece ayudar. X HITL.- Padre, no ha comido nada. No ha dormido. Esta debil. Lo unico que hace es sentarse a la luz de una vela escribir! PADRE-
Y a dicho algo?
VIRREINA- O!
PADRE-
XOCHITL- I!
Xochitl, ue ha dicho?
XOCHITL- (pausa) Todo lo que dice odo lo que pregunta s do de enterraron a Silvio. VIRREINA- nde entierran los cuerpos de ladrones y rufianes, los on Nadie de este mundo? De verdad, Padre, yo se muy poco de esto, solamente que Don Pedro sorprendio a este charlata y se vio forzado a usar su arma en contra de l. XOCHITL-
Y los dos murieron en el duelo.
VIRREINA- Don Pedro asesinado en el arroyo.. El canalla, muerto en la habitacion de 106
Juana. (Reaccion) El Virrey est inconsonable, insisti en hacer un funeral principesco a su ayuda de c mara.
XOCHITL- Y el cuerpo de Silvio fue arrastrado por los pies, como si fuera un toro.
VIRREINA- El hombre se lo merecia, deshonrando esta casa como lo hizo. Y aun asi, si yo hubiera sabido que Juana reaccionaria de esta manera ou nunca hubiera PAUSA) Padre, nada de lo que yo diga, nada de lo que yo haga cambia su actitud. Convenci a Don Fabio para que la salve todavia, no como su esposa, por supuesto, si no como su querida, lo que bajo esdadas t las circunstancias, es un verdadero regalo. Y sin embargo, Juana o adre! Quiero que Juana me mire de nuevo. La qQuiero dque vueltva del fondo de su mente.
PADRE-
Y ella? a rezado?
XOCHITL-
No, escribe y escribe.
PADRE-
Debo hablar con ella.
(LA VIRREINA y XOCITL guian al PADRE hasta la puerta de JUANA, la abren. JUANA esta sentada tras su escritorio escribiendo lentamente. Levanta la cabeza. No esta ausente. Esta silenciosa, dolida, intensa. Se da cuenta de lo que pasa a su alrededor pero prefiere ignorarlo a su criterio).
VIRREINA- Juana, nin mia, el Padre Nu z esta aqui para hablar contigo con vos. (JUANA 107
deja de escribir, pero no baja la pluma), Deb ses ser corte con e y hablarle. (Reaccion) Recordad que Don Fabio vendra m s tarde asi que deberias os servira para disponeros a hablar con tambi . perpararte para hablar otra vez.
XOCHITL-
Nomas di algo, m ija.
VIRREINA- es que el diabloe teos tiene la lengua? No te os permitire que este s sola sentada en silencio. ntiende s? No puoede s seguir hacie dome e to! PADRE-
Quiza seri lo mejor si yo estuviese me quedara a solas con ella.
VIRREINA- (Titubeando) Est bien. Juana, querida, recuerda que siempre estare por aqui cerca. en Ignacia!
(Las mujeres salen en silencio. JUANA escribe. El Padre pasea un momento en silencio)
PADRE- Yo se donde esta Silvio. (JUANA deja de escribir). Esta enterrado en una fosa comun no lejos de la iglesia. (JUANA baja la pluma). La tumba esta sin marcar, excepto por un arbusto de zarzamorras silvestres. (Pausa) Me permitis leer esto? (Juana le permite. El lo lee). Juana, esto esta asombroso. Absolutamente asombroso (PAUSA) tuvuestras palabras son ermosas (tan bellas .
JUANA- (PAUSA) racias! PADRE-(Se sienta a su lado) u es lo que va s a hacer, hija mia? Va s a aceptar la oferta de Don Fabio? 108
JUANA- (Pausa) No.
PADRE- Pode s regresar a vuestro hogar?
JUANA- No.
PADRE- Entonces JUANA empieza a escribir de nuevo. El PADRE suavemente le quita la pluma) Hija mi , os va s a mataros si continua s de esta manera.
JUANA- (Aferrandose a la pluma) s lo u ico que me mantiene viva!
PADRE- Me permiti ? (Tomando uno de sus papeles. Lee). Juzgamos aun sin ver que el alto risco y que humilde, el valle
PADRE y JUANA- stan iguales, en distancia, del Cielo. PADRE.-
ublime! Todo lo
que dices con tan pocas palabras! u imaginaci ! Sois tan talentosa! JUANA.-
Padre, vos escrib tambi .
PADRE.-
S Lo hago. Algo. (Pausa) He rimado desde que era ni .Me gusta mucho la poes .
JUANA.- (pausa). Padre, deseo entrar al convento. PADRE.- ntrar en mi convento en Santo Matrimonio con El Se r? u tesoro! Juana, tu presencia llenar de riqueza nuestros d s. 109
JUANA.- Pero Debo tener permiso de escribir. PADRE.- s da s cuenta, Juana que va s a ser esposa de Cristo y
deb s
someteros a la voluntad de Dios? Tendr s obligaciones A toda hora. No podr s salir del convento.
JUANA.- En tanto que se me est permitido permita escribir. Todos los d s. Padre, me promet s tiempo y tolerancia, todos los d s,
para que
yo ponga mis palabras y sentimientos en papel?
PADRE.- Dios os ha dotado de una bendici y de una carga., Juana. (Pausa) En el convento siempre tendr s permiso de escribir.
JUANA.- Padre er s vos mi confesor, mi tutor, mi protector? PADRE.- Hija m , yo ser vuestro Padre.
JUANA.- (Pausa. JUANA se arrodilla y le da la cadena de oro.) Perdonadme, Padre, porque he pecado. PADRE.-
Redim dos, hija m y sed fiel a Dios.
JUANA.-
Yo ser SOR JUANA IN DE LA CRUZ.
(Las luces disminuyen. Todo lo que era color y decoraci que aparec en la corte se borra. Domina el gris. Es el presente otra vez. Una sola vela est encendida. JUANA Vestida con su h ito, est reposando con la cabeza en la mesa. 110
La NOVICIA est susurrando afuera de la puerta.)
JUANA.- ui est ah (No hay respuesta. JUANA se levanta y va hacia la puerta.) Otra vez ui est ah (No hay respuesta) l diablo os tiene la lengua? No h trab s tra o alimentos, ni lienzos y casi nada apenas un poco de agua. Os llevasteis todo, y no me dist hab is dado nada. o es posible que teng s la Por qu necia raz os pas s el tiempo
necedad de estar afuera de mi
puerta?
(La NOVICIA empuja un paquete de papel bajo la puerta. JUANA lo recoge. Abre la puerta y se sorprende al ver a la NOVICIA, quien est parada con una canasta, nerviosamente mirando a todos lados para ver si alguien la ha visto. La NOVICIA traspasa velozmente la puerta de JUANA. JUANA cierra la puerta. Silencio. La NOVICIA pone pluma y tintero sobre la mesa)
NOVICIA.-
Para vos, Sor Juana. (JUANA est conmovida, muy emocionada) El papel. La pluma. (Pausa) 111
Son regalos del Padre N ez (Pausa) desea que los teng s (Pausa) para que pod s escribir. (JUANA la mira) scribir poemas!
JUANA.-
e ha perdonado el Padre ?
NOVICIA.-
El Padre N ez no quiere que vuestro talento se desperdicie. Pero deb s comer. Hab s pasado doce d s sin probar bocado. Comed algo de pan, os lo ruego.
JUANA.- (ignora los alimentos) l Padre N ez me permite escribir de nuevo? scribir poemas? NOVICIA.-
(Pausa) En honor al Arzobispo de Puebla.
JUANA.-
l Arzobispo?
NOVICIA.-
En honor de la Iglesia. El Padre N ez, con su gracia, os da estos regalos con la condici de que, bajo promesa, vear todo lo que est s escribiendo. Debere s sujetaros al tema y a la forma que e requiera., Y deb s compartiendor todos vuestros escritos con . Est s para escribir dentro de los
confines que el juzgue apropiados para una mujer. Y aun cuando no sean publicados nunca m , vuestros hermosos poemas honrar a Dios. JUANA.-
puedo escribir otra vez?
NOVICIA.(JUANA suavemente alcanza la pluma y el papel ytoma un pedazo de pan ) 112
Tan pronto como hay s destruido el bordado, vos vos sois libre para escribir de nuevo.
(JUANA toma el lienzo bordado en punto de cruz y lo lee.) JUANA.-
Dadme el instrumento.
(La NOVICIA se lo da. JUANA mira el bordado de nuevo. Empu la navaja y pasa la hoja del cuchillo sobre la palma de su mano y la cierra. La sangre gotea de su pu . La NOVICIA grita.
NOVICIA.-
or Juana!
JUANA.- (En voz baja, con fiereza) Ve Iros y dilecid al Padre N ez que nunca destruir estas l eas. Decidle que no podr constre rme limitarme a lo que juzga apropiado para una mujer. Tengo muchos defectos pero no pedir perd por mi sexo ni por el talento que Dios me dio
NOVICIA.- Que Dios se apiade Est s O hab s vuelto loca, Sor Juana? JUANA.-
Decidle al Padre que no escribir poemas honrando al Arzobispo, ni a la Tierra ni al Cielo porque no tengo intenci de volver a escribir. am !
NOVICIA.-
Sor Juana: Sed razonable, Acatad la decision. Someteos. El Padre N ez no os ha prohibido que JUANA.- He cedido en todo... y cada
vez he perdido un poco de m misma. He lastimado a los dem s. He traicionado a los que quiero, he traicionado a la libertad He traicionado al amor. 113
(Levanta el lienzo con el bordado) Pero esto no lo traicionar Dejad que Dios sea mi testigo, dejad que mis palabras se graben con mi sangre: Yo, Sor Juana In de la Cruz, juro que no escribir jam . (Ella estampa su mano ensangrentada en el papel y se lo da a la NOVICIA) Que escuchen mi silencio. Ve a decirselo al Padre. (La NOVICIA toma el papel y sale apresuradamente. JUANA camina alrededor de la habitaci y se venda la herida mano con el lienzo bordado. Recoge la pluma con ganas de escribir, la deja caer, y tira los papeles al suelo y se sienta en la silla. Recuesta su cabeza sobre la mesa) JUANA.- Lo promet lo jur lo juro! (Todos los personajes de la Corte aparecen: SILVIO, la VIRREINA, el VIRREY, PEDRO, X HITL en sombra alrededor de ella.) JUANA.- (Mira hacia arriba) o os dais cuenta que es un pecado imaginar otras vidas y escribir a la memoria de los muertos? ois solo mis personajes! Nunca habeis exisitido....Yo jure...D mi palabra... ( Se r amargamente. Pausa. Todos los PERSONAJES se retiran, excepto SILVIO. y JUANA se contemplan.) JUANA ( Reacci .) or qu la P dida del Sagrado costo del Amor? (SILVIO le quita la venda de lienzo con el bordado y besa la palma de la mano herida de JUANA y sale. JUANA lo sigue con la mirada mientras sale. Un viento sopla.) 114
JUANA- No s que duele m : lo que nunca escrib o lo que nunca viv
(JUANA vuelve a su escritorio. Se sienta. Ella, instintivamente, va a recoger la pluma. Retira la mano. Se sienta y espera.)
JUANA-
ue Dios tenga piedad de nuestras almas!
(JUANA apaga la vela. Descansa la cabeza en la mesa. Las luces se apagan sobre JUANA mientras otra luz empieza a iluminar a la NOVICIA quien est mirando el papel con las huellas ensangrentadas. La NOVICIA abre un cuaderno y empieza a escribir.)
FIN DE LA OBRA
115