Los tres chanchitos: La historia del lobo Un libro de lectura de Reading A–Z • Nivel O Número de palabras: 790

LECTURA • O

Los tres chanchitos: La historia del lobo

Escrito por Ned Jensen • Ilustrado por Joel Snyder

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Los tres chanchitos: La historia del lobo

Nota a los lectores: Esta historia de Los tres chanchitos puede que no sea lo que parece al principio. Uno de los personajes del cuento tiene una historia diferente para contar. Continúa leyendo para saber qué sucedió realmente cuando el lobo y los tres chanchitos se encontraron.

Los tres chanchitos: La historia del lobo (Three Little Pigs: The Wolf`s Story) Libro de lectura Nivel O © 2005 Learning Page, Inc. Escrito por Ned Jensen Ilustrado por Joel Snyder Traducido por Lorena F. Di Bello

Escrito por Ned Jensen Ilustrado por Joel Snyder

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El primer chanchito quería una casa cálida y acogedora que lo ayudara a relajarse. Hizo su casa de paja, el material más cálido y familiar que él conocía.

Había una vez tres chanchitos que vivían en un tranquilo pueblo rural. Eran los cerdos más afortunados del campo. Habían heredado recientemente de su abuelo dinero suficiente para construir tres nuevas casas.

Al segundo chanchito le gustaba impresionar a sus vecinos. Juntó ramitas como material y construyó una casa moderna como Frank Lloyd Wright. 3

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El tercer chanchito, que planeaba contra cualquier desastre imaginado, construyó una resistente casa de ladrillos y mortero.

No muy lejos, en un húmedo y frío bosque, vivía un pobre y viejo zorro. Vivía en un tronco podrido y hueco y exploraba el bosque en busca de cualquier comida que pudiera encontrar. No tenía dinero, ni un solo centavo, para construir una casa o plantar una huerta. A diferencia de la mayoría de los lobos, él era vegetariano. Cuando el invierno llegó, fue extremadamente helado y duro. El lobo comía tan poco que se debilitó y se pescó un terrible resfrío. Al poco tiempo estaba constantemente soplándose la nariz y estornudando. Estornudaba tan fuerte que hacía volar las hojas secas de los árboles del bosque.

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El enfermo lobo dejó el bosque en busca de comida y albergue. Se soplaba la nariz y estornudaba mientras viajaba por el camino. ¡Achís! ¡Achís! Con cada estornudo, la nieve se arremolinaba en una nube blanca alrededor de sus congeladas orejas.

Después de caminar varias horas, el viejo lobo llegó hasta el pintoresco pueblo donde vivían los tres chanchitos. Como tenía tanto frío y estaba tan cansado, se apresuró hasta la casa más cercana tan rápido como su agarrotado cuerpo lo podía llevar. Golpeó en la puerta de paja. Esperaba que quien fuera que vivía allí se apiadara de él y le permitiera entrar. Antes de que el tímido chanchito pudiera llegar a la puerta, el lobo comenzó a estornudar y estornudar. ¡Achís! ¡Achís! 7

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El lobo siguió al chanchito hasta la caza de ramitas, desesperado después de destruir su primera oportunidad de comida y albergue. —Por favor, oh, por favor, dame algo para comer y un lugar cálido para descansar —suplicó. Los dos chanchitos permanecieron escondidos debajo de la cama, temiendo por su vida. Una vez más el viejo lobo comenzó a estornudar y estornudar. ¡Achís! ¡Achís!

Para sorpresa del lobo, estornudó tan fuerte que hizo que la casa de paja se volara. El asustado chanchito pensó que el lobo se lo quería comer, así que se escurrió hasta la casa de su hermano. Con voz temblante, el chanchito le advirtió a su hermano sobre el lobo que había hecho volar su casa. Rápidamente cerraron la puerta con llave y se escondieron debajo de la cama. 9

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El lobo vino otra vez suplicando comida y albergue. Deliraba. El clima y la enfermedad habían agotado su fuerza. Una última vez, el lobo comenzó a estornudar y estornudar. La casa de ladrillos permanecía fuerte, pero el lobo tambaleó hasta que con un estornudo final colapsó en la nieve amontonada.

Sus estornudos hicieron temblar la casa de ramitas. Tres estornudos más y la casa se vino abajo. Los dos chanchitos entraron en pánico y corrieron más allá de la colina hasta la casa de ladrillos de su hermano.

El lobo yacía allí inconsciente. Después de un rato largo, una comadreja que empujaba un trineo encontró al lobo casi congelado.

Su hermano estaba seguro de que el lobo no podría destruir su casa. Para estar a salvo, los chanchitos cerraron las puertas y ventanas y se escondieron en la habitación más segura. Cuando los dos hermanos se habían calmado un poquito, los tres chanchitos se sentaron a jugar a las cartas. 11

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La comadreja finalmente se las arregló para cargar al lobo y empujó el trineo hasta su casa en el borde del pueblo. Ayudó a la enferma criatura a meterse en la cama, donde cuidó al lobo y le devolvió la salud con caldo de vegetales. Cuando llegó la primavera, el saludable lobo les explicó su terrible calvario a los tres chanchitos hermanos. Los chanchitos estaban avergonzados de no haberse dado cuenta de lo que estaba sucediendo.

La comadreja, como era amable y se preocupó, forcejeó para colocar al viejo lobo en su trineo. 13

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El lobo no los culpó por el malentendido. Para compensar por haber destruido las dos casas, el lobo ayudó a los chanchitos a construirlas otra vez. Luego todos los del pueblo se juntaron para construir la nueva casa del lobo. Los nuevos vecinos del lobo también lo ayudaron a plantar una huerta llena de vegetales frescos. Desde ese día, el viejo lobo nunca tuvo frío o hambre otra vez, y nunca más estornudó otro estornudo.

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Glossary agotado

debilitado (pág. 12)

calvario

una experiencia dura o difícil (pág. 14)

congelado

daño a partes del cuerpo al ser expuestas a fríos extremos (pág. 7)

deliraba

se sentía confundido para pensar y hablar, usualmente como resultado de una fiebre alta (pág. 12)

desesperado

que perdió las esperanzas; que sufre necesidades extremas (pág. 10)

heredaron

recibieron después de que alguien murió (pág. 3)

inconsciente

no enterado; mentalmente dormido (pág. 12)

moderna

con características de la época actual (pág. 4)

pintoresco

algo peculiar (pág. 8)

resistente

construida con firmeza, fuerte (pág. 5)

vegetariano

alguien que come sólo productos derivados de las plantas y no come carne (pág. 6)

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