Matrimonio y parentesco en la Sierra de Salamanca. Un estudio de caso. Cepeda en el siglo XVIII

Matrimonio y parentesco en la Sierra de Salamanca. Un estudio de caso. Cepeda en el siglo XVIII. Pilar Juan Llamas Universidad de Salamanca Pilar Ju
Author:  Carmen Ramos Mora

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Matrimonio y parentesco en la Sierra de Salamanca. Un estudio de caso. Cepeda en el siglo XVIII.

Pilar Juan Llamas Universidad de Salamanca

Pilar Juan Llamas C/Batalla del Salado, 7-9, 3B 37003 Salamanca Tlf: 695420085 e-mail: [email protected]

Matrimonio y parentesco en la Sierra de Salamanca. Un estudio de caso. Cepeda en el siglo XVIII1. Pilar Juan Llamas. Resumen: El objetivo del trabajo es el estudio de los matrimonios entre parientes en la localidad salmantina de Cepeda durante el siglo XVIII. Estas uniones matrimoniales serían la consecuencia de una serie de estrategias de reproducción social desarrolladas por las familias. Se plantea el análisis de un grupo destacado por su poder social y económico dentro de esta pequeña comunidad rural. Metodológicamente, el trabajo se apoya sobre un proceso previo de reconstrucción genealógica del conjunto del grupo. Partimos de la idea de que uno de los objetivos de los matrimonios entre parientes es paliar las consecuencias derivadas de un sistema de herencia igualitario. Nuestro análisis nos ha permitido definir con claridad las estrategias matrimoniales empleadas por el grupo, girando en torno al reencadenamiento de alianzas, repitiéndose este tipo de matrimonios a lo largo de las generaciones. Palabras clave: Cepeda, siglo XVIII, reproducción social, sistema de herencia igualitario, matrimonio entre parientes, estrategias matrimoniales.

1 Trabajo Fin de Máster. Máster en estudios avanzados e investigación en Historia. España y el Mundo Iberoamericano. Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea. Universidad de Salamanca. Director: José Carlos Rueda Fernández. Presentado en septiembre de 2012.

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1. Introducción El presente trabajo pretende abordar el estudio de los matrimonios entre parientes como consecuencia de las estrategias de reproducción social llevadas a cabo por las familias en las sociedades campesinas del Antiguo Régimen. Para ello hemos utilizado como ejemplo la localidad salmantina de Cepeda durante el siglo XVIII, donde pretendemos hacer un análisis de la frecuencia y posibles causas de este tipo de alianzas matrimoniales en una pequeña comunidad rural. A partir del estudio de las familias que recurren con más frecuencia a este tipo de uniones matrimoniales, nos disponemos a analizarlas como expresión de una serie estrategias empleadas por las familias para garantizar la reproducción social de los individuos. Estas estrategias tendrían el objetivo de paliar las consecuencias derivadas de un sistema de herencia igualitario y de reforzar el poder social y político que caracteriza a nuestro grupo de estudio. En primer lugar hemos explicado la metodología y fuentes utilizadas, para a partir de ahí analizar brevemente el contexto socio-económico de Cepeda y caracterizar nuestro grupo de estudio, compuesto por las familias apellidadas Gascón, Blanco y Felipe. En el grueso de nuestro trabajo analizamos el matrimonio entre parientes como estrategia de reproducción social empleada por nuestro grupo de estudio. Primero analizamos las relaciones y vínculos sociales, y el afianzamiento de los mismos gracias al matrimonio entre parientes. Más adelante estudiamos los sistemas de transmisión de bienes y las estrategias realizadas por nuestro grupo de estudio para paliar las consecuencias de un sistema de herencia igualitario.

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2. Material y Métodos Metodológicamente, el trabajo se apoya sobre un proceso previo de reconstrucción genealógica del conjunto de nuestro grupo. La elaboración de árboles genealógicos es de gran utilidad a la hora de realizar el cruce nominativo de la información contenida en las distintas fuentes que hemos utilizado, que nos ofrecen tanto datos económicos (Catastro de Ensenada y protocolos notariales) como datos de carácter social (dispensas matrimoniales y libros de matrimonios). Y es que, a la hora de estudiar las estrategias matrimoniales entre parientes necesitamos conocer tanto los perfiles sociales como los económicos de nuestro grupo de estudio, algo que únicamente podemos alcanzar mediante el estudio cruzado de las fuentes. Las fuentes de las que mejor deducimos muchos de los comportamientos sociales y, sobre todo, las estrategias matrimoniales de un grupo de parentesco son las Dispensas Matrimoniales y los Libros Parroquiales, que encontramos en el Archivo Diocesano de Salamanca. Las dispensas nos aportan el grado y tipo de parentesco de los contrayentes y de dónde proviene este último. Hemos consultado todas las dispensas realizadas en la villa durante el siglo XVIII, de las que hemos destacado las que más nos interesan para este trabajo. Por otro lado están los Libros Parroquiales, de los que destacamos los Libros de Matrimonios que son un registro de los matrimonios de la parroquia que nos permite conocer, además de la fecha del enlace, el estado civil de los contrayentes, el nombre de sus ascendientes directos y si han recurrido a dispensa matrimonial. Hemos consultado dos libros de matrimonio de la villa de Cepeda que ocupan las fechas 1704-1749, el primero, y 1749-1792, el segundo.

3 Por lo que se refiere a aspectos económicos no hay mejor fuente para todo el siglo XVIII que el Catastro del Marqués de la Ensenada. Las denominadas Respuestas Generales nos ofrecen una perspectiva económica general de la villa, y las Respuestas Particulares nos dan una excelente muestra de la economía de las diferentes unidades domésticas. Otra fuente interesante, en cuanto a elementos económicos se refiere, son los Protocolos Notariales, en los que podemos encontrar ventas, inventarios de bienes, dotes o testamentos, que nos ofrecen tanto datos económicos como de transmisión de patrimonio. Un apunte a favor es que Cepeda cuenta con un escribano público propio. En el siglo XVIII el cargo fue ocupado por Sebastián Díez Barrio (1713-1756) y por Alejandro Panchuelo (1758-1793). Estos fondos se encuentran en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca. De toda la documentación ofrecida por los protocolos nos han interesado especialmente los testamentos ya que son el documento clave para conocer las estrategias de transmisión de bienes desarrolladas por las familias para paliar las deficiencias del sistema de herencia igualitario. Los testamentos nos han dado la información relativa a la transmisión de bienes dentro de nuestro grupo y nos han permitido conocer las posibles estrategias desarrolladas por las familias. Cronológicamente nuestro estudio se extiende desde el año 1715 al año 1780, por lo que estudiamos tres generaciones de familias en las que podemos examinar las estrategias socio-económicas que permiten la reproducción social de los individuos.

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3. Objetos de estudio En primer lugar, y antes de abordar el matrimonio entre parientes debemos conocer a nuestro grupo de estudio, y el contexto socio-económico en el que se desarrolla. El camino seguido para llegar a la elección del lugar de Cepeda, no ha sido otro que el estudio estadístico de los catálogos de dispensas matrimoniales del Archivo Diocesano de Salamanca, con el objetivo de dar con la localidad en la que con más frecuencia se realizaban los matrimonios entre parientes. Nos encontramos que en las localidades en las que más se recurría a este tipo de matrimonios eran, además de Cepeda, Macotera o Villoria. Sin embargo, también hemos tenido en cuenta otros factores como la disponibilidad de todos los fondos documentales necesarios para un mejor desarrollo de nuestro trabajo. De esta forma vimos que el lugar de Cepeda, además de una buena serie de expedientes de dispensa, también nos ofrecía las colecciones más completas de los registros parroquiales de matrimonios y bautismos, y una documentación notarial, disponible en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca, íntegra para el siglo XVIII. Una vez seleccionado el lugar, la elección del grupo de estudio se basó en el mismo principio estadístico. Estudiamos el catálogo de dispensas matrimoniales solicitadas y tramitadas en Cepeda a lo largo del siglo XVIII, y comprobamos que los apellidos más repetidos (siendo apellidos poco comunes) eran Gascón, Blanco y Felipe. Además, pudimos percibir que éstos apellidos se cruzan y mezclan entre ellos con cierta frecuencia, dando origen a un grupo muy interesante para nuestro estudio. A partir del análisis cruzado de las fuentes de las que disponemos, hemos trazado los rasgos que

5 caracterizan a nuestro grupo y nos hemos dado cuenta de que nos encontramos ante un grupo muy destacado por su poder social y económico dentro de la pequeña comunidad rural de Cepeda. 3.1. Cepeda Cepeda se encuentra situada en la Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca. La atenta lectura de las Respuestas Generales de Catastro de Ensenada nos permite conocer ciertos aspectos de la demografía y de la economía de la villa. Sabemos que para el año 1752 la villa cuenta con unos 900 habitantes, y su economía se basa en la agricultura, complementada las más de las veces con otra actividad, ya sea la ganadería o el comercio de productos. La zona, por su naturaleza serrana, se caracteriza por la pequeña propiedad y el minifundismo. Los cultivos de regadío más destacados son el trigo, el lino y el centeno;y en cuanto al cultivo de secano destaca la viña y los castaños. Podemos ver asimismo que el pequeño tamaño de las parcelas obliga, en muchas ocasiones, a complementar varias actividades para evitar el empobrecimiento. Un buen complemento para la agricultura siempre es la posesión de ganado, que principalmente se utiliza para la explotación de la tierra o el consumo de la carne o de la leche. El más abundante era el ganado cabrío con 477 cabezas en toda la villa, pero también lo eran los mulos de carga, que como veremos juegan un papel muy importante. Pero el mejor de los complementos para la economía familiar en las zonas de montaña caracterizadas por el aislamiento, es la arriería o el comercio de productos típicos de la villa, y que se intercambian con otras villas y aldeas de la propia comarca.

6 No obstante, en muchos casos se trata de algo más que un complemento: la arriería la ejercen 76 vecinos, un 31,79 % del total, 62 de los cuáles se dedican exclusivamente a esta actividad, encargándose de llevar y traer “vino y otros géneros”; los otros 14 ejercen la arriería como complemento, ya que son labradores de su propia hacienda, dedicándose a la arriería ocho meses del año. Pocas profesiones más destacan en la villa. Hay 34 vecinos dedicados a actividades artesanas, como sastres, carpinteros, tejedores o herreros que suponen un 14,22% del total. Y en cuanto a las profesiones liberales, nos encontramos con un abogado, un cirujano o un maestro de niños con un escueto 2,5% del total de vecinos. Podemos ver, por tanto, que la economía de Cepeda es fundamentalmente agrícola, pese a la pequeña propiedad característica de zonas de montaña que hace que la calidad de la tierra sea especial. Pero las más de las veces observamos que la actividad agrícola es complementada con las actividades ganaderas y, sobre todo, con la arriería, que permiten una mejora de las economías familiares. 3.2. El grupo de estudio La definición de nuestro grupo de estudio la realizaremos a partir de la información que nos dan las Respuestas Particulares de Catastro de Ensenada de cada uno de sus miembros. Tenemos presente la especial configuración de las poblaciones serranas. Sabemos que en la villa de Cepeda

predomina es el minifundismo. En

consecuencia, podríamos pensar que vamos a encontramos con pequeños o precarios propietarios. Sin embargo, atendiendo a lo que señala Francisco García González (2000: 70-72) en su estudio sobre la Sierra de Alcaraz, para conocer bien la capacidad

7 económica de un grupo en una sociedad serrana más que tener en cuenta el número de hectáreas que poseen los sujetos de estudio, debemos fijarnos en el número de parcelas, o incluso en el número de cabezas de ganado, siendo, como era la ganadería, un buen complemento económico con el que se podía conseguir cierto grado de autosuficiencia. Otro aspecto a tener en cuenta es saber si ejercen otras actividades como la arriería, que aporta ganancias que en muchos casos complementan las obtenidas de la tierra, aunque también puede suceder al contrario, encontrándonos con arrieros que complementan esta actividad con las ganancias provenientes de la agricultura. Como es bien sabido, en las Respuestas Particulares del Catastro de Ensenada sólo se nos ofrece información referida a los cabezas de familia, y en ellos nos debemos centrar. En ocasiones se nos plantean problemas, como puede ser el caso de las viudas de las que no se indica su profesión, o el caso de los agregados domésticos de los que únicamente conocemos su nombre y su edad, pero no su oficio. Hemos de tener en cuenta que algunas de las unidades familiares pueden ser muy modestas en comparación con otras, algo que simplemente puede deberse al hecho de que la unión matrimonial se haya producido poco tiempo antes de la realización del interrogatorio y por ello se mantienen, además de con los bienes obtenidos en una dote o en una herencia adelantada, gracias a unos estrechos lazos de solidaridad con el grupo familiar. Nos ha parecido apropiado utilizar la propiedad de la tierra como principal indicador de la posición socio-económica del conjunto de individuos que componen nuestro grupo de estudio. Ya sabemos que era frecuente que se alternara más de una actividad económica, algo que puede ser consecuencia de la tendencia a la diversificación para evitar el empobrecimiento, y por ello hemos de tener en cuenta

8 también a aquellas personas que desempeñan varias actividades, pues este hecho puede constituir uno de los elementos que definen la estructura económica de nuestro grupo. Estudiando las Respuestas Particulares de los individuos que componen los apellidos Gascón, Blanco y Felipe, podemos hablar de cierta heterogeneidad en cuanto al cuadro profesional y económico se refiere. Por un lado, nos encontramos con un 33,3 % de los sujetos estudiados que se definen como “labradores”, sin declarar ninguna otra actividad. Un 22,2 % se declaran únicamente “arrieros”, si bien declaran una serie de propiedades agrícolas que les producen cierto rendimiento; lo que no sabemos es quién se ocupa de esas haciendas, si son ellos mismos o sus hijos o allegados. Otro 22,2 % de los sujetos se declaran como “labrador y arriero”, y pertenecen a ese conjunto, al que ya nos hemos referido antes, que se dedicaba ocho meses a la arriería para realizar los cuatro restantes la labor de su propia hacienda. Un 16,6 % de los declarantes que componen nuestro grupo son viudas sin que la fuente nos indique la actividad profesional desempeñada, aunque al menos sí se nos da noticia de sus propiedades agrícolas. Por otro lado, si nos fijamos en el número de parcelas en propiedad, nos damos cuenta que también existe cierta heterogeneidad. En un 16,6 % de los casos los sujetos poseen más de 20 parcelas; un 38,8 % tienen entre 10 y 20 parcelas; y el 44,4 % restante poseen menos de 10 parcelas; uno de ellos, Marcos Gascón, incluso tiene menos de cinco parcelas, pero hemos de tener en cuenta que se declara de oficio “arriero”, por lo que la labranza de la tierra sería más bien un complemento. Teniendo en cuenta estos datos, podemos hacer una triple división socioeconómica dentro de nuestro grupo: grandes propietarios, medianos propietarios y, por

9 último, un conjunto de individuos que se encontrarían entre la mediana y la pequeña propiedad2: –

El grupo de los grandes propietarios se compone por ese 16,6 % de los hogares que superan las 20 parcelas en propiedad. Si nos fijamos en la posesión de ganado, cuentan con un buen número de cabezas de ganado cabrío con un promedio de 7,6 cabezas, y dos o tres mulos de carga. Todos ellos se declaran de oficio “labrador y arriero”, por lo que según vimos en las Respuestas Generales se dedican a la actividad de la arriería 8 meses al año.



El grupo de los medianos propietarios se compone por aquellos individuos que poseen entre 10 y 20 parcelas. Dominan aquellos vecinos que se declaran como “labradores”, aunque también nos encontramos con una viuda y un “arriero”. Muchos de ellos cuentan con una o dos cabezas de ganado de labor, así como con otros ganados que les sirven de subsistencia, como la ganadería porcina, con una o dos cabezas por unidad doméstica.



El grupo que oscila entre la mediana y la pequeña propiedad, es el más heterogéneo. Aquí nos encontramos con la mayoría de las viudas, con Francisco Gascón Blanco, que se declara “impedido”, y con tres arrieros poseedores de dos mulos de carga que, según las Respuestas Generales, obtienen una ganancia de 700 reales anuales. A pesar de que poseen menos de 10 parcelas desarrollan otra actividad económica, o simplemente se trata de viudas o recién casados que, como hemos visto, compondrían las unidades domésticas más modestas.

2 Los conceptos de grandes, medianos y pequeños propietarios son relativos y se aplican al contexto en el que se encuentran. Es decir, dentro del marcado predominio del minifundismo de Cepeda.

10 Llegados a este punto, habría que tener en cuenta la morfología de las unidades domésticas, donde nos encontramos un claro predominio de la familia nuclear, con un promedio de 3,5 miembros por hogar. Sólo en una de ellas nos encontramos con agregados domésticos: es la de Domingo Gascón Blanco, que cuenta con Antonio Martín “(...) mi criado, y me sirve para traer leña”. También en este punto nos encontramos cierta heterogeneidad. Observamos que los hogares que cuentan con un mayor número de propiedades agrícolas son aquellos que reúnen un mayor número de personas, contando con unos siete u ocho individuos. Si nos fijamos en el grupo intermedio, y en el caso de los vecinos que oscilan entre la mediana y la pequeña propiedad, el tamaño medio de los hogares viene a ser de tres personas. Conocemos la edad de la unidad conyugal y de los hijos varones, pero la edad de las hijas no nos la proporciona la fuente. Los hijos continúan en el hogar paterno hasta el momento de su matrimonio, cuando forman su propia unidad conyugal, por lo que es normal encontrarnos con hijos varones adultos. Por ejemplo, en el caso de Alfonso Gascón Blanco y su hijo Manuel de 21 años, y en el caso de María Gascón, viuda de Miguel Felipe, que vive con sus tres hijos José Felipe de 28 años, Juan de 25 años y Rafael de 20 años, aunque los hijos de menor edad labran ya su propia hacienda. Comprobamos, en ambos casos, como los hijos esperan algo más para contraer matrimonio y formar un nuevo hogar fuera del grupo doméstico original, ya que normalmente hasta la muerte de los padres no se produce la transmisión definitiva de la propiedad.

11 Gracias a la información obtenida de los documentos notariales y de algunos datos que nos ofrecen las dispensas hemos llegado a la conclusión de que nuestro grupo de estudio forma parte de la pequeña élite local de Cepeda, detentando ciertos puestos de poder como el de Alcalde Ordinario. En la dispensa solicitada por Domingo Gascón Blanco y María Felipe en el año 1728 uno de los testigos dice “(…) por ser dos de las familias principales de esta república las que continuamente ejercen los oficios primeros de honra y de calidad de esta república, y lo mismo han practicado sus ascendientes de una y otra parte”3; y en los protocolos notariales hemos visto que el puesto de Alcalde Ordinario fue ocupado por varios de los sujetos de nuestro grupo de estudio: por ejemplo Bernardo Felipe en el año 1750, Marcos Gascón Blanco en el año1752 o Alonso Blanco en el año 1754. El estudio de las dispensas matrimoniales también nos permite apreciar que a pesar de la heterogeneidad socio-económica que caracteriza a nuestro grupo, todos los individuos se hallan vinculados por relaciones de solidaridad. Nuestro grupo se halla inscrito en una tupida red de parentesco en la que los matrimonios entre parientes juegan el papel más importante.

3 Archivo Diocesano de Salamanca, Sección Tribunal Eclesiástico, Dispensas y Licencias matrimoniales. Leg. 728, doc. 53.

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4. Estrategias matrimoniales A la hora de abordar la importancia que suponen los matrimonios entre parientes para una determinada parentela hay que tener en cuenta tanto los beneficios sociales como los beneficios económicos que estas uniones aportan. El recurso al matrimonio entre parientes a lo largo de varias generaciones era una de las estrategias socioeconómicas de las familias del Antiguo Régimen, y en este punto analizaremos la importancia de estas estrategias.

4.1. Relaciones y vínculos sociales Para comprender las estrategias y alianzas matrimoniales desarrolladas por las familias debemos tener muy presente el conglomerado social al que nos enfrentamos, para ello hay que conocer la complejidad característica de esta sociedad que se forma como un conjunto de vínculos o relaciones de parentesco, amistad o vecindad, y dependencia, tanto verticales como horizontales. En la base de todas estas relaciones siempre, o casi siempre, se encuentra la familia, como punto inicial de la organización social, porque de ella parten las relaciones que los individuos establecen. Dentro de ella, el matrimonio se define en la base de su composición, ya que se atiene a múltiples conexiones y redes de relación con otras familias. Por lo tanto, el matrimonio supone la creación y el afianzamiento de nuevas alianzas y de nuevas relaciones sociales; tal como señala Francisco Chacón es el “espacio clave de la relación social” (Chacón, F. 2011:325-392) que implica y moviliza una red de intercambios y favores entre los distintos grupos. Se considera que la parentela está centrada en torno a un individuo, y siempre

13 está constituida de consanguíneos y colaterales, y si ese individuo, Ego, está casado también nos encontramos con afines y aliados, o incluso aliados de consanguíneos. Estas relaciones están ordenadas por estratos que implican una cierta distancia a medida que se aleja el parentesco, provocando a su vez la dispersión de la parentela (Bestard, J. 1988: 117-121). En nuestro caso, tratándose de una pequeña comunidad rural, podríamos pensar que todos los individuos están emparentados de alguna manera. Por ello, la parentela constituye dos dimensiones. Así nos podemos encontrar con un círculo de parientes “cercanos” y otro de parientes “lejanos” (Bestard, J. 1988: 117-121), con éstos últimos el individuo no tiene las obligaciones morales del parentesco ya que éste en sí se ha olvidado; se sabe que existe pero no en qué grado o naturaleza. Puede suceder que éste área del parentesco “lejano” sea un buen lugar para elegir un cónyuge de más o menos confianza, pero ello no supone necesariamente el afianzamiento de la parentela. Cuando una nueva unión matrimonial tiene lugar en este caso, aumenta tanto el número de ascendientes como el número de colaterales, lo que supone la dispersión y la extensión de la parentela. Sin embargo, si la unión matrimonial se realiza entre parientes “cercanos”, además de aumentar los descendientes, los consanguíneos se reducen, y por ello se consolida la parentela desde un punto de vista social, atrayendo a colaterales que de otro modo se irían dispersando. Uno de los objetivos de estas uniones puede ser el de evitar la dispersión de un patrimonio familiar ya asentado, pero también es importante la consolidación de unos vínculos sociales ya existentes y muy importantes para las familias. Es una manera de afianzar una buena relación ya establecida dentro de un grupo o, simplemente, de

14 superar un conflicto existente. Además, con el matrimonio entre personas tan cercanas entre sí se pueden otorgar nuevas oportunidades a deudos o allegados, y permitir una sucesión, transferencia o herencia del patrimonio familiar en un círculo de confianza. Podemos servirnos de las dispensas matrimoniales y los libros de matrimonio. Las dispensas nos ofrecen un interrogatorio efectuado por las autoridades eclesiásticas a algunos vecinos, normalmente a los más ancianos de la parroquia, en el que daban cuenta de los ascendientes por los que provenía el parentesco de los contrayentes. Los libros de matrimonio no son tan completos y únicamente nos ofrecen el nombre de los ascendientes inmediatos, sin embargo nos ayudan a completar la genealogía porque en las dispensas suele aparecer el nombre del progenitor por donde proviene el parentesco. De esta forma gracias a los libros de matrimonio conocemos a ambos, y nos damos cuenta de que muchos de los sujetos de estudio están emparentados en diversos grados. El único problema que se nos puede presentar en una dispensa matrimonial es que en muchas ocasiones no nos ofrecen el nombre de todos los ascendientes. Los testigos sólo mencionan el nombre de los individuos por los que provienen la relación de parentesco, es decir, que sus cónyuges no son nombrados. Sin embargo, gracias a la relación que hay entre todas las dispensas estudiadas hemos podido completar la mayor parte de la genealogía que nos interesa. Así debido a la información que nos ofrece esta documentación hemos podido elaborar dos árboles genealógicos que nos permiten conocer las relaciones de parentesco que se entretejen entre los miembros de nuestro grupo de estudio. El tipo de parentesco que rige en los matrimonios estudiados es el consanguíneo de tercer con cuarto grado, siendo un 52,1% de los matrimonios entre parientes

15 estudiados de este tipo; en segundo lugar la tipología más desarrollada es la del cuarto grado de consanguinidad con un 30,4 % de los casos. La afinidad parece que se sitúa un segundo plano, era utilizada por uniones matrimoniales en segundas nupcias. Así el cien por cien de los matrimonios en segundas nupcias son por parentesco de afinidad, siendo el cuarto grado el de mayor significación, aunque en muchos casos mezclado con el tercer con cuarto grado de consanguinidad ya característico. En total un 26 % de los matrimonios son en segundas nupcias. En cuanto a las causas alegadas para la obtención de las dispensas, la “estrechez del lugar” es la más repetida. Puede considerarse que al ser una comunidad de montaña, y por lo tanto en alguna medida aislada, este tipo de matrimonios se den por el pequeño tamaño de la población. Sin embargo, hay que indagar en el trasfondo de estas uniones, algo que podemos hacer gracias al estudio de las dispensas. Todos los matrimonios, sin excepción, se han dado dentro de la misma parroquia de Cepeda, ninguno de los contrayentes proviene de otra parroquia o lugar, siendo, por tanto, los parientes del mismo lugar de procedencia y habitación los mejores sujetos para efectuar este tipo de uniones matrimoniales. Gracias a los árboles genealógicos4 que hemos elaborado nos hemos dado cuenta de que este tipo de matrimonios se repiten a lo largo de las generaciones. El reencadenamiento de alianzas matrimoniales por parte de las familias parece bastante claro. Éstos reencadenamientos van integrando la parentela de los diversos cónyuges, ampliándose horizontalmente, y creando un espacio matrimonial. Se eligen los terceros y cuartos grados de parentesco, porque es más fácil conseguir la dispensación. 4 Ver anexo 2. Árboles genealógicos 1 y 2.

16 Debemos tener en cuenta los datos encontrados en la dispensa de Domingo Gascón Blanco y María Felipe del año 1728, además de los distintos documentos en Protocolos Notariales por los que sabemos que muchos sujetos de nuestro grupo detentaban puestos como el de Alcalde Ordinario y por ello tenían cierto poder políticosocial dentro de este pequeña comunidad campesina. Estos datos nos dan a entender que las estrategias matrimoniales tienen un claro trasfondo social y el objetivo de afianzar unas familias poderosas al frente de esta pequeña comunidad campesina. Sabemos que las familias buscan el matrimonio de sus descendientes entre iguales (socialmente hablando), por ello resultan de un gran interés los matrimonios en los terceros y cuartos grados de parentesco. En nuestro caso confluyen las estrategias matrimoniales que cumplen el ascenso social en algunos casos y la perpetuación social en otros. Por lo tanto, dentro de nuestro grupo se entremezclan una serie de matrimonios entre parientes que permitirían la consolidación social y el reforzamiento de las relaciones de solidaridad dentro de él. A través de las generaciones estos matrimonios se van repitiendo, uniendo y reforzando lazos que de otra manera se habrían perdido o debilitado. El grupo parece detentar los poderes sociales y los económicos, al menos algunos de los sujetos los hacen y, aprovechando la unidad y solidaridad social del grupo pueden ayudar o colaborar con los individuos que más lo necesitan, sobre todo en momento como al crearse una nueva unidad doméstica, ante la enfermedad o la vejez, y cuando alguna de las mujeres enviudaba.

17 4.2. Sistemas de transmisión de bienes: estrategias económicas Para definir las estrategias matrimoniales utilizadas por las familias es importante analizar la relación entre los sistemas de herencia y la alianza matrimonial en la reproducción social de los grupos domésticos. Los sistemas hereditarios juegan un papel primordial en estas estrategias, ya que la tierra es el factor básico de la producción, sobre todo tratándose de comunidades campesinas, y la herencia es uno de los medios principales para acceder a ella. En la Península Ibérica existían dos tipos fundamentales de sistema hereditario; en el norte estaba presente un sistema de herencia indivisible según el cuál el varón primogénito accedía a los bienes o patrimonio familiar, y que geográficamente abarca las regiones de Cataluña, Aragón, Navarra, País Vasco, Cantabria, Asturias y parte de Galicia; en la zona centro y el sur de la península nos encontramos con un sistema de herencia igualitario según el cuál todos los hermanos, sin distinción de edad y sexo, acceden al patrimonio y a los bienes familiares. En la mayor parte de Castilla prima el reparto igualitario de la herencia, regulado desde 1505 por las Leyes de Toro y que son ratificadas por la Novísima Recopilación en tiempos de Carlos IV, ya en los años iniciales del siglo XIX. En este sistema, la herencia se dividía en cinco partes, de las cuales cuatro eran obligatoriamente para los descendientes, esto es la “legítima estricta”, y un quinto era de “libre disposición”. A su vez, la legítima se divide en tres partes de las que dos tercios se distribuían a partes iguales para todos los descendientes, y un tercio se podía reservar para el descendiente, hijo o nieto, que el testador decida, es el “tercio de mejora”. Sobre este descendiente mejorado también podía recaer la “libre disposición” constituyéndose así la “legítima

18 amplia”. Cada sistema de herencia permite aplicar una variedad de estrategias familiares que hacen posibles múltiples prácticas. Así, en los sistemas de herencia única la parentela se centra en torno a una casa y sus líneas de parentesco son verticales, alrededor de un ancestro común y fundador de la casa. Pero en los sistemas de herencia igualitaria la parentela está centrada en torno a un individuo, y formada de una forma más horizontal en la que se tienen en cuenta los elementos idénticos, constituyendo los colaterales una parte importante. Por lo que vemos, el sistema de herencia igualitario otorga más importancia a las redes de parentesco y hace más necesarias las estrategias matrimoniales que permiten la reunión de un patrimonio que se había ido dispersando con el paso de las generaciones y, lo que puede ser más importante, el fortalecimiento social de la parentela. La entrega del “tercio de mejora” puede considerarse como una estrategia familiar con la finalidad de evitar una mayor dispersión de los bienes familiares. El significado que tiene la dote en uno y otro sistema nos demuestra que las estrategias y alianzas se organizan de forma diferente. En el sistema de heredero único la dote excluye de la herencia y se agrega a un patrimonio principal, no es idéntica para todos los hermanos. En el sistema igualitario, la dote se considera como un adelanto de la herencia y ayuda a formar una nueva unidad conyugal y una nueva unidad doméstica, y siempre es igual y equilibrada entre todos los hijos porque todos los hermanos deben tener la posibilidad de formar un nuevo hogar, esto facilita el predominio de unidades domésticas nucleares. Cuando hablamos de los sistemas de herencia nos da la sensación de que

19 ninguno de ellos puede cumplir uno de los principales objetivos de las familias: legar a sus descendientes la posición socio-económica que disfrutan. Parece que ni uno ni otro de los sistemas de herencia permite que la situación sea igual a la del punto de partida. Pero si nos fijamos más en los sistemas de transmisión de bienes, observaremos que hay mecanismos correctores para solucionar los posibles problemas. Los dos sistemas buscan organizar el paso de los bienes de una generación a otra, sabiendo que es imposible transmitir el mismo nivel social cuando hay varios descendientes. Las decisiones que toman las familias tienen en cuenta las contradicciones del sistema hereditario, y trazan estrategias para eludir el descenso social que parece casi inevitable (Ferrer i Alòs, L. 2011: 258-261). Las estrategias familiares son tácticas de reproducción social, la familia intenta de transmitir a sus miembros y próximas generaciones el estatus social adquirido. La manera en que se accede a los recursos es la que determina estas decisiones. Nos ocuparemos en este punto de la definición de las estrategias familiares más recurrentes en los sistemas de herencia igualitario, por ser el que nos interesa en nuestro trabajo, como el matrimonio entre consanguíneos, el matrimonio a trueque, o el celibato. En primer lugar el matrimonio entre consanguíneos, permite que las parcelas anteriormente divididas puedan volver a reunirse con el paso de las generaciones. Estas estrategias y alianzas matrimoniales se suelen hacer por ciclos generacionales, proporcionando un ritmo de dispersión y reintegración de la propiedad. No suelen ser matrimonios excesivamente cercanos, por ello se suelen dar los matrimonios entre primos carnales o primos segundos, siempre buscando el tercer o el cuarto grado de parentesco, pero también son muy importantes los matrimonios establecidos entre

20 viudos en parentesco de afinidad. El matrimonio a trueque es un doble matrimonio entre dos familias, un hijo de una casa se casará con un hijo de otra y viceversa. De esta manera no es necesario parcelar ya que un matrimonio se quedaría con lo que corresponde de una casa, y el otro con lo que corresponde de la otra. Otras veces se podía conseguir el objetivo de una manera más sencilla, casando a los hijos con vecinos limítrofes de la casa para asegurar la reconstrucción de determinadas parcelas (Ferrer i Alòs, L. 2011: 258-261). La soltería o el celibato podían ser una estrategia ya que el hijo soltero o sin descendencia recibía sus legítimas materna y paterna como todos los demás, pero al no tener hijos (o al menos legítimos) estos bienes volvían a los otros miembros de la familia, ya fueran sus hermanos o sobrinos. Por lo tanto, dentro de este sistema de herencia igualitario son posibles una serie de estrategias familiares que tratan de contrarrestar la división del patrimonio familiar entre los herederos y a lo largo de las generaciones. De ahí la importancia de las alianzas matrimoniales entre parientes que son objeto de nuestro estudio y que, como hemos visto, ayudan a unificar unas propiedades que en anteriores generaciones habían sido divididas, o al menos una gran parte de ellas. El control de las alianzas matrimoniales permite a la parentela controlar también la descendencia y a su vez tener el control sobre la transmisión de la propiedad. Hemos visto que este tipo de estrategias matrimoniales crea tupidas redes de parentesco que, además de permitir la conservación

y consolidación de la tierra, aportan grandes

beneficios sociales a la parentela, suponiendo el fortalecimiento de las redes de relación y de solidaridad que la caracterizan.

21 Tenemos que considerar el papel que juega el matrimonio de los hijos en el sistema igualitario, ya que la herencia se hace por etapas, siendo una de ellas la nueva unión matrimonial, cuya solidaridad y cooperación podía beneficiar a toda la familia. Es una transmisión de los bienes progresiva ya que se adelantan las herencias, o al menos parte de ellas, en el momento de contraer matrimonio mediante la dote, o en otros momentos de necesidad. Sin embargo no será hasta la muerte de los dos progenitores cuando se de el traspaso definitivo de los bienes.

4.2.1. Cartas de dote Las cartas de dote pueden resultar significativas para comprender la composición de un nuevo hogar, ya que es uno de los medios legales de transmisión de la propiedad con anterioridad a la muerte de los progenitores. En ellas se pueden encontrar una serie de bienes muebles e inmuebles que los padres traspasan a los hijos con el fin de que éstos puedan constituir un nuevo hogar y formar una nueva unidad doméstica, habitualmente separada físicamente de la casa original. Era un adelanto de la herencia que otorga una pequeña seguridad económica a los recién casados para que pudieran formar un nuevo hogar a partir de unas mínimas bases económicas. Indagando en los protocolos notariales de Cepeda nos damos cuenta de que la carta de dote o se utilizaba poco, o simplemente parece que no era raro registrar los bienes aportados al matrimonio ante notario. Podemos entender que predominaba un traspaso informal de la propiedad, más bien privado, ya que el estudio de la documentación notarial no nos ha dejado constancia de cartas de dote dentro de nuestro grupo de estudio, no obstante tampoco son numerosas respecto a otras familias de la

22 villa. Nuestro caso no es excepcional, ya que en otros estudios como el realizado por Francisco García González en la Sierra de Alcaraz (García González, F. 2000: 159-162) o el de José Manuel Pérez García en la Vega Baja del Esla (Pérez García, J.M. 1997: 266-267), con análisis más amplios que el nuestro, tampoco son frecuentes este tipo de documentos. Podemos deducir que sí se redactaban estas cartas de dote gracias a algunas informaciones encontradas en los testamentos o inventarios. Por ejemplo, en el inventario de María Gascón realizado después de su muerte en el año 1756, se encuentra una “caja con papeles” dentro de la cuál se hallaban la “carta de dote de María Felipe en tres hojas, otra de José Felipe en dos hojas (…)” 5. En la dote se cedían un parte de los bienes que componían la hijuela, que finalmente se tenían en cuenta en el traspaso definitivo de la herencia, quedándonos constancia de ello en los testamentos. Sirva de ejemplo el testamento de Alonso Blanco del año 1757 se dice lo siguiente “ (…) mando que si mi hijo Juan llegase a tomar estado que se le ponga en la carta de dote el mulo rojo en mil reales (...)”.6 Por lo tanto se trataba de documentos de carácter privado realizados por los padres de los contrayentes, algo que nos puede indicar que había una gran confianza entre familias. Algunas veces estos bienes son entregados a modo de carta de dote tras el matrimonio de sus hijos y otras como instrumento donde constaban los bienes que corresponden individualmente a cada uno de los hijos en el momento de producirse la 5 Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Sección Protocolos Notariales, leg. 6006. año 1756, fol. 31 r/v – 34 r. 6 Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Sección Protocolos Notariales, leg. 6006, año 1757, fol. 27 r/v-28 r/v.

23 partición definitiva de dichos bienes, algo que normalmente ocurría después de la muerte de los padres. Ello no impedía que en ocasiones se escrituraran para mayor seguridad en el futuro, y más si moría uno de los padres ya que el cónyuge superviviente (que normalmente se hacía cargo de la administración de los bienes) podía casarse en segundas nupcias. Se trataba de escriturar lo entregado o de tenerlo muy presente con el objetivo de evitar posibles conflictos familiares en el futuro, aunque podían no registrarse ante notario simplemente por evitar un gasto innecesario.

4.2.2.Testamentos Como ya sabemos el sistema de herencia que predomina en Cepeda es el igualitario, que deja abierto un abanico de posibilidades a la hora de distribuir el patrimonio. El heredero o herederos en los que recaía la titularidad de todos los bienes, derechos y obligaciones del otorgante debía ser la línea descendente, es decir, los hijos y los nietos; y en el caso de que no existieran, los bienes pasarían a la línea ascendente, esto es, padres, abuelos o tíos. Por tanto, salvo que no hubiera sucesores directos, la transmisión de los bienes se producía de forma abrumadora entre los mismos miembros de la familia, clara muestra del deseo por perpetuar el patrimonio familiar de generación en generación. Cuando no existían hijos el cónyuge también podía ser el heredero universal. En el caso de los matrimonios con descendencia, lo más habitual era que el cónyuge superviviente fuera usufructuario de los bienes heredados hasta el matrimonio o la mayoría de edad de los hijos. Parece que lo normal es que se beneficiara de la casa o

24 parte de ella, de una pequeña huerta u otro bien otorgado hasta que él mismo muriera, pasando después a los herederos que se hubieran designado. En los testamentos de nuestro grupo de estudio, compuesto por las familias Gascón, Blanco y Felipe, nos hemos encontrado un modelo general. Los individuos distribuyen esa parte de los bienes de libre disposición con la posibilidad de mejora a alguno de los descendientes. El testamento presentado ante notario contiene la relación de bienes como alhajas, ropa, mobiliario, cosechas o propiedades que se traspasan a cónyuges, parientes (además de hijos o nietos, hermanos, sobrinos, cuñados, yernos o nueras) amigos, vecinos o criados fuera de la legítima. Por tanto, en los testamentos nos encontramos un registro de los bienes que el otorgante entrega a una serie de beneficiarios en función de muchos criterios, como puede ser una buena relación o simplemente el deseo de recompensar algunos servicios o cuidados prestados en momentos de necesidad. Gracias a los testamentos podemos conocer las relaciones o vínculos familiares dentro de nuestro grupo de estudio, residiendo en estas donaciones muestras claras de la solidaridad existente en la parentela. Los testamentarios suelen ser nombrados entre los parientes más cercanos al difunto, eran personas de gran confianza porque ellos se encargaban de custodiar los bienes hasta su definitiva partición y de cumplir lo que se expresa en el testamento. A ellos se suelen donar bienes como ropa o dinero en compensación por los servicios prestados. Una mayor porción de los bienes que componen la libre disposición suele ser para el cónyuge del testador, al que se dejan los bienes gananciales y algunas

25 propiedades con el fin de que las disfrute hasta su muerte, pasando después a sus legítimos herederos. Respecto al valor de los bienes legados en la libre disposición se observa una relación entre el tipo de pariente y el tipo de bienes legados, constatándose asimismo como la importancia de éstos era menor conforme descendía el grado de parentesco. Son los hijos los que acaparan la mayor parte sobre todo en donaciones de dinero o de propiedades raíces, inmuebles o ganaderas; seguidos de las esposas o esposos y los hermanos o hermanas. El resto, especialmente sobrinos y sobrinas, se beneficiaban de prendas de vestir y de cama, o de utillaje doméstico, demostrando simbólicamente el afecto y el cariño que se sentía hacia las personas que se tenía como más próximas, bien fuera por lazos de sangre, amistad o vecindad. A veces se mencionan las hijuelas o herencias adelantadas y el momento en que se hicieron; otras veces se especifica que una serie de bienes irían a un descendiente en el momento en que se case. Solemos encontrar un problema, y es que en la mayoría de las ocasiones no se especifica el valor de los patrimonios traspasados. El sistema de herencia igualitario nos lleva a pensar que el reparto y división de los patrimonios condena a los hijos a tener menos que sus padres, pero tenemos que tener en cuenta que el matrimonio recompone esta situación porque supone la unión de dos hijuelas. La partición de los bienes las llevaban a cabo personas especializadas de la comunidad, y tal como nos dice Ferrer i Alòs (2011: 307-308), el reparto podía hacerse de variadas maneras y con todas las combinaciones posibles: podía hacerse el “reparto igualitario estricto” en el que todo se dividía entre todos los hermanos, incluso si eran

26 ocho (todas las propiedades se dividían en ocho partes) era un reparto justo pero podía provocar una dispersión total de los patrimonios; por otro lado está “la partición igualitaria” que consistía en calcular los valores de la hacienda y dividir de forma equitativa el valor de los bienes, para después asignar lotes de igual valor a cada heredero; y por último, el “reparto igualitario por sexos” que consistía en dividir de forma igualitaria la hacienda, pero repartiendo lotes de forma distinta según los sexos. Sin embargo, el problema real llegaba cuando la partición estaba decidida, porque algunos de los herederos no sabrían que hacer con el patrimonio recibido. Así, algunos hermanos podían estar cultivando la tierra de sus padres y ahora tendrían que dejarlas, u otros que vivían fuera recibían algo que estaba lejos de interesarles. El número de hijos es importante a la hora de tener en cuenta estas particiones. En nuestro grupo de estudio contamos con un promedio de 2 a 5 hijos, pero hay matrimonios con 6 o, incluso, 7 hijos. En estos casos es donde encontraremos con más facilidad las mejoras, debido a que el patrimonio se dispersaría demasiado. Para conocer con más precisión las particiones también es importante que conozcamos los testamentos de los dos progenitores. Si conocemos ambos testamentos sabemos qué legítimas o mejoras se traspasaban a los hijos, o incluso algunos pequeños adelantos que se hicieron en el momento del matrimonio, o para los hijos solteros los legados que se harán en el momento que se case. Ya sabemos que se podía favorecer a alguno de los llamados sucesores legales con la mejora. Aunque en la mayor parte de los casos no se trata de favorecer a uno de los herederos sino que el legado actuaría más bien como un medio de compensación. Generalmente eran como un signo de gratitud por algunos servicios prestados como

27 haber trabajado en la casa paterna o haberse encargado de cuidar a los padres en la vejez o enfermedad, o para equiparar los desembolsos efectuados con otros hermanos, o para proteger a los miembros más desfavorecidos como los enfermos o las viudas. El hijo mayor no se beneficiaría más que otros; al contrario era el hijo menor quién gozaba de algunas ventajas debido a que con frecuencia eran de corta edad, por estar casados los hijos mayores o por haber permanecido durante más tiempo junto a ellos, ayudándolos en las labores o cuidándolos cuando estaban enfermos. En los casos que conocemos en Cepeda las mejoras están compuestas por propiedades como la casa o alguna parcela, a veces por mitades, o dinero; unas veces se especifica la mejora, otras veces sólo se entrega la propiedad. Estas mejoras son paternas o maternas, pudiendo utilizar dos cónyuges distintas formas de mejorar a sus hijos o mejorar a hijos diferentes, por ello cuando encontramos los testamentos de ambos progenitores nuestro estudio es más completo. Ya hemos apuntado que las mejoras suelen ir dirigidas a los hijos que se han preocupado o cuidado de sus padres en momentos difíciles, y por ello nos encontramos muchas veces que las mejoradas son las mujeres quienes normalmente se encargaban del cuidado de sus padres ya ancianos o enfermos. En otras ocasiones se ve menos clara la mejora porque el reparto de propiedades en la libre disposición es más equitativa recibiendo todos los hijos más o menos una misma cantidad de bienes, patrimonio o dinero, también en otros casos suele suceder que el testador decide mejorar a dos o tres de sus hijos en lugar de a uno. Las decisiones que se toman a la hora de testar tienen en cuenta las contradicciones del sistema hereditario, intentándose evitar el descenso social de los

28 descendientes, algo que parece inevitable. En este punto es cuando las familias trazan una estrategia que ayudará a que los herederos no decaigan del estatus socio-económico de sus progenitores. El matrimonio puede ser utilizado para mejorar o subsanar las deficiencias del acceso a los recursos, se puede casar a una hija con el heredero de otra casa porque ello le da entrada a un determinado mercado o a una determinada red de información. Sin embargo, ya hemos visto que las estrategias matrimoniales más usuales y efectivas son el matrimonio a trueque, y el matrimonio entre parientes, aunque también juega un papel importante el celibato de alguno de los herederos. Podemos ver algún ejemplo como en el caso de Alonso Blanco y Rosa Gil. Recordemos que ellos mismos pidieron dispensa para un cuarto grado de consanguinidad, y que al menos tres de sus hijos 7 Alonso, Juan, y Catalina también contraen matrimonio con parientes. Aunque los matrimonios de Juan y Catalina cuando su padre escribe el primer testamento en el año 1757, aún no se han celebrado. Alonso Blanco y Rosa Gil, tienen siete hijos: Catalina, Alonso, Juan, Pedro, Matías, Rosa y María. Disponemos de los testamentos de ambos cónyuges, y vemos que no todos sus hijos reciben bienes en la mejora. En los testamentos de Alonso Blanco, de los años 1757 y 1763, mejora a sus hijos de la siguiente manera: a Catalina, María y Matías les deja 10 colmenas a cada uno, y a Juan 8, quedando la casa en poder de Rosa Gil hasta el día de su muerte; en el segundo testamento deja mejorados a Catalina y a Matías “mando a mis dos hijos Matías y Catalina Blanco a cada uno 200 reales de vellón en que los dejo mejorados

7 Recordemos el caso de Rosa Blanco casada mediante dispensa con Marcos Gascón (ya señalado antes) que no queda claro si Alonso Blanco y Rosa Gil son sus padres.

29 (...)”8. Por otro lado en el testamento de Rosa Gil del año 1778, y los posteriores codicilos del mismo año, mejora a sus descendientes de la siguiente manera: a María Blanca, su nieta, le deja una viña y su cama “por lo bien que lo ha hecho conmigo” 9, y establece que las dispensas de sus hijos que ella y su marido pagaron no se tengan en cuenta ni en dotes, ni en partijas ni en legítimas, siendo ésta una manera de mejorarlos; manda por igual la casa a Juan y a Catalina, y establece una compensación (que por desgracia no se especifica) para Juan Blanco porque ha cuidado de ella. Vemos entonces que los grandes beneficiados han sido Juan Blanco y Catalina Blanco. Por un lado Catalina recibe 10 colmenas, 200 reales, la mitad de la casa, y el pago de su dispensa queda fuera de partijas. Por otro lado, Juan recibe 8 colmenas, 200 reales, la mitad de la casa, el pago de su dispensa y una compensación por los cuidados realizados a su madre. El caso de su hijo Alonso Blanco nos llama la atención porque no recibe ninguna mejora, aunque si se menciona el pago de su dispensa con Antonia Gascón, que no se tenga en cuenta a la hora de la partición. Sin embargo, su mujer Antonia Gascón, es hija de Marcos Gascón Blanco y María Hernández. Marcos y María también tienen otro hijo llamado Blas. En el testamento de María en el año 1768 quedan los bienes gananciales en manos de su marido, y en el testamento que hace Marcos en 1779 deja la casa entera a

8 Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Sección Protocolos Notariales, leg. 6007, año 1764, fol. 122 r/v- 123 r/v. 9 Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Sección Protocolos Notariales, leg. 6012, año 1778, fol. 166 r/v-167 r/v

30 Antonia “en la cantidad de 3000 reales que me costó levantarla” 10. Por lo que podemos ver, es mejorada Antonia recibiendo la casa valorada en una gran cantidad, algo que compensa que su marido Alonso Blanco no fuera mejorado. En este caso se nos presenta una posible estrategia trazada por las familias. Mientras Alonso Blanco no es mejorado por sus padres su mujer Antonia Gascón si lo es, habían pedido dispensa en el año 1754 por cuarto grado de consanguinidad. La unión de Alonso y Antonia, puede suponer que los padres de Alonso no se tengan que preocupar por el futuro de su hijo, ya que está asegurado con la mejora de Antonia, que además recibirá un mayor patrimonio debido a que tiene un único hermano. Como hemos dicho con anterioridad, el testamento se construye para hacer la entrega de la libre disposición y de la mejora, la partición de la herencia se hace después una vez inventariados y tasados los bienes del difunto. En este punto son vendidos los bienes necesarios para el costo del testamento, de las deudas no satisfechas, del entierro o de las misas. De ello se encargan los testamentarios y albaceas, que suelen ser personas de confianza y nombradas por el difunto. La división igualitaria de los bienes para los descendientes del difunto la podemos encontrar en las partijas de bienes, que son el acuerdo establecido entre los herederos para distribuir los bienes del difunto. De esta forma, a la hora de la partición se traería a coalición los bienes recibidos hasta entonces, considerados como anticipos de sus legítimas y que normalmente se habían concedido en el momento del matrimonio de los hijos, al no ser que el progenitor decidiese que no se tuviera en cuenta algunos traspasos, conllevando una mejora. En

10 Archivo Histórico Provincial de Salamanca, Sección Protocolos Notariales, leg. 6012, año 1779. fol. 49 r/v- 50 r.

31 nuestro caso no hemos encontrado ninguna partija de bienes, por lo que es difícil conocer el patrimonio final que correspondería a cada descendiente. El ejemplo presentado nos han dejado muestras de la tipología de los testamentos y de las posibles estrategias de transmisión de bienes y del matrimonio entre parientes. Ya sabemos que estas estrategias tienen el objetivo de conseguir la mejor reproducción social de los individuos, mediante el traspaso de unos instrumentos para perpetuar el nivel de vida y el bienestar adquirido por la familia. La forma en que se accede a los recursos y el sistema de herencia determinan las estrategias de reproducción social llevadas a cabo por las familias, que tienen en cuenta estos factores y, a partir de ellos trazan estrategias para que los individuos salgan los mejor beneficiados posible. Las deficiencias que puede mostrar el sistema hereditario son paliadas con estas estrategias, y esto se suele tener en cuenta durante toda una generación. Hemos visto que las familias se mueven en círculos de confianza para configurar las estrategias que ayudan a cumplir los objetivos de unos y de otros. La puesta en práctica de las estrategias familiares de diverso tipo afecta a los individuos que viven dentro de la unidad familiar, que tendrán que cumplir el papel que la familia les asigne, ya que el individuo es parte de la familia y de los recursos que ésta gestiona. Como vimos en el apartado anterior, el método de reconstrucción de familias nos ha permitido reconstruir varias generaciones de líneas de descendencia que más asiduamente practican la consanguinidad; no por casualidad, porque nuestro grupo de estudio está formado por las familias que suelen ocupar los diversos cargos de poder poder local de la comunidad.

32 El reencadenamiento de alianzas es una de las estrategias más importantes de los sistema de herencia igualitario, y es la utilizada por nuestro grupo de estudio. Éstos reencadenamientos van integrando la parentela de los diversos cónyuges, ampliándose horizontalmente, y creando un espacio matrimonial.

5. Conclusiones El objetivo inicial de nuestro trabajo era constatar que el matrimonio entre parientes constituía una de las estrategias desarrolladas por las familias en las sociedades campesinas del Antiguo Régimen. El caso de la población salmantina de Cepeda nos ha servido de ejemplo. El estudio cruzado de la documentación del Catastro de Ensenada (Respuestas Generales y Particulares) con la información procedente de los protocolos notariales (destacando testamentos) y de los expedientes de dispensas matrimoniales y los libros de matrimonios, nos ha aproximado a la realidad social y económica de la Cepeda del Siglo XVIII. A partir de ahí, hemos definido nuestros objetos de análisis, la población de Cepeda en el siglo XVIII y nuestro grupo de estudio, compuesto por los apellidos Gascón, Blanco y Felipe. La información que nos ofrece el Catastro de Ensenada nos ha permitido conocer de una forma clara la sociedad a la que nos enfrentamos. Hemos terminado este apartado concluyendo que nuestro grupo de estudio, a pesar de contar con un cuadro socio-profesional tan heterogéneo, forma parte de la pequeña élite local que controla los principales cargos públicos de la comunidad. El grueso de nuestro trabajo se centra en el análisis de las estrategias

33 matrimoniales desarrolladas por nuestro grupo de estudio. Este apartado nos ha servido para conocer las estrategias de reproducción social que desarrollan las familias para solventar los distintos problemas que se les presentan a la hora de la transmisión de bienes, siendo el matrimonio entre parientes nuestro principal objetivo. A partir de este análisis de las posibles estrategias de reproducción social empleadas por las familias, las hemos analizado dentro de nuestro grupo de estudio, desde un punto de vista social primero y desde un punto de vista económico después. Nuestro análisis nos ha permitido definir con claridad las estrategias matrimoniales empleadas por esta pequeña élite de Cepeda. Con la información obtenida de los expedientes de dispensa matrimonial y de los libros de matrimonios, construimos

dos

árboles

genealógicos.

Gracias

a

éstos

reconstruimos

los

comportamientos de nuestro grupo de estudio, vimos que recurrían frecuentemente a los matrimonios entre parientes. A partir de ellos también vimos que las estrategias giraban en torno al reencadenamiento de alianzas, repitiéndose este tipo de matrimonios a lo largo de las generaciones. Este reencadenamiento de alianzas no es casual, ya que nos encontramos con una pequeña élite de poder local que utiliza estas estrategias para mantener su poder social y económico a lo largo de las generaciones. Al mismo tiempo, estas estrategias matrimoniales tienen el objetivo de solventar los problemas que puede ofrecer el sistema de herencia igualitario, con el deseo de garantizar la mejor reproducción social de todos los individuos que componen la parentela. Por tanto, podemos afirmar que los matrimonios entre parientes constituyen una estrategia de reproducción social clara. Este tipo de matrimonios eran numerosos en

34 todas las generaciones y se repetían en todas ellas. Tejiendo así una red de relaciones de parentesco solidarias y estrechas que permiten tanto el reforzamiento social de la propio grupo de parientes, como la seguridad de que ciertos bienes materiales circularán dentro del mismo.

35

6. ANEXOS 6.1. Anexo 1: Mapas 6.1.1. Mapa de la Sierra de Francia

Fig. (1): Mapa de la Sierra de Francia (Salamanca). Fuente: GARCÍA ZARZA, E. (1995): “Sierra de Francia”. En: Salamanca, tierras y gentes: la provincia y sus comarcas. Salamanca: Grupo Promotor Salmantino. pp. 215-228. p.215.

36 6.1.2. Mapa del término municipal de Cepeda

Fig. (2): Mapa del término municipal de Cepeda (Salamanca). Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. 10 de abril de 2011

37 6.2. Árboles genealógicos

(Al final del documento)

38

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en CABERO

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44 de Catalunya..Barcelona: Departament d'Historia Moderna. Facultat Geografia e Historia, Universitat de Barcelona, Volumen 2. pp. 637-645

Árbol genealógico 1

Antonio Martín

María Blanco

Juan Felipe

Catalina Martín

Pedro Blanco

Antonio Blanco

Catalina Isidro Blanco Blanco

Francisco Gascón

Francisca Hidalgo

Pedro Blanco

Francisco Martín

Josefa Hernández

Antonio Martín

Miguel Martín Domingo Gascón

Catalina Domínguez María Felipe

Francisco Gascón

Bartolomé Gascón

Francisca Sánchez

Alonso Gascón

año 1728

Francisco Felipe

Bernardo Felipe

Pedro Felipe

Antonio Martín

Pablo Martín

María Sánchez

año 1723

María Felipe

Teresa Martín

Antonio Martín

año 1755 Marcos Gascón

Francisco Gascón

María Sebastián Manuela Manuel Blanco Gómez Gascón Gascón

año 1763 Santiago Gascón

Ana María Gascón

Ana Martín

Antonio Martín

Fernando Catalina Blanco Sánchez

Catalina José Martín Gascón

María Blanco

Catalina Gascón

María Gascón

Sebastián Gascón

Teresa Sánchez

Catalina Sánchez

María Gascón

año 1777 año 1763

Manuel Martín

Manuel Martín

año 1776 año 1773 año 1752

Sebastián Gascón

Matrimonios con Dispensa Matrimonial

María Blanco

Árbol genealógico 2 Antonio Martín

Ana Martín

Alonso Blanco

Pedro Blanco María Blanco

Juan Blanco Antonio año 1724 Martín Catalina Blanco

María Marcos Sánchez Sánchez

Catalina Sánchez

María Pérez

Francisco Martín

Francisca Sánchez

año 1717

Alonso Blanco

Ana Gil

Bartolomé Gil

Catalina Gil

Andrés Gil

Santiago Sánchez

Rosa Gil

Manuela Sánchez

José María Marcos Gascón HernándezGascón

año 1768

Rosa Blanco

año 1754

Francisco Gascón año 1766 José Gascón Matrimonios con Dispensa Matrimonial

Francisco Catalina Gascón Blanco

Pedro Gascón

Ana Martín

año 1750 Marcos Gascón

Ana Martín

Catalina Martín

Alonso Blanco Catalina Blanco

María Gascón

Antonia Gascón

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